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Sociología francesa
Las grandes contribuciones de Durkheim a las ciencias sociales consistieron en haber definido el objeto y
campo de la Sociología y en dotarla de un método que aplicó en toda su obra, la cual aborda básicamente
los fenómenos sociales de Occidente. Lévi-Strauss lo reivindicaba, junto a Boas, como uno de los
“maestros que edificaron […] la antropología tal como la conocemos en la actualidad” (Lévi-Strauss, 1977:
XXII), aunque no hubiese llegado a las últimas consecuencias de los principios de su propio método. De
acuerdo con Lévi-Strauss, obrar de esa manera le hubiera llevado a reconocer que dentro de la categoría de
lo social existen otros fenómenos muy específicos que requieren ser abordados de una manera particular
que será luego desarrollada por la etnología. Durkheim consideraba que los fenómenos sociales en las
sociedades que llamaba primitivas eran “casos privilegiados porque son casos sencillos. Allí las relaciones
entre los hechos son más evidentes”.
Claro está que hoy en día nos hacemos la pregunta —que no turbaba para nada a Durkheim—
de si ese carácter privilegiado del conocimiento etnográfico concernirá a las propiedades del
objeto, o si no se explicará mejor por la simplificación relativa que afecta a todo modo de
conocimiento […] El papel de la etnografía debe ser definido en otros términos: absoluta o
relativamente, cada una de sus observaciones ofrece el valor de la experiencia y permite
deslindar verdades generales. Nada más conmovedor ni más convincente que descifrar este
mensaje a través de la obra de Radcliffe-Brown, a quien —al lado de Boas, Malinowski y
Mauss— debe la etnología, hacia fines del primer cuarto de este siglo [XX], el haber
conquistado su autonomía (Lévi-Strauss, 2004: 48-49).
Marcel Mauss era sobrino y alumno de Durkheim. Como él, Mauss pensaba que existen hechos sociales.
Sin embargo, consideraba que estos hechos poseen ciertas especificidades de acuerdo con la esfera en la
que se encuentran, y que solo algunos de ellos tienen la particularidad de movilizar diversas dimensiones de
la vida de una sociedad. A estos, Mauss los llamó actos sociales totales y los consideraba como los más
fértiles como materia de estudio sociológico. La forma en que Mauss abordó el potlatch en el Ensayo sobre
el don fue reivindicada después por Lévi-Strauss como un ejemplo de que los fenómenos culturales son,
ante todo, fenómenos de comunicación.
Controversia en Francia
La antropología estructuralista se desarrolla como parte de un programa que pretendía integrar las ciencias
sociales en un quehacer multidisciplinario. Lévi-Strauss era consciente de que la Antropología era una
ciencia joven, la más reciente de las ciencias sociales, y, en el caso de Francia, una disciplina que tenía una
débil presencia a la sombra de la sociología.1 En la nueva relación que Lévi-Strauss pretendía establecer
entre las ciencias sociales, la antropología ocupaba un lugar central,2 lo que provocó reservas en los
ámbitos académicos de la historiografía y la sociología (Johnson, 2003: 17-18).
Pensamiento mágico
Según el estructuralismo, si se parte de que existe una identidad en el pensamiento humano, en el sentido de
que todos los seres humanos están dotados de la capacidad de raciocinio y que las reglas de la lógica son
constantes (Verón, 1977: XIV), el pensamiento mágico no puede más que considerarse como un sistema
epistemológico con la misma validez lógica que la ciencia. De acuerdo con el estructuralismo
antropológico, la magia y la ciencia no se oponen.
Nota: No obstante la validez de este razonamientos es pobre, ya que la validez de una afirmación no esta
dada solo por la lógica, también esta dada por las premisas. ¿Cómo obtiene el hombre esas premisas y cuán
válidas son? En este punto difieren muchísimo la ciencia y la magia, no por su lógica, sino por el método de
obtención de premisas y esto es algo esencial. Como humanos compartimos el raciocinio, pero son estos
métodos de obtención de premisas lo que diferencia un conocimiento tan marcado por la cultura (como el
mito) de una expresión un poco más liberada de ella (los hechos científicos, distintos de las interpretaciones
científicas)
La antropología estructuralista no niega que la ciencia tenga mejores resultados que la magia en lo que toca
a la teoría y a la eficacia de las soluciones que ofrece como medio de acercamiento a los fenómenos del
entorno humano. Sin embargo, destaca que ambas operan según las mismas reglas lógicas, cuyas
formalidades y reglas ya no son objeto de estudio antropológico. Lo que afirma la antropología
estructuralista es que la diferencia entre ambas radica en el significado de los elementos relacionados en un
fenómeno del contexto social y la manera en la que abordan el problema (Lévi-Strauss, 2001: cap. I
passim).
