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¿Qué es la política, en definitiva, si no el juego de esas diferentes artes de gobernar con sus
diferentes ajustes y, a la vez, el debate que ellas suscitan? (Foucault 2007, p. 358)
RESUMEN
ABSTRACT
PALABRAS CLAVE
Biopolítica, Foucault, ordoliberalismo, neoliberalismo, biopolítica
KEYWORDS
En este marco de comprensió n del liberalismo se entiende la forma como a partir del
siglo XVIII se van a gobernar los hombres y las cosas. El mercado y la utilidad
supondrá n también una comprensió n paradó jica de la libertad: por un lado, el poder
liberal só lo puede funcionar si garantiza una serie de libertades, pero a la vez debe
administrar y organizar las condiciones en las cuales se puede ser libre, para lo cual
debe restringir en algunos casos la libertad misma, en el sentido que debe garantizar
la seguridad. En efecto: “(... ) Es preciso por un lado producir la libertad, pero ese
mismo gesto implica que, por otro, se establezcan limitaciones, controles, coerciones,
obligaciones apoyadas en amenazas, etcétera". (Foucault 2007, pp. 84)
Tiene lugar, ademá s, un segunda ruptura en relació n a como se concibe lo esencial del
mercado. En efecto, afirma Foucault, los neoliberales introducen una noció n
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Esta actitud activa frente al arte gubernamental supone, por ello, un distanciamiento
de la concepció n política que propone como principio de acció n del gobierno el laissez
faire. No se trata de dejar hacer y dejar pasar, se trata, por el contrario de vigilar,
actuar e intervenir de forma permanente, de tal manera que se logren condiciones
apropiadas, lo má s idó neas posibles, para el ejercicio de la competencia en el contexto
de una sociedad de libre mercado:
El problema del neoliberalismo (...) pasa por (…) remitir, referir, proyectar en un
arte general de gobernar los principios formales de una economía de mercado (...)
El neoliberalismo, entonces, no va a situarse bajo el signo del laissez-faire sino,
por el contrario, bajo el signo de una vigilancia, una actividad, una intervenció n
permanente. (Foucault 2007, pp.157-158). Para los neoliberales, el problema
"(...) no pasa por saber si hay cosas que no pueden tocarse y otras que es legítimo
tocar. El problema es saber có mo tocarlas. Se trata del problema de la manera de
actuar o, si les parece, del estilo gubernamental. (Foucault 2007, p.163).
2. Gubernamentalidad neoliberal
En segundo lugar, la política econó mica debe estar dirigía a regular y ordenar la
actividad econó mica: La regulació n debe darse só lo de manera coyuntural cuando la
situació n así lo requiera. Se trata de mantener la estabilidad de los precios no para
mantenerlos fijos sino con el fin de controlar la inflació n, y la regulació n no debe estar
orientada primordialmente a mantener el poder adquisitivo o el pleno empleo.
(Foucault 2007, pp. 170-171)
Con respecto a las acciones ordenadoras, las intervenciones sobre las condiciones del
mercado deben ser de cará cter lo suficientemente finos como para no interferir en su
libre funcionamiento. Se debe actuar sobre las condiciones marco, esto es sobre las
condiciones que no son directamente econó micas pero mediante las cuales “será
posible hacer funcionar el mercado” (Foucault 2007, p. 174).
La idea es:
(…) visto que el proceso de regulació n econó mico político es y só lo puede ser el
mercado, ¿có mo modificar esas bases materiales, culturales, técnicas, jurídicas
que está n dadas en Europa? ¿Có mo modificar esos datos, ¿có mo modificar ese
marco para que aparezca la economía de mercado? (...) en definitiva, la
intervenció n gubernamental debe ser o bien discreta en el nivel de los procesos
econó micos mismos o bien, por el contrario, masiva cuando se trata de ese
conjunto de datos técnicos, científicos, jurídicos, demográ ficos -sociales, en
términos generales- que ahora será n cada vez má s el objeto de la intervenció n
gubernamental". (Foucault 2007, p.174)
En tercer lugar, la política social del neoliberalismo no tiene como objetivo lograr que
el acceso a los bienes consumibles (culturales, médicos, de vivienda, educativos, etc.)
sea equitativo mediante la implementació n de políticas redistributivas. É ste es, por el
contrario, el objetivo de la economía de bienestar, objeto de crítica, la cual parte de la
premisa de que existen procesos econó micos que tienen una influencia destructiva en
la sociedad y para contrarrestarlos se deben implementar instrumentos de
igualitarismo econó mico tendientes a socializar o colectivizar el consumo o mediante
asignaciones familiares. De igual forma, la economía de bienestar propone cierto tipo
de recompensas y compensaciones activas y generosas en los tiempos de alto
crecimiento econó mico, tendientes a mejorar las condiciones de vida de los menos
aventajados de la sociedad. (Cfr.: Foucault 2007, pp. 175-176)
Por otra parte, la sociedad debería propiciar las condiciones para que toda la
població n tenga lo suficiente para que cada individuo pueda comprar un seguro para
asumir y afrontar los riesgos que le puedan acaecer en el transcurso de su existencia
(vejez, muerte, enfermedad, accidentes). El instrumento de la política social será
entonces “la capitalizació n má s generalizada posible para todas las clases sociales,
cuyo instrumento será el seguro individual y mutuo y, por ú ltimo, la propiedad
privada". (Foucault 2007, p.177).
