Está en la página 1de 11

METODO DE DISEÑO CHRISTOPHER JONES

1. DIVIRGENCIA: ¿Qué es la carne de caballo?

La carne de caballo es aquella que se obtiene a partir de que el animal tiene 2


años de edad. Por tanto, debemos diferenciarla de la carne de potro, que es
aquella que se obtiene del animal antes de cumplir esta edad.

Beneficios de la carne de caballo


Aunque muy consumida por algunas personas, lo cierto es que antes de la
polémica surgida en el Reino Unido, y posteriormente en España, la carne de
caballo no era en cierto sentido tan conocida o popular como otras carnes
(como es el caso de la de vacuno o la de cerdo). Nos encontramos, por tanto,
en la gran desconocida en nuestro país.

Respecto a otras carnes, la realidad es que la carne de équido se puede


constituir en una carne de calidad desde un punto de vista nutricional, gracias a
su menor contenido en grasa, alto contenido en proteínas de calidad, y mayor
presencia en glucógeno.

Destaca por su riqueza en minerales (zinc, magnesio, fósforo y cobre), entre


los que también nos encontramos hierro, de ahí que la carne de caballo sea
interesante en caso de anemia, por su efecto antianémico.

Otra de las particularidades de esta carne es su riqueza en ácidos grasos


omega 3, grasas saludables que de hecho no son habituales en otras carnes
más consumidas.

Al igual que la carne de pollo, la carne de caballo es de fácil digestión, gracias


a su alto contenido en vitaminas del grupo B.

Es una carne especialmente recomendada y adecuada para deportistas, niños,


personas mayores y con anemia.

¿Comer carne de caballo es malo para la salud?


