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UNIDAD I - A) EPOCA HISPANICA

1) Concepto de la Historia. Contenido. Importancia y utilidad de esta disciplina. Metodología


histórica. La heurística. La crítica. El ordenamiento y la exposición. Las Instituciones, concepto.
Elementos. Crisis.

2) América Precolombina: caracterización política, religiosa, social y económica de los Incas,


mayas y Aztecas.

3) España a fines del siglo XV. Organización Política. Ordenamiento Legal. Los Fueros. Clases.
Fuero Real. La Recepción del Derecho Romano. Las Partidas. El Ordenamiento de Alcalá.

4) El Derecho Castellano en la Edad Moderna. Los Teólogos y juristas españoles de los siglos XVI
y XVII. Sus doctrinas e influencias. Las Leyes de Toro. La Nueva Recopilación de 1567. La
novísima recopilación de 1805.

5) El Derecho Canónico. Sus principales características e importancia. El Real Patronato.


Concepto. Origen. Atribuciones.
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1) Concepto de la Historia. Contenido. Importancia y utilidad de esta disciplina. Metodología


histórica. La heurística. La crítica. El ordenamiento y la exposición. Las Instituciones,
concepto. Elementos. Crisis.
1) CONCEPTO DE LA HISTORIA. CONTENIDO. IMPORTANCIA Y UTILIDAD DE
ESTA DISCIPLINA.

El historiador Francés Irene Marrou dice que la historia es el conocimiento del pasado humano. Un
conocimiento valido, verdadero, opuesto a lo que podría haber sido, al resultado de la imaginación,
de la novela, del mito, de las leyendas pedagógicas, conocimiento que será culminación de un
esfuerzo riguroso y sistemático por hallar la verdad de lo sucedido. Para los autores Cassani y
Pérez Amuchastegui la historia es la creación intelectual del pasado humano mediante la búsqueda
de los hechos, realizada sobre la base de testimonios y la exposición congruente de sus resultados.

La historia en primer lugar satisface la necesidad del hombre que desea conocer el pasado de su
especie y explicar el origen del tiempo en que vive. También la historia apoya a las ciencias
sociales en el estudio de los fenómenos sociales. Mientras estas analizan el hecho en un momento
dado del presente, la historia los estudia en su dinámica a través del tiempo. A través de la historia
es posible advertir como se producen las transformaciones sociales, como se suceden las
instituciones y cuales han sido los sistemas de derechos vigentes. La historia constituye asimismo
un instrumento cultural en varios sentidos. Es un instrumento de preparación intelectual, de
educación moral.

Importancia y utilidad de esta disciplina:


Mediante la historia conocemos y nos relacionamos con otras culturas, como crecieron, como se
desarrollaron, bajo con que valores morales, por eso se dice que la historia es un instrumento
cultural y moral (porque muestra la lucha del hombre por sus principios). La historia como ciencia
fue cambiando a través del tiempo en el punto de vista de que contar de la historia, ya que antes
lo más importante eran los hechos políticos o géneros del pasado basándose en fechas,
acontecimientos y personas puntuales, alrededor de esto se tejía la historia (San Martín, Belgrano,
batallas, etc.), el historiador moderno abarca todas las áreas sobre un hecho histórico tomando en
cuenta que instituciones había, que ideas sobresalían, que contexto social, político, económico y
cultural.
La historia ayuda a comprender al hombre, el pasado de sus antecesores y las causas de los
problemas presentes. Esta ciencia abarca al hombre y su pasado en toda su extensión, su relación
con los otros seres, de la manera que se agruparon, como se organizaron y como se crearon las
primeras instituciones, y como se sucedieron para ordenar la vida del hombre en la sociedad, de
ahí la importancia de la historia para el derecho ya que este no es solamente el conjunto de normas
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abstractas sino que estas nacieron por una necesidad del hombre en su tiempo histórico, para cada
época hubo leyes que satisfacían necesidades propias de ese momento.
La historia constituye así mismo un instrumento cultural en varios sentidos. Es un instrumento de
solidaridad que ayuda a comprender y valorar la existencia de otras sociedades, a apreciar la
rapidez con que transcurre la vida de las naciones, es un instrumento de preparación intelectual, es
un instrumento de educación moral, al ofrecer ejemplos de hombres dignos, humanos, y con
defectos y virtudes.
El estudio del pasado contribuye con sus resultados al enriquecimiento de la historia del hombre
en sociedad.

METODOLOGÍA HISTÓRICA.

Podemos decir que método es la búsqueda de los medios adecuadas para hacer con orden una cosa.
El método no es el mismo para todas las ciencias. La filosofía, la matemática, y la física, por
ejemplo, tienen cada una un método propio. También lo tiene la historia, y el de esta se aplica en
buena medida al derecho y a las ciencias sociales. El método de la historia tiene 3 etapas:

1. Heurística: búsqueda de noticias, testimonios de hechos pasados.


2. Crítica: donde se cotejan, se analizan y se valoran esos testimonios.
3. ordenamiento y exposición de esos hechos: es importante e individual los conceptos que
usa un historiador para estudiar un hecho, de que manera decide recrear culturalmente ese
hecho y que lo lleva a interesarse por ese hecho; este puede aparecer por casualidad, es
decir buscando otros testimonios surge un hecho nuevo.
Heurística: una vez elegido el tema el historiador empieza a buscar datos, testimonios, noticias
sobre ese tema lo básico es buscar bibliografía de otros escritores para ver que han escrito de ese
tema, después nuevos datos, distintos puntos de vista, nuevas situaciones, etc. También se usa
archivos, museos y examinan documentos originales, buscando algo que se halla escapado al
anterior escritor, esta parte es la mas importante para el historiador, se usan periódicos viejos,
recuerdos escritos u orales, monedas, restos biológicos, etc.
La crítica: acá se analiza toda la documentación lograda en la heurística, si la documentación es
veraz (cierta) si es manuscrito, si el papel, la tinta corresponden a ese tiempo histórico, por eso se
usa ciencia auxiliare, como calígrafos, peritos químicos, etc., a este paso se lo llama crítica de
veracidad, además debe tomarse en cuenta si es un documento, quien lo escribe, que papel jugaba
en esa época, si era objetivo o lo movía una pasión subjetiva que lo llevara a deformar la real
situación, por eso es importante la comprensión de esos testimonios.

LA CRÍTICA. EL ORDENAMIENTO Y LA EXPOSICIÓN.

La crítica. En esta etapa, debe extenderse a todo el proceso de investigación— se analiza


cualitativamente cada testimonio hallado. Enfrentado el investigador a un testimonio, puede
preguntarse si es auténtico. Hay que determinar entonces las características del mismo. Así, si se
trata de un manuscrito, se determinará el tipo de papel, de tinta, de letra, etc. Se establecerá, en el
caso de un documento firmado, si éste es auténtico y, aun ahí, si se han alterado, a espaldas del
autor, partes esenciales del mismo. Este aspecto de la investigación obliga a recurrir a ciencias
auxiliares, peritajes químicos y caligráficos, etc. se trata, sin embargo, de una exigencia habitual
en el hallazgo de cada testimonio, sino que la necesidad de su aplicación aparecerá sólo cuando se
ponga en duda la autenticidad del documento. Se suele denominar este momento de la
investigación crítica externa o de autenticidad. La lectura del manuscrito plantea nuevos
interrogantes. Queda por conocer el grado de veracidad de las afirmaciones contenidas en el
mismo. Lo que el autor del documento expresa no es forzosamente lo que él creía en el momento
de redactarlo, porque puede haber mentido, y lo que ha creído entonces no era necesariamente fiel
reflejo de la realidad, porque puede haberse engañado. Sobre estas hipótesis debe girar la agudeza
del historiador para descubrir los móviles del autor del documento y las circunstancias que lo
rodearon. De allí se impone la necesidad de confrontar y comparar ese testimonio con otros de
distinta procedencia. Este paso de la investigación recibe el nombre de crítica interna o de
veracidad.

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Pero esta encuesta crítica del documento debe servirnos no para desechar testimonios, sino más
bien para comprenderlos. Como dice MARROU, "esa encuesta, esa investigación se hace para dejar bien
sentado lo que es en realidad el documento", y agrega que esa comprensión del testimonio
examinado, "ese conocimiento del ser real del documento nos enseña a leerlo como se debe, a no
buscar en él lo que no contenga, a no estudiarlo desde un punto de vista deformante". Esa es la
verdadera importancia de la crítica externa e interna que hemos señalado.

En la comprensión del testimonio caben la interpretación y la valoración para ubicarlo en el


planteo del tema elegido y valorar su influencia para el conocimiento del momento histórico
examinado.

El ordenamiento y la exposición.

Los testimonios obtenidos deben, finalmente, ser ordenados y relacionados entre sí mediante una serie
de inferencias. De esta manera se llega al momento culminante de la re-creación intelectual, que
equivale
a lo que realmente es la creación histórica.

Esta creación es generalmente expuesta por escrito y debe ajustarse a ciertos principios exigidos
por la disciplina. Si la objetividad y la severidad deben presidir toda la investigación, naturalmente se
imponen también en esta última fase, y es lamentable que obras laboriosas pierdan valor por
defectos sustanciales y formales de carácter estilístico. Para que sus afirmaciones aparezcan
fundadas sólidamente es costumbre indicar en notas al pie de cada página las fuentes que utilizado
el historiador y que abonan sus palabras. También en estas notas se suelen incluir aquellas
referencias o acotaciones que resultan de interés, pero que no deben interrumpir la hilación natural
del texto.

LAS INSTITUCIONES, CONCEPTO. ELEMENTOS. CRISIS.

El estudio de la historia a través del lente de las instituciones constituye un moderno y fecundo
instrumento de trabajo, que ha sido y es utilizado por la historiografía desde hace más de medio
siglo.

El hombre, a través de su existencia, construye, "hace su vida". Esencialmente, esa vida se traduce
en convivencia. De esta convivencia, de esa obra del hombre, queda "algo", a la manera de una
decantación estabilizada que, siendo creación de él, ya no le pertenece y escapa casi a sus
posibilidades de control. En forma provisional, llamaremos institución ese conjunto o sistema
coherente de actos o acciones humanas.

Las instituciones forman, por tanto, una compleja red, que abarca los más diversos aspectos de
la vida del hombre. Cada una de ellas representa sólo sendos ordenamientos parciales, pues si
bien hay algunas más importantes que otras, ninguna —en su finalidad específica— se agota a
sí misma ni aspira a constituir una totalidad.

Para que una institución pueda ser considerada vigente es preciso que haya alcanzado una
cohesión suficiente, que ésta sea sólida y autónoma. Es decir que no sólo su arraigo sea
efectivo en la sociedad, sino que pueda ser perfectamente diferenciada de las otras
instituciones.

Las instituciones: Concepto: puede entenderse por institución a una ordenación parcial de la vida
del hombre en sociedad, que ha llegado a un desarrollo sólido y autónomo a través de la actividad
desplegada y la renovada adhesión de muchas generaciones.
Nacen cuando el hombre comenzó a vivir en sociedad, la estructura sobre la cual se desarrolla el
hombre como ser social, cada institución abarca un área y un aspecto del hombre. Pero para que
una institución sea real y verdadera es necesario considerarla vigente y para eso es necesario que
tenga los elementos básicos como: que uso social tiene, y para saberlo se toma en cuenta ciertas
normas del campo de la moral y del derecho. Para que una institución sea considerada vigente es

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preciso que haya alcanzado una cohesión suficiente, que esta sea sólida y autónoma, es decir que
no sólo su arraigo sea efectivo en la sociedad, sino que pueda ser perfectamente diferenciada de las
otras instituciones.
Elementos: son los que nos permiten determinar cuándo existe una institución, y ello nos llevará a
conocer los fundamentos o pilares sobre los cuales se asienta cada una. Elementos: el hecho
social, la valoración y la regulación.
El uso social: elemento fáctico, trae aparejado una serie de normas valorativas y reguladoras, cuyo
estudio corresponde al campo de la moral y del derecho. (Moral media de una sociedad).
La institución se integra con los tres elementos. Cuando alguno de sus elementos no apoya la
subsistencia de la institución, quiere decir que ésta ha entrado en crisis.
El desarrollo de la institución se ve reforzado por la situación social y por la valoración que tiene
ésta dentro de esa sociedad. La regulación jurídica es muy importante porque las instituciones se
encuentran al servicio de la sociedad y deben funcionar dentro de un marco legal, sin éste es
imposible que funcionen. La institución trasciende el tiempo humano, y al cambio de
conformación de las naciones ya algunas nacieron siglos atrás y aún tienen vigencia, por ejemplo
(iglesias). Las instituciones creadas, conservadas y transformadas por el hombre y esta al servicio
de este, cuando no cumple con este objetivo caen en crisis y desaparecen. Dentro del campo
jurídico las instituciones son fundamentales.
La existencia de las instituciones no puede medirse ni con la vida del hombre ni siquiera con la
vida de las naciones, estas son creadas, conservadas y transformadas por el hombre, y están
exclusivamente a su servicio, es decir que dependen, en todo caso de la actividad humana y que
necesita su renovada adhesión. Todos los individuos que integran la sociedad tienen una relación
directa con las instituciones, ya que actúan como agentes activos o pasivos de una manera diversa
sobre la vigencia de las mismas.
Crisis: Cuando una institución no responde satisfactoriamente a las necesidades reales y actuales
de un determinado momento, cesa de ser útil, entra en crisis de acondicionamiento ambiental y es
adecuada, parcial o totalmente, a las nuevas exigencias de la vida social.

2)- América Precolombina: caracterización política, religiosa, social y económica de los


Incas, mayas y Aztecas.

Tres grandes civilizaciones: Imperio inca, mayas y aztecas.


Los Incas: (Desde tierras Ecuatorianas hasta el Río Maule en Chile y Argentina (hasta la zona de
Mendoza). Monoteístas.
Cuando Francisco Pizarro llegó a Perú, se encontró con un verdadero Imperio gobernado por el
Inca Atahualpa, con un estado cabalmente organizado y con un tipo de cultura que llamó la
atención a los españoles. Según investigadores, han demostrado que antes de ellos hubo en Perú
diversos pueblos que desarrollaron y sentaron las bases sociales, políticas, económicas y culturales
del posterior imperio Inca. Estas culturas han recibido el nombre de “preincaicas”, entre las que se
pueden mencionar:
Cultura Mochila; recibe este nombre porque sus principales manifestaciones han sido encontradas
en el Valle del Moche al norte de Perú.
La economía Mochila se basaba especialmente en el cultivo del maíz, papa, maní y frutas
silvestres.
Cultura Chimú o Yunga; en un área coincidente con Mochica se desarrolló posteriormente a
aquella, la cultura “Chimú”, nombre que dieron los españoles a una de las ciudades edificadas
también en la costa Norte, la agrupación de la población en ciudades era una de las características.
Desarrollaron una notable metalurgia basada en el labrado del oro, Plata, cobre y bronce. La
organización política era tal que los españoles le dieron el nombre de “Reino de Chimú” estaba
basada en una clara diferencia social.
Cultura Tiahuanaco; esta civilización ha recibido tal nombre debido a los yacimientos
arqueológicos existentes en Tiahuanaco, al sur del lago titicaca. Esta ciudad fue un centro
religioso, no la capital de un imperio o estado.
El imperio de los Incas.
El poderío incaico llegó a ocupar una extensión de casi 2.000.000 Km². Desde tierras ecuatorianas
hasta el Río Maule en Chile y Argentina (hasta la zona de Mendoza).
El nombre de inca termino que equivale a caudillo o jefe, se dio a los soberanos y a la clase
gobernante, y por extensión a los súbditos del imperio.

