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EL PROCESO ÚNICO
DE EJECUCIÓN
Mecanismos de ejecución
y de defensa
GACETA
PRIMERA EDICIÓN
FEBRERO 2014
3,840 Ejemplares
PROHIBIDA SU REPRODUCCIÓN
TOTAL O PARCIAL
DERECHOS RESERVADOS
D.LEG. Nº 822
DIAGRAMACIÓN DE CARÁTULA
Martha Hidalgo Rivero
DIAGRAMACIÓN DE INTERIORES
Rosa Alarcón Romero
Impreso en:
Imprenta Editorial El Búho E.I.R.L.
San Alberto 201-Surquillo
Lima 34-Perú
PRESENTACIÓN
5
Marianella Ledesma Narváez
6
CAPÍTULO I
PROCESO DE EJECUCIÓN
(Parte general)
I. ASPECTOS PRELIMINARES
9
Dante Torres Altez
1 Este texto no fue publicado en el diario oficial El Peruano, ha sido enviado por la Presidencia del Consejo de
Ministros, mediante Oficio Nº 650-2008-DP/SCM de fecha 24 de noviembre de 2008.
2 ARIANO DEHO, Eugenia. Problemas del proceso civil. Juristas, Lima, 2003, p. 327.
3 CARNELUTTI, Francesco. Citado por ARIANO DEHO, Eugenia. El proceso de ejecución. Rodhas, Lima,
1998, p. 165.
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4 LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Los nuevos procesos de ejecución y cautelar. Gaceta Jurídica, Lima,
2008, p. 230.
5 ALSINA, Hugo. Citado por ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 176.
6 LIEBMAN, Enrico Tullio. Manual de Derecho Procesal Civil. Ediciones Jurídicas Europa- América (EJEA),
Buenos Aires, 1980, p. 150.
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Sin embargo, para que pueda ser mejor entendida nuestra preocu-
pación sobre los diferentes tópicos que veremos a lo largo del presente
trabajo; somos conscientes de que, antes de realizar un estudio exegético
de las normas procesales vinculadas al tema central de la investigación,
debemos conjugar las mismas con aspectos vinculados a la doctrina y
sobre todo a la jurisprudencia; siendo la forma más concreta de aterrizar
en los casos prácticos que día a día mueve la dinámica jurisdiccional,
incidiendo sobre todo en aspectos de controversia que ameritan ser des-
pejados para un mejor entendimiento del tema.
7 CALAMANDREI, Piero. Citado por ARIANO DEHO, Eugenia. Problemas del proceso civil. Juristas, Lima,
p. 181.
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8 Nos parece importante reproducir la cita elaborada por la profesora Eugenia Ariano en la página 183 de su
libro El Proceso de ejecución. La tutela ejecutiva en el Código Procesal Peruano, para mayor reflexión de
la importancia que tuvo la polémica de estos dos grandes maestros. “La polémica la inicio Liebman en su
clásica monografía Le opposizioni di merito nel proceso esecutivo (Roma, 1931) al criticar la posición docu-
mentalista adoptada por CARNELUTTI en sus Lezioni di diritto processuale civile. Processo di diesecuzione
(Padova, 1929). A la crítica de LIEBMAN, replicó CARNELUTTI en un estudio de 1932, publicado en los
Studi in onore di Federico Cammeo (véase su traducción castellana en: Estudios de Derecho Procesal. Ob.
cit., Tomo I, pp. 655 a 663), bajo el simple título de Título ejecutivo; LIEBMAN contestó las observaciones
carneluttianas en un magnífico estudio publicado en la Revista di diritto processuale civile de 1934, bajo el
título de II titole esecutivo riguardo ai terzi (véase en: Problemi del proceso civile. Ob. cit., p. 355 y ss.) en
las que formuló nuevas observaciones a la teoría carneluttiana; contra ellas CARNELUTTI replicó en una
apostilla al estudio de LIEBMAN en la misma revista de 1934 (de la cual era director) bajo el título de Titolo
esecutivo e scienza del proceso (véase en: Estudios de Derecho Procesal. Ob. cit., pp. 667 a 673)”.
9 Ídem.
10 Ídem.
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11 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Compendio de Derecho Procesal. Vol. III, Editorial ABC, 1978, p. 559.
12 ANDOLINA, Ítalo. “Cognición” y “Ejecución forzada” en el sistema de la tutela jurisdiccional. Traducción
de Juan José Monroy Palacios. Communitas, Lima, 2008, p. 25.
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13 El desaparecido autor del Código brasilero, Alfredo Buzaid: señalaba “El legislador brasilero que elaboró
el Código del proceso civil de 1973 era libre de adoptar la política de unificación de los títulos ejecutivos
o de mantener el dualismo de las acciones. El Código sigue la primera orientación, porque, en verdad, la
acción ejecutiva no es otra cosa que una especie de ejecución general, y por ello, reúne los títulos judiciales y
extrajudiciales, dándole un tratamiento unitario. Ninguna razón científica aconsejaba mantener el dualismo,
y preponderantes razones de orden práctico recomendaban la supresión de acciones especiales, ya considera-
blemente multiplicadas en el derecho nacional”. Citado por ARIANO, Eugenia. Problemas ... Ob. cit., p. 179.
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En efecto, la razón nos dice que los títulos judiciales son aquellos de
formación judicial, a diferencia de los títulos extrajudiciales que se fun-
dan en la autonomía de la voluntad de las partes.
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Para que constituyan títulos ejecutivos requieren del trámite del exe-
quátur, aquí al respecto Jorge Carrión nos enseña: “nuestros jueces veri-
fican si una sentencia judicial emitida en un país extranjero reúne o no
los requisitos que permiten su homologación con las resoluciones nacio-
nales en nuestro país. Es decir, si reúne los requisitos para permitir su
cumplimiento en nuestra patria, como son, entre otros, la reciprocidad
con nuestro país en el país de origen de la sentencia, la compatibilidad
de la sentencia extranjera con nuestro ordenamiento jurídico, etc. Previo
al trámite del exequátur se podrá determinar si la sentencia dictada en
el extranjero y que contiene una obligación es eficaz, y, por lo tanto, pro-
duce cosa juzgada en nuestro país. Cumplido este trámite favorable al
acreedor, la sentencia extranjera constituirá título de ejecución para los
fines a que se refiere el Código Procesal Civil al regular el proceso único
de ejecución”14.
14 CARRIÓN LUGO, Jorge. Tratado de Derecho Procesal Civil. Volumen V, proceso único de ejecución,
Grijley, Lima, 2009, p. 29.
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15 Algunos autores consideran que dentro de las características especiales de la prueba anticipada está la de ser
un mecanismo de carácter preventivo y también de urgencia. Cfr. HURTADO REYES, Martín. “Tutela juris-
diccional diferenciada”. En: Tesis & Monografías en Derecho. Palestra, Lima, 2006, p. 452.
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16 DI IORIO, Alfredo. Citado por TOGNOLA GIUDICI, Vanesa. “La prueba anticipada”. En: Tratado de la
Prueba. Librería de la Paz. Resistencia. Chaco, Argentina, 2007, p. 392. Y citado a su vez por MARTEL
CHANG, Rolando. “Letra de Cambio y prueba anticipada. Si falta algún requisito a la letra de cambio o no se
ha realizado el protesto obligatorio, ¿cabe acudir a la prueba anticipada para recuperar su mérito ejecutivo?”.
En: Actualidad Jurídica. Gaceta Jurídica, Lima, abril de 2012.
17 LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Comentarios al Código Procesal Civil. Análisis artículo por artículo.
Con la colaboración de la Dra. Teresa Quezada Martínez. Tomo I, Gaceta Jurídica, Lima, julio, 2008, p. 994.
