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La violencia contra las mujeres y las niñas, se define como todo acto de violencia

basado en el género que tenga o pueda tener como resultado un daño o


sufrimiento físico, sexual o mental para la mujer, así como las amenazas de tales
actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la
vida pública como en la vida privada. La violencia contra las mujeres y niñas
abarca, con carácter no limitativo, la violencia física, sexual y psicológica que se
produce en el seno de la familia o de la comunidad, así como la perpetrada o
tolerada por el Estado.
Entender la violencia como un asunto personal refuerza a las mujeres a una
situación de subordinación respeto del hombre e implica asumir las relaciones de
poder históricamente desiguales entre ambos y a través de las cuales se legitima
al hombre a mantener su status-quo de la dominación incluso a través de la
violencia.
La violencia de género se refiere a los actos dañinos dirigidos contra una persona
o un grupo de personas en razón de su género. Tiene su origen en la desigualdad
de género, el abuso de poder y la existencia de normas dañinas.
La violencia contra las mujeres y las niñas es una de las violaciones más
generalizadas de los derechos humanos en el mundo. Se producen muchos casos
cada día en todos los rincones del planeta. Este tipo de violencia tiene graves
consecuencias físicas, económicas y psicológicas sobre las mujeres y las niñas,
tanto a corto como a largo plazo, al impedirles participar plenamente y en pie de
igualdad en la sociedad.
La discriminación de las mujeres y la violencia de género, es un problema que
traspasa fronteras y que está presente en la mayor parte de los países del mundo,
con la particularidad de que las vivencias del maltrato son enormemente parecidas
en todos los lugares y culturas.
Cualquier tipo de violencia se fundamenta en una relación de poder dónde alguien
trata de dominar a la otra persona por la fuerza, contra su voluntad; trata de
obligarla a que haga lo que no desea, a que se ruegue y reconozca su inferioridad
y dependencia con respecto a quien ejerce la violencia. En todos los casos de
violencia las víctimas pasan por un gran sufrimiento y todas ellas requieren
cuidado y atención, y todas las personas agresoras son dignas de su
correspondiente sanción penal; no obstante, cada tipo de violencia tiene sus
peculiaridades.
Violencia de género es dirigida a las mujeres por el mero hecho de serlo, es decir,
por considerar que el sexo femenino es inferior y debe continuar en una posición
de subordinación con respeto al masculino.
La violencia de género es ejercida contra cualquier persona o grupo de personas
sobre la base de su orientación sexual, identidad de género, sexo o género, que
impacta de manera negativa en su identidad y bienestar social, físico, psicológico
o económico. La violencia común de aquella que se dirige a individuos o grupos
sobre la base de su género, constituyéndose en una violación de los derechos
humanos. Incluye la violencia y discriminación contra la mujer y las personas
LGBT+, así como el sexismo, la misoginia y la homo-trans-fobia.
Esta se presenta en distintas manifestaciones, como actos que causan sufrimiento
o daño, amenazas, coerción u otra privación de libertades. Estos actos se
manifiestan en todos los ámbitos de la vida social y política, entre los que se
encuentran la propia familia, el Estado, la educación, los medios de comunicación,
las religiones, el mundo del trabajo, la sexualidad, las organizaciones sociales, la
convivencia en espacios públicos, la cultura.
Las mujeres y los niños y niñas, que a menudo son los más vulnerables a sufrir
abusos contra sus derechos humanos, son los que más sufren de violencia sexual
y de género; mientras que históricamente los varones estarían sub representados
en las estadísticas. Estudios afirman que la población LGBT+ también estaría sub
representada en las estadísticas e incluso, algunos grupos mostrarían mayor
prevalencia a nivel comparado.
Dentro de la noción de violencia de género se incluyen actos como asaltos o
violaciones sexuales, prostitución forzada, discriminación laboral, el aborto
selectivo por sexo, violencia física y sexual contra personas que ejercen la
prostitución, infanticidio en base al género, castración parcial o total, mutilación
genital femenina, tráfico de personas, violaciones sexuales en guerras o
