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GRUPO.
NERY CAROLINA ORREGO BARRIOS CARNET: 9951-20-13524
EMYLI SAMANTA RODAS CAMPOS CARNET: 9951-20-15973
ALVARO JOSE SANTOS HERNANDEZ CARNET. 9951-20-15782
MELANY RIOS ORTEGA CARNET: 9951-16-4671
INTRODUCCION.
DEFINICION.
Ossorio define al Proceso como: “en un sentido amplio equivale a juicio, causa o
pleito. En la definición de algún autor, la secuencia, el desenvolvimiento, la
sucesión de momentos en que se realiza un acto jurídico. En un sentido más
restringido, el expediente, autos o legajo en que se registran los actos de un juicio,
cualquiera que sea su naturaleza”. Luego de estudiar el concepto de Proceso, se
puede estudiar el juicio ejecutivo, y para el efecto el Ossorio da una definición del
mismo indicando: “por la índole de la acción, en primer término, y opuesto al juicio
declarativo, aquel en que, sin dilucidar el fondo del asunto, se pretende la
efectividad de un título con fuerza de ejecutorio.” Por su parte Víctor De Santo
define al juicio ejecutivo como: “aquel cuya finalidad no consiste en lograr un
pronunciamiento judicial que declare la existencia o inexistencia de un derecho
sustancial incierto, sino en obtener la satisfacción de un crédito que la ley presume
existente en virtud de la peculiar modalidad que reviste el documento que lo
comprueba”. Al respecto manifiesta el autor De la plaza citado por Mario Aguirre
Godoy que: “…el proceso de ejecución actúa sobre una pretensión indiscutible, y
se endereza rectamente a lograr que sea satisfecha; por eso, cuando exceda de
este propósito, por muy limitadas que sean las fronteras del conocimiento, rebasa
el campo de la ejecución rectamente entendida”. 9 Así mismo el tratadista
Eduardo J. Couture, en cuanto a los procesos de ejecución afirma, los
procedimientos de ejecución se basan en obrar y no en la decisión. Es decir que el
derecho y la vida se ponen en contacto. En tal sentido si se condena en una
sentencia a una persona a pagar cierta cantidad de dinero y no tiene, se
embargan y rematan los bienes que posea, con el objeto de convertirlos en dinero
y entregarlo al acreedor. Sin embargo, el proceso ejecutivo no surge únicamente
de las sentencias dictadas por órganos jurisdiccionales. En ese sentido Lino
Enrique Palacio define el mismo: “…también el proceso de ejecución puede agotar
autónomamente el cometido de la función jurisdiccional, o sea que, en ciertos
casos, es posible llevar a cabo la ejecución forzada sin que ella haya sido
precedida por un proceso de conocimiento. Tal es el supuesto de los títulos
ejecutivos extrajudiciales, a los que la ley asigna efectos equivalentes a los de una
sentencia, de condena, regulando a su respecto un procedimiento autónomo,
aunque substancialmente análogo al que rige la materia de ejecución de
sentencias.
OBJETO.
Por lo que todos los doctrinarios antes citados, coinciden en que el objeto de los
procesos de ejecución es lograr el cumplimiento de una obligación preexistente,
utilizando medidas coactivas, y de esta manera satisfacer la obligación para el
sujeto activo, la cual ha sido previamente documentada en un documento que la
ley denomina título ejecutivo.
Por su parte Silvia Kuri de Mendoza28 parte de otro punto de vista para explicar el
objeto del proceso de ejecución, quien para el efecto manifiesta que (...) el
proceso de ejecución tiene como finalidad la satisfacción material, la que consiste
en la entrega económica al acreedor; y para ello, es necesario muchas veces la
transformación de bienes para convertirlos en dinero, y con ello pagar la
obligación, o bien adjudicar el bien del deudor al acreedor (...). Se determina que
el objeto del proceso también recae sobre la satisfacción patrimonial del acreedor.
El autor Couture coincide con la autora antes citada sobre el objeto de la
ejecución, y para el efecto, expone que: “El patrimonio ejecutable constituye el
objeto de la ejecución. En último término, la ejecución consiste en transferir ciertos
bienes, o su precio, del patrimonio del deudor al patrimonio del acreedor. Al
deudor solo le pertenece lo que sobra una vez pagadas sus deudas”
Finalmente se puede señalar que el objeto de los procesos de ejecución, es
cumplir con la satisfacción que pretende el sujeto activo, en cuanto a una
obligación, ya sea dineraria, de hacer, de no hacer, que había sido pactada con
anterioridad y que no había sido cumplida; razón por la cual el sujeto activo acude
a este proceso de ejecución para lograr su cumplimiento, sirviéndose de la fuerza
coactiva que la ley otorga a los títulos ejecutivos. Por lo que la satisfacción del
acreedor se cumple en el proceso a través de la ejecución del patrimonio del
deudor, con lo que se hace pago de la obligación reclamada.
los tipos de procesos de ejecución asevera que existen cuatro tipos de ejecución
los cuales son los siguientes:
Por otra parte los procesos de ejecución pueden ser ordinarios y extraordinarios.
Las ejecuciones ordinarias es la ejecución expropiativa, siendo esta la más
común, y dentro de la ejecución extraordinaria se encuentran la ejecución
satisfactiva y transformativa si se trata de ejecuciones singulares, y distributiva si
se trata de concursos o quiebra.