18 ZORZOLI, Oscar. “Teoría General del Proceso. Naturaleza procesal de las pruebas anticipadas en el Perú”.
En: <http://www.pj.gob.pe/wps/wcm/connect/3ab8328046e118d79a509b44013c2be7/Teoria+general+del+pr
oceso.+Naturaleza+procesal+de+las+pruebas+anticipadas.pdf?MOD=AJPERES&CACHEID=3ab8328046e1
18d79a509b44013c2be7>. p. 17.
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Por otro lado, también es necesario analizar el artículo 296 del CPC
cuando señala que si el emplazado no cumpliera con actuar el medio
probatorio para el que fue citado, se aplicarán los siguientes apercibi-
mientos: “(…). 3. En la absolución de posiciones se tendrán por absuel-
tas en sentido afirmativo las preguntas del interrogatorio presentado.
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23 Cf. GUZMÁN GALINDO, Julio César. “La ejecución judicial del laudo arbitral, la cosa juzgada y sus efec-
tos contra terceros”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Nº 161. Gaceta Jurídica, Lima, 2012, pp. 35-43.
ARIANO DEHO, Eugenia. “Problemas en la ejecución de laudo”. En: <http://www.youtube.com/
watch?v=Wlg212H3JTQ>, donde puntualiza la problemática específica del laudo firme para su ejecución en
aplicación de la ley de arbitraje y la contradicción con el Código Procesal Civil, pero sin tomar postura sobre
ello, sino advirtiendo que existen argumentos para ambas posiciones.
24 De la misma posición es la Sala Civil Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República cuando en
la Cas. Nº 2994-2010-Lima, Ejecución de laudo arbitral, señala en el Considerando octavo.- “Que, el laudo
arbitral constituye la decisión que emite el árbitro, cuyo fallo pone término al procedimiento arbitral, resol-
viendo de forma definitiva los cuestionamientos planteados en la instancia arbitral, adquiriendo la calidad de
cosa juzgada transcurrido el plazo para solicitar su anulación, además dicho laudo equivale a una sentencia
judicial y puede ejecutarse como tal (...)”.
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25 SOTO COAGUILA, Carlos Alberto y BULLARD GONZALES, Alfredo. “Comentarios a la Ley Peruana de
Arbitraje”. En: Instituto Peruano de Arbitraje. 1ª edición, Lima, 2011, pp. 19-21.
26 Como lo señala la Exposición de Motivos, la reforma ha buscado principalmente:
a. Consolidar el carácter inevitable del arbitraje. Para ello se reforzó su carácter autónomo, tanto de la juris-
dicción ordinaria, como de las reglas procesales comunes, protegiéndolo de intervenciones judiciales innece-
sarias y reconociéndolo como una institución que tiene sus propios principios y reglas. Para ello se fortaleció
la competencia de los árbitros, se priorizó un control ex post del laudo por medio del recurso de anulación y
se evitó el uso de recursos o intervenciones ex ante al laudo, dirigidas a evadir la obligación de someterse a
arbitraje.
b. Restringir la necesidad de acudir a los jueces ordinarios en temas como la designación de árbitros y la
resolución de recusaciones mediante una regulación que evite distorsiones o manipulaciones. En este sentido,
se propuso la participación de las Cámaras de Comercio para las designaciones residuales de los árbitros y la
resolución de recusaciones, en sustitución de los procesos judiciales complejos y extensos.
c. Flexibilizar las normas que regulan el convenio arbitral, en la línea de la versión 2006 de la Ley Modelo
UNCITRAL, permitiendo la prueba de la existencia del convenio por cualquier medio, protegiéndolo con
reglas supletorias que permitan corregir defectos en el mismo e incorporando una novedosa regulación sobre
partes no signatarias.
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En ese sentido, un laudo por el solo hecho de haber sido emitido por
un tribunal arbitral, tiene desde ya, la facultad de ser ejecutado; es decir,
puede constituir un título ejecutivo.
d. Mejorar la regulación de las correcciones, aclaraciones e integraciones del laudo e incluir un nuevo su-
puesto denominado “exclusión”, para retirar del laudo aquellos extremos no sometidos a decisión de los
árbitros.
e. Mejorar la regulación del recurso de anulación, teniendo en cuenta que si bien, en términos generales, ha
sido bien comprendido en sus alcances por las Cortes, se ha detectado en los últimos años su uso inadecuado
en algunos casos con el fin de mediatizar la eficacia del arbitraje.
f. Mejorar la regulación de las medidas cautelares para reforzar no solo las facultades de los árbitros en
este aspecto, sino para evitar conflictos entre las medidas dictadas en sede arbitral con las dictadas en sede
judicial.
g. Mejorar la regulación de la ejecución del laudo para favorecer su cumplimiento, debiendo solo sus-
penderse ante la pendencia del recurso de anulación en la Corte Superior y siempre que se constituya
una garantía adecuada. En el caso de reconocimientos y ejecución de laudos extranjeros, la nueva Ley tiene
un régimen más favorable a la ejecución que el recogido en la Convención de Nueva York.
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una “sentencia firme”. No tan solo porque existe una norma específica
(D. Leg. Nº 1071.) que la regula, sino por el contenido que esta (en su
contexto práctico) le ha consagrado al laudo arbitral.
27 Cabe precisar al respecto, como nos enseña la Dra. Tabata Arteta Pinto, previamente debe entenderse que:
“La existencia del arbitraje se sostiene en la necesidad de las partes de contar con un mecanismo idóneo de
solución de conflictos que, frente al proceso judicial, se presenta como más expeditivo y eficiente, pero a
la que vez sea igualmente satisfactorio. Así pues, la existencia del arbitraje se sostiene en la voluntad de las
partes, las cuales optan por someter sus controversias a la decisión de un árbitro (o árbitros) sustituyéndolas
de la jurisdicción ordinaria, pero con la clara intención de obtener una decisión que tenga los efectos de una
sentencia judicial firme; es decir, una decisión con autoridad de cosa juzgada. De esta manera, las partes
“declinan” a la jurisdicción ordinaria y expresan su voluntad de someterse íntegramente a la autoridad de los
árbitros y respetar la decisión final que adopten”. En: “La interpretación restrictiva de las causales del recurso
de anulación de laudo arbitral”. En: Themis. Revista de Derecho, Año XXXXV, Nº 58, p. 110.
Por tanto, la irrecurribilidad del laudo es plenamente aceptada por la doctrina. Así Caivano Roque sostiene
que “el laudo es la decisión emanada de los árbitros que pone fin al litigio. Tiene fuerza vinculante y es obli-
gatoria (…)”. Citado por ARTETA. Tabata. Ob. cit., p. 112.
En este contexto podemos establecer que el laudo es irrecurrible no solo por la presunción de validez del
mismo, sino además por el hecho de su carácter de definitivo. Por ello conviene tener presente el comentario
de Miguel Fernando-Ballesteros: “por la propia naturaleza del arbitraje (…) el laudo que se dicta es firme
desde el momento mismo que se dicta”. Ídem.
Fernando Mantilla advierte que el recurso de anulación propiamente es de carácter formal, cuya naturaleza
impide la revisión del fondo de la controversia y se limita a la verificación de la no vulneración de aspectos
formales; por ello la anulación se acerca más a un recurso extraordinario y formal que a uno de segunda
instancia, citado por ARTETA, Tabata. Ob. cit., p. 114. Lo propio señala Raúl Ferrero, sostiene que el recurso
de anulación tiene por finalidad “revisar defectos de índole formal contenidos en el laudo, y cuya naturaleza
impide toda posibilidad de revisión de elementos de fondo. El recurso de anulación, aun cuando se tramita en
sede judicial, no configura bajo ninguna circunstancia una demanda, una acción o una apelación”. FERRERO
COSTA Raúl. “Anulación de laudo arbitral. Modificaciones introducidas por la Ley de Arbitraje (Decreto
Legislativo Nº 1071)”. En: Libro Arbitraje. Ponencias del Segundo Congreso Internacional de Arbitraje
2009. Volumen 8, Centro de Arbitraje de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Embajada de Francia
en el Perú y Estudio Mario Castillo Freyre. Palestra, Lima, 2009, p. 586. Finalmente, Fernando Vidal afirma
que: “la finalidad del recurso es cautelar la voluntad de las partes contenida en el convenio arbitral o en
el acto de instalación del tribunal arbitral, así como la voluntad de las partes remitida al reglamento de la
institución arbitral al cual se han sometido”. VIDAL RAMÍREZ, Fernando. Manual de Derecho Arbitral.
2ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2009, p. 165.
28 LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Los nuevos procesos de ejecución y cautelar. Gaceta Jurídica, Lima,
2008, p. 238.
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29 Al respecto, creemos que a pesar de que la parte vencida no ha comunicado al tribunal arbitral que se interpu-
so el recurso de anulación y, por tanto, algunos tribunales arbitrales emiten consecuentemente su resolución
declarando consentido el laudo, es equivocada por dos razones: la primera porque al interpretarse que la sola
emisión del laudo adquiere firmeza, ya no es necesario que se emita una resolución que declare su consen-
timiento, hacer lo propio, significa, rechazar la naturaleza del laudo y confundir aún más la forma como se
debe proceder para ejecutarla; y la segunda, el hecho que la parte vencida no haya comunicado al tribunal
arbitral de la no interposición del recurso de anulación, no amerita que se encuentre impedido de ser admitido
el mismo ante la Sala Superior Civil y Comercial de la Corte Superior de Justicia donde se llevó a cabo el
arbitraje.
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33 Ibídem, p. 241.
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34 LEDESMA, Marianella citada por ABANTO TORRES, Jaime. La conciliación extrajudicial y la concilia-
ción judicial. Un puente de oro entre los Marc´s y la justicia ordinaria. Grijley, Lima, 2010, p. 209.
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35 Artículo 16.- El Acta es el documento que expresa la manifestación de voluntad de las partes en la
Conciliación Extrajudicial. El Acta debe contener necesariamente una de las formas de conclusión del proce-
dimiento conciliatorio señaladas en el artículo anterior. El Acta deberá contener lo siguiente:
a. Número correlativo.
b. Número de expediente.
c. Lugar y fecha en la que se suscribe.
d. Nombres, número del documento oficial de identidad y domicilio de las partes o de sus representantes y,
de ser el caso, del testigo a ruego.
e. Nombre y número del documento oficial de identidad del conciliador.
f. Número de registro y, de ser el caso, registro de especialidad del conciliador.
g. Los hechos expuestos en la solicitud de conciliación y, en su caso, los hechos expuestos por el invitado
como sustento de su probable reconvención, así como la descripción de la o las controversias correspondien-
tes en ambos casos.
Para estos efectos, se podrá adjuntar la solicitud de conciliación, la que formará parte integrante del Acta, en
el modo que establezca el Reglamento.
h. El Acuerdo Conciliatorio, sea total o parcial, consignándose de manera clara y precisa los derechos, debe-
res u obligaciones ciertas, expresas y exigibles acordadas por las partes; o, en su caso, la falta de acuerdo, la
inasistencia de una o ambas partes a la Audiencia o la decisión debidamente motivada de la conclusión del
procedimiento por parte del conciliador.
i. Firma del conciliador, de las partes intervinientes o de sus representantes legales, de ser el caso.
j. Huella digital del conciliador, de las partes intervinientes o de sus representantes legales, de ser el caso.
k. El nombre, registro de colegiatura, firma y huella del Abogado del Centro de Conciliación Extrajudicial,
quien verificará la legalidad de los acuerdos adoptados, tratándose del acta con acuerdo sea este total o
parcial.
En el caso que la parte o las partes no puedan firmar o imprimir su huella digital por algún impedimento físi-
co, intervendrá un testigo a ruego quien firmará e imprimirá su huella digital. En el caso de los analfabetos,
también intervendrá un testigo a ruego, quien leerá y firmará el Acta de Conciliación. La impresión de la
huella digital del analfabeto importa la aceptación al contenido del Acta. En ambos casos se dejará constancia
de esta situación en el Acta.
La omisión de alguno de los requisitos establecidos en los literales a), b), f), j) y k) del presente artículo no
enervan la validez del Acta, en cualquiera de los casos de conclusión de procedimiento conciliatorio señalado
en el artículo 15.
La omisión en el Acta de alguno de los requisitos establecidos en los incisos c), d), e), g), h), e i) del presente
artículo, dará lugar a la nulidad documental del Acta, que en tal caso no podrá ser considerada como título
de ejecución, ni posibilitará la interposición de la demanda. En tal supuesto, la parte afectada podrá proceder
conforme a lo establecido en el artículo 16-A.
El Acta no deberá contener en ningún caso, enmendaduras, borrones, raspaduras ni superposiciones entre
líneas, bajo sanción de nulidad.
El Acta no podrá contener las posiciones y las propuestas de las partes o del conciliador, salvo que ambas lo
autoricen expresamente, lo que podrá ser merituado por el Juez respectivo en su oportunidad.
36 Ibídem, p. 210.
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37 Así lo ha dejado en claro la Dra. María Elena Guerra Cerrón, en la conferencia dictada para el “Curso de
Especialización en Derecho Procesal Civil. Reflexiones a los veinte años del Código Procesal Civil”, orga-
nizado por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad Peruana Los Andes y la Asociación
Civil de Investigación Jurídica “In Aspera Veritas”, desarrollado en la ciudad de Huancayo del 10 de agosto
al 28 de setiembre de 2013.
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40 Ibídem, p. 10.
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Como hemos visto, cada título valor mientras constituya título eje-
cutivo, puede accionar un proceso único de ejecución y así solicitar tute-
la jurisdiccional efectiva. Para ello, claro está, deberá previamente cum-
plir con los requisitos formales para ser título valor y con los requisitos
indispensables para ser título ejecutivo.
41 Cfr. GACETA JURÍDICA. Guía rápida de preguntas y respuestas de la nueva Ley de Títulos Valores. 300
preguntas claves y sus respuestas. 1ª edición, Gaceta Jurídica, Lima, 2000, p. 41.
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El punto central en este tema, como vemos, pasa por entender que la
ejecución de una transacción judicial se tramita como un título ejecutivo
judicial (resolución judicial firme ya desarrollado en su momento), en
cambio la ejecución de la transacción extrajudicial como un documento
privado que goza de privilegios que la ley le ha concedido. Pero, cuál
es la importancia para que dicho instrumento de solución de conflicto,
45 Ibídem, p. 21.
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Por otro lado, otro punto que no podemos dejar de advertir es, como
lo señala la profesora Marianella Ledesma, si es necesario que el arren-
dador haya cumplido con el pago del impuesto a la Sunat: “No es condi-
ción para exigir esta pretensión que el arrendador demuestre haber cum-
plido con el pago del impuesto correspondiente a la Sunat, pues como
refiere la octava disposición complementaria del Código Procesal: “para
iniciar o continuar los procesos no es exigible acreditar el cumplimiento
de obligaciones tributarias. Sin embargo, el juez puede oficiar a la auto-
ridad tributaria, a efectos de salvaguardar el interés fiscal”47.
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51 En: <http://www.elperuano.com.pe/edicion/noticia-inscripcion-contratos-acelerara-los-desalojos-3709.aspx#.
UoJdbTV77IU>. Publicado: 28/03/2013.
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Dentro de este inciso del artículo 688 del CPC, también el arrenda-
miento financiero goza de la calidad de título ejecutivo.
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Precisa aún mejor: “Por ello, el interés para obrar se presume por la
ley en atención a la certeza de la existencia de la obligación que ofrece
el título ejecutivo, y en tal sentido, la alegación del incumplimiento es
per se suficiente para autorizar el ejercicio de la pretensión ejecutiva, en
atención a la utilidad que obtendrá el acreedor de la actividad ejecutiva
del órgano jurisdiccional”56.
