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Régimen de transición pensional

Por Gerencie.com en Abr 4 de 2019

El régimen de transición pensional fue creado por el artículo 36 de


la ley 100 de 1993 y de este sólo se pueden beneficiar los afiliados
al régimen de prima media con prestación definida, que hoy día es
gestionado por Colpensiones.
Tabla de contenido

 ¿Qué es el régimen de transición pensional?


 Quiénes son los beneficiarios el régimen de transición
pensional.
 Requisitos para ser beneficiado por el régimen de transición
pensional
 Pérdida del régimen de transición pensional.
 ¿Se puede recuperar el régimen de transición
pensional?
 Requisitos para recuperar el régimen de transición.
 Recuperación del régimen de transición cuando el
cambio de régimen se produjo mediante engaño.
 Régimen de transición pensional -  ¿Derecho adquirido o
simplemente una expectativa?
 IBL (Ingreso Base de liquidación) en el régimen de transición
pensional.
 El IBL no es un aspecto de la transición.  El monto de la
pensión se determina con las reglas del Régimen
General
 El IBL de los trabajadores amparados por el régimen de
transición no siempre se calcula sobre el salario
promedio de los últimos 10 años.
 IBL – Salario a tener en cuenta para la liquidación de la
pensión de vejez de los beneficiarios del régimen de
transición.
 Régimen de transición en fondos privados de pensión
 Preguntas y respuestas sobre el régimen de transición
pensional.

¿Qué es el régimen de transición pensional?


El régimen de transición pensional es un mecanismo que creó la
ley 100 de 1993 para proteger los derechos adquiridos y las
expectativas legítimas de los afiliados respecto al derecho
a pensionarse con las reglas o normas vigentes antes de la entrada
en vigencia de la ley 100 de 1993.
Consulte la sentencia C-789 de 2002 de la Corte constitucional.
Ley 100 de 1993 hizo más gravosos los requisitos para acceder a la
pensión, y es natural que una persona a la que le faltaba poco para
pensionarse resultó afectada al cambiarle las reglas de juego justo
antes de pensionarse, razón por la cual la ley 100 creó el régimen
de transición, con el que se permitía a los afiliados beneficiados
con dicho régimen pensionarse con los requisitos de edad, tiempo
y monto de pensión vigentes antes del 1 de abril de 1.994, que sin
duda le eran más beneficiosos.
En consecuencia, quienes fueron cobijados con el régimen de
transición pensional, que por supuesto fueron personas que aún
no se habían pensionado, se pensionaron con las reglas antiguas a
pesar de haber cumplido los requisitos para pensionarse en
vigencia de la nueva ley que consideró condiciones distintas.
En otras palabras, el régimen de transición pensional permite a las
personas pensionarse en el futuro con las reglas y requisitos del
pasado, considerando que las reglas del pasado le son más
beneficiosas que las del futuro.
Quiénes son los beneficiarios el régimen de
transición pensional.
Se benefician del régimen de transición pensional las personas que
cumplen con los requisitos señalados por la ley 100 sobre el
mínimo de edad y semanas cotizadas que a continuación
señalamos, considerando que los requisitos inicialmente
consagrados por la ley 100 de 1993 fueron modificados
haciéndolos más restrictivos.

Régimen de prima media con prestación definida

Como se dijo al principio, este beneficio aplica únicamente a


quienes estén afiliados al régimen de prima media.
Requisitos para ser beneficiado por el régimen de
transición pensional
Para ser cobijado por el régimen de transición pensional es preciso
cumplir requisitos de edad y tiempo cotizado.
1. Al 1 de abril de 1994 había que tener 35 años o más si es mujer, o 40
años o más si es hombre, o

2. Al 1 de abril de 1994 había que tener 15 años o más de servicios


cotizados

Con uno de los dos requisitos anteriores que se cumpla se


adquiere el derecho a beneficiarse del régimen de transición
pensional.
Pero dichos requisitos fueron cambiados por acto legislativo 01 de
2015 el cual estableció que el régimen de transición no podía
extenderse más allá del 31 de julio de 2010, excepto para los
afiliados que a la entrada en vigencia del referido acto legislativo,
tuvieran al menos 750 semanas cotizadas, caso en el cual el
régimen de transición se extendía hasta el 31 de diciembre de
2014.
En resumen tenemos los siguientes requisitos:
1. A 1 de abril de 1994 tener 35 años si es mujer y 40 años si es hombre,
o

2. A 1 de abril de 1994 tener 15 años de servicio cotizados

3. A 31 de julio de 2010 tener 55 años de edad si es mujer o 60 años, y


tener 1.000 semanas cotizadas

4. A 29 de julio de 2005 tener 750 semanas cotizadas.

5. A 31 de diciembre de 2014 tener 55 años de edad si es mujer o 60


años, y tener 1.000 semanas.

Estos requisitos se verifican según el momento en que se


encuentre el afiliado, y para comprender mejor estos requisitos,
utilizaremos el siguiente esquema elaborado por Colpensiones:
Respondiendo a las sencillas preguntas del anterior esquema
diseñado por Colpensiones usted mismo puede saber si está o no
amparado por el régimen de transición pensional.
Pérdida del régimen de transición pensional.
Una vez el afiliado o trabajador cumplió con los requisitos para
beneficiarse del régimen de transición pensional, obviamente
adquiere ese beneficio o derecho, pero una vez adquirido puede
perderlo.
¿Cuándo o en qué casos puede perder el beneficio al régimen
de transición pensional?
El derecho se pierde en los supuestos que contempla el inciso 4 del
artículo 36 de la ley 100 de 1993 que dice:
«Lo dispuesto en el presente artículo para las personas que al
momento de entrar en vigencia el régimen tengan treinta y cinco
(35) o más años de edad si son mujeres o cuarenta (40) o más años
de edad si son hombres, no será aplicable cuando estas personas
voluntariamente se acojan al régimen de ahorro individual con
solidaridad, caso en el cual se sujetarán a todas las condiciones
previstas para dicho régimen.»

Es decir que la persona que accedió al régimen de transición por


tener la edad de 35 años o más en el caso de las mujeres 40 años o
más en el caso de los hombres, al 1 de abril de 1994 cuando entró
en vigencia la ley 100 de 1993, pierde el derecho a este régimen si
se trasladó de al régimen de ahorro individual, esto es, si se
trasladó a un fondo privado de pensiones.
Régimen de ahorro individual o fondos privados de pensión

El régimen de transición no se pierde para quien accedió a él por


tener 15 o más años de servicio cotizados al 1 de abril de 1.994 y
luego se trasladó a un fondo privado de pensiones. Esa persona
puede regresar al régimen de prima media y pensionarse con base
al régimen de transición pensional.
Para recoger estos supuestos transcribimos un aparte de lo que
dijo la sala laboral de la corte suprema de justicia en sentencia
60150 del 3 de febrero de 2016:
«Esta Sala de la Corte en varias de sus sentencias y en armonía con
lo decidido por la Corte Constitucional en el fallo recién citado, ha
sostenido el criterio de que las personas beneficiarias del régimen
de transición que hayan accedido a él en virtud únicamente de la
edad, y se trasladen al régimen de ahorro individual y luego
decidan retornar al régimen de prima media, no recuperan los
beneficios de la transición.
En las condiciones que anteceden, se concluye que, si bien para el
1 de abril de 1994 la demandante tenía más de 35 años de edad,
también lo es que, como lo acepta, para esa data no tenía 15 o más
años de servicios prestados o cotizados, por lo que, como quedó
dicho, no conservó el régimen de transición al regresar al sistema
de prima media.»

