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PATRIMONIO

Y BIENES
Bienes Derechos Reales
y Sucesiones

Bloque 1

BDRSA0120
BIENES DERECHOS REALES Y SUCESIONES

El presente material recopila una serie de definiciones, explicaciones y ejemplos prácticos de autores especializados
que te ayudarán a comprender los temas principales de este bloque.

Las marcas usadas en la antología son única y exclusivamente de carácter educativo y de investigación, sin fines
lucrativos ni comerciales.

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BIENES DERECHOS REALES Y SUCESIONES

Patrimonio y bienes

1. Patrimonio

La palabra patrimonio proviene de las raíces latinas pater y patris, que significan ‘padre’, y monium que
significa ‘carga’. Etimológicamente, el término patrimonio viene del latín patrimonium, el cual denota: los
bienes o el conjunto de cosas corporales que el hijo adquiere por herencia de sus ascendientes, es decir,
todos los bienes que pertenecen a una persona adquiridos por cualquier título.

Sin embargo, definir al patrimonio resulta una tarea difícil, debido a que existen diversas acepciones del
término que parten desde la concepción jurídica estricta, atraviesan la contable y llegan a la económica.
El patrimonio se asocia con la idea de riqueza o conjunto de cosas que son propiedad de una persona
(Muñoz, 2010, p. 2). En el transcurso de este bloque, verás cómo los juristas se han ocupado de estudiar
el patrimonio y han propuesto varias teorías para explicarlo.

1.1. Concepto de patrimonio en sus diversas acepciones

El patrimonio es un concepto indispensable dentro del derecho civil. No se puede concebir al ser humano
sin la capacidad de adquirir bienes que, en un momento dado, constituyan una masa hereditaria y, por
tanto, un conjunto de cosas apreciables en dinero.

El patrimonio se ha definido como un conjunto de obligaciones y derechos susceptibles de una valorización


pecuniaria, que constituyen una universalidad de derecho. Según lo expuesto, el patrimonio de una persona
estará siempre integrado por un conjunto de bienes, de derechos y, además, por obligaciones y cargas; pero
es requisito indispensable que estos derechos y obligaciones que constituyen el patrimonio sean siempre
apreciables en dinero, es decir, que puedan ser objeto de una valorización pecuniaria (Rojina, 1963, p. 7).

Tradicionalmente, se ha definido al patrimonio como un atributo de la personalidad consistente en un


conjunto de bienes, derechos, deberes y obligaciones susceptibles de apreciación pecuniaria. Dicen los
juristas, en su más alta expresión, que es la personalidad misma del hombre, considerada en sus relacio-
nes con los objetos exteriores, sobre los cuales puede o podrá tener derechos que ejercitar. Comprende
no solamente los bienes ya adquiridos, sino también los bienes por adquirir.

En términos generales, se puede apreciar que el patrimonio comprende:

a. Bienes y derechos. Los primeros simbolizan la parte positiva o el activo de la persona, con el que
solventará sus necesidades y garantizará el cumplimiento de sus obligaciones a sus acreedores.
b. Por lo que respecta a las obligaciones —éstas representan la parte negativa, el pasivo o deudas de
las personas— que dispondrán de su activo para cumplir con ellas.

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c. Una universalidad jurídica es el conjunto de bienes, derechos y obligaciones comprendidos en el


patrimonio, los cuales constituyen una unidad abstracta en su conjunto no material; durante la vida
de las personas, permanece sin tocar, aunque sufra transformaciones como cambiar, perderse,
disminuir, aumentar, etc., el patrimonio como universalidad jurídica siempre es el mismo.
d. La valoración pecuniaria o económica del patrimonio, la cual equilibra el activo y el pasivo.

En el derecho romano, particularmente en las Institutas de Justiniano, las cosas se dividen en cosas fuera
del patrimonio y cosas dentro del patrimonio, lo cual te ayudará a comprender este concepto.

1.1.1. Cosas fuera del patrimonio

— Las cosas del dominio público son las pertenecientes en propiedad al Estado.
— Las cosas comunes a todos —como el aire, el agua de los ríos, el mar—, por su naturaleza, están
fuera del comercio.
— Las cosas sin dueño o que no pertenecen en propiedad a nadie y pueden comprender:
— Cosas de las que el hombre no se ha apoderado todavía o las que ha abandonado del todo.
— Las cosas que están separadas del comercio de los hombres, denominadas de derecho divino.

Ahora bien, existen las cosas que pertenecen a la comunidad y que no son de nadie en particular y se
dividen en:

— Cosas cuyo uso es común a todos los hombres.


