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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

EVALUACIÓN Y MANEJO DE LA IDEACIÓN Y CONDUCTA SUICIDAS EN


ATENCIÓN PRIMARIA

Preguntas para responder:


 ¿Cómo abordar la ideación suicida en atención primaria?
 ¿Cómo realizar la evaluación de la conducta suicida en atención primaria?
 ¿Cuándo derivar a un paciente con ideación o intento de suicidio desde atención primaria
a otro nivel asistencial?

Los profesionales de atención primaria tienen una extraordinaria importancia a la hora de la


evaluación y manejo de la conducta suicida, debido a la relación de confianza que
habitualmente tienen con sus pacientes y que en la mayoría de las ocasiones han desarrollado
a lo largo de los años128 Antes de un suicidio es frecuente el contacto previo con el médico
de atención primaria. Así, el 75% de las personas han contactado con su médico en el año
anterior a dicho episodio y el 45% en el mes anterior, mientras que sólo uno de cada tres lo
han hecho con su servicio de salud mental en el año anterior y uno de cada cinco en el mes
anterior.

La tipología de los pacientes que se evalúan en este ámbito puede ser de tres tipos: 1) aquellos
que han sobrevivido a un intento de suicidio; 2) los que acuden a la consulta manifestando
ideación suicida y 3) los que tienen ideación suicida pero aún no la han manifestado
verbalmente.

Por otra parte, la atención sanitaria proporcionada en atención primaria dependerá de factores
como el ámbito asistencial (zona rural o urbana), la experiencia de los profesionales
sanitarios implicados y el conocimiento previo del propio paciente.

Se ha sugerido que la reducción de la tasa de suicidio solo podrá lograrse si se mejora la


capacidad de los médicos de atención primaria en reconocer y tratar los trastornos mentales.
En este sentido, la principal medida preventiva de la conducta suicida a adoptar sería la
capacitación de los profesionales en el abordaje diagnóstico y psicoterapéutico de la
entrevista clínica.

Es importante señalar que hablar de suicidio con los pacientes en los que se detecte o que
comuniquen ideación suicida puede aliviar su ansiedad y contribuir a que se sientan mejor
comprendidos, sin que ello aumente el riesgo de desencadenar una conducta suicida.
También hay que tener en cuenta que el que un paciente hable sobre el suicidio no elimina la
posibilidad de que lo cometa
En la tabla se resumen las principales acciones que la OMS propone realizar o evitar ante
una situación de ideación suicida.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Recomendaciones de actuación ante una situación de ideación suicida.

QUÉ HACER? ¿QUÉ NO HACER?

 Escuchar, mostrar empatía y


mantener la calma
 Mostrar apoyo y preocupación.
 Tomar en serio la situación y
evaluar el grado de riesgo
 Preguntar acerca de los intentos  Ignorar la situación
previos  Mostrarse consternado
 Explorar posibilidades diferentes  Decir que todo estará bien
al suicidio  Retar a la persona a seguir
 Preguntar acerca del plan de adelante
suicidio  Hacer parecer el problema
 Ganar tiempo, pactar un “contrato como algo trivial
de no suicidio”  Dar falsas garantías
 Identificar otros apoyos  Jurar guardar secreto
 Restringir el acceso a medios  Dejar a la persona sola.
letales
 – Comunicación entre
profesionales
 – Si el riesgo es alto, permanecer
con la persona.

Fuente: Modificado de OMS

Los puntos más importantes a evaluar en un paciente con ideación suicida son:131, 135 .
• Evaluación de los factores sociodemográficos
• Trastornos mentales asociados
• Intentos previos
• Antecedentes familiares de conducta suicida y de trastorno mental.
• Si el paciente tiene ideación y/o planificación suicida será necesario graduar el nivel
de riesgo de la persona que potencialmente pueda presentar conducta suicida15.

A la hora de intervenir en estos pacientes, será necesario:


– Prescribir fármacos potencialmente seguros en caso de sobredosis

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

– Prescribir envases con el menor número de comprimidos posible


– Pactar unas medidas de contención con el paciente y su familia:

Explicar a los familiares la necesidad de control y administración de la medicación así como


de su custodia.
• Acompañamiento constante por parte de familiares así como restricción de acceso a
métodos letales, en particular al ideado.
• Aceptación por paciente y familia del seguimiento y derivación a servicio de salud
mental.

En muchas ocasiones, los pacientes que desean suicidarse pueden negar deliberadamente
estas ideas. Así, ante cambios súbitos en la actitud de la persona evaluada (por ejemplo, un
paciente agitado que súbitamente se calma, pasar de no colaborar a hacerlo, etc.) habrá que
considerar que pueda tratarse de una mejoría engañosa o falsa y que haya tomado la decisión
de suicidarse.

