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LA MENINGITIS

Es una enfermedad infectocontagiosa que causa inflamación de las membranas que


recubren al cerebro y a la médula espinal (meninges) así como el encéfalo.

Es una enfermedad afortunadamente poco frecuente, pero muy temida, en la que se


infectan las membranas (meninges) que envuelven el cerebro y la médula espinal. Hay
dos grandes grupos de meningitis, que sólo se parecen en el nombre: las producidas por
virus (meningitis víricas), que son en general de mejor pronostico, y las producidas por
bacterias (meningitis bacterianas), que pueden ser graves, provocando secuelas, sobre
todo sordera, y en algún caso incluso la muerte. La rigidez de la nuca, las piernas que se
flectan al levantarlas del pie, si a esto se suma un cuadro febril sobre 39 grados, puede
tratarse de una meningitis, y como casi todas las enfermedades infecciosas es más
frecuente en el sexo masculino.

La meningitis es una enfermedad generalmente grave, que tiene variadas


complicaciones según el agente que la causa. Virus o bacterias su causa, pueden
provocar síntomas muchas veces similares y diferentes grados de recuperación. Esta
enfermedad siempre requiere un tratamiento rápido, por la velocidad de su evolución y
la posibilidad de secuelas o de muerte.

Las dos causas más frecuentes de meningitis son la infección viral y la infección
bacteriana.

Existen tres meninges:

 Duramadre es la membrana externa que está pegada al interior del cráneo


 Aracnoides es la membrana intermedia
 Piamadre es la membrana más interna, que está pegada al encéfalo
Índice
Pág.

Tipos de meningitis. 03

Causas, incidencias y factores de riesgo. 04

Síntomas. 05

Diagnóstico. 06

Signos y exámenes. 06

Tratamiento. . 07

Recomendaciones. 07

Expectativas (pronóstico). 08

Complicaciones. 08

Situaciones que requieren asistencia médica. 08

Prevención. 08

Patología y Etiología. 09

Modo de transmisión. 09

Manejo de la meningitis bacteriana en pacientes adultos. 10

Cuidados de enfermería. 12

Conclusión. 18

Bibliografía. 20

Anexos. 20
1. Tipos de meningitis.

Meningitis bacteriana.

Se define como una enfermedad infecciosa del sistema nervioso central que afecta el
encéfalo y las meninges. Este padecimiento repercute con mayor frecuencia sobre recién
nacidos y lactantes que en conjunto conforman el 75% de los casos.

La meningitis bacteriana, aunque es muy poco frecuente, puede ser mortal.

Las bacterias pueden diseminarse a través de las secreciones de la garganta y


respiratorias, como por ejemplo al toser o besarse, pero no pueden sobrevivir fuera del
cuerpo durante mucho tiempo. No se contagian a través del agua, ni en piscinas,
edificios, etc.

La meningitis puede ser debida a muchas especies de bacterias, pero existen tres tipos
que causan el 80 por ciento de los casos:

 Neisseria meningitidis (meningococo)


 Haemophilus influenzae tipo B
 Streptococcus pneumoniae (neumococo)

Meningitis viral.
La meningitis vírica puede ser causada por distintos virus y se disemina entre las
personas al toser o estornudar o por culpa de una higiene deficiente.

Cualquier persona puede adquirir meningitis viral, pero es mucho más común en niños.

La meningitis viral es generalmente leve y frecuentemente se alivia sola en un lapso de


una a dos semanas.

Entre los virus responsables de meningitis aséptica se encuentran:

• Picornavirus: Enterovirus, Rinovirus, Hepatitis A, etc.


• Calicivirus
• Togavirus: Pestivirus, Arturivirus, Alfavirus, etc.
• Flavivirus
• Cornavirus
• Rabdovirus: Lisavirus y Vesiculovirus
• Paramixovirus
• Retrovirus
• Hepadnavirus
• Virus Herpes
En la mitad de los casos es causada por virus intestinales. Otra causa puede estar
relacionada con las paperas, infecciones por herpes u otras enfermedades que causan
meningitis viral, y en algunos casos por beber agua contaminada.

En la mayoría de los casos el virus no puede ser identificado.

Meningitis crónica.

La forma actual de meningitis crónica ocurre cuando un lento crecimiento de


organismos como los microorganismos (bacilos) que causan la tuberculosis, invaden las
membranas y fluidos que rodean al cerebro. La meningitis crónica puede desarrollarse
en semanas o incluso en meses. Sin embargo, los síntomas de la meningitis crónica son
dolores de cabeza, fiebre, vómito y confusión mental, estos síntomas son similares a los
de la meningitis aguda.

Meningitis fúngica (hongos).

