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CRETA

Civilización Cretense o Minoica

Se cree que los cretenses fueron originarios de tribus caucásicas provenientes de Irán
que se establecieron en el Mar Egeo, o de los pueblos Camitas provenientes del Norte
de África.
En esta extensa isla de Creta se asentó la antiquísima cultura cretense, que en un inicio
solo comprendió la isla de Creta, pero que posteriormente se extendió hacia las islas del
mar Egeo y Asia Menor.
Los primitivos Cretenses formaron una monarquía en la que al soberano se le llamaba
MINOS, y se le daba carácter divino. Por esa razón a esta cultura se le llamo también
como cultura Minoica.
Adoraban al Minotauro o Toro divino, tuvieron una rudimentaria escritura, que sirvió de
base a los fenicios para idear el alfabeto.
Con el tiempo Creta obtuvo la supremacía marítima, abriendo factorías en el Mar Egeo,
la ciudad de Cnosos se convirtió en un centro de arte y civilización; se organizaron
sólidas instituciones y se formó una burguesía enriquecida por el comercio. Hacia el
1450 a. C. la vida en Creta era refinada, la producción artística era notable,
destacándose especialmente las pinturas al fresco.

Desde el punto de vista económico Creta se convirtió en un gran mercado de metales y


en el centro de la civilización egea. Se cree que las ciudades de Cnosos y de Faistos
desaparecieron por terremotos y por la invasión de los Aqueos con la ciudad de Micenas
a la cabeza.

Cultura Cretense
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Eran agricultores que cultivaban la vid, el olivo y árboles frutales, la cría de ganado
caprino y ovino. Desarrollaron una cultura del bronce y una gran habilidad artesanal.
Fabricaron cerámicas decoradas y objetos de oro, plata y marfil. Eran hábiles hiladores
y tejedores y supieron fabricar telas de tramas y colores diversos.

Su arquitectura nos muestra palacios con grandes escaleras de acceso, sostenidos por
columnas, casas de varios pisos, pero una de sus principales características es su
ventilación e iluminación que lograban por medio de patios interiores y ventanas
cubiertas con pergaminos engrasados, que dejaban pasar la luz. Otro aspecto importante
fue la construcción de cañerías y desagües que desembocaban en los ríos.
Las pinturas y decoraciones son reflejo de la vida cotidiana e inducen a pensar en la
existencia de largos periodos de paz y tranquilidad desprovistos de guerras, también
pintaron animales, plantas, flores, así como motivos marinos.
Las pinturas de las paredes de los palacios (frescos) han permitido, además, formarse
una idea de los hábitos y gustos de los cretenses, así como de sus ideas religiosas.
Un ejemplo de un fresco, llamado “arte de palacio” es el “fresco de las sillas
plegadizas”, en las paredes del santuario de Cnosos en tonos azules, amarillos y rojo
ladrillo. Donde se pueden ver a un grupo de jóvenes y doncellas sentados en sillas y
sirviéndose mutuamente
Recipientes (parte de esta composición es la representación bautizada como “La
Parisina” doncella con cabellos muy peinados y vestido de cuello plegado).
En escultura hicieron estatuillas pequeñas de arcilla marfil y bronce, y fueron grandes
joyeros, dándole más valor a la plata que al oro.

Leyenda del Minotauro

Un rey llamado Minos, fundador de la aristocracia cretense, y casado con Pasifae (hija
del dios Apolo) tuvo tres hijas Ariadna, Fedra y el Minotauro (Monstruo con cabeza de
toro y cuerpo humano).

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Desesperado por el nacimiento de este engendro, Minos ordenó la construcción de un
laberinto para que no pudiera salir, ya que este le exigía la entrega de jóvenes de ambos
sexos, a los que devoraba. El encargado de la construcción fue el arquitecto DEDALO y
su hijo ICARO los cuales al terminar la obra fueron encerrados junto con Minotauro,
pudiendo huir el padre con unas alas construidas con plumas, ICARO se dirigió al sol
contrariamente a lo que le dijo su padre y se le derritieron las alas, muriendo.
Pero el Minotauro continuaba exigiendo el tributo, es por ello que TESEO, hijo de Egeo
rey de Atenas, marcho a Creta para acabar con el monstruo, allí se casó con Fedra,
hermana de Minotauro, Ariadna le proporcionó un ovillo de hilo para poder encontrar la
salida. TESEO que mato al Minotauro liberando a la humanidad.

ARTE CRETENSE
(Arnold Hauser)

En todo el ámbito del arte Antiguo Oriente el arte cretense, es el que constituye el
problema más difícil para la sociología. Este arte no solo adopta una posición especial
frente al arte egipcio y al mesopotámico, sino que es una excepción en todo el periodo
que va desde el fin del Paleolítico hasta el comienzo del clasicismo griego. En todo este
periodo, de estilo abstracto geométrico, en este mundo invariable de tradiciones estrictas
y formas rígidas, Creta nos muestra un cuadro de vida colorista, irrefrenable, alegre, sin
que podamos encontrar aquí unas circunstancias económicas y sociales distintas de las
del mundo circundante. También aquí, al igual que en Egipto y Mesopotamia, la cultura
esta sometida a un orden social dominante y autocrático. Y, sin embargo, ¡que

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diferencia en la concepción del arte! ¡Que independencia en los afanes artísticos, en
contraste con la asfixiante presión de los convencionalismos en el resto del mundo del
Antiguo Oriente! ¿Cómo puede explicarse esta diferencia? Hay muchas explicaciones
posibles; pero la imposibilidad de descifrar la escritura cretense hace que ninguna de las
explicaciones aceptables sea contundente. Tal vez la explicación radica en parte en el
papel subordinado que la religión y el culto desempeñan en la vida pública cretense. No
se ha encontrado en Creta construcciones de templos ni estatuas monumentales de
dioses; los pequeños símbolos que han llegado a nosotros indican que la religión ejerció
aquí una influencia menos profunda y total de lo que era habitual en el Antiguo Oriente.

Pero la independencia del arte cretense se explica también parcialmente por la función
extraordinariamente importante que la ciudad y el comercio desempeñaron en la vida
económica de la isla.

El sistema ciudadano no estaba en el Antiguo Oriente tan desarrollado como en Creta,


existía aquí una gran variedad de tipos de comunidades urbanas: al lado de la capital y
de las cortes, como Cnosos y Faistos, había ciudades industriales y pequeñas villas de
mercado. Pero el carácter especial de los cretenses debe de estar en que el comercio del
mar Egeo y el espíritu inquieto y deseoso de novedades de los comerciantes, podía
desarrollarse más libremente en Creta que en Egipto y Babilonia.
Naturalmente, este arte sigue siendo un arte de la aristocracia y de la corte, expresa la
alegría de vivir, la buena vida, el lujo de los autócratas y de la aristocracia.
Sus monumentos dan testimonio de una forma de vivir señoriales, de una corte fastuosa,
de palacios esplendidos, de ricas ciudades, de grandes latifundios, así como de la
amarga existencia de una numerosa población rural que se encontraba en la esclavitud.
Este arte tiene un carácter cortesano, el elemento rococó, el gusto por lo refinado, por lo
delicado y gracioso, alcanza aquí su más alto valor.
Esta independencia formal es más significativa ya que los cretenses conocían muy bien
las creaciones del arte egipcio. El hecho de que renunciasen a la monumentalidad, a la
monumentalidad, a la solemnidad y al rigor egipcio es una prueba clara de que las
proporciones egipcias no correspondían a su gusto ni a sus propósitos artísticos.

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A pesar de toda su originalidad y su virtuosismo, el gusto de los cretenses no era ni
delicado ni constante. Sus medios artísticos, son demasiado fáciles y evidentes, como
para dejar detrás de si una impresión duradera.
Sus frescos recuerdan, con sus colores acuosos a las decoraciones de los modernos
barcos de lujo y de las piscinas. Creta no solo ha estimulado la época moderna, lo
cretense anticipa muchos aspectos del moderno “arte industrial”. Esta modernidad del
arte cretense estaba probablemente relacionada con su actividad artística a escala
industrial y con su producción masiva de obras de arte para exportación. Los griegos
han evitado semejante industrialización de la artesanía, el peligro de la esquematización;
pero esto demuestra que, en la historia del arte, las mismas causas no producen siempre
los mismos efectos, o que a menudo las causas son tal vez tan numerosas para ser
agotadas por el análisis científico.

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