Es evidente que la causa para perder el régimen de transición es


trasladarse a un fondo privado, pero aquella consecuencia sólo la
sufren los afiliados que accedieron al régimen de
transición pensional única y exclusivamente por haber
cumplido con el requisito de edad contenido en el inciso 4 del
artículo 36 de la ley 100 de 1.993.
De otra parte, sucede que el régimen de transición está limitado en
el tiempo, es decir, que habiendo accedido a él es preciso cumplir
con los requisitos para pensionarse antes de finalizar el  2014, es
decir, que el régimen de transición terminó el 31 de diciembre de
2014, de manera que si el afiliado cumplió con los requisitos para
ser beneficiario del régimen de transición conforme el inciso 2 del
artículo 36 de la ley 100 de 1993, pero si luego a esa fecha no
cumplió con los requisitos de edad y tiempo cotizado para
pensionarse, ya no le ampara el régimen de transición.
En resumen el régimen de transición pensional se pierde en los
siguientes casos:
1. Por haberse trasladado a un fondo privado de transición.

2. Por no haber cumplido requisitos de tiempo y edad en las fechas


indicadas.

1.

1. A 31 de julio de 2010 tener 55 años de edad si es mujer o 60


años, y tener 1.000 semanas cotizadas

2. A 29 de julio de 2005 tener 750 semanas cotizadas.

3. A 31 de diciembre de 2014 tener 55 años de edad si es mujer


o 60 años, y tener 1.000 semanas.

¿Se puede recuperar el régimen de transición


pensional?
Como ya lo señalamos, el régimen de transición pensional se
puede perder en los casos señalados anteriormente, pero ese
beneficio se puede recuperar en la media en que se cumpla con los
requisitos que pasa a señalarse.
Requisitos para recuperar el régimen de transición.
En primer lugar, se debe señalar que el régimen de transición se
recupera sólo si inicialmente fue beneficiado con él.
Una vez determinado que sí fue beneficiado con el régimen de
transición, se han de verificar los requisitos para recuperarlo, que
son:
1. Haber accedido al régimen de pensión por haber tenido 15 o más
años cotizados al momento de entrar en vigencia la ley 100.

2. Trasladar todo el ahorro de regreso todo el ahorro que se haya


hecho en los fondos privados.

3. El monto ahorrado en el fondo privado no debe ser inferior al que se


hubiera acumulado de no haberse cambiado de régimen.

Respecto al primer requisito dijo la Corte suprema de justicia en


sentencia 37174 del 10 de agosto de 2010:
«No obstante, en aquellas hipótesis en que el afiliado beneficiario
del régimen de transición luego del traslado al régimen privado,
decide retornar al de prima media, de conformidad con los citados
incisos recupera la transición, siempre y cuando hubiera adquirido
los beneficios del régimen en razón del tiempo de servicios o
número de cotizaciones, esto es, haber prestado servicios o
cotizado por 15 o más años con anterioridad a la entrada en
vigencia del sistema general de pensiones.»

El régimen de transición aplicaba para quienes al momento de la


entrada en vigencia de la ley 100 de 1993 cumplieran uno de dos
requisitos:
 Tener 35 o más años de edad en el caso de las mujeres y 40 o más
años de edad en el caso de los hombres.

 Tener 15 años o más de servicio (cotizaciones).

La recuperación del régimen de transición solo es posible para los


que en su momento lo tuvieron por el cumplimiento del tiempo
mínimo de servicio requerido (15 años).
Quienes fueron beneficiarios del régimen de transición en ocasión
a la edad únicamente, no tienen posibilidad de recuperar el
régimen de transición.
Cumplido el primer requisito hay que evaluar si cumple los otros
dos:
1. Trasladar todos los recursos del fondo privado al régimen de prima
media (Colpensiones) lo que es obvio.

2. Que lo acumulado en el fondo de pensiones privado por el tiempo


que estuvo allí, sea igual a lo que hubiera acumulado en el régimen
de prima media de no haberse ido de allí.