Meningitis criptococoma es una forma de enfermedad por hongos que afecta alrededor del 10%
de la gente con SIDA. Puede ser tratada con medicamentos antifúngicos, pero tiende a regresar,
por lo que lo médicos recomiendan largos periodos de tratamiento.

El término meningitis significa literalmente inflamación de las meninges. Éstas, las meninges,
son sistemas de protección y amortiguación que posee el Sistema Nervioso Central y que se
encuentran ricamente vascularizadas.

2. Causas, incidencia y factores de riesgo.


Las causas más comunes de meningitis son las infecciones virales que generalmente
mejoran sin tratamiento. Sin embargo, las infecciones meningíticas bacterianas son
extremadamente graves y pueden producir la muerte o daño cerebral incluso con
tratamiento.

La meningitis no bacteriana con frecuencia es llamada "meningitis aséptica", y la


meningitis bacteriana se puede llamar "meningitis purulenta".

La meningitis también puede ser causada por:

• Irritación química
• Alergias a medicamentos
• Hongos
• Tumores

Los tipos abarcan:

• Meningitis aséptica
• Meningitis criptocócica
• Meningitis por gramnegativos
• Meningitis por H. influenzae
• Meningitis debida al cáncer (meningitis carcinomatosa)
• Meningitis meningocócica
• Meningitis neumocócica
• Meningitis estafilocócica
• Meningitis sifilítica aséptica
• Meningitis tuberculosa

La meningitis bacteriana aguda es una verdadera emergencia médica y requiere


tratamiento inmediato en un hospital.

La meningitis viral es más leve y ocurre con mayor frecuencia que la meningitis
bacteriana. Generalmente se desarrolla al final del verano y comienzos del otoño y con
frecuencia afecta a los niños y a los adultos menores de 30 años. La mayoría de las
infecciones ocurre en niños menores de 5 años.

3. Síntomas.
Los síntomas por lo general aparecen rápidamente y pueden abarcar:

• Fiebre y escalofríos
• Cambios en el estado mental
• Náuseas y vómitos
• Sensibilidad a la luz (fotofobia)
• Dolor de cabeza intenso
• Cuello rígido (meningismo)

Síntomas adicionales que pueden ocurrir con esta enfermedad:


• Agitación
• Fontanelas abultadas
• Disminución del estado de conciencia
• Alimentación deficiente o irritabilidad en niños
• Respiración rápida
• Postura inusual con la cabeza y el cuello arqueados hacia atrás (opistódomos)

La meningitis es una causa importante de fiebre en niños y recién nacidos.

Las personas no pueden diferenciar si tienen meningitis bacteriana o viral por la forma
como se sienten, así que deben buscar atención médica oportuna.

4. Diagnóstico.
El diagnóstico de meningitis se basa en el examen físico
exhaustivo para buscar los síntomas característicos de esta
enfermedad (rigidez de nuca, fotofobia, compromiso severo del
estado general) y en los análisis de laboratorio dentro de los
cuales se encuentran el hemograma, y la punción lumbar para
extracción de líquido cefalorraquídeo (LCR).
El hemograma es de gran utilidad para diferenciar la infección
viral de la bacteriana. Y en el caso de la infección bacteriana, nos
puede orientar hacia una infección con compromiso severo.

El análisis del liquido cefalorraquídeo (LCR) extraído a través de una punción lumbar
es el análisis más importante ya que confirma o descarta la meningitis. Normalmente en
el LCR se hallan menos de 10 leucocitos por mm cúbico. De existir más de esa cantidad
se confirma el diagnóstico de meningitis.
Otros datos del LCR que orientan hacia el diagnóstico diferencial entre meningitis viral
y bacteriana son el tipo de leucocito predominante (linfomonocitos o neutrófilos), la
concentración de glucosa (glucorraquia), de proteinas (proteinorraquia) y la presión del
líquido al realizar la punción lumbar.

Existen distintos tipos de leucocitos. Cuando en el LCR predominan los linfomonocitos, es


orientativo hacia la meningitis viral, lo mismo que el aumento de la glucorraquia y la
disminución de la proteinorraquia, mientras que el predominio de los leucocitos neutrófilos, la
disminución de la glucorraquia y el aumento de la proteinorraquia orientan hacia el diagnóstico
de meningitis bacteriana.

La observación del líquido a través del microscopio puede mostrar bacterias y los cultivos
confirman de que tipo de bacteria se trata.
La punción lumbar realizada por un médico experimentado y con las adecuadas medidas de
antisepsia es un procedimiento rápido, no doloroso y con bajas posibilidades de complicaciones.
La punción se realiza entre las vértebras lumbares 3 y 4 donde no existen elementos nerviosos
que puedan lesionarse.