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Al ser esto así, queda claro que se aplica los mismos criterios para
establecer quiénes son considerados como partes procesales dentro de
una relación jurídica procesal, donde no siempre coinciden las mismas
partes materiales como partes procesales, debido a que el proceso ejecu-
tivo es autónomo con respecto al proceso de cognición.
Por tal razón, con este criterio, el artículo 690 del CPC prescribe:
“Están legitimados para promover ejecución quien en el título ejecutivo
tiene reconocido un derecho en su favor; contra aquel que en el mismo
tiene la calidad de obligado y, en su caso el constituyente de la garantía
del bien afectado, en calidad de litisconsorte necesario.
57 La profesora Eugenia Ariano, en su estudio conocido sobre el proceso de ejecución, advierte que existe la
posibilidad de que la legitimación no aparezca ya en el título ejecutivo mismo, sino que debe ser probado
mediante documentos que revistan la misma certeza que el título mismo. Por ello, el derecho, o la obligación,
del causahabiente debe ser probado en el momento en que se presenta la demanda ejecutiva, debe, en suma
probarse la legitimación, ya sea esta activa o pasiva, de lo contrario el juez deberá declarar la improcedencia
de la ejecución. Asimismo, expresa que hubiera sido muy oportuno que el artículo 690 del CPC regulara este
supuesto, consagrando con precisión que también tiene legitimación ejecutiva los causahabientes, ya sea a
título universal o particular por acto ínter vivos o mortis causa con la única carga de probar in límine la causa
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de la traslación del derecho o de la obligación en forma fehaciente (por ejemplo, con el testimonio del testa-
mento, o con la sentencia de sucesión intestada, o con el testimonio de la escritura pública de fusión de socie-
dades, o copia certificada del reconocimiento de un documento privado que contiene una cesión de derechos;
en este caso sí se justificaría la prueba anticipada, etc.). ARIANO DEHO, Eugenia. Ob. cit., p. 232.
58 MONTERO, Juan. Citado por LEDESMA, Marianella. Ob. cit., p. 256
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59 Ibídem, p. 242.
60 Ídem.
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Asimismo, los artículos 424 y 425 del CPC, contienen los requisitos
y anexos que deben presentarse con la demanda. Siendo los primeros,
los elementos intrínsecos, que deben estar presentes ineludiblemente en
todo proceso, mientras que los segundos, son todos los documentos ne-
cesarios para el cumplimiento de los requisitos de admisibilidad y pro-
cedencia de la demanda.
Por otro lado, el artículo 128 del mismo ordenamiento procesal con-
sagra la admisibilidad y procedencia, regulando: “El juez declara la ad-
misibilidad de un acto procesal cuando carece de un requisito de forma
o este se cumple defectuosamente. Declara su improcedencia si la omi-
sión o defecto es de un requisito de fondo”.
Los artículos 426 y 427, también del mismo cuerpo procesal, detallan
las causales por las que se declara la inadmisibilidad e improcedencia
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62 Ídem.
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64 Existe a su vez una opinión distinta de lo mencionado, cuando se considera que la ejecución de las actas de
conciliación, antes de establecerse a prima facie la competencia según lo hemos señalado (art. 690-B del
CPC), previamente deba analizarse la materia que fue objeto de conciliación; es decir, existirán casos en que
el acta de conciliación contenga acuerdos originados de un conflicto familiar o laboral que no necesariamente
son y tienen la misma naturaleza de un conflicto comercial, así por ejemplo: una pensión de alimentos im-
paga que genera una obligación pecuniaria frente al alimentista no puede interpretarse como una obligación
de dar suma de dinero, porque ambas pretensiones, si bien son de naturaleza económica, no surgen de un
mismo conflicto y, por tanto, no generan las mismas consecuencias en las partes intervinientes. En el acta
de conciliación donde se resolvió un conflicto de pensión de alimentos siempre el acreedor debe informar de
los gastos que realiza el alimentista producto del pago que efectúa el deudor, en cambio en una obligación de
dar suma de dinero, al deudor le es indiferente lo que resulte del pago de su obligación y tampoco el acree-
dor debe informar el resultado de este. En consecuencia, existe la postura que deberá ser competente para
ejecutar un acta de conciliación, el juzgado civil con subespecialidad comercial, asimismo, nada impide que
los juzgados de familia o laborales cuando se discutan en el acta de conciliación materias de su especialidad
sean también competentes de un proceso único de ejecución y, por supuesto, los juzgados de paz letrado
dependiendo de la cuantía. Dicha interpretación además se sustenta en que el proceso como instrumento para
la tutela de los derechos materiales debe estar sujeta a la pretensión que se discute, por eso, atendiendo a ello,
deberá de establecerse el órgano jurisdiccional especializado en administrar justicia.
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3. El mandato ejecutivo
El artículo 690-C del CPC establece:
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Ahora bien, precisa el profesor Luis Alberto Liñán que: “El aperci-
bimiento que contiene el mandato ejecutivo es de ‘iniciar la ejecución
forzada’, no obstante, este solo será efectivo en el supuesto de que en
forma previa el ejecutante haya trabado un embargo u otra medida
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4. La contradicción (oposición)
El artículo 690-D del CPC señala:
65 LIÑÁN ARANA, Luis Alberto. “Dinámica del proceso único de ejecución en el Código Procesal Civil”.
En: Actualidad Jurídica. Nº 209, Gaceta Jurídica, Lima, p. 73.
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70
Proceso de ejecución. Parte general
eficacia (art. 446 del CPC), mientras que las defensas previas buscan la
suspensión del trámite del proceso hasta que se cumpla el plazo o el
acto previsto por la ley material como antecedente para ejercitar el dere-
cho de acción (art. 445 del CPC). La tramitación de esta incidencia pro-
cesal está regulada en el artículo 690-E que estudiaremos más adelante.
Siendo así, nos parece oportuno detenernos para analizar cada uno
de estos tópicos:
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68 PINEDO AUBIÁN, Martín. “La ‘nulidad documental’ afecta solamente al mérito ejecutivo del acta de conci-
liación pero no al acto jurídico contenido en ella”. Consulta: 13 de diciembre de 2013 <http://pinedomartin.
blogspot.com/2013/12/opinion-la-nulidad-documental-afecta.html>.
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Por otro lado, tal como hemos analizado pueden plantearse las di-
versas formas de contradicción que señala la norma a los títulos ejecuti-
vos judiciales o extrajudiciales. Sin embargo, del estudio de cada título
ejecutivo de forma particular también se puede advertir que existen cau-
sales mucho más específicas que regulan la forma especial de contrade-
cir dichos títulos ejecutivos, tal como sucede con la ejecución de laudos
arbitrales por dar un ejemplo. A saber:
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Proceso de ejecución. Parte general
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Dante Torres Altez
Por otra parte, cuando las partes ofrecen la prueba pericial indicarán
con claridad y precisión, los puntos sobre los cuales versará el dictamen,
la profesión u oficio de quien debe practicarlo y el hecho controvertido
que se pretende esclarecer con el resultado de la pericia.
70 SERRA DOMÍNGUEZ, Manuel. Estudios de Derecho Probatorio. Communitas, Lima, 2009, p, 209.
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72 GUERRA CERRÓN, María Elena. “Proceso único de ejecución: una vía ‘privilegiada’”. En: Manual del
Código Procesal Civil. Biblioteca del abogado procesalista. Gaceta Jurídica, Lima, 2011, pp. 23-26.
86
Proceso de ejecución. Parte general
por otro lado, señalar que el juez como director del proceso excepcional-
mente debe prescindir de la forma y admitir supuestos de contradicción
no previstos en la ley –con la debida motivación de las razones por las
cuales lo hace– e incorporar medios probatorios y valorarlos en ejercicio
de la facultad prevista en el artículo 194 del CPC.
5. Trámite
a) Si hay contradicciones y/o excepciones procesales o defensas
previas, se concede traslado al ejecutante, quien deberá absol-
ver dentro de tres días proponiendo los medios probatorios
pertinentes.
