HISTORIA DEL ARTE

Grecia

GRECIA
INTRODUCCIÓN

EL MEDIO GEOGRÁFICO
El arte griego se desarrolla en un ámbito geográfico muy
determinado que ha sido interpretado por algunos historiadores como la
base para explicar muchas de sus características. Grecia no ha existido
como tal hasta la época contemporánea; históricamente los griegos han
vivido en dos continentes (Europa y Asia) y las islas que se encuentran
entre ambos. El mar ha sido el medio común de comunicación entre ellos
y esta vocación marinera, en algunos casos impuesta, les permitió la
colonización de todo el Mediterráneo. La dispersión cultural que podía
haber caracterizado a los pueblos y a las diferentes polis quedó un tanto
atenuada por los vínculos establecidos por una cultura y una religión
compartidas por bastantes de ellos.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA
La diversidad griega viene determinada por la propia evolución
histórica. En origen, hay dos zonas perfectamente delimitadas, la de las
islas (cultura cicládica), especialmente Creta, que posee una notable
complejidad cultural, basada en pujantes monarquías, desde época
neolítica, y la del continente, que sólo reacciona gracias a las invasiones
de dos pueblos de habla griega, los aqueos hacia el 1600 y los dorios en
el 1150, que obligan a los primeros a emigrar a las costas asiáticas y que
contribuyen a la decadencia de la cultura cretense. Los dorios, que traían
como forma política sistemas aristocráticos con poco operativas
monarquías, inauguran una "edad media" cultural, una época de
oscuridad de la que sólo comienza a salirse en el siglo VII con el
desarrollo de las polis que comienzan a romper con las viejas formas
económicas basadas en la agricultura y, sobre todo, la ganadería. Las
polis son el lugar ideal para artesanos y comerciantes que se enriquecen
rápidamente y exigen un puesto en los gobiernos urbanos para lo que
tendrán que apoyarse en legisladores y tiranos que en algunas ciudades-
estados sirven como paso previo a la democracia. Una democracia que
parece afianzarse con la victoria sobre los persas en las Guerras Médicas
en las que Atenas tuvo mucho que ver. Esparta, de estirpe doria y
régimen aristocrático fue un foco continuo de amparo de los cabecillas
oligárquicos y aristocráticos dispuestos a acabar con las democracias. El
enfrentamiento inevitable entre ambas formas políticas (Guerra del
Peloponeso) terminó por arruinar a todas las polis que terminaron
cayendo bajo en yugo de los macedonios en el siglo IV. Con Alejandro
Magno, de efímero pero fructífero reinado, se inicia la gran expansión de
la cultura griega por Asia y el norte de África.

IDEALES ESTÉTICOS
Una vida política ajetreada que no impidió a los griegos
desarrollar un arte pleno e iniciar una serie de reflexiones sobre la belleza
aunque no estuviesen orientadas hacia el mundo de la plástica (texto 1).
Tres son las fuentes de la belleza para los griegos: el placer
sexual, representado por la mujer según Hesiodo, la naturaleza, tal como
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aparece en Homero, y la racionalidad suprema, cuyo mejor ejemplo lo

tenemos en Pitágoras y su pasión por el número (matemáticas).
Estas teorías fueron desarrolladas por los sofistas que incidían en
aspectos puramente formales a los que se opusieron, por diversas
razones, Sócrates, para quien la estética es algo irremediablemente unido
a la ética, y Platón quien desarrolló las teorías del mundo ideal, del que lo
real es sólo un reflejo, que tanta trascendencia iban a tener en épocas
posteriores; en el terreno plástico Platón era un conservador que
anteponía el hieratismo egipcio a la plástica coetánea (s. V a.C.).
Epicúreos y estoicos se limitan a constatar las enormes
variaciones que presenta el arte en época helenística.

ANTECEDENTES: CRETA Y MICENAS

CRETA
El arte cretense, también llamado minoico en honor del
mítico rey Minos, se desarrolla en su fase más característica entre el 2000
y el 1150 a.C. al amparo de una importante actividad comercial que les
lleva a dominar las rutas marítimas (talasocracia).
Los restos arquitectónicos que conservamos, excavados
fundamentalmente por Evans, presentan ciudades sin amurallar, con
plantas complejas (lo que -unido a la dependencia económica del
continente con respecto a la isla- originó el mito del laberinto) organizadas
en torno a patios. Usaban como sistema constructivo el arquitrabe con
pilares cuadrados y columnas troncocónicas invertidas, habitualmente sin
basa y con un capitel formado por una gruesa moldura con un simple
ábaco encima. Generalmente sus frisos aparecen decorados a base de
medallones y recuadros. Los mejores ejemplos de estos palacios-
ciudades son Cnossos, Faistos, Mallia y Hagia-Triada.
Su escultura presenta imágenes muy estilizadas en actitudes
atléticas y sacerdotisas, o diosas, que llevan serpientes en las manos que
las vinculan con ritos de fertilidad. En ocasiones emplean materiales
nobles (oro, marfil), son características las denominadas Acróbata de
Cnosos y Sacerdotisa con serpientes.
Las principales habitaciones de los palacios aparecen decoradas
con bandas de color y con figuras animales y humanas; es muy común
encontrar en estas representaciones unas formas muy sueltas y gráciles
que denotan manos expertas en su realización. Prefieren los colores
vivos, destacan, entre muchas otras, el Príncipe con corona de plumas, la
Parisiense, el Sarcófago de Hagia Triada y diversos estucos con animales
y peces.
Interesantísima es su cerámica en la que destacan dos estilos:
uno decorado con motivos geométricos, fitomorfos y de formas marinas
(cerámica de Kamarés) y otra con representaciones animalísticas,
fitomórficas y pulpos (estilo de los nuevos palacios); en ambos casos su
calidad y finura son notorias. Cultivaron otras artes aplicadas con éxito.

