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"La carne de caballo como cualquier mamífero que use el ser humano, como el
res, el carnero, la oveja, el cuy o el conejo, no es un problema, mientras a la
gente le digan lo que están dando y puedan elegir lo que comen, no que le den
'gato por liebre'", expresó Huerta.
En Asia Central y las regiones musulmanas de Rusia un manjar, más caro y
apreciado que las carnes tradicionales.
"Se parece a la ternera por el color y el sabor, pero hay que cocerla el doble de
tiempo. Lo bueno es que apenas tiene grasa, por lo que se considera dietética",
aseguró a Efe Gulnar Aldéshova, jefa de cocina del restaurante Aiser de
Astaná, capital de Kazajistán.
En los hogares kazajos, uzbekos, tártaros o bashkirios esa carne, sea cocida o
en embutido, se consume casi diariamente.
"En los bazares kazajos la carne de caballo joven es mucho más cara que la
ternera. Además, se considera más natural que el cordero, que es todo hueso y
tiene poco que comer", añade la cocinera.
El kilo de carne de caballo puede rondar los 17-18 dólares, un alto precio para
un habitante de esa república centroasiática, donde el caballo ocupa un lugar
de honor desde tiempo inmemorial, ya que los kazajos, al igual que los
legendarios mongoles, eran un pueblo nómada.
"No hay ningún kazajo al que no le guste la carne de caballo. Cada kazajo
tiene, al menos, un caballo y los ricos tienen granjas con decenas de cabezas.
Es una cuestión de prestigio", apuntó Aldéshova.
Con todo, no todos los equinos son iguales y en esta zona del mundo ceban
especialmente para la matanza una raza de caballos, cuanto más jóvenes
mejor (1-3 años), ya que acumulan menos grasa y la carne resulta mucho más
blanda.
Los platos con caballo más populares son el beshbarmak, plato nacional en
Kazajistán, y el kazí, el embutido hecho con carne magra y grasa del animal,
que cuesta unos 25 euros el kilo en el mercado.
A diferencia del chorizo después de la matanza del cerdo, tras varios días en
reposo -en seco o ahumado-, el embutido de caballo resultante debe ser cocido
en agua hirviendo durante unas dos horas antes de que sea apto para el
consumo.
Por todo ello, es ideal para los deportistas, debido a su bajo contenido en grasa
y su potencial en calorías, y también para las embarazadas, los anémicos y los
niños, al ser rica en hierro y ser considerada un alimento dietético.
Las malas lenguas dicen que la "leyenda negra" de la carne de caballo tiene su
origen en los soldados de Napoleón, que a su regreso de la fallida invasión de
Rusia tuvieron que comerse sus propios caballos, mal trago que fue agravado
por su infeliz ocurrencia de añadirle pólvora como especia para darle sabor.