5. Signos y exámenes.
El examen físico generalmente mostrará:

• Frecuencia cardíaca rápida


• Fiebre
• Cambios en el estado mental
• Rigidez en el cuello

En cualquier paciente que se sospecha tiene meningitis, es importante llevar a cabo una
punción lumbar ("punción raquídea"). Es decir, se toma una muestra del líquido
cefalorraquídeo (conocido como LCR) para su análisis.

Los exámenes que se pueden hacer abarcan:

• Hemocultivo
• Radiografía de tórax
• Análisis del LCR para conteo de células, glucosa y proteína
• Tomografía computarizada de la cabeza
• Tinción de Gram, otras tinciones especiales y cultivo de LCR

6. Tratamiento.
Los médicos prescriben antibióticos para la meningitis bacteriana; el tipo variará
dependiendo de la bacteria causante de la infección. Los antibióticos no son eficaces
contra la meningitis viral.

Se utilizan otros medicamentos y líquidos intravenosos para tratar síntomas como el


edema cerebral, el shock y las crisis epilépticas. Algunas personas pueden necesitar
hospitalización, dependiendo de la gravedad de la enfermedad y del tratamiento que se
requiera.

7. Recomendaciones.
En todo paciente con MB se recomienda administrar dexametasona (10 mg por vía
intravenosa cada 6 horas), comenzando 15-20 minutos antes o concomitante con la
primera dosis de antibiótico (AIII). Continuar con dexametasona (10 mg por vía
intravenosa cada 6 horas durante 4 días) si la tinción de Gram del LCR muestra
diplococos Gram positivos o se aisla S. pneumoniae en LCR o en hemocultivos (AI). Si
la tinción de Gram es negativa, dado que no puede descartarse la etiología neumocócica,
se recomienda continuar la pauta con dexametasona hasta tener los resultados de los
cultivos. En cepas de S. pneumoniae resistente a penicilina y cefalosporinas de 3ª
generación también se recomienda el uso de dexametasona (BIII). Ahora bien,
considerando las interacciones farmacológicas entre dexametasona y vancomicina, en
caso de sospecha o confirmación de dicha resistencia, se recomienda antibioticoterapia
múltiple con cefalosporina de tercera generación, vancomicina y rifampicina (BIII).
Los datos disponibles en adultos son insuficientes para recomendar dexametasona en
MB producida por otros gérmenes. Por tanto se recomienda suspender la dexametasona
si se detecta etiología no neumocócica (DIII).

En pacientes con MB que ya han recibido antibióticos no se recomienda dexametasona


porque no hay datos sobre su uso en esta situación y el beneficio es improbable (DIII).
Tampoco se recomienda dexametasona como terapia adjunta en MB aguda de pacientes
con otras situaciones clínicas: shock séptico, meningitis neuroquirúrgica o pacientes
inmunocomprometidos por enfermedades oncohematológicas o tratamiento
inmunosupresor (DIII).

8. Pronóstico.
El diagnóstico y tratamiento oportuno de la meningitis bacteriana es esencial para
prevenir lesiones neurológicas permanentes. Generalmente, la meningitis viral no es una
enfermedad grave y sus síntomas deben desaparecer en cuestión de 2 semanas sin
complicaciones duraderas.

9. Complicaciones.
• Daño cerebral
• Acumulación de líquido entre el cráneo y el cerebro (derrame subdural)
• Hipoacusia
• Hidrocefalia
• Convulsiones

10. Situaciones que requieren asistencia médica.


Se debe acudir al servicio de emergencia o llamar al servicio de urgencias local si se
advierten síntomas de meningitis, si los síntomas empeoran o no mejoran con el
tratamiento. Igualmente, si se cree que ha habido una exposición a alguien que padece
meningitis, ya que esta enfermedad puede volverse rápidamente mortal.

11. Prevención.
• La vacuna contra el Haemophilus (vacuna HiB) en los niños ayudará a prevenir
un tipo de meningitis.
• La vacuna antineumocócica conjugada es ahora una vacuna de rutina en la
infancia y es muy eficaz para prevenir la meningitis neumocócica.
• Los miembros del hogar y otros en estrecho contacto con personas que tengan
meningitis meningocócica deben recibir antibióticos preventivos para evitar
infectarse.
La vacuna meningocócica se recomienda para:

• Adolescentes en edades de 11 - 12 años y adolescentes que ingresan a la


secundaria (alrededor de los 15 años) y que aún no hayan recibido la vacuna.
• Todos los estudiantes universitarios que no hayan sido vacunados y que estén
viviendo en residencias estudiantiles.
• Niños de dos años en adelante que no tengan el bazo o que tengan otros
problemas con el sistema inmunitario.
• Personas que viajan a países donde son comunes las enfermedades causadas por
el meningococo (preguntarle al médico).

