Está en la página 1de 42

EL PATRIMONIO

Hemos considerado conveniente señalar la


noción del patrimonio, debido a la estrecha
vinculación que tiene con los derechos
reales en general.
NOCIÓN JURÍDICA
CABANELLAS: Define el patrimonio como «El
conjunto de bienes, créditos y derechos de una
persona y su pasivo, deudas u obligaciones de índole
económica. Hacienda o bienes que se heredan de los
ascendientes. Bienes propios, adquiridos
personalmente por cualquier título. Los bienes
propios, espiritualizados antes y luego capitalizados y
adscritos a un ordenamiento como título y renta para
su ordenación»
CAPITANT: « Es el conjunto de los
derechos y de las cargas, apreciables en
dinero, de que una misma persona puede
ser titular u obligada y que constituye una
universalidad jurídica. La palabra se
emplea alguna vez para designar una
masa de bienes que tiene una afectación
especial; por ejemplo, una fundación»
SALVAT: « El patrimonio se compone de
un activo y un pasivo, el activo está
formado por los bienes que posee la
persona; el pasivo lo forman las cargas
( o deudas) que la gravan. Es el
conjunto de bienes de una persona y
de las cargas que la gravan».
CARACTERISTICAS DEL PATRIMONIO
De acuerdo a la concepción clásica. AUBRY y
RAU son los expositores de esta teoría y
plantean:
1. Sólo las personas pueden tener un
patrimonio, pues son las únicas que se
encuentran en aptitud de poseer bienes, gozar
de derechos de crédito y contraer obligaciones.
2. Toda persona tiene necesariamente un patrimonio.
Desde luego, puede suceder que carezca de bienes, y,
por el contrario, este agobiada por deudas . El
patrimonio, en suma, no importa forzosamente un valor
positivo y se asimila, por lo tanto, a una bolsa que puede
estar vacía como también llena de bienes y obligaciones
3. Cada persona no tiene sino un patrimonio. El
patrimonio es uno, como la persona. La regla general es,
pues, la unidad del patrimonio y sólo excepcionalmente
puede sufrir determinadas restricciones establecidas por
ley.
4. El patrimonio es inseparable de la persona.
Por lo tanto y mientras ésta exista no podrá
producirse su transmisión a favor de otra
persona y lo único que cabe es enajenar los
bienes que le están incorporados.
5. Como universalidad, es la consecuencia de
la personalidad indisolublemente ligada a ella.
TEORIA DEL PATRIMONIO SIN DUEÑO o
PATRIMONIO OBJETIVO
Sostenida por los alemanes. No puede
identificarse el patrimonio con la
personalidad.
Los bienes en efecto entran y salen del
patrimonio.
En los créditos se constituyen y cancelan.
Las obligaciones se contraen o extinguen,
pero existirá siempre un saldo que podrá
ser activo o pasivo.
LA DOCTRINA ACTUAL: Las
características del patrimonio son:
1.En una entidad abstracta, que
comprende un activo y un pasivo
reducibles a una suma de dinero.
2.Por ser abstracto, el patrimonio no puede
identificarse con la persona, como
erróneamente sostiene la teoría clásica.
3. Es divisible, pues cabe separarlo en
sectores o compartimientos, sometiendo
cada uno de ellos a un régimen jurídico
diferente.
4.Es en principio inalienable, aunque como
señalan PLANIOL y RIPERT , «este
carácter recibe muchas restricciones que
limitan su alcance».
LOS BIENES
Concepto.-
Los bienes son el objeto de los Derechos Reales.
Bien es toda entidad, material o inmaterial, que
es considerada por la ley, en cuanto constituye o
puede constituir objeto de relaciones jurídicas.
Los bienes se distinguen de las cosas.
Las cosas, en términos jurídicos, son los
objetos materiales de valor económico que son
susceptibles de ser apropiados, transferidos en
el mercado y utilizados por las personas con la
finalidad de satisfacer necesidades.
El concepto de BIEN es más amplio;
comprende a las cosas (bienes corporales) y a
los derechos (bienes inmateriales). Este es el
sentido de bien que utiliza el C.C.
En Roma el concepto de cosa estuvo
relacionado inicialmente con lo material, lo
perceptible por los sentidos, aquello que
era parte integrante del mundo físico. La
noción de cosa partió de lo más elemental,
de la comprobación de la realidad a través
de los sentidos. Por eso en la Roma
clásica se alude a res corporales.
El desarrollo y la evolución de los conceptos jurídicos
determinaron la necesidad de ampliar la idea de cosa a
las res incorporales, aquellas perceptibles con la
inteligencia.