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MICENAS
Los micénicos desarrollaron en el continente una cultura menos
refinada, basada en la ganadería y con continuos enfrentamientos con
sus vecinos, lo que determina que sus ciudades (Micenas, Tirinto,
Orcomenes, Troya) ocupen lugares elevados y aparezcan fuertemente
amuralladas con aparejos ciclópeos; son interesantes algunas tipologías
arquitectónicas como el megaron, antecedente del templo griego (con
sala, antecámara y pórtico) y las tumbas de corredor y falsa cúpula como
las denominadas Tesoro de Atreo y Tumba de Agamenón.
Su arte se completa con un tipo de escultura monumental muy
tosca (Puerta de los leones en Micenas) lejanamente relacionable con la
egipcia y con una notable actividad orfebrística (Tesoro de Atreo).

EL ARTE GRIEGO

CARACTERÍSTICAS
Las diferentes influencias que sufre el arte griego (la doria y su
geometrismo, la creto-micénica y su dinamismo y la orientalizante asiria y
egipcia) van a determinar unas manifestaciones plásticas presididas en su
época clásica por el ideal de Solón "nada en demasía".
A pocos periodos artísticos como al griego se le puede aplicar el
concepto de evolución biológica. Los periodos geométrico y orientalizante
serían los balbuceos, la época arcaica la pubertad, la época clásica (con
sus dos fases de madurez y crisis) la plenitud vital para terminar en el
barroquismo y supuesta decrepitud del helenismo.
Veremos cómo las cosas no son tan sencillas y aun cuando
podamos rastrear una evolución en las formas griegas, en cada estilo
aparecen reflejadas, de forma indeleble, los ideales políticos y culturales
de las diferentes épocas a las que el arte presta una envoltura atractiva.
Será característico de los griegos la fijación de unas normas de
lenguaje que denominamos "canon", termino que lleva implícita más la
idea de proporción que la que actualmente le conferimos de modelo.
En arquitectura el canon se manifiesta a través de los tres
órdenes: el dórico (que representa la virilidad), el jónico (la feminidad) y el
corintio (la feminidad juvenil), aunque este último será una variante más
decorativa del segundo. Los órdenes no aparecieron como algo
inmutable; se fueron perfeccionando desde la época arcaica a la clásica.
También se manifiesta esta tendencia normativa en la tipología de los
edificios, especialmente en los templos y en los teatros e incluso en el
urbanismo cuando aparezca el plano hipodámico.
Menos fácil fue la aceptación de un modelo de belleza en la
escultura aunque fuera precisamente en esta manifestación en la que
apareció la denominación de canon. Las ideas de Policleto no son las
mismas que las de Lisipo; ambos traducen diferentes concepciones de la
belleza en dos épocas distintas. Algo semejante ocurre con la pintura.
Una característica común al arte griego es la de practicar un
cierto realismo mediatizado por la aspiración al idealismo más absoluto, a
la perfección total. La escultura de la época clásica nos ilustra bastante
bien al respecto: los artistas tratan de reflejar a los dioses y a los hombres
como debieran ser, no como son. Sin embargo, muchas de las noticias
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que tenemos al respecto están corrompidas por la intervención de poetas

y literatos y por los diversos intereses de críticos e historiadores
posteriores.
En la época clásica el arte griego coloca al hombre como medida
de todas las cosas y en torno a él, a sus proporciones y a sus
necesidades, hace girar las manifestaciones artísticas aunque la tentación
de colosalismo y el lujo orientales son muy fuertes y reaparecerán en
época helenística.
Antes de su desaparición como arte propio mezclado con lo
oriental o lo egipcio y formando cuerpo casi indisoluble con el romano
(fenómeno de gran trascendencia pues gracias a las innumerables copias
de las épocas clásica y helenística podemos seguir la evolución del arte
griego), la plástica griega nos proporcionará una idílica visión, aunque
llena de coherencia y plenitud, de un determinado tipo de sociedad y del
hombre que la engendró, que no en vano ha sido considerada digna de
tenerse como modelo en etapas posteriores de la historia occidental.

EL ARTE GRIEGO: ETAPAS

EDAD OSCURA (1300-800 a.C.)

A duras penas sobrevivieron las técnicas del bronce y la cerámica
(aunque de las más de setenta formas cerámicas de la época heládica
quedaron reducidas a diez) con algunos ejemplos notables por su tamaño
y perfección técnica.

PERIODO GEOMÉTRICO (800-725 a.C.)

Este periodo se caracteriza por la presencia de un tipo de
cerámica en la que aparecen abundantes meandros, zigs-zags y
triángulos; la figura humana, muy estilizada, se encuentra aprisionada
entre estos elementos. Los ejemplos más característicos son los
llamados Vasos del Dipylon (cementerio de Atenas).
Se conservan, también, restos de pequeñas figuras en bronce
decoradas siguiendo los esquemas hallados en la cerámica y de una
arquitectura muy semejante a la de los micénicos; los megaron, que son
el antecedente formal de los templos clásicos, se construían de tierra y
madera sobre un basamento de piedra.

PERIODO ORIENTALIZANTE (725-600 a.C.)

Los contactos comerciales con las costas de Asia Menor
determinaron la presencia de influjos orientales dentro del arte griego
continental, en el que Corinto constituye el centro más significativo hasta
que en los últimos años de la época empiece a ser sustituido por Atenas.
Lo más característico de este época son las cerámicas con
temas exóticos y tendencias miniaturistas; son muy comunes las
decoraciones a base de frisos de animales.
La escultura no son más que figurillas de terracotta o bronce
semejantes a las de época anterior aunque con los motivos exóticos de la
época (grifos, por ejemplo); hacia el 650 a.C. aparece la escultura
monumental en piedra que presenta algunas influencias egipcias.
Con respecto a la arquitectura tenemos restos que nos indican
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que el orden dórico comienza a formarse en estos momentos en la zona

de Etolia mientras que el jónico lo hace en el Egeo oriental. También hay
algunos restos de escultura aplicada a la decoración de los edificios.

EL ARTE GRIEGO PLENAMENTE FORMADO

Se distinguen tres momentos históricos perfectamente

diferenciados:

PERIODO ARCAICO (600-480 a.C.)

Desde el punto de vista social se asiste a la consolidación de la
"polis" en la que los gobiernos aristocráticos comienzan a ser
desplazados por los tiranos y los legisladores que respondían mejor a las
necesidades de los grupos de comerciantes y artesanos que usan
abundantemente de la moneda de oro como elemento de intercambio.
Los centros más progresistas en lo económico y cultural fueron las
ciudades jonias.

PERIODO CLÁSICO (480-323 a.C.)

Entre ambas fechas se desarrolla en toda su plenitud el arte
griego que influirá de forma decisiva en momentos posteriores de nuestra
cultura; no es un fenómeno único puesto que se ve acompañado del
teatro, la filosofía y de muchas otras actividades artísticas. Es una época
salpicada muy a menudo de enfrentamientos brutales en la que una
ciudad, Atenas, impulsada por su forma política -la democracia- se
convirtió en punto de referencia para toda una serie de polis que
desarrollaron un notable concepto de autoestima gracias a la victoria
sobre los persas (Guerras Médicas). Este primitivo impulso vitalista se
transformará luego en una cierta melancolía cuando los continuos
enfrentamientos civiles entre los griegos (Guerras del Peloponeso)
sienten las bases del expansionismo macedónico.
Existe un periodo El estilo severo (480-450 a.C.) en el que el arte griego
abandona los últimos residuos del arcaísmo y se adentra en un
naturalismo idealizado; se la denomina, también, fase de transición y
época clásico-arcaica. En ella aparecen algunos de los valores propios
del periodo clásico como la dignificación de la figura humana y el puesto
central de ésta dentro de todo el universo.
Durante la época denominada de Madurez de la polis (450-400
a.C.), Atenas supo capitalizar la victoria sobre los persas y convertirse en
el centro de la vida cultural y artística de Grecia. La democracia se impuso
después de la expulsión de los tiranos y el Ática, apoyándose en sus
propios medios, en el dinero de la Liga de Delos y en la personalidad de
algunos de sus dirigentes (Pericles) inició una política de obras públicas y
embellecimiento que proporcionó notable prestigio a la capital. La
tremenda lucha contra Esparta, y el posterior triunfo de ésta, determinó su
decadencia.
La Crisis de la polis (400-323 a.C.) es un periodo caracterizado
por la inestabilidad; la destrucción de Atenas y Esparta como potencias de
primer orden y el ascenso a esa categoría de una ciudad como Tebas,
impiden que el arte presente el aire sereno y reposado de la etapa
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anterior; únicamente queda la huída hacia el patetismo, la nostalgia, la

melancolía, sin olvidar las reflexiones teóricas y esteticistas como viene
siendo habitual cuando hay poca creatividad. El breve reinado de
Alejandro no palió, sino todo lo contrario, esta tendencia.

PERIODO HELENÍSTICO (323 a.C. - ?)

La expedición de Alejandro a Oriente puso en contacto el arte
griego con un mundo más rico y de mayores posibilidades lo que
determinó que se desplazasen a aquella zona los centros comerciales,
culturales y artísticos que serán, a partir de aquel momento, Antioquia,
Alejandría, Pérgamo, entre otros. Fue una época compleja en la que
dominó el eclecticismo y en la que aparecen los conceptos de copia de la
antigüedad, coleccionismo, museos, etc...
El helenismo ha sido valorado de forma muy desigual en los
diversos periodos históricos anteriores a nuestra época, llegando a ser
despreciado, en algunas ocasiones, por su carácter anticlásico mientras
que era alabado en otras por su variedad y tendencia al realismo porque
lo que resulta evidente es la ausencia de características comunes a todo
el periodo, algo evidente si pensamos en la época tan dilatada que cubre
y las múltiples influencias que recibe; no posee, además, una fecha de
final concreto pues mientras que para unos historiadores este periodo
concluye con la conquista romana de la zona, para otros es imposible
diferenciar algunas de las manifestaciones helenísticas de las realizadas
en época romana.

EL ARTE GRIEGO: PRINCIPALES MANIFESTACIONES

LA ARQUITECTURA

Durante el periodo arcaico, los templos comenzaron a construirse

en piedra, aunque en su conformación definitiva conservasen recuerdos
de las antiguas estructuras lígneas. Los órdenes (texto 2) aparecen
achaparrados, sólidos, no alcanzando ni las proporciones ni la armonía
que poseerán en la época clásica, aunque como en ésta también se
pintaban de colores vivos; aunque también se dieron otras formas de
templos (en especial los circulares o tholos) lo común es que se siga para
su estructura las pautas marcadas por el megaron prehelénico. La
principales manifestaciones del orden dórico fueron los templos de la
Acrópolis ateniense destruidos por los persas, los de la Magna Grecia
(Paestum y Selinunte) y el de Hera, en Olimpia. Las manifestaciones
jónicas que alcanzaron más renombre fueron: el Artemision, de Éfeso, el
Heraion, de Samos, y el Tesoro de los Sifnios en el santuario de Delfos
dedicado a Apolo.

El momento de transición, desde el punto de vista de la

arquitectura, entre el arcaismo y el clasicismo lo representa el templo de
Afaia en Egina; los más característico de este momento son las obras en
la Acrópolis ateniense, lugar sagrado asolado por los persas y
reconstruido a instancias de Pericles (texto 3).
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El Parthenón (447-437) fue proyectado por Ictinos y Calicrates y

levantado con mármol del Pentélico; la perfección de sus medidas y las
diferentes correcciones ópticas que introdujeron los arquitectos impiden
hacerse una idea adecuada de su tamaño de no estar en sus
inmediaciones. Es una idea errónea pensar en la falta de libertad de los
arquitectos griegos; en este caso, por ejemplo, se trabaja con ocho
columnas en la fachada (octástilo) lo que no es muy habitual, al mismo
tiempo que se introducen algunos elementos jónicos (friso interior corrido)
en un edificio que sigue, por lo general, el orden dórico. Desde la
antigüedad fue tenido por una obra maestra de la arquitectura y como tal
ha servido como modelo e ideal a la sociedad de occidente.
Los Propileos (437-432) eran la entrada al recinto amurallado, al
que proporcionaban un aspecto monumental, sirviendo más tarde de
pinacoteca; los diseñó Mnesicles y estaban compuestos de dos pórticos,
dórico el exterior y jónico el interior, con dos alas a los lados que no
llegaron a realizarse.
El templo de Atenea Niké fue proyectado por Calicatres pero no
sería levantado sino años después en una época en la que la mesura que
representa era un mero recuerdo; es una obra maestra del orden jónico
aunque en absoluto se somete a la tipología que se da como canónica
para los templos clásicos.
Los mismo ocurre con el Erecteion (420-407), levantado por
Filocles, que debe su peculiar estructura a la obligatoriedad de respetar
el lugar en el que se había producido un antiguo milagro; es en este
edificio en el que se situaron las famosas Cariátides.
En la parte baja de la ciudad, en el ágora, se construyó el
Teseion con una estructura similar a la del Parthenón.

Como parece lógico, durante el periodo denominado de crisis de

la polis no encontramos grandes construcciones en el continente; las islas
jonias llevaron la iniciativa. Sólo se salvaron los grandes santuarios
(Delfos, Olimpia, Epidauro) y no por su carácter innovador; más
interesantes resultaron los nuevos modelos como el Mausoleo de
Halicarnaso (texto 4) o la Linterna de Lisícrates.

El periodo helenístico supone una recuperación de la dinámica

constructiva. Asistiremos a una decadencia del orden dórico, más sobrio,
y un aumento del jónico y, especialmente, del corintio, variedad más
ornamental de éste (texto 5). Se desarrolla un urbanismo más racional
que el de época clásica (que era más mediterráneo y vitalista) inspirado
en la reforma que Hippodamos de Mileto realiza para su ciudad en la que
se usa el plano ortogonal; en cualquier caso, resultan muy significativos
los conjuntos urbanísticos de Antioquía, Alejandría, Pérgamo y Prienne.
Conservamos de esta época restos civiles que hasta el momento no se
habían construído en materiales nobles y ahora sí; destacan a este
respecto los Bouleterion de Mileto y de Prienne, el Faro de Alejandría, o la
Torre de los vientos, en Atenas, son de este periodo algunas de las
denominadas siete maravillas de la antigüedad, como el Faro de
Alejandría o el Coloso de Rodas, también se conservan restos de las
stoas, lugares para el comercio y las relaciones sociales que serán los
antecedentes directos de los foros romanos, los teatros con sus gradas
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dispuestas siguiendo la inclinación de las colinas, con una orquesta

circular en la que baila y canta el coro, un proscenio en el que declaman
los actores y una escena fija.
Los edificios religiosos pueden aumentar desmesuradamente en
tamaño como en el templo de Zeus en Atenas, de más de cien metros de
longitud, lo que puede parecer un contrasentido en una época de
progresiva irreligiosidad.

LA ESCULTURA

En el periodo arcaico, la escultura comienza a desarrollarse en el

sentido que la conocemos en la actualidad; la monumental se vincula a
los templos (metopas, frisos, frontones), la exenta parece que surge de
las figuras en madera (xoanon) que tenían un carácter mágico-religioso y
que, en muchas ocasiones, se atribuían a Dédalo (texto 6). Aparecen los
modelos masculinos, kourós -plural kuroi- (atleta desnudo -lo que había
sido muy raro en Oriente y que no aparecerá en los modelos femeninos
hasta bien entrado el siglo IV-, de pie, con la pierna izquierda adelantada
a semejanza de las figuras egipcias) y femeninos, koré -plural korai-
(joven vestida con la túnica jónica -chitón- bajo el manto -himation- una y
otro con abundantes pliegues), ambos poseen ojos almendrados y una
sonrisa (eginética) muy forzada, en muchos casos se han encontrado en
ellas restos de policromía; al parecer poseen un carácter conmemorativo
y oferente. Los centros de producción fundamentales se encontraban en
Creta, Jonia (Hera de Samos) y Atenas. En algunos casos, los modelos
masculinos portan algún objeto o animal como ocurre con el Moscóforo.
Predominan en todos ellos un carácter excesivamente simplista en el
análisis de la anatomía, un gran hieratismo y una notable simetría.

Los mejores ejemplos de transición entre el arcaísmo y el

clasicismo momento los tenemos en la escultura: Trono Ludovisi, grupo
de Los tiranicidas, el Auriga de Delfos, el Zeus del cabo Artemision, los
Guerreros de Riace y, especialmente, las figuras del Frontón del templo
de Zeus en Olimpia. En todas ellas es evidente el interés por la figura
humana y un notable del dominio de la técnica de la fundición, pues la
mayoría de las esculturas exentan eran de bronce.
.
A la hora de analizar las obras escultóricas maestras del periodo
de madurez de la polis, nos encontramos con una enorme dificultad y es
la casi total ausencia de originales por lo que debemos recurrir a las
copias romanas y a las descripciones. Fueron tres los escultores que
alcanzaron la mayor consideración en la época por su habilidad, dado que
para el griego del momento era impensable considerar a las artes
mecánicas como dignas de tal nombre.
Mirón pasa por haber sabido captar con habilidad el movimiento,
lo que no nos parece muy claro contemplando las copias romanas de su
Discóbolo pero que se ajusta bastante a la idea transmitida por los
antiguos en la reconstrucción que se ha hecho de su célebre grupo
Athenea y Marsyas interesante tanto por las actitudes de ambos
personajes como por la incipiente captación psicológica en los gestos de
8
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la diosa y el sátiro.
Con Fidias -al que se atribuye, también, la organización de las
labores decorativas de la Acrópolis- la escultura alcanza el difícil equilibrio
entre la idea y la realización, entre forma y concepción, lo que implicaba
un sereno distanciamiento de la realidad que era matizado por el ideal
(texto 7). Al parecer trabajó en los frontones del Parthenón (en uno se
representaba el nacimiento de Atenea y en el otro la lucha de Atenea y
Poseidón por el patronazgo sobre el Atica), en las metopas y en el friso,
donde destacan los relieves que representan las Panateneas (aunque
existen interpretaciones modernas que los vinculan con un antiguo
sacrificio de unas doncellas); los restos, principalmente en el Museo
Británico, son muy desiguales y obligan a aceptar un trabajo de taller, no
obstante hay relieves espectaculares que debían rebosar vida cuando
luciesen a plena luz con sus aditamentos metálicos y sus vivos colores.
Su fama era tal que se le encargaron costosísimas esculturas realizadas
en materiales preciosos como el oro y el marfil (crisoelefantinas) sobre un
alma de madera; de este tipo eran el Zeus de Olimpia y la Atenea
Parthenos, ambas monumentales, de tamaño semejante a la propia nave
central del templo y eso que el Zeus era una obra sedente; el manejo de
los cuantiosos fondos que eso exigía le proporcionó no pocos
quebraderos de cabeza.
El tercero de los grandes escultores del momento fue Policleto
(textos 8 y 9), que intentó fijar las proporciones ideales del cuerpo
humano a través de una obra teórica y práctica, el canon, que se plasma
de forma espléndida en el Doríforo y el Diadoumeno; realizó, además, la
Amazona herida y el Efebo de Florencia. Un análisis adecuado de sus
obras, en el que hay que incluir los factores correctores derivados de su
carácter de copias, nos llevará a plantearnos la inconsistencia de los
ideales de belleza como algo inmutable.

Durante la denominada crisis de la polis, la escultura buscó la

plasmación de los estados emocionales acercándose a una realidad
dramática que el artista desea que el espectador comparta (patetismo) o
huyendo hacia el esteticismo a la búsqueda de un mundo no más pleno
-como en el caso de Policleto- sino menos problemático. Tres fueron,
también, los más interesantes escultores del periodo.
Skopas de Pharos dió un sentido melancólico y trágico a sus
figuras; buenos ejemplos de ellos podrían ser las esculturas para el
templo de Apolo en Tegea, o la parte del Mausoleo de Halicarnaso en la
que plasma la Lucha entre los griegos y las amazonas. Se le atribuyen
algunas figuras exentas como la Bacante o la cabeza de Meleagro que
ofrece todas las características de su estilo (ojos profundos, arco
superciliar abultado y rictus en la boca).
Praxiteles siempre ha sido considerado como el escultor de la
gracia juvenil, del ideal displicente y juguetón conseguido a través de la
sonrisa y de la incurvación de la cadera (curva praxitélica) así ocurre en
su Hermes con Dionisos niño, en el Apolo sauróctono e incluso en la
Afrodita de Cnido que se considera perteneciente, o cercana, a su
escuela.
Lisipo continuó las investigaciones de Policleto respecto a la
belleza ideal; proporcionó a su canon unas proporciones más esbeltas y
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un dinamismo mucho mayor, al mismo tiempo que avanzó en el análisis

de aspectos plásticos puramente escultóricos como la relación lleno-
vacío. Se consideran obras suyas el Apoxiomenos y el Ares Ludovisi,
atribuyéndosele el Hércules Farnesio. Fue el escultor favorito de
Alejandro.
A diversos ciclos y autores pertenecen otras obras maestras del
momento como pueden ser el Apolo del Belvedere, la Amazona herida y
la Victoria de Samotracia.

Durante el helenismo es posible seguir algo mejor la evolución de

la escultura que la de la arquitectura. En una primera fase (323-250 a.C.)
se mantuvieron los ideales plásticos fijados por Lisipo cuya obra, llena de
variedad, era susceptible de diversas interpretaciones.
El periodo helenístico medio (250-150 a.C.) estuvo dominado por
la escuela de Pérgamo pues es en ella en la que se producen las
innovaciones más interesantes y de mayor trascendencia plástica, en
especial un aumento de la valoración del "pathos", siguiendo los modelos
usados por Skopas, que abrirá el camino del denominado barroco
helenístico; es ahora cuando comienzan a tener éxito las
representaciones de los momentos extremos de la vida como la niñez en
el Espinario o la vejez en la Vieja ebria, o la desnudez femenina que
ahora es ejemplo, también, de sensualidad, o la violencia con la que
pueden manifestarse los atletas. En Pérgamo se construyen el
monumento de Atalo I en el que conmemora su victoria sobre los gálatas
de entre cuyas esculturas destaca el Gálata moribundo aunque la obra
maestra de la escuela es el Altar de Zeus, en Pérgamo, reconstruido en el
Museo de Berlín.
La producción escultórica de la escuela de Alejandría es
interesante, destacan la Alegoría del Nilo o los diferentes retratos de la
dinastía ptolemaica, aunque los modelos egipcios influyeron bastante en
las formas de vida, la cultura y la plástica griega de la zona.
En la escuela de Rodas se desarrolló una intensa e
interesantísima actividad escultórica que a mediados del siglo II a.C.
había producido alguno de los ejemplos más significativos del helenismo
y continuará haciéndolo con obras como el Laooconte (de Agesandro,
Polidoro y Atenodoro); viculable a esta escuela se puede citar el Toro
Farnesio (de Apolonio y Táurico de Tralles) que conservamos en copia
romana excesivamente restaurada.
A finales del siglo I a.C. los talleres parecen más preocupados
por producir copias y falsificaciones del arte del periodo clásico que en
buscar nuevas posibilidades plásticas.

OTRAS MANIFESTACIONES ARTÍSTICAS

La cerámica más característica del periodo arcaico es la de las

figuras negras que surge en Corinto pero que se desarrollará en Atenas.
Existen dos tendencias: la miniaturista (Vaso François) que presenta
figuras humanas distribuidas en bandas y un segundo tipo en el que las
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figuras se extiende por toda la superficie con mayor libertad; en los

últimos momentos del periodo aparece la cerámica de figuras rojas. La
cerámica es importante porque no se han conservado otros restos de
pintura posibilitando, por tanto, que nos hagamos una pálida idea de lo
que pudieron ser las manifestaciones en las que los griegos consideraban
que habían alcanzado sus mayores cotas de creatividad plástica, además
de ser un excelente instrumento para conocer la vida cotidiana de la
época.
El más notable pintor del periodo de transición entre el arcaísmo y
el clasicismo fue Polignoto de Tassos del que sólo tenemos referencias
puesto que nada nos ha quedado de su obra; la cerámica ya no podía
seguir los progresos pictóricos y se encuentra en una fase de indecisión
técnica; gracias a la pintura etrusca podemos hacernos idea de cómo
pudo ser la pintura griega del momento
Durante el periodo clásico, fueron muy celebradas las pugnas
(texto 10) entre los pintores Zeuxis y Parrasio sobre su supuesta
habilidad en la representación que nos harían sonreír hoy si tomamos
como ejemplo la cerámica de figuras rojas, que es un trasunto de
aquellas, en las que era escasísima, además, la variedad de colorido; sin
embargo, podemos reconstruir, gracias a ella, los intentos de los artistas
por dominar el movimiento y el espacio.
Progresivamente se observa una profundización en el realismo;
según los textos, Apeles (texto 11), el pintor de Alejandro (que le llegó a
ceder alguna de sus amantes), realizó un caballo ante el que relinchaban
sus congéneres. La progresiva complejidad de las composiciones puede
verse claramente en el mosaico con la Batalla de Issos.
La cerámica había perdido posibilidades frente a la pintura y
busca sus propios medios expresivos usando la mancha y la línea
sugerente y dinámica (vasos blancos). Los pocos restos que poseemos y
la importancia que el helenismo tiene para la pintura romana determina
que se estudie en ese capítulo.

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Grecia

TEXTOS

Texto 1
...Las formas más elevadas de lo bello son el orden, la simetría,
lo definido, y es ahí, sobre todo, donde aparecen las ciencias
matemáticas. Y puesto que estas formas -el orden y lo definido- son
causas manifiestas de una multitud de efectos, es evidente que las
matemáticas debemos considerarse como causa, desde un cierto punto
de vista,... de (...) lo bello.
ARISTÓTELES.- Metafísica

Texto 2
A Minerva, a Marte y a Hércules se les harán templos dóricos;
porque a estos dioses, en razón de su fortaleza, les corresponden
edificios sin la delicadeza de los otros órdenes.
VITRUBIO.- Diez libros de arquitectura

Texto 3
Los monumentos se elevaban con una grandeza que imponía,
con una belleza y una gracia inimitables. Los artistas se esforzaban en el
reto de destacar por la perfección técnica del trabajo, pero lo más
admirable fue la rapidez de la ejecución. Todas estas obras, de las que
cada una parecía necesitar de sucesivas generaciones para ser
terminada, se encontraron totalmente acabadas durante el periodo de
apogeo de una única carrera política. (...) La admiración por los
monumentos de Pericles crece, puesto que fueron hechos en poco
tiempo y destinados a una larga duración. Cada uno de ellos, apenas
terminado, era tan bonito que ya tenía el carácter de lo antiguo y tan
perfecto que ha conservado hasta nuestra época el frescor de una obra
reciente; de tal manera brilla siempre en ellos una especie de flor de
juventud que ha preservado su aspecto del paso del tiempo. Parece como
si estas obras tuviesen un soplo siempre vivo y un alma inaccesible a la
vejez (...) Fidias fue quien hizo la estatua de oro de la diosa, como lo
prueba la inscripción de su nombre en la estela. Lo supervisaba casi todo
y, como ya he dicho, mandaba por encima de todos los artistas, a causa
de la amistad que le profesaba Pericles.
PLUTARCO.- Vidas paralelas

Texto 4
Scopas tuvo por contemporáneos y rivales a Bryaxis, y Timotheo
y Leochares, de los cuales es necesario hablar a un mismo tiempo, ya
que trabajaron conjuntamente en el Mausoleo; se llama así la tumba
erigida por Artemisa a su marido Mausolo, pequeño rey de Caria, muerto
el año segundo de la centésimo sexta Olimpiada. Gracias sobre todo a
estos artistas dicha obra se encuentra entre las siete maravillas. El lado
del mediodía y el del norte tienen sesenta y tres pies; los frentes son
menos extensos. La totalidad del perímetro tiene cuatrocientos once pies;
la altura es de veinticinco codos. Aparece rodeado de treinta y seis
columnas. se le llamó Pteron; la parte de delante fue hecha por Scopas,
la del norte por Bryaxis, la del mediodía por Timotheo y la del poniente por
Leochares. Antes de su conclusión, la reina murió, pero los artistas no
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Grecia

abandonaron la obra antes de haberla terminado, pensando que se

trataba de un monumento para su gloria y la del arte. (...) Encima del
Pteron hay una pirámide tan alta como el edificio inferior. Formada por
veinticuatro gradas de tamaño decreciente, termina en una plataforma
donde hay una cuadriga de mármol, hecha por Pytheos. Esta adición dio
a la obra una altura de ciento cuarenta pies.
PLINIO EL VIEJO.- Historia Natural.

Texto 5
Una doncella de Corintio, apenas núbil, enfermó y murió; su
nodriza fue a poner sobre su tumba, en un canastillo, algunos de los
objetos que a la muchacha más habían agradado en vida, y para que
pudiesen conservarse a la intemperie más tiempo sin estropearse, tapó la
cesta con un ladrillo. Por casualidad vino a quedar el canastillo sobre la
raíz de una planta de acanto. Oprimida luego por el peso del canastillo,
esta raíz de acanto que estaba en medio comenzó en primavera a echar
tallos y hojas, que fueron creciendo a los lados de la cesta, y tropezando
con los cantos del ladrillo, por efecto de la presión, tuvieron que doblarse,
produciendo los contornos de las volutas.
El escultor Calímaco... la reprodujo en las columnas que hizo
después para los de Corinto...
VITRUBIO.- Los diez libros de arquitectura

Texto 6
Dicen que Dédalo construyó unas esculturas que caminaban por
sí mismas. Me parece inadmisible que una estatua camine por sí misma.
Ved aquí la verdad: los escultores e imagineros de la época ejecutaban
los pies y las manos de manera simétrica y unidos al cuerpo. Sin embargo
Dédalo fue el primero que realizó una estatua con un pie en actitud de
avanzar. Por esto la gente solía decir: "Dédalo no sólo ha conseguido que
la estatua se aguante de pie, sino también que camine".
PALÉFATO.- Historias increíbles

Texto 7
En todos los lugares a los que ha llegado la fama del Júpiter
Olímpico, Fidias, sin ninguna duda, es considerado como artista muy
ilustre (...) Citaremos sólo pequeñas particularidades que demuestran lo
ingenioso que era. Para esto no aludiremos a la belleza de su Júpiter
Olímpico ni a la grandeza de su Minerva de Atenas, que tiene 26 codos y
es de marfil y de oro; pero en la cara convexa del escudo de la diosa
cinceló el combate de las Amazonas; en la parte cóncava de este mismo
escudo, la batalla de los dioses y los gigantes; y en la suela de sus
zapatos, la de los lapitas y los centauros: ¡hasta tal punto su arte se podía
localizar en los espacios más pequeños! Denominó nacimiento de
Pandora a lo que cinceló en el pedestal (...) Sean dichas de paso estas
cosas de un artista que jamás será lo suficientemente alabado; que sean
dichas también para demostrar que aquella grandeza de genio estuvo
también en las cosas pequeñas.
PLINIO EL VIEJO.- Historia Natural

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Grecia

Texto 8
La belleza reside, no en la proporción de los elementos
constituyentes, sino en la proporcionalidad de las partes, como entre un
dedo y otro dedo, y entre todos los dedos y el metacarpo, entre el carpo y
el antebrazo y entre el antebrazo y el brazo, en realidad entre todas las
partes entre sí, como está escrito en el Canon de Policleto. Para
enseñarnos en un tratado toda la proporción del cuerpo, Policleto apoyó
su teoría en una obra, haciendo la estatua de un hombre de acuerdo con
los principios de su tratado y llamó a la estatua, como al tratado, Canon.
GALENO.- De temperamentis

Texto 8
Policleto de Sición, discípulo de Agélades, hizo el Diadúmeno,
figura de un hombre joven, lleno de suavidad (...) y el Doríforo, figura de
niño, llena de vigor y denominada canon por los artistas que estudian sus
formas como una especie de ley (...) Sin embargo, Varrón dice que estas
figuras son cuadradas y casi todas ellas hechas con el mismo patrón.
PLINIO EL VIEJO.- Historia Natural

Texto 10
Las puertas del arte habían sido abiertas por Apolodoro; Zeuxis
de Heraclea las flanqueó el cuarto año de la 95 olimpiada y el pincel, pues
del pincel hablamos aún, llegó en sus manos a la gloria más alta (...) Más
tarde determinó regalar sus obras porque decía que ningún precio era
suficiente para pagarlas (...) También hizo un atleta, del que quedó tan
contento que escribió en su base este verso que llegó a ser célebre: "con
más facilidad llegaré a ser aborrecido que criticado" (...) Tuvo por
contemporáneos a Timantes, Andrócide, Eupomo y Parrasio. Se dice que
este último presentó combate a Zeuxis. Éste presentó unos racimos
pintados con tal realismo que los pájaros vinieron a picotearlos; el otro
trajo un cortinaje, representado de manera tan natural que Zeuxis,
fiándose en el resultado de los pájaros, pidió que se corriera el cortinaje
para poder ver el cuadro. Entonces, dándose cuenta de su ilusión,
reconoció con modesta sinceridad que había sido vencido, puesto que él
había engañado a unos pájaros, pero Parrasio había engañado a un
artista, precisamente a Zeuxis.
PLINIO EL VIEJO.- Historia Natural

Texto 11
Apeles tenía una costumbre que nunca olvidaba: por más
ocupado que estuviera, no dejaba pasar ningún día sin ejercitar su arte
con algún trazo; este hábito dio lugar a un proverbio. Cuando había
terminado un cuadro lo colocaba sobre unas tablas, a la vista de los que
pasaban, escondiéndose detrás; escuchaba las críticas que de él se
hacían, considerando el juicio del público más exacto que el suyo.
PLINIO EL VIEJO.- Historia Natural

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Grecia

BIBLIOGRAFÍA:

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