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ANTOLOGÍA DERECHO

PENAL
SEGÚN TEMARIO EXAMEN DE EXCELENCIA 2020
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1. Derecho Penal
General
1.1 Fuentes del
Derecho Penal
El principio de “reserva de ley” exige que solamente mediante ley formal, emanada del Poder
Legislativo, por el procedimiento previsto en la Constitución, para la emisión de las leyes, es posible
Principio reserva de
regular y, en su caso, restringir los derechos y libertades fundamentales. El único ente autorizado en
ley
Costa Rica para crear delitos es la Asamblea Legislativa, según lo dispone el art 121 a) de la
Constitución Política.

Debe verse desde dos vertientes: Desde la perspectiva del Estado que establece la obligatoriedad
Principio de del Estado a través del Poder Judicial, de accionar una vez que se ha cometido el delito. La
La ley penal obligatoriedad obligatoriedad de los ciudadanos de respetar los bienes jurídicos ajenos porque en caso de no
hacerlo saben que pueden ser sometidos a una sanción.
1.1 Fuentes del Características de la
derecho penal ley penal
La unica Fuente
directa del derecho
Principio de
penal es la ley. Por La ley penal sólo puede ser derogada por otra ley. Mientras la ley esté vigente hay que aplicarla.
irrefragabilidad
eso los delitos solo
pueden existir por ley.
No por jurisprudencia,
ni decretos. Principio
de legalidad criminal y En sentido formal la ley penal debe ser aplicada por igual a todos. En Costa Rica, la ley penal debe
principios de reserve ser aplicada a cualquier persona que comete un delito. La única excepción a este principio la tienen
Principio de igualdad
de ley. las personas con inmunidad. A estas personas no se les puede seguir un proceso sin levantar la
inmunidad.
1.2 Principios
generales del derecho
penal
En los términos más generales, el principio de legalidad en el estado de derecho postula una forma especial de vinculación de las autoridades e
instituciones públicas al ordenamiento jurídico, a partir de su definición básica según la cual toda autoridad o institución pública lo es y solamente
puede actuar en la medida en que se encuentre apoderada para hacerlo por el mismo ordenamiento, y normalmente a texto expreso -para las
autoridades e instituciones públicas sólo está permitido lo que esté constitucional y legalmente autorizado en forma expresa, y todo lo que no les
esté autorizado les está vedado. En nuestra Constitución Política, el principio general de legalidad está consagrado en el artículo 11.
Legalidad Pero es que, además, las exigencias del principio general de legalidad sé extreman en el campo del proceso penal, en el cual se manifiestan, amén de
(Art 1 C.Pen, 11 C.pol) en aquellos aspectos generales, en los siguientes, entre otros: En la aplicación de la regla de oro del derecho penal moderno: el principio "nullum
crimen, nulla poena sine previa lege", recogido en el artículo 30 de la Constitución, el cual también obliga, procesalmente, a ordenar toda la causa
penal sobre la base de esa previa definición legal, que, en esta materia sobre todo, excluye totalmente, no sólo los reglamentos u otras normas
inferiores a la ley formal, sino también todas las fuentes no escritas del derecho, así como toda interpretación analógica o extensiva de la ley -
sustancial o procesal-; unos y otras en función de las garantías debidas al reo, es decir, en la medida en que no lo favorezcan. No es ocioso reiterar
aquí que el objeto del proceso penal no es el de castigar al delincuente sino el de garantizarle un juzgamiento justo.

El principio de tipicidad es una de las manifestaciones esenciales del principio de legalidad y exige la más estricta adecuación entre la conducta
prohibida descrita en el tipo y el hecho cometido por acción u omisión. Por ello, las normas que definen las infracciones y sanciones no son
1.2 Principios generales susceptibles de aplicación analógica. Este principio obliga al legislador a redactar los tipos penales de una forma clara, que permita al individuo
Tipicidad
del derecho penal reconocer con claridad la conducta que se encuentra prohibida. Esta claridad debe estar presente tanto en los requisitos de la pena como en la pena
misma. Lo ideal sería que la norma penal fuera precisada de tal manera que no existiera necesidad de una interpretación posterior, sino solo de su
aplicación directa.

Se desprende del artículo 34 y 39 de la Constitución Política, el cual establece que no procede la aplicación retroactiva de la ley penal en perjuicio del
imputado, lo que deja ver que cuando le beneficie si es posible la retroactividad. Tiene sentido en relación con el art. 12 del C. Penal que establece
que si después de cometido un hecho punible surge una ley, se deberá aplicar la más favorable al acusado, aunque ello implique una aplicación
Irretroactividad y su retroactiva. Se trata de la prohibición de la aplicación retroactiva de la ley. Gracias a la existencia de leyes penales previas, el sujeto puede guiar su
excepción conducta conforme a la normativa y prever las consecuencias que una desviación podría acarrear. De ahí su importancia para la existencia de
culpabilidad. El "hecho" al que se refiere el Art. es una acción o una omisión precisada en una ley anterior al hecho concreto. También las
(Art 12 C.Pen, 34 y 39 consecuencias del hecho se encuentran comprendidas por la prohibición de retroactividad: no se puede agravar la pena ni penar con una sanción
C.Pol) más estricta (p.e. prisión en lugar de multa) un hecho acontecido con anterioridad a la vigencia de la ley. La prohibición de la aplicación retroactiva
de la ley se refiere a la aplicación en perjuicio del imputado; se considera, por ello, que la aplicación en su beneficio es posible. La prohibición no se
refiere a los cambios en la jurisprudencia, pues ello iría en detrimento de función interpretativa de los jueces. Solamente cuando la jurisprudencia ha
llenado un vacío legal, cumpliendo el juez funciones legislativas, puede ser aplicable dicha prohibición.
El hecho de que exista una prohibición expresa de analogía permite inferir que el juez penal sí puede servirse de otras herramientas o métodos
interpretativos. No debe entenderse, sin embargo, que se puede hacer uso de la interpretación gramatical, teleológica, sistemática o histórica para
extender abusivamente el campo de aplicación de una norma penal. Ellas sirven meramente para aclarar el contenido de la ley. A un eventual
abuso, se opone el principio de la aplicación estricta de la ley penal. La analogía tiene la función de llenar lagunas del derecho, creando con ello una
norma aplicable para un caso no previsto por la ley. Se distinguen dos tipos de analogía: la analogía legal, la cual consiste en aplicar una norma
existente a un caso semejante, y la analogía jurídica, mediante la cual se extrae de varias normas un sentido común que sirve de base a todas ellas,
para luego aplicarlo al caso no regulado. La prohibición de analogía se considera una parte del principio de legalidad, pues a través de la analogía se
Prohibición de analogía llega a sancionar una conducta atípica por el solo hecho de presentar semejanzas con una conducta típica. Se crearía con ello una norma penal,
carente de legitimación legislativa, que extiende el campo de aplicación de la ley penal. Los fines que se pretenden alcanzar mediante la
(Art 2 C.Pen) prohibición de analogía son, por consiguiente, aquellos mismos del principio de legalidad (Art. 1 C.Pen). La prohibición de analogía cubre tanto los
requisitos del tipo como las sanciones. No se podría, agravar una pena o imponer penas accesorias o medidas de seguridad por analogía. La
prohibición se aplica tanto a la parte general como a la parte especial del CP. El texto legal, por cuanto veda el uso de la analogía en perjuicio del
acusado, llamada también analogía in malam partem, permite su uso en beneficio del mismo, in bonam partem. Las consecuencias de esta
interpretación no son menos importantes. Es posible, en este sentido, extender analógicamente en beneficio del imputado p.e. las causas de
atenuación o exclusión de la pena, siempre y cuando haya una laguna del derecho. El uso de la analogía no puede ir, sin embargo, en contra del
principio de reserva de ley. Tampoco puede utilizarse en casos en los que se puede extraer de la norma que la voluntad del legislador era otra (por
ejemplo, cuando no existe una laguna legal que dé base al uso de la analogía o cuando ella fue intencional).

Este principio va de la mano con la presunción de inocencia, al disponer que ha a nadie se le hará sufrir pena, sino en virtud de sentencia firme
1.2 Principios generales dictada por autoridad competente, mediante la necesaria comprobación de culpabilidad. En sentido contrario hay que demostrar la culpabilidad
del derecho penal del imputado, porque la norma constitucional presupone un estado de inocencia en favor suyo, aunque existan indicios en contrario. El principio de
culpabilidad propiamente dicho, en Derecho penal, es el juicio de imputación personal, es decir, supone la reprochabilidad del hecho ya calificado
Culpabilidad como típico y antijurídico, fundada en el desacato del autor frente al Derecho por medio de su conducta, mediante la cual menoscaba la confianza
general en la vigencia de las normas. Parafraseando la jurisprudencia nacional, la cual a su vez ha recurrido a doctrina alemana, argentina y
(Art 30 C.pen) española, se puede decir que el delito culposo es una infracción al deber de cuidado que lleva a la realización no querida de un tipo penal. Para
sancionar un delito culposo es indispensable la existencia de un tipo culposo que sirva de fundamento. Es decir, la ley expresamente debe
sancionar la forma culposa del delito (p.e. Homicidio culposo, Art. 117; Peligro o accidente culposo, Art. 225). Tradicionalmente se ha diferenciado
dos clases de culpa: inconsciente y consciente. En la primera el sujeto no piensa o no advierte la posibilidad de realizar el tipo penal, mientras que
en la segunda el sujeto considera la posibilidad de realización del tipo penal, pero actúa con la confianza de que no se realizará.

Se desprende del artículo 28 de la Constitución Política y se interpreta como una limitación al “Ius Puniendi” del Estado, en el sentido que no puede
ser sancionada la conducta que no daña o que no pone en peligro de manera significativa un bien jurídico tutelado. Dicho en otras palabras el
Lesividad
principio de ofensividad es el parámetro constitucional que permite establecer en cuales casos se justifica la intervención del Derecho Penal, ya que
este es la última ratio.
El principio de subsidiariedad penal, o ultima ratio, establece que si la protección del conjunto de la sociedad puede producirse con medios
menos lesivos que los del Derecho Penal, habrá que prescindir de la tutela penal y utilizar el medio que con igual efectividad, sea menos grave y
contundente. De esta manera, el Derecho penal es utilizado como último recurso, exclusivamente para cuando se trate de bienes jurídicos que
no puedan ser protegidos mediante el Derecho civil, el Derecho administrativo-sancionatorio. La prisión es, desde el punto de vista político-
Subsidiaridad
criminal, el tipo de sanción que afecta de manera más grave la situación jurídica del condenado. Significa la pérdida de la libertad de tránsito, lo
que conlleva un efecto desintegrador, pues el sujeto se ve impedido de continuar su vida diaria, pierde con ello contacto con su familia y amigos
y se ve impedido de trabajar libremente. Si se aúna a ello la estigmatización que implica la privación de libertad, se comprende entonces la
dificultad de impregnar la prisión de una función rehabilitadora. De ahí que la prisión deba ser utilizada únicamente como ultima ratio.

El principio de proporcionalidad responde a la idea de evitar una utilización desmedida de las sanciones que conllevan una privación o una
restricción de la libertad, para ello se limita su uso a lo imprescindible que no es otra cosa que establecerlas e imponerlas exclusivamente para
proteger bienes jurídicos valiosos. Corresponde subrayar el límite de actuación de la ley establecido por el 28 de la Const.Pol., cuando indica que
Fragmentariedad los actos privados que no dañen a terceros quedan fuera de la acción de la ley; o a contrario sensu: sólo ante la lesión o peligro para bienes
proporcionalidad de la jurídicos protegidos por el ordenamiento es posible aplicar la ley. Es decir la ley se aplica en la medida, en la proporción o en relación, al daño o
pena peligro para el bien jurídico afectado por el delito. Hasta aquí necesidad y lesividad, dentro de la previsión objetiva y abstracta de la pena, son
los parámetros de fijación. Con respecto al principio de fragmentariedad, este señala que el derecho penal no debe castigar todas las conductas
lesivas de bienes jurídicos, sino solamente las mas graves, no se puede utilizar el Derecho penal para prohibir todas las conductas, lo cual sirve
1.2 Principios generales de pauta para el legislador en aras de que este pueda determinar si determinados hechos punibles pueden transformarse en infracciones o no.
del derecho penal

En sentido formal la ley penal debe ser aplicada por igual a todos. En Costa Rica, la ley penal debe ser aplicada a cualquier persona que comete
un delito. La única excepción a este principio la tienen las personas con inmunidad. A estas personas no se les puede seguir un proceso sin
levantar la inmunidad. La igualdad entre las partes, como un principio en el proceso penal, debe entenderse como prerrogativas que deben
gozar lo sujeto del procedimiento penal, con la finalidad de contar con las mismas oportunidades para aportar, ofrecer, materializar y desahogar
Igualdad
las pruebas, y algo importante, para poderlas debatir e impugnarlas. El debate constituye un pilar fundamental para la legitimación de dichas
prerrogativas. De tal forma, la igualdad entre las partes, permitirá que las pruebas, los estándares de suficiencia probatoria, los plazos
procesales y demás hechos tenidos por probados, se puedan realizar bajo un escenario de garantías de los derechos de las partes, evitando con
ello, una mala valoración que repercuta en una resolución de una falsa culpabilidad o inclusive de una falsa absolución

Establece que la dignidad humana es un valor jurídico que debe ser tutelado, y por lo tanto se debe tratar de resocializar al reo (ver artículos 55,
56 bis, 64, 65 y 71 del Código Penal). Es un principio jurídico que exige un contenido y extensión de las penas que no sean contrarios a la
Humanidad de la pena
dignidad personal del reo. “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes” (Declaración Universal de los
Derechos Humanos, art 5)
1.3 Aplicación del derecho
penal en el espacio
Principio de Es el punto de partida para determinar la jurisdicción nacional. Los otros principios se consideran excepciones o complementos de éste. La jurisdicción
territorialidad penal de un Estado abarca el territorio (incluyendo las aguas) sobre el cual ejerce su soberanía

Principio de la En los barcos, aviones y naves espaciales rige la jurisdicción del Estado de la bandera o pabellón que porte la nave o en el cual se encuentre oficialmente
bandera o pabellón registrado. Las mencionadas naves adquieren con ello la nacionalidad del Estado y por ello se someten también a su derecho penal

Esta regla se presenta en dos variaciones. Por un lado tenemos la nacionalidad activa, la cual da competencia al Estado de la nacionalidad del autor de
un delito, independientemente de dónde fue cometido. El derecho nacional se aplica así a los delitos cometidos por un nacional en el extranjero. Ello es
Principio de la de especial importancia en los países cuyo ordenamiento prohíbe la extradición de nacionales, para evitar que el delito quede impune. El principio de
personalidad o nacionalidad activa presenta a su vez dos variantes: la relativa, que requiere que el delito se encuentre tipificado tanto en la legislación del Estado de la
nacionalidad nacionalidad, como en la legislación del Estado donde se cometió el delito; y la absoluta, que requiere tan solo que el delito se encuentre contemplado
Principios de la norma en la primera de ellas. Del otro lado tenemos la nacionalidad pasiva, que presta atención a la nacionalidad de la víctima: el Estado estará facultado para
penal en el espacio conocer los delitos que hayan sido cometidos en perjuicio de uno de sus ciudadanos.

Ampliamente reconocido en el derecho internacional, este principio parte de la idea de que no se puede esperar que un Estado deje impunes hechos que
ataquen su integridad nacional, pues a veces el país donde éstos ocurren puede, por razones políticas o de otra índole, prescindir de su procesamiento. El
Principio real vínculo que crea el autor con su ataque hace presumible la defensa del Estado atacado, no siendo necesaria la existencia de una norma idéntica en el
Estado territorial. En muchas legislaciones se extiende este principio para proteger los bienes jurídicos nacionales. Sin embargo, esta versión difícilmente
se encuentra en armonía con el principio internacional de no intervención.

Permite la persecución de delitos extraterritoriales, sin importar el lugar donde fueran cometidos o la nacionalidad de las personas involucradas. Su
Principio mundial o de persecución no requiere de la existencia de una norma idéntica en el lugar de los hechos porque se trata de delitos que atañen derechos humanos
la jurisdicción básicos, cuya protección incumbe no solo a un Estado, sino a la comunidad de Estados y a la Humanidad. Las normas del CP son complementadas,
universal especialmente en este campo, por múltiples tratados internacionales y tratados bilaterales que deberán tenerse en consideración a la hora de evaluar el
caso concreto.
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ormativa/Normas/nrm_texto_completo.asp
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Territorialidad
(Art 4)

Sentencias
extranjeras con
Extraterritorialidad
valor de cosa
juzgada (Art 5)
(Art 10)

Sin valor de cosa


Posibilidad de
juzgada la
incoar proceso
sentencia 1.3 Aplicación del
por hechos
extranjera en los derecho penal en
punibles
delitos el espacio
cometidos en el
mencionados (Art 4 – 10 C.Pen) extranjero
anteriormente
(Art 6)
(Art 9)

Cuando pueden
Aplicación de la
ver perseguidos
Ley penal para
los delitos
actos de
mencionados
terrorismo
anteriormente
(Art 6 bis)
(Art 8)
Delitos
Internacionales
(Art 7)
La soberanía del Estado no equivale a su territorio. De la misma forma, el principio de territorialidad, contemplado en el Art. 4 no es
absoluto, sino que presenta excepciones que extienden el campo de aplicación del derecho penal nacional (extraterritorialidad). Ellas
se encuentran tanto en el mismo Art. 4 (principio de la bandera), como en los artículos subsiguientes. La aplicación extraterritorial de
Notas previas
las leyes penales ocasiona colisiones de ordenamientos jurídicos, siendo posible que la jurisdicción de más de un Estado esté
legitimada para conocer el caso. Estas excepciones son aceptadas, sin embargo, como medio para aspirar a una mayor protección de
los bienes jurídicos nacionales o bien para impedir la impunidad en casos especiales, como los delitos internacionales.

Este Art.4 regula el llamado principio de territorialidad, según el cual un Estado ejerce sus potestades sancionatorias sobre los hechos
1.3 Aplicación del derecho que hayan ocurrido en el territorio de su soberanía, así como el principio de la bandera. La ley penal se aplicará a quien cometa un
penal en el espacio hecho punible en el territorio nacional. La "ley penal" es tanto el C.Pen como las leyes formales del derecho penal accesorio y las
normas infralegales que complementen leyes penales en blanco. "Cometer", en este sentido, hace referencia al Art. 20, el cual
(Art 4 – 10 C.Pen)
establece a su vez dos criterios sobre el lugar de comisión (u omisión): ahí donde se desarrolló la actividad, o donde ella produjo o
debió producir su resultado. Bajo "hecho punible" debe entenderse tanto delitos como contravenciones. El "territorio de la República"
es aquel estipulado por los arts. 5 y 6 COPOL. Conforme a este último, el mar territorial comprende una distancia de doce millas a partir
de la línea de baja mar a lo largo de sus costas. Aguas más allá del mar territorial, aunque Costa Rica goce privilegios exclusivos, se
encuentran fuera del campo de acción de la ley penal nacional (a menos que ésta obtenga su competencia de una excepción al
principio de territorialidad). El espacio aéreo que se encuentra sobre el mar territorial, la tierra firme e insular es parte de la jurisdicción
Territorialidad penal costarricense. Verticalmente, la soberanía encuentra sus límites en el universo, el cual se considera perteneciente a todos (res
(Art 4) communis omnium).
El artículo también contempla el llamado principio de la bandera o del pabellón: el Estado extiende la aplicación de su ley penal a los
hecho cometidos a bordo de una nave o aeronave nacional, sin importar dónde se encuentre (una excepción o extensión del principio
de territorialidad) o la nacionalidad del autor o la víctima. Se considera que la nave posee nacionalidad costarricense si se encuentra
inscrita en los registros nacionales.
Al respecto debe tomarse en cuenta lo establecido en el Art. 27 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar,
según el cual el Estado ribereño podrá ejercer su jurisdicción sobre barcos que se encuentren en su mar territorial cuando el delito
cometido a bordo tenga consecuencias en el Estado, cuando perturbe su paz o su mar territorial, cuando el capitán o el Estado del
pabellón del buque lo soliciten o cuando sea necesario para la represión del tráfico ilícito de estupefacientes o de sustancias
sicotrópicas.
La norma, como su encabezado lo afirma, contiene unas primeras regulaciones sobre la aplicación extraterritorial de la
legislación penal costarricense. El principio real se encuentra regulado en su inciso primero. Se trata, dice expresamente, de
proteger la seguridad y la economía nacional. No debe considerarse que la norma haga una remisión a los delitos enumerados
bajo el Título XI del Código (Delitos contra la Seguridad de la Nación). Por ello resulta en vano hacerse a la búsqueda de un título
de "Delitos contra la Economía de la Nación". Para interpretar la norma, resulta inapropiado hacer un listado de los delitos que
atentan contra la seguridad o la economía. Más bien, el hecho, por su naturaleza y gravedad incide en la seguridad o la
economía de forma grave. La seguridad interior involucra la acción de sujetos o grupos nacionales (p.e. acciones destinadas a
provocar una guerra civil, terrorismo, etc.); la seguridad exterior involucra a potencias externas (p.e. guerra, espionaje). No es
necesario que el hecho sea punible en el lugar donde fue cometido, pues el principio real pretende garantizar una cierta
"defensa propia" al Estado frente a actos que atenten en su contra. De ahí que solo sea relevante su tipicidad según las leyes
nacionales. Marco Aurelio Odio externa la importancia del principio real o de protección con las siguientes palabras: "El Estado
en ejercicio de su soberanía asume el conocimiento de los hechos punibles que atentan la existencia misma del Estado o sería
una invasión bélica o también contra aquellos hechos que atentan contra el orden interno, y fundamentalmente contra su
1.3 Aplicación del derecho penal economía. Así por ejemplo, […] aquellos hechos de fabricación de bonos en el extranjero, pero que van a tener efectos
Extraterritorialidad perjudiciales para el fisco, o que son bonos que [no] emite el Estado y que a imitación de los auténticos los confeccionan en el
en el espacio
(Art 5) extranjero y luego los hacen girar dentro del país." El inciso segundo, a pesar de parecer una variante más del principio real, no
(Art 4 – 10 C.Pen) debe confundirse con éste. Los hechos punibles cometidos contra la Administración Pública pueden dejar intacta la integridad
nacional. Asimismo, este segundo supuesto no aspira a la protección de un determinado bien jurídico nacional, sino de un
sujeto, la Administración Pública. Tampoco debe confundirse con el principio de nacionalidad activa: como queda expresamente
claro en la norma, es irrelevante si la persona es costarricense o no. Haciendo una interpretación sistemática, debe entenderse
por Administración Pública al Estado y los demás entes públicos (Art. 1 de la Ley General de la Administración Pública). La misma
ley también define en su Art. 111 LGAP el concepto de funcionario público como "la persona que presta servicios a la
Administración o a nombre y por cuenta de ésta, como parte de su organización, en virtud de un acto válido y eficaz de
investidura, con entera independencia del carácter imperativo, representativo, remunerado, permanente o público de la
actividad respectiva." Es incorrecto, sin embargo, hacer una interpretación completamente formalista, que ponga demasiado
peso en el ligamen formal con la Administración. La jurisprudencia ha aceptado un concepto objetivo de funcionario público, el
cual presta importancia al desempeño de una función pública, sin importar el ligamen formal que el sujeto guarde con la
Administración. (V. 208 del 10/06/1994, SaTe) Muy similar es la opinión de un sector de la doctrina argentina, para el cual el
funcionario público es aquel que "participa o cumple una función pública", lo que se da cuando el Estado delega en la persona,
de iure o de facto, la facultad de realizar una tarea en la Administración Pública.
Al igual que el Art. 5, este trata el tema de la extraterritorialidad de la ley penal costarricense. Mientras que en el primero se guardaba la
seguridad y la economía nacional (principio real), así como la Administración Pública, el Art. 6 establece el principio de nacionalidad o
personalidad activa (inc. 2 y 4) y pasiva (inc. 3). Previo a la reforma de 2009, el Art. solo contenía una forma restringida de criminalización
activa en su inc. 2., que no alcanzaba hechos cometidos por costarricenses en el extranjero. El legislador ha correctamente llenado esa
laguna. El inciso primero nos recuerda al Art. 20 inc. b), según el cual "El hecho se considera cometido: […] b) En el lugar en que se produjo o
debió producirse el resultado." Véase, por ello, Art. 20. Puede, por el momento, decirse que un hecho que produzca o pueda producir sus
resultados en Costa Rica se considera como si fuera cometido en el territorio nacional y, por lo tanto, incluido en el campo de aplicación del
principio de territorialidad. El inciso segundo no es en sentido estricto una expresión del principio de nacionalidad, pues no establece que la
persona al servicio de Costa Rica debe ser costarricense. La norma habla de "personas al servicio de Costa Rica". Entendemos como tal al
funcionario o servidor público, conforme a lo expresado supra (Art. 5). Extender la aplicación de la norma a cualquier persona que prestase
un servicio a Costa Rica sería desproporcionado y contrario al mandato lex certa (Art. 1). La persona no debió haber sido juzgado en el lugar
de comisión del hecho (Art. 20) a causa de su inmunidad diplomática o funcional. El artículo se refiere a todo tipo de hecho punible o, por
decirlo más claro, no se limita a los delitos que pudieran ser cometidos haciendo uso de un cargo o función. La inmunidad del servidor debió
Posibilidad de incoar proceso por haber sido la única razón por la cual la persona no fue juzgada en el lugar de comisión del delito. Si existen otros motivos (p.e. prescripción) o
hechos punibles cometidos en el bien, el hecho no se encuentra tipificado en ambas legislaciones (doble incriminación), no podrá ser juzgado por los tribunales nacionales. El
extranjero tercer inciso es una manifestación de la protección que el Estado da a sus ciudadanos en el extranjero. Se trata del principio de nacionalidad
(Art 6) o personalidad pasiva. La víctima debió haber sido, al momento de los hechos, de nacionalidad costarricense. El título II de la COPOL (Art. 13
ss.) establece quien es costarricense. La adquisición posterior de la nacionalidad no habilita la persecución del hecho. Los hechos cometidos
contra una persona jurídica costarricense entran en consideración. Es opinable si debe exigirse la doble incriminación del hecho: una parte
de la doctrina sostiene que ella sí es necesaria para evitar roces con el principio de culpabilidad, ya que el autor, por ser extranjero, no
necesariamente conoce el ordenamiento jurídico nacional y hasta es posible que ignore la nacionalidad de la víctima. El legislador, sin
embargo, expresa en esta regulación desconfianza ante las legislaciones extranjeras y se inclina por proteger a sus ciudadanos. La protección
alcanza así lugares donde ningún Estado ejerce soberanía (los polos, el espacio, naves en altamar sin bandera) o situaciones de conflicto
interno que asimilen la inexistencia de un Estado. La doble incriminación no es, por lo tanto, un requisito para la punición del hecho. Cuando
el autor es extranjero, es posible recurrir a la figura del error de derecho (Art. 35) para evitar roces con el principio de culpabilidad. El cuarto
1.3 Aplicación del derecho penal en inciso, adicionado hace poco tiempo, llena un laguna que existía en el CP. Se trata del principio de nacionalidad o personalidad activa, según
el espacio el cual los tribunales nacionales tendrán competencia en cuanto a hechos cometidos en el extranjero, siempre y cuando el autor sea
costarricense. Esto impide que el Art. 32 Copol (Ningún costarricense podrá ser compelido a abandonar el territorio nacional) sirva para dejar
(Art 4 – 10 C.Pen) impunes hechos realizados en el extranjero. El autor debió haber sido costarricense al momento de los hechos. Véase Art. 3-a de la Ley
Extradición.

Este Art. llena la laguna que puede surgir cuando el autor de un hecho punible huye de un Estado extranjero para escapar la punición. Si por
algún motivo, sea jurídico o material, dicho autor no puede ser extraditado al otro Estado, entonces el presente articulo permite al Estado
costarricense juzgar al sujeto. Se parte, claro está, de que se trata de uno de los delitos enunciados en la misma norma. En estos casos, el
Estado costarricense juzga "en representación" del Estado que está impedido de hacerlo, por no estar el sujeto en su territorio nacional.
Nótese que la aplicación de este articulo solo entra en consideración cuando los otros principios (territorialidad, bandera, personalidad, etc.)
Aplicación de la Ley penal para no le den competencia a los tribunales costarricenses. Este juzgamiento en representación de otro Estado se conoce en el derecho
actos de terrorismo internacional como “aut dedere aut” indicare, que se traduce en "o dar, o juzgar". Como se trata de una actuación en representación de otro
Estado, es necesario que el otro Estado esté de acuerdo en juzgar al sujeto, lo que se hace evidente en la solicitud de extradición. De no estar
(Art 6 bis) de acuerdo el Estado extranjero, podría lesionarse el principio de no intervención, ya que el Estado nacional actuaría no en representación, si
no por competencia original, y juzgaría bajo esta condición hechos sucedidos en el Estado extranjero. En cierta forma, el Art. parece estar de
sobra pues, si se acude al Art. 7, tenemos que el Estado costarricense tendrá la competencia respecto a actos de terrorismo,
independientemente de las disposiciones vigentes en el lugar de comisión del hecho. Si, como dice el título del presente Art., los delitos
enumerados en ella son actos de terrorismo, entonces la lógica dice que ellos también estarían cubiertos por el Art. 7. En cuanto a motivos
para denegar la extradición, véase Art. 3 de la Ley de Extradición.
El Art. 7 contiene el llamado principio mundial o de la jurisdicción universal. La aplicación de la ley costarricense a los casos enunciados
en la norma no se deriva de un punto de conexión con el Estado, como la nacionalidad de uno de los involucrados, la protección de
bienes jurídicos nacionales o los efectos que pueda producir el hecho en el país, sino del interés común de seguridad de todos los
Estados o bien de la necesidad de proteger ciertos bienes jurídicos reconocidos universalmente. Es controversial la manera de
determinar cuáles son dichos bienes jurídicos. Puede ser una determinación formal, abarcando entonces los bienes que hayan sido
reconocidos como tales en tratados internacionales y la ley, o material, siendo de relevancia que el hecho afecte o ponga en peligro
bienes jurídicos colectivos o universales y con ello la paz y seguridad de la Humanidad. La norma renuncia expresamente a la doble
incriminación del hecho punible, así como a aspectos relativos a la nacionalidad del autor y de la víctima (aunque no se diga
expresamente respecto a la víctima, una interpretación teleológica de la norma lo deja en claro). La norma enumera luego los delitos
que caen dentro de la jurisdicción universal: actos de terrorismo (Art. 6 bis), piratería (Art. 258 y 259), genocidio (Art. 375),
Delitos Internacionales falsificación de moneda y otros valores (Art. 366 y 368; excluidos de la aplicación de este artículo queda la circulación de moneda falsa
(Art 7) recibida de buena fe, Art. 367.; y la tenencia de instrumentos de falsificación, Art. 372), trata de esclavos, mujeres o niños (delitos de
carácter internacional, Art. 374), delitos sexuales contra menores de edad (Art. 156 ss.), tráfico de estupefacientes (Art. 374; véase
también la Ley sobre Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas, Drogas de Uso No Autorizado y Actividades Conexas), tráfico de
publicaciones obscenas (difusión de pornografía Art. 174; fabricación, producción o reproducción de pornografía Art. 173, párrafo
segundo). En cuanto a los hechos punibles cometidos contra los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario,
consideramos que la interpretación de los conceptos debe ser estricta. Nótese que una interpretación amplia sería desmesurada e
implicaría, por ejemplo, que los delitos contra el honor y contra la propiedad se encuentren abarcados, por violar derechos humanos
1.3 Aplicación del derecho contemplados en la Convención Interamericana de Derechos Humanos (Art. 11 y 21). Un ámbito tan amplio de aplicación socavaría la
penal en el espacio finalidad misma de la norma e iría en detrimento del principio de no intervención del Derecho Internacional. Se debe restringir, por
ello, a los delitos enumerados bajo el Título XVII del Código (Delitos contra los Derechos Humanos) y a aquellos que constituyen una
(Art 4 – 10 C.Pen) amenaza para la paz, la seguridad y el bienestar de la humanidad, según el preámbulo Estatuto de Roma.

Véase Art. 16, 17, 18, 19, 72, 75 CPP. Lo estipulado por la norma debe concordarse con la normativa del CPP actual, el cual entró en
Cuando pueden ver vigor unos 25 años después de la entrada en vigor del CP. La acción contra los delitos a los que se refiere el Art. 5 debe ser promovida
perseguidos los delitos por el Ministerio Público y puede serlo también por la Procuraduría General de la República, atendiendo a lo previsto en el Art. 16
mencionados anteriormente CPP. Naturalmente, el imputado debe encontrarse en Costa Rica para efecto de ser procesado. Lo mismo sucede con los delitos
contemplados en los Art. 6 y 7. El último párrafo pierde su sentido con la entrada del CPP actual. En los casos contemplados por los
(Art 8) Art. 6 y 7, la acción puede ser promovida tanto por el Ministerio Público (Art. 16 CPP) como por un querellante privado (Art. 19, 72, 75
CPP), según corresponda.
El principio ne bis in idem pretende que una persona que fue condenada por un hecho no sea posteriormente juzgada y
condenada por ese mismo hecho. Ello podría llevar a pensar que cuando una persona es condenada por un hecho en un país,
otro país no podría juzgarla por el mismo. Sin embargo, el ne bis in idem no se encuentra reconocido como principio del derecho
internacional y por lo tanto no puede regir las relaciones interestatales en este sentido. Así, por ejemplo, el Pacto Internacional
de Derechos Civiles y Políticos estipula en su artículo 14.7 que "Nadie podrá ser juzgado ni sancionado por un delito por el cual
haya sido ya condenado o absuelto por una sentencia firme de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país". Más
categórica a favor del principio es la Convención Interamericana de Derechos Humanos, la cual dice en su Art. 8.4 que "El
inculpado absuelto por una sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos." Sin embargo, la
misma Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoce la relatividad del principio ne bis in idem. La presente norma se
Sin valor de cosa juzgada la inspiró en una semejante del Código Penal Tipo para Latinoamérica. La discusión que se dio en el seno de la comisión redactora
sentencia extranjera en los delitos sirve para dar luz sobre su contenido. La opinión que se impuso en ella fue la de Soler, quien explica el Art. de la siguiente
mencionados anteriormente forma: "a) En todos los casos en que es procedente la aplicación de la ley nacional en virtud de los principios territorial y real o
(Art 9) de defensa, la sentencia extranjera no hace cosa juzgada; b) En todos los casos en que es procedente la aplicación de la ley
nacional sólo en virtud de los principios personal o universal, y en todos en los que no es procedente la aplicación de la ley
nacional, la sentencia extranjera hace cosa juzgada; c) Cuando en cualquiera de los casos que se relacionan sub a) y sub b) el reo
ha cumplido una pena en el extranjero, dicha pena […] se computa, si la pena es semejante a la que correspondería aplicar en el
país, y disminuye la pena que correspondería aplicar en el país cuando es diferente.“ No se aplica a medidas de seguridad. La
pena, cumplida en su totalidad o solo parcialmente podrá descontarse (completamente) de la pena impuesta en Costa Rica. La
prisión preventiva también deberá ser descontada si no se llegó a dictar sentencia definitiva, de conformidad con el Art. 484
CPP. En los casos en los que la pena nacional y la extranjera sean de diferente naturaleza, corresponderá al juez descontar
prudentemente la una a la otra. Naturalmente, es posible que la pena impuesta en el extranjero exceda a aquella dictada por
1.3 Aplicación del derecho penal en los tribunales nacionales, en cuyo caso se tiene por cumplida.
el espacio
(Art 4 – 10 C.Pen)
Este Art., que sin duda fue inspirado en el Art. 6° del CPT, presenta algunos problemas que no habrían surgido de haberse
adoptado la norma original. Según parece, las sentencias absolutorias extranjeras que se refieran al Art.6° tendrán valor de cosa
juzgada en el país. Sin embargo, al concordar el inciso 1) de dicho Art. con los Art. 4° y 20 inc. b) se hace evidente la confusión,
pues los hechos que produzcan o puedan producir sus efectos en el territorio nacional deben considerarse como cometidos en
él e incluidos por el principio de territorialidad. Según el Art. 9°, las sentencias penales extranjeras que se pronuncien sobre los
delitos señalados en el Art. 4º (principio de territorialidad) no tendrán valor de cosa juzgada. Considerando las fuentes históricas
que sirvieron de inspiración al CP y la voluntad del legislador, el cual pretende conservar el principio de territorialidad en el Art.
9°, debe interpretarse que las sentencias penales referidas al Art. 6° inc. 1) no tienen valor de cosa juzgada. Igualmente, si
Sentencias extranjeras con valor de alguno de los hechos enumerados en el Art. 7° fuese cometido en Costa Rica, la prioridad la conserva el Art. 4° y por ello sería
cosa juzgada nuevamente aplicable el Art. 9°. Además, es debatible si el presente Art. también debería aplicarse al caso señalado por el inc.3)
(Art 10) del Art. 6°, pues con ello se dejaría (en lo concerniente) la protección de los costarricenses a manos de los tribunales
extranjeros, lo que podría tener roces con la Constitución Política (Art. 41 COPOL). La gravedad de aceptar una interpretación
literal se multiplica si se considera que la sentencia extranjera absolutoria tendría valor de cosa juzgada para todos los efectos
legales, es decir, tanto penales como civiles. Sin embargo, esa pareció ser la voluntad de los redactores del CPT, expresada por
Soler (véase Art. 9°). En cuanto a las sentencias condenatorias, la opinión de Soler aclara nuevamente la interpretación que
corresponde (véase Art. 9°), con el resultado de que todas las sentencias condenatorias tienen carácter de cosa juzgada,
exceptuando aquellas que se refieran a los Art. 4° y 5°, de acuerdo al Art. 9°. El procedimiento de revisión de sentencia queda
abierto para todas las sentencias condenatorias. Por supuesto y como expresamente dice el Art., las condenatorias servirán
también para determinar la existencia de reincidencia y habitualidad.
1.3 Aplicación del
derecho penal en el
tiempo
La normativa sobre la aplicación temporal de la ley penal se encuentra relacionada con el principio de irretroactividad de la ley y el
de lex previa (Art. 1). Pretende establecer los márgenes temporales de aplicación de la norma penal, así como disipar las
Época de vigencia de la ley controversias que puedan surgir en casos particulares. Se trata de casos en los que hay dos o más leyes penales, promulgadas en
penal distintos momentos, que podrían ser aplicadas al mismo hecho. En el lenguaje del CP se utiliza la expresión "hechos punibles" para
englobar tanto delitos como contravenciones. El momento decisivo para la determinación de la ley aplicable es aquel de la
(Art 11) comisión del hecho (Art. 19). Esto concuerda con lo plasmado en el principio de legalidad (Art. 1), en vista a que el autor del hecho
debió motivarse conforme a la norma vigente en la época de comisión o, en otras palabras, no podría haberse comportado según
las normas promulgadas con posterioridad.

La norma se diferencia poco de la propuesta del CPT. La propuesta agrega una frase más al final del Art. "Pero no se podrá recurrir
a leyes correspondientes a diversas épocas para lograr con su aplicación conjunta regla más favorable" (Art. 8 CPT). Si bien esta
excepción es razonable, también es innecesario enunciarla expresamente pues aplicar conjuntamente normas de distintas épocas
1.3 Aplicación del derecho llevaría en realidad a la creación de una tercera norma que se estaría ideando para el caso particular. La norma postula la
penal en el tiempo aplicación retroactiva de una norma. Ello no contraría el Art. 39 COPOL por tratarse de una norma más beneficiosa para el sujeto.
En el fondo, el Art. se fundamenta en la idea de que un cambio en la normativa expresa a la vez un cambio en la valoración que el
(Art 11 – 15 C.Pen)
legislador hace de la conducta en cuestión lo que se entendería como un cambio en la valoración social del hecho si se atiende a la
representatividad democrática con que funge el legislador (Véase también el Art. 9 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Hay dos puntos que merecen análisis: qué se debe entender por "nueva ley" y, por otro lado, cuál es la ley más
favorable. En cuanto al primer punto, la promulgación de una nueva ley a la que hace referencia el texto debe equipararse a la
entrada en vigencia de la misma, pues una ley no puede surtir efectos antes de ese momento. Dentro del término "ley" debe
incluirse, aunque no se trate de una ley en sentido estricto, las normas que den contenido a las leyes penales en blanco. Más
controvertido es el caso de los cambios en la jurisprudencia. ¿Deben entenderse éstos como una nueva ley? La Ley Orgánica del
Poder Judicial establece que "Los principios generales del derecho y la jurisprudencia servirán para interpretar, integrar y delimitar
Ley posterior a la comisión de el campo de aplicación del ordenamiento escrito y tendrán el rango de la norma que interpreten, integren o delimiten. Cuando se
un hecho punible trate de suplir la ausencia y no la insuficiencia de las disposiciones que regulen una materia, dichas fuentes tendrán rango de ley"
(Art 12) (Art. 5 LOPJ). Entendemos entonces que la jurisprudencia, en tanto llene un vacío legal, debe incluirse bajo el concepto de "nueva
ley". De manera similar fue tratado el punto en el comentario al Art. 1, cuando se dijo que la jurisprudencia también debería estar
sometida a la prohibición de la aplicación retroactiva si viene a llenar un vacío legal. Otra posibilidad sería dejar por fuera a la
jurisprudencia por razones de seguridad jurídica. Ello sería conveniente en casos de jurisprudencias contradictorias, sea por
proceder de distintas autoridades o por incongruencias dentro de la jurisprudencia de un mismo tribunal. La existencia de varios
tribunales ejerciendo su función interpretativa al mismo tiempo (lo que no sucede en la rama legislativa, donde solo hay una
Asamblea Legislativa) eleva el riesgo. En cuanto a cuál es la ley que debe considerarse más favorable, el problema es sencillo si la
norma ha sido derogada: el hecho deja de ser punible y por ello procede la absolutoria del reo. La dificultad sobreviene cuando los
cambios hechos por la nueva ley son más sutiles: cambios en el tipo de pena o en los extremos de la pena, la combinación de
elementos favorables y desfavorables, etc. En este punto, la doctrina se inclina por hacer una comparación hipotética-objetiva
entre las normas aplicadas al caso concreto: el juzgador deberá utilizar los criterios legales para la fijación de la pena (Art. 71 ss.)
como si fuera a aplicar cada una de las leyes al caso concreto y a partir de ello determinar cuál sería más benigna. Se trata de un
criterio objetivo ya que no es la opinión de una de las partes la que se impone. Si el reo prefiere, por ejemplo, una pena corta de
prisión a una multa cuantiosa, el juez deberá aun así condenar al pago de la multa, pues la pena de prisión es objetivamente más
gravosa que la multa
Ley emitida antes del El art 13 CP establece "Si la promulgación de la nueva ley cuya aplicación resulta más favorable al reo, se produjere antes del
cumplimiento de la condena cumplimiento de la condena, deberá el Tribunal competente modificar la sentencia, de acuerdo con las disposiciones de la nueva ley".
Los razonamientos expuestos al analizar el Art. 12 son aplicables en su mayoría a esta norma. Importante es tan solo señalar que la
(Art 13 C.Pen) condena (sus consecuencias jurídicas) debe estar aún surtiendo efecto.

La ley temporal, aquella que restringe su vigencia a un plazo determinado, goza de ultractividad en los casos acontecidos durante su
Ley temporal período de vigencia. Esto es una reafirmación del Art. 11 y una excepción a la regla establecida en el Art. 12, pues quiere decir que la
ley, aunque sea más gravosa para el reo, continuará surtiendo efectos luego de que su plazo de vigencia haya expirado y aún si una ley
1.3 Aplicación del derecho (Art 14 C.Pen) posterior más beneficiosa pudiera aplicarse. La ultractividad de la ley temporal es justificada por la mayor gravedad del hecho
penal en el tiempo cometido durante la situación anormal que justificó la promulgación de la ley (guerra, epidemia, desastre natural, etc.).
(Art 11 – 15 C.Pen)

La inclusión de esta norma, extraña al CPT, fue justificada arguyendo que "[l]a diferencia fundamental entre penas que tienen todavía
un carácter de sanción y medidas de seguridad que procuran la rehabilitación del infractor, hacen [sic] indispensable el concepto
contenido en este artículo ya que indica al juez la posibilidad de aplicar éstas últimas en forma flexible."
En cuanto a medidas de El fundamento de la diferenciación entre pena y medida de seguridad yace en la conexión que existe entre la pena y la culpa del autor.
seguridad La pena se convierte en expresión de la falta de motivación del autor por guiarse conforme a los preceptos legales vigentes. La culpa
es esencial para la imposición de una pena.
(Art 15 C.Pen)
Las medidas de seguridad, por el otro lado, no tienen por referente la culpa del autor. De hecho, la necesidad de imponer una medida
de seguridad surge a causa de problemas en la imputabilidad del reo, que ocasionan que éste no pueda actuar conforme a la ley. La
finalidad de la medida de seguridad es más bien evitar un peligro y, de ser posible, el tratamiento curativo del reo. Por esta razón, el
principio de prohibición de la aplicación retroactiva de la ley deja de ser aplicado.
1.4 Aplicación de la
ley penal a las
personas
Todos los habitantes del país deben obedecer la ley penal. Las dos excepciones, si bien parecieran referirse a la aplicación del derecho
sustantivo, en realidad representan situaciones de carácter procesal. Es decir, los jefes de Estado, funcionarios públicos y demás deben
abstenerse de infringir normas penales. De hacerlo, no podrán ser juzgados por los tribunales nacionales a menos que pierdan la
inmunidad.

En el caso del aparte 1), éste se encuentra también regulado por normativa internacional, entre ella la Convención de Viena sobre
Relaciones Diplomáticas de 1961 y el Código de Derecho Internacional Privado de 1928 (Código Bustamante) y tratados bilaterales. En
general, la inmunidad se extiende a los jefes de Estado, jefes de gobierno, ministros de relaciones exteriores, el personal de las
misiones diplomáticas y las oficinas consulares, las organizaciones internacionales y sus funcionarios y los miembros de fuerzas
1.4 Aplicación de la ley armadas. En particular, sin embargo, debe atenderse al caso específico y la normativa aplicable. Nótese, por ejemplo, que las
penal a las personas Comentario organizaciones internacionales también pueden estar incluidas (a pesar de no representar un Estado extranjero).
(Art 16 C.Pen)
El segundo caso es el de los funcionarios públicos que gocen de inmunidad. Como el texto deja claro, la inmunidad debe proceder de
la Constitución Política. Así también lo establece el Art. 391 CPP. Funcionarios con inmunidad son el presidente, los vicepresidentes
(Art. 151 Copol), otros miembros de los miembros de los Supremos Poderes (magistrados, ministros de gobierno y diputados; no así
los magistrados suplentes o los viceministros), los ministros diplomáticos, el contralor y el subcontralor general de la República (Art.
121-9 y 183 COPOL; 401 CPP).

Las opiniones que emita un diputado en la Asamblea Legislativa quedan fuera del alcance de la ley penal por mandato constitucional.
Aun si el diputado renuncia o pierde su inmunidad, las opiniones que haya emitido en la Asamblea durante su mandato no podrán dar
fundamento a un proceso penal en su contra (Art. 110 COPOL)
1.5 Aplicación de la
ley penal por la
materia
En su versión original, el CP se aplicaba a partir de los diecisiete años. La edad se elevó a 18 años, cuando la persona ya es mayor de
Comentario edad. La redacción actual del Art. excluye además la posibilidad responsabilizar penalmente a las personas jurídicas. A las personas
menores de 18 años se les aplica las disposiciones de la Ley de Justicia Penal Juvenil.

1.5 Aplicación de la ley EDAD AL MOMENTO DE LOS HECHOS: "Como único motivo del procedimiento de revisión, plantea el imputado R. N. S., que su persona
fue sentenciada a cuatro meses de prisión, por haber cometido el delito de evasión en perjuicio de La Administración de Justicia,
penal por la materia
fijándose como fecha del hecho el 21 de enero de 1985, siendo que en esa época era menor de dieciocho años, por lo que al ser la edad
(Art 17 C.Pen) penal dieciocho años según la reforma al artículo 17 del Código Penal, debe anularse la sentencia condenatoria y aplicársele la norma
más favorable. El motivo es procedente. Esta cámara luego del estudio de la sentencia […] determina, que efectivamente el imputado R.
N. S. para la época de los hechos 21 de enero de 1985 y de su juzgamiento, no contaba con dieciocho años sino diecisiete años y unos
meses, de modo tal que al entrar en vigencia la reforma que se efectuó al artículo 17 del Código Penal, por Ley N° 7383 del 16 de marzo
de 1994, la cual fijó la edad en dieciocho años como mínimo para aplicarles el Código Penal según la legislación de adultos y la Ley de
Jurisprudencia
Justicia Penal Juvenil N° 7576 del 8 de marzo de 1996, en su artículo primero fijó su competencia para las personas con menos de
dieciocho años, entonces tenemos que el sentenciado efectivamente resultó beneficiado con la promulgación de las Leyes 7383 y 7576,
las cuales en concordancia con el artículo 90 de la Constitución Política, que indica que la edad para adquirir la ciudadanía como
conjunto de deberes y derechos es de dieciocho años concluimos, que el sentenciado N. S. en la actualidad no debe ser considerado
como juzgado legítimamente, al haberse promulgado una ley que lo excluyó como mayor para la época de los hechos y tampoco
procedería emitir un testimonio de piezas para ser juzgado como menor, por cuanto los hechos según la legislación penal juvenil y la Ley
Tutelar de Menores vigente a la época de los hechos, tenía competencia para juzgar a los menores hasta los diecisiete años. Por lo
expuesto, se declara con lugar el procedimiento de revisión […]" (V. 5 del 18/01/2002, TCP)
2. El hecho punible
según normativa y
jurisprudencia aplicable
2.1 Forma, lugar y
tiempo del hecho
punible
Forma del
hecho
punible
(Art 18)

2.1 Forma,
lugar y
tiempo del
hecho
punible
Lugar del Tiempo del
hecho Hecho
punible Punible
(Art 20) (Art 19)
El punto de partida del derecho penal es una conducta humana, ya sea acción u omisión, que infringe la letra de una norma penal. Esto debido a que el CP
sigue la línea del derecho penal del hecho (o del acto), que vincula la reacción punitiva a un hecho (o conducta) típico. En oposición a éste se encuentra el
derecho penal de autor, el cual vincula la reacción punitiva del Estado a la personalidad del autor, a su modo de ser o estilo de vida. Los Art. 40 y 41 parecen
ser un remanente de dicho discurso. El concepto de acción ha evolucionado a través del tiempo. Entre sus conceptualizaciones se encuentra la naturalista o
causal, que toma en consideración la modificación en el mundo exterior; la social, para la cual una acción debe ser socialmente relevante; el concepto
negativo de acción, que reprocha al autor no haber evitado el resultado; y la finalista que, por ser la prevaleciente en la jurisprudencia nacional, se pasa a
estudiar con más detalle. Desarrollado originalmente por Welzel, el concepto final de acción distingue dos elementos o fases de una conducta, uno externo y
uno interno. El elemento interno se desarrolla en el pensamiento del autor y comprende establecer un fin u objetivo, la selección de los medios que llevarán a
la consecución de dicho fin y consideración de las consecuencias, diferentes al fin original, que serán causadas por la acción. El elemento externo es la puesta
en marcha del plan para causar el resultado. El carácter final de la acción, según Welzel, se basa en "que el hombre, gracias a su saber causal, puede prever en
cierta medida las posibles consecuencias de su actuación, fijarse por ello diversos objetivos y dirigir planificadamente su actuación a la consecución de esos
objetivos". La acción, al estar permeada por la finalidad, se distingue del simple movimiento corporal o del cambio ocurrido en el mundo. Para determinar la
unidad de la acción debe observarse por un lado la voluntad del autor, la finalidad que persigue con su acto, y por otro el factor normativo, es decir, el tipo o
los tipos que se han vulnerado. Una sola acción puede violar varios tipos penales (concurso ideal de delitos Art. 21). La realización de un hecho punible
también puede acontecer a través de una omisión. El Art. 18 regula tanto la omisión propia (primera oración), como la impropia (también llamada comisión
por omisión, segunda oración). Se está frente a una omisión propia cuando la ley expresamente sanciona a una persona por abstenerse de actuar. En este
caso, la ley crea un deber de actuar ante ciertas circunstancias. Ejemplos son los Art. 144, 185, 187 y 393 CP. La omisión impropia, un tema que ha dado pie a
mucha discusión en la doctrina, ocurre cuando el resultado de la omisión es equivalente al de una acción que se encuentra sancionada en una norma
prohibitiva.
La omisión cuenta con los siguientes requisitos de tipicidad: 1- Tienen que presentarse las circunstancias típicas que generan la obligación legal de actuar. En el
caso de las omisiones impropias debe haber una situación de peligro para el bien jurídico que el autor puede evitar a través de su actuar; 2- Tiene que ser una
Forma del hecho punible verdadera omisión, lo que significa que el autor tuvo la posibilidad de hacer algo. El actuar es exigible tan pronto represente una posibilidad de salvar el bien
Comentario jurídico. Todas las posibilidades deben ser utilizadas, siempre que sea razonablemente exigible. Esto significa que el obligado debió tener la posibilidad
(Art 18) objetiva de reconocer el peligro y los medios para evitarlo. También implica que no está obligado a lo irrazonable (p.e. afectar gravemente sus intereses); 3- El
autor debe estar obligado a actuar. Esto lo determina el tipo penal en el caso de las omisiones propias y la posición de garante en el de las impropias; 4- Los
deberes impuestos por el tipo penal no necesariamente deben ser cumplidos de manera personal por el obligado. Así, por ejemplo, el salvamento puede ser
cumplido a través de un tercero (p.e. un médico). El obligado debe, sin embargo, velar por el cumplimiento a través de un tercero e intervenir en caso de ser
necesario; 5- El autor debe cumplir inmediatamente su deber, siempre y cuando sea necesario para evitar el peligro. Sin embargo, éste cuenta con margen de
tiempo si el cumplimiento posterior no aumenta el peligro y consigue el mismo resultado. Si un tercero cumple el deber durante este margen, el obligado es
liberado de su deber; 6- El deber de actuar desaparece si el beneficiario se niega a recibir la ayuda del obligado. Es requisito que la negación sea expresada
libremente, que la persona conozca los alcances de su negación y que la persona tenga la capacidad jurídica para negarse. Cumplidos los requisitos, la persona
que niega asume el peligro y sus consecuencias. En caso de que la negación sea parcial, cualquier otro acto continúa obligando al autor.
Tratándose de la omisión impropia, también es necesario controlar la existencia de una posición de garante. Este es un tema que suscitó problemas en el seno
de las reuniones de discusión del CPT. El punto de polémica era si la fórmula legal debía detallar con exactitud los casos en que procedía equiparar la omisión a
la acción o si debía dejarse al arbitrio judicial. La redacción actual del Art. 18 deja en claro la posición tomada por los redactores. Aunque el CP fue redactado
con la teoría formal del deber jurídico en mente (…y si debía jurídicamente evitarlo), según la cual la posición de garante proviene de la ley, el contrato, el
actuar precedente peligroso, y las estrechas relaciones de vida, actualmente domina en la doctrina la teoría de las funciones, la cual pretende dotar de
contenido el concepto de garante al distinguir entre deber de garante en función de protección de un bien jurídico (deber de custodia) y deber de supervisión
de una fuente de peligro (deber de vigilancia). Los deberes de custodia surgen gracias a vínculos naturales (como la familia), por relaciones de comunidad
(unión libre, comunidad de peligro, comunidad doméstica, relaciones de asistencia) y por la asunción voluntaria de la posición de garante frente al afectado o
frente a un tercero que tenía esa posición. Los deberes de vigilancia, por el otro lado, se clasifican en tres: 1)- el deber de garante derivado de un actuar
precedente peligroso: cuando alguien provoca un peligro que pueda llevar a una lesión típica de un bien jurídico debe velar por que dicho daño no se
concrete; 2) - el deber de controlar una fuente de peligro: esta obligación se basa en el dominio que ejerce la persona sobre la cosa. P.e. el dueño de un
vehículo debe darle el mantenimiento necesario para que circule con seguridad; 3- el deber de supervisión sobre el actuar de un tercero: es la responsabilidad
de los superiores jerárquicos, p.e. de los maestros sobre los alumnos en el ámbito escolar
1- CRITERIOS DE LA UNIDAD DE ACCIÓN: "La adopción del factor final (plan unitario que de sentido a una pluralidad de movimientos voluntarios como una sola conducta) y del factor
normativo (que convierta la conducta en una unidad de desvalor a los efectos de la prohibición) como criterios para dilucidar cuándo hay una y cuándo varias conductas (ya se trate de
acciones u omisiones) es ampliamente aceptada por la doctrina actual (así, ZAFFARONI, Op. cit., págs. 619 a 620; VELASQUEZ, Op. cit., págs. 584 a 588; MIR PUIG, Santiago: Derecho Penal
Parte General, Barcelona, Promociones y Publicaciones Universitarias S.A., 1.990, págs. 720 a 724; BACIGALUPO, Enrique: Principios..., pág. 280) y, en la medida que racionaliza
fundadamente la aplicación de la ley sustantiva a partir del axioma de que la esencia del delito es la lesión a un bien jurídico tutelado, es adoptada por los suscritos." (V. 123 del
28/01/1999, SaTe)
2- CRITERIOS DE LA UNIDAD DE ACCIÓN: "la unidad de acción no puede hacerse extensiva a cuantos delitos cometa el agente activo, conforme obstáculos vayan surgiendo en su intento
de lograr la impunidad por un determinado delito, sino que el Juez debe interpretar, cuándo dichas acciones sean parte esencial dentro de lo que se denomina acción final. Al respecto
doctrinariamente, se ha establecido que: "…hay que excluir la identificación entre acción y movimiento corporal y la identificación entre acción y resultado. Una sola acción, en sentido
jurídico, puede contener varios movimientos corporales (por ejemplo, violación intimidatoria, robo con fractura) o dar ocasión a que se produzcan varios resultados (hacer explosionar
una bomba causando la muerte de varias personas). Son, pues, otros los factores que contribuyen a fijar el concepto de unidad de acción. El primero de ellos es el factor final, es decir, la
voluntad que rige y da sentido a una pluralidad de actos físicos aislados (en el asesinato, la voluntad de matar unifica y da sentido a una serie de actos, como comprar y cargar la pistola,
acechar a la víctima, apuntar o disparar; o, en el hurto, la voluntad de apropiarse de la cosa unifica y da sentido a los distintos actos de registrar los bolsillos de un abrigo). "(V. 588 del
23/05/2008, SaTe)
3- DISCUSIÓN DOCTRINARIA Y FACTORES DE LA UNIDAD DE ACCIÓN: "§1. La discusión sobre la unidad o pluralidad de acciones en el derecho penal (indispensable para determinar si hay
un delito –unidad de acción con unidad de infracción jurídica-; un concurso aparente –unidad de acción con pluralidad de infracciones jurídicas que se excluyen entre sí-; un concurso ideal
–unidad de acción con pluralidad de infracciones jurídicas que no se excluyen entre sí- o un concurso material – pluralidad de acciones con pluralidad de infracciones jurídicas-) ha tenido
una evolución doctrinaria que, sucintamente considerada, ha pasado desde un concepto naturalístico o fisiológico de acción, sinónimo de inervaciones musculares y vigente cuando el
paradigma positivista estaba en boga en las ciencias sociales, pasando por la consideración al número de resultados para establecer el número de acciones, hasta llegar al concepto
jurídico-penal (ontológico- normativo) de acción, aceptado prácticamente de modo unánime –como superación de aquel- por la doctrina moderna (V. 738 del 05/07/2007, TCP)
4- DERECHO PENAL DE ACTO: "[…] es importante recordar que nuestro legislador optó, al momento de formular el sistema penal vigente, por el denominado derecho penal de acto y que
se formula a través del principio nullun crimen sine conducta. Al seguir este derrotero, propio de un Estado Democrático de Derecho, lo que se busca es responsabilizar, y
consecuentemente sancionar, a las personas únicamente por lo que han hecho, es decir, por las acciones o conductas que en concreto han ejecutado, y en la medida -claro está- que tales
Forma del hecho punible
Jurisprudencia acciones afecten bienes fundamentales para la convivencia social (principio nulla injuria sine actione), conforme deriva de la interpretación de los artículos 28 y 39 de la Constitución
(Art 18) Política. Se excluyen de la esfera del Derecho Penal, todas aquellas situaciones ajenas que no surjan de la realización de un acto concreto, como sucede, por ejemplo, con respecto a la
responsabilidad que se pretende reprimir a través del denominado del derecho penal de autor, en donde lo que interesa - para efectos represivos- es lo que el sujeto es o ha sido en su
vida, pero no lo que hizo; o bien, la responsabilidad que deriva de la conocida versari in re illicita, o responsabilidad penal objetiva, que se establece sin vínculo causal subjetivo y objetivo
entre la acción de un sujeto y el resultado lesivo que se ha producido. Desde el ámbito procesal, y como consecuencia de lo anterior, se dispone que la persona sometida a un proceso,
sólo puede ser acusada por un acto concreto, o sea, sólo se le debe imputar la comisión de un hecho específico. No en vano se establece que toda acusación formulada por el Ministerio
Público debe contener, como requisito esencial, una "relación precisa y circunstanciada del hecho punible que se atribuya" (Art. 303, inciso b, del C.P.P.)." (V. 1023 del 29/09/2006, TCP)
5- DELITOS DE OMISIÓN: "Del los delitos de comisión por omisión u omisión impropia: Estos tipos penales tienen características de la comisión y de la omisión y surgen cuando una
persona, estando obligada a actuar, omite un comportamiento y es a través de ese comportamiento que se produce un delito: "En los delitos de omisión impropia, por el contrario se le
impone al "garante" un deber de evitar el resultado. La producción del resultado pertenece al tipo, y el garante que vulnera su deber de evitar el resultado se ve gravado con la
responsabilidad jurídico- penal por el resultado típico." (Jescheck, Hans-Heinrich. Tratado de Derecho Penal. Vol II, p. 833). " (V. 1214 del 29/10/2007, SaTe)
6- POSICIÓN DE GARANTE: "Además, por otro lado, esa posición de garante también surge de la costumbre, de las tradiciones, y de las circunstancias, sobre todo en casos referidos al
ámbito bursátil, mercantil y empresarial, regido por la tradición, la costumbre y las prácticas, entre las que sobresalen la buena fe, la confidencialidad, la exactitud y la lealtad en la
información suministrada entre los distintos sujetos que se interrelacionan, según lo refieren los artículos 2, 3 y 4 del Código de Comercio." (V. 339 del 31/08/1994, SaTe)
7- OMISIÓN IMPROPIA, CONSTITUCIONALIDAD: "Contempla esta norma los delitos denominados por la doctrina como de "comisión por omisión" u "omisión impropia", los cuales son las
infracciones de impedir el resultado de un delito de comisión, que no encuentran tipificadas en la ley penal. En esa clase de delitos, mediante una cláusula general se determina que bajo
ciertas condiciones, no evitar un resultado que se estaba obligado a evitar es equivalente a la realización activa del tipo penal que prohíbe la realización activa del mismo resultado. Lo que
el artículo 18 del Código Penal exige es que el autor tenga la posibilidad de impedir el resultado según las circunstancias y además, el deber jurídico de evitarlo." (V. 10356 del
30/10/2002, SaCon)
8- UNIDAD DE ACCIÓN: "De los artículos 21, 22, 23, 75, 76, y 77 del Código Penal se colige que el criterio fundamental para resolver el problema de este "concurso de delitos" radica en la
definición de qué es "una sola acción u omisión" o "una misma conducta" (cfr. artículos 21 y 23, de ahí que el número de "resultados" no tiene nada que ver con el número de conductas y
de delitos). En este sentido se ha afirmado que: «El problema común a todos los supuestos citados es determinar cuándo hay una o varias acciones. De entrada, hay que excluir la
identificación entre acción y movimiento corporal y la identificación entre acción y resultado [...] Son, pues, otros los factores que contribuyen a fijar el concepto de unidad de acción. El
primero de ellos es el factor final, es decir, la voluntad que rige y da sentido a una pluralidad de actos físicos aislados (V. 943 del 29/09/1998, SaTe).
La determinación del tiempo del hecho punible es importante para establecer la ley aplicable (Art. 11 ss.), para determinar el cómputo de los
plazos de prescripción (Art. 32 CPP) y para establecer la calidades subjetivas (p.e. nacionalidad, funcionario público). El momento determinante
es aquel en el que el autor se comporta de manera que realiza o debería realizar el tipo penal, sin importar si se realizó o no. En el caso del
autor mediato (Art. 45), es tanto el momento en el que hace uso del intermediario o herramienta, como el momento en el que éste actúa. A
diferencia del Art. 20, el cual toma en cuenta el lugar donde se desarrolló la actividad delictuosa y el lugar del resultado, el Art. 19 hace
referencia únicamente al momento de la acción u omisión debido a que el momento de la entrada del resultado es incierto. Tomar por
referencia el momento del resultado podría llevar a problemas con el principio de legalidad y en el campo de la culpabilidad. Piénsese en el
Comentario caso en que una nueva ley penal entre en vigencia entre el momento de la acción y el resultado: si el tiempo del hecho punible es el del
resultado, entonces el autor no tuvo la oportunidad de motivarse según la ley penal que le sería aplicable. En el caso de la omisión propia e
impropia, el momento decisivo es aquél en que el autor debió haber actuado para evitar el hecho típico. En caso de que exista un período de
tiempo para actuar, la omisión acaece cuando el actuar debido se hace inútil o imposible. En el caso del instigador y el cómplice, el tiempo del
hecho es aquel en el que cada uno haya realizado su respectivo acto, de acuerdo a la remisión que hace el Art. 48. En cuanto a los delitos
permanentes, en los cuales no solo el inicio sino también la permanencia de la situación típica dependen de la voluntad del autor, se considera
que han sido realizados durante todo el tiempo que ha durado el acto típico, ya que su continuación en el tiempo en cierta forma significa
renovar el acto ilícito.
Tiempo del Hecho Punible
(Art 19)

SENTIDO DE LA NORMA: "En el presente caso, el demandante sostiene que, a partir del artículo 19 del Código Penal, debe estimarse que él
realizó una sola acción y que al ser condenado por dos delitos de Desacato ha sido sancionado dos veces por la misma acción, con lo cual se
violenta el principio de non bis in ídem. Esta es una interpretación errada del artículo 19, que en realidad sirve de criterio para establecer el
tiempo del hecho punible, lo cual no implica necesariamente los conceptos de delito ni el de consumación, para lo cual debe necesariamente
estarse al tipo penal concreto, ya que nuestro Código Penal, prevé delitos de mera actividad (por ejemplo el Falso Testimonio) y delitos de
Jurisprudencia resultado (las Lesiones), que se consuman en diversos momentos, e incluso contempla delitos en los cuales es posible distinguir entre la
consumación formal y la consumación material (p. ej. la Estafa). "El problema referente al tiempo en que el delito ha sido cometido -dice la
exposición de motivos del Código Penal en relación a su artículo 19-, tiene importancia para determinar la eventual ley aplicable al hecho, en
relación con la conducta del sujeto activo; si éste, por ejemplo, lo cometió en estado de inimputabilidad y ha recobrado posteriormente la razón,
debe sancionársele con la medida de seguridad respectiva y no con una pena. Por lo mismo esa situación afecta otros aspectos legales y entre
ellos especialmente los referentes a la prescripción". (V. 384 del 16/04/1998, SaTe)
Para determinar si el derecho penal nacional es aplicable a un caso debe relacionarse la presente norma con los preceptos que regulan la aplicación
de la ley penal en el espacio (Art. 4 ss.; Art. 45 CPP). Esta norma también debe aplicarse para determinar la competencia territorial del juzgador (Art.
47 CPP). Durante la discusión del CPT, se optó por una fórmula que sigue los enunciados de la teoría de la ubicuidad. "Es una forma lo
suficientemente amplia para comprender también la participación, la tentativa y la omisión, indicando que el delito se considera ejecutado en el lugar
en que se desarrolló la actividad delictuosa en todo o en parte y aún bajo la forma de la participación, como asimismo, donde se produjo o debería
producirse el resultado, fórmula esta última, que se refiere a la tentativa." En efecto, la teoría de la ubicuidad es amplia en su contenido. Ella es el
resultado ecléctico de la disputa entre la teoría de la actividad, que ubica el delito en el lugar donde actuó el autor, y la teoría del resultado, que
prefiere el lugar donde ocurre ( o pudiera ocurrir) el resultado típico. El apartado a) del Art. se refiere al lugar de la acción. La fórmula es claramente
amplia: si se trata de un delito de actividad, basta con que la actividad se haya realizado parcialmente en el territorio nacional (o en otro lugar que dé
competencia jurisdiccional a Costa Rica p.e. en un barco con bandera nacional); lo mismo si se trata delito de resultado, basta con que la acción típica
se haya realizado en el territorio nacional, sin importar donde acaecerá el resultado. Pero la fórmula va aún más allá al incluir también a los
partícipes. Esto implica, por ejemplo, la posibilidad de juzgar a un cómplice por su contribución realizada desde el extranjero a una acción típica en
Comentario
suelo nacional, aun cuando dicha conducta no sea típica en el lugar donde se realizó. En el caso del autor mediato hay tres lugares que pueden fundar
la competencia: aquel donde actúa el autor mediato, aquel donde el instrumento ejecuta el acto típico y aquel donde ocurre o debía ocurrir el
resultado. Un caso controversial es el de los actos preparatorios. Según Jescheck, estos "pueden ser tenidos en cuenta para fundamentar el lugar del
hecho cuando gozan de autonomía en su incriminación o cuando suponen la contribución al hecho por parte del coautor." El apartado b) menciona el
lugar del resultado. La norma incluye tanto los delitos consumados (en el lugar en que se produjo) como las tentativas (o debió producirse el
resultado). Gracias a esta norma puede considerarse también como lugar del delito el territorio nacional cuando el resultado se produjo o debió
producirse en este, aunque el acto haya sido ejecutado en el extranjero. La importancia de esta norma ha crecido con la globalización y con la
expansión de internet. En el caso de los delitos permanentes, su carácter hace que el acto sea ejecutado continuamente, por lo tanto debe contarse
como lugar del hecho todos los lugares involucrados desde el inicio de la ejecución y hasta la terminación del hecho. La omisión, por su parte, se
Lugar del hecho punible produce en el lugar donde la acción requerida debió producirse. Éste se debe diferenciar del lugar donde el autor se encuentra cuando el acto
(Art 20) requerido debió ocurrir. Al igual que el delito por comisión, el delito por omisión se produce tanto en el lugar donde la actividad debió llevarse a cabo
como allí donde el resultado ocurre o debió ocurrir.