¿Es cierto que comer carne de caballo es malo para la salud? ¿O se está
incidiendo erróneamente en esta afirmación por parte de muchos medios de
comunicación? Te desvelamos la realidad.
A raíz de toda la polémica aparecida después de la publicación del informe la
calidad de las hamburguesas de supermercado según la OCU, en el que se
constató la existencia de trazas de ADN de caballo en hamburguesas de
determinadas marcas, y sobre todo luego de que se descubriera que algunos
productos de la marca Buittoni (Nestlé) contenían carne de caballo en lugar de
carne de vacuno, parece existir muchísimas dudas sobre los supuestos efectos
de la carne de caballo en la salud.
Más concretamente, casi parece que en los medios de comunicación se haya
instaurado una especie de duda constante sobre los efectos de esta carne en
la salud por el mero hecho de encontrarnos con productos presuntamente de
carne de vacuno que originalmente contenían este tipo de carne, instalando en
el consumidor la idea de que es un producto cárnico peligroso o negativo.
Como vemos, el problema evidente es que nos encontramos ante un fraude
para el consumidor, que compra un producto pensando que ha sido elaborado
con carne de vacuno cuando en realidad contiene un determinado porcentaje
de carne de equino, no informando de ello en el etiquetado. Poco tiene que ver
originalmente con que si la carne de caballo es en realidad buena o beneficiosa
para nuestra salud.
¿Es malo comer carne de caballo para mi salud?
No debemos confundir la existencia de un engaño al consumidor que compra
productos elaborados con carne de vacuno cuando en realidad tiene carne de
caballo, con que ésta sea una carne mala o negativa para la salud.
Nada más lejos de la realidad: la carne de caballo, como ya te indicamos en
nuestra nota dedicada a los beneficios de la carne de caballo, es incluso una
de las carnes nutricionalmente más saludables que existen, gracias sobre todo
a su altísimo contenido en proteínas de calidad, minerales y ácidos grasos
omega 3.
Su consumo de hecho está recomendado en la dieta infantil, para mujeres
embarazadas y deportistas, además de para todas aquellas personas que
deseen consumirla.
Por tanto, podemos responder de forma positiva: la carne de caballo es una
carne sumamente saludable, y recomendada dentro de una dieta variada,
sana y equilibrada.
Pero no podemos olvidarnos de algo fundamental (y es precisamente esta
cuestión la que ha provocado que muchas personas tengan dudas sobre los
supuestos efectos de esta carne en la salud): al igual que ocurre con todo
producto cárnico, se debe asegurar al consumidor que la carne de caballo no
solo ha pasado todos los controles sanitarios y de seguridad adecuados, sino
que incluso esos equinos se han destinado exclusivamente al consumo
humano.
Se incide en esta última parte, porque en algunos de los productos cárnicos se
han descubierto sustancias químicas, probablemente porque en un primer
momento esos caballos no estaban originalmente destinados al consumo
humano.
Podemos resumir, por tanto, que la carne de caballo es una carne incluso
recomendada dentro de una dieta equilibrada y sana, siempre y cuando haya
pasado por los controles sanitarios pertinentes (como ocurre, en definitiva, con
cualquier tipo de producto cárnico).
Pero, ¿por qué desde los medios de comunicación se deja entrever que la
carne de caballo puede ser mala para la salud?
Probablemente por desconocimiento, especialmente por parte de aquellos
medios de comunicación que pretenden conseguir audiencia con este tipo de
polémicas, de forma que una información mal dada o dada a medias lo único
que consigue finalmente es dejar en duda al consumidor.
Tal vez nos encontremos ante un problema claro de interpretación, y sobretodo
de no dejar claras las cosas: lo que aquí ha ocurrido es que se ha estado
vendiendo carne de caballo como si fuera de vacuno (a partir de productos
elaborados con ella), y no se ha informado como tal al consumidor a partir de
un correcto etiquetado; es decir, nadie ha enfermado por comer carne de
caballo porque en realidad, como cualquier carne y siempre y cuando no se
exceda en su consumo –como sucede en definitiva con cualquier otro
alimento-, es tanto o incluso más saludable que la carne de pollo.
En este sentido se debe incidir efectivamente en la duda de si esos productos
han pasado los controles de seguridad pertinentes, ya que al engañar al
consumidor a través del etiquetado, no se le está asegurando igualmente que
esa carne sea segura y que por tanto no haya peligro al consumirla, al
desconocerse a su vez su procedencia. Además, es lógico suponer que si esa
carne no aparece en la composición del producto en cuestión, ¿quién podría
asegurar que efectivamente ha pasado por los controles sanitarios exigidos?.
La conclusión es más que evidente: si deseas consumir carne de caballo, lo
mejor es comprar aquellos productos en cuyo envasado se asegure que la
carne ha pasado todos los controles necesarios. Aunque en definitiva, nos
encontramos ante un consejo que igualmente se tiene que dar al comprar el
resto de carnes…

Entre los alimentos de la categoría de las carnes y derivados que tenemos


disponibles entre los alimentos en nuestra tienda o supermercado habitual, se
encuentra la carne de caballo.
Este alimento, pertenece al grupo de las otras carnes.
A continuación puedes ver información sobre las características nutricionales,
propiedades y beneficios que aporta la carne de caballo a tu organismo, así
como la cantidad de cada uno de sus principales nutrientes.
La carne de caballo es un alimento rico en zinc ya que 100 g. de esta carne
contienen 4,90 mg. de zinc.
Entre las propiedades nutricionales de la carne de caballo cabe destacar que
tiene los siguientes nutrientes: 4,80 mg. de hierro, 20,62 g. de proteínas, 9,20
mg. de calcio, 0 g. de fibra, 377 mg. de potasio, 5 mg. de yodo, 0,40 g. de
carbohidratos, 26 mg. de magnesio, 44 mg. de sodio, 21 ug. de vitamina A,
0,11 mg. de vitamina B1, 0,15 mg. de vitamina B2, 6,60 mg. de vitamina B3,
0,33 ug. de vitamina B5, 0,50 mg. de vitamina B6, 0 ug. de vitamina B7, 6 ug.
de vitamina B9, 3 ug. de vitamina B12, trazas de vitamina C, 0 ug. de vitamina
D, 0,67 mg. de vitamina E, 7 ug. de vitamina K, 216 mg. de fósforo, 108 kcal.
de calorías, 54 mg. de colesterol, 2,70 g. de grasa, 0 g. de azúcar y 200 mg.
de purinas.
A continuación se muestra una tabla con el resumen de los principales
nutrientes de la carne de caballo así como una lista de enlaces a tablas que
muestran los detalles de sus propiedades nutricionales de la carne de caballo.
En ellas se incluyen sus principales nutrientes así como como la proporción
de cada uno.
Calorías 108 kcal.
Grasa 2,70 g.
Colesterol 54 mg.
Sodio 44 mg.
Carbohidratos 0,40 g.
Fibra 0 g.
Azúcares 0 g.
Proteínas 20,62 g.
Vitamina 21 Vitamina 0,00
A ug. C mg.
Vitamina 9,20
3 ug. Calcio
B12 mg.
4,80 Vitamina 6,60
Hierro
mg. B3 mg.
La cantidad de los nutrientes que se muestran en las tablas anteriores,
corresponde a 100 gramos de esta carne.