3.1 Brevedad:
Los autores Santiago de León y Castillo González definen brevedad como la
característica que se le atribuye a un proceso rápido, basado en normas sencillas,
sin trámites que alarguen el proceso, basado en un procedimiento antiformalista
En la legislación guatemalteca esta característica se encuentra plasmada en el
artículo 64 del CPCYMG que establece en su parte conducente el carácter
perentorio e improrrogable de los plazos y que además obliga al juez a dictar la
resolución sin necesidad de gestión alguna. En ese mismo sentido el CTG artículo
175 establece que: “Incomparecencia del ejecutado. Si el ejecutado no
compareciere a deducir o interponer excepciones, el juez dictará sentencia en la
que declarará, según proceda, si ha lugar o no a la ejecución y ordenará el remate
de bienes o el pago, en su caso”. 88 Esta norma lo que pretende es que el
proceso se finalice sin más trámite y de forma rápida si es que el ejecutado no se
pronuncia dentro del mismo, se realiza de esta manera debido a que el derecho en
estos casos no se discute, siendo el fin del proceso lograr que se cumpla de forma
más eficiente y rápida la obligación preexistente
3.2. Oficiosidad:
En cuanto a la oficiosidad manifiesta Chicas Hernández89 que esta característica
es primordial y esencial dentro del proceso coactivo, debido a que a través de
este, se obtiene la satisfacción de los recursos del Estado o la administración,
razón por la cual la propia administración lo impulsa de oficio y requiere el cobro Al
respecto el autor Castillo González manifiesta que: “oficiosidad, significa proceso
impulsado de oficio, por el tribunal”.
En el mismo sentido que los doctrinarios antes citados coinciden en afirmar que
esta característica es particular en los procesos económicos coactivos y se refiere
a que todos los actos procesales son desarrollados obligatoriamente por la
administración o Tribunal sin necesidad de la intervención o requerimiento de los
particulares, para obtener una decisión al final del proceso, siendo este un
procedimiento de interés público (...), se entiende entonces que corresponde a el
tribunal que dirige el proceso, como el ente encargado de llevar a cabo todas las
fases del mismo hasta llegar a la sentencia, con el fin de conseguir el pago de la
obligación sin que los particulares se pronuncien o soliciten la continuidad del
mismo.
3.3 Especialidad:
El autor Castillo González afirma que: “especialidad, significa proceso consagrado
a sustanciar una materia especial: la materia tributaria”.
En ese mismo sentido, el tratadista Santiago De León manifiesta que:
“Especialidad este proceso de ejecución es eminentemente exclusivo para los
tributos y su finalidad, es promover y ejecutar las acciones administrativas y
judiciales que sean necesaria para cobrar a los contribuyentes y responsables, los
tributos que adeudad, sus intereses, y si corresponde, recargos y multas”. 97
El doctrinario Rodríguez es del criterio que: “la propia estructura del juicio
ejecutivo, derivada de reglas propias, es la que confiere especificidad a su
naturaleza. La especialidad importa la existencia de normas particulares que
deben ser respetadas al analizar el juicio en sí mismo”.
Elementos:
El PECT tiene ciertos elementos importantes que no pueden faltar para la
tramitación del mismo, los cuales son las partes, el título ejecutivo con que se
promueve la acción y el embargo ejecutivo. Por lo que a continuación se
desarrollarán los elementos antes descritos. Por su parte Monterroso Velásquez99
es del criterio que para la existencia del PECT se requieren de elementos
esenciales los cuales son:
a) existencia de una deuda que no ha sido cancelada por el contribuyente en la
forma que establece la ley;
b) y b) que dicha deuda se encuentre reconocida en un título ejecutivo y que
exista una parte acreedora de dicha deuda quien tiene legitimidad para
reclamarla en un proceso de ejecución.
Por último, a legislación guatemalteca en el artículo 18 del CTG indica en cuanto
al sujeto pasivo que: “Sujeto pasivo es el obligado al cumplimiento de las
prestaciones tributarias, sea en calidad de contribuyentes o de responsable”. 117
Es importante indicar que el sujeto pasivo no necesariamente debe ser la persona
que contrajo la obligación como contribuyente es decir, el principal obligado, sino
que según la ley puede ser algún responsable del pago, como lo son los
fiduciarios, gestor, copropietario, socio, albacea administrador, herederos,
personas quienes están inscritos ante la SAT y son solidariamente responsables
de la obligación que contrajo el principal, siempre que se apliquen los principios de
equidad y justicia tributaria, evitando así que pueda existir la doble tributación.
CONCLUSION:
Referencias Bibliográficas
1. Aguirre Godoy, Mario. Derecho procesal civil de Guatemala, tomo II, volumen I,
Guatemala, Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de Guatemala, 1998.
2. Arrellano García, Carlos. Teoría general del proceso. México, Editorial
Porrua.2007. Dieciseisava edición.
3. Arrioja Vizcaíno, Adolfo. Derecho fiscal. México, Editorial Themis. 2003. 17ª
Edición.
4. Ballbe Manuel, y otros. Manual de derecho administrativo. Catalunya. Marques
Tallers Grafics, 2002.
5. Cabanellas de Torres, Guillermo. Diccionario Jurídico Elemental, Buenos Aires
Argentina, Editorial Heliasta.
6. Calderón M, Hugo Haroldo, Derecho procesal administrativo. Guatemala,
Litografia Orión, 2005, sexta edición.
7. Castillo González, Jorge Mario. Derecho Administrativo. Teoría general y
procesal. Guatemala, editorial Impresiones gráficas, 2011