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30220)
En contra A favor
1. La ley universitaria es intervencionista y vulnera la autonomía 1. No se viola la autonom
universitaria (Artículo 18 de la Constitución Política del Perú). estado a supervisar la cal
Además violalos derechos fundamentales de docentes, de la Constitución Política de
autoridades, de estudiantes.
3. Se pudo haber modificado y potenciado la actual ANR en lugar 3. En sus 30 años de func
de desactivarla. logrado nada importante.
la calidad de la educación
4. La SUNEDU será un órgano con excesivos poderes y 4. El estado será la minor
dependiente del gobierno de turno. De los siete integrantes d
serán representantes del
5. El ministerio de Educación, que ha fracasado en la educación 5. El mercado no es un bu
escolar, no podrá garantizar la calidad universitaria. educativa y los mecanism
asegurar esa calidad (ANR
función.
2. La nueva ley
En este esquema se presentan los principales puntos que plantea la nueva Ley Universitaria.
Educación universitaria como un Derecho Fundamental y un servicio público.
1. Finalidad y funciones:
2. Composición
1. Un representante MINEDU
2. Un representante CONCYTEC
8. Investigación
4. Los cambios establecidos en la ley para obtener grado o título no son aplicable
a alumnos matriculados anterior a la promulgación de la ley
17. Defensoría universitaria para defender los derechos de todos los miembros de la
comunidad universitaria
44. Esta nueva ley deroga la Ley Nº 23733 –Ley Universitaria y sus
modificatorias (ANR), la Ley Nº 26439, Ley que crea el Consejo Nacional para la
Autorización de Funcionamiento de Universidades (CONAFU) y sus
modificatorias, y deja sin efecto el Decreto Legislativo Nº 882 en lo que
respecta al ámbito universitario, con excepción de los artículos 14º, 16º, 17º,
18º, 19º, 20º, 21º y 22º y demás normas que se opongan a la nueva ley
universitaria.
Conclusión
Pese a la necesidad de una nueva Ley Universitaria, pues es evidente que, del
mismo modo que existen excelentes y buenas universidades, también hay de
las otras: malas y hasta pésimas.
Por otro lado, la Ley Universitaria dispuso nuevos procesos eleccionarios de los
rectores, vicerrectores y decanos de las universidades públicas, con lo que se
ha recortado sin justificación el término de sus mandatos. Esto, del mismo
modo, es claramente inconstitucional, en tanto la Carta Magna establece que
los contratos no pueden ser modificados por leyes. Las autoridades
mencionadas cuentan con legalidad institucional y laboral, ambas de carácter
contractual que se desconoce en la nueva ley.
Decía Lord Acton que el poder se excede por naturaleza, pero el poder
absoluto, es decir, sin control, se excede absolutamente. Por eso, el Tribunal
Constitucional (TC) en su jurisprudencia (STC 017-2008-PI/TC) dispuso la
necesidad de que el Estado asumiera la función constitucional de fiscalizar la
calidad educativa de las universidades a través de un organismo regulador
especializado y técnico.
El nuevo modelo educativo entiende que, primero, los estudiantes son usuarios
de un servicio educativo que merece ser supervisado, como cualquier otro.
Segundo, el Estado otorga a las universidades la licencia para ofrecer grados
académicos y títulos profesionales a nombre de la nación. Y tercero, el Estado
ha declarado a las universidades públicas y privadas como inafectas de
impuestos directos e indirectos, además de otras exoneraciones y beneficios
tributarios, según la Constitución. Todo lo cual requiere ser materia de
fiscalización, sin violar la autonomía universitaria.