— Cosas que pertenecen al pueblo.
— Cosas que son de corporaciones. Aunque estas cosas pertenecen a comunidades, no son de nadie
en particular, se consideran por ello fuera de nuestro patrimonio.

1.1.2. Cosas dentro de nuestro patrimonio

En este rubro se tienen las cosas que pertenecen a los particulares, las cuales se asocian a las cosas o
bienes que son de su propiedad. También pueden ser las que los particulares compran, venden o trans-
fieren y, por lo tanto, no son ni comunes, ni de derecho divino, ni públicas.

1.2. Elementos del patrimonio

A partir de la definición ya revisada de patrimonio, es menester identificar desde el punto de vista econó-
mico sus dos elementos: el activo y el pasivo.

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El activo se compone por todo aquello que, dentro de la masa patrimonial, tiene un contenido económico
que beneficia a su titular, es decir, todos los bienes y derechos pertenecientes a una persona. Jurídica-
mente se integra por el conjunto de bienes y derechos apreciables en dinero, expresados en derechos
reales, así como en derechos de crédito.

El pasivo se integra por el total de las obligaciones del titular del patrimonio. Como obligación se entien-
de a la relación jurídica entre dos personas, una de ellas denominada deudor, misma que se encuentra
sujeta a otra llamada acreedor, la cual posee el atributo de exigir una prestación de carácter patrimonial
(obligaciones y cargas también susceptibles de valorización pecuniaria).

La diferencia entre el activo y el pasivo de una persona arroja su haber patrimonial si el primero es superior
al segundo o su déficit patrimonial, en caso contrario.

El pasivo, como parte del patrimonio, puede aumentar o disminuir e incluso ser mayor que el activo, en
cuyo caso no se puede decir que la persona se ha quedado sin patrimonio, pues como se ha afirmado, el
patrimonio es una universalidad jurídica inherente a la persona mientras viva.

Figura 1. Elementos del patrimonio desde el punto de vista económico

Derechos Deberes
(Activos) (Pasivos)

1.3. Patrimonio como atributo de la personalidad

Los atributos de la personalidad son las cualidades jurídicas que necesariamente tienen todas las perso-
nas. Entre persona y patrimonio se establece una íntima relación. La existencia física del individuo sería
imposible si éste no fuera capaz de poseer alguna parte, por mínima que sea, del mundo exterior que le
rodea. De ahí que, al poseer esa parte de mundo exterior, tenga sobre la misma un conjunto de derechos
nacidos de su propia necesidad de subsistir, los cuales se llaman patrimoniales.

El patrimonio como ya se expresó, es integrado por los bienes, los derechos y las obligaciones que consti-
tuyen una sumatoria de haberes y deberes, una entidad jurídica abstracta, la cual independientemente del
movimiento que sufra desde el punto de vista material, se mantiene invariable como un atributo de la persona
de derecho. Esto se reduce a lo siguiente: no hay patrimonio sin persona, pero tampoco hay persona sin
patrimonio (Muñoz, 2010, p. 12).

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Por lo anterior, se puede afirmar que el patrimonio es un atributo de la personalidad y, por tal motivo, es
inseparable de la persona.

1.4. Teorías sobre el patrimonio

Las teorías acerca del patrimonio se crearon a principios del siglo XIX cuando los juristas comenzaron a
resolver las interrogantes planteadas a través de una institución que aplicaba un mismo régimen jurídico a
una agrupación de bienes y obligaciones singulares y heterogéneas a las que denominaron patrimonio, el
cual daba respuesta a dichas interrogantes de manera sistemática. Entre el entramado teórico, destacan
diversas corrientes que se abordarán a continuación.

1.4.1. Clásica, subjetivista o del patrimonio


personalidad (fundamentos y críticas)

Para esta teoría, la cohesión se deriva de que esos bienes, derechos y obligaciones son susceptibles de
ser valuados en dinero de diversa naturaleza; reales o personales pertenecen a una misma persona, con
lo cual se conforma una masa única cuya existencia es abstracta. Dicho conjunto es un todo ideal, el cual
es considerado una universalidad jurídica, a razón de que a dicho conjunto se le aplique a cada uno de
los elementos que lo integran cuando son considerados de manera individual.

En el seno de la escuela exegética se desarrolla la noción del patrimonio, en la cual se afirma que puede
contener todos los bienes, incluso los derechos de la personalidad (Planiol y Ripert, 1997, p. 335).