1- UN ELEMENTO DEL DELITO BASTA PARA DAR COMPETENCIA: "[…] se ha señalado que: "La estafa mediante cheque es ante todo eso, una estafa,
por lo que requiere que se den todos los elementos típicos de la estafa: el ardid (entregar un cheque sin fondos o cuyo pago...), el error (la creencia
de que el cheque puede ser cambiado sin problemas), el perjuicio (realizar una prestación y no recibir pago a cambio) y el beneficio del agente
(recibir la prestación sin retribuir lo debido). De este modo, si faltara uno de estos elementos no se configuraría el delito de estafa mediante cheque"
Jurisprudencia (Hess Herrera, Ingrid y otros: Delitos contra la propiedad en Costa Rica, Investigación dirigida por Henry Issa El Khoury, Universidad de Costa Rica,
1992, pág. 174). Desde esta óptica, si el encartado recibió los bienes en nuestro país -como lo refiere la sentencia cuestionada- debe convenirse con
el impugnante en que uno de los elementos del delito se verificó en territorio costarricense, concretamente la obtención del beneficio económico
antijurídico, de manera tal que sí es posible incoar un proceso penal, conforme a la ley costarricense, al tenor de la relación que resulta de los
artículos 6.1, 8 y 20 del Código Penal." (V. 29 del 29/01/1996, SaTe)
2.2 Consecuencias
civiles del hecho
punible
Que efectos
comprende
(Art 103 C.Pen)
Responsabilidad
Comiso Civil del
(Art 110 C.Pen) Inimputable
(Art 104 C.Pen)

Responsabilidad
Extinción de la Consecuencias disminuida por
reparación civil civiles del culpa de la
victima
(Art 109 C.Pen) hecho punible
(Art 105)

Solidaridad de
Reparación civil los participes
(Art 108 C.Pen)
(Art 106 C.Pen)
Transmisión de
la reparación
civil
(Art 107 C.Pen)
La Ley para Regular la Aplicación del Nuevo Código Penal (Ley Nº 4891) establece en su Art. 13: "Mientras no se emitan nuevas disposiciones sobre el modo de fijar el
monto de la reparación civil, seguirán aplicándose, en lo que corresponda, las reglas establecidas en el Capítulo III, Título IV, Libro I del Código Penal de 1941. También
regirán las disposiciones contenidas en los artículos 276, 435 y 437 de ese Código, en lo que fueren aplicables". De ahí que las disposiciones del CP de 1941 se estén
aplicando hoy en día en materia de responsabilidad civil. Asimismo son aplicables las disposiciones del Código Civil, en especial los Art. 1045 y 1048, referentes a la
responsabilidad civil extracontractual. En cuanto a los criterio para determinar la responsabilidad civil extracontractual, seguimos los enunciados por Víctor Pérez, los
cuales han sido retomados por los tribunales nacionales en múltiples sentencias. La responsabilidad civil extracontractual puede ser subjetiva u objetiva. La primera se
encuentra regulada en el Art. 1045 ss. CC, mientras que la objetiva se basa principalmente en el Art. 1048 CC. Ambos tienen como punto de partida la existencia de un
daño en la esfera jurídica de un sujeto. Así, el punto de partida de la responsabilidad civil no es, como puede suponerse, el hecho punible, sino el daño causado. Los
otros elementos de la responsabilidad subjetiva son: la antijuridicidad, que es "una valoración negativa del Ordenamiento frente a una conducta" y que, al igual que en
el derecho penal, se considera excluida si el agente actuó amparado por una causa de justificación. Los tribunales han reconocido a las causas de justificación como
una forma de eliminar la responsabilidad civil (p.e. V. 219 del 10/05/1996, SaTe). La Carta Magna delega en el legislador (ocurriendo a las leyes) la potestad de
determinar cuáles daños merecen reparación y cuáles no. En lo que respecta a la antijuridicidad entendemos entonces que ésta es necesaria para la existencia de
responsabilidad civil extracontractual y que por regla general no procede la reparación cuando se está en presencia de una causa de justificación. La responsabilidad
civil extracontractual se mantendrá aún en caso de causa de justificación si el legislador ha exceptuado el caso. Esto ocurre p.e. en los casos de responsabilidad
objetiva y en el caso de la echazón (Art. 877 ss. del Código de Comercio de 1853, aún vigentes). - la causalidad: señala Pérez que "el daño debe ser consecuencia
directa e inmediata de la conducta".392 Para establecer la causalidad, se retoma el criterio de la "causalidad adecuada", el cual es en esencia un juicio de probabilidad
sobre aquello a lo que normalmente se considera la consecuencia de una acción, según la previsibilidad de una persona promedio. Debe eliminarse, por ello,
Que efectos resultados extraordinarios e imprevisibles.
comprende Por lo que toca a los incisos del presente Art.: 1) La restitución…: haciendo referencia a la diferencia entre la restitución en sentido amplio (in integrum), la cual
(Art 103 C.Pen) conlleva el "restablecimiento del status quo ante", y en sentido estricto, que es la simple devolución de "una cosa a quien la tenía antes", comenta Abdelnour
Granados que nuestro CP adoptó el segundo modelo, lo que significa que la restitución no puede consistir en otras consecuencias, como el derribo o la destrucción de
objetos (si bien la sentencia puede ordenarlos). Sanabria Rojas se inclina por la primera acepción del concepto, interpretando para ello el Art. 123 del CP de 1941
(Deberá el condenado restituir al ofendido, con abono de todo deterioro o menoscabo, la cosa objeto del hecho punible…) en el sentido de que "el actor civil tiene la
opción de solicitar la restitución de las cosas a su estado anterior, en los casos en que ello sea posible, […]". Apoyamos la interpretación de Abdelnour, pues el mismo
texto utilizado por Sanabria parece darle razón al decir "con abono de todo deterioro o menoscabo". Entendemos entonces que si existe un deterioro o menoscabo, el
sujeto deberá entregar el objeto y hacer un pago proporcional al deterioro o menoscabo. Si Z colisiona el auto que había robado a X, no deberá Z reparar el auto de X,
sino pagar el daño. Señala acertadamente Luis Roca que "la restitución hay que entenderla como una institución reparadora del daño causado por el delito y no como
una mera devolución de la cosa a quien la tenía antes de cometerse el delito. De lo contrario habría que devolver la cosa al autor de una apropiación indebida, lo cual
resulta absurdo". En caso de que se trate de un bien fungible y de que el bien original no pueda ser restituido, la restitución podrá consistir en la entrega de otro bien.
De acuerdo a la jurisprudencia nacional, la restitución puede ser otorgada en sentencia aún cuando la acción civil resarcitoria no haya sido ejercida (V. 1272 del
29/10/2008, SaTe). 2) La reparación de todo daño…: la jurisprudencia define el daño como "todo menoscabo, pérdida o detrimento de la esfera jurídica patrimonial o
extrapatrimonial de la persona (damnificado), el cual provoca la privación de un bien jurídico, respecto del cual era objetivamente esperable su conservación de no
haber acaecido el hecho dañoso" (V. 360 del 03/05/2002, SaPri). La misma resolución también reconoce la diferencia entre daño moral, que afecta bienes
inmateriales, y daño patrimonial o material. "El perjuicio – nos dice Abdelnour – es la frustración de ganancias que la víctima podía razonablemente esperar de
acuerdo a las circunstancias del caso, si no hubiere ocurrido el hecho ilícito".401 Sin embargo, la reparación de daños y perjuicios favorece no solo a la víctima, sino
también a los terceros que se hayan visto afectados. El Art. 70 CPP contiene una definición amplia de víctima; ello no obsta para que terceros que se consideren
afectados por el hecho se constituyan como parte.
Según lo apuntado en el cometario al Art. 103, consideramos que la antijuridicidad es un elemento necesario para que haya
responsabilidad civil extracontractual. La imputabilidad penal, sin embargo, no es necesaria para adjudicar la responsabilidad civil
extracontractual. De acuerdo con esta norma, ante un hecho antijurídico debe existir reparación, aún cuando el autor sea inimputable o
"semi-imputable". Los efectos del presente Art. han sido poco estudiados por la doctrina nacional,402 desconociéndose la gran
importancia que tiene. En efecto, por cuanto es ley posterior, puede considerarse que deroga parcialmente el Art. 1047 CC, que establece
que "Los padres son responsables del daño causado por sus hijos menores de quince años que habiten en su misma casa. En defecto de
los padres, son responsables los tutores o encargados del menor" y afectar el primer párrafo del Art. 1048 CC si se considera que los jefes
de escuelas y colegios son a su vez "depositarios" de los incapaces. La regla que establece este Art. es la responsabilidad directa del
incapaz, el cual responderá directamente con su patrimonio. En cuanto al responsable (padre, tutor, etc.), éste responde de manera
indirecta y subsidiaria (siempre y cuando no haya sido partícipe en la producción del daño, en cuyo caso respondería solidariamente
según la regla del Art. 106) por el hecho realizado por la persona bajo su supervisión. Se trata de la llamada responsabilidad "in
Responsabilidad Civil del vigilando." Al interpretar que esta norma deroga tácitamente el Art. 1047 CC se soluciona un problema ya señalado por la doctrina403 y
Inimputable es que, si se aplica el Art. 1047 CC, el padre o encargado no responde civilmente por los daños causados por el hijo mayor de quince años.
(Art 104 C.Pen) Dado que es raro el caso de un joven de quince o dieciséis años que sea económicamente solvente, la responsabilidad civil que se derive
de su daño quedará insatisfecha. Haciendo uso del presente Art. la situación es distinta. En caso de minoría o problemas de
imputabilidad, el autor responderá personalmente por los daños (y perjuicios) causados. Del patrimonio del incapaz solo quedarán a
salvo recursos suficientes para asegurar sus alimentos, en caso de minoría, o su internamiento en un centro adecuado, en caso de
inimputabilidad o imputabilidad disminuida. Si el patrimonio del incapaz no es suficiente y media una falta "in vigilando", el encargado
deberá tomar el lugar del incapaz. La responsabilidad subsidiaria del encargado garantiza de mejor manera el cumplimiento del
resarcimiento. Debe notarse que en caso de matrimonio el menor deja de ser incapaz y la responsabilidad subsidiaria de los padres o
encargados desaparece (Art. 36 del Código de Familia). Por otro lado, las reglas de la carga de la prueba también cambian con la nueva
interpretación. El Art. 1047 CC contiene una presunción de culpa que invierte la carga de la prueba en perjuicio de los padres o
encargados. La presente norma, por el contrario, sostiene que la culpa del encargado debe ser probada. Por último, debe mencionarse la
regla del Art. 55 de la Ley de Justicia Penal Juvenil, la cual señala que la responsabilidad civil del menor de edad deberá ser tramitada por
la vía civil.
Si la conducta de la víctima propicia de alguna forma la producción del daño, esto deberá reflejarse proporcionalmente en el monto del resarcimiento. Al
hablar de "propia falta", el Art. incluye tanto la actuación dolosa como culposa. La contribución de la víctima podrá ser tanto física como psíquica,
siempre y cuando sea una contribución relevante para la producción del daño. Obviamente, no procede reparación alguna si la víctima es la verdadera
causante del daño.
El Art. habla de "la producción del daño" (cursiva agregada). Se debe distinguir entre la producción del daño y la actividad delictiva. El V. 108 del
17/02/2005, TCP confunde esta distinción al otorgar la reparación civil y rechazar la aplicación del Art. 105, en un caso donde una persona (demandante
civil) se monta en un auto con un conductor alcoholizado y resulta herida en un choque, alegando que "[…] el impugnante confunde dos aspectos
esenciales al plantear su argumento, pues no distingue entre el acto de aceptar el riesgo de tener un accidente y otra muy diferente es contribuir con la
producción del resultado. En este caso, la ofendida subió al vehículo porque andaba con el grupo de personas y debían dirigirse a otro lugar, no invitó al
chofer a tomar licor ni se lo proporcionó, mucho menos maniobró el vehículo o hizo acto alguno que contribuyera con la producción del accidente
ocurrido." Aunque la ofendida no causó el accidente, sí contribuyó a la producción del daño civil sufrido en su persona ya que, si bien el accidente se
hubiera producido estando ella o no en el auto, el daño civil cuya reparación se pretendía no se hubiera producido sin la falta de la ofendida, sea la
decisión de viajar con un conductor en estado de ebriedad. Debe distinguirse, repetimos, entre la causalidad del daño civil y la causalidad penal.

Responsabilidad disminuida Jurisprudencia


por culpa de la victima 1- REDUCCIÓN DEBE ESTAR FUNDAMENTADA: "Si bien la reducción del monto es una potestad del Juez, es lo cierto que debe sustentar su decisión en un
(Art 105) sentido o en otro, para que las partes puedan refutar esos argumentos, y tengan la posibilidad de que el análisis sea revisado. Cuando la norma ofrece
alternativas, debe el juzgador hacer constar las razones que le llevaron a escoger una de ellas, lo que se omitió en este caso impidiéndose ejercer control
sobre la decisión." (V. 555 del 08/06/2001, SaTe)
2- INSULTOS: "[…] el tribunal tuvo por acreditado que la conducta violenta del imputado y las lesiones provocadas, lo fueron en un estado de disminución
de sus frenos inhibitorios, estado excusable al haber sido generado por factores objetivos de consideración (una serie de insultos graves y reiterados del
ofendido y actor civil). En este caso se verificó un factor objetivo de peso, como para entender que la acción ilícita del imputado merecía una atenuación de
la pena. Ahora bien, dicho factor objetivo, los insultos mencionados, no operan como una agresión ilegítima, en el sentido de que no generan una causa de
justificación de la acción ilícita del imputado, ni excluyen su responsabilidad civil por los daños y perjuicios ocasionados. En otras palabras, esos insultos y la
disminución de frenos inhibitorios del imputado, no operan a nivel de la antijuridicidad, como una agresión ilegítima que deba ser tenida como elemento
objetivo de justificación (la que en todo caso requeriría además de otros factores, como la actualidad o inminencia de la agresión, y la racionalidad del
medio empleado para repelerla; aspectos todos que nunca se tuvieron por probados en el caso); sino únicamente a nivel de la punibilidad, disminuyendo el
monto de la pena según lo establece el artículo 127 del Código Penal. De esta manera, en lo que respecta a las pretensiones de reparación pecuniaria, el
Tribunal consideró que con esos insultos graves el ofendido y actor civil contribuyó a la producción del daño, y a tenor de lo dispuesto en el artículo 105 del
Código Penal redujo el monto de dicha reparación civil (folios 202 y 205). Esta Sala no tiene ningún reparo que realizar en cuanto al extremo cuestionado de
la fundamentación de la condenatoria civil, salvo en cuanto a la errónea denominación formal según la cual se redujo el monto de dicha reparación por
existir una "culpa concurrente", concepto del todo ajeno al caso analizado, por no encontrarnos ante una confluencia de conductas culposas que
infringieran algún deber de cuidado, sino ante un delito doloso. No obstante, este yerro no afecta la fundamentación sobre la reducción del monto de la
reparación civil que hizo el tribunal con base en el numeral 105 del Código penal." (V. 920 del 30/07/2004, SaTe)
El carácter solidario de la responsabilidad civil reglado por este Art. tiene por finalidad garantizar la reparación de los daños y perjuicios causados. Establece el Art. 637 CC que "en la
obligación solidaria entre los deudores, cada uno de éstos es tenido en sus relaciones con el acreedor, como deudor único de la prestación total", que se complementa con el Art. 640
CC, que dice que "[el acreedor puede reclamar la deuda contra todos los deudores solidarios simultáneamente o contra uno solo de ellos". Esto significa que el acreedor puede solicitar
en su totalidad la reparación de los daños y perjuicios a cualquiera de los obligados solidarios, sin importar el grado de participación que tuvieron en la producción del daño o si
participaron del todo. El primer supuesto de responsabilidad solidaria que contiene el Art. se refiere a los partícipes en la producción de la lesión generadora de un daño. La
participación en la producción de la lesión se determinará conforme a los Art. 45 ss. Nótese que se debe diferenciar entre la producción de la lesión penal y la del daño civil. Así p.e. si Z
instiga X a manejar en estado de embriaguez y X colisiona con V como consecuencia de ello, Z responderá solidariamente con X por la producción de los daños y perjuicios producidos a
V; si, en otro caso, T convence a Y para que viaje con X (en embriaguez) y Y muere en el choque, la participación de T en la producción del daño civil sufrido por Y no lo hace
responsable solidario de los daños y perjuicios causados por X en el accidente, al menos con base en este Art. y sin obstar la responsabilidad que pueda surgir con base en otra
normativa. El Art. 1045 CC regula este supuesto de la misma manera: "La obligación de reparar los daños y perjuicios ocasionados con un delito o cuasidelito, pesa solidariamente
sobre todos los que han participado en el delito o cuasidelito, sea como autores o cómplices […]". De seguido, el Art. pasa a enumerar varios supuestos de responsabilidad civil que
afecta a personas que no participaron directamente en el hecho causante del daño. Existe un criterio dividido en cuanto al carácter de la responsabilidad. Algunos arguyen que se trata
de responsabilidad subjetiva indirecta,405 mientras otros se inclinan por la responsabilidad objetiva. Nosotros apoyamos este último criterio, con las precisiones que se dirá: 1) Las
personas naturales o jurídicas dueñas de empresas de transporte terrestre…: la formulación del primer inciso es desafortunada. Al leerlo, deviene obvio que él no establece el criterio
que sirve de nexo entre el responsable civil y el autor del daño. El inciso es omiso en decir si p.e. el acto debe ser realizado por un representantes legal, administrador, dependiente,
etc.; si debe ocurrir en el medio de transporte (p.e. mercadería robada en un barco); o si el acto debe ser uno típico del tráfico comercial del sujeto (p.e. un choque). Para interpretar
esta norma debemos servirnos del Art. 137 del CP de 1941, cuyo primer inciso hace responsables solidarias a "Las compañías de ferrocarriles o de tranvías y las personas naturales o
jurídicas dueñas de cualquier empresa de transporte, de personas o de objetos, […], en cuanto a los actos u omisiones punibles, relativos al servicio de la empresa, que se imputaren a
sus gerentes, administradores, conductores, capitanes, agentes, factores y demás dependientes suyos." Así pues, hay dos criterios necesarios para que el hecho genere la
responsabilidad solidaria. Debe tratarse de un hecho realizado en ocasión de la actividad de la empresa (en el desempeño de las funciones) que le sea imputable a una persona
dependiente de ella (en relación laboral). La norma es un caso especial que se aparta del regulado por el párrafo segundo del Art. 1048 CC, por cuanto no requiere la demostración de
Solidaridad de los participes culpa in vigilando o in eligendo, y es más amplio que el supuesto contemplado en el párrafo cuarto del mismo Art., el cual se limita a los casos donde los daños han sido generados por
muerte o lesión. 2) Las personas jurídicas cuyos gerentes, administradores…: en nuestro criterio, este inciso deja en claro que se trata de responsabilidad objetiva y no de
(Art 106 C.Pen) responsabilidad subjetiva indirecta. Esto se hace ver en el hecho de que, dependiendo del tipo y las regulaciones de la sociedad, su gerente o administrador puede ser p.e. socio
fundador (por lo que en cierta forma se eligió a sí mismo para realizar la labor) y gerente independiente, no sometido a la supervisión de un tercero. No podría existir en este caso
responsabilidad in eligendo o in vigilando. El gerente, administrador o personero debió, por supuesto, estar actuando en esa calidad a la hora de causar el daño. No es necesario que la
persona jurídica haya encomendado al sujeto realizar la actividad, pues ella responde también por los actos ultra vires (V. 261 del 15/07/1994, SaTe). 3) Las personas naturales o
jurídicas dueñas de establecimientos…: contrario al criterio sostenido por la SaTe según el cual "esta norma hace referencia no a los delitos cometidos dentro del respectivo local o
planta física, sino más bien a los realizados en la actividad propia de la empresa" (V. 235 del 24/06/1994, SaTe), creemos que la norma pretendía precisamente eso, hacer responsable
a la persona natural o jurídica por los hechos cometidos en el establecimiento. Este inciso se inspira en el inciso 3 del Art. 137 del CP de 1941, el cual establecía el mismo requisito, sea
que la personas naturales o jurídicas fueran "dueñas de establecimientos en que se cometiere un hecho punible" (cursiva agregada), ello porque dentro del establecimiento se puede
supervisar con mayor facilidad a los trabajadores. Se presume, en cierta forma, la existencia de culpa in vigilando. Como la supervisión se dificulta si se trata de actividades fuera del
establecimiento, debe aplicarse para dichos casos las reglas del Art. 1048 CC. Hacer una interpretación tan amplia del presente inciso, como lo hace la SaTe, implicaría prácticamente la
desaparición de esas reglas del 1048 CC y la imposición de la responsabilidad objetiva para todos los daños que una empresa pueda causar. 4) Los que por título lucrativo
participaren…: el sujeto, en este caso, no se encuentra implicado en ningún grado de participación en la producción de la lesión generadora del daño, de lo contrario respondería de
manera ilimitada conforme a la regla del primer párrafo del Art. Además, él debió haber lucrado del hecho ilícito, es decir, su patrimonio debió haber aumentado como producto del
ilícito.407 Ello excluiría, por ejemplo, un compraventa de bienes a precios de mercado, pues en este caso el sujeto únicamente recibe el valor monetario del bien. El sujeto debió haber
actuado de buena fe, pues de lo contrario puede hacerse responsable de receptación (Art. 323 s.). Como el sujeto actúa de buena fe, no está obligado a restituir la cosa que haya
obtenido, sino solamente el valor de esta. Por supuesto, sí es posible que el sujeto restituya el objeto voluntariamente a los afectados y se libre de la obligación, pero siempre y cuando
el objeto no haya sufrido deterioro o menoscabo mientras estuvo en su posesión. De lo contrario deberá abonar además el monto correspondiente al deterioro o menoscabo, de
manera similar a las regla del Art. 103. El sujeto no está obligado a pagar los intereses que se hayan derivado del lucro obtenido, ya que su responsabilidad está limitada al monto en
que se hubiere beneficiado. 5) Los que señalen leyes especiales: la más relevante en este respecto es la responsabilidad civil estipulada por el Art. 188 de la Ley de Tránsito. Otro caso
puede verse en el Art. 35 in fine de la Ley de Promoción de la Competencia y Defensa Efectiva del Consumidor. El último párrafo de la norma hace responsable de manera subsidiaria al
Estado y sus instituciones. Sin embargo, dicho párrafo fue derogado por la Ley General de la Administración Pública, en concreto los Art. 190 ss. que establecen un régimen la
responsabilidad objetiva.
Si bien la responsabilidad penal deja de exigirse con la muerte del imputado (Art. 30 CPP), la responsabilidad civil mantiene
su vigencia aún después de su fallecimiento. Nótese, sin embargo, que la acción civil resarcitoria goza de un carácter
accesorio, por lo que solo puede prosperar mientras la causa penal continúe (Art. 40 CPP). Ocurrida la muerte del imputado,
los actores civiles deberán acudir a la vía civil. Por el otro lado, el deceso de una de las partes civiles (mientras no se trate del
imputado) no conlleva la conclusión del proceso (ni penal, ni civil). Esta situación debe manejarse conforme a la regla del Art.
273 CPP, aunque más lógico sería seguir las reglas de la sucesión procesal (Art. 113 CPC). Las obligaciones, nos dice el Art.
521 CC, entran a formar parte de la sucesión de un difunto. Declarada la responsabilidad civil en sentencia y habiendo
muerto el demandado, el actor civil deberá reclamar sus derechos en la sucesión. Al respecto, es impreciso decir que los
bienes relictos quedan "gravados". Los acreedores civiles cobrarán en la sucesión sin privilegios especiales, como parece
darlo a entender el Art. Otra imprecisión es decir que los herederos responden en cuanto a los "bienes heredados", pues
técnicamente ellos tienen derecho a una parte alícuota de la herencia (Art. 596 CC). La norma también omite hablar de los
legatarios, lo que dejaría abierta la pregunta sobre su responsabilidad civil. Nos parece que el sentido de la norma es
consolidar el régimen establecido en los Art. 535 y 565 CC. El primero de ellos limita, de manera muy similar a esta norma, la
Transmisión de la reparación responsabilidad de los herederos a la herencia (El heredero no responde de las deudas y cargas de la herencia, sino hasta
civil donde alcancen los bienes de ésta). Este Art. se aparta así de los establecido por el Art. 134 del CP de 1941, el cual no ponía
(Art 107 C.Pen) límite a la responsabilidad (La obligación de la reparación civil se transmite a los herederos del ofensor, y el derecho de
exigirla, a los herederos del ofendido) y deroga tácitamente el Art. 1046 CC in fine (por ser ley posterior), que hace
responsables solidarios a los herederos del ofensor. Si se lee nuevamente el Art. 535 CC, resalta que la norma tampoco hace
mención de la responsabilidad del legatario. Ello no obsta para que el legatario responsa según el Art. 565 CC, que establece
que el acreedor "sólo podrá repetir contra los legatarios, cuando en la herencia no hubiere bienes bastantes para cubrir su
crédito".

Jurisprudencia

1- LIMITES DE LA ACCIÓN CIVIL: "[…] la acción civil resarcitoria no puede tener como efecto determinar la condición de
heredero de persona alguna, pues tal ámbito se encuentra reservado, de modo exclusivo, a los Tribunales civiles." (V. 1184 del
17/09/1999, SaTe)
Sobre la querella y denuncia calumniosa, Art. 319. El contenido de este Art. ha sido afectado
por el CPP. El Art. 419 CPP regula la responsabilidad civil por error judicial. No debe
considerarse que la norma ha sido implícitamente derogada en su totalidad, pues los
supuestos regulados en el CPP difieren parcialmente de los aquí enunciados. En cuanto al
Reparación civil en caso de que prospere un primer párrafo, el CPP modifica la norma en el sentido de que hace al Estado responsable
recurso de revisión en favor del reo, éste haya directo (no subsidiario) en caso de que proceda la reparación. Sin embargo, no se ve
sufrido una prisión preventiva prolongada y fuere afectada por el CPP la responsabilidad de los acusadores o denunciantes calumniosos,
declarado inocente quienes ahora responderán de manera solidaria entre ellos (Art. 106) y con el Estado. En
(Art 108 C.Pen) cuanto al segundo párrafo, su relevancia práctica se ha visto mermada ya que ambos
supuestos que regula, sea la responsabilidad de las autoridades judiciales y administrativas,
son regulados por normas posteriores, en particular el mencionado Art. 419 CPP, para la
autoridad judicial, y los Art. 190 ss. de la Ley General de la Administración Pública, para los
funcionarios administrativos.
Véase los Art. relativos a las obligaciones: en general, Art. 627 ss. CC; sobre el pago y la compensación Art. 764 ss. CC; otras formas de extinción de las obligaciones Art. 814 ss. CC.
A pesar de lo dicho en el Art., las reglas para fijar los daños y perjuicios y aquellas sobre el régimen de solidaridad se encuentran en el CC: sobre los daños y perjuicios, Art. 704 ss. CC ; sobre la
solidaridad, Art. 636 ss. CC.
En cuanto a la ejecución de sentencias extranjeras en materia civil, se debe atender a los Art. 705 ss. CPC. Obsérvese que el Art. 705 inc. 3 CPC protege, de manera similar al Art. 9 CP, la
competencia de los tribunales nacionales.
La presente norma ha sido motivo de discusión debido al Art. 871 CC, el cual establece: "Las acciones civiles procedentes de delito o cuasidelito se prescriben junto con el delito o cuasidelito
de que proceden." Esto llevaba a concluir que la acción civil resarcitoria prescribía junto a la acción penal.410 La jurisprudencia, tanto de la SaTe como de la SaPri, ha sido consistente en los
últimos años en considerar el Art. 871 CC derogado tácitamente por el Art. 96 CP, por cuanto éste último estipula que "[la extinción de la acción penal y de la pena no producirá efectos con
respecto a la obligación de reparar el daño causado…".411 De acuerdo a los tribunales, las normas del CPP sobre la prescripción de la acción penal no rigen para la acción civil. El plazo, la
interrupción, la suspensión y demás aspectos de la prescripción de la acción civil deben analizarse de la misma manera que se analizaría en sede civil, según las normas del CC, CPC y leyes
especiales.

Jurisprudencia
1- DEROGACIÓN TÁCITA DEL ART. 871 CC: "A partir de los razonamientos expuestos, pueden extraerse las siguientes conclusiones generales que la Sala estima prudente señalar, a fin de
evitar eventuales equívocos que pretendan sustentarse en lo que aquí se indicó: a) el artículo 871 del Código Civil fue tácitamente derogado por el 96 del Código Penal. b) No es posible
ninguna condena a reparar daños y perjuicios, en materia de delitos, si no se ejerció la acción civil resarcitoria (y salvo lo dispuesto en cuanto a la restitución y el comiso, según lo indica la
ley). c) La acción penal y la civil derivada del hecho punible no prescriben de manera conjunta y poseen reglas diferentes: la primera se rige por las normas contenidas en el Código punitivo y
en el Procesal Penal (que, valga aclarar , no derogó el citado artículo 96 ni se inmiscuyó en cuestiones relativas al derecho de fondo del damnificado) y la prescripción de la acción civil se
Extinción de la reparación civil remite a las normas ordinarias que establece el Código Civil. d) El término para que prescriba la "acción civil" a fin de reclamar las consecuencias civiles del hecho punible –con prescindencia
y efectos civiles de la sentencia del ilícito de que se trate y de la sede que se escoja, incluida la penal- es el ordinario fijado en el artículo 868 del Código Civil: DIEZ AÑOS, pues la causa excepcional que establecía el artículo
condenatoria 871 es precisamente la que se entiende derogada, con todos los efectos que ello apareja. e) Los actos que suspenden o interrumpen la "prescripción de la acción civil resarcitoria" no son los
que contemplan las normas penales (ahora solo de carácter procesal, a partir del código de 1996), sino los que determina el Código Civil, en lo que resulten aplicables por su compatibilidad
(Art 109 C.Pen) con el diseño del proceso penal, entre ellos los descritos en los artículos 879 y 880 de dicho cuerpo normativo, en concordancia con lo regulado en el Código Procesal Civil (artículos 206 y
217), u otras leyes especiales (v. gr.: Ley de la Jurisdicción Constitucional). Así , por ejemplo, interrumpirán el plazo decenal –y comenzará a correr íntegro de nuevo-, toda gestión judicial para
el cobro de la deuda y cumplimiento de la obligación, tales como la solicitud de constituirse como parte actora civil –siempre que no se declare inadmisible, se desista de ella o se absuelva al
demandado en sentencia, debiendo entenderse, desde luego , que dicha absolutoria se refiere al extremo civil y no al penal, pues esta última no entraña que deban necesariamente
declararse sin lugar las pretensiones resarcitorias, si concurren normas sustantivas que imponen la responsabilidad-; la conciliación –en la que se pacte alguna forma de resarcir- posee
idéntico efecto, pues el ofendido trata de obtener el cumplimiento de la deuda; y lo mismo sucede con las manifestaciones que rinda dando noticia de que el justiciable incumple lo pactado y
solicitando se continúe con el proceso. Existirán otros supuestos que deberán examinarse caso por caso, con apego a las reglas generales que se comentan y también debe destacarse que el
recurso a las normas de orden civil se restringe a determinar el plazo y los motivos que interrumpen o suspenden el cómputo de la prescripción, por lo que en cuanto a la forma, el trámite y
las demás condiciones de la acción civil resarcitoria , ha de estarse a lo que dispone el Código Procesal Penal. Por su particular interés, debe la Sala reiterar su criterio de que la reducción a la
mitad -por una única vez- del plazo ordinario por el que prescribe la acción penal (cuando concurre el primero de alguno de los supuestos que la ley taxativamente contempla) no incide de
ningún modo en la acción civil, por tratarse de regímenes e institutos diferentes que solo por razones de celeridad y economía procesal se tramitarán de manera conjunta. f) Los juzgadores
penales deben pronunciarse respecto de las pretensiones civiles planteadas en la acción resarcitoria – acogiéndolas o denegándolas-, aunque se determine en sentencia (luego del debate y la
fase deliberativa) que la acción penal se halla prescrita. En estos supuestos, lo que resulta de interés es salvaguardar los derechos del accionado civil, quien pudo – mediante la concreción de
la demanda en la audiencia y el planteamiento de las pretensiones y defensas o excepciones- ejercer plenamente su defensa y el contradictorio. Desde luego, la prescripción de la acción civil
no es declarable de oficio. En los demás supuestos, de sobreseimiento por prescripción de la acción penal sin que se hubiere concretado la demanda resarcitoria en debate (y sin el
consecuente pleno ejercicio de la defensa por el accionado, incluida la fase de conclusiones), habrá de remitirse a las partes a la vía civil, si estas a bien lo tienen. En tales hipótesis, como se
observa, ha de asegurarse la inviolabilidad de la defensa de los sujetos interesados y el sometimiento del juzgador a las restricciones legales en cuanto al objeto del proceso civil. g) Desde
luego, cuando se determine en sentencia absolutoria que la conducta no es punible, pero subsiste alguna forma de responsabilidad civil (v. gr.: objetiva, por "dolo" o culpa "civiles",
negligencia, impericia , deber "in vigilando", etcétera, o a partir del injusto penal o, para ser precisos , causas de inculpabilidad), el término de prescripción es y siempre ha sido de DIEZ AÑOS
, por no tratarse de consecuencias civiles de un "hecho punible", sino de mera responsabilidad civil extracontractual y los juzgadores penales tienen la potestad (poder-deber) de
pronunciarse en cuanto a ella, siempre que la demanda resarcitoria haya sido ejercida. h) Los juzgadores penales deben resolver las pretensiones civiles formalmente planteadas y no pueden
remitir a las partes a otra vía, salvo en los casos de excepción que se deducen de la ley." (V. 861 del 30/08/2002, SaTe)
La naturaleza jurídica del comiso ha sido muy debatida en la doctrina. Sin duda, el comiso tiene características que lo asemejan a una pena: se trata al
fin de cuentas de una pérdida patrimonial de un sujeto privado a favor del Estado. Esto no obsta para que unos autores hablen de comisos de
aseguramiento o preventivos (cuando se trata de objetos peligrosos), a los cuales se les niega un carácter punitivo412, o le otorguen el carácter de
medida de seguridad o una naturaleza sui generis.413 En el ámbito nacional, la confusión que gira en torno al comiso resulta posiblemente del hecho
de que el presente Art. regula de manera indiferenciada supuestos que se diferencian en su causa, pero no en su efecto (pérdida patrimonial a favor
del Estado).
De un lado tenemos la pérdida de las cosas o valores provenientes de la realización del delito. Su pérdida a favor del Estado tiene por fin quitarle al
autor el beneficio que obtuvo del hecho ilícito. Cometer delitos no puede ser una actividad que valga la pena, pues esto socavaría los efectos
preventivos de la pena ("El crimen no paga").414 El provecho que saca el autor puede derivarse de haber cometido el delito (p.e. un sicario) o provenir
del delito mismo (p.e. estafa). El comiso se realiza mediante el cálculo bruto del provecho, no el cálculo neto. Por ejemplo, si alguien "invierte" dinero
en el cultivo de plantas de marihuana y luego las vende a buen precio, el comiso pesará sobre la totalidad del capital, incluyendo el capital invertido,
que bien puede tener un origen legal. Esta situación ocasiona que el comiso tenga el carácter no solo de una consecuencia civil del delito, sino de una
medida semejante a una sanción. El comiso también incluye ventajas que el autor perciba como consecuencia del hecho. Así, p.e., si una empresa
vierte desechos tóxicos en un río para ahorrarse el tratamiento de los mismos, el ahorro que ha hecho cae en el comiso.415 El comiso se encuentra
limitado, sin embargo, a las cosas o valores provenientes del delito por el cual se condena y no se puede aplicar a hechos antijurídicos que no hayan
Comiso sido juzgados. Como pena, el comiso del beneficio obtenido mediante el delito se encuentra también limitado por el principio de proporcionalidad.
(Art 110 C.Pen) Del otro lado tenemos la pérdida de los instrumentos con que se cometió el delito. Podemos incluir dentro de este apartado tanto a los objetos
producidos mediante la actuación delictiva (producta sceleris), p.e. dinero falso, como a los que fueron empleados en la ejecución (instrumenta
sceleris). De acuerdo a Jescheck, el comiso solo puede realizarse sobre objetos cuya utilización o presencia no es presupuesta por el tipo penal
correspondiente. P.e. se puede decomisar el arma del asesino, pero no se puede decomisar el arma de quien la portaba sin permiso, porque el tipo ya
presupone el arma.
Cuando se trata de objetos lícitos que pertenecen a los agentes, de los cuales ellos se han valido para cometer el delito, entonces el comiso tiene el
carácter de una pena (p.e. el comiso de un auto donde se transporta droga). Debe observarse en este caso el principio de proporcionalidad. Si se trata
de objetos ilícitos que representan un peligro para bienes jurídicos, entonces el comiso se da por motivos de seguridad.
Cabe mencionar que el decomiso de algunos objetos ilícitos viene autorizado por normas distintas al presente Art. Así, p.e. los Art. 95 ss. de la Ley
sobre Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas, Drogas de Uso no Autorizado, Legitimación de Capitales y Actividades Conexas, Art. 83 de la Ley de
Armas y Explosivos, Art. 90 ss. de la Ley de Conservación de la Vida Silvestre, entre otras.
El juez puede decretar el comiso de oficio. Sin embargo, en todos los casos, el comiso debe estar fundamentado, ajustado a las reglas del debido
proceso y al principio de proporcionalidad.
En cuanto al destino de los bienes caídos en comiso, debe atenderse a lo estipulado en la Ley de Distribución de Bienes Confiscados o Caídos en
Comiso.
2.3 Penalidad del
delito consumado
Artículo 73.- Penalidad del delito y de la tentativa
El delito consumado tendrá la pena que la ley determine, fijada dentro de sus extremos, de acuerdo con el artículo 71. La tentativa será
Normativa
reprimida con la pena prevista para el delito consumado disminuida o no a juicio del Juez.
No es punible la tentativa cuando se tratare de contravenciones.

La consumación es el momento del iter criminis donde el tipo objetivo establecido en la ley penal ha sido realizado completamente. El plan del
Consumacion autor, si éste ha alcanzado su propósito o no, no es un criterio para determinar si el delito se ha consumado o no. La pena correspondiente será
determinada por el juez haciendo uso del marco punitivo contenido en la disposición que haya sido violada y de los criterios del Art. 71.
3.2 Penalidad de la
tentativa
La penalización de la tentativa (Art. 24) se ha justificado de muchas maneras. Actualmente mantienen vigencia: la teoría de la impresión
(Eindruckstheorie), según la cual la tentativa es punible cuando la voluntad antijurídica del agente es adecuada para menoscabar la confianza
en la validez del ordenamiento jurídico y la seguridad jurídica; la teoría de la peligrosidad, muy ligada a la anterior, postula que el autor es
punible porque su conducta demuestra que él no tiene intención de seguir las normas; y una tercera vertiente, la teoría unificada, recurre a la
necesidad especial y general-preventiva de sancionar una acción que represente un peligro cercano para la norma. La pena de la tentativa es la
misma, en principio, que la del delito consumado. La ley otorga al juez la facultad de disminuir la pena o no. La pena disminuida puede
Penalizacion de la encontrarse dentro del marco punitivo de la ley o ser inferior a este (V. 1181 del 17/11/2006, SaTe). La falta de determinación legal sobre los
tentativa límites de la disminución, o bien, la enorme discreción que la ley otorga al juez, hacen cuestionar la prudencia de la regulación, pues la pena de
la tentativa puede verse disminuida a un día de prisión, un día multa, etc. El juez debe justificar su decisión utilizando los criterios del Art. 71 y
tomando en cuenta las características particulares de la tentativa como p.e. la cercanía a la consumación, o si la tentativa ha sido acabada o no.
La jurisprudencia nacional ha tomado en cuenta los antecedentes penales del autor para negar la disminución de la pena. La disminución no
podrá ser menor que el delito de pasaje que haya sido consumado. Así, por ejemplo, en el caso de una tentativa de homicidio que haya
resultado en lesiones graves no podrá disminuirse la pena más allá del mínimo establecido por el tipo de las lesiones graves. En caso de
contravenciones, su tentativa no es punible porque de minimis non curat praetor.
2.4 Causas de justificación y
exculpación
Cumplimiento de
la ley
(Art 25)

Consentimiento
Exceso en la
del
defensa
derechohabiente
(Art 29)
Causas de (Art 26)
justificación
(Art 25 –
29)

Estado de
Legitima defensa
necesidad
(Art 28)
(Art 27)
Esta sección regula las causas de justificación. Doctrinariamente se acepta
que las causas de justificación tienen tanto un componente objetivo, el
cual es especificado en la norma particular, como un elemento subjetivo,
que significa que el agente actuó motivado por la causa de justificación.
Así, quien actúa en legítima defensa tiene la voluntad de defensa, quien
Notas previas actúa en estado de necesidad tiene la voluntad de salvar un bien jurídico,
etc. Esta posición ha sido aceptada por la jurisprudencia nacional. (V. 13
del 08/01/1993, SaTe; V. 439 del 07/05/2004, SaTe)
artículos 25 - 29 Tomando en cuenta que en la legislación nacional no se castiga la tentativa
en caso de delitos imposibles (Art. 24), se pregunta entonces ¿cuál es la
consecuencia jurídica de la ausencia del componente subjetivo de una
causa de justificación? Es el caso del médico que quiere causar un aborto,
desconociendo al momento de hacerlo que con ello salva la vida de la
mujer y que por ello, objetivamente, se encuentra justificado por el Art.
121 (aborto impune). La doctrina mayoritaria resuelve esto sancionando al
autor por la tentativa. No obstante, esta solución no es aplicable en Costa
Rica por las razones ya mencionadas. En consecuencia, la conducta
permanece impune.
Como toda causa de justificación, el cumplimiento de la ley excluye la antijuridicidad de la conducta. A pesar de que una conducta cumpla todos los elementos de la tipicidad, ésta aún puede estar
en concierto con el ordenamiento jurídico si está cubierta por una causa de justificación. El Art. diferencia dos tipos de cumplimiento de la ley: obrar en cumplimiento de un deber legal y obrar en
el ejercicio legítimo de un derecho. "En la justificación por cumplimiento de la ley [de un deber legal], agrupamos las acciones que la ley directamente manda y que el sujeto directamente cumple;
mientras que en el legítimo ejercicio de un derecho, se comprenden acciones que la ley no prohíbe". En cuanto al cumplimiento de un deber, debe iniciarse por aclarar la amplitud del término
"ley" (o legal). Se entiende por ley una norma expresa. En palabras de Jiménez de Asúa "nos referimos a la ley como norma o regla de Derecho, no en sentido estricto formal de la ley, sino a la ley
propiamente dicha y a toda otra actividad legiferante; es decir, que la norma puede derivar del propio poder legislativo, o del ejecutivo en su función reguladora legal; decreto-ley […], decreto,
ordenanza, reglamento, etc." Es una disposición de carácter general emanada de autoridad dentro de la esfera de sus atribuciones. Incluidas en el ámbito del deber jurídico se encuentran también
las disposiciones de carácter particular que surjan en relaciones jerárquicas (Art. 101 LGAP), que revistan las formas legales y no tengan un contenido ilegal (107, 108 y 109 LGAP). Los deberes
jurídicos representan una aprobación de la conducta por parte del ordenamiento jurídico. Es más, el ordenamiento ordena dicha conducta, a pesar de que ella sea típica. Si se presenta una colisión
de deberes (cuando hay dos deberes de acción de los que la persona solo puede cumplir uno), entonces se debe atender a la jerarquía que tengan (según los bienes jurídicos involucrados): si los
dos son equivalentes, la actuación del agente estará justificada si cumple uno de ellos; si los deberes no son equivalentes, entonces la conducta estará justificada cuando el agente cumpla el
superior. En el ejercicio legítimo de un derecho, por el otro lado, la conducta no está prohibida o bien existe una norma jurídica autoriza al agente a realizar ciertas conductas que contravienen
disposiciones penales. De manera similar al deber, el derecho puede provenir de una norma jurídica en sentido amplio. Se cuentan entre ellas el derecho de retención del Art. 1357 CC (en relación
con Art. 230 CP), el Art. 151 CP respecto a las ofensas contra el honor y el derecho de los padres de amonestar a sus hijos. Se debe distinguir con claridad, al momento de ejercer un derecho,
cuáles son las vías legales para hacerlo. Hay derechos que requieren de la actuación de las autoridades (juez, policía) para su puesta en práctica; hay otros que pueden ser ejercidos
inmediatamente (p.e. Art. 1357 CC).80 Equivocarse en la vía correcta para ejercer el derecho puede llevar eventualmente a un error de tipo permisivo (Art. 34 in fine). Tanto en el caso del
cumplimiento de deberes como el ejercicio de un derecho debe haber proporcionalidad en el actuar. Las normas que dictan deberes u otorgan derechos tienen límites de acuerdo a sus fines, de
manera que los excesos en los que el agente incurra no estarán justificados. P.e. un policía lesiona innecesariamente a un reo al momento de capturarlo; un padre sanciona a su hijo causándole
lesiones; el propietario de un inmueble coloca dispositivos de seguridad (offendiculas) que causan con facilidad la muerte del ladrón.

Jurisprudencia
1- EJERCICIO DE UN DERECHO, PUBLICAR ANOTACIONES: "[…] el tribunal estableció que el querellado actuó en el ejercicio de un derecho [al publicar las anotaciones afectando bienes inmueble
Cumplimiento de la ley
en disputa], amparando el derecho sobre las propiedades que tiene en disputa en los juicios ordinarios y anotadas en el Registro Público, y propiciando que los consumidores contaran con la
(Art 25) información suficiente a la hora de comprar una propiedad en el proyecto habitacional. Y ese derecho no se ejerce únicamente cuando se trata de crítica literaria, artística, histórica, científica o
profesional, como parece entenderle el recurrente, sino que se extiende, de conformidad con el artículo 151 del Código Penal, al concepto desfavorable expresado ejerciendo un derecho, siempre
que el modo de proceder no demuestre un propósito ofensivo. El artículo indicado se refiere a dos aspectos, separados por un punto y coma. En el caso bajo examen, está ante el segundo
supuesto. En todo caso, el ejercicio de un derecho constituye una causa de justificación aplicable a cualquier delito, y se contempla en el artículo 25 del Código Penal". (V. 725 del 22/08/2003,
SaTe)
2- PRESENTAR DENUNCIAS: "Se ha dicho en los mismos que es incluso conveniente que dentro de la Administración Pública se presenten denuncias cuando razonablemente se pueda considerar
que se ha incurrido en irregularidades, resultando que el que actúe dentro de esa razonabilidad no actúa antijurídicamente por estar amparado por una causa de justificación de cumplimiento de
un deber y ejercicio de un derecho, prevista en general en el Art. 25 del Código Penal y en particular con respecto a los delitos en contra del honor por el Art. 151 del mismo Código penal." (V. 35
del 12/02/1999, TCP)
3- DERECHO DE RETENCIÓN: "En efecto, el artículo 1357 del Código Civil, antes citado, dispone que "el depositante es obligado a indemnizar al depositario todos los gastos que haya hecho en la
conservación de la cosa, y las pérdidas que la guarda haya podido ocasionarle. El depositario, para ser pagado, goza del derecho de retención." Como puede apreciarse, pareciera existir una
contradicción entre esa norma y el artículo 223 del Código Penal porque este último sanciona a quien retenga una cosa mueble por título que produce obligación de devolver, supuestos típicos en
los cuales estaba el imputado, pero esa aparente contradicción jurídica es lo que pretende resolverse precisamente exigiendo que la conducta típica deba ser además antijurídica, entre otros
requisitos para que pueda ser calificada de delictiva, y resulta que en este caso no puede ser antijurídica por estar amparada a una norma legal que en forma expresa autorizaba realizar la
conducta típica cuando se dieran los supuestos del artículo 1357 del Código Civil". (V. 199 del 03/06/1994, SaTe)
4- LIBERTAD DE EXPRESIÓN: "En ese orden de ideas teniendo vinculación legal lo reglado por la Corte Interamericana, debe concluirse que cualquier acto que impida la libertad de expresión y el
uso de los medios de comunicación social como ha ocurrido en el sub júdice con el señor F.V.C., es arbitrario e irracional. La condición primaria de la colegiación como un requisito para acceder a
esos medios y poderse expresar libremente, sin cortapisas de ningún tipo, deviene en ilegítima. De manera correlativa se tiene, entonces, que V.C. ejercía un derecho (Artículo 25 del Código Penal)
constitucionalmente resguardado y, siendo así, no podía ser titular de acción ilícita". (V. 291 del 27/05/1996, TCP)
5- FACULTAD DE CORRECCIÓN DE LOS PADRES: "La facultad de corrección que tiene los padres está legitimada por el artículo 25 del Código Penal, pero tal potestad no autoriza los excesos, así es
que no es cierto, como lo asevera el impugnante, que los padres de familia estén excluidos de la aplicación de la acción delictiva prevista en el artículo 140 del Código Penal". (V. 423 del
25/11/1994, TCP)
El consentimiento del derechohabiente, cuando el titular del bien jurídico acepta voluntariamente la lesión de su bien jurídico por un tercero, ha sido fundamentado en el
derecho a la libre determinación de cada sujeto. Existe doctrinariamente una tendencia que diferencia entre el acuerdo y el consentimiento en sentido estricto. El primero se da
cuando el tipo penal requiere que la conducta sea efectuada en contra de la voluntad de la persona. Si ella está de acuerdo, falta un elemento del tipo, por lo que la conducta
deviene atípica. P.e. si una mujer está de acuerdo en tener relaciones sexuales, entonces el tipo de la violación no puede concretarse. La segunda figura, el consentimiento en
sentido estricto, ocurriría cuando la acción es indiferente a la voluntad del titular del bien y la lesión se concreta con el comportamiento. P.e. el daño que se causa a una cosa.
Otras tendencias ponen en duda esta partición, fundamentando sus argumentos en que "la acción sólo realiza el tipo en la medida en que importe una lesión del ámbito de
dominio autónomo del sujeto pasivo: la lesión de su voluntad respecto de la conservación del bien jurídico". De acuerdo con esta teoría, el consentimiento del titular sería una
causa de atipicidad. Nuestro CP, al regular el consentimiento bajo la sección que agrupa las causas de justificación, se ha inclinado tácitamente por la primera tendencia aquí
expuesta. Requisitos del consentimiento son: A- Legitimación y capacidad para consentir: puede consentir legítimamente quien es el titular del bien jurídico, a menos que
carezca de capacidad para ello (menores, incapaces). De ser este el caso, deberán consentir los representantes legales. El consentimiento del representante legal se ve limitado
por sus facultades (actos ultra vires) y por los intereses de su representado, quedando excluidos así los casos de colusión (p.e. Art. 241). La capacidad necesaria para consentir
no es similar a la capacidad civil de actuar, sino que se relaciona más con la capacidad natural de entender y querer. El sujeto debe poder comprender los alcances de su
consentimiento, tanto en cuanto al bien jurídico comprometido, como respecto a la extensión de la lesión o puesta en peligro. En caso contrario se podría tratar de un error o
vicio en el consentimiento. Además de comprender, el sujeto debe estar en la capacidad de actuar conforme a ese conocimiento. Se ha señalado que la capacidad para
consentir no puede ser asimilada a los criterios de culpabilidad. Ambos tienen distintos puntos de referencia: en la primera se trata de reconocer adecuadamente el valor de los
bienes jurídicos propios, antes de arriesgarlos; en la segunda se trata de juzgar correctamente actos propios que lesionan bienes jurídicos ajenos. En vista de que el legislador
nacional ha optado por proteger los intereses de los menores de edad (p.e. Art. 159, 164, 184, 237 CP, Art. 40 CC), se debe partir de que éste no puede dar su consentimiento,
sino que deben ser sus representantes legales quienes lo hagan. B- Bienes jurídicos renunciables: el titular únicamente puede consentir la puesta en peligro o la lesión de
bienes jurídicos renunciables. Irrenunciable es, por mandato constitucional, la vida (Art. 21 COPOL). Sin embargo, el consentimiento puede abarcar, no la lesión a la vida, sino un
Consentimiento del riesgo que derive culposamente en muerte. Es el caso del pasajero que acepta viajar con un conductor alcoholizado y que muere en un accidente causado por el conductor.
derechohabiente Parte de la doctrina y de la jurisprudencia aplica en estos casos la teoría de la autopuesta en peligro para excluir la imputación del resultado. No son renunciables los bienes
jurídicos que pertenezcan a la sociedad o al Estado o que tengan carácter supraindividual.89 P.e. un falso testimonio, aún cuando afecte a una persona determinada, no puede
(Art 26) ser consentido por el afectado, pues el bien jurídico en cuestión es la administración de justicia. C- Forma del consentimiento: de acuerdo a la teoría intermedia o mediadora,
que actualmente domina en la doctrina, el consentimiento no necesita ser expreso, sino que basta una acción concluyente que permita inferirlo. El consentimiento "no necesita
ser declarado frente al que actúa, o ni siquiera que sea reconocible para él." El consentimiento no puede limitarse a una anuencia meramente interna. Castillo afirma, por su
parte y recurriendo a la diferenciación entre acuerdo y consentimiento, que en el acuerdo la voluntad puede permanecer interna, mientras que en el consentimiento, ésta debe
expresarse. El consentimiento debe ser otorgado antes de la comisión del hecho y puede ser revocado por su titular en cualquier momento.

1- NEGACIÓN AUTOPUESTA EN PELIGRO: "Señala el recurrente que en la especie el Tribunal sentenciador omitió aplicar el artículo 26 del Código Penal, aplicando erróneamente
el numeral 128 del mismo Código. Luego de transcribir los hechos probados del fallo, dice el recurrente que en la especie el juzgador debió resolver el asunto aplicando una
causal de eliminación de la antijuricidad, toda vez que no se considera la actuación del ofendido, en la que él y el testigo de cargo, con absoluta claridad manifiestan que el
justiciable estaba ebrio, situación esta que dispuso al testigo L.D. para decidir no viajar más con el imputado, esto obviamente porque percibió el peligro a que se expondría,
siendo que ofendido quien hasta momento no había viajado con el justiciable decidió acompañarlo, sin que nadie le pidiera que lo hiciera. Se alega que el ofendido de modo
voluntario asumió el peligro. Los reclamos deben ser denegados por cuanto en la especie no es posible aplicar la causal del consentimiento del derecho habiente. Se define el
consentimiento del derecho- habiente como la facultad que tiene el sujeto de excluir de la esfera de protección de las normas penales, en forma jurídicamente relevante, un
bien jurídico que le pertenece y del cual puede disponer. Por regla se puede disponer de aquellos bienes jurídicos de naturaleza personal. […] Establecida la existencia de bienes
indisponibles, en el caso concreto que se conoce en esta sede de casación, no es posible acceder en que el ofendido, por la circunstancia de haber estado de acuerdo en
trasladarse con el acusado en el vehículo, aún conociendo que estaba en estado de ebriedad, esté disponiendo eventualmente de su propia vida o consintiendo posibles
lesiones, pues aún cuando se pudiere discutir asumió el riesgo dado el estado de ebriedad del acusado, es lo cierto que pudiese prever que iba a suceder el accidente la
circulación. No es posible hablar de que consintiera la lesión a su integridad corporal. Lo anterior obliga al rechazo del reclamo". (V. 09/06/2005, TCP, Voto salvado del juez
Sojo Picado). Véase también: (V. 531 del 09/06/2005, TCP).
Se entiende por estado de necesidad cuando un bien o interés jurídico sólo puede salvarse a través de la lesión de otro bien o interés jurídico. Doctrinariamente
todavía se discute si la valoración que implica el estado de necesidad atañe bienes jurídicos o intereses jurídicos. Tradicionalmente ha dominado la valoración de
bienes, pero un creciente número de autores, influenciados sin duda por la legislación alemana, consideran que la ponderación de intereses es más adecuada por
permitir considerar ampliamente la situación concreta. La jurisprudencia nacional ha aceptado que la ponderación se refiere a bienes jurídicos. Se habla de un
estado de necesidad justificante cuando el bien jurídico lesionado es de menor jerarquía que el otro bien jurídico en juego. Se está entonces en presencia del caso
regulado por el Art. 27, el cual excluye la antijuridicidad de la acción. En caso contrario, es decir, cuando el bien jurídico lesionado es de mayor o igual jerarquía que
el bien defendido, se está frente a un estado de necesidad exculpante, para el cual se aplica el Art. 38. La diferencia tiene consecuencias prácticas: frente a quien
actúa en estado de necesidad justificante "no cabe oponer legítima defensa y, además, no cabe la participación punible en la acción necesaria. En el segundo caso
el hecho sólo es disculpado. El afectado por la acción necesaria puede ejercitar la legítima defensa y la participación en aquélla resulta punible en tanto que el
partícipe no se encuentre bajo la presión de un estado de necesidad…" En principio, todo tipo de bien jurídico puede ser defendido en un estado de necesidad:
personales, colectivos, supraindividuales y hasta aquellos que no se encuentran protegidos por normas penales.95 Si el bien jurídico lesionado es la vida, empero,
no podrá haber un estado de necesidad justificante, sino únicamente uno exculpante, pues no hay un bien jurídico que sea superior a la vida. Un problema a la hora
de aplicar el estado de necesidad es la dificultad de determinar cuál es el bien jurídico de mayor jerarquía. Es claro que no puede atenderse sencillamente al valor
abstracto que se le otorga al bien. Roxin propone, entre otras reglas, a) comparar los marcos penales, pues la pena permite conocer la valoración que da el
legislador, y que se complementa con b) las reglas generales de valoración de los bienes jurídicos: "los preceptos sobre el orden general ceden ante la protección
frente a daños concretos; los valores de la personalidad tienen preferencia frente a los bienes patrimoniales; y la protección de la vida y la integridad fundamenta
un interés superior incluso frente a la preservación de otros valores de la personalidad o de bienes jurídicos supraindividules"; también se debe tomar en cuenta c)
la intensidad de la lesión del bien jurídico y d) el grado de los peligros que amenazan, o bien, la probabilidad de concretarse de que cada uno de los riesgos (p.e.
Estado de necesidad
incurrir en un delito de peligro abstracto para evitar un delito de peligro concreto); e) respetar la autonomía y dignidad de las personas (p.e. no obligar a alguien a
(Art 27) donar órganos), f) valorar la importancia que la lesión tiene para los afectados y g) no debe haber regulaciones que impidan el estado de necesidad.
El Art. incluye como requisitos que:
- el peligro sea actual o inminente: se debe estimar ex ante si existe un peligro. El peligro es la probabilidad inaplazable de lesión del bien jurídico, aún cuando sea
desconocido el momento en el que se concretaría la lesión.
- no lo haya provocado voluntariamente: no debe haber provocación dolosa del estado de necesidad. No debe interpretarse el inciso en el sentido de que lo
provocado voluntariamente es el peligro, sino el estado de necesidad, pues de lo contrario se llegaría a resultados indeseados: un montañero que escala un cerro y
luego no consigue descender, puede ingresar a una cabaña ajena para evitar congelarse. El montañero voluntariamente ocasionó el peligro, mas no el estado de
necesidad.
- no sea evitable de otra manera: el medio utilizado debe ser el menos lesivo para el bien. No deja de ser idóneo un medio si la probabilidad de que surta efecto es
incierta o baja (p.e. siempre habrá que llevar a un herido al hospital, aún cuando sus probabilidades de sobrevivir sean escasas). Si los medios son igualmente
idóneos, el agente podrá escoger.
Para que el estado de necesidad sea justificante, el titular del bien que se trata de salvar no debe estar jurídicamente obligado a afrontar el riesgo. Están obligados a
afrontar el riesgo las personas por su profesión (bomberos, policías, jueces, médicos, etc.) o por su posición de garante, en cuyo caso no puede alegarse estado de
necesidad.
Por último, como requisito subjetivo, el agente debe actuar motivado por la situación objetiva del estado de necesidad. (V. 13 del 08/01/1993, SaTe; ver comentario
al inicio de esta sección)
La legítima defensa tiene una doble justificación: permite la protección individual y, por otro lado, es una manifestación del prevalecimiento del Derecho. El primer punto significa que la persona puede proteger bienes jurídicos
individuales, a pesar de existir un monopolio de poder por parte del Estado, cuando el Estado precisamente se ve fácticamente en la imposibilidad de garantizar tal protección. Como consecuencia, la legítima defensa sólo es admitida
para salvaguardar bienes jurídicos individuales: bienes jurídicos colectivos o supraindividuales quedan excluidos. Del mismo modo, el Estado no puede hacer uso de legítima defensa, pues es él quien goza del monopolio de poder.
Tampoco existirá legítima defensa si la persona podía recurrir al Estado para solucionar el problema sin deteriorar sus derechos. La segunda justificación es una de orden general- preventivo y significa que el ordenamiento jurídico no
tiene por qué ceder ante la amenaza de lesiones. Por este motivo, una persona puede ejercer legítima defensa a pesar de que, en principio, su huída evitaría también la acción lesiva.102 La jurisprudencia apoya dicho principio p.e. al
expresar que "…no es posible exigirle [a quien sufre una agresión] […] que rehuyera cobarde o vergonzosamente la agresión que sufría en su propio inmueble, como único modo de hacer "razonable" la evitabilidad de aquélla, pues ello
equivaldría a desconocer la naturaleza humana y los objetivos mismos de la justificación en comentario." (V. 439 del 07/05/2004, SaTe). Los derechos o bienes jurídicos defendibles pueden encontrarse dentro o fuera del CP y pueden ser
tanto propios como ajenos. Si se trata de derechos ajenos, debe tomarse en cuenta que el ataque debe ser antijurídico para ser objeto de legítima defensa. Por lo tanto, si existe p.e. consentimiento del derecho-habiente, no puede
ejercerse la defensa a favor de un tercero por carecer el acto de antijuridicidad. Sin embargo, es importante que los requisitos de la causa de justificación en cuestión estén presentes (p.e. el consentimiento no puede referirse a la vida
por ser un bien indisponible), de lo contrario sí habrá legítima defensa por parte del tercero. La agresión ilegítima, que pone en peligro un bien jurídico, debe ser una conducta humana. No se puede ejercer legítima defensa p.e. contra un
animal, porque un animal no puede poner en riesgo el prevalecimiento del Derecho. Se trata más bien de un estado de necesidad. Diferente es el caso de quien utiliza un animal para amenazar un bien jurídico, pues el Derecho debe
prevalecer frente a esta persona que se sirve del animal, justificando así la legítima defensa. Lo mismo se puede decir de casos en donde no hay acción (fenómenos naturales, ataques epilépticos, etc.). La agresión puede darse en la
forma de una omisión, en cuyo caso la legítima defensa consistirá o bien en obligar al garante a realizar la conducta o en realizar por sí mismo la conducta que evita el resultado. La agresión no necesariamente debe ser dolosa ni violenta.
Una acción imprudente que amenace o aumente el peligro a bienes jurídicos también puede ser objeto de legítima defensa. Otro requisito de la agresión es que sea actual. Si bien el texto legal no hace referencia expresa a este punto, la
doctrina dominante lo acepta unánimemente. Para determinar si la agresión es actual, se recurre a un punto intermedio entre la inmediatez de la tentativa y la teoría de la defensa más efectiva (Theorie der wirksamsten Abwehr), pues
utilizar la primera iría teleológicamente en contra de la legítima defensa (no puede exigírsele a alguien esperar a que sea muy tarde o casi muy tarde para defenderse), mientras que la segunda implicaría poder utilizar legítima defensa en
estadios muy tempranos como la planeación o preparación del delito. La agresión será actual cuando se trate del estadio final de la preparación, que es el punto inmediatamente anterior al comienzo de la tentativa. Por supuesto, si la
tentativa ha iniciado, con más razón procede la legítima defensa. El delito pudo inclusive haber sido consumado, como en el caso de los delitos permanentes o que no han sido agotados (p.e. un ladrón que huye con lo robado), y aún
puede proceder la defensa. La actualidad de la agresión no es siempre fácil de determinar en la práctica: se ha aceptado en el caso en que el agresor había movido su mano hacia el bolsillo donde se encontraba un revólver,109 pero
rechazado cuando el propietario de un bar escucha que unos clientes planean robarle y luego matarle, sin tener éste oportunidad de salvamento, de huir o de llamar a la policía. La doctrina mayoritaria resuelve este último caso como
una situación de estado de necesidad. Consideramos, sin embargo, que tampoco es razonable obligar al propietario a esperar a que los ladrones desenfunden sus armas para que pueda defenderse. Además, al recurrir al estado de
necesidad se deja de lado el interés que existe porque el ordenamiento jurídico prevalezca. Nótese además que el inciso b) habla de repeler o impedir la agresión. No se puede impedir una agresión si esta ya se encuentra en curso, como
es el caso de la tentativa. Por ello, si es obvio que el acuerdo ha sido tomado (voluntad manifiesta) y que los ladrones pueden emprender el golpe en cualquier momento (disposición de medios), estaríamos en el estadio final de la
preparación, por lo que la defensa legítima estaría justificada. La agresión debe ser ilegítima. La ilegitimidad se ha entendido como antijuridicidad de la agresión. La antijuridicidad evalúa un desvalor en la acción (no en el resultado). Esto
porque no se puede ejercer legítima defensa contra quien actúa conforme a derecho. Así, el típico caso del conductor que no ve a un peatón y amenaza con atropellarlo no puede resolverse haciendo uso del Art. 28 porque el conductor
Legitima defensa no se comporta contra derecho. Si el peatón le dispara, arroja piedras, etc., a lo sumo estará en estado de necesidad. De la misma forma deben resolverse los casos donde falte antijuridicidad: legítima defensa, estado de necesidad
justificante, tentativa inidónea, etc. La legítima defensa también puede ejercerse contra una autoridad si esta actúa abiertamente contra el derecho p.e. haciendo caso omiso de la orden de un superior. En cuanto a la defensa empleada,
(Art 28) el Art. afirma que debe haber necesidad razonable de ella. La jurisprudencia (V. 439 del 07/05/2004, SaTe) diferencia entre la necesidad de la defensa (la legítima defensa como derecho principal y autónomo), y necesidad del medio (el
uso de un medio es necesario cuando el agredido no tiene a mano otros medios eficaces para contrarrestar el ataque). El primer concepto debe criticarse, o al menos la forma en la que dicha sentencia lo acepta, pues según ella se puede
recurrir a legítima defensa aún cuando haya posibilidad de "solicitar ayuda de la autoridad". Tal extensión del concepto es inaceptable, ya que iría en detrimento del monopolio de poder del Estado y favorecería la justicia de mano
propia. El segundo concepto, la necesidad del medio, se aproxima más a lo que acepta la doctrina: "Necesaria es toda defensa idónea, que sea la más benigna de varias clases de defensa elegibles y que no esté unida al riesgo inmediato
de sufrir un daño." El medio debe ser apropiado para defender el bien jurídico (inidóneo es p.e. insultar a quien a su vez profiere insultos) y ser el medio más benigno (que cause menos daño al agresor), pero esto sin aumentar el peligro
que corre el agredido. "La necesidad debe valorarse desde una perspectiva objetiva ex ante, esto es, tal y como habría valorado las circunstancias el hombre medio colocado en la situación del agredido." En cuanto a la razonabilidad de la
defensa, la doctrina ha recurrido a razones ético-sociales para excluir la legítima defensa en estos casos: A- Agresión culpable o con culpabilidad sustancialmente disminuida: cuando el agresor es un niño, un enfermo mental, se
encuentra en error invencible, etc. se restringe la legítima defensa porque la necesidad de que el derecho prevalezca es menor. El agredido debe evitar el peligro (p.e. huir), pedir ayuda o, inclusive, sufrir lesiones menores antes que
recurrir a defensas masivas; B- Provocación: la provocación del agredido al agresor, previa a la agresión ilegítima, implica que el agredido es corresponsable del peligro que amenaza su bien jurídico. La provocación debe ser la causa de la
agresión ilegítima. No se considera provocación un comportamiento a derecho y social- éticamente correcto (p.e. expresar una opinión crítica, a menos que ésta sea "la gota que rebasó el vaso" en una relación previamente conflictiva);
C- Desproporción entre bienes jurídicos: Jescheck señala, junto a la mayoría de la doctrina alemana, que "no está permitida la legítima defensa cuando existe una insoportable desproporción entre el bien jurídico atacado y la lesión o
puesta en peligro del agresor." El hurto de un objeto de poco valor p.e. no justifica la muerte del ladrón; la muerte sí estaría justificada si además el propietario corre peligro. En el caso del hurto, el agredido debe utilizar un medio de
defensa menos gravoso para el agresor (aunque sea menos seguro), aceptar la pérdida del bien de menos valor o huir; Castillo incluye también los casos de bagatela, es decir cuando la lesión o amenaza, por su poca importancia o valor,
no comprometa tanto el prevalecimiento del Derecho ni afecte significativamente los intereses del ofendido. Aunque molestas, son conductas toleradas socialmente. Para Roxin parece relacionarse también con la proporcionalidad de la
reacción. La defensa contra una bagatela podría consistir en un acto poco intenso (un empujón para hacer retroceder al agresor). D- Relaciones de garantía: cuando existe una posición de garante, la doctrina y la jurisprudencia alemana
sostienen que el prevalecimiento del derecho debe retroceder y dar prioridad a la relación personal de los implicados. Esto atañe especialmente las relaciones entre cónyuges y padres e hijos. Bacigalupo se une a esta corriente y afirma
que "[e]n estos casos, el agredido deberá recurrir siempre a medios que eviten la agresión de una manera más suave, aunque el medio sea inseguro." Sin embargo, la doctrina y la jurisprudencia nacional125 parecen inclinarse por
rechazar esta causa y otorgar el derecho de legítima defensa a las personas que sufran violencia intrafamiliar. Naturalmente, se deben cumplir sus requisitos y también se puede incurrir en exceso. En el caso de cónyuges o uniones de
hecho, la voluntad del legislador se hizo manifiesta en la Ley de Penalización de la Violencia Contra las Mujeres. En la relación paterno-filial, de educación y semejantes, el límite está en la moderación del castigo o amonestaciones (Art.
382-1). Desde el punto de vista subjetivo, el agredido debe conocer los elementos objetivos que justifican su legítima defensa. (V. 439 del 07/05/2004, SaTe, ver comentario al inicio de esta sección). El último párrafo del Art. establece
una presunción de legítima defensa si se presentan las condiciones descritas: a) individuo extraño, desconocido para los habitantes u ocupantes de la edificación; b) sin derecho alguno, no le asiste ninguna justificación para su
permanencia en el recinto; c) con peligro para los habitantes u ocupantes de la edificación o sus dependencias; el peligro debe valorarse como "la probabilidad de una lesión para la vida, la integridad corporal, la libertad o la integridad
sexual" de los habitantes u ocupantes. Sería muy amplio considerar peligro cualquier amenaza a bienes jurídicos o derechos de los habitantes, pues el simple hecho de hallarse sin derecho en estos sitios frecuentemente llenaría el
requisito. No es un peligro p.e. el niño que entra a un terreno a recoger su juguete perdido (V. 020 del 12/01/2007, TCP) o el voyeur que a hurtadillas observa desde la ventana; d) se hallare dentro de ellas, el agresor debe encontrarse
dentro de la edificación o sus dependencias o, dicho de otra manera, la presunción no se aplica si la persona aún intenta ingresar pero no lo ha logrado. Si estas condiciones se cumplen, entonces se presume que el marco objetivo de la
legítima defensa está dado. Esto, sin embargo, no libera al agredido de responder a través de una defensa necesaria y razonable.
Antes de iniciar el análisis del exceso en la defensa, debe observarse primero que la norma, a pesar de llevar ese título, refiere en su primera oración a "los casos de los artículos
anteriores." Es decir, no se refiere solo a legítima defensa, sino también a las otras causas de justificación. También nótese que el Art. 79 habla de exceso en las causas de
justificación. El Art. regula dos supuestos de exceso: el no punible y el punible según el Art. 79. Requisito objetivo para la aplicación de este Art. es la existencia de una causa de
justificación. El beneficio que establece el Art. 79 no puede otorgarse si anteriormente no se constató la existencia de los requisitos para el uso p.e. de la legítima defensa.
Igualmente, el exceso no punible, en ocasión de una excitación o turbación, presupone la situación objetiva de la causa de justificación: "no puede haber exceso no punible
acerca de una causa de justificación que no se tiene por acreditada previamente." (V. 0776 del 09/08/2002, SaTe). La exculpación se aplica únicamente si el exceso tiene como
causa la excitación o turbación en el estado defensivo. Si se debe a ira, odio, indignación u otro aspecto subjetivo de carácter agresivo, se trata de un exceso punible según Art.
79. Mientras que si hay una mezcla entre aspectos defensivos y agresivos, la eximente se aplicará si al menos hay una equivalencia entre ellos.128 X, mujer embarazada,
sorprende a B con un cuchillo en su casa. X entra en pánico, arrebata a B su cuchillo y le propina once heridas. Si bien una herida posiblemente hubiera bastado, la turbación de
X la exime de pena. (V. 0274 del 11/06/1993, SaTe). El exceso se da cuando la causa de justificación deja de ser razonable o necesaria. El exceso en la intensidad (medio no
necesario) se da p.e. si X puede repeler un ataque de B con solo darle un puñetazo, pero por la turbación de las circunstancias recurre a un cuchillo. Se incurre también en
exceso si se infringen los límites de la razonabilidad, conforme a los criterios ético-sociales: defensa contra sujeto culpable o con culpabilidad sustancialmente disminuida,
desproporción entre bienes jurídicos o provocación (véase Art. 28). P.e. un policía que dispara para detener a unos niños que huyen con las golosinas que robaron incurre en un
exceso del cumplimiento del deber, tanto por la falta culpabilidad de los niños, como por la exagerada desproporción de bienes jurídicos. A falta de turbación o excitación que
surjan de las circunstancias, el exceso será penado conforme al Art. 79. El juez deberá tomar en cuenta la gravedad de la violación de las reglas ético-sociales para determinar la
pena.

Exceso en la defensa
(Art 29)
Jurisprudencia
1- FUNDAMENTO: "El otro supuestos, similar a los casos de imputabilidad disminuida y que, el ordenamiento jurídico penal costarricense le apareja un reproche atenuado, lo es
el caso del exceso en la legítima defensa cuya regulación la encontramos en los artículos 29 y 79 del Código Penal. En efecto, aquí tenemos que el exceso, en realidad no podría
estar cubierto por la causa de justificación, sin embargo, la ejecución de dicho hecho en el marco de una causa de justificación es sopesada por el ordenamiento para proveer
cierto grado de posibilidad de atenuación, reduciendo el reproche, toda vez que el grado de excitación que implica la situación de ejercicio de la legítima defensa, ha llevado a
que legislativamente se contemple esta situación para no recriminar al sujeto todo el peso de la situación, por cuanto, precisamente, ese excedente estaría fundado en una falsa
valoración del sujeto de la necesidad de la reacción defensiva (sostenemos esto porque no podemos concebir que el exceso sea consciente o intencionado, pues en tal caso, no
sería aplicable el artículo 29 del Código penal, sino que estaríamos en un supuesto de venganza), notamos aquí, nuevamente que se da un déficit a nivel de la culpabilidad, al que
el ordenamiento lo que le apareja es un reproche atenuado, no una exclusión del reproche en forma absoluta". (V. 214 del 04/03/2004, TCP)
2- EXCESO Y DESPROPORCIÓN DE LA DEFENSA: "Aunque doctrinaria y jurisprudencialmente se ha solido confundir el exceso en la defensa con la desproporción de la misma, es
lo cierto que se trata de situaciones diversas. Una cosa es que la defensa sea desproporcionada, es decir que no sea la menos dañosa de las disponibles para superar la agresión
que se sufre, y otra es que la persona crea que el medio que emplea es el adecuado para esa finalidad, cuando en realidad es más severo que lo necesario. En aquel caso, se está
ante la intencionalidad de emplear más violencia que la necesaria, lo que transforma en ilegítima la defensa. En este caso, aunque la respuesta es excesiva, el agente cree que es
la justa. O sea, se encuentra ante un error. Tanto es así, que en su artículo 29, el Código Penal disciplina ese tipo de situaciones remitiéndolas a los artículos 79 y 35, que regulan
los errores de prohibición. Al respecto, debe decirse que el asunto ha sido equivocadamente abordado por nuestra jurisprudencia nacional. En efecto, al igual que la acción que
se efectúa como una aparente defensa, mas sabiendo que no hay agresión, no es una legítima defensa, tampoco lo es cuando media una desproporción entre la agresión y la
defensa que se lleva a cabo, a sabiendas que esta rebasa lo necesario para superar la mencionada agresión. En tal caso, sencillamente se está ante una defensa
desproporcionada, que elimina la legítima defensa. (V. 790 del 03/08/2007, SaTe)
3. Tentativa según normativa y
jurisprudencia aplicable
Artículo 24.- Cuándo existe
Regulación Hay tentativa cuando se inicia la ejecución de un delito, por actos directamente encaminados a su consumación y ésta no se produce por causas independientes del
agente. No se aplicará la pena correspondiente a la tentativa cuando fuere absolutamente imposible la consumación del delito.

La tentativa se encuentra ligada al llamado iter criminis o camino del delito. Usualmente se acepta que el iter criminis está compuesto por cinco etapas:
planeamiento, preparación, ejecución, consumación y agotamiento. La tentativa, de acuerdo a la definición legal, se da cuando los actos de ejecución han iniciado,
más la consumación del delito fracasa debido a causas ajenas al sujeto. La tentativa marca el punto a partir del cual el interés punitivo del Estado nace, siendo así
Concepto que los actos de planeamiento o de preparación permanecen impunes. La consumación es la realización del tipo penal; su existencia está relacionada a la presencia
de los elementos típicos. Para determinar la existencia de una tentativa, la jurisprudencia nacional ha acogido la teoría individual objetiva, esto a pesar de que en
algunas sentencias ha hablado de la "univocidad" de los actos ejecutivos, lo que podría pensarse hace referencia a la teoría de la univocidad de Carrara (V. 010 del
07/01/1999, SaTe).
Tentativa
Los actos son de ejecución según el plan del autor y la representación que éste tiene del hecho. Al examinar el plan del agente se puede
diferenciar, por ejemplo, si su plan iba encaminado a causar lesiones o muerte y, por tanto, calificar el delito como lesiones consumadas o
Elemento objetivo tentativa de homicidio, según el caso. Valga decir que en el tipo subjetivo es necesaria la existencia de, al menos, dolo eventual. Debe
excluirse, por ello, la idea de una tentativa culposa. A pesar de que la fórmula legal parece no prestar atención a este elemento, su rechazo
en la práctica no ha sido cuestionado.

El agente debe poner en marcha la realización del delito. Los actos deben estar "directamente encaminados" a la consumación del delito, lo
que quiere decir que hay inmediatez entre los actos de ejecución y la consumación. La inmediatez es tanto fáctica (no hay otros actos por
Teoría realizar) como temporal, para lo cual también se debe atender al plan del autor. La jurisprudencia también ha interpretado que este
individual Elemento subjetivo elemento significa la puesta en peligro del bien jurídico (V. 1588 del 10/03/98, SaCon y V. 48 del 30/01/91, SaTe). Con base en este criterio
objetiva se ha rechazado la punibilidad del delito imposible o la tentativa absolutamente inidónea (sea por el sujeto, el objeto o los medios), pues en
ninguno de estos casos se pone en peligro el bien jurídico. La tentativa relativamente inidónea es el caso regulado por el Art. 24, que es
cuando circunstancias ajenas al agente impiden la consumación del delito.