El Dr. Gustavo Palacio Pimentel , en su obra «Manual
de Derecho Civil», manifiesta que:
Cosa, en sentido lato, amplio es todo lo que tiene
entidad corporal, o espiritual o artificial, real o abstracta
y que tiene existencia. Cosa es todo lo que está en
nuestro mundo exterior, exceptuando a las personas.
Se trata de seres de los tres reinos de la
naturaleza: animal, vegetal y mineral y todo
aquello que es producto del trabajo del
hombre.
Serán bienes los objetos o cosas corporales o
incorporales susceptibles de tener un valor y
que pueden ser susceptibles de apropiación o
de derechos. Por su parte, los derechos son
bienes incorporales.
En tal virtud, entre otros, se considera
bien: el dinero, las mercancías, los predios,
ganado, máquinas; luego el derecho de
propiedad sobre una obra artística,
literaria, científica, producto de la
imaginación humana (propiedad
intelectual, literaria, artística, industrial,
patentes de invención).
CARACTERÍSTICAS:
1. El bien es diferente al sujeto: La noción de bien
se contrapone a la de persona, como sujeto de
relaciones jurídicas. Las personas o su fuerza de
trabajo (distinta a su resultado) no son bienes. Por
el contrario, en la antigüedad las personas eran
cosas. Es el caso de los esclavos en el Derecho
Romano, que eran susceptibles de apropiación y
que brindaban utilidad, en el sentido económico del
término.
2. El bien es un concepto que tiene
relevancia jurídica: Lo que es indiferente
al ordenamiento legal no es bien. La
relevancia jurídica, es decir, el interés, la
impone la ley.
3. El bien proporciona utilidad: Los bienes deben
ser útiles a los hombres en sus relaciones sociales.
La utilidad puede ser de diversa índole, como
material o moral. Para que los bienes sean útiles,
deben ser susceptibles de apropiación. La luz solar,
por ejemplo, no es jurídicamente un bien porque no
puede ser apropiada. Si bien la luz solar es
necesaria y útil, su regulación legal no brindaría
utilidad alguna a los hombres en sus relaciones
sociales.
La posibilidad de apropiación está determinada
por la naturaleza del objeto o por el mercado.
Por su naturaleza, las estrellas no pueden ser
apropiadas por el hombre. El aire atmosférico ,
en cambio, si puede ser objeto de apropiación,
pero su abundancia hace que no exista interés
económico en su aislamiento y posterior
comercialización. Tampoco es un bien
entonces.
4. Los bienes son susceptibles de
apropiación, independientemente de que
dicha apropiación actual: Su apropiación
depende en gran medida no solo de la
naturaleza misma de la entidad, sino del nivel
de tecnología imperante. En la actualidad la
energía eléctrica, la magnética y la calorífica
son bienes en la medida en que son
apropiables.
5. El tráfico de los bienes debe ser
lícito: El tráfico debe estar permitido por el
ordenamiento legal. Hay objetos cuyo
tráfico está prohibido legalmente, que está
fuera del comercio. Para que podamos
hablar de bienes fuera del comercio,
cualquier acto jurídico respecto del bien
debe ser ineficaz.
Una persona, por ejemplo, no puede ser
objeto de tráfico. Cualquier acto jurídico
respecto de ella no produciría efecto. En
cambio, la comercialización de
estupefacientes no implica necesariamente
la ineficacia del acto (sin duda que origina
una sanción penal).
Por licitud del tráfico se refiere a lo primero. El
mercado se encarga por lo general de
determinar que objetos están fuera de
comercio. Sin embargo, la licitud del tráfico
puede estar dada por razones morales,
religiosas o de otra índole. Es el caso de los
órganos del cuerpo humano, respecto de los
cuales existe sin duda un mercado, pero su
comercialización está prohibida por ley.
6. Los bienes pueden ser futuros: Los bienes
pueden no tener existencia presente. De hecho, el
Código Civil permite la compraventa de bienes
futuros (Art. 1352).
7. Los bienes tienen valor económico: Los
bienes, como objeto de los derechos reales, deben
ser susceptibles de satisfacer un interés
económico. Los derechos de la personalidad, como
el derecho al honor o al nombre, son entidades
jurídicas que no son capaces de constituir objeto
de relaciones jurídicas de valoración económica.
CLASIFICACION DOCTRINARIA DE LOS
BIENES
1.Corporales e incorporales:
Esta clasificación proviene del Derecho
Romano. Los bienes corporales son los que
tienen existencia tangible, ocupan una parte del
espacio, por lo que pueden ser percibidos por
los sentidos. Es el caso de un carro, una casa o
un animal.
Los bienes incorporales carecen de existencia
corporal y son producto de la creación intelectual
del hombre. Solo se pueden percibir
intelectualmente. El ordenamiento jurídico valora
como objeto de relaciones reales determinadas
realidades carentes de existencia corporal. Estas
realidades son los derechos , como el usufructo, o
una concesión, o las obras literarias. Los créditos
también pueden ser bienes, cuando se incorporan
en una relación jurídico real.