Asimismo, se considera que el patrimonio es de naturaleza puramente intelectual, por lo que los elementos
que lo constituyen también deben revestirse del mismo carácter. Los objetos exteriores sobre los cuales
tiene derecho una persona sólo pueden reconocerse como partes integrantes del patrimonio a título de
bienes y en razón de la utilidad que puedan producir.

1.4.2. Teoría del patrimonio afectación u objetivista

Ante las muchas críticas de la escuela clásica o conceptualista, se elaboran otras teorías, entre las que
destaca la del patrimonio afectación. La base de esta teoría descansa en la afirmación de que la fuerza
que une y cohesiona a los elementos del patrimonio para la formación de una unidad no es la personalidad,
sino la afectación del conjunto de bienes para la realización de un fin específico y determinado.

Conforme a esta doctrina, la noción de patrimonio ya no se confunde con la de personalidad ni se le atri-


buyen las mismas características de indivisibilidad e inalienabilidad propias de la persona, como lo hace
la teoría clásica (Planiol y Ripert, 1997, p. 335).

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1.4.3. La tesis ecléctica

Esta teoría fue estructurada por el profesor francés Saleilles, quien acepta los dos elementos: corpus y
animus. En esta propuesta, el autor caracteriza al corpus como el que constituye al corpus posesorio,
es decir, un conjunto de hechos susceptibles de descubrir una relación permanente de apropiación eco-
nómica, un vínculo de explotación de la cosa puesta al servicio del individuo entre aquel a quien dichos
hechos se refieren y la cosa que éstos tienen por objeto.

1.4.4. Teoría clásica francesa

De acuerdo con esta teoría, el patrimonio puede contener todos los bienes, incluso los derechos de la
personalidad que son derechos extrapatrimoniales, aun cuando los códigos no contemplen estos dere-
chos dentro del patrimonio.

1.4.4.1. Teoría de Marcel Planiol y Georges Ripert

Planiol y Ripert indican tras su estudio del patrimonio que éste es el conjunto de derechos y obligaciones
pertenecientes a una persona estimables en dinero. Estos juristas se mantienen fieles a la teoría del
Aubry y Rau, sin embargo:

lo novedoso consiste en lo relativo a la composición del patrimonio, esto es que, teniendo un carácter mone-
tario, comprende un activo y un pasivo. Se trata no sólo de derechos y bienes, sino también de obligaciones
o deudas de naturaleza muy variada, pero de ninguna manera comprende todo lo que la persona posee,
pues sólo tienen carácter patrimonial los derechos y obligaciones estimables en dinero; todo lo que carece
de ese valor queda fuera del patrimonio. (Planiol y Ripert, 1997, p. 355).

Por lo anterior, quedan dentro del patrimonio los derechos reales y los derechos de crédito u obligaciones.

1.4.4.2. Posición de Julien Bonnecase

Bonnecase explica que la noción del patrimonio se encontraba en estrecha relación con la noción de
obligación y reconoce, en primera instancia, que ha provocado controversias científicas. Cuestiona la
posibilidad de una confusión entre patrimonio y personalidad, por lo que considera a la teoría conceptua-
lista deductiva y artificiosa, inútil y peligrosa según lo explica la escuela clásica.

Además, observa que lo que se debe conservar de la teoría conceptualista es la noción de que el patrimonio
es una universalidad jurídica, integrada por el conjunto de derechos de tipo económico que pertenecen
a la persona u obligaciones de la misma naturaleza.

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Bonnecase comenta que el patrimonio comprende todos los bienes que pertenecen a un hombre y todas
las obligaciones que representan un valor pecuniario a favor de otras personas.

Los bienes representan la parte activa del patrimonio, las obligaciones el pasivo. Por el contrario, quedan fuera
del patrimonio los derechos que no tienen carácter pecuniario: los derechos de familia, la patria potestad, los
derechos públicos, etc. Sin embargo, la violación de éstos genera una acción civil de reparación contra el
culpable, de naturaleza pecuniaria y, por ende, forma parte del patrimonio (Bonnecase, 1985, pp. 668-669).

1.4.5. Clases de patrimonio

Ahora bien, las clases de patrimonio que se distinguirán son bruto y neto. Ambos miden la misma magni-
tud, pero son diferentes conceptos y debes distinguirlos para que no haya confusión. Las dos nociones
son expresiones cuantitativas utilizadas para el cálculo de magnitudes económicas.

1.4.5.1. Patrimonio bruto

Podemos decir que es la totalidad de los bienes y derechos que están a nombre del contribuyente, de la
persona o de la empresa. Lo importante es que la persona figure a nombre del bien, dejando de lado si lo
debe en su totalidad. Contablemente, el patrimonio bruto es el conjunto de bienes y derechos, es decir,
activos.