En la tabla se recogen algunas recomendaciones del programa SUPRE de prevención del


suicidio de la OMS acerca de los principales aspectos a tener en cuenta cuando un paciente
tiene ideación y/o planificación suicida. Están dirigidas al personal de atención primaria en
general, no exclusivamente a médicos o personal de enfermería, y se gradúan según el nivel
de riesgo de la persona que potencialmente pueda presentar conducta suicida

Recomendaciones de actuación en atención primaria según el nivel de riesgo de suicidio

Riesgo Acciones

– Ofrecer apoyo
– Trabajar la comunicación de sentimientos e ideación suicida
Bajo (presencia
– Centrarse en los aspectos positivos de la persona y hablar sobre
de ideación
las habilidades de resolución de problemas llevados a cabo en
suicida, sin
el pasado
planificación)
– Derivación a salud mental
– Seguimiento regular

Medio
– Ofrecer apoyo, trabajar la comunicación de ideación y
(ideación y
planificación suicida y centrarse en los aspectos positivos de
planificación
las habilidades de solución de problemas de la persona
suicida, pero no
– Explorar alternativas al suicidio
inmediata)

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

– Pactar un contrato “no suicidio” (conseguir que la persona


prometa no llevar a cabo el suicidio):
• sin contactar previamente con personal sanitario
• por un periodo específico de tiempo
– Derivación a salud mental
– Contactar con la familia y allegados

Alto (plan
definido e –Acompañamiento
inmediato – Hable tranquilamente con la persona y aleje los medios de suicidio
y medios para –Haga un contrato de “no suicidio”
llevarlo – Derivación inmediata del paciente a un centro sanitario
a cabo)

Fuente: Modificado de OMS 15

EVALUACIÓN DE LA CONDUCTA SUICIDA EN ATENCIÓN PRIMARIA


Tras un intento de suicidio deberán valorarse, en primer lugar, las condiciones físicas del
paciente y decidir sobre la necesidad de derivación a un centro hospitalario para el
tratamiento de sus lesiones .

Si la derivación por este motivo no fuera necesaria, será preciso evaluar la capacidad mental,
la existencia de enfermedades mentales graves, el estado de ánimo y realizar una valoración
psicosocial que incluya la evaluación de necesidades (identificación de factores de riesgo
psicológicos y del entorno que puedan explicar dicho intento) y del riesgo de futuros
episodios (identificación de una serie de factores predictores de la conducta suicida).
Es importante realizar entrevistas tranquilas y abiertas en un lugar apropiado, caracterizadas
por un nivel adecuado de privacidad y empatía, que faciliten la expresión de la
intencionalidad suicida. En caso de episodios repetidos no se deberá minimizar el riesgo.

Los puntos más importantes a evaluar serían los siguientes :


 Características del intento: peligrosidad objetiva y percibida por el paciente, objetivo de
la conducta, planificación, posibilidad de rescate, deseos de morir, apoyos externos,
actitud postintento.
 Intentos autolíticos previos.
 Evaluación de factores sociodemográficos.
 Trastornos mentales asociados.
 Antecedentes familiares (intentos de suicidio y/o suicidios consumados en la familia,
trastornos mentales familiares).

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Pueden ser sugestivos de riesgo inminente de suicidio la persistencia o aumento de intensidad


de la ideación o plan suicida sobre todo en el último mes o último año y que en el momento
de la evaluación el paciente presente agitación, violencia, distrés o incomunicación activa
(negativismo)

CRITERIOS DE DERIVACIÓN DE PACIENTES DESDE ATENCIÓN PRIMARIA


En el paciente con ideación suicida, ciertos signos de alarma pueden ser relevantes para la
toma de decisiones. Así, se procederá a una derivación urgente desde atención primaria al
servicio de salud mental, en los siguientes casos :
• Presencia de enfermedad mental grave
• Conducta suicida grave reciente
• Plan de suicidio elaborado
• Expresión de intencionalidad suicida
• En casos de duda sobre la gravedad de la ideación o riesgo de intento inmediato. Si
está disponible el contacto directo, consultar con el dispositivo de salud mental de
referencia
• Presencia de tentativas previas
• Situación socio-familiar de riesgo o falta de soporte.

Ante un episodio de conducta suicida, la urgencia de la derivación dependerá de las


características clínicas del cuadro y de la historia clínica del propio paciente. Cabe recordar
que la gravedad o la trivialidad aparente de los aspectos físicos de un episodio de autolesiones
no se relacionan necesariamente con la gravedad del trastorno mental. Si existiese alguna
duda sobre la gravedad de un episodio de autolesiones, es recomendable contactar con el
servicio de urgencias de referencia o la red de salud mental y evaluar la necesidad de la
derivación por este motivo

Se valorará la contención mecánica y la vigilancia en el caso de riesgo elevado de lesiones,


así como necesidad de traslado urgente involuntario en pacientes con claro riesgo suicida 134.
La derivación será urgente, desde atención primaria al servicio de urgencias del hospital de
referencia, en los siguientes casos

- Necesidad de tratamiento médico de las lesiones producidas, no susceptibles de ser


atendidas en atención primaria
- Intoxicación voluntaria con disminución del nivel de conciencia (previa
estabilización del paciente).

5
Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

La derivación será urgente, desde atención primaria al servicio de salud mental2, en los
siguientes casos:
– Alta letalidad del plan, independientemente de su resultado
– Presencia de enfermedad mental grave o de cuadro confusional
– Conducta autolítica grave reciente
– Repetidas tentativas previas
– Situación sociofamiliar de riesgo o de falta de soporte
– En casos de duda sobre la gravedad del episodio o riesgo de repetición.

Podrá contemplarse la derivación preferente al servicio de salud mental (en el plazo de una
semana) de aquellos pacientes con ideación o conducta suicida en los que no estén presentes
ninguno de los criterios anteriores de derivación inmediata y se cumplan todas las
circunstancias siguientes:
– Alivio tras la entrevista
– Expresión de intención de control de impulsos suicidas
– Aceptación del tratamiento y medidas de contención pactadas
– Ausencia de factores clínicos de riesgo: alucinaciones, delirios, depresión moderada/grave
– Apoyo sociofamiliar efectivo.

