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INDICE GENERAL

PÁGINA
-PAGINA DE PRESENTACIÓN..............................................................................................l
-PAGINA DE ADVERTENCIA................................................................................................ll
-PAGINA DE APROBACIÓN.................................................................................................lll
-INDICE...............................................................................................................................IV

-INTRODUCCION.................................................................................................................1

-CAPÍTULO I:

1-El significado del trabajo: presentación de la


ética del trabajo.....................................................................................................................2

2-De la ética del trabajo a la estetica del consumo..............................................................3

-CAPÍTULO II:

3-Ascenso y caida del estado benefactor.............................................................................5

4-La ética del trabajo y los nuevos pobres...........................................................................6

-CAPÍTULO III:

5-Perspectiva para los nuevos pobres ….............................................................................7

-CONCLUSIÓN.....................................................................................................................8

-BIBLIOGRAFIA....................................................................................................................9
INTRODUCCIÓN

El presente trabajo es una monografia sobre el libro “Consumismo y nuevos pobres” cuyo
autor es Zigmunt Bauman. Este libro habla sobre qué es lo que queremos para nuestra
sociedad y nuestra vida personal. El hecho de por qué somos tan inhumanos y cómo
hemos perdimos la capacidad de dar, para querer desterrar a la clase marginada, para
olvidarnos de que existen seres humanos que necesitan de la ayuda de otros para poder
salir adelante, y que necesitan que el Estado actúe como benefactor, que les dé servicios.
Ya que, si es de otro modo, el Estado sin sustento ni razón de ser ante esta industria
consumista, que cada día necesita menos mano de obra y en la que existen mayores
ganancias para unos cuantos… los pobres cada día lo serán más, algo que no coincide
con el crecimiento económico que todos queremos.

El área temática del libro, es decir, su objeto de estudio es la pobreza y la aparición de


“nuevos pobres”, refiriéndose a estos como una clase marginada, expulsada de la
elección, sin acceso a una vida normal, consumidores frustrados, incapaces de adaptare.
Dicho problema lo plantea a lo largo del tiempo. Haciendo un repaso de lo que ha
significado el trabajo desde la sociedad industrial hasta nuestros días.
La principal propuesta del autor es que en esta nueva sociedad de consumo en la que el
trabajo ha dejado de ser ética, para generar estética; y en la que la que ya no existe moral
a lahora de ayudar a esa clase “marginada”, plantea Bauman que debemos hacer un
cambio radical en nuestra sociedad y ayudar a esas personas que lo necesitan, dándole
un nuevo significado a la ética del trabajo, un significado modelado a favor de una ética de
trabajo bien realizado.
A continuación se desarrola un breve resumen de los capitulos de este libro.
CAPITULO I

1-El significado del trabajo: presentación de la


ética del trabajo

¿Que es la ética del trabajo? En pocas palabras, es una norma de vida.