1.4.5.2. Patrimonio neto

Es la diferencia entre el activo y el pasivo. Representa el monto que las personas o socios tendrían si se
vendieran todas sus propiedades y se pagaran todas las deudas adquiridas.

1.5. Crítica a la teoría del patrimonio

El patrimonio tiene un carácter económico, así como los bienes y derechos que lo integran tienden a esa
finalidad jurídico-económica que permite hacer frente a las obligaciones que adquiere una persona. Son
las personas quienes deciden el fin de sus bienes de acuerdo con su conveniencia, y que pueden cambiar
dicho fin si así lo requieren en cualquier momento. El único límite a esa decisión es lo que establezcan
las leyes.

En el derecho nacional, de acuerdo con los caracteres y tendencias principales del derecho francés, no
se ha adoptado la doctrina del patrimonio de afectación, por el contrario, subsiste con algunas modalida-
des lo dispuesto por la doctrina clásica, ya que toda persona necesariamente debe tener un patrimonio
y solamente pueden tener bienes las personas.

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1.6. La condición del acreedor quirografario frente al patrimonio del deudor

La condición del acreedor quirografario frente al patrimonio del deudor es un tema en estrecha relación
con la teoría del patrimonio, misma que incide en la formulación de la misma. De acuerdo con diversos
autores, la teoría del patrimonio se ha elaborado en beneficio del acreedor quirografario, a fin de evitar
que sean vulnerados sus derechos en el caso de transmisiones a título universal del patrimonio.

Esta figura encontrada en los derechos de crédito no tiene la cobertura de los documentados, además
de que su posesión se reduce a una pretensión de recuperar un dinero que carece de garantía concreta
y queda expuesto al incumplimiento, por lo que a este pago sólo puede responder el patrimonio.

En este caso, el patrimonio opera como una garantía ante las pretensiones de los acreedores.

Los acreedores quirografarios son causahabientes universales del autor, el acreedor tiene un derecho de
garantía general sobre los bienes de su deudor. Este derecho no recae sobre algún elemento determinado,
sino sobre el patrimonio mismo, es decir sobre la masa de todos los bienes que sean partes del patrimonio
del deudor, al recurrir el acreedor a la ejecución forzosa (Bonnecase, 1985, p. 673).

1.7. Las diversas teorías para distinguir el derecho real del personal

Al tomar como base los bienes que se encuentran dentro y fuera del patrimonio, se deben estudiar las
distintas teorías que comparan los derechos reales con los derechos personales.

Hasta este momento, se ha comprendido que el ser humano ejerce ciertos derechos sobre las cosas;
puede exigir frente a los demás como obligación individual o colectiva y, a la vez, tiene derecho a exigir a
una persona determinada la obligación de dar, hacer y no hacer, de la cual emanan los que se conocen
como derechos reales y derechos personales.

1.7.1. Escuela clásica o del exégesis

Los autores de esta escuela, principalmente Aubry, Rau y Baudry Lacantinerie, piensan que hay una
separación irreductible entre los derechos reales y los personales.

1.7.2. Teoría de Julien Bonnecase

La tesis exegética hoy día es rechazada. Julián Bonnecase presenta una variante de la teoría dualista, en
la cual afirma que hay una separación absoluta entre los derechos reales y personales —no sólo desde
el punto de vista jurídico sino económico—. Acepta todas las diferencias que señala la escuela clásica,

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pero reconoce que éstas deben tener una explicación, misma que depende de la naturaleza económica
diversa que constituye el contenido de los derechos reales y personales.

En la teoría de Bonnecase se encuentran dos fenómenos económicos fundamentalmente diversos que


constituyen el contenido respectivo de los derechos reales y personales: el primero es la apropiación de
la riqueza y el segundo es la prestación del servicio. Considera que en economía nadie podrá confundir
el fenómeno de apropiación de riqueza con el de utilización de los servicios; tan no se confunden que
constituyen factores diversos de la producción: por una parte el capital y por otra el trabajo o servicio. Son
fenómenos primarios de toda colectividad (Bonnecase, 1985, p. 670).

1.7.3. Teoría personalista de Marcel Planiol

Esta tendencia afirma que el derecho real tiene la misma naturaleza que el personal. Para sustentar esta
tesis, primero se hace la crítica a la teoría clásica, sostienen diversos autores que no es exacto que haya
una relación jurídica directa e inmediata entre la persona y la cosa; que el derecho real como tal implica
una relación jurídica, por lo que necesariamente debe tener un sujeto activo y un sujeto pasivo, al afirmar
que el derecho real es una relación directa entre persona y cosa, le da a ésta el carácter de sujeto pasivo,
lo que es un absurdo. Por consiguiente, no puede haber relación entre persona y cosa (Planiol y Ripert,
1997, p. 356).