La polémica sobre la calidad y los controles en los productos cárnicos se


desató en toda Europa a raíz de que se detectara la presencia de carne de
caballo en la composición de las hamburguesas de vacuno envasadas y otros
alimentos precocinados. Dejando al margen el escándalo y el fraude que
supone que los ingredientes reales no se reflejen el etiquetado del producto,
todos nos hacemos la misma pregunta: ¿la carne de caballo es mala para la
salud?

Los beneficios de la desconocida –ahora ya no tanto– y cuestionada carne de


caballo bien podrían aplacar el rechazo inicial de los consumidores. El
problema no es la carne de equino en sí, sino que se oculte información al
usuario que adquiere carne de vacuno sin saber que contiene trazas de carne
de caballo, o potro, para no herir la sensibilidad del lector.
La carne de caballo es menos grasa que la de ternera y cerdo y destaca por
su riqueza en hierro frente a la de vacuno, la que solemos consumir con
frecuencia y la que se utiliza en mayor proporción para elaborar hamburguesas
y precocinados. De hecho, ningún otro tipo de carne contiene más hierro que la
de caballo, por lo que está recomendada para personas que sufren anemia.

La carne de caballo sí es apta para el consumo humano, siempre y cuando


la crianza del animal y el manejo del insumo estén acorde a las normas de
salubridad, según señaló la nutricionista Sara Abu Sabbah. 

Asimismo, la venta de este insumo en nuestro país está restringida para


alimentos procesados, como los embutidos, pero no para su comercialización
en los mercados. 
Y es que nuevamente la noticia de que se confiscó carne de caballo que iba a
ser distribuida en centros de abasto, prende la alerta en la población que teme
ser engañada.

En ese sentido, el reconocido médico Elmer Huerta dijo a través de


Siempre en Casa de RPP Noticias que la gente tiene derecho a elegir lo
que come sin ser embaucada por vendedores inescrupulosos. 

"La carne de caballo como cualquier mamífero que use el ser humano, como el
res, el carnero, la oveja, el cuy o el conejo, no es un problema, mientras a la
gente le digan lo que están dando y puedan elegir lo que comen, no que le den
'gato por liebre'", expresó Huerta. 

Si bien la carne equina es considerada un tabú en muchos países, hay otros


como Rusia, Holanda, Francia, Italia, Japón, Bélgica y Alemania que lo
requieren. 

Remitiéndose al plano puramente nutricional, la doctora Sara Abu Sabbah


explicó el valor alimenticio de este insumo, y las pautas sanitarias que
amerita para que sea apto para el consumo humano. 

1.1. Tras la recopilación de datos de este producto se seleccionaron alguno


de los más importantes o más específicos para la creación de esta
marca. Es una carne especialmente recomendada y adecuada para
deportistas, Respecto a otras carnes, la realidad es que la carne de
équido se puede constituir en una carne de calidad desde un punto de
vista nutricional, gracias a su menor contenido en grasa, alto contenido
en proteínas de calidad, y mayor presencia en glucógeno. Destaca por
su riqueza en minerales (zinc, magnesio, fósforo y cobre), entre los que
también nos encontramos hierro, de ahí que la carne de caballo sea
interesante en caso de anemia, por su efecto anti anémico.