El segundo requisito no siempre se puede cumplir, por cuanto lo


ahorrado en los fondos privados de pensión no crece como
debiera, en vista a que el fondo privado se queda con una parte
de las cotizaciones, y los rendimientos de lo ahorrado no es
representativo, y en ocasiones el rendimiento es negativo.
Si la persona no puede recuperar el régimen de transición en vista
a que no cumple con los anteriores requisitos, puede en todo caso
regresar al régimen de prima media pero sin régimen de transición,
si es que cumple los requisitos para optar al traslado.
Luego casi 30 años de expedida la ley 100 aún existen personas
que cumplen con los requisitos para recuperar el régimen de
transición, pero lo desconocen.
Recuperación del régimen de transición cuando el
cambio de régimen se produjo mediante engaño.
Por Alonso Riobó Rubio.
¿Se puede obtener la restitución del RPM y del régimen de
transición cuando el afiliado se ha trasladado al fondo de
pensiones mediante engaños?
Son muchas las personas que se quejan de haber abandonado el
ISS tras haber sido engañadas por las (o los) promotores de los
fondos de pensiones, decisión de la cual se arrepienten después al
observar que las posibilidades de pensionarse al amparo de dicho
régimen parecen diluirse.
Quienes dicen haberse trasladado en esas condiciones
frecuentemente consultan sobre si existe alguna posibilidad de que
se deje sin efectos su traslado al RAIS, para poder así regresar al
RPM que administra Colpensiones y pensionarse con las ventajas
del régimen de transición del cual fueron beneficiarias por
cumplimiento del requisito de la edad   más no del de la
antigüedad.
Pues bien, esa posibilidad sí existe, tal como se demuestra con el
caso que a continuación describo:
Un afiliado al ISS que ya había cumplido los requisitos para
pensionarse con el régimen de prima media (20 años de servicios y
55 años de edad dada su condición de servidor público amparado
por el régimen de transición), fue convencido por un promotor de
un fondo privado para que se trasladara a éste, luego de mostrarle
que con su traslado al RAIS tendría derecho a una pensión de valor
superior a la que recibiría del ISS.  Como la diferencia que le
mostraba el promotor era realmente significativa, el afiliado no le
puso problemas al hecho de tener que trabajar y cotizar durante
cinco años más, pues el beneficio que recibiría con una pensión de
mayor cuantía lo ameritaba.
El asunto fue que tiempo después al solicitar y obtener la pensión,
el afiliado se llevó la sorpresa de su vida,  pues el monto de la
pensión que se le reconoció era apenas el 50% de la cifra que le
había prometido el fondo a través de su promotor, y que constaba
en un papel que el afiliado había conservado con suma precaución.
Como de nada valieron los reclamos del afiliado, pues el fondo
insistía en que eso que se le había entregado era apenas un cálculo
que estaba sometido a las inciertas condiciones del mercado
financiero de cuyas fluctuaciones depende el monto de la pensión,
el abrumado ciudadano acudió a la justicia con el fin de que se
declarara la nulidad del traslado al régimen de ahorro individual
con solidaridad y se ordenara el traslado de los fondos al ISS, y que
como consecuencia de eso, se condenara al fondo al pago de los
perjuicios causados, los cuales tasó en un valor igual al de las 
mesadas que le corresponderían en el régimen de prima media
con prestación definida, desde la fecha del retiro definitivo del
servicio. En subsidio solicitó pensión de vejez a cargo del Fondo. En
todos los casos pidió el pago de los intereses moratorios a la tasa
máxima permitida por la ley.
Tanto el juzgado como el Tribunal fallaron en contra del
demandante. El Juez de segundo grado adujo en sustento de su
decisión que el demandante se había trasladado al fondo de
manera libre y voluntaria tal como lo acreditaba la solicitud de
vinculación que había firmado sin dejar observaciones sobre
constreñimientos o presiones indebidas.
El negocio subió a la Corte Suprema de Justicia vía recurso de
casación, quien encontró que si bien es cierto no se observa que el
demandante hubiese suscrito la solicitud de vinculación al fondo
bajo constreñimientos o amenazas, el engaño que éste alegaba
tenía su fuente en la falta de información en que incurrió el fondo
al no advertir al afiliado de las contingencias a que quedaba
expuesto con dicho traslado, de la trascendencia de su decisión de
abandonar un régimen en el cual ya tenía causado su derecho a la
pensión para pasarse a otro que a cambio de certeza le ofrecía
incertidumbre.
Dijo la Sala: Resulta aquí trascendente la información que fue
parcial para la decisión que llevó al actor a optar por cambio de
régimen, y que posteriormente se advierte equivocada, cuando al
reclamar su derecho a la edad de los sesenta años, el camino que
le ofrecen es el del retiro programado, con la venta de los bonos
pensionales en el mercado secundario, con enorme sacrificio
económico, circunstancia que no se le hizo saber por parte de la
administradora siendo éste su deber.
Y más adelante señala que la obligación del fondo era:
«la de anteponer a su interés propio de ganar un afiliado, la clara
inconveniencia de postergar el derecho por más de cinco años,
bajo la advertencia de que el provecho de la pensión a los sesenta
años, era solo a costa de disminuir el valor del bono pensional,
castigado por su venta anticipada a la fecha de redención.»

Y añade:
«En estas condiciones el engaño, no solo se produce en lo que se
afirma, sino en los silencios que guarda el profesional, que ha de
tener la iniciativa en proporcionar todo aquello que resulte
relevante para la toma de decisión que se persigue; de esta
manera la diligencia debida se traduce en un traslado de la carga
de la prueba del actor a la entidad demandada.
No desdice la anterior conclusión, lo asentado en la solicitud de
vinculación a la Administradora de Pensiones que aparece firmada
por el demandante, que su traslado al régimen de ahorro
individual se dio de manera voluntaria, que “se realizó de forma
libre, espontánea y sin presiones”, pues lo que se echa de menos
es la falta de información veraz y suficiente, de que esa decisión no
tiene tal carácter si se adopta sin el pleno conocimiento  de lo que
ella entraña.»

