Está en la página 1de 29

S15. Variaciones lingüísticas.

El español de América.

Juan C. Martínez
Objetivos.

Comprender el concepto de norma lingüística y sus funciones.

Conocer las diferentes variedades lingüísticas y los factores
que intervienen en las mismas.

Conocer la situación del español en el mundo.

Conocer las características más importantes del español de
América.

Estresacar ideas para componer los temas 10 y 9.
Índice
Tema 10. La norma lingüística. Variedades funcionales de la
lengua: diferencias diastráticas o sociales.

Definición de sociolecto.

Causas sociales de las variantes diastráticas.

Variedades diafásicas.

Variedades diatópicas.
Índice
Tema 9. El español de América. El español en el mundo:
situación y perspectivas de difusión.

El español en el mundo: situación y perspectivas de difusión.

El español de América.
– Variación diatópica.
– Influencia de sustrato.
– Influencia del español septentrional.
– Influencia de español meridional.
– Características propias.
Sociolecto.

Para abordar las diferencias que componen una lengua funcional, según Coseriu,
hemos de tener en cuenta algunos aspectos previos: los hablantes del una lengua
adaptan las reglas del sistema a sus propias peculiaridades estilísticas, a las
derivadas de su instrucción y a las del tiempo y el lugar en el que desarrollan su vida.
Esto no quiere decir que se pierda cohesión social siempre que no se pierda de vista
que ha de haber inteligibilidad mutua entre los hablantes de diversas variedades:
generalmente un individuo maneja más de una lengua funcional.
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos definir como sociolecto una lengua
funcional desde el punto de vista sinstrático. Cuanto menor sea el contacto entre los
diversos grupos sociales de una lengua o modalidad lingüística, mayor será su
diversificación social y, por tanto, mayor su número de sociolectos y su diferenciación.
Variación diastrática.
La variación diastrática depende de diferentes factores socioculturales.
Entre ellos:

El hábitat. Estadísticamente, el ámbito rural presenta relajaciones
fonéticas, al tiempo que, por su aislamiento, adolece de cierto
conservadurismo y de un léxico aracaizante. El urbano, por el contrario,
al ser punto de encuentro de varios sectores sociales, es un hábitat
renovador. Lo diatópico y lo diastrático se imbrican en zonas urbanas
de inmigrantes, como el charnego en Cataluña.

La edad. dentro de un corte sincrónico, la edad de los hablantes es
causa de agrupación social. Gauchat, en 1905, llega a la conclusión de
que la edad es inversamente proporcional a la recepción de novedades.
Sus ideas siguen, con más o menos variantes, vigentes hoy.
Variación diastrática.

La cuestión del género como determinante es discutida, al
menos en español: este concepto será operativo en lenguas
donde se diferencien lingüísticamente hombres de mujeres
(como en japonés). Está por determinar hasta qué punto la
discriminación en educación e integración social y laboral
conforma un verdadero sociolecto femenino. Según Manuel
Seco, la mujer emplea más eufemismos y palabras afectadas
en bocas de hombres, al tiempo que usa de determinados
sintonemas. De cualquier modo, las diferencias se reducen
significativamente en las generaciones más jóvenes.
Variación diastrática.

El nivel cultural, por el contrario, sí se considera como un factor
determinante por completo. De hecho, este rasgo hace que
revisemos el concepto de diastratia. Si antes el estrato social
determinaba la educación, queda claro que hoy el grado de
instrucción no es directamente proporcional al nivel social de un
hablante. (al menos no necesariamente)
Para Bernstein, que observó este matiz, existen códigos
elaborados y códigos restringidos, atendiendo más al grado de
instrucción que al nivel social -tanto es así que, según él, la
norma la marca hoy la clase media instruida, nunca las clases
altas-. La riqueza lingüística de un hablante estribará en la
capacidad que tenga de manejar varios registros.
Variación diastrática. Código elaborado.
Los rasgos del código elaborado son:

Disposición pulcra en la sintaxis y ordenación del discurso. Amplitud oracional.

Modificaciones lógicas transmitidas por construcciones oracionales complejas.

Selección diferenciada de adjetivos y adverbios.

Amplio uso de preposiciones que precisan las indicaciones espaciotemporales.

Jerarquía conceptual compleja expresada a través de una buena riqueza
léxica.

