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INTRODUCCIÓN
LA ESTÉTICA ISLÁMICA
LA CIUDAD
salida.
Otro aspecto digno de reseñarse es cómo la igualdad que
predica el Islam se concreta en la organización urbana: siguiendo la
máxima de que no se debe insultar al pobre con la riqueza propia, las
fachadas de los edificios no serán tales sino que se levantarán en los
interiores, en los patios, de tal forma que sea imposible distinguir en una
calle la casa de un rico de la de un pobre.
En su estructura podemos distinguir fundamentalmente dos
partes: la medina y los arrabales.
La Medina es el núcleo principal, la ciudad propiamente dicha
en la que se encuentran los edificios más significativos: la alcazaba,
centro del poder administrativo y militar, las mezquitas, en especial la
mezquita aljama, la madrasa, aneja muchas veces a la mezquita y
centro educativo, la alcaicería, lugar de venta de productos de pequeño
tamaño y gran valor y la alhóndiga, mercado de granos y productos de
gran volumen. Suelen estar allí, también, los zocos; al exterior puede
existir un zoco más parecido a nuestros mercadillos, algunas veces con
carácter periódico, es un sitio en el que se pueden adquirir productos
perecederos y hortofrutícolas; en el interior, en algunas vías
generalmente unidas entre sí y a veces cubiertas, aparecen las tiendas
de productos manufacturados que ofrecen a la calle un espacio en el
que se pueden adquirir los objetos y al interior el propio obrador; la
infinidad de colores y el penetrante olor de los artículos fabricados es
una de las peculiaridades de los zocos.
Los arrabales son las sucesivas ampliaciones que debe
acometer la ciudad en su crecimiento; no suelen poseer una muralla tan
sólida como la medina y, por lo general, reciben el nombre de las
actividades en ellos predominantes (al-bayyazin o halconeros, al-fajarin
o alfareros); no era diferente lo que ocurría en la Europa medieval sólo
que el mundo cristiano evolucionó y el islámico quedó como atrapado en
el tiempo.
A este modelo pertenecen nuestras Córdoba, Toledo, Sevilla o
Granada.
Los espacios y edificios referidos no agotan la tipología
arquitectónica entre los musulmanes: palacios, baños, locales para tipos
específicos de artesanía (tiraz), maristanes, caravaneras, zaouias
(eremitorios), ribats (convento-fortaleza) y muchos otros que podían
añadirse amplían de forma notable este panorama.
Ninguna de estas construcciones resulta tan significativa de
esta civilización como la mezquita. Existen tres tipos de mezquita: la
masyid, o individual; la aljama, o de los viernes, y la idgah o santuario
abierto a todo el orbe.
La estructura de la mezquita se ha querido hacer derivar de la
casa de Mahoma, no obstante, la dependencia con respecto a las
basílicas paleocristianas es evidente. La mezquita es un edificio limitado
por un muro (quibla) que se orienta hacia la Meca, una sala de oración
(haram) y un amplio patio (sahn). En el patio, a veces porticado (riwaqs),
se encuentra una torre (alminar) desde donde el muezdín llama a la
oración y una fuente para las abluciones. La sala de oraciones es una
espacio amplio con naves dispuestas paralelas o perpendiculares al
muro de la quibla en el que pueden destacarse -a veces por medio de
una simple cúpula- un espacio para la autoridad (maqsura), un púlpito
movible (minbar) y un pequeño nicho (mihrab) abierto en el muro de la
quibla. El antecedente de esta estructura de edificio se encuentra en la
Mezquita Mayor de Damasco.
Existen varios modelos de mezquita: la omeya o hipóstila (al
que pertenecen la mezquita de Cairuán o la mezquita de Córdoba, la
irania o de iwan (caracterizada por una amplia sala abierta al patio), la
mezquita bloque y la mezquita otomana (que sigue la forma de Santa
Sofía de Constantinopla).
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ARTE HISPANOMUSULMÁN
INTRODUCCIÓN
ARQUITECTURA
CARACTERÍSTICAS GENERALES
ARTES DECORATIVAS
CONCLUSIÓN
ARTE MUDÉJAR
INTRODUCCIÓN
A medida que los reinos cristianos españoles se iban haciendo
más fuertes y que se solucionaban los problemas derivados de las
invasiones norteafricanas, se produjo en la primera mitad del siglo XIII
un rápido avance hacia el sur (Badajoz, 1227; Cáceres, 1229;
Córdoba, 1236; Valencia, 1238; Sevilla, 1248) dominado por los
musulmanes; es lo que conocemos como Reconquista. Como los
efectivos demográficos a partir del siglo XII no eran tan abundantes
como hasta esa fecha, fue necesario que las tierras (entregadas a los
nobles, a los monasterios y a las órdenes militares) fuesen cultivadas
en muchos casos por los antiguos trabajadores. Lo mismo ocurrió en
las ciudades; unas poblaciones numerosas y de probada experiencia
constructiva en materiales deleznables (ladrillo, yeso, madera) además
de barata por encontrarse subyugada se ponía a disposición de los
nuevos grupos dirigentes. Por otra parte, lo musulmán había gozado
de un predicamento extraordinario entre las cortes cristianas (además
de que aún permanecía viva la influencia islámica a través del reino de
Granada) como sinónimo de lujo y refinamiento y no resulta extraño
que siguiese siendo así después de la conquista cristiana.
DEFINICIÓN
EL MUDÉJAR ROMÁNICO
EL MUDÉJAR GÓTICO
CASTILLA
En Burgos se produce la confluencia de las formas mudéjares
y las cistercienses en Las Huelgas (Burgos), también en La Peregrina
de Sahagún (León) que inician una evolución a formas más
plenamente góticas como las que pueden verse en el Convento de
San Pablo (Peñafiel, Valladolid), iniciado hacia 1324.
Relacionable con este tipo de obras se encuentra el
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ANDALUCÍA
Desde que en 1248 se produce la conquista de Sevilla, esta
ciudad va a ser el centro del mudejarismo andaluz.
Los templos que se construyen al modo mudéjar poseen una o
tres naves cubiertas por aljarfes excepto en la capilla mayor (es muy
significativo que el lugar más noble del templo se levante al modo
cristiano) que se hace con bóveda de crucería y, en algunas
ocasiones, con bóveda esquifada de ocho paños sobre trompas. Las
portadas son muy sobrias, escasas de escultura y con arcos
apuntados agrupados en arquivoltas. Las torres, derivadas de las
almohades, presentan redes de rombos como elemento decorativo.
Los edificios religiosos más señalados son los de la iglesia
mayor de Lebrija, Sta. Marina (Sevilla), la capilla de la Quinta Angustia
(Sevilla) y San Miguel (Córdoba).
Notable es el conjunto de conventos y claustros; en ellos
aparece el arco de herradura apuntado o de medio punto peraltado -de
procedencia granadina- enmarcados por un alfiz y levantados sobre
pilares de ladrillo. Buenos ejemplos son La Rábida (Huelva) y San
Isidoro del Campo (Santiponce, Sevilla).
La arquitectura civil muestra a las claras la influencia
granadina; granadinos eran los artífices que labraron el Palacio del rey
don Pedro I, que dudamos en calificar como mudéjar o como
puramente musulmán. Es un excelente ejemplo de las labores
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ARAGÓN
En la corona catalano-aragonesa el mudejarismo fue muy
intenso en los reinos de Valencia y Aragón; la mayor parte de la
población se dedicaba -con excelentes resultados- al cultivo de los
campos. Podría pensarse que por mera situación geográfica se
produciría un contacto con lo toledano pero no es así ya que consta
documentalmente las relaciones entre lo aragonés y lo andaluz.
En Aragón (especialmente en las zonas de Zaragoza,
Calatayud y Teruel)se produce una explosión decorativa, derivada en
lo fundamental del palacio de la Aljafería, que afecta tanto a los
interiores como a los exteriores; en los muros aparecerán franjas con
motivos geométricos y de lacerías realizados en ladrillo.
Aunque hay restos del mudejarismo en el románico y en el
protogótico, lo fundamental de mudéjar aragonés se produce a partir
del siglo XIII siendo la primera obra fechada San Pablo de Zaragoza (a
partir de 1284) que será el prototipo que seguirán muchos otros
edificios.
En el siglo XIV, la iglesia de la Virgen, de Tobed (Zaragoza) es
un ejemplo de edificio en el que se valoran los paramentos
policromados tanto interiores como exteriores como también puede
verse en el edificio, de influencia sevillana, de la Parroquieta de la Seo
(Zaragoza), de finales del XIV, posiblemente el más bello ejemplo del
mudéjar aragonés.
Menos decoradas existen gran número de iglesias que centran
la ornamentación en los vanos, en la parte alta de los muros y en los
ábsides, que suelen tener planta poligonal. Ejamplos los hay en Sta.
María de Maluenda, Morata de Jiloca, Torralba de Ribota, Sta. Tecla
en Cervera de la Cañada y La Magdalena (Zaragoza).
Mención aparte merecen las torres, profusamente decoradas,
divididas en multitud de fajas y múltiples combinaciones geométricas
incluyendo los esmaltados polícromos de los azulejos y la cerámica. La
primera debió ser la de la catedral de Teruel, realizada entre 1257 y
1258, que crea un modelo que se concretará de forma definitiva en el
siglo XIV, tal como podemos ver en El Salvador y San Martín (1315)
que sigue un esquema almohade, ambas en Teruel.
En Zaragoza se sigue el modelo turolense en la de Ateca
(1300) al mismo tiempo que se desarrolla otro de planta octogonal,
Tauste; son destacables, también, las de Sta. María de Calatayud y la
de Utebo, combinación de cuerpo bajo de planta cuadrada y alto
octogonal en el que se introducen motivos renacentistas.
Un ejemplo muy clarificador de la influencia de lo islámico en
la arquitectura cristiana es la intervención, a finales del XV (que se
prolongará hasta bien entrado el XVI) de maestros musulmanes en la
catedral de Tarazona, tanto en la torre como en el cimborrio y en las
galerías altas. Desgraciadamente se encuentra hoy en grave peligro de
ruina.
CONCLUSIÓN
Aunque a lo largo del XVI el mudéjar tuvo todavía una cierta
vitalidad en los aspectos decorativos y en las labores de la madera,
progresivamente fue dejado a un lado desapareciendo, casi por
completo a principios del XVII. Tal como dijimos al hablar del arte
musulmán, al que nos remitimos, lo mudéjar, considerado en el siglo
XIX ejemplo de arquitectura de carácter nacional, volvió a ser puesta
de moda por muchos arquitectos que desarrollaron esa tendencia que
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denominamos historicismo.
TEXTOS
TEXTO 1
Murcia, capital del país de Todmir, está situada en una llanura sobre los bordes
del río Blanco.
De ella depende un arrabal floreciente y bien poblado que, así como la villa, está
rodeado de murallas y de fortificaciones muy sólidas. Este arrabal está atravesado por dos
corrientes de agua. En cuanto a la villa, está edificada sobre una de las orillas del río,
llegándose a ella por medio de un puente de barcas. Hay molinos construidos sobre
navíos, como los molinos de Zaragoza, que pueden transportarse de lugar, y muchos
jardines, huertos, tierras de labor y viñas mezcladas de higueras. de esta villa dependen
buenos castillos, fuertes, villas importantes y distritos de una belleza incomparable.
Mohamed-al-Edrisi.- Descripción de España. 1154
TEXTO 2
Cuando Abd al-Rahmán ibn Mu'awiya entró en al-Andalus y se instaló en
Córdoba, decidió sobre el asunto de la mezquita, para ampliarla y perfeccionarla; llamó a
los cristianos de Córdoba y les pidió que le vendiesen la parte que tenían de la iglesia,
compensándolos por el cambio para cumplir el pacto que habían suscrito y les concedió
que construyesen las iglesias que habían sido destruidas en los tiempos de la conquista;
salieron, pues, de su parte y Abd-al-Rahmán introdujo en ella la mezquita. En el año 785
inició el derribo de la iglesia y la construcción de la mezquita aljama. El año 786 se
levantaron los muros y se puso el pavimento, es decir, en un año. Dicen que Abd al-
Rahmán se gastó ochenta mil dinares.
Ibn Idari.- Al-Bayan. Segunda mitad s. XIII.
TEXTO 3
En el palacio, Abd al-Rahmán III construyó un salón conocido como Alcázar de
los Califas, cuyo techo era de oro y grueso de mármol, lo mismo que las paredes. En
medio del techo colocó la gran perla que le había regalado Julián, rey de Constantinopla.
El palacio estaba revocado con oro y plata y en medio había una alberca llena de azogue.
El salón tenía ocho puertas que estaban enjambadas en marcos de marfil y de ébano con
incrustaciones de oro y piedras preciosas, sobre columnas de mármol de color y cristal.
Cuando el sol penetraba en el salón y sus rayos alcanzaban la alberca y las paredes, todo
brillaba con una luz que deslumbraba la vista. Cuando el califa quería asombrar a alguien,
mandaba a uno de sus esclavos que agitase el azogue y aparecían en el salón como
relámpagos de luz que estremecían los corazones, hasta el punto que el salón parecía
volar, mientras el azogue se movía...
Al-Maqqari.- Nafh al-Tib. Primera mitad s. XVI
TEXTO 4
Había comenzado el alarife Ahmad ibn Baso a abrir los cimientos del alminar,
pegado a la mezquita, y encontró un manantial que se vio precisado a cegar con piedras y
cal, poniendo encima un pavimento sobre el que asentar los cimientos.
Se ocupó de supervisar los gastos el almojarife Muhammad ibn Said; el
arquitecto comenzó la obra con piedras llamadas tayún, procedentes de la muralla del
alcázar de Ibn Abbad; hizo el alminar sin escalera, pero tan ancho que podían subir
personas e incluso animales de carga.
Más tarde cesó Ibn Said de su cargo en Sevilla y las obras se interrumpieron
hasta que llegó Abu Bakr ibn Zuhr, procedente de la capital (Marraqués), en el año 1189 y
se reanudaron las obras del alminar y se arreglaron los desperfectos que había sufrido la
mezquita. Se encargó de las obras el alarife Alí de Gomara, que utilizó ladrillos que son
mejores que las piedras antes mencionadas; (...) la construcción del alminar duró varios
años con interrupciones, pues cuando el almojarife se iba a la capital las obras se paraban
hasta su vuelta, pero continuó el mismo almojarife durante toda la obra.
Ibn Sahib al-Sala.- Ta'rij al-Mann.
TEXTO 5
El río es una de las ventajas de la ciudad, pues su agua cristalina es producto
de la disolución del hielo y corre sobre guijarros como aljófares, rodeado de plantas, y
umbrías; (...) Las gentes de la capital tienen amor a esos jardines y pasan sus ocios
sentados en las arenas del río o en los caminos de los árboles frondosos (...).
Dijo el poeta abu l-Hayyay Yusuf ibn Said ibn Hassán: Siento nostalgia de
Granada siempre que el Céfiro sopla, trayéndome la añoranza y la melancolía.
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Alá riega Granada con el agua abundante de las nubes y en ella hay mansiones
a las que rodea la belleza entre sus pabellones y una tierra hacia la que el corazón siente
nostalgia.
¡Granada la Alta! ¡Por Dios!, di a éste que está perdido llorando por tí, dónde
está el camino que hacia tí le conduzca. No me consolará de tu ausencia sino la lozanía
de tu paisaje y la belleza del río que alegra los ojos.
Ibn al-Jatib.- Ihata. (1313-1374)
TEXTO 6
Nada hay semejante a esta excelsa obra,
cuya fama se divulga por todas las comarcas.
¡Por Dios! Es una torre que a un león se asemeja,
celadora y vigilante. ¡Cuidado, que acomete!
Tan adornada está la Alhambra con ella,
que se pavonea con sus bellos adornos como embriagada
Torre fuerte que sostiene a las estrellas del firmamento
y que cruzan las constelaciones.
En cuanto a su construcción y sus amplios sillares,
su factura causa toda la admiración posible.
Del rostro de Yusuf surge para nosotros un sol,
que no se oculta en el ocaso.
Ibn al-Yayyab.- Inscripción en la Torre de la Cautiva.
TEXTO 7
Sobre este palacio de peregrina belleza
brilla la grandeza del Sultán.
Brilla su belleza y sus flores,
la lluvia de las nubes le cubre generosamente.
Las manos de sus creadores bordaron en sus lados
bordados que parecen flores de jardín.
Su salón parece una desposada que ofrece a la comitiva
nupcial, su belleza tentadora.
Le basta tener la alta nobleza de que
sea el Califa el que prodiga sus cuidados.
Inscripción en el pórtico del Generalife
TEXTO 8
Los alarifes dedicaron sus máximos esfuerzos a la construcción de la cúpula
que estaba sobre el mihrab, a la labor de estuco, a las bóvedas y la carpintería. A la
izquierda de la pared del mihrab construyeron un pasadizo por el que podía pasar
fácilmente un hombre, para que el califa pasase de su alcázar a la mezquita (de Sevilla)
para rezar las oraciones de los viernes. El pasadizo daba a su puerta particular en el
palacio. En el lado derecho se hizo un hueco para meter en él el minbar, que se sacaba
para el sermón y luego se volvía a meter allí. Este minbar fue una auténtica obra de arte:
se escogieron las más bellas maderas para entretejerlas, haciendo dibujos y formas muy
bellas y acabadas en una perfecta labor de artesanía. Tenía muy bellos dibujos con
incrustaciones de sándalo, marfil y ébano, y brillaba, pues tenía planchas de oro y plata y
dibujos de oro puro, de forma que el que le veía por la noche creía que era la luna.
Después se hizo la maqsura de la más escogida madera y segura para conseguir su
aislamiento.
Ibn Sahib al-Sala.- Ta'rij al-Mann.
BIBLIOGRAFÍA:
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ETTINGHAUSEN, Richard y GRABAR, Oleg.- Arte y arquitectura del Islam 650-1250.
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