En las sociedades modernas se impuso una norma de vida basada en la ética del trabajo,
esta viene a decir que, es preciso dar primero para recibir después y es dañino
conformarse con lo ya conseguido.
La mayor parte de la gente cumple con sus obligaciones y seria injusto pedirle que
compartiera sus beneficios o ganancias con los demás.
Solo el trabajo cuyo valor es reconocido por los demás tiene valor moral consagrado por
la ética del trabajo.
En cambioen las primeras épocas de la industrialización:
Los obreros tradicionalistas, una vez cubiertas las necesidades básicas no le
encontrabansentido a seguir trabajando o a ganar mas dinero; después de todo ¿para
que? Había otras cosas más interesantes y dignas de hacer, que no se podían comprar
pero se escapaban, se ignoraban o se perdían si uno pasaba el día desvelándose tras el
dinero. Era posible vivir decentemente con muy poco; el umbral de lo que se consideraba
digno estaba ya fijado, y no había por que atravesarlo; una vez alcanzado el limite, no
había urgencia alguna por ascender.
Los pioneros de la razón moderna tenían la dura batalla contra esa resistencia al
progreso.
La solución era habilitar a los obreros a obedecer sin pensar.
La imposición de la ética del trabajo suponía la renuncia a la libertad, el nuevo régimen
fabril necesita solo parte de seres humanos, sin importar los intereses de dichas
personas.
En la práctica, la cruzada por la ética del trabajo era la batalla por imponer el control y la
subordinación. “El crecimiento por el crecimiento mismo”.
La tarea de lograr que los pobres y los voluntariamente ociosos se pusieran a trabajar no
era solo económica sino también moral.
La ética afirmaba la superioridad moral de cualquier tipo de vida con tal de que se
sustentaba en el salario del propio trabajo.
En las décadas de 1820 y 1830 los reformistas de la “Ley de Pobres” llegaron a una
decisión unánime: limitar la existencia a los sectores indigentes de la sociedad al interior
de las poorhouses (hospicio para pobres). Esta decisión presentaba una serie de ventajas
que favorecían la causa de la ética del trabajo.
En primer lugar, separaban a los “auténticos mendigos” de quienes solo se hacían pasar
portales para evitarse las molestias de un trabajo estable.
En segundo lugar, la abolición de las ayudas externas ayudaban a los pobres a pensar
dos veces antes de decidir que la exigencia de la ética del trabajo “no eran para ellos”.
Por último, la ley protegía a los pobres que trabajaban de contaminarse con los que no
había esperanza de quelo hicieran.
La miseria fabril parecería, en comparación, un golpe de suerte o una bendición.
El proyecto de separar de una vez y para siempre a los “auténticos mendigos” de los
“falsos” nunca llegó a gozar de total éxito.
Es verdad que la creación de condiciones nuevas atroces y repulsivas hacia que los
pobres adoptaran una actitud más receptiva hacia los dudosos atractivos del trabajo
salarial, pero de hecho, los contaminó de pobreza.
En la práctica todo se redujo a la radica eliminación de opciones para la mano de obra
para la actividad y con posibilidades en el nuevo régimen.
Había dos principios para instaurar una situación “sin elección”:
Negar cualquier forma de existencia fuera de los asilos.
Mantener los salarios con un nivel tan bajo que apenas alcanzara para su supervivencia
hasta el amanecer de un nuevo día.
Si para obligar a la gente trabajar dura y conseguir que ese trabajo se transformara en un
hábito hacía falta causar dolor, este era un precio razonable a causas de los beneficios
futuros, entre los cuales estaban entre todos los morales, ganados a lo largo de una vida
esforzada.
La nueva conciencia de vivir en una “sociedad industrial” tenía como meta alcanzar el
empleo universal. Estar sin trabajo significaba la desocupación, la anormalidad, la
violación a la norma.

Para la sociedad postradicional o moderna, el trabajo determinaba el estándar de vida, el


esquema familiar, las normas de propiedad y la rutina diaria.
Más tarde, se comenzó a dejar de lado los principios de la ética del trabajo, ya no
importaba lo “mejor”, sólo contaba el “más”.
Eran las diferencias salariales lo que determinaba el prestigio y la posición social.
Se desplazaron las motivaciones auténticamente humanas hacia el mundo del consumo.
El paso de la sociedad productora a esta de consumidores, significó múltiples y profundos
cambios.

2-De la etica del trabajo a la estetica del consumo

En la etapa industrial de la modernidad había un hecho incuestionable: antes que


cualquier otra cosa, todos debían ser ante todo productores. En esta “segunda
modernidad”, en esta modernidad de consumidores, la primera e imperiosa obligación es
ser consumidor; después, pensar en convertirse en cualquier otra cosa.
Ya no hay similitud con “carreras para toda la vida” o “trabajos de por vida”. Se supone
que los bienes de consumo será usados para desaparecer muy pronto.
Las identidades, como los bienes de consumo, deben pertenecer a alguien; pero sólo
para ser consumidas y desaparecer nuevamente.
En esta nueva sociedad de consumo, había una diferencia fundamental y es que el
consumo es una actividad esencialmente individual, mientras que la producción supone la
cooperación entre los agentes. Por lo tanto en esta sociedad de consumo cuanto mayor
sea la libertad de elección, cuanto mas se la pueda ejercer sin restricciones, mayor será el
lugar que ocupa en la escala social.
El trabajo deja de ser un centro de atención ética de notable intensidad y ahora se somete
a su capacidad de generar experienciasestéticas.
Se aspiraba al pleno empleo, una sociedad integrada únicamente por gente de trabajo
Una “vida feliz” es aquella en la que todas las oportunidades se aprovechan, las
oportunidades se aprovechan, las oportunidades más codiciadas y a ser posible antes
que los demás.
A los pobres se los definen como consumidores imperfectos, deficientes incapaces de
adaptarse a nuestro mundo.
No estar aburrido es la norma en la vida de los consumidores.
El concepto de crecimiento económico en cualquiera de sus acepciones actuales, va
siempre unido al reemplazo de puestos de trabajo estables por “mano de obra flexible” a
la sustitución de la seguridad laboral “contratos renovables”, empleos temporales: todo
ello lleva a la disminución de empleos.
CAPITULO II
3-Ascenso y caida del estado benefactor