Al respecto, veamos cada uno de los puntos más resaltantes que re-
gula el artículo 690-E del CPC:
Con respecto al primer punto, queda claro que los medios proba-
torios solamente son ofrecidos cuando existe contradicción o en todo
caso cuando se interponen excepciones o defensas previas (ambas en
87
Dante Torres Altez
el mismo plazo), las cuales no son excluyentes, sino que se pueden in-
terponer las dos defensas técnicas sin ningún inconveniente. Vale decir,
antes de ello el ejecutante no anexará a su demanda ejecutiva ningún
medio probatorio, porque como hemos dicho, el título ejecutivo otorga
certeza para su ejecución, la cual le otorga la llave de la puerta que es la
ejecución. Por tanto, recién podrán proponerse los medios probatorios
pertinentes, cuando se formule contradicción, excepciones o defensas
previas, solo en ese supuesto, para lo cual claro está, recaerá sobre él la
carga de la prueba de los hechos alegados.
88
Proceso de ejecución. Parte general
Continúa el artículo 691 del CPC. En todos los casos que en este títu-
lo se conceda apelación con efecto suspensivo, es de aplicación el trámi-
te previsto en el artículo 376. Si la apelación es concedida sin efecto sus-
pensivo, tendrá la calidad de diferida, siendo de aplicación el artículo
369 en lo referente a su trámite.
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Proceso de ejecución. Parte general
“(…) otro supuesto que también nos permitiría invocar esta ex-
cepción es cuando en la ejecución de garantías, el capital es de
tal magnitud que la garantía no permitiría satisfacer intereses y
gastos procesales. En tales casos, no hay que esperar llegar al
fin de la ejecución de la garantía real para recién instar por la
medida cautelar. Véase el caso de la ejecución de un bien hi-
potecado, en la que se dictaría la medida cautelar en forma de
retención sobre la renta que viene percibiendo el ejecutado por
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Proceso de ejecución. Parte general
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reglas que permiten que este se realice asignando de manera óptima los
recursos75.
75 Cfr. BARCHI VELAOCHAGA, Luciano. “Comentarios al artículo 1132 del Código Civil”. En: Código Civil
Comentado. Tomo VI, Gaceta Jurídica, Lima, 2004, pp. 15-24.
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76 OSTERLING, Felipe y CASTILLO, Mario. Compendio de derecho de las obligaciones. Con la colaboración
de Verónica Rosas Verastain. Palestra, Lima, 2008, p. 149.
77 Ibídem, p. 150.
78 Ibídem, p. 173.
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Proceso de ejecución. Parte general
Para centrar el tema que nos ocupa, subrayaremos que los meca-
nismos de ejecución en este tipo de obligaciones de hacer, pasa previa-
mente por identificar, que es importante fijar si la actividad o conducta
que se realice en estas obligaciones las haga una persona irremplazable
(intuito personae). Nos explicamos, existen algunas obligaciones contraí-
das, en las que necesariamente deba solo ser sujeto pasivo de la relación
obligacional una persona en específico, quien será la única que puede
y debe cumplir con la obligación, nos referimos por ejemplo a un abo-
gado que tenga que defender en un proceso judicial a su patrocinado,
82 BOFFI BOGGERO, Luis. Citado por OSTERLING, Felipe y CASTILLO, Mario. “Comentarios al artículo
1148 del Código Civil”. En: Código Civil comentado. Tomo VI, Gaceta Jurídica, Lima, 2004, p. 95.
99
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este si bien puede ser reemplazable, los efectos o resultados no serán los
mismos respecto a quien debió cumplir con la obligación debido a sus
cualidades personales.
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Ahora bien, el artículo 710 del CPC establece que si el título ejecuti-
vo contiene una obligación de no hacer, el proceso se tramitará confor-
me a lo dispuesto en las disposiciones generales; vale decir, nuevamente
nos remitiremos a las categorías desarrolladas anteriormente para llevar
a cabo la ejecución, contradicción y el procedimiento.
83 Ver la sección de consultas. “Procede la multa coercitiva para el cumplimiento de las obligaciones hacer”.
En: Gaceta Civil y Procesal Civil. Tomo 1, Lima, julio 2013, pp. 304-306.
103
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Aquí la intimación nace del propio ejecutado, tan solo luego de vul-
nerar el acuerdo de no hacer la actividad prohibida o de cesar el hecho
en el plazo señalado por la norma.
104
Proceso de ejecución. Parte general
El texto del artículo 715 del CPC, también regula los casos en que no
existan medidas cautelares, en ese caso, a petición de parte, se ordenará
las medidas de ejecución adecuadas a la pretensión amparada con la fi-
nalidad ejecutar y ya no asegurar.
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X. BIBLIOGRAFÍA
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CAPÍTULO II
PROCESO DE EJECUCIÓN
DE GARANTÍAS
INTRODUCCIÓN
1 PIMENTEL BENITES, Elio. Acciones judiciales derivadas de título valores. 2ª edición, Lima, 1992, p 12.
2 CHIOVENDA, Giuseppe. “Instituciones de Derecho Procesal Civil”. En: Revista de Derecho Privado.
1ª edición, Madrid, 1948, p. 332. En el mismo sentido ALSINA. Tratado teórico práctico de Derecho Civil y
Procesal Civil. Volumen V, Ediar, Buenos Aires, 1962.
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Alexander Rioja Bermúdez
I. PROCESO DE EJECUCIÓN
1. Generalidades
Previamente se debe tener en cuenta que el proceso jurisdiccional no
solo se justifica como producto o consecuencia de la división de pode-
res sino como la herramienta universalmente aceptada por los pueblos
modernos para la solución de los conflictos intersubjetivos de intereses,
por esta razón es indispensable que esta finalidad sea atendida de una
forma concreta y ágil para que no pierda eficacia. En tal sentido, existe
una responsabilidad compartida entre los diversos operadores del de-
recho, léase jueces abogados y litigantes, a fin de que cada uno cumpla
con su responsabilidad al interior del proceso en búsqueda de la finali-
dad a alcanzar.
114
Proceso de ejecución de garantías
2. Antecedentes
Como bien sabemos toda persona tiene derecho a la tutela jurisdic-
cional efectiva, entendida esta como “(…) un derecho constitucional de
naturaleza procesal en virtud del cual toda persona o sujeto justiciable
puede acceder a los órganos jurisdiccionales, independientemente del
tipo de pretensión formulada y de la eventual legitimidad que pueda,
o no, acompañarle a su petitorio. En un sentido extensivo, la tutela ju-
dicial efectiva permite también que lo que ha sido decidido judicial-
mente mediante una sentencia, resulte eficazmente cumplido. En otras
palabras, con la tutela judicial efectiva no solo se persigue asegurar la
115
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116
Proceso de ejecución de garantías
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Alexander Rioja Bermúdez
3. Concepto
Como ya se ha anotado, a diferencia de los llamados procesos de-
clarativos (proceso conocimiento), el proceso de ejecución no tiene por
objeto declarar la existencia (o inexistencia) de un determinado derecho
sobre la base de lo propuesto, alegado y probado por las partes ante el
órgano jurisdiccional, sino por el contrario ya el derecho se encuentra
efectivamente reconocido y declarado por lo que el objeto del proceso
es desplegar una serie de actividades destinadas a hacer materialmente
posible la obligación contenida en el título correspondiente.
5 MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo I, Editorial Temis S.A., Santa Fe, Bogotá,
1996, p. 138.
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6 CHIOVENDA, Giuseppe. “Instituciones de Derecho Procesal Civil”. En: Revista de Derecho Privado. 1ª edi-
ción, Madrid, 1948, p. 332.
7 Citado por HINOSTROZA MINGUEZ, Alberto. Procesos de ejecución. Librería y Ediciones Jurídicas, Lima,
2001, pp. 15-16.