Algunas comunidades realizan campañas de vacunación después de un brote de


meningitis meningocócica.

12. Patología y Etiología.

Patología.

Las infecciones del sistema nervioso central pude deberse a cualquier agente infeccioso,
incluso bacterias, micobacterias, hongos, espiroquetas, protozoarios, helmintos y virus.
Ciertos síntomas y signos comunes a todos los tipos de infección del SNC: cefalea,
fiebre, perturbaciones sensoriales, rigidez del cuello y la espalda, signos de Kerning y
de Brudzinski positivo y anormalidades del líquido cefalorraquídeo.

Aunque es raro que se encuentren todas las manifestaciones en un individuo aislado, la


presencia de una de ella siguiere la posibilidad de una infección del SNC.

Etiología.
La mayoría de las meningitis son causadas por bacterias o virus. También se pueden presentar
por infecciones fúngicas (hongos), un golpe en la cabeza, algunos tipos de cáncer, enfermedades
inflamatorias tales como el lupus o sensibilidad a ciertos medicamentos.

13. Modo de transmisión.


La mayoría de los casos de meningitis viral se debe a enterovirus, que son virus que
también pueden causar enfermedad intestinal.

Muchos otros tipos de virus pueden causar meningitis. Por ejemplo, la meningitis viral
puede ser causada por el virus del herpes, el mismo virus que puede causar el herpes
labial y el herpes genital (aunque las personas con herpes labial o genital no están en
mayor riesgo de desarrollar meningitis herpética).

Recientemente, el virus del Nilo Occidental, que se disemina por medio de las picaduras
de mosquitos, se ha convertido en una causa de meningitis viral en la mayor parte de los
Estados Unidos.

La meningitis bacteriana es una verdadera emergencia médica que requiere internación en una
unidad de cuidados intensivos pediátricos. Las bacterias que causan la meningitis incluyen
Streptococcus Pneumoniae (Neumococo), Haemophilus influenzae tipo B, Neisseria
meningitidis (meningococo), Listeria monocytogenes y menos frecuentemente otros tipos de
bacterias.

14. Manejo de la meningitis bacteriana en pacientes


adultos.

La meningitis es un síndrome que clínicamente puede ser fulminante o autolimitado y


etiológicamente puede ser causado por múltiples agentes infecciosos y procesos no
infecciosos. Ya que las manifestaciones clínicas dependientes de los diversos agentes o
procesos causales pueden ser indistinguibles, es prudente asumir que todo síndrome
meníngeo recién detectado es de origen bacteriano hasta que no se demuestre lo
contrario. Para optimizar el desenlace, el médico debe ser capaz de realizar de manera
eficiente el manejo diagnóstico y el tratamiento de los pacientes en los que se sospecha
una meningitis aguda. Para ello, debe conocer la sensibilidad de los signos y síntomas
de presentación clínica, el espectro etiológico en su área geográfica, el manejo adecuado
de las pruebas diagnósticas y las directrices de tratamiento más recientes2,8. El
diagnóstico diferencial de la meningitis aguda incluye múltiples causas infecciosas y no
infecciosas. La etiología de la meningitis no infecciosa es también amplia y su
exposición escapa a los objetivos de esta revisión, centrada en la MB.

El espectro de microorganismos causantes de meningitis bacteriana en el adulto es


amplio, como queda reflejado en la tabla 2 que recoge datos de España, Estados Unidos,
Islandia, Canadá y Países Bajos. Aún así, un elevado porcentaje de casos es originado
por un reducido número de gérmenes. Los microorganismos que originan MB,
distribuidos según la edad y las situaciones predisponentes específicas.

Desde el punto de vista diagnóstico, la rentabilidad del hemocultivo en la MB


nosocomial es muy escasa, lo cual, unido a las frecuentes alteraciones del LCR en los
pacientes postquirúrgicos, hace que el examen microbiológico mediante tinción de
Gram y cultivo sean las pruebas claves para el diagnóstico (BII). Por otra parte, las
alteraciones en el recuento de leucocitos, la proteinorraquia y la glucorraquía no tienen
el mismo valor en las MB de la comunidad que en las nosocomiales, al estar alterado el
LCR por el propio acto neuroquirúrgico. La alta probabilidad preprueba de la presencia
de hipertensión endocraneal hace obligatoria la realización de tomografía axial
computerizada (TAC) previa a la punción lumbar (PL) en cualquier paciente con
sospecha de meningitis nosocomial (AII).

Examen físico.