No existe tentativa si el delito ha sido consumado, es decir, si los elementos del tipo han sido realizados. Se recalca nuevamente que se
Falta de consumación debe atender al plan del autor, pues un delito consumado puede ceder ante un delito en grado de tentativa (p.e. homicidio en tentativa en
vez de lesiones consumadas) si la voluntad del autor se dirige a este último.
El desistimiento voluntario se da cuando el agente libremente decide interrumpir los actos ejecutivos antes de que se dé la consumación. Como
los actos ejecutivos todavía estaban en proceso, se habla entonces de una tentativa inacabada. Diferente es cuando el agente ha realizado todas
las actividades necesarias para la consumación (tentativa acabada). En este caso es necesario que él, a través de su actuar, impida la consumación.
Se está entonces en presencia de un arrepentimiento activo. El CP no regula la figura del desistimiento voluntario. Cabe preguntarse si fue una
omisión voluntaria o involuntaria del legislador. Para la doctrina se trata de una laguna del derecho que la jurisprudencia ha venido a llenar, ya sea
a través de la interpretación a contrario sensu o de una analogía in bonam partem. Sin embargo, el anteproyecto de CP, en su versión original,
contenía un segundo párrafo en el Art. sobre la tentativa que decía: "El agente que voluntariamente desiste de la ejecución del delito o impide que
el resultado se produzca sólo responderá por los hechos ya realizados."
Desistimiento
voluntario Este párrafo fue deliberadamente eliminado del CP. Durante la discusión en la Comisión Redactora, la opinión que se impuso fue la de Reyes
Echandía, quien consideraba dicha aclaración innecesaria. Según dijo, "desde el momento en que se ha establecido como principio general que
quien realiza un hecho previsto en la ley penal como delito debe responder por el mismo, sobra decirlo."60 Todo esto parecería indicar que el
legislador conscientemente dejó la figura del desistimiento voluntario sin regular. Cuando hay desistimiento voluntario o arrepentimiento activo,
el agente se libra de la pena del delito que permaneció en el estado de tentativa, pero responde por aquellos que haya consumado. El
desistimiento es de carácter personal y libra al agente de pena. Es personal porque no puede extenderse a los coautores o partícipes. Estos deben
desistir a su vez para eximirse de pena. Igual sucede con el autor mediato: es su desistimiento individual el que importa. De manera que si el
instrumento, por algún motivo desiste o se ve impedido de realizar el acto, el autor mediato aún debe ser sancionado.61 La doctrina nacional
rechaza, sin embargo, la tentativa de instigación, aunque sí es posible la instigación a un delito que permanezca en grado de tentativa.
Tentativa
La tentativa también es posible en los delitos por omisión. A este respecto debe hacerse algunas aclaraciones. Si bien se ha aceptado de manera
casi unánime la posibilidad de incurrir en la tentativa de un delito por omisión impropia, en este caso, al carecer de sentido la fórmula "actos
directamente encaminados," se ha puesto atención "al instante en el que el objeto protegido de la acción pasa a estar en peligro inmediato". En
cuanto a las omisiones propias, una parte de la doctrina se inclina por rechazar la posibilidad de la existencia de tentativa por considerar que se
trataría de una tentativa inidónea, mientras que otra la acepta en algunos casos, esto es, cuando la omisión llevaría a un resultado. De acuerdo a
la diferenciación que hace Roxin, quien es representante de esta última corriente, sería tentativa inidónea si la simple acción omitida cumple con
el tipo penal, p.e. en el caso de la omisión de auxilio (Art. 144): si alguien omite auxiliar, bajo la errónea asunción de que una persona necesita ese
auxilio, entonces comete una tentativa inidónea. Si, por el otro lado, un guardia de prisión omite respetar las reglas de seguridad para favorecer el
Tentativa delitos escape de un preso, pero el escape no se realiza por otros motivos, entonces habrá una tentativa de omisión propia (Art. 327). Este último
por omisión ejemplo requiere un resultado, el escape del preso, por lo que da espacio a la tentativa. La jurisprudencia nacional ha rechazado la posibilidad de
tentativa en caso de delitos de peligro abstracto, pero hasta el momento no se ha pronunciado sobre los delitos de peligro concreto (V. 10 del
07/01/1999, SaTe). Al menos parte de la doctrina se ha inclinado por rechazar la tentativa de los delitos de peligro por considerar que ellos se
refieren a estadios previos a la lesión del bien jurídico, lo que "supondría castigo a una situación que representaría tentativa de una tentativa o, lo
que es lo mismo, peligro de un peligro."66 Otra parte de la doctrina acepta la tentativa en los delitos de peligro concreto, cuando la tentativa ha
llevado a, al menos, la realización parcial del tipo,67 mientras otros exigen el dolo de causar el peligro.68 También hay quienes aceptan la
tentativa en los delitos de peligro abstracto, siempre y cuando "el proceso ejecutivo [sea] susceptible de ser realizado gradualmente". La tentativa
es aceptada en los delitos calificados por el resultado bajo condiciones especiales (Véase Art. 37). La tentativa de una contravención no es punible
(Art. 73).
"A partir del comienzo de los actos de ejecución del delito, que son aquellos comportamientos dirigidos a poner en práctica los
actos preparatorios directamente sobre la persona o bien que se busca destruir o conculcar y que suponen un comienzo de
ejecución de la conducta típica correspondiente, el ordenamiento interviene imponiendo una sanción, pese a la no existencia del
Impunidad de los actos
disvalor del resultado. En criterio de esa Sala el límite de la punibilidad en el marco de un Estado de Derecho se ha de fijar en el
preparatorios
comienzo de la ejecución del delito. Ello reside en la misma esencia del sistema, de la libertad general de acción y la seguridad
jurídica. De ahí, que no puedan castigarse ni la mera manifestación externa de la voluntad criminal, ni tampoco, en términos
generales los actos preparatorios en los que se expresa la intención contraria a la norma". (V. 1588 del 10/03/1998, SaCon)

"El Person. Schwerpunkt: Gefährdungsdelikte. Bielefeld, Gieseking, p. 36 s.problema jurídico planteado por el impugnante es, en
esencia, si es posible que exista una tentativa en los delitos de peligro abstracto. Para responder a este cuestionamiento resulta
necesario decir, en primer lugar, que la tentativa está dirigida a castigar hechos producidos en una etapa previa inmediata a la
consumación, cuando se da inicio a los actos ejecutivos que están directamente encaminados a consumar un tipo penal. El
artículo 24 del Código Penal tiende entonces a brindar una tutela anticipada del bien jurídico, pues basta para la tentativa que la
actividad criminal se oriente a causar la lesión al bien jurídico. La tentativa es, en tal caso, también un anticipo de protección al
Tentativa de delito bien jurídico, en un área donde actos directamente encaminados a la realización de un hecho punible, por su univocidad, puede
Tentativa Jurisprudencia peligro abstracto predicarse que van dirigidos a cumplir el núcleo de la descripción. Si se tradujera esto al área de los delitos de peligro abstracto, a
los efectos de aceptar la tentativa en este tipo de delitos, tendría que aceptarse la conclusión abiertamente lesiva del principio de
legalidad constitucional del artículo 39 de la Carta Magna de que toda actividad previa al inicio de un delito de peligro abstracto
es punible, ya que implica la orientación a la puesta en peligro contingente de un bien jurídico, ya que "cualquier actividad"
implicaría entonces un peligro de la ocurrencia de un peligro para la Salud Pública, lo que evidentemente lleva el castigo penal a
zonas o áreas donde no resulta proporcionado tal castigo, ni tampoco racional frente a una tutela de bienes jurídicos como la que
pretende un derecho penal democrático". (V. 10 del 07/01/1999, SaTe)

"En la actualidad la doctrina moderna acepta, casi unánimemente, la teoría individual objetiva para explicar el deslinde entre
actos preparatorios y actos de ejecución. […] De acuerdo con esta tesis lo que debe tomarse en consideración es, en primer
término, el plan del autor, así como también la proximidad del peligro corrido por el bien jurídico según la acción desplegada, y
Teoría individual objetiva que tales actos sean típicos, aunque no necesariamente se inicie el desarrollo del núcleo o verbo del tipo penal. En otros
términos, habrá tentativa (el inicio de los actos de ejecución) cuando el autor esté desarrollando su plan para afectar el bien
jurídico, de manera muy próxima y eficaz para lesionar ese bien, al extremo de producir una afectación de la disponibilidad que el
titular debe disfrutar de ese bien jurídico". (V. 48 del 30/01/1991, SaTe)
"[…] el rango de cobertura del delito experimental ha sido circunscrito a los casos de intervención de la policía cuando ya el
comportamiento del sujeto configura los actos ejecutivos idóneos y conducentes a la realización del núcleo del tipo penal; si la
policía interviene e impide la consumación, la respuesta legislativa y dogmática más correcta sería resolver el caso como una
Delito experimental, tentativa idónea (strictu sensu -artículo 24 del Código Penal-), por quedar fuera de la voluntad del agente tal intromisión. […]
desistimiento cuando el agente provocador induce a realizar algo que el sujeto no quiere, no se puede considerar que tal actitud "crea" el dolo
de tipo requerido por el Código Penal (artículo 30 del Código Penal), y si interviene para verificar y confirmar lo que ya de por sí
constituye un hecho punible (aún en grado de tentativa), los actos realizados antes de su intervención deben ser considerados
jurídicamente reprochables". (V. 559 del 15/10/1993, SaTe)

"Por su parte, aunque el desistimiento no está regulado expresamente en nuestro ordenamiento jurídico, la doctrina admite en
forma unánime que esta figura se produce cuando habiéndose realizado actos ejecutivos de un delito, este no llega a consumarse
Tentativa Jurisprudencia por la libre decisión del autor; es decir, cuando el sujeto activo abandona voluntariamente la empresa delictiva, desistiendo del
Desistimiento y tentativa
plan que había comenzado a ejecutar. […] Ambas figuras [tentativa y desistimiento] requieren el inicio de actos ejecutivos y la no
consumación del delito, pero en la primera el curso causal delictivo se interrumpe por circunstancias ajenas a la voluntad del
agente, mientras que, en la segunda, se interrumpe por la libre decisión del autor." (V. 313 del 27/03/1998, SaTe)

"En el desistimiento los motivos por los que el agente se determina a interrumpir la ejecución del delito encuentran su origen en
la interioridad psíquica del sujeto, sin que concurran influencias externas capaces de hacer modificar su conducta (puede
producirse, por ejemplo, por razones de conciencia, por miedo a la pena, vergüenza, piedad, arrepentimiento, etc). En la
tentativa, por el contrario, son más bien esas influencias externas concurrentes las que motivan la determinación, privando a esta
Desistimiento
del rasgo de la voluntariedad que caracteriza al simple desistir (y conviene recordar que en los casos de la tentativa acabada, para
que opere el desistimiento o arrepentimiento y sus consabidos efectos es necesario que el agente no solo deje de actuar en
forma voluntaria, sino que además realice una conducta que tenga como resultado evitar la consumación del delito)". (V. 1207 del
19/10/2000, SaTe)
"De ahí surge la necesidad de distinguir los actos de ejecución y los actos de preparación y castigar sólo los primeros. Para poder conciliar la
punición de la tentativa inidónea, con la necesidad de que se produzca un peligro para el bien jurídico tutelado, las teorías objetivas elaboraron
una distinción entre imposibilidad absoluta, que se da cuando recae en el objeto o el medio e imposibilidad relativa que se produce cuando son
las condiciones en que se desarrolla la especie las que impiden el resultado. En el primero de los casos consideran que el hecho debe quedar
impune y en el segundo que sí ha de sancionarse. Por su parte, las teorías mixtas pretenden una simbiosis entre las teorías subjetivas y las
objetivas, critican a las primeras porque señalan que la voluntad criminal no brinda un criterio racional seguro, que permita defender y afianzar la
seguridad jurídica, y ha conllevado a que históricamente se empleé la peligrosidad criminal como justificación para regímenes violadores de los
derechos y libertades fundamentales, al pretender erigirse un derecho penal de la voluntad, que entendía el delito como la lesión insoportable de
la moral de un pueblo. Asimismo, se oponen a las teorías objetivas porque consideran que el "peligro" para el bien jurídico es un concepto
problemático. La teoría objetivo-subjetiva señala que el castigo de la tentativa se justifica en cuanto el agente realiza conductas socialmente
relevantes que buscan el menoscabo de los bienes jurídicos protegidos atendiendo al plan concreto del autor. Por último, para la denominada
"teoría de la impresión" lo decisivo para la punibilidad de la tentativa y por ende, el criterio distintivo con los actos de preparación es la voluntad
del autor contraria al derecho, no como un fenómeno en sí, sino entendida en su objeto sobre la comunidad. Atiende esta teoría al desarrollo de
las teorías de la prevención general de la pena, que legitima la punición de la tentativa inidónea. Se dice que la acción del autor de delito
imposible es reprochable por la relevancia social que tiene al iniciar actos intencionalmente dirigidos a la consumación de un delito; y por otro
Tentativa
Tentativa inidónea lado, la demostración de la capacidad delictiva del agente, que no consumó el delito por un error (al revés) sobre los medios, objeto o actividad; lo
Jurisprudencia
cual, lleva a una afectación, no del bien jurídico, sino de la paz jurídica de la comunidad, que de quedar impune causaría conmoción social. Para
saber si los actos son idóneos, el analista debe colocarse en la misma posición que el agente y determinar si en la situación concreta la acción
ejecutada fue suficiente para el logro de la consumación de la conducta típica, acorde con el bien jurídico objeto de tutela, si ello no acontece, el
juicio emitido tiene que ser negativo y la acción debe ser considerada como inidónea. La inidoneidad puede recaer en los medios, el objeto, el
sujeto, ya por razones fácticas, ya por razones jurídicas. Tanto en la tentativa idónea como inidónea importan que el autor haya iniciado la
ejecución y en ambos casos existe la particularidad de que el resultado no se produce por circunstancias ajenas a su voluntad. La diferenciación
que se da en algunas legislaciones, al castigar la tentativa idónea con una pena mayor a la tentativa inidónea radica en la consideración que se
hace del menor disvalor del resultado que en él se comprueba. El máximo disvalor del resultado lo da la consumación o lesión del bien jurídico.-
Nuestro Código Penal en el artículo 24 recepta la teoría objetiva al establecer que si fuere absolutamente imposible la consumación del delito, no
se aplicará la pena correspondiente a la tentativa. Ello, por cuanto la teoría objetiva distingue entre imposibilidad absoluta y relativa. En el primer
caso, que es el delito imposible, y al que se refiere el artículo 24 citado, no se da ninguna puesta en peligro del bien jurídico tutelado. Los casos de
inidoneidad relativa, por su parte, no son más que casos de "tentativa" a los que se les aplica el párrafo primero de esa norma. Como en el delito
imposible o tentativa absolutamente inidónea no existe ninguna puesta en peligro del bien jurídico tutelado, sancionarlo, ya con una pena, o con
una medida de seguridad, sería violar el principio de ofensividad. De manera que, constituye éste un argumento más para declarar la
inconstitucionalidad de las normas consultadas". (V. 1588 del 10/03/1998, SaCon)
3.1 Tipos de tentativa y
diferencia con los actos
preparatorios
Sucede cuando el autor ha realizado todo cuanto se requiere según su plan su plan para la consumación, pero el resultado no se produce por causas
independientes de la voluntad del sujeto agente. Es decir en la tentativa acabada, se realiza el injusto, pero no hay resultado. Así por ejemplo, el sujeto realizó
Tentativa acabada
todos los actos necesarios para ocasionar el resultado mortal, quienes lo desencadenaron llevaron a cabo toda la actividad adecuada para perfeccionar el
homicidio, aunque por razones ajenas a su voluntad no se llegan a producir el resultado perseguido.

El autor no ha dado termino todavía a su plan, por ejemplo el autor tras intentar asfixiar a la victima, esta empujo al procesado y pudo escapar pidiendo auxilio a
Tentativa
gritos. De aquí podemos deducir que la tentativa, aun siendo seria, no fue completa en términos jurídicos, pues no se desplegaron todos los actos que debieron
inacabada
haber producido el delito y este no se produjo por causas independientes a la voluntad del autor.

Tipos de tentativa

El sujeto trata de reproducir los actos propios del tipo penal pero el resultado no se produce porque existe algún medio que es inidóneo. Un ejemplo sería tratar
Tentativa Inidónea
de matar a alguien con una aspirina. O utilizar azúcar pensando que era veneno.

La tentativa implica pasar de la fase preparatoria a la ejecución del delito. Es necesario que se de la ejecución del tipo penal ya sea de forma parcial o total, para
que sea jurídicamente relevante. La característica principal de la tentativa es la puesta en peligro del bien jurídico protegido. Como se menciono anteriormente
hay impunidad de los actos preparatorios, según jurisprudencia se ha establecido “"A partir del comienzo de los actos de ejecución del delito, que son aquellos
Tentativa vs actos comportamientos dirigidos a poner en práctica los actos preparatorios directamente sobre la persona o bien que se busca destruir o conculcar y que suponen un
preparatorios comienzo de ejecución de la conducta típica correspondiente, el ordenamiento interviene imponiendo una sanción, pese a la no existencia del disvalor del
resultado. En criterio de esa Sala el límite de la punibilidad en el marco de un Estado de Derecho se ha de fijar en el comienzo de la ejecución del delito. Ello
reside en la misma esencia del sistema, de la libertad general de acción y la seguridad jurídica. De ahí, que no puedan castigarse ni la mera manifestación
externa de la voluntad criminal, ni tampoco, en términos generales los actos preparatorios en los que se expresa la intención contraria a la norma".
3.2 Penalidad de la
tentativa
Artículo 73.- Penalidad del delito y de la tentativa
El delito consumado tendrá la pena que la ley determine, fijada dentro de sus extremos, de acuerdo con el artículo 71. La tentativa será
Normativa
reprimida con la pena prevista para el delito consumado disminuida o no a juicio del Juez.
No es punible la tentativa cuando se tratare de contravenciones.

La consumación es el momento del iter criminis donde el tipo objetivo establecido en la ley penal ha sido realizado completamente. El plan del
Consumacion autor, si éste ha alcanzado su propósito o no, no es un criterio para determinar si el delito se ha consumado o no. La pena correspondiente será
determinada por el juez haciendo uso del marco punitivo contenido en la disposición que haya sido violada y de los criterios del Art. 71.
3.2 Penalidad de la
tentativa
La penalización de la tentativa (Art. 24) se ha justificado de muchas maneras. Actualmente mantienen vigencia: la teoría de la impresión
(Eindruckstheorie), según la cual la tentativa es punible cuando la voluntad antijurídica del agente es adecuada para menoscabar la confianza
en la validez del ordenamiento jurídico y la seguridad jurídica; la teoría de la peligrosidad, muy ligada a la anterior, postula que el autor es
punible porque su conducta demuestra que él no tiene intención de seguir las normas; y una tercera vertiente, la teoría unificada, recurre a la
necesidad especial y general-preventiva de sancionar una acción que represente un peligro cercano para la norma. La pena de la tentativa es la
misma, en principio, que la del delito consumado. La ley otorga al juez la facultad de disminuir la pena o no. La pena disminuida puede
Penalizacion de la encontrarse dentro del marco punitivo de la ley o ser inferior a este (V. 1181 del 17/11/2006, SaTe). La falta de determinación legal sobre los
tentativa límites de la disminución, o bien, la enorme discreción que la ley otorga al juez, hacen cuestionar la prudencia de la regulación, pues la pena de
la tentativa puede verse disminuida a un día de prisión, un día multa, etc. El juez debe justificar su decisión utilizando los criterios del Art. 71 y
tomando en cuenta las características particulares de la tentativa como p.e. la cercanía a la consumación, o si la tentativa ha sido acabada o no.
La jurisprudencia nacional ha tomado en cuenta los antecedentes penales del autor para negar la disminución de la pena. La disminución no
podrá ser menor que el delito de pasaje que haya sido consumado. Así, por ejemplo, en el caso de una tentativa de homicidio que haya
resultado en lesiones graves no podrá disminuirse la pena más allá del mínimo establecido por el tipo de las lesiones graves. En caso de
contravenciones, su tentativa no es punible porque de minimis non curat praetor.
"En lo que concierne a lo previsto en el artículo 73 del Código Penal, ha de apuntarse que la posibilidad de disminuir la pena por
debajo del mínimo establecido, en los supuestos de tentativa, es una facultad y no un deber de los jueces." (V. 1181 del 17/11/2006,
SaTe). "[…] dentro del marco de razonabilidad y proporcionalidad de la pena y de la necesaria individualización del reproche, el
legislador concede al juez la posibilidad de disminuir el extremo inferior de la pena en un delito tentado, para lo cual debería tomar
DISMINUIR ES en consideración la forma en que en concreto se desarrollaron y manifestaron los presupuestos del artículo 71 ibid, al punto que
FACULTATIVO justifiquen la disminución del reproche. En sentido contrario, frente a una tentativa, podrían en atención a los mismos principios y
parámetros legales señalados, estimarse que la imposición de la pena debe superar el extremo inferior y que no haya cabida para
rebajo alguno. Ambas hipótesis son válidas, porque lo que existe es autorización para el rebajo y no una obligación de hacerlo en
todo caso de tentativa y lo que debe controlarse es entonces, la vigencia de esos principios constitucionales en la concreta fijación
hecha y la adecuada individualización del reproche." (V. 44 del 27/01/2006, SaTe)

Jurisprudencia "En la especie, la juzgadora señala que no rebaja la sanción considerando las reiteradas sustracciones que el justiciable ha llevado a
ANTECEDENTES cabo en ese mismo lugar […], argumento que a juicio de esta Cámara no es irracional o desproporcionado, esto en el tanto no es
PENALES del todo cierto que el Tribunal de mérito al momento de fijar la sanción no pueda tener en cuenta los antecedentes del imputado."
(V. 194 del 30/03/2007, TCP de San Ramón)

"Por ello, debe reiterarse, es la pena prevista para el hecho consumado la que corresponde a la tentativa. No obstante se prevé la
DISMINUCIÓN DEBE posibilidad de que el Juez disminuya la misma y ello obliga a brindar las razones para tal proceder. Pero indudablemente es un
ESTAR FUNDAMENTADA sistema que concede amplio arbitrio al juez para la estimación de la pena concreta, pues no rige en nuestro sistema procesal penal
una aritmética judicial que establezca certeramente el quantum de la pena a imponer." (V. 307 del 03/07/2008, TCP de San Ramón)
4. Concurso de delitos y
concurso aparente de
normas (Art 21 – 23 C.Pen)
Concurso
ideal
(Art 21)

Concurso de
delitos y
concurso
aparente de
normas
Concurso
Concurso
aparente de
material
normas
(Art 22)
(Art 23)
4.1 Concurso Ideal
El concurso ideal se presenta cuando una acción u omisión (unidad de la acción, Art. 18) viola más de un tipo penal (concurso ideal heterogéneo) o uno solo más de una vez
(concurso ideal homogéneo). Ejemplo el primero es un atentado donde personas hayan muerto (homicidio), otras hayan sido heridas (lesiones), y la propiedad ajena haya sido
Concepto destruida (daños). Un caso de concurso ideal homogéneo es un insulto dirigido a dos o más personas (injurias). A pesar de que la norma solo se refiere al concurso ideal
heterogéneo (se violan diversas disposiciones legales), una interpretación analógica (in bonam partem) de la norma obliga a aplicarla también cuando sea uno solo el tipo que ha
sido violado varias veces

Identidad de los actos de Se da cuando el acto de ejecución de cada uno de los tipos penales infringidos es idéntico. Así, por ejemplo, cuando un solo disparo ocasiona lesiones y daños al mismo
ejecución tiempo.

el concurso ideal también se da cuando los actos de ejecución coinciden parcialmente. Esto puede ocurrir cuando la realización de un tipo penal es parte de la realización de
otro tipo penal. Ejemplo de ello sería lesionar a una persona durante un robo (Art. 212-3 y 123 ss.). También se acepta la existencia de concurso ideal cuando un delito es
Identidad parcial de los
realizado con la finalidad de cometer otro delito, cuando las acciones tenían como fin este último delito, p.e. la falsificación de documentos con el fin de estafar. Se
actos de ejecución
diferencia de este caso el de la identidad en actos preparativos, la cual no lleva a concurso. Si una persona publica un anuncio clasificado con el fin de estafar, cada una de
las estafas que realice serán delitos independientes.

No hay concurso ideal, sino un solo delito, cuando el autor de un delito permanente ejecuta nuevos actos para mantener o consolidar el delito original. Si alguien priva a otra
persona de su libertad, no incurre en un nuevo delito de privación de libertad si con posterioridad decide encerrarla en un cuarto apartado. La cercanía temporal o espacial
Concurso ideal no es suficiente para asegurar la existencia de un concurso ideal. Esto se hace especialmente patente en los delitos permanentes. Para que haya concurso ideal es necesaria
(Art 21) al menos una identidad parcial de los actos de ejecución. Hay concurso cuando los actos de ejecución del delito permanente cubren al menos parcialmente los actos de otro
delito o cuando el delito permanente sirve para realizar otro delito sin que los actos de ejecución coincidan esto es, cuando el delito permanente se comete con el fin de crear
las condiciones para la comisión del otro hecho típico. Este sería el caso de quien, sin permiso, porta un arma con miras a cometer otro delito. Es necesario que el dolo al
Concurso ideal en caso momento de ejecutar el delito permanente haya estado dirigido a cometer el otro delito. También hay concurso ideal cuando el autor comete un nuevo delito con el fin de
de delito permanente mantener la situación creada con el delito permanente, p.e., durante un secuestro extorsivo el autor lesiona a un tercero que pretendía liberar al secuestrado. Es requisito
que el nuevo delito sirva inmediatamente a la continuación del delito permanente. Actos que sean realizados durante un delito permanente pero que carezcan de conexión
con éste deben ser calificados como concurso material (Art. 22). Este sería el caso si, durante un secuestro extorsivo, el autor además viola al secuestrado. Un caso
controversial es el de las organizaciones delictivas. ¿Se está ante un concurso ideal o material cuando un miembro de una asociación ilícita comete un delito debido a su
membresía? Una parte de la doctrina alemana opina que se trata de un concurso material ya que la membresía punible no incluye la comisión de delitos al servicio de la
asociación. La doctrina dominante se inclina por la existencia de un concurso ideal arguyendo que la participación en la asociación ilícita se manifiesta precisamente en las
actividades delictivas de dicha organización.

(también llamado de abrazadera o de pinzas): el efecto de sujeción significa que dos acciones independientes se encuentran, autónomamente, en concurso ideal con una
tercera la cual, por estar conectada a ambas, sirve en cierta forma de puente entre ellas. El efecto es aceptado cuando el tipo intermedio (o "puente") equivale
aproximadamente en su contenido de injusto al de los otros delitos autónomos; no así, si contenido de injusto de los delitos autónomos es mayor. A pesar de las críticas, el
efecto de sujeción ha llegado a ser la doctrina dominante en Alemania. Se le critica principalmente la falta de coherencia en algunas soluciones. Un caso citado por Roxin
Concurso ideal por el ejemplifica esta situación: la privación de libertad no puede servir de puente entre dos violaciones porque el contenido de injusto del "puente" es menor que el de los delitos
efecto de sucesión que están siendo conectados. En cambio, si las violaciones son unidas por una privación de libertad con resultado en muerte (§239 III CP alemán), entonces sí habría concurso
ideal. La doctrina y la jurisprudencia nacional han rechazado unánimemente el concurso ideal por efecto de sujeción. En algunos casos (p.e. el V. 588 del 23/05/2008, SaTe),
los tribunales parecen no prestar atención a los presupuestos para aplicar el efecto de sujeción, en especial que el delito que sirve de "puente" debe tener mayor contenido de
injusto que los otros dos delitos. Para que exista concurso ideal es necesario que los tipos penales no se excluyan entre sí. En caso contrario, se estaría ante un concurso
aparente de normas (Art. 23). La existencia del concurso ideal reviste especial importancia para la determinación de la pena (Art. 75).
"[…] sobre el tipo de concurso que existe en este tipo de supuestos, denominados por una parte de la doctrina alemana "concurso ideal por
efecto de pinzas" (Idealkonkurrenz durch Klammerwirkung), donde el proceso ejecutivo de dos delitos no se interfieren de manera directa,
sino que la interferencia ocurre porque un tercer delito, que los une, interfiere con los procesos ejecutivos de ambos […], existen dos
corrientes ideológicas que por un lado aceptan la existencia de un concurso ideal por considerar que existe una unidad de acción (Geerds.
RECHAZO AL CONCURSO P.280; Jescheck p.549; Shönke-Schröder entre otros) y; por otro lado quienes se oponen a la existencia de un concurso ideal, señalando que las
POR EFECTO DE PINZAS acciones delictivas independientes entre sí, pero ligadas por un tercer delito, concurren bajo la figura del concurso material (Schmidhäuser
p.737; Schmitt, ZStW 75 p.48, entre otros). Esta última tesis es compartida por esta Sala, por estimar que los delitos de tentativa de homicidio
comprendidos en el marco fáctico acreditado por los Juzgadores, no pueden interpretarse bajo la figura del concurso ideal, únicamente por
encontrarse ligados por los actos ejecutivos del delito de robo agravado, pues sería desnaturalizar el concurso material extralimitando los
alcances del concepto de "unidad de acción" en una aplicación extensiva del concurso ideal." (V. 588 del 23/05/2008, SaTe)

FALSIFICACIÓN NO "[…] llegamos a la conclusión de que los Juzgadores en efecto incurrieron en un yerro de fondo al calificar los hechos que se tuvieron por
ABSORBE USO DE acreditados, pues la tesis de que los usos de documento falso son absorbidos (concurso aparente) por la falsificación, no resulta acertada." (V.
Concurso ideal – DOCUMENTO FALSO 59 del 04/02/2005, SaTe)
Jurisprudencia
(Art 21)
"[…] en el fallo se expone claramente que los imputados incurrieron en los hechos ilícitos que se ha venido investigando, aunque cabe agregar
en cuanto a la aplicación de los delitos de privación de libertad y concusión a que se alude, que resulta correctamente estimado el concurso
ideal de delitos, pues la acción desplegada por los acusados es única y se encuentra descrita en dos tipos penales que no se excluyen entre sí,
de manera que uno no subsume dentro de sí al otro (Código Penal artículo 21). En efecto, la correcta aplicación del tipo correspondiente a la
privación ilegítima de libertad, se aprecia en la detención realizada y también se encuentra correcto que se tipifique el delito de concusión, en
virtud de que los imputados siendo funcionarios públicos, aprovecharon la detención del ofendido, para obligarlo a pagar indebidamente la
pensión a favor de [...], quien obtuvo así, -irregularmente-, el consecuente beneficio patrimonial." (V. 144 del 16/04/1993, SaTe)
"La pluralidad de lesiones que no se excluyen entre sí y que, ni siquiera desde la perspectiva histórica pueden confundirse, demuestra que no
nos hallamos ante el concurso aparente; esas lesiones no se relacionan como diversos grados de ataque a un mismo bien jurídico, sino como
CONCURSO IDEAL ataques distintos e independientes a los patrimonios de dos grupos separados de personas que, sin embargo, el tribunal califica como una
acción unitaria desde la perspectiva jurídica y de allí que concluya en la existencia de un concurso ideal entre ambas figuras (administración
fraudulenta y delito continuado de estafa, ya que este último se repitió en varias oportunidades y afectó a un sinnúmero de personas,
lesionando su patrimonio)." (V. 231 del 09/04/2003, SaTe)
"[…] los hechos tenidos por acreditados por el a quo, fueron considerados como constitutivos de los delitos de hurto simple, en estado de
tentativa, y violación de domicilio, en concurso real, imponiéndosele a C.H., un total de un año y diez meses de prisión, sanción que
corresponde a un año por el hurto simple, y diez meses por la violación de domicilio. Respecto al concurso real de ambas figuras resulta
equivocada la resolución del a quo, puesto que los hechos acreditados no configuran dos acciones independientes, sino una única acción que
produce la infracción de varias disposiciones legales que no son excluyentes, por lo que ambos delitos concurren en forma ideal y no real
(artículo 21 del Código Penal)." (V. 278 del 22/04/1998, TCP)
4.1 Concurso Material
El concurso material o real se presenta cuando en un proceso penal, se juzgan varias acciones u omisiones atribuidas a un
mismo autor que, aunque no se encuentren un concurso ideal, conllevan la unificación de la pena (Art. 76; Art. 50-a, 54, 484
CPP, aplicables también al concurso real retrospectivo). El concurso material, al igual que el ideal, conoce una forma
homogénea (cometer el mismo delito varias veces p.e. el autor comete hoy una violación, mañana otra) y una heterogénea
(cometer distintos delitos p.e. hoy un robo, mañana una violación). La aplicación del concurso material se ve afectada por el
derecho procesal (competencia de los tribunales, posibilidad de acumular procesos, etc.), de manera que en ciertas
Concurso Material ocasiones no es posible procesar los delitos conjuntamente. La pena debe ser definida, en todo caso, según las reglas del
Comentario Art. 76.
(Art 22)
El punto clave para la determinación de la existencia de concurso material es el dictado de la sentencia definitiva. Los delitos
que ocurran antes de este momento, aunque se juzguen posteriormente, deberán unificarse en una pena. Es improcedente,
sin embargo, hacer una "acumulación de acumulaciones", es decir, unificar las penas de los delitos cometidos antes y
después de la sentencia.
Debido a la importancia que el concurso material reviste para la determinación de la pena, se remite a los comentarios
realizados en el Art.
"Lo cierto es que en este caso, el bien jurídico, la libertad sexual, de índole personalísimo, fue lesionado seriamente en las dos ocasiones en que el
acusado, en un intervalo de tiempo corto, accedió carnalmente a la víctima contra su voluntad. Se trata de dos vejaciones cuya naturaleza impide
CONCURSO MATERIAL,
hablar de una unidad de acción a pesar de que compartan elementos como la violencia e intimidación ejercida sobre la víctima, que es común
VIOLACIÓN
para ambos, no obstante que jurídicamente constituyen dos acciones independientes que deben ser valoradas como concurso material, tal y
como en forma acertada lo consideró el Tribunal de mérito." (V. 820 del 09/07/ 2004, SaTe)

"[…] en relación con el segundo planteamiento de la defensa, referido al concurso ideal de las acciones típicas, tampoco lleva razón el recurrente
CONCURSO MATERIAL, puesto que si bien se dieron dos conductas penales, las mismas no se efectuaron con una misma acción sino dos acciones diferentes, primero
CONDUCTAS ingresó a la vivienda y segundo se apoderó del bien, ambas conductas son excluyentes entre sí, puesto que si solamente hubiera ingresado a la
EXCLUYENTES: casa se daría solamente la violación de domicilio, pero además se apoderó de un bien dándose otra acción punible, por lo que no encontramos
ante un concurso material de delitos." (V. 361 del 22/04/2004, TCP)

"El artículo 22 del Código Penal prevé la aplicación de las reglas penológicas del concurso material para los supuestos en que el sujeto activo
realiza "…separada o conjuntamente…" varios delitos. Ello supone la existencia de una pluralidad de acciones que, distanciadas en el tiempo o
realizadas de forma sucesiva, son constitutivas de delitos autónomos. El Tribunal aplicó, de forma adecuada, la citada regla, toda vez que el
CONCURSO MATERIAL, imputado H. realiza varios disparos sucesivos –esto es, seguidos uno tras otro– con una misma arma de fuego, no de manera simultánea –lo que,
Concurso Material - PLURALIDAD DE de por sí, es físicamente imposible–, aún cuando con cada una de esas detonaciones persiguiera fines similares (lesionar o matar a una o varias
Jurisprudencia ACCIONES personas), lo que sólo determinaría la homogeneidad o heterogeneidad del concurso real de delitos. Cada uno de los resultados lesivos en daño
(Art 22) de R. A. S. (al lesionarlo gravemente) y de M. E.C. (al acabar con su vida), se presentan como delitos independientes, autónomos, que no
acontecen de manera sincrónica o coincidente en su tiempo de ejecución –cual si se tratara de una sola acción–, sino conjuntamente, al haberse
accionado el arma varias ocasiones de forma continuada –como lo exigen las reglas del concurso material–." (V. 405 del 25/04/2007, SaTe)

"Es cierto que mediante voto #328-F-96 de las 9:45 horas del 28 de junio de 1.996, lo mismo que a través de la resolución (V-50-F-94 de las 14:35
horas del 16 de marzo de 1.994, esta Sala consideró posible la concurrencia ideal de los delitos de abusos deshonestos y corrupción agravada,
CONCURSO MATERIAL,
cuando los primeros tiendan a promover la corrupción de la víctima aunque no obstante y -siendo esto lo único en que se discrepa del a-quo-,
ABUSOS DESHONESTOS Y
debe tenerse presente que esa posibilidad existe en el tanto en que se pueda inferir que el "...conocimiento y voluntad del agente al cometer el
CORRUPCIÓN AGRAVADA
hecho (dolo) fuera la "promoción" de la corrupción de su víctima, elemento indispensable para constituir el delito..." (Así, voto (50-F-94 citado),
circunstancia que en el caso en estudio no parece manifestarse." (V. 714 del 18/07/1997, SaTe)

"En este sentido merece especial atención el hecho de que, en realidad, en vista de que ambas acciones ilícitas fueron cometidas antes de que el
sujeto fuera llevado a juicio, de acuerdo a las reglas de la conexidad que señala el artículo 50 inciso a) del Código de Procesal Penal de 1996, y
CONCURSO MATERIAL siendo que de acuerdo a los artículos 22 y 76 del Código Penal se estaba ante un concurso material de delitos, lo procedente era que ambas
RETROSPECTIVO causas se hubieran acumulado a fin de que se resolvieran mediante el dictado de una única sentencia. Al no haberse cumplido con este trámite -
lo que obviamente no le es atribuible al acusado- necesariamente debían aplicarse las reglas del concurso real retrospectivo, lo que traería como
consecuencia la imposibilidad de que se pudiera descalificar al agente como delincuente primario." (V. 733 del 01/07/2005, SaTe)
4.1 Concurso
Aparente de Normas
El concurso de normas se da cuando, a pesar de que una norma penal se ha concretizado, ésta deja de ser aplicada debido a que es desplazada
por otra norma que también ha sido violada. Parafraseando a Roxin, es un caso en el que, si bien es cierto que se han realizado varios tipos
penales, la sanción de uno de ellos compensa el contenido de injusto y de culpabilidad completamente, haciendo innecesaria otra sanción.
Concepto
Aunque no existe unanimidad doctrinaria sobre los principios que deben regir el concurso aparente de normas, tres han sido los criterios que
han prevalecido con cierta uniformidad. Ellos son: El principio de especialidad, El principio de subsidiaridad y Un tercer grupo es clasificado a
veces como subsidiariedad y otras como consunción

Se da cuando una norma penal contiene todas las características de otra norma penal, pero se diferencia de esta debido a que contiene al
menos una característica más. Se trata de la aplicación del postulado "lex specialis derogat legi generali." La típica constelación es el caso de los
El principio de tipos calificados con respecto al tipo general, donde el primero desplaza al segundo (p.e. el homicidio calificado desplaza al homicidio simple).
especialidad Opinable es si un tipo calificado puede desplazar a otro tipo calificado que incluye características diferentes. En principio se ha rechazado esta
posibilidad (optándose por un concurso ideal) cuando el contenido de injusto de ambas normas no puede ser comprendido a través de la
aplicación de una sola de ellas. Se debe hacer un examen sobre el injusto para saber si uno puede desplazar al otro.

Conocido también bajo la fórmula "lex primaria derogat legi subsidiariae", establece que una norma (subsidiaria) será aplicable solo en caso en
Concurso aparente que otra (principal) no lo sea. La subsidiariedad formal se encuentra expresamente prescrita en la ley de manera general (p.e. Art. 167:
de normas "siempre que no constituya un delito más grave") o específica (Art. 161: "siempre que no constituya el delito de violación"). En el primer caso
(Art 23) se acepta comúnmente que la norma principal debe imponer una pena más gravosa o bien compartir al menos parcialmente el bien jurídico
tutelado por la norma subsidiaria. La subsidiariedad material se da en dos casos. Primero, cuando una persona es al mismo tiempo autor y
El principio de
partícipe, o partícipe en distintas formas (cómplice e instigador), en donde la forma más débil de intervención es absorbida por la otra más
subsidiariedad
fuerte. También se ha incluido el caso en el que hay una comisión dolosa y una culposa en relación a un mismo objeto, donde la culpa se vería
absorbida por el dolo. En segundo lugar se encuentran los delitos de tránsito: cuando la realización de un hecho punible requiere estadios
previos autónomamente típicos (p.e. lesiones que llevan a la muerte), o bien se encuentran conectados en el iter criminis (tentativa y
consumación). Un delito de peligro también puede ser absorbido por uno de resultado si el contenido del primero no fue más allá del
contenido del segundo.

Un tercer grupo es Comprende tanto las acciones coetáneas como las acciones posteriores al delito. En el primer caso, se trata de delitos concomitantes a uno
clasificado a veces principal que pierden importancia debido a un contenido de injusto sustancialmente menor (p.e. las injurias durante la violación). Debe
como atenderse al contenido de injusto presente en el delito que se pretende desplazar, pues en caso de ser grave, debe aceptarse más bien la
subsidiariedad53 y existencia de concurso ideal. Los delitos posteriores son aquellos que procuran el aprovechamiento, la utilización o el aseguramiento de la
otras como situación obtenida a través del delito principal. El nuevo delito no debe afectar un nuevo bien jurídico o superar en su gravedad al delito
consunción. principal.
"En términos generales, dos son las clases de situaciones en que se presenta el fenómeno; a saber, a) cuando sin indicarlo así, más de
una norma regula una misma acción, pero la descripción de alguna se adapta mejor o en mayor particularidad a aquella (es decir, se
trata de una forma específica de infracción de la ley), lo que implicará que será esta la norma a aplicar en detrimento de otras (criterio
CONCURSO APARENTE, de especialidad); y, b) cuando el disvalor de una norma contiene o absorbe el de la lesión a otra, debiendo por ende aplicarse aquella.
SITUACIONES Precisamente es esta la índole de circunstancia que menor tratamiento ha tenido en doctrina y sin embargo requiere mayor cuidado
en su manejo, pues para ello es indispensable tener en claro qué interés protege el ordenamiento en el caso concreto, y por ende, qué
propósito tiene la norma, tema este que en buena parte es una cuestión de política criminal, como se evidencia en los fallos 241 y
101, emitidos por esta Sala a las 8:30 del 30 de junio de 1994 y a las 9 horas del 3 de marzo de 1995". (V. 32 del 24/01/1997, SaTe)

"La consecuencia práctica del concurso de leyes reside en que sólo es aplicable la pena del delito que desplaza a los otros y, además en
la determinación de esa pena no debe computarse otras violaciones de la ley, aspecto este último que establece la diferencia con el
CONSECUENCIAS
concurso ideal, en el que se impone la penal del delito más grave, pero teniendo en cuenta que el autor también ha cometido otras
violaciones de la ley penal". (V. 160 del 16/02/2007, TCP)
Concurso aparente de
normas –
"En el presente caso es clara la relación de medio (violación de domicilio) a fin (amenazas agravadas), pues, con el objetivo de
Jurisprudencia
intimidar, se invadió la intimidad de una residencia; el delito final, en razón de la penalidad prevista en la ley, es menos importante
(Art 23) que el delito medio. No puede aplicarse aquí la regla de consunción prevista en el § 23 del C.p., de acuerdo a la cual si una acción (lex
CONSUNCIÓN consumens) contiene íntegramente a otra (lex consumptae) se aplica solamente la norma que prevé la primera. La jurisprudencia que
se indicará, ha interpretado que es aplicable el citado criterio de consunción, cuando el hecho final es más severamente castigado que
el hecho medio (previo, coetáneo o posterior impune), pues de lo contrario se trata de un concurso material de delito (§ 22, C.p.: «…
cuando un mismo agente comete… conjuntamente varios delitos»)". (V. 21 del 23/01/2003, TCP)

"En el presente caso, no puede hablarse de un concurso aparente de normas, pues es imposible subsumir las privaciones de libertad
en el delito de violación, tal y como lo señala el a quo, debido a que son conductas excesivas e innecesarias para lograr el objetivo que
se había planteado el imputado cuando inició la ejecución del plan preconcebido. Así lo señalan los juzgadores cuando dicen: "Para el
IMPOSIBILIDAD Tribunal, la privación de libertad de Miriam y las menores G. y M. es completamente independiente de los delitos de Violación, pues
en realidad para la consumación de este último, no resultaba necesario encerrar toda la noche a dos niñas indefensas de tres y cinco
años de edad, y de una persona de avanzada edad como lo es Doña Miriam, y menos aún en las condiciones en que se hizo, sea
mediante la amenaza con armas de fuego, y la amenaza de muerte…". (V. 753 del 23/07/2007, SaTe)
4.4 Penalidad del concurso
ideal, material y del delito
continuado
Penalidad
concurso
ideal
(Art 75)

Penalidad

Penalidad Penalidad
del delito del concurso
consumado material
(Art 77) (Art 76)
La sentencia debe enumerar todas las normas penales que han sido violadas en concurso ideal. Esto es lo que doctrinariamente se conoce como
función aclaradora o evidenciadora del concurso ideal (Klarstellungsfunktion der Idealkonkurrenz). En el caso del concurso ideal homogéneo, el
juzgador debe nombrar el número de veces que la misma norma penal fue infringida (A es condenado por tres delitos de homicidio en concurso
ideal). Si el concurso es heterogéneo, el juez debe enumerar los tipos que fueron infringidos (A es condenado por un delito de homicidio en
Requisitos
concurso ideal con un delito de robo).344 La importancia de esta función también concierne la determinación de la existencia de reincidencia. La
jurisprudencia (V. 1015 del 02/09/2005, SaTe) ha hecho una obligación del juez mencionar expresamente la pena del delito más grave, si la ha
aumentado y cuánto. Establecer la penalidad de cada uno de los otros delitos puede llevar a creer que se aplican las reglas del concurso material
y, por tanto, es desaconsejable y hasta contrario al sentido del Art. 75.

La pena del concurso ideal se establece siguiendo el sistema del cúmulo jurídico, es decir, se impone la pena correspondiente al delito más grave
aumentada según el criterio del juzgador. Debe notarse que la pena correspondiente al delito más grave no se refiere a la pena en sentido
abstracto (el marco legal), sino a la pena que merece el caso específico de acuerdo a los criterios legales. En el caso del concurso ideal
heterogéneo puede haber incertidumbre sobre la cual delito es el más grave. La doctrina ha desarrollado ciertos criterios para solventar el asunto:
Penalidad concurso ideal "debe atenderse en primer lugar a la gravedad de ellas según el tipo de pena aplicable. Por tanto, la de mayor gravedad es la de prisión, seguida
Establecimiento de la
(Art 75) por el extrañamiento; luego viene la inhabilitación y por último la pena de multa. Cuando ambas leyes penales violadas establezcan penas del
pena
mismo género, debe verse la gravedad en concreto: más grave es aquella que tiene un máximo más elevado; si no es este el caso debe atenderse
a cuál de ellas tiene el mínimo más elevado. Si ambas tienen igual mínimo o máximo, es más grave aquella que tenga solamente prisión y no
como la otra, pena de multa alternativa o aquella que, además, aplique penas accesorias."346 Se debe resaltar el hecho de que el marco punitivo
puede diferir de aquel establecido para el delito más grave. Si, por ejemplo, la pena mínima de la norma más grave es inferior a la pena mínima de
la norma menos grave, entonces la pena deberá respetar este último para evitar beneficiar al imputado más allá de los fines del concurso ideal.

El aumento (por encima de la pena que merece el delito más grave) debe responder al contenido de injusto y especialmente a la culpabilidad.
Nótese que la letra de la norma otorga al juez la facultad (podrá) de aumentar la pena del delito más grave, pudiendo darse el caso en el que la
Aumento de la pena pena no sea aumentada o bien que se mantenga dentro del marco punitivo más grave (entre el mayor mínimo y el mayor máximo). El aumento,
sin embargo, no podrá exceder la pena que correspondería al concurso material. Otra opinión es la de Rivero, quien sostiene que el aumento no
puede exceder el marco punitivo del delito más grave.
"La penalidad del concurso ideal se determina con base en los extremos previstos para el delito más grave, pudiendo aún ser aumentada.
Pero si bien esta Sala ha dispuesto que no necesariamente debe indicarse la pena fijada respecto a cada uno de los delitos que concurren
idealmente (ver resoluciones número 781 de las 9:20 horas del 20 de agosto de 2001, 1133 de las 10:15 horas del 5 de diciembre de 2003, y
175 de las 14:40 horas del 20 de marzo de 2003), debe al menos señalarse la pena establecida para el delito más grave. Sin ello es imposible
verificar si se respetaron las normas que regulan la penalidad de los concursos, además de resultar de interés por su incidencia en supuestos
de concurso real retrospectivo, y la posibilidad de apelar a una eventual norma posterior más favorable. En la especie, no obstante resultan
DEBE SEÑALARSE LA PENA
válidas las razones a las que hace mención el Tribunal de mérito para fundamentar la pena, se impone el monto global de treinta y cinco
PARA EL DELITO MÁS
años de prisión por los delitos de homicidio calificado y robo agravado en concurso ideal, pero sin que se precise, al menos, el tanto
GRAVE
correspondiente al primero de los ilícitos. De esta forma, es cuestionable si se fijó la pena mayor prevista para el homicidio calificado, o una
menor aumentándola de conformidad con lo que dispone el artículo 75 del Código sustantivo. En consecuencia, deben declararse
parcialmente con lugar los reclamos formulados en relación con este extremo, ordenándose el reenvío de la causa para que el mismo
Tribunal sentenciador proceda -en nuevo debate –a establecer la pena aplicable a los delitos en concurso ideal señalados, de acuerdo con la
responsabilidad criminal que se acreditó en el fallo, y las circunstancias contempladas en los artículos 71 y 75 ejúsdem." (V. 594 del
28/05/2004, SaTe)

Penalidad concurso ideal "[…] de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 75 del Código Penal, el Juzgador - en tratándose de un concurso ideal - puede aplicar la pena
JURISPRUDENCIA correspondiente a la infracción jurídica más grave, con un aumento facultativo que en ningún caso puede superar la que hubiera
FUNDAMENTO correspondido en el supuesto de haberse realizado acciones independientes en concurso material, pues la pena aplicable al concurso
(Art 75) ideal, toma en cuenta que la criminosidad del agente es menor, que la del que realiza esas infracciones mediando acciones u omisiones
diversas." (V. 1404 del 03/12/2004, SaTe)

"El ordenamiento jurídico siguió, con alguna variante también, el principio de aspersión, toda vez que para la fijación de la pena se toma la
correspondiente al delito más grave, la cual podría aumentarse de manera potestativa por el juez. […] La variante que se introduce en este
numeral consiste en que el aumento […] no siempre se tiene que aplicar, pues se regula como una potestad que se le otorga al juzgador. No
es un aumento "prudencial" que se aplica en todos los casos a partir del monto de la pena concreta impuesta para el delito más grave, sino
que constituye una facultad discrecional que bien podría ejercerse, o no, si así lo estima pertinente el Juzgador en la causa. Ahora bien, el
FIJACIÓN DE LA PENA
problema que se presenta en este punto consiste en determinar qué debe entenderse por (1) el delito más grave, (2) la pena
correspondiente al delito más grave y (3) en qué consiste el aumento. En cuanto al primer punto, se han vertido diversos criterios. Sin
embargo, como la gravedad de los hechos se mide fundamentalmente a partir de la consecuencia que se les fija a estos, la tesis mayoritaria
estima que el delito más grave se determina en razón de la pena establecida en abstracto para las diferentes ilicitudes....". (V. 1015 del
02/09/2005, SaTe)
La pena en el concurso material de delitos se rige por el sistema de acumulación limitada o atenuada. En el sistema de
acumulación material se considera que la pena de cada uno de los delitos debe sumarse (acumularse), salvo en los
Sistema de acumulación
casos en que sea posible ejecutarlas paralelamente (caso de penas de distinta naturaleza). En su versión atenuada, la
limitada o atenuada
acumulación aritmética de penas se ve limitada por un techo fijado legalmente. La idea de fondo sigue el fin
retributivo de la pena, pues procura que ningún delito quede impune.

El legislador fijó como techo 50 años para la prisión, 10 años para el extrañamiento (Art. 52), 360 días para la multa
(Art. 53) y 12 años para la inhabilitación (Art. 57). Adicionalmente, la pena se encuentra limitada al triple de la mayor.
Penalidad del concurso
Debe entenderse que se trata de la pena mayor impuesta en el caso concreto de acuerdo al Art. 71 y no a la mayor en
material Limite
sentido abstracto (marco punitivo del típico). En caso de que la naturaleza de las penas sea distinta (p.e. prisión y
(Art 76) multa), no es posible hacer una acumulación entre ellas. La pena más grave (prisión) no absorbe la menos grave
(multa).

En la ejecución, el criterio que priva es el de la compatibilidad de las penas: si las penas deben ejecutarse
paralelamente cuando sea posible (penas compatibles); de lo contrario deberán ser cumplidas consecutivamente
(penas incompatibles). Se critica la acumulación material de las penas por favorecer la retribución penal en perjuicio
Compatibilidad de las penas
de la rehabilitación del reo. Esto se hace aun más patente con la reforma del Art. 76, la cual aumentó el límite de la
pena de prisión a 50 años (la versión original señalaba 25 años). Por el otro lado, también se argumenta a favor de la
acumulación pues el reo no debe beneficiarse de cometer delitos "al por mayor."
"Así, entre nosotros, en cuanto al concurso material, si bien el legislador optó por el sistema de cúmulo material o aritmético,
consistente en la suma de todas las penas que se imponen por cada uno de los hechos delictivos, el resultado de esta operación
aritmética no siempre es el que se fija finalmente en un caso concreto, pues el artículo 76 del Código Penal establece un límite para
SISTEMA DEL CÚMULO ello, al disponer que: "Para el concurso material se aplicarán las penas correspondientes a todos los delitos cometidos, no pudiendo
MATERIAL exceder del triple de la mayor y en ningún caso de cincuenta años." En otras palabras, aun cuando procede el cúmulo material o
aritmético de todas las penas que se fijan por cada uno de los hechos delictivos cometidos, queda claro que la sanción que finalmente
se establece en ningún caso puede ser superior al triple de la mayor impuesta en el caso concreto, o bien, nunca superior a cincuenta
años de prisión, que es el monto máximo que nuestra normativa penal permite." (V. 1015 del 02/09/2005, SaTe)

Penalidad del concurso


material
JURISPRUDENCIA "Ciertamente el supuesto que se examina en la sentencia de mérito no es idéntico al que prevé dicha norma350 para efectos de
ordenar la unificación de penas. Pero se trata de una hipótesis similar, la cual, al no estar expresamente contemplada por nuestro
(Art 76) ordenamiento jurídico, fue resuelta acudiendo a la analogía. Cabe señalar, precisamente, que de conformidad con lo dispuesto por el
artículo 12 del Código Civil: "Procederá la aplicación analógica de las normas cuando éstas no contemplen un supuesto específico, pero
regulen otro semejante en el que se aprecie identidad de razón, salvo cuando alguna norma prohiba esa aplicación." Sobre este
particular, si bien las reglas contenidas en el artículo 2 del Código Procesal Penal prohiben la interpretación extensiva y la analogía, lo
cierto es que permiten utilizar esos métodos exegéticos cuando favorezcan "la libertad del imputado" o "el ejercicio de una facultad
conferida a quienes intervienen en el procedimiento". Por ende, en la presente causa no es posible cuestionar la aplicación analógica
ERROR JUDICIAL
de la ley procesal penal, pues ese procedimiento sirvió, en el caso concreto, para favorecer la libertad del justiciable. Nótese que
efectivamente nos hallamos ante causas conexas, pues se trata de delitos cometidos en un mismo período de tiempo y que se le
atribuyen a una misma persona, por lo que ambas debieron ser conocidas por un mismo tribunal, según lo dispuesto por los artículos
50 inciso a) y 51 del Código Procesal Penal. El hecho de que no se hayan tramitado en conjunto es un error achacable –en principio– a
la Administración de Justicia, cuyos efectos no deben pesar sobre la situación jurídica del encartado. En consecuencia, si desde el punto
de vista jurídico-procesal ambos litigios debieron haberse tramitado en forma conjunta, es necesario admitir que también existió,
hipotéticamente, la posibilidad de que el imputado accediera en ambos casos a la aplicación del instituto que interesa (esto es, la
reparación integral del daño)."
Tanto la doctrina como la jurisprudencia nacional coinciden en que el delito continuado regulado por el Art. 77 es una ficción quod
poenam. A pesar de que el marco fáctico del delito continuado cumple los requisitos del concurso material y, por tanto, debería ser penado
Comentario
conforme al Art. 76, el legislador ha optado por otorgarle consecuencias penales diferentes. Doctrinariamente se han establecido los
siguientes requisitos para el delito continuado: a- Mismo bien jurídico; b- Homogeneidad de la forma de ejecución; c- Misma finalidad

El CP limita la aplicación del delito continuado a aquellos hechos en los que se vean afectados bienes jurídicos patrimoniales. No es
requisito, sin embargo, que la acciones ilícitas afecten exclusivamente bienes jurídicos patrimoniales. Puede tratarse de delitos compuestos
Mismo bien jurídico
en los que el bien jurídico patrimonial es solo uno de los bienes protegidos por la norma (p.e. extorsión, Art. 214). Tampoco es necesario
que sea el mismo tipo penal.
Penalidad del delito
consumado
De acuerdo con Jescheck, esto "supone que las disposiciones penales que se infringen a través de los actos individuales deben basarse
JURISPRUDENCIA Homogeneidad de la
materialmente sobre la misma norma y que también, esencialmente, el curso del hecho debe presentar los mismos requisitos externos e
forma de ejecución
(Art 77) internos." A ello se agrega cierta conexión espacial y temporal, que viene ligada al plan preconcebido del autor.

La jurisprudencia y la doctrina hablan de un plan preconcebido. Según la primera, la finalidad "debe referirse a un plan concreto,
específico, delimitado en cuanto a su contenido injusto (lo que incluye la precisión o individualización de los sujetos a estafar) en el que
cada uno de los delitos haya sido previsto como un medio para la consecución de una finalidad determinada." (V. 03 del 24/04/2008, TCP)
La ficción del delito continuado conlleva la aplicación de una única pena para todos los delitos. Para la determinación de la pena total debe
primero fijarse la pena del delito más grave. Posteriormente el juez, según la evaluación que se haga del conjunto de hechos de acuerdo a
Misma Finalidad los criterios del Art. 71, discrecionalmente podrá aumentarla hasta en otro tanto.
Las serias críticas que han caído sobre el concepto de delito continuado y la imposibilidad de determinar sus requisitos de manera
satisfactoria han hecho que dicha figura pase a ser apoyada por una minoría de autores y ha llevado a cambios jurisprudenciales en su
contra (especialmente en Alemania). Se esboza, entre las críticas, que los pretendidos beneficios que trae la figura (descarga de trabajo
para los tribunales) no pesan tanto como las desventajas político-criminales. Por el otro lado, quienes defienden su uso expresan que el
contenido de injusto del delito continuado es menor al de los delitos en concurso material y por ello requiere un tratamiento diferenciado
5. Evolución del
Derecho Penal
5.1 Sujetos de la
acción
En el derecho penal solo la persona humana, individualmente considerada, puede ser sujeto de una acción penalmente relevante. Ni
los animales ni las cosas pueden ser sujetas de acción, por mas que en épocas pretéritas existieran procesos contra cosas que habían
producido resultados dañosos o animales que provocaron epidemias, muerte de personas, etc. Tradicionalmente se considera que
tampoco pueden ser sujetos de acción penalmente relevante, aunque si puedan serlo en otras ramas del ordenamiento jurídico, las
personas jurídicas (societas delinquere non potest). Desde el punto de vista penal, la capacidad de acción, de culpabilidad y de pena
exigen la presencia de una voluntad, entendida como facultad psíquica de la persona física, que no existe en la persona jurídica, mero
La supuesta
ente ficticio al que el derecho atribuye capacidad a otros efectos distintos a los penales. Pero incluso los mas recalcitrantes partidarios
incapacidad de acción
de esta concepción defienden la necesidad de que el derecho penal pueda reaccionar de un modo u otro frente a los abusos que,
de las personas
especialmente en el ámbito económico, se producen a través de la persona jurídica, sobre todo cuando esta adopta la forma de una
juridicas
sociedad mercantil, principalmente anónima o de responsabilidad ilimitada. En este sentido (y al margen de las penas que corresponda
aplicar a las personas físicas que cometen realmente tales abusos), el articulo 129 C.Pen, prevé la posibilidad de imponer una serie de
sanciones, llamadas consecuencias accesorias (por ejemplo, la clausura de una empresa, la disolución de una sociedad o la suspensión
de sus actividades), a las personas jurídicas en cuyo ámbito se hayan cometido determinados delitos. La naturaleza de las
consecuencias accesorias es discutida, pero no cabe duda de que se trata de una sanción de carácter penal vinculada a la comisión de
5.1 Sujetos de la un delito.
acción

En algunos casos, e independientemente del problema de la responsabilidad penal de las personas jurídicas, no es posible, sin
embargo, castigar directamente a las personas físicas que actúan en nombre de las personas jurídicas, porque algunos hechos típicos
exigen determinadas cualidades personales (“deudor”, “obligado a pagar impuestos”) que no se dan en tales personas físicas
actuantes, sino en las jurídicas en cuyo nombre actúan. Para evitar estas indeseables lagunas de punibilidad, el legislador puede optar
por una doble vía: a) sancionar expresamente a las personas físicas que actúan en nombre de las jurídicas (gerentes, administradores,
etc), en los tipos delictivos donde se manifiestan estos casos con mayor asiduidad; o b) crear un precepto general que permita esta
El actuar en nombre
sanción en todos los casos donde ocurran problemas de este tipo; este ultimo es lo que hace el articulo 31.1 C.Pen, que establece “El
de otro
que actúe como administrador de hecho o de derecho de una persona jurídica, o en nombre o representación legal o voluntaria de
otro, responderá personalmente, aunque no concurran en él las condiciones, cualidades o relaciones que la correspondiente figura de
delito o falta requiera para poder ser sujeto activo del mismo, si tales circunstancias se dan en la entidad o persona en cuyo nombre o
representación obre”. Por su parte, el apartado 2 del mismo articulo dice que “En estos supuestos, si se impusiere en sentencia una
pena de multa al autor del delito, será responsable del pago de la misma de manera directa y solidaria la persona jurídica en cuyo
nombre o por cuya cuenta actuó”.
5.2 Ausencia de la
conducta
Fuerza
Irresistible

Caso fortuito Ausencia


Movimientos
y fuerza de reflejos
mayor
conducta

Estado de
inconciencia
Se refiere a aquellos supuestos en que opera sobre el hombre una fuerza de tal entidad que le hace intervenir como una mera masa
mecánica. La fuerza irresistible es un acto de fuerza mayor proveniente del exterior que actúa materialmente sobre el agente; puede provenir
de una tercera persona o bien de fuerzas naturales.
La fuerza ha de ser absoluta, de forma que no deje opción a quien la sufre, puesto que si puede resistirla o cabe esa posibilidad no puede
apreciarse esta eximente. La fuerza debe prevenir del exterior, pero si proviene del interior del sujeto (arrebato, estado pasionales) no excluya
la acción, pues no esta ausente totalmente la voluntad, aunque ello no impide que se apliquen otras eximentes como el trastorno mental
obligatorio, que excluyen o disminuyen la imputabilidad o capacidad de culpabilidad.
Si se impide de manera absoluta que una persona cumpla con su deber (amarrarlo a un árbol) fallará la acción; si por el contrario solo se le
Fuerza amenaza con el mismo fin, existe voluntad pero viciada en sus motivaciones. En el primer caso estamos ante un supuesto de fuerza
irresistible irresistible; en el segundo ante uno e vis compulsiva; esta ultima no excluye la acción, pues no anula totalmente la voluntad, sino la
antijuricidad o la culpabilidad –según se estime que se esta ante un estado de necesidad o miedo insuperable.
En los delitos de acción, la fuerza irresistible carece de importancia, salvo raras hipótesis, pero es importante en los delitos de omisión.
El que violenta empleando fuerza irresistible contra un tercero, responde como autor mediato del delito cometido, y el que actúe violentando
por la fuerza irresistible no solo no responde, sino que su actuación es irrelevante penalmente, pues ha resultado un mero instrumento en
manos de otro.
De acuerdo con nuestra normativa, la fuerza irresistible es una causa de exclusión de la culpabilidad ante el temor de sufrir un mal grave e
inminente.
Son movimientos no controlados por la voluntad, por lo que no constituyen acción (convulsiones epilépticas o los movimientos instintivos de
defensa). En estos casos se excluye la acción. Desde el punto de vista penal no actúa quien en una convulsión epiléptica deja caer un valioso
jarrón que tenia en ese momento en la mano, o quien aparta la mano de una placa al rojo vivo, rompiendo con ello un valioso objeto de cristal.
El movimiento reflejo se diferencia de los actos en cortocircuito, que son reacciones impulsivas o explosivas en los que la voluntad participa
aunque sea fugazmente, y que por lo tanto no excluyen la acción. Ejemplo de lo anterior es el del atracador que nervioso aprieta
instintivamente el gatillo al observar un gesto equivoco de huida o defensa en el cajero del banco.
Dentro del concepto de acción se pueden incluir actos reflejos realizados inconscientemente, o movimientos reflejos, siempre que sean
elementos integrantes de una acción que globalmente considerada esta controlada por la voluntad; tal es el caso de los movimientos
automáticos que realiza un conductor: frenar, acelerar, cambiar marcha, todos los cuales forman parte de la acción global de conducir, que
Movimientos como un todo puede ser valorada como voluntaria.
reflejos Muchos estados de inconsciencia plena en los que falta la acción, pueden ser valorados desde el punto de vista del derecho penal como un
delito de omisión, cuando el sujeto se ha puesto voluntariamente en dicho estado para delinquir (embriaguez, dormirse). Se recurre en estos
casos a considerar relevante la acción precedente (actio libera in causa), pero en realidad se trata de una parte de la misma acción que,
globalmente considera, permite integrara en ella lo que en un momento determinado no es controlado directamente por la voluntad. Es
necesario valorar el acto concreto en un contexto mas amplio y comprobar si es un elemento integrante de una acción voluntariamente
realizada.
El Código Penal reconoce expresamente la aplicación de la actio libera in causa en el numeral 44, donde dispone “Cuando el agente haya
provocado la perturbación de la conciencia a que se refieren los artículos anteriores, responderá por el hecho cometido por el dolo o la culpa en
que se hallare en el momento de colocarse en tal estado y aun podrá agravarse la respectiva pena si el propósito del agente hubiera sido facilitar
su realización o procurarse una excusa”.
El sueño, el sonambulismo, la embriaguez letárgica, u otros estados del individuo constituyen actos no
dependientes de la voluntad, y en este tanto no producen acciones penalmente relevantes. En el caso de la
Estado de
hipnosis se discute si puede dar lugar a uno de estos estados, pero la opinión dominante es que no, aunque
inconciencia
teóricamente no esta excluida la posibilidad de que el hipnotizador llegue a dominar totalmente al hipnotizado,
surgiendo una situación muy próxima a la fuerza irresistible.
El caso fortuito se da cuando un hecho o evento es imprevisible y, a causa de ello, deviene inevitable. El Art. 31 requiere, para la
configuración del dolo, que la realización el hecho típico sea previsible para el autor. La culpa igualmente requiere que el peligro para
Caso Fortuito
el bien jurídico haya sido previsible (véase comentario al Art.30). Siendo la imprevisibilidad la característica principal del caso fortuito,
su presencia impide la imputación del resultado típico.

La fuerza mayor, por el otro lado, se caracteriza por ser irresistible. Aún si fuera previsible, se trata de una fuerza que rompe la
voluntad, es inevitable. "En la violencia, vis absoluta, el violentado no quiere nada, la acción no le pertenece y el resultado o cambio
que ocurre en el mundo exterior no es producto de la actividad suya.“ Al no existir acción, el resultado tampoco puede ser imputado al
Fuerza Mayor individuo.
Es importante remarcar que tanto en el caso fortuito como en la fuerza mayor se rechaza la existencia de antijuridicidad. No son
Caso fortuito y fuerza fenómenos que excluyan la culpabilidad del sujeto (a pesar de su ubicación sistemática en el CP), sino que no llega a configurarse el
mayor injusto penal del todo.
(Art 33)
"En el presente caso, el a quo, como se dijo, determinó que la conducta atribuida al justiciable era atípica, en virtud de que se produjo
un caso fortuito (lo que excluye la existencia de "acción", desde el punto de vista jurídico penal). En esta perspectiva, resulta obvio
que tampoco puede hablarse de dolo o culpa como origen de ningún tipo de responsabilidad, ni civil ni penal, exigible al acusado y,
por ello, es incorrecta la aplicación, hecha en la sentencia, del artículo 1045 del Código Civil que, se reitera, establece un necesario
vínculo entre la conducta del autor y el daño (forma subjetiva)". (V. 1262 del 14/11/1997, SaTe)
"La culpa penal es la falta a un deber objetivo de cuidado que causa directamente un resultado dañoso previsible y evitable. […]
La fuerza mayor se refiere a un hecho o evento que por su naturaleza, aún cuando fuera previsible y se prevea, es inevitable. El caso
Atipicidad fortuito (latín casus, literalmente "caída", y fortuitos, "debido al azar") se refiere a un hecho que por ser imprevisible (aún utilizando
una conducta diligente) deviene inevitable (si pudiera haberse previsto sería evitable: la culpa en la previsión excluye el caso fortuito)
Jurisprudencia
[…] Y si se admite que la culpa es la forma elemental de imputación en los tipos de injusto previstos en los artículos 117 (Homicidio
culposo) y 118 (Lesiones culposas) del Código Penal, debe considerarse que el caso fortuito y la fuerza mayor -en tanto coinciden en
ser sucesos inevitables- resultan incompatibles con la noción de tipicidad, porque el elemento normativo del tipo objetivo de estos
delitos supone que el resultado (causado directamente por la falta al deber objetivo de cuidado) sea previsible y evitable, y este
último carácter no se da en las dos hipótesis del artículo 33 comentado; incluso puede afirmarse que ambas hipótesis asumen la
forma de una causa de exclusión de la acción (y no de la culpabilidad, como aparentemente lo sugiere el texto legal) denominada
"fuerza física irresistible" que se refiere a aquellos supuestos en que opera sobre el hombre una fuerza de tal entidad que le hace
intervenir como una mera masa mecánica". (V. 676 del 17/07/1998, SaTe)
5.3 Actio libera in causa
– Art 44
La actio libera in causa (alic) se define como "el conjunto de situaciones en las que un sujeto lesiona (o intenta lesionar) un bien jurídico en un estado o situación que impide la
imputación de la responsabilidad penal (en sentido amplio), pero habiendo provocado él mismo, dolosa o imprudentemente, ese estado defectuoso. […] Estructuralmente, […] este
tipo de conductas presenta dos momentos diferenciables: primero, la actio praecedens, o ‘acción de provocación’, con la que el sujeto provoca un estado o una situación
"defectuosa" para la imputación de responsabilidad penal; y segundo, la actio posterior, o ‘acción defectuosa’, con la que, inmerso en ese estado o situación, lesiona o pone en
peligro el bien jurídico protegido." Varias teorías han sido propuestas para justificar la alic, destacadamente el modelo de la excepción y el modelo del tipo. El modelo de excepción
debe su nombre a que propone que la alic es una excepción al principio de coincidencia, el cual sostiene, a grandes rasgos, que el sujeto debe ser culpable al momento de realizar el
tipo. En la alic la capacidad se encuentra presente en un momento previo a la comisión del hecho, en la actio praecedens; ella se encuentra defectuosa durante la actio posterior.
Hruschka es quien mejor ha desarrollado el modelo de excepción. Para él, el modelo se basa en la diferenciación entre el objeto y la causa de la imputación. El objeto de la
imputación es el actuar del sujeto en el estado defectuoso, es decir, el hecho cuyo injusto el autor no puede comprender o bien no puede determinarse según esa comprensión. La
causa de la imputación es la responsabilidad que el autor tiene por haber causado el estado defectuoso. El autor tenía el deber de evitar el estado defectuoso cuando éste, evaluado
ex-ante, implique un peligro para el bien jurídico. La principal crítica que se ha hecho al modelo de la excepción es la vulneración al principio de legalidad. Esto debido a que muchas
legislaciones, entre ellas la alemana, no regulan expresamente la alic, lo que obliga a los autores a recurrir a artilugios (reducción teleológica, principios consuetudinarios) para
justificar el modelo. Esta crítica, sin embargo, no es aplicable al CP nacional. En segundo lugar, se ha criticado que el modelo de excepción infringe el principio de coincidencia. Se dice
que su importancia, que le ha valido el título de "tercer pilar del principio de culpabilidad", no puede ser ignorada. La exigencia de que exista congruencia entre la culpabilidad y el
injusto obliga a que ella cubra completamente el contenido de injusto de un hecho, esto es, un injusto determinado y concreto. Anticipar la culpabilidad a la actio praecedens hace
que la culpabilidad se refiera a un acto indeterminado. Para el modelo del tipo, el acto de causar el estado defectuoso pertenece ya a la tentativa del delito. "El objeto de imputación
al que se remitirá la responsabilidad penal es la acción de provocación del estado defectuoso, considerando que ya en ella radica la infracción de la norma de conducta y, por ello, la
Actio Libera in Cusa / acción típica." Los partidarios de este modelo han llegado a comparar la alic con la autoría mediata: la colocación de la persona en estado de defectuoso convierte al sujeto en cierta
Perturbación forma en un instrumento inimputable. Los críticos del modelo del tipo argumentan que éste se opone al concepto mismo de alic, el cual pone énfasis en la actio posterior por ser
provocada esta "libera in causa". Otra crítica ataca la relación de causalidad existente entre la actio praecedens y la actio posterior por considerar que carece de exactitud el vínculo que las une.
A ello podría agregarse que el conocimiento sobre el nexo de causalidad al momento de la actio praecedens es tan indeterminado como la congruencia que se pueda esperar entre
(Art 44) culpabilidad e injusto, como se ha criticado anteriormente al modelo de excepción. Además, la actio praecedens carece del contenido necesario para que sea considerada el
comienzo de la tentativa, pues no se trata de un acto que se encuentra "directamente encaminado" a la consumación de un delito (Art. 24). La redacción del presente Art. sugiere
que el CP ha aceptado el modelo de excepción. Esto es así pues se escinde la culpabilidad del momento del hecho típico, al establecer que el sujeto responderá "por el dolo o culpa
en que se hallare en el momento de colocarse" en el estado defectuoso, es decir, el dolo o la culpa que tenga en la actio praecedens. En este respecto, el CP difiere de otros como el
código español el cual, si bien contiene la alic en su Art. 20, no se inclina claramente por ninguno de los modelos doctrinarios, dejando la pregunta abierta. El Art. reconoce tanto la
alic dolosa como la culposa. Para que exista la alic dolosa, en caso de inimputabilidad, se ha establecido el requisito del doble dolo: el sujeto debe colocarse dolosamente en el
estado defectuoso y debe representarse los elementos del tipo antes de caer en el estado defectuoso. P.e. X toma alcohol para darse un poco de coraje antes de cometer un delito.
En ambos casos, no hay requisitos especiales en cuanto el dolo, por lo que el dolo eventual es suficiente. Así, el agente al menos se representó y aceptó la posibilidad de ponerse en
el estado defectuoso y también se representó y aceptó los elementos del tipo. En el caso de la alic culposa, el agente se coloca dolosa o culposamente en el estado defectuoso y
prevé como posible (mas no acepta) el resultado típico. Jescheck sostiene que alic culposa debe limitarse a "los casos en los que el ocasionamiento como tal de la incapacidad de
acción no constituye una acción típica imprudente. […] si la eliminación de la capacidad de culpabilidad no se subsume bajo el tipo legal realizado […], entonces la culpabilidad por
imprudencia debe ser deducida con ayuda de la figura de la actio libera in causa de un comportamiento anterior a la acción típica" (cursiva del original). La consecuencia de aplicar la
alic es que el sujeto no puede beneficiarse de los Art. 42 s., sino que debe responder por el hecho según el dolo o la culpa al momento de la actio praecedens. Sin embargo, "si el
propósito del agente hubiera sido facilitar su realización o procurarse una excusa", nos dice el Art., entonces la pena podrá agravarse. Hay dos supuestos contenidos en la norma:
primero, cuando se quiere facilitar la realización del hecho, piénsese en el caso de quien bebe alcohol para tomar coraje o de quien consume drogas para estar "más despierto" al
momento del hecho; y segundo, cuando el sujeto se inflige el estado defectuoso con el objetivo de beneficiarse de los Art. 42 s. En ambos casos debe haberse actuado con propósito,
lo que significa que el simple dolo eventual no es suficiente, sino que debe exigirse dolo de primer grado (Art. 31) en cuanto a la puesta en estado defectuoso. Si se está en uno de
estos supuestos, el juez puede (facultativo) agravar la pena respectiva.
1- SITUACIONES: "En este sentido el citado artículo 44 prevé varias situaciones: a) El agente provoca la perturbación de su conciencia,
es decir, se coloca en estado de inimputabilidad o imputabilidad disminuida, en virtud de un acto culposo. Este sucedería, por ejemplo,
cuando un sujeto –sin estar seguro de la naturaleza de la sustancia y sin guardar el mínimo cuidado- la ingiere, produciéndole la
eliminación o disminución de su capacidad de comprensión, o de adecuar su comportamiento a ésta. b) El sujeto, a sabiendas de que la
bebida que se le presenta le colocará en estado de inimputabilidad, voluntaria y conscientemente la toma, es decir, se coloca
dolosamente en ese estado. c) El agente perturba voluntaria y conscientemente su capacidad con el deliberado propósito de facilitar la
realización del hecho (ya sin capacidad de conocer su carácter ilícito o de adecuarse a ese comportamiento), o de procurarse una
excusa. En esta última situación –que constituye la actio libera in causa en sentido estricto- la pena respectiva podría agravarse. Según
las anteriores consideraciones, en el caso concreto -de acuerdo a los hechos probados del fallo- el encartado de forma consciente y
Actio Libera in Causa voluntaria, sin que nadie lo obligara a ello, y sabiendo que cuando se encuentra ebrio realiza acciones violentas sin conocimiento de su
carácter ilícito, decidió colocarse en estado de inimputabilidad. Una vez en dicha condición, con su capacidad de motivarse en la norma
JURISPRUDENCIA ligeramente disminuida, realizó los comportamientos típicos y antijurídicos que describe el pronunciamiento. Debido a lo anterior,
resulta claro que la actuación del encartado se ubica en la hipótesis antes identificada como b), es decir, se colocó dolosamente en ese
estado de perturbación de su conciencia, por lo cual en la especie no resultan aplicables los artículos 42 y 43 antes analizados. Este
criterio se apega en un todo al voto de la Sala Constitucional que cita el recurrente, en cuanto "... La perturbación provocada que regula
el artículo 44 del Código Penal, es una formulación de la teoría de la actio libera in causa, mediante la cual el planteamiento sobre la
imputabilidad se retrotrae a un momento anterior al desarrollo de la acción, aceptándose que el sujeto mantiene capacidad de
atribución penal, aunque al momento de ejecutar la conducta, el sujeto activo se encuentra en imposibilidad de controlar sus actos
como consecuencia de un hecho anterior a él atribuible. Lo que se reprocha es el haberse puesto en el estado, por dolo o culpa, en el
que se produce el resultado constitutivo del delito ..." Sala Constitucional, voto Nº 3411-92, de las 15 horas del 10 de noviembre de
1992." (V. 795 del 07/08/1997, SaTe; reiterado en V. 415 del 30/04/2004, SaTe)
5.4 Tipicidad
De modo general se puede decir que toda accion u omission es delito si infringe el ordenamiento juridico (antijuricidad), en la forma prevista en los tipos penales
(tipicidad) y puede ser atribuida a su autor (culpabilidad), siempre que no existan obstaculos procesales o punitivos que impidan su penalidad. De estas tres
categorias la primera y mas relevante, desde el punto de vista juridico-penal, es la tipicidad. La tipicidad es la adecuacion de un hecho cometido a la descripcion que
Concepto
de ese hecho se hace en la ley penal. Por impertivo del principio de legalidad, en su vertiente del nullum crimen sine ledge, solo los hechos tipificados en la ley
penal como delitos pueden ser considerados como tales. Ningun hecho, por antijuridico y culpable que sea, puede llegar a la categoria de delito si, al mismo
tiempo, no es tipico, es decir, si no corresponde a la descripcion contenida en una norma penal.