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8 CHIOVENDA, Giuseppe. Instituciones de Derecho Procesal Civil. 2ª edición, Tomo I, E.R.D.P., Madrid,
1954, p. 330.
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9 ROSEMBERG, Leo. Derecho Procesal Civil. Tomo III, Ejea, Buenos Aires, 1955, pp. 3-4.
10 MONTERO AROCA, Juan y otros. Derecho Jurisdiccional. Tomo II, 10ª edición, Tirant lo Blanch, Valencia,
2000, pp. 453-454.
11 ARIANO DEHO, Eugenia. “¿Proceso o procesos de ejecución? La tutela efectiva de la tutela jurisdiccional
de los derechos?”. En: Revista del Foro. N° 3, Colegio de Abogados de Lima, Lima, 1997, pp. 13-14.
12 ARIANO DEHO, Eugenia. “Las contradicciones de la ‘contradicción’ en el proceso de ejecución de garan-
tías”. En: Actualidad Jurídica. Tomo 157, Gaceta Jurídica, Lima, diciembre de 2006, p. 14.
13 Vide: ARIANO DEHO, Eugenia. “Error de hecho y ejecución de garantías - reflexiones sobre una casa-
ción por error in iudicando que condujo al reenvío”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 39, Gaceta
Jurídica, Lima, diciembre, 2001.
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14 Ídem.
15 MONTERO AROCA, Juan. Tratado del proceso ejecución civil. Tomo I, Valencia, 2004, p 35.
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Proceso de ejecución de garantías
16 LIEBMAN, Enrico Tulio. Manual de Derecho Procesal Civil. Buenos Aires, p. 157.
17 LAMA MORE, Héctor. “El estado de cuenta de saldo deudor en los procesos de ejecución de garantías reales
¿es parte del título de ejecución?”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 114, Gaceta Jurídica, Lima,
marzo 2008.
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Alexander Rioja Bermúdez
5. Naturaleza jurídica
Señala Arias-Schreiber, que desde el momento en que se desarrolla
la vida comunitaria se advierte, por una parte el desigual reparto de la
riqueza, y de la otra, la necesidad de satisfacer las elementales exigen-
cias de la vida humana. Esta realidad dio origen al fenómeno crediticio,
esto es, a la existencia de una situación creada por la entrega de bienes
y más tarde de dinero por una persona que toma el nombre de acreedor
a favor de otra persona que los recibe y asume la posición denominada
deudora, debiendo esta ultima efectuar la devolución en el tiempo con-
venido y de acuerdo con las circunstancias19.
18 Exp. N° 003-2005-Lima..
19 ARIAS-SCHREIBER, Max. Exégesis del Código Civil del 1984. Tomo IV, Gaceta Jurídica, Lima, 1995,
p. 9.
124
Proceso de ejecución de garantías
Por el contrario, las garantías reales son las que resultan de la afecta-
ción de uno o varios bienes concretos, para que ante el incumplimiento
se proceda a su ejecución y pago de la obligación. El acreedor es titular
de un derecho real y en virtud de dicha titularidad tiene las facultades
de persecución y preferencia sobre los bienes afectados, pudiendo eje-
cutarlos donde quiere que se encuentren sin importar que hayan sido
transferidos.
Ahora bien, pero los derechos reales de garantía para lograr esta
seguridad jurídica, necesitan gozar de eficiencia y efectividad, caracte-
res que se los otorgará solamente la ejecución de la garantía en caso de
20 DÍEZ-PICAZO, Luis. Fundamentos de Derecho Civil Patrimonial. Tomo II, Madrid, 1996, p. 114.
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21 GARRO, Alejandro. “Problemas en la ejecución de garantías mobiliarias”. En: El Salvador. CENTER FOR
THE ENEOCMIC OF LAW-CEAL, Ceal Isues, p. 254.
22 MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo I, Themis, Bogotá, 1996, p. 138.
23 ARIANO DEHO. Eugenia. Ejecución de garantías. Viejas y nuevas dudas. Problemas del proceso civil.
Lima, 2003, p. 443 y ss.
126
Proceso de ejecución de garantías
Así, a partir del artículo 720 del Código Procesal Civil, el legislador
ha desarrollado las normas procesales y procedimentales para la ejecu-
ción del crédito con garantías reales que lo respalden como es el caso
de la garantía mobiliaria o la hipoteca, o lo que alguna vez se le llamó
prenda.
24 ARIANO DEHO. Eugenia. El proceso de ejecución. Ed. Rodhas, Lima, 1996, p. 173.
25 Cas. N° 871-97-Puno. (El Peruano, 19/10/1998).
26 MONROY GÁLVEZ, Juan. Introducción al proceso civil. Tomo I, Temis, Bogotá, 1996, p. 138.
27 Ídem.
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Proceso de ejecución de garantías
1. Procedencia
El proceso de ejecución de garantías se encuentra regulado en el Tí-
tulo V de la Sección Quinta del Código Procesal Civil, en él se advierte
que el inicio del proceso se da con la interposición de la demanda de
ejecución de garantías.
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30 DE LA OLIVA SANTOS, Andrés: Derecho Procesal Civil. 3ª edición, Editorial Universitaria, Ramón Areces
S.A., Madrid, 2002, p. 33.
31 HINOSTROZA MINGUEZ, Alberto. Ob. cit., p. 238.
130
Proceso de ejecución de garantías
Para Ariano33, pese a que en el artículo 688 del Código Procesal Civil
(dentro de las “disposiciones generales”, o sea aplicables a toda ejecu-
ción, luego también a la “de garantías”) se señala que solo se puede pro-
mover ejecución “en virtud” de “título ejecutivo”, el artículo 720 del Có-
digo Procesal Civil no nos indica cuál es el “título” “en virtud” del cual
se podría “promover” la denominada ejecución de garantías, a estar a
que solo nos señala una serie de documentos que se deben “acompañar”
a la demanda, sin que se indique que (algunos de) esos documentos
sean “el título”.
32 RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ, Elvito A. Manual de Derecho Procesal Civil. 6ª edición, Grijley, Lima, mayo
2005, pp. 479-480.
33 ARIANO DEHO. Eugenia. “Ejecución de garantías: Viejas y nuevas dudas”. En: Diálogo con la Jurispru-
dencia. Tomo 56, Gaceta Jurídica, Lima, mayo de 2003.
131
Alexander Rioja Bermúdez
Sin embargo, todos sabemos que –pese al hecho de que una hipo-
teca puede bien haberse constituido para “garantizar” una obligación
meramente determinable e incluso “futura o eventual” (arts. 1099, inc.
2 y 1104 del CC), y que una prenda (hoy garantía mobiliaria) puede
terminar garantizando una “deuda” distinta de aquella para la cual se
constituyó (art. 1063 del CC), por no hablar de la “garantía sábana” del
artículo 172 de la Ley de Bancos– esto no es lo que ocurre desde hace
diez años en que los jueces, en todos sus niveles, por lo general, dan por
bueno, sin más, el “documento que contiene la garantía” aun cuando no
“contenga” la obligación, lo que es la fuente de todos los problemas que
se presentan en nuestra ejecución.
Sin embargo, pese a que la communis opinio atribuye a los dos pri-
meros documentos señalados en el artículo 722 del CPC el de ser “co-
pulativamente” “el título” en la ejecución de garantías, en fenómeno
132
Proceso de ejecución de garantías
133
Alexander Rioja Bermúdez
Bajo ese texto legal podemos advertir que el acreedor tiene recono-
cida una obligación de pago a su favor en el mismo título en el que se
condena al pago al obligado principal; sin embargo, para ingresar a la
ejecución de garantía civil, necesariamente tiene que ser incorporado
como litisconsorte necesario pasivo al tercero garante. Esto significa que
este nuevo proceso que se inicia con el objetivo de realizar la ejecución
de la garantía necesariamente se involucrará como parte pasiva, no solo
al garante hipotecario sino al obligado principal; sin embargo, si en la
misma persona recae la condición de obligado principal y garante hi-
potecario, no se requeriría iniciar un proceso de ejecución de garantías,
pues en el mismo proceso de obligación de dar suma de dinero podría
ingresarse a la fase de la ejecución forzada, con la tasación del bien hi-
potecado. Véase que el caso en comentario no se ubica en este último
supuesto, puesto que la garantía extrajudicial ha sido otorgada por un
tercero35.