Otra de las particularidades de esta carne es su riqueza en ácidos grasos


omega 3, grasas saludables que de hecho no son habituales en otras carnes
más consumidas. Al igual que la carne de pollo, la carne de caballo es de fácil
digestión, gracias a su alto contenido en vitaminas del grupo B.
1.2. Todos los datos recopilados se tendrán en cuanta para uso cotidiano de
la marca para estar en constante evolución con nuestros clientes, no
solo abarcar lo que son los deportistas, niños, etc. Ampliar el público
para mayor beneficio mutuo

1.3. Los objetivos pueden cambiar dependiendo de la respuesta que se


pueda ver tras el público que se abarco, estamos preparados a cambios
o evolucionar para alcanzar otros objetivos más viables

1.4. Para cambiar el mal concepto de nuestro producto se realizaran varias


pruebas de como las personas sienten curiosidad por un producto nuevo
y o exótico, que podría decirse que lo es en este campo de ventas ya
que se conoce que es algo reservado en lo que es probar o conocer
algo diferente y nuevo

1.5. Con respecto a información elemental que nos brindan clientes o


posibles clientes, otros productos a base de nuestra investigación, se
puede afirmar que la mayor parte de la juventud se identifica con probar
cosas nuevas sin ninguna restricción de creer que es un tabú,
investigación sobre deportistas que no solo por disciplina consumiría
este producto dando a conocer sus beneficios que son a gran diferencia
de otros productos

2. TRASFORMACION: Aquí lo que se quiere lograr con esta es abarcar con


diseños a los siguientes grupos de clientes: entre 18-30 años primer público
objetivo segundo público entre 38-50, con referentes deportivos para
mostrar los beneficios que tiene, por ende el público serian gente
activa(deportistas) el segundo público serian personas más
experimentadas con referentes propios y conocimientos propios sobre el
producto y beneficios que les traen, con estos dos públicos en específicos
lo que se quiere lograr es mostrar que la marca representa lo que es la
disciplina algo muy importante para los deportistas y la experiencia algo
fundamental de las personas con algo más de edad.
2.1. Utilizando la información y la conclusión de las etapas anteriores, se
definieron dos públicos objetivos, el primario que son los más jóvenes
(activos, deportistas) y el segundo uno más experimentado, basando en
esos dos hechos se realizaron varios diseños:
2.2. Para limitar los problemas nos basamos en solo dar un concepto más
sano a este producto

2.3. Los problemas principales de este producto son su mal concepto y


miedo a él, el sub problema de este es el poco conocimiento que se
tiene, dando a solución a este sub problema se propuso dar una alta
educación hacia lo que es y sus beneficios, con hechos científicos
comprobados y hechos reales .

2.4. En este proyecto existen varios aspectos gráficos a tomar en cuenta ya


que contamos con más de un diseñador, he aquí varias propuestas:

3. Convergencia: En esta última tapa lo que se intenta lograr es definir a


base de los procesos de diseños anteriores teniendo en cuenta su
coherencia con el producto.

Siendo un restaurante dirigido a dos públicos en específicos jóvenes entre


18-30 y adultos entre 38-50 basado en un concepto de salud y deportes
para una clase media-alta los colores utilizados fueron varias tonalidades
de rojo-café y verdes-amarillos con una tipografía palo seco para tener
mayor atención y mejor legibilidad, como concepto de marca dinámica se
hicieron dos logos más para especificar dos referentes grandes del deporte
del tenis y golf,

¿Por qué kazajo gourmet?


Los kazajos son un pueblo turquino que habita en las zonas norte de Asia
central, es una de las etnias constituyentes de Kazajistán, y es una de las
minorías principales en países como Rusia y China.
911 y 1914En el pasado fueron famosos por sus ansias de libertad, su
habilidad como jinetes y la caza con águilas semi-domesticadas. En la
actualidad se les conoce por la rapidez con la que está creciendo la economía
de Kazajistán. Étnicamente, son una mezcla entre los primitivos turcos y las
tribus mongoles.

 En Asia Central y las regiones musulmanas de Rusia un manjar, más caro y
apreciado que las carnes tradicionales.