Funcion
Una función seleccionadora de los comportamientos humanos penalmente relevantes
seleccionadora

Triple Una funcion de


Una función de garantía, en la medida en que solo los comportamientos subsumibles en él pueden ser sancionados penalmente
funcion garantia

Tipicidad Una función motivadora general, ya que, con la descripción de los comportamientos en el tipo penal, el legislador le indica a los ciudadanos
Una funcion
que comportamientos están prohibidos y espera que, con la conminación penal contenida en los tipos, los ciudadanos se abstengan de
motivadora general
realizar la conducta prohibida.

La antijuricidad es un juicio negativo del valor que recae sobre un comportamiento humano y que indica que ese comportamiento es contrario a las exigencias del
ordenamiento jurídico. Sin embargo, no todo comportamiento antijuridico es penalmente relevante. Por imperativo del principio de legalidad, solo los
comportamientos antijuridicos que, además son típicos pueden dar lugar a una reacción jurídico-penal. La tipicidad de un comportamiento no implica, sin
embargo, la antijuricidad del mismo, sino, a lo sumo, un indicio de que el comportamiento puede ser antijuridico (función indiciaria del tipo). Tipo y antijuricidad
son dos categorías distintas del delito. El tipo puede desempeñar una función indiciaria de la antijuricidad, pero no se puede identificar con ella. La relación entre
tipo y antijuricidad, puede ser mas o menos estrecha. Generalmente en el tipo, se incluyen todas las características de la conducta prohibida que fundamentan
Tipo y positivamente su antijuricidad. Sin embargo no siempre se puede deducir directamente del tipo estas características, y hay que dejar al juez o al interprete la
antijuricidad tarea de buscar las características que faltan. Sucede esto sobre todo en los delitos imprudentes, en los que la acción prohibida tiene que ser establecida por el
juez, con ayuda del criterio de la “diligencia debida” o en la “posición de garante” en los delitos de comisión por omisión.
La relación entre tipo y las restantes categorías del delito también es muy estrecha, pero eso tampoco quiere decir que se confundan. Así por ejemplo, cuando se
habla de tipo de culpabilidad se designa aquellos elementos que fundamentan el juicio de culpabilidad. También se habla de tipo de delito como el conjunto de
presupuestos que debe darse para imponer una pena. Sin embargo, el nombre de tipo debe reservarse para aquella imagen conceptual que sirve para describir la
conducta prohibida en el supuesto hecho de una norma penal y que después va a ser objeto de juicio de antijuricidad, es decir, va a ser analizada desde el prisma
de la causa de justificación. Se habla así del tipo de injusto y en este sentido va a ser utilizado aquí mientras no se diga lo contrario.
El delito como obra humana siempre tiene un autor, aquel que precisamente realiza la acción prohibida u omite la acción esperada. Normalmente
en el tipo se alude a dicho sujeto con expresiones impersonales como “el que” o “quien”. En estos casos, sujeto activo del delito puede ser
cualquiera (delitos comunes), al margen de que después pueda o no ser responsable del delito en cuestión, dependiendo de que se dé o no una
causa de justificación y de que tenga o no las facultades psíquicas mínimas para la culpabilidad. Están los delitos plurisubjetivos, en los ue el tipo
exige la concurrencia de varias personas, como sucede en los delitos de convergencia (asociación ilegal, rebelión); o bien autónomamente como
Sujeto activo
partes de una misma relación delictiva, como en los delitos de encuentro (el cohecho, en el que interviene el funcionario y la persona que lo
soborna). En algunos casos la ley exige determinadas cualidades para ser sujeto activo de un delito, nos encontramos entonces con los llamados
delitos especiales. Sujeto activo de un delito. Nos encontramos entonces con los llamados delitos especiales. Sujeto activo de estos tipos de delitos
solo puede serlo aquella persona que, además de realizar la acción típica, tenga las cualidades exigidas en el tipo (por ejemplo “deudor” en el
alzamiento de bienes; “funcionario publico” en malversación de caudales públicos).

En todo tipo hay una conducta, entendida como comportamiento humano (acción u omisión), que constituye el núcleo del tipo, es decir, su
Estructura y elemento mas importante. La conducta viene descrita generalmente por un verbo rector (“matare”, “causare a otro una lesión”, etc) que puede
clasificación de indicar una acción positiva o una omisión. Cuando el tipo solo exige la realización de la accion sin mas, estamos ante los delitos de mera actividad
Conducta
los tipos penales (injuria, falso testimonio, etc) o, en su caso, de mera inactividad (omisión pura, por ejemplo omisión del deber de socorro): En otros casos se exige
junto con la realización de la accion, la producción de un resultado todo, que a su vez se diferencian entre delitos de lesión y delitos de peligro.
Según el tipo comprenda una o varias conductas se habla de delitos simples y delitos compuestos.

La norma penal tiene una función protectora de bienes jurídicos. Para cumplir con esta función protectora eleva a la categoría de delitos, por edio
de su tipificación legal, aquellos comportamientos que mas gravemente lesionan o ponen en peligro los bienes jurídicos protegidos. El bien jurídico
es por tanto la clave que permite descubrir la naturaleza del tipo, dándole sentido y fundamento. Todo tipo penal debe incluir un comportamiento
humano capaz de provocar la puesta en peligro o la lesión de un bien jurídico. En ese sentido bien jurídico, es el valor que la ley quiere proteger de
Bien Jurídico las conductas que puedan dañarlo. La cualidad de bien jurídico es por tanto, ,algo que crea la ley y no algo preexistente a ella misma. El concepto
de bien jurídico se utiliza en derecho penal, además, como criterio de clasificación, aglutinando los distintos tipos delictivos en función del bien
jurídico protegido en ellos (delitos contra la vida, contra el honor, contra el patrimonio, etc). Según este criterio de clasificación se distinguen entre
bienes jurídicos individuales (vida, libertad, honor) y comunitarios llamados colectivos o supraindividuales (salud publica, seguridad del Estado,
orden publico)
El nombre de tipo, alude en derecho penal a descripciones de conductas, que llevan aparejado una sanción. Las descripciones lo son en lenguaje aseverativo;
dicen predican, señalan un comportamiento probable y posible especie de arquetipo (no en vano la palabra tipo significa en griego modelo) de conducta. Esta
modalidad de presentación de las conductas probables, a veces nos impiden observar claramente el origen mismo de la descripción: lógicamente por razones de
economía legislativa es mejor decir solo la acción a castigar, que mencionar su antecedente normativo y factico.
Seria engorroso señalar “La vida es un bien preciado altamente por el grupo o comunidad, por tanto esta deber ser inviolable, en nuestro territorio, así quien
haya dado muerte a una persona será sancionado con x a z años de prisión”, cuando fácilmente se puede decir el texto de 111 del Código Penal “Quien haya
dado muerte a una persona, será penado con prisión de doce a dieciocho años”, pero no es común que entendamos, cuando leemos el 111 citado, lo que recién
hemos mencionado como antecedente normativo y generador de tal descripción; es decir, comúnmente no pensamos cuando leemos la conducta típica, en la
norma que todo tipo supone y en el bien jurídico, objeto de existencia y origen mismo de la norma.
Nótese que de lo anterior se desprende que estamos partiendo de un concepto de tipo, en el cual va implícito el conocimiento de la norma y del bien jurídico,
no porque estos sean parte de la descripción, sino porque solo pueden ser observados por la descripción.
Así un análisis o estudio de derecho penal especial necesariamente implica un estudio no solo de los elementos de la figura y su valor sino también una
Teoría del búsqueda de la norma antecedente y del objeto mismo de la protección o bien jurídico. Pero allí no se agota el estudio, ya que es necesario a la vez observar a la
tipo descripción en concordancia con las reglas constitucionales de la legalidad criminal.
A raíz de la existencia de una disposición como la que contempla el art. 39 de la Constitución (“A nadie se le hará sufrir pena sino por delito, cuasidelito o falta,
sancionadas por ley anterior”) nuestro derecho penal –sin calificativo alguno de general o especial- se convierte en un derecho penal democrático-liberal, en la
medida en que exige que toda prohibición penalmente incriminada deba ser previo señalada por una ley (requisito previo para la existencia del delito, “cuasi-
delito” o “falta”; mencionado por el 39 dicho) y en la medida en que a partir del párrafo segundo de 28 constitucional, las acciones privadas que no dañen la
moral o el oren publico, o que no perjudiquen a terceros, esta fuera de la acción de la ley.
De esta manera, en el estudio de la acción delictuosa, el binomio tipo/tipicidad adquiere fundamental importancia; el tipo como el instrumento por medio del
cual se manifiesta la prohibición; y la tipicidad como la característica de una acción humana de haberse adecuado formal y penalmente al tipo.
Comúnmente se hace la distinción entre tipo sistemático y tipo garantía. Esta no es una diferenciación que atienda a la esencia de la descripción sino a sus
funciones. No significa sino que el tipo penal pueda ser observado en su particularidad de ser instrumento legal de garantía al servicio del Principio de Legalidad
Criminal (tipo garantía), o en su prohibición (que por ello esta lógicamente implícita en el tipo) y, también, como una manera de tutelar penalmente bienes
valiosos para la colectividad –protegidos por la prohibición y evidenciados por y en la descripción-. Así, el estudio del tipo sistemático no es sino una manera
complementaria de observación en el estudio del tipo garantía
Comúnmente los tipos penales se estudian únicamente con una visión doctrinaria (y en algunos casos jurisprudencial) de sus términos/elementos. Por
otra parte se estudia en ellos un “animus” que entendemos, claro, como el estudio del dolo de tipo. Estos dos aspectos mencionados constituyen un
estudio necesario y de gran valor, en el entendido de que se parte de una base real de análisis; esta base real consiste en indagar el valor de las
Tipo sistemático palabras/elementos con una óptica de realidad, en nuestro caso, costarricense.
Al mismo tiempo que un examen sobre el valor real de los términos resulta indispensable inscribir el análisis de los elementos que así lo requieran
dentro de un marco histórico particular que nos indique el porque de la descripción y/o del elemento (interpretación teleológica-histórica) y su actual
validez jurídico-cultural.

En Derecho Penal las garantías formales del Estado de Derecho se afirman lo mas eficazmente posible, porque nada puede amenazar mas seriamente
la libertad individual que un acto arbitrario de la autoridad que use el poder punitivo como instrumento de poder. Posiblemente no sea necesaria otra
motivación, sobre todo en Costa Rica, cuyo sistema esta claramente apuntalado por la normativa del 39 constitucional, por cuyo merito solo el delito
es el presupuesto de la pena y ambos (pena y delito) deben estar contenidos en una ley vigente y anterior al acto real que se quiere someter a sanción
penal; sin embargo queremos puntualizar acá algunos aspectos de interés: el plantearse como problema la técnica legislativa dentro de un estudio
global del tipo es obligado en Costa Rica a causa del articulo constitucional citado y de su derivado natural, la tipicidad de la conducta penalmente
Tipo de garantía sancionada. Los tipos penales deben estar claramente redactados, de tal manera que la conducta a castigar sea clara precisa y delimitada, para que no
se preste a divergentes interpretaciones su aplicación judicial y administrativa. Posiblemente muchas criticas sobre fallos judiciales y muchos
Tipos desencantos sufridos por denunciantes que ven desestimadas sus denuncias cuando otras similares han prosperado, así como innumerables quejas de
ciudadanos –sobre todo de zonas rurales, pero no solo ahí- acerca de actuaciones arbitrarias de la policía administrativa a la hora de realizar
detenciones con base en leyes penales contravencionales, se evitara con la existencia de descripciones legislativas-penales mas precisas. Creemos que
detrás de cada critica existe la pregunta no dicha y que debería plantearse abiertamente: ¿La redacción del tipo es clara o permite equívocos en su
lectura?

Los tipos complejos se caracterizan por la concurrencia de dos o mas acciones, cada una constitutiva de un delito autónomo, pero de cuya unión nace
un complejo delictivo autónomo distinto (por ejemplo el art 237 tipifica robo con violencia o intimación en las personas, medios que ya de por sí son
constitutivos de delitos de coacciones o amenazas, pero que al integrarse en el robo forman un delito complejo autónomo). Los tipos complejos
Tipo complejo
también comprenden los mixtos, es decir bajo la misma conminación penal, diversas modalidades de conducta, bastando que se realice una de ellas
para que se constituya el tipo (así por ejemplo, el allanamiento de morada, art 202.1, entrar o mantenerse en morada ajena; o en el cohecho del art
419, el funcionario que solicita o acepta el beneficio indebido)

Tipo simple A diferencia del anterior el tipo simple describe una sola conducta
5.5 Error de tipo
El autor debe conocer los elementos objetivos integrantes del tipo de injusto. Cualquier desconocimiento o error sobre la existencia de algunos de estos
elementos repercute en la tipicidad porque excluye el dolo. Por eso se le llama error de tipo. El error sobre cualquier otro elemento perteneciente a otras
categorías distintas al tipo (error sobre los presupuestos de las causas de justificación, error sobre la antijuricidad, culpabilidad o penalidad) carece de relevancia
en la tipicidad (sobre otras clases de error, especialmente sobre error de prohibición).
El error de tipo, igual que el elemento intelectual del dolo, debe referirse, por tanto, a cualquiera de los elementos integrantes del tipo, sean de naturaleza
descriptiva (cosa, explosivo) o normativa (ajena, documento). Respecto a estos últimos, basta que el autor tenga una valoración paralela en la esfera del profano,
para imputar el conocimiento del elemento normativo o titulo de dolo.
Hasta la reforma de 1983, el Codigo Penal no contenía ningún precepto relativo al error de tipo. La doctrina tradicional admitía, sin embargo, su relevancia,
aunque discrepaba respecto a su tratamiento, inclinándose por la aceptación de la distinción entre el error de hecho y de derecho. Sin embargo, a partir de la
referida reforma el legislador acoge un tratamiento dualista que diferencia claramente uno y otro tipo de error, tratamiento que se recoge ahora en el articulo 14
Código Penal.
Dice el articulo 14: “1. El error invencible sobre un hecho constituido de la infracción penal excluye la responsabilidad criminal. Si el error, atendidas las
Error de circunstancias del hecho y las personales el autor, fuera vencible, la infracción será castigada, en su caso, como imprudente.”
tipo
“2. El error sobre un hecho que cualifique la infracción o sobre una circunstancia agravante, impedirá su apreciación”.
“3. El error invencible sobre la ilicitud del hecho constitutivo de la infracción penal excluye la responsabilidad criminal. Si el error fuera vencible, se aplicara la
pena inferior en uno o dos grados”.
Los dos primeros apartados del articulo 14 se refieren a lo que la doctrina llama error de tipo, en sentido estricto; el ultimo, al error de prohibición.
Esta regulación coincide, por lo que se refiere al error de tipo, con la propuesta por la doctrina y la jurisprudencia El error sobre un hecho constitutivo de la
infracción penal excluye el dolo y, todo lo mas, cuando sea vencible, deja subsistente una posible responsabilidad a titulo de imprudencia, cuando esté
especialmente prevista esta forma de realización del tipo. Así, por ejemplo, el que dispara contra una persona confundiéndola con un animal no responde por
homicidio doloso, pero si por homicidio imprudente si su error se debía a una ligereza o negligencia (error vencible). El error invencible, es decir, aquel que el
autor no hubiera podido superar ni aun empleando una gran diligencia, excluye la responsabilidad tanto a titulo de dolo como de imprudencia, por lo que ni
siquiera puede hablarse de tipicidad penal. La determinación de la vencibilidad o invencibilidad (=evitabilidad-inevitabilidad) del error se constata con los
parámetros del tipo de injusto del delito imprudente.
Cuando el error recaiga sobre alguna cualificación o agravación, esta no podrá apreciarse (art 14).
“error in objecto vel in persona”. En principio, es irrelevante la cualidad del objeto o de la persona sobre la que recae la accion; es
irrelevante que A se apodere del automóvil de B creyendo que era propiedad de de C, o que mate a D en lugar de E, o que detenga
Error sobre el objeto
ilegalmente a F porque lo confunde con G. Sin embargo, cuando los objetos son heterogéneos (se quiere matar al perro del vecino,
de la acción
pero se mata al vecino) el error dará lugar a un concurso entre el delito que el sujeto quería realizar (daños en grado de tentativa) y el
resultado imprudentemente realizado (la muerte del vecino).

En principio, las desviaciones inesenciales o que no afectan a la producción del resultado querido por el autor son irrelevantes. A
dispara B con animo de matarle, pero solo lo hiere, muriendo B a los pocos días a causa de la gravedad de la herida. Por el contrario, si
Error sobre la relación el resultado se produce de un modo totalmente desconectado de la acción del autor, a lo sumo podrá imputarse el hecho como
de causalidad tentativa (en el ejemplo anterior, B muere posteriormente a consecuencia del incendio en el hospital). En este caso, aunque se de el
tipo subjetivo del delito doloso de homicidio, falta la realización en el resultado del peligro implícito en la acción lesiva inicial y, por
tanto, falta la imputación objetiva del resultado de la acción.

Clases de error de tipo Se da sobre todo en los delitos contra la vida y la integridad física. El autor por su mala puntería alcanza a B, cuando quería matar a C.
En este caso se considera que hay tentativa de homicidio doloso en concurso con un homicidio imprudente consumado. Sin embargo,
un sector doctrinal considera que, tratándose de resultado típicos equivalentes, la solución debe ser la misma que en el error in
Error en el golpe persona, y aprecia un solo delito doloso consumado. Esta solución tiene, a mi juicio, el inconveniente de que es injusta cuando además
Aberratio ictus de la tercera persona alcanzada por el disparo o golpe también resulta alcanzada la persona a la que se pretendía herir y, desde luego,
no puede aplicarse tampoco cuando se trata de resultados heterogéneos: por ejemplo, se pretende matar a una persona y se mata al
valioso caballo “pura sangre” que esta montaba. En estos casos, la solución del concurso es la única capaz de abarcar el desvalor
perfectamente diferenciable de los distintos resultados.

En este caso el autor cree haber consumado el delito, cuando en realidad la consumación se produce por un hecho posterior (el sujeto,
tras haber estrangulado a su victima y en la creencia de que la ha matado, la arroja por un precipicio para ocultar su delito, siendo
Dolus Generalis entonces cuando la victima, que solo estaba desvanecida muere realmente a consecuencia del golpe en la caída). En la practica parece
mas justo preciar, sin embargo, un solo delito consumado doloso: el sujeto quería matar a la persona y lo ha conseguido, ya que aquí, a
diferencia de lo que sucede en la aberratio ictus, no se pone en peligro ni se lesiona a otra persona.
5.6 Error de prohibición
directo e indirecto
El error de prohibición se da cuando el sujeto desconoce el carácter prohibido de su actuación, necesario para hacer un reproche de
Concepto culpabilidad, a pesar de conocer la situación fáctica o supuesto de hecho. Existe error de prohibición no solo cuando el autor cree que actúa
lícitamente, sino también cuando ni siquiera se plantea la ilicitud de su hecho.

Se da cuando el error de prohibición recae sobre la existencia de la norma prohibitiva como tal, el autor desconoce la existencia de una norma
5.6 Error de Error directo que prohíbe su conducta. Es el error sobre la existencia de una prohibición (en caso de acción) o un mandato (en caso de omisión). El agente se
prohibicion equivoca sobre la antijuridicidad de su conducta porque desconocía la norma que le imponía una prohibición o un mandato.

El error recae sobre la existencia, limites o presupuestos objetivos de una causa de justificación que autorice la acción generalmente prohibida,
en un caso concreto. El autor sabe que la conducta esta prohibida en general, pero cree erróneamente que en el caso concreto se da una causa
de justificación que lo permite, que actúa dentro de los limites de la misma o que se dan sus presupuestos objetivos. Existe cuando el agente
Error indirecto cree equivocadamente que hay una causa de justificación que le asiste, sea porque cree estar amparado por una causa de justificación que en
realidad no existe o porque erra sobre la extensión de una causa de justificación reconocida por el ordenamiento jurídico. Ejemplo del primero
sería el dañar instalaciones militares en tiempo de guerra (Art. 293) creyendo que le asiste un derecho a promover la paz mundial; por el otro
lado, se equivoca sobre los límites de su derecho el padre que reprende a su hijo utilizando una faja o cinturón
6. Culpabilidad y sus
elementos positivos
especificos
1. Capacidad de
culpabilidad

La imputación de
culpabilidad
implica el análisis
de los siguientes
elementos en
este orden

2. Conocimiento
3. Exigibilidad de
de la
la conducta
antijuricidad
Como bien se sabe en la construcción dogmática del derecho penal material el concepto normativo de culpabilidad es entendido finalmente como reproche o
desaprobación personal respecto de quien actúa de manera contraria al derecho. Para poder formular ese juicio de reproche, se establecen una serie de requisitos
previos que deben ser necesariamente verificados.
El primero de esos requisitos, siguiendo el esquema analítico “estratificado” para el análisis de la culpabilidad, es el de imputabilidad. Para que a una persona se le
pueda formular un juicio de reproche, para que se le pueda declarar como penalmente responsable, lo primero que se debe verificar es si dicha persona es imputable,
o lo que es lo mismo, si posee capacidad de culpabilidad. En la perspectiva dogmática, con la imputabilidad se designa y se analiza la posibilidad psíquica-biológica del
sujeto de determinarse por el cumplimiento de lo ordenado por el derecho.
En el análisis de imputabilidad se sigue un método y criterios biológico-psicologicos y psiquiátricos. A este nivel, se analiza la existencia de estados psicopatológicos o
anomalías psíquicas graves (enfermedad mental) de carácter orgánico, o de base biológica; pero también se determina la existencia de trastornos cuya causa no es
orgánica, corporal o biológica. Estos trastornos cuya causa no es orgánica, cuya base no es biológica, se denominan como trastornos de la conciencia.
Este análisis se realiza en el entendido de que para que exista culpabilidad, para que pueda reprocharse una conducta ilícita a una persona, es necesario que el autor
de la misma haya tenido una capacidad psíquica que le permita disponer de un cierto grado o ámbito de autodeterminación.
La determinación de si existe o no una enfermedad mental o un grave trastorno de la conciencia, es relevante en el tanto que esos fenómenos inciden en la capacidad
de comprensión y en la capacidad de voluntad del sujeto en relación a un ilícito penal. Por eso puede decirse que la imputabilidad en el derecho penal de adultos
posee dos niveles de análisis:
1. El primero de ellos en el cual se requiere el diagnostico o determinación psicológica o psiquiátrica sobre la existencia de enfermedades mentales o de graves
6.1 Capacidad de
trastornos de la conciencia.
culpabilidad
2. En el segundo se refiere a la incidencia o no de estos fenómenos en la capacidad de comprensión y voluntad respecto de lo prohibido y penado por el derecho. Es
decir que el sujeto pueda desde sus facultades psíquicas comprender el carácter ilícito del hecho, y que pueda dirigir su comportamiento de acuerdo a esa
comprensión.
El codigo penal vigente se adhiere a este concepto mediante su articulo 42, en el cual se establece una presunción de imputabilidad. Muy sucintamente debe indicarse
que desde nuestra perspectiva, dicha presunción de imputabilidad, sin que haya sido probada su existencia, implica una grave fricción con el principio de presunción de
inocencia y con el principio in dubio pro reo.
A partir de la propia redacción legal, no es la imputabilidad la que se constata, sino su ausencia revirtiendo la carga de la prueba sobre el imputado. La presunción
mencionada es de notoria verificación en la practica judicial costarricense, donde es la inimputabilidad, y no la capacidad de culpabilidad, la que debe ser demostrada.
El ente acusador, y en su momento el juez, no se han sentido obligados a verificar la imputabilidad del procesado para poder realizarse un reproche penal, pues esta
siempre se presume.
Pero además, con esta técnica legislativa se establece una relación presunta entre injusto penal y culpabilidad. La presunción que subyace en la norma, y que se ha
implementado en la practica forense es la siguiente: toda conducta típica y antijuridica es realizada por una persona imputable, salvo prueba en contrario de ue el
sujeto se encuentra en un supuesto biológico o psicológico (enfermedad mental, grave trastorno de la conciencia) de inimputabilidad, que impida o disminuya su
capacidad de comprensión y voluntad.
Se trata de una presunción legal iuris tantum, pues se da un relevo de prueba, para el ente acusador y para el juez, de la capacidad de culpabilidad del sujeto que
realiza el injusto penal, la cual siempre o casi siempre se da por sentada.
El segundo elemento de la culpabilidad es el conocimiento actual o potencial del injusto penal, o sea, de que la acción realizada esta prohibida por el derecho y de que esta
sujeta a pena. Claramente debe señalarse que el elemento en estudio solamente debe ser analizado una vez que se ha comprobado la existencia de la imputabilidad. Con este
concepto se analiza si la persona que ha desarrollado una conducta típica y antijurídica, lo ha hecho con conocimiento actual, o al menos con posibilidad de conocimiento (en
el error de prohibición vencible), de que dicha acción estaba prohibida y penada por el derecho. Debe quedar en claro que en este mismo nivel de la culpabilidad se analiza el
error de prohibición, que en caso de ser invencible implica ausencia o falta de conocimiento de que la conducta se encuentra prohibida y penada, y en caso de ser vencible
implica conocimiento potencial del injusto. La regulación de este elemento de la culpabilidad, se realiza mediante el articulo 35 del Código Penal. Al respecto establece:
“ARTÍCULO 35.- No es culpable, el que por error invencible cree que el hecho que realiza no está sujeto a pena. Si el error no fuere invencible, la pena prevista para el hecho
podrá ser atenuada, de acuerdo con lo que establece el artículo 79.”
Interpretado en sentido contrario eso significa que el autor es culpable, solamente cuando conoce que la conducta que realiza esta sujeta a pena (tiene conocimiento actual
del injusto penal); o bien cuando desconocía que el hecho realizado estaba sujeto a pena, pero le resulta posible haberlo conocido, en cuyo caso se afirma que el aturo tiene
conocimiento potencial de injusto, pues se encuentra en error de prohibición vencible o evitable. Como requisito ineludible para que exista culpabilidad la persona debe
tener, al momento de desarrollar la conducta, un conocimiento actual o potencial de que la misma esta prohibida y penada por el derecho. El conocimiento actual del injusto
falta cuando la persona se encuentra en error de prohibición, cuando cree que su conducta no esta prohibida y penada. Esta clase de error puede ser directo, cuando la
persona desconoce que su conducta contradice el ordenamiento jurídico; o bien puede ser indirecto, cuando a pesar de que conoce esa contradicción, cree que actúa
amparado en una causa de justificación, que en realidad no existe o cuyos limites han sido rebasados. Para algún sector de la doctrina (quienes siguen la teoría estricta de la
culpabilidad) también existe error de prohibición indirecto cuando la persona tiene una falsa representación de los elementos de hecho de una causa de justificación, aunque,
debe aclararse, otro sector (siguiendo la teoría restringida o limitada de la culpabilidad) sostiene que este caso, por analogía, debe ser tratado como un error de tipo
6.2 Conocimiento permisivo. En resumen existe error de prohibición:
de la antijuricidad a. Cuando el autor desconoce que el hecho esta prohibido y penado por el ordenamiento jurídico (error directo de prohibición);
b. Cuando el autor supone que el hecho esta amparado en una causa de justificación, que el ordenamiento no contiene, o porque extiende los limites de la misma a su favor
(error indirecto de prohibición).
c. Dependiendo de la teoría asumida, el polémico caso de la suposición equivocada de que concurren las circunstancias objetivas de una causa de justificación (error de
prohibición indirecto para algunos, y de tipo permisivo para otros)
A su vez el error de prohibición directo como el indirecto pueden ser vencible o invencible. En lo que respecta al error de prohibición invencible o inevitable, la persona
carece de conocimiento actual de injusto, y con ello se excluye la culpabilidad, porque cree que su conducta no esta sancionada por el ordenamiento jurídico, o porque cree
que actúa amparado en una causa de justificación que no existe, o excediendo los limites de esta. Con la particularidad de que no podía salir de ese error, de que no tenia
posibilidad de conocer de conocer el derecho, o de que aun habiéndose informado, eso no le permitiría salir de ese error. En este caso, por la inevitabilidad del error
desaparece la culpabilidad, precisamente porque no hay conocimiento del injusto, de que la conducta se encuentra prohibida y penada. En el supuesto de error de
prohibición vencible o evitable, falta el conocimiento actual del injusto, pero se mantiene un conocimiento potencial de injusto, porque la persona podía haber conocido, y
debía haber conocido, si se hubiera informado, que su conducta estaba penada por el derecho. En este caso, a pesar de que no existe conocimiento actual de injusto, se
mantiene la culpabilidad, aunque la sanción debe ser atenuada, porque se considera que el autor debía haber salido de su error, en tanto que podía haberse informado sobre
el derecho. De esta manera, en la perspectiva de la dogmática penal, existe culpabilidad (en principio, pues aun queda por realizar un examen sobre exigibilidad o no de que
la conducta fuera conforme a derecho): 1. Cuando el autor conoce de manera actual, en el momento de que desarrolla la conducta, que la misma esta sancionada
penalmente; 2- Cuando el autor, si bien no conoce de manera actual que su conducta esta prohibida y penada, puede y debe haberlo conocido (conocimiento potencial de
injusto) informándose sobre el derecho. Este es el caso del error de prohibición vencible. Para que exista culpabilidad se requiere conocimiento actual o potencial del injusto,
y este conocimiento solo se excluye con el error de prohibición invencible o inevitable.
El ultimo elemento de la culpabilidad es el de la exigibilidad de un comportamiento conforme a derecho. Si la acción típica y antijuridica es realizada por
un imputable, quien tiene además un conocimiento actual o potencial del injusto, aun así no existe culpabilidad si su voluntad, su ámbito de
autodeterminación se encuentra reducido por alguna circunstancia objetiva. En estos casos se afirma que el autor del injusto penal no se le puede exigir
un comportamiento conforme a derecho. Tradicionalmente se afirma que no es exigible un comportamiento conforme a derecho cuando:
a. Se presenta un estado de necesidad exculpante por colisión de bienes jurídicos del mismo rango;
b. Existe coacción o miedo en el autor del injusto penal.
Ante estos supuestos, la doctrina afirma que se excluye la culpabilidad, por concurrir una causa de exculpación. La critica que se puede formular al
concepto de exigibilidad es que, al igual que sucede con el concepto, también se encuentra formulado a partir de un criterio ideal abstracto. Esto significa
que se define que alguien podía actuar o no conforme a derecho con base en el criterio del “ciudadano promedio” enfrentado a la misma situación; es
decir, de conformidad con lo que habría hecho un modelo abstracto de ser humano, y no de conformidad con lo que podría o no haber hecho la persona
La exigibilidad de la concreta enfrentada a la situación de necesidad. Este sujeto parametreado como modelo de conducta, no es cualquiera, sino un sujeto ideal,
conducta conforme desvinculado de la persona concreta y contextualizada que se enfrenta a una situación determinada en que realiza un injusto penal. Ahora bien, esta
a derecho matriz de pensamiento idealista-abstracto, se ve traducida además en los requisitos que se formulan, desde la dogmática y la ley penal, para poder afirmar
la existencia de una situación de inexigibilidad de comportamiento conforme a derecho. Estos requisitos son:
1. La actualidad o inminencia del peligro.
2. La necesidad o razonabilidad de la reacción.
Esto quiere decir, que para que se acepte la inexigibilidad de una conducta diversa al ilícito realizado, es requerido que el mal o situación amenazante o de
peligro ante el cual se reacciona, se este desarrollando (sea actual) o bien que, inequívocamente pueda suceder pronto (de manera inminente). Ambos
requisitos son cuestionables en el tanto que se aparta de aquel modelo ideal abstracto y no del análisis de un sujeto concreto, ubicado en una situación
especifica. Al ser formalmente impuesta su aplicación, bajo ambos criterios o requisitos subyace la presunción de que la acción ilícita con que se reacciona
a un peligro o amenaza, se realiza siempre en un plano de igualdad, invisibilizando así que la persona puede verse inmersa, por ejemplo, en relaciones de
subordinación o dependencia que le colocan en un plano de marcada desigualdad, y en una imposibilidad para reaccionar de esa manera.
7. El autor según
normativa y
jurisprudencia
7.1 Imputabilidad y sus
formas. Inimputabilidad,
imputabilidad disminuida,
perturbación provocada
Inimputabilidad
disminuida
(Art 42)

Inimputabilidad
y sus formas

Perturbación Inimputabilidad
provocada disminuida
(Art 44) (Art 43)
Una vez determinadas la tipicidad y la antijuridicidad de la conducta, procede examinar la culpabilidad del sujeto. La jurisprudencia ha acogido el llamado concepto normativo de culpabilidad (V.
131 del 13/05/1994, SaTe). Dicho concepto fue propuesto por Frank a principios del siglo pasado para superar el concepto psicológico de culpabilidad, el cual ponía énfasis en la relación psíquica
entre el autor y el hecho y comprendía el dolo y la culpa. A partir de Frank, la culpabilidad va a consistir en el reproche que se le pueda hacer al autor por el hecho ilícito, es decir, si el sujeto
puede reconocer la ilicitud de un actuar y ajustarse a ese entendimiento. El juez presume que la capacidad para comprender y determinarse está presente en todo mayor de edad y por ello no es
imperativo solicitar una pericia o analizar la posibilidad de inimputabilidad o de imputabilidad disminuida a menos que una de las partes la cuestione o que los hechos den un indicio de su
presencia. (V. 248 del 01/04/2005, SaTe). El examen para determinar la inimputabilidad de un individuo se compone de dos etapas. En la primera se debe establecer la existencia de una
"enfermedad mental" o de una "grave perturbación de la conciencia". En la segunda debe analizarse si existe un nexo de causalidad entre la enfermedad mental o la grave perturbación de la
conciencia y la falta de comprensión el carácter ilícito o de determinación según dicha comprensión al momento de actuar. En cuanto al concepto de enfermedad mental, el legislador
costarricense ha renunciado a enumerar los trastornos somáticos o psicológicos que estarían comprendidos. Claro está, sin embargo, que debe tratarse de una enfermedad, es decir, una
alteración de la salud que afecta las facultades intelectivas o volitivas del sujeto. Dos conclusiones pueden extraerse de esto: por un lado, la diversidad sociocultural no se encuentra comprendida,
pues ella no es una enfermedad ni afecta las facultades intelectivas o volitivas. Quien, por razones culturales, desconoce la ilicitud de una conducta, a lo sumo podrá actuar bajo error (Art. 34 y
35). Por otro lado, es el juez quien debe determinar la extensión del concepto "enfermedad mental" teniendo presente que el fin de la norma es eximir de culpabilidad a quien no pueda
comprender la ilicitud del hecho o motivarse según su comprensión. Doctrinariamente se incluyen: los trastornos psíquicos con base somática, es decir, las alteraciones intelectuales o
emocionales que son consecuencia de patologías orgánicas cerebrales surgidas por causas endógenas o exógenas; la oligofrenia, que es una detención en el desarrollo cerebral; y las anomalías
psíquicas que alcancen el grado de enfermedad, es decir, los trastornos psíquicos no somáticos cuya gravedad clínica los diferencie de simples debilidades de la voluntad o del intelecto. La grave
perturbación de la conciencia, por su parte, no necesariamente debió ser ocasionada por bebidas alcohólicas o de sustancias enervantes sino que el legislador, al decir "sea ésta o no", dejó
abierta la posibilidad de que la perturbación de la conciencia haya sido causada por otras circunstancias. La perturbación, dice la exposición de motivos del CP, "…se produce, por ejemplo, en los
casos de sugestión hipnótica o post hipnótica o en los estados crepusculares tan discutidos desde el punto de vista psiquiátrico pero tan reales y frecuentes, o en los estados de ebriedad
profunda adquirida en forma involuntaria, sin el propósito de cometer un hecho punible […]". La perturbación de la conciencia comprende los trastornos no enfermizos. Esta será grave si
destruye o conmociona temporalmente la estructura psíquica del sujeto208 con efectos semejantes a una enfermedad mental. La perturbación puede significar la pérdida de la conciencia de sí
Inimputabilidad mismo, entendida como conocimiento intelectual sobre su propio ser y sobre su relación con el mundo que lo rodea, pero también puede consistir en un trastorno grave de las emociones y de la
autodeterminación.210 La doctrina alemana incluye como perturbación de la conciencia el agotamiento (Erschöpfung), cansancio extremo (Übermüdung), hipnosis, shock accidental, las
(Art 42) alucinaciones y los estados pasionales.211 El caso de los estados pasionales es especialmente difícil. Aunque ellos en principio podrían excluir la culpabilidad,212 el legislador costarricense ha
preferido otorgarle el grado de atenuante en ciertos casos (Art. 113-1, 127, 140, 141), marcando así su preferencia general-preventiva. La jurisprudencia llega incluso a considerar que la emoción
violenta y la inimputabilidad se excluyen mutuamente (V. 101 del 23/02/2007, SaTe). A pesar de su mención expresa en dichas normas, nada impide su aplicación en otros casos con base en el
Art. 43. Condición necesaria es que el estado pasional tenga su origen en la circunstancia particular y que no haya sido provocado por el sujeto. El consumo de alcohol es una forma de psicosis
exógena que da lugar a un trastorno psíquico temporal de base física. La intoxicación por alcohol paraliza diversos centros cerebrales, dañando con ello el equilibrio entre impulsos e inhibiciones,
con efectos similares a una lesión del tallo cerebral.213 En Alemania, la jurisprudencia ha fijado como estándares un mínimo de 2 gramos de alcohol por litro de sangre para presumir la
imputación disminuida y de 3 gramos para la inimputabilidad. En Costa Rica todavía no hay criterio al respecto. La concentración de alcohol, sin embargo, es solo uno de los factores que entran
en consideración. Se podría rechazar o asumir la inimputabilidad tomando en cuenta otras circunstancias: la gravedad del delito (se exige que la gravedad del trastorno de los mecanismos de
inhibición aumente con la gravedad del delito), la habitualidad y tolerancia al alcohol, la constitución física y psíquica, reacción con otras sustancias, etc.215 Sí debe llamarse la atención respecto
a las consecuencias del alcohol, pues este no ocasiona la falta de compresión de la ilicitud, sino la falta de determinación conforme a esa comprensión, ya que destruye los mecanismos
inhibitorios del cerebro. En cuanto a las drogas, estas pueden llevar a la inimputabilidad por su uso o por su adicción. En el primer caso, la dosis debe causar una perturbación de la conciencia en
los términos expuestos anteriormente, debiendo tomarse en cuenta las circunstancias (gravedad del delito, habitualidad, tolerancia, etc.). La adicción, por el otro lado, puede convertirse en una
necesidad interna irresistible (unwiderstehlicher Drang) que obligue al adicto a cometer un delito para procurarse la droga. Obviamente, se debe tratar de un adicto empedernido y el delito debe
relacionarse con la necesidad de consumir droga (p.e. una violación difícilmente entrará en consideración). La norma, al hablar de "empleo accidental o involuntario", hace referencia al Art. 44.
Castillo sostiene que los casos de perturbación de la conciencia no pueden acarrear ni pena ni medida de seguridad, pues no es uno de los casos contemplados en el Art. 102. Luego de evaluar la
existencia de una "enfermedad mental" o de una "grave perturbación de la conciencia", se pasa al segundo punto de examen, relacionado a la capacidad de comprensión (elemento intelectual) y
de determinarse (elemento volitivo). La enfermedad mental o el trastorno de la conciencia debieron causar una falla en uno de esos elementos. La falta de comprensión es similar al error de
prohibición (Art. 35), diferenciándose tan solo en su origen. El elemento volitivo es la capacidad de inhibir los impulsos, de refrenarse según la compresión que se tenga del ilícito. No debe
confundirse con la capacidad de actuar con finalidad, la cual ya se encuentra presente hasta cierto punto en los infantes, ya que es diferente manejar procesos empíricos según reglas de la
experiencia que ajustarse a normas jurídicas (situación que se puede dar p.e. en la embriaguez). La capacidad de comprensión o de determinación se refiere al hecho típico y debe faltar al
momento de la acción u omisión para que haya inimputabilidad. Cuando el autor sea declarado inimputable, procede la imposición de una medida de seguridad conforme a los Art. 97 ss.
No podemos perder de vista que lo normal es que las personas mantengan una adecuada capacidad mental, por lo que debe demostrarse la
inimputabilidad y en este caso, ni se ha cuestionado la capacidad de […] al momento de los hechos investigados, ni se extrae de los autos que éste
IMPUTABILIDAD ES LA
tenga algún problema de imputabilidad o imputabilidad disminuida, conclusión que no modifica si se considera que se trata de una persona de 65
NORMA
años que vive en Jicaral, zona que además, contrario a lo que sugiere el impugnante, está plenamente integrada a la sociedad costarricense y a sus
normas de convivencia". (V. 248 del 01/04/2005, SaTe)

"Esta Sala ya ha sostenido anteriormente (V-446-F) que la estructura de nuestro Código Penal, en lo que se refiere al análisis del aspecto subjetivo de
la conducta, establece la necesidad de que los juzgadores pongan atención a los elementos volitivos e internos del comportamiento humano. Tanto el
artículo 1, como los artículos 30, 31, 34 y 35 del Código Penal recogen no una tesis objetiva del ilícito, sino más bien contribuyen a reafirmar el
convencimiento de que los diversos niveles de la adecuación judicial de la conducta, deben tomar en cuenta también momentos subjetivos. Así la
tipicidad no se concentra en el examen del mero encuadramiento, sino que también exige el análisis del dolo o culpa existentes en el autor. En la
antijuridicidad, también se apunta la necesidad de integrar la existencia de una congruencia entre los aspectos subjetivos y objetivos del tipo
permisivo; la culpabilidad, por su parte, como reproche del injusto al autor, no depende exclusivamente de la objetividad de ese reproche sino
además de lo que el sujeto pudo comprender, de acuerdo a sus circunstancias personales. El fundamento del principio de culpabilidad radica,
TEORÍA DEL DELITO EN
precisamente, en la capacidad del sujeto de escoger, actividad que depende también de lo que él pudo comprender para realizar esa escogencia. Por
EL CP
ello, el análisis jurídico del reproche debe tomar en cuenta esas condiciones personales por las cuales se pudo optar y seleccionar una conducta. Este
Inimputabilidad basamento subjetivo de la culpabilidad es una conquista democrática, ya que un reproche sin subjetividad o reconocimiento de tales circunstancias
JURISPRUDENCIA sería negador de la persona humana y de su dignidad, y de ahí el portillo a la justificación de los reproches de un Estado totalitario, que bien podría
encontrar sustento incluso a la puesta en marcha de una policía moral por la vía del derecho represivo. Nuestro Código Penal recoge, como ya se ha
dicho, la estructura de un Estado democrático y republicano, que ya se encuentra claramente delineado en los artículos, 1, 28 segundo párrafo y 39 de
la Constitución Política, que integrados en nuestro sistema constitucional establecen los requisitos para una aplicación de un derecho penal que sepa
determinar no sólo la realización de una determinada conducta, sino también de su contrariedad con el sistema y del reproche personal que deba
realizarse". (V. 486 del 23/05/1997, SaTe)

"Es preciso destacar, que la existencia de enfermedades, patologías psicológicas o trastornos de la personalidad no implican, de modo necesario, la
ALCOHOLISMO inimputabilidad o la imputabilidad disminuida del sujeto. De esta suerte, la mera constatación de que […] es alcohólico, sería inidónea para respaldar la
propuesta que se plantea en el recurso". (V. 1274 del 05/11/2004, SaTe)

"En la demanda se confunden la falta de capacidad de comprender el carácter ilícito del hecho, lo que llevaría a un estado de inimputabilidad, con la
EMOCIÓN VIOLENTA atenuante de emoción violenta, que sólo implica una menor culpabilidad del sujeto activo, conceptos que son excluyentes". (V. 101 del 23/02/2007,
SaTe)
El presente Art. debe leerse junto al Art. 42. De acuerdo al concepto normativo de culpabilidad, esta se caracteriza por ser graduable. Entre los extremos que son la
inimputabilidad concebida en el Art. 42 y la culpabilidad que se presume en toda persona mayor de edad, se ubica la culpabilidad disminuida, la cual varía en su
intensidad según la capacidad del sujeto de comprender y actuar conforme a la norma. Las causas de la imputabilidad disminuida son las mismas que se asocian a
la inimputabilidad, es decir, la enfermedad mental y la perturbación de la conciencia (Art. 42). Estos estados deben causar una mayor dificultad del sujeto para
comprender el injusto del hecho o para determinarse conforme a esa comprensión. En los códigos modernos, la imputabilidad disminuida acarrea una atenuación
de la pena proporcional a la disminución de la capacidad de culpabilidad. Dicha solución, sin embargo, no ha sido adoptada (al menos explícitamente) por nuestro
CP. Esta situación ha desencadenado criterios encontrados en la jurisprudencia. La doctrina dominante, expuesta por la SaTe, se encuentra recogida en el V. 524 del
6/11/1992: "Se colige que, cuando se prueba que en el hecho histórico está presente la inimputabilidad o imputabilidad disminuida del autor, se configura la
conducta típica y antijurídica (injusto o ilícito penal) pero no el hecho punible; y por ello, en vez de la aplicación de una pena, corresponde la imposición de una
medida de seguridad. No debe declararse al imputado autor responsable del delito pues falta la culpabilidad, pero sí autor del injusto o ilícito penal (acción típica y
antijurídica); y desde que no es autor responsable del hecho delictivo, no corresponde la aplicación de la pena." Dicho en otras palabras, los efectos de la
imputabilidad disminuida son iguales a los de la inimputabilidad, es decir, la imposición de una medida de seguridad, pero no de una pena. A pesar de que quien
sufre de imputabilidad disminuida es culpable (en menor grado) de la conducta y que, en teoría, podría sufrir una pena atenuada, la legislación costarricense
prescribe la imposición de una medida de seguridad (Art. 98-1). Una segunda tesis es la de Castillo, quien sugiere que la actual redacción del Art. 102-a conlleva la
Inimputabilidad impunidad del imputable disminuido al establecer que la medida de seguridad será impuesta a los "sujetos de imputabilidad disminuida que hayan intentado
disminuida suicidarse" (cursiva agregada). Si el sujeto no ha intentado suicidarse, dice Castillo, entonces no puede ser objeto de una medida de seguridad
(Art 43) Sin embargo, esto iría en contra del mandato expreso del Art. 98, el cual indica que el juez impondrá obligatoriamente la correspondiente medida de seguridad
cuando el autor tuviere la imputabilidad disminuida. Consideramos que esta norma debe leerse junto al Art. 102-a, entendiendo que el Art. 102-a al decir
"enfermos mentales, toxicómanos habituales, alcohólicos" se refiere tanto a los inimputables como a los sujetos de imputabilidad disminuida. El inciso, al incluir el
caso de quien intentó suicidarse, no tiene la intención de excluir el uso de medidas de seguridad para otros casos, sino más bien reglar las consecuencias del Art.
114, que dicho sea de paso, fue anulado por la SaCon. La conducta sí parece permanecer sin consecuencias penales, y en esto tendría razón Castillo, cuando la
imputabilidad disminuida se deba a causas que no sean las enumeradas por el Art. 102. Una tercera tesis se encuentra desarrollada en algunos votos del TCP. En el
V. 214 del 04/03/2004, el juez Morales García hace notar que la atenuación de la pena no es desconocida en nuestro ordenamiento jurídico. Así como los casos de
exceso en la legítima defensa, de error vencible de prohibición o de emoción violenta (p.e. Art. 113-1) pueden llevar a la atenuación de la pena, la imputabilidad
disminuida también podría hacerlo. Dicho criterio fue reiterado en el V. 406 del 12/05/2005, TCP. Si bien dicha opinión es acertada en cuanto a sus fundamentos
doctrinarios y gozaría de apoyo en otras legislaciones, lo cierto es que el CP no prevé ninguna pena para los casos de imputación disminuida. Por eso, aunque el CP
no dice expresamente que ellos estarán libres de pena, no es válido hacer una interpretación extensiva en materia penal que perjudique al reo, como lo sería la
imposición de una pena en este caso. Es la responsabilidad penal la que debe estar expresamente establecida en la ley, no la impunidad. Asimilar la imputación
disminuida al exceso en la legítima defensa y otros casos de atenuación de la pena no es una analogía in bonam parte (bajo el argumento de que la pena es
atenuada), sino una analogía in malam partem, pues se pena situaciones que el marco legal actual deja impunes o, cuando mucho, hace meritorias de medidas de
seguridad
"En la jurisprudencia nacional el tema de los efectos jurídicos de una persona que en estado de imputabilidad disminuida
comete un injusto penal, no ha sido pacífico: (i) Para unos, debe aplicarse la pena del tipo penal, atenuada o no a criterio
del juez, atendiendo al grado de disminución de la capacidad, pero además, se debe imponer una medida de
seguridad (en ese sentido cfr. nota vota N° 214-2004, de las 11:07 horas del 4 de marzo de 2004; también voto 406-2005, de
las 9:30 del 12 de mayo de 2005, ambos de este Tribunal de Casación Penal). (ii) Para otros, tanto la inimputabilidad como
la imputabilidad disminuida conllevan la imposición única y exclusivamente de una medida de seguridad (cfr. voto N° 570-
2002 de las 11:15 horas del 01 de agosto de 2002; N° 365-2004 de las 9:44 horas del 22 de abril de 2004 y entre otros, N°
379-2002 de las 9:35 del 17 de mayo de 2004 del Tribunal de Casación y algunos también de la Sala Tercera como el voto N°
524-F-92 del 6 de noviembre de 1992 y el N° 808-2002 del 23 de agosto de 2002). […]
EFECTOS DE IMPUTACIÓN
DISMINUIDA Quienes suscribimos este voto estimamos que si bien situaciones como la emoción violenta, algunos supuestos de exceso en
la legítima defensa y el error de prohibición vencible corresponden a supuestos reconocidos en doctrina como típicos de
disminución de la imputabilidad (MIR PUIG, Santiago, Derecho Penal, Parte General, 5ª. edición, Tecfoto, S.A., Barcelona,
1998, p.636) y son o pueden ser sancionados con penas atenuadas a discreción del juzgador, tal y como puede verificarse
ocurre en el caso costarricense (artículos 35, 29 y 79; 113 inciso 1 del Código Penal); lo cierto también es que dentro del
ámbito nacional, por una decisión de política criminal nuestro legislador fue categórico y dispuso en el artículo 98 del Código
Penal, que obligatoriamente el juez debía imponer una medida de seguridad, en casos de imputabilidad disminuida, sin
Inimputabilidad disminuida adicionar, que además se impusiera la pena contemplada en el tipo penal imputado, aunque fuera atenuada. El Derecho
penal está sometido al principio de legalidad, es decir, a la reserva de ley, precisamente como una garantía frente a la
JURISPRUDENCIA actividad punitiva del Estado". (V. 296 del 13/03/2009, TCP)

"No es acertada la afirmación de que conforme al Código Penal costarricense la imputabilidad disminuida excluye la
culpabilidad y no puede imponerse una pena. Debe reconocerse que dicho Código regula la posibilidad de aplicar una
medida de seguridad a quien actúa en estado de imputabilidad disminuida, pero ello es conforme al Derecho Comparado, en
EFECTOS DE IMPUTACIÓN el que en general, como se dijo, se prevé que en tal supuesto se produce una atenuación de la culpabilidad, no excluyéndose
DISMINUIDA por ello la misma, de modo que debe atenuarse la pena, pero además es posible la imposición de una medida de seguridad.
Este es el criterio que sigue el Código Penal costarricense, como lo demuestra la previsión de la emoción violenta en el
homicidio (y también en otros delitos), como un supuesto atenuado, al que se castiga con una penalidad menor". (V. 406 del
12/05/2004, TCP)
La actio libera in causa (alic) se define como "el conjunto de situaciones en las que un sujeto lesiona (o intenta lesionar) un bien jurídico en un estado o situación que impide la
imputación de la responsabilidad penal (en sentido amplio), pero habiendo provocado él mismo, dolosa o imprudentemente, ese estado defectuoso. […] Estructuralmente, […]
este tipo de conductas presenta dos momentos diferenciables: primero, la actio praecedens, o ‘acción de provocación’, con la que el sujeto provoca un estado o una situación
"defectuosa" para la imputación de responsabilidad penal; y segundo, la actio posterior, o ‘acción defectuosa’, con la que, inmerso en ese estado o situación, lesiona o pone en
peligro el bien jurídico protegido." Varias teorías han sido propuestas para justificar la alic, destacadamente el modelo de la excepción y el modelo del tipo. El modelo de
excepción debe su nombre a que propone que la alic es una excepción al principio de coincidencia, el cual sostiene, a grandes rasgos, que el sujeto debe ser culpable al momento
de realizar el tipo. En la alic la capacidad se encuentra presente en un momento previo a la comisión del hecho, en la actio praecedens; ella se encuentra defectuosa durante la
actio posterior. Hruschka es quien mejor ha desarrollado el modelo de excepción. Para él, el modelo se basa en la diferenciación entre el objeto y la causa de la imputación. El
objeto de la imputación es el actuar del sujeto en el estado defectuoso, es decir, el hecho cuyo injusto el autor no puede comprender o bien no puede determinarse según esa
comprensión. La causa de la imputación es la responsabilidad que el autor tiene por haber causado el estado defectuoso. El autor tenía el deber de evitar el estado defectuoso
cuando éste, evaluado ex-ante, implique un peligro para el bien jurídico. La principal crítica que se ha hecho al modelo de la excepción es la vulneración al principio de legalidad.
Esto debido a que muchas legislaciones, entre ellas la alemana, no regulan expresamente la alic, lo que obliga a los autores a recurrir a artilugios (reducción teleológica, principios
consuetudinarios) para justificar el modelo. Esta crítica, sin embargo, no es aplicable al CP nacional. En segundo lugar, se ha criticado que el modelo de excepción infringe el
principio de coincidencia. Se dice que su importancia, que le ha valido el título de "tercer pilar del principio de culpabilidad", no puede ser ignorada. La exigencia de que exista
congruencia entre la culpabilidad y el injusto obliga a que ella cubra completamente el contenido de injusto de un hecho, esto es, un injusto determinado y concreto. Anticipar la
culpabilidad a la actio praecedens hace que la culpabilidad se refiera a un acto indeterminado. Para el modelo del tipo, el acto de causar el estado defectuoso pertenece ya a la
tentativa del delito. "El objeto de imputación al que se remitirá la responsabilidad penal es la acción de provocación del estado defectuoso, considerando que ya en ella radica la
infracción de la norma de conducta y, por ello, la acción típica." Los partidarios de este modelo han llegado a comparar la alic con la autoría mediata: la colocación de la persona
en estado de defectuoso convierte al sujeto en cierta forma en un instrumento inimputable. Los críticos del modelo del tipo argumentan que éste se opone al concepto mismo de
Perturbación provocada alic, el cual pone énfasis en la actio posterior por ser esta "libera in causa". Otra crítica ataca la relación de causalidad existente entre la actio praecedens y la actio posterior por
(Art 44) considerar que carece de exactitud el vínculo que las une. A ello podría agregarse que el conocimiento sobre el nexo de causalidad al momento de la actio praecedens es tan
indeterminado como la congruencia que se pueda esperar entre culpabilidad e injusto, como se ha criticado anteriormente al modelo de excepción. Además, la actio praecedens
carece del contenido necesario para que sea considerada el comienzo de la tentativa, pues no se trata de un acto que se encuentra "directamente encaminado" a la consumación
de un delito (Art. 24). La redacción del presente Art. sugiere que el CP ha aceptado el modelo de excepción. Esto es así pues se escinde la culpabilidad del momento del hecho
típico, al establecer que el sujeto responderá "por el dolo o culpa en que se hallare en el momento de colocarse" en el estado defectuoso, es decir, el dolo o la culpa que tenga en
la actio praecedens. En este respecto, el CP difiere de otros como el código español el cual, si bien contiene la alic en su Art. 20, no se inclina claramente por ninguno de los
modelos doctrinarios, dejando la pregunta abierta. El Art. reconoce tanto la alic dolosa como la culposa. Para que exista la alic dolosa, en caso de inimputabilidad, se ha
establecido el requisito del doble dolo: el sujeto debe colocarse dolosamente en el estado defectuoso y debe representarse los elementos del tipo antes de caer en el estado
defectuoso. P.e. X toma alcohol para darse un poco de coraje antes de cometer un delito. En ambos casos, no hay requisitos especiales en cuanto el dolo, por lo que el dolo
eventual es suficiente. Así, el agente al menos se representó y aceptó la posibilidad de ponerse en el estado defectuoso y también se representó y aceptó los elementos del tipo.
En el caso de la alic culposa, el agente se coloca dolosa o culposamente en el estado defectuoso y prevé como posible (mas no acepta) el resultado típico. Jescheck sostiene que
alic culposa debe limitarse a "los casos en los que el ocasionamiento como tal de la incapacidad de acción no constituye una acción típica imprudente. […] si la eliminación de la
capacidad de culpabilidad no se subsume bajo el tipo legal realizado […], entonces la culpabilidad por imprudencia debe ser deducida con ayuda de la figura de la actio libera in
causa de un comportamiento anterior a la acción típica" (cursiva del original). La consecuencia de aplicar la alic es que el sujeto no puede beneficiarse de los Art. 42 s., sino que
debe responder por el hecho según el dolo o la culpa al momento de la actio praecedens. Sin embargo, "si el propósito del agente hubiera sido facilitar su realización o procurarse
una excusa", nos dice el Art., entonces la pena podrá agravarse. Hay dos supuestos contenidos en la norma: primero, cuando se quiere facilitar la realización del hecho, piénsese
en el caso de quien bebe alcohol para tomar coraje o de quien consume drogas para estar "más despierto" al momento del hecho; y segundo, cuando el sujeto se inflige el estado
defectuoso con el objetivo de beneficiarse de los Art. 42 s. En ambos casos debe haberse actuado con propósito, lo que significa que el simple dolo eventual no es suficiente, sino
que debe exigirse dolo de primer grado (Art. 31) en cuanto a la puesta en estado defectuoso. Si se está en uno de estos supuestos, el juez puede (facultativo) agravar la pena
respectiva.
"En este sentido el citado artículo 44 prevé varias situaciones: a) El agente provoca la perturbación de su conciencia, es decir, se coloca en
estado de inimputabilidad o imputabilidad disminuida, en virtud de un acto culposo. Este sucedería, por ejemplo, cuando un sujeto –sin estar
seguro de la naturaleza de la sustancia y sin guardar el mínimo cuidado- la ingiere, produciéndole la eliminación o disminución de su capacidad
de comprensión, o de adecuar su comportamiento a ésta. b) El sujeto, a sabiendas de que la bebida que se le presenta le colocará en estado
de inimputabilidad, voluntaria y conscientemente la toma, es decir, se coloca dolosamente en ese estado. c) El agente perturba voluntaria y
conscientemente su capacidad con el deliberado propósito de facilitar la realización del hecho (ya sin capacidad de conocer su carácter ilícito o
de adecuarse a ese comportamiento), o de procurarse una excusa. En esta última situación –que constituye la actio libera in causa en sentido
estricto- la pena respectiva podría agravarse. Según las anteriores consideraciones, en el caso concreto -de acuerdo a los hechos probados del
Perturbación fallo- el encartado de forma consciente y voluntaria, sin que nadie lo obligara a ello, y sabiendo que cuando se encuentra ebrio realiza acciones
provocada violentas sin conocimiento de su carácter ilícito, decidió colocarse en estado de inimputabilidad. Una vez en dicha condición, con su capacidad
SITUACIONES
de motivarse en la norma ligeramente disminuida, realizó los comportamientos típicos y antijurídicos que describe el pronunciamiento. Debido
JURISPRUDENCIA a lo anterior, resulta claro que la actuación del encartado se ubica en la hipótesis antes identificada como b), es decir, se colocó dolosamente
en ese estado de perturbación de su conciencia, por lo cual en la especie no resultan aplicables los artículos 42 y 43 antes analizados. Este
criterio se apega en un todo al voto de la Sala Constitucional que cita el recurrente, en cuanto "... La perturbación provocada que regula el
artículo 44 del Código Penal, es una formulación de la teoría de la actio libera in causa, mediante la cual el planteamiento sobre la
imputabilidad se retrotrae a un momento anterior al desarrollo de la acción, aceptándose que el sujeto mantiene capacidad de atribución
penal, aunque al momento de ejecutar la conducta, el sujeto activo se encuentra en imposibilidad de controlar sus actos como consecuencia
de un hecho anterior a él atribuible. Lo que se reprocha es el haberse puesto en el estado, por dolo o culpa, en el que se produce el resultado
constitutivo del delito ..." Sala Constitucional, voto Nº 3411-92, de las 15 horas del 10 de noviembre de 1992." (V. 795 del 07/08/1997, SaTe;
reiterado en V. 415 del 30/04/2004, SaTe)
7.2. Autoría y participación: autores,
cómplices y coautores. Instigadores.
Comienzo y alcance de la
responsabilidad de los partícipes.
Comunicabilidad de las circunstancias.
Autor y
coautores
(Art 45)

Comunicabilidad
de las Instigadores
circunstancias (Art 46)
(Art 49)
Autores y
complices

Comienzo y
alcance de la
Cómplices
responsabilidad
de los participes (Art 47)
(Art 48)
El CP, al definir autor como "quien lo realizare [el hecho punible tipificado] por sí o sirviéndose de otro u otros" utiliza un concepto típico de autor. Esto quiere decir que, para determinar
quién es el autor de un hecho, debe acudirse al tipo penal específico de la parte especial. La fórmula legal también prevé tres tipos posibles de autoría: la autoría inmediata (por sí), la
mediata (sirviéndose de otro u otros) y la coautoría. La doctrina ha desarrollado múltiples criterios para identificar a los autores y separarlos de otros tipos de participación, como la
Comentario instigación y la complicidad (detalle del desarrollo doctrinal en V. 1427 del 15/12/2000, SaTe). Actualmente, la doctrina del dominio del hecho goza del apoyo de la jurisprudencia y de la
doctrina mayoritaria. De acuerdo a ella, autor es la figura central o clave en la realización del delito debido a que goza de una influencia determinante en lo sucedido. Es la figura que
decide si se comete el hecho y cómo. Esta no debe considerarse una definición absoluta de autor, sino un canon que debe concretizarse según el caso. Así, las características del autor
variará según se trate de uno inmediato, mediato o coautor.

El autor inmediato es aquel que realiza el tipo "con sus propias manos" (en sentido figurativo), cumpliendo todos los elementos objetivos y subjetivos del tipo. Para
Inmediata Roxin, lo característico de estos casos es que el autor cuenta con el dominio de la acción (Handlungsherrschaft). Para conocer verdaderamente el contenido de la
conducta que determina la autoría debe siempre atenderse al tipo penal específico.
Autor y
coautores
(Art 45) Más complejo es el caso del autor mediato, quien realiza el tipo "sirviéndose de otro u otros", quienes a su vez son conocidos como "instrumentos." Es característico
de esta figura que el instrumento, por razones fácticas o legales, se encuentre en una posición inferior, mientras que el autor mediato goza de un papel dominante que
Mediata le permite comprender correctamente la situación y controlar los acontecimientos según su voluntad. A causa de esto, el hecho aparece como "obra" del autor
mediato. Si bien la conducta es realizada por el instrumento, esto no excluye que el autor mediato participe de alguna forma en el hecho p.e. proporcionándole un
arma.235 Roxin llama a la autoría mediata un caso de dominio de la voluntad (Willensherrschaft), haciendo referencia al dominio del autor sobre el instrumento.

Son coautores, según el Art., quienes realizan conjuntamente el hecho típico. Delinear lo que se entiende por realización conjunta fue dejado a la doctrina y a la
Tipos de autoría jurisprudencia. Doctrinariamente, la delimitación entre coautoría y participación es uno de los puntos más discutidos y difíciles de la parte general. La coautoría se
basa en el principio de igualdad en responsabilidad de quienes se dividen el trabajo para la realización del tipo penal. El dominio del hecho que tienen los coautores se
deriva de la función que cada uno tiene en la ejecución: cada uno debe cumplir una tarea esencial para el plan (dominio funcional del hecho). La coautoría presupone
un plan común (requisito subjetivo) y la ejecución común (juntos) del tipo penal (requisito objetivo). El plan común es la resolución conjunta de realizar la conducta
típica, requiere que los sujetos estén de acuerdo en realizar el hecho. Sin embargo, no es necesario que conozcan con detalle las acciones que va a emprender cada
uno de ellos, pues estas serán imputables a todos siempre y cuando las circunstancias permitan concluir que estaban cubiertas por su dolo. La decisión puede ser
tomada expresa o tácitamente y puede aún tomarse durante la ejecución del hecho siempre y cuando cada participante esté consciente del actuar común (coautoría
sucesiva). Ella debe diferenciarse de la autoría accesoria, la cual se da cuando varias personas provocan el resultado típico sin que haya mediado una resolución
común. La ejecución común se da cuando cada uno de los coautores hace un aporte significativo para la ejecución del hecho. La opinión dominante en Alemania
considera que el aporte puede darse durante la fase de preparación, siempre y cuando éste sea de una importancia decisiva para el desarrollo posterior del hecho.
Ello implica, sin embargo, que el aporte deja de ser decisivo si la ejecución posterior difiere del plan originalmente concebido. Similar es el caso del exceso: cuando
uno de los coautores se aparta del plan común para realiza otras actividades típicas, éstas no podrán serles imputadas a los otros coautores a menos que las hayan
Coautoria
previsto y aceptado (dolo eventual, Art. 48). P.e. Z y X están de acuerdo en matar a Y; durante el hecho, Z decide apropiarse de las joyas que ella llevaba. El homicidio
se realizó en coautoría, no así el robo. No se considera exceso un cambio en el plan que pueda considerarse normal en la situación. P.e. Z y X quieren robar el dinero
que Y acaba de sacar de un cajero automático; durante la ejecución, Z decide apoderarse también del valioso reloj que llevaba Y. El error in persona, por el otro lado,
no elimina la coautoría a pesar de tratarse de una desviación del plan común. La coautoría es alternativa cuando los sujetos sabían de antemano que solo uno de los
aportes llevaría al resultado típico. P.e. X y Y planean interceptar a Z cuando este se encuentre de camino a casa con el propósito de asesinarlo; ellos saben que Z
siempre toma uno de dos caminos y por ello se dividen para no fallar. En cuanto a la tentativa, para determinar el momento en que ésta inicia, la doctrina dominante
apoya la llamada solución global, según la cual hay tentativa cuando uno de los coautores ha comenzado con la ejecución del plan común y la realización del tipo. Así,
todos los coautores entran juntos al estadio de la ejecución cuando uno de ellos realiza una acción de ejecución, sin importar si individualmente se encontraban aún
preparando su aporte. La coautoría es aceptada generalmente también en los delitos de omisión y hasta puede darse el caso en el que uno de los coautores, de
acuerdo con el plan común, deba actuar, mientras que el otro deba omitir una conducta. P.e. dos guardas de prisión se ponen de acuerdo para posibilitar la fuga de
un tercero: uno de ellos le da la llave de su celda, mientras que el otro contraviene su deber de custodiar al omitir cerrar la puerta principal. Por el otro lado, la
coautoría culposa es rechazada por la doctrina dominante debido a que no puede haber una resolución delictiva común, pues el delito culposo se caracteriza
precisamente porque el autor no quiere producir el resultado.264 Sin embargo, un número creciente de autores ha expresado su apoyo a la coautoría culposa.
En este caso el autor mediato, a través de coacción o amenaza de un mal grave, lleva al instrumento a realizar la conducta delictiva. Para
Dominio de la voluntad por diferenciar entre instigador y autor mediato, Roxin propone el principio de responsabilidad. Se puede hablar de dominio cuando la influencia
coacción del "hombre de atrás" (como también se le llama al autor mediato) es tan grande que el derecho penal opta por quitarle la responsabilidad al
instrumento, como lo ha hecho el CP en el Art. 38.

Roxin reconoce cuatro grados según el tipo de instrumento: en el primero, el instrumento carece de dolo (el doctor le pide a la enfermera que
inyecte una medicina al paciente; sin embargo, sin que la enfermera lo supiera, el doctor había puesto veneno en lugar de medicina); en el
segundo, tiene dolo típico pero se encuentra en un error de prohibición causado o utilizado por el hombre de atrás; en el tercero, el
instrumento es consciente de la tipicidad de su conducta pero asume la presencia de circunstancias que excluirían su responsabilidad (caso
Dominio de la voluntad por
Casos de autoría mediata "Rey de los Gatos"): X y Z odian a N; para deshacerse de N, convencen a Y, una persona muy supersticiosa, de que el "Rey de los Gatos" va a
error
matar a millones de personas a menos de que se haga un sacrificio humano a su favor, que debía concretarse en la persona de N; en el último
nivel, el instrumento sabe que es penalmente responsable de su acto, pero el autor mediato tiene una visión más completa del tipo y de la
envergadura del daño (Y convence a X para que rompa un jarrón de Z, diciéndole que éste tiene un valor similar a las cervezas que Z se rehúsa
a pagarle. En realidad, Y sabe que se trata de un jarrón muy valioso). Los niveles, especialmente los dos últimos, son debatidos en la doctrina.

Una organización en la que se reciben y dan órdenes garantiza la ejecución del acto, aún sin hacer uso de coacción o engaño, debido a que
Dominio de la voluntad cuenta con suficientes sujetos dispuestos a realizarlo en caso de que alguno de ellos no lo haga (fungibilidad del autor inmediato). Es usual en
mediante aparato este tipo de autoría que el autor mediato ni siquiera conozca personalmente al autor inmediato. Autor mediato es aquel que decide cuándo
organizativo de poder presionar el botón rojo en un aparato de poder, sin importar su jerarquía dentro de él, y cuyas instrucciones llevan a delitos en los cuales es
indiferente la persona que los ejecuta.
es el caso del instrumento que se autolesiona o comete suicidio. Si bien desde la perspectiva del instrumento falta el lesionar o causar la muerte de "otro",
atípicamente desde la perspectiva del autor mediato sí se trata de la muerte o la lesión de otra persona: el instrumento.241 La dificultad se encuentra en delimitar la autoría
con respecto a la instigación: el autor mediato debe contar con el dominio del hecho, pudiendo manipular al instrumento según su voluntad.

el hombre de atrás tiene dominio del hecho gracias a un error en el instrumento, causado o aprovechado por el hombre de atrás. Controversiales son los casos
del instrumento que actúa bajo error in persona (X espera en el camino a Z, su enemigo, para matarlo cuando pase por la esquina; W está al tanto de lo que
sin dolo sucede y hace creer a X que Z se aproxima, cuando en realidad era Y, el enemigo de W, quien se aproxima. X mata a Y creyendo que era Z) o que desconoce la
gravedad del injusto (caso del jarrón valioso mencionado anteriormente). En caso de error de prohibición, es controversial si también hay autoría mediata
cuando el error era evitable.

Y llama al aeropuerto para informar que Z, quien está en un avión a punto de despegar, va a realizar un atentado terrorista. Z es arrestado por la policía en el
conforme a derecho
aeropuerto. La denuncia había sido maliciosa, pues Y era el celoso exnovio de Z y en realidad quería evitar que ella viajara a su boda.

Autoría mediata según el creyendo que una causa de


el autor mediato hace creer al instrumento que las circunstancias de una causa de justificación (p.e. legítima defensa) se encuentran presentes.
defecto del instrumento justificación lo beneficia

Cuando el tipo exige un sujeto calificado (p.e. médico, funcionario público, etc.) y esta calificación no se encuentra en el instrumento, sino en el hombre de
atrás. El problema es que el sujeto no calificado tiene dominio sobre el hecho, por lo que la autoría mediata debería negarse. La opinión dominante acepta la
dolosamente, pero sin ser
autoría mediata arguyendo que se trata de una autoría normativa, donde el hombre de atrás aporta la cualidad personal necesaria para el delito. El
calificado
instrumento doloso actuaría como cómplice.245 Las opiniones discrepantes sugieren otras soluciones: la autoría directa del sujeto calificado y la complicidad
del no calificado o la autoría por omisión del sujeto calificado.