Algunos señalan que solo debe ser considerado sujeto pasivo al ter-
cero adquiriente o actual propietario del bien dado en garantía, en caso
sea persona distinta al deudor, ello en razón de que se trataría en estric-
to de una acción real, es decir, una acción dirigida a la ejecución del bien
hipotecado –o bien mueble dado en garantía–, en este caso, el deudor
35 LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. “Título judicial, saldo deudor y ejecución hipotecaria en procesos
vinculados”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 142, Gaceta Jurídica, Lima, julio 2010.
134
Proceso de ejecución de garantías
36 La calidad de litisconsorte necesario atribuido al propietario del bien dado en garantía en los procesos de
ejecución de garantía reales ha sido establecida de modo reiterado y uniforme pero la Sala Civil de la Corte
Suprema de la República, así como por ejemplo en la Casación N° 2165-97- Lima (El Peruano, 17/11/1998).
La Sala Civil permanente de la Corte Suprema estableció: que la garante de la ejecutante doña Esther Galano
Mezario de Morales, en su condición de propietario del local materia de ejecución debió ser notificada por
tener la calidad de litisconsorte necesaria, a fin de que tenga la posibilidad de contradecir la ejecución en
135
Alexander Rioja Bermúdez
tutela de sus derecho. Vide: ARIANO DEHO, Eugenia. “Título, partes y terceros en la denominada ejecu-
ción de garantía”. En: Cuadernos Jurisprudenciales. Suplemento de Diálogo con la Jurisprudencia. Gaceta
Jurídica, Lima, enero 2002, p. 10.
136
Proceso de ejecución de garantías
137
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39 ROSENBERG, Leo. Derecho Procesal Civil. Tomo III, Ejea, Buenos Aires, 1955, pp. 3-4.
40 PALLARES, Eduardo. Diccionario de Derecho Procesal Civil. 3ª edición, Editorial Porrúa, México, 1960,
p. 694.
41 SERRA DOMÍNGUEZ, Manuel. Estudios de Derecho Procesal. Ediciones Ariel, Barcelona, 1969, p. 520.
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42 ARIANO DEHO, Eugenia. “Error de hecho y ejecución de garantías. Reflexiones sobre una casación por
error in iudicando que condujo al reenvío”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 39, Gaceta Jurídica,
Lima, diciembre, 2001.
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Proceso de ejecución de garantías
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44 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría General del Proceso. Ed. Universidad, Buenos Aires, 1984, p. 175.
45 Al respecto, vide: HINOSTROZA MINGUEZ, Alberto. Procesos de ejecución. 2ª edición, Jurista Editores,
Lima, 2004.
46 Código Procesal Civil
Artículo 424.- La demanda se presenta por escrito y contendrá: 1. La designación del juez ante quien se
interpone; 2. El nombre, datos de identidad, dirección domiciliaria y domicilio procesal del demandante;
3. El nombre y dirección domiciliaria del representante o apoderado del demandante, si no puede comparecer
o no comparece por sí mismo; 4. El nombre y dirección domiciliaria del demandado. Si se ignora esta última,
se expresará esta circunstancia bajo juramento que se entenderá prestado con la presentación de la demanda;
5. El petitorio, que comprende la determinación clara y concreta de lo que se pide; 6. Los hechos en que se
funde el petitorio, expuestos numeradamente en forma precisa, con orden y claridad; 7. La fundamentación
jurídica del petitorio; 8. El monto del petitorio, salvo que no pudiera establecerse; 9. La indicación de la vía
procedimental que corresponde a la demanda; 10. Los medios probatorios; y 11. La firma del demandante o
de su representante o de su apoderado, y la del abogado, la cual no será exigible en los procesos de alimentos.
El Secretario respectivo certificará la huella digital del demandante analfabeto.
47 Código Procesal Civil
Artículo 425.- A la demanda debe acompañarse: 1. Copia legible del documento de identidad del demandan-
te y, en su caso, del representante; 2. El documento que contiene el poder para iniciar el proceso, cuando se
142
Proceso de ejecución de garantías
actúe por apoderado; 3. La prueba que acredite la representación legal del demandante, si se trata de personas
jurídicas o naturales que no pueden comparecer por sí mismas; 4. La prueba de la calidad de heredero, cón-
yuge, curador de bienes, administrador de bienes comunes, albacea o del título con que actúe el demandante,
salvo que tal calidad sea materia del conflicto de intereses y en el caso del procurador oficioso; 5. Todos los
medios probatorios destinados a sustentar su petitorio, indicando con precisión los datos y lo demás que sea
necesario para su actuación. A este efecto acompañará por separado pliego cerrado de posiciones, de inte-
rrogatorios para cada uno de los testigos y pliego abierto especificando los puntos sobre los que versará el
dictamen pericial, de ser el caso; y 6. Los documentos probatorios que tuviese en su poder el demandante. Si
no se dispusiera de alguno de estos, se describirá su contenido, indicándose con precisión el lugar en que se
encuentran y solicitándose las medidas pertinentes para su incorporación al proceso.
48 RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ, Elvito. Ob. cit., p. 480.
143
Alexander Rioja Bermúdez
por los anexos que dispone el artículo 425 del mismo código, el cual pre-
cisa para este proceso:
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Proceso de ejecución de garantías
49 LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. “Título judicial, saldo deudor y ejecución hipotecaria en procesos
vinculados”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 142, Gaceta Jurídica, Lima, julio, 2010.
145
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146
Proceso de ejecución de garantías
2.4.2. La tasación
Respecto a otros requisitos y anexos, aparte de los ya menciona-
dos, el Código Procesal Civil ha prescrito que si el bien fuera inmueble,
debe presentarse documento que contenga la tasación comercial actua-
lizada realizada por dos ingenieros y/o arquitectos colegiados, según
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Proceso de ejecución de garantías
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50 HINOSTROZA MINGUEZ, Alberto. Procesos de Ejecución. 2ª edición, Jurista Editores, Lima, 2004, p. 140.
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2.8. Contradicción
Se debe precisar previamente que el ejercicio del derecho de defensa
previsto en los artículos I del Título Preliminar y 2 del Código adjetivo,
se manifiesta entre otras formas por parte de los justiciables, a través del
derecho de acción y de contradicción, alegatos, informes y la interposi-
ción de medios impugnatorios a lo largo de todo el proceso; y de parte
del juzgador, a la apreciación de las pruebas aportadas por las partes.
152
Proceso de ejecución de garantías
51 DEVIS ECHANDÍA, Hernando. Teoría General del Proceso. Ed. Universidad, Buenos Aires, 1984, p. 223.
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52 TICONA POSTIGO, Víctor. Análisis y comentario del Código Procesal Civil. Tomo I, Grijley, Lima, 1996,
p. 97.
53 PAUCAR MAURICIE, Marcos. “Las excepciones procesales y el encorsetado proceso de ejecución de
garantías”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 85, Gaceta Jurídica, Lima, octubre de 2005.
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Proceso de ejecución de garantías
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Alexander Rioja Bermúdez
b) Iliquidez
La iliquidez puede ser definida como la situación en la que una per-
sona (sea esta natural o jurídica) no cuenta con suficientes activos líqui-
dos para cubrir sus obligaciones de corto plazo.
158
Proceso de ejecución de garantías
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58 ARIANO DEHO, Eugenia. “Derecho Procesal Civil. Ejecución de garantías: viejas y nuevas dudas”.
En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 56, mayo de 2003. (Popup note).