El concepto de “Estado benefactor” encierra la idea de que, entre las


obligaciones del Estado, esta la de garantizar a toda la población una situación
de “bienestar”; y esto implica algo más que la simple supervivencia: es una
supervivencia con dignidad, entendida tal como la concibe cada sociedad en
su propia época. El principio de bienestar Publico, supone la igualdad ante la necesidad,
equilibrando las desigualdades existentes en cuanto a capacidad de pago. Y es el estado
el que delega a sus organismos estas responsablibilidades para cumplir con este
principio.

Desde su instauración en el siglo XX el Estado Benefactor fue objeto de polémicas.


Casi dos décadas mas tarde de 1980 un estado para nada benefactor, así como una
economía capitalista son la red de seguridad que significaban las garantías establecidas
por los gobiernos, se ven como alternativas viables y en camino de transformarse en
realidad en todas las sociedades ricas y “económicamente exitosas”.
Añadiendo que si la prestación de servicios se ve limitada por una investigación de
ingresos, la comunidad queda dividida entre quieres dan sin recibir nada a cambio y los
que consiguen sin dar.
La consecuencia general de investigar los ingresos es la división, no la integración; la
exclusión en lugar de la inclusión. La nueva y más reducida comunidad de contribuyentes
cierrafilas y su poder político para segregar a los ciudadanos deficientes, y los castiga por
no ajustarse a los estándares que aquellos buenos contribuyentes proclaman como su
rasgo distintivo.
El Estado Benefactor cumplió un papel fundamental, actualización y mejoración de la
mano de obra como mercancía: al asegurar educación de calidad, servicio de salud...se
dedico a formar un “ejercito de reserva”, pero ahora se “premia” a las empresas por la
reducción de mano de obra, por lo tanto la contratación de mano de obra deja de ser un
activo para convertirse en un pasivo.
La función de la mano de obra en el proceso productivo es cada vez menor, mientras
aumenta, la libertad de las empresas en sus emprendimientos multinacionales.
Los pobres siempre fueron minoría, por lo tanto, la mayoría del “votante medio” era quien
favorecía la redistribución de riqueza, corrección de desigualdades.
Las circunstancias han cambiado, la mayor parte de los volantes medios parecen sentirse
más seguros si ellos mismos administran sus asuntos.
Suponen que lo privado les ofrece mas y mayores beneficios que la baja calidad del
Estado.
El Estado Benefactor y el consumismo son incompatibles. Aunque los servicios ofrecidos
fueron de calidad muy superior, cargarían siempre con una falta fundamental: les falta
supuestamente libre elección del consumidor.
Los servicios sociales a cargo del estado no llegaron a realizar el sueño de sus
fundadores: exterminar de una vez y para siempre, la pobreza, la humillación, y el
desaliento. Pero nacióuna generación educada, con buena salud, confiada…y fue esta
quien después rechazo el estado benefactor.

4- La ética del trabajo y los nuevos pobres

Existen diferencias entre la “clase baja” y la “clase marginada” o “subclase”, la primera


evoca a personas arrojadas al nivel más bajo de una escala pero que todavía pueden
subir; sin embargo, la “clase marginada” corresponde a una categoría de personas que
está por debajo de las clases, fuera de toda jerarquía, sin oportunidad ni siquiera
necesidad de ser readmitida en la sociedad organizada.
Pero fundir a toda las personas en una única entidad, acusarlos a todos, en forma
colectiva, de ser absolutamente inútiles y constituir un peligro para la sociedad, constituye
un ejercicio de elección de valores y una evaluación, no una descripción sociológica.
Además se añade que si de algún modo la eliminación de la pobreza fuera posible, no
terminaría con el fenómeno de la marginalidad.
Por tanto, en su origen la ética del trabajo fue el medio más efectivo para llenar las
fábricas, hambrientas de mano de obra. Ahora, cuando esa mano de obra pasó a ser un
obstáculo para aumentar la productividad, aquella ética todavía puede cumplir un papel.
Esta vez sirve para lavar las manos y la conciencia de quienes permanecen dentro de los
límites aceptados de la sociedad: para eximirlos de la culpa por haber arrojado a la
desocupación permanente a un gran número de sus conciudadanos. Las manos y la
conciencia limpia alcanzan, al mismo tiempo,condenando moralmente a los pobres y
absolviendo a los demás.
Las “clases peligrosas” son consideradas clases criminales, y las cárceles pasan a
desempeñar las funciones que antes les cabía a las ya casi desaparecidas instituciones
del Estado Benefactor. Y, a medida que se reducen las prestaciones de asistencia social,
lo más probable es que las cárceles tengan que seguir desempeñando ese papel, cada
vez con mayor intensidad.