Se da cuando el instrumento no es capaz de culpabilidad (p.e. enfermos mentales, niños) y el hombre de atrás se aprovecha de ello para realizar una acción
típica. El autor mediato utiliza la situación inferior del instrumento, pues solo él está en posición de comprender las consecuencias jurídicas. Opinable es el caso
del autor inmediato que tiene imputabilidad disminuida.248 Acudiendo al Art. 43 habría que aceptar la posibilidad de autoría mediata, pues el CP ha
renunciado a adscribir responsabilidad penal (solo se le puede imponer una medida de seguridad) a quien tenga disminuida su imputabilidad. Si no responde
penalmente, entonces puede ser utilizado como instrumento. La autoría mediata puede permanecer en grado de tentativa. Este tipo de tentativa se caracteriza
por "la pérdida del dominio del hecho por el autor mediato, si el hecho no se realiza."249 En otras palabras, hay tentativa cuando el autor ha actuado sobre el
sin culpabilidad instrumento, pero éste, habiendo ya dejado de campo de influencia del autor, no realiza el hecho típico. P.e. Z da a W un revólver con salvas para que asuste a
su enemigo X. De camino, W se da cuenta que Z había puesto balas verdaderas. La autoría mediata se rechaza en los delitos de propia mano porque el autor
debe actuar con su propio cuerpo, es decir, debe ejecutar él mismo el hecho. También se rechaza la autoría mediata imprudente "puesto que en la
imprudencia, ante la ausencia de una voluntad directiva del hecho, no es posible un dominio de éste." Usualmente se rechaza asimismo la autoría mediata por
omisión: la autoría mediata requiere que el hombre de atrás se haya servido activamente del instrumento para cometer un delito. Si se renuncia a esta
realización activa, entonces habría que asumir la existencia de autoría mediata por omisión cada vez que un garante no detiene el actuar delictuoso de un
tercero. El autor mediato no responde por el exceso en el que incurra el instrumento, a menos que haya actuado respecto a este con dolo eventual (Art. 48).
"Conforme se ha venido exponiendo, la doctrina del dominio del hecho proporciona criterios útiles en esta tarea al considerar como autor (coautor o
autor mediato) a quien tiene ese dominio final, e instigador o cómplice a los sujetos que no lo poseen. Por supuesto, se plantea el problema de definir
qué debe entenderse por tener "dominio del hecho" y, entre los sostenedores de la teoría, se han propuesto distintas soluciones. En la actualidad, sin
embargo, se acepta que el criterio corresponde a un "concepto abierto", no en el sentido de "indeterminado" o "cambiante", sino que a él se llega a
través de un método descriptivo -y no definitorio, prefijado- que reclama la valoración del caso concreto y es capaz de admitir nuevos elementos de
contenido sin alterar la idea esencial. Además, incorpora principios regulativos u orientadores que funcionan cuando la descripción es insuficiente, en
virtud de que la cantidad de elementos relevantes para determinar el dominio del hecho es tan grande que se sustrae a un juicio generalizador; estos
principios deberán ser considerados por el juez al momento de examinar el caso concreto. […] El dominio del hecho puede recaer sobre la acción
(autoría), la voluntad de otro (autoría mediata) o traducirse en un dominio funcional por división del trabajo, que supone un común acuerdo delictivo y
la ejecución de una parte del plan global, aunque esa parte no constituya un acto típico en sentido estricto (coautoría). […] Existen ciertos delitos en los
que no puede sostenerse que sus autores tienen dominio del hecho y otros en los que, aun cuando el sujeto puede poseerlo – desde el punto de vista
fenomenológico- razones derivadas de la propia estructura del tipo y del principio de legalidad penal, impiden considerarlo autor. Antes de examinar
esos dos diversos supuestos, conviene mencionar algunos principios de la teoría de la participación que la doctrina actual acepta pacíficamente y que
resultan de interés: 1) tanto el autor directo como el autor mediato deben reunir todos los caracteres que el tipo exige para ser autor.
2) En la coautoría, cada uno de los coautores debe reunir en sí los requisitos que el tipo exige para ser autor […] 3) Las formas de participación son
accesorias de la autoría (accesoriedad limitada, interna y externa) […] [E]xisten ciertos delitos en los cuales, no obstante existir por supuesto un autor,
este no tiene el dominio del hecho y, en consecuencia, la teoría que se comenta deviene inaplicable. Corresponde esta categoría a la de los delitos
culposos pues se considera que, dada la naturaleza del tipo, el agente no dirige ni decide su conducta orientada a la finalidad típica, incluso en los
supuestos de culpa consciente o con representación y por ello no puede pensarse en un dominio del suceso. […] En esta clase de delitos los criterios
para decidir la autoría son por completo diversos de los postulados por la teoría del dominio del hecho y por ello se hablará de violación del deber de
Autor y coautores cuidado, desprecio por los bienes jurídicos ajenos, imprudencia, negligencia, impericia, etc.; y se desemboca, finalmente, en un criterio unitario de
DOMINIO DEL HECHO
JURISPRUDENCIA autor, según el cual merece ese calificativo quien aporte una contribución causal al resultado; de allí que resuma ZAFFARONI que "… en tanto la
autoría dolosa se basa en el dominio del hecho, la culposa lo hace en la causación del resultado" (…) IX- El segundo grupo de delitos en los que los
criterios del dominio del hecho resultan insuficientes o su aplicación da lugar a efectos que vulneran el principio de legalidad criminal, según la doctrina
mayoritaria, está constituido por los delitos especiales, los de omisión (propia e impropia) y los delitos de propia mano. También se incluyen los tipos
que requieren especiales elementos subjetivos de lo injusto o de la autoría (v. gr.: los delitos intencionados). En los supuestos referidos, la sola
circunstancia de que uno de los sujetos que intervienen posea la capacidad de decidir "el si y el cómo", el "curso de la acción" o las demás nociones
que normalmente se utilizan para describir el dominio del hecho, es insuficiente para que pueda considerárselo autor, pues la estructura propia de los
tipos penales respectivos demanda la concurrencia de ciertos rasgos, elementos o caracteres específicos que definen y restringen la autoría,
complementando el simple señalamiento de este concepto contenido en la parte general. ROXIN estima que los delitos de omisión se inscriben dentro
de los que algunos sectores doctrinales denominan "de infracción de deber", donde"…no todo aquel que omite viene en consideración como autor,
sino exclusivamente aquel al que incumbe el concreto deber de evitar el resultado descrito en el tipo" […] y concluye que la aplicación de la idea del
dominio del hecho en las omisiones "… es imposible desde el principio: no haciendo nada, no cabe dirigir, configurándolo, el curso de la acción. La
dirección, con dominio, del acontecer presupone entre el resultado producido y la persona del autor una relación basada en conducta rectora activa, lo
que justamente falta en aquel que se limita a dejar que los acontecimientos sigan su curso" […], de tal modo que, según el autor de cita, la situación de
los delitos omisivos no difiere de los culposos en punto a determinar si es posible o no que exista en ellos un dominio del hecho, aunque ciertas
corrientes doctrinales minoritarias lo admiten en algunos supuestos […]. En los delitos especiales propios la autoría se define por una cualidad
específica exigida por el tipo penal al agente, en virtud de la cual le incumbe una obligación que lesiona cuando realiza el delito. Esa cualidad especial
(v. gr.: funcionario público, médico, deudor, juez, testigo, perito, intérprete, etc.) es una circunstancia constitutiva del tipo –a diferencia de lo que
ocurre en los delitos especiales impropios, donde resulta una causa de agravación- que demanda, entonces, el examen de cada tipo específico para
determinar quién puede ser su autor. En otros términos, según la doctrina mayoritaria, solo puede ser autor quien reúna la cualidad exigida y no otro
que no la posea, aun cuando detente el dominio del hecho." (V. 1427 del 15/12/2000, SaTe)
"Si como lo tuvo por demostrado la mayoría del Tribunal, el acusado participó en compañía de otros sujetos tirándole piedras al
ofendido [...] y como resultado de ese lanzamiento, éste resultó con lesiones que le incapacitaron por el término de tres meses, y con
pérdida de la capacidad general orgánica de un cincuenta y cinco por ciento, no estamos en presencia de un simple delito de Agresión
con arma, como se pretende, pues fue una de las piedras lanzadas la que produjo lesiones de las previstas en el artículo 124 del Código
Penal. Por lo demás, si bien no se pudo acreditar si fue la piedra o piedras que tirara el encartado [...] la que produjo la lesión, es lo
cierto que participó en el hecho, y desde el momento en que inició el lanzamiento de los objetos tenía pleno conocimiento y así lo
aceptó, que lo podía lesionar, como en efecto sucedió, de ahí entonces que sí tuvo dominio del hecho y por lo tanto resultó’ ser coautor
COAUTORÍA
del mismo [...] Al integrarse al grupo que lesionaba con piedras al ofendido, el encartado aceptó como una consecuencia probable los
resultados lesivos que finalmente se llegaron a producir sobre su víctima, independientemente de que no se estableciera si fueron las
piedras que lanzó el imputado, o las de su acompañantes, las que en concreto causaron las severas lesiones en el cuerpo de la víctima.
Además, en el presente caso podríamos afirmar que existe un dolo dirigido a causar lesiones, por medio del lanzamiento de piedras a
un transeúnte, propósito que se logró conseguir con la participación conjunta de varios jóvenes, entre los cuales estaba el imputado,
quien no solo aceptó las consecuencias del acto sino que además intervino activamente lanzándole piedras al ofendido hasta
finalmente lograr lesionarlo en forma grave entre todos ellos [...]" (V. 28 del 29/01/1996, SaTe)

"El uso de documentos falsificados es parte de la dinámica de muchas organizaciones que, bajo el principio de un acuerdo mutuo
previo y una distribución clara de roles, decide utilizar como instrumentos o medios para la comisión de diversos delitos, la falsificación
y uso de documentos adulterados, falsificados material o ideológicamente. Desde luego que no es necesario que todos los integrantes
Autor y coautores
participen de la confección material de los documentos, de las adulteraciones o que lo usen en los escenarios que corresponda
JURISPRUDENCIA DOMINIO FUNCIONAL utilizarlos, para generar el engaño que se busca por su medio. Entenderlo así es desconocer, no sólo la naturaleza del delito, sino de las
reglas de la autoría y participación criminales que tiene en la teoría del dominio del hecho y su derivada de dominio funcional, las
reglas establecidas –recogidas por el legislador- para sentar las responsabilidades a todos quienes conozcan, hayan acordado,
participen de la decisión y tengan posibilidad de interrumpir –por el co dominio- el curso causal de la acción o frustrarlo, lo que
evidentemente no hacen en virtud del concierto previo de voluntades". (V. 1117 del 10/10/2008, SaTe)

"Este tipo de autorías suele tener lugar cuando hay una distribución de funciones entre los partícipes, la cual, si es previa a las acciones
delictivas, desemboca en que todos los que acepten y realicen las tareas que se les asignan son coautores, dado que contribuyen a un
producto colectivo final, consistente en la consecuencia (consumada o tentada) que entre ellos se propusieron. De modo que no se
requiere que todos estén en el lugar de los sucesos o que, como en este asunto, todos procedan a realizar materialmente una acción.
Así, el hecho de que los sujetos se distribuyan las funciones a cumplir, revela la existencia de un dolo común entre ellos. O sea que el
DOMINIO FUNCIONAL codominio funcional del hecho, supone el elemento subjetivo de un dolo común en la aceptación del resultado de la acción conjunta.
Por otra parte, a ese componente subjetivo, debe acoplarse uno de índole objetiva, consistente en que el aporte haya sido relevante
para la ejecución del acto, al punto que haya sido tomado en cuenta como un factor necesario para tal finalidad, pues tratándose de un
dominio funcional del hecho, en que existe en consecuencia un dolo común, es decir que los partícipes asumen como un resultado
propio el designado, al igual que prestan una contribución al hecho, todos son responsables por la globalidad del mismo." (V. 271 del
28/03/2008, SaTe)
Tanto la instigación como la complicidad son conductas accesorias a la del autor (accesoriedad de la participación). Por lo tanto, es un requisito de la
participación que exista una conducta típica y antijurídica realizada por el autor, quien fue instigado (por el instigador) o asistido (por el cómplice). A
pesar de que los Art. 46 y 47 hablan de "hecho punible" y de que en otras latitudes se habla de hecho punible cuando la conducta es típica,
antijurídica y culpable, el CP concibe este concepto más como un "hecho previsto en la ley como delito" y que es antijurídico. En consecuencia, se
puede concluir que el CP asumió la llamada accesoriedad limitada, según la cual no es necesario que el hecho principal sea culpable, pero sí típico y
Comentario
antijurídico. Así, no habrá instigación ni complicidad si el autor ha actuado p.e. conforme a una causa de justificación. Por lo demás, cada partícipe
(incluyendo el autor) deberá ser juzgado de acuerdo a su propia culpabilidad. La doctrina dominante acepta que la participación solo se da cuando
la conducta principal es dolosa. Sin embargo, esto tiene raíz en la regulación alemana (§26 s. StGB), la cual expresamente indica que el hecho
principal debe ser doloso. Nuestro CP, por su parte, no contiene restricción alguna en este respecto. Autores de gran talla han expresado ya que la
construcción dogmática de la participación en un delito culposo es posible y deseable desde un punto de vista de política criminal.

Instigación y la La instigación y la complicidad culposas en un delito no son sancionadas, sin importar si el hecho principal es doloso o culposo. Esto está manifiesto
complicidad en el Art. 46, el cual habla de determinar "intencionalmente." La lectura del Art. 47 también permite extraer que la complicidad debe ser dolosa, ya
culposa que el auxilio o cooperación debe ser "para la realización del hecho punible."

Si bien se puede participar en una tentativa, sea como instigador o cómplice, la tentativa de participación no es posible, ya que la accesoriedad que
Instigadores Tentativa de
caracteriza a estas conductas no lo permite. Por ello, el hecho principal debe al menos haber estado en tentativa para que la participación sea
participación
(Art 46) punible (Art. 48). Una excepción se podría ver en el Art. 273, el cual sanciona la instigación en caso de delitos contra la tranquilidad pública.

La participación por omisión es un tema discutido. En especial se discute si se debe utilizar las reglas generales de autoría y participación o si
procede referir a la posición de garante. A pesar de que la posición de garante usualmente genera autoría, Roxin refiere a algunos casos en los que
Participación por
una posición de garante puede generar complicidad. P.e. un padre no evita que su hijo menor de edad sea cómplice de lesiones. Como su deber solo
omisión
alcanza la conducta de su hijo, el padre solo podrá ser sancionado por complicidad.271 El caso de la instigación por omisión es aún más
controversial, siendo hasta ahora rechazado por la doctrina mayoritaria.

Son instigadores, quienes intencionalmente determinen a otro a cometer el hecho punible. Tres puntos son de indispensable análisis para
comprender la extensión del Art.: ¿qué se entiende por determinar, qué por hecho punible y qué por intencionalmente? A la hora de interpretar
estos términos debe tomarse en cuenta la decisión del legislador de penar al instigador de la misma manera que al autor del delito (Art. 74). La
Definición gravedad de la sanción obliga a interpretarlos de la manera más restrictiva posible. "Determinar" significa causar en el autor la resolución de
Instigadores cometer un hecho típico. Esto debe ocurrir a través de la influencia psíquica del instigador sobre el autor.273 Se trata de un contacto psíquico del
cual se sirve el instigador para influenciar la voluntad del autor y que puede tomar la forma de una persuasión, amenaza, ruego, etc. Sin embargo,
no es necesario que se llegue a un pacto entre ambos. Un llamado general a cometer un delito no puede ser considerado instigación, pero tampoco
es necesario que el autor sea una persona precisa. Puede tratarse p.e. de un grupo determinado de personas.
omnimodo facturus No hay instigación si el autor ya estaba completamente determinado a cometer el delito cuando el instigador quiso inducirlo

Generalmente se rechaza la instigación por omisión, p.e. callar cuando alguien se declara propenso a cometer un delito. Cuando una no-actividad
tiene, de manera excepcional, el carácter de información, entonces no se está en presencia de una omisión, sino de un hecho concluyente que tiene el
valor de información. Si no tiene el carácter de información, entonces sólo será un hecho incitativo. Un ejemplo de hecho concluyente lo da Jakobs: "El
hijo manifiesta que va a incendiar la finca en interés del padre, pero siempre que el padre no guarde su libreta de ahorros; el padre deja abierta la
Instigación por omisión libreta justo allí donde se encuentra." En este ejemplo, el hecho concludente del padre contiene un mensaje que aprueba la conducta del hijo.
Diferente es el caso del sujeto que se ha comprometido a recoger los periódicos del vecino que se encuentra de vacaciones y no lo hace para que
terceros noten su ausencia y traten de ingresar a la casa. El sujeto ha creado una situación que puede provocar al delito pero que no es suficiente para
la instigación. El único caso de instigación por omisión que se ha aceptado es la de la persona que, por su posición de garante, debe evitar una
instigación. P.e. el padre que no impide que su hijo instigue a alguien a cometer un delito.

En relación al concepto de hecho punible se mencionó anteriormente que se trata de un hecho típico y antijurídico. Pero no solo hay instigación si se
determina a alguien que todavía no estaba decidido a cometer un delito a cometerlo, sino que también la habrá cuando el instigador lo determine a
cometer un delito más grave (p.e Z estaba determinado a cometer un hurto, pero Y lo instiga para que cometa un hurto agravado) porque el delito
Hecho punible agravado tiene su propio contenido de injusto. Una opinión opuesta rechaza la instigación porque el sujeto ya estaba determinado a cometer el
Instigadores
delito base, pero acepta en su lugar una complicidad psíquica. En el caso inverso, es decir el instigador determina a cometer el delito base a quien
(Art 46) estaba determinado a cometer el delito agravado, la doctrina se divide entre quienes lo consideran complicidad psíquica y quienes abogan por la
impunidad del sujeto en cuestión.

La instigación debe ser intencional. La gravedad de la sanción que viene aparejada a la instigación (Art. 74) obliga considerar instigador solamente a
quien ha actuado con dolo directo de primer grado (Art. 31) en cuanto a su deseo de instigar. Su dolo, además, debe cubrir tanto el dolo de instigar
como el dolo de que el hecho típico determinado sea cometido por el instigado.283 Esto significa que en la instigación en cadena (p.e. Z instiga a Y a
Intencionalidad instigar a W a cometer un delito), el primer eslabón (Z en el ejemplo) debe tener el dolo de W de cometer el delito. El dolo del hecho típico, valga
decir, puede ser dolo eventual. Si el instigado comete un hecho más grave que aquél previsto por el instigador (exceso del instigado), entonces el
instigador responderá solamente por el delito menos grave. Si se trata de un delito diferente entonces el instigador no responderá por hecho
alguno.284 Excepción a ello se da cuando existe dolo eventual en el instigador (Art. 48).

1- PRINCIPIO DE ACCESORIEDAD NO IMPIDE JUZGAMIENTO: "Conforme a ello, al imputado, de acuerdo con los hechos tenidos por probados en
la sentencia, le correspondería responsabilidad penal como instigador del delito de incumplimiento de deberes, en cuanto a que por sus
instrucciones fue que se determinó que no se cumpliera lo indicado por la Sala Constitucional. Contrario a lo que se estima muchas veces
equívocamente por algunos en nuestro país, no es un obstáculo derivado del principio de accesoriedad de la participación, el que se juzgue en un
Jurisprudencia determinado asunto solamente a un instigador o a un cómplice y no al autor. Al contrario, ello es posible, resultando que en muchas ocasiones
ocurre, por ejemplo, cuando el que aparece imputado como autor se encuentra rebelde, o bien actuó bajo una causa de exculpación o bien
prescribió con respecto a él el delito (principio de accesoriedad limitada)." (V. 817 del 10/10/1997, TCP
2- TENTATIVA: "Tal y como lo ha entendido la doctrina, si bien existe la participación en una tentativa, no existe la tentativa de participación […]"
(V. 962 del 22/09/2003, TCP)
La complicidad es la ayuda dolosa a la realización de un hecho punible. El cómplice no goza del dominio del hecho, situación que lo diferencia del
Concepto
coautor.

La acción del cómplice es "cualquier auxilio o cooperación" prestados a los autores de un hecho punible. El auxilio o cooperación puede ser intelectual
(psíquico) o técnico (físico). El primero requiere algún tipo de contacto entre autor y cómplice y, por lo tanto, conocimiento por parte del autor de la
complicidad. La ayuda técnica, por el otro lado, puede ser prestada aún cuando el autor no sabe que está siendo ayudado. Al tratarse de "cualquier"
La acción del cómplice ayuda, ésta puede posibilitar, facilitar o amplificar la violación del bien jurídico. Por lo tanto debe incluirse también el "reforzamiento de la voluntad
delictiva", que está presente también cuando fracasa la ayuda material. P.e. Z entrega herramientas a V para que éste tenga todo lo necesario para
cometer un robo, pero éstas no son utilizadas porque la puerta se encontraba abierta. La ayuda puede ser prestada durante la preparación, la
ejecución y hasta en la fase de agotamiento (V. 132 del 20/02/1998, SaTe).

Cómplices La complicidad puede ser cometida por omisión, en cuyo caso el sujeto debe encontrarse en una posición de garante que lo obligue a actuar. El
(Art 47) cómplice se diferenciará del autor en cuanto a que carece del dominio del hecho.288 Casos en los que se da: cuando el garante no interviene para evitar
Complicidad por
un delito de propia mano cometido por otro (el garante no puede ser considerado autor pues el delito es de propia mano); cuando el tipo subjetivo
omisión
contiene requisitos especiales (p.e. un motivo o una intención determinada) que faltan en el garante, pero están presentes en el autor; y cuando la
posición de garante lo obliga a evitar que alguien sea cómplice (p.e. el padre tiene el deber de evitar que el hijo sea cómplice de un delito).

Relación entre
Es discutida la relación que debe existir entre la contribución del cómplice y el hecho punible. La doctrina dominante alemana exige una relación de
contribución de
causalidad entre ambos, de manera que la contribución del cómplice haya modificado de alguna manera el resultado. Gran parte de la doctrina agrega,
cómplice y hecho
recurriendo a la imputación objetiva, que la ayuda del cómplice debe elevar el riesgo de que el tipo penal se realice
punible

El cómplice debe actuar con dolo, bastando que este sea eventual. El dolo debe cubrir tanto la ayuda que el cómplice presta, como la realización del
hecho típico. En comparación al dolo del instigador, el dolo del cómplice es menor: por un lado, el instigador debe actuar con dolo directo de primer
El dolo del cómplice grado (en cuanto al instigar); por otro, el instigador debe determinar a alguien a cometer un delito, mientras que el cómplice solamente colabora con
alguien que ya está determinado a cometerlo. El cómplice no debe conocer en detalle las características del hecho punible, pero sí al menos sus
elementos esenciales. La diferencia entre el dolo del instigador y el del cómplice se hace patente en la penalidad de cada figura (Art. 74).
"Claro está que esta forma de intervención en el delito puede darse sólo cuando quien brinda su colaboración al autor no compartía con
éste el dominio del hecho, porque si esto último se da y se corrobora la existencia de un plan de autor entre ambos intervinientes,
entonces se estaría ante la coautoría. Recuérdese que el artículo 47 del Código Penal establece que son cómplices todas aquellas personas
FALTA DE DOMINIO
que presten al autor o al coautor cualquier auxilio o cooperación para realizar el hecho punible, no distinguiéndose el nivel de esencialidad
DEL HECHO
de la ayuda, de forma tal que es factible en el ordenamiento costarricense la complicidad de carácter necesario, al igual que la
simplemente accesoria, siempre bajo el supuesto de que no realicen el delito junto con el autor, porque entonces quedaría por fuera la
participación criminal y se configuraría la coautoría." (V. 879 del 04/08/2000, SaTe)

"Procede ahora resolver el argumento de fondo que intercalan los recurrentes en este alegato, cual es el de que M. Z. no puede ser autor,
sino cómplice del delito de homicidio culposo, toda vez que él no realiza los trabajos originales sino que sólo contribuye a producir el
resultado. Respecto de este reclamo, consideran los suscritos Magistrados que tampoco le asiste razón a los impugnantes, pues en los
delitos culposos no es viable la participación. Recuérdese que la figura de la complicidad (que es la que interesa en este caso) implica que
DELITOS CULPOSOS,
el sujeto sabe que otro va a cometer o está cometiendo un delito y decide prestarle colaboración. Debido precisamente a que la
IMPROCEDENCIA
Cómplices complicidad presupone el conocimiento que tiene un individuo de la ilicitud de la conducta que otro realiza y teniendo presente que en
JURISPRUDENCIA los delitos culposos la conducta no se percibe como ilícita hasta que se produce el resultado típico como consecuencia del quebranto de
un deber de cuidado, entonces es posible que en este tipo de ilícitos se aplique esta figura toda vez que el agente no podría saber que la
conducta de otro sujeto tendrá como consecuencia un resultado típico por culpa." (V. 1116 del 05/12/2003, SaTe)

IRRELEVANTE SI "También se indicó que el facilitar la acción es un modo de cooperar o colaborar para que se realice el delito y se destacó que catalogar a
COLABORACIÓN ES la cooperación como "esencial o necesaria" o "no esencial", es irrelevante en nuestro ordenamiento, que no contempla esas distinciones
ESENCIAL O NO propias de sistemas extranjeros." (V. 740 del 29/08/2003, SaTe)

"De igual forma, aunque en efecto no accedió carnalmente a la menor, como sí lo hicieron los otros acompañantes con los que viajaba, la
actitud vigilante que mantuvo durante este hecho, unido a la conducta que desplegó cuando fueron descubiertos, no deja la menor duda
VIOLACIÓN
de que su participación fue la de cómplice en estos ilícitos, pues con la misma facilitó que el ultraje sexual contra R.O. se consumara." (V.
211 del 08/03/2002, SaTe)
"Doctrinalmente se ha señalado que la complicidad es una forma de participación que comprende la cooperación dolosa con otro sujeto, en el actuar antijurídico
dolosamente cometido. La conducta del cómplice debe representar un incremento relevante en las posibilidades de éxito del autor y, por consiguiente, de puesta en
peligro del bien jurídico, esto es, debe tratarse de una conducta causal que de alguna manera acelere, asegure o facilite la ejecución del hecho o intensifique el resultado
del delito, en la forma en que era previsible (JESCHECK, Hans-Heindrich, Tratado de Derecho Penal. Parte General, Barcelona, BOSCH, Casa Editorial S.A., Volumen II, 1981,
pp. 962 y 963). Sobre el mismo tema, esta Sala de Casación ha tenido ocasión de pronunciarse indicando que: […] Este auxilio puede ser catalogado de esencial para la
consumación del delito, sin que por ello se convierta en coautoría. Cuando se constata el carácter indispensable de la ayuda suministrada por el partícipe para que se
produzca el resultado previsto por el ordenamiento penal, se está ante lo que la doctrina denomina complicidad necesaria o primaria, cual es aquélla sin la cual la acción
típica no se hubiera configurado (véase: Zaffaroni, Eugenio Raúl; Manual de Derecho Penal, Parte General, Buenos Aires, Argentina, Editorial EDIAR, sexta edición, 1988, p.
581; quien además es categórico al afirmar que el cómplice primario bajo ningún supuesto puede ser considerado como autor ni coautor, toda vez que no tiene el dominio
del hecho que se realiza; además, consúltese: Velázquez Velázquez, Fernando; Derecho Penal. Parte General; Santa Fé de Bogotá, Colombia, Editorial Temis, Tercera
Edición, 1997, pág. 629). Claro está que esta forma de intervención en el delito puede darse sólo cuando quien brinda su colaboración al autor no compartía con éste el
dominio del hecho, porque si esto último se da y se corrobora la existencia de un plan de autor entre ambos intervinientes, entonces se estaría ante la coautoría.
DELITOS DE PROPIA
Recuérdese que el artículo 47 del Código Penal establece que son cómplices todas aquellas personas que presten al autor o al coautor cualquier auxilio o cooperación para
MANO
realizar el hecho punible, no distinguiéndose el nivel de esencialidad de la ayuda, de forma tal que es factible en el ordenamiento costarricense la complicidad de carácter
necesario, al igual que la simplemente accesoria, siempre bajo el supuesto de que no realicen el delito junto con el autor, porque entonces quedaría por fuera la
participación criminal y se configuraría la coautoría […] (Cf. voto n.º 2000-879 de las 9:25 hrs. del 4 de agosto de 2000). Revisada la relación de hechos probados de la
sentencia […] estiman los integrantes de esta Cámara que, independientemente de que no se establezca –con precisión—cuál de los tres sujetos que acompañaban al
coimputado E., encañonaba con el arma de fuego a la ofendida M.D., mientras aquel la accedía carnalmente, las posibilidades de prestar cooperación en la comisión de
estos hechos no se agotó con el uso del arma; por el contrario, de acuerdo con el cuadro descrito la conducta de cada uno de estos sujetos, incluyendo la del sentenciado
M., facilitó de manera relevante la perpetración de varios accesos carnales no consentidos. En efecto, tal como se indicó en la resolución de esta Sala N.° 2006-203 de las
14:40 hrs. del 16 de marzo de 2006, el delito de violación forma parte de los delitos denominados "de propia mano", que no admiten la posibilidad de coautoría (línea
jurisprudencial establecida a partir de los votos n.° 121-F-92 de las 9:35 hrs. del 23 de noviembre de 1992, 362-97 de las 12:30 hrs. del 18 de abril de 1997 y, más
recientemente, en el n.º 2006-203 de las 15:40 hrs. del 16 de marzo de 2006), por lo que para calificar la conducta de cada uno de los sujetos que conformaron el grupo
Cómplices que atacó y ultrajó sexualmente a la ofendida M., debe verificarse si cumplió, además de los presupuestos de la autoría directa, con los de las restantes formas de
participación criminal contempladas en el Código Penal." (V. 1758 del 16/12/2009, SaTe)
JURISPRUDENCIA

"De la relación de esos hechos, evidentemente se desprende la participación dolosa del aquí imputado en su sentido estricto, es decir, que su dolo propio estuvo tanto
dirigido a cooperar como cómplice en la realización de los hechos dolosos por el autor o los autores, como a la naturaleza dolosa de los hechos punibles principales (lo que
alguna doctrina ha llamado el "doble dolo" del cómplice). Esto se desprende como consustancial de los hechos acreditados. Desde estas perspectivas es posible sintetizar
que, sin el dolo del autor o autores principales no existe la participación, pues así lo exige el principio de accesoriedad derivado del artículo 47 del Código Penal, al sancionar
o castigar como cómplice a quien presta "al autor o autores, cualquier auxilio o cooperación para la realización del hecho punible". Es indudable pues, que los elementos que
como no probados se echan de menos, sí están presentes -y se valoraron jurídicamente- dentro de los hechos acreditados. Hubo pues, en el caso en estudio, una
contribución causal clara en la realización de los hechos dolosos principales, de modo que en relación al aspecto subjetivo de la complicidad, el dolo del cómplice […] no solo
estaba presente en su propia acción, sino que también se extendió (abarcaba) a la acción o acciones principales y también a su resultado. Ahora, en relación al punto
concreto del alegato de que para poder condenar el imputado por complicidad [...], "era necesario acreditarle que participó aceptando las consecuencias de lo que los
ACCESORIEDAD
autores podían llegar a realizar", tampoco puede otorgarse razón al recurrente, pues aparte de lo antes señalado, son aplicables al caso las prescripciones de los artículos 48
y 49 del Código Penal (teoría del conocimiento). Del contexto del fallo, especialmente de los hechos probados, se acreditó el conocimiento y la aceptación (querer) de B. en
su participación en los hechos dolosos de otros, hechos en los cuales se usarían armas, y de ahí que procede la aplicación de dicha teoría (del conocimiento), sea por aceptar
como una consecuencia probable de la acción emprendida por el autor o los autores el que se ocasionara una lesión física y hasta la muerte de una persona, como en efecto
ocurrió, por el hecho de portar armas aquellos [...]; lo anterior, en unión o aplicación de lo dispuesto en el párrafo final del referido artículo 49, en cuanto dispone: "Las
circunstancias materiales que agraven o atenúen el hecho solo se tendrán en cuenta respecto de quien, conociéndolas, prestó su concurso.". De manera que, jurídicamente,
no es posible, por el principio de accesoriedad de la conducta del partícipe (en este caso del cómplice) respecto de los injustos penales del autor o los autores. Y ha de
tenerse presente, de otro lado, que la complicidad (materialmente desarrollada), en este caso concreto, aumentó el riesgo o las probabilidades de que el delito se realizara,
pues creó más confianza de realización en el autor o autores a fin de producir el resultado." (V. 347 del 09/09/1994, SaTe; reiterado en V. 99 del 26/01/2001, SaTe)
Al decir que los partícipes "serán responsables desde el momento en que el hecho se haya iniciado" se quiere excluir su responsabilidad en
momentos anteriores a la tentativa (Art. 24). Debido a la accesoriedad de la participación (Art. 46), la existencia de al menos una tentativa es un
requisito indispensable para exigir responsabilidad a los partícipes. Si no hay una conducta principal punible, tampoco habrá una conducta accesoria
Comienzo y alcance de la
punible.
responsabilidad de los participes
La segunda oración amplifica la responsabilidad de los partícipes ( incluyendo a los coautores). La consecuencia "más grave" puede serlo cualitativa o
(Art 48)
cuantitativamente. Para que dicha conducta sea imputable al partícipe, este debe "haberla aceptado como consecuencia probable", es decir, debe
tener al menos dolo eventual. P.e. el cómplice da un revólver cargado al autor para que este cometa un robo y acepta la posibilidad de que también
lesione o mate durante el robo. El cómplice responderá también por las lesiones o el homicidio.
"La agresión producida con el arma, por supuesto, no requiere para que haya dominio del hecho, que los tres
individuos realicen la acción corporal prohibida (disparar), sino que basta el dominio funcional o la separación
ACEPTAR CONSECUENCIAS de trabajos para la realización del hecho, cosa que está efectivamente comprobada en la especie y que a juicio
PROBABLES del Tribunal, se aceptó como consecuencia probable de la acción inicialmente desplegada (no se omite señalar
que es con respecto a este extremo, que se cita el numeral 48 del Código sustantivo, que brinda una definición
de dolo eventual)." (V. 1430 del 15/12/2000, SaTe)

"[…] si los actos de cooperación o auxilio que realiza el cómplice se dan antes de la ejecución del hecho
COOPERACIÓN EN FASE
Comienzo y alcance de la principal, en concreto en la fase preparatoria y ese hecho principal se realiza al menos en grado de tentativa, los
PREPARATORIA
responsabilidad de los participes actos del cómplice son punibles." (V. 339 del 02/04/2004, SaTe)
JURISPRUDENCIA

"[…] en el caso concreto se demostró que Y estuvo de acuerdo en que los acompañara el menor infractor A.R.L.
[…], quien al enterarse de que iban a cometer un robo, solicitó que lo incluyeran, pues él podía contribuir con
un arma de fuego de fabricación rudimentaria, la cual les enseñó en el acto. Es evidente, que si dentro del
esquema delictivo se emplearían armas -y si a esto se adicionó la posibilidad riesgosa de utilizar un instrumento
con mayor poder ofensivo (arma de fuego)-, la representación de que se produjera el resultado muerte integró
CONSECUENCIA PREVISIBLE el plan de autor, aún cuando fuera a modo de dolo eventual, es decir, como consecuencia previsible, aceptada y
compartida por los coautores. De esta forma, si R.L. utilizó el arma (que los demás acusados sabían que
portaba), para evitar la defensa incipiente y escasa que pretendía realizar el ofendido y lograr de esta forma el
resultado y procurar para sí y los demás la impunidad, es claro que esa acción es atribuible a los otros, pues
quedó demostrado que esa posibilidad fue asumida como parte del riesgo con que inició el evento." (V. 479 del
25/05/2001, SaTe)
Por regla general, la comunicación de circunstancias se da del autor que la posee al partícipe (instigador y cómplice) que la conoce y entre coautores (V. 565 del
Concepto
12/12/1994, SaTe). La comunicación no puede darse en sentido inverso, es decir, del partícipe al autor, por contrariar la accesoriedad que rige en la participación.

Las calidades personales constitutivas de la infracción son imputables también a los partícipes que no las posean, si eran
conocidas por ellos. Por "calidades personales" se ha entendido una circunstancia de naturaleza subjetiva inherente a la
persona del autor (calidad de funcionario, vínculo de parentesco). Parte de las doctrina las diferencia de las calidades
personalísimas (reincidencia y habitualidad), las cuales sirven para graduar la pena (no constituyen el delito) y, por lo tanto,
no son comunicables. Las calidades personales deben ser constitutivas de la infracción. En este punto, Castillo, basado en la
exposición de motivos del CP, sostiene que una calidad personal puede ser constitutiva de la infracción y tener el efecto de
agravar la penalidad. Él pone un ejemplo al respecto: "Si el tercero ayuda, a sabiendas del vínculo de parentesco, al hijo a
matar a su padre, responderá como cómplice del delito de parricidio."293 La jurisprudencia nacional, irónicamente citando el
mismo texto de Castillo, ha sostenido que la "calidad personal" puede ser "constitutiva" o "agravante" y que, como el Art. solo
Comunicabilidad de Las calidades personales
hace referencia a las primeras, las segundas no pueden ser comunicadas. De esta manera, la jurisprudencia ha sostenido que
las circunstancias el parentesco no es comunicable en el caso del parricidio (V. 943 del 34/09/1998, SaTe). Una interpretación gramatical del
(Art 49) texto del Art. 49 favorece la interpretación de la SaTe. El texto diferencia efectivamente entre calidades constitutivas del
delito y calidades que no son constitutivas. El Art. 112 contiene el delito de homicidios calificados, es decir, un caso calificado
o agravado de la especie homicidio, cuyo tipo básico se encuentra en el Art. 111. Es decir, mientras que el tipo del Art. 111
constituye el homicidio, los casos del Art. 112 agravan el homicidio. Si p.e. nuestro CP denominara el Art. 112 "asesinato",
como lo hacen otras legislaciones, y no "homicidio calificado", entonces podría argumentarse que los casos en él numerados
son constitutivos del delito de asesinato y no que son casos agravados del delito de homicidio. Para que la calidad le sea
imputable al partícipe, este debe tener conocimiento efectivo de ella.

Las relaciones, circunstancias y calidades personales cuyo efecto sea disminuir o excluir la penalidad, no tendrán influencia
sino respecto a los partícipes en quienes concurran. Si bien el legislador ha diferenciado entre relaciones, circunstancias y
calidades, y Castillo ha intentado esbozar el contenido de cada término, 294 lo cierto es que ellos no se diferencian
Tres supuestos
sustancialmente del término "calidades personales" incluido en la primera oración del Art. Se trata nuevamente de
Las relaciones, circunstancias y
circunstancias de naturaleza subjetiva inherentes a la persona del autor. En este caso, el CP ha decidido no comunicar dichas
calidades personales cuyo efecto
circunstancias a los partícipes que no las posean, sin importar si las conocen o no cuando sea atenuante o excluyente de la
sea disminuir o excluir la
pena. Por lo general, se trata de una consecuencia de la accesoriedad limitada (Art. 46), 295 la cual que llevaría a la
penalidad
comunicación de circunstancias pertenecientes al injusto, mas no a la culpabilidad. Por otro lado, como señala Fierro: "En los
casos en que la circunstancia personal tenga como consecuencia la de excluir o disminuir la penalidad, dicha circunstancia no
se comunica nunca; la razón es muy simple: si así no fuera sería muy fácil asegurarse la impunidad de un hecho incorporando
a la partida a un inimputable.

Las circunstancias materiales, que agraven o atenúen el hecho solo se tendrán en cuenta respecto de quien, conociéndolas,
prestó su concurso. "Circunstancias materiales" son elementos que forman parte del tipo y que pueden agravar o atenuar el
injusto. Son comunicables, si son del conocimiento del partícipe, como consecuencia de la accesoriedad limitada. A pesar de
Circunstancias materiales ser materiales, comprenden aspectos tanto fácticos como subjetivos. Estos últimos, sin embargo, se relacionan a la persona de
la víctima u otros sujetos, no a la del autor (p.e. un miembro de los Supremos Poderes, Art. 112-2; una persona menor de doce
años de edad, Art. 112-3). La circunstancia debió haber sido conocida por el partícipe, pues de lo contrario no podría haber
actuado dolosamente respecto a ella.
"Si bien es cierto la doctrina en sentido estricto excluye de la categoría de "partícipes" a los coautores, quedando reservada para los cómplices e instigadores, no
es esa la terminología que sigue nuestro Código Penal. Al aludir a los "partícipes", el artículo 49 no se refiere únicamente a los cómplices e instigadores, sino que
incluye en él también a los coautores. Partir de lo contrario, implicaría llegar al absurdo jurídico que un coautor comete un ilícito especial (peculado, por
ejemplo), mientras que el otro coautor, por ausencia de calidades personales, comete otro (estafa o robo, por ejemplo); en consecuencia, a actuaciones y
voluntades simétricas, se estaría dando diversa solución, solamente por la ausencia de una condición personal, como pretenden los recurrentes. La otra solución
es menos congruente con la sistemática de la aplicación de la norma penal, porque consistiría en sancionar, ya no como coautor (vista la ausencia de las
mencionadas condiciones especiales), sino como cómplice a quien en realidad tuvo dominio del hecho, incurriéndose así en una ficción para intentar resolver un
problema de calificación, cual si se tratara de una cuestión de intervención en la acción ilícita; es decir, para suplir una falencia en la aplicabilidad de una
COAUTORES SON
calificación jurídica, se recurre a obviar o torcer la efectiva participación tenida por el agente. Antes bien, la figura del coautor está expresamente prevista en el
PARTÍCIPES
artículo 45 de ese Código y su régimen de recriminabilidad por condiciones ajenas, al igual que para los instigadores y cómplices, está prefijado por los
numerales 48 y 49 siguientes, que no hacen distingo en cuanto a los sujetos a que se refieren, por lo que habrá de entenderse que es a los aducidos en los
artículos 45 (coautores), 46 (instigadores) y 47 (cómplices). Aparte de eso, el panorama es aún más claro si se confronta el artículo 71 de dicho Código, que se
refiere indiferenciadamente a la personalidad del "partícipe" al fijar la pena, aludiendo a éste como figura siempre presente en una condenatoria (extendiéndolo
incluso al autor único), lo que no sucedería si sólo aludiera a los cómplices o instigadores, de presencia eventual. En realidad, como se dijo, nuestro Código Penal
utiliza la terminología "partícipes" en un sentido amplio, referida a todos los que hubieren intervenido en la realización del hecho punible, ya sea como autores,
cómplices o instigadores, sin hacer la distinción que hace la doctrina al referirse al concepto jurídico de "partícipes". Por ende, el Código Penal sí contempla a los
coautores en el artículo 49 (comunicabilidad de las circunstancias a los partícipes)" (V. 565 del 12/12/1994, SaTe)

"Considera esta Sala que en realidad se está en presencia de una coautoría y que fue un error calificar el Homicidio -respecto al imputado X - a través de los
PARENTESCO, artículos 49 y 112 inc. 1º ("parricidio") del Código Penal […]. Esto así, porque la relación de parentesco existente entre Y (coautor) y A (ofendido) no es una
Comunicabilidad de CALIDAD PERSONAL "circunstancia material" de agravación que se pueda comunicar conforme al párrafo tercero del artículo 49 del Código Penal, sino que en realidad es una
las circunstancias AGRAVANTE "calidad personal", pero que no es "constitutiva" (sino agravante) de la infracción, razón por la cual tampoco existe comunicabilidad mediante la teoría del
JURISPRUDENCIA conocimiento, conforme al párrafo 1º de ese mismo artículo." (V. 943 del 29/09/1998, SaTe)

"Esa norma, según consta en la exposición de motivos del Código Penal, fue tomada por el legislador del Proyecto Soler para Guatemala y contiene una variación
con relación al articulado argentino en cuanto establece dos tipos de circunstancias, unas constitutivas de la infracción y otras que disminuyen o excluyen la
penalidad; las primeras imputables a los partícipes del hecho punible que no las posean pero únicamente si dichas calidades eran conocidas por ellos y las
segundas, no tienen influencia sino respecto a los partícipes en quienes concurran.- El accionante en su alegato se refiere sólo al primer supuesto de la norma,
sea, a la comunicabilidad de las calidades personales constitutivas de la infracción. No resulta violatoria del principio de igualdad esa previsión legislativa;
obedece a criterios de política criminal que consideran que tanto quien reúne las condiciones personales que exige el tipo penal en los delitos especiales, como
quien no las reúne, pero tiene participación en los hechos con conocimiento de esas condiciones, debe tener la misma consecuencia jurídico penal. Estima el
accionante que el legislador "no puede regular de manera desigual situaciones semejantes, como sucede con la comunicabilidad de las circunstancias, en donde
se pretende sancionar por el delito de peculado a un ciudadano que no es servidor público, o bien establecer únicamente para efectos penales, la equiparación
PRINCIPIO DE
con un servidor público en las relaciones de servicio con obreros, trabajadores y empleados que no participan de la gestión pública de la Administración" No es
IGUALDAD
atendible ese argumento. El legislador puede asignar las consecuencias que considere convenientes para las diferentes conductas punibles; su límite lo
constituye el contenido de las normas y principios establecidas tanto en la Constitución Política como en los Tratados Internacionales, a manera de ejemplo, el
artículo 28 de la Constitución, los principios de proporcionalidad y razonabilidad, la prohibición de penas perpetuas, etc. La comunicabilidad de las condiciones
personales constitutivas de la infracción, efectivamente permite que se pueda atribuir la participación en el delito especial tanto al sujeto que ostenta la
condición personal requerida por el tipo como a quien no la tiene, pero contribuye en la comisión del hecho punible, con conocimiento de la existencia de esa
condición. Igual razonamiento procede en cuanto a la calificación de "públicos" que el artículo 112 inciso 4 de la Ley General de la Administración Pública, da a
los servidores que sin reunir esa condición prestan sus servicios a la Administración y cometieren hechos delictivos en los que se prevalecen de su relación con el
Estado para cometerlos. Esa es una decisión del legislador en el marco de sus competencias, en la que no se observa transgresión alguna al principio de
igualdad." (V. 6859 del 24/09/1998, SaCon)
"En lo que corresponde al segundo punto (si la comunicabilidad de las circunstancias opera sólo en la fase
ejecutiva del delito), ha de decirse que no lleva razón el petente. En primer término, porque legalmente está
previsto que dicha comunicabilidad tenga lugar en cualquier estadio punible del delito. En efecto, el artículo 49
COMUNICABILIDAD EN
del Código Penal no hace distinción alguna al respecto, consignando que serán imputables a "los partícipes que
CUALQUIER ETAPA DEL DELITO
no las posean, si eran conocidas por ellos". En otros términos, lo relevante es la participación (que puede tener
lugar en cualquier estadio, como se dijo), no el nivel de desarrollo de la acción punible." (V. 339 del 13/04/2007,
SaTe)

"El instituto de la comunicabilidad de las circunstancias es de naturaleza enteramente sustantiva y referida a


factores contemplados también en la ley de fondo, objeto de estudio de la teoría de la participación. Se trata de
circunstancias que agravan, atenúan, disminuyen o excluyen la penalidad y que se encuentran recogidas
expresamente en cada uno de los tipos penales o en las normas de carácter general que disponen, entre otras,
causas de atenuación, agravación o exculpación y se refieren a elementos del contenido de injusto de la
INSTITUTOS PROCESALES NO SE conducta tipificada o del grado de culpabilidad (v. gr.: el ánimo vindicativo en el homicidio, la emoción violenta
Comunicabilidad de las COMUNICAN con la que actúa uno de los intervinientes en el delito, la existencia de ciertas relaciones familiares entre el
circunstancias ofensor y la víctima, el uso de determinados medios para ejecutar el hecho que agrava su penalidad, entre
muchos otros factores). A través de la norma el legislador pretende resolver cuándo y en qué condiciones las
JURISPRUDENCIA circunstancias que afectan o excluyen la penalidad pueden transmitirse de un interviniente en la conducta
punible a otro. Ahora bien, la extinción de la acción penal es un instituto de naturaleza procesal que ningún
vínculo posee con los elementos sustantivos recién citados." (V. 172 del 28/02/2007, SaTe)

F"En el presente caso, conforme lo consideró correctamente el Tribunal Penal en la sentencia de mérito, la
aplicación de la normativa del artículo 49 del Código Penal, establece la posibilidad legal de comunicarle la
circunstancia personal de funcionario público, prevista en el artículo 354 de dicho cuerpo normativo, al
encartado S, y en consecuencia, que su condenatoria por el delito de peculado, sea legalmente válida y eficaz.
De esta forma, la conducta desplegada por este imputado, implicó la afectación del bien jurídico protegido, la
probidad en el ejercicio de los deberes de la función pública (en este sentido ver la resolución número 221-f-90,
CALIDAD DE FUNCIONARIO de las 9:15 horas, del 10 de agosto de 1990; la resolución número 1055-97, de las 15:30 horas, del 30 de
PÚBLICOCALIDAD DE septiembre de 1997; y la resolución número 1312-2000, de las 9:30 horas, del 10 de noviembre del dos mil,
FUNCIONARIO PÚBLICO todas de la Sala Tercera Corte Suprema de Justicia), lo que determina legalmente la posibilidad de ser
sancionado concomitantemente con la pena privativa de libertad, y una pena de inhabilitación para el ejercicio,
funciones y desempeño de cargos públicos, conforme a lo establecido en el artículo 358 del Código Penal. Esto
por cuanto la conducta desplegada por S, efectivamente lesionó uno de los bienes jurídicos abarcados por esta
norma, y al comunicársele la condición de funcionario público de su hermano J, se configuran los presupuestos
subjetivos y objetivos requeridos por ésta para la procedencia de la imposición de la pena de inhabilitación." (V.
232 del 11/03/2008, SaTe)
8. PENAS
8.1. Clases de penas
según normativa legal
vigente.
Prisión y
medidas de
seguridad
(Art 51)
Inhabilitación
Extrañamiento
especial
(Art 52)
(Art 58)

Inhabilitación
Multa
absoluta
(Art 57) Clases (Art 53)

de
penas
Prestación de
Ejecución de la
servicios de
multa
utilidad publica
(Art 54)
(Art 56 Bis)

Incumplimiento Amortización de
en el pago la multa
(Art 56) (Art 55)
Véase el comentario respectivo a cada pena en los Art. 51 ss. La imposición de una pena y el tipo de pena que se impone debe respetar el principio de legalidad
(Art. 1). El CP conoce las penas principales y las accesorias. La accesoriedad de la pena de inhabilitación especial significa que ésta solo podrá ser impuesta en
compañía de una pena principal. Nótese que la ley no especifica el tipo de inhabilitación que es pena principal, por lo que puede tratarse tanto de la
inhabilitación especial como de la absoluta. La prestación de servicios de utilidad pública, al estar regulada en un inciso aparte, podrá presentarse en la forma de
una pena principal o de una accesoria. La fijación de la pena debe ser fundamentada utilizando los criterios de los Art. 71 ss. El comiso (Art. 110), a pesar de su
discutida naturaleza, puede tener en algunos casos el carácter de una pena accesoria

Jurisprudencia
1- PENA DE INHABILITACIÓN DEBE ESTAR EN EL TIPO: "[…] las inhabilitaciones (sean absolutas o especiales) únicamente proceden cuando así lo señala
expresamente la sanción contemplada en el respectivo tipo penal, como bien lo afirma el propio representante del Ministerio Público […]" (V. 605 del
05/11/1993, SaTe)
Clases de pena
2- INHABILITACIÓN, CARÁCTER ACCESORIO: "La inhabilitación en nuestro ordenamiento penal, opera como pena conjunta ya que su aplicación se da en asocio
(Art 50) de otra pena de distinta naturaleza, con el objeto de resguardar los intereses que han sido lesionados y si bien es cierto, de acuerdo con el artículo 50 del Código
Sustantivo es una pena principal, su aplicación está dispuesta expresamente como pena accesoria en tanto requiere de una principal a la que está subordinada,
de acuerdo con la índole del delito juzgado y además, puede imponerse o no en sentencia, de manera que no se trata de una doble sanción por un mismo hecho,
sino más bien de dos penas con efectos jurídicos de distinta índole en función del hecho cometido y de acuerdo con lo establecido por la ley." (V. 165 del
16/04/1993, SaTe)

Artículo 50.- Clases de penas


Las penas que este Código establece son:
1) Principales: prisión, extrañamiento, multa e inhabilitación.
2) Accesorias: inhabilitación especial.
3) Prestación de servicios de utilidad pública. (Reformado la Ley N° 8250 del 02/05/2002)
A pesar de encontrarse la prisión y las medidas de seguridad en un mismo Art., éstas últimas no tienen el carácter de una pena. La Dirección General de Adaptación Social, adscrita al
Ministerio de Justicia, es la institución encargada de la ejecución de las medidas privativas de libertad, según el Art. 3 de su ley. Ella es quien determina el lugar y la forma de su
ejecución. La norma establece que la prisión y las medidas de seguridad deberán ser ejecutadas de manera que ejerzan sobre el condenado una acción rehabilitadora. Similar es Art.
5-6 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos: "Las penas privativas de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación social de los
condenados." Existen varias teorías sobre los fines de la pena, tradicionalmente la de la retribución y las de la prevención (general y especial). Sin tener la intención de profundizar
en el tema, valga decir que la primera considera que el fin de la pena es la retribución de un mal cometido y la expiación de la culpa contenida en él. La prevención general positiva
busca reafirmar en el ciudadano la vigencia del ordenamiento jurídico y la prevalencia del Estado de Derecho. Su otro lado, el negativo, ve en la ley penal una amenaza que pretende
disuadir a aquellos ciudadanos que se vean en la tentación de infringir una norma penal. La prevención especial positiva, a la que hace referencia el Art., considera que el fin de la
pena es rehabilitar al infractor, para evitar con ello la reincidencia. La negativa, por su parte, ve en la privación de libertad del delincuente un medio de devolver la seguridad a la
sociedad. A pesar de que el Art. hace referencia únicamente a la prevención especial positiva, es claro que todos los fines de la pena sirven de fundamento a nuestro sistema penal.
Así, p.e., la teoría de la retribución se expresa en el principio de culpabilidad, el cual sirve de límite a la pena, ya que la pena debe corresponder a la culpa del individuo; la amenaza
que es la pena, así como el interés de proteger a la sociedad frente a individuos peligrosos se hacen patente en su límite superior (50 años) y en la ejecución de la ley por parte de las
autoridades judiciales. La prisión es, desde el punto de vista político-criminal, el tipo de sanción que afecta de manera más grave la situación jurídica del condenado. Significa la
pérdida de la libertad de tránsito, lo que conlleva un efecto desintegrador, pues el sujeto se ve impedido de continuar su vida diaria, pierde con ello contacto con su familia y amigos
y se ve impedido de trabajar libremente. Si se aúna a ello la estigmatización que implica la privación de libertad, se comprende entonces la dificultad de impregnar la prisión de una
función rehabilitadora. De ahí que la prisión deba ser utilizada únicamente como ultima ratio. Originalmente, el límite máximo que establecía el CP era de 25 años. Es interesante lo
dicho por Padilla en la exposición de motivos: "La posibilidad de una pena que exceda ese límite de tiempo (25 años) es descorazonadora para el interno, y funesta, por lo mismo,
para sus perspectivas futuras. Penas de cuarenta y cinco años son como una muerte en vida y son pocos, por no decir ninguno el que las haya podido soportar." La actual tendencia
a criminalizar y sancionar más severamente puede achacarse en muchos casos a los afanes populistas de políticos, quienes pregonan ideas como "mano dura" o "cero tolerancia" sin
atender a las experiencias desafortunadas de otros países que han recurrido a tales métodos, donde el principal resultado de estas acciones ha sido un incremento de la población
Prisión y medidas de penitenciaria a niveles de hacinamiento y una carga presupuestaria más para el Estado. Por el otro lado, vale preguntar qué acción rehabilitadora (como dice el Art.) se puede
seguridad esperar de una condena de 50 años. Poca o ninguna. Las medidas de seguridad se aplican, según los numerales 97 ss., cuando se realice un hecho típico y antijurídico, pero no
(Art 51) culpable y exista peligro o riesgo de reincidencia.

Jurisprudencia
1- MULTA COMO PENA: "En lo que sí lleva razón el recurrente es en cuanto a la falta de fundamentación que se evidencia respecto a la imposición de la pena de prisión en
detrimento de la de multa, en este sentido lo que se consigna en el fallo es "Estima el Tribunal que no puede imponerse pena de multa, pues quedaría a juicio del infractor el pago de
la misma lo cual no cumpliría una prevención especial ni general. Se trata de un delito culposo que debe de conllevar un efecto ejemplarizante en forma individual y social por lo que
se opta por la pena de prisión." Esta forma de argumentación en cuanto a la sustanciación de la sanción a imponer resulta absolutamente ilegítima, en realidad, la pena de multa
efectivamente existe como pena alterna y desde que está contemplada en el tipo penal, dentro de la escala punitiva, es porque existe la posibilidad de aplicación, además, no es
cierto que queda a juicio del infractor su pago o no, cuando, como lo establece la legislación actual, según reforma introducida por la Ley Nº 8250 del 2 de mayo del 2002, existe,
incluso, la posibilidad de la conversión de multa a prisión ante el incumplimiento de pago. Por último, no deben ser jamás los motivos de prevención general o ejemplaridad social lo
que deba determinar la aplicación o no de una medida sancionatoria, esa opción implica la mediatización instrumentalista del ser humano, contraria a su dignidad intrínseca." (V.
272 del 14/04/2005, TCP)
2- PRINCIPIOS: "La pena privativa de libertad consiste en la reclusión del condenado en un establecimiento penal (prisión, penitenciaria, centro de adaptación social) en el que
permanece, en mayor o menor grado, privado de su libertad, y sometido a un determinado régimen de vida. Las penas privativas de libertad deben ser organizadas sobre una amplia
base de humanidad, eliminando en su ejecución cuanto sea ofensivo para la dignidad humana, teniendo siempre muy en cuenta al hombre que hay en el delincuente. Por esta razón,
en la ejecución de la pena de privación de libertad, ha de inculcarse al penado, y a los funcionarios públicos que la administran, la idea de que por el hecho de la condena, no se
convierte al condenado en un ser extrasocial, sino que continúa formando parte de la comunidad, en la plena posesión de los derechos que como hombre y ciudadano le pertenecen,
salvo los perdidos o disminuidos como consecuencia de la misma condena. Al mismo tiempo ha de fomentarse y fortificarse, el sentimiento de la responsabilidad y del respeto
propios a la dignidad de su persona, por lo que han de ser tratados con la consideración debida a su naturaleza de hombre. Estos principios han de estar presentes en la ejecución de
todas las penas y medidas, en especial las privativas de libertad." (V. 6829 del 24/12/1993, SaCon)
Hasta la promulgación de la Ley de Penalización de la Violencia contra las Mujeres (LPVM) la pena de extrañamiento había sido letra
muerta. Si se examina el CP, se notará que no hay ningún Art. de la parte especial que imponga la pena extrañamiento. Sin embargo, la
presente norma no ha sido completamente resucitada por la LPVM, ya que dicha ley contiene su propia regulación sobre el tema (Art. 9,
11, 19 LPVM). A los sumo podrán ser aplicadas otras normas del CP relacionadas con el extrañamiento, a saber los Art. 59 y 84.

Jurisprudencia
1- INEXISTENCIA EN EL CP: "[…] lleva razón en su alegato la representante fiscal, al aducir como único reparo por razones in iudicando,
errónea aplicación de los artículos 1, 50, 208 y 216 inciso a) del Código Penal por violación al principio de legalidad ya que la pena de
Extrañamiento extrañamiento contenida en el numeral 52 del citado cuerpo legal, no se encuentra prevista como sanción en ninguno de los tipos penales
(Art 52) contemplados en ese Código, por lo que su imposición por parte del a quo resulta ilegítima, dado que el principio de legalidad obliga a
que sólo se pueda imponer la pena de previo establecida para la figura penal de que se trate (lex praevia)." (V. 658 del 11/06/2004, SaTe)

Artículo 52.- Extrañamiento


La pena de extrañamiento, aplicable únicamente a los extranjeros, consiste en la expulsión del territorio de la República, con prohibición
de regresar a él, durante el tiempo de la condena.
Se extiende de seis meses a diez años.
La multa es un mal que consiste en el retiro parcial de los medios económicos del sujeto y, por consiguiente, en la compulsión a renunciar temporalmente al consumo y a la
satisfacción de necesidades. Se parte del entendimiento de que en una sociedad de consumo, en la cual la realización de los deseos materiales juega un papel central, la
renuncia al consumo y la limitación del estándar de vida son percibidas como una sanción. En Costa Rica, el sistema vigente es el de días multa. Conforme al Art. 404 y
atendiendo a ciertas excepciones, las penas de multa consignadas en leyes especiales anteriores al CP deben transformarse a días multa. La fijación de la pena se da en dos
pasos: el juez debe, en primer lugar, determinar el número de días multa a imponer utilizando los criterios de la norma (similares a los del Art. 71) y el marco punitivo típico. Su
número no podrá exceder los 360 días multa; el límite inferior es de un día multa, pues los días multa no son fraccionables. El segundo paso es determinar el valor de cada día
multa según la situación económica del condenado. Para ello no se realiza un examen exhaustivo de todas las circunstancias, que contrariaría la celeridad del proceso, sino que
se recurre al dictamen de un trabajador social. El resultado de la multiplicación entre el número de días multa y su monto individual es el monto total de la multa. Al tomar en
consideración la situación económica del condenado se pretende minimizar las diferencias en el poder económico de los condenados, de manera que se cumpla el fin político-
criminal de la pena. Dos factores limitan el monto del día multa. Por un lado, las necesidades básicas del condenado y de su familia deben respetarse. Por el otro, el día multa no
puede exceder 50% de su ingreso diario. Si las necesidades del condenado y su familia consumen la totalidad de sus ingresos o este carece de ingresos propios, cada día multa se
convertirá en un día de prestación de servicios de utilidad (Art. 56). Es de dudosa constitucionalidad el hecho de que el legislador no fije un máximo al monto de cada día multa,
ya que esto deja completamente a la discreción del juez el monto final de la multa, contradiciendo el principio de legalidad (Art. 1). Las indagaciones para la determinación de la
condición económica pueden ser realizadas, según sea el caso, por el fiscal o el juez (ayudado por el trabajador social). La determinación por parte del juez cobra relevancia
especialmente en el caso del Art. 30-3 CPP. Si el tipo penal deja a decisión del juez imponer una sanción privativa de libertad o una multa, éste deberá razonar su decisión. No
puede imponerse la pena de prisión recurriendo a elementos de prevención general, pues esto significaría la instrumentalización del condenado. La gravedad del hecho y los
aspectos subjetivos deben hacer evidente la necesidad de rehabilitación (Art. 51) en el condenado. La institución que se beneficia con el producto de las multas se encuentra
especificada en el Art. 405 (véase asimismo el transitorio II). Las leyes especiales pueden determinar otro beneficiario de las multas, p.e. Art. 11- d) de la Ley de Conservación de
la Vida Silvestre. La sentencia adquiere firmeza cuando no cabe recurso contra ella, excepto el de revisión. El plazo de 15 días para realizar el pago debe entenderse como días
hábiles (Art. 167 CPP).
Multa
(Art 53)
Jurisprudencia
1- JUSTIFICACIÓN DEL MONTO: "En efecto, lleva razón el imputado en este extremo de su inconformidad, pues la fundamentación del fallo no se ajusta a las exigencias
establecidas en la normativa vigente. En este sentido, el Juzgador no indica con claridad las razones por las que decide fijar el monto de cada día multa en dos mil setecientos
setenta y siete colones, para un total de ciento treinta y ocho mil ochocientos cincuenta colones. Lejos de cumplir con lo dispuesto en el artículo 71 del Código Penal, el Tribunal
se limita a indicar el monto por cada día multa, sin señalar cuál es la prueba que le sirve de base para esta decisión. O bien, no explica cuáles son las razones por las que estima
que este monto se ajusta a lo dispuesto en el artículo 53 de la normativa de fondo citada; […] En otras palabras, no concreta o expone los fundamentos de hecho y de derecho
por los que se decide establecer el quantum de cada día multa en el monto que señala y que ahora se impugna, lo que deja al sentenciado en un estado de absoluta indefensión
en este punto." (V. 445 del 12/05/2006, TCP)
2- JUSTIFICACIÓN DEL MONTO: "Obsérvese que el § 128 del C.p. establece penas alternativas para el delito de lesiones culposas, como son la de prisión de hasta un año y la de
multa de hasta cien días; de manera que el tribunal de instancia debe fundamentar la pena en dos sentidos: (i) la selección (prisión o multa) y (ii) la determinación o
cuantificación. En el caso de autos, el juzgador tomó en consideración que falta un dictamen de la personalidad del imputado, así como su comportamiento antes y después de
los hechos, con lo que seleccionó la pena menos grave: la multa. No obstante, al momento de individualizarla o cuantificarla –tal como lo indica el recurrente – el juzgador de
instancia no refirió los aspectos relativos a la situación económica del condenado, como lo exige el § 53 del C.p., por lo que resulta imposible controlar la legalidad de la fijación,
en aspectos fundamentales como que el monto diario a pagar no exceda del cincuenta por ciento del ingreso diario del condenado." (V. 696 del 18/07/2003, TCP)
3- ESTUDIO DE LA CONDICIÓN ECONÓMICA DEL IMPUTADO: "Se trata de un procedimiento sumario, expedito, donde se intenta tener un parámetro más objetivo, para la
fijación de los días multa. Pretender un estudio exhaustivo y minucioso de la condición económica de los imputados, implicaría un procedimiento meticuloso, costoso y
prolongado, lo que a todas luces desnaturalizaría el objetivo perseguido. En este caso, se envía una trabajadora social quien realiza una pequeña investigación y rinde sus
conclusiones. Es con fundamento en tales elementos que se hace la fijación cuestionada." (V. 1208 del 20/11/2003, TCP)
El juez competente para resolver es el juez de ejecución de la pena (Art. 477 CPP y V. 70 del 09/02/2006, TCP).
Cauciones reales se presentan sobre bienes muebles e inmuebles, sea hipoteca, prenda, títulos valores, etc. La caución personal se da en la figura del fiador. El juez
podrá prescindir prudencialmente de dicha caución. Ello se da p.e. si el monto de la multa no justifica el costo que implicaría la caución.

Ejecución de la multa
(Art 54)

Artículo 54.- Ejecución de la multa


Por resolución posterior el Juez podrá, atendida la situación económica del condenado, acordar un plazo o autorizar el pago de la multa en cuotas, siempre que la
garantice con cauciones reales o personales; el Juez tendrá facultad para prescindir prudencialmente de dichas garantías.
Estos beneficios podrán ser revocados por incumplimiento en el pago o cuando mejore sensiblemente la condición económica del condenado.
La autorización del trabajo penitenciario corresponde al Instituto de Criminología, en sede administrativa, luego de que la autoridad judicial remita al sujeto condenado o
indiciado. Ella se da en dos supuestos: cuando el condenado ha cumplido al menos la mitad de la condena y cuando un indiciado sufre prisión preventiva. El primer supuesto es
el que exige del Instituto de Criminología un estudio de la personalidad del condenado. El estudio versa sobre aptitud del interno para cumplir los objetivos del trabajo, en el
sentido de que se mida el riesgo de fuga, si el sujeto aún representa un peligro para la sociedad (p.e. reincidencia), si hay un verdadero compromiso para rehabilitarse a través
del trabajo, etc. La seriedad del estudio se debe al régimen de trabajo que permite a algunos internos salir temporalmente de la prisión para laborar. El segundo supuesto es el
del indiciado que sufre prisión preventiva. Él también puede realizar trabajos penitenciarios atendiendo, sin embargo, a los límites que implica su condición de indiciado. Esto
significa, p.e., que no podrá trabajar fuera del centro penitenciario, pues esto iría en detrimento de la función que cumple la prisión preventiva (p.e. facilitaría la fuga). No existe
relación laboral entre el empleador (Estado, sus instituciones o la empresa privada) y el interno. Este gozará, sin embargo, de los beneficios laborales que sean compatibles con
su condición.

Jurisprudencia
1- CONSTITUCIONALIDAD: "IV.- EL TRABAJO PENITENCIARIO. Conjuntamente con el deber de trabajar, el penado tiene el derecho al trabajo, es decir, tiene derecho a pretender
que su fuerza y su capacidad de trabajo no sufran daño ni menoscabo por el hecho de su reclusión, como condición inherente a la personalidad humana, de modo tal que
pueda conservar la plenitud de sus conocimientos y aptitudes profesionales que sólo puede mantener trabajando. En las señaladas Reglas Mínimas de Naciones Unidas así se
establece en la relación de los artículos: 65, 71, 72, 73, 74, 75 y 76. El Estado se extralimitaría en la ejecución penal si intentara privar al interno de este derecho. Esta
Amortización de la multa orientación ideológica también fundamenta el señalado Plan y es recogida en el artículo 85 del Decreto Ejecutivo número 22198-J, que dice textualmente: "El trabajo
(Art 55) constituye un derecho y un deber del privado de libertad y tendrá carácter formativo, creador y formador de hábitos laborales.
El trabajo nunca será aplicado como correctivo, ni atenderá contra la dignidad de la persona y se tomará en cuenta sus aptitudes y cualidades, en cuanto estas sean
compatibles con la organización y la seguridad de la institución." Consecuencia de lo anterior, el trabajo penitenciario, como se ha dicho en forma reiterada, tiene una finalidad
primordial reformadora y correctiva, a la que se añade la finalidad económica. Es quizás el medio más eficaz para una posible rehabilitación de interno y preparación para su
regreso a la vida social, que no ha de concebirse como un elemento de aflicción, sino como un importante factor de reeducación y reforma; el recluso que al ser puesto en
libertad conoce un oficio o una profesión que le permita ganarse la vida, posee mejores probabilidades para no recaer en el delito. El trabajo penitenciario debe aspirar, de
modo primordial, a la formación profesional del recluido, además es un factor importante en la disciplina: la ociosidad en gran escala es causa del delito; muchos motines y
agitaciones se originan en la desocupación de los internos. De este modo, el trabajo contrarrestra la influencia nociva de la vida monótona y artificial de los establecimientos
penales y atenúa el sufrimiento causado por la reclusión, y es factor de salud física y moral. […] (V. 6829 del 24/12/1993, SaCon)

Artículo 55.- Amortización de la multa. El Instituto de Criminología, previo estudio de los caracteres sicológicos, siquiátricos y sociales del interno, podrá autorizar al condenado
que haya cumplido por lo menos la mitad de la condena, o al indiciado, para que descuente o abone la multa o la pena de prisión que le reste por cumplir o que se le llegue a
imponer, mediante el trabajo en favor de la Administración Pública, de las instituciones autónomas del Estado o de la empresa privada. Para tal efecto, un día de trabajo
ordinario equivale a un día multa y cada dos días de trabajo ordinario equivalen a un día de prisión. Las labores de toda índole, que se realicen en el centro de adaptación social
y fuera de él computarán en igual forma. El salario respectivo se abonará total o parcialmente para satisfacer la multa impuesta.El interno gozará de los beneficios que el Estado
y sus instituciones otorguen a los trabajadores, aunque no existirá relación laboral entre el empleador y el empleado interno.
El Art. fue reformado para cumplir los requisitos de constitucionalidad que se derivan del V. 1054 del 22/02/1994, SaCon. Para convertir la pena de días multa
en prisión es requisito que se demuestre la capacidad de pago de la persona, de lo contrario se estaría violentando el Art. 38 COPOL. Tomándose en cuenta que
las multas generalmente son impuestas en procesos contravencionales y que el proceso contravencional es menos riguroso que el proceso ordinario, entonces
la conversión de días multa a días de prisión equivaldría a la inobservancia de garantías procesales. Si el pago estaba garantizado por una caución (Art. 54),
entonces procede ejecutarla (similar Art. 252 CPP). Corresponde al juez de sentencia ejecutar la caución, no al juez de ejecución de la pena. La prestación de
servicios de utilidad será conforme al Art. 56 bis.

Jurisprudencia
1- INCONSTITUCIONALIDAD EN CASO DE CONTRAVENCIONES: "VIo-. La doctrina imperante considera que las contravenciones protegen bienes jurídicos de
menor importancia y con este argumento justifican una menor rigurosidad en las formalidades contenidas en el procedimiento que las regula, no permitidas en
el procedimiento penal que sanciona los delitos. A simple vista pareciera que tal como está regulado el procedimiento contravencional no presenta ningún
problema serio desde el punto de vista social, ni de los derechos humanos. No obstante es muy cuestionable esta postura, si se toma en cuenta que la mayoría
de la población contraventora pertenece a una clase social baja o de escasos recursos, o a aquella que tiene valores y costumbres distintos a los de la clase
predominante. Desde este punto de vista un importante sector de la doctrina considera que el sistema contravencional sirve como instrumento de control
social, criminalizante y opresor de la población más marginada. Si a esto aunamos el hecho de que la mayoría de los contraventores de esta clase, de no pagar
Incumplimiento en el la multa, deban cumplir el castigo con pena de prisión, el problema se torna aún más grave y peligroso dentro del contexto de un sistema democrático de
pago de la pena de multa derecho.
(Art 56 C.Pen) Vo-. Estudios en la materia revelan que casi la totalidad de los contraventores en prisión, se encuentran allí porque no pueden pagar la multa impuesta sin que
el sistema les ofrezca una pena alternativa; se encuentran presos como sanción a su insolvencia personal. También se ha demostrado -como ya se indicó-, a
través de múltiples estudios realizados por organismos internacionales y en investigaciones de campo, que la gran mayoría de los contraventores pertenecen a
las clases sociales más marginadas de nuestra sociedad, en consecuencia, lo más probable es que terminen en prisión, castigados por conductas que muchas
veces censuran "lo que son" y no necesariamente lo que han hecho. No importa el fin que la doctrina haya pretendido darle a la conversión de la multa en
prisión en esta materia, la realidad indica que esta sanción se convierte en una clarísima prisión por deudas, que afecta principalmente a los más desprotegidos
de nuestra sociedad....... (V. 1054 del 22/02/1994, SaCon)

Artículo 56.- Incumplimiento en el pago de la pena de multa


Si la persona condenada tiene capacidad de pago, pero no cancela la pena de multa o incumple el abono de las cuotas en los plazos fijados, la pena se
convertirá en un día de prisión por cada día multa, sin perjuicio de la facultad del juez de sentencia para hacerla efectiva de oficio, en los bienes de aquella o de
su garante, por medio del embargo y remate.
Cuando la persona condenada carezca de capacidad de pago, no pueda cubrir el importe de la pena de multa en cuotas ni pueda procurárselo, el juez dispondrá
que cada día multa se convierta en un día de prestación de servicios de utilidad a favor del Estado o de instituciones de bien público.
Cuando se impongan conjuntamente las penas de multa y prisión, a esta última se le adicionará la que corresponda a la multa convertida, en su caso.
(Reformado mediante la Ley N° 8250 del 02/05/2002)
Se considera que el trabajo de utilidad pública cumple cabalmente los fines de la sanción penal.302 Desde el punto de vista retributivo, el trabajo como
sanción debe guardar proporcionalidad con la culpabilidad del sujeto expresada en el hecho punitivo. Como sanción, también simboliza el resguardo del
ordenamiento jurídico y restablece la confianza de la comunidad en el sistema (prevención general positiva). El perjuicio que representa es una amenaza
que pretende desestimular otros hechos delictivos (prevención general positiva). Su ventaja más grande, y el motivo por el cual sus partidarios la
defienden, es su función rehabilitadora.303 Ella permite al individuo realizarse en una obra y dar a su energía un destino positivo. El trabajo muchas veces
beneficia a instituciones de caridad, lo que pone al condenado en contacto con seres humanos en situaciones de desventaja o con problemas sociales que
necesitan atención, abriendo sus ojos a la realidad social, reintegrándolo positivamente y evitando la desintegración que implica la pena de prisión. Por
último, el vínculo que existe entre criminalidad y desempleo es un indicio de la función especial preventiva que tiene el trabajo. El servicio de utilidad
pública se caracteriza por: a- beneficiar a la comunidad: es una labor que afecta positivamente a la comunidad; b- ser gratuito: debido al carácter
sancionatorio de la pena. También se puede ver en ello un elemento compensador de la pena: el hecho ilícito causó un perjuicio para la comunidad que
debe ser compensado a través de trabajo en su beneficio; c- respetar la dignidad del individuo. En nuestro país se hace poco uso de los servicios de
utilidad pública. Pocos tipos del CP prevén la posibilidad de imponer esta sanción (Art. 117, 128, 254 bis). Aparte de ello, esta puede ser impuesta en los
casos de multa no pagada del Art.56. Algunas pocas leyes especiales prevén esta sanción, p.e. Art. 88 y 97 de la Ley de Armas y Explosivos. La sanción se
impone en horas de servicio a la comunidad. Si la ley otorga al juez la opción de imponer esta sanción en lugar de otra (p.e. Art. 254 bis), el juez debe
motivar por qué ha escogido o rechazado dicha posibilidad, atendiendo a los fines de la pena. El trabajo se presta gratuitamente en una institución pública
o privada (p.e. en una fundación), siempre que su fin sea de utilidad pública. El juez de sentencia es el encargado de determinar la forma lugar y hora de su
Prestación de servicios de cumplimiento (Art. 477 CPP). Leyes especiales pueden diferir en su regulación (p.e. Art. 71 ter de la Ley de Tránsito otorga dicha facultad al Cosevi). En
utilidad publica todo caso, el horario de servicio no puede interrumpir el horario de trabajo del condenado, pues ello contrariaría el fin rehabilitador de la pena. En caso de
(Art 56 bis) incumplimiento injustificado, se perfilan dos casos: cuando el trabajo de utilidad pública ha sido impuesto en sustitución de una multa, entonces se
transforman los días multa en días de prisión; si la pena impuesta fue de trabajo (no la multa), entonces su incumplimiento puede significar desobediencia
(Art. 307).