El uso adecuado del examen clínico sirve de ayuda para identificar a los pacientes que
tienen un riesgo alto de padecer una meningitis y por tanto van a requerir una PL
diagnóstica. Para evitar punciones innecesarias, sería útil identificar características
clínicas que pudieran distinguir a los pacientes con riesgo alto o bajo de meningitis.
Datos clínicos con una elevada especificidad ayudarán a la decisión de realizar una PL.
A la inversa, los datos clínicos con una alta sensibilidad ayudarán al médico a evitar una
prueba invasiva, particularmente en aquellos pacientes en los que la sospecha clínica de
meningitis es relativamente baja.

Las características clínicas de la meningitis son un reflejo del proceso fisiológico


subyacente, que incluye la infección sistémica y la inflamación meníngea. La primera
origina datos inespecíficos como fiebre, mialgias o exantema. La respuesta inflamatoria
meníngea provoca un reflejo protector para evitar el estiramiento de las raices nerviosas
inflamadas e hipersensibles, que se detecta clínicamente por la rigidez nucal y los signos
de Kernig y Brudzinski. También puede ser la causante de cefalea y parálisis de pares
craneales. Si el proceso inflamatorio progresa hasta causar vasculitis cerebral u origina
edema cerebral y presión intracraneal elevada, pueden aparecer a continuación cambios
en el nivel de conciencia, cefalea, vómitos, convulsiones y parálisis de pares craneales.

La MB suele cursar de forma aguda. La duración de los síntomas antes del ingreso
hospitalario ha mostrado una mediana de 24 horas (rango 1 a 14 días). La forma de
presentación clásica de la meningitis aguda es la triada de fiebre, rigidez de nuca y
signos de disfunción cerebral (confusión, delirio o alteración del nivel de conciencia),
pero esta triada la presentan menos de dos tercios de pacientes. Los datos del examen
físico de tres amplias series de casos y de pacientes con edad media superior a 60 años
se exponen en la tabla 5. La fiebre existe en un porcentaje muy elevado de pacientes al
inicio y suele durar una media de 4 días (rango de 0 a 14 días). No obstante, puede
llegar a durar diez o más días en un 20% de casos, pero en la mayoría de estos existe
otro foco identificable de fiebre6. La rigidez de nuca también existe en un elevado
número de casos en el examen inicial y continúa durante más de 7 días en algunos
pacientes a pesar de una mejoría evidente del estado general. Las formas más frecuentes
de alteraciones de disfunción cerebral son confusión o letargia y entre un 6% a 16% de
pacientes presenta coma.

Aunque uno o más de los datos clásicos de la historia clínica y examen físico (fiebre,
disfunción cerebral, cefalea, rigidez de nuca) están ausentes en muchos pacientes, casi
todos tienen al menos uno de los datos clínicos de la clásica triada de fiebre, rigidez de
nuca y disfunción cerebral. Los autores de un estudio que revisó la precisión del examen
clínico en el diagnóstico de la meningitis del adulto encontraron que el diagnóstico
puede ser excluido con la ausencia de fiebre, rigidez de nuca y disfunción cerebral
(sensibilidad de 99%-100% para la presencia de uno de dichos datos). Neonatos,
personas mayores, neutropénicos y pacientes con traumatismo craneal pueden no
mostrar dichos signos y síntomas clásicos.

Otros métodos a utilizar.

 Examen físico de la rigidez de nuca y de los signos de irritación meníngea.

 Pronóstico de la Meningitis Bacteriana

 Indicaciones de Tomografía Axial Computerizada de cráneo previo a la realización de


punción lumbar

 Pruebas diagnósticas para determinar la etiología bacteriana de la Meningitis

 Tinción de Gram

 Detección de antígenos bacterianos con técnicas inmunológicas

 Pruebas de laboratorio de ayuda para distinguir la Meningitis Bacteriana de la


Meningitis Viral.

15. Cuidados de enfermería.

Definición de enfermería:

Enfermería es una profesión de práctica. La administración y educación son esenciales


pero secundarios al que la práctica. Es un componente de cuidado con conocimiento de
cura, percepción de motivación humana y comprometida con el ministerio de alta
calidad. La definición de enfermería nos sirve de guía y de origen a la práctica de la
enfermería indicándonos nuestras funciones. Tiene como meta servirle al hombre.

Planificación y ejecución de enfermería.


Con un diagnóstico precoz de la meningitis, hace que esta infección, hoy en día, haya
disminuido.

• Enfermería deba realizar valoraciones para observar las características clínicas


de la infección para empezar a hacer cuidados.
• Vigilar la temperatura y signos vitales del niño (TA, FC,...) y monitorizar en
caso necesario.