1.7.4. Teoría objetivista

Afirma que el derecho personal tiene la misma naturaleza que el real, toda vez que se ha despersonaliza-
do la obligación. No depende de un sujeto activo determinado o de un sujeto pasivo, puesto que pueden
cambiarse los sujetos sin que la obligación se extinga, como pasaba en el derecho romano.

1.7.5. Teoría ecléctica

Planiol y Ripert, en su Tratado práctico de derecho civil francés, sostienen una posición ecléctica, con
la cual podría definirse el derecho real como un poder jurídico que ejerce una persona sobre un bien
determinado, de manera directa e inmediata, para aprovecharlo total o parcialmente; siendo oponible
dicho poder a un sujeto indeterminado que tiene la obligación de abstenerse de perturbar al primero en
el ejercicio de su derecho (Planiol y Ripert, 1997, p. 368).

La tesis ecléctica se llama así porque admite las conclusiones de la escuela personalista y de los exége-
tas al definir a los derechos reales como poderes jurídicos en forma directa e inmediata que ejerce una
persona sobre bienes determinados para su aprovechamiento económico total o parcial.

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1.8. Naturaleza jurídica de las obligaciones “propter rem”,


de las personales y otros derechos reales

Este tercer elemento del patrimonio u obligación propter rem es una fusión entre derechos personales
(obligaciones) y derecho sobre las cosas reales; sin embargo, no es lo uno ni lo otro, dado que se coloca
en una situación intermedia en la cual, quien detenta una cosa, resulta obligado a la prestación de un
hecho o a su abstención.

1.8.1. Julien Bonnecase

Bonnecase explica que en el derecho francés existen obligaciones totalmente distintas bajo el nombre de
obligaciones reales o propter rem, las cuales son, por una parte, personales u obligaciones propiamente
dichas y, por otra, de derechos reales (Bonnecase, 1985, p 730).

Consisten en la necesidad que tiene el deudor de realizar un acto positivo, exclusivamente en razón y en
la medida de una cosa que posee (Muñoz, 2010, p. 57).

De tal forma que hay una diferencia esencial entre la obligación real y la obligación personal o de derecho
común; la obligación propter rem o real es una obligación en el sentido verdadero del término, pues no se
absorbe en los diversos derechos reales de que es accesoria.

Por otro lado, las obligaciones propter rem, relacionadas con un derecho real del cual son accesorias,
son rigurosamente legales y sólo pueden estar dispuestas por la ley al igual que los derechos reales de
los cuales son accesorias. (Muñoz, 2010, p. 57).

En el siguiente cuadro podrás observar las diferencias entre una obligación propter rem y las obligaciones
personales.

Cuadro 1. Obligación propter rem y las obligaciones personales

Obligaciones propter rem Obligaciones personales

Son accesorias, pues dependen o Son autónomas, no dependen


son cargas de un derecho real. de otra.

Permanecen ligadas al obligado No dependen de otra cosa por


en tanto posea la cosa de la cual ser principales, dependen y
dependa o de la cual es accesoria. son inherentes al deudor.

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El deudor se obliga con todo


Como son accesorias, no pueden su patrimonio, es decir, con
exceder el monto de la cosa todos sus bienes, salvo los
principal de la cual dependen. que la ley deja a salvo como no
alienables o no embargables.

Se transmiten por la simple Requieren la autorización o el


transmisión de la posesión consentimiento del acreedor para la
o dominio sobre la cosa. transmisión o cambio de deudor.

Fuente: Adaptado de Muñoz (2010).

1.8.2. Derechos reales in faciendo

Se puede definir los derechos reales in faciendo como un vínculo legal entre dos personas y una de ellas
una confiere un derecho a obtener de la otra una determinada prestación.

Para entender esto, se debe tener en cuenta que un derecho in faciendo es un derecho real que no implica
la satisfacción de un interés del poseedor por un señorío sobre su cosa, para lo cual se necesita que un
tercero realice alguna prestación.