Es conveniente explicar al paciente el motivo de la derivación a la unidad de salud mental de


referencia y concertar una cita de seguimiento en atención primaria, para asegurar que la
relación con el paciente continúe.

Por último, una vez producido un episodio de conducta suicida, es importante asegurar una
adecuada comunicación entre el servicio de salud mental y el médico de atención primaria.
A pesar de que éste juega un papel fundamental en el seguimiento de los pacientes y muchas
veces son atendidos en la consulta al poco tiempo de sufrir el episodio de conducta suicida,
no siempre son informados de estos episodios

Resumen de la evidencia

Abordaje de la ideación suicida en atención primaria

Una forma efectiva de reducir las tasas de suicidio es mejorar la capacidad


4 de los médicos de atención primaria en reconocer y tratar los trastornos
mentales

Hablar de suicidio con los pacientes en los que se detecte o que


4 comuniquen ideación suicida puede aliviar su ansiedad y contribuir a que
se sientan mejor comprendidos, sin que ello aumente el riesgo de

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

desencadenar una conducta suicida. También hay que tener en cuenta que
el que un paciente hable sobre el suicidio no elimina la posibilidad de que
lo cometa

Distintos organismos han elaborado recomendaciones acerca de las


4 principales acciones a realizar o evitar ante una situación de ideación
suicida, así como la forma de realizar preguntas de forma empática.

Si el paciente tiene ideación y/o planificación suicida será necesario


4
graduar el nivel de riesgo

Los puntos más importantes a evaluar en un paciente con ideación suicida


son:
–Factores sociodemográficos
4
• Trastornos mentales asociados
• Existencia de intentos previos
• Antecedentes familiares de conducta suicida y de trastorno mental.

Evaluación de la conducta suicida en atención primaria

Tras un intento de suicidio deberán valorarse, en primer lugar, las


4 condiciones físicas del paciente y decidir sobre la necesidad de derivación
a un centro hospitalario para el tratamiento de sus lesiones 53 .

Los puntos más importantes en la evaluación de un episodio de conducta


suicida en atención primaria son:
- Características del intento: peligrosidad objetiva y percibida por el
paciente, objetivo de la conducta, planificación, posibilidad de
rescate, deseos de morir, apoyos externos y actitud.
4
- Intentos autolíticos previos
- Factores sociodemográficos
- Trastornos mentales asociados
- Antecedentes familiares (intentos de suicidio y/o suicidios
consumados en la familia, trastornos mentales familiares).

Criterios de derivación de pacientes desde atención primaria

En general, la derivación urgente desde atención primaria al servicio de


4 salud mental de un paciente con ideación suicida se realizará en los casos
de:

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

- Presencia de enfermedad mental grave


Conducta suicida grave reciente
- Plan de suicidio elaborado
- Expresión de intencionalidad suicida
- En situación sociofamiliar de riesgo o falta de soporte.
En casos de duda sobre la gravedad de la ideación o riesgo de intento
inmediato.

Ante un episodio de conducta suicida, la derivación desde atención


primaria será urgente, y al servicio de urgencias del hospital de referencia,
en los siguientes casos:
4 – Necesidad de tratamiento médico de las lesiones producidas, no
susceptibles de ser atendidas en atención primaria
– Intoxicación voluntaria con disminución del nivel de conciencia
(previa estabilización del paciente).

La derivación será urgente, desde atención primaria al servicio de salud


mental, en los siguientes casos:
- Alta letalidad del plan, independientemente de su resultado
- Presencia de enfermedad mental grave
4 - Conducta autolítica grave reciente
- Repetidas tentativas previas
- Situación sociofamiliar de riesgo o de falta de soporte
- En casos de duda sobre la gravedad del episodio o riesgo de
repetición.

Recomendaciones

Se recomienda la capacitación de los médicos de atención primaria en la


evaluación y tratamiento de la ideación y conducta suicidas,
D
implementando, en caso necesario, programas específicos acerca de su
abordaje diagnóstico y psicoterapéutico.

Se recomienda explorar pensamientos suicidas en los pacientes en los que


√ se sospeche ideación suicida y presenten factores de riesgo de suicidio.
Esto no aumenta el riesgo de suicidio.

Se recomienda que las preguntas a los pacientes sobre sus ideas de suicidio
D se formulen de forma gradual: no deberán ser exigentes ni coercitivas, sino
plantearlas de manera cálida y empática.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

En pacientes con ideación suicida y riesgo de suicidio se recomienda:


– Prescribir fármacos potencialmente seguros en caso de sobredosis
– Prescribir envases con el menor número de comprimidos posible
– Explicar a los familiares la necesidad de control y administración de la
√ medicación así como de su custodia
- Acompañamiento constante por parte de familiares así como
restricción de acceso a métodos letales
- Aceptación por parte del paciente y su familia del seguimiento y
derivación a servicio de salud mental.

Tras un intento de suicidio en el ámbito de la atención primaria deberá


valorarse, en primer lugar, las condiciones físicas del paciente y decidir
D
sobre la necesidad de derivación a un centro hospitalario para el
tratamiento de sus lesiones.

Tras un intento de suicidio en el ámbito de la atención primaria se


recomienda realizar, siempre que sea posible, una valoración que incluya:
- Características del intento
D - Intentos autolíticos previos
- Factores sociodemográficos
- Trastornos mentales asociados
- Antecedentes familiares.

