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Facultad de Derecho – Universidad de Buenos Aires

Derecho Internacional Privado


NAJURIETA - SCOTTI

FICHA DE ANÁLISIS DE JURISPRUDENCIA

Autos: M. S s/ Sucesión

Fecha: 20 de abril de 1995

Tribunal: Segunda instancia

Hechos:
El causante y su cónyuge supérstite I.M.C.M, celebraron una escritura pública en
Montevideo donde establecieron el régimen de separación de bienes y deudas presentes y
futuras. Determinaron también que serán bienes propios los adquiridos a título gratuito u
oneroso durante el matrimonio; por la industria, profesión, etc.; por hechos fortuitos como la
lotería; los frutos, rentas e intereses durante el matrimonio de bienes propios de cada uno;
aumento del valor de bienes propios; el edificio construido durante el matrimonio, en suelo
propio de cualquiera de ellos.
En la sucesión iniciada en Argentina, la cónyuge supérstite pidió que se fije el valor locativo
del inmueble de Avenida Rivadavia, piso 15, depto. I, lo cual fue denegado. Al mismo tiempo,
los hijos de un matrimonio anterior del causante, requirieron la inscripción de la declaratoria
de herederos dictada en autos a su favor en el Registro de la Propiedad Inmueble, sobre ese
bien, atribuyéndole carácter de propio del causante.

Cuestión controvertida:
Matrimonio celebrado en Uruguay, donde se realizaron capitulaciones matrimoniales sobre
separación de bienes, que se discuten en relación con un bien adquirido e inscripto a nombre
del causante, situado en la República Argentina cuyo ordenamiento jurídico determina, como
regla, el régimen de comunidad de bienes para los cónyuges.
Se discute en Argentina la validez de las capitulaciones matrimoniales y la posible violación
al orden público internacional argentino.

Resolución:
Primera instancia:
El magistrado entendió que, al estar el matrimonio viviendo en el inmueble en cuestión,
corresponde aplicar las normas del Código Civil de Vélez, como consecuencia, el art 163
(mencionando su similitud a TM1940).
De esta manera entiende que es de aplicación el derecho del primer domicilio conyugal
excepto lo que no este prohibido por la ley del lugar de situación de los bienes. Como el bien
se sitúa en Arg, rige el Código Civil de Vélez. Acto seguido, recurre al derecho interno y
entiende que solo se permitía la designación de los bienes que cada esposo lleva al
matrimonio y que toda renuncia a gananciales no tiene valor. (El Art. 1217 solo admitía la
designación de los bienes que cada esposo lleva al matrimonio y las donaciones; y el Art. 1218
no le otorgaba valor a toda renuncia de uno a favor del otro, o del derecho de gananciales).
Por ende, como el bien fue adquirido con posterioridad a la celebración del matrimonio,
tiene carácter ganancial, denegando la inscripción, como propio.

Segunda Instancia: Esta es una cuestión sometida al derecho del primer domicilio conyugal:
República Oriental del Uruguay, y, por tanto, éste será el derecho aplicable.
Se efectuará la inscripción como lo solicitaron los hijos del causante, revocándose la
resolución. Se atribuye al bien, carácter de propio respecto del causante.
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A su vez, denegó el pedido de fijación de valor locativo por el uso exclusivo que los
coherederos harían, los cuales dice desconocer. Los esposos no estaban divorciados ni el bien
estaba ocupado. No está acreditado que la señora C. se viera impedida de gozar del inmueble
en cuestión ni que lo fuera en la actualidad, al tiempo de la resolución. Confirma sobre este
punto la resolución del a quo.

