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“Francisco de Miranda”
Elaborado por:
Concha, Ana
García, Jesús
A lo largo de los años la cría de bovinos para la producción de carne y leche ha sido de gran
importancia para la industria alimenticia de las poblaciones humanas. Es un animal que
puede proveer distintos tipos de beneficios para la sociedad gracias a su fácil manejo y
aptitud lechera, lo que abre una variedad más amplia de oportunidades para los productores.
No obstante, debido a su naturaleza como rumiantes y sistema digestivo especializado es
sensible a distintas enfermedades que pueden afectar de forma negativa la explotación de
los rebaños bovinos.
Entre las patologías que afectan más comúnmente al rebaño bovino están las enfermedades
metabólicas, estás son asesinos silenciosos que normalmente son confundidas con otras
afecciones y rara vez se logra un diagnóstico específico para ellas debido a su imprecisa
sintomatología.
Cetosis en rumiantes (Acetonemia)
La cetosis es una enfermedad caracterizada por concentraciones anormalmente elevadas de
cuerpos cetónicos en tejidos y fluidos corporales. La cetosis se convierte en una
enfermedad exclusivamente cuando la absorción y producción de cuerpos cetónicos excede
su uso como fuente de energía por el rumiante, provocando una elevación en las cetonas
sanguíneas, los ácidos grasos libres (AGL) o los ácidos grasos no esterificados (AGNE) y
una disminución de la glucosa sanguínea. Debe tenerse en cuenta, que las vacas lecheras de
alta producción normales, tendrán algún grado de cetosis durante el incremento de la curva
de lactación hasta que la ingestión de energía se equilibre con la producción de leche, a
pesar de la administración de un alimento de buena calidad.
La cetosis tipo I es la cetosis primaria clásica o espontánea, que provoca una disminución
de glucosa en la sangre y en el hígado (glucógeno disminuido) y un aumento de la
movilización de grasa que culmina en una elevada acumulación de cuerpos cetónicos
debido a un equilibrio negativo de energía durante el inicio de la lactación. En la cetosis
tipo II aparece una elevada insulina sanguínea y una hiperglucemia transitoria secundaria al
sobrecondicionamiento y a la infiltración grasa del hígado.
Causas:
Al disminuir la ingesta dietética puede producir cetosis secundaria como resultado
de un aumento de la movilización de grasas y de la producción cetónica.
Puede ser producida por la ingestión de cetonas preformadas en la dieta (ensilados
altos en ácido láctico y butírico).
La deficiencia de cobalto ha sido implicada como una causa potencial de cetosis
La cetosis clínica se manifiesta principalmente con una pérdida de apetito progresiva y una
disminución de producción láctica, rápidamente los animales pierden peso.
La incidencia de la cetosis tipo I tiende a aparecer de 3 a 6 semanas posparto, a medida que
la producción de leche alcanza su pico, en contraste con la tipo II, que aparece
inmediatamente después del parto.
Entre los hallazgos físicos se encuentran síntomas vitales normales; heces duras y secas;
depresión moderada, y, en ocasiones, negativa a moverse. La motilidad ruminal puede estar
disminuida si el animal ha estado anoréxico durante varios días. Ocasionalmente se observa
pica. A menudo, el olor de las cetonas puede ser detectado en el aliento y en la leche.
Los síntomas clínicos pueden desaparecer de forma espontánea sin tratamiento cuando se
alcanza un equilibrio entre la producción de leche y la ingesta dietética. Los síntomas
nerviosos transitorios, como tambaleo y ceguera, pueden aparecer durante cortos períodos
de tiempo. La cetosis disminuye la respuesta inmunitaria, haciendo a las vacas afectadas
más vulnerables a infecciones concurrentes.
Prevención y control
La alimentación y el manejo de vacas durante la lactación tardía y el período seco deberían
estimular una buena condición corporal en el momento del parto. Se debe mantener la
condición corporal de la vaca seca y se debe proporcionar lo suficiente para el crecimiento
fetal. Es esencial que las vacas no engorden mucho antes del parto. La dieta también debe
estar equilibrada en sus minerales. Se puede añadir cobalto si hay indicación de niveles
inadecuados. También, el uso de propilenglicol o algunos aditivos en la alimentación
pueden ser útiles en la prevención de cetosis en algunos rebaños con alto riesgo.
Hipocalcemia
El Ca extracelular también es esencial para asegurar la transmisión de los impulsos del
tejido nervioso, la excitación y contracción del músculo esquelético y cardíaco y la
coagulación sanguínea y como componente de la leche. Una baja concentración
extracelular de Ca provoca hiperexcitabilidad del sistema nervioso, lo que provoca
fasciculaciones musculares o, incluso, tetania. En la unión neuromuscular, la cantidad de
acetilcolina liberada durante un potencial de acción de la placa motora está directamente
relacionada con la cantidad de Ca que entra a través de la zona terminal de la neurona
motora que, a su vez, depende de la concentración de Ca extracelular. Por lo tanto, la
hipocalcemia reduce la fuerza de la contracción muscular, lo que provoca paresia.