En caso de ideación suicida se recomienda la derivación


urgente al servicio de salud mental, si:
- Presencia de trastorno mental grave
- Conducta autolítica grave reciente
- Plan de suicidio elaborado
D
- Expresión de intencionalidad suicida que se mantenga al final de
la entrevista
- Situación sociofamiliar de riesgo o falta de apoyo
Duda sobre la gravedad de la ideación o riesgo de intento
inmediato.

En caso de intento de suicidio se recomienda la derivación urgente a


un servicio de urgencias hospitalario, si:
- Necesidad de tratamiento médico de las lesiones producidas, no
D
susceptibles de ser atendidas en atención primaria
- Intoxicación voluntaria con disminución del nivel de conciencia o
agitación (previa estabilización del paciente)

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

En caso de intento de suicidio, y en ausencia de los puntos anteriores, se


recomienda la derivación urgente al servicio de salud mental, si:
- Alta letalidad del plan, independientemente de su resultado
- Presencia de enfermedad mental grave
- Conducta autolítica grave reciente
- Intentos de suicidio previos
- Situación sociofamiliar de riesgo o de falta de apoyo
- Duda sobre la gravedad del intento o riesgo de repetición.

En caso de ideación o conducta suicida se podría considerar


la derivación preferente al servicio de salud mental (en el plazo de una
semana) cuando no estén presentes ninguno de los criterios anteriores de
derivación inmediata y se cumplan todas las circunstancias siguientes:

–Alivio tras la entrevista
– Intención de control de impulsos suicidas
– Aceptación del tratamiento y medidas de contención pactadas
– Apoyo sociofamiliar efectivo.

Toda la información del paciente será recogida en la historia clínica, así



como la justificación razonada del tipo de derivación.

Se recomienda, una vez producido un episodio de conducta suicida, una


√ adecuada comunicación entre el servicio de salud mental y el médico de
atención primaria.

Referencias

Organización Mundial de la Salud. Prevención del suicidio: un instrumento para trabajadores


de atención primaria de salud [Internet]. Ginebra: Departamento de Salud Mental y
Toxicología, Organización Mundial de la Salud; 2000 [citado 10 may 2010]. Disponible en:
www.who.int/entity/mental_health/media/primaryhealthcare_workers_spanish.pdf

Grupo de trabajo de Salud Mental del Programa de Actividades Preventivas y de Promoción


de la Salud (PAPPS). Guía de Salud Mental en Atención Primaria. Barcelona: Sociedad
Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC); 2001 [citado 27 abr 2010].
Disponible en: http://www.papps.org/upload/file/publicaciones/guiaRevisada2008-
saludmental. pdf

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

INTERVENCIONES EN FAMILIARES, ALLEGADOS Y PROFESIONALES


DESPUÉS DE UN SUICIDIO

Preguntas para responder:


 ¿Cuáles son las necesidades y expectativas de los allegados tras un suicidio?
 Tras el suicidio de una persona, ¿existe alguna intervención preventiva que reduzca el
impacto en sus familiares y allegados?
 ¿Existe alguna intervención comunitaria para la prevención tras un suicidio?
 ¿Existe alguna intervención tras el suicidio de un paciente que reduzca el impacto en los
profesionales implicados en su manejo?

Necesidades y expectativas de la familia y allegados tras un suicidio


El término superviviente de un suicidio se emplea para referirse a los allegados de una
persona que ha realizado un suicidio y, aunque tradicionalmente el concepto se ha reservado
para la familia, en la actualidad se ha extendido también a los allegados no familiares (pareja,
amigos, compañeros de trabajo o de clase y vecinos).

El fallecimiento a causa de un suicidio supone una situación de gran impacto vital en sus
familiares y allegados quienes, en comparación con la población general, además de un
mayor riesgo de trastornos como la depresión o el trastorno por estrés postraumático
presentan un incremento de entre dos y diez veces del riesgo de suicidio.

Existen algunas diferencias entre el duelo tras un suicidio y el duelo tras otro tipo de
fallecimiento, que pueden complicar el proceso o prolongarlo en el tiempo y que sitúan a los
allegados en situación de riesgo. Entre los factores subyacentes que podrían explicar esta
diferencia destacan el estigma y las implicaciones emocionales que el suicidio provoca en las
personas cercanas, como los sentimientos de culpa y la búsqueda de una explicación al
suicidio.

Recientemente se ha publicado una revisión sistemática sobre estudios cuantitativos y


cualitativos que se centran en las necesidades y expectativas de los allegados de una persona
fallecida a causa de un suicidio.

En esta se detectaron tres grandes áreas hacia donde se deberían dirigir los esfuerzos en este
tipo de medidas:

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

– Apoyo de pares o iguales: los allegados demandan diferentes modalidades de


intervenciones con iguales, como grupos de apoyo con otras personas que están pasando por
la misma situación, o iniciativas individuales. Este tipo de intervenciones son percibidas
como un entorno seguro y confidencial en donde las personas pueden expresarse con libertad
y aportar su experiencia. A la mayoría de las personas en esta situación, les gustaría conocer
a alguien que hubiese pasado por lo mismo.
– Apoyo social: el apoyo recibido por la familia, amigos, compañeros de clase o trabajo y
vecinos es importante tras un suicidio. Dicho apoyo ayuda a normalizar la vida diaria,
mediante la incorporación a las actividades cotidianas. Lo que se demanda a este tipo de
apoyo es ayuda práctica para el día a día, así como su presencia y disponibilidad
– Ayuda profesional: este tipo de ayuda es la más demandada (la necesidad de ayuda
profesional percibida es 9 veces mayor que en otro tipo de duelo). Aunque algunas personas
sienten que pueden sobrellevar la situación sin ayuda profesional, otras exponen la existencia
de diferentes barreras para recibir la ayuda profesional deseada. Sería necesario que dicha
ayuda se ofreciese de forma rápida y que no fuese necesario que la persona demande la ayuda
por sí misma. Los aspectos en donde se debiera hacer un especial hincapié son: aportar la
información necesaria en estas circunstancias (sobre el suicidio, el proceso de duelo y cómo
puede afectar el fallecimiento en la familia), ofrecer diferentes modalidades de ayuda, ofrecer
tratamientos específicos en la infancia y adolescencia y realizar un seguimiento a largo plazo.

Algunos aspectos clave a considerar de cara al desarrollo de este tipo de programas son:
- Contextualizar las estrategias de intervención tras un suicidio en las diferentes culturas
- Tener en cuenta el efecto del estigma
- Considerar las necesidades y expectativas de las personas implicadas

Uno de los estudios de esta revisión investigó las experiencias de duelo de padres cuyos hijos
se habían suicidado (16 madres y 6 padres) y puso de manifiesto un conflicto entre la
necesidad de hablar del suicidio libremente y estigma social percibido, motivo por el cual
estos padres tuvieron menor apoyo social, algo que se considera crucial en situaciones de
duelo.

Otro estudio se centró en las necesidades y experiencias de los adolescentes que han superado
el suicidio de una persona cercana y puso de manifiesto que una buena atención incluiría:
proporcionar ayuda inmediata tras el suicidio, adaptada a las necesidades de la persona y de
forma prolongada en el tiempo. Para los adolescentes también es esencial que esta atención
sea flexible, empática y con la posiblidad de participar en sesiones individuales (633). El
estudio enfatiza el impacto negativo del suicidio en los adolescentes, y las posibles
dificultades escolares y disminución de la concentración.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Intervenciones preventivas en familiares y allegados


La posvención o intervenciones tras un suicidio, son aquellas actividades desarrolladas con
los allegados con la finalidad de prevenir posibles efectos negativos, incluyendo el mismo
suicidio. Normalmente este tipo de intervenciones se dirigen a disminuir el impacto que el
fallecimiento por suicidio puede tener, pero no se enfocan al tratamiento de la conducta
suicida propia (en el caso de personas con intento de suicidio).

Son intervenciones muy importantes debido a que, por un lado, se proporciona el apoyo
necesario en una situación de duelo que puede devenir patológica (por la presencia de
factores como el estigma asociado, el riesgo de depresión o trastorno de estrés postraumático,
sentimientos de abandono y búsqueda de una respuesta al suicidio) y, por otro, son una
intervención de prevención del suicidio en sí misma.

La posvención se debe realizar desde las fases tempranas del duelo y el trabajo
psicoterapéutico con los familiares puede incluir los aspectos:
- Confrontar con la realidad la culpabilidad hacia uno mismo y hacia los otros
- Ayudar a corregir las negaciones y distorsiones
- Explorar las fantasías de los familiares respecto a cómo les afectará la muerte en el futuro
- Trabajar el enfado y la rabio que este tipo de muerte genera
- Confrontar el sentimiento de abandono con la realidad.

Intervenciones en la familia

Se han llevado a cabo diferentes estudios de intervenciones familiares tras un suicidio 636,
dirigidas a parejas, padres o niños, aunque lo más habitual es que se realicen con adultos en
general. En cuanto a quién realiza la intervención, existe una gran variedad:

– Equipos de intervención en crisis


– Voluntariado
– Profesionales de enfermería de salud mental
– Psicólogos clínicos
– Equipos multidisciplinares.

Los estudios incluidos evalúan su efecto a corto plazo (tras la intervención), y solo uno de
ellos realiza seguimiento a los 12 meses.

En la tabla se resumen las características más importantes de los estudios realizados con
familias recogidos en las revisiones sistemáticas realizada por Szumilas et al. y McDaid et
al.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Las intervenciones que se realizaron en la escena del suicidio se relacionaron con un aumento
significativo de conductas de autoayuda en los allegados y mayor participación en terapias
de apoyo. En uno de los estudios se encontró un mayor nivel de depresión y desconcierto en
los participantes de la intervención grupal; aunque también se encontró una reducción en la
severidad del duelo y los sentimientos de culpa.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

En la revisión de McDaid se incluye un ensayo clínico que emplea una intervención de TCC
para familiares de primer grado en comparación con el tratamiento habitual. La intervención
consistió en 4 sesiones de TCC llevada a cabo por enfermeras de salud mental realizada en
los 3-6 meses tras el suicidio. A los 13 meses del fallecimiento, no se encontraron diferencias
significativas entre los grupos en las reacciones complicadas de duelo, ni en la presencia de
ideación suicida o depresión. Sin embargo, el grupo que recibió la TCC mostró menos
reacciones desadaptativas y menor percepción de culpabilidad por la conducta suicida de su
familiar. También se encontró que las personas que presentaron ideación suicida, se
beneficiaron más del tratamiento, y la TCC redujo el riesgo de duelo patológico en estas
personas.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

INTERVENCIONES COMUNITARIAS
Se han llevado a cabo diversas iniciativas para prevenir el suicidio a nivel comunitario, pero
la mayoría no han sido evaluadas.