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Los dominios incaicos estaban divididos en 4 grandes regiones llamadas, Chinchaysuyo, Antisuyo,
Cuntisuyo y collasuyo, De ahí su nombre “Tahuantisuyo” el imperio de las cuatro religiones.
Instituciones sociales y políticas: La organización social, política y aún económica estaba basada
en el ayllu institución sumamente arraigada. El ayllú era un grupo de familias emparentadas por un
antepasado, con un culto familiar común (huaca), y con una extensión de tierra propia marca. La
autoridad del ayllu era el curaca designado por el inca o sus representantes. No todos los ayllu eran
poderosos por igual.
Para los efectos administrativos se agrupaba a estos en órdenes decenales: 10 familias Chunca; 100
familias Pachanga, 1000 familias Huaranca.
El inca tenía su propio ayllú, que comprendía su familia, sus servidores y sus bienes, al fallecer, su
sucesor formaba un nuevo ayllú real, separándose de su padre. Se fue formando consiguientemente
una nobleza de sangre, cuyos Ayllú tenían ciertos privilegios que no alcanzaban al común de los
habitantes del imperio. Los Ayllú de habla quichua que rodeaban al Cuzco fueron asignados como
Nobles, estaban exentos del pago de tributos y de servicio personal al igual que los de sangre Real.
La mita: los hombres de ayllú comunes estaban divididos en categorías según su edad. A los 35
años (edad de adulto) debían casarse y estaban obligados a pagar tributos hasta los 50 años.
Estaban sujetos a la “Mita” esta era un servicio personal que debían prestar anualmente al estado,
como la construcción de edificios, el transporte de mercaderías, el laboreo de las minas. La
duración de este servicio era de 2 o 3 meses cada año, una vez cumplido, el indio volvía a su Ayllú
hasta que le llegara de nuevo el turno de ser mitayo.
El Yanaconazgo: esta clase social carecía de ayllú, (los yanacones), una tribu que parece ser se
había sublevado contra el inca en tiempos remotos. Ellos y sus descendientes eran siervos a
perpetuidad y verdaderos esclavos, servían a las familias nobles, dependían del inca, también eran
de esta clase los prisioneros de guerra y reos comunes.
El gobierno: El inca era el jefe absoluto, del imperio de las 4 regiones, tenía la suma del poder,
civil. Político, administrativo, militar y religioso, y hasta era reverenciado como una divinidad. Sus
insignias de mando se consideraban sagradas. Cada una de las 4 regiones estaba bajo las órdenes
de un”apo”, gobernador que residía en el cuzco bajo las ordenes del inca, estas regiones se
subdividían en provincias regidas por gobernadores delegados, a su vez las provincias subdividían
en dos partes o “sayas”, de acuerdo con los ayllus que hubiera en ellas. La centralización era total
y el control estatal no dejaba que nada escapara a su autoridad. El Inca para mantener pura la
sangre se casaba con su propia hermana Coya (reina), y sus otras mujeres se llamaban Palles.
Sociedad.
Nobleza: Integrada por los familiares del inca, y altos funcionarios. Constituían el grupo
privilegiado)
Sacerdotes: también constituían un estamento social privilegiado. Generalmente un tío o hermano
del inca. (Culto a su cargo).
Puric: los hombres adultos que tenían a su cargo el cultivo de la tierra, el cuidado del ganado y las
tareas industriales.
Yanaconas: clase hereditaria de sirvientes muy próximas a los esclavos. Integrada por
descendientes de pueblos rebeldes y por individuos reducidos a ese estado por algún delito grave.
Generalmente el indio quechua no elegía su esposa, le era impuesta por las autoridades, quienes
también separaban a las mujeres más hermosas de cada Ayllú para poder destinarlas al servicio del
templo o del inca.
Cada matrimonio tenía su (tupu) o parcela de tierra, cuya extensión podía aumentar de acuerdo a la
cantidad de hijos, y a veces por los méritos de su dueño.
Las tierras no pertenecían a cada individuo, sino a la colectividad, y todos los años el Inca
ordenaba la distribución de los nuevos (topus)
La economía estatista de los incas.
La tierra: El imperio incaico estaba organizado bajo estricto control del Estado en lo político y en
lo social, pero también en la economía general y familiar. La agricultura era la base de la
economía, cada adulto recibía un lote para sostén de la familia. Solamente una tercera parte de la
tierra podía ser dividida, el resto era cultivado mediante trabajo colectivo de los indios del ayllu y
sus productos se destinaban por mitades al inca y al culto. Una parte era para el Inca y la nobleza,
otra para el culto, sostén de viudas, huérfanas o impedidos y el resto se entregaba al pueblo.
La agricultura: cultivaban maíz, papa, maní, porotos, ají, mandioca. Toda la producción agrícola
era recogida en los almacenes del estado para ser distribuida. Los inspectores imperiales
controlaban el trabajo de la tierra y llevaban cuenta de la producción agrícola, mediante un sistema

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de contabilidad con hilos de colores, a diferentes alturas y distancias. Construían terrazas
cultivables y obras de riego.
También domesticaban llamas, tanto como animal de carga, alimento, y el vellón para la industria
textil.
La artesanía: el cultivo de algodón y la lana de vicuña proporcionaba la materia prima para los
telares de las mujeres.
La metalurgia también estaba avanzada con relación a otros pueblos, explotaban la plata, oro,
cobre etc.
El ejército: Los incas tenían un ejército cuya oficialidad formaban los nobles y cuyo contingente
general se reclutaba entre los ayllus no privilegiados. El servicio militar estaba entre las
obligaciones de la Mita.
Para el dominio de las diversas zonas conquistadas se habían levantado fortificaciones amuralladas
con regimientos estatales que vivían en ellas. Los guerreros tenían arcos, lanzas, boleadoras etc.
Religión: La religión oficial del imperio incaico reconocía la existencia de un solo Dios superior,
eterno, personal, todopoderoso, creador de lo existente. También la luna y los astros recibían
veneración entre los hombres del imperio. Había templos donde los sacerdotes celebraban el culto
oficial. Los sacrificios humanos eran una excepción en el culto incaico, y no una costumbre común
entre los aztecas. La casta sacerdotal gozaba de privilegios sociales, políticos y económicos, estaba
dividida en órdenes jerárquicos, cuyo grado superior era el de pontífice Real.
Base de la cultura incaica: Educación: sólo accedían a ella los hijos de los nobles o de los curacas.
Se le enseñaba los preceptos religiosos, se los instruía en la política, la historia, la milicia y en el
modo de conducirse y hablar elegantemente.
Los incas no conocieron la escritura, ordenaron un sistema de cordeles y nudos que les servía para
fines aritméticos y de contabilidad.
Arquitectura: construían muros con moles de piedra, en los templos predominaban las formas
rectangulares, la decoración interior era rica en oro, plata, etc. Construían fortalezas para objetivos
militares, construían caminos unificando todos los puntos del imperio, puentes colgantes
realizados con cuerdas.

Los mayas. México, Guatemala, Salvador, Honduras) su centro fue la Península de Yucatán.
Politeístas: ofrecían sacrificios humanos.
Cuzco: capital del imperio inca en Perú.
Suyus: parte
Los mayas grupos indígenas de cultura superior, en un marco geográfico cuyo centro fue la
península de Yucatán. Dejó sus rastros en los estados del sur de México como en Guatemala, El
Salvador y Honduras.
La civilización Maya abarca dos momentos históricos bien definidos:
1)- Imperio antiguo (siglo IV al X) que se extendió por el sur de México, Guatemala y Honduras.
2)- Imperio Nuevo (siglo X al XV) centralizado en la península de Yucatán.
Los mayas sentaron las bases de una cultura formidable.
A partir del año 900, los mayas, ya ubicados en Yucatán dieron nacimiento al imperio Nuevo, no
formaron una unidad estable sino que se agruparon en “ciudades independientes”, aisladas entre sí
y, a menudo, rivales unas de otras.
Principales ciudades: Uxmal, Mayapan, Chichón Itza, etc. Estas ciudades florecieron hacia el año
1000 pero no tardaron en caer bajo el dominio de tribus mejicanas que luego formaron la
confederación azteca.
Gobierno: Cada ciudad estaba gobernada por “un gran jefe” cuyo título era hereditario por línea
masculina. De este jefe dependían las autoridades delegadas “VATAV” que gobernaban las
poblaciones menores o las ciudades subalternas. Cada ciudad tenía su fuerza armada, más
defensiva.
Justicia: los mayas fueron muy severos, los delincuentes eran juzgados por el Halach Vinic o sus
representantes. Las leyes penaban con grandes castigos los distintos delitos; así el hurto se penaba
con esclavitud, el homicidio voluntario o involuntario, el adulterio, el daño grave se castigaba con
la muerte.
Sociedad: se caracterizó por una estricta división social, nobleza, comerciantes, pueblo, esclavos.
Nobleza: almenhehoob, se constituía el testamento del que provenían los funcionarios y sus
familiares, así como por los miembros encabezados del culto religioso.

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Pueblo: macchualoob, integraban el segundo grupo, se dedicaba a las diversas labores dentro de la
ciudad-estado, agricultura, cerámica, arquitectura, caza, pesca etc.
Entre estos grupos sociales se formó otro intermedio integrado por los comerciantes, que gozaban
de determinados privilegios.
Esclavos: eran comúnmente prisioneros de guerra, ladrones condenados por la justicia, etc.
La familia entre mayas era monogámica y la unidad matrimonial estaba protegida por las leyes. No
se casaban entre parientes cercanos.
Economía: La economía de los mayas giraba en torno del cultivo del maíz, que era la base
primordial de su alimentación, pero también porotos rojos y negros, zapallo, etc.
Las tareas agrícolas estaban a cargo de los varones. Los pescadores y cazadores también vendían
sus productos a las ciudades.
Creencias religiosas: todos los aspectos relacionados con la vida del pueblo estaban muy influidos
por la religión. Un marcado politeísmo, un convencimiento de que tras la muerte existían el
premio y el castigo de acuerdo con el comportamiento observado en vida. Un dios creador del
mundo, dios de la muerte, divinidad de la lluvia a quien le ofrecían sacrificios humanos.

Los aztecas. México- (Tenochtitlán) meseta de México. Monoteístas


La confederación de pueblos presidida por los aztecas, tenía su centro político- administrativo en
la ciudad de Tenochtitlán, en la meseta de México.
La masa de la población se había radicado en la región templada del Anáhuac, puede afirmarse
que la influencia política de los aztecas se extendió desde el Yucatán por el sur hasta el Río
Colorado por el norte. La superioridad militar y política de los aztecas les permitió dominar a
dichos pueblos a partir, aproximadamente, del año 1200 de nuestra era. Se puede afirmar que antes
de esta fecha, se habían sucedido menos de quince tipos distintos de culturas indígenas, de ahí que
hayan sido agrupados en los siguientes períodos:1)- Primer período: las culturas medias del Valle
de México (1 al 600 d.c),
2)- segundo período: los toltecas clásica (600 al 1000).
3)-Tercer período: Los Chichimecas y toltecas dinásticos (1000 a 1300).
4)- cuarto período: Los aztecas.
Organización política:
Los aztecas formaron más bien una “Liga o confederación” de los pueblos mejicanos basada en
una inteligente política administrativa. En la realidad, la base de la confederación la formaban tres
ciudades: Tenochtitlán, Tezcoco y Tlacopán, de las cuales la primera era la capital.
Los Calpullis o distrito. Los aztecas se hallaban divididos en 20 grupos, distritos y clanes
llamados calpullis. Los calpullis eran el núcleo primordial de la organización social, política,
religiosa y administrativa. En el se concentraba un grupo de familias que poseían en común la
tierra, con la obligación de trabajarla y defenderla.
Cada calpullis tenía sus jefes, sus funcionarios, sus guerreros, sus costumbres y su legislación
propia. La autoridad residía en un comandante militar o jefe administrativo. Las 20 calpullis se
habían agrupado en cuatro regiones o provincias. Cada provincia tenía a su frente un jefe militar
noble que dependía de “emperador”.
El gobierno central de la confederación azteca:
Tenochtitlán, su capital, fue asiento de las actividades políticas y militares. Situada con sentido
estratégico en el centro del lago Texcoco. Allí residía el “jefe supremo de la confederación” los
españoles le dieron el nombre de “emperador”, era elegido con carácter vitalicio, mediante el voto
de un consejo formado por un representante de cada una de las 4 regiones, no tenía poder
omnímodo. Era acompañado de un viceemperador, que lo secundaba o reemplazaba en caso de
ausencia.
Había un “gran consejo” formado por los representantes de los veinte calpullis. Ejercía el poder
supremo con funciones amplísimas y jurisdicción total.
Tribus sometidas: Los aztecas se habían extendido sobre pueblos que no formaban parte de los
calpullis, ajenos a la confederación. Estaban gobernados por jefes aztecas designados por el
emperador. Debían pagar tributos anuales, de acuerdo con sus riquezas.
Las instituciones sociales: La familia azteca era de carácter monogámico, aunque los nobles no
tardaron en admitir la poligamia. El derecho era patrilineal. Los delitos tales como el aborto, el
infanticidio o el adulterio eran castigados con la pena de muerte.
Las familias consanguíneas se agrupaban en núcleos, los que a su vez formaban parte de los
calpullis.

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Clases sociales:
1)- clase superior o nobleza: funcionarios, jefes de clanes, sacerdotes, guerreros y propietarios.
2)- pueblo, hombres comunes: agricultores, artesanos, carpinteros etc.
3)- Esclavitud: adquirían esta condición por ser prisioneros de guerra, por castigos de deudas,
robos, pero podían recuperar su libertad bajo ciertas condiciones.
Religión: Creencia en un dios único, espiritual, creador y principio de bien, invisible e
impenetrable.
Esta creencia monoteísta inicial había ido cediendo paso a un complejo politeísmo.
El sacerdocio: los sacerdotes ocupaban un lugar preeminente entre los aztecas y constituían una
verdadera institución. Provienen de la nobleza y se educaba con rigor, había entre ellos diversos
grados jerárquicos, tenían además funciones políticas, legales y científicas. El centro de las
actividades del culto eran los sacrificios humanos. Estos sacrificios eran realizados por los
sacerdotes para obtener la buena voluntad de los dioses.
Organización económica:
La tierra: la economía de la confederación giraba en torno a la producción de bienes de consumo
basados en la agricultura organizada y desarrollada con sentido estatal, la tierra de cultivo
pertenecía al estado. Se entregaban extensiones a cada familia según sus necesidades. El principal
cultivo era el maíz, además ají, zapallo etc.
Consumían carne, pescado, pavo y animales que provenían de la caza y de la pesca.
La industria: El empleo de los metales se reducía al cobre y al oro. Tenían talleres para la
confección de tejidos. Una vez por semana se realizaban en las ciudades ferias o mercados donde
se intercambiaban productos mediante el trueque.
Ejército: Tuvieron carácter marcadamente militar y su poder se apoyaba en la fuerza, por lo cual
había guerreros profesionales. Empleaban arcos, flechas, lanzas, hondas. Los regimientos aztecas
se formaban ordenadamente.

3) España a fines del siglo XV. Organización Política. Ordenamiento Legal. Los Fueros. Clases.
Fuero Real. La Recepción del Derecho Romano. Las Partidas. El Ordenamiento de Alcalá.

ESPAÑA A FINES DEL SIGLO XV. ORGANIZACIÓN POLÍTICA.