Son los derechos reales de hacer o que conllevan la obligación de realizar una prestación positiva a cargo
del propietario de un fundo en favor del titular activo del derecho real. Aparecen como gravámenes que
imponen una carga real, como es el caso de los censos consignativo y reservativo. Del cumplimiento de las
prestaciones sólo responde el valor del inmueble sobre el que recae el gravamen, ya que el obligado puede
liberarse de éste transmitiendo el fundo. En todo caso, se trata de figuras intermedias entre los derechos
personales o de crédito, y los derechos reales (Rojina, 1982, p. 39).

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2. Bienes
Para los temas cosa y bien hay amplios estudios de diversos autores que se refieren a la cosa como el
género del bien, ya que éste es susceptible de apropiación; son bienes las cosas que forman parte del
patrimonio de una persona, por lo que también existen quienes consideran que son entes extrajurídicos,
mientras que bienes son concretamente cuando reciben una particular calificación jurídica en virtud de
la cual son idóneas para cumplir una determinada función económica o social. Por ello, es importante
conocer las diversas distinciones que hacen los autores para diferenciar las cosas de los bienes.

2.1. Concepto de bien y su distinción con la cosa

Según el Diccionario de la Lengua Española (2018), cosa proviene del latín causa y significa “todo lo
que tiene entidad, ya sea corporal o espiritual, natural o artificial, real o abstracta”. Se trata de un objeto
inanimado opuesto a un ser viviente, lo cual otorga una primera distinción entre el significado de cosa y
el de bien.

Por lo anterior una cosa es cualquier objeto, lo que significa que es un concepto más amplio que el de
bien, tanto en su sentido estrictamente gramatical como desde el punto de vista jurídico. Por lo que se
puede decir que cosa es todo aquello que tiene entidad real abstracta, material o de razón. El bien, por
su parte, tiene diversos significados, sin embargo, para efectos de estudio de este tema se empleará el
término para referirse a la cosa o cosas objeto de apropiación.

Es necesario distinguir la noción de cosa y la de bien. De acuerdo con Bonnecase, la cosa es un objeto
o elemento material fuera de toda idea de apropiación. En cambio, el bien es un objeto material, consi-
derado desde el punto de vista de apropiación actual o virtual. En el fondo, la noción de cosa y la de bien
únicamente se separan desde el punto de vista de la idea de apropiación (Bonnecase, 1985, p. 47).

2.1.1. Concepto económico y jurídico de bien

Desde un punto de vista jurídico, la ley entiende por bien todo aquello que puede ser objeto de apropia-
ción. Este significado es distinto del económico, donde es todo aquello que pueda ser útil al hombre. Por
lo tanto, aquellos bienes que no puedan ser objeto de apropiación, aun cuando sean útiles al hombre,
no lo serán desde el punto de vista jurídico. En la naturaleza existe una gran cantidad de bienes que no
pueden ser objeto de apropiación como el aire, el mar, los astros, etcétera.

Por tanto, se puede decir desde el punto de vista económico que los bienes son apreciados en la medida
en que son útiles para la satisfacción de necesidades, ya sea de manera directa o al brindar un servicio.
Así mismo, una cosa refiere, de manera genérica, a cualquier tipo de realidad u objeto; desde el punto
de vista jurídico, referirse a un bien es igual a aquellas cosas susceptibles de apropiación en provecho
de un particular.

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2.2. Noción de bien en la legislación mexicana

En derecho se dice que son objeto de apropiación todos los bienes que no están excluidos del comercio.
Dicha idea también se encuentra plasmada en el artículo 747 del Código Civil Federal (2019).

Según el artículo 748 del mismo código, “las cosas pueden estar fuera del comercio por su naturaleza o
por disposición de la ley” (p. 80). El artículo 749, por su parte, añade que “están fuera del comercio por su
naturaleza las que no pueden ser poseídas por algún individuo exclusivamente, y por disposición de la
ley las que ella declara irreductibles a propiedad particular” (p. 80).

Con base en estas disposiciones normativas vigentes, entendemos que hay bienes que en ninguna circuns-
tancia pueden ser de propiedad del particular y otros que, por lo contrario, pueden ser exclusivos y de la
propiedad de un individuo, estos últimos se encuentran en el comercio, de manera que pueden ser objeto de
transacciones entre individuos (Muñoz, 2010, p. 54).

2.3. Clasificación de los bienes

En el derecho se hacen distintas clasificaciones de los bienes. En realidad, al derecho sólo le importan
desde el punto de vista de su clasificación, a partir de la cual se fijan ciertas reglas para organizarlos con
modalidades jurídicas distintas.

2.3.1. Bienes corpóreos y bienes incorpóreos

— Bienes corpóreos o corporales. Son aquellos que ocupan un lugar en el espacio y pueden ser
percibidos por nuestros sentidos.
— Bienes incorpóreos o incorporales. Aquellos que no ocupan un lugar en el espacio ni pueden ser
percibidos por nuestros sentidos, creación de la inteligencia humana.