CAPITLO III

5-Perspectiva para los nuevos pobres


El orden y la norma son ambos elecciones… instalar y promover el orden significa poner
en marcha la exclusión, imponiendo un régimen especial sobre todo lo que debe ser
excluido, y excluyéndolo al subordinarlo a ese régimen. La norma, por su parte, actúa en
forma indirecta, haciendo que la exclusión aparezca como simple automarginalización.
En el primer caso quienes terminan excluidos y desterrados son los que “alteran el orden”,
en el segundo, los que “no se adecuan a la norma”. Pero en ambos casos se culpa a los
excluidos de su propia exclusión.

Quedar excluido aparece como el resultado de un suicidio social; no de una ejecución por
parte del resto de la sociedad. Privar a los excluidos de su libertad es una necesidad
imperiosa para proteger la ley y el orden.
Así fue como la presencia de los pobres se transformó en un problema, desde entonces,
una amenaza y un obstáculo para el orden: además, desafiaron la norma.
El deber de compartir la buena suerte propia con quienes no lograban los favores de la
fortuna había sido, en otro tiempo, una sensata inversión para la vida después de
lamuerte. Pero ya “no resistía el menor razonamiento”; sobre todo, el razonamiento de
una vida de negocios, aquí y ahora, bien sobre la tierra.
La opinión compartida era que, puesto que los pobres se arreglaban con poco y se
rehusaban a esforzarse para conseguir más, los salarios debían mantenerse en un nivel
de subsistencia mínima. Así siempre estarían ocupados para poder sobrevivir.

En la actualidad los pobres son ante todo “no consumidores” ya no “desempleados”. Se


los define, en primer lugar, como consumidores expulsados del mercado.
Las consecuencias de todo esto son, en muchos sentidos, desastrosas. Contribuyen a la
disolución, gradual pero implacable, de la comunidad y los lazos barriales, de la “cohesión
social”.
Ese daño no puede ser reparado ni compensado por las ofertas del mercado, ni por el
crecimiento en la capacidad de consumo… La emancipación del trabajo de los cálculos
centrados en el mercado exigiría remplazar la ética del trabajo, moldeada a favor del
mercado de trabajo, por una ética del trabajo bien realizado.
Los humanos somos, por naturaleza, seres creadores, y resulta degradante suponer que
lo que separa el trabajo del no trabajo, el esfuerzo de la holgazanería, es sólo la etiqueta
que señala su precio.
La ética del trabajo bien realizado podría devolver a ese instinto esencial la dignidad y la
importancia que la ética del trabajo, nacida en la moderna sociedad capitalista, negó.
De nuestro razonamiento surge que haría falta un giro violento para la buena marcha
hacia el futuro.

CONCLUSIÓN

En esta nueva sociedad de consumo en la que el trabajo ha dejado de ser ética, para
generar estética; y en la que la que ya no existe moral a la hora de ayudar a esa clase
“marginada”, debemos hacer un cambio completo en nuestra sociedad y ayudar a esas
personas que lo necesitan, dándole un nuevo significado a la ética del trabajo, un
significado modelado a favor de una ética de trabajo bien realizado.
Para que nuestra sociedad no se invada por la pobreza y las desigualdades debemos
llevar a cabo un cambio, aunque este suponga renunciar a algunos supuestos hoy
sagrados sobre nuestro modo de vida.
La eficiencia no es siempre buena y la ética del trabajo debe convertirse en una ética del
trabajo bien realizado, una ética para la vida.
Como conclusión consdero que debemos:
-Replantearnos los valores que existen en nuestra sociedad actual y ver cuales son los
que realmente queremos que existan.
-Confiar en el Estado Benefactor, que, al igual que la discriminación positiva en su
momento lograron transformar un sector que era pobre en uno de clase media y sana.
BIBLIOGRAFIA

-Trabajo consumismo y nuevos pobres- Zigmunt Bauman-editorial-gedisa.


-Literatura V. Ciencia ficcion y vision del mundo- claudia toledo-fernando avendaño.
Santillana

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