situaciones de represión estatal, acoso y hostigamiento sexual, entre ellos
el acoso callejero, patrones de acoso u hostigamiento en organizaciones
masculinas, ataques homofóbicos y trans-fóbicos hacia personas o
grupos LGBT+, el encubrimiento y la impunidad de los delitos de género, la
violencia simbólica difundida por los medios de comunicación de masas.
Presenta diversas características diferentes a otros tipos de violencia
interpersonal, y normalmente se la asocia a la violencia contra la mujer, aunque no
son sinónimos, debido a la amplitud que abarcan las distintas formas de violencia
y a que no todos los estudios se enfocan en las definiciones, identidades y
relaciones de género; así, no toda la violencia contra la mujer puede identificarse
como violencia de género, ya que el término hace referencia a aquel tipo de
violencia que tiene sus raíces en las relaciones de género dominantes existentes
en una sociedad, por lo que es habitual que exista cierta confusión al respecto y
por ende, existe cierta falta de consenso.
Violencia por motivos de género es una forma de discriminación en el sentido de la
definición del artículo 1 de la Convención y que la discriminación contra la mujer
es una de las causas principales de dicha violencia.
Destaca que la violencia por motivos de género impide gravemente que la mujer
goce de derechos y libertades en pie de igualdad con el hombre.
La recomendación general N° 19, sitúa la violencia por motivos de género en el
marco de los derechos humanos. Los Estados, los organismos del sistema de las
Naciones Unidas, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil, así
como los investigadores y las mujeres individualmente utilizan este marco para
prevenir y combatir la violencia contra la mujer y para mejorar la rendición de
cuentas.
Las violaciones de los derechos humanos afectan tanto a los hombres como las
mujeres, su impacto varía de acuerdo con el sexo de la víctima. Los estudios
sobre la materia permiten afirmar que toda agresión perpetrada contra una mujer
tiene alguna característica que permite identificarla como violencia de género. Esto
significa que está directamente vinculada a la desigual distribución del poder y a
las relaciones asimétricas que se establecen entre varones y mujeres en nuestra
sociedad, que perpetúan la desvalorización de lo femenino y su subordinación a lo
masculino. Lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y
coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser
mujer. La violencia de género puede adoptar diversas formas, lo que permite
clasificar el delito, de acuerdo con la relación en que ésta se enmarca y el ejercicio
de poder que supone, en las siguientes categorías: violación sexual e incesto,
asedio sexual en el trabajo y en las instituciones de educación, violencia sexual
contra mujeres detenidas o presas, actos de violencia contra las mujeres
desarraigadas, tráfico de mujeres y violencia doméstica, en los últimos años ha
dado origen a nuevas e importantes instituciones y enmiendas de las
legislaciones, y en torno a ella se han articulado acciones colectivas de las
mujeres. Las propuestas que se plantean se basan en el carácter irreductible de
los derechos de las mujeres, en la obligación del Estado de protegerlos y
garantizarlos, y en la convicción de que el respeto de los derechos humanos
también es una condición esencial para el desarrollo de nuestros países y el pleno
ejercicio de los derechos ciudadanos de toda la población. La necesidad de
analizar el tema de los derechos humanos y de la violencia de género desde una
perspectiva que ofrezca posibilidades de cambios culturales estructurales que
conlleven el respeto de los derechos de las mujeres y cuestionen la inevitabilidad
de la violencia en las relaciones de género.
La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos. Las
cifras de violencia en América Latina muestran la persistencia y gravedad del
problema, para las mujeres como para la sociedad en su conjunto; no es posible
hablar de democracias plenas mientras persista la violencia de género. En
América Latina, 4 de cada 10 mujeres han sufrido violencia física o sexual en su
vida. Enfrentar la violencia implica contar con información relevante para abordar
la prevención, atención, sanción y reparación.
La violencia contra las mujeres es una violación de los derechos humanos

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