Está en la página 1de 6

UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS FORENSES


LICENCIATURA EN DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ASIGNATURA: DERECHO PROCESAL II

TEMA DEL TRABAJO: ANÁLISIS SOBRE EL PROCESO DE EJECUCIÓN.

PRESENTADO A: CAMILO LOPÉZ

ESTUDIANTE:
KEITELIN VÁSQUEZ 8-1010-1838

LA CHORRERA, 09 DE FEBRERO DEL 2024


PROCESO DE CONOCIMIENTO

Se distingue como una empresa jurídica cuyo propósito es la declaración de


derechos, responsabilidades o la certeza de relaciones jurídicas. Este proceso,
impregnado de solemnidad y rigor, se inicia con la aspiración de obtener una
declaración jurisdiccional que resuelva la controversia planteada. En este sentido,
el tribunal se erige como el árbitro de la justicia, desplegando un análisis
minucioso del acervo probatorio para, en última instancia, emitir una sentencia
congruente con la pretensión expresada en la demanda. La característica distintiva
de este proceso radica en la incertidumbre que envuelve el derecho objeto de la
petición.

Dentro del Proceso de Conocimiento, se desprenden tres categorías


fundamentales que delinean los contornos de la justicia:

I. Proceso Declarativo: El proceso declarativo en Panamá, se obtiene a


través del proceso ordinario, la pretensión del actor se focaliza
exclusivamente en la declaración de la existencia o inexistencia de un
hecho, un derecho o una relación jurídica. Un ejemplo paradigmático de
esta modalidad se manifiesta en la solicitud de prescripción extintiva de una
obligación en el contexto de un Proceso Ordinario. En este escenario, la
finalidad no reside en la condena ni la constitución, sino en la clarificación y
determinación inequívoca de la realidad jurídica subyacente.

II. Proceso de Condena: Como un entramado jurídico meticuloso, el Proceso


de Condena se despliega con el propósito de obtener una sentencia que,
de manera taxativa, declare el derecho anhelado por el actor. Conforme a la
elucidación de Devis Echandía, este proceso se configura cuando una parte
busca que la otra reconozca, cumpla y satisfaga un derecho, o se someta a
las consecuencias derivadas de un incumplimiento. Un ejemplo elocuente
se encuentra en la solicitud de reparación por daños y perjuicios derivados
del incumplimiento contractual. Aquí, la aspiración no es únicamente el
reconocimiento, sino también la imposición de una condena específica.

III. Proceso Constitutivo: Dentro de este ámbito jurídico, el Proceso


Constitutivo se manifiesta como el escenario donde se verifica y declara la
existencia de condiciones o presupuestos establecidos por la Ley
sustantiva. Este proceso, en esencia, desencadena un cambio de estado
jurídico preexistente, dando origen a una nueva realidad legal. La sentencia
constitutiva, en términos precisos, emerge como la fuente de ciertos efectos
jurídicos derivados de la declaración judicial de un derecho.

IV. Procesos Ejecutivos: Dentro del marco jurídico, los Procesos Ejecutivos
se perfilan como la vía legal que habilita a un acreedor para perseguir el
cobro de una deuda por medio del embargo y la posterior venta de los
activos del deudor. Desde mi perspectiva inmersa en la terminología
jurídica, estos procedimientos se desatan cuando un deudor incumple el
pago de una deuda y el acreedor ha agotado todas las alternativas de cobro
convencionales.

En este escenario, el acreedor se convierte en el impulsor de este proceso,


buscando la satisfacción de su derecho mediante medidas ejecutivas. La
esencia de los Procesos Ejecutivos radica en la capacidad de llevar a cabo
acciones concretas para asegurar el resarcimiento de la deuda pendiente.
Este proceso adquiere relevancia en situaciones en las cuales las vías
ordinarias de cobro han resultado infructuosas, y se convierte en el último
recurso legal para hacer valer los derechos del acreedor.

Este procedimiento, en su naturaleza, implica el ejercicio del poder


coercitivo del Estado para materializar la recuperación de la deuda. La
figura del embargo y la posterior venta de activos se erigen como las
herramientas legales por excelencia en este proceso, permitiendo al
acreedor obtener la compensación económica que le es debida.

Obtención de Sentencia: Tras la presentación de la demanda, el órgano


jurisdiccional examinará la misma y, en caso de fallar a favor del acreedor, emitirá
una sentencia. Esta sentencia se convierte en un mandamiento de pago contra el
deudor, otorgando al acreedor el respaldo legal necesario para proceder con el
siguiente paso del proceso ejecutivo.