El europeo cristiano del siglo XIII tenia una visión confusa sobre el mundo geográfico que lo
rodeaba. Conocía apenas la existencia cierta de la Europa occidental que habitaba el litoral de
África y parcialmente, Arabia y Persia. La civilización europea vivía en torno del Mediterráneo, su
mar. Del resto del mundo sus conocimientos eran muy vagos. Fue en ese siglo XIII cuando
despertó en algunos espíritus inquietos la idea de conocer nuevas regiones.

Sólo en el siglo XV los portugueses exploraron las costas occidentales de África con diversos objetivos
y advirtieron la posibilidad de comerciar con el Oriente a través del sur de África. Dos importantes
razones aceleraron estas tentativas: el cierre de la comunicación comercial con el Oriente por la caída
de Constantinopla en poder de los turcos (1453) y la necesidad de obtener una victoria definitiva
sobre los árabes, invasores de la península ibérica, para lo que se proyectaba cortar su base de
operaciones en África, por donde recibían constante ayuda.

La concreción de este proyecto implicaba un notable desarrollo de la navegación. Desde el punto de


vista científico, los reinos ibéricos eran los que se encontraban en mejores condiciones para
estimular las empresas náuticas —pese al potencial marítimo de Yenecia—, y a ellos les
correspondería provocar la colosal expansión de la civilización europea por el mundo. Este
movimiento expansivo de la pequeña Europa multiplicó de manera asombrosa el área ocupada por
la raza europea o sometida a su influencia, a tal punto que su dominio se hizo evidente en la mayor
parte del mundo. El singular proceso se prolongó hasta el siglo XIX, y el descubrimiento de
América marcó el primer paso de esa gran carrera.

Españoles y portugueses la habían iniciado. Sólo en el siglo XVII, Inglaterra, Francia y Holanda
ingresaron en esta política, amenazando y destruyendo parte de aquella supremacía, ya colonizando
otras regiones, ya interfiriendo en la vida de las colonias españolas.

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El actual territorio español estaba dividido en varios reinos, que recorrieron un azaroso camino antes
de alcanzar la unidad. La península ibérica —nombre dado por los íberos, que fueron, según parece,
sus primeros habitantes— fue sucesivamente dominada por los fenicios, cartagineses y romanos.
La influencia de esta última colonización fue notable y perduró aun después de la caída del
imperio. Principalmente, esa influencia se evidenció a través del derecho, insuflando su espíritu
en las legislaciones locales (§§ 24-26), Durante la dominación romana sucedió otro hecho
destinado a tener enorme importancia en la historia de España: la difusión y el arraigo del
cristianismo.

En el siglo VIII los árabes invadieron y ocuparon casi toda la península ibérica, incorporándola al
imperio musulmán. Tan sólo quedaron fuera de su dominio las regiones montañosas del norte
(Cantabria, Vasconia y Pirineo), de población escasa, economía pobre y cultura rudimentaria.
Empero, fue en estas regiones donde se inició a principios del siglo siguiente la reconquista
cristiana. El proceso fue muy lento al comienzo y sólo alcanzó mayor intensidad a partir de la
segunda mitad del siglo XI con la reconquista de algunas ciudades importantes. La dominación
musulmana se extendió hasta fines del siglo XV, aunque el territorio ocupado fue reduciéndose
considerablemente a medida que progresaba el avance de los cristianos peninsulares.

Pese a la activa resistencia que provocó esta invasión, la influencia árabe quedó reflejada, sin
lugar a dudas, en numerosos aspectos de la civilización española. En el siglo XV existían cuatro
reinos cristianos en la península: Castilla, Aragón, Navarra y Portugal. Granada, en cambio, era desde
1248 el último reducto de los árabes, ardorosamente defendido. Dos de aquellos reinos celebraron
una unión dinástica de gran trascendencia. FERIWÍDO, príncipe heredero de la corona de Aragón, e
ISABEL, heredera de la de Castilla, contrajeron matrimonio en 1469. Una década después, ambos ya
habían tomado posesión de su respectiva herencia. Loa dos reinos estaban unidos por los lazos
dinásticos, pero cada uno conservaba su personalidad política y administrativa y su propia
legislación. En lo relativo a los asuntos externos, la guerra y la diplomacia, actuaban en conjunto.*.

El reino de Aragón era pequeño, pero bien organizado. Una monarquía limitada por las cortes
gobernaba dentro de un régimen donde las personas y las propiedades eran respetadas. En su
política externa, el; interés del reino se inclinaba hacia las conquistas en el Mediterráneo.

En cambio, Castilla no ofrecía las mismas garantías, aunque su superioridad geográfica era
evidente al incorporar en 1492 a Granada—con la expulsión de los árabes de la península—y luego a
Navarra en 1515. El ideal expansivo de Castilla se dirigía hacia Marruecos, la costa africana y las
islas Canarias, regiones estas últimas hacia donde también Portugal dirigía sus miras. Esta orientación
occidental de Castilla la iba a colocar, poco después, al frente de una excepcional empresa de
colonización, como fue la del Nuevo Mundo.

19. La unión dinástica de Aragón y Castilla, y la incorporación a este reino de Granada y Navarra,
crearon un verdadero Estado español, que se afianzó en los descendientes de los Reyes Católicos, al
punto de que el nieto de éstos, CARLOS I de España y V de Alemania, recibió no sólo los reinos
peninsulares unidos políticamente, sino que, por vía paterna, heredó el imperio de Alemania, con
muchos territorios en el centro y el oeste de Europa, derechos de soberanía en Italia y un extenso
continente en ultramar. Sin embargo, ello no implicó en manera alguna la unidad jurídica, ya que este
aspecto continuó diversificado por un tiempo más. Nuestro enfoque, pues, debe centrarse en Castilla,
estudiando sumariamente sus rasgos característicos, los que directa o indirectamente se reflejarían
en el proceso de la conquista y la colonización de América.

20. Organización política. En Castilla, se estableció la monarquía hereditaria sobre la base del hijo
primogénito varón o, en su defecto, los demás hermanos. Sólo en caso de faltar éstos les
correspondía a las hijas.

El rey tenía la facultad de dictar leyes e interpretarlas, exigía el pago de los impuestos ordinarios,
nombraba los altos funcionarios políticos y los que gobernaban los distritos, era el jefe supremo del
ejército, y era por excelencia el encargado de administrar justicia y de nombrar los funcionarios
judiciales inferiores. Sin embargo, el rey debía respetar el derecho sancionado, al punto de que
cuando se suscitaba un conflicto con uno de los súbditos, aquél no podía imponer su voluntad
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ni tomar ninguna cosa disputada, aunque le perteneciera, antes de que el súbdito fuera oído y
vencido de acuerdo con el derecho.

A partir del siglo XIV existió un consejo real como cuerpo reglamentado y con funciones
propias de gobierno y consulta. Con los Reyes Católicos se acentuó la preeminencia de los
letrados en la integración del consejo. Tenía a su cargo importantes asuntos del reino,
elaborando la legislación, que recibía luego la sanción del rey. Actuó también como tribunal
judicial de apelación.

21. El establecimiento de las cortes señaló, a partir del siglo XIII, la aparición de un importante
órgano destinado a moderar el poder real. Concurrían a ellas el rey y los altos funcionarios de
palacio, y los tres brazos, constituidos por representantes del clero, de la nobleza y del pueblo.
Estos últimos eran designados por las ciudades, por elección popular o por sorteo entre un
escogido grupo, según las modalidades de los consejos municipales. El rey podía convocar sólo
a uno o dos de dichos brazos, pero no había cortes sin la concurrencia del brazo popular, que
alcanzó así una considerable importancia.

El rey debía convocar las cortes para todos los asuntos de interés general o de gran
trascendencia, pero nunca se determinó cuáles eran esos asuntos y tampoco se fijó el plazo
para su celebración. Acaso la prerrogativa más relevante de las cortes fue el otorgamiento de
los impuestos extraordinarios, ya que los ordinarios eran obligatorios y el rey procedía
directamente a recaudarlos. Aquella atribución obligó muchas veces a los reyes, en aprietos
económicos, a otorgar concesiones a las ciudades a cambio del voto a las contribuciones
extraordinarias. Era también costumbre convocar las cortes para consultarles asuntos de
guerra y paz.

-Las cortes recibían el juramento que prestaba el rey, al ocupar el trono, de respetar los fueros,
privilegios y libertades otorgados por sus predecesores, rindiendo a su vez al nuevo rey tributo
de fidelidad y vasallaje. Les competía, asimismo, entender en lo relativo a la renuncia al trono y
decidir lo concerniente a la tutoría cuando el monarca era menor de edad. También
presentaban al rey peticiones en las que, especialmente los representantes de las ciudades,
solicitaban diversas medidas que conceptuaban convenientes para el reino. El rey, en consulta
con el consejo, resolvía en definitiva. Las cortes castellanas decayeron paulatinamente. La
autoridad real no sólo se fortaleció, sino que el mejoramiento hacendístico hizo innecesaria la
obtención de recursos extraordinarios, principal objeto de la reunión del organismo. Por otra
parte, el sistema de los consejos y juntas pareció triunfar en la conducción política del reino en
desmedro de aquél. Con todo, si redujeron su activa participación en el gobierno, no dejaron de
intervenir en el acto de juramento de los nuevos reyes.

22. No sólo existían limitaciones de tipo institucional. También las había, y muy poderosas, en
el fuero íntimo del príncipe. El origen del poder político (§61), el respeto ético-religioso a un
ordenamiento superior —conocido como derecho natural— y el mismo derecho sancionado
por los predecesores en el trono significaban barreras infranqueables que, penetrando en la
legislación, desempeñaban un papel moderador de las atribuciones del rey, matizando de un
modo particular el concepto de absolutismo, muy distinto del imperante en el siglo XVIII (§ 167).

23. El ejercicio del gobierno local estaba a cargo de los ayuntamientos o municipios. Cabe
señalar que esta institución experimentó una evolución/ resignando su inicial carácter popular
e independiente para alcanzar un sentido aristocrático y centralista. La elección popular de
los cargos municipales fue sustituida por la designación real y luego por la venta de los
mismos oficios, estableciéndose un régimen que aseguraba suculentos recursos a la Corona,
sin descuidar la calidad de los compradores, que solían pertenecer a la nobleza. También
contribuyó a la evolución apuntada el nombramiento de corregidores, designados por el rey,
para inspeccionar el gobierno municipal.

ORDENAMIENTO LEGAL: LOS FUEROS. CLASES. FUERO REAL. LA RECEPCIÓN DEL


DERECHO ROMANO. LAS PARTIDAS. EL ORDENAMIENTO DE ALCALÁ.

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24. Ordenamiento legal. Durante los siglos XII y XIII había alcanzado su apogeo un orden
jurídico basado en los llamados fueros municipales o territoriales, que contenían los
privilegios y exenciones otorgados a los habitantes de determinados pueblos. A veces, dichas
concesiones provenían originariamente de señores o de corporaciones militares y religiosas,
pero en la mayoría la intervención real aparecía como sustancial, ya sea confirmando esas
prerrogativas u otorgándolas directamente. Sin embargo, no todo el derecho aplicable estaba
contenido en esos fueros, pues gozaban de gran fuerza jurídica la costumbre y las decisiones
judiciales.

Entre las distintas clases cabe destacar los fueros tipo, llamados así porque su aplicación se
extendió a distintas poblaciones o porque sirvieron de modelo para la redacción de documentos
análogos, y a los fueros de frontera, que eran los que regían en poblaciones situadas en la
frontera con el invasor musulmán y en los cuales se solían conceder grandes privilegios para
atraer pobladores.

Recepción del Derecho Romano.

25. A partir del siglo XIII se intentó llegar a la uniformidad legislativa, y como fruto de ello surgió
el denominado Fuero Real, sancionado durante el reinado de ALFONSO X. Recogía la tradición
jurídica castellana y fue redactado siguiendo el método romanista de dividir la obra en libros,
títulos y leyes, no se hizo una promulgación general de este cuerpo legislativo, pero
paulatinamente fue sustituyendo numerosos fueros locales, los que, sin embargo, no fueron
derogados. En realidad, había cambiado la fisonomía del sistema foral, pues los primitivos
fueros breves se habían convertido en cuerpos legislativos de vasto contenido jurídico.

26. También en esa época se redactó otra célebre obra jurídica que recogió, asimismo, la
influencia del derecho romano y del canónico: las Partidas. Esta obra, considerada perteneciente
al reinado de ALFONSO X (1252-1284), se elaboró empero a través de varias redacciones
efectuadas en la segunda mitad del siglo XIII y aun en el primer cuarto del siglo siguiente, según
algunas modernas comprobaciones. Sólo tuvo sanción legal en el Ordenamiento de Alcalá (§
27) y constituyó la principal fuente legislativa del derecho hispánico hasta la segunda mitad
del siglo XIX.

Las Partidas constituyó un nuevo avance sobre el sistema foral, sentando la doctrina de que
la potestad de dictar leyes pertenecía exclusivamente al rey, sin restar valor jurídico a la
costumbre, formativa del anterior régimen.

27. Sin embargo, faltaba ordenar la legislación vigente para alcanzar la precisión en la
aplicación de las normas jurídicas. Esta necesidad fue en parte remediada con el denominado
Ordenamiento de Alcalá. Las cortes, reunidas en Alcalá de Henares en 1348, sancionaron no
sólo nuevas leyes, sino, y esto fue lo fundamental, un orden de prelación legal para la
aplicación de los distintos cuerpos legislativos existentes, combinándose el antiguo sistema
foral con la más moderna legislación de raigambre romanista. De esta manera quedó
establecido que primeramente debían aplicarse las leyes sancionadas en Alcalá; luego, los
fueros en cuanto estuvieran en uso; subsidiariamente, se aplicarían las Partidas, que así
recibían sanción legal; en último término se estaría a la interpretación que diera el rey en caso
de duda o silencio de las disposiciones citadas.

Este Ordenamiento subsistió hasta 1505, pese a las frecuentes peticiones de las cortes para
que se consolidase la legislación en una sola compilación. En ese año las cortes, reunidas en
Toro, dictaron un conjunto de leyes, especialmente destinadas a conciliar los sistemas foral y
romano. Esta sanción dejó subsistente el ordenamiento anterior, con la sola modificación
producida por las nuevas leyes, que pasaron a encabezar el orden de prelación vigente.

Punto 4) El Derecho Castellano en la Edad Moderna. Los Teólogos y juristas españoles de los
siglos XVI y XVII. Sus doctrinas e influencias. Las Leyes de Toro. La Nueva Recopilación de
1567. La novísima recopilación de 1805.

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LOS TEÓLOGOS Y JURISTAS ESPAÑOLES DE LOS SIGLOS XVI Y XVII. SUS
DOCTRINAS E INFLUENCIAS.

En el siglo XVI la Teología era una ciencia universal, que comprendía todas las expresiones de la
cultura, desde el derecho hasta la poesía. Menéndez Pelayo estima la teología del siglo XVI a
modo de ciencia universal que abarcaba desde los atributos divinos hasta las últimas
ramificaciones del Derecho Público y Privado. En este momento, emerge una escuela de filósofos
que elaboró los principios (dícese del accidente que es inseparable de la ciencia y naturaleza de las
cosas, en este caso del nuevo derecho) generales y fundamentales de un nuevo derecho.

Hay que tener en cuenta que España no arrancaba de una Edad Media feudal –como otros países
europeos-, sino de una lucha emancipadora en cuyo largo proceso sus habitantes habían vivido y
practicado la libertad. Los publicistas hispánicos estudiaron todos los problemas planteados por el
Descubrimiento, afirmando los principios del Derecho Natural de los indios y negros, combatiendo
la esclavitud humana. Sus doctrinas y las leyes de Indias implican una revolución en la
historia de las ideas ya que, aunque sea como declaración de principios, se anticiparon casi
trescientos años a lo proclamado por la Revolución Francesa.