• Vigilar los ingresos y las eliminaciones para vigilar el nivel de electrolitos y


evitar el edema cerebral por administrar grandes cantidades de líquido.
Recomendar poner menos de la cantidad necesaria de líquido en la fase inicial.

• Vigilar infecciones secundarias.

• Administrar corticoides para evitar el edema.

• Vigilar el nivel de conciencia y signos neurológicos.

• Ayudar a radicar el microorganismo causante de la meningitis.


• Ante un niño con las manifestaciones clínicas de una meningitis, administrar
cefalosporinas de 3ª generación (cefatoxina): 200 ml/kg de peso por VI o sino
por VIM y cuando llegue al centro hospitalario, el tto seguirá hasta que llegue el
resultado del cultivo. Si es negativo le quitaremos el antibiótico y le tendremos
en observación 24 horas. Si sale positivo, mantendremos la cefotaxina 7-10 días
por VI para meningococo y de 12-14 días si son neumococos o hemofilus
influencie.

• Reducir la temperatura con analgésicos.

• Mantener el equilibrio hidroelectrolítico.

• El niño debe estar en una habitación tranquilo.

• Prevenir la diseminación de la meningitis:

 Aislar al niño. 24-48 horas aislado completamente para evitar contagio.


 Identificar a los contactos íntimos y a los niños de alto riesgo para hacer
una buena profilaxis:
 Tomar una serie de medidas: EDO Desinfección de los locales donde ha
estado el niño en menos de 24 horas.
 Efectuar una buena quimioprofilaxis, sobretodo a niños que han estado
en contacto con el niño: Rifampicina 10 mg/kg durante dos días en niños
mayores de un mes y 5 mg/kg durante 2días en niños menores de un
mes.

• Importante la educación sanitaria: vacunación Meningococo tipo C a los 2-4-6


meses y Hemofilus influencie a los 2-4-6-18 meses. Contra el Meningococo tipo
B no hay vacuna.
• Educar y aconsejar a los padres ante la posibilidad de la aparición de secuelas:
 Hidrocefalia
 Problemas neurológicos: motores: parálisis, convulsiones, estrabismo.
 sensoriales: ceguera, sordera.
 sensitivos: parestesias.
 psíquicos: retraso mental, alteración conductual.

• Valoración diagnóstica: electroencefalograma, audiometría, control psicológico,


revisión de la vista.

Valoración clínica.

Niño y adolescente

• Aparición por lo general brusca.

• Fiebre elevada (> 38,5-40º o más)

• Escalofríos.

• Cefalea.

• Vómitos “proyectivos” sin náuseas previas.

• Alteraciones del sensorio.

• Convulsiones.

• Irritabilidad.

• Agitación

• Pueden desarrollar: delirio, conducta agresiva, somnolencia, estupor y coma.

• Rigidez de nuca.

• Evaramiento del raquis

• Signo de Kernic, Budszinski y Lassegue positivos.


• Síndrome del “trípode de amor” positivo.

• Hiperreflexia tendino-muscular y cutánea incrementada.

• Pueden aparecer: - paresias y parálisis, estrabismo, ptosis parpebral, fotofobia,


escotomas y acúfenos.

Signos y síntomas peculiares:


• Exantema petequial o purpúrico (infección meningocócica) especialmente
cuando se asocia un estado similar al shock.

• Afectación articular (infección por meningococo y por hemofilus influencie)

• Supuración crónica auricular (meningitis neumónica)

Lactante

El cuadro clásico no suele observarse en niños de 3 meses a 2 años.

• Fiebre alta.

• Mal estado general.

• Vómitos en escopetazo sin náuseas previas.

• Rechazo del alimento.

• Acusada irritabilidad

• Llanto que no para.

• Convulsiones frecuentes ( a menudo acompañada de llanto agudo)

• Fontanela tensa (abombada)

• La rigidez de nuca puede o no estar presente.

• Los signos de Kernic y Brudzinski no son útiles en el diagnóstico porque son


difíciles de provocar y evaluar a este grupo de edad.

Valoración diagnóstica:
• Hemograma
• Pruebas de coagulación

• Análisis de leucocitos que estarán aumentados.

• Estudio de electrolitos: situación del Na+ y el K+ que pueden estar alterados por
los vómitos.

• Punción lumbar y extracción de líquido cefalorraquídeo.

• Examen de fondo de ojo.

Precauciones ante la realización de la punción


lumbar:
• Tomar precauciones ante un niño con inestabilidad cardiorrespiratoria..

• Problemas neurológicos focales --> convulsiones focalizadas a una parte del


cuerpo y esto indica un peor pronóstico.

• Signos clínicos de aumento de la presión intracraneal (incluyendo coma o edema


de papila)

• Coagulopatías.