Szumilas et al. incluye dos estudios de este tipo (tabla 61). En uno de ellos se describen los
resultados de un programa de prevención que consistió en la elaboración de guías para los
medios de comunicación y de campañas de prevención en Viena (Austria), tras un gran
número de suicidios en el metro de esta ciudad. En este estudio se encontró una disminución
del número de suicidios en el período analizado (1980-1996) en comparación con el número
de suicidios previos a la intervención. En el otro estudio incluído se describe un programa de
prevención de 2 años realizado en jóvenes en Maine (EE. UU.), que consistió en la
implementación de un programa comunitario amplio basado en las recomendaciones del
Centers for Disease Control and Prevention para la prevención del contagio de suicidio. Estos
estudios; aunque no permiten obtener conclusiones claras acerca de sus efectos sobre el
suicidio, pueden ser útiles como ejemplos de implementación de programas de prevención
del contagio de suicidio.

En Canadá se llevó a cabo otra intervención comunitaria, que se basó en la comparación de


cuatro grupos de apoyo, que duraron dos, cuatro, seis y doce meses. Se encontró una mejoría
en el Inventario de depresión de Beck al año de la intervención (con una menor reducción en
las puntuaciones de dicho inventario en el grupo cuya intervención duró dos meses). Es de
interés señalar que en este estudio no se tuvieron en cuenta los abandonos de los participantes
en los análisis estadísticos y que los grupos ya presentaban diferencias en las variables
clínicas al inicio de la intervención, además debido a la complejidad de los factores que
intervienen en la terapia de apoyo, no se pueden atribuir los resultados solamente a la
duración de la intervención (tabla 61).

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

También en Canadá, en el 2004 la Canadian Mental Health Association (CMHA) introdujo


un programa basado en el apoyo de iguales o de pares (Peer Helpers) que vivieron un suicidio
cercano. Los participantes se distribuyeron por parejas según su edad, sexo y relación con la
persona fallecida. Aunque el tamaño muestral de este estudio fue muy pequeño (7 pacientes
y 9 voluntarios), los participantes mostraron resultados positivos a corto plazo en su reacción
de duelo.

Intervenciones en profesionales de la salud tras el suicidio de un paciente

Los profesionales de la salud se relacionan con frecuencia con pacientes que presentan
conducta suicida, tanto en el ámbito de la atención primaria como de la especializada. El
suicidio de un paciente es siempre un hecho de gran impacto, fundamentalmente cuando ha
existido una importante relación terapéutica, llegando a generar distrés grave en tres de cada
diez profesionales658. Sin embargo, la investigación sobre la trascendencia y las necesidades
de los profesionales ante estas situaciones es muy limitada.

Las diferentes fases que suelen presentarse en un profesional tras el suicidio de un paciente,
son las siguientes:
- Fase 1 (inmediata): de shock
- Fase 2 (intermedia): de ansiedad, desasosiego y sentimientos de culpa
- Fase 3 (postraumática): de hacerse preguntas y de dudas de uno mismo
- Fase 4 (recuperación): de renovación de la confianza.

En ocasiones pueden presentarse síntomas de depresión y trastorno por estrés postraumático,


agresividad, sentimientos de duelo y culpa, de aislamiento y humillación, así como baja
autoestima y preocupación por la reacción de los compañeros.

Entre los factores que se han relacionado con la aparición de distrés en los profesionales
destacan cuestiones relacionadas con el plan terapéutico, posibles reacciones negativas de los
compañeros o directivos y la posibilidad de implicaciones legales del caso,
fundamentalmente si el paciente no estaba hospitalizado. No se han localizado estudios que
evalúen intervenciones específicamente dirigidas a disminuir las posibles consecuencias del
suicidio en estos colectivos.

Los profesionales de salud mental han puesto de manifiesto que buscar apoyo en los
compañeros fue la estrategia más útily que la revisión del caso ofrece la oportunidad de
mejorar el manejo del suicidio y de su impacto. También se considera importante recibir
formación específica sobre el manejo del suicidio.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Un colectivo de especial interés es el de los médicos en formación, especialmente vulnerables


a la aparición de distrés tras el suicidio de un paciente. Aunque sus programas de formación
suelen incluir módulos sobre el manejo de la conducta suicida (factores de riesgo,
reconocimiento de los signos de alarma y tratamiento), un estudio mostró que sólo el 19% de
los médicos residentes se sintieron preparados para enfrentarse al fallecimiento por suicidio
de un paciente.

Un caso particular lo forman los pacientes hospitalizados, en los que los supervivientes
abarcan no sólo los familiares y amigos cercanos, sino también los pacientes de la unidad y
el personal, tanto sanitario como no sanitario que conocía al paciente. Bartels recomienda
que, inmediatamente tras el suicidio de un paciente hospitalizado se realice una reunión de
todo el personal de la unidad para informar del suicidio y para desarrollar una estrategia de
apoyo a los restantes pacientes de la unidad y contener reacciones potencialmente peligrosas,
incluyendo la imitación de la conducta suicida.

En cuanto a las guías de práctica clínica, se recomienda que se garantice el apoyo necesario
a los profesionales (tanto por parte de los compañeros como de los supervisores o directivos),
así como realizar una revisión de los factores subyacentes al suicidio. La formación
específica también podría ser útil en estas situaciones.