Para poder ejercer su dominio sobre el nuevo territorio, España tuvo que acreditar su derecho
sobre América en base a ciertos títulos, justos y legítimos que le autorizaran a conquistar las
Indias. Los españoles del siglo XVI trataron de amoldar el desarrollo de la conquista y la
organización de las Indias a sus propios ideales religiosos y jurídicos. Sin embargo, no lo
consiguieron tan fácilmente. Así, el derecho Indiano fue adquiriendo su contenido final en medio
de importantes discusiones doctrinarias, hasta que triunfaron las soluciones inspiradas en la
filosofía cristiana.

Carácter y alcance de la donación Pontificia:¿Podía el papa donar territorios? ¿Tenía poderes


para disponer, a favor de los príncipes cristianos, de territorios ocupados por aborígenes? ¿Era una
donación territorial perpetua e incondicional o sólo una concesión para la predicación evangélica?
La cuestión fue prolijamente analizada por los teóricos y juristas españoles del siglo XVI- Algunos
extranjeros se sumaron también a esta indignación, dando lugar a una polémica de alto vuelo
intelectual, que constituyó un inusual examen de conciencia de la propia nación conquistadora.

El problema se presenta con respecto a la donación pontificia realizada a través de las 2 bulas
“Inter Caetera” y otras. Debemos remontarnos a los siglos XIV y XV distinguiendo dos corrientes
ideológicas: la cesarista, que postulaba la preeminencia del poder civil sobre el religioso, y la
teocrática, que consideraba al papa como señor universal del mundo, como autoridad suprema
tanto en el orden temporal como en espiritual: a), el Papa ejercía una superintendencia sobre los
estados cristianos. Se consideraba Señor Universal del Mundo (autoridad en el ámbito temporal y
espiritual), y ya existían antecedentes de otras donaciones efectuadas por el Pontífice a otros
principados cristianos, aunque ninguno con la insospechada trascendencia de las Bulas de 1493.
De allí que se consideraba a éstas como el mejor título que poseía España.

Pero estos teólogos juristas españoles abrieron una trascendente discusión sobre el valor y carácter
de estas donaciones papales. ¿Podía el Papa donar territorios? ¿Era un derecho perpetuo e
incondicional o sólo implicaba un derecho para la predicación evangélica? Este debate, a la vez,
manifiesta una verdadera actitud de introversión del Estado conquistador, lo cual es poco común.
Este problema teológico jurídico aparece en 1511 con el célebre Sermón del religioso dominico
Antonio de Montesinos ante los excesos cometidos contra los indígenas por los encomenderos.
Recogiendo la tradición Tomista y representando el pensamiento de los demás religiosos de la
orden residentes en la isla La Española, Montesinos pronunció en presencia de encomenderos y
conquistadores españoles, el célebre sermón cuya versión ha llegado hasta nosotros a través del
testimonio de Fray Bartolomé de las Casas.

Opiniones desde el punto de vista Teológico, expresadas principalmente por la tesis de Francisco
de Vitoria, Domingo de Soto y Juan Ginés de Sepúlveda, los que nos darán la opinión de los
humanistas, y de Juan López de Palacios Rubio y Gregorio López, quienes expresarán el punto
de vista de los juristas.
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Francisco de Vitoria

Nace en 1483. Ingresa a la orden Dominica y viaja a la Universidad de París donde permanece 18
años. En esa época París mantiene el cetro de la enseñanza universitaria europea. Vuelve a España,
después de obtener sus grados en la Sorbona y gana por concurso de oposición la cátedra de
Teología de la Universidad de Salamanca. Esta cátedra era una de las más importantes, ya que a la
luz de la Teología se juzgaban todos los problemas de la época, y las tesis políticas, sociales y
morales eran problematizadas permanentemente. Su advenimiento a la cátedra determina una
profunda renovación.

Durante esos años, España vivía grandes transformaciones. La Península se organizaba como el
primer Estado renacentista moderno y, por otra parte, se proyectaba en su fabulosa campaña
colonizadora de América. Vitoria era un hombre abierto a su época y trató de incorporar a los
permanentes principios enseñados por Santo Tomás, las nuevas tesis y problemas que su tiempo
planteaba. Fue, en alguna medida, Erasmista.

Obras principales; podemos distinguir dos aspectos:

1) Las Lecturas, consistían en el dictado de las clases.

2) Las Relaciones eran conferencias que los catedráticos de la Universidad de Salamanca tenían
obligación de desarrollar durante el curso lectivo. Así, por ejemplo, en la Relación de la Potestad
Civil da los fundamentos de la organización política de la comunidad, sostiene que la “Potestas” o
Soberanía reside en la comunidad (de especial importancia para nosotros, en el Cabildo Abierto
del 22 de Mayo).

Es de mucha importancia también la relación referida a la organización del Estado y la Iglesia,


donde esboza las formulaciones jurídicas de los dos órdenes: el eclesiástico y el civil o temporal,
estableciendo la distinción entre ambos. Cada uno de estos órdenes tiene fines propios y
específicos, en sus respectivas jurisdicciones. Por un lado reconoce la facultad del Pontífice (para
entender en vía directa u ordinaria) en asuntos espirituales, reconociéndole una intervención
indirecta en asuntos temporales cuando esté en juego un problema de orden espiritual. Separa las
dos comunidades y las conserva independientes, cada una con un orden propio, pero a la vez
relacionadas, aceptando que la potestad espiritual podía tener ingerencia en lo temporal cuando
estaba en juego algún principio de orden espiritual (posición intermedia entre la cesarista y la
teocrática).

Estudia los grandes problemas que nacen del Descubrimiento de América, de su ocupación y de la
predicación de la doctrina cristiana. Analiza la cuestión de las facultades del Pontífice para donar
tierras, como así también para delegar en los Reyes Españoles la organización y predicación de la
doctrina; plantea además la cuestión de cómo convertir a los indios al cristianismo y, al mismo
tiempo, estudia la capacidad racional del indio para recibir el bautismo, y la posibilidad de que los
nativos se incorporen a las formas, hábitos y usos civilizados.

Divide su argumentación en títulos ilegítimos y títulos legítimos:

Ilegítimos
1) Niega que el Emperador pueda ser el Dueño del Mundo.
2) Niega que el Papa pueda ser “Dominis Orbi”, ya que el Pontífice no ha recibido de Jesucristo,
que es el fundador de la Iglesia, facultad alguna en esa materia.
3) También es ilegítimo aquel título que funda la propiedad en el descubrimiento. El hecho del
Descubrimiento no era suficiente para gobernar tierras que podían ser gobernadas legítimamente
por otras autoridades. Asume esta tesis en contra de los juristas romanistas de la época, que
sostenían que el descubrimiento, por sí, daba derechos a la Corona para ocupar y gobernar tierras.

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4) Considera también ilegítimo como título de conquista la resistencia de los indios a admitir la fe,
con lo que sienta un principio muy importante que es el de la libertad religiosa o de conciencia. El
hombre es libre para admitir la fe o rechazarla en un acto racional.
5) El hecho de que los indios cometían pecados contra naturales, esgrimido como sólo argumento
para justificar el sometimiento, es rechazado por Vitoria diciendo que las mismas aberraciones se
daban en España.
6) Rechaza el argumento de la donación de Dios, ya que este hecho no constaba en ninguna parte.

Legítimos

1) “Ius Peregrinandi”. Así como los hombres conviven, las naciones también deben convivir. Hay
un derecho natural de intercambio de los pueblos, ya que los países no pueden vivir en un estado
de aislamiento como el de Indias. Los españoles tenían el derecho de comunicarse con los
habitantes de Indias y si estos impedían el trato natural, había justa causa de violencia o de guerra.
2) “Ius Predicandi”. Acepta la facultad del Papa para delegar en la corona de Castilla la
organización de la predicación del Evangelio. Si el ejercicio de esa facultad era molestado por
hechos de fuerza, determinaba también una justa causa de violencia o guerra, porque se estaba
obstaculizando la preparación pacífica.
3) Otro título legítimo era la necesidad -como derecho y como deber- de amparar a los
convertidos, si sus principios naturales los molestaban en el ejercicio del Cristianismo.
4) Sostiene que una Nación puede intervenir en otra cuando se violan los principios del Derecho
Natural. Por ejemplo: las leyes tiránicas o injustas o injuriantes que permitían los sacrificios
humanos. Este aspecto era uno de los más sólidos argumentos que teólogos y juristas esgrimían
para dar fundamentación a la Conquista. Como es sabido, los dos más grandes imperios indígenas
americanos -Los Incas y los Aztecas-, sacrificaban a los dioses criaturas humanas, violando los
principios del derecho natural. Así también muchas tribus eran antropófogas.
5) Otro título válido se formulaba así: Por conquista legítima, actuando como aliado de otros
pueblos que pidieron ayuda para defenderse del enemigo vecino.
6) La libre elección de los pueblos con suficiente instrucción.
7) Otro título dudoso era si los indios eran capaces de gobernarse por sí mismos.

Vitoria da nacimiento a una escuela denominada “Escuela teológica de Salamanca” que formará
discípulos de gran vigor, como Cano y Domingo de Soto. Ha pasado a la historia como el creador
del derecho internacional moderno, que sentó por primera vez los principios que debían regir la
comunidad de naciones.

Sostuvo que la incapacidad mental de los indios proviene de su mala y bárbara educación. En
realidad, no es que Aristóteles quería decir que debían ser privados de sus bienes y su libertad por
ser irracionales, sino que hay quienes por su naturaleza se hallan en la necesidad de ser gobernados
y regidos por otros. Este gobierno debía organizarse para el bien y utilidad de los bárbaros y no
para provecho de los españoles.

Domingo de Soto (1495-1560)

Fue un continuador de la teoría aristotélica, sosteniendo que la servidumbre natural que permite
gobernar a personas rudas e ignorantes conforme a la razón, no priva a éstas de su libertad ni de
sus bienes ni puede utilizarse en beneficio del Señor, sino que debe servir para el bien de los
incapaces y para enseñarles buenas costumbres.

Francisco Fernando Vázquez de Menchaca (1512-1579), Domingo Bañez (1528-1604)

Su posición fue similar a la doctrina sostenida por Vitoria, ya que la única diferencia con respecto
al resto de los filósofos escolásticos, radica en que fundamentan el respeto y la protección por la
persona del indio en el propio evangélico de “la protección a los humildes e incapaces”.

También se ocupó de estos temas, dándoles importante desarrollo, el más famoso de estos
escolásticos españoles llamado FRANCISCO SUAREZ (1548-1627) quien sostuvo que los

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infieles no podían ser obligados a cambiar de religión porque la Iglesia no tenía jurisdicción sobre
ellos, negando además que hubiera pueblo tan bárbaro, al cual hubieran de aplicarse las teorías
aristotélicas sobre la esclavitud natural. Todos estos teólogos luchaban a favor del indio por
considerarlo perfectible y poseedor de alma, y sostenían la igualdad de razas.

LOS JURISTAS

Juan López de Palacios Rubio y Gregorio López son los dos más grandes juristas españoles del
siglo XVI y también aportaron sus tesis en las controversias de Indias. La modalidad del gobierno
de la península en esta época era el buscar el asesoramiento de hombres de ciencia.

Juan López de Palacios Rubio

Catedrático de la Universidad de Salamanca y Valladolid ocupó importantes cargos en el orden


judicial y administrativo. Fue oidor de la Cancillería de Valladolid, juez mayor de Vizcaya e
integró el Consejo de Castilla. Tomó parte activa en la redacción de las leyes del Toro. De sus
trabajos el que más nos interesa es el titulado “De las Islas del Mar, Océano”. Frente a la imagen
de F. de Vitoria, el gran precusor de las ideas de su tiempo, Palacios Rubio, que es un laico, es
paradójicamente un hombre de mentalidad conservadora.

Sostiene la amplitud de las facultades pontificias, que Vitoria había negado atribuyendo al Papa
jurisdicción respecto a las tierras descubiertas, los indios y sus príncipes naturales. Divide su
exposición en 3 temas.

1) Acerca de la naturaleza y alcance de la potestad civil, donde su posición es un poco


contradictoria; por un lado atribuye al Papa facultades amplísimas de jurisdicción y por otra es un
acérrimo defensor de los privilegios regalistas de los Reyes. Sostiene sobre todo, el derecho de
nominación que tenía la Corona para proponer los candidatos a ocupar los cargos eclesiásticos
vacantes.

2) En cuanto a la relación entre la potestad espiritual y la temporal, sostiene las facultades de


los pontífices para deponer de sus funciones a los Reyes herejes o infieles.

3) En la relación entre la Cristiandad y los fieles, reconoce también con amplitud, las facultades
pontificias para delegar la predicación de la doctrina cristiana. Sostiene que el Papa goza de
autoridad suprema como potestad en lo espiritual y en lo temporal.

Reconoce el derecho de propiedad que los indios poseen sobre sus bienes privados, los que les
pertenecen por derecho de naturaleza, los que pueden conservar y aún acrecentar después de su
conversión y bautismo. Sin embargo, sostiene que estos derechos naturales los pierden cuando son
sometidos a raíz de una justa guerra.

El principio de la libertad del indio se mantuvo, a pesar de la opinión de Palacios Rubio, como un
principio permanente e indeleble de las leyes de Indias, el que sólo registra pocas excepciones. Los
reyes dieron una solución tradicional y más justa a pesar de la influencia de este consejero. Por su
parte, Palacios Rubio distingue dos situaciones:

1) Si los indios se resisten antes de conocer la doctrina o la donación pontificia de la tierra a los
reyes, no pierden sus derechos. 2) Pero si desconocen los derechos de la Corona o los principios de
la Fe luego de que les han sido enseñados, pierden sus derechos y pueden ser sometidos a
servidumbre.

Niega el jurista, el señorío natural que tenían los príncipes indios o caciques sobre sus súbditos,
alegando que los infieles no podían tener jurisdicción en contra de toda la tradición escolástica, y
diciendo además que si alguna vez lo habían ejercido, era por tolerancia y no por derecho natural.

Gregorio López
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Fue el más importante comentador de la edición de las 7 Partidas; su obra se publicó en 1555. Este
texto fue lectura obligatoria de los juristas americanos, ya que sus glosas eran consideradas como
una verdadera doctrina.

Se lo puede considerar un autor de transición que, movido por un gran espíritu realista -semejante
al que tendrá en el siglo XVII Solorzano Pereira-, se situará con una posición intermedia entre
Palacios Rubio y los teólogos de Salamanca.Sostiene la licitud de la guerra contra los indios,
cuando se dan alguna de estas tres causas:

a) Injuria causada por los indios a los predicadores o comerciantes.


b) Cuando los caciques impedían a los súbditos la conversión al cristianismo en contra de la
libertad de conciencia de aceptar o no la nueva doctrina.
c) Cuando se realizaban sacrificios humanos que violaban los principios del Derecho Natural.
Sostiene que la jurisdicción de los reyes españoles se basa en la donación pontificia que considera
lícita. Piensa que es injusta la guerra que se haga para extender el Cristianismo, ya que Jesucristo
envió a sus discípulos como predicadores y no como guerreros para que con la palabra y el
ejercicio dieran a conocer su doctrina y que por lo tanto, no es lícito obligar a los infieles a que
reciban la Fe por la fuerza.
Afirma que hay tres principios que legitiman la guerra y aquellos son:
a) Que sea declarada por autoridad competente.
b) Que tenga una causa justa.
c) Que se realice de recto modo.