"Se parece a la ternera por el color y el sabor, pero hay que cocerla el doble de
tiempo. Lo bueno es que apenas tiene grasa, por lo que se considera dietética",
aseguró a Efe Gulnar Aldéshova, jefa de cocina del restaurante Aiser de
Astaná, capital de Kazajistán.

En los hogares kazajos, uzbekos, tártaros o bashkirios esa carne, sea cocida o
en embutido, se consume casi diariamente.
"En los bazares kazajos la carne de caballo joven es mucho más cara que la
ternera. Además, se considera más natural que el cordero, que es todo hueso y
tiene poco que comer", añade la cocinera.

El kilo de carne de caballo puede rondar los 17-18 dólares, un alto precio para
un habitante de esa república centroasiática, donde el caballo ocupa un lugar
de honor desde tiempo inmemorial, ya que los kazajos, al igual que los
legendarios mongoles, eran un pueblo nómada.

"No hay ningún kazajo al que no le guste la carne de caballo. Cada kazajo
tiene, al menos, un caballo y los ricos tienen granjas con decenas de cabezas.
Es una cuestión de prestigio", apuntó Aldéshova.

Con todo, no todos los equinos son iguales y en esta zona del mundo ceban
especialmente para la matanza una raza de caballos, cuanto más jóvenes
mejor (1-3 años), ya que acumulan menos grasa y la carne resulta mucho más
blanda.

Los platos con caballo más populares son el beshbarmak, plato nacional en
Kazajistán, y el kazí, el embutido hecho con carne magra y grasa del animal,
que cuesta unos 25 euros el kilo en el mercado.

Beshbarmak significa literalmente "cinco dedos", ya que así es como debe


comerse y no con los tradicionales cubiertos.

Entre fogones, Atabek Málikov, el cocinero uzbeko del restaurante moscovita


Lagman House, nos explica cómo preparar ese plato que, por su valor
proteínico y calórico, se puede comer los 365 días del año.

Rodeado de varios pinches uigures -etnia procedente de la región china de


Xinjiang-, coloca primero en una gran tartera varios trozos de carne de caballo
y de cordero, cebolla, pimienta negra y el omnipresente comino.

Mientras, en otro cazo se hervirá durante no más de cinco minutos la pasta de


harina, huevo y sal troceada en rombos, que será la base del plato sobre la que
se colocará después la carne, la cebolla y el caldo.
Y "a chuparse los dedos" con la ayuda de un brebaje de kefir (leche
fermentada) con caldo de carne de caballo para facilitar la digestión, que es, de
hecho, varias veces más rápida que en el caso del vacuno.

El kazí -un embutido de unos 40 centímetros de largo, 6-7 de ancho y más de


un kilo de peso- se elabora con un relleno de carne blanda de caballo y grasa,
a lo que se añade sal, ajo y comino, que se introduce dentro de la piel del
intestino del animal.

A diferencia del chorizo después de la matanza del cerdo, tras varios días en
reposo -en seco o ahumado-, el embutido de caballo resultante debe ser cocido
en agua hirviendo durante unas dos horas antes de que sea apto para el
consumo.

A los uzbekos les encanta añadir rodajas de embutido de caballo al plov, su


plato más célebre, que incluye arroz, cebolla, zanahoria e incluso uvas pasas.

Según los especialistas, la de caballo es la carne que tiene más porcentaje de


proteínas, en torno al 25 por ciento, además de que contribuye a reducir el
índice de colesterol en la sangre e incluye gran cantidad de vitaminas, potasio,
sodio, hierro y fósforo.

Por todo ello, es ideal para los deportistas, debido a su bajo contenido en grasa
y su potencial en calorías, y también para las embarazadas, los anémicos y los
niños, al ser rica en hierro y ser considerada un alimento dietético.

La carne de caballo tiene sus contraindicaciones: se desaconseja comerla


cruda por el alto riesgo de triquinosis y salmonelosis.

Las malas lenguas dicen que la "leyenda negra" de la carne de caballo tiene su
origen en los soldados de Napoleón, que a su regreso de la fallida invasión de
Rusia tuvieron que comerse sus propios caballos, mal trago que fue agravado
por su infeliz ocurrencia de añadirle pólvora como especia para darle sabor.

También podría gustarte