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Si bien las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a los hombres como las mujeres,

su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima. Los estudios sobre la materia permiten
afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer tiene alguna característica que
permite identificarla como violencia de género. Esto significa que está directamente vinculada
a la desigual distribución del poder y a las relaciones asimétricas que se establecen entre
varones y mujeres en nuestra sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su
subordinación a lo masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de
agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer.
La violencia de género puede adoptar diversas formas, lo que permite clasificar el delito, de
acuerdo con la relación en que ésta se enmarca y el ejercicio de poder que supone, en las
siguientes categorías: violación sexual e incesto, asedio sexual en el trabajo y en las
instituciones de educación, violencia sexual contra mujeres detenidas o presas, actos de
violencia contra las mujeres desarraigadas, tráfico de mujeres y violencia doméstica. En el
presente documento se estudia en detalle esta última forma, sin dejar de mencionar y
describir las otras, puesto que en los últimos años ha dado origen a nuevas e importantes
instituciones y enmiendas de las legislaciones, y en torno a ella se han articulado acciones
colectivas de las mujeres. La falta de datos estadísticos que podrían revelar la verdadera
magnitud del fenómeno en América Latina y el Caribe es un obstáculo que dificulta la mejor
comprensión de la problemática de la violencia de género. Aunque su incidencia es mucho más
alta que lo consignado en los registros oficiales, los estudios del tema permiten inferir su
carácter epidemiológico. La mayor parte de los datos presentados en este estudio provienen
de investigaciones y documentos de organizaciones no gubernamentales y de organismos
internacionales que han hecho investigaciones en esta área en los últimos años. Las
propuestas que se plantean se basan en el carácter irreductible de los derechos de las mujeres,
en la obligación del Estado de protegerlos y garantizarlos, y en la convicción de que el respeto
de los derechos humanos también es una condición esencial para el desarrollo de nuestros
países y el pleno ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. Se plantea,
asimismo, la necesidad de analizar el tema de los derechos humanos y de la violencia de
género desde una perspectiva que ofrezca posibilidades de cambios culturales estructurales
que conlleven el respeto de los derechos de las mujeres y cuestionen la inevitabilidad de la
violencia en las relaciones de género.

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