160
Proceso de ejecución de garantías
a) Nulidad formal
La nulidad formal establecida en un proceso ejecutivo se configura
cuando el título presenta defectos formales, esto es, vicios relacionados
con su parte externa, que torna inviable su ejecución. La nulidad formal
a la que hace referencia la norma procesal en los llamados procesos de
ejecución de garantía, verifica el cumplimiento de exigencias formales
exigidas para el cobro (no para la validez) y su declaración impide la
ejecución; por el contrario, la nulidad de acto jurídico verifica que los
elementos estructurales del acto cuestionado sean respetuosos para con
el ordenamiento jurídico, y sus efectos son que el acto es declarado in-
válido y, por lo tanto, sin efectos jurídicos, situación que no puede ser
resuelta en este tipo de procesos. “El cuestionamiento planteado por el
recurrente no comporta una nulidad formal del título de ejecución que
como única causal, de esa clase, establece como contradicción el artículo
setecientos veintidós del Código adjetivo, sino una nulidad sustantiva,
la misma que no puede hacerse valer en este tipo de procesos sino en
vía de acción” (Cas. N° 2838-2002-Lambayeque).
161
Alexander Rioja Bermúdez
Debe precisarse que la invalidez del título debe hacerse vía con-
tradicción y no con una articulación de nulidad. Así se ha establecido
jurisprudencialmente al precisarse que: “El cuestionamiento planteado
por el recurrente no comporta una nulidad formal del título de ejecu-
ción que como única causal, de esa clase, establece como contradicción
el artículo 722 del Código adjetivo, sino una nulidad sustantiva, la
misma que no puede hacerse valer en este tipo de procesos sino en vía
de acción”59.
59 Cas. N° 2838-2002-Lambayeque.
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Proceso de ejecución de garantías
Cuando se ataca la nulidad del contenido del título, este resulta ser
un análisis de fondo que se hace en la vía ordinaria, en un proceso de
conocimiento. Este análisis no puede hacerse en un proceso ejecutivo
donde no se analiza los defectos estructurales del negocio jurídico, sino
los presupuestos para que el “título” pueda ser sometido a cobro. De allí
que la “nulidad formal” del título nada tenga que ver con la nulidad del
acto jurídico, ni siquiera con la nulidad por defectos de forma que po-
dría asemejarse en algunos supuestos. En efecto, la nulidad formal como
causal de contradicción se remite a ver cuestiones concretas y externas
al título, referida en el caso de los títulos valores, por ejemplo, a la omi-
sión o defecto tipográfico en el nombre, firma o monto establecido en el
documento.
60 CABANELLAS, Guillermo. Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo IV, Editorial Heliasta,
Buenos Aires, 1981, p. 12.
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Alexander Rioja Bermúdez
164
Proceso de ejecución de garantías
2.9.1. Excepciones
Todo derecho de acción debe cumplir con determinados presupues-
tos procesales y las condiciones de la acción. Estos presupuestos se refie-
ren tanto a los sujetos que intervienen en la relación jurídica procesal o
a la misma consistencia de relación jurídica procesal; dentro de los pri-
meros se encuentran la competencia del juzgador, la capacidad procesal,
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Alexander Rioja Bermúdez
61 MONROY GÁLVEZ, Juan. Temas del proceso civil. Librería Studium, Lima, 1997, pp. 102-103.
62 RIOJA BERMÚDEZ, Alexander. El nuevo proceso civil peruano. Editorial Adrus, Arequipa, 2010, p. 275,
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Proceso de ejecución de garantías
63 CARRIÓN LUGO, Jorge. Tratado de Derecho Procesal Civil. Grijley, Lima, 2000, pp. 467-468.
64 Ibídem, p. 468.
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Alexander Rioja Bermúdez
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Proceso de ejecución de garantías
67 MONROY GÁLVEZ, Juan. Temas del Proceso Civil. Estudium, 1987, p. 184.
68 Exp. Nº 936-94, 3ª Sala, Ejecutoria del 14/06/1995. En: LEDESMA NARVÁEZ, Marianella. Ejecutorias.
Tomo 2, Lima, 1995, p. 292.
69 CARRIÓN LUGO. Ob. cit., p. 106.
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Alexander Rioja Bermúdez
2.11. Allanamiento
El allanamiento es el acto jurídico procesal unilateral y voluntario
por el cual el demandado declara aceptar la pretensión dirigida contra
él por el demandante, sin que ello signifique de modo alguno admitir
la veracidad de los hechos expuestos en la demanda o los fundamen-
tos jurídicos en que esta se sustenta. Al allanarse a la pretensión (y no
a la demanda, como erróneamente consigna el Código) el demandado
renuncia expresamente a ejercitar el derecho de contradicción que la ley
le reconoce para oponerse y contradecir los fundamentos de hecho y de
derecho que cimientan la pretensión deducida en su contra.
170
Proceso de ejecución de garantías
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Alexander Rioja Bermúdez
70 LÓPEZ-ALIAGA, José Díaz. “Nulidad del remate”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 64, Gaceta
Jurídica, Lima, enero 2004.
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Proceso de ejecución de garantías
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Alexander Rioja Bermúdez
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Proceso de ejecución de garantías
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Alexander Rioja Bermúdez
2.12.6. Postores
Postor es la persona que interviene en una subasta pública, después
de haber abonado una cierta suma de dinero, como garantía de su parti-
cipación, para ofertar respecto del bien objeto de remate.
Respecto a los requisitos para ser postor, solo se admitirá como pos-
tor a quien antes del remate haya depositado, en efectivo o cheque de
gerencia girado a su nombre, una cantidad no menor al diez por ciento
del valor de tasación del bien o los bienes, según sea su interés. No está
obligado a este depósito el ejecutante o el tercero legitimado. A los pos-
tores no beneficiados se les devolverá el íntegro de la suma depositada
al terminar el remate. Como es obvio, el ejecutado no puede ser postor
en el remate. Ahora bien, en el acto de remate se observarán la base de
la postura, el cual será el equivalente a las dos terceras partes del valor
de tasación, no admitiéndose oferta inferior.
176
Proceso de ejecución de garantías
b) Actuación
Llegamos a la parte central que es el acto de remate. El acto se inicia
a la hora señalada con la lectura de la relación de bienes y condiciones
del remate, prosiguiéndose con el anuncio del funcionario de las postu-
ras a medida que se efectúen.
177
Alexander Rioja Bermúdez
c) Acta de remate
Terminado el acto del remate, el Secretario de Juzgado o el martille-
ro, según corresponda, extenderá acta del mismo, la que contendrá:
- La orden que deja sin efecto todo gravamen que pese sobre este,
salvo la medida cautelar de anotación de demanda;
178
Proceso de ejecución de garantías
Si después del remate del bien dado en garantía, hubiera saldo deu-
dor, se proseguirá la ejecución dentro del mismo proceso, conforme a lo
establecido para las obligaciones de dar suma de dinero.
71 LÓPEZ-ALIAGA, José Díaz. “Nulidad del remate”. En: Diálogo con la Jurisprudencia. Tomo 64, Gaceta
Jurídica, Lima, enero 2004.
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Alexander Rioja Bermúdez
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Proceso de ejecución de garantías
181
Alexander Rioja Bermúdez
ORDENA EL REMATE
APELABLE CON O DECLARA
ABSOLUCIÓN
EFECTO SUSPENSIVO FUNDADA LA
CONTRADICCIÓN
III. BIBLIOGRAFÍA
182
Proceso de ejecución de garantías
183
Alexander Rioja Bermúdez
184
ÍNDICE GENERAL
ÍNDICE GENERAL
PRESENTACIÓN ........................................................................................................ 5
CAPÍTULO I
PROCESO DE EJECUCIÓN
(Parte general)
Dante Torres Altez
187
Índice general
188
Índice general
CAPÍTULO II
PROCESO DE EJECUCIÓN DE GARANTÍAS
Alexander Rioja Bermúdez
189
Índice general
190