El Código Civil no clasifica los bienes en
corporales e incorporales. Sin embargo,
varias de sus disposiciones recogen el
criterio de la materialidad. Es el caso de
los artículos 884, 2088, 2089, 2090 y
2091.
2. Fungibles y no fungibles:
Los bienes fungibles son aquellos que
pueden ser sustituidos por otros a propósito del
cumplimiento de la obligación. Estos bienes
son iguales en su valor, peso o medida. Son
equivalentes unos a otros, y por eso pueden
ser reemplazados a la hora del pago. Ello
ocurre por ejemplo con una cierta cantidad de
papas.
Los bienes no fungibles son los que no
pueden reemplazarse por otros al
momento del cumplimiento de la
obligación, como por ejemplo una casa, un
automóvil, un tractor. Salvo acuerdo de las
partes (dación en pago o novación), la
entrega de un bien distinto supondría
incumplimiento.
Al igual que con los bienes corporales e
incorporales, el Código Civil no clasifica los
bienes en fungibles y no fungibles. Sin
embargo, el criterio de la fungibilidad está
recogido en algunas de sus disposiciones,
como son los artículos 1256, 1288, 1509 y
1923.
3. Bienes consumibles y no consumibles:
Los bienes consumibles son los que se agotan
con el primer uso. El concepto de consumo
puede entenderse en sentido físico o jurídico. En
sentido físico o material, el bien se acaba con el
primer uso. Es el caso de las bebidas o de la
leña cuando es utilizada. En lo jurídico el bien
sale del patrimonio de la persona con el primer
uso, como cuando se dispone el dinero.
Los bienes no consumibles son los que
no se consumen con el primer uso. Estos
bienes pueden usarse de manera
indefinida sin que el uso los destruya o
altere sustancialmente. Por ejemplo, un
terreno.
Una aplicación práctica de la clasificación de los
bienes en consumibles y no consumibles se
presenta en el usufructo. El usufructo es un
derecho que confiere a su titular, el usufructuario,
las facultades de usar y disfrutar temporalmente
de un bien ajeno, sin que se altere su sustancia. Al
término del usufructo, el usufructuario debe
devolver el bien. Por eso el usufructo solo puede
recaer sobre bienes no consumibles (art. 999 del
C.C.)
El Código Civil tampoco recoge la
clasificación de los bienes consumibles y
no consumibles, pero varias de sus
disposiciones se refieren al criterio de la
consumibilidad. Ejemplos de ello son los
artículos 999, 1026, 1223, 1396, 1648,
1728 y 1729.
4. Bienes muebles e inmuebles:
Esta es la clasificación más importante y es la
recogida por el Código Civil en los artículos
885 y 886. En su origen, la clasificación estaba
referida a los bienes corporales o cosas. La
clasificación se remonta al Derecho Romano.
En aquella época las cosas se dividían en dos
categorías: los muebles y los inmuebles.
Los muebles eran las cosas que podían
ser desplazadas de un lugar a otro. Los
inmuebles eran las cosas que estaban
inmovilizadas, que tenían una situación
fija, arraigada.
Los romanos distinguieron entre inmuebles por
naturaleza, inmuebles por destinación e
inmuebles por accesión. Los inmuebles por
naturaleza eran los predios, los bienes raíces,
naturalmente inmovilizados. Los inmuebles por
destinación eran originalmente cosas muebles,
que servían para la explotación de un predio.
Jurídicamente quedaban inmovilizadas, por lo
que se creó la ficción de considerarlas inmuebles.
Los inmuebles por accesión, finalmente,
también eran originalmente cosas muebles
que se incorporaban materialmente a un
predio. De alguna manera, los inmuebles por
destinación del Derecho Romano son los
accesorios que regula el artículo 888 y los
inmuebles por accesión son las partes
integrantes contempladas en el artículo 887
del Código Civil.
La clasificación llegó al Perú, y el Código Civil de
1852 dividió las cosas en corporales e
incorporales (artículo 454). Las cosas corporales
podían ser muebles o inmuebles. Los muebles
eran las cosas susceptibles de ser llevadas de un
lugar a otro y los inmuebles las demás cosas
(artículo 455). El C.C. de 1852 respetó pues el
criterio de la movilidad para clasificar las cosas.
El C.C. de 1936 se refirió a los bienes – y no
a las cosas – y los clasificó también en
muebles e inmuebles. El artículo 812
enumeró los bienes inmuebles y el artículo
819 los muebles, como lo hacen los artículos
885 y 886 del Código Civil de 1984.
La clasificación adoptada por el C.C. de 1936
se apartó del criterio de la movilidad.

También podría gustarte