Si se afirma que la ciencia produce mejores resultados, conviene matizar esta afirmación. Desde el enfoque
estructuralista, la eficacia simbólica de un modo de conocimiento depende no solo de su éxito como medio
entre el ser humano y el entorno al que pretende manipular, sino también de los sujetos que se encuentran
involucrados en esos procedimientos. Los miembros de una sociedad comparten símbolos y signos, sus
significados y un conjunto de creencias (mitos) sobre ellos. Para que un sistema epistemológico sea eficaz,
es necesario que los involucrados en la manipulación simbólica de un fenómeno compartan el sistema de
creencias (Lévi-Strauss, 1977: 178).
Parentesco
La visión estructuralista del parentesco parte de que el matrimonio es la base de la sociedad en tanto que
permite establecer vínculos entre distintos grupos por medio de la unión de sus miembros. La orientación
estructuralista en el análisis antropológico del parentesco recibe el nombre de teoría de la alianza. Mientras
que para los funcionalistas-estructurales la importancia del parentesco se encontraba en la descendencia de
un matrimonio y las reglas que definen la herencia en cada sociedad, para los estructuralistas la esencia de
esa institución es la alianza matrimonial. Este concepto abarca no sólo el lazo conyugal entre los miembros
de un matrimonio, sino los vínculos que se crean entre los grupos de los que estos provienen.
Las reglas matrimoniales en cada sociedad tienen su base en la prohibición del incesto, que obliga a los
varones a renunciar a los derechos sobre las mujeres de su propio grupo y los obliga a intercambiar mujeres
con los hombres de otros grupos (Héritier, 2008: 9). Lo que han descubierto los especialistas es que en
todos los sistemas de parentesco conocidos son los hombres los que intercambian mujeres, pero no ocurre lo
contrario. Lo que intercambian los grupos no son personas, sino símbolos y, en el caso de las mujeres, lo
que adquiere un grupo mediante el reclutamiento de esposas es la capacidad de reproducirse. Para Françoise
Héritier las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer son la base de una atribución diferenciada de
significado para los sexos, y que hasta el momento no se ha conocido un solo sistema donde las mujeres no
se encuentren sometidas al hombre por causa de la valoración diferenciada de los sexos.
Las partes relacionadas por un matrimonio constituyen el átomo del parentesco. Es una estructura básica,
compuesta por un hombre y una mujer unidos en matrimonio, su descendencia y el hermano de la esposa.
La presencia de estos cuatro elementos implica la formación de ciertos vínculos entre ellos. Los esposos
están unidos por el lazo conyugal, su descendencia está unida a ellos por un vínculo de filiación, y entre el
esposo y el hermano de su esposa se establece una relación de alianza. El valor de cada vínculo y las
obligaciones que se contraen a partir de él son establecidos por las reglas de cada cultura. Ya que la
prohibición universal del incesto obliga a los hombres a buscar esposas fuera de sus grupos de origen, los
sistemas de parentesco refuerzan la cohesión social haciendo más densa la red de relaciones que se
establecen entre distintos grupos.
Lévi-Strauss descubrió que las reglas de los sistemas simples de parentesco no sólo definen cuáles son las
categorías incestuosas para los miembros de una sociedad —es decir, establece con quiénes no es posible
contraer matrimonio o tener relaciones sexuales—, sino que además prescriben la categoría de personas
donde debe buscarse el futuro cónyuge. En los sistemas complejos la elección de la pareja es decisión de
cada persona —tal como ocurre en las estructuras de parentesco de Occidente—. Existen además otros tipos
de sistemas intermedios, semicomplejos, donde el sistema de parentesco prohíbe el matrimonio con ciertas
categorías de parientes y amplía el número de categorías donde se encuentra el potencial cónyuge de cada
uno.
Véase también
Antropología social
Antropología del parentesco
Antropología funcionalista-estructural
Antropología simbólica
Antropología posmoderna
Claude Lévi-Strauss
Françoise Héritier
Notas
2. ”[…] nada útil puede hacer la antropología
1. En la clase inaugural de la Cátedra de sin colaborar estrechamente con las
Antropología Social del Colegio de ciencias sociales particulares; pero éstas,
Francia, Lévi-Strauss señala que Mauss por su parte, no podrían tener pretensiones
(etnólogo) había ocupado una cátedra de generalidad sin el concurso del
titulada “Sociología” porque no había
antropólogo, el único capacitado para
podido demostrar aún que la etnología era proporcionarles repertorios e inventarios
una ciencia por derecho propio (Lévi- que trata de tener completos” (Lévi-Strauss,
Strauss, 2004: 10). 1977: XXVII.
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