Artículo 56 Bis.- Prestación de servicios de utilidad pública


La prestación de servicios de utilidad pública consiste en el servicio gratuito que ha de prestar la persona condenada a favor de instituciones estatales o de
bien público. El servicio se prestará en los lugares y horarios que determine el juez, quien procurará, al establecer el horario de servicio, no interrumpir la
jornada laboral habitual de la persona condenada, si posee trabajo. El control de la ejecución corresponderá a la Dirección General de Adaptación Social,
que coordinará con la entidad a cuyo favor se prestará el servicio.
Si la persona condenada incumple injustificadamente las obligaciones propias de la prestación de servicios de utilidad pública, derivadas de la sustitución
de la pena de multa, esta se convertirá en un día de prisión por cada día de prestación de dichos servicios.
(Adicionado mediante la ley N° 8250 de 2 de mayo del 2002).
Antes de la reforma de 2010, ya era confusa la diferenciación entre la inhabilitación absoluta y la relativa. Con la redacción anterior del Art. la inhabilitación
absoluta parecía consistir en la pérdida o suspensión de un elenco preciso de derechos. A pesar de llamarse absoluta en el CP, esta pena no era (ni es) tal, pues lo
que en doctrina se conoce como inhabilitación absoluta lleva a la pérdida absoluta de todos los derechos, lo que deriva en la muerte civil de la persona,
incompatible por ello con nuestra COPOL.306 Sin embargo, la inhabilitación absoluta parecía implicar la pérdida o suspensión de todos los derechos enumerados
en el Art. Esto devenía evidente en la "y" copulativa que se encontraba al final del inciso 4 y en el texto del Art. 58, en el cual se diferencia la inhabilitación absoluta
de la especial en que la última solo afecta uno o más de los derecho y funciones, mientras que la primera afecta todos. Nuestra jurisprudencia había sido
inconsistente en cuanto a la diferenciación entre inhabilitación absoluta y especial, pareciendo entender a veces que el término absoluto significa "completo," en
el sentido de que la persona había perdido completamente un derecho. Así, p.e., el V. 57 del 31/03/1997 del Tribunal Superior Penal de Goicoechea dice: "Por un
período de CINCO AÑOS, se ordena la inhabilitación absoluta del imputado para la obtención de cargos o empleos públicos." En teoría no se trataría en este caso
de una inhabilitación absoluta, sino de una relativa, porque se refiere solo al derecho a obtener un cargo o empleo público. Con la redacción actual, la confusión es
aún mayor, pues la reforma eliminó la "y" copulativa del inciso 4 y dejó intacto el Art. 58. La opinión que parece prevalecer es la del citado Tribunal Superior Penal.
La inhabilitación absoluta se diferenciaría entonces de la relativa en la intensidad de la restricción que se impone sobre el derecho, siendo en el primer caso
completa y en el segundo parcial. La confusión no se elimina con esta interpretación pues, si se lee el Art. 58, se nota que la especial también consiste en la
"privación" de un derecho.Ningún tipo de la parte especial impone la pena de inhabilitación absoluta, excepto el Art. 358, el cual permite su aplicación cuando un
empleado o funcionario público cometa un delito contra la autoridad pública, contra la administración de justicia o contra los deberes de la función pública. Mucho
más extendido es el uso de la inhabilitación especial (Art. 58), cuyo contenido se conecta a la absoluta. Conviene aclarar el contenido de cada uno de los incisos: 1)
Pérdida de empleo…: la sentencia hace que el condenado pierde su puesto, cargo, etc. público que ejerza. Esto significa que no es necesario iniciar ningún tipo de
proceso dirigido a remover al funcionario, sino que la sentencia penal cumple esa función (V. 192 del 28/03/2001, SaSe; V. 13138 del 05/09/2006, SaCon). La
Inhabilitación absoluta remoción se justifica en la pérdida de confianza de los conciudadanos y la necesidad de descartar de la función pública a aquellos que sean indignos de ella.307 -
(Art 57) La inhabilitación puede afectar a cualquiera funcionario público, es decir, a quien "desempeñe una función que en su esencia es pública" (V. 208 del 01/03/2006,
SaTe), sin importar el vínculo formal con la administración. La comisión pública es un encargo especial y transitorio de carácter público, como el jurado, el
encargado de censo, etc.308 El cargo, empleo o comisión puede proceder de acto administrativo o ser de elección popular. El ejercicio del mismo puede haber
iniciado antes, durante o después de la comisión del delito. La inhabilitación "es evidentemente retributiva en cuanto priva al penado de su empleo y,
consiguientemente, de su fuente de ingresos, y preventiva en cuanto expulsa de la función a quien se ha desempeñado reprochablemente, como ejemplo para los
demás e impidiendo también que el culpable reincida en el delito.“ 2) Incapacidad para obtener…: relacionado al inciso anterior. Su fin es preventivo: si se
imposibilita al afectado a obtener un cargo o comisión pública durante el periodo de inhabilitación, se impide que haya reincidencia. 3) Privación de los
derechos…: incluye el derecho a votar y ser elegido, agruparse en partidos políticos, etc. Dichas limitaciones podrían infringir normas constitucionales (p.e. Art. 98
COPOL). Coincide parcialmente con la incapacidad del inciso 2 (ser elegido). 4) Incapacidad para ejercer la profesión…: incumbe tanto a las profesiones que
requieren para su ejercicio un título o la colegiatura en un colegio profesional, como aquellas que no. Actividad, según la jurisprudencia, no es un concepto amplio,
sino que involucra acciones que implican continuidad o reiteración, de manera similar a un oficio (V. 530 del 24/05/2007, TCP). 5) Incapacidad para ejercer la
patria…: la patria potestad (Art. 140 ss. CoFam), la tutela (Art. 175 ss. CoFam) y la curatela (Art. 230 ss. CoFam) es suspendida en delitos relacionados con la crianza
y cuidado de menores e incapaces (Art. 187 s.). Sin embargo, sorprende el enorme número de delitos en los que pueden estar implicados los padres, los tutores o
los curadores y que no están sancionados expresamente con inhabilitación (p.e. violación calificada Art. 157, abusos sexuales Art. 161 s, etc.). Deberá ser
solucionado según las regulaciones de derecho de familia (p.e. Art. 158 CoFam). Ningún Art. (con la excepción del mencionado Art. 358) sanciona con la
incapacidad para ejercer la administración judicial de bienes. Esta se refiere a ejecutores y depositarios judiciales, interventores y administradores en caso de
concurso, administradores o gestores de bienes decomisados y comisados, etc. 6) Incapacidad para ejercer u obtener empleo…: en este caso se aplican las
consideraciones anteriores. Si la persona ejercía un empleo o cargo, este cesará en virtud de la sentencia penal. Si se trata de profesionales colegiados, la sentencia
debería comunicarse al respectivo colegio profesional, para que proceda como corresponda.
La diferenciación entre inhabilitación especial y absoluta ha sido más difícil desde la reforma en 2010 del Art. 57. Como se dijo en el comentario a dicho Art., la diferencia parece
radicar actualmente en la intensidad de la restricción que se impone al derecho. La inhabilitación absoluta limita completamente, o bien, elimina el derecho afectado por el período
de la sentencia. La inhabilitación relativa sería tan solo una restricción parcial del derecho. La interpretación es controversial y parece reñir con el texto del Art. 58, que también
habla de "privación". Véase el Art. 57, donde se aclara cada tipo de restricción.
La inhabilitación especial puede ser impuesta también como pena principal (Art. 50), pero generalmente se impone junto a la pena de prisión.
La cancelación de la licencia ha sido considerara un caso más de inhabilitación especial (V. 137 del 24/02/1997, TCP), lo mismo se podría decir de la inhabilitación para el ejercicio
del comercio que contiene el Art. 168 bis.

1- INHABILITACIÓN NO ES PENA ALTERNATIVA: "La pena en este delito [Allanamiento ilegal, Art. 205] no es alternativa sino conjunta en el tanto corresponde aplicar tanto la pena
de prisión como la inhabilitación, pena esta última sobre la que el a quo omitió pronunciamiento. El juzgador igualmente no resolvió el punto relativo a la aplicación de los
numerales 57, 58 y 356 del Código Penal respecto a la procedencia de la inhabilitación en el delito de abuso de autoridad. Debe aclararse que si bien el reclamo se presenta por
violación de ley sustantiva, estamos en presencia de un defecto de motivación en cuanto no se hizo referencia a esa pena de inhabilitación, procediendo por lo tanto, la nulidad del
fallo en ese extremo para que también en el juicio de reenvío se vierta pronunciamiento sobre este tipo de sanción." (V. 59 del 19/01/2001, TCP)
2- CANCELACIÓN DE LICENCIA PARA CONDUCIR: "Si bien es cierto, el artículo 128 in fine del Código Penal establece la cancelación de la licencia para conducir por un período que
oscila entre los dos y los cinco años y el artículo 50 ibídem establece como penas principales: la prisión, la multa, el extrañamiento y la inhabilitación y como pena accesoria: la
Inhabilitación especial
inhabilitación especial; existe jurisprudencia reiterada de que los conceptos: cancelación e inhabilitación, son asimilables al presentar los mismos efectos: imposibilitar al imputado
(Art 58) en la conducción de vehículos por un tiempo determinado, que no es otra cosa que una "inhabilitación". Esta inhabilitación implica necesariamente la cancelación de la licencia por
ese período, pues el justiciable estará impedido por el término fijado para realizar tal actividad; asimismo debemos entender que la cancelación del documento -licencia-,
imposibilita a utilizarlo por los plazos que se fijen, lo que se traduce en "una inhabilitación" para conducir, pues precisamente una de las acepciones del concepto "inhabilitar" es
precisamente "imposibilitar para una cosa" (Diccionario Enciclopédico de la Lengua Española, Madrid, España, 1979, página 736) de allí que, para el caso que nos ocupa, siendo
similares los efectos tanto de la inhabilitación para conducir, como el de la cancelación de la licencia, el extremo alegado debe rechazarse, dado que no se aprecia ningún vicio de
constitucionalidad en la aplicación del numeral 128 in fine del Código represivo." (V. 137 del 24/02/1997, TCP)
3- INHABILITACIÓN ESTA SUJETA A LEGALIDAD: "Reclama el impugnante […] que al disponer el Tribunal en la parte dispositiva del fallo la comunicación a la Facultad de Medicina
de la Universidad de Costa Rica y al Colegio de Médicos y Cirujanos, se están violando los artículos 40, 41 y 56 de la Constitución Política, toda vez que ésta tendría los efectos de
una pena accesoria sin estar expresamente prevista en el artículo 57 en relación con el 58 del Código Penal. En efecto, es criterio de esta Sala que una comunicación de esa índole,
aunque no es propiamente una pena accesoria, desde el punto de vista de los efectos materiales produce las mismas consecuencias. La regla es que éstas deben estar
expresamente previstas dentro del tipo penal, en virtud del principio de legalidad contemplado en el artículo 39 de la constitución Política y 1 del Código Penal. La finalidad de la
pena, al menos en teoría, debe ser no solo el castigo del imputado sino además lograr una adecuada rehabilitación. Por ello, la imposición de otras sanciones independientes a la
principal, como por ejemplo la inhabilitación, quedan obviamente sujetas a dicho principio." (V. 112 del 29/04/1994, SaTe)

Artículo 58.- Inhabilitación especial


La inhabilitación especial cuya duración será la misma que la de la inhabilitación absoluta consistirá en la privación o restricción de uno o más de los derechos o funciones a que se
refiere el artículo anterior.
8.2. Requisitos, condiciones,
procedencia, término y revocación de
la condena de ejecución condicional o
beneficio de ejecución condicional de
la pena.
Casos de
aplicación
(Art 59)

Revocación Requisitos
(Art 63) (Art 60)
Condena
de
ejecución
condicional

Término Condiciones
(Art 62) (Art 61)
El beneficio de ejecución condicional de la pena, inspirado en las ideas de von Liszt, es un instituto que complementa esencialmente la pena de prisión. Se basa en la idea de que
los efectos criminal políticos pueden alcanzarse en muchos casos mediante la mera amenaza de la ejecución de la pena cuando el individuo es un delincuente primario. La
amenaza impersonal de la ley se concretiza en una persona en el condenado, lo cual la llena de mayor fuerza psicológica.
Acertadamente expresa Jescheck que esta figura "conecta la fuerza simbólica de la declaración de culpabilidad con la renuncia a una pena de prisión que a menudo despliega
efectos desocializadores; por otro lado, el autor queda bajo la espada de Damocles que representa la posible ejecución de la pena, por lo que de este modo se le motiva a
desarrollar un comportamiento adecuado a Derecho."
Además, se pretende evitar penas privativas de libertad de corta duración, las cuales guardan en sí el peligro de causar daños a la personalidad el condenado y dificultar su
reinserción en la sociedad civil. De ahí que se afirme que la prevención especial y la resocialización son la esencia de esta figura.312 Expresado en una frase: Solo lo criminal-
políticamente necesario es justo. (Nur das kriminalpolitisch Notwendige ist gerecht).
Por otro lado, no debe desconocerse un motivo práctico que apoya la aplicación de este instituto. El beneficio evita la sobrepoblación penitenciaria y significa un gran ahorro de
recursos para el Estado, lo cual redunda en mejores condiciones carcelarias y mayores posibilidades de rehabilitación.
Otorgar el beneficio de ejecución condicional es una facultad discrecional del juez de sentencia (Art. 367 CPP), quien ha conocido los detalles del hecho, ha indagado sobre la
personalidad del condenado y por ello puede determinar si existe la necesidad de que el sujeto sea rehabilitado o separado de la sociedad (Art. 60).
No puede otorgarse el beneficio cuando la prisión ha sido impuesta a causa del incumplimiento del pago de una multa (V. 1054 del 22/02/1994, SaCon citado en Art.56).
La pena no puede exceder de tres años en total, lo que incluye los casos de concurso de delitos (V. 560 del 04/07/2003, SaTe).

Casos de aplicación
(Art 59) Jurisprudencia
1- ES PRERROGATIVA DEL JUEZ: "[…] la concesión del beneficio de ejecución condicional de la pena es una prerrogativa del juez, sin que implique para el justiciable un derecho
automático a acceder al mismo, aún cuando cumpla los requisitos procesales para ello, dicho de otro modo, nuestro ordenamiento no establece que el Tribunal esté obligado a
aplicar el beneficio de condena de ejecución condicional aún cuando se verifiquen los presupuestos procesales. Su concesión depende de un análisis de la personalidad del
condenado y su vida anterior al delito en el sentido de que su conducta se haya conformado con las normas sociales y en el comportamiento posterior al mismo, especialmente
en su arrepentimiento y deseo demostrado de reparar en lo posible las consecuencias del acto, en los móviles, caracteres del hecho y circunstancias que lo han rodeado. El
Tribunal otorgará el beneficio cuando pueda razonablemente suponerse que el condenado se comportará adecuadamente, sin necesidad de ejecutar la pena." (V. 818 del
19/06/2009, SaTe)
2- CONCURSO REAL RETROSPECTIVO: "La penalidad del concurso material a que alude el artículo 76 del Código Penal está diseñado para que los delitos se juzguen en un mismo
juicio. Sin embargo, por defectos del sistema, que no mantiene un registro de cada persona acusada, con los datos de cada una de las causas que se tramitan en su contra, a
menudo sucede que la persona va siendo juzgada por cada delito, y obteniendo más de un beneficio de condena de ejecución condicional de la pena, que no le hubiera sido
concedido si las causas se hubieran tramitado en conjunto. Para estos casos, […], es de aplicación el concurso real retrospectivo, también llamado concurso real posterior." (V.
560 del 04/07/2003, SaTe)

Artículo 59.- Casos de aplicación


Al dictar sentencia, el Juez tendrá la facultad de aplicar la condena de ejecución condicional cuando la pena no exceda de tres años y consista en prisión o extrañamiento.
Al razonar si concede el beneficio o no, el juez debe valorar circunstancias presentes antes, durante y después del delito: a- la personalidad: existencia de
tendencias psicopáticas y neuróticas; déficits conductuales como la falta de dominio sobre sí mismo, labilidad, dependencia a drogas, disposición para trabajar o
estudiar, existencia de planes para el futuro, etc. b- vida anterior al delito: comportamiento social adecuado, situación laboral o educacional, compromiso social,
relación familiar, etc. c- circunstancias del hecho: gravedad del injusto (dolo, culpa, motivos, fines). El delito culposo generalmente permite su aplicación, pues con
frecuencia es apenas con el proceso y la condena que el condenado se percata del riesgo del hecho culposo. Cuando hay más de un hecho, debe valorarse cada uno
de ellos. d- posterior al hecho: aspectos positivos (arrepentimiento, disculparse con la víctima, interés por reparar el daño) o negativos (agravación del daño,
obstrucción de la justicia). La presencia de aspectos positivos eleva la posibilidad de aplicación; su ausencia, sin embargo, no la disminuye. Lo inverso se puede decir
de los aspectos negativos. No debe tomarse como negativo el ejercicio adecuado de la defensa durante el proceso o la abstención de declarar, protegida por el Art.
36 COPOL.
El condenado debe ser delincuente primario (véase Art. 39), condición que se encuentra fuera de la discreción del juez. La decisión debe ser fundamentada, tanto si
se deniega como si se concede el beneficio.

Jurisprudencia
1- ASPECTOS A TOMAR EN CUENTA: "[…] los requisitos pre-delictuales obligan al tribunal sentenciador a considerar aspectos de la vida del condenado previos a la
comisión del hecho, que permitan aquilatar si ha conformado su comportamiento al respeto de las normas jurídicas, donde, por supuesto, los antecedentes de
Requisitos comisión de hechos punibles cumplen un papel importante. En cuanto a los aspectos post- delictuales, debe el sentenciador tomar en cuenta el arrepentimiento
que haya podido manifestar el condenado, así como también su actitud proclive a reparar, en lo posible, las consecuencias derivadas de su acción. También juegan
(Art 60) un papel importante las consideraciones que puedan hacerse sobre el arrepentimiento en cuanto a la forma y modo de comisión del delito." (V. 1326 del
18/12/2006, TCP)
2- NEGACIÓN DEBE ESTAR FUNDAMENTADA: "La Sala estima que el deber del juzgador de fundamentar la sentencia, implica que éste debe indicar en todos y cada
uno de los extremos a que aquélla se refiere, los motivos por los cuales opta por pronunciarse en uno u otro sentido.- En el caso del beneficio de ejecución
condicional de la pena la fundamentación adquiere especial importancia, especialmente si se deniega, pues sólo si se tiene pleno conocimiento de las razones que
para ello tuvo el juzgador, puede el imputado, o su defensor, ejercer los recursos que correspondan y defender plenamente sus intereses. […] Así las cosas, esta
consulta debe evacuarse en el sentido de que sí integra el debido proceso el deber del juzgador de fundamentar en sentencia, la denegatoria del beneficio de
ejecución condicional de la pena al imputado." (V. 6606 del 18/09/1998, SaCon)
3- NO ARREPENTIMIENTO NO ES MOTIVO DE RECHAZO: "Debe recordarse, que esta Sala ha establecido ser incorrecto, asignar un valor al no arrepentimiento del
acusado como excusa para denegar la concesión del beneficio de condena de ejecución condicional de la pena." (V. 380 del 24/04/2001, SaTe)

Artículo 60.- Requisitos. La concesión de la condena de ejecución condicional se fundará en el análisis de la personalidad del condenado y su vida anterior al delito
en el sentido de que su conducta se haya conformado con las normas sociales y en el comportamiento posterior al mismo, especialmente en su arrepentimiento y
deseo demostrado de reparar en lo posible las consecuencias del acto, en los móviles, caracteres del hecho y circunstancias que lo han rodeado. Es condición
indispensable para su otorgamiento que se trate de un delincuente primario. El Tribunal otorgará el beneficio cuando de la consideración de estos elementos pueda
razonablemente suponerse que el condenado se comportará correctamente sin necesidad de ejecutar la pena. La resolución del Juez será motivada y en todo caso,
deberá requerir un informe del Instituto de Criminología en donde se determine, si ese es el caso, el grado de posible rehabilitación del reo.
El juez está facultado para imponer las condiciones que considere necesarias para coadyuvar a la rehabilitación del condenado. La norma deja abierta la cuestión del tipo de
condición. Ella deberá fijarse de acuerdo a las necesidades preventivo-especiales del caso (similar Art. 26 CPP). La condición, sin embargo, no puede ser semejante a una pena.
Por ello, la condición debe guardar al menos proporcionalidad con la pena impuesta. La condición no puede afectar desmedidamente la forma de vida del condenado, ni
sobrepasar las posibilidades de este para cumplirla. Desmedido sería someter al condenado a un procedimiento médico peligroso, exigir a un trabajador firmar en el despacho
judicial múltiples veces durante sus horas laborales, etc. De acuerdo al Art. 102-c, quienes se beneficien de la ejecución condicional se encontrarán en libertad vigilada, lo que
significa que el Instituto de Criminología informará periódicamente sobre su conducta.

Jurisprudencia
1- CONDICIONES NO SON PENA: "Tampoco es cierto […] que dichas condiciones [obligación de asistir a un grupo de alcohólicos anónimos] constituyan una "pena", pues, contrario
a ello, más bien llevan como propósito el sustituir a ésta a fin de que no sea ejecutada. La existencia y aplicación de estas condiciones deriva exclusivamente de lo previsto en el
artículo 61 del Código Penal, ya que en esta disposición se señala claramente que es al juez que dicta la sentencia condenatoria a quien le corresponde "determinar"
("determine": fijar, señalar, precisar) las condiciones bajo las que estima procedente conceder el beneficio referido. Bajo esta tesitura, las condiciones a imponer en cada caso, tal
y como se desprende de la lectura de la citada disposición, no resultan ser taxativas (numerus clausus), es decir, no están previamente fijadas o enlistadas en forma exclusiva por
el legislador, sino que dependen de las particularidades que aquél pueda presentar. A efectos de definir las cláusulas a imponer, el juzgador debe valorar, entre otras
posibilidades y a modo de ejemplo, las características personales del sujeto activo, las circunstancias anteriores o posteriores del hecho investigado, las posibilidades materiales y
personales del sentenciado para el cumplimiento de lo ordenado, el plazo requerido para ello, etc.. En su definición, la autoridad juzgadora también tiene que ponderar que las
obligaciones decretadas deben permitir alcanzar los fines que se buscan con la imposición de la pena cuya ejecución se suspende (prevención especial), es decir, que en efecto
esta consecuencia se pueda obtener sin necesidad de que al condenado se le prive de su libertad. […] Por otro lado, también se estima importante señalar que, distinto a lo
Condiciones acusado por la recurrente, no resulta indispensable, para imponer las condiciones bajo las que se deba gozar del beneficio de la condena de ejecución condicional, la existencia de
(Art 61) un informe previo elaborado por el Instituto de Criminología." (V. 111 del 05/03/2010, TCP de San Ramón)
2- CONDICIONES DEBEN SER RAZONABLES: "Para conciliar la viabilidad de otorgar esta suspensión de la pena, con las condiciones a imponer, éstas deben ser razonables, y estar
dentro de las posibilidades de cumplimiento del acusado, para no convertir en nugatoria la concesión, que, debe recalcarse, se centra en las condiciones del acusado, que le
hacen apto para continuar en libertad, a pesar de la pena de prisión. El artículo 60 del Código Penal, como requisito para otorgar la suspensión de la condena, contempla el deseo
manifestado por el sindicado, de reparar, en lo posible , las consecuencias del hecho, por lo que no se puede equiparar con una reparación integral del daño." (V. 1053 del
16/09/2008, SaTe)
3- INFORME DE CRIMINOLOGÍA NO ES REQUISITO: "Esta Sala no comparte el criterio de la impugnante, en cuanto a que la decisión del Tribunal de mérito de fijar condiciones a la
imputada que debe cumplir durante el período establecido para el beneficio de ejecución condicional de la pena, deba tener como presupuesto necesario para su procedencia e
imposición, el Informe de Criminología que indica la norma en cuestión. Lo anterior, por cuanto dicho informe es de carácter administrativo, y si bien es cierto, puede aportar
elementos de juicio que son susceptibles de consideración por la autoridad judicial para emitir su decisión en cuanto a las condiciones a imponer, no se puede interpretar, ni
establecer, que el artículo 61 del Código Penal determine como vinculante para el juez de juicio, el contenido de dicho informe. Una interpretación en tal sentido, como lo
establece la recurrente en su alegato, implica una violación del principio de legalidad, toda vez que la decisión respecto de las condiciones que se fijen al condenado que se le
otorga el beneficio de ejecución condicional de la pena, no serían facultad del juez como lo establece la norma en cuestión, y como lo determina el ejercicio de su función
jurisdiccional de rango constitucional, sino que la misma se trasladaría y determinaría ilegalmente, en el criterio de las autoridades administrativas del Instituto de Criminología,
según lo establecido en el informe en cuestión." (V. 1508 del 20/12/2007, SaTe)

Artículo 61.- Condiciones


Al acordar la condena de ejecución condicional, el Juez podrá imponer al condenado las condiciones que determine, de acuerdo con el informe que al respecto vierta el Instituto
de Criminología; ellas podrán ser variadas si dicho Instituto lo solicita.
Artículo 62.- Término
El Juez, al acordar la condena de ejecución condicional, fijará el término de ésta, sin que pueda ser menor de tres ni mayor de cinco años a contar de la fecha en
que la sentencia quede firme.

Término
(Art 62)
Jurisprudencia
1- TÉRMINO DEBE ESTAR FUNDAMENTADO: "[…] sí le es reprochable (al juez) no haber justificado por qué ha fijado el término de la condena de ejecución
condicional en el máximo previsto por el artículo 62 del Código Penal. La aplicación de la condena de ejecución condicional es una facultad (cfr. artículo 59 del
Código penal) del juzgador, su ejercicio no está librado al capricho o a la arbitrariedad sino que debe sujetarse al principio republicano de que las sentencias deben
contener una fundamentación clara y precisa, que exprese los razonamientos de hecho y de derecho en que se basan las decisiones." (V. 182 del 19/02/2010, TCP)
La jurisprudencia, haciendo eco del principio de legalidad, ha interpretado taxativamente los motivos para revocar el beneficio de ejecución condicional de la pena. Si el beneficio
fue otorgado asumiendo que se cumplían los requisitos (Art. 60), pero luego de otorgado se cae en cuenta de que no era así, el juez no estará facultado para revocarlo.
El segundo motivo claramente habla de delito doloso, quedando así excluidos las contravenciones y los delitos culposos. Es razonable que se limite a los delitos dolosos, pues es
en ellos donde se hace manifiesta la voluntad antijurídica del sujeto. El delito debió haber sido cometido durante el período de prueba, pues es hasta ese momento que la
amenaza punitiva específica comienza (Art. 59). Por ello, los delitos que sean cometidos durante el proceso no impiden el otorgamiento ni causan la revocación del beneficio.
La jurisprudencia ha concedido la facultad de revocar el beneficio tanto al juez que lo otorgó (V. 181 del 31/05/1999, TCP), como al juez de la segunda causa (V. 97 del
08/02/2002, TCP).
La revocación es de importancia para el cómputo de la prescripción de la pena (Art. 86).

Jurisprudencia
1- ERRORES DEL SISTEMA, BENEFICIO NO SE REVOCA: "Cuando por fallas del sistema se juzgan en forma separada ilícitos que pudieron ser tramitados en un solo proceso, y
como consecuencia se otorga uno o más beneficios de manera independiente, al momento de unificar las penas las ejecuciones condicionales concedidas no podrán ser
revocadas, porque no se dan los presupuestos para ello. Tampoco esas penas cuya ejecución está suspendida podrán ser consideradas al momento de computar la mitad de la
condena para efectos de valorar la procedencia de una libertad condicional. Sólo se tomará en cuenta la pena que se está cumpliendo. Lo contrario llevaría a que si al beneficiado
con una libertad condicional se le revoca el beneficio, deberá descontar la parte de la pena que le falta por cumplir, y si se ha unificado la pena para esos efectos, tendría que
cumplir aún aquella pena que está suspendida, lo cual no resulta lógico." (V. 560 del 04/07/2003, SaTe)
Revocación
2- TRIBUNAL PUEDE REVOCAR DE OFICIO: "[…] en la sentencia impugnada procedía hacer de oficio la unificación de las penas correspondientes a las dos condenatorias recaídas
(Art 63) contra el imputado y para dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 54 del Código [Procesal] Penal, ello implica necesariamente la facultad para el Tribunal a quo de revocar
directamente el beneficio que anteriormente se había acordado, lo que se aviene también con el principio de economía procesal." (V. 97 del 08/02/2002, TCP)
3- COMPETENCIA: "Para fines jurídicos y prácticos se hace la aclaración de que cuando existe una condenatoria anterior, de la cual se le otorgó al sentenciado el beneficio de la
ejecución condicional de la pena por un determinado período de prueba pero en dicho lapso el imputado vuelve a delinquir por lo que es nuevamente condenado; la revocatoria
de ese beneficio le corresponde hacerla al tribunal que se lo concedió y no al despacho que conoce la segunda causa; correspondiéndole a éste comunicar al primero la nueva
condenatoria, para que proceda de acuerdo con el numeral 63 del Código Penal." (V. 181 del 31/05/1999, TCP)
4- CAUSA DE REVOCACIÓN DEBE ESTAR EN CP: "El argumento que dio fundamento a la resolución del Tribunal recurrido para revocar el beneficio, fue que al no encontrarse
actualizada la hoja de juzgamientos del amparado se le concedió el Beneficio de Ejecución Condicional de la Pena, y ello no podía ser admisible toda vez que el imputado tenía
juzgamientos anteriores. En virtud de lo anterior, se demuestra que la causal que sustentó la decisión del Tribunal al revocar el beneficio, no se encuentra contemplada en la
disposición normativa de cita. Así, el error en los registros, que es un yerro atribuible a la Administración, no está configurado como causal de revocatoria, por lo que la decisión
del Tribunal no se ajusta a las previsiones del ordenamiento, situación que provoca la ilegitimidad de lo resuelto." (V. 8172 del 12/06/2007, SaCon)

Artículo 63.- Revocación


La condena de ejecución condicional será revocada:
1) Si el condenado no cumple las condiciones impuestas; y
2) Si comete nuevo delito doloso sancionado con prisión mayor de seis meses, durante el período de prueba.
De la libertad
condicional - Art 64 - 67
Quien puede
solicitar la
libertad
condicional
(Art 64)

Revocación
De la Requisitos
libertad
(Art 67) (Art 65)
condicional

Condiciones
(Art 66)
Artículo 64.- Quién puede solicitar la libertad condicional
Todo condenado a pena de prisión podrá solicitar al Juez competente, y éste facultativamente conceder la libertad condicional, cuando haya cumplido la mitad de la
pena impuesta en sentencia ejecutoriada; en este caso el Juez pedirá al Instituto de Criminología, para su mejor información y resolución, el diagnóstico y
pronóstico criminológicos del penado y un informe en que conste, si el solicitante ha cumplido o no el tratamiento básico prescrito.
El Instituto de Criminología podrá también solicitar en cualquier momento la libertad condicional, si el Juez hubiere denegado el beneficio cuando el reo lo solicitó y
al efecto acompañará los documentos a que este artículo se refiere.

El núcleo que da fundamento a este instituto es la resocialización y reintegración del condenado. Asimismo, se evitan los efectos negativos que el encarcelamiento
prolongado causa en la psique del individuo.316 Está enfocado, por ello, en la prevención especial, perdiendo así importancia el fin retributivo de la pena. La
consecuencia de esto es que los elementos y las circunstancias del hecho punible (dolo, motivos, etc.) pierden importancia al evaluar la posibilidad de otorgar este
beneficio.
La libertad condicional supone "una transición flexible de la prisión a la situación de libertad."318 Efectivamente, las condiciones que el juez puede imponer sobre el
beneficiario (Art. 66) hacen del período de libertad condicional uno donde la presión del sistema no desaparece, pero disminuye. La amenaza de perder la libertad
condicional está presente y funciona como elemento preventivo. Además, la esperanza de obtener este beneficio puede servir de incentivo a los prisioneros para
que colaboren en su proceso de rehabilitación dentro de los centros penitenciarios.
Estudios criminológicos han demostrado resultados positivos de la aplicación de la libertad condicional. Una investigación realizada en Alemania entre 1984 y 1990
Quien puede solicitar la libertad dejó en evidencia la mayor proclividad a la reincidencia de quienes cumplían la totalidad de la pena en comparación con quienes disfrutaron de libertad condicional.
condicional De estos últimos, 40% reincidió. Mientras que quienes cumplieron la totalidad de la pena (o vieron su beneficio de libertad condicional revocado) reincidieron en un
(Art 64) 71%.320 Conclusiones semejantes han sido extraídas en Francia.
Compete al juez de ejecución de la sentencia resolver sobre la libertad condicional (Art. 477 CPP). Se puede otorgar a quien fue condenado a pena de prisión, mas
no a quien cumpla prisión por impago de multa. El informe rendido por el Instituto de Criminología no obliga al juez. Por el contrario, el juez deberá tomar en cuenta
todos los elementos de prueba para otorgar fundamentar su decisión.

Jurisprudencia
1- GRAVEDAD DEL DELITO NO ES SUFICIENTE PARA DENEGARLA: "La libertad condicional, como otros beneficios contemplados por la legislación penal, constituyen
opciones que el legislador ha otorgado para facilitar otras modalidades distintas de la prisión, para el cumplimiento de las penas, siempre y cuando se cumpla con
una serie de requisitos establecidos al efecto. Tener los requisitos no significa en todo caso, la obtención automática del mismo. Al efecto el Juez puede razonar la
denegatoria echando mano de criterios criminológicos y jurídicos, como el peligro que puede representar el condenado para la sociedad, por las características de
su personalidad, el peligro para la víctima en concreto y sí, considerar el tipo de delito -por la violencia con que fue cometido, por la magnitud del daño causado-
pero dentro de un contexto mucho más amplio y razonado y no como el único criterio que sustente la decisión de no concederlo, pues esos extremos ya fueron
considerados al momento de imponer la sanción. […] Por último, también deslegitima ambas resoluciones el hecho de que afirmen su confianza en el dictamen del
Instituto, por estar sus miembros en estrecho contacto con el sentenciado, porque esa conclusión no es cierta: el Instituto es un órgano técnico que funciona como
alzada y como última instancia decisoria respecto de la ubicación de los internos dentro del sistema penitenciario. El equipo tratante es el que integra los
respectivos Consejos de Valoración de cada área de los centros respectivos y en este caso, todos dictaminaron en forma positiva respecto de la conducta de C.D., no
obstante que no recomiendan el beneficio en atención al tipo de delito. Resulta contrario al debido proceso fundar la denegatoria del beneficio únicamente en la
gravedad del delito, sin ahondar en mayores elementos que sustenten esa decisión y sin sopesarlo con los dictámenes favorables que existen […]" (V. 1205 del
07/11/1997, SaTe)
Artículo 65.- Requisitos
La libertad condicional podrá concederse cuando se cumplan los siguientes requisitos:
1) Que el solicitante no haya sido condenado anteriormente por delito común sancionado con pena mayor de seis meses; y
2) Que el Instituto de Criminología informe sobre la buena conducta, servicios prestados, ocupación y oficios adquiridos por el condenado que le permitan una
vida regular de trabajo lícito; y acompañe un estudio de su personalidad, de su medio social, así como un dictamen favorable sobre la conveniencia de la medida.

Los incisos:
1) Que el solicitante…: el Art. no distingue entre delitos culposos y dolosos. Debe tratarse de un delito cuya pena haya sido mayor a seis meses de prisión. No
Requisitos incluye contravenciones, ni delitos que hayan sido sancionados con otras penas (multa, inhabilitación, etc.).
(Art 65) 2) Que el Instituto…: el Instituto debe evaluar la posibilidad de éxito de rehabilitación y reintegración, así como la posibilidad de reincidencia. Los aspectos de
prevención especial impregnan la libertad condicional. El dictamen no obliga al juez (V. 541 del 13/03/1991, SaCon).

Jurisprudencia
1- DICTAMEN NO OBLIGA AL JUEZ: "Es criterio de esta Sala que el dictamen favorable del Instituto de Criminología es orientador para el Juez, consecuentemente el
Juez podrá conceder el beneficio aún cuando no haya recomendación favorable, por el Instituto de Criminología y viceversa, negarlo cuando esto lo recomiende si
hay base para ello. Es importante recalcar que la posibilidad del interno de disfrutar de la libertad condicional que prevé el artículo 65 y 66 del Código Penal
constituye un beneficio y no un derecho, consecuentemente la autoridad judicial podrá resolver conforme a los dictámenes orientadores que se le envíen - (uno de
los cuales debe ser necesariamente el del Instituto Nacional de Criminología)- si le otorga o no dicho beneficio." (V. 541 del 13/03/1991, SaCon)
Artículo 66.- Condiciones
El Juez, al conceder la libertad condicional, podrá imponer al condenado las condiciones que determine, de acuerdo con el informe que al respecto vierta el
Instituto de Criminología; ellas podrán ser variadas en cualquier momento si dicho Instituto lo solicita.
Condiciones
(Art 66)

Véase Art. 61.


El período de libertad condicional, durante el cual puede imponerse condiciones, tiene una duración igual al resto de la pena (Art. 67).
Artículo 67.- Revocación
La libertad condicional será revocada o modificada en su caso:
1) Si el liberado no cumple con las condiciones fijadas por el Juez; y
2) Si el liberado comete, en el período de prueba, que no podrá exceder del que le falta para cumplir la pena, un nuevo hecho punible sancionado con prisión
mayor de seis meses.
Revocación
(Art 67)
Véase Art. 63.
A diferencia del Art. 63, el legislador habla en este caso solamente de "hecho punible," dejando abierta la cuestión de si incluye las contravenciones y los hechos
culposos. Las similitudes que hay entre la figura de la ejecución condicional de la pena y la libertad condicional permiten interpretar por analogía in bonam partem
que en este caso se trata igualmente de delitos dolosos. Las contravenciones, por su parte, son penadas con días multa, por lo que no pueden dar fundamento a la
revocación.
La revocación es de importancia para el cómputo de la prescripción de la pena (Art. 86).
Sobre el concepto de delincuente primario, Art. 39. Sobre la pena de multa y la fijación de su monto, Art. 53. Nótese que la conmutación es una potestad del juez,
lo que significa que este podrá dejar de aplicarla si hay motivos de prevención especial que justifiquen la aplicación de la prisión. Considerando, sin embargo, los
efectos negativos que la prisión tiene en el delincuente, la denegación de la conmutación debe ser excepcional.

Jurisprudencia
1- FUNDAMENTO: "En el presente caso el punto debatido en cuestión permite considerar a esta Cámara cuál es el verdadero alcance del artículo 69 del Código
Penal, es decir, el sustento del instituto de la Conmutación de la pena de prisión por multa. A este respecto, lo primero que resulta esencial apuntar es que
evidentemente el instituto refleja su inspiración de orientación preventiva especial positiva, conjugando dos objetivos político criminales claros, en primer lugar,
evitar la segregación social del individuo, sobre todo en relación con penas privativas de libertad de corta duración; íntimamente relacionado con ello, pero que
se individualiza como un aspecto independiente para determinar la magnitud o alcance del instituto, tenemos la pretensión de evitar el factor criminógeno,
Efectos de la revocatoria altamente nocivo, de la institución carcelaria. Decimos que ambos objetivos están íntimamente ligados, pues, el abortar la opción de la prisión, se estima
y cumplimiento del plazo adecuada en estos casos de penas de prisión cortas, dado que, se sigue reconociendo a nivel del derecho punitivo, que la cárcel sigue siendo un mal necesario y
(art 68) que, sólo en algunos casos, es factible prescindir de ella como una sanción penal. Estas son las bases, pilares o fundamentos del instituto de la conmutación;
dentro de la redacción del artículo que regula el mismo, resalta su referencia como una potestad otorgada al juzgador. En el ámbito del derecho público, las
potestades revisten el carácter de un poder-deber, es decir, no se trata de facultades de carácter discrecional ilimitado, sino, tal y como lo plantea el recurrente,
deben estar sustentadas en parámetros lógicos de orden jurídico, constituyendo el esencial, el principio de proporcionalidad, íntimamente relacionado con el de
la dignidad humana. El primero de estos principios está compuesto por los subprincipios de necesidad, idoneidad y proporcionalidad en sentido estricto. Desde
ésta óptica es que debe de verse la posibilidad del juzgador de denegar la conmutación. Ciertamente, la potestad de denegatoria existe regulada en la ley, pero
para que esta sea legítima debe de ser atendida dentro de los parámetros apuntados, pues indudablemente compromete el derecho fundamental de la libertad
del individuo. […] la denegatoria de la posibilidad de la conmutación debe reservarse para casos bien calificados, en que las circunstancias ameriten dicho
proceder, desde el punto de vista de las finalidades del instituto […]" (V. 84 del 26/01/2007, TCP)
2- CONMUTACIÓN NO ES AUTOMÁTICA: "[…] el artículo 69 del Código Penal autoriza la conmutación de la pena de prisión no mayor a un año, lo que no es
automático, de modo que el Tribunal debe examinar su procedencia, conforme a las exigencias de ese artículo, cumpliendo con el deber de fundamentar la pena
conforme a la culpabilidad del autor del delito, y a los parámetros de proporcionalidad." (V. 954 del 14/09/2006, TCP)
El Art. se inspira evidentemente en los Art. 87 ss. del CPT. Este señala que la "rehabilitación restituirá al condenado en la plenitud de los derechos que se le
privaron o restringieron por la sentencia condenatoria." (Art. 87 CPT). Padilla, a su vez, indica que la rehabilitación "equivale a una restitución el infractor a la
vida civil." La rehabilitación, sin embargo, no conlleva automáticamente la reposición del cargo público, de la patria potestad, u otros derechos de los que
gozara el condenado, sino que significa que la prohibición para ejercer dichos derechos ha cesado de existir. El condenado podrá, por lo tanto, aspirar a nuevos
cargos públicos, a recuperar la patria potestad, etc.
Similar al beneficio de libertad condicional (Art. 64), la rehabilitación puede otorgarse cuando se haya cumplido la mitad de la pena de inhabilitación.
Tomando en cuenta la peligrosidad del delincuente reincidente (Art. 39), habitual (Art. 40) o profesional (Art. 41), la ley ha optado, según Padilla, por extender
en su caso el plazo de inhabilitación hasta seis años después de extinguida la pena principal impuesta.
Esta extensión automática de la pena de inhabilitación, así como el deber que se impone al condenado de satisfacer la responsabilidad civil y la revocación
automática de la rehabilitación en caso de un nuevo delito son preceptos que difícilmente sostendrían un examen de constitucionalidad. El principio de
Cuando se puede o no culpabilidad no permite la fijación automática de penas; hacer la cesación de una pena dependiente de la reparación civil hace, por el otro lado, que esta
conceder rehabilitación última devenga igualmente una sanción vulnerando con ello el principio de culpabilidad.
(Art 70)

Artículo 70.- Cuándo se puede o no conceder rehabilitación


El condenado podrá solicitar su rehabilitación, después de transcurrido la mitad del término fijado para la pena de inhabilitación impuesta en sentencia firme;
el Juez reintegrará al condenado en el ejercicio de sus derechos.
El reincidente, el habitual o el profesional, no podrá ser rehabilitado sino seis años después de extinguida la pena o la medida de seguridad.
Para que se pueda conceder la rehabilitación es necesario que quien la solicite haya observado buena conducta y satisfecho la responsabilidad civil, salvo que
justifique la imposibilidad de hacerlo.
En todo caso el Juez pedirá un informe al Instituto de Criminología sobre el comportamiento del solicitante.
La rehabilitación quedará revocada por la comisión de un nuevo delito.
8.3 Conmutación,
presupuestos y
procedencia.
Sobre el concepto de delincuente primario, Art. 39. Sobre la pena de multa y la fijación de su monto, Art. 53. Nótese que la
conmutación es una potestad del juez, lo que significa que este podrá dejar de aplicarla si hay motivos de prevención especial que
Comentario
justifiquen la aplicación de la prisión. Considerando, sin embargo, los efectos negativos que la prisión tiene en el delincuente, la
denegación de la conmutación debe ser excepcional.

"En el presente caso el punto debatido en cuestión permite considerar a esta Cámara cuál es el verdadero alcance del artículo 69 del
Código Penal, es decir, el sustento del instituto de la Conmutación de la pena de prisión por multa. A este respecto, lo primero que
resulta esencial apuntar es que evidentemente el instituto refleja su inspiración de orientación preventiva especial positiva,
conjugando dos objetivos político criminales claros, en primer lugar, evitar la segregación social del individuo, sobre todo en relación
con penas privativas de libertad de corta duración; íntimamente relacionado con ello, pero que se individualiza como un aspecto
independiente para determinar la magnitud o alcance del instituto, tenemos la pretensión de evitar el factor criminógeno, altamente
nocivo, de la institución carcelaria. Decimos que ambos objetivos están íntimamente ligados, pues, el abortar la opción de la prisión,
se estima adecuada en estos casos de penas de prisión cortas, dado que, se sigue reconociendo a nivel del derecho punitivo, que la
FUNDAMENTO cárcel sigue siendo un mal necesario y que, sólo en algunos casos, es factible prescindir de ella como una sanción penal. Estas son las
Conmutación bases, pilares o fundamentos del instituto de la conmutación; dentro de la redacción del artículo que regula el mismo, resalta su
(JURISPRUDENCIA) referencia como una potestad otorgada al juzgador. En el ámbito del derecho público, las potestades revisten el carácter de un poder-
(Art 69) deber, es decir, no se trata de facultades de carácter discrecional ilimitado, sino, tal y como lo plantea el recurrente, deben estar
sustentadas en parámetros lógicos de orden jurídico, constituyendo el esencial, el principio de proporcionalidad, íntimamente
relacionado con el de la dignidad humana. El primero de estos principios está compuesto por los subprincipios de necesidad,
idoneidad y proporcionalidad en sentido estricto. Desde ésta óptica es que debe de verse la posibilidad del juzgador de denegar la
conmutación. Ciertamente, la potestad de denegatoria existe regulada en la ley, pero para que esta sea legítima debe de ser atendida
dentro de los parámetros apuntados, pues indudablemente compromete el derecho fundamental de la libertad del individuo. […] la
denegatoria de la posibilidad de la conmutación debe reservarse para casos bien calificados, en que las circunstancias ameriten dicho
proceder, desde el punto de vista de las finalidades del instituto […]" (V. 84 del 26/01/2007, TCP)

CONMUTACIÓN NO ES "[…] el artículo 69 del Código Penal autoriza la conmutación de la pena de prisión no mayor a un año, lo que no es automático, de
AUTOMÁTICA modo que el Tribunal debe examinar su procedencia, conforme a las exigencias de ese artículo, cumpliendo con el deber de
fundamentar la pena conforme a la culpabilidad del autor del delito, y a los parámetros de proporcionalidad." (V. 954 del 14/09/2006,
(JURISPRUDENCIA) TCP)
8.4. Modo de fijación de
las penas. Concurrencia
de atenuantes y
agravantes.
Modo de
Fijación
(Art 71)
Pena aplicable Concurrencia
a los de atenuantes
reincidentes y agravantes
(Art 78) (Art 72)

Fijación
Penalidad del
de Penalidad del
concurso
material
penas delito y de la
tentativa
(Art 77) (Art 73)

Penalidad del
Penalidad del autor,
concurso ideal instigador y
(Art 76) cómplice
(Art 74)
Límites señalados…: los tipos penales contiene un marco penal dentro del cual el juez puede fijar la pena según los méritos del caso. El marco penal flexibiliza el
principio de legalidad (Art. 1), pues hace que la pena no sea completamente previsible en cada caso, pero lo hace a favor del principio de culpabilidad al permitir al
juez individualizar la pena. Además, el marco penal, como se señaló (Art. 27), es un criterio que ayuda a determinar el valor abstracto del bien jurídico dentro del
ordenamiento.
a) El primer inciso es una clausula global que abarca prácticamente todos los factores directamente relacionado con el delito. El punto de partida a la hora de
determinar la pena es la culpabilidad del sujeto. La pena es una compensación del injusto culpable y en esa medida debe estar orientada por la culpabilidad. Ella es
el límite superior que se le impone a los fines resocializadores; asimismo es el límite inferior que impide sacrificar el sentimiento de justicia por motivos preventivo-
especiales (como el temor a afectar la integración social del delincuente a través de una pena). Muchos otros aspectos pueden tomarse en cuenta: intensidad de la
participación, existencia de circunstancias semejantes a causas de justificación, grado de la tentativa, gravedad de la infracción al deber de cuidado, la voluntad
criminal (energía desplegada por el sujeto para cometer el crimen), actitud frente al bien jurídico (p.e. desprecio abierto), etc.
b) Se refiere a la gravedad del hecho, o bien, la extensión del daño o del peligro. Así, p.e., la importancia del daño patrimonial, el modo de las lesiones, etc. No solo
las consecuencias materiales o corporales deben tomarse en cuenta, sino también las psíquicas. Se discute si la individualización de la pena debe limitarse a los
resultados típicos o extenderse a otras consecuencias. La alternativa que ha prevalecido es la de incluir otras consecuencias que se deriven del hecho, siempre y
cuando estas estén comprendidas por la culpabilidad y se encuentren dentro del ámbito de protección de la norma.330 Verbigracia, las consecuencias para la
Modo de fijación familia de la víctima pueden ser relevantes en un homicidio; el daño o incendio que ha puesto en peligro relevante otros bienes jurídicos.
(Art 71) c) En cuanto al tiempo y lugar, la doctrina argentina ha interpretado como circunstancias agravantes la nocturnidad y los lugares despoblados, aunque la primera
también podría servir de atenuante (p.e. accidente automovilístico). El modo puede referirse a la premeditación, el engaño, la violencia, etc. que se utilizó. En este
inciso también cabe la alevosía y el ensañamiento.
d) Los motivos pueden responder a estímulos externos o al carácter interno del sujeto. Ellos debe valorarse según su origen (oportunidad súbita, invitación de un
tercero, habitualidad), su calidad (p.e. en delitos patrimoniales: motivos comprensibles, como la carencia, o viles, como el puro afán de lucro) y su grado (leve,
grave). El juez debe evaluarlos según su significado ético-social, evitando sin embargo hacer consideraciones moralizantes.
e) La edad, educación, experiencia, situación económica, situación familiar, profesión, salud y demás condiciones personales del autor pueden haber influido en su
actuar. La víctima, por su parte, puede haber propiciado en mayor o menor medida el hecho, sea a través de su actuar o de su condición. Su actuar pudo haber
contribuido, ayudado o incitado al actor. Salvo lo previsto por el Art. 112-3, la edad de la víctima de homicidio no es un criterio para agravar o atenuar la pena, ya
que no es factible determinar el valor de una vida. La condición de la víctima, p.e. la relación de confianza, enemistad, de familia, etc. puede influir en la conducta
criminal, pudiendo llevar a la atenuación o agravación de la pena, según el caso.
f) La conducta posterior al delito permite entrever la postura del sujeto frente al delito. Quien se esfuerza por reparar el daño, compensar las pérdidas, pedir
perdón demuestra con ello arrepentimiento y una disposición positiva tendiente a retomar una forma de vida respetuosa del ordenamiento jurídico. Conductas
adversas, por el otro lado, pueden ser un indicio de la peligrosidad del sujeto. La pena no se agrava por el simple intento que el sujeto haya hecho por desaparecer,
deshacerse u ocultar las pruebas en su contra.
La consumación es el momento del iter criminis donde el tipo objetivo establecido en la ley penal ha sido realizado completamente. El plan del autor, si
éste ha alcanzado su propósito o no, no es un criterio para determinar si el delito se ha consumado o no. La pena correspondiente será determinada por
el juez haciendo uso del marco punitivo contenido en la disposición que haya sido violada y de los criterios del Art. 71. La penalización de la tentativa
(Art. 24) se ha justificado de muchas maneras. Actualmente mantienen vigencia: la teoría de la impresión (Eindruckstheorie), según la cual la tentativa
es punible cuando la voluntad antijurídica del agente es adecuada para menoscabar la confianza en la validez del ordenamiento jurídico y la seguridad
jurídica; la teoría de la peligrosidad, muy ligada a la anterior, postula que el autor es punible porque su conducta demuestra que él no tiene intención de
seguir las normas; y una tercera vertiente, la teoría unificada, recurre a la necesidad especial y general-preventiva de sancionar una acción que
represente un peligro cercano para la norma. La pena de la tentativa es la misma, en principio, que la del delito consumado. La ley otorga al juez la
facultad de disminuir la pena o no. La pena disminuida puede encontrarse dentro del marco punitivo de la ley o ser inferior a este (V. 1181 del
17/11/2006, SaTe). La falta de determinación legal sobre los límites de la disminución, o bien, la enorme discreción que la ley otorga al juez, hacen
cuestionar la prudencia de la regulación, pues la pena de la tentativa puede verse disminuida a un día de prisión, un día multa, etc. El juez debe justificar
su decisión utilizando los criterios del Art. 71 y tomando en cuenta las características particulares de la tentativa como p.e. la cercanía a la
consumación,340 o si la tentativa ha sido acabada o no. La jurisprudencia nacional ha tomado en cuenta los antecedentes penales del autor para negar
la disminución de la pena. La disminución no podrá ser menor que el delito de pasaje que haya sido consumado. Así, por ejemplo, en el caso de una
tentativa de homicidio que haya resultado en lesiones graves no podrá disminuirse la pena más allá del mínimo establecido por el tipo de las lesiones
graves. En caso de contravenciones, su tentativa no es punible porque de minimis non curat praetor.

Penalidad del delito y de la


tentativa Jurisprudencia
(Art 73) 1- DISMINUIR ES FACULTATIVO: "En lo que concierne a lo previsto en el artículo 73 del Código Penal, ha de apuntarse que la posibilidad de disminuir la
pena por debajo del mínimo establecido, en los supuestos de tentativa, es una facultad y no un deber de los jueces." (V. 1181 del 17/11/2006, SaTe)
2- ANTECEDENTES PENALES: "En la especie, la juzgadora señala que no rebaja la sanción considerando las reiteradas sustracciones que el justiciable ha
llevado a cabo en ese mismo lugar […], argumento que a juicio de esta Cámara no es irracional o desproporcionado, esto en el tanto no es del todo
cierto que el Tribunal de mérito al momento de fijar la sanción no pueda tener en cuenta los antecedentes del imputado." (V. 194 del 30/03/2007, TCP
de San Ramón)
3- DISMINUIR ES FACULTATIVO: "[…] dentro del marco de razonabilidad y proporcionalidad de la pena y de la necesaria individualización del reproche, el
legislador concede al juez la posibilidad de disminuir el extremo inferior de la pena en un delito tentado, para lo cual debería tomar en consideración la
forma en que en concreto se desarrollaron y manifestaron los presupuestos del artículo 71 ibid, al punto que justifiquen la disminución del reproche. En
sentido contrario, frente a una tentativa, podrían en atención a los mismos principios y parámetros legales señalados, estimarse que la imposición de la
pena debe superar el extremo inferior y que no haya cabida para rebajo alguno. Ambas hipótesis son válidas, porque lo que existe es autorización para
el rebajo y no una obligación de hacerlo en todo caso de tentativa y lo que debe controlarse es entonces, la vigencia de esos principios constitucionales
en la concreta fijación hecha y la adecuada individualización del reproche." (V. 44 del 27/01/2006, SaTe)
4- DISMINUCIÓN DEBE ESTAR FUNDAMENTADA: "Por ello, debe reiterarse, es la pena prevista para el hecho consumado la que corresponde a la
tentativa. No obstante se prevé la posibilidad de que el Juez disminuya la misma y ello obliga a brindar las razones para tal proceder. Pero
indudablemente es un sistema que concede amplio arbitrio al juez para la estimación de la pena concreta, pues no rige en nuestro sistema procesal
penal una aritmética judicial que establezca certeramente el quantum de la pena a imponer." (V. 307 del 03/07/2008, TCP de San Ramón)
La norma regula la penalidad de los (co)autores (Art. 45), instigadores (Art. 46) y cómplices (Art. 47). En los tres casos, el juez deberá efectuar una valoración y
explicar su razonamiento en sentencia conforme a los criterios del Art. 71. La pena debe ser individualizada, lo que significa p.e. que los autores e instigadores
de un mismo delito pueden ser sancionados de manera distinta, a pesar de lo establecido en este Art. En cuanto al cómplice, su pena podrá ser disminuida
según el Art. 71 y su grado de participación. Esta es una facultad discrecional del juez, quien podrá renunciar a hacer uso de ella con decisión motivada. El
grado de participación hace referencia a cuan determinante fue la contribución del cómplice para la realización del tipo, es decir, su importancia en la relación
causal o el aumento del riesgo para el bien jurídico que implicó. La reducción de la pena puede romper el límite inferior del marco punitivo, pudiendo llegar a
un día de prisión, un día multa, etc.

Jurisprudencia
1- COAUTOR O INSTIGADOR, INDIFERENTE EN LA PRÁCTICA: "Conviene apuntar, en primer término, que la discusión acerca de si el agente fue coautor o
instigador de un hecho punible carece, en el ordenamiento jurídico costarricense, de la relevancia práctica que posee en otros Estados, ya que el legislador
Penalidad del autor, nacional asigna idéntica respuesta punitiva a ambas categorías. Ello significa que, en nuestro medio, el tema prácticamente solo tiene interés pedagógico o
instigador y cómplice académico, pero ningún efecto real, a diferencia de lo que ocurre en otros sistemas jurídicos (incluso algunos en los que el instigador es más severamente
reprimido que el autor). De lo dicho se sigue que aun cuando le asistiese razón al quejoso, el justiciable únicamente podría aspirar a un cambio del nombre
(Art 74) de su concreta participación criminal." (V. 1254 del 02/10/2009, SaTe)
2- REDUCCIÓN ES FACULTATIVA: "En el fallo de mérito, los Juzgadores explican las razones por las cuáles consideraron que el sentenciado M. no merecía de la
reducción de la sanción mínima, potestad que les otorgaba el artículo 74 del Código Penal, tomando en consideración la grave violencia con la que se
cometieron los delitos, no solamente porque la ofendida fue objeto de intimidación y amenazas por parte de cuatro hombres que actuaban de común
acuerdo, sino porque además se empleó un arma de fuego, con lo que incluso se puso en riesgo la vida de la ofendida." (V. 1758 del 16/12/2009, SaTe)
3- LA PENA PREVISTA: "A tenor del artículo 74 del Código Penal la pena del cómplice será la prevista para el delito y podrá ser rebajada; pero eso no implica
que sea la pena mínima prevista para el delito, sino la prevista, que va desde el mínimo hasta el máximo." (V. 1131 del 29/09/2000, SaTe)
4- REDUCCIÓN POR DEBAJO DEL MÍNIMO LEGAL: "Lo que existe en ambos supuestos es la posibilidad de reducir la pena mínima cuando se da una tentativa
o cuando se trata de un cómplice. Si la autoridad jurisdiccional decide aplicar esa posible reducción del extremo inferior de la escala punitiva, entonces debe
explicar por qué. En el presente caso se fijó una pena de cuatro años de prisión, la cual está por debajo del mínimo legal. Es decir, se aplicó la reducción a
favor del justiciable. Pero lo que debe destacarse es que sí se explica por qué se fijó ese monto, cuando el Tribunal expresamente indica que por la hora en
que se cometió el ilícito, el ofendido tuvo posibilidades mucho menores de recibir ayuda que si se hubiera cometido cuando hay más gente en las calles." (V.
463 del 24/05/2002, SaTe)
La sentencia debe enumerar todas las normas penales que han sido violadas en concurso ideal. Esto es lo que doctrinariamente se conoce como función aclaradora o
evidenciadora del concurso ideal. En el caso del concurso ideal homogéneo, el juzgador debe nombrar el número de veces que la misma norma penal fue infringida (A es
condenado por tres delitos de homicidio en concurso ideal). Si el concurso es heterogéneo, el juez debe enumerar los tipos que fueron infringidos (A es condenado por un
delito de homicidio en concurso ideal con un delito de robo). La importancia de esta función también concierne la determinación de la existencia de reincidencia. La
jurisprudencia (V. 1015 del 02/09/2005, SaTe) ha hecho una obligación del juez mencionar expresamente la pena del delito más grave, si la ha aumentado y cuánto.
Establecer la penalidad de cada uno de los otros delitos puede llevar a creer que se aplican las reglas del concurso material y, por tanto, es desaconsejable y hasta contrario
al sentido del Art. 75. La pena del concurso ideal se establece siguiendo el sistema del cúmulo jurídico,345 es decir, se impone la pena correspondiente al delito más grave
aumentada según el criterio del juzgador. Debe notarse que la pena correspondiente al delito más grave no se refiere a la pena en sentido abstracto (el marco legal), sino a
la pena que merece el caso específico de acuerdo a los criterios legales. En el caso del concurso ideal heterogéneo puede haber incertidumbre sobre la cual delito es el más
grave. La doctrina ha desarrollado ciertos criterios para solventar el asunto: "debe atenderse en primer lugar a la gravedad de ellas según el tipo de pena aplicable. Por
tanto, la de mayor gravedad es la de prisión, seguida por el extrañamiento; luego viene la inhabilitación y por último la pena de multa. Cuando ambas leyes penales
violadas establezcan penas del mismo género, debe verse la gravedad en concreto: más grave es aquella que tiene un máximo más elevado; si no es este el caso debe
atenderse a cuál de ellas tiene el mínimo más elevado. Si ambas tienen igual mínimo o máximo, es más grave aquella que tenga solamente prisión y no como la otra, pena
de multa alternativa o aquella que, además, aplique penas accesorias."346 Se debe resaltar el hecho de que el marco punitivo puede diferir de aquel establecido para el
delito más grave. Si, por ejemplo, la pena mínima de la norma más grave es inferior a la pena mínima de la norma menos grave, entonces la pena deberá respetar este
último para evitar beneficiar al imputado más allá de los fines del concurso ideal. El aumento (por encima de la pena que merece el delito más grave) debe responder al
contenido de injusto y especialmente a la culpabilidad. Nótese que la letra de la norma otorga al juez la facultad (podrá) de aumentar la pena del delito más grave,
pudiendo darse el caso en el que la pena no sea aumentada o bien que se mantenga dentro del marco punitivo más grave (entre el mayor mínimo y el mayor máximo). El
aumento, sin embargo, no podrá exceder la pena que correspondería al concurso material. Otra opinión es la de Rivero, quien sostiene que el aumento no puede exceder
Penalidad del concurso ideal el marco punitivo del delito más grave.
(Art 75)

Jurisprudencia
1- DEBE SEÑALARSE LA PENA PARA EL DELITO MÁS GRAVE: "La penalidad del concurso ideal se determina con base en los extremos previstos para el delito más grave,
pudiendo aún ser aumentada. Pero si bien esta Sala ha dispuesto que no necesariamente debe indicarse la pena fijada respecto a cada uno de los delitos que concurren
idealmente (ver resoluciones número 781 de las 9:20 horas del 20 de agosto de 2001, 1133 de las 10:15 horas del 5 de diciembre de 2003, y 175 de las 14:40 horas del 20
de marzo de 2003), debe al menos señalarse la pena establecida para el delito más grave. Sin ello es imposible verificar si se respetaron las normas que regulan la
penalidad de los concursos, además de resultar de interés por su incidencia en supuestos de concurso real retrospectivo, y la posibilidad de apelar a una eventual norma
posterior más favorable. En la especie, no obstante resultan válidas las razones a las que hace mención el Tribunal de mérito para fundamentar la pena, se impone el
monto global de treinta y cinco años de prisión por los delitos de homicidio calificado y robo agravado en concurso ideal, pero sin que se precise, al menos, el tanto
correspondiente al primero de los ilícitos. De esta forma, es cuestionable si se fijó la pena mayor prevista para el homicidio calificado, o una menor aumentándola de
conformidad con lo que dispone el artículo 75 del Código sustantivo. En consecuencia, deben declararse parcialmente con lugar los reclamos formulados en relación con
este extremo, ordenándose el reenvío de la causa para que el mismo Tribunal sentenciador proceda -en nuevo debate –a establecer la pena aplicable a los delitos en
concurso ideal señalados, de acuerdo con la responsabilidad criminal que se acreditó en el fallo, y las circunstancias contempladas en los artículos 71 y 75 ejúsdem." (V. 594
del 28/05/2004, SaTe)
2- FUNDAMENTO: "[…] de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 75 del Código Penal, el Juzgador - en tratándose de un concurso ideal - puede aplicar la pena
correspondiente a la infracción jurídica más grave, con un aumento facultativo que en ningún caso puede superar la que hubiera correspondido en el supuesto de
haberse realizado acciones independientes en concurso material, pues la pena aplicable al concurso ideal, toma en cuenta que la criminosidad del agente es menor, que la
del que realiza esas infracciones mediando acciones u omisiones diversas." (V. 1404 del 03/12/2004, SaTe)
Véase sobre la unificación de penas Art. 54 y 484 CPP. La pena en el concurso material de delitos se rige por el sistema de acumulación limitada o
atenuada. En el sistema de acumulación material se considera que la pena de cada uno de los delitos debe sumarse (acumularse), salvo en los casos en
que sea posible ejecutarlas paralelamente (caso de penas de distinta naturaleza). En su versión atenuada, la acumulación aritmética de penas se ve
limitada por un techo fijado legalmente. La idea de fondo sigue el fin retributivo de la pena, pues procura que ningún delito quede impune. El legislador
fijó como techo 50 años para la prisión, 10 años para el extrañamiento (Art. 52), 360 días para la multa (Art. 53) y 12 años para la inhabilitación (Art. 57).
Adicionalmente, la pena se encuentra limitada al triple de la mayor. Debe entenderse que se trata de la pena mayor impuesta en el caso concreto de
acuerdo al Art. 71 y no a la mayor en sentido abstracto (marco punitivo del típico). En caso de que la naturaleza de las penas sea distinta (p.e. prisión y
multa), no es posible hacer una acumulación entre ellas. La pena más grave (prisión) no absorbe la menos grave (multa). En la ejecución, el criterio que
priva es el de la compatibilidad de las penas: si las penas deben ejecutarse paralelamente cuando sea posible (penas compatibles); de lo contrario deberán
ser cumplidas consecutivamente (penas incompatibles). Se critica la acumulación material de las penas por favorecer la retribución penal en perjuicio de la
rehabilitación del reo. Esto se hace aun más patente con la reforma del Art. 76, la cual aumentó el límite de la pena de prisión a 50 años (la versión original
señalaba 25 años). Por el otro lado, también se argumenta a favor de la acumulación pues el reo no debe beneficiarse de cometer delitos "al por mayor."

Jurisprudencia
1- SISTEMA DEL CÚMULO MATERIAL: "Así, entre nosotros, en cuanto al concurso material, si bien el legislador optó por el sistema de cúmulo material o
Penalidad del concurso aritmético, consistente en la suma de todas las penas que se imponen por cada uno de los hechos delictivos, el resultado de esta operación aritmética no
material siempre es el que se fija finalmente en un caso concreto, pues el artículo 76 del Código Penal establece un límite para ello, al disponer que: "Para el
concurso material se aplicarán las penas correspondientes a todos los delitos cometidos, no pudiendo exceder del triple de la mayor y en ningún caso de
(Art 76) cincuenta años." En otras palabras, aun cuando procede el cúmulo material o aritmético de todas las penas que se fijan por cada uno de los hechos
delictivos cometidos, queda claro que la sanción que finalmente se establece en ningún caso puede ser superior al triple de la mayor impuesta en el caso
concreto, o bien, nunca superior a cincuenta años de prisión, que es el monto máximo que nuestra normativa penal permite." (V. 1015 del 02/09/2005,
SaTe)
2- ERROR JUDICIAL: "Ciertamente el supuesto que se examina en la sentencia de mérito no es idéntico al que prevé dicha norma350 para efectos de
ordenar la unificación de penas. Pero se trata de una hipótesis similar, la cual, al no estar expresamente contemplada por nuestro ordenamiento jurídico,
fue resuelta acudiendo a la analogía. Cabe señalar, precisamente, que de conformidad con lo dispuesto por el artículo 12 del Código Civil: "Procederá la
aplicación analógica de las normas cuando éstas no contemplen un supuesto específico, pero regulen otro semejante en el que se aprecie identidad de
razón, salvo cuando alguna norma prohiba esa aplicación." Sobre este particular, si bien las reglas contenidas en el artículo 2 del Código Procesal Penal
prohiben la interpretación extensiva y la analogía, lo cierto es que permiten utilizar esos métodos exegéticos cuando favorezcan "la libertad del imputado"
o "el ejercicio de una facultad conferida a quienes intervienen en el procedimiento". Por ende, en la presente causa no es posible cuestionar la aplicación
analógica de la ley procesal penal, pues ese procedimiento sirvió, en el caso concreto, para favorecer la libertad del justiciable. Nótese que efectivamente
nos hallamos ante causas conexas, pues se trata de delitos cometidos en un mismo período de tiempo y que se le atribuyen a una misma persona, por lo
que ambas debieron ser conocidas por un mismo tribunal, según lo dispuesto por los artículos 50 inciso a) y 51 del Código Procesal Penal. El hecho de que
no se hayan tramitado en conjunto es un error achacable –en principio– a la Administración de Justicia, cuyos efectos no deben pesar sobre la situación
jurídica del encartado. En consecuencia, si desde el punto de vista jurídico-procesal ambos litigios debieron haberse tramitado en forma conjunta, es
necesario admitir que también existió, hipotéticamente, la posibilidad de que el imputado accediera en ambos casos a la aplicación del instituto que
interesa (esto es, la reparación integral del daño)." (V. 51 del 29/01/2004, TCP)
Tanto la doctrina como la jurisprudencia nacional coinciden en que el delito continuado regulado por el Art. 77 es una ficción quod poenam. A pesar de
que el marco fáctico del delito continuado cumple los requisitos del concurso material y, por tanto, debería ser penado conforme al Art. 76, el legislador
ha optado por otorgarle consecuencias penales diferentes. Doctrinariamente se han establecido los siguientes requisitos para el delito continuado: -
Mismo bien jurídico: el CP limita la aplicación del delito continuado a aquellos hechos en los que se vean afectados bienes jurídicos patrimoniales. No es
requisito, sin embargo, que la acciones ilícitas afecten exclusivamente bienes jurídicos patrimoniales. Puede tratarse de delitos compuestos en los que el
bien jurídico patrimonial es solo uno de los bienes protegidos por la norma (p.e. extorsión, Art. 214). Tampoco es necesario que sea el mismo tipo penal; -
Homogeneidad de la forma de ejecución: de acuerdo con Jescheck, esto "supone que las disposiciones penales que se infringen a través de los actos
individuales deben basarse materialmente sobre la misma norma y que también, esencialmente, el curso del hecho debe presentar los mismos requisitos
externos e internos." A ello se agrega cierta conexión espacial y temporal, que viene ligada al plan preconcebido del autor; - Misma finalidad: la
jurisprudencia y la doctrina hablan de un plan preconcebido. Según la primera, la finalidad "debe referirse a un plan concreto, específico, delimitado en
cuanto a su contenido injusto (lo que incluye la precisión o individualización de los sujetos a estafar) en el que cada uno de los delitos haya sido previsto
como un medio para la consecución de una finalidad determinada." (V. 03 del 24/04/2008, TCP)
La ficción del delito continuado conlleva la aplicación de una única pena para todos los delitos. Para la determinación de la pena total debe primero fijarse
la pena del delito más grave. Posteriormente el juez, según la evaluación que se haga del conjunto de hechos de acuerdo a los criterios del Art. 71,
discrecionalmente podrá aumentarla hasta en otro tanto. Las serias críticas que han caído sobre el concepto de delito continuado y la imposibilidad de
determinar sus requisitos de manera satisfactoria han hecho que dicha figura pase a ser apoyada por una minoría de autores y ha llevado a cambios
jurisprudenciales en su contra (especialmente en Alemania). Se esboza, entre las críticas, que los pretendidos beneficios que trae la figura (descarga de
Penalidad del delito trabajo para los tribunales) no pesan tanto como las desventajas político-criminales. Por el otro lado, quienes defienden su uso expresan que el contenido
continuado de injusto del delito continuado es menor al de los delitos en concurso material y por ello requiere un tratamiento diferenciado
(Art 77)

Jurisprudencia
1- SE LIMITA A BIENES JURÍDICOS PATRIMONIALES: "En Costa Rica la modalidad de concurso material denominada "delito continuado" solo es aplicable
cuando los bienes afectados sean de índole patrimonial. En efecto, el artículo 77 del Código Penal establece que "Cuando los delitos en concurso fueren
de la misma especie y afecten bienes jurídicos patrimoniales, siempre que el agente persiga una misma finalidad, se aplicará la pena prevista para el más
grave, aumentada hasta en otro tanto." Siendo así, y tratándose el presente asunto de un bien jurídico lesionado que no es de orden patrimonial
(consistió en abusos sexuales), esa norma no resultaba conducente para la correcta solución de la causa." (V. 660 del 20/06/2005, SaTe)
2- FIJACIÓN DE LA PENA: "En otras palabras el Tribunal debe fijar la pena acorde con las circunstancias particulares del caso, pero siempre partiendo de la
pena abstracta que correspondería al delito más grave (tres a doce años de prisión en este caso), aumentada (en sus extremos menor y mayor) hasta en
otro tanto, lo que por supuesto no implica que en todos los casos el aumento deba corresponder necesariamente a la duplicación del monto abstracto.
De otra forma, si lo que el legislador quería era imponer un rango de sanción abstracta que necesariamente duplicase la prevista para el delito más grave,
la redacción del artículo hubiese sido "aumentada en otro tanto", pero no es esto lo que el artículo 77 ejúsdem dice. Al agregarse la palabra "hasta", se
está indicando que, en el aumento de la sanción, el juez puede escoger entre aumentar un día, un mes o un año más al monto base en su extremo
menor, hasta el número que se obtenga al multiplicar por dos, el monto base en su extremo mayor." (V. 577 del 23/05/2008, SaTe)
Véase también: MISMA FINALIDAD: (V. 3 del 24/04/2008, TCP); DEBE HABER MISMA FINALIDAD O PLAN: (V. 224 del 17/03/1997, SaTe);
CARACTERIZACIÓN DEL DELITO CONTINUADO: (V. 787 del 13/12/1996, SaTe)
La presente norma carece completamente de relevancia práctica. La intención de su versión original era agravar la pena en caso de reincidencia o
profesionalidad. La norma decía: "Al reincidente se le aplicará la sanción correspondiente al último hecho punible cometido, aumentándola a juicio del
Juez, sin que pueda pasar de veinticinco años. La misma agravación de la pena podrá imponerla el Juez al delincuente profesional." La primera oración
de su actual redacción solo pretende evitar que el reincidente sea juzgado por los hechos anteriores que ya fueron juzgados. La segunda oración carece
Pena aplicable a los de importancia práctica, pues el debido proceso debe respetarse siempre.
reincidentes
(Art 78)

Jurisprudencia
1- Véase V. 88 del 17/01/1992, SaCon citado en el Art. 40.
8.5. Error de derecho
no invencible y exceso
en las causas de
justificación.
La norma se aplica para el caso del error de prohibición vencible (Art. 35), el exceso en la causa de justificación (Art. 29) y, según el TCP por analogía in
bonam partem, a los casos de imputabilidad disminuida (Art. 43). En nuestra opinión, la analogía in bonam partem no es tal, pues si la ley no prevé
expresamente que la persona con imputabilidad disminuida debe ser sancionada con pena, no puede concluirse que una pena disminuida es para su
beneficio. La consecuencia de la imputabilidad disminuida, dependiendo del caso, será una medida de seguridad o la impunidad. Véase Art. 43, 98 y
102. La aplicación de la atenuación debe estar referida al caso concreto y merece justificación. En principio, el juez debe establecer la pena que
correspondería al caso en circunstancias normales (Art. 71) y luego atenuarla prudentemente según el grado de culpabilidad del sujeto conforme a la
valoración del elemento atenuante respectivo. Así, en el caso del error vencible, se debe valorar la disposición subjetiva para vencer el error (su
posición social, sus capacidades individuales, esfuerzos para informarse y su representación jurídico-moral del mundo); en el caso del exceso en la causa
de justificación deberá prestarse atención a la gravedad del exceso. El juez no se encuentra obligado por el marco penal establecido en el tipo penal. Por
ello, podrá establecer una pena mínima (un día multa, un día de prisión, etc.)355 inferior al marco o bien una que se encuentre dentro de él, pero
disminuida según las circunstancias.