Fundamentos del fallo:


Los jueces de la Cámara entienden estar está ante un caso Arg- Uy pues el matrimonio se
celebró en Uruguay, donde se llevaron adelante las capitulaciones matrimoniales, y se discute
respecto de un bien adquirido e inscripto a nombre del causante situado en Argentina.
Por aplicación del TM40 la jurisdicción reposa en el fraccionamiento sucesorio receptado en
su texto. Respecto a las capitulaciones matrimoniales, el TM40 las recepta en los arts 16 y 17
siendo superflua e inconveniente la invocación de normas de fuente interna.
Destacan que la cuestión queda sometida al primer domicilio conyugal, situación que la
sentencia apelada parece desentender.
Toda la prueba testimonial producida para determinar donde se sitúa el domicilio conyugal
resulta innecesaria por la calificación del art 8 del TM40 junto a la doctrina de Vlasov,
entonces comprenden ser innecesaria acudiar a la califiación pues el primer domicilio
conyugal es el que interesa. Es relevante el primer lugar donde residieron los cónyuges
después de celebrar el matrimonio y no el último.
Los magistrados mencionan que se presume que el primer domicilio conyugal está donde
los conyuges contrajeron matrimonio, si de la partida resulta que ellos se domiciliaban en ese
Estado al momento de casarse. Si los conyuges tienen distinto domicilio, se presume que el
domicilio conyugal actual es el primer domicilio conyugal si no hubo cambio.
De las constancias, surge que los conyuges estaban domiciliados en UY al momento de
contraer nupcias, además eran de esa nacionalidad. Allí nacieron sus hijos y en ese estado
estaban domiciliados al momento de celebrar la capitulación. Todo eso lleva a entender que
el primer domicilio conyugal estaba en UY, por lo tanto el derecho de ese país es aplicable y
debe hacerse de oficio por el Protocolo adicional y la CIDIP II. De conformidad con ese
derecho, los conyuges pueden hacer convenciones y el régimen de ganancialidad es
supletorio. No hay violación al OPI uruguayo.
La prohibición del art 16 TM40 por la ley del lugar de situación debe ser referida con
absoluta estrictez a las cuestiones que se relacionan solo con el estatuto real, sometido al
imperio del la lex situs, sin confundir el régimen patrimonial del matrimonio con el régimen de
los bienes. Entonces, la determinación de propio o ganancial de un bien es cuestión
totalmente distinta y ajena al régimen real sujeto por la ley del lugar de situación del bien.
Respecto a la capitulación realizada, al régimen de ganancialidad y la supuesta violación al
OPI, analiza si el régimen argentino de comunidad está dentro de lo que puede considerarse
OPI. La excepcionalidad del OPI junto a la emancipación de la mujer y de la perdida del marido
de ser quien exclusivamente administre los bienes, lleva a la liberación del régimen
patrimonial. Esta liberación y autonomía de las partes, gracias a una igualdad jurídica de la
mujer, es un cambio al momento de la consideración del régimen.
La 23515 si bien no innovó no impone un principio que permita desconocer los alcances
extraterritoriales de un sistema de separación contenido en leyes extranjeras. Entonces, la
separación de bienes como régimen no contradice de manera manifiesta el orden publico
internacional argentino.
Es cierto que las capitulaciones o la aplicación del derecho extranjero que las regule podrían
ofender el OPI si afectasen el sistema de legítimas, lo cierto es que primero corresponde
determinar que bienes correspondían al causante como propios o como gananciales, y -como
sucede en el caso de autos- la sucesión sujeta a la ley argentina le da a la viuda vocación solo
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sobre los bienes propios y si el bien en cuestión sería ganancial se vería desplazada. Por lo
cual, no hay vulneración.
La coordinación necesaria entre la ley que rige al régimen patrimonial y al régimen sucesorio
se ve respetada. La conyuge no resulta desplazada, calificar al bien como propio, le permite
heredar.

Disidencias: no hay.
Aspectos, problemas, sectores, temas de Derecho Internacional Privado comprometidos en
el fallo:

Derecho aplicable al régimen patrimonial del matrimonio.


Calificación de domicilio conyugal.
Orden público internacional.

Consideraciones personales: la cuestión reside en los distintos sistemas de derecho


internacional privado, donde, algunos optan por permitir que los cónyuges elijan el régimen
patrimonial matrimonial que consideren más conveniente a sus intereses; mientras que en
otros, existe un criterio más restrictivo que veda esa posibilidad, y se atiene a lo que el
legislador considera más conveniente. En este caso, se produce una contraposición entre
ambas posturas.

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