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En primer lugar es importante tener claridad sobre el hecho de que en los Estados
Unidos el liberalismo es constitutivo del way of life de los agentes sociales y de
quienes participan en la actividad econó mico política. Así lo expresa Foucault: "(...) el
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liberalismo norteamericano no es (...) una mera elecció n econó mica y política formada
y formulada por los gobiernos o en el medio gubernamental. En Norteamérica, el
liberalismo es toda una manera de ser y pensar. Es un tipo de relació n entre
gobernantes y gobernados mucho má s que una técnica de los primeros destinada a los
segundos". (NBP, pp. 253-254).
Como primer punto específico encontramos una teoría del capital humano que trata
de desarrollar la idea propia de la economía política clá sica que consideraba al
trabajo, junto con el capital y la tierra, como uno de los tres factores de la producció n
de bienes, sin estudiarlo en su importancia decisiva. En el neoliberalismo
norteamericano se trata de superar este faltante, poniendo en el eje central de la
reflexió n al trabajador, el cual es considerado como una má quina que produce flujos
de ingresos, por lo que se convierte en fundamental resolver el problema de la forma
como el trabajador hace uso de los recursos puestos a su disposició n. En este contexto
también se considera al trabajador como una empresa, como un homo aeconomicus,
empresario de sí mismo y en este sentido generador de sus propios ingresos a través
de la utilizació n de sí mismo como capital y productor. ( Cfr.: Foucault 2007, pp. 261-
265)
Un tercer punto propio consiste en que las teorías neoliberales resuelven la cuestió n
sobre la forma de gobierno “(…) en un espacio de soberanía poblado por sujetos
econó micos". (Foucault 2007, p. 334) Para ello se recurre a un nuevo objeto, campo y
dominio jurídico econó mico de la acció n de la gubernamentalidad constituido por la
sociedad civil. (Cfr.: Foucault 2007, pp. 334-335): “La economía jurídica de una
gubernamentalidad ajustada a la economía econó mica: ése es el problema de la
sociedad civil (...)”.(Foucault 2007, p. 336).
financiero que finalmente condujeron a una crisis generalizada del sistema bancario y
con ello a una desestabilizació n general de las condiciones del mercado internacional.
Por otra parte, el surgimiento de China, India, Brasil y otros países de Asia y América
Latina como jugadores importantes a nivel internacional está iniciando un proceso de
reconfiguració n de las relaciones de las fuerzas econó micas a nivel mundial, dentro
del marco de comprensió n neoliberal de la relació n Estado- economía. Las estrategias
en torno a la formació n del capital humano, de la forma de intervenció n político
jurídica en el mercado y en la sociedad de corte neoliberal hacen parte hoy en día de
un consenso general que só lo en algunos pocos países es puesto en cuestió n.
En segundo lugar, la política social sigue siendo concebida dentro de los mismos
pará metros señ alados en el ordoliberalismo alemá n con una especificidad: el aumento
considerable del desempleo y de los riesgos que debe asumir el homo aeconomicus,
entendido como empresa de sí mismo. En efecto, como resultado de la crisis
financiera, los gobiernos han optado por la implementació n de un instrumento de
superació n de las pérdidas de los bancos mediante la socializació n de las mismas. Es la
població n o la sociedad civil la que tiene que asumir los costos de las decisiones
“novedosas” de los bancos, aumentando de esta manera de forma considerable su
fragilidad y su capacidad de actuar como actores en el juego libre de las fuerzas del
mercado. Muchos de los homo aeconomicus que habían tomado medidas racionales
invirtiendo para prevenir los riesgos que conllevan su condició n de empresas de sí
mismos han perdido sus ahorros, arruiná ndose de esta manera su capacidad de
autosostenerse. Han salido del juego del mercado para constituirse en reserva
desempleada, dependiente de los coyunturales e insuficientes apoyos
gubernamentales.
En cuarto lugar, Keynes sigue siendo el enemigo a vencer. Las políticas de los
gobiernos siguen estando entendidas en el horizonte de un Estado que utiliza
estrategias de mercado para resolver los problemas propios de la expansió n de la
crisis. El intervencionismo keynesiano no es una opció n para los gobiernos europeos y
norteamericano, a pesar de algunas políticas sociales tendientes a mejorar el empleo y
la competitividad de la empresas. Como la mejor política social es el crecimiento
econó mico si éste no se da, se mantienen los mecanismos de apoyos puntuales a la
població n que no puede producir su propio sustento, sin activar una política de
bienestar o redistributiva. Algunos economistas como P. Krugman han escrito en
contra de las medidas de austeridad aplicadas en Europa y los Estados Unidos, pero la
praxis de la gubernamentalidad neoliberal que gobierna el mundo toma medidas
precisamente en la direcció n de recortar el gasto. Las afirmaciones de Krugman a este
respecto son las siguientes:
Finalmente, la ló gica del mercado se ha impuesto a nivel global de tal manera que
constituye el marco de referencia de la posibilidad de un acuerdo a nivel internacional
en torno al problema ecoló gico y otros de importancia decisiva que afronta el planeta.
De hecho, puede generalizarse afirmando que la estrategia neoliberal dominante tiene
como objetivo, a este respecto, aplicar las estrategias de mercado para crear un juego
de oferta y demanda en el marco del cual los países puedan competir y comprar y
vender el medio ambiente constituido en propiedad privada. En asuntos relacionados
con la salud el libre mercado es el principio que orienta la oferta y la demanda de
medicamentos tanto en lo referente a la investigació n en nuevas medicinas como a la
venta de drogas necesarias para el tratamiento de enfermedades de gran impacto a
nivel mundial.
BIBLIOGRAFÍA