Inicio del Proceso Ejecutivo: Con la sentencia en mano, el acreedor está


facultado para dar inicio al proceso ejecutivo. En el contexto panameño, existen
dos medidas específicas que aseguran este proceso:

 Secuestro de Bienes Muebles: Esta medida implica una orden


legal que requiere a un tercero, como un empleador o una entidad
bancaria, retener los fondos adeudados al deudor y ponerlos a
disposición del juez que supervisa el proceso. Es una estrategia
eficaz para asegurar el cumplimiento de la deuda, ya que impacta
directamente en los recursos financieros del deudor.

 Embargo de Bienes Muebles o Inmuebles: Por otro lado, el


embargo se manifiesta como una orden legal que congela los activos
del deudor hasta que la deuda se liquide por completo. Este tipo de
medida puede dirigirse tanto a bienes muebles (cuentas bancarias,
vehículos) como a bienes inmuebles (propiedades raíces). La
efectividad de esta medida radica en la restricción de la disposición
de los activos del deudor, garantizando así la seguridad del crédito
reclamado.

Los procesos ejecutivos también se dividen en procesos de mayor y menos cuantía ya


que los mismos son atendidos de acuerdo a la cuantía de la demanda, que se dividen en
menos cuantía hasta 5,000.00 dólares americanos y de mayor cuantía de 5,001 dólares
americanos en adelante.

Después de un meticuloso examen de cada categoría, procedo a exponer la


fundamentación que sustenta estos tipos de proceso, a saber: los Procesos
Ordinarios. Estos procesos, en su esencia, abordan asuntos contenciosos
caracterizados por trámites más extensos y solemnes, otorgando a las partes
oportunidades y garantías más amplias para la defensa de sus derechos.

Procesos Ordinarios:

En el vasto terreno del sistema judicial, los Procesos Ordinarios se erigen como el
medio por excelencia para resolver asuntos contenciosos. Estos procesos,
caracterizados por trámites extensos y solemnes, proporcionan a las partes
involucradas oportunidades amplias y garantías sustanciales para la defensa de
sus derechos. Desde mi perspectiva como intérprete jurídico, cada fase de este
proceso se convierte en un ritual meticuloso, donde la solemnidad se entrelaza
con la complejidad del litigio, permitiendo a las partes defender sus derechos de
manera exhaustiva.

Se subdivide en:

 Proceso Ordinario De Hecho: Este tipo de procedimiento se despliega cuando


la controversia se centra en la averiguación o verificación de hechos negados o
desconocidos por las partes involucradas. La premisa subyacente es la
necesidad de esclarecer los elementos fácticos en disputa antes de aplicar el
derecho o la ley pertinente. En este contexto, el proceso deviene en una suerte
de indagación factual, donde la correcta identificación y evaluación de los
hechos constituyen el preludio necesario para la subsiguiente aplicación del
marco jurídico.

 Proceso Ordinario De Puro Derecho: En contraste, el Proceso Ordinario De


Puro Derecho se configura cuando la controversia se circunscribe a la
interpretación o aplicación de la ley a hechos reconocidos por las partes
litigantes. Aquí, los elementos fácticos no son desconocidos; más bien, las
partes en conflicto reconocen los hechos en disputa. El núcleo de la contienda
se traslada, entonces, a la correcta interpretación y aplicación de la norma
jurídica a las circunstancias reconocidas. Este proceso pone de manifiesto la
importancia crucial de la normativa legal y su adecuada aplicación en la
resolución de disputas.

Proceso Sumario:

Adentrándome en el ámbito del Proceso Sumario, mi análisis se sumerge en una


dimensión de brevedad y simplicidad en la tramitación. Este proceso, diseñado
para cuestiones de menor cuantía, se desenvuelve ante un juez de partido. La
sentencia que emana de este proceso adquiere la firmeza de cosa juzgada formal,
proporcionando una resolución definitiva al conflicto. En mi papel como intérprete
jurídico, reconozco en el Proceso Sumario una herramienta ágil que busca
resolver asuntos de menor envergadura económica de manera expedita.

Proceso Sumarísimo:

Ahora, transitando hacia el Proceso Sumarísimo, me enfrento a una realidad aún


más vertiginosa. Este proceso, caracterizado por su trámite brevísimo, incluso con
la opción a demanda verbal, se presenta como el foro especializado para abordar
acciones reales y personales. Desde mi posición, percibo en el Proceso
Sumarísimo la quintaesencie de la celeridad judicial, donde la prontitud se
convierte en un imperativo. La opción a demanda verbal añade una capa de
agilidad, permitiendo a las partes presentar sus argumentos de manera expedita.
Este proceso, en su brevedad, no sacrifica la substancia jurídica, sino que se erige
como un instrumento eficaz para la pronta y justa resolución de litigios, con el juez
desempeñando un papel crucial como garante de la celeridad y la equidad.

También podría gustarte