A pesar de su formación jurídica romanista, nunca justifica la esclavitud del vencido en la guerra
y, gracias a la influencia de F. de Vitoria, tiene una visión muy equilibrada del problema. Así dice:
“El Pontífice tiene potestad para corregir y castigar a los paganos que cometen pecado contra la
naturaleza, incluso para llevarles la guerra si fuera preciso a tales fines”. Pero antes de llegar a
tales extremos, hay que anunciar a los infieles las verdades cristianas e instarles a que abandonen
la idolatría. La penetración española en América debe tener carácter pacífico mediante la
predicción del Evangelio, manteniendo buenas relaciones el español con el indio para que el
primero despierte confianza en el segundo.

LAS LEYES DE TORO. LA NUEVA RECOPILACIÓN DE 1567. LA NOVÍSIMA


RECOPILACIÓN DE 1805.

“Leyes de Toro. Profesor en el foro”


Importante ordenamiento jurídico del derecho privado castellano publicado en 1505. En 1503 la
reina de castilla, vuelve a ordenar una nueva recopilación “libros de bulas y pragmáticas”, que en
1503 realiza Juan Ramírez reproduciendo diversas >Bulas sobre la jurisdicción de los reyes del
siglo XIV y XV y de los reyes católicos. No tienen aceptación por parte de las órdenes de castilla y
queda como ordenamiento privado. En 1505 con motivo de nombrar a Doña Juana, la hija de
Isabel y Fernando de Aragón, como sucesora de gobierno de castilla, Se reúne la corte y se
resuelve formar una comisión de Juristas para que realicen una nueva recopilación. Esta comisión
surge en 1505, en la cual se destaca Juan López de Palacios Rubios, principal promotor de las
Leyes de Toro. Esta obra está compuesta por 83 leyes. A pesar de incorporarse a las
recopilaciones, siempre se citó como leyes de Toro y merecieron especial atención como que en
nuestra universidad para obtener el grado de licenciado, debía cursar una cátedra de leyes de toro.
Estas van a modificar aspectos sumamente fundamentales a las 7 partidas esencialmente a lo que
es sucesiones. Se establece que el mayorazgo por línea masculina, se ocupa del matrimonio y
capacidad jurídica de la mujer casada, de la prescripción de las obligaciones, la posesión y la
propiedad, las últimas leyes se refieren al derecho penal, especialmente de adulterio y falso
testimonio.

LAS LEYES DE TORO: (Elizabet)


Una vez realizada la unión política por los reyes Católicos, cuando Granada fue conquistada en
enero de 1492 se logra con ello también la unidad racial y política con un claro predominio de la
religión católica. Todo esto significo que se hacia necesario el dictado de nuevas normas jurídicas.
Hubo numerosos intentos, hasta que en el año 1505 se promulgaron ante las cortes de Toro lo que
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se dio a llamar las LEYES DE TORO, obra que fue realizada por el jurista Juan López de Palacios
Rubios. Son en total 83 leyes, escritas brevemente y sin ninguna correlación. Tienen extraordinaria
importancia en especial en América ya que las mismas rigieron en nuestro país hasta el año 1871,
fecha en que se promulgo el Código Civil. Las leyes en detalle son:
- la primera se refiere al orden de prelación en que se deben aplicar en caso de conflictos,
primero se aplican las Leyes de Toro, sino se encuentra allí, en segundo lugar los
ordenamientos y pragmáticas y en tercer lugar Las Partidas y luego el Fuero Juzgo y los
fueros comunes.
- La segunda manda a los jueces a estudiar todo el derecho patrio, referido esto al derecho
de la península, y una vez estudiado aplicarlo concienzudamente.
- Desde la ley tercera hasta la 46 se sistematizaba todo el derecho sucesorio que se iba a
aplicar en América. También se legisla allí sobre delitos graves, distingue los hijos en
legítimos e ilegítimos.
- De la 47 a la 62 se ocupaban del matrimonio, haciendo hincapié en los matrimonios
clandestinos.
- De la 63 a la 67 normas expresas al derecho procesal.
- De la 68 a la 75 relacionadas entre las diferentes clases de contratos.
- Desde la 76 a la última (83) es todo un tratado de derecho penal.

28. A partir de entonces no fueron las cortes quienes intervinieron en la sanción de nuevos
ordenamientos legales, sino que éstos fueron directamente sancionados por los reyes. Sin
embargo, las cortes continuaron bregando por la recopilación única.

Luego de intensos trabajos, en 1567, FELIPE II promulgó la llamada Nueva Recopilación, obra
voluminosa que contenía más de tres mil leyes, ordenadas en 212 títulos y 9 libros, en los que
se pretendía compilar buena parte de las disposiciones vigentes. Sin embargo, no fue
satisfecha la repetida aspiración de que la sanción del nuevo cuerpo de leyes significara la
derogación de los anteriores ordenamientos para clarificar así el orden jurídico. Por el
contrario, en el libro II, título I, ley II, se dispuso mantener, en subsidio de la Recopilación, el
antiguo orden de prelación legal, con lo que la complejidad legislativa se agravó aun más. El
nuevo ordenamiento se aplicó hasta la promulgación del año 1805 que se realiza la novísima
recopilación.

El nuevo ordenamiento se aplicó hasta la promulgación, en 1805, de la llamada novísima


Recopilación, que bajo métodos análogos a la anterior, incorporó las nuevas disposiciones e
introdujo algunas modificaciones, sin derogar el sistema de prelación vigente.

Punto5) El Derecho Canónico. Sus principales características e importancia. El Real Patronato.


Concepto. Origen. Atribuciones.

EL DERECHO CANÓNICO. SUS PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS E


IMPORTANCIA.

El Derecho Canónico es el derecho propio de la Iglesia Católica; la que lo fue organizando desde
los primeros siglos. Deriva de Canon, que significa regla, es decir, es el conjunto de las reglas
(normas jurídicas) que rigen las relaciones del gobierno de la Iglesia, como sociedad jurídica
perfecta, con sus fieles y la actividad religiosa de estos últimos, a través del culto y los
sacramentos (Zorraquín Becú). La razón fundamental de su estudio, obedece al hecho de la
creciente influencia de la Iglesia, ya que penetró al Derecho laico y determinó bajo su inspiración,
la forma de concebir y estructurar ciertas instituciones como el matrimonio, la familia, el
parentesco, etc.

El Derecho Canónico de la primera época, ha sufrido una serie de crisis a raíz de la destrucción del
imperio visigodo. Sus principales fuentes son: las epístolas de los pontífices y los cánones
ecuménicos o nacionales. En el siglo XI comienzan a estudiarse también las doctrinas de lo que se
llama “La doctrina de los Padres de la Iglesia”. Hasta mediados del siglo XI circulan, como
conocimiento del derecho canónico o como fuente de difusión para el estudio, los “libros
Penitenciales” que eran breves manuales casuísticos, para resolver los casos de conciencia. En el
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siglo XI se restaura en estos reinos de la Reconquista, la colección Canónica “La Hispana”
redactada por San Isidoro de Sevilla. Esta era la síntesis del viejo Derecho Canónico Visigodo,
antes de la unidad impresa a la disciplina eclesiástica, por el Papa Gregorio VII. Gregorio VII dio
una nueva colección de Cánones en el año 1086, llamada “Lex Romana Collectio Canonum”, o
sea: colección de cánones o colección de leyes romanas. Esta recopilación ordenada por el Papa,
fue realizada por Anselmo de Luca. También circula la colección del Cardenal "Deus Dedit" de
1087, que ya es de orden universal y general, y corresponde a la reforma gregoriana por la cual se
afirman las facultades, privilegios y prerrogativas de la sede romana, por sobre los ordenamientos
de las iglesias nacionales. En síntesis, el Derecho Canónico se forma en base a la Revelación
Divina, manifestada a través de la Biblia (Antiguo y Nuevo Testamento) y completada
posteriormente por las normas que impone la tradición o por los escritos de los Santos Padres (La
Patrística), por los Decretales de los Papas y por los cánones de los Concilios.

La importancia del derecho de Graciano es la culminación del derecho canónico, gran influencia
en los juristas americanos con el libro las 7 partidas, el decreto era: La concordancia de las
discordancias de los cánones) es recopilación de las fuentes, ordena todo el material de la iglesia
se divide en 3 secciones, 1ra.) Distinciones, “subdivididas a su vez en “capítulos” 2da.) Se divide
en 36 causas subdivididas en “cuestiones”, 3era.) 5 distinciones con sus respectivos capítulos.
La primera parte trata, en general de un derecho público eclesiástico y la segunda sobre el derecho
interno de la iglesia; por ejemplo fija el procedimiento de los juicios que competen a la autoridad
eclesiástica (juicio de disolución de matrimonios, de declaración de nulidad, juicios de dispensa,
de impedimentos, etc.). Este decreto tiene varias fuentes, se nota la primacía de la jurisdicción
Romana, sobre otras naciones (España la iglesia pierde poder). Los decretos papales son
obedecidos Ej. GregorioVII el de cómo elegir obispo y quienes ocupaban los diversos grados de
jerarquía en la iglesia. La autoridad del papa en la elección de los obispos (antes era el pueblo). Se
mantenía el celibato de los sacerdotes (no al casamiento). La Iglesia tuvo muchísima importancia
en la colonización de América, en todo los sentidos social, económico y político. La iglesia era
dueña de las mejores propiedades en América.

EL REAL PATRONATO, CONCEPTO, ORIGEN, ATRIBUCIONES: (arreglado)


Se denomina Real Patronato Indiano al conjunto de facultades ejercidas por el rey en cuestiones
relativas al régimen y disciplina de la Iglesia en Indias. La idea de los fines religiosos del Estado
estuvo presente en el pensamiento de la Corona durante toda la época colonial, especialmente en el
siglo XVI. La intervención de la corona en asuntos eclesiásticos obedeció al deseo de preservar a
la iglesia española de los perjuicios morales derivados del relajamiento de las costumbres
advertidos en otros países y en mismo papado antes del Concilio de Trento (1545-1563). Así se
explica que los reyes dedicasen preferentemente atención a la empresa misional de conquistar
almas y de cristianizar a los indígenas americanos. El papado sin posibilidad material ni moral
para llevar a cabo esa empresa, resolvió delegar en los monarcas castellanos un cúmulo de
facultades espirituales que les permitieran la obtención de aquella noble finalidad. La iglesia se
reservaba lo atinente al dogma, a los sacramentos y al culto. El papado delego estas atribuciones a
través de varios documentos principales:

Esto es optativo:
1)-La Bula Inter. Caetera (1493) donde le pide a la corona que mande personas capacitadas
para impartir la fe en América.
2)-La Bula Eximiae devotionis, (1501) le concedió a la corona el diezmo que la iglesia debía
recibir en América con tal que afiance la fe en los indios.
3)- La Bula Universalis Ecclesiae: (1508) la iglesia otorga a los reyes la facultadle de
presentar personas aptas para la provisión de todos los beneficios eclesiásticos, y también de
que las construcciones de iglesias en Indias se hicieran con consentimiento real, y
(administrar).
4)- La Bula de erección de diócesis indianas mitad del siglo XVI, le daban al monarca la
facultad para fijar y modificar los límites territoriales de las mismas.
En realidad, fue la bula de 1508 la que concedió propiamente el llamado Patronato. En el derecho
canónico se considera Patronato al conjunto de privilegios, con ciertas cargas concedidos a los
fundadores de iglesias, capillas y a sus herederos. Sin embargo por extensión, bajo ese concepto se
otorgaron concesiones a varios príncipes cristianos en lo relativo a la presentación de las personas
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para proveer cargos eclesiásticos. De ahí que el vocablo sirva también para comprender el
conjunto de facultades de los monarcas en esta materia, aunque no correspondan estrictamente a su
primitivo sentido.
En base a estos títulos pontificios, la Interpretación y la práctica fueron ampliando la potestad de
los monarcas en esta materia.
En la centuria siguiente el rey se convirtió en un verdadero legado o vicario Pontificio.

En el siglo XVIII como resultado de las nuevas teorías absolutistas y regalistas esa potestad se
constituyo en un atributo propio e inseparable del poder real, llegándose por vía interpretativa, a
cambiar la base jurídica del Patronato a sostener que ese derecho pertenecía al rey en cuanto a tal.
El patronato indiano fue un régimen típico del Nuevo Mundo, y distinto al existente en otros
países católicos y aun al de la propia península. El ejercicio del patronato indiano estaba reservado
exclusivamente a la Corona y solo fue delegado en casos especiales a las altas autoridades indianas
para que lo ejercieran en su nombre. De acuerdo a lo expuesto, correspondía al rey:

Atribuciones:
1) La institución, fundación, dotación y construcción de iglesias, conventos, monasterios y
hospitales.
2) La elección y presentación de personas idóneas para la provisión de arzobispos, obispados
y demás oficios y beneficios eclesiásticos.
3) La división y demarcación de las diócesis y distritos eclesiásticos.
4) El pase o la retención de los breves, bulas y demás documentos pontificios, sin cuyo
requisito las autoridades civiles y eclesiásticas no podían darles cumplimiento.
5) La percepción, administración y disposición de los diezmos y otros impuestos
eclesiásticos.
6) La autorización para la celebración de concilios provinciales y sínodos diocesanos, y la
aprobación de las resoluciones que en ellos se adoptasen.
7) La licencia previa para que los religiosos y clérigos viajasen a Indias y regresaran a
España.
8) La aprobación de ordenanzas, constituciones y otros estatutos redactados por prelados,
cabildos eclesiásticos y conventos.
Esto es optativo: acá termina.
Los virreyes, presidentes y gobernadores, considerados vicepatronos, debían hacer guardar y
cumplir los derechos y preeminencias del Patronato y las disposiciones que se dictasen al respecto,
así como informar sobre las necesidades en esta materia y el estado de las órdenes religiosas.
296- Los gastos que originaba la atención del servicio religioso eran atendidos con el importe
proveniente de los diezmos. La corona se reservaba para si una pequeña parte de esos ingresos,
pero si la suma recaudada no alcanzaba a subvenir las necesidades indispensables, la real hacienda
cubría ese déficit.
En caso de que los cargos u oficios eclesiásticos asignados con determinada suma se encontrasen
vacantes, las rentas pertenecían a la corona según se estableció en el siglo XVIII, pero fue común
en todas las épocas que las mismas se destinasen a obras piadosas o para necesidades de orden
eclesiástico.

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UNIDAD II - A) EPOCA HISPANICA (Continuación)

1) La Conquista de América. Títulos. Fines. Caracteres de la Colonización Española en América.


Condición Jurídica de las Indias: Posiciones y fundamentos de las mismas.

2) Las clases sociales en Indias. Los españoles y los Criollos. Los Indios: su condición jurídica.
Las encomiendas. El mestizaje. La esclavitud. Situación de los extranjeros.

3) La Iglesia. Organización eclesiástica. La predicación religiosa. La influencia social del clero.


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1) LA CONQUISTA DE AMÉRICA. TÍTULOS. FINES. CARACTERES DE LA


COLONIZACIÓN ESPAÑOLA EN AMÉRICA. CONDICIÓN JURÍDICA-POLITICA DE LAS
INDIAS: POSICIONES Y FUNDAMENTOS DE LAS MISMAS.

La conquista de América: títulos (2)

34- Toda nación que aspira a ejercer su dominio sobre determinado territorio debe,
naturalmente, tener y exhibir sus títulos legítimos, sus "justos títulos", como se le solía
denominar en la época.

La partición territorial del mundo constituía por entonces uno de los más arduos problemas de
las relaciones entre Castilla y Portugal.