• Infección local en el punto de inserción de la aguja.

• Si la punción supone un retraso indebido para la administración de antibióticos.

Precauciones específicas:

• Prescripción facultativa.
• Evite la movilización, en el momento de la punción.

• No guarde las muestras en la nevera. Envíelas rápidamente al laboratorio.


• Tome las constantes cada 30 minutos durante las dos primeras horas, después de

realizada la punción.

Materiales:

• Set de rasurado si precisa.


• Agua y jabón líquido.
• Gasas estériles.
• Povidona yodada.
• Jeringuillas de 10 ml
• Agujas intramusculares y subcutáneas.
• Anestésico local.
• Mascarillas.
• Guantes estériles.
• Tubos estériles de muestras.
• Paño estéril con y sin agujero.
• Equipo de medición de presión lumbar s/p.
• Esparadrapo.
• Impresos de laboratorio.
• Etiquetas de identificación.
• Trócars de punción lumbar de varios números.
• Una pinza de Focher.
Procedimiento:
1. Informe al paciente de la técnica que se le va a realizar, y de la importancia de
no moverse en el momento de la punción, solicitando su colaboración.
2. Proporcione intimidad al paciente.
3. Ayuda al paciente a colocarse en decúbito lateral derecho o izquierdo, al borde
de la cama, en posición fetal, y manténgalo sujeto en esta posición (con la ayuda
de un ayudante) hasta que haya sido introducido el trócar.
4. Colóquese la mascarilla.
5. Lávese las manos, según procedimiento higiénico.
6. Póngase guantes.
7. Lave la zona con agua y jabón y séquela con gasas estériles.
8. Desinfecte la zona con povidona yodada.
9. Colabore con el médico mientras se realice la técnica.
10. 3ª-4ª vértebra lumbar. Cogemos la aguja adecuada y con el visel un poco hacia
arriba, palpamos la 3ª-4ª L y vamos introduciendo horizontalmente y muy
despacio la aguja. Inclinamos un poco la aguja hacia arriba. Se aconseja que
después de la punción, el niño se quede acostado sin almohada y que no coma
durante 1-2 horas.
11. Recogemos el líquido cefalorraquídeo en dos tubos:
12. Uno estéril que irá al laboratorio donde se hará un cultivo y un frotis.
13. Otro que no tiene porque ser estéril que irá al laboratorio central.
14. Coloque un apósito estéril en la zona de punción.
15. Identifique los tubos.
16. Coloque al paciente en posición cómoda, preferentemente en decúbito supino.
17. Recoja, limpie y ordene el material utilizado.
18. Deseche los guantes y lávese las manos.
19. Indique al paciente que esté en reposo durante dos horas o durante el período
indicado por el médico.
20. Envíe las muestras inmediatamente al laboratorio. No guarde nunca en la nevera.
21. Vigile los signos vitales cada 30 minutos durante las primeras horas después de
realizada la punción.
22. Aumente la ingesta de líquidos.
23. Anote en los registros correspondientes la técnica realizada.
16. Conclusión.
La meningitis es una inflamación de las meninges, las membranas que envuelven el
cerebro y la médula espinal. Por lo general, la inflamación es causada por una bacteria o
un virus, pero también puede ser producto de ciertas medicaciones o enfermedades.

La meningitis bacterial es poco común, pero suele ser grave y poner en riesgo la vida
si no se trata de inmediato. La meningitis viral (también llamada meningitis aséptica)
es bastante común y mucho menos grave. Por lo general, se cursa sin diagnóstico
porque los síntomas pueden ser similares a los de una gripe común.

La meningitis puede afectar a niños de cualquier edad, pero como se contagia más
fácilmente entre personas que viven en áreas cerradas, los adolescentes, los estudiantes
universitarios y los que están en un internado corren un mayor riesgo de contraer la
infección.

Si se comienza enseguida, el tratamiento de la meningitis resulta efectivo. Por eso, es


importante recibir las vacunas de rutina, conocer los síntomas de la enfermedad y
buscar atención médica de inmediato en caso de sospechas.

Muchos de los virus o bacterias que pueden causar la meningitis son muy comunes y
suelen estar más asociados a enfermedades de todos los días. Las bacterias y los virus
que causan una infección en la piel, el tracto gastrointestinal, el aparato urinario o el
tracto respiratorio pueden llegar desde el torrente sanguíneo a las meninges a través del
líquido cefalorraquídeo, que circula dentro y alrededor de la médula espinal.