Hipomagnesemia
El magnesio es uno de los cationes intracelulares principales que sirve como cofactor para
las reacciones enzimáticas vitales para cualquier vía metabólica principal. El Mg
extracelular es vital para la conducción nerviosa normal, la función muscular y la
formación mineral de hueso.
La hipomagnesemia generalmente produce hiperexcitabilidad, tetania, convulsión y con
mucha frecuencia, muerte súbita. La hipomagnesemia puede ir acompañada de, y
complicada por hipocalcemia. Es un problema frecuente en rumiantes. Moderada: se asocia
a una ingesta de alimentos reducida, nerviosismo y reducción de grasa de la leche y de
producción total de leche. Esto puede ser un problema crónico en algunos rebaños de
producción de leche que a menudo no es detectado. También puede predisponer a estos
animales a la fiebre de leche, como se ha descrito anteriormente.
Causas
Entre las causas principales están el bajo contenido de Mg de los forrajes y la
suplementación dietética insuficiente. La solubilidad del Mg también disminuye
bruscamente a medida que el pH ruminal aumenta por encima de 6,5. Los animales que
pastan tienen tendencia a presentar un pH ruminal mayor debido a la estimulación de la
secreción de tampón salivar. Cuando se administran raciones con mucho grano, el pH del
fluido ruminal suele estar por debajo de un pH de 6.5, aumentando la solubilidad del Mg y,
por lo tanto, su disponibilidad.
A esto se le denomina habitualmente como tetania de la hierba, tetania de primavera,
tambaleo de la hierba o tetania de lactación. La deficiencia de Mg aparece con mayor
frecuencia en primavera u otoño, cuando los pastos están creciendo a la máxima velocidad,
y es más frecuente en rumiantes en lactación.
Tratamiento
Los animales que muestran una tetania hipomagnesémica necesitan tratamiento inmediato.
Esto requiere la administración de 1,5 a 2,25 g de Mg por vía intravenosa en la vaca adulta.
La respuesta al tratamiento puede ser desalentadora y el éxito está relacionado con el
intervalo entre el inicio de la tetania y la administración del tratamiento. Las vacas no
deben ser estimuladas a levantarse durante al menos 30 min después del tratamiento, para
evitar el inicio de tetania y convulsiones
Tratamiento Se puede rotar al paciente unos 70° después de haberlo colocado en decúbito
lateral derecho; sin embargo se observan recidivas. En estos casos es necesario una
abomasopexia paramedial derecha o abomasopexia paralumbar izquierda. Como método
percutáneo, se usan clavos de fijación o técnicas de sutura (se anticipa la medición del pH
verificando estar en abomaso).
Prevención
La nutrición es clave en su presentación. La incidencia aumenta con dietas con altos
porcentajes de concentrados y bajo aporte de fibra. En primera instancia, se debe adaptar a
los animales al consumo de concentrados; evitar su alimentación excesiva. Manejar con
detenimiento el consumo de granos. Permitir actividad física y ejercitar al ganado (evitar su
confinamiento).
Tratamiento
La terapia específica es la suplementación con cloruro potásico por vía oral a dosis de
26g/100 kg PC/día dividido en varias dosis o vía IV, 16 g/100 kg PC/día en goteo continuo
como complemento a la administración de una solución de electrólitos a una
concentración de 200 mEq/l hasta la restitución total del nivel sérico normal aplicando. El
tratamiento de soporte tiene una gran importancia para prevenir complicaciones como
mastitis o miopatías causadas por decúbitos prolongados, para mantener una correcta
alimentación asegurando la presencia de comida y agua cerca de la boca y para
proporcionar unas condiciones favorables para que la vaca se levante.
Conclusión
Las enfermedades metabólicas se presentan como un problema común en los distintos
sistemas de producción sobre todo en vacas con predisposición lechera. Esto debido a las
exigencias extras que requiere el período de lactación de los bovinos, lo que ocasiona
balances negativos, deficiencias en las concentraciones de minerales plasmáticos y
pérdidas de peso en los animales.
Estas patologías se encuentran asociadas normalmente a una disminución de producción
en los animales y por lo tanto una pérdida económica para los productores, dueños de
dichos rebaños. Es de gran interés el minimizar la incidencia de dichas enfermedades,
manteniendo a los animales sanos a través de una buena nutrición, manejo y salud,
previniendo estas enfermedades y a su vez las consecuencias que vienen asociadas a ellas.
Bibliografías