Error de derecho no invencible y Jurisprudencia


exceso en las causas de
justificación 1- ART. PERMITE PENA ATENUADA PARA IMPUTABILIDAD DISMINUIDA: "En efecto, en nuestro ordenamiento jurídico, el artículo 43 del Código Penal,
define lo que consiste la imputabilidad disminuida, sin embargo, en todo el Código, sólo el artículo 98 inciso 1) nos habla de una consecuencia que
(Art 79) obligatoriamente deberá imponer el Juez, cual es una medida de seguridad; entendemos dicha norma en el sentido de no excluyente de la punición
respectiva por el delito básico, punición que se basa en la condición de imputable del justiciable, aunque su capacidad se encuentre disminuida. Sin
embargo, cabe hacer una precisión adicional, tomando en cuenta las escalas penales de los delitos contemplados en la parte especial del Código Penal y
en las correspondientes leyes penales especiales que tipifiquen delitos, tenemos que la técnica legislativa seguida implica la descripción de una
conducta a la que se asigna un marco punitivo legal, que va de un mínimo a un máximo y que, presupone, la plena imputabilidad del sujeto agente. No
es difícil imaginarse así, la posibilidad de que un mismo supuesto delictivo puede reunir las condiciones propicias para ser sancionado con el extremo
mínimo de la pena prevista para el delito y que, ese mismo supuesto, en idénticas condiciones, sea ejecutado en un caso por un imputable con plena
capacidad y en otro supuesto, por un agente que tenga la imputabilidad disminuida. En estos casos, tratar en forma igual, situaciones que
materialmente son diferentes, implicaría una violación al principio constitucional de igualdad y de proporcionalidad de la pena, de ahí que, estime esta
Cámara, que aunque no existe una disposición expresa que así lo determine, en una interpretación respetuosa de la dignidad humana, interpretando e
integrando el ordenamiento in bona partem, debe de aplicarse analógicamente la consecuencia del artículo 79 del Código Penal, como ya se expresó,
dicha atenuación sancionatoria recae sobre otros institutos penales que afectan la categoría de la culpabilidad, reduciendo el reproche, por lo que
estamos en supuestos que guardan una clara similitud en cuanto a su naturaleza y, por tanto, equiparar sus consecuencias no debe conducir a reparos."
(V. 214 del 04/03/2004, TCP)
9. Extinción de la
pena
9.1. Reglas sobre prescripción
de la pena e interrupción de la
prescripción según la normativa
penal vigente.
Prescripción de
la pena
(Art 84)
Momento a
Responsabilidad partir del cual
civil corre la
(Art 96) prescripción
(Art 86)

El perdón no Interrupción de
puede ser la prescripción
condicional
(Art 95)
Extinción en curso
(Art 87)
de la
pena
Declaración de
oficio y
Perdon Judicial
prescripción
(Art 93) seaparada
(Art 89)

Recomendación
judicial de Indulto
indulto (Art 90)
(Art 91)
La prescripción es un instituto jurídico de naturaleza mixta, con sustento tanto en el derecho sustantivo como en el procesal, que produce un impedimento u obstáculo
procesal.
Múltiples argumentos han sido esgrimidos para justificar la prescripción. La jurisprudencia cita reiteradamente a Jescheck: "La prescripción de la pena, se ha dicho que
‘sólo se puede justificar con la fundamentación jurídicomaterial de que pierde sentido la ejecución, cuando ya hace tiempo que se han olvidado el delito y la sentencia
que lo condenó y el reo ha cambiado con el transcurso del tiempo. Naturalmente, carece aquí de importancia la idea de dificultad probatoria, por lo que no puede
alegarse como fundamento de la prescripción una teoría procesal. No obstante, la prescripción de la pena se trata como un obstáculo procesal ya que el delito ha sido
condenado ya ejecutoriamente y sólo afecta a la ejecución de la pena o de la medida impuesta’ (Jescheck, Hans Heinrich. Tratado de Derecho Penal. Parte General.
Barcelona, BOSCH Casa Editorial S.A., 1981. Traducción de Santiago Mir Puig y Francisco Muñoz Conde. p. 1243)." (V. 811 del 02/07/1999, SaTe).
Zaffaroni profundiza en dicho argumento. Para él, el transcurso del tiempo pone de manifiesto la irracionalidad de la pena. Pasado el plazo de prescripción, "el sujeto
que se halla ante la agencia de ejecución penal [no] es el sujeto al que el tribunal condenó, […], el conflicto, que deja de ser vivenciado, [pasa] a ser meramente
histórico."
Prescripción de la Sobre las penas, véase los Art. respectivos: prisión (Art. 51), extrañamiento (Art. 52), interdicción de derechos (inhabilitación, Art. 57 s.), multa (Art. 53). Las medidas de
pena seguridad no prescriben (Art. 100).
(Art 84)

Artículo 84.- Prescripción de la pena


La pena prescribe:
1) En un tiempo igual al de la condena, más un tercio, sin que pueda exceder de veinticinco años ni bajar de tres, si fuere prisión, extrañamiento o interdicción de
derechos;
2) En tres años, tratándose de días multa impuesta como consecuencia de los delitos; y
3) En un año si se tratare de contravenciones.
"En la situación particular, el sentenciado estima que el motivo para denegarle el beneficio de ejecución condicional de la pena, conforme al
numeral 61 del Código Penal, decayó al declararse prescrita la pena del antecedente penal que data de 1996, el cual en principio impedía
considerarle como delincuente primario. No obstante, debe señalarse que el privado de libertad confunde institutos de diversa naturaleza y
efectos, como lo son la prescripción de la acción penal, la prescripción de la pena, y la prescripción del registro de una condena penal. Únicamente
el primero y el último otorgan al sujeto la condición de primario. La prescripción de la pena, impide que el individuo se someta al cumplimiento de
CONDICIÓN DE
la sanción decretada, pero deja incólume la condena como tal, y el registro de la misma. Basta para ello estimar que los registros de condenas
PRIMARIO
prescriben a los diez años de cumplida la sanción sin que sobrevenga una nueva inscripción (artículos 3 y 11 de la Ley de Registro y Archivos
Judiciales) , y en cambio, los plazos de prescripción de la pena varían de tres a veinticinco años, según los numerales 84 a 88 del Código Penal. La
Sala Constitucional señaló en la resolución número 2602, de las 15:30 hrs. , del 13 de abril de 1999, que no violenta el debido proceso, tomar en
Prescripción de la consideración como antecedentes penales, las sanciones prescritas, pero debidamente inscritas en el Registro Judicial." (V. 358 del 25/03/2009,
pena SaTe)
JURISPRUDENCIA

"[La prescripción de la pena es…] de igual forma una "sanción" a la incapacidad del Estado para procurar la pronta ejecución de su voluntad,
plasmada en la decisión jurisdiccional de condenar, lo que hace que, con el paso del tiempo, tal ejecución carezca de sentido. Es una vía que
FUNDAMENTO
tampoco puede permanecer abierta en forma indefinida, porque ello lesiona los principios de razonabilidad y proporcionalidad." (V. 811 del
02/07/1999, SaTe)
Artículo 85.- Prescripción de penas de diferentes clases
Prescripción de penas de
diferentes clases La prescripción de las penas de diferentes clases o de distinta duración impuestas en una misma sentencia, se cumplirán separadamente en el
término señalado para cada una.

Artículo 86.- Momento a partir del cual corre la prescripción


La prescripción de la pena comienza a correr desde el día en que la sentencia quede firme, o desde que se revoque la condena de ejecución
condicional o la libertad condicional, o desde que deba empezar a cumplirse una pena después de compurgada otra anterior o desde el
Momento a partir del quebrantamiento de la condena.
cual corre la prescripción

A pesar de que el CP no lo dice expresamente, se infiere que la prescripción de la pena no corre mientras ésta esté siendo ejecutada.

Artículo 87.- Interrupción de la prescripción en curso


Interrupción de la
Extinción de la pena prescripción en curso Se interrumpe la prescripción de la pena quedando sin efecto el tiempo transcurrido, en el caso de que el reo se presente o sea habido o cuando
cometiere un nuevo delito antes de completar el tiempo de la prescripción.

Recomendación judicial Artículo 91.- Recomendación judicial de indulto


de indulto Los jueces podrán, en sentencia definitiva, recomendar el otorgamiento del indulto.

Artículo 94.-
Extinción de la acción
penal y la pena Cuando fueren varios los acusados, el Juez podrá otorgar el perdón a uno de ellos, a varios o a todos los responsables del hecho delictuoso,
siempre que se encuentren comprendidos en los casos de los artículos anteriores.

Artículo 95.- El perdón no puede ser condicional ni a término


El perdón no puede ser
condicional ni a término El perdón que otorguen los jueces no puede ser condicional ni a término y no podrá concederse sino una vez. En todo caso, para su otorgamiento,
los jueces requerirán un informe del Instituto de Criminología.
Núñez explica que la amnistía persigue "el olvido de una infracción punible para restablecer la calma y la concordia social." Efectivamente, la etimología de la
palabra amnistía remite a la palabra olvido en griego antiguo (similar a la palabra amnesia).
La amnistía es un acto político que conlleva la extinción de la acción penal (Art. 30-g CPP) o de la pena, según exista o no condenatoria. Por tratarse de un acto
desincriminatorio de carácter general, es decir, que beneficia a una multitud de sujetos que cumplen los requisitos de la ley de amnistía, únicamente puede ser
aprobado por la Asamblea Legislativa.
El Art. 121 COPOL establece: "Artículo 121.- Además de las otras atribuciones que le confiere esta Constitución, corresponde exclusivamente a la Asamblea
Legislativa: […] 21) Otorgar por votación no menor de las dos terceras partes de la totalidad de sus miembros, amnistía e indulto generales por delitos políticos,
con excepción de los electorales, respecto de los cuales no cabe ninguna gracia;"
No debe interpretarse esta norma en el sentido de que la amnistía únicamente es posible en caso de delitos políticos, sino más bien, en el sentido de que el
constituyente quiso dificultar el uso de la amnistía en estos casos, exigiendo por ello la aprobación por mayoría calificada de la Asamblea Legislativa. Esta dificultad
agregada se debe a que los delitos políticos amenazan la vida y estabilidad del sistema mismo y a que, por su carácter político, los actores pueden ser miembros de
un partido representado en la Asamblea misma. Si se trata de otros delitos, que no sean políticos ni electorales, entonces la amnistía requerirá mayoría simple.
El CP no define cuales son los delitos políticos. El criterio mixto, que toma en cuenta tanto aspectos objetivos como subjetivos, considera incluidos dentro de ese
Amnistía rubro los delitos que tienen por objeto "destruir, cambiar o perturbar el orden público" o bien lesionar "los derechos del Estado en la esencia o en la forma,"
siempre y cuando los motivos subjetivos hayan sido asimismo políticos. Delitos conexos, por su parte, son aquellos que no son políticos objetivamente, pero que
en sus móviles guardan relación con un delito político.
La amnistía no afecta la responsabilidad civil (Art. 96).

Artículo 89.- Amnistía


La amnistía que sólo puede ser concedida por la Asamblea Legislativa en materia de delitos políticos o conexos con éstos extingue la acción penal así como la pena
impuesta.

Jurisprudencia
1- EFECTOS: "La amnistía, por su carácter general, beneficia a todos los partícipes de los delitos amnistiados. No se trata de que el efecto se extienda de uno a otro,
sino que la causa cubre a cierto tipo de hechos punibles y a todos sus intervinientes." (V. 172 del 28/02/2007, SaTe)
Artículo 90.- Indulto
El indulto, aplicable a los delitos comunes, implica el perdón total o parcial de la pena impuesta por sentencia ejecutoria, o bien su
conmutación por otra más benigna y no comprende las penas accesorias.
Articulo El indulto sólo podrá ser concedido por el Consejo de Gobierno, el cual previamente a resolver, oirá el criterio de Instituto de
Criminología. Consultará también a la Corte Suprema de Justicia, únicamente, cuando la solicitud del indulto se fundamente en una crítica
a la sentencia judicial. Dichos organismos deberán pronunciarse en un término no mayor de treinta días naturales, y si no contestaren
dentro de ese término, el Consejo de Gobierno podrá resolver lo que corresponda.
(Reformado mediante la Ley Nº 6726 del 10/03/1982 ).

Zaffaroni define el indulto como "la facultad otorgada a poderes no judiciales para extinguir la pena o disminuirla por razones de
oportunidad." El indulto se utilizaría cuando la aplicación de la ley resulte "drástica o anacrónica, pudiendo acarrear perturbación para el
orden público". Dicho autor lo diferencia del "poder de gracia del absolutismo, que era una prerrogativa arbitraria de la que podía usar el
Comentario monarca". El indulto no requiere el consentimiento del indultado.
Con la entrada en vigencia del CPP se derogó el Art. 80 CP, estableciéndose a su vez el indulto como una causa de extinción de la acción
Indulto (Art. 30 CPP). La jurisprudencia ha reconocido esto como un error, señalando que no puede indultarse una acción que ya ha sido ejercida
(Art 90) (V. 329 del 25/03/2010, TCP). El otorgamiento del indulto deja intacta la responsabilidad civil (Art. 96).

Jurisprudencia
1- CAUSA DE EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL: "[…] mediante la Ley Nº 7728 del 15 de diciembre de 1997, se derogó expresamente el
artículo 80 que regulaba las causas de extinción de la acción penal, junto con las causas de extinción de la pena. Esta reforma legal
trasladó al Código Procesal Penal las causas de extinción de la acción penal, entre ellas, el indulto. Tal cambio, se podría considerar un
error del legislativo y, de lege ferenda, sería conveniente que se corrigiera porque no tiene sentido que, en el caso de una persona que ha
sido sometida a proceso y se le ha dictado una sentencia condenatoria en firme, luego, al otorgársele el indulto, se tenga que tener por
extinguida la acción penal que ya se ejerció. Sin embargo, no es posible para este Tribunal interpretar las leyes en perjuicio de los sujetos
sometidos a proceso, lo que sucedería si se quisiera tener al indulto como un instituto que tuviera efectos solamente sobre la pena como
Jurisprudencia lo Strafprozessordnung. München, Beck, p. 2185. regulaba el artículo 90 del Código Penal. En virtud de la reforma procesal de 1996, y aún
cuando la derogación del artículo 90 de la legislación sustantiva no fue expresa, debe considerarse que lo fue en forma tácita, por lo que
corresponde entender que hoy el indulto opera como causa de extinción de la acción penal, y es en ese sentido que se aplica en el
presente asunto." (V. 329 del 25/03/2010, TCP)
2- CAUSA DE EXTINCIÓN DE LA ACCIÓN PENAL: "c) Sin embargo en el artículo 30 inciso g) del Código Procesal Penal (que es ley posterior
al Código Penal), se contempla expresamente al indulto como causa de extinción de la acción penal. Si la acción penal se ha extinguido en
razón del otorgamiento del indulto no basta con declarar desistido el recurso de revisión sino que es necesario declarar el sobreseimiento
definitivo de la imputada, porque así lo dispone expresamente el artículo 311 inciso d del Código Procesal Penal." (V. 814 del 10/08/2007,
SaTe)
Señala Fontán Balestra que el perdón judicial tiene un triple fundamento: ético, pues es una expresión de los sentimientos de justicia y piedad que han permeado el derecho penal, alejándolo del deseo
de venganza y llevándolo por el camino de la rehabilitación y corrección del delincuente; técnico, pues permite mayor individualización de la pena; y práctico, pues los tribunales no deberán recurrir a
ficciones para evitar condenar a un individuo.
En la exposición de motivos del CP, Padilla afirma que el perdón judicial se inspira en la tendencia moderna de beneficiar al infractor para estimular su buen comportamiento. Al conceder el perdón, el
juez debe "sopesar si ello representa o no una ventaja para éste [el infractor] o la sociedad". El perdón judicial es otra herramienta en manos del juez que le facilita llegar a un resultado justo.
En los incisos 1) y 12), el perdón judicial pretende motivar a las personas a cooperar con la administración de justicia y premiar a aquellas que lo han hecho. En el primer caso, el perdón depende del
momento en que se retracte el testigo, siendo indispensable que la verdad haya podido ser apreciada en sentencia. El inciso no refiere a cual sentencia, la doctrina ha considerado que se trata de la
sentencia definitiva que concluye el asunto.
En el caso del inciso 12), el perdón será otorgado dependiendo de la calidad de la ayuda otorgada por el sindicado (V. 426 del 11/05/1998, SaTe).
En el inciso 3) se prescinde de la pena por representar esta una mayor perturbación social que la acción del encartado. Cuando media una relación de parentesco o afinidad, la pena puede causar mayor
calamidad dentro de la familia que el delito mismo.
En otros casos, el legislador da importancia a los motivos que llevaron al imputado a cometer la acción, los cuales son valorados positivamente o al menos contradicen en menor grado los valores de la
sociedad. Así, en los incisos 2), 4), 6) y 9), el juzgador debe considerar si el imputado fue motivado por piedad o para salvar el honor de alguien.
En el caso de inciso 5), se considera perdonable el aborto cuando el embarazo fue causado por un delito "tan grave y repugnante" como la violación. En el caso de los incisos 10) y 11), Padilla hace
referencia al carácter negativo de las penas y a la necesidad de evitarlas, especialmente tratándose de delincuentes primarios.367
En las contravenciones, por su menor gravedad y la frecuencia con que se dan, y las injurias, en este caso por ser mutuas o provocadas (y mediando retractación), el juez puede acordar el perdón judicial
en beneficio de los acusados. En el caso de las injurias provocadas, no es necesario que el ofendido esté de acuerdo con el perdón, pues fue su provocación la que dio inicio al conflicto. El otorgamiento
del perdón judicial no afecta la responsabilidad civil (Art. 95, 96).

Perdón Judicial
(Art 93) Artículo 93.- Perdón Judicial
También extingue la pena, el perdón que en sentencia podrán otorgar los jueces al condenado, previo informe que rinda el Instituto de Criminología sobre su personalidad, en los siguientes casos:
1) A quien siendo responsable de falso testimonio se retracte de su dicho y manifieste la verdad a tiempo para que ella pueda ser apreciada en sentencia;
2) A quien mediante denuncia dirigida o declaración prestada se inculpa a sí mismo de un delito doloso que no ha cometido para salvar a su ascendiente, descendiente, cónyuge, hermano, bienhechor, o a
su concubinario o manceba con quien haya tenido vida marital por lo menos durante dos años continuos inmediatamente antes de la comisión del hecho;
3) A quien haya incurrido en los delitos de encubrimiento, hurto, robo con fuerza en las cosas, estafa, daños o lesiones leves, cuando lo solicite el ofendido que tenga los mismos lazos de parentesco o
relación con el reo a que se refiere el inciso anterior;
4) A quien haya causado un aborto para salvar el honor propio o lo haya producido con ese fin a una ascendiente o descendiente por consanguinidad o hermana;
5) A la mujer que hubiere causado su propio aborto si el embarazo ha sido consecuencia de una violación;
6) A quienes en caso de homicidio piadoso, se compruebe que accedieron a reiterados requerimientos de la víctima y el propósito además fue el de acelerar una muerte inevitable;
9) A quien por móviles de piedad haya declarado ante el Registro Civil como su hijo a una persona que no lo es o hubiere usurpado el estado civil de otro o por un acto cualquiera lo hiciere incierto, lo
alterare o suprimiere;
10) A los autores de contravenciones, previa amonestación por parte de la autoridad juzgadora; y
11) A quien injuriare a otro si la injuria fuere provocada o a quien se retracte de su dicho injurioso antes de contestar la querella o en el momento que la contesta. A quienes se injuriaren recíprocamente.
No procede el perdón judicial cuando la injuria conlleva una imputación a un funcionario público, con motivo de sus funciones.
12) A quien fuera sindicado por el Ministerio Público como autor en el tráfico de las sustancias o drogas reguladas por la Ley de Psicotrópicos, Drogas de Uso no Autorizado y Actividades Conexas, Nº 7093
que diera información correcta, la cual permitiera el descubrimiento del delito y sus autores, más allá de su participación en él o también cuando pusiera, espontáneamente, en conocimiento de la
autoridad, lo que él supiera sobre la comisión de los delitos mencionados anteriormente y lo hiciera con tiempo suficiente para impedir la comisión de éstos. (Inciso adicionado mediante la Ley Nº 7233 del
08/05/1991)
"III. […] En cuanto al perdón judicial ciertamente el artículo 93 del Código Penal en su inciso 3 establece la posibilidad de otorgarlo en
sentencia a quien haya incurrido en el delito de lesiones leves, cuando lo solicite el ofendido que sea descendiente (entre otras
posibilidades) de la persona acusada. Si bien la disposición podría ser aplicada al delito de agresión con arma (que, en estricto sentido
técnico, es una tentativa de lesiones que, por desconocerse el resultado, no puede ser sancionada como tal motivo por el que el
AGRESIÓN CON ARMA legislador anticipó la tutela penal y elevó esa conducta a delito independiente) máxime en este caso en que las lesiones sufridas por el
ofendido lo incapacitaron por dos días, lo que significa que, por el resultado, el hecho no llegaría a ser típico de esas lesiones leves sino
mucho menos gravoso (aunque más reprochable para el legislador por el modo o medio de comisión), es lo cierto que el ofendido
nunca realizó solicitud en tal sentido ni informalmente (de modo que pudiera inferirse así de su declaración) ni mucho menos de modo
estructurado, de modo que la disposición no resulta aplicable y la gestión debe ser, también, rechazada." (V. 1085 del 25/09/2007, TCP)

Perdón Judicial
"[…] aún en el supuesto de que el sentenciado cumpliera todos los requisitos exigidos por la ley para beneficiarse con el perdón judicial,
JURISPRUDENCIA su otorgamiento no es automático, sino que el Tribunal debe apreciar varios factores para pronunciarse en uno u otro sentido, en
APRECIACIÓN
especial el informe sobre la personalidad del autor del delito, según el estudio que al efecto rinda el Instituto de Criminología,
conforme lo señala el propio artículo 93 cuya violación se alega." (V. 935 del 11/09/1997, SaTe)

"El instituto legal que permite convenir una reducción en la pena a quienes hayan participado en algún ilícito relacionado con drogas,
DROGAS,
tiene una clara finalidad: facilitar las investigaciones y capturar el mayor número de narcotraficantes y la mayor cantidad de drogas. La
FUNDAMENTO
satisfacción de esa finalidad corresponde al Tribunal de Mérito, al Ministerio Público y a las autoridades." (V. 426 del 11/05/1998, SaTe)
Artículo 96.- Los beneficios que indica este título no afectan la responsabilidad civil ni el comiso
El otorgamiento de la amnistía, el indulto, la rehabilitación, el perdón judicial, la condena de ejecución
Articulo condicional y la libertad condicional no afectan la responsabilidad civil ni el comiso.
La extinción de la acción penal y de la pena no producirá efectos con respecto a la obligación de reparar el daño
causado, ni impedirá el decomiso de los instrumentos del delito.

Los beneficios que indica este


título no afectan la
responsabilidad civil ni el comiso
(Art 96) La jurisprudencia ha hecho uso de esta norma para interpretar el Art. 109, llegando a la conclusión de que esta
norma deroga tácitamente el Art. 871 CC (véase comentario al Art. 109).
Salvo en el caso p.e. de una amnistía, al momento de concederse uno de los beneficios enumerados en la
norma, el imputado ha sido ya encontrado culpable del hecho por el cual se le acusa. El beneficio otorgado
afecta la ejecución de la pena, más deja intactas otras consecuencias que la sentencia puede trae consigo,
especialmente la responsabilidad civil del condenado. La norma, de esta manera, limita los efectos de esos
Comentario
beneficios exclusivamente al ámbito de las sanciones penales.
El comiso (Art. 110), a pesar de asimilarse a una sanción en sus características, especialmente si implica la
pérdida de un bien que pertenecía al imputado antes de la comisión del hecho, ha sido incluido por el legislador
en el título correspondiente a las consecuencias civiles del hecho punible, por lo que no se ve afectado por el
otorgamiento de uno de los beneficios mencionados, de acuerdo a la sistemática del CP. Además, si se trata de
objetos ilícitos, el comiso se ejecutará aún mediando absolutoria. (Véase Art. 110).
10. Medidas de
seguridad
10.1. Clasificación,
aplicación y duración.
Disposiciones Generales
Principios de
legalidad
(Art 97)

Medidas
de
seguridad
Duración, no
extinguibilidad
Aplicación
por amnistía o
obligatoria
indulto, ni
suspensión (Art 98)
(Art 100)
Artículo 97.- Principios de legalidad
Las medidas de seguridad se aplicarán solamente a las personas que hayan cometido un hecho punible, cuando del informe que vierta el Instituto de Criminología
se deduzca la posibilidad de que vuelvan a delinquir.

Comentario
El CP conoce el llamado sistema de "doble vía," ya que en él coexisten las penas basadas en la culpabilidad con las medidas de seguridad, fundamentadas en la
peligrosidad del sujeto (V. 296 del 13/03/2009, TCP). Padilla nos dice que la segunda vía, la de las medidas de seguridad, surgió "como consecuencia de la llamada
crisis de la pena, consistente en la ineficacia que tiene para llenar los objetivos individuales y sociales…".
Los objetivos de las medidas de seguridad son "educar" y "reincorporar" al delincuente a la vida social, nos dice Padilla; en caso de ser esto imposible y en caso de
peligrosidad, el delincuente podrá ser separado de la sociedad. Las necesidades preventivas podrían quedar insatisfechas si la pena fuese la única herramienta del
derecho penal, pues ella se encuentra limitada por la culpabilidad del sujeto. Las medidas de seguridad vienen a llenar este vacío al recurrir a criterios de
peligrosidad.
La distinción entre las penas y las medidas de seguridad es controversial. Efectivamente, las penas se encuentran motivadas por la culpabilidad pero, por el otro
lado, su determinación también se ve influenciada por criterios preventivos. La distinción es aún más difícil en nuestro país, donde las penas y las medidas de
seguridad son cumplidas en centros de internamiento bajo condiciones similares. Se corre el riesgo de incurrir en una "estafa de etiquetas", lo que quiere decir que
Principios de legalidad la diferencia entre penas y medidas radicaría únicamente en el nombre que se le da a cada uno. Mayer expone el problema con un crudo ejemplo al decir que "un
(Art 97) Estado totalitario podría hacer desaparecer los campos de concentración llamándolos sanatorios".370
Requisito para la imposición de una medida de seguridad es un hecho punible cometido por el sujeto. El Art. evita de esta forma limitarse a los delitos y pareciera
incluir así también a las contravenciones. Queda abierto a discusión si la peligrosidad de un sujeto puede quedar manifiesta en una contravención. El legislador
parece haber negado dicha posibilidad en el Art. 406 CPP, el cual parece presumir que no hay peligro para la víctima, el denunciante o los testigos en caso de
contravención (Art. 239-d CPP), o en el 89 CPP, que exige para la internación cierta proporcionalidad entre esa medida y la posible pena o medida de seguridad. Sin
embargo, no es difícil encontrar otros fundamentos (todavía más plausibles) para esos Art. del CPP, por lo que la cuestión permanece opinable.
El hecho punible debe ser un hecho típico y antijurídico (V. 213 del 25/02/2010, TCP). De acuerdo con esta disposición, si la conducta de un inimputable ha sido
cometida bajo error o se encuentra cubierta por una causa de justificación, entonces no procede ni la pena ni la medida de seguridad.
La jurisprudencia se encuentra dividida en cuanto a la necesidad de que exista un informe del Instituto de Criminología para que el juez pueda dictar una medida de
seguridad. La SaCon ha expresado que dicho informe sí es necesario (V. 2583 del 8/06/1993; en igual sentido V. 582 del 27/05/2010, TCP), mientras que el TCP
(dependiendo de la integración) argumenta que el informe no es necesario si existe prueba pericial suficiente para acreditar la condición mental del sujeto, pues el
Art. 98-1 obliga al juez a imponer una medida de seguridad en caso de inimputabilidad o imputabilidad disminuida (V. 129 del 09/10/2009, TCP; similar V. 34 del
15/02/2010 del TCP de Santa Cruz). Es nuestro criterio que el informe del Instituto de Criminología es un requisito para la imposición de medidas de seguridad pues
aún cuando pericias particulares puedan determinar problemas en la capacidad mental del sujeto, estas no puede mermar la importancia del informe, ya que es
éste el que determina la peligrosidad del sujeto (p.e. su propensión a reincidir), que es a su vez el criterio determinante para la imposición de medidas de
seguridad.
Sobre el procedimiento para la aplicación de medidas de seguridad, véase Art. 388 ss. CPP.
"No a todos los inimputables se les impone este tipo de medidas, pues ello depende de su necesidad, de las condiciones personales del sujeto, con
NECESIDAD DEL
miras a la mejoría de su estado psíquico anormal, de ahí la necesidad de informe del Instituto Nacional de Criminología en el que se establezca la
INFORME
posibilidad de que se vuelva a delinquir en razón del estado de inimputabilidad […]" (V. 2583 del 08/06/1993, SaCon)

"Ahora bien, sobre lo que es objeto del procedimiento de revisión, este Tribunal de Casación Penal, con distintas integraciones, ha sostenido desde
vieja data (Véase, entre otros, los votos Nº 2003-1033 de las 11:44 hrs. de16 de octubre de 2003, y 1993-2583 de las 15:36 hrs. de 8 de junio de
1993, y recientemente el Nº 2009-0296 de las 11:50 hrs. de 13 de marzo de 2009), que ante la ausencia del informe del Instituto de Criminología
sobre la peligrosidad del sujeto condenado, conforme lo exige el artículo 97 del Código Penal, la aplicación de la medida de seguridad impuesta
debe anularse, básicamente porque es a partir del análisis del informe del Instituto de Criminología y los demás elementos probatorios pertinentes
y evacuados en el proceso, que se verifica ese juicio de peligrosidad y que amerita, entonces, imponer una medida de seguridad. Sin embargo, tal
solución, en el presente caso luce inoportuna, pues aún que se denote la ausencia del citado informe del Instituto de Criminología, y por
INFORME INNECESARIO consiguiente la existencia del agravio que opone la revisionista, ningún propósito lleva anular la sentencia para que se gestione el informe en
mención, y ello como acto previo a que se decida la procedencia o no de la medida de seguridad, pues no sólo ésta ya tiene cerca de veintidós años
Principios de legalidad de vigencia, sino que en todo ese lapso la señora D. ha demostrado, pese a los trastornos psiquiátricos que pudiera tener, no sólo una convivencia
pacífica en sociedad, sino que el tratamiento externo recibido ha sido suficiente para que no se involucre en nuevas delincuencias, de modo que
JURISPRUDENCIA incluso el presente asunto se advierte como un hecho aislado en su vida. Es decir, entonces, que la solución que propugna la revisionista, luce más
bien contraproducente, pues advierte para la señora D. la necesidad de que retome hechos ya superados dada la exigencia de que sea sometida a
distintas valoraciones, y todo ello para determinar la necesidad o no de aplicarle una medida de seguridad, que en este caso, a todas luces ya
cumplió su propósito, cual fue su adecuada reinserción social." (V. 582 del 27/05/2010, TCP)

"Ciertamente ha sido posición reiterada de esta Sala el establecer como una exigencia previa al dictado del fallo, el informe del Instituto Nacional
de Criminología requerido por el artículo 97 del Código Penal. Contrario a lo que apunta la representante del Ministerio Público A.C.C. al momento
de contestar la respectiva audiencia, no se trata de desproveer de su competencia al Tribunal que conoce la causa, pues no puede entenderse que
el Instituto Nacional de Criminología tomará finalmente la decisión en cuanto a la imposición de la medida, en el tanto tampoco es una probanza
que resulte vinculante, por sí mismo, para todos los supuestos en los que se determine la proclividad delictiva del agente. El análisis conjunto de
todos los elementos allegados a los autos es una labor eminentemente jurisdiccional. El operador jurídico solo se encuentra imposibilitado para
imponer la medida cuando del informe así rendido no pueda deducirse razonablemente de éste la posibilidad de que la persona vuelva a delinquir.
[…] Nótese que dicha pericia deberá partir de la recolección de datos, sino científicos, al menos, objetivos, que dé cuenta de la situación particular,
IMPORTANCIA DEL
social y médica, de la persona sobre la que se realiza la evaluación y que fundamente de forma adecuada un criterio técnico final que sirva al juez
INFORME
en la toma de la decisión que interesa. Se trata de una experticia que, como cualquier otro elemento de prueba, debe ser analizada a la luz del
correcto entendimiento humano. De ahí que resultaría factible que el juzgador se aparte del criterio técnico, en el supuesto de que considere que
los fundamentos empleados no son idóneos o completos para acoger una conclusión positiva por parte del ente encargado, teniendo siempre la
posibilidad de solicitar la ampliación de puntos ambiguos u oscuros. Por otro lado, tampoco resulta procedente obviar el recabar repetido
dictamen, como lo arguye la representante fiscal, en virtud de la aplicación del principio de libertad probatoria. Su análisis deviene obligatorio, no
sólo porque, en nuestro medio, el juez no se encuentra autorizado para aplicar sus propios y eventuales conocimientos técnicos en esta materia,
sino, también por existir un mandato expreso de la ley, lo que precisamente constituye una excepción al principio de libertad probatoria aludido."
(V. 763 del 09/07/2010, SaTe)
Artículo 98.- Aplicación obligatoria
Obligatoriamente el Juez impondrá la correspondiente medida de seguridad:
1) Cuando el autor de un delito haya sido declarado inimputable o tuviere disminuida su imputabilidad;
2) Cuando por causa de enfermedad mental se interrumpe la ejecución de la pena que le fue impuesta;
3) (Inciso declarado inconstitucional mediante V. 88 del 17/01/1992, SaCon)
4) (Inciso declarado inconstitucional mediante V. 88 del 17/01/1992, SaCon)
5) (Inciso declarado inconstitucional mediante V. 1588 del 10/03/1998, SaCon)
6) Cuando la prostitución, el homosexualismo, la toxicomanía o el alcoholismo son habituales y han determinado la conducta delictiva del reo; y
7) En los demás casos expresamente señalados en este Código.
Aplicación obligatoria
(Art 98)
Comentario
El primer inciso no puede interpretarse sin mencionar el Art. 102. De acuerdo a dicha norma, a los sujetos inimputables o de imputabilidad disminuida corresponde
someterlo a servicios psiquiátricos o tratamiento especial educativo. Tómese en cuenta, sin embargo, las restricciones relativas a los sujetos que actuaron bajo
perturbación de la conciencia (Véase Art. 42 s.).
En caso de enfermedad (inciso 2), incluyendo la enfermedad mental, debe atenderse a lo establecido por el Art. 485 CPP, según el cual el enfermo será trasladado al
establecimiento médico correspondiente por el resto del plazo de la pena.
En cuanto al inciso 6, la medida de seguridad que el CP impone a dichas conductas se encuentra en el Art. 102-c, o sea, la prohibición de frecuentar determinados
lugares. La prostitución, el homosexualismo, la toxicomanía o el alcoholismo debió haber determinado la comisión del delito.
En la parte especial se encuentran otros casos de medidas de seguridad: la clausura del establecimiento comercial (Art. 238) y las medidas de seguridad en caso de
profesionalidad en la receptación (Art. 323) o de habitualidad en la receptación de cosas sospechosas (Art. 324). En estos dos últimos casos, sin embargo, las
medidas se tornarían inaplicables como consecuencia del V. 88 del 17/01/1992, SaCon.
"En el ya transcrito inciso 1) del artículo 98 del Código Penal se señala expresamente que la medida en él establecida lo es con
respecto a delitos y en este caso el término se utiliza en contraposición de falta o contravención, pues el legislador penal cuando quizo
DELITOS Y incluir a ambos en una norma, utilizó el término conglovante de: "hechos punibles" (artículos 3o, 4o., 6o., 7o., 11), y en el caso en
CONTRAVENCIONES comentario se refirió expresamente a delito, no obstante que en el artículo 97 inmediato anterior, utiliza el término "hecho punible",
indudablemente que para referirse también a la medida posible de imposición según lo reglado en el artículo 378 ejúsdem." (V. 322
del 11/02/1992, SaCon)

"Estas observaciones se hacen sin perjuicio de los actuales problemas de legalidad y constitucionalidad que puede suponer el artículo
Aplicación obligatoria 98 inciso 6) del Código Penal al ordenar, por determinadas razones imperantes en la época histórica de su redacción, la imposición de
JURISPRUDENCIA una medida de seguridad "Cuando la prostitución, el homosexualismo… son habituales y han determinado la conducta delictiva del
reo" sin que ello presuponga una inimputabilidad, pues el artículo 102 inciso e) del Código Penal prevé que en tales casos la medida
de seguridad no será curativa, sino de vigilancia: "La prohibición de frecuentar determinados lugares es medida de prevención
especial y se impondrá al condenado por delito cometido bajo la influencia… del homosexualismo o la prostitución". Es decir, se trata
de medidas de seguridad imponibles a imputables según una concepción moral determinada. Y ello plantea problemas porque a
partir del voto de la Sala Constitucional número 88-92, del 17 de enero de 1992 se declaró inconstitucional parte del artículo 100 del
Código Penal que imponía un límite temporal a las medidas de seguridad de vigilancia, lo que afecta al principio de seguridad jurídica
al no existir ahora regulación legal sobre la duración de aquella medida de seguridad que quedó vigente y que consiste en la
PROBLEMAS DEL ART
prohibición para ciertas personas de frecuentar determinados lugares. Pero, además, plantean aquellas fórmulas legales otros
inconvenientes, toda vez que resultan discriminatorias no sólo para personas heterosexuales al imponerse una sanción más benévola
a otras personas por razón de su específica orientación homosexual, sino también para las mismas personas homosexuales al ser
vistas por el Derecho penal desde una óptica segregativa, lo que se evidencia con la desproporcionalidad de la sanción que atiende
sólo a las cualidades personales del sujeto activo, cual si se tratara de un Derecho penal de autor, y no a la concreta conducta
realizada por la persona y su gravedad coherente con los principios de exclusiva protección de bienes jurídicos, de mínima
intervención del ámbito penal y de responsabilidad por la conducta propios de un Derecho penal de hecho, tal cual debe
comprenderse en el modelo de Estado costarricense que delinea la Constitución Política. IV) Debido a lo señalado y atendiendo a los
hechos que tuvo por demostrados el a- quo en la sentencia, se aplicó conforme a Derecho la sanción penal prevista para los mismos
en el artículo 161 del Código Penal." (V. 1339 del 23/11/2005, SaTe)
Artículo 100.- Duración, no extinguibilidad por amnistía o indulto, ni suspensión pero posibilidad de que se reanuden las medidas de seguridad
Las medidas curativas de seguridad son de duración indeterminada.
Cada dos años el Tribunal se pronunciará sobre el mantenimiento, la modificación o la cesación de la medida de seguridad impuesta, sin perjuicio de
hacerlo en cualquier momento, mediante informes del Instituto de Criminología .
Las medidas de seguridad no se extinguen por amnistía ni por indulto.
Tampoco pueden suspenderse condicionalmente. El quebrantamiento de una medida de seguridad, implica la posibilidad de que se reanude el
tratamiento a que estaba sometido el sujeto.
Duración, no extinguibilidad por (Modificado mediante el V. 88 del 17/01/1992, SaCon)
amnistía o indulto, ni suspensión
pero posibilidad de que se
reanuden las medidas de seguridad
(Art 100) Comentario
Véase Art. 478 CPP.
Las medidas de seguridad, al tomar como punto de referencia la peligrosidad del sujeto y no su culpabilidad (como lo hacen las penas), son de
duración indeterminada . La pena, si bien puede cumplir una función rehabilitadora y preventiva, se encuentra limitada por la culpabilidad del
sujeto al momento de cometer el hecho punible, siendo por ello de carácter retrospectivo. En cuanto a las medidas de seguridad, una vez dictadas
pueden prolongarse mientras la peligrosidad del sujeto así lo requiera; su carácter es prospectivo. En todo caso, la medida de seguridad no puede
exceder una duración de 50 años (Art. 51).
Es ese mismo carácter prospectivo de las medidas de seguridad lo que hace inaplicable la amnistía (Art. 89), el indulto (Art. 90) y la ejecución
condicional de la pena (Art. 59 ss.).
"En virtud de que el internamiento en un hospital psiquiátrico constituye una medida curativa (artículo 101 del Código Penal), es
entonces por imperativo de ley que la duración de la misma resulta indeterminada. Ahora bien, que sea indeterminada no
significa que sea perpetua. Esto porque, por un lado, se cuenta con la limitación del artículo 51 del Código Penal, según el cual la
medida de seguridad (al igual que la pena) no puede exceder de cincuenta años; además, por otro lado, no puede obviarse que
DURACIÓN el numeral 100 del mismo cuerpo normativo impone el deber de revisar la vigencia de la medida cada dos años, o incluso en
INDETERMINADA cualquier otro momento, considerando los informes del Instituto de Criminología. Es necesario recordar que las medidas de
seguridad curativas carecen de plazo determinado de duración, porque no puede determinarse a priori el tiempo que tardará
una persona para superar el padecimiento que influyó en su comportamiento penalmente relevante. Asimismo, ello explica por
qué es necesaria la revisión periódica de esta medida, para determinar si la misma debe mantenerse, si debe cesar o si debe ser
modificada." (V. 1118 del 10/10/2008, SaTe)

Duración, no extinguibilidad
por amnistía o indulto, ni "[…] es criterio de esta Sala que la aplicación de las medidas curativas de seguridad establecidas en el artículo 100 del Código
suspensión pero posibilidad Penal no contravienen lo dispuesto en el artículo 40 constitucional en cuanto a la prohibición de someterse a penas perpetuas,
de que se reanuden las pues como ha quedado expuesto, según los precedentes citados, las medidas de seguridad no son penas, sino medidas
medidas de seguridad administrativas, eminentemente curativas y preventivas, aplicadas a un inimputable que ha cometido un injusto penal. En cuanto
a la indeterminación de la duración de la medida de control que contiene el artículo 100 del Código Penal, tampoco se observa
JURISPRUDENCIA
que exista roce con el artículo cuarenta citado, ello por cuanto la indeterminación que contiene la norma obedece a que en el
momento de la imposición de la medida de seguridad no se sabe con certeza cuándo pueda terminar, pues ello depende de la
respuesta del sujeto inimputable ante el tratamiento psiquiátrico que se le administre durante su internamiento o cualquier otra
medida que se disponga; estas decisiones se pueden revisar, por lo menos, cada dos años. La intervención periódica de la
autoridad jurisdiccional competente, evaluando el mantenimiento, la modificación o la cesación de la medida, conforme lo prevé
MEDIDA CURATIVA el párrafo segundo del artículo 100 del código penal, es una condición que no es compatible con una sanción perpetua, que es lo
NO ES PENA que prohíbe la Constitución. No hay en la naturaleza y contenido de la revisión, una condición que convierta tal procedimiento en
PERPETUA una formalidad que provoque, en la práctica, la perpetuidad de la medida. La indeterminación de la medida no obedece a
criterios retributivos o represivos sin ningún control, pues la evaluación periódica conforme a criterios técnicos le pone un límite
razonable y definid a la actividad represiva del Estado.
La indeterminación de la medida no responde a un abuso o exceso del poder punitivo estatal, sólo pretende evitar daños o
perjuicios a terceros en virtud de los trastornos que aqueja al sujeto activo y que no exigen una respuesta punitiva, sino que se
requiere, como corresponde en sentido estricto a las medidas de seguridad, una valoración preventiva y prospectiva, en función
del trastorno que aqueja al sujeto activo y que puede corregirse o neutralizarse mediante un tratamiento especializado. La
revisión y transitoriedad de la medida impuesta, se convierte en una garantía con la que se pretende impedir que el control
estatal propicie la arbitrariedad o una represión estatal que lesione la dignidad humana. Conforme a los argumentos expuestos,
no se considera que la norma consultada contravenga las limitaciones que impone el artículo cuarenta de la Constitución
Política." (V. 17298 del 19/11/2008, SaCon)
Clasificación y aplicación de
las medidas de seguridad
Artículo 101.- Clases
Son medidas curativas:
1) El ingreso en un hospital psiquiátrico.
2) El ingreso en un establecimiento de tratamiento especial educativo.
3) Someterse a un tratamiento psiquiátrico.
(Reformado mediante la Ley Nº 7600 del 02/05/1996)
Clases
(Art 101)
Comentario
A pesar del título que la sección lleva, difícilmente puede hablarse de una clasificación de las medidas de seguridad. Nótese que la única clase de
medida que prevé la norma son las de carácter curativo. La explicación de este sinsentido se encuentra en los cambios que ha sufrido el Art. a través
de los años que, al igual que el resto del título IV, evidencian la necesidad de reformar las normas relativas a las medidas de seguridad.
La versión original del Art. contemplaba tres clases de medidas: curativas, de internación y de vigilancia. En el Art. 102 todavía hay restos de ellas: la
libertad vigilada (inciso c) y la prohibición de frecuentar determinados lugares (inciso e). La numeración es a todas luces numerus apertus, de manera
que el legislador puede ordenar otros tipos de medidas (p.e. Art. 238).
Artículo 102.- Aplicación
Las medidas de seguridad se aplicarán así:
a) En servicios psiquiátricos idóneos o establecimientos de tratamiento especial educativo, se internarán los enfermos mentales, toxicómanos habituales, alcohólicos y sujetos de
imputabilidad disminuida que hayan intentado suicidarse. (Inciso reformado mediante la Ley Nº 7600 del 02/05/1996)
b) (Declarado inconstitucional mediante el V. 1588 del 10/03/1998, SaCon)
c) La libertad vigilada se ordenará en los casos de condena de ejecución condicional, así como en los casos en que se suspende otra medida de seguridad y el Juez ordene aplicarla
por un tiempo prudencial.
El Instituto de Criminología informará periódicamente al Juez sobre la conducta de las personas sometidas a libertad vigilada;
(Modificado mediante el V. 88 del 17/01/1992, SaCon)
d) (Declarado inconstitucional mediante el V. 88 del 17/01/1992, SaCon)
e) La prohibición de frecuentar determinados lugares es medida de prevención especial y se impondrá al condenado por delito cometido bajo la influencia del alcohol o de drogas
enervantes, del homosexualismo o la prostitución.

Comentario
Aplicación El CP no contiene una norma que señale el modo de fijar la medida de seguridad o los criterios que deberá tomar en cuenta el juez, como lo hace el Art. 71 para las penas). El Art.
(Art 102) 98 sí señala que el juez debe aplicar la medida correspondiente, pero deja a la sana crítica del juez su determinación Doctrinariamente se han esgrimido algunos criterios para
fijar la medida de seguridad, o mejor dicho, para velar porque la medida respete el principio de proporcionalidad. Castillo, citando a Fischer, habla de tres: 1) El significado
(gravedad, clase, frecuencia) del hecho punible; 2) El significado de los hechos punibles que se esperan; y 3) El grado de peligro que deriva del autor. Ziffer, por su parte, enumera
cinco criterios:
1) La intensidad del peligro a ser evitado: se evalúa la probabilidad de que el sujeto cometa delitos y la gravedad de éstos.
2) La intensidad de la injerencia en los derechos del afectado: "no sólo interesa la duración y la forma concreta de ejecución de la medida, sino también hasta qué punto ella
estará en condiciones de producir efectos positivos, que puedan ser invocados en interés del propio afectado."
3) La necesidad de la medida y su vinculación con la finalidad perseguida: se debe tener en cuenta el fin que se espera alcanzar con la medida, pues en él se encuentra su
justificación. Si se trata p.e. de la rehabilitación del toxicómano, no puede prolongarse la medida acudiendo a otros fines preventivos.
4) La adecuación de la medida: la medida debe ser adecuada para alcanzar el fin.
5) El principio de subsidiariedad y la prohibición de exceso: si varias medidas parecen adecuadas para alcanzar el fin, debe escogerse la menos gravosa para el sujeto.
De acuerdo a la jurisprudencia (véase V. 213 del 25/02/2010, TCP, citado en Art. 97), el juez debe observar el principio de proporcionalidad al dictar medidas de seguridad. Según
lo explicado en los Art. 42 s., el legislador parece haber dejado impune el caso de la perturbación de la conciencia. Véase en esos Art. asimismo el análisis de las patologías que
causan inimputabilidad o imputabilidad disminuida. La redacción del inciso a) no es muy feliz. Nótese que el inciso se dirige a sujetos que se encuentran en un estado continuo
(enfermedad mental) o recurrente (toxicómanos habituales, alcohólicos) que afecta su capacidad de imputación. No podría someterse a un tratamiento especial educativo a un
toxicómano o un bebedor casual por no estar incluido en la norma. La única medida que podría imponerse en estos casos sería la del inciso e). La medida de seguridad para
quien intente cometer suicidio pierde toda relevancia práctica con la anulación del Art. 114. En cuanto a la medida de libertad vigilada, ésta no podrá exceder la duración de la
ejecución condicional (3 a 5 años, Art. 62). En los casos del inciso e), se trata de una medida de prevención especial que puede acompañar a la pena.
11. Derecho penal
especial
11.1 Delitos de acción publica
DELITOS CONTRA LA VIDA
1. Delitos de
Homicidio

5. Homicidio
2. Delitos de
y lesiones en
Suicidio
riña
Delitos
contra
la vida

4. Delitos en 3. Delitos
contra de la contra la vida
salud e humana
integridad dependiente:
física Aborto
1. HOMICIDIOS
1. Delitos de Homicidio

1.1 Homicidio simple 1.3 Homicidio especialmente


1.2 Homicidio calificado 1.4 Homicidio por piedad 1.5 Homicidio culposo
(Art 111) atenuados

1.3.1 Homicidio en
estado de emoción 1.4.1 Eutanasia
1.2.1 Homicidio Agravado violenta. * Falta al debido deber
en razón del vinculo 1.3.2 Homicidio de cuidado
1.2.2 Homicidio a un preterintencional * Accidentes de transito
miembro de los supremos 1.3.3 Homicidio honoris
poderes * Mal praxis medica
* Bien Jurídico causa (infanticidio)
1.2.3 Homicidio con * Culpa consciente y
* Tipo Objetivo alevosía culpa inconsciente
* Tipo Subjetivo 1.2.4 Homicidio con * Principio de
* Causas de Justificación ensañamiento autorresponsabilidad
1.2.5 Homicidio por medio * Tentativa y
de un veneno participación
1.2.6 Homicidio por un
medio idóneo
1.2.7 Homicidio criminis
causa
1.2.8 Homicidio por precio
o promesa remunerativa
1.1 Homicidio simple
El bien jurídico protegido en el delito de homicidio es la vida del hombre y la mujer, diferenciándose así de los delitos de aborto (Art 118 – 122) que
tutelan la vida producto de la concepción. El articulo 21 de la Constitución Política establece “La vida humana es inviolable”, resultando que de ello
Bien Jurídico
surge no solamente el deber del Estado de no atentar contra dicha vida, sino además el deber de protección frente a las acciones de terceros. Lo
anterior se traduce en la prohibición de matar y la penalización del homicidio doloso o culposo.

Matar significa acortar la vida de la victima. Por ello es homicidio darle muerte a un hombre o a una mujer que se
Concepto de matar
encuentra agonizando y que pocos minutos después morirá.

Es importante precisar a partir de que momento es que se esta ante una persona humana protegida por el delito de
1.1 Homicidio simple homicidio, dejando ser aplicables los delitos de aborto. Para que exista homicidio (simple, agravado o atenuado), se
Concepto de nacimiento
(Art 111) requiere que la criatura haya salido del vientre materno, sin que sea necesario que se haya cortado el cordón
umbilical.

La protección de la vida del ser humano, termina con la muerte. Según el concepto clásico de muerte (muerte clínica),
se produce esta cuando cesan definitivamente la actividad del corazón y la respiración. Sin embargo la tendencia
internacional y de Costa Rica para regular la muerte, es la muerte cerebral, es decir la cesación total e irreversible de
Concepto de muerte las funciones cerebrales, aun cuando la circulación y respiración se mantengan por medios artificiales. El cese de la
actividad del corazón o de la respiración es reversible, debido a la posibilidad de trasplantes de corazón o de mantener
artificialmente la respiración durante largo tiempo artificialmente; mientras que la extinción de la función cerebral es
irreversible.
Tipo objetivo

La doctrina casi en forma unánime admite tanto los materiales (en los que se actúa físicamente sobre la victima) como
Medios de comisión del
los morales (que son los que obran sobre el psiquismo del sujeto pasivo, por ejemplo provocarle una gran emoción a
homicidio
un enfermo cardiaco con el fin de causarle un ataque al corazón.

Hay unanimidad en que el delito de homicidio puede ser cometido por acción o por comisión por omisión. En este
Comisión por omisión
ultimo caso el sujeto activo debe encontrarse en una posición de garante con relación a la vida del ofendido.

Se afirma que debe existir una relación de causalidad física entre la acción del sujeto activo y la producción del
resultado muerte y además debe podérsele imputar objetivamente el resultado al sujeto activo. En lo concerniente a la
Causalidad física e causalidad física la teoría mas importante es la teoría de la equivalencia de las condiciones. Esta teoría indica que es
imputación objetiva causa del resultado toda condición que suprimida mentalmente haría que no se produjese el resultado. En la omisión,
se realiza un juicio hipotético de inclusión, de modo que se analiza si habiéndose realizado la acción omitida se hubiese
suprimido el resultado producido.
El homicidio simple es un delito doloso, que puede ser cometido con dolo directo o eventual. Existe dolo eventual cuando el sujeto
Dolo prevé el resultado como posible, no lo quiere, pero lo acepta en caso de que se produzca. De acuerdo con la teoría de la probabilidad
hay dolo eventual y no culpa consciente si el sujeto prevé la realización del resultado no solamente como posible, sino como probable.

Tipo Subjetivo Error in persona es una forma de error en el objeto, en principio es irrelevante, ya que la acción es dirigida a darle muerte a una
persona determinada y se mata otra existiendo equivocación en cuanto a la identidad. En el error en el objeto, no existe equivalencia
Error in persona, entre los objetos confundidos, A dispara creyendo que mata B, cuando en realidad lo hacia contra un espantapájaros (tentativa
error en el golpe, inidónea). Dolus generalis supone la realización de dos actos, el primero doloso dirigido a la obtención del resultado y el segundo que
dolus generalis es el que lo produce efectivamente, producto de un error sobre el éxito del primer acto. Error en el golpe existe cuando la equivocación
es en la identidad del objeto material, sino lo que sucede es que la acción del sujeto activo da en un objeto diferente al que quería
alcanzar, dispara contra A y por mala puntería mata a B.

1.1 Homicidio El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal. Por supuesto
Simple Legitima defensa es posible la legitima defensa no solo de si mismo, sino de terceros. Debe existir un peligro real y una necesidad razonable de la defensa
empleada para repeler o impedir la agresión.

En legitima defensa, a diferencia del estado de necesidad, no se exige en principio una proporcionalidad entre el daño y el impedido.
Muerte del agresor
Así la doctrina mayoritaria, con razón, ha estimado que cuando no pueda recurrirse a un medio menos gravoso y a una lesión menos
en defensa de la
gravosa de acuerdo con las circunstancias, puede incluso privársele la vida al ladrón o causarle una lesión grave, ello con la finalidad e
propiedad
evitar que se consume la sustracción.
Causas de
Justificación
Homicidio El articulo 28 en su párrafo final indica que incurre en esta causal “aquel que ejecutare actos violentos contra el individuo extraño que,
cometido bajo una sin derecho alguno y con peligro para los habitantes u ocupantes de la edificación o sus dependencias, se hallare dentro de ellas,
legitima defensa cualquiera que sea el daño causado al intruso”. La carga de la prueba se revierte y corresponde al Ministerio Publico, al actor civil,
“Presunta” demostrar que se actuó fuera del amparo de la legitima defensa.

El consentimiento de la victima no opera en nuestro país como causa de justificación, prueba de ello es que se sanciona penalmente el
Consentimiento del
homicidio piadoso (art 116) y la instigación o ayuda al suicidio (art 115). El consentimiento del derecho habiente que habla el art 26 CP,
derecho habiente
se refiere a bienes jurídicos renunciables, sin embargo la vida por mandato constitucional (Art 21 C.Pol) es irrenunciable.
La doctrina diferencia entre estado de necesidad justificante y exculpante. El estado de necesidad justificante es cuando se sacrifica un bien
jurídico de menor valor, para salvaguardar otro de mayor valor. El estado de necesidad exculpante se da entre dos bienes jurídicos del mismo
Homicidio en estado de
valor, por ejemplo vida contra vida, es decir se mata a otro para salvar la propia vida, la doctrina admite aunque la conducta sea antijuridica y no
necesidad exculpante
puede admitirse la existencia de un estado de necesidad justificante, si se da un estado de necesidad exculpante, de modo que el sujeto en
definitiva no será penado.

Cuando el sujeto actúa bajo un error de las circunstancias que harían justificada la acción (por legitima defensa). Por ejemplo A cree que un ladrón
Homicidio en legitima
se encuentra dentro de su casa, como consecuencia de lo cual dispara, resultando que en realidad era su hijo B, el que había ingresado tarde a la
defensa putativa
casa. El articulo 35 señala que si el error no fuere invencible, la pena prevista para el hecho podrá ser atenuada.

Debe tenerse presente que el dolo (voluntad deliberada de cometer un delito) de matar del sujeto activo es lo que lleva a que un hecho sea
calificado como tentativa de homicidio (art 24) o como delito de lesiones tentado o consumado, es decir en los actos culposos (falta al debido
1.1 Homicidio simple deber de cuidado) no puede haber tentativa. También es importante distinguir entre actos preparatorios y actos de ejecución, parte de la teoría
del camino del delito o iter criminis, importancia para determinar si hubo tentativa, cuando el delito no se consumo. El art 24 C.Pen indica que es
necesario que se inicie la ejecución del delito, encaminados (es decir con dolo, intención o voluntad) a su consumación y que no se produzca por
Tentativa
causas independientes o ajenas del agente. Sin embargo en el caso de la tentativa inidónea, por inidoneidad del objeto o del medio, no es punible,
por ejemplo utilizar azúcar pensando que era veneno con la intención de matar a la victima. Otro tema importante en la tentativa es el
desistimiento, el cual según la doctrina, se da en aquel acto en el que se inicia la ejecución del delito, pero voluntariamente desiste en realizarlo,
opera como causa de exclusión de la penalidad. Para que el sujeto no sea punible no basta la voluntariedad del sujeto, sino se requiere que no se
produzca la consumación del delito. Así en los casos en que a pesar del desistimiento se produce esta, el sujeto no dejara de ser punible.

Se admite la autoría mediata. Por ejemplo: La enfermera A inyecta al enfermo B, sin saber que C previamente había puesto veneno en la
inyección. En este caso C es autor mediato (homicidio calificado). En lo relativo a la autoría mediata se sigue la teoría del dominio del hecho. Por
otro lado, en lo relativo a la coautoría lleva a la teoría del codominio funcional del hecho. El dominio del hecho lo tiene quien dirige la totalidad del
Autoría y participación
suceso hacia un fin determinado; no solo basta la conducción de los actos hacia el fin propuesto (que todo participe tiene en relación con el
hecho) sino que además debe haber una posición relativa del sujeto que actúa con este dominio de los hechos con relación a otros participes. Esto
es que si el sujeto puede “sobre-dirigir” el suceso total, tendrá dominio del hecho.
Homicidio Calificado
1. Homicidio
agravado en
razón del
vinculo
2. Homicidio a
8. Homicidio un miembro
por precio o de los
recompensa supremos
poderes

1.2
7. Homicidio Homicidio 3. Homicidio
criminis causa calificado con alevosía

(Art. 112)

6. Homicidio 4. Homicidio
por un medio con
idóneo ensañamiento

5. Homicidio
por medio de
un veneno
El Art. 112 inciso 1) del Código Penal establece como agravante del homicidio doloso cuando el mismo sea:
Texto legal “A su ascendiente, descendiente o cónyuge, hermanos consanguíneos, a su manceba o concubinario, si han procreado uno o más hijos en
común y han llevado vida marital, por lo menos durante los dos años anteriores a la perpetración del hecho.”

Fundamento de la La agravante obedece a la violación de los deberes de protección y respeto que deben existir como consecuencia de los vínculos de
agravante sangre, del matrimonio, o de una relación concubinaria que ha tenido estabilidad.

Ascendiente son los antepasados en línea directa: padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc. No comprende a los suegros,
padrastros ni a los tíos. Descendientes son los miembros de las generaciones sucesivas por línea directa, sea hijos, nietos, bisnietos,
tataranietos, etc. No es agravada la muerte del hijastro, yerno ni sobrino. Con respecto a la muerte de un ascendiente o descendiente se
discute si reúnen tal calidad el adoptante y el adoptado. La doctrina se ha pronunciado por la respuesta negativa, debido a que el
Tipo objetivo de la adoptante no es un descendiente consanguíneo del adoptado. Hermanos consanguíneos son los que tienen como progenitor a un
1. Homicidio agravado agravante mismo padre o madre, o a ambos. Cónyuges son los ligados por matrimonio. Se aplica la agravante aun en los casos de separación de
en razón del vinculo hecho y de separación judicial, ya que no se ha eliminado el vinculo matrimonial. Manceba o concubinario respectivamente se refieren a
la mujer y al hombre que conviven sin estar ligados por matrimonio. No basta que la victima sea manceba o concubinario del agente,
sino se requiere que hayan procreado uno o mas hijos en común y que haya llevado vida marital por lo menos durante los dos años
anteriores a la perpetración del hecho.

Se comete ésta aun en los casos en que el sujeto actúa con dolo eventual con respecto a la calidad de ascendiente, descendiente, etc. En
Tipo subjetivo de la cuanto al error en la persona debe señalarse lo siguiente. Si A queriendo matar a B, quien es su padre, lo confunde con C, a quien mata,
agravante la doctrina mayoritaria estima que debe estarse al resultado producido, por lo que A es responsable de un homicidio simple y no de uno
calificado.

Si A instiga a B para que mate a C, quien es el padre de B llevando a cabo B la acción instigada. A responde como instigador de un delito
Participación y de homicidio simple y B como autor de homicidio calificado.
comunicabilidad de
las circunstancias En el caso de que A instigue a B a matar a C, quien es el padre de A, llegándose a cometer el homicidio, A y B responden como instigador
y autor respectivamente de un homicidio simple, ya que la comunicabilidad se da del autor al participe y no de este al autor.
El art. 112 inciso 2) del Código Penal sanciona como agravado el homicidio: “A uno de los miembros de los Supremos Poderes y con
Texto Legal
motivo de sus Funciones”

Fundamento de la La agravante se debe a que el homicidio a uno de los miembros de los Supremos Poderes no solo afecta el bien jurídico vida, sino
agravante también el orden constitucional.

2. Homicidio a un Supremos Poderes de acuerdo con el art. 9 de la Constitución Política son el Poder Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. Miembros
miembro de los del poder ejecutivo son el presidente, vicepresidente y ministros (Art. 130 y 135 de la Const. P). No lo son los viceministros, los
supremos poderes que no están contemplados en la Constitución Política, sino en la Ley General de Administración Publica. Miembros del Poder
Tipo objetivo de la
Legislativo son los diputados (Art. 106 de la C.Pol). No son miembros de dicho Poder el contralor y el subcontralor General del la
agravante
Republica (Art. 183 de la C.Pol). Miembros del Poder Judicial son los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (Arts. 156 y 157
C.Pol). El art. 9 constitucional no le dio al Tribunal Supremo de Elecciones el carácter de Supremo Poder, aunque le otorgó
independencia frente a los Poderes del Estado y el rango de éstos.

El tipo subjetivo de la agravante exige, además del dolo de matar a uno de los miembros de los Supremos Poderes, un elemento
Tipo subjetivo de la
subjetivo particular, que sea el cargo desempeñado por el sujeto pasivo. Así quien mata a un miembro de los Supremos Poderes
agravante
por problemas personales con éste, no es responsable de homicidio agravado sino de homicidio simple.
Texto legal El articulo 112 del Código Penal establece como agravado el homicidio cometido “Con alevosía”

Se parte de que el homicidio con alevosía supone un mayor desvalor del acto. La agravante por alevosía, sin embargo, es sumamente polémica,
Fundamento de la puesto que en definitiva se basa en la existencia del quebranto de deberes de lealtad al matar, de modo que no se busque matar cuando la victima
agravante se encuentre en estado de indefensión. Por ello la agravante tiene gran relación con la misma regulación del duelo y el enfrentamiento a otro en
condiciones de igualdad, ello de acuerdo con el código de ética del duelo que lleva al respeto de criterios de lealtad en el enfrentamiento.
3. Homicidio con
alevosía Tipo objetivo de
Se requiere que el sujeto pasivo se encuentre en estado de indefensión.
la agravante

Alevosía significa “cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente”. Con relación a la alevosía
existe una corriente objetiva y subjetiva. El criterio objetivo parte de la situación de indefensión de la victima y ausencia de riesgo del agente. La
concepción subjetiva, dentro de la cual nos ubicamos, es sostenida en forma casi unánime por la doctrina. Dice que no basta el estado de
Tipo subjetivo de
indefensión de la victima, sino se requiere que el sujeto activo haya buscado esa situación de indefensión, o bien de que se haya querido
la agravante
aprovechar de la situación de indefensión en que se encontró la victima, de modo que ambos supuestos que el sujeto haya querido actuar sin
riesgo para si mismo. Así de acuerdo a la corriente subjetiva no es siempre alevosa la muerte de un recién nacido, de una persona invalida o de un
anciano, es decir de todos los que no pueden ser muertos de otro modo.
Texto legal El articulo 112 del Código Penal establece como agravado el homicidio cometido “Con ensañamiento”

Fundamento de la
La razón de la agravante es el mayor desvalor de la acción, que supone la ejecución del hecho bajo ensañamiento.
agravante

4. Homicidio con
La agravante de ensañamiento supone el causarle sufrimientos innecesarios a la victima antes de que muera. El dolor puede ser tanto físico como
ensañamiento Tipo objetivo de
psíquico. Objetivamente se requiere el aumento del dolor del sujeto pasivo. Cuando se esta en una posición de garante puede ser realizado por
la agravante
omisión, “ya que el dejar morir a otro de hambre o de sed importa un aumento deliberado e inhumano del dolor”

El tipo subjetivo exige no solo el dolo de matar, sino además que el autor en la ejecución de acción busque que la victima sufra antes de morir. La
Tipo subjetivo de
doctrina ha señalado que no basta la repetición de golpes (propia mas bien de los actos cometidos en arrebatos de pasión o de colera) para que se
la agravante
de la agravante de ensañamiento, sino se necesita que con los múltiples golpes se persiga causar mas sufrimiento a la victima.
El articulo 112 inciso 4) del Código Penal contempla como homicidio calificado al que se produzca “Por medio de veneno insidiosamente
Texto legal
suministrado”

La razón de la agravante tiene orígenes históricos, en el pasado era un modo común de matar, debido a la dificultad de comprobar las causas,
Fundamento de la
sin embargo con el progreso de la Toxicología ha hecho que haya perdido importancia. La razón de la agravante se basa además en el estado
agravante
de indefensión en que se encuentra la victima.

Veneno es cualquier substancia que, introducida en el cuerpo o aplicada en él en poca cantidad le ocasiona la muerte o graves trastornos. El
concepto de veneno debe ser objetivo, de modo que no comprende substancias que no causan daño a la generalidad de las personas, pero
5. Homicidio por
Tipo objetivo de la con relación a un sujeto determinado le pueden causar daño en la salud, por ejemplo el azúcar a un diabético. El veneno puede ser
medio de un veneno
agravante suministrado de diversas maneras, por ejemplo por vía oral, rectal, hipodérmica, respiratoria, subcutánea. No basta que se mate utilizando
veneno, para que opere la agravante, sino se requiere que el veneno haya sido insidiosamente suministrado, es decir con engaño, sin que el
sujeto pasivo se haya dado cuenta de que lo que toma, inhala, se le inyecta, etc, es veneno.

Tipo subjetivo de la
Se requiere que la agravante este cubierta por el dolo del agente.
agravante

La doctrina ha considerado que el comprar veneno es mero acto preparatorio, pero el poner veneno en la comida de la victima por ejemplo,
Tentativa
si es de ejecución.
El articulo 112 inciso 5) del Código Penal sanciona como agravante del homicidio el que el mismo sea realizado “Por un medio idóneo
Texto legal
para crear un peligro común”.

Fundamento de la El motivo de la agravante es el peligro que la forma de comisión del homicidio supone con respecto a terceros o bienes de otros.
agravante Algunos lo ven también en la indefensión de la victima.
6. Homicidio por un
medio idóneo para
crear un peligro
Medio idóneo para crear un peligro común es aquel que provoca un peligro indiscriminado a gran cantidad de personas o bienes
común
Tipo objetivo ajenos. Concuerda la doctrina en que para la aplicación de la agravante, no es necesario que efectivamente se produzca el peligro para
la seguridad común, sino basta que el medio utilizado sea idóneo para producir un peligro de dicha índole.

Se esta ante un homicidio calificado aun cuando el sujeto activo no quiera el resultado de muerte, pero lo acepta si se produce o sea si
Tipo subjetivo
actúa en dolo eventual.
El articulo 112 inciso 5) del Código Penal agrava el homicidio cuando se realiza “Para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para
Texto legal
asegurar sus resultados o procurar para sí o para otro la impunidad o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito”

La agravante se caracteriza por la exigencia de un elemento subjetivo del tipo distinto del dolo, evidenciado por las preposiciones “por” y “para”.
El homicidio se comete para preparar cuando con el se procura obtener los medios o colocarse en situaciones que permiten la ejecución del otro
delito; para consumarlo cuando es el medio para ejecutar el otro delito (matar para vencer la resistencia del que se resiste a que lo roben); para
ocularlo cuando con el homicidio se procura que el otro delito no llegue a ser conocido (matar al único testigo presencial o su victima). El
homicidio tiene como finalidad asegurar los resultados del otro delito, cuando mediante el se procura afirmar la pertenencia de los bienes que se
Tipo subjetivo de han obtenido del otro delito ya consumado o de lo que se piensa obtener del delito que se va a cometer.
7. Homicidio la agravante La impunidad puede procurarse por ejemplo dándole muerte a quien trata de evitar la fuga del sujeto. Puede procurarse tanto con respecto a un
criminis causa delito doloso como a uno culposo. El homicidio por no haber logrado el autor el fin propuesto al intentar otro delito, supone que se mata por
despecho, ante la frustración de no haber obtenido lo que se pretendía con el otro delito, el que pudo haber quedado en estado de tentativa o
haberse consumado. No es necesario que el fin propuesto con el homicidio se logre, ni siquiera que fuese posible lograrlo a través de el.
El tipo subjetivo no exige una preordenación anticipada, deliberada, resuelta de antemano. En cuanto a la muerte del sujeto pasivo bastaría el
dolo eventual.

Un problema sobre el que ha vacilado la jurisprudencia es que sucede cuando el otro delito ha sido intentado o consumado por el mismo autor
Problema de del homicidio. Se han enfrentado varias tesis: La primera de ellas dice que se esta ante un concurso material. Nuestro criterio es que cuando el
concursos homicidio es llevado a cabo para preparar, facilitar o consumar el otro delito, el concurso es ideal, por formar parte del homicidio del iter criminis
del otro delito. En los demás casos el concurso es material.
Texto legal El articulo 112 inciso 7) del Código Penal prevé como homicidio agravado la muerte de una persona “Por precio o promesa remuneratoria”

Esta agravante supone la intervención de dos sujetos; el que da el precio o promete la remuneración, y el que realiza el hecho motivado por
el precio o promesa. Implica un acuerdo expreso entre ambos sujetos, no bastando el tácito. El precio se da antes de la ejecución del hecho,
mientras la promesa se refiere al pago que se hará una vez realizado éste. Tanto el precio como la promesa remuneratoria abarcan no solo
Tipo objetivo de la
el dinero, sino también cualquier otro beneficio valorable económicamente, por ejemplo el ascenso laboral a un puesto mejor remunerado,
agravante
la condonación de una deuda, etc. El incumplimiento posterior de lo prometido no elimina la agravante. No se agrava el homicidio si con
posterioridad se otorga una remuneración con la muerte, pero no se había prometido antes de ejecutarse esta. Mandante y mandatario
8. Homicidio por responden respectivamente como instigador y autor de un delito de homicidio agravado.
precio o recompensa

Tipo subjetivo de la En cuanto al tipo subjetivo, debe indicarse que el delito es doloso, pero debido a que la razón de la agravante es el motivo que inspira al
agravante ejecutante, se necesita además un elemento subjetivo del injusto particular. El error en la persona es irrelevante.

No se produce una comunicabilidad de las circunstancias personales agravantes. En el homicidio por precio o promesa remuneratoria,
Participación y
como se dijo, hay un elemento subjetivo del tipo diferente del dolo (“por”), que hace se trate de una circunstancia personal agravante de la
comunicabilidad de
infracción, de modo que al no estar prevista en el Art. 49 del Código Penal no se debe aplicar a los participes. Por ello si A le paga a B para
las circunstancias
que mate a C, entonces B responde por homicidio agravado, pero A es responsable por instigación a homicidio simple.
Homicidios Especialmente
Atenuados
1. Homicidio en
estado de
emoción violenta

Homicidios
especialmente
atenuados
(Art 113)

3. Homicidio
2. Homicidio
honoris causa
preterintencional
(infanticidio)
El articulo 113 inciso 1) del Código Penal sanciona como responsable de un homicidio especialmente atenuado “A quien haya dado
muerte a una persona hallándose el agente en estado de emoción violenta que las circunstancias hicieren excusable. El máximo de la
Texto legal
pena podrá ser aumentado por el Juez sin que pueda exceder de diez años si la víctima fuere una de las comprendidas en el inciso
primero del artículo anterior”

Fundamente de la
La razón de la atenuante de emoción violenta es que la misma implica una menor culpabilidad del agente.
atenuante

La emoción supone un “estado de conmoción de animo en que los sentimientos se acervan, alcanzando limites de gran intensidad”. Se
cita como ejemplos la ira, el dolor, la irritación, el miedo. No basta cualquier emoción, sino se requiere que sea violenta, o sea que
tenga tal grado de magnitud que impida que el sujeto tenga la capacidad de reflexión que posee normalmente sobre comisión o no del
hecho delictivo. La doctrina ha indicado que el estado de emoción no debe privar de la conciencia de la criminalidad de su conducta o
de la dirección de ella, pues en ese caso se estaría ante una situación de inimputabilidad. Se ha dicho por la doctrina que al hacer
referencia la ley a que el estado de emoción violenta debe ser excusable de acuerdo con las circunstancias, la causa debe ser externa,
1. Homicidio en estado no siendo consecuencia de su propio temperamento ni habiendo sido provocada por él. El estado de emoción violenta requiere de dos
de emoción violenta Tipo objetivo de la elementos básicos. Un elemento interno o subjetivo que consiste en la alteración psíquica violenta e irreflexiva, pero también es
atenunate indispensable la presencia de un elemento externo u objetivo que podemos ubicar como la causa eficiente e idónea que provoque ese
estado de alteración psíquica. “Las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que sucedieron los hechos, no hacen excusable el
pretendido estado de emoción violenta, toda vez que no se constata una causa eficiente que pudiera generar en el imputado una
emoción de carácter violento, sino una causa fútil (a saber, el acoso y las recriminaciones justas o injustas que hizo el ofendido al
encartado, e un evidente y alto grado de intoxicación alcohólica) que no es suficiente para motivar y hacer comprensible una emoción
de esa índole”. En otros términos, la emoción violenta es un concepto jurídico que requiere de un estado de alteración psíquica, pero
también de una causa idónea generalmente provocada por la propia victima o por circunstancias atribuibles a ella, de tal magnitud que
hacen perder el control normal al agresor, quien llega a comportarse de una manera distinta y agresiva.

Siguiendo el concepto de culpabilidad como reproche, debe decirse que este se mantiene aunque atenuado, en los casos de
imputabilidad disminuida, por lo que no se elimina la culpabilidad, sino solo puede tener importancia para la fijación de la pena. La
Emoción violenta e
imputabilidad disminuida no supone la exclusión de la culpabilidad, pudiendo imponerse una pena, solamente que la misma debe
imputabilidad
disminuirse por la reducción del reproche. En efecto, si se parte que la emoción violenta es un caso de imputabilidad disminuida y que
disminuida
en la emoción violenta puede imponerse una pena, operando como una causa de atenuación de la misma, entonces hay que afirmar
que la imputabilidad disminuida no excluye la culpabilidad.
El articulo 113 inciso 2) del Código Penal dice que debe ser sancionado como responsable de homicidio especialmente atenuado, previsto con
Texto legal
prisión de uno a seis meses: “El que con la intención de lesionar causare la muerte de otro”.

En realidad el homicidio preterintencional no debería existir como delito particular, debiendo aplicarse las reglas del concurso ideal entre
2. Homicidio Política Criminal homicidio culposo y lesiones dolosas para resolver los casos que se diesen. Lo anterior ya que no se justifica una penalidad diferente a la que tiene
preterintencional el homicidio culposo, pudiendo ser excepcionalmente aumentada de acuerdo con las reglas del concurso ideal.

En el homicidio preterintencional el sujeto activo quiere causar un daño en el cuerpo o en la salud de la victima, pero le produce la muerte,
resultando que se causa como consecuencia de la falta al debido cuidado del agente. Si el sujeto activo actuó con dolo eventual con respecto al
Tipo penal de la
resultado muerte, es decir lo previo como posible, no lo quería pero lo aceptaba en caso de producirse, no se estaría ante un homicidio
atenuante
preterintencional, sino ante un homicidio doloso. Si la muerte se causa como consecuencia de un caso fortuito, se estaría ante un delito de
lesiones.
El articulo 113 inciso 3) del Código Penal sanciona como responsable de homicidio especialmente atenuado: “A la madre de buena fama que
Texto legal
para ocultar su deshonra diere muerte a su hijo dentro de los tres días siguientes a su nacimiento”

Fundamento de la El fundamento de la atenuante es la menor culpabilidad de la mujer que actúa para salvar su honor sexual, ello debido a la presión que es de
atenuante esperar del medio social.

Tipo Objetivo de la Sujeto activo de esta atenuante es la madre. Se requiere que la muerte del niño se lleve a cabo dentro del lapso que va desde el nacimiento
atenuante hasta los tres días siguientes a este.
3. Homicidio
honoris causa
La atenuante gira alrededor de la finalidad de ocultar la deshonra (elemento subjetivo del tipo distinto del dolo). La honra que se trata de
(infanticidio) proteger por la mujer es la sexual, procurándose así que las relaciones sexuales no fundadas en el matrimonio, que el nacimiento revelerá, no
trasciendan a terceras personas ajenas al ámbito de intimidad de la mujer. Es indiferente que la mujer sea soltera, casada, divorciada o viuda,
Tipo subjetivo de la siempre que el embarazo haya sido producto de una relación extramatrimonial. La doctrina ha aceptado como cubierto por la atenuante el
atenuante caso de la mujer casada que ha tenido relaciones sexuales con su marido antes del matrimonio, presentándose el parto a los pocos meses de
celebrado este. Lo esencial para que opere la atenunante es que la mujer crea que las relaciones sexuales ilegitimas y el embarazo no son
conocidos por terceros, y que obre para ocultar su falta sexual, objetiva. Se ha negado la atenuante cuando ha mostrado públicamente su
embarazo, o cuando lo ha dado a conocer a terceras personas ajena a su ámbito de intimidad.

Comunicabilidad de No se benefician los otros parientes, como son el padre, abuelos, hermanos, etc. Ya que de acuerdo al articulo 49 párrafo segundo del Código
las circunstancias Penal no opera la comunicabilidad de las circunstancias que disminuyen la penalidad.
Homicidio por piedad
El articulo 116 del Código Penal establece: “Se impondrá prisión de seis meses a tres años al que, movido por un sentimiento de piedad, matare a un enfermo
Texto legal
grave o incurable, ante el pedido serio e insistente de éste aún cuando medie vínculo de parentesco“

La eutanasia no es nueva, sin embargo, durante los últimos años se ha intensificado, puesto que un sector importante de la doctrina ha considerado a la
eutanasia como una concretización del derecho a morir con dignidad. Platón hizo defensa a la eugenesia (Permitir morir a personas por imperfecciones, pureza
de la raza) “En cuanto aquellos cuyo cuerpo esta mal constituido, es les dejara morir”. A favor de la criminalización de la eutanasia se indica, con razón, que
Política Criminal según lo establece la Constitución Política la vida es inviolable (Art. 21), de modo ue una persona no puede quitarle la vida a otra, ello a pesar del
consentimiento que haya dado esta. Se ha dicho además que toda flexibilización de la prohibición de matar es inaceptable, ya que lleva a una relativización de
la protección de la vida, no siendo posible la admisión de consideraciones de utilidad. Además se dice que se lleva al peligro del abuso y a afectar la relación de
confianza entre el paciente y el medico. El consentimiento en la propia muerte no suprime la punibilidad del hecho, sino que, a lo sumo, la atenúa.

Fundamento de la Partió el legislador del criterio de que la eutanasia debe ser contemplada como delictiva, ya que implica un atentado a la vida. Sin embargo, que la
atenuante reprochabilidad al agente es menor que en el homicidio simple, debido al consentimiento del sujeto pasivo y a los motivos que inspiraron al sujeto activo.

La enfermedad padecida por un sujeto pasivo debe ser no solo grave sino también incurable. Por ejemplo un cáncer terminal. El Código dice que la enfermedad
debe ser grave e incurable. La enfermedad debe producir un gran sufrimiento a la victima, prueba de lo cual es que se exige que el agente actúe por un
Homicidio por Tipo objetivo de la
sentimiento de piedad. El consentimiento de la victima debe reunir las características de serio e insistente, por lo que no basta una mera actitud pasiva que
piedad atenuante
pudiera significar un consentimiento tácito. La seriedad hace referencia a que el pedido de acuerdo a las circunstancias en que es expresado, aparezca como
sincero, reflejando así la voluntad de la victima. La insistencia implica que la solicitud haya sido formulada por el sujeto pasivo en forma reiterada.

La persona pide que la dejen morir, que no le den tratamiento. Igualmente debe distinguirse la eutanasia activa de la pasiva. La eutanasia pasiva supone no
alargar la vida del enfermo incurable para evitarle sufrimientos inútiles, no es punible, posición dominante doctrinalmente. La eutanasia activa es acortarle la
vida. La misma Iglesia Católica no es contraria a la eutanasia pasiva, admitiendo supuestos de la misma, haciendo para ello una distinción entre medios
Eutanasia Pasiva ordinarios y habituales de prolongación de la vida y aquellos que son extraordinarios o desproporcionados. Importante es tener en cuenta que la voluntad del
paciente es fundamental con respecto a la prolongación del tratamiento. Precisamente a nadie puede sometérsele a un tratamiento en contra de su voluntad.
Por otro lado no prolongar innecesariamente la vida del paciente y con ello los dolores del mismo, es una consecuencia del principio de dignidad de la vida
humana, del que deriva el derecho a una muerte digna.

Esta implica administrarle lenitivos (medicamentos que mitigan el dolor físico o moral) al paciente para aliviarle el dolor cruel que sufre, que como efecto
secundario pueden adelantarle la muerte. En realidad se esta no ante una ayuda a para morir, sino ante una ayuda en el morir, que debe ser aceptada de
acuerdo, con el primado de la protección de la dignidad de la persona, que lleva a que tenga derecho a morir lo mas plácidamente posible. La Sala
Eutanasia Indirecta constitucional estableció el derecho de la persona que padece grandes dolores a causa del cáncer, a que los farmacéuticos le venda la cantidad de ampolletas
de morfina recetadas por el medico respectivo. Se dijo en el fallo “Difícilmente de pocas cosas en la vida se tiene tanta certeza como de la inevitabilidad de la
muerte. Todos estamos destinados a morir, lo que no sabemos es donde y bajo que circunstancias hemos de enfrenta ese inevitable hecho. Aunque la muerte
es incambiable, el morir humano si ha cambiado a través del tiempo conforme la ciencia medica ha cambiado
Homicidio culposo
Artículo 117.- Homicidio culposo
Se impondrá prisión de seis meses a ocho años a quien por culpa mate a otro. En la adecuación de la pena al responsable, el tribunal deberá tomar en cuenta el grado de
culpa y el número de víctimas, así como la magnitud de los daños causados. En todo caso, al autor del homicidio culposo también se le impondrá inhabilitación de uno a cinco
años para el ejercicio de la profesión, el oficio, el arte o la actividad en la que se produjo el hecho.
Se impondrá pena de prisión de un año a diez años e inhabilitación para la conducción de todo tipo de vehículos, por un período de tres a siete años a quien, por culpa y por
medio de un vehículo automotor, haya dado muerte a una persona, encontrándose el autor bajo las conductas categoría A de la Ley de Tránsito por las Vías Públicas
Terrestres y Seguridad Vial, o bajo la influencia de bebidas alcohólicas, con una concentración de alcohol en sangre superior a cero coma setenta y cinco gramos (0,75 g) por
cada litro de sangre o con una concentración de alcohol en aire superior a cero coma treinta y ocho miligramos (0,38 mg) por litro.
Igual pena se aplicará en los casos en que el autor del hecho sea un conductor profesional o un conductor cuya licencia de conducir haya sido expedida por primera vez en un
Texto legal plazo inferior a tres años, respecto del día en que se detectó la presencia del alcohol, cuando la concentración de alcohol en sangre sea superior a cero coma cincuenta
gramos (0,50 g) de alcohol por cada litro de sangre o cuando la concentración de alcohol en aire sea superior a cero coma veinticinco miligramos (0,25 mg) por litro, o bien,
en los casos en que el autor del hecho se encuentre bajo la influencia de drogas tóxicas, estupefacientes, sustancias psicotrópicas u otras sustancias que produzcan estados
de alteración y efectos enervantes o depresivos análogos, de acuerdo con las definiciones, los alcances y las características que haya establecido el Ministerio de Salud.
Cuando se trate de un conductor reincidente de alguna de las conductas señaladas en los párrafos anteriores, el mínimo de la pena de inhabilitación para la conducción de
todo tipo de vehículos será de cinco años y el máximo podrá ser hasta de nueve años.
Cuando se imponga una pena de prisión de tres años o menos, el tribunal podrá sustituir la pena privativa de libertad por una multa pecuniaria la cual no podrá ser menor de
un salario base, ni mayor de tres salarios base mensual, correspondiente al "Auxiliar Administrativo Uno", que aparece en la Relación de Puestos del Poder Judicial, de
conformidad con la ley de presupuesto ordinario de la República, aprobada en el mes de noviembre anterior a la fecha en que se cometa la infracción de tránsito asociado a
una medida alternativa de prestación de servicio de utilidad pública, que podrá ser de trescientas ochenta horas a mil ochocientas horas de servicio, en los lugares y la forma
que disponga la autoridad jurisdiccional competente.

El delito culposo de homicidio tiene elementos objetivos y subjetivos. Los ultimos se dan en los supuestos de culpa consciente, no asi en los de culpa inconsciente. Sin
Tipo objetivo y embargo, la doctrina mayoritaria prefiere reservar la distinction entre tipos objetivos para los delitos dolosos. Lo anterior debido a que la misma pierde importancia en los
Homicidio culposo subjetivo delitos culposos, en los que incluso es irrelevante que el delito se haya cometido con culpa consciente o inconsciente. Sin embargo, debe reconocerse que la Sala Tercera de
la Corte Suprema de Justicia ha hecho la distinction entre tipo objetivo y tipo subjetivo en los delitos culposos.

El homicidio culposo requiere que en la causacion de la muerte de otro se haya actuado con falta del debido cuidado. Ello surge de la comparacion entre la conducta realizada
Falta al debido cuidado y la exigida por el deber de cuidado de evitar peligros para la vida, la integridad fisica o la salud de otros en la situacion concreta. La falta al debido cuidado es un element
normative del tipo de homicidio culposo, que hace que se convierta este en un tipo abierto, que debe ser completado con valoraciones juridicas.

No basta que se actue con falta al debido cuidado y que se produca el resultado, sino se require que éste se haya producido como consecuencia de la acción u omisión del
autor, de acuerdo con la teoría de la equivalencia y además que el resultado sea atribuible al autor de acuerdo con la teoría de la imputación objetiva, entendida no solo
Imputación objetiva como la constatación del nexo causal, sino también de la existencia de tal citada intención o previsibilidad, en tanto las normas solo prohíben resultados evitables, y para ser
del resultado evitables, deben ser previsibles. Se niega la imputación objetiva cuando el resultado se hubiese producido aun si el autor hubiese actuado correctamente. De gran
importancia es el concepto de riesgo permitido, el cual presupone que no se ha procedido en contra del debido cuidado. Desde el punto de vista probatorio, debe
demostrarse con una probabilidad lindante a la seguridad que en el caso de que el sujeto hubiese actuado conforme al debido cuidado no se habría producido el resultado.
Con respecto a la falta al deber de cuidado se distingue entre culpa consciente e inconsciente. La culpa consciente supone que el sujeto previó el resultado
como posible, no lo quería ni lo acetaba, considerando que por su buena suerte o pericia el resultado no se produciría. La distinción entre la culpa consciente
Culpa consciente vs
y el dolo eventual es difícil de establecer en la practica. Para la distinción son importantes la teoría del asentamiento y la teoría de la probabilidad. En lo
Inconsciente
relativo a la punibilidad de la culpa inconsciente existe discusión, puesto que algunos la llegan a negar como contraria al principio de culpabilidad, ya que se
afirma que si el autor no se representa el peligro de acción difícilmente podrá motivarse para la corrección del curso de la misma.

La tesis tradicional en materia de delitos culposos es que la culpa de la victima no exime de responsabilidad al autor, aunque puede tener consecuencias en
cuanto a la responsabilidad civil. Si bien en principio del Derecho Penal moderno se tiene que, en materia de hechos culposos, la culpa de la victima no
exonera la del victimario, también es cierto que resulta necesario cuestionar siempre hasta que punto la imprudencia o negligencia del agraviado pudo haber
Principio de contribuido al daño, e incluso llegar a descartar la culpa del presunto autor de la acción; máxime si, podrían mediar circunstancias que adicionalmente
autorresponsabilidad vendrían a hacer menos previsible o evitable esa lesión. Hoy encuentra excepciones en la doctrina, la que ha elaborado dentro de la victimología el principio
de autorresponsabilidad. Ello se refiere a los supuestos en que el autor y la victima con independencia actúan con una falta del debido cuidado, por ejemplo
ambos conductos actuaron imprudentemente en el manejo de sus respectivos vehículos, lo que produjo el accidente, o bien la victima atropellada actuó con
falta al debido cuidado, al igual que el conductor del automóvil. El tribunal de Casación asumió el principio de autorresponsabilidad en el voto 122-F-99.

Tentativa y
Homicidio culposo Los delitos culposos no admiten tentativa
participación

La doctrina ha discutido sobre la producción del resultado muerte es una mera condición objetiva de punibilidad o es un elemento del tipo penal. El criterio
que ha imperado es este ultimo. Se ha planteado de si lo fundamental con respecto a los hechos delictuosos es el desvalor del acto o el desvalor del resultado.
Lo anterior tiene importancia a efecto de determinar la pena a imponer. Si se parte del desvalor del acto, la pena debe fijarse atendiendo a la gravedad de la
Importancia del
falta del debido cuidado. Si se considera que lo fundamental es el desvalor del resultado, la gravedad de este será determinante para precisar la pena. Nos
resultado
adherimos a una posisicon dualista según la cual no debe darse primacía al desvalor del actor ni al desvalor del resultado, ya que ambos tienen igual
importancia. Nuestro Código parte de una concepción dualista al señalar que en la adecuación de la pena, el Tribunal deberá tomar en cuenta el grado de
culpa (desvalor del acto) y el numero de victimas, así como la magnitud de los daños (desvalor del resultado).

El articulo 117 del Código Penal, indica que se impondrá prisión de seis meses a ocho años a quien por culpa mate a otro. Esta valoración se realiza según el
modo de fijación de la pena establecida en el articulo 71 del Código Penal, haciendo una serie de valoración las cuales se señalan en dicho articulo. Al mismo
tiempo el articulo 117 señala la inhabilitación de uno a cinco años para el ejercicio de la profesión, oficio, arte o actividad en la que se produjo el hecho. Así si
se trata de una mala praxis medica correspondería la suspensión en el ejercicio de la medicina. Igualmente si el imputado tiene el oficio de chofer puede
Penalidad prohibírsele el ejercicio de dicho oficio. Asimismo indica pena de prisión de uno a diez años e inhabilitación para la conducción de todo tipo de vehículos, por
un periodo de tres a siete años a quien, por culpa y por medio de un vehículo automotor, haya dado muerte a una persona, encontrándose el autor bajo las
conductas categoría A de la Ley de Transito por las Vías Publicas y Terrestres y Seguridad Vial, o bajo la influencia de bebidas alcohólicas, con una
concentración superior a 0,75g por cada litro de sangre o una concentración de alcohol en el aire a 0,38mg por litro. E indica medidas distintas cuando el
conductor es profesional o licencia expedida en un plazo inferior a tres años.
2. Delitos de Suicidio
2. Delitos de
Suicidio

2.1 Tentativa de 2.2 Instigación o


Suicidio ayuda al suicidio
(ANULADO - 114) (Art 115)
ARTÍCULO 115.- Será reprimido con presión de uno a cinco años el que instigare a otro al suicidio o lo ayudare a cometerlo, si el suicidio
Texto legal
se consuma. Si el suicidio no ocurre, pero su intento produce lesiones graves, la pena será de seis meses a tres años.

En el Catecismo de la Iglesia Católica se condena la ayuda al suicidio. Así se dice: “La cooperación al suicidio es contraria a la ley moral”.
Política criminal Si bien la tendencia en el Derecho Comparado es la no incriminación de la tentativa de suicidio, no sucede lo mismo con la instigación o
ayuda al suicidio. En la practica el delito de instigación o ayuda al suicidio ha tenido poca importancia en la practica.

Instiga al suicidio quien persuade a otro a suicidarse. No existe Instigación al suicidio si la victima ya estaba decidida a suicidarse y lo que
Tipo Objetivo se hace es reforzarle su propósito. Ayuda quien coopera con el suicida sin tener el dominio ni el codominio del hecho. Debe tenerse
2.2 Instigación o presente que el que instiga o ayuda al suicidio, es autor de un delito de este tipo, y no participe de él.
ayuda al suicidio
La doctrina mayoritaria dice que puede ayudarse al suicidio por omisión, es decir que se puede cometer el delito por comisión por lo
que debe evitar el suicidio No compartimos la tesis de la admisión del suicidio por omisión, ya que quien encontrándose en posición de
Comision por garante no evita el suicidio, es autor de un homicidio por comisión por omisión, y no de un delito ayuda al suicidio. Diferente es el caso
omisión de la mera pasividad ante el suicidio sin que exista una posición de garante. Por ejemplo A no avisa al medico de que B quien aun se
encuentra vivo, se esta desangrando como consecuencia de una acción suicida, como resultado B muere. Se considera, con razón, que
este hecho solo podría ser sancionado como omisión de auxilio.

Tipo subjetivo El delito es doloso, bastando el dolo eventual


3. Delitos en contra de la vida humana
dependiente: Aborto
Artículo 118.- El que causare la muerte de un feto será reprimido:
1) Con prisión de tres a diez años, si obrare sin consentimiento de la mujer o si ésta fuere menor de quince años. Esa pena será de dos a ocho
años, si el feto(*) había alcanzado seis meses de vida intrauterina;
Aborto con o sin (*) (Nota de Sinalevi: En la redacción de este inciso es evidente la falta del adverbio de negación "no" para darle sentido a su objetivo. De la
consentimiento (Art 118) forma como aparece en el texto original carece de lógica, pues la pena es menor por un hecho más grave. Obsérvese que el inciso posterior
sí contiene el adverbio indicado).
2) Con prisión de uno a tres años, si obrare con consentimiento de la mujer. Esa pena será de seis meses a dos años, si el feto no había
alcanzado seis meses de vida intrauterina. En los casos anteriores se elevará la respectiva pena, si del hecho resultare la muerte de la mujer.

ARTÍCULO 119.- Será reprimida con prisión de uno a tres años, la mujer que consintiere o causare su propio aborto. Esa pena será de seis
Aborto Procurado (Art 119)
meses a dos años, si el feto no había alcanzado seis meses de vida intrauterina.

Aborto Honoris Causa (Art ARTÍCULO 120.- Si el aborto hubiere sido cometido para ocultar la deshonra de la mujer, sea por ella misma, sea por terceros con el
120) consentimiento de aquélla, la pena será de tres meses hasta dos años de prisión.
3. Delitos en contra de la
vida humana dependiente:
Aborto ARTÍCULO 121.-No es punible el aborto practicado con consentimiento de la mujer por un médico o por una obstétrica autorizada, cuando
Aborto impune (Art 121) no hubiere sido posible la intervención del primero, si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y éste no
ha podido ser evitado por otros medios.

El bien jurídico tutelado en los delitos de aborto es la vida del producto de la concepción. El aborto protege frente a los atentados en contra
de la vida del producto de la concepción, pero no están criminalizando los atentados contra la salud de este, o sea los casos en que se afecta
Bien jurídico tutelado
esta sin que pueda hablarse de la existencia de una tentativa de aborto. Si el feto no ha alcanzado los seis meses de vida intrauterina es
atenuante.

Algunos han considerado que no era necesario regularlo expresamente, ya que esta contemplado por el estado de necesidad. El criterio que
ha imperado es que el aborto terapéutico es mas amplio que el estado de necesidad contemplado en la parte general. Así para que exista
este se requiere que el mal que se quiere evitar sea inminente, mas en el aborto terapéutico no se necesita esto, puesto que el peligro para l
Justificacion aborto vida o salud de la madre puede ser futuro. Mientras en el estado de necesidad no hay limitación subjetiva de los que pueden actuar, en el
terapeutico aborto terapéutico solo se permite que lo lleve a cabo un medico, y en caso de ausencia de este una obstétrica autorizada. A diferencia del
estado de necesidad se necesita el consentimiento de la madre. No puede suplir la falta de consentimiento de la madre, la conformidad de
los parientes de ella. Si falta el consentimiento de la madre solo se podrá practicar el aborto cuando se den los supuestos del estado de
necesidad.
La doctrina discute sobre a partir de que momento comienza la vida humana, si desde el momento de la fecundación o de la anidación del óvulo
fecundado en el útero materno (que ocurre a los 14 días de la fecundación). Según nuestro criterio debe partirse de la fecundación, debido a que
al ocurrir esta es que empieza la vida humana dependiente, ello según lo establecido en la Convención Americana de Derechos Humanos. El
concepto de aborto utilizado por el Derecho Penal no coincide con el médico. Así para el Derecho Penal aborto es la muerte del producto de la
concepción, la que se puede llevar a cabo dentro del seno de la madre o provocando la expulsión prematura. En cambio para la Obstretricia es la
expulsión del producto de la concepción antes de que sea viable, es decir, antes de los seis meses de embarazo, ya que despues de ese tiempo lo
Aborto con o sin que existe es un parto prematuro. El sujeto activo el delito de aborto con o sin el consentimiento es una persona diferente a la madre, ya que con
consentimiento de la respecto a esta aplica el articulo 119 del C.P. El consentimiento o no de la madre opera para determinar la penalidad del aborto. Si no ha mediado
madre consentimiento la pena a imponer es mayor, ya que no solo se protege la vida del producto de la concepción sino también el derecho a la
maternidad de la mujer. No existe consentimiento cuando la madre es inimputable, o ha sido obtenido mediante engaño o intimidación. El
legislador establece que no es valido el consentimiento de la menor de quince años por considerar que no tiene la madurez necesaria para
otorgarlo. Feto según el Diccionario de la Real Academia Española es el embrión desde que se implanta en el útero hasta el momento del parto.
Pierde por ello importancia la distinción que se hace en ocasiones entre embrión y feto, puesto que el concepto de feto en sentido amplio abarca
ambos. La consumación del delito supone la muerte del feto, pero la muerte no necesariamente tiene que ocurrir en el seno materno, sino puede
acaecer fuera de este a causa de la expulsión prematura. El tipo subjetivo de aborto admite el dolo eventual y tentativa.

En el ultimo párrafo el 118 prevé que se elevara la respectiva pena, si del hecho resultare la muerte de la mujer. Se trata de una agravante por el
resultado muerte, con respecto al cual rige lo establecido por el articulo 37 del C.P (Pena mas grave por consecuencia especial del hecho). Se
aplica la agravante cuando con respecto al resultado muerte de la madre, el sujeto ha actuado con culpa, pero no si ha realizado su accion con
Agravante por el dolo, aun eventual, ya que en tal supuesto se estaría ante un concurso de delitos, de homicidio doloso con el de aborto. Contrario al criterio
resultado muerte externado por nosotros algunos comprenden dentro de la agravante la situación existente cuando el sujeto ha actuado con dolo eventual en lo
atinente a la muerte de la mujer. Si la mujer no se encontraba encinta no se esta ante una agravante por el resultado, sino ante homicidio
3. Delitos en contra de la culposo, estándose en lo relativo al aborto ante una tentativa inidónea no punible. Para que la agravante por el resultado muerte de la mujer se
vida humana aplique no es necesario que el producto de la concepción también muera.
dependiente: Aborto
Con respecto al tipo objetivo, se prevén dos supuestos con relación a la madre: a) El consentir para que terceros le practiquen el aborto. El
consentimiento por si solo no es punible, sino se requiere que efectivamente se haya empezado a ejecutar el aborto. El consentimiento puede ser
expreso o tácito. La conducta de los terceros que realizan el aborto esta regulado por el art. 118 inciso 2) del Código Penal; b) El causar el propio
aborto. La mujer tiene aquí el dominio del hecho acerca del aborto. Los sujetos que instiguen a cooperen con la mujer en este supuesto, no
Aborto procurado
estarán regidos por el art. 118 inciso 2) del Código Penal, sino serán participes del delito que se comenta. El tipo subjetivo del delito exige el dolo
de la mujer. Con respecto a causas de justificación, es aplicable a la madre la cusa de justificación del aborto terapéutico. Con respecto a la
punibilidad, debe tenerse presente que el articulo 93 inciso 5) del Código Penal, establece como causal de perdón judicial de otorgamiento
discrecional de parte del juzgador, el que la mujer haya causado su propio aborto si el embarazo ha sido consecuencia de una violación.

En el aborto honoris causa se comprende también a terceros no solamente la madre, que hayan actuado con el consentimiento de la madre para
Aborto Honoris Causa
ocultar la deshonra.

Aborto Culposo Se debe contemplar lo visto en homicidio culposo.


4. Delitos contra la salud e integridad fisica
1. Delitos de
lesiones

7. Lesiones 2. Lesiones
culposas gravisimas

Delitos contra
la salud e
integridad
6. Lesiones en
estado de física 3. Lesiones
emoción graves
violenta

5.
Circunstancia 4. Lesiones
de calificación leves
de las lesiones
Bien jurídico
El bien jurídico tutelado en los delitos de lesiones es la integridad física y la salud física y mental.
tutelado

La lesión se define como un daño en el cuerpo o en la salud. Existe daño en el cuerpo “toda vez que se destruya la integridad del cuerpo o la
arquitectura y correlación de los órganos y tejidos, ya sea ello aparente, externo o interno”. El concepto de daño en la salud comprende tanto la
salud física como la mental. Supone una alteración del funcionamiento normal del organismo, ya sea en cuanto a las funciones fisiológicas o a las
psíquicas. La inseminación artificial en contra de la voluntad de la mujer no puede considerarse un daño físico. Una interpretación contraria
Tipo objetivo llevaría al ilógico de tener que sostener que en todo caso que una mujer quede embarazada sufriría lesiones. Sin embargo, se estaría ante un
delito de coacción. El sujeto pasivo de lesiones deber ser un hombre o una mujer, no puede serlo el producto de la concepción. No se establece
como delito la autolesión. No contempla el Código un delito autónomo que sancione las acciones de tortura practicadas principalmente por los
cuerpos policiales; el asunto debe resolverse a través de la aplicación del delito de lesiones calificadas por ensañamiento. Es posible la comisión
1. Delitos de por omisión. Es necesario que las lesiones sean imputables objetivamente a la acción u omisión realizada.
lesiones
Los casos de delitos de lesiones dolosas son difíciles de ser diferenciados de aquellos en tentativa de homicidio. La diferencia esta en el tipo
Tipo Subjetivo subjetivo, ósea el dolo. En las lesiones el dolo es de lesionar, mientras en la tentativa de homicidio es de matar. Los delitos de lesiones dolosas al
igual que los homicidios admiten la comisión con dolo directo o eventual.

Legitima Defensa Es aplicable lo que se dijo con respecto a la legitima defensa al tratarse de homicidio simple.

El código penal contiene como causa de justificación el consentimiento del derecho habiente. Dicha causa de justificación no opera, sin
embargo, cuando la ley establece la ineficacia del consentimiento o bien lo establece solamente como una causa de disminución de la pena a
El consentimiento través de una figura atenuada, por ejemplo el homicidio por piedad. Se ha planteado por algunos que el consentimiento del derecho habiente
es irrelevante en las lesiones, ello a través de una interpretación contrario sensu del articulo 129 del Código Penal en el sentido de que “No son
punibles las lesiones que se produzcan, al lesionado con su consentimiento, cuando la acción tiene por fin beneficiar la salud de otros”.
Artículo 123.-Se impondrá prisión de tres a diez años a quien produzca una lesión que cause una disfunción intelectual, sensorial o física o un
Texto legal trastorno emocional severo que produzca incapacidad permanente para el trabajo, pérdida de sentido, de un órgano, de un miembro,
imposibilidad de usar un órgano o un miembro, pérdida de la palabra o pérdida de la capacidad de engendrar o concebir.

Se hace referencia a “disfunción intelectual, sensorial o física o trastorno emocional severo que produzca incapacidad permanente en el trabajo”.
Por disfunción se entiende “alteración cuantitativa o cualitativa de una función orgánica”. Esa disfunción se dice puede ser intelectual, sensorial o
física. Intelectual significa perteneciente o relativo al entendimiento, resultando que entendimiento es “razón humana”. Se trata entonces de una
disfunción de la capacidad de razonar. Sensorial quiere decir perteneciente o relativo a la sensibilidad, facultad de sentir. Así esta relacionado con
una disfunción de los sentidos. Física significa perteneciente o relativo a la constitución y naturaleza corpórea, y en este sentido se contrapone a
2. Lesiones moral. Se menciona también el trastorno emocional severo. Trastorno significa “la acción y efecto de trastornar o transformarse”. Trastornar es
Gravísimas Tipo objetivo
perturbar el sentido, la consciencia o la conducta de uno, acercándose a la anormalidad. Emocional quiere decir relativo al estado de animo
producido por impresiones de los sentidos, ideas o recuerdos que con frecuencia se traduce en gestos, actitudes u otras formas de expresión.
Severo se refiere a que el trastorno emocional debe ser grave. Sin embargo, no basta la disfunción intelectual, sensorial o física o trastorno
emocional severo, sino se requiere que produzca incapacidad permanente en el trabajo. En definitiva lo fundamental es que la lesión produzca
dicha incapacidad, perdiendo importancia la causa de dicha incapacidad. El concepto de incapacidad para el trabajo comprende tanto la
incapacidad para las actividades laborales habituales, como la incapacidad laboral potencial en el caso de que no tuviese dichas actividades.

Tipo subjetivo El delito es doloso, pudiendo ser cometido con dolo eventual. El dolo debe comprender la magnitud de la lesión, que la convierte en gravísima.
ARTÍCULO 124.- Se impondrá prisión de uno a seis años, si la lesión produjere una debilitación persistente de la salud, de un sentido, de un órgano,
Texto legal de un miembro o de una función o si hubiere incapacitado al ofendido para dedicarse a sus ocupaciones habituales por más de un mes o le hubiere
dejado un marca indeleble en el rostro.

Debilitación persistente en la salud. Por salud se entiende el estado en que el organismo ejerce normalmente sus funciones. Comprende tanto la
salud física como la mental. La doctrina indica que debilitación en la salud no implica la existencia de una enfermedad, aunque a menudo la
acompañe o sea una consecuencia. Sobre debilitación ha dicho la Sala Tercera “significa un estado de deterioro de la salud o de un órgano cuya
evaluación se mide con respecto a lo que la victima era antes de la lesión. Significa que el órgano pierde eficacia en su funcionamiento normal. La
persistencia implica que la debilitación en la salud debe perdurar largo tiempo, sin que sea necesario que sea perpetua. Debilitación persistente
3. Lesiones graves de un sentido, órgano, miembro o función; con respecto a los conceptos de sentido, órgano y miembro véase lo que se dijo al tratarse el delito de
Tipo Objetivo
lesiones gravísimas. El termino “función”, por ejemplo la perdida de un diente puede implicar la debilitación de la función de masticación, la de un
ojo significa la debilitación de la función visual, la de un dedo de la mano supone la debilitación de un miembro. Incapacidad para dedicarse a sus
ocupaciones habituales; esta implica un periodo mayor a un mes y un día, así si la incapacidad se produjo desde el 5 de enero hasta el 5 de
febrero, la incapacidad no supera un mes, por lo que el delito de lesiones es leve y no grave. La referencia de lesiones de un mes como criterio para
medir la magnitud de las lesiones no deja de ser problemática, puesto que el numero de días de los meses varían, la sala tercera se ha pronunciado
y ha dicho que las lesiones graves deben superar 30 días, en lugar de un mes.

Tipo subjetivo El delito es doloso. Es admisible el dolo eventual. El dolo debe comprender la magnitud de las lesiones.
Artículo 125.-Se impondrá prisión de tres meses a un año a quien causare a otro un daño en el cuerpo o la salud, que determine incapacidad para sus
Texto legal
ocupaciones habituales por más de cinco días y hasta por un mes.

La incapacidad para el trabajo debe ser de mas de diez días y no menor de un mes. Las lesiones leves comprenden desde la incapacidad por 11 días
4.Lesiones leves Tipo objetivo hasta la que sea por 30 días según la interpretación que se hizo de lesiones graves. Si la lesión es de 10 días o menos se estará ante la contravención
de lesiones levísimas.

Tipo subjetivo El delito es doloso, pudiendo cometerse con dolo eventual. El dolo debe comprender la magnitud de las lesiones.
Artículo 126.-Si en el caso de los tres artículos anteriores concurriere alguna de las circunstancias del homicidio calificado, se impondrá prisión de cinco a diez
Texto legal
años, si la lesión fuere gravísima; de cuatro a seis años si fuere grave; y de nueve meses a un año, si fuere leve.

Debe consultarse lo que se indica con respecto en el homicidio calificado. Algunas de las agravantes del homicidio no funcionan con perfecta claridad respecto
de las lesiones. Esto sucede con aquellas que, como el uso del veneno o de los medios susceptibles de causar grandes estragos, demuestran por regla la
5. Circunstancia de Tipo objetivo de la
intención de matar, y por consiguiente remiten, el hecho a la tentativa de homicidio calificado. Sin embargo, frente a la previsión de la ley, una exclusión a
las calificaciones agravante
priori no seria correcta. El titulo de lesiones subsistirá siempre que las circunstancias del hecho no demuestren que, a pesar del medio utilizado el autor no tuvo
intención de matar.

Tipo subjetivo de la El dolo debe abarcar la agravante. Algunas de las agravantes requieren un elemento subjetivo del tipo diverso del dolo. Al respecto debe consultarse lo que se
agravante dice sobre cada una de las agravantes del homicidio.
Artículo 127.-Si la lesión fuere causada, encontrándose quien la produce en un estado de emoción violenta que las circunstancias hicieren
Texto legal excusable, se impondrá prisión de seis meses a cuatro años, si la lesión fuere gravísima; de tres meses a dos años, si fuere grave; y de uno a
seis meses, si fuere leve.

6. Lesiones en
estado de emoción Se requiere que se den los elementos del tipo objetivo de las lesiones gravísimas, graves o leves. Además se necesita que se actúe en estado
violenta Tipo objetivo
de emoción violenta. Sobre dicho estado véase lo que se señalo en relación con el homicidio en estado de emoción violenta.

Tipo subjetivo Debe tenerse en cuenta que el dolo es de lesionar y no de matar.


Son aplicables aquí las consideraciones que se hicieron con respecto al homicidio culposo. En lo relativo al disvalor de acción provocado
por la falta del debido cuidado no existe diferencia con este. La diferenciación es lo atinente al resultado producido e imputable
Tipo penal objetivamente a la acción u omisión realizada, puesto que en el homicidio es la muerte del sujeto pasivo, mientas que en las lesiones se
producen lesiones leves, graves o gravísimas. Las lesiones deben ser de al menos once días de incapacidad. En caso contrario se esta
ante una contravención a la ley de transito y no ante un delito de lesiones.

7. Lesiones culposas
(Art 128 *leer*) Persecución penal Es un delito de acción publica perseguible a instancia privada.

Se establece una pena alternativa de prisión o días multa. El Tribunal de Casación en numerosos fallos ha dicho que si no se indican las
Pena razones por las que se opta por la pena de prisión en vez e la multa, la sentencia deviene en infundamentada en lo concerniente a la
pena, por lo que debe ser atenuada esta. Con respecto a la pena de inhabilitación véase lo que se dijo sobre el homicidio culposo.
5. Homicidio y lesiones en riña
Artículo 139.- Se impondrá de cinco a cuarenta días multa o prisión de dos a seis meses al que tomare parte en una riña en la que intervinieren dos o más
Texto legal
personas.

Bien Jurídico
El bien jurídico tutelado es la vida y la integridad fisica
Tutelado

La riña que interesa es la tumultuaria, o sea el acometimiento entre varias personas, confusa y mutuamente, de modo que no cabe distinguir los actos de cada
una. De acuerdo con lo anterior, la riña implica actos de ataque y defensa por parte de los contendientes. Establece el legislador una presunción iuiris tantum
de auditoria de todos los que hayan ejercido violencia física sobre el ofendido, por ejemplo lanzando puñetazos, puntapies, lanzando piedras, etc., o portasen
armas, este ultimo siempre que la muerte o lesiones se hayan producido con un arma del mismo tipo que la que portaba el sujeto. Se trata en definitiva de un
Tipo Objetivo
delito de sospecha. El delito no puede ser aplicado si se logra determinar quien fue el autor del homicidio o lesiones. La multiplicidad de muertos o heridos hace
que se este ante un concurso material, ya que para el castigo no basta el participar en una riña o agresión, sino debe haberse ejercido violencia física con
5. Homicidio y respecto a cada sujeto en particular que resultó muerto o lesionado, o haberse usado un arma del tipo que le ocasionó la muerte o lesiones a cada victima
lesiones en riña concreta.

Es un delito doloso, por lo que no es punible quien trata de no verse envuelto en la riña, no obstante es alcanzado por el tumulto. No se aplica la figura del
homicidio de lesiones en riña o agresión cuando el sujeto ha intervenido con dolo de matar o lesionar, ya que en tal supuesto se estaría ante una tentativa de
Tipo Subjetivo
homicidio o lesiones. La doctrina ha exigido la espontaneidad, tanto en la riña como en la agresión, por lo que se excluyen los casos en que hay concurrencia de
voluntades para matar o lesionar a otro u otros, ya que si esto ocurre se aplicaran las reglas sobre la participación en un delito de homicidio o lesiones.

Tentativa El delito no admite tentativa, porque es espontaneo.

Causa de Debe tenerse presente que con respecto a cada uno de los sujetos que combatieron contra la victima puede ser aplicable la causa de justificación de legitima
justificación defensa, ya que su participación en la riña puede haber sido el modo de defenderse contra una agresión ilegitima.
DELITOS SEXUALES
Artículo 156.- Será sancionado con pena de prisión de diez a dieciséis años, quien se haga acceder o tenga acceso carnal por vía oral, anal o vaginal, con una
persona de uno u otro sexo, en los siguientes casos:
1) Cuando la víctima sea menor de trece años.
Texto legal 2) Cuando se aproveche de la vulnerabilidad de la víctima o esta se encuentre incapacitada para resistir.
3) Cuando se use la violencia corporal o intimidación.
La misma pena se impondrá si la acción consiste en introducirle a la víctima uno o varios dedos, objetos o animales, por la vía vaginal o anal, o en obligarla a
que se los introduzca ella misma.

El numeral 156 es conocido como el tipo base. El cual contiene los fundamentos para considerar la conducta como prohibida y por ende, sancionar a los
Tipo sistemático
infractores.

En el delito de violación, el verbo corresponde a “tener acceso carnal”. No obstante, para que tenga un sentido lógico, el verbo debe de analizarse con los
elementos accesorios del tipo, así se tendrá una idea clara de la conducta que el
legislador quiso prohibir. La doctrina entiende por Acceso Carnal, como “aquella penetración sexual, sin importar si ella tiene lugar por vía normal (vaginal) o
Verbo típico anormal (anal); o bien si se introdujo de forma completa o incompleta”.
Delitos de violación En esta línea, nuestra jurisprudencia, define este concepto de forma similar, señalando: se entiende el acceso carnal: “…como la introducción del órgano
sexual masculino en el cuerpo de la víctima, tanto por vía vaginal como anal. Con la expresión de acceso carnal de este delito cabe la penetración parcial del
órgano genital masculino”.

El sujeto activo, es quien realiza la acción que le permite infringir determinada conducta. En el caso del tipo de violación, es indeterminado. Por otro lado,
gran parte de la doctrina ha interpretado que tácitamente los tipos
Sujeto activo y penales de violación, establecen que el sujeto activo únicamente puede ser el hombre; esto por considerarse que quien perpetrará el delito de violación es “el
sujeto pasivo que” tuviere acceso carnal. Al contrario, se considerará como sujeto pasivo, aquella persona que sea el titular del bien jurídico afectado, en cuyo caso será la
víctima. En el tipo penal, se establece que será “aquel que se haga” en cuyo caso sería acceder; también, se habla de persona menor de trece años o que se
encuentre incapacitada para resistirse. De igual forma, aquel que se encuentre coaccionado a través de violencia física o intimidación.

De acuerdo con la lectura del artículo, se puede definir que lo que lo que el ordenamiento jurídico costarricense intenta proteger es la “Libertad sexual” de
todo sujeto de derecho. Se considera que toda persona, independientemente de su profesión o situación social, al ser un sujeto dotado de derechos por
Bien jurídico
parte del Estado, es libre de decidir lo que desea o no hacer. Aún más, cuando incluye su integridad física y moral. Así se ha referido el Tribunal Penal de
tutelado
Pérez Zeledón, en la sentencia Nº 168, donde manifiesta que “La violación es el más grave de los delitos sexuales, pues no solo es un atentado a la libertad
sexual, sino que constituye una ofensa al pudor de la víctima, a su seguridad, a su tranquilidad e incluso a su integridad física y moral”
En el caso del menor de trece años, se considera que es víctima de violación, si se tiene acceso carnal con él o mediante la introducción de objetos por orificio
Victima sea menor natural. Se estima delito aún y cuando medie consentimiento del menor, ello porque el legislador ha razonado que una persona menor de trece años posee
de 13 años un alto grado de inmadurez, de tal forma que no puede comprender a cabalidad las repercusiones de un acto sexual, situación por la cual, no puede consentir
en la unión carnal.

En esta definición, el legislador pretendió anticipar la situación de impedimento por parte de la víctima. Se considera que es un elemento de modo, pues
hace referencia a la forma de realización de la acción típica. La Sala Tercera en sentencia Nº 326 de las 9:32 horas del 2 de abril de 2004, establece que el
estado de indefensión no hace alusión exclusiva a factores físicos, sino que también a circunstancias psicológicas y morales de la víctima. La incapacidad física
es a consecuencia de defectos o estados de tipo corporal como parálisis, ausencia de miembros motores, debilidad extrema, etc. Para Francisco Castillo se
Cuando se incluye también como causa de esta incapacidad, el miedo que paralice a la víctima.
aproveche la Al respecto, la Sala Tercera en sentencia Nº 617 de las 9:48 horas del 21 de mayo de 1999, manifiesta que no en toda ocasión la víctima tendrá una
vulnerabilidad de la resistencia seria y constante, pues se deben valorar otras circunstancias, como el grado de intimidación que el victimario ejerza sobre la parte ofendida.
victima Por otro lado, en cuanto a los factores psicológicos, se refiere a la enfermedad mental que priva a la persona de la capacidad de auto determinarse. Esta
Delitos de violación incapacidad hace que la aquiescencia de la víctima carezca de validez jurídica, pues se considera que la persona ofendida no puede entender el significado y
Elementos la trascendencia de los hechos. No obstante, es importante recalcar que no toda incapacidad psíquica es producto de una enfermedad mental. Pues existen
normativos otros factores que pueden desencadenar esta situación, tales como drogas, bebidas alcohólicas y otras sustancias que anulen o disminuyan la capacidad
mental de la víctima.

El legislador en el tipo penal, exige la presencia de violencia, es decir que exista una coacción brutal sobre la integridad física de la víctima. En el diccionario
Enciclopédico de Derecho Usual, se define violencia como:
“…el empleo de la fuerza para arrancar el consentimiento. Ejecución forzosa de algo (…) coacción, para que haga aquello que no quiere, o se abstenga de lo
que sin ello se querría o se podría hacer”.
Por ende, en la disciplina del Derecho Penal, se establece como elemento de violencia tanto la fuerza física como la moral. Por su parte, la violencia corporal
(llamada por los romanos Vis Corpore illata) se distingue de la violencia sobre las personas. La primera recae sobre el cuerpo de la víctima, la segunda sobre
terceros. Esta última tiene importancia en la medida en que produzca un efecto intimidatorio. Siendo la violencia corporal o Vis absoluta, la que se ejerce
Cuando se use la sobre las víctimas de delitos sexuales. La Vis absoluta implica el dominio total del cuerpo del atacado por el autor. Debe de tratarse de violencia anterior o
violencia corporal concomitante al acceso carnal y estar en relación de medio a fin con el coito. La doctrina ha logrado determinar elementos básicos para saber con certeza
cuándo nos encontramos frente a un caso de violencia física, como elementos esencial del delito de violación. Dichos elementos son:
1-Que la violencia se haga recaer sobre el sujeto pasivo del delito.
2-Que la fuerza ejercida por el violador sea suficiente para vencer la resistencia de la víctima.
3-Que la resistencia del sujeto pasivo sea seria y constante
No obstante, es necesario hacer la advertencia de que, si bien es cierto que estos elementos sirven de guía para determinar la violencia, ello no implica que
deben ser considerados como una lista taxativa, pues en cada caso de violación las víctimas son distintas y por ende reaccionarán de forma incomparable,
adaptándose así, a las circunstancias que rodea el delito.
Artículo 157.- La prisión será de doce a dieciocho años, cuando:
1) El autor sea cónyuge de la víctima o una persona ligada a ella en relación análoga de convivencia.
2) El autor sea ascendiente, descendiente, hermana o hermano de la víctima, hasta el tercer grado por consanguinidad o afinidad.
3) El autor sea tío, tía, sobrina, sobrino, prima o primo de la víctima, hasta el tercer grado por consanguinidad o afinidad.
4) El autor sea tutor o el encargado de la educación, guarda o custodia de la víctima.
Texto Legal
5) Se produzca un grave daño en la salud de la víctima.
6) Se produzca un embarazo.
7) La conducta se cometa con el concurso de una o más personas.
8) El autor realice la conducta prevaleciéndose de una relación de poder resultante del ejercicio de su cargo, y esta sea realizada por ministros
religiosos, guías espirituales, miembros de la Fuerza Pública o miembros de los Supremos Poderes.

Violación La ley excluye a los descendientes que no sean consanguíneos de la calificación. Por error la redacción no dice lo mismo el texto respecto al
calificada ascendiente o al hermano. Pero es claro que de la agravación están excluidos los ascendientes y hermanos por afinidad. No hay ninguna calificación
de la violación cuando entre victima y autor haya relación de ascendiente o hermano por adopción. Lo cierto es que la adopción crea los mismos
Calificación por el vínculos afectivos que la relación parentesco consanguínea. Para incurrir en la calificación los mencionados parientes deben ser autores. El
parentesco concepto “autor” es definido por el artículo 45 del Código Penal, como el que realizare el hecho punible, por si mismo o sirviéndose de otro.
Literalmente interpretado el concepto “autor” llevaría a la absurda consecuencia de aplicar la agravación al autor mediato, pero no al coautor. En
todo caso, quedan fuera de la agravación los parientes que hayan sido garantes y que respondan de la violación realizada por comisión por
omisión, pues al referirse el articulo 157 al concepto de “autor”, envía al articulo 45 C.P, que define el autor “normal”.

Calificación por el La violación se califica cuando se produce la muerte de la ofendida. Hemos dicho que la muerte de la ofendida puede resultar de la violación
resultado tentada o consumada, sin importar que haya dolo o culpa. Se trata de un caso de responsabilidad objetiva.
Artículo 159.- Relaciones sexuales con personas menores de edad. Será sancionado con pena de prisión, quien se haga acceder o tenga acceso carnal por
vía oral, anal o vaginal, con una persona menor de edad, siempre que no constituya delito de violación, en los siguientes supuestos:
1) Con pena de prisión de tres a seis años, cuando la víctima sea mayor de trece y menor de quince años de edad, y el autor sea cinco o más años mayor que
está en edad.
2) Con pena de prisión de dos a tres años, cuando la víctima sea mayor de quince y menor de dieciocho años, y el autor sea siete o más años mayor que está
Texto legal
en edad.
3) Con pena de prisión de cuatro a diez años, siempre que el autor tenga, respecto de la víctima, la condición de ascendiente, tío, tía, hermano o hermana,
primo o prima por consanguinidad o afinidad, sea tutor o guardador, o se encuentre en una posición de confianza o autoridad con respecto de la víctima o
su familia, medie o no relación de parentesco.
Los mismos supuestos operarán si la acción consiste en la introducción de uno o varios dedos, objetos o animales por la vía vaginal o anal.

En el tipo penal de estupro, el sujeto activo es indeterminado, puede ser tanto hombre como mujer, no hay una diferenciación de género por parte del
legislador. Respecto al sujeto pasivo u objeto de material, en este caso coinciden,
Sujeto activo y
pasivo corresponde a aquel menor de edad con el cual se tiene acceso carnal, cuya edad está comprendida entre los de trece y quince años. Este límite de edad
responde al supuesto general de que las mujeres muy jóvenes y recatadas por su desarrollo psíquico-emocional y físico, y por su inexperiencia sexual, no
Delito de Estupro tienen una adecuada aptitud para poder resistir las actividades maliciosas encaminadas a obtener su consentimiento sexual.
(Con persona menor)
Los elementos accesorios son aquellos que acompañan al verbo del tipo penal para darle sentido, ya sea demarcando, explicando o delimitando la acción
prohibida del mismo. En el caso del tipo penal de Estupro, posee un elemento accesorio de modo, que permite determinar la forma en que se lleva a cabo el
ilícito; en cuyo caso se estaría hablando del “consentimiento”. Cuando un bien jurídico está rodeado de muchas garantías por el Derecho, pero se da el
Elementos consentimiento de quien válidamente puede darlo, esa acción es legalmente típica pero justificada por el consentimiento. Excluyendo así, el carácter ilícito
accesorios de la conducta. No obstante, para que dicho consentimiento no genere un acto ilícito, debe ser otorgado por una persona capaz, a la cual la ley faculta que
en pleno goce de sus facultades puede trasmitir derechos. En el caso de estupro no es así. Pues el legislador considera que una persona mayor de trece y
menor de quince años, por su edad, no posee pleno conocimiento de lo que implica una relación sexual o de sus posibles repercusiones. Esta es la razón por
la cual, aunque el acceso carnal medie con su consentimiento, no por ello la acción deja de ser antijurídica.

Bien Jurídico Al leer el artículo 159 del Código Penal, se interpreta que el legislador pretendió tutelar la “ingenuidad o inexperiencia sexual” pues se delimita la edad de la
Tutelado víctima para el tipo penal de estupro.
Texto legal Artículos 161 & 162 Código Penal **Leer**

A raíz de la lectura de los dos artículos anteriores, se desprende que el delito de “Abusos deshonestos” radica en penar aquellas actuaciones de índole sexual
que se cometen de forma abusiva contra otra persona, sin que ello llegue a constituir propiamente el delito de violación, contemplado en el numeral 156 del
Comentario Código Penal. No obstante, el código realiza una importante distinción. Pues en el numeral 161 se sancionan los “abusos sexuales contra personas menores e
incapaces” y en el numeral 162, en cuanto a los “abusos sexuales contra las personas mayores de edad”. Diferenciación que es fundamental al momento de
fijar la pena correspondiente a cada caso.

El verbo se encuentra en el numeral 161, pues como se puede apreciar anteriormente, el artículo 162 es colateral al 161, porque contempla únicamente las
circunstancias agravantes del primero en el caso de mayores de edad. Ahora bien, el verbo o la acción que le da sentido a este tipo penal es el de “abusar”. Que
Verbo típico implica usar de forma, excesiva, injusta, impropia o indebidamente una cosa. Por lo tanto, el abuso deshonesto consiste en hacer uso abusivo, utilizar a alguien
en forma extralimitada en el plano sexual, a través de comportamientos o actividades deshonestas, libidinosas, distintas al acceso carnal, donde se afecte
primordialmente la libre disposición sexual del propio cuerpo.

En ambos numerales, 161 y 162, el sujeto activo es considerado indeterminado, pues en dichos artículos el código los menciona como “el que”. Por
Abusos sexuales consiguiente puede ser cualquier persona, ya sea hombre o mujer quien realice el tipo penal y por ende, no son necesarias características personales o
Sujeto activo y
contra personas especiales para su ejecución. No obstante, en cuanto al sujeto pasivo, la situación cambia. Pues dichos numerales se encuentran contemplados para distintos
pasivo
menores de edad e sujetos. En el numeral 161, el sujeto pasivo corresponde a los menores de edad e incapaces. Por su parte, en el artículo 162, el sujeto pasivo, hace referencia a
incapaces las personas mayores de edad.

Los elementos accesorios, como hemos desarrollada anteriormente, son aquellos que les da sentido al verbo típico. En el caso del numeral 161, se desprenden
distintos elementos accesorios, los cuales son: • El que realice actos con fines sexuales contra una persona menor de edad o incapaz, o la obligue a realizarlos
al agente, a sí misma o a otra persona; • Cuando el ofendido sea menor de trece años. El autor se aproveche de la vulnerabilidad de la persona ofendida, o esta
se encuentre incapacitada para resistir o se utilice violencia corporal o intimidación; • El autor sea familiar: ascendiente, descendiente, hermana (o), tío (a),
sobrino (a), primo (a) de la víctima. (*); • El autor sea tutor o encargado de la educación, guarda o crianza de la víctima; • El autor realice la conducta contra
Elementos alguno de los parientes de su cónyuge o conviviente, identificados anteriormente como sus parientes.
accesorios
Por otro lado, el numeral 162 presenta elementos accesorios que a pesar de ser similares a los anteriores no son los mismos: • El autor se aproveche de la
vulnerabilidad de la persona ofendida o, esta se encuentre incapacitada para resistir o se utilice violencia corporal o intimidación; • El autor sea ascendiente,
descendiente, hermana (o), tío (o), sobrina (o), prima (o), madrastra, padrastro, hermanastra (o) de la víctima. (*); • El autor sea el tutor o el encargado de la
educación, guarda o custodia de la víctima; • El autor realice la conducta contra alguno de los parientes de su cónyuge o conviviente; • El autor se prevalezca
de su relación de confianza con la víctima o su familia, medie o no relación de parentesco.

Al igual que en los tipos penales de violación y estupro, en el caso de abusos deshonestos, la ley pretende proteger la libertad sexual de la víctima, pues, a
Bien Jurídico pesar de la no realización del acceso carnal, ello no disminuye la importancia de la trasgresión de índole sexual. Más aún, cuando dichos actos sean cometidos
Tutelado en contra de personas menores de edad, quienes no poseen plena conciencia de las implicaciones de los actos sexuales. Sumándole a lo anterior, el accionar
sin el consentimiento de la víctima, lo cual incide, en la mayoría de los casos, en problemas psicológicos.
Se castiga a quien promueve la prostitución de personas de uno u otro sexo (proxenetismo) y al que vive a expensas de la prostitución de otra persona
PROXENETISMO Y
(rufianería) (Arts. 169 y 171, respectivamente). La práctica misma de la prostitución no está penada. De hecho las prostitutas son sancionadas por "falta de
RUFIANERIA
respeto a las autoridades", por "escándalos en la vía pública" o por conductas similares.

Existen contravenciones contra las buenas costumbres, sancionadas con multa: palabras u actos obscenos, proposiciones irrespetuosas, tocamientos impúdicos
y otras (Art. 378). Ante la no tipificación de este delito, las organizaciones de mujeres se preocupan de elaborar estrategias de hecho para enfrentar el
HOSTIGAMIENTO
hostigamiento. La Ley de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer establece que el Ministerio de Justicia deberá poner en marcha programas adecuados, en
SEXUAL
coordinación con el Centro de Mujer y Familia, para asegurar la protección y orientación de las víctimas de agresión por parte de un familiar consanguíneo o
Otros Delitos afín y de agresión sexual, así como para la prevención del hecho.
sexuales

PROPAGANDA DE
El anuncio de procedimientos o sustancias destinadas a provocar el aborto o a evitar el embarazo, se considera como contravención y está penado con multa
PRODUCTOS
(Art. 374, Nº 6). Esta disposición da cuenta de la distancia que suele haber entre la ley y la realidad.
ANTICONCEPTIVOS

Se pena al que tenga acceso carnal con un menor de diecisiete y mayor de doce años (Art. 173). Se trata de una forma atenuada de violación, pues no se exige
SODOMIA violencia o intimidación ni que la víctima esté privada de razón o incapacitada para resistir. La práctica escandalosa de la sodomía es considerada como
contravención y se castiga con multa. A contrario sensu, su práctica discreta no es penada.
DELITOS CONTRA LA LIBERTAD
Artículo 163.-Se impondrá prisión de dos a cuatro años al que con fines libidinosos sustrajere o retuviere a una mujer, cuando mediare
Rapto propio
engaño o alguna de las circunstancias previstas por el artículo 156.

El sujeto pasivo de este delito sólo puede ser una mujer, limitación que no se justifica. La prueba del fin libidinoso es extremadamente difícil,
Comentario “Rapto
pues se trata de una intención. En algunas legislaciones se presume que todo rapto es con fines libidinosos o sexuales. Corresponde al
Impropio”
inculpado, en tal caso, demostrar lo contrario.

ARTÍCULO 164.- Será reprimido con prisión de seis meses a tres años, el que raptare con fines libidinosos a una mujer honesta mayor de
Rapto Impropio
doce y menor de quince años, con su consentimiento.

Comentario “Rapto Los menores de quince años no tienen capacidad política, ni civil, ni criminal. Su consentimiento, en consecuencia, está viciado y carece de
Impropio” eficacia jurídica. De allí que la mención al consentimiento deba calificarse como impropia.

Delitos contra la
libertad ARTÍCULO 165.- Cuando el rapto ha sido ejecutado con fines de matrimonio y éste podía celebrarse, las penas previstas en los artículos
Rapto con fines de
anteriores se disminuirán a la mitad. La misma disminución se aplicará cuando el autor restituye su libertad a la raptada o la coloca en lugar
matrimonio
seguro a disposición de su familia sin haber intentado ningún acto deshonesto.

Comentario “Rapto
Esta figura ha desaparecido de varios Códigos latinoamericanos, por no corresponder a la realidad actual. También se disminuye la pena si el
con fines de
autor restituye a la víctima o la pone a disposición de su familia sin haber intentado ningún acto deshonesto.
Matrimonio

El rapto como delito


ARTÍCULO 166.- El delito de rapto es de acción pública si concurren las circunstancias de los artículos 157 y 158.
de acción pública

El rapto es delito de acción pública si el autor es un ascendiente, descendiente o hermano, o se produce la muerte de la víctima. También lo
es si del rapto resulta un grave daño en la salud de la víctima o cuando es cometido por el encargado de la educación, guarda o custodia de
Disposiciones
aquélla, con el concurso de una o más personas, o por ministros religiosos prevaliéndose de su condición de tales. El rapto no agravado por
comunes del rapto
la integridad física de la víctima o por la calidad personal de los autores sólo da lugar a la acción penal privada: puede ser denunciado
únicamente por la víctima o por sus representantes legales si es menor de edad.
DELITOS CONTRA LA
PROPIEDAD
Hurto

Daños Robo

Delitos
contra la
propiedad
Usurpaciones Extorsiones

Administración
fraudulenta y Estafa y otras
apropiaciones defraudaciones
indebidas
Hurto
Artículo 208.- Hurto
Hurto
Será reprimido con prisión de un mes a tres años, el que se apoderare ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena.

Artículo 209.- Hurto agravado


Se aplicará prisión de un año a tres años, si el valor de lo sustraído no excede de cinco veces el salario base(*), y de uno a diez años, si fuere superior a esa
suma, en los siguientes casos:
1) Cuando el hurto fuere sobre cabezas de ganado mayor o menor, aves de corral, productos o elementos que se encuentren en uso para explotación
agropecuaria.
2) Si fuere cometido aprovechando las facilidades provenientes de un estrago, de una conmoción pública o de un infortunio particular del damnificado.
Hurto Agravado
3) Si se hiciere uso de ganzúa, llave falsa u otro instrumento semejante, o de la llave verdadera que hubiere sido sustraída, hallada o retenida.
4) Si fuere de equipaje de viajeros, en cualquier clase de vehículos o en los estacionamientos o terminales de las empresas de transportes.
5) Si fuere de vehículos dejados en la vía pública o en lugares de acceso público.
6) Si fuere de cosas de valor científico, artístico, cultural, de seguridad o religioso, cuando, por el lugar en que se encuentren estén destinadas al servicio, a
Hurto la utilidad o a la reverencia de un número indeterminado de personas, o librados a la confianza pública.
Textos legales 7) Si fuere cometido por dos o más personas.

ARTÍCULO 210.- Hurto Atenuado


Hurto Atenuado Se impondrá prisión de un mes a un año o de diez a sesenta días multa si el hecho consistiere en el apoderamiento de alimentos u objetos de escaso valor
para proveer a una necesidad propia o de un familiar sin perjuicio de lo dispuesto por el artículo 27.

ARTÍCULO 211.- Hurto de uso.


Hurto de uso Cualquiera que tome una cosa, con el único fin de hacer uso momentáneo de ella y la restituye después sin daño alguno, será penado con prisión de uno a
cinco meses. Si lo hurtado con el fin dicho fuere un vehículo automotor la pena será de seis meses a tres años. La pena será de prisión de uno a tres años,
cuando el hurto de un vehículo fuere para cometer otro delito, sin perjuicio incriminación del hecho perpetrado.

Consiste en la apropiación de cosa ajena sin mediar fuerza, violencia o intimidación. Hecho delictivo contra el patrimonio consistente en tomar cosas ajenas,
Concepto de Hurto sin la voluntad del dueño y con ánimo de lucro. A diferencia del robo, en la realización de este hecho punible no se utiliza violencia ni intimidación en las
personas ni fuerza en las cosas.
Robo
ARTÍCULO 212.- Robo simple.
El que se apodere ilegítimamente de una cosa mueble, total o parcialmente ajena, será reprimido con las siguientes penas:
Robo Simple 1.-Con prisión de seis meses a tres años, cuando la sustracción fuere cometida con fuerza en las cosas y su cuantía no excediere de tres veces el salario base (*).
2.-Con prisión de uno a seis años, si mediare la circunstancia prevista en el inciso anterior y el monto de lo sustraído excediere de tres veces el salario base.
3. Con prisión de tres a nueve años, cuando el hecho fuere cometido con violencia sobre las personas.

Artículo 213.- Robo agravado.


Se impondrá prisión de cinco a quince años, en los siguientes casos:
1) Si el robo fuere perpetrado con perforación o fractura de una pared, de un cerco, de un techo, de un piso, de una puerta o de una ventana, de un lugar habitado, o de sus de
Robo dependencias;
Robo Agravado
2) Si fuere cometido con armas; y
3) Si concurriere alguna de las circunstancias de las incisos 1), 2), 4), 5), 6) y 7) del artículo 209.
Los casos de agravación y atenuación para el delito de hurto, serán también agravantes y atenuantes del robo, y la pena será fijada por el juez, de acuerdo con el artículo 71.

Se considera robo la apropiación de cosa mueble ajena cuando se emplee:


Fuerza en las cosas para acceder o abandonar el lugar.
En el caso de que se empleen llaves falsas; se inutilicen sistemas de alarma; se rompa el lugar donde se protege el bien robado o la pared, techo, suelo, puerta o ventana; o se
Concepto
escale para acceder al bien, el delito se considerará robo con fuerza.
Violencia o intimidación en las personas.
En otras palabras, el robo no es más que un hurto agravado por el uso de fuerza, violencia o intimidación. Estos pueden servir para cometer el delito o asegurar la huida.
Extorsiones
Artículo 214.- Extorsión
Será reprimido con pena de prisión de cuatro a ocho años al que para procurar un lucro obligue a otro, con intimidación o con amenazas graves, a tomar una disposición patrimonial
Extorsión Simple
perjudicial para sí mismo o para un tercero.
La pena será de cinco a diez años de prisión cuando la conducta se realice valiéndose de cualquier manipulación informática, telemática, electrónica o tecnológica.

Artículo 215.- Secuestro extorsivo


Se impondrá prisión de diez a quince años a quien secuestre a una persona para obtener rescate con fines de lucro, políticos, político-sociales, religiosos o raciales.
Si el sujeto pasivo es liberado voluntariamente dentro de los tres días posteriores a la comisión del hecho, sin que le ocurra daño alguno y sin que los secuestradores hayan obtenido
su propósito, la pena será de seis a diez años de prisión.
La pena será de quince a veinte años de prisión:
1. Si el autor logra su propósito.
2. Si el hecho es cometido por dos o más personas.
3. Si el secuestro dura más de tres días.
4. Si el secuestrado es menor de edad, mujer embarazada, persona incapaz, enferma o anciana.
Secuestro extorsivo 5. Si la persona secuestrada sufre daño físico, moral, síquico o económico, debido a la forma en que se realizó el secuestro o por los medios empleados en su consumación.
6. Si se ha empleado violencia contra terceros que han tratado de auxiliar a la persona secuestrada en el momento del hecho o con posterioridad, cuando traten de liberarla.
Extorsiones 7) Cuando la persona secuestrada sea funcionario público, diplomático o cónsul acreditado en Costa Rica o de paso por el territorio nacional, o cualquier otra persona
internacionalmente protegida de conformidad con la definición establecida en la Ley N.º 6077, Convención sobre la prevención y el castigo de delitos contra las personas
internacionalmente protegidas, inclusive agentes diplomáticos, de 11 de agosto de 1977, y otras disposiciones del Derecho internacional, y que para liberarla se exijan condiciones
políticas o político-sociales.
(Así reformado el inciso anterior por el artículo 1°, punto 1., aparte b) de la Ley de Fortalecimiento de la Legislación contra el Terrorismo, N° 8719 de 4 de marzo de 2009).
8) Cuando el secuestro se realice para exigir a los poderes públicos nacionales, de otro país o de una organización internacional, una medida o concesión
(Así reformado el inciso anterior por el artículo 1°, punto 1., aparte b) de la Ley de Fortalecimiento de la Legislación contra el Terrorismo, N° 8719 de 4 de marzo de 2009).
La pena será de veinte a veinticinco años de prisión si se le infringen a la persona secuestrada lesiones graves o gravísimas, y de treinta y cinco a cincuenta años de prisión si muere.
Secuestro de
persona menor de Artículo 215 bis.- Secuestro de persona menor de doce años o persona con discapacidad en estado de indefensión.
doce años o
Será reprimido con prisión de diez a quince años, quien sustraiga del poder de sus padres, guardadores, curadores, tutores o personas encargadas a una persona menor de doce años
persona con
de edad o a una persona que padezca de una discapacidad que le impida su defensa.
discapacidad en
estado de La pena será de veinte a veinticinco años de prisión si se le infligen a la persona secuestrada lesiones graves o gravísimas, y de treinta y cinco a cincuenta años de prisión si muere.
indefensión.

La extorsión es un delito consistente en obligar a una persona, a través de la utilización de violencia o intimidación, a realizar u omitir un acto o negocio jurídico con ánimo de lucro y
Concepto
con la intención de producir un perjuicio de carácter patrimonial o bien del sujeto pasivo.
Estafa
Artículo 216.- Estafa
Quien induciendo a error a otra persona o manteniéndola en él, por medio de la simulación de hechos falsos o por medio de la deformación o el ocultamiento
de hechos verdaderos, utilizándolos para obtener un beneficio patrimonial antijurídico para sí o para un tercero, lesione el patrimonio ajeno, será sancionado
en la siguiente forma:
Estafa 1.-Con prisión de dos meses a tres años, si el monto de lo defraudado no excediere de diez veces el salario base(*).
2.-Con prisión de seis meses a diez años, si el monto de lo defraudado excediere de diez veces el salario base.
Las penas precedentes se elevarán en un tercio cuando los hechos señalados los realice quien sea apoderado o administrador de una empresa que obtenga,
total o parcialmente, sus recursos del ahorro del público, o por quien, personalmente o por medio de una entidad inscrita o no inscrita, de cualquier naturaleza,
haya obtenido sus recursos, total o parcialmente del ahorro del público.

Artículo 217.- Estelionato


Se impondrá la pena señalada en el artículo anterior, según la cuantía de lo defraudado, en los siguientes casos:
1) Al que recibiendo una contraprestación, vendiere o gravare bienes litigiosos, o bienes embargados o gravados, callando u ocultando tal circunstancia;
Estafa y otras 2) Al que tornare imposible, incierto o litigioso el derecho sobre un bien o el cumplimiento de una obligación referente a éste, acordados a otro por un precio o
defraudaciones Estelionato como garantía, ya sea mediante cualquier acto jurídico relativo al mismo bien, aunque no importe enajenación, o removiéndolo, ocultándolo o dañándolo;
3) Al dueño de una cosa mueble que privare de ella a quien la tenga legítimamente en su poder, o la dañare o inutilizare, frustrando así, en todo o en parte, el
derecho de otro. La misma pena será aplicable al tercero que obre con asentimiento y en beneficio del propietario; y 4) Al deudor, depositario o dueño de un
bien embargado o pignorado que lo abandone, deteriore o destruya, con ánimo de perjudicar al embargante o acreedor, o que, después de prevenido, no lo
presente ante el juez.

Artículo 217 bis.- Estafa informática


Se impondrá prisión de tres a seis años a quien, en perjuicio de una persona física o jurídica, manipule o influya en el ingreso, en el procesamiento o en el
resultado de los datos de un sistema automatizado de información, ya sea mediante el uso de datos falsos o incompletos, el uso indebido de datos,
programación, valiéndose de alguna operación informática o artificio tecnológico, o bien, por cualquier otra acción que incida en el procesamiento de los
Estafa Informatica datos del sistema o que dé como resultado información falsa, incompleta o fraudulenta, con la cual procure u obtenga un beneficio patrimonial o indebido
para sí o para otro.
La pena será de cinco a diez años de prisión, si las conductas son cometidas contra sistemas de información públicos, sistemas de información bancarios y de
entidades financieras, o cuando el autor es un empleado encargado de administrar o dar soporte al sistema o red informática o telemática, o bien, que en
razón de sus funciones tenga acceso a dicho sistema o red, o a los contenedores electrónicos, ópticos o magnéticos.
Artículo 218.- Fraude de simulación.
Fraude de Se impondrá la pena indicada en el artículo 216, según sea la cuantía, al que, en perjuicio de otro para obtener cualquier beneficio indebido,
simulacion hiciere un contrato, un acto, gestión o escrito judicial simulados, o excediere falsos recibos o se constituyere el fiador de una deuda y previamente
se hubiere hecho embargar, con el fin de eludir el pago de la fianza.

ARTÍCULO 219.-Fraude en la entrega de cosas.


Fraude en la Se impondrá la pena indicada en el artículo 216, de acuerdo con la cuantía del perjuicio, al que defraudare en la sustancia, calidad o cantidad de
entrega de cosas las cosas que deba entregar o de los materiales que deba emplear, cuando se trate de piedras o metales preciosos, objetos arqueológicos o
artísticos, u objetos sometidos a contralor oficial.
Estafa y otras
defraudaciones
ARTÍCULO 220.- Estafa de seguro.
Será reprimido con prisión de seis meses a tres años y con treinta a cien días multa, el que, con el propósito de lograr para sí mismo o para otro el
Estafa de seguro cobro indebido de un seguro u otro provecho ilegal, destruyere, dañare o hiciere desaparecer una cosa asegurada. Si lograre su propósito, la pena
será la contemplada en el artículo 223. Iguales penas se aplicarán al asegurado que con el mismo fin se produjere una lesión o agravare las
consecuencias de las lesiones producidas por un infortunio.

Artículo 221.- Estafa mediante cheque.


Estafa mediante
cheque Se impondrá la pena establecida en el artículo 216, según el monto de lo defraudado, al que determinare una prestación dando en pago de ella un
cheque sin fondos, o cuyo pago se frustre por una acción deliberada o prevista por él al entregar el cheque.
En la estafa es la misma persona defraudada, quien en virtud del engaño que obra sobre ella, entrega al defraudador la cosa objeto del delito. Y la relación de derecho
que hay en la estafa entre el defraudado y el defraudador no se hubiera producido jamás sino existiera previamente la voluntad del defraudado de entregar la cosa y
del defraudador de apoderarse ilegítimamente de ella, por medio de un ardid, artimaña, engaño, etc.
Cuando la cosa pasa a poder de otro, por un simple apoderamiento ilegitimo, estamos en presencia del hurto. Cuando el apoderamiento ilegitimo de la cosa se realiza
por medio de una accion de fuerza sobre ella o de violencia física en las personas, el delito que se tipifica es robo. Cuando la cosa es obtenida por medios especiales de
coacción (intimidación o amenazas graves), se da la extorsión. Cuando el autor del delito usa algunos fraudes que nuestra legislación señala en los artículos 218 a 221
Concepto
del Código Penal, comete fraudes de seguros, etc. Cuando el delito afecta a la posesión o tenencia de la tierra (bienes inmuebles, derechos reales, etc), se llama
usurpación. Cuando el delito solo lesiona, dañando la materialidad de la cosa se llama daños.
Resumiendo lo anterior tenemos que los delitos mencionados en el párrafo anterior, la victima es extraña al hecho del imputado (sujeto activo); pero en el delito de
estafa, la accion que da origen a la lesión patrimonial proviene del lesionado mismo (victima o sujeto pasivo) que entrega voluntariamente la cosa a quien quiere
apoderarse de ella. Pero esta voluntad de la victima esta viciada por un elemento esencial que ella no conoce en el momento de la entrega, y que es la ardid o engaño.
Sin este el hecho no se hubiera producido o bien, de producirse no constituiría delito o mas bien, no constituiría el delito de estafa.

El sujeto activo puede ser cualquier persona. La Jurisprudencia así lo certifica pues habla simplemente de un sujeto activo, sin hacer distinción alguna, que en nuestro
Sujeto
caso el Código no hace. También sobre este tema se puede decir que el tener alguna cualidad especial agrava la pena, como es el caso del apoderado, administrador,
activo
etc.

Es evidente que el sujeto pasivo es el que sufrió o mejor dicho cayó en el engaño, del sujeto activo. Hay que tomar en cuenta la diferencia entre victima y damnificado,
de ahí que podamos hablar de victima para referirnos al engañado propiamente dicho y damnificado al que sufre el perjuicio patrimonial. Eso sin perjuicio de que un
Estafa mismo sujeto pueda ocupar ambos roles al mismo tiempo, pues como bien lo dice Cuello Calón que “el sujeto pasivo puede ser cualquier persona que ha sido victima
Sujeto
del engaño, pero no se identifica con la persona que sufrió el perjuicio patrimonial. El propio sujeto pasivo es quien realiza el acto consumativo, disponiendo, a causa
Pasivo
del engaño, de una parte del patrimonio en favor de un tercero. Así la jurisprudencia ha expresado que “el concepto de estafa se estructura con un ataque a la
propiedad o como se dice modernamente, al patrimonio, consistente en una disposición de carácter patrimonial perjudicial, realizada por el sujeto pasivo, viciada en su
motivación por el error que provoca el ardid o engaño del sujeto activo.

Es unánime la doctrina en cuanto a que uno de los bienes jurídicamente tutelados es el patrimonio, de esta forma lo que se trata de proteger es la disposición que
tiene un sujeto objeto, también el objetivo especifico en la tutela de la estafa es el interés publico en la inviolabilidad del patrimonio. El bien jurídico de la estafa es el
Bien
patrimonio. Sin embargo hay un poco de discusión en cuanto al otro bien jurídico que tutela el delito de estafa y también sobre su posición principal o accesoria. Así
Jurídico
Hafter considera como objeto de protección primario la lealtad y la buena fe y solo secundario el patrimonio, pero en sentido contrario Antolisei, que admite la tutela
tutelado
del patrimonio y también una protección a la libertad del consentimiento en negocios patrimoniales. La jurisprudencia nacional, parece que ha aceptado la posición
predominante del patrimonio como bien jurídico de la estafa.

Elementos Se dan tres elementos en la estafa: 1) Medios Engañosos; 2) El error; 3) La disposición Patrimonial
Administración fraudulenta y apropiaciones
indebidas
Artículo 222.- Administración fraudulenta.
Administración Se impondrá la pena establecida en el artículo 216, según el monto de la defraudación, al que por cualquier razón, teniendo a su cargo el
Fraudulenta manejo, la administración o el cuido de bienes ajenos, perjudicare a su titular alterando en sus cuentas los precios o condiciones de los
contratos, suponiendo operaciones o gastos exagerando los que hubiere hecho, ocultando o reteniendo valores o empleándolos abusiva o
indebidamente.

Artículo 223.- Apropiación y retención indebidas.


Se impondrá la pena establecida en el artículo 216, según el monto de lo apropiado o retenido al que, teniendo bajo su poder o custodia una
cosa mueble o un valor ajeno, por un título que produzca la obligación de entregar o devolver, se apropiare de ello o no lo entregare o
Apropiación y retención restituyere a su debido tiempo, en perjuicio de otro.
indebidas
Si no hubiere apropiación sino uso indebido de la cosa, con perjuicio ajeno, la pena se reducirá, a juicio del juez.
En todo caso, previamente el imputado será prevenido por la autoridad que conozca del asunto, para que, dentro del término de cinco días,
devuelva o entregue el bien, y si lo hiciere no habrá delito, quedando a salvo las acciones civiles que tuviere el dueño.

Administración fraudulenta
y apropiaciones indebidas Artículo 224.- Apropiación irregular.
Será reprimido con diez a cien días multa:
1) El que se apropiare de una cosa ajena extraviada sin cumplir los requisitos que prescribe la ley;
Apropiación irregular
2) El que se apropiare de una cosa ajena en cuya tenencia hubiere entrado a consecuencia de un error o de un caso fortuito; y
3) El que se apropiare en todo o en parte de un tesoro descubierto, sin entregar la porción que le corresponda al propietario del inmueble,
conforme a la ley.

Defraudar es privar a una persona con abuso de confianza o con infidelidad de lo que le toca en derecho. Según Soler el verbo defraudar
empleado en los delitos contra el patrimonio “hace referencia a un perjuicio de naturaleza patrimonial logado por medios fraudulentos”,
medios que actúan sobre la voluntad del sujeto pasivo determinando una resolución perjudicial tomada libremente pero basada en un error.
El delito de administración fraudulenta según Carrara, se diferencia de los demás abusos de confianza por ciertos aspectos particulares como
Concepto por ejemplo; 1) Que no recae sobre un objeto sino sobre un conjunto de objetos; 2) Que mientras en los demás abusos de confianza el delito
recae de ordinario sobre una cosa antes estaba en poder del dueño y que o entrego al culpable para un fin determinado; en la administración
fraudulenta el delito recae, en la mayoría de casos, sobre cosas que verdaderamente nunca ha tenido la victima en su poder; 3) Que el reo de
administración fraudulenta no comete el delito al actuar como propietario sobre los bienes que administra sino al no darle fiel y exacta cuenta
de su administración a quien deba dársela. Siempre el contrato que esta a la base del delito de administración fraudulenta es un contrato que
faculta al administrado a exigir que se le rinda cuentas y el administrador debe cuentas de su gestión.
Usurpaciones

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