No se enfatizan mucho las palabras remáticas.

Al crear con el lenguaje, sus emisiones son menos predecibles.
Variación diastrática. Código restringido.
Los rasgos del código restringido son:

Disposición deslavazada de la sintaxis, descuidada y frecuentemente
llena de anacolutos y oraciones cortas. Ello impide una lógica
ordenación del discurso.

Pocas proposiciones subordinadas y uso de pocos nexos.

Selección limitada de adjetivos y adverbios.

Uso intensivo de palabras comodín. (cosa, cacharro, trasto...)

Pobreza léxica: significaciones implícitas, construcciones fosilizadas,
giros y aforismos tradicionales.

No crea con el lenguaje y se apoya en las construcciones citadas en el
punto anterior. Por tanto sus actos de habla son más predecibles.
Variación diafásica.
La variación diafásica es la variación lingüística que se da dependiendo del momento
comunicativo. Entre los factores que la determinan están:

El canal.

El tema.

La atmósfera o tensión comunicativa.

La relación entre los interlocutores es la más importante, porque se relaciona con las
jergas, argots y con otras modalidades especiales.
La textolingüística de Wünderlich aborda la diafasía como hecho pragmático: explica
cuál es el comportamiento lingüístico de un hablante en una determinada situación
comunicativa. Así, por ejemplo, establece que en la oralidad el emisor conoce las
reacciones del receptor a medida que éste recibe los mensajes pudiendo aclarar, rectificar,
añadir elementos de comunicación no verbal,... La sociedad determina diversos registros
para determinados contextos: la oralidad cuidada en discurso y conferencias, la
solemnidad en diversos actos, la precisión y claridad del lenguaje periodístico,...
Variación diafásica. Argot y jerga.
Giraud definió el argot como el habla de los estratos más bajos socialmente,
que se distancia enormemente de la norma en el plano léxico. Añade que un
subtipo de argot es la jerga de identificación: puede implicar un afán de la
comunidad que lo usa por mantener su argot como ininteligible para las
personas ajenas a ella: estaríamos en el argot de grupos delictivos,
marginales y/o secretos en general.
La jerga de caracterización se asocia a los lenguajes profesionales,
claramente apartados del léxico normativo en el uso de tecnicismos.
Wagner y Dubois no distinguen jerga de argot: ambos conceptos son lo
mismo: presentan una desviación de la norma en cuanto al léxico por motivos
profesionales, delictivos u otros sociales. Una separación considerable de la
norma no implica ni jerga ni argot sino, simplemente, habla vulgar.
Variación diatópica.
Las variaciones diatópicas son las diferencias lingüísticas vinculadas a una zona
geográfica concreta.
Lingüísticamente el concepto dialecto es conflictivo por sus implicaciones negativas.
Cuando se habla de que X es un dialecto de la lengua Y, se tiende a aceptar que la
norma correcta es la de Y, mientras que X es una especie de “incorrección generalizada”,
por lo tanto desprestigiada. A pesar de que lingüistas de la talla de Coseriu o Löffner lo
han tratado, actualmente se prefiere hablar de variaciones diatópicas.
Realmente la diferenciación entre lengua y dialecto es muy conflictiva en cuanto a que no
hay un criterio claro con el que trazar una diferencia. ¿Son las lenguas romances
dialectos del latín? ¿es el valenciano un dialecto del catalán? ¿y el andaluz del
castellano? De nuevo, lo que tenemos es una serie de clarísmimos elementos nucleares
(está claro que el japonés y el euskera son lenguas diferentes) y otros elementos
“fronterizos” con características comunes a varias categorías. Para la ampliación de este
concepto ver la teoría de prototipòs de Eleanor Rosch y los postulados de la lingüística
cognitiva.
Variación diatópica.
Se ha propuesto el criterio de intercomprensión para realizar la diferenciación, pero de
nuevo este criterio es complejo, puesto que depende de factores personales y
subjetivos como el interés, por ejemplo. Además, ¿si entendemos a un italiano quiere
decir que hablamos diferentes dialectos de la misma lengua? ¿y si no entendemos a un
francés es porque son lenguas diferentes? La historia lingüística nos complicará
cualquier respuesta a estas preguntas.
Por otro lado, recurrir a la diacronía sólo nos complicará más aun definir estos
conceptos, por lo que el uso del concepto de variaciones diatópicas es el más
adecuado, puesto que no establece ninguna jerarquía ni tiene ninguna implicación
diacrónica.
De cualquier modo, Löffner utiliza la diacronía para hablar de procesos convergentes
en los que varios dialectos se unen para crear una norma lingüística (como el euskera