2.3.2. Bienes muebles y bienes inmuebles

De acuerdo con su movilidad, los bienes pueden ser:

a. Bienes muebles. Son lo que pueden trasladarse de un lugar a otro por fuerza propia o por una
fuerza externa a ellos sin que se deterioren. Los bienes muebles pueden serlo:
— Por su naturaleza. Dadas sus propias características, tienen la posibilidad de moverse por sí
mismos de un lugar a otro (animales), también están los que, para moverse requieren una fuerza
externa (una mesa).

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— Por disposición de la ley. Al no tener la posibilidad de trasladarse de un lugar a otro, la ley los
considera muebles. Por ejemplo, los derechos que recaen sobre los bienes muebles son muebles
(Muñoz, 2010, p. 63).
b. Bienes inmuebles. Son aquellos que no pueden ser trasladados de un lugar a otro sin que se altere
su forma o sustancia, es decir, no pueden moverse por su naturaleza o constitución física o corporal.
Sin embargo, es importante decir que realmente es la ley, atendiendo a otras consideraciones, la
que indica los bienes que se consideran inmuebles. Estos son:
— Por su naturaleza. Son aquellos que por su fijeza imposibilitan la traslación de un lugar a otro,
se aplica exclusivamente a los bienes corporales, es decir, a las cosas; se incluyen la tierra, los
edificios, toda clase de construcciones, entre otros.
— Por su destino. Son aquellos muebles que, por su naturaleza, pertenecen al dueño de un
inmueble, son accesorios del mismo y necesarios para su uso y explotación (Montoya (2016).
— Inmuebles por el objeto al cual se aplican. Se refiere a los derechos reales constituidos sobre
inmuebles, uso, usufructo, habitación, servidumbre, hipoteca (Muñoz, 2010, p. 64).

2.3.3. Bienes fungibles y no fungibles

— Bienes fungibles. Son aquellos que tienen la posibilidad de ser sustituidos por otros de la misma
especie, cantidad y calidad.
— Bienes no fungibles. Son los que no pueden ser sustituidos por otros de la misma especie, cantidad
y calidad; se puede decir que de alguna manera son únicos, por ejemplo, una obra de arte.

2.3.4. Bienes divisibles y bienes indivisibles

Cabe señalar que se entiende por división a la acción de separar un todo en las partes que lo integran, sin
que ello signifique la destrucción del bien o de las partes (Muñoz, 2010, p. 67).

— Bienes divisibles. Son aquellos susceptibles de dividirse sin que el valor económico de la suma
de sus partes sea inferior al valor del todo; por ejemplo, una biblioteca se puede vender completa o
cada una de sus obras por separado.
— Bienes indivisibles. Son los bienes cuyo valor económico total sólo existe en tanto constituyen una
unidad, es decir, cuando se separa la unidad que los integra pierden su valor, lo que equivale a su
destrucción; por ejemplo, un automóvil.

2.3.5. Bienes simples y bienes compuestos

— Bien simple es el que tiene una estructura uniforme y no admite divisiones en partes que adquieran
individualidad (de la naturaleza).
— Bien compuesto es el formado por dos o más cosas simples unidas, fusionadas o mezcladas, que
pierden su individualidad en la composición (de la actividad del hombre).

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2.3.6. Bienes principales y bienes accesorios

— Los bienes principales. Son los que se bastan a sí mismos para existir, ya que no depende de
otros bienes; por ejemplo, una casa.
— Los bienes accesorios. Tienen existencia y función relacionada con un bien principal, es decir, su
existencia y función dependen de un bien principal; por ejemplo, las ventanas de una casa.

2.3.7. Bienes del poder público y bienes de poder privado

— Los bienes del dominio público. Son bienes que el Estado se reserva para sí por considerarlos
de utilidad pública, por lo que el dominio de éstos no puede estar en manos de particulares. Están
expresamente declarados en las leyes: a ellos se refieren el Artículo 27 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y sus respectivas leyes reglamentarias. En general, se trata de
bienes de uso común del propio Estado, como las calles y las riquezas del subsuelo.
— Los bienes del dominio privado. Son todos los bienes que, de acuerdo con la ley, pueden ser
sujetos de apropiación por parte de los particulares, es decir, el dominio de éstos puede pertenecer
a una persona y nadie puede aprovecharse de ellos sin el consentimiento del duelo o la autorización
de la ley.