En ciertos casos de meningitis bacteriana, la bacteria proveniente de un traumatismo


severo de cráneo o una infección grave cercana —como una infección de oídos (otitis
media) o una infección de los senos nasales (sinusitis)— se propaga a las meninges.
Varios tipos de bacteria pueden causar la meningitis bacteriana. El Streptococcus grupo
B, la Escherichia coli y la Listeria monocytogenes son las causas más frecuentes de
meningitis en los recién nacidos. El Streptoccoccus pneumoniae, llamado comúnmente
“neumococo”, y la Neisseria meningitidis, más conocida como “meningococo”, son más
frecuentes en los niños mayores.

La bacteria Haemophilus influenzae tipo b (Hib) también puede causar la enfermedad,


pero debido al uso generalizado de la vacuna en los niños, estos casos son menos
frecuentes.

Del mismo modo, varios virus son los causantes de la meningitis viral, incluyendo los
enterovirus (como el virus Coxsackie, el virus de la polio, y el virus del herpes.

Los síntomas de la meningitis varían según la edad del niño y la causa de la infección.
Debido a que en ambos tipos de meningitis los síntomas pueden ser similares a los de al
gripe, en especial en la primera etapa de la enfermedad, y a que la meningitis bacteriana
suele ser muy grave, es importante diagnosticar la infección sin pérdida de tiempo.

Los primeros síntomas de la meningitis viral o bacteriana pueden empezar enseguida o


aparecer varios días después de que el niño haya tenido un resfriado, secreción nasal,
diarrea y vómitos, u otras señales de una infección.

La meningitis viral suele generar síntomas similares a los de la gripe, como fiebre y
secreción nasal, y pueden ser tan leves que la enfermedad no llega a diagnosticarse. La
mayoría de los casos de meningitis viral remiten por completo después de 7 a 10 días,
sin complicaciones ni necesidad de tratamiento.

La mayoría de los casos de meningitis —viral y bacteriana— son el resultado de


infecciones contagiosas. Los agentes infecciosos suelen transmitirse de una persona a
otra a través de pequeñas gotas de secreciones de la garganta y la nariz de la persona
infectada. Estas gotas pueden ser transportadas por el aire cuando la persona tose, se ríe,
habla o estornuda. Pueden infectar a otros cuando la gente las respira o cuando toca las
gotas y después se toca la boca o la nariz.

La infección también se transmite al compartir comida, vasos, utensilios de cocina,


pañuelos o toallas. Algunos organismos infecciosos se pueden transmitir a través de la
materia fecal de una persona. Cuando otro individuo entra en contacto con esta materia
fecal (por ejemplo, un niño en una guardería), puede contraer la infección.

Las infecciones se transmiten con más frecuencia entre gente que está en estrecho
contacto, como la que vive junta o la que se expone al contagio al besarse o compartir
utensilios de cocina. La relación o el contacto fugaz en la escuela o en el trabajo con
personas infectadas no suele transmitir el agente infeccioso.
17. Bibliografía.
Meningitis. Citado en:
http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/000680.htm. En fecha:
25/11/2010.

Meningitis. Citado en: http://www.pediatradefamilia.com.ar/m.htm. En fecha: 25/11/2010

Manejo de la meningitis bacteriana en adultos. Citado en:


http://saei.org/hemero/consensos/meningitis.html. En fecha: 25/11/2010

¿Que es la meningitis? ¿Es bacteriana o viral? Citado en:


http://www.pediatraldia.cl/que_es_la_meningitis.htm. En fecha: 09/12/2010

Anexos.
Swartz MN. Meningitis: bacterial, viral, and other. In: Goldman L, Ausiello D, eds.
Cecil Medicine. 23rd ed. Philadelphia, Pa: Saunders Elsevier; 2007:chap 437. Versión
en inglés revisada por: David C. Dugdale, III, MD, Professor of Medicine, Division of
General Medicine, Department of Medicine, University of Washington School of
Medicine; and Jatin M. Vyas, PhD, MD, Assistant Professor in Medicine, Harvard
Medical School, Assistant in Medicine, Division of Infectious Disease, Department of
Medicine, Massachusetts General Hospital. Also reviewed by David Zieve, MD, MHA,
Medical Director, A.D.A.M., Inc. Traducción y localización realizada por: DrTango,
Inc.

Título: Manejo de la meningitis bacteriana en adultos .

Dirección: http://saei.org/hemero/consensos/meningitis.html.
Descripción: Documento de consenso de la Sociedad Andaluza de Enfermedades
Infecciosas sobre el manejo diagnóstico y terapéutico de las meningitis bacterianas en
pacientes adultos.

Autor/a: Fco. Javier Caballero Granado.

Editor/a: Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas.

Derechos: Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas.

Fecha de creación: 2006-06-01

Fecha de modificación: 2007-05-03

Forma parte de: Documentos de consenso de la Sociedad Andaluza de Enfermedades


Infecciosas.

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