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UNIVERSIDAD METROPOLITANA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN


FACULTAD DE HISTORIA, GEOGRAFÍA Y LETRAS
DEPARTAMENTO DE CASTELLANO

ASIGNATURA : ESPAÑOL DE AMÉRICA I


PROFESORA : TERESA AYALA PÉREZ

MATERIAL DE APOYO: DIALECTO Y DIALECTOLOGÍA

Luego de haber revisado los factores de la hispanización y la periodización del español,


corresponde abordar uno de los aspectos centrales de la asignatura: la dialectología.

Al hablar de “español de América” o de “español americano” se pone énfasis en que se trata de


una variedad del español y, desde esa perspectiva, de un fenómeno dialectal.

Por este motivo y para efectos de la asignatura se considerarán conceptos básicos de la


dialectología, con especial atención a la situación dialectal hispanoamericano, a través de
distintos documentos. El primero incluye los conceptos de dialecto, innovación y cambio y
dialectología.

I. DIALECTO
dialecto (Del lat. dialectus, y este del gr. διάλεκτος).
1. m. Ling. Sistema lingüístico considerado con relación al grupo de los varios derivados de
un tronco común. El español es uno de los dialectos nacidos del latín.
2. m. Ling. Sistema lingüístico derivado de otro, normalmente con una concreta limitación
geográfica, pero sin diferenciación suficiente frente a otros de origen común.
3. m. Ling. Estructura lingüística, simultánea a otra, que no alcanza la categoría social de
lengua.

De acuerdo con Coseriu (1981), la palabra “dialecto” procede del griego διαλεχτοζ, que
significa “modo de hablar” […]. Por consiguiente, en el sentido etimológico, o sea, según la
visión griega de las cosas del lenguaje –la que, por otra parte, no ha cambiado mucho en este
caso-, un “dialecto” es un modo interindividual de hablar, un “genus loquendi” [modo de hablar,
término que emplea Quintiliano al referirse a los dialectos griegos] tradicional.

Ahora bien, un modo común y tradicional de hablar es un sistema de isoglosas, realizable en el


hablar mismo; y un sistema de isoglosas “completo”, o sea, realizable –directa o
indirectamente- como actividad lingüística, es una lengua. En efecto, el concepto general de
“lengua” es el “sistema de isoglosas comprobadas en una actividad lingüística completa, es
decir, que consiente el hablar y el entender de varios individuos de acuerdo con una tradición
históricamente común”.

Todo sistema que pueda funcionar en el hablar (o se deduzca de su funcionamiento en la


actividad lingüística) es una “lengua”. ello significa que también el concepto de “dialecto” cae
bajo el concepto general de “lengua” y que entre dialecto y lengua no hay diferencia de
naturaleza o “sustancial”. intrínsecamente, un dialecto es simplemente una lengua: un sistema
fónico, gramatical y léxico. Así, pues, en sentido “objetivo” (por lo que designa), el término
dialecto –contrariamente a la opinión muy difundida- no significa otra cosa que el término
lengua. Pero, si todo “dialecto” es una lengua, no toda “lengua” es un dialecto.

[…] hay, entre “lengua” y “dialecto” diferencia de estatus histórico (real o atribuido); un
“dialecto”, sin dejar intrínsecamente una “lengua”, se considera como subordinado a otra
“lengua” de orden superior. O, dicho de otro modo, el término dialecto, en cuanto opuesto a
lengua, designa una lengua menor distinguida dentro de (o incluida en) una lengua mayor, que
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es, justamente, una lengua histórica (un “idioma”). Una lengua histórica –salvo casos
especiales- no es un modo de hablar único, sino una “familia” histórica de modos de hablar
afines e interdependientes, y los dialectos son miembros de esta familia o constituyen familias
menores dentro de la familia menor.

Para Coseriu la lengua es un sistema de isoglosas, por lo que es necesario recordar que una
isoglosa es una línea imaginaria que separa dos áreas geográficas que se distinguen por un
rasgo dialectal concreto, sea este de tipo fonológico, léxico o cualquier otro.

isoglosa (De iso- y el gr. γλῶσσα, lengua).


1. f. Ling. Línea imaginaria que en un mapa representa los límites de un mismo fenómeno
lingüístico con los puntos intermedios entre ambos. (RAE, Edición XXIII, 2014)

Todo sistema que pueda funcionar en el hablar (o se deduzca de su funcionamiento en la


actividad lingüística) es una “lengua”. ello significa que también el concepto de “dialecto” cae
bajo el concepto general de “lengua” y que entre dialecto y lengua no hay diferencia de
naturaleza o “sustancial”. Intrínsecamente, un dialecto es simplemente una lengua: un sistema
fónico, gramatical y léxico.

Así, pues, en sentido “objetivo” (por lo que designa), el término dialecto –contrariamente a la
opinión muy difundida- no significa otra cosa que el término lengua. Pero, si todo “dialecto” es
una lengua, no toda “lengua” es un dialecto.

COSERIU, EUGENIO. 1981. "Los conceptos de 'dialecto', 'nivel' y 'estilo de lengua' y el sentido propio
de la dialectología", separata de Lingüística Española Actual III / 1, ICI, Madrid.

II. INNOVACIÓN Y CAMBIO


En 1958 Eugenio Coseriu publica “El problema del cambio lingüístico” (Montevideo, Universidad
de La República) donde afirma que la lengua es a la vez un objeto histórico y sistemático, es
decir, no existe contradicción entre “sistema” e “historicidad” porque, precisamente, la
historicidad de una lengua implica su sistematicidad. La lengua no podría constituirse y
funcionar si el cambio fuera total y perpetuo y si un estado de lengua fuese un momento fugaz.
El cambio es un factor de discontinuidad con respecto al pasado y un factor de continuidad con
respecto al futuro, porque surge como adaptación a las necesidades funcionales de los
hablantes. El cambio es lo que asegura la continuidad y funcionamiento del sistema en función
de las necesidades expresivas de los hablantes.

La lengua cambia porque se está “haciendo” de manera constante y hablar es una actividad
creadora. La lengua no se impone al hablante, sino que este “dispone” de ella para concretar su
libertad expresiva. Pero todo aquello en lo que lo hablado por el hablante se aleje de los
modelos existentes en la lengua puede llamarse innovación. La aceptación de esa innovación
por parte del oyente, como modelo de ulteriores expresiones, puede llamarse adopción.

De acuerdo con Montes Giraldo (1982), dialecto es ‘variante’ la que presupone un proceso de
variación o cambio, por lo cual no es posible entrar a la teoría del dialecto sin tener en cuenta
dichas nociones. Siguiendo a Coseriu, afirma que la lengua cambia porque como instrumento
principal de la comunicación humana tiene que ajustarse siempre a las nuevas necesidades de
la vida de la sociedad y del individuo que son esencialmente móviles, cambiantes y dinámicas.
De hecho, se sabe que el habla de un individuo o idiolecto no permanece idéntica a sí misma,
pues la lengua, tanto en el plano individual como en el colectivo, es un hacerse permanente,
que si bien tiene períodos de mayor actividad, nunca cesa totalmente.

Montes Giraldo destaca la distinción entre innovación y cambio: la primera es el acto puramente
individual de un hablante que al realizar la comunicación introduce variaciones mayores o
menores en el sistema lingüístico que utiliza. La innovación se convierte en cambio si es
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adoptada por un grupo de hablantes y se hace norma válida dentro de una comunidad
lingüística dada. “Es claro que la innovación es la fuente del cambio lingüístico y que si
queremos explicarnos el mecanismo sicolingüístico del cambio es allí donde debemos buscar la
explicación. Podemos (y debemos) también pasar del análisis del mecanismo del cambio en el
habla individual al de los resultados de tal mecanismo comprobables en el sistema general de la
lengua” (Montes Giraldo, 1982: 5). Agrega el siguiente esquema:

a) La variabilidad inmanente del lenguaje


División del problema b) El problema general de los cambios
c) El problema concreto de un cambio específico

Innovación: Acto individual concreto de un hablante


Innovación y Cambio: Generalización de una innovación
cambio

Montes Giraldo menciona los criterios para asignar un dialecto a una lengua, aspecto
fundamental para abordar la dialectología:
• Subordinación
• Conciencia lingüística: junto con el anterior y el siguiente, forman un conjunto
interrelacionado.
• Ideal de lengua: depende del anterior
• Intercomprensión: relativo y poco útil, según Montes Giraldo, pues la intercomprensión
es siempre gradual.
• Histórico-genético
• Lingüístico-estructural

COSERIU, EUGENIO. 1978. “El problema del cambio lingüístico”. Sincronía, diacronía e historia. Madrid:
Gredos.

MONTES GIRALDO, JOSÉ JOAQUÍN.1982. Dialectología general e hispanoamericana Bogotá: Instituto Caro y
Cuervo. Lectura obligatoria, aunque sea solo el punto (h): pp. 30 a 33.

III. DIALECTOLOGÍA
Martinet sitúa la dialectología como una articulación histórica de la lingüística, es decir, como
una etapa en el desarrollo de esta ciencia. En rigor, "dialectología" no es el nombre de una
disciplina claramente circunscrita, relacionada con todos los aspectos de un objeto dado, sino
una de las articulaciones históricas de la lingüística, una reacción contra la preocupación casi
exclusiva de muchas generaciones de estudiosos con las lenguas escritas normativizadas.

Para Coseriu, la dialectología registra y estudia la variedad idiomática como tal (no reduciéndola
a la homogeneidad), y trata de sacar de la variedad misma inferencias acerca del modo como
funcionan, se constituyen y se modifican las tradiciones idiomáticas.

Montes Giraldo propone considerar la dialectología como la disciplina lingüística que estudia las
variantes y variedades de las lenguas históricas y su integración en conjuntos unitarios por
medio de la articulación de las diversas normas vigentes en cada idioma para dar cabal razón
de la estructura de los diversos (sub)sistemas lingüísticos y de la articulación dialectal de las
variadas normas en un conjunto unitario en el espacio geográfico y social la dialectología
recurre a la gramática (sistémica), a la geolingüística y a la sociología.

En cuanto a la delimitación de campos entre la dialectología y la sociolingüística cree que podría


postularse que así como a la dialectología corresponde la intraidiomática para la sociolingüística
quedaría la interidiomática, todo lo tocante a relaciones entre idiomas: conservación,
desplazamiento, cambio, etc.
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De acuerdo a Gimeno Menéndez (2016) la conciencia respecto de diferencias en el habla de


regiones y comunidades debe haber existido siempre, y el interés por los dialectos apareció
muy pronto (finales del siglo XV y XVI) y durante el siglo XVIII, los trabajos concernientes
directa o indirectamente con la dialectología ya son notables. Así, desde 1730, sorprendido por
la riqueza léxica de las hablas gallegas, el benedictino Martín Sarmiento iniciaba las encuestas
dialectales durante sus viajes en Galicia, por lo que representa para algunos el verdadero
precursor de la dialectología en España. Por su parte, Gaspar Melchor de Jovellanos destacó por
sus claras ideas sobre la evolución de la lengua y, particularmente, sobre la importancia de las
hablas locales para la historia de Asturias, de manera que sus preocupaciones presentan un
interés moderno por la consecución de una gramática particular del vernáculo. Todos estos
precedentes e intuiciones se instauran como ciencia cuando se exponen como una convergencia
de valores, conceptos y procedimientos, que configuran y transforman nuestra experiencia
lingüística. En nuestro caso, la verdadera investigación científica dialectológica (impulsada en
parte por la romántica inclinación al pueblo y a todas sus manifestaciones) no comenzó hasta
finales del siglo XIX, a través de la fundación de la revista Archivio Glottologico Italiano (1873)
por Graziadio Isaia Ascoli.

La investigación dialectológica española comienza prácticamente el año 1906, con el trabajo


clásico de Ramón Menéndez Pidal sobre el dialecto leonés donde se describen los rasgos más
relevantes del dialecto del primitivo reino de León, tanto sus límites próximos como los
fenómenos lingüísticos que le caracterizan frente a los demás dialectos peninsulares. Con todo,
se debe tener presente el hecho del legado de algunos filólogos alemanes y suecos. En
particular, Rodolfo Lenz, quien observó en la última década del siglo XIX los hechos
diferenciales del español chileno, y Ake W. Munthe, quien estudió in situ la variedad asturiana
occidental de Villaoril de Bermeda.

El mayor impulsor de la dialectología hispanoamericana ha sido Amado Alonso, aunque los


cimientos de la descripción fueron establecidos por Rufino José Cuervo, concretamente con sus
Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (1867). Dentro de la ordenación y selección de
los estudios de dialectología, A. Alonso inició la publicación de la “Biblioteca de Dialectología
Hispanoamericana”, destinada a albergar los estudios esenciales sobre el español de América En
este sentido, su estudio “Problemas de dialectología hispanoamericana” (1930) constituyó un
punto de partida de cualquier investigación dialectológica hispánica: las variedades regionales
no pueden estudiarse sino dentro del cuadro general de la dialectología y de la historia de la
lengua española. Los estudios dialectológicos locales deben atender a la comparación
geográfica, social e histórica de todas las variedades hispánicas (del viejo y nuevo continente,
culta y vulgar, común y dialectal, antigua y moderna, etc.), a fin de no presentar como
autóctono lo que no es más que un uso peninsular arcaico.

GIMENO MENÉNDEZ, FRANCISCO (2016) “Historia de la dialectología y sociolingüística españolas”, Alicante,


Centro Virtual Cervantes. Disponible en http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcdr4t4

Para completar la información expuesta en este documento, se recomienda revisar el artículo


del gran hispanista y dialectólogo Manuel Alvar “Hacia los conceptos de lengua, dialecto y
hablas”, Nueva Revista de Filología Hispánica Vol. 15 (Núm. 1/ 2), 1961, pp. 51-56, El Colegio
de México https://nrfh.colmex.mx/index.php/nrfh/article/view/403/403

CONCLUSIÓN
Una lengua tan extendida geográficamente como el español conlleva distintas realizaciones y,
por ende, variedades. Es necesario recordar que, según Coseriu, las variedades lingüísticas son:
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geográficas o diatópicas, socioculturales o diastráticas, estilísticas o diafásicas y asigna el
concepto de dialecto a las variables regionales, a pesar de que la dialectología también
considera las variedades sociales, por lo cual en ciertas áreas se relaciona estrechamente con la
sociolingüística. Por ejemplo, desde el punto de vista del estrato sociocultural, el cockney,
propio del East End de Londres, zona marcadamente popular, es catalogado por los lingüistas
un dialecto dentro del inglés británico.

En el caso de España el fenómeno dialectal es complejo, pues en dicho territorio se observa una
gran variedad lingüística. El latín peninsular dio lugar al mozárabe, que desapareció, al gallego-
portugués, el leonés, el castellano, el aragonés y el catalán. El gallego-portugués, el catalán y el
castellano se constituyeron en lenguas; el leonés y el aragonés, faltos de norma y de uso
escrito, quedaron reducidos a dialectos, al tiempo que su extensión geográfica disminuyó. Este
proceso coincidió con la imposición geográfica y cultural del castellano en la mayor parte de la
península: a partir de él surgieron los dialectos meridionales (singularmente, el andaluz) y,
según la dialectología tradicional, el español de América, asunto que genera un amplio debate.
Dentro de los dialectos meridionales se menciona el extremeño, el murciano, el canario. En el
norte de España se destaca el astur-leonés pues, para Menéndez Pidal (1906) lo consideraba,
junto al castellano en sus distintas variedades, al mozárabe y el navarro-aragonés uno de los
cuatro grupos dialectales dentro de la península ibérica que contribuyen a la formación de la
lengua española moderna. Para sus hablantes, el asturiano o bable es una lengua, posee
gramática, diccionario e incluso la Academia de la Lengua Asturiana.

Lo recientemente expuesto muestra de manera muy general el fenómeno de los dialectos, por
lo cual es necesario abordar otros conceptos para comprender de forma más completa el
español americano.

RECURSOS
http://orlandclassiques.blogspot.com/2015/06/castellano-dialectos-del-espanol.html

BIBLIOGRAFÍA
En el curso presencial de Español de América I se consideran obligatorios los siguientes textos:
COSERIU, EUGENIO, 1981, "Los conceptos de 'dialecto', 'nivel' y 'estilo de lengua' y el sentido propio de la dialectología", separata
de Lingüística Española Actual III / 1, ICI, Madrid. Es un texto breve, pero muy complejo, razón por la cual se ha
incluido en este documento algunos puntos esenciales.
HOCKETT, CHARLES, 1971, Curso de Lingüística Moderna, Buenos Aires, Losada. Solo lo referido a aspectos dialectológicos
MARTINET, ANDRÉ, 1965, Elementos de Lingüística General, Madrid, Gredos, Capítulo 5, pg. 180-213. Ídem, Cap. V
MONTES GIRALDO, JOSÉ JOAQUÍN, 1982, Dialectología general e hispanoamericana, Bogotá, Instituto Caro y Cuervo. Aunque todo
el capítulo es relevante, se considerará lectura obligatoria solo lo referido a los criterios.

Bibliografía complementaria
LIPSKI, JOHN M.,1994, El español de América, Madrid, Cátedra. Un capítulo de dicho texto es destacado en clase con objeto de
discutir sobre la aplicabilidad del concepto de dialecto al español de América. No suele ser parte de la bibliografía
obligatoria.

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