El 4 de octubre de 1479, por el tratado de Alcacovas, aprobado por el Papa, se había


reconocido a Castilla el derecho a las islas Canarias y a las tierras africanas adyacentes.

El descubrimiento de América para la civilización europea (1492) reavivó el problema


territorial, por lo que la Corona castellana se apresuró a solicitar al Papa alejandro VI una
interpretación clara y definitiva del asunto planteado, no conformó a los Reyes Católicos la primera
bula ínter caetera (3 de mayo de 1493), porque, si bien concedía y asignaba perpetuamente a
los reyes de Castilla y León y sus sucesores las tierras descubiertas y a descubrir, siempre
que no pertenecieran a otro príncipe cristiano, faltaba la determinación precisa de la jurisdicción
otorgada. De ahí que en la segunda ínter caetera (fechada el 4 de mayo de 1493) se
determinase que las tierras debían estar al oeste de una línea imaginaria que corría de polo a
polo, y ubicada a cien leguas de cualquiera de las islas Azores y de Cabo Verde. Todo ello, sin
alterar las concesiones y los privilegios otorgados a otros príncipes cristianos.

La donación pontificia recomendaba especialmente la propagación del cristianismo,


expresando: "...procuréis enviar a las dichas tierras firmes e islas hombres buenos,
temerosos de Dios, doctos, sabios y expertos, para que instruyan a los susodichos naturales y
moradores en la fe católica, y les enseñen buenas costumbres, poniendo en ello toda la
diligencia que convenga". Otras bulas posteriores completaron la distribución pontificia del
mundo, pero como aún subsistió la imprecisión territorial, fue necesario el acuerdo directo de
las partes.

Así, se celebró, el 7 de junio de 1494, entre Castilla y Portugal, el tratado de Tordesiílas.


En lo que respecta al territorio americano, se estipuló que el límite entre ambas jurisdicciones
lo constituiría una línea de polo a polo que debía pasar a trescientas setenta leguas de las islas de
Cabo Verde hacia el poniente. El tratado fue aprobado por el Pontífice, pero persistieron las
dificultades técnicas para fijar el límite establecido.

35- Más que las consecuencias derivadas de esta imprecisión geográfica, nos interesa
puntualizar ahora el carácter y el alcance de la donación pontificia. ¿Podía el Papa donar
territorios? ¿Tenía poderes para disponer, en favor de príncipes cristianos, de territorios

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ocupados por aborígenes? ¿Era una donación territorial perpetua e incondicional o sólo una
concesión para la predicación evangélica? La cuestión fue prolijamente analizada por los
teólogos y juristas españoles del siglo XVI —algunos extranjeros se sumaron también a esta
indagación—, dando lugar a una polémica de alto vuelo intelectual, que constituyó un inusual
examen de conciencia de la propia nación conquistadora.

36- La primera exteriorización de este problema teológico-jurídico dentro del imperio


apareció en 1511 en la voz del religioso dominico fray Antonio de montesinos. Recogiendo la
tradición tomista y representando el pensamiento de los demás religiosos de la orden residente en la
isla La Española, montesinos pronunció entonces, en presencia de encomenderos y
conquistadores españoles, el célebre sermón cuya versión ha llegado hasta nosotros a través
del testimonio de fray Bartolomé de las casas. Montesinos preguntaba a sus oyentes: "Decid, ¿con qué
derecho y con qué justicia tenéis en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios? ¿Con qué
autoridad habéis hecho tan detestables guerras a estas gentes que estaban en sus tierras,
mansas y pacíficas, donde tan infinitas de ellas con muertes y estragos nunca oídos, habéis
consumido? ¿Cómo los tenéis tan opresos y fatigados, sin darles de comer ni amarlos en sus
enfermedades, en los excesivos trabajos que les dais incurren y se os mueren y por mejor
decir, los matáis por sacarles oro cada día? ¿Y qué cuidado tenéis de quien los doctrine y
conozcan su Dios y Creador, sean bautizados, oigan misa, guarden las fiestas y los domingos?
¿Estos, no son hombres? ¿No tienen ánimas racionales? ¿No sois obligados a amarlos como a
vosotros mismos? ¿Esto no entendéis, esto no sentís?".

El sermón de montesinos produjo un gran revuelo en el imperio, constituyendo el punto de partida


de un exhaustivo estudio de los títulos españoles en la conquista de Indias. Las palabras de
montesinos no sólo iban dirigidas contra el abuso que cometían muchos encomenderos con los
indígenas, sino que también fueron interpretadas como un ataque contra esos títulos. Por
ahora nos ocuparemos de la repercusión provocada en este último aspecto, reservando para su
oportunidad el problema humano originado en el choque de razas (§§ 240-245).

37-Para explicar el alcance del poder papal debemos remontarnos a los siglos XVI y XV,
distinguiendo entonces dos corrientes ideológicas: la cesarista, que postulaba la preeminencia
del poder civil sobre el religioso, y la teocrática, que consideraba al Papa como señor
universal del mundo, como autoridad suprema tanto en el orden temporal como en el espiritual.
La tradición medieval ofrecía en este aspecto varios precedentes de donaciones territoriales
efectuadas por el Pontífice en favor de príncipes cristianos, aunque ninguna de ellas alcanzó
la importancia insospechada que se derivó de las bulas de 1493.

En la España del siglo XVI, la primera de esas tendencias no tuvo eco. En cambio, sí lo tuvo la
segunda, donde se inspiraron los teólogos y juristas que, atribuyendo al Papa la autoridad
necesaria para intervenir en los asuntos temporales, estimaban que la donación pontificia
constituía el mejor título que poseía España para acreditar su dominio sobre el Huevo Mundo.

38- Sin embargo, fue una tendencia media entre aquéllas, inspirada en las doctrinas teológicas
de santo tomas de Aquino, la que mejor sistematizó la cuestión, especialmente a través de las obras de fray
francisco de Vitoria y fray domingo de soto. Según ellos, el Papa sólo tenía la potestad espiritual y
no podía intervenir en lo temporal, salvo que ello fuera necesario para la obtención de fines
espirituales. Tal afirmación se basaba en una escrupulosa distinción entre dos órdenes: el
natural y el sobrenatural. Del primero derivaba la autoridad civil y del segundo, el poder del
Papa. Agregaba Vitoria que la jurisdicción del Pontífice se extendía sólo a los fieles, sin
comprender, por tanto, a los aborígenes americanos. De acuerdo con esa posición, el alcance de
la bula papal quedaba reducido a la concesión de un derecho para difundir el Evangelio y
proteger su predicación, negándosele valor jurídico como donación temporal.

Esta posición, en cuanto al alcance del documento cuestionado, obligó a Vitoria a un prolijo
replanteo del problema de los títulos y dio lugar a una de las más perdurables construcciones
teológico-jurídicas, en la que recogió la tradición tomista y el aporte de algunos teólogos y
juristas de la época. La tesis de Vitoria —que no viajó nunca a América— tuvo significativa
influencia.
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39- Según Vitoria, los verdaderos títulos españoles se asentaban en la sociabilidad universal de
todos los hombres y naciones. Así, decía que los españoles tenían derecho a viajar y vivir en
Indias sin dañar a los naturales, pudiendo comerciar libremente con ellos. Si los indios
impidieran a los españoles el ejercicio de estos derechos, era admisible, luego del fracaso de
las razones y consejos, llegar hasta la guerra.

Reconocía también a los españoles el derecho de predicar el Evangelio, siendo los naturales
libres de aceptar o no sus enseñanzas; pero si éstos impedían la prédica, castigaban o
amenazaban a los ya convertidos, podían los españoles, procediendo con moderación, llegar
hasta declararles la guerra. El mismo procedimiento se autorizaba cuando los príncipes
indígenas intentaran, por la fuerza y el miedo, hacer volver a los indios creyentes a las
prácticas idólatras.

Por último, aceptaba —aunque no lo considerarse como título de manera absoluta— que los
indígenas no eran tal vez aptos mentalmente para formar y administrar una república, por lo
que los reyes españoles podían tomar a su cargo esa administración para bien y utilidad de los
mismos naturales.

40- Mientras Vitoria se empeñaba en sostener que los indígenas eran seres racionales y
debían conservar sus bienes, dignidades y jurisdicciones en sus reinos, no faltaban las tesis
que pretendían justificar el dominio español teniendo precisamente en cuenta la condición humana de
esos seres. Juan Gines de Sepúlveda, inspirándose en Aristóteles, sostenía que los hombres rudos y
bárbaros —así catalogaba a los indígenas americanos— nacieron para servir a los mejor dota-
dos, y en caso de resistencia, cabía obligarlos por las armas. Agregaba que los pecados,
torpezas e impiedades de los infieles justificaban la guerra, y que la conquista previa era el
único medio de propagar la fe entre los indios.

Varios autores de la época hacían también particular referencia a otro título: el derivado del
descubrimiento de los nuevos territorios, a los que cabía agregar el de la ocupación efectiva
o virtual de los mismos. Más que un título frente a los indígenas ocupantes del territorio, era
un derecho preferencial oponible a los demás estados europeos.

A su vez, Fray Bartolomé de las casas —incansable protector de los indios—, sin dejar de insistir en el
alcance espiritual del documento pontificio, reconocía a éste mayor valor jurídico temporal,
siendo para él el título base de la penetración española en América.

41- Como sostiene Silvio Zavala, "la posición de la Corona ante el problema jurídico de las Indias no
podía ser igual a la de los publicistas, porque sus intereses políticos le restaban libertad". Por eso,
pese a seguir con interés el desarrollo de la controversia y aplicar muchos de los principios
propuestos, admitió todos los títulos alegados, empezando por la donación pontificia, a la que
mantuvo en primer lugar.

La influencia de las doctrinas expuestas llevó también a la Corona a buscar soluciones


prácticas, que ratificaran mediante otros títulos su dominio sobre el Nuevo Mundo. Así,
procuró obtener el sometimiento de los indios mediante el famoso Requerimiento, que fue
redactado en 1513 por el doctor Juan López de palacios rubios para ser leído a los indígenas a
medida que los conquistadores se enfrentaran con ellos. En dicho documento se requería a los
naturales el sometimiento a la Iglesia y a la Corona, y su consentimiento para predicar la religión
cristiana, imponiéndoseles severos castigos en caso de negativa. El Requerimiento, obra
plausible de la primera época, fracasó no sólo por la valla idiomática, sino también porque su
formulación jurídica resultaba incomprensible para las mentes aborígenes y a veces también
para los propios conquistadores.

También recurrió la Corona, en otras ocasiones, y como un medio para reforzar sus tradicionales
títulos, a la compra de derechos sobre territorios en poder de los aborígenes, y aceptó,
asimismo, los pactos voluntarios de sujeción celebrados por los conquistadores con los
caciques indios.

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Los fines de la empresa (3)

42- Para analizar los objetivos perseguidos por España en la conquista de América, es necesario
recordar que a fines del siglo XV y durante el siglo XVI el ambiente que rodeaba esa empresa
estaba insuflado de ideas religiosas y de sentimientos caballerescos, que relegaban un poco,
aunque no despreciaban, los objetivos estrictamente económicos. Se conjugaron así en la
empresa impulsos materiales y espirituales que operaron unidos o separados, según el tenor de
las circunstancias e intereses.

Sin que implique un orden de preferencia, pueden señalarse los siguientes móviles:

a) La propagación del cristianismo constituía una obligación para la Corona impuesta por el
Papa en la recordada bula de donación (§ 34). Sobre el cumplimiento de esta misión abundan
los testimonios no sólo en la legislación general, sino también en la actividad de los órganos
de gobierno. La preocupación misional de la Corona aparece frecuentemente, en especial,
durante el siglo inicial de la dominación española.
Pero no se trataba tan sólo de cumplir formalmente con una obligación contraída. Como dice
Lewis Hanke, "la religiosidad era una parte integral y vital de la vida española". La invasión y la
ocupación de la península por los árabes habían significado una incitación de tal magnitud, que,
apenas expulsados los invasores, la creencia desbordó en fanatismo religioso y en deseos de
propagar la religión, sin cuya existencia era inconcebible la vida humana. Aunque reducido a
sus justos límites, debe señalarse que este móvil alcanzó importancia en el proceso que
estudiamos, sobre todo si lo comparamos con otras colonizaciones donde prácticamente no
existió.
b) El deseo de aventura constituía una singular característica del español, formado a lo largo
de varios siglos de lucha contra el invasor. La guerra, la búsqueda de lo desconocido, la
defensa del honor conformaban la personalidad de los hijos de Castilla, que prefirieron dejar
la tranquila labor del artesanado a los moros y judíos que aún permanecían en las ciudades
peninsulares.
El individualismo castellano vivió por entonces uno de los momentos más fascinantes al
encontrarse con un mundo desconocido que le ofrecía, por sobre todo, la fantasía y la leyenda,
que si a veces se diluía en un espejismo desesperante, encontraba siempre nuevos motivos
para renovar un optimismo que nunca se perdía. Impulsados por este móvil, fueron
seguramente muchos españoles los que emprendieron, con suerte diversa, la "gran aventura".
c) El ansia de riqueza o, más propiamente dicho, el objetivo económico, fue también otro de
los factores que, por sí solo o unido a otros móviles, enroló a muchos peninsulares en una
empresa en la que esperaban compensar con creces los peligros que afrontaban.
d) El mejoramiento o la obtención de un rango social fue el motivo que determinó el viaje a
Indias de quienes o se encontraban disminuidos social y económicamente en razón del
mayorazgo o pertenecían a clases inferiores. Los títulos, preeminencias y cargos más
adelantados en la administración atrajeron a muchos, que entrevieron así la posibilidad de
obtener lo que en la península le negaban los rígidos estamentos clasistas.
e) El interés científico fue también factor estimulante en este proceso. El descubrimiento de
un continente no sólo exigía el desarrollo de los medios para comunicarse con mayor
facilidad y seguridad (la náutica), sino que alentó el desarrollo de los estudios tendientes al
conocimiento de las nuevas tierras (geografía, ciencias naturales, etc.).
f) Los fines políticos y fiscales perseguidos por la Corona estuvieron también presentes en
este proceso. Desde el punto de vista político, la formación de un gran imperio constituyó la
ambiciosa meta de los monarcas españoles, alcanzada en el siglo XVI (§ 19).

En cuanto al objetivo fiscal, cabe señalar, como veremos oportunamente (§146), que también se
veía en Indias una suculenta fuente de ingresos fiscales, mediante las regalías y los
gravámenes establecidos, con los que debía hacerse frente, una vez liquidados los gastos de la
administración indiana, a los cuantiosos gastos que había demandado la guerra contra los
árabes, aún impagos, y las nuevas y frecuentes exigencias derivadas de los hechos bélicos
que se producían en Europa.

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No es aceptable la posición de quienes se empeñan en demostrar la preeminencia de alguno o
algunos de estos fines, con exclusión de los demás. Más bien nos inclinamos a creer que
fueron todos, con preeminencia particular o temporal de alguno o varios de ellos, los que
explican de una manera más certera el hecho de la conquista. Así afirma lewis Hamke: "Entre los
dos polos —la sed de oro y la conquista de almas, no para España, sino para gloria de Dios—
aparece una variedad de motivos encontrados. Algunos conquistadores fueron a veces tan
misioneros como los fieles más devotos. Unos cuantos eclesiásticos fueron tan mundanos como
Pizarro en su búsqueda de riqueza y de una vida fácil en América. Muchos españoles, sin embargo,
representaron ambos motivos".