batua) o procesos divergentes, en los que una lengua pierde su norma unitaria y se
crean dialectos diferentes que con el tiempo crean cada uno su norma convirtiéndose
en lenguas diferentes (el caso del latín y las lenguas romances).
El español en el mundo. Situación.
Nuestro idioma es hoy lengua oficial y/o de cultura de más de 500
millones de hablantes, de los que un 90% lo tiene como lengua
materna. Su extensión comprende el suroeste y otras
comunidades de los Estados Unidos de América, como Nueva
York; México, América Central y Cuba, Santo Domingo y Puerto
Rico, toda América del sur, salvo Brasil y las Guayanas; una
minoría en Filipinas, el pueblo sefardí y Guinea Ecuatorial.
El español en el mundo. El sefardí.
El judeo-español, o sefardí, nace ya en la Edad Media como un español con ciertas peculiaridades
debido al carácter culturalmente cerrado de los judíos hispanos. Tales tendencias se observaban en
arcaísmos, voces hebreas, etc. El arcaísmo actual se debe a que se conserva con pocas evoluciones el
español de los tiempos de la diáspora, que se inicia en 1391 y finaliza un siglo más tarde con el decreto
de expulsión de los Reyes Católicos. De este modo, como ejemplo, podemos observar como conservan
grupos intervocálicos latino como mb - plombo por plomo-, las prepalatales /s/ y /z/ correspondientes a las
grafías x, g y j que caen en el reajuste de sibilantes que se inicia en el XV, o la vacilación entre el
mantenimiento y la aspiración de f- inicial latina. (fabla por habla)
https://www.rtve.es/play/audios/luz-de-sefarad/
En el siglo XX se ha constatado una notable decadencia de esta modalidad del español por múltiples
motivos: así, el genocidio nazi casi aniquiló a la numerosa comunidad balcánica; en los países alejados,
pequeñas comunidades se adecuaron al idioma circundante, como sucedió en Nueva York; en la misma
Israel, el peso de las comunidades europeas orientales, especialmente la mayoritaria eslava, y la
uniformidad lingüística basada en el neohebreo han influido negativamente en el sefardí: de hecho el
léxico se va empobreciendo y se adoptan términos de las comunidades circundantes; en Marruecos pesa
decisivamente la influencia del español moderno. Actualmente se han sintetizado todas las variantes
sefarditas en una modalidad inteligible para todo sefardí, en franca regresión y reducido al ámbito familiar,
a pesar de varias publicaciones y eventos culturales.
El español en el mundo. Otras comunidades.
En Filipinas los misioneros impusieron el español como lengua de educación,
eclesiástica y administrativa, creándose el chabacano, o dialecto español filipino.
No obstante, tras la pérdida de las islas en 1898, Estados Unidos impuso con
éxito la cooficialidad del inglés y el tagalo, lengua autóctona. El español se fue
reduciendo rápidamente al ámbito familiar de generaciones ya envejecidas que
no encontraron relevo en su descendencia, quedando hoy como sustrato del
inglés y el tagalo.
En el ámbito americano, el español es cooficial con el quechua en Perú, y con el
guaraní en Paraguay. En Puerto Rico, estado libre asociado a los EE.UU., el
inglés fue la lengua oficial desde 1902. En 1949, el Ministerio de Instrucción
Pública decretó la presencia del español en el ámbito docente y, tras sucesivas
tensiones, en 1991 el español vuelve a ser idioma oficial en Puerto Rico mediante
la llamada Ley 417. Actualmente el español no ha conseguido desbancar al
inglés de los ámbitos tecnológicos y financieros.
El español en el mundo. Perspectivas de
difusión.
Las perspectivas de unidad del español son esperanzadoras, varios factores han
contribuido a ello: nuestro idioma llega a América entre los siglos XVI y XVII,
cuando está ya muy cohesionado; la unidad normativa se refleja de un modo
muy fuerte y ha conseguido que las diferencias sean sólo orales y, en parte,
léxicas.
La labor de la confederación de las Academias de la Lengua y del Instituto
Cervantes ha tenido mucho que ver con esta cohesión, que se refleja en el
creciente mundo audiovisual latino, cada vez más autónomo y pujante aun en
los EE.UU. Por otro lado, los flujos migratorios, más que turísticos, han ayudado
al contacto directo entre los diferentes países hispanoamericanos y España.
Las nuevas tecnologías están siendo otro gran medio de difusión de la lengua,
con una ingente producción de material en español proviniente de la comunidad
latinoamericana.
El español de América. Variación diatópica.
A pesar de que el español dispone de una norma unitaria común, son evidentes las
diferencias diatópicas. Pedro Henríquez Ureña distinguió cinco zonas
diferenciadas:

Antillana: Puerto Rico, Cuba, Santo Domingo, costa de Venezuela y litoral
atlántico de Colombia.

Mexicana: México, América Central y suroeste de EE.UU.

Andina: Andes venezolanos, meseta colombiana, Ecuador, Perú, Bolivia y
noroeste de Argentina.

Chilena: Chile.

Rioplatense: Argentina, Uruguay y Paraguay.
El español de América. Sustrato amerindio.
La conservación de las lenguas indígenas se debe a la política lingüística de evangelización, por la
que los misioneros compusieron gramáticas y diccionarios, aunque desde la metrópoli se
conminara a uniformar a los súbditos bajo el castellano, hecho que culminó con un decreto de
Carlos III en tal sentido en 1770.
Las lenguas más importantes son el quechua, que cuenta con cuatro millones de hablantes y es
cooficial en Perú; el guaraní, con dos millones y también cooficial, en Paraguay; el náhuatl, que
ostenta 800.000 usuarios en Méjico; mientras que entre 200.000 y 500.000 de hablantes tiene el
mayaquiché en Yucatán y Guatemala; el aimará en Bolivia y Perú; el zapoteco, el tarasco y el
mixteco en Méjico; y el araucano en Chile.
Durante un tiempo se vino idealizando la importancia de las lenguas indígenas en el español
americano. No obstante esta tesis va perdiendo consistencia ya que muchos de los fenómenos
aducidos ya se estaban dando en la Península Ibérica en la época de la introducción del español
en América.
La mayor aportación se encuentra en el enorme caudal léxico que refiere realidades americanas
antes desconocidas en Europa: tiburón, cacique, chocolate, patata,... Las aportaciones
morfológicas son mínimas y las fonéticas, o muy reducidas y como sustratos, o confundidas como
evoluciones españolas.
El español de América. Sustrato africano.
Por su parte, la población negra, de origen esclava, es de alto
porcentaje en Las Antillas, litoral caribeño y las costas del Pacífico
hasta Ecuador. Este hecho, el de que tuvieran una localización
precisa, sumado a la circunstancia de que recogieran abundantes
lusismos por la nacionalidad de los negreros, hizo que esta
población se entendiera en una mezcla de lenguas africanas y
vocablos portugueses y españoles que se denominó bozal. Esta
habla fue desapareciendo en favor de un español con un
abundante léxico bozal referido a lo religioso, a la danza y a parte
de la realidad material cotidiana. Esta modalidad de español,
conocida como hablas criollas africanas, pervive hoy en algunas
de las zonas reseñadas.
El español de América. Influencia del
septentrional.
Fonéticamente no hay un conjunto de fenómenos comunes ni, por
ello, lazos evidentes de dependencia del español americano con el
del norte de España. Con todo hay similitudes en zonas donde
hubo colonizadores de esta procedencia. Por ejemplo, en
Paraguay existe leísmo, fenómeno muy raro en Hispanoamérica y
propio de zonas castellanas. Como veremos, el español
americano en general es heredero directo de las modalidades
meridionales, no de las septentrionales.
El español de América. Influencia del meridional.
La importancia capital del elemento andaluz y, en menor medida, canario y
extremeño encuentra una primera respuesta en la procedencia de los primeros
colonizadores y al hecho de que las mujeres tardaron en llegar y, cuando lo
hicieron, en el siglo XVI, la mayoría era originaria de las provincias de Cádiz y
Sevilla.
Por otro lado, hay un criterio de corrección normativa: Sevilla era el centro
administrativo y comercial en la metrópoli, los dirigentes militares eran también
meridionales (Cortés y Pizarro eran extremeños) al igual que los mismos cargos
administrativos en la primera época: su modalidad quedó investida de un
prestigio social y económico que pronto se impuso. Cuando las capitales de los
virreinatos, como México capital y Lima, trataron de imponer la norma castellana
del norte era demasiado tarde y no irradiaron allende sus límites, hecho que se
vio ayudado por la falta de contacto entre las capitales y las zonas periféricas.
El español de América. Influencia del meridional.
La influencia morfológica se desvela en la caída de la -d de los
imperativos (cantá) y en el hecho de que, como en zonas de
Andalucía occidental, de elimine la diferencia entre ustedes y
vosotros en favor de aquél, pero no como forma de respeto;
aunque en Andalucía se combina con la segunda persona del
plural (ustedes habláis bien) mientras que en América se une a la
de tercera del plural. (ustedes hablan bien)
Sin embargo es en lo fonético donde la presencia meridional es
decisiva: el seseo, el yeísmo, una serie de fenómenos
relacionados con las líquidas y la aspiración de /x/ y de h
procedente de f- inicial latina.
El español de América. Características propias.
Es común en América la predominancia abrumadora del diminutivo -ito con valor
estilístico extendido incluso a otras categorías no nominales - ahorita -, hasta el
punto de haber desplazado a -illo y -ete, y en menor medida a -ico, que puede
unirse a -ito - toditico -.
Otras peculiaridades americanas son la adición de -n a los pronombres enclíticos -
démen por déme -, o el uso de la interjección apelativa ché - proveniente de un cé
peninsular de entre los siglos XV al XVII- y que tiene extraordinaria difusión en las
hablas rioplatenses -como en la Valencia española-.
Muchas de las características propias del español americano apuntan, de hecho, a
un cierto mantenimiento de rasgos arcaicos, especialmente reflejados en el léxico:
así el uso de carro por coche, o pollera por falda.
El español de América. Características propias.
Así, uno de los lugares comunes del español americano, el voseo, responde a esta tendencia. En
la España de 1500 tú era la forma de tratamiento familiar, y vos la respetuosa. Con el uso la forma
de respeto vos se fue desgastando. Al irse generalizando vuestra merced (usted), tú recobró el
valor famliar arrinconando a vos hasta eliminarlo definitivamente ya a inicios del siglo XVIII.
Estos cambios se implantaron en zonas de más tardía emancipación de la metrópoli, con la que
mantenían un mayor contacto, como México, Perú, Bolivia y Las Antillas, zonas donde había
capital de virreinato, donde hoy, de hecho, predomina tú - en Las Antillas tal predominio se explica
por la influencia de la Universidad de Santo Domingo-. Sin embargo, en zonas con menos
contacto con España, como Paraguay, Uruguay, Argentina, América Central y Chiapas, dominará
el vos; mientras que el resto de Hispanoamérica contiende una forma con otra.
Vos concuerda con formas verbales que en su origen fueron de plural, como los imperativos sin -d
final - Cantá -, usados en España hasta el XVII. Del mismo modo, acompaña a varias formas
verbales, especialmente presente de indicativo, que deshacen el diptongo en la desinencia,
formas desaparecidas ya en el XVI en España - Vos sabés -. También es destacable el hecho de
que el mantenimiento de vos no haya sido acompañado por el de os y vuestro, como hubiera sido
de esperar, sino que concuerda con te y tuyo, tu, tus,... (Vos te volvés para tu casa)
Bibliografía específica.
Tema 10

Berstein, B. (1961). La estructura del discurso pedagógico. Clase, Código y Control.
Volumen IV. Madrid: Ediciones Morata, S.L

Coseriu, Eugene (1985). Lecciones de lingüística general. Madrid: Gredos.
Bibliografía específica.
Tema 9

Henriquez de Ureña, Pedro (1938) El español en México, los Estados Unidos y la
América Central. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires.

Torres Torres, Antonio (2016) El español de América. Barcelona. Universitat de
Barcelona.
This work is licensed under a Creative Commons
Attribution-ShareAlike 3.0 Unported License.
It makes use of the works of Mateus Machado Luna.

También podría gustarte