Resumen de la evidencia

Necesidades y expectativas de la familia y allegados tras un suicidio

Los allegados de las personas fallecidas a causa de un suicidio demandan mayor


número de intervenciones de apoyo basadas en figuras clave, apoyo social y ayuda
3 profesional. En cuanto a la ayuda profesional, se considera crucial contar con la
Q información necesaria en estas circunstancias, poder elegir entre diferentes
modalidades de ayuda, tratamientos específicos en la infancia y adolescencia y
seguimiento a largo plazo.

Los padres en situación de duelo por un hijo fallecido a causa de un suicidio


Q presentan un conflicto entre la necesidad de hablar del suicidio libremente y el
estigma social percibido.

Para los adolescentes que han superado el suicidio de una persona cercana, una
buena atención sanitaria incluiría: atención automática tras el suicidio, adaptada a
Q
sus necesidades y prolongada en el tiempo. También es esencial que la atención sea
flexible, empática y con la posiblidad de participar en sesiones individuales .

Los aspectos clave a considerar de cara al desarrollo de programas de intervención


4 tras un suicidio son: atender a las diferentes realidades culturales, tener en cuenta
el efecto del estigma y considerar las necesidades y expectativas de los allegados.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Intervenciones preventivas en familiares y allegados

La posvención se debe realizar desde las fases tempranas del duelo, y el trabajo
psicoterapéutico con los familiares debe incluir los siguientes aspectos

- Confrontar con la realidad la culpabilidad hacia uno mismo y hacia los otros,
4 y el sentimiento de abandono
- Ayudar a corregir las negaciones y distorsiones
- Explorar las fantasías de los familiares respecto a cómo les afectará la muerte
en el futuro
- Trabajar el enfado y la rabia que este tipo de muerte genera.

Las intervenciones familiares en formato grupal obtuvieron mejorías significativas


1+
en diferentes variables como: síntomas de depresión, ansiedad, factores
2+
psicológicos, reducción en distrés a corto plazo, evolución del duelo y satisfacción
3
con la participación en la terapia636.

Las intervenciones que se realizaron de forma inmediata tras un suicidio se


2+ relacionaron con un aumento significativo de conductas de búsqueda de autoayuda
en los allegados y mayor participación en terapias de apoyo636.

En un ECA en el que se comparó la TCC familiar (4 sesiones realizadas en los 3-6


meses tras el suicidio) con el tratamiento habitual, no se encontraron diferencias
significativas entre los grupos en las reacciones complicadas de duelo, ni en la
presencia de ideación suicida o depresión. Sin embargo, el grupo que recibió la
1+
TCC mostró menos reacciones desadaptativas y menor percepción de culpabilidad
por la conducta suicida de su familiar. También se encontró que las personas con
ideación suicida se beneficiaron más del tratamiento y que la TCC redujo el riesgo
de duelo patológico en estas personas.

Intervenciones en el ámbito escolar tras un suicidio

1+
No existe evidencia concluyente sobre las intervenciones tras un suicidio dirigidas
2+
a alumnos en el ámbito escolar.
3

Los programas de entrenamiento de profesionales en el ámbito escolar (gatekeeper


3 e intervención en crisis) se asociaron con un aumento significativo en el nivel de
conocimientos sobre el suicidio y con altos niveles de satisfacción y utilidad.

Intervenciones comunitarias

No existe evidencia concluyente sobre la efectividad de los programas de


3
intervención comunitaria tras un suicidio.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Intervenciones tras un suicidio en profesionales de la salud

Las diferentes fases que suelen presentarse en un profesional tras el suicidio de un


paciente son:

Fase 1 (inmediata): de shock


4
• Fase 2 (intermedia): de sensación y sentimientos de presión, desasosiego o
desazón
• Fase 3 (postraumática): de hacerse preguntas y de dudas de uno mismo
• Fase 4 (recuperación): de renovación de la confianza.

En diferentes estudios se ha puesto de manifiesto que después del suicidio de un


paciente puede presentarse: trastorno por estrés postraumático, agresividad,
3
sentimientos de duelo, culpa, aislamiento y humillación, así como baja autoestima
y preocupación por la reacción de los compañeros.

Entre los factores que se han relacionado con la aparición de distrés en los
profesionales destacan cuestiones referidas al plan terapéutico, posibles reacciones
3
negativas de los compañeros o directivos y la posibilidad de implicaciones legales
del caso, fundamentalmente si el paciente no estaba hospitalizado.

Algunas estrategias útiles tras el suicidio de un paciente son: buscar apoyo en los
3
compañeros y la revisión del caso.

Se considera muy importante recibir formación específica sobre el manejo del


3
suicidio y las posibles implicaciones emocionales en los profesionales.

En el caso de un suicidio en un paciente hospitalizado puede ser conveniente


realizar una reunión de todo el personal de la unidad para informar del suicidio y
4
desarrollar una estrategia de apoyo a los restantes pacientes de cara a la prevención
de la imitación de la conducta suicida.

Recomendaciones
Cribado de riesgo de suicidio

A la hora de poner en marcha cualquier intervención tras un suicidio


dirigida a los familiares y allegados se recomienda:
D - Contextualizar la estrategia de intervención
- Tener en cuenta el efecto del estigma en los allegadosConsiderar
las necesidades y expectativas de las personas implicadas.

Tan pronto como sea posible después de un suicidio, se recomienda



ofrecer una atención flexible y adaptada a las necesidades de cada persona.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

Tras un suicidio, se recomienda que los profesionales sanitarios ofrezcan


apoyo a los allegados y les aporten toda la información necesaria sobre los
D
recursos de ayuda disponibles, incluyendo tratamientos específicos y la
posibilidad de realizar un seguimiento a largo plazo.

Tras un suicidio se recomienda la terapia cognitivo-conductual en aquellos


B familiares y allegados con presencia de ideación suicida, ya que reduce el
riesgo de duelo patológico en estas personas.

Se recomienda la implementación de programas de entrenamiento de


figuras clave (gatekeeper) en el ámbito escolar, de cara a aumentar los
D
conocimientos de los profesionales de los centros educativos sobre la
conducta suicida y el impacto del suicidio en las personas allegadas.

Se recomienda que todos los profesionales reciban formación específica


C sobre las posibles implicaciones emocionales del suicidio de un paciente
y las estrategias de afrontamiento necesarias.

Tras el suicidio de un paciente se recomienda garantizar el apoyo


D necesario a los profesionales directamente implicados y la realización de
una revisión del caso y de los factores subyacentes.

Bibliografía
Vinar JG. Do suicide survivors suffer social stigma: a review of the literature. Perspect
Psychiatr Care. 2005;41(1):14-21.
Szumilas M, Kutcher S. Post-suicide intervention programs: a systematic review. Can J
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Ellis TE, Dickey ITO, Jones EC. Patient suicide in psychiatry residency programs: A national
survey of training and postvention practices. Acad Psychiatry. 1998;22(3):181-9.
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suicide on front-line staff in Ireland. Death Stud. 2009;33(7):639-56.
Yousaf F, Hawthorne M, Sedgwick P. Impact of patient suicide on psychiatric trainees.
Psychiatr Bull R Coll Psychiatr. 2002;26(2):53-5.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

ESTRATEGIAS DIAGNÓSTICAS Y TERAPÉUTICAS

Se presentan los algoritmos de manejo de la ideación y conductas suicidas en atención


primaria y en los servicios de urgencias. En las notas del algoritmo se detallan algunos
aspectos de los mismos.

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

NOTAS DEL ALGORITMO


Generales

El manejo de la ideación y la conducta suicidas deberá incluir siempre:


- Psicoeducación
- Apoyo individual y familiar
- Coordinación entre profesionales de diferentes niveles asistenciales
- Atención a la posible patología de base y a las comorbilidades
- Hacer partícipe a la familia y allegados en el proceso de evaluación y tratamiento
- Garantizar un ambiente de privacidad, confidencialidad y respeto.

EVALUACIÓN PSICOPATOLÓGICA Y SOCIAL BÁSICAS

Tras un episodio de ideación o conducta suicidas se debe realizar una evaluación


psicopatológica y del medio social básicas, tanto en atención primaria como en el servicio de
urgencias hospitalarias. Deberá incluir la evaluación de los factores psicológicos y
contextuales y una valoración de los factores de riesgo. Esta evaluación será preliminar y se
completará posteriormente por el servicio de salud mental. Podrá ser necesario contar con la
valoración e intervención de los servicios sociales.

La derivación al psiquiatra deberá realizarse cuando el paciente esté plenamente consciente


y pueda llevarse a cabo una adecuada valoración psicopatológica.

CRITERIOS DE DERIVACIÓN

La decisión final sobre la derivación a otro dispositivo y el carácter de dicha derivación


(urgente o preferente) se realizará mediante una valoración global de estos criterios. De forma
general, se considera que al menos uno de los criterios debe ser positivo para decidir la
derivación urgente. Los motivos de dicha derivación deberán ser registrados
convenientemente en la historia clínica.
En algunos casos, y como medida de seguridad, será necesario hacer el traslado desde
atención primaria en ambulancia.

Triaje
Todos los pacientes que acudan a un servicio de urgencias hospitalarias debido a una
conducta suicida deberían ser catalogados de forma que se asegurase su atención al menos
dentro de la primera hora desde su llegada. Utilizando el sistema de triaje de Manchester, los
niveles de atención serían los siguientes:

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Evaluación y manejo de la ideación y conducta suicidas en atención primaria

El Cuestionario de riesgo de suicidio de Horowitz podría ayudar en el triaje a conocer el


grado de necesidad de atención inmediata (en personas en las que no existe afectación física
grave). Las preguntas del cuestionario serían las siguientes:

- ¿Acude usted porque ha tratado de lesionarse a sí mismo?


- ¿En la semana pasada ha tenido ideas relacionadas con suicidarse?
- ¿Ha tratado de lesionarse a sí mismo en el pasado?
- ¿Le ha sucedido algo muy estresante en las últimas semanas?

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Deberán adoptarse todas aquellas medidas de seguridad que impidan la fuga y la auto o
heteroagresividad. De forma general, a los pacientes se les debe pedir que entreguen todo
objeto potencialmente dañino y no debe haber medicamentos a su alcance. En algunos casos
será necesario avisar al servicio de seguridad y/o la policía. Debería existir un protocolo
específico de cómo registrar y retirar estos objetos potencialmente dañinos.

Cuando existe un riesgo inminente de conducta suicida, además de las medidas anteriores,
deberá valorarse la necesidad de contención mecánica, no dejar a la persona sola y/o asegurar
la supervisión y contacto regular con algún profesional del servicio de urgencias
hospitalarias.

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