El carácter de la colonización española ( 4)

43- Cada empresa colonizadora tiene sus características peculiares. Para ello no sólo hay que
tener presente el medio en que se desarrolla, sino también el temperamento del pueblo que la
realiza. Habiéndonos ocupado de este último aspecto (§§ 29-33), y señalados también los
fines de la conquista (§ 42), es conveniente puntualizar algunos rasgos acerca de la forma y el
contenido de esa colonización.

Se trata de un proceso singular no sólo por la manera en que se llevó a cabo, sino también por la
extensión del territorio sometido a su influencia y por su larga duración. De ahí la dificultad
de generalizar conceptos sobre una empresa que se desarrolló bajo los más diversos climas,
bajo agudos cambios ideológicos, políticos y económicos, y bajo, también, diferentes
resultados de explotación económica. Ello reviste la colonización de una falta absoluta de
homogeneidad, al punto de que varían de región a región la sociedad indiana, su cultura, su
grado de riqueza, el trato proporcionado al indígena, etc., lo que obliga a particularizar el
estudio de cada institución a un tiempo y lugar determinado. Pero no impide que,
a los fines didácticos, se puedan esbozar con la natural provisionalidad algunos rasgos útiles
para enmarcar este proceso colonizador.

Cabe destacar — según apunta Sánchez bella — que las ordenanzas de nuevos descubrimientos,
poblaciones y pacificaciones de 1573, ampliamente conocidas y –aplicadas en todos los
territorios indianos, constituyeron un instrumento adecuado para dar a la empresa el carácter de
penetración pacífica, que sé mantuvo durante el siglo XVII, salvo en Chile.

44- Resulta peculiar analizar la forma geográfica o territorial en que se llevó a cabo la conquista de
América. Las islas Canarias fueron, desde los comienzos, el punto de escala obligado en el
camino a las Indias, a la que también proveyeron con su gente y comercio. La región antillana
constituyó el foco inicial de la empresa. Desde allí el movimiento se proyectó hacia el noroeste,
con la conquista del imperio azteca (México o Nueva España), y hacia el sur, siguiendo la ruta
que abría el descubrimiento del llamado Mar del Sud (Océano Pacífico), explorando el litoral
marítimo hasta el Perú y luego hasta Chile. Estos esfuerzos no se limitaron a la región costera,
sino que las expediciones de reconocimiento se internaron en el continente y llegaron a
encontrarse al norte del río Orinoco núcleos humanos provenientes del Perú y del norte del
continente. El río Amazonas, en cambio, fue explorado por primera vez hasta su
desembocadura en el Océano Atlántico por conquistadores provenientes del Perú.

Mientras en un esfuerzo excepcional se cruzaba el continente, el reconocimiento del litoral


atlántico se realizaba sin tanta prisa —pese a su menor distancia del originario punto de
partida—, por lo que buena parte de la exploración del actual territorio argentino se realizó por
grupos de conquistadores procedentes del norte (Perú) y del oeste (Chile), los que debieron
salvar enormes escollos naturales para cumplir su objetivo. En cambio, el más accesible ingreso
en la región rioplatense sólo se utilizó tiempo después, y, superados variados tropiezos, la
corriente proveniente del Atlántico estableció definitivamente la primera ciudad en el centro del
continente, en Asunción del Paraguay, lejos del mar.

Los agotadores esfuerzos de los grupos de conquistadores no fueron realizados de manera


sistemática. Se avanzó en forma continua, sin colonizar primero convenientemente el litoral

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costero y la región antillana, a tal punto que mientras se establecían cabildos en Chile, aún
quedaban sin explorar pequeñas islas en las Antillas.

Antes de finalizar el siglo XVI ya se había concluido la conquista del territorio, y los límites del
vasto imperio estaban ya demarcados con la flexibilidad que siempre tienen esos límites y con
el conocimiento superficial que se podía alcanzar de tan extenso territorio. La etapa de las
profundas entradas en el territorio virgen había concluido, buscándose en adelante el
reconocimiento más detallado de esos dominios y el asentamiento de la conquista.

45- El conquistador se encontró con una naturaleza hostil y desconocida, y si al fin logró
dominarla y colocarla a su servicio, ello fue después de ingentes esfuerzos. Pero también se
encontró con la hostilidad del medio humano. Fue natural para el peninsular enfrentarse con
núcleos indígenas de diferente comportamiento ante el conquistador. Este comportamiento no
era sólo producto de la característica de los distintos pueblos nativos, sino también de la
experiencia recibida por algunos de ellos en anteriores contactos con los españoles.

El encuentro con el indígena ofrecía al español la posibilidad de adoptar diversas posturas:


podía utilizarlo como medio de propagación de la fe católica, como simple instrumento de
explotación económica, teniéndolo en servidumbre, y cabían también otras posturas, como la
exterminación del indígena belicoso o la total indiferencia ante el nativo pacífico, pero la
conquista española se caracterizó radicalmente por el contacto que mantuvo con los núcleos
humanos existentes en el Huevo Mundo.

Hubo quienes, empezando por la misma Corona, adoptaron la primera postura, pero también
otros siguieron el segundo camino, como el conquistador francisco Pizarro, que contestó a un
eclesiástico que protestaba del despojo que se cometía con los naturales en el Perú y lo exhortaba
a adoptar la postura misional: "No he venido por tales razones. Yo he venido a quitarles el
oro". No faltaron los que trataron de seguir ambos caminos.

46- El aspecto humano de la conquista no se redujo a los indígenas, sino que las dificultades u
obstáculos de la empresa estuvieron muchas veces de parte de otros grupos de conquistadores.
Así es como las luchas por la supervivencia y el predominio político entre los conquistadores
alcanzaron a veces características inusuales. La crueldad en los procedimientos y la misma
muerte pusieron fin al predominio de algunos jefes expedicionarios, y no faltó la participación
auxiliar de indígenas armados (§ 333) en estas contiendas entre quienes se disputaban títulos,
preeminencias, tierras o simplemente ponían en evidencia el espíritu guerrero de la raza.

47- Caracteriza la colonización española el establecimiento de ciudades como base de la


empresa, desde donde se proyectaba y realizaba la expansión hacia los alrededores. En efecto,
siguiendo un procedimiento que se había aplicado en la península para la reconquista del
territorio en poder de los invasores árabes, la creación de la ciudad indiana respondió a un
plan de acción ya determinado por la Corona al señalar las obligaciones de los jefes de las
expediciones. La fundación constituía así un acto necesario y solemne de toda empresa,
habiéndose dictado al respecto una minuciosa legislación, que indicaba no sólo los lugares
del territorio más aconsejables para el establecimiento de la urbe, sino también la
organización y el trazado que debía adoptarse.

De tal modo, varios cientos de núcleos urbanos se fueron estableciendo, a la manera de una
siembra de ciudades, villas y pueblos, durante todo el período hispánico. Algunos tuvieron
carácter definitivo, otros variaron su emplazamiento geográfico y muchos desaparecieron. El
modelo en damero —es decir, la división cuadricular, en contraposición a las intrincadas
formas medievales—, con una plaza mayor, donde se agrupaban los edificios de los poderes
civil y eclesiástico, constituyó el rasgo distintivo de estas fundaciones. Este esquema urbano se
aplicó incluso a los pueblos de indios.

Las ciudades indianas sirvieron de defensa contra el indígena agresivo, de escala en las
comunicaciones y de núcleo social y económico. Adquirieron de esta manera gravitación

25
26
propia, alcanzando algunas elevado rango y un alto grado de cultura, que se reflejan en el
desarrollo de las instituciones que estudiaremos en este curso. La explotación rural creció para
proveer a las necesidades urbanas, y el trabajo de la tierra fue dejado en manos de las clases
inferiores. Esta diferencia se hizo más notable en aquellas ciudades ricas, pero no resulta
aplicable a las regiones de escasos recursos mineros, como el Río de la Plata.

La ciudad era apreciada como el lugar más apto para la vida civilizada. Una verdadera
estratificación urbana marcaba la preferencia de españoles e indios por aquellas donde la cultura,
el comercio, el confort, el esparcimiento y la proximidad de las autoridades ofrecían indudables
atractivos. De tal modo, se destacaban las capitales de los virreinatos y gobernaciones, y las
ciudades con universidades.

48- La colonización tuvo un carácter eminentemente popular. Nutrieron las expediciones


conquistadoras quienes integraban la clase media o aquellos que se hallaban socialmente
desplazados en la península. Numerosos miembros de las familias nobiliarias, sin posibilidades
económicas ni sociales en Castilla en virtud del mayorazgo vigente (§ 273), encontraron también
en estas expediciones la oportunidad de satisfacer sus deseos de mejoras económicas y de progreso
social. Pero, en general, predominó el entusiasmo de las clases populares, y tan sólo la aristocracia
se sintió atraída, con el tiempo, para cubrir los más altos cargos en el gobierno indiano. En los
inicios de la conquista en el Perú, y a pesar de las guerras civiles —tal como lo ha demostrado Lockhart
—, se formó una sociedad en la que estaban representados los diversos estratos sociales peninsulares
(nobles, encomenderos, clero, abogados, médicos, artesanos, mercaderes), con una notoria
participación de la mujer española. Se produjo así una transferencia de la civilización hispana,
manteniéndose, aunque mitigadas, las distinciones sociales existentes en España.

Como lo explica Ots Capdequi, la conquista de las Indias "no fue propiamente, en sus orígenes, una
empresa de Estado, realizada por elementos regulares y costeada con los recursos del Tesoro
Nacional". Los crecidos gastos que demandaban las guerras sostenidas en Europa, la poca
confianza que se tenía en los resultados de la empresa indiana y las dificultades financieras de
Castilla fueron las causas que determinaron la cautelosa política de la Corona en esta materia, la
que sólo se modificó en muy pocas ocasiones. Resultaron vanas las críticas que se formularon a tal
política, la que fue definitivamente consagrada por Felipe II en las Ordenanzas de Población de 1573:
"...mandamos que ningún descubrimiento, nueva navegación y población se haga a costa de nuestra
hacienda".

La Corona, sin embargo, se reservó la facultad de autorizar los altos fines perseguidos y retribuir
a los jefes con una participación en los resultados económicos y con títulos, cargos y
preeminencias. Todo ello se hallaba contenido en las capitulaciones, cuyo estudio realizaremos más
adelante (§ 70).

49- La Corona demostró un particular interés en la discusión de los problemas atinentes a los
nuevos territorios, al punto de que estimuló el libre tratamiento de los mismos y fomentó la corriente
de noticias provenientes de Indias. Dispuso, así, que a ningún integrante de las expediciones
conquistadoras se le prohibiese dirigirse directamente al rey, proporcionándole informaciones
sobre la vida indiana. Esta libertad de palabra, como la ha llamado lewis hanke, encontró sus
restricciones en materia religiosa y en aquello que afectara el propio trono. Aunque este medio haya
servido como elemento de control para evitar los abusos, hanke lo considera especialmente un
elemento importante en el clima de opinión reinante en una época de brillo para España.

La condición política de las Indias (5) Posiciones y fundamentos de las mismas.

50- Nos toca ahora determinar qué rango o categoría tuvieron las Indias. ¿Fueron simples
colonias o partes integrantes de la monarquía en un mismo plano de igualdad con los demás
reinos?

Las luchas por la independencia americana contribuyeron a la formación de una literatura de


guerra, la que, naturalmente, atacó con decisión la acción de España en América y condenó de

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manera categórica la administración indiana. A la luz de las doctrinas del siglo XVIII y de los
principios liberales, la colonización española resultaba francamente repudiable para los
patriotas de aquellos tiempos. Esa literatura fue expurgada por las generaciones siguientes,
pero quedó incorporada en nuestra historiografía liberal la idea de que los territorios
americanos habían sido una dependencia colonial de España.

En nuestro siglo se volvió hacia el tema con verdadero interés histórico, y los nuevos estudios
arrojaron diversos resultados, controvertidos muchos de ellos, al punto de que el tema en
cuestión es aún de los que apasionan sin hesitación a nuestros historiadores; provoca natural
expectativa y opiniones no concordantes cuando se lo trata.

51- Una moderna tendencia historiográfica, patrocinada por Ricardo Léveme, afirma categóricamente
que "las Indias no eran colonias", según expresas disposiciones de las leyes, sino provincias,
reinos, dominios, señoríos, repúblicas.

Los argumentos de esta tesis son principalmente:

1- Las Indias se incorporaron a la Corona de Castilla y, por expresa disposición real, no


podían ser enajenadas (§ 55).
2- Gozaban las Indias de una autonomía que sólo las hacían depender del rey, y tenían, en
consecuencia, órganos de gobierno independientes e iguales políticamente a los de Castilla.
3- Se había establecido, por disposición real, que "las leyes y orden de gobierno" de Castilla
e Indias "deberán ser lo más semejantes y conformes que se pueda".
4- La potestad legislativa estaba delegada en los órganos indianos.
5- Existía igualdad jurídica entre los indígenas y los españoles europeos, consagrándose la
legitimidad de los matrimonios entre ellos.
6- También eran considerados en un plano de igualdad los españoles europeos y los
españoles americanos o criollos, y hasta se destacó una preferencia en la provisión de oficios
y mercedes a los descendientes de los colonizadores y también a los nacidos en América.
7- En las leyes de Indias y en las obras jurídicas de los siglos XVI y XVII no se menciona la
palabra "colonia", existiendo una disposición real en el sentido de reemplazar la palabra
"conquista" por las de "pacificación y población".
8- El 22 de enero de 1809, la Junta Central de Sevilla dictó un decreto en el que decía "que
los vastos y preciosos dominios que España posee en Indias no son propiamente colonias
o factorías, como las de o-tras naciones, sino una parte esencial e integrante de la
monarquía española...".
9- Los monarcas españoles pusieron especial énfasis en la propagación en Indias de algunos
elementos culturales que se introdujeron contemporáneamente en España, como la
imprenta. Y también se aprecia un especial interés en la creación de casas de estudios
superiores, de una manera que no resulta habitual aplicar a territorios subestimados.

La tesis expuesta fue consagrada por nuestra Academia Nacional de la Historia en su


declaración del 2 de octubre de 1948, en la que sugiere excusar la expresión "período
colonial" y sustituirla, entre otras, por las de "período de la dominación y civilización española"
o "período hispánico".

52- Frente a esta estructura jurídica, que daba a las Indias categoría de reinos, cabe recoger
algunas observaciones que se han formulado para sostener la dependencia de los territorios
americanos con respecto a la denomina "metrópoli":

1- La estructura del Estado indiano reconocía, en cierta medida, una dependencia


política de las Indias con respecto a Castilla. Pese a denominarse reinos, las Indias no
intervenían en la proclamación y el reconocimiento del nuevo monarca y tampoco cuando
se suscitaban consultas dirigidas a determinar la política exterior del imperio. Además, el
Consejo de Indias no se encontraba en igualdad absoluta con el de Castilla, ya que el
nombramiento de los miembros de aquél se efectuaba con el consentimiento de éste,
procedimiento que no se repetía en el caso inverso.
2- El órgano superior del gobierno indiano residía en la península y no en América.
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3- La proclamada igualdad jurídica entre españoles europeos e indígenas no alcanzaba a
neutralizar la desigualdad real entre ambas clases, que se evidenciaba en la realidad
americana.
4- Tampoco se aplicó la igualdad legalmente consagrada para los españoles europeos y los
criollos, pues la preferencia hacia aquéllos se evidenció en numerosas oportunidades,
especialmente en el nombramiento de funcionarios.
5- La economía estaba regulada en función de los intereses peninsulares, sirviendo las Indias
como proveedora de materias primas y de mercado consumidor de las mercaderías
manufacturadas.