2.3.8. Bienes mostrencos y bienes vacantes

— Los bienes mostrencos. Se refieren a bienes muebles abandonados o perdidos, cuyo dueño se
desconoce. El término se utiliza para los bienes muebles o semovientes que no tienen dueño.
— Los bienes vacantes. Son bienes inmuebles sin dueño cierto o conocido, por ejemplo, un terreno
que se halla en total abandono y no se sabe quién es el dueño.

2.3.9. Bienes dentro del comercio y bienes fuera del comercio

Aquellas cosas que los particulares pueden comprar, vender o transferir se llaman “cosas que están en el
comercio de los particulares”. No obstante, existen algunas cosas que por su destino se hallan substraídas
al comercio de los particulares, es decir, que no está permitido adquirir sobre ellas derechos según los
principios vigentes para las demás. De tales se dice que se “hallan fuera del comercio de los hombres” y
a ellas pertenecen las cosas comunes o públicas.

2.4. Clasificación de los bienes en la legislación mexicana

A continuación, revisarás la regulación que el Código Civil Federal (2019) sostiene ante los bienes. En
este sentido, es necesario aclarar que el código acepta las categorías ya descritas.

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BIENES DERECHOS REALES Y SUCESIONES

Primeramente, este documento explica que pueden ser objeto de apropiación todas las cosas que no
estén excluidas del comercio, es decir, que sólo se consideran bienes aquellas cosas que se encuentran
en el comercio.

Por lo anterior, el código menciona que las cosas halladas fuera del comercio no pueden ser objeto de
apropiación y, por disposición de ley, quedan excluidas.

— De acuerdo con su movilidad: en bienes muebles.


— De acuerdo con la posibilidad: fungibles y no fungibles.
— De acuerdo con la certidumbre del propietario: mostrencos y vacantes.
— De acuerdo con su materialidad: corpóreos e Incorpóreos.
— De acuerdo con la persona a la que pertenecen: del dominio público y del dominio privado.
— De acuerdo con su duración: consumibles y no consumibles.
— De acuerdo con su dependencia: principales y accesorios.
— De acuerdo con su divisibilidad: divisibles e indivisibles.

2.5. Artículo 27 Constitucional

El Artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos aborda las facultades que
la nación tiene sobre todos los recursos naturales que existen en el país. Específicamente en el primer
párrafo afirma que tanto la tierra como las aguas que comprenden el territorio nacional son propiedad de
la nación en un principio y que es el Estado quien tiene la facultad de transmitir el dominio a particulares.
De esta forma nace la propiedad privada.

En este aspecto, la nación tendrá el derecho de distribuir la tierra por conveniencia al interés público; así
mismo, será capaz de conservar los medios para el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de
vida de la población.

2.6. Ley General de Bienes Nacionales

La Ley General de Bienes Nacionales (2018) tiene por objeto establecer:

— Los bienes que constituyen el patrimonio de la Nación;


— El régimen de dominio público de los bienes de la Federación y de los inmuebles de los organismos des-
centralizados de carácter federal;
— La distribución de competencias entre las dependencias administradoras de inmuebles;
— Las bases para la integración y operación del Sistema de Administración Inmobiliaria Federal y Paraesta-
tal y del Sistema de Información Inmobiliaria Federal y Paraestatal, incluyendo la operación del Registro
Público de la Propiedad Federal;

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BIENES DERECHOS REALES Y SUCESIONES

— Las normas para la adquisición, titulación, administración, control, vigilancia y enajenación de los inmuebles
federales y los de propiedad de las entidades, con excepción de aquéllos regulados por leyes especiales;
— Las bases para la regulación de los bienes muebles propiedad de las entidades, y la normatividad para
regular la realización de avalúos sobre bienes nacionales (p. 1).

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REFERENCIAS

Bonnecase, J. (1985). Elementos de Derecho Civil, Tomo II. México: Cajica Jr.

Código Civil Federal. (2019). Recuperado de

Ley General de Bienes Nacionales. (2018). Recuperado de

Montoya, O. (2016). Diccionario Jurídico [versión electrónica]. Recuperado de

Muñoz, C. (2010). Bienes y Derechos Reales. México: Oxford.

Planiol, M. y Ripert, J. (1946). Tratado práctico de Derecho Civil Francés. Francia: Habana Cultural.

Real Academia Española (2019) Diccionario de la lengua española [versión electrónica]. Recuperado de

Rojina, R. (2011). Compendio de Derecho Civil II, Bienes, Derechos Reales y Sucesiones. (44ª ed.).
México: Porrúa.

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