Como se desprende de lo que se viene de decir, la Corte CASÓ la


Sentencia del Tribunal,  y obrando en sede de instancia revocó el
fallo del juzgado y en su lugar dispuso declarar la nulidad del
traslado del demandante al RAIS con los efectos que indicó en la
parte motiva, y condenó al fondo a trasladar a la administradora
RPM los valores de la cuenta de ahorro individual del actor, sin
descuento por el pago de las mesadas pensionales que se
hubiesen  efectuado, o sea que relevó al afiliado de la obligación de
devolver las mesadas recibidas.
Para los que quieran leer la sentencia, su identificación es: Sala de
Casación Laboral, Referencia: expediente No. 31989 M. P. Dr.
Eduardo López Villegas - Acta No. 56 – del 9 de septiembre de 2008.
Régimen de transición pensional -  ¿Derecho
adquirido o simplemente una expectativa?
Por Alonso Riobó Rubio.
Como se habrán podido dar cuenta los lectores, en mi comentario
de anterior me ocupé de brindar una noción aproximada de los
conceptos de derechos adquiridos, expectativas legítimas y meras
expectativas. Y hablo de noción aproximada toda vez que el tema
de los derechos adquiridos es de tal complejidad que alguna vez le
hizo decir al maestro francés Léon Duguit: “Llevo 40 años
estudiando la ciencia del Derecho y aún no sé lo que es un derecho
adquirido”.
Pues bien, hecha la anterior precisión, me propongo en esta nota
referirme a la discusión que se suscitó en torno a si el régimen de
transición creado por el artículo 36 de la ley 100 de 1993 constituyó
o no un derecho adquirido para aquellas personas que al
momento de entrar en vigencia el Sistema General de Pensiones
(1º de abril de 1994), cumplían los requisitos que esa normativa
exigía para acceder a tal amparo.
Tomemos como ejemplo para el análisis el caso de un varón que a
1º de abril de 1994 contaba con más de 40 años de edad y venía
cotizando al ISS para pensión desde antes de dicha fecha.
Pues bien, de conformidad con lo estipulado en el mencionado
artículo 36 de la ley 100, esa persona quedó amparada por el
régimen de transición, circunstancia ésta que le permitía confiar
fundadamente en que cuando cumpliera los 60 años de edad y
reuniera 1000 o más semanas de cotizaciones, se podía jubilar con
base en el régimen pensional consagrado en el Acuerdo 049 de
1990, o sea, con esa edad,  ese número de semanas, y el porcentaje
previsto para tal fin por dicho acuerdo.
Sin embargo, en el año 2003, el gobierno de la época aduciendo
razones presupuestales, intentó recortar el plazo de vigencia que
se había previsto para el régimen de transición que iba hasta el
2014, y dejarlo únicamente hasta diciembre de 2007.
Esas intenciones del gobierno se vieron frustradas porque la Corte
Constitucional a través de la Sentencia C-754 del 10 de agosto de 
2004, declaró inexequible el artículo 4º de la Ley 860 del 2003 que
había introducido modificaciones al régimen de transición previsto
en la ley 100 de 1993, tras considerar la Corporación que en el
trámite de dicha norma se había incurrido en vicios de forma  y de
fondo, o sea que la norma acusada resultaba inexequible no sólo
por vicios de procedimiento sino por su contenido material. En
cuanto a lo primero, porque el mencionado artículo 4º no había
sido discutido por las comisiones séptimas en sesiones conjuntas
ni por la plenaria de la Cámara de Representantes. Y sobre lo
segundo, señaló la Corte que el Legislador no tuvo en cuenta que si
bien frente a un cambio legislativo el derecho a la pensión no es un
derecho adquirido, sino una expectativa legítima, sí existe un
derecho al régimen de transición de las personas amparadas por
éste.  Y advirtió:   “Una vez entra en vigencia la disposición que
consagra el régimen de transición, los trabajadores que cumplan con
los requisitos exigidos para el mismo consolidan una situación
concreta que no se les puede menoscabar”.
Así las cosas, para la Corte las personas amparadas por el régimen
de transición contenido en el artículo 36 de la ley 100 de 1993, se
encontraban bajo una situación consolidada que no podía ser
ignorada, razón por la cual tenían derecho a que se les respetaran
las condiciones allí establecidas.
O sea, que para ese alto Tribunal, las personas que quedaron
cobijadas por el régimen de transición configuraron en su favor el
derecho a pensionarse con fundamento en éste, lo cual significa
que esas personas son titulares de un derecho adquirido.
Como era de esperarse, la sentencia de la Corte generó distintas
reacciones entre el gobierno, la academia y otros expertos en el
tema constitucional. Quienes compartían el fallo lo defendieron
desde el argumento de que la disposición acusada vulneraba el
preámbulo y los artículos 1º, 13, 25, 48, 53, 182 y 243 de la
Constitución,  y que por tal razón el fallo de la Corte era acertado.
Quienes se ubicaron en la otra orilla consideraron que la sentencia
no consultaba la doctrina dominante en la materia; que
contradecía la jurisprudencia anterior de esa Corporación;  que
presentaba serias fallas en el discurso jurídico y que era
incoherente consigo misma. y llegaron a calificarla de anticientífica,
desueta y conservadora.  Y no faltó el jurista que dijera que con dicha
Sentencia se había concedido protección constitucional a las meras
expectativas.
De todas maneras, el asunto quedó definido en el sentido de que el
régimen de transición constituye un derecho adquirido para
quienes quedaron cobijados por él.
No obstante lo anterior, el gobierno siguió insistiendo en su
propósito de recortar la vigencia del régimen de transición, y tras
los fracasos que había sufrido la iniciativa en sus trámites legales
ordinarios, optó entonces por “darle la vuelta al asunto” y optó por
una reforma a la Constitución Nacional, y fue a través del acto
legislativo 01 de 2005 que finalmente lo logró.
El hecho es que, esas situaciones que al decir de la Corte se habían
consolidado  y que  por lo mismo participaban de la categoría de
derechos adquiridos, fueron desconocidas por el Congreso al
expedir, en ejercicio de su función de constituyente derivado, el
acto legislativo 01 de 2005, a través del cual le impuso a los
amparados por el régimen de transición la carga  adicional de
acreditar que a julio de 2005 contaban con al menos 750 semanas
cotizadas, como condición obligatoria para pensionarse después
de julio de 2010 con los beneficios del mencionado régimen.
Frente a esa situación a muchas personas les resultará inevitable
preguntarse sobre cuál será actualmente el pensamiento de la
Corte Constitucional sobre el régimen de transición, y más
concretamente sobre   la situación de aquellas personas que
quedaron amparadas por el mismo, que alcanzaron a completar la
edad y el número de semanas requerido antes del 31 de diciembre
de 2014, pero que a julio de 2005 no contabilizaban las 750
semanas cotizadas.
Pues bien, para ayudarles a resolver esa inquietud transcribo a
continuación un fragmento de la sentencia T-100 del 11 de marzo
de 2015, que reproduce apartes de la Sentencia T-652 de 2014 en
la cual la Corte Constitucional dijo:
«No obstante, resulta importante tener en cuenta que si bien el
régimen de transición parecía que iba a tener una duración
continua, lo cierto es que eso varió por medio del Acto Legislativo
01 de 2005, pues éste dispuso un periodo máximo de duración en
el tiempo.
En efecto, por medio de dicha enmienda constitucional, el
Congreso de la República reformó el artículo 48 de la Constitución
Política, y por esa vía eliminó definitivamente el régimen de
transición.
Así las cosas, ha de concluirse que superado el primer plazo
establecido por el Acto Legislativo 01 de 2005 para su desmonte
definitivo, el régimen de transición pensional estará vigente hasta
el 31 de diciembre de 2014, solo para los sujetos de dicho régimen
que tengan cotizadas al menos 750 semanas o su equivalente en
tiempo de servicios a 25 de julio de 2005 y, además, cumplan con
los requisitos de pensión del régimen anterior al cual se
encontraban afiliados antes del 31 de diciembre de 2014.»

IBL (Ingreso Base de liquidación) en el régimen de


transición pensional.
Por regla general el IBL no hace parte del régimen de transición
pensional, es decir, que respecto al IBL se aplican las reglas
generales vigentes al momento de la determinación del monto de
la pensión.
El IBL no es un aspecto de la transición.  El monto de
la pensión se determina con las reglas del Régimen
General
Por Alonso Riobó Rubio.
Como todos sabemos, las personas que quedaron amparadas por
el régimen de transición creado por el Artículo 36 de la ley 100 de
1993, adquirieron el derecho a jubilarse con fundamento en el
régimen pensional al cual se encontraban afiliados al momento de
entrar en vigencia el Sistema General de Pensiones (ley 100/93).
Recordemos el texto del art. 36 en comento:
«La edad para acceder a la pensión de vejez, el tiempo de servicio o
el número de semanas cotizadas, y el monto de la pensión de
vejez de las personas que al momento de entrar en vigencia el
sistema tengan treinta y cinco (35) o más años de edad si son
mujeres o cuarenta (40) o más años de edad si son hombres, o
quince (15) o más años de servicios cotizados, será la establecida
en el régimen anterior al cual se encuentren afiliados. Las
demás condiciones y requisitos aplicables a estas personas para
acceder a la pensión de vejez, se regirán por las disposiciones
contenidas en la presente ley.” (He resaltado)
Pues bien, antes de entrar en vigencia el Sistema General de
Pensiones (ley 100 de 1993), la situación pensional de los
servidores públicos que no tenían un régimen pensional especial,
se regía por lo dispuesto en la ley 33 de 1985, que en su artículo 1º
disponía:
“Artículo 1º.- El empleado oficial que sirva o haya servido veinte
(20) años continuos o discontinuos y llegue a la edad de cincuenta y
cinco (55) tendrá derecho a que por la respectiva Caja de Previsión
se le pague una pensión mensual vitalicia de jubilación equivalente
al setenta y cinco por ciento (75%) del salario promedio que sirvió
de base para los aportes durante el último año de
servicio. (Texto original sin negrillas).
“No quedan sujetos a esta regla general los empleados oficiales
que trabajan en actividades que por su naturaleza justifiquen la
excepción que la Ley haya determinado expresamente, ni aquellos
que por ley disfruten de un régimen especial de pensiones.
“(…)»

Pues bien, los servidores públicos que ingresaron al régimen de


transición, por encontrarse en ese momento dentro de los
supuestos de hecho de la norma que se viene de transcribir,
entendieron – con toda razón- que al tener derecho a que se les
aplicara el régimen pensional establecido en la ley 33 de 1985, para
la liquidación de su pensión debía  tomarse como ingreso base de
liquidación (IBL) el salario promedio que sirvió de base para los
aportes durante el último año de servicio. Dicho en otras palabras:
el salario promedio mensual del último año de servicios.
Sin embargo, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de
Justicia al interpretar el alcance del artículo 36 de la ley 100/93 (que
creó el régimen de transición), consideró que cuando el
mencionado artículo dice: “…La edad para acceder a la pensión de
vejez, el tiempo de servicio o el número de semanas cotizadas,  y el
monto de la pensión de vejez  (…) será la establecida en el régimen
anterior al cual se encuentren afiliados.(…)”  la expresión “monto de
la pensión de vejez”  no se debe entender como el valor de la
pensión, sino que aquí monto equivale al porcentaje que se le debe
aplicar al IBL. Y que éste, es decir el  IBL, se establece de
conformidad con las reglas del Sistema General de Pensiones (Ley
100 de 1993), es decir con base en el promedio de los salarios
devengados por el trabajador durante los últimos 10 años, (Ley 100
de 1993, artículo 36), o en el tiempo que le hacía falta para adquirir
el derecho a la pensión si éste fuere menor, y no teniendo en
cuenta el promedio de los salarios devengados en el último año
(artículo 1° Ley 33 de 1985)
Hace unos días, la Corte Constitucional tuvo oportunidad de
ocuparse del caso de un servidor público beneficiario del régimen
de transición, a quien se le liquidó la pensión tomando como IBL el
correspondiente al salario promedio devengado por el trabajador
durante los últimos 10 años, lo cual lo llevó a acudir a la acción de
tutela por considerar que se le estaban vulnerando sus derechos
fundamentales  a la igualdad, al debido proceso, a la seguridad
social y al mínimo vital, toda vez que en su criterio tenía que tomar
en cuenta el promedio de los salarios devengados en el último año
tal como lo establecía el artículo 1° de la Ley 33 de 1985.
Adujo el demandante que caso se aplicaron indebidamente el
artículo 36 de la Ley 100 de 1993 incisos 2º y 3º, el artículo 1º de la
Ley 33 de 1985, 1º de la Ley 62 de 1985, artículo 27 del Decreto
3135 de 1968, y artículos 68 y 75 del Decreto 1848 de 1969, pues su
pensión debía ser liquidada teniendo en cuenta el 75% del salario
promedio que sirvió de base para los aportes durante el último año
de servicio en el que se incluyen todos los factores salariales.
Precisó que el régimen de transición del artículo 36 de la Ley 100
conservó para sus beneficiarios la aplicación de la norma anterior,
en lo relativo a edad, tiempo de servicios y monto de la prestación.
La Sala Plena de la Corte Constitucional concluyó que “el ingreso
base de liquidación IBL no es un aspecto de la transición y, por tanto,
son las reglas contenidas en el régimen general, las que deben
aplicarse para establecer el monto pensional con independencia del
régimen especial al que se pertenezca. De otro lado, resaltó que
mediante auto A-326 de 2014, por el cual se resolvió la solicitud de
nulidad de la sentencia T-078 del mismo año, la Sala reafirmó la
interpretación sobre el artículo 36 de la Ley 100 de 1993 establecida en
el referido fallo C-258 de 2013, en el que por primera vez la Sala
analizó el IBL, en el sentido en que, el modo de promediar la base de
liquidación no puede ser la estipulada en la legislación anterior, en
razón a que el régimen de transición solo comprende los conceptos de
edad, monto y semanas de cotización y excluye el promedio de
liquidación.
Así, la Corte confirmó la sentencia de segunda instancia, que negó
la tutela interpuesta por el actor.
EXPEDIENTE T-3.558.256 - SENTENCIA SU-230/15 (abril 29) M. P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub.
El IBL de los trabajadores amparados por el régimen
de transición no siempre se calcula sobre el salario
promedio de los últimos 10 años.
Por Alonso Riobó Rubio.
En varias ocasiones se ha dicho en esta columna que para la
liquidación de la pensión de vejez de las personas que quedaron
amparadas por el régimen de transición creado por la ley 100 de
1993, únicamente se pueden tomar del régimen pensional anterior
(al que estaban afiliadas a 1º de abril de 1994) los siguientes dos
requisitos: a) la edad y b) el número de semanas cotizadas o el
tiempo de servicios que exigía dicho régimen, pero que el IBL se
calcula con fundamento en lo previsto por la ley 100 de 1993, o sea
el salario promedio mensual con base en el cual cotizó el afiliado
durante los últimos 10 años de cotización.
Sin embargo, no se le ha dispensado igual difusión al hecho de que
no siempre resulta procedente acudir a los últimos 10 años de
cotizaciones para la determinación del IBL, pues la ley trae otra
opción que consiste en que para aquellas personas que a 1º de
abril de 1994 les faltaban menos de 10 años para completar los
requisitos de pensión (edad y semanas cotizadas o tiempo servido),
el IBL se calcula sobre ese tiempo faltante. Así por ejemplo, si a 1º
de abril de 1994 a una persona le faltaba un año para cumplir la
edad de pensión, para el cálculo del IBL se debe tomar el salario
promedio mensual con base en el cual cotizó el trabajador durante
ese año.
Ahora bien, el tema cobra especial interés en aquellos casos en que
el trabajador cumplió los requisitos en comento y siguió cotizando,
pues no todo el mundo se retira tan pronto reúne los requisitos de
la pensión. Aquí el punto álgido está en el procedimiento que debe
seguirse para contabilizar “el tiempo que le hacía falta al trabajador
para completar los requisitos de edad y semanas.
Vale anotar que hemos conocido casos en que el ISS-Colpensiones
ha dejado de lado la opción legal que tenía de calcular el IBL sobre
el último año o sobre períodos igualmente breves, y lo ha liquidado
sobre los últimos 10 años, con perjuicio para el trabajador.
Traigamos aquí un caso de la vida real tomando en cuenta el
contexto del que venimos hablando: un trabajador venía cotizando
sobre el salario mínimo legal y al acercarse el momento de la
pensión decidió hacerlo sobre un salario de $ 2.000.000. El ISS en
lugar de calcularle el IBL sobre el salario con el que el trabajador
cotizó durante el breve tiempo que le faltaba para causar la
pensión, resolvió tomarle en cuenta el salario promedio de
cotización de los últimos 10 años. El perjuicio es evidente.
Y también ha habido casos en que el ISS-Colpensiones si bien ha
tenido en cuenta el tiempo breve que le hacía falta al afiliado para
reunir los requisitos de pensión ha contado mal dicho período.
Supongamos que un trabajador que a 1º de abril de 1994 le faltaba
1 año, 8 meses y 15 días para cumplir la edad y sin embargo cotizó
durante tres años más. Asumamos también que ese trabajador
venía cotizando sobre un salario alto y por cualquier razón en el
último tramo lo hizo con un salario bajo.
¿Cuál era el lapso de tiempo que tenía que tomar el fondo de
pensiones para calcular el IBL? De conformidad con lo que se ha
dicho aquí, el tiempo sería 1 año, 8 meses y 15 días. ¿Y cómo se
cuenta ese lapso?
En estos casos hay que hacer dos operaciones:
Primero se establece el tiempo que le hacía falta al trabajador para
completar los requisitos de pensión. Para esto se cuentan los días
existentes entre la fecha en que entró en vigencia el Sistema
General de Pensiones creado por la ley 100/93, y aquella en que el
trabajador completó los requisitos en cuestión.  Sigamos con el
ejemplo propuesto: le faltaban 1 año 8 meses y 15 días.
Ahora, analizamos cuál opción le conviene más al afiliado.
Una, sería tomar en cuenta las cotizaciones efectuadas durante
dicho lapso contado hacia atrás a partir de la última semana
cotizada. Es decir, nos ubicamos en la fecha de la última cotización
y nos devolvemos 1 año, 8 meses y 15 días, o sea hasta agotar el
período faltante.
Y otra, tomar el tiempo faltante (un año, ocho meses y quince días),
ubicarse en la fecha en que el trabajador completó los requisitos
previstos por la ley para el otorgamiento de la pensión   y
devolverse hasta agotar ese período.
Pues bien, en ambos casos el salario con base en el cual cotizó el
trabajador durante las semanas comprendidas entre esos
extremos temporales nos sirve de base para calcular el IBL.
Y frente a la última opción algunos preguntarán ¿Y qué pasa con las
semanas cotizadas después de que el trabajador cumplió los
mencionados requisitos? Muy sencillo, sirven para incrementar el
valor de la pensión en los términos previstos por el acuerdo 049 de
1990, hasta alcanzar un máximo del 90% (Recordemos que
estamos hablando de un trabajador beneficiario del régimen de
transición).
IBL – Salario a tener en cuenta para la liquidación de
la pensión de vejez de los beneficiarios del régimen
de transición.
Por Alonso Riobó Rubio.
Según el Consejo de Estado el precedente constitucional sobre
el IBL fijado en la Sentencia SU-230 de 2015 de la Corte
Constitucional no se aplica a procesos iniciados antes del 15 de
abril de 2015.
Como es sabido, la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema
de Justicia ha adoctrinado de tiempo atrás que el Ingreso Base de
Liquidación de la pensión de vejez (IBL) no hace parte el régimen
de transición creado por el Art. 36 de la ley 100 de 1993, y que por
lo mismo dicho ingreso debe calcularse tomando en cuenta el
promedio de los salarios sobre los cuales cotizó el trabajador
durante los últimos 10 años, debidamente indexados.
El Consejo de Estado, por su parte, ha sostenido lo contrario, o sea
que el IBL sí hace parte del régimen de transición y que por esa
razón el salario a tener en cuenta para dicho fin es el promedio
mensual con base en el cual cotizó el trabajador durante el último
año de servicios.
Como es fácil de advertir, la posición del Consejo de Estado resulta
más favorable al trabajador.
En un comienzo la Corte Constitucional compartía la posición del
Consejo de Estado. Sin embargo, luego abandonó esa posición y a
través de la Sentencia SU- 230 de 2015 se alineó con la Sala de
Casación Laboral de la Corte Suprema de Justicia al expresar que:
«el ingreso base de liquidación IBL no es un aspecto de la
transición y, por tanto, son las reglas contenidas en el régimen
general, las que deben aplicarse para establecer el monto
pensional con independencia del régimen especial al que se
pertenezca. (…)
Y precisó que el modo de promediar la base de liquidación no
puede ser la estipulada en la legislación anterior, en razón a que el
régimen de transición solo comprende los conceptos de edad,
monto y semanas de cotización y excluye el promedio de
liquidación.»

Ahora bien, el Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Cuarta, en Sentencia de Tutela del 26 de
septiembre de 2016, al resolver sobre la apelación formulada por
La Universidad Nacional contra la Subsección B de la Sección
Segunda del mencionado Consejo, por  haber negado el amparo
constitucional invocado por la Universidad accionada, tras haber
sido condenada a reliquidar la pensión de vejez del accionante
tomando en cuenta como IBL el salario promedio mensual del
último año de servicios, desatendiendo así el precedente
establecido sobre el particular por la Corte Constitucional en la
mencionada sentencia SU-230 de 2015,  luego de  hacer un juicioso
análisis del principio de la confianza legítima concluyó:
«(…) La Sala estima que si el legislador procura respetar la
confianza legítima de las personas en materia pensional, nada
obsta para que los órganos jurisdiccionales, al cambiar la
jurisprudencia en detrimento de los derechos pensionales, sigan
ese mismo ejemplo, esto es, respetar la confianza legítima.
A partir de lo anterior, la Sala encuentra que la variación
jurisprudencial que introdujo la SU-230 de 2015 representa una
alteración significativa de las relaciones jurídicas que se suscitan
entre las personas con derecho a pensión bajo el régimen de
transición y los respectivos fondos de pensiones.
Para ilustrar lo anterior, conviene anotar que muchos pensionados
obtuvieron el reconocimiento de esa prestación con fundamento
en el régimen de transición. Sin embargo, el ingreso base de
liquidación les fue calculado de acuerdo con las previsiones de la
Ley 100 de 1993 (bien sea artículo 21 o inciso 3º del artículo 36), lo
que justificó que, de conformidad con la jurisprudencia que
predicaba la propia Corte Constitucional antes de la SU-230 de
2015, iniciaran las respectivas acciones administrativas y judiciales,
pues legítimamente estimaban que se les desconocía un derecho
sustancial: cálculo del IBL con el régimen anterior, que había sido
reconocido jurisprudencialmente tanto por la Corte Constitucional
como por el Consejo de Estado.
De este modo, a juicio de la Sala, el pronunciamiento de la Corte
Constitucional produjo la extinción de un derecho sustancial de
carácter pensional (o al menos la eliminación de una expectativa
legítima) de las personas beneficiarias del régimen de transición,
que creían, con fundamento en la jurisprudencia, que el ingreso
base de liquidación de sus pensiones debía ser calculado en la
forma prevista en el régimen anterior.
Justamente por lo anterior, esto es, por tratarse de un cambio de
jurisprudencia respecto de derechos pensionales, la Sala concluye
que resultaría desproporcionada la aplicación inmediata del
precedente  judicial establecido en la sentencia SU-230 de 2015.
Como se ilustró, muchas personas tenían la expectativa legítima de
que les asistía el derecho a que el ingreso base de liquidación se
calculara con el régimen anterior, pues venía siendo reconocido
jurisprudencialmente, y, por ende, acudieron a la jurisdicción a
reclamarlo. La desproporción se manifiesta en que se estarían
alterando relaciones jurídicas de contenido pensional, en
detrimento del trabajador, sin que las razones que motivaron el
cambio jurisprudencial se fundamenten en principios
constitucionales de mayor valor.
La Sala estima que, en aras de salvaguardar esas expectativas
legítimas, resulta más razonable aplicar el precedente de la
sentencia SU-230 de 2015 solo en aquellos casos en los que la
controversia judicial se formule (presentación de la demanda) con
posterioridad a la existencia del precedente (29 de abril de 2015),
pues solo a partir de ese momento podría exigírsele al
administrado que conozca la nueva postura jurisprudencial. Si
después del 29 de abril de 2015, el interesado opta por reclamar
judicialmente ese derecho —IBL con régimen anterior—, es
admisible suponer que lo hace a sabiendas del nuevo precedente.»

Y en consecuencia negó dejó en firme la sentencia del juez a quo.

Régimen de transición en fondos privados de


pensión
¿Existe el régimen de transición en fondos privados de pensión? ¿Si
me pasé a un fondo privado de pensión puedo recuperar el
régimen de transición? ¿Cuándo puedo pasarme nuevamente de
un fondo privado de pensiones a Colpensiones y recuperar el
régimen de transición?
Estas son inquietudes recurrentes que nuestros lectores plantean
así que trataremos de dar respuesta a estas cuestiones.
En primer lugar se debe precisar que el régimen de transición
pensional estuvo vigente hasta el 31 de diciembre de 2014, y
quienes no cumplieron los requisitos a esa fecha, ya no puede
pensionarse bajo este régimen.
En segundo lugar, en el régimen de ahorro individual, el mismo que
gestiona los fondos privados, no existe régimen de transición. Lo
que sucede es que quienes se trasladaron a los fondos privados de
pensión y cumplían los requisitos para pertenecer al régimen de
transición pensional,  podían volver al régimen de prima media y
recuperar los beneficios del régimen de dicho régimen.
Para que un afiliado retornara al régimen de prima media luego de
haberse trasladado a un fondo privado de pensiones y pudiera
recuperar los beneficios del régimen de transición, adicional al
hecho que al momento de trasladarse debía cumplir con los
requisitos para beneficiarse de dicho régimen, debía cumplir con
otros requisitos que le permitieran recuperar esos beneficios.
Preguntas y respuestas sobre el régimen de
transición pensional.
A continuación dejamos una lista de preguntas que han dejado
nuestros lectores y que han recibido respuesta del abogado
laborista Alonso Riobó Rubio.
Pregunta.

He estado estudiando este tema, y encuentro en jurisprudencia


que uno adquiere el derecho cuando alcanza las semanas o el
tiempo de servicio, y esto se denomina: «consideración que la edad
es únicamente una condición para la exigibilidad de esa prestación
más en modo alguno de su configuración». Lo anterior en REF.
Radicación No. 660012331000200600452 01 (1415-07)
Siendo así, y bajo el presupuesto del concepto de principio de
favorabilidad, la ley que aplica es la vigente de cuando uno cumple
las semanas exigidas y solo debe esperar a cumplir la edad. Por
esto no sería aplicable el aumento de años a partir del 2014 para
los que ya tienen las semanas completas en la respectiva
legislación anterior.

Respuesta.

La sentencia a la que usted se refiere fue proferida por el Consejo


de Estado al ocuparse del caso de una trabajadora que completó el
tiempo de servicios requeridos para acceder a la pensión antes de
que entrara a regir la ley 100 de 1993, pero que la edad sólo la vino
a cumplir en el año 2003, o sea estando ya vigente dicha ley. La
trabajadora demandó al ISS aduciendo que por ser beneficiaria del
régimen de transición creado por el art. 36 de la ley 100 de 1993,
(porque al momento de entrar en vigencia dicha ley tenía más de
35 años de edad y acumulaba más de 22 años servidos a entidades
del Estado), tenía derecho a que se le liquidara la pensión con
fundamento en la ley 33 de 1985, y no con base en la ley 100 como
lo había hecho el ISS. Al resolver el asunto, el Consejo de Estado
estuvo de acuerdo con lo decidido por el a quo quien desató la
controversia a favor de la demandante. Señaló esa alta
Corporación que la pensión debía liquidarse con fundamento en la
ley 33 de 1985, porque fue en vigencia de dicha norma que la
accionante había adquirido el derecho a la pensión tras completar
el tiempo de servicios requerido. Puntualizó así mismo el Consejo,
que el derecho a la pensión se causa cuando se completa el
número de semanas requerido o el tiempo de servicios previsto
por la ley, y que el cumplimiento de la edad es sólo una condición
para la exigibilidad del pago de la pensión pero no de su
configuración.
Lo anterior, dicho en otras palabras, significa que aquellas
personas que al momento de cambiar la legislación sobre el
régimen pensional reúnen el número de semanas o el tiempo de
servicios requeridos por la ley antigua para acceder a la pensión,
tienen derecho a que ésta se les reconozca y liquide con
fundamento en la ley anterior, sin importar que la edad la cumplan
en vigencia de una ley nueva que exija condiciones distintas como
por ejemplo, edades y/o volúmenes de semanas o tiempos de
servicios superiores. Y precisó que en todo caso el derecho a
reclamar el pago de la pensión sólo se consolida cuando se
completa la edad requerida por el régimen anterior.
Ahora bien, sobre ese asunto no existe controversia alguna, y así lo
hemos dejado ver en las respuestas que hemos dado a preguntas
puntuales sobre ese tema específico.
En donde sí ha habido discusión es en el escenario que se plantea
al tratar de definir si aquellas personas que quedaron amparadas
por el régimen de transición (art. 36 de la ley 100/93) debido a que
a 1º de abril de 1994 tenían más de 15 años de servicios, o su
equivalente en semanas cotizadas, podrán pensionarse con la ley
vieja a pesar de que cumplirán la edad cuando el régimen de
transición haya perdido vigencia.
La pregunta que muchos se hacen es: Si la Constitución Nacional
dice que el régimen de transición sólo irá hasta el 31 de diciembre
de 2014 (para aquellas personas que a julio de 2005 contabilizaban
al menos 750 semanas cotizadas), será posible aplicarlo después
de esa fecha?
Yo soy de los que creen que sí será posible, puesto que en la
hipótesis planteada el derecho a la pensión se causa entes de que
pierda vigencia el régimen de transición. Y digo que el derecho se
causa en vigencia de dicho régimen, si seguimos las orientaciones
del Contencioso Administrativo de que al reunirse el volumen de
semanas cotizadas o el tiempo de servicios que reclama la ley se
configura el derecho a la pensión, así la edad se cumpla después.
Pienso, así mismo, que en ese evento no podría decirse que se
aplica extemporáneamente el régimen de transición, porque en
ese caso preciso la aplicación del mencionado régimen ocurre
cuando la persona cumple el volumen de semanas o el tiempo de
servicios, lo que pasa después, o sea, al cumplirse la edad, es
simplemente la consolidación del derecho a exigir el pago. Se trata
pues de un derecho, pero su exigibilidad está sujeta a una
condición: el cumplimiento de la edad. Ya sabemos que una cosa
es la configuración del derecho en sí y otra la consolidación de la
facultad de exigir que dicho derecho se haga efectivo. Visto desde
otro ángulo podríamos decir que una vez se completa el número
de semanas o el tiempo de servicios surge para el Sistema la
obligación de pagar la pensión, sólo que tal obligación nace sujeta
a una “condición”: el cumplimiento de la edad o la muerte. Nota:
entiéndase el término condición en su sentido lato.
Eso es lo que yo pienso, creo y deseo desde mi simple condición de
abogado, pero será la Corte Constitucional y/o la Suprema de
Justicia, las que en su momento definan ese tema. Por ahora sólo
queda esperar.
Para terminar vale la siguiente precisión: Si bien es cierto que ante
las preguntas que han venido formulando algunos visitantes del
sitio sobre ese asunto puntual la respuesta ha sido que si cumplen
la edad después del 31 de diciembre de 2014 deberán pensionarse
con la edad y el número de semanas que exija la ley en ese
momento, que será de 57 años para las mujeres y 62 los hombres,
y 1300 semanas para ambos, debo dejar en claro una vez más
(porque ya lo he hecho varias veces) que tal orientación tiene como
inspiración evitar que confiados en una interpretación distinta las
personas ubicadas en esas condiciones dejen de cotizar y luego,
ante una definición diferente de parte de las altas Cortes, les
resulte faltando semanas por cotizar. Es preferible recibir después
una grata sorpresa que una terrible frustración.

Pregunta.

Nací en julio de 1955, trabaje en Santander secretaria de salud 4


meses de octubre de 1979 a enero de 1980, luego con Cajanal de
febrero de1980 a enero de 1982 9 meses, posteriormente trabaje
con el seguro social del23 de octubredel1989a 2 de enero
del2008.posteriormente coticé como independiente del1 de
febrerodel2009al 31dejulilo del2010,mientras trabaje con el seguro
tuve licencias por122dias, puedo pensionarme con el régimen de
transición.

Respuesta.
De acuerdo con los datos suministrados por usted, sus tiempos de
cotización suman 7.358 días, equivalentes a 1.051 semanas
(descontados los 122 días de licencia). Iguales a 20 años, 5 meses y
8 días.
Como usted nació en 1955, eso quiere decir que a 1º de abril de
1994 tenía más de 35 años de edad. Y los 55 años de edad los
cumplió en julio de 2010.
A pesar de que a 1º de abril de 1994 usted registraba menos de 15
años de servicios debidamente cotizados, de todas maneras quedó
amparada por el régimen de transición pues a esa fecha tenía más
de 35 años de edad.
El hecho de ser beneficiaria del régimen de transición le da
derecho a pensionarse con el régimen pensional al cual usted se
encontraba afiliada al momento de entrar en vigencia el Sistema
General de Pensiones creado por la ley 100 de 1993.
Dado que usted presenta aportes hechos tanto al sector público
como al privado, su régimen pensional anterior sería el establecido
en la ley 71 de 1988.
Ahora bien, como en julio de 2005, fecha en que entró en vigencia
el Acto Legislativo 01 de ese año, usted tenía cotizadas más de 750
semanas, las posibilidades de pensionarse con el régimen de
transición se ampliaron hasta el 31 de diciembre de 2014.
En consecuencia, usted tiene de derecho a pensionarse con el
régimen de transición y con fundamento en lo previsto por la ley 71
de 1988 que exige 20 años de servicios y 55 años de edad.
Entonces, como usted tiene más de 20 años de aportes y desde
julio de 2010 cumplió los 55 años de edad, su derecho a la pensión
nació al día siguiente de haber cumplido los 55 años de edad.
En concreto: usted debió pensionarse a partir del 1º de agosto de
2010.

Pregunta.

Que marca la diferencia en el régimen de transición cuando según


la ley dice que al 1 de abril de 1994 40 años o 15 más de cotizados,
si el periodo de transición se acaba en el 2014 las personas que
teníamos más de 15 años de estar cotizando y no teníamos los 40
no nos pensionamos a los 60?. Resumo que la figura de más de 15
años no tiene significado por cuanto quiere decir que de 1994 al
2014 hay 20 años, o sea que obligatoriamente tenía que tener 40
años de edad al 1 de abril.
¿Entonces cuando se habla del derecho adquirido tiene alguna
validez?

Respuesta.

Veamos el siguiente ejemplo:


Un servidor público que nació en noviembre de 1956, quiere
pensionarse con el régimen de transición; funda su pretensión en
el hecho de que en abril de 1994 tenía más de 15 años de servicios,
pero su edad era de apenas 38 años. Pregunta: ¿su aspiración es
viable?
La respuesta es SÍ. Veamos porqué:
Como se trata de un servidor público amparado por el régimen de
transición, éste conservó el derecho a pensionarse con el régimen
pensional establecido en la ley 33 de 1985. Esa circunstancia le da
derecho a pensionarse a los 55 años de edad, y ese requisito lo
completará en noviembre de 2011.
Ese es uno de los casos en que a pesar de no contar con 40 años
de edad al momento de entrar en vigencia la Ley 100 de 1993, la
persona puede pensionarse antes de que se extinga la vigencia del
régimen de transición.

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