Es así que "la práctica de gobierno", como decía Emilio Raviginani, había contrariado los altos
principios consagrados en el ordenamiento legal.

53. Tanto la tesis tradicional como la patrocinada por Levene parten de un significado
peyorativo del vocablo "colonia", referido a la dependencia de una región con respecto a la
metrópoli, en términos de subyugación y sometimiento. De ahí que sus argumentos se basan
exclusivamente en esa acepción del vocablo que, en general, ha sido utilizado para referirse a la
expansión europea durante los siglos XIX y XX.

Queda por considerar otra acepción del vocablo en cuestión: el desprendimiento voluntario de
una parte de la población hacia una región determinada y su posterior asentamiento. Este
significado está enraizado en el proceso colonizador de los griegos, donde la idea "del libre
partir" presidía la propagación de los pueblos. Y en nuestro tiempo ha sido utilizado entre
nosotros para señalar la radicación de núcleos de inmigrantes en determinadas zonas rurales
del país.

Esta acepción de "colonia" carece, sin duda, de la carga explosiva que posee la anterior.
¿Resulta aplicable a la colonización española en América? No enteramente, pero posibilita una
mejor comprensión del problema que tratamos. En realidad, este segundo concepto no puede
aplicarse tal cual a una colonización que se desarrolló en tierras ocupadas por otras sociedades
humanas y que, por imposición de sus propios fines, luchó por imponer su civilización.

Las definiciones absolutas son peligrosas en temas que, como el presente, resultan complejos,
desde el propio significado del vocablo en discusión. Pero es también indudable que a la
colonización española no se le puede aplicar un calificativo peyorativo, en virtud de las
especiales características del proceso que la distinguen de todo otro tipo de colonización
antigua y moderna.

En cuanto al uso de la voz "colonia" y sus derivadas, estimamos que, despojadas de ese
contenido agresivo, no existen inconvenientes para utilizarlas. En algunos casos, el vocablo
parece insustituible, tanto por su comprensión como por el uso tradicional que se ha hecho del
mismo.

54- En un reciente estudio, Ricardo Zorraquin Becu ha examinado la constitución política de las Indias
"en los hechos y en las leyes" y considera que la vulgar denominación de "colonias" carece
de sentido para caracterizar jurídicamente el régimen político de entonces. A fin de establecer
aquella constitución, el citado autor distingue tres etapas: una primera breve, que se extendió
hasta 1516, durante la cual las Indias constituyeron un señorío de los Reyes Católicos; la
segunda, que abarca la mayor parte del período hispánico, en que las Indias eran provincias
descentralizadas de Castilla; y la tercera, impregnada por la progresiva centralización de la
Monarquía producida a lo largo del siglo XVIII. En esta última etapa, aunque continuó en uso la
expresión "provincias", apareció la de "dominios" para referirse a todos los territorios de la
Monarquía —incluidos los americanos— y empezó a usarse, aunque de modo ocasional, la de
"colonias" para designar, a imitación francesa, regiones subordinadas.

55- Incorporación de las Indias a la Corona de Castilla. Aunque desde un primer momento fue
Castilla la que llevó a cabo la conquista del Muevo Mundo, la formal y definitiva incorporación

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de estas tierras a la Corona castellana sólo quedó asentada cuando Carlos I, en 1518, ocupó el
trono, expidiendo una pragmática (9 de julio de 1520) en la que expresaba: "que agora y de aquí
adelante en ningún tiempo del mundo las dichas islas y tierra firme del mar Océano, descubiertas
y por descubrir, ni parte alguna ni pueblo dellas no será enajenado, ni apartaremos de nuestra
Corona real nos, ni nuestros herederos, ni sucesores en la dicha Corona de Castilla, sino que
estarán y las tenemos como cosa incorporada a ella; y si necesario es de nuevo las
incorporamos y metemos, y mandamos que en ningún tiempo puedan ser sacadas ni
atrapadas... y que no haremos merced alguna dellas, ni de cosa dellas a persona alguna". Como dice
Zorraquin Becu, esta incorporación se hizo a la Corona y no al reino de Castilla, por lo que las
nuevas tierras no eran ni propiedad particular del rey "ni dependencia del Estado español, sino
propiedad pública de la monarquía en calidad de bienes realengos". El principio señalado fue
también ratificado en otros documentos expedidos por el monarca.

Agrega el autor citado que la incorporación se había efectuado por vía de accesión. Si bien
Castilla era el reino aglutinante de la Monarquía y fueron varios reinos peninsulares los que
se unieron a él (Navarra, Granada, etc.), en estos casos la incorporación dejaba intacto el
sistema jurídico vigente en cada uno de los reinos incorporados. Pero no podía aplicarse el
mismo criterio para Indias, donde fue necesario transplantar el derecho castellano y dictar
también normas especiales o particulares a los nuevos territorios (§ 93). De ahí que la
incorporación de Indias a la Corona de Castilla se haya realizado en la forma tan peculiar que
acaba de señalarse.

El Nuevo Mundo se destacó pronto por su personalidad política e importancia dentro del
vasto conjunto que formaba la denominada Monarquía Universal Española. Así recuerda
García-Gallo que los pilares de esa Monarquía eran, de un lado, los reinos peninsulares (las
Españas), y de otro, los reinos de Indias.

Punto 2) LAS CLASES SOCIALES EN INDIAS. LOS ESPAÑOLES Y LOS CRIOLLOS.


LOS INDIOS: SU CONDICIÓN JURÍDICA. LAS ENCOMIENDAS. EL MESTIZAJE. LA
ESCLAVITUD. SITUACIÓN DE LOS EXTRANJEROS.

LAS CLASES SOCIALES EN INDIAS.

237- La sociedad indiana del siglo XVI, presentaba según Vial Correa un espíritu igualitario que
desconocía en general el menosprecio de clases. Aquel espíritu se originaba en la concepción
medieval que aludía a una igualdad esencial del hombre, dada por la muerte. Este sentimiento no
significaba en manera alguna una nivelación de razas y clases, ni la inexistencia de aspiraciones a
jerarquizar la sociedad al modo medieval principalmente a través de la encomienda. Lo
cierto es que la estructura social estamental existente en la península aparecía ablandada, los
prejuicios, dejados a un lado o disminuidos, y las fronteras que separaban los grupos sociales
no eran infranqueables. El clima igualitario, sin embargo, pronto empezó a disminuir,
especialmente con la aparición de los mestizos (§ 258), que representaban una competencia
social para los españoles.

Durante los siglos XVII y XVIII —agrega el mismo autor— se produjo la lenta pero progresiva
decadencia del espíritu igualitario. La sociedad colonial fue otorgando más importancia a la
pureza de sangre y agudizando su sentido jerárquico, lo que se acentuó en el siglo XVIIL Se
advirtió entonces el desprecio de los españoles hacia los que no lo eran, y se trató de impedir
que los integrantes de los grupos sociales inferiores ocupasen cargos públicos, contrajeran
matrimonio con personas de condición superior, e ingresaran en las universidades o aspirasen
al sacerdocio. Contra esta última situación reaccionarían las corrientes ideológicas,
exteriorizadas especialmente a fines del siglo XVIII y principios del XIX (§ 348).

La estructura social era compleja y en cierto modo, original. Estaba constituida por diferentes
estamentos y castas, provenientes del mestizaje entre blancos, indios y negros, de los que
resultó una numerosa serie de tipos étnicos. Las diferentes castas, además del diverso color
de la piel, tenían distinta condición social económica y jurídica, que se evidenciaba desde la
manera de vestir hasta los derechos y prohibiciones impuestos por la legislación. Con todo,
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teniendo en cuenta el severo concepto estamental de la época, esa separación de castas
ofrecía cierta flexibilidad, que permitía a sus integrantes despojarse de las inhibiciones de
una casta e ingresar en otra superior. En lo que respecta a nuestro actual territorio, las
diferencias sociales no fueron tan pronunciadas como en las regiones de gran población
indígena (México y Perú) y negra (el Caribe).

Fue objeto de una especial regulación jurídica la situación de los extranjeros, aunque los
fundamentos de esta actitud estaban dados por motivos políticos y religiosos, y no por
razones sociales. En realidad., los extranjeros no constituyeron una casta, sino un grupo social
tan sólo disminuido en su capacidad jurídica (§ 276). Vamos a referir nuestro análisis a los tres
tipos raciales puros, realizando además un somero estudio del mestizaje (§§ 256-259), para
esbozar de esta manera el cuadro general de la sociedad indiana.

Los blancos: españoles y criollos (2)

238. No existía una rigurosa concepción acerca de la pureza de sangre. Considerábanse


blancos no sólo a los españoles originarios de la península y a los hijos de éstos nacidos en
territorio americano, sino también a aquellos que, aunque reconocían un antepasado indio o
negro cuatro o cinco generaciones atrás, tenían una escasa proporción de sangre proveniente
de ese mestizaje. A veces también un mestizo o un mulato de buena posición social o
económica, ingresaban en esta clase.

Los españoles ejercían una natural hegemonía social, política y económica. Aunque otros
grupos gozaron también de muchos derechos al igual que aquéllos, los españoles reunían un
cúmulo de prerrogativas que le otorgaban esa indiscutible superioridad. Constituían el grupo
gobernante, poseían gran parte de la riqueza, gozaban de la instrucción y de la cultura. Pero
sobre ellos recaían también correlativas obligaciones.

Aunque la legislación concedía los mismos derechos a los españoles peninsulares y a los
españoles americanos —también conocidos como criollos o americanos—, de hecho se
estableció una diferencia que, según las épocas y las regiones, se agudizó y originó verdaderas
tensiones sociales. La rivalidad entre unos y otros abarcó todo el período colonial, aunque
particularmente pareció agravarse en algunas épocas, a raíz, entre otras razones, de medidas
que restringieron el acceso de los criollos a los altos cargos públicos.

Eran muy dispares los juicios que en la época se daban sobre los criollos, y mientras algunos
los consideraban de una capacidad intelectual igual o mayor aun que la de los peninsulares, por
lo que debían ser preferidos a éstos en caso de igualdad de méritos para ocupar cargos,
otros, en cambio, los consideraban ignorantes, viciosos e incapaces de aspirar a las funciones
públicas.

La empresa conquistadora atrajo a muchos españoles de la más diferente condición social;


especialmente los sectores populares y aquéllos desplazados de posiciones sociales y
económicas se sintieron particularmente dispuestos a enrolarse en las diversas expediciones.
De ahí que en la realidad indiana se fueron conformando, dentro del sector de raza blanca
española, grupos sociales de diferentes extracción y destino, cuya permeabilidad dependió a
menudo de la riqueza económica y del poder político de cada región.

239. Los grupos sociales superiores que asumieron el papel rector eran, según Zorraquin
Becu, tres.

Los beneméritos, especie de aristocracia de la conquista, eran los primeros descubridores,


pacificadores y pobladores, y sus descendientes; dentro de este grupo se destacaban los que
podían exhibir un mejor linaje. La posesión de encomiendas, tierras y otros privilegios
señoriales y económicos, la calidad de vecino y los cargos capitulares les otorgaban un
indiscutible poder social, político y económico.

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El rango nobiliario sirvió para distinguir a algunos integrantes de este grupo superior. En un
primer momento, la nobleza fue reservada para el conquistador o el fundador de ciudad, pero a
partir de la segunda mitad del siglo XVI, empezó a difundirse la práctica de que la Corona
vendiese títulos nobiliarios con el fin de allegar recursos a sus arcas, aprovechando la vanidad
de muchos acaudalados españoles residentes en indias. Aunque la práctica continuó en los
siglos siguientes —según torre Revello—, no alcanzó gran difusión.

Los sacerdotes constituían un grupo de gran influencia por su aptitud intelectual, su


ascendencia sobre las conciencias y su intervención en los aspectos religiosos, culturales y de
beneficencia, que les otorgaban también una parte no despreciable del poder sobre la sociedad.

Los funcionarios (gobernantes, militares, oidores, etc.) constituían, por último, un grupo de no
menor importancia que los anteriores. Apartados de los demás en cuanto les estaba
notablemente cercenada la actividad social y económica, ocupaban, no obstante, un lugar de
consideración, no sólo por el prestigio personal de cada uno, sino también por la
representación que involucraba su alta investidura.

Cada uno de estos grupos, agrega Zorraquin Becu, ejercía una parte del poder, y había entre ellos un
recíproco control, lográndose así un verdadero equilibrio de fuerzas.

Estos sectores no se mantuvieron, sin embargo, inmóviles durante toda la época colonial.
Especialmente durante el siglo XVIII, las nuevas concepciones ideológicas, acompañadas de los
cambios consiguientes, provocaron algunas modificaciones, especialmente en la composición e
influencia del primer grupo. Se reemplazaron así los méritos por los servicios prestados y el
linaje de los primeros siglos, por la limpieza de sangre y la fortuna. En algunas ciudades, como
Buenos Aires, aprovechando una revaloración de los elementos sociales, empezó a formarse
una poderosa e influyente ciase mercantil y un sector intelectual ilustrado, dispuestos a reformar
¡as antiguas instituciones (§§ 222-228).

Desde luego, por debajo de estos grupos que gozaron de especial consideración, hubo siempre
una masa de pequeños agricultores, ganaderos, comerciantes y artesanos que, sin
posibilidades de ascender vertiginosamente en la escala social ni de ocupar cargos políticos,
dedicó sus afanes en los centros urbanos y en las zonas rurales al trabajo anónimo propio de su
condición y oficio. Muchas veces sus posibilidades sociales y las de sus descendientes
estuvieron dadas no sólo por la fortuna que pudieron adquirir en su trabajo, sino también por
la condición de la mujer con quien se unieron, ya en forma ilegal, ya en matrimonio.

La condición de los indios (3)

240- Para la conquista española, el indígena era un motivo esencial, ya desde el punto de vista
económico, como elemento de trabajo, ya desde el punto de vista religioso, como destinatario
de la predicación evangélica. Es decir que el conquistador no permaneció indiferente ante el
nativo, sino que sus actitudes, hostiles o pacíficas, siempre le preocuparon.

Si el problema de los justos títulos de dominación había despertado vivas polémicas (§ § 34-
41), el relativo a la condición de los indígenas, vinculado a aquél, no le fue en zaga, y era señal
del interés con que se ahondaba la cuestión. Los interrogantes fueron varios: ¿eran los
indígenas seres racionales iguales que los europeos?, ¿qué trato debía dispensárseles?,
¿podían vivir en libertad?, ¿era posible inculcarles los principios de la religión cristiana?, ¿en
qué grado? Naturalmente, todas las contestaciones posibles a estos interrogantes giraban en
torno del esquema europeo, cuyas normas y puntos de vista eran los únicos válidos para
juzgarla capacidad de los indígenas. í

Desde el principio, dos posiciones diametralmente opuestas pretendieron reclutar adhesiones.


Algunos consideraban al indio como un ser sumiso, paciente, pacífico, virtuoso, humilde,
delicado, desinteresado, simple y sin maldades, mientras los otros argumentaban que era
vago, vicioso, cobarde, embustero, idólatra, obsceno, sacrílego. Tanto en una como en otra

31
32
posición se enrolaron teólogos, Juristas, funcionarios, conquistadores y soldados. También
existieron opiniones más moderadas. De todas maneras, resultaba difícil formular juicios
generales que comprendieran los diversos pueblos y tribus indígenas que habitaban el vasto
territorio, y es probable que el juicio personal fuera más que nada el producto de una
experiencia, afortunada o no, vivida por los propios conquistadores.

La cuestión se planteó con vivacidad durante todo el siglo XVI, pero ya en la primera mitad de la
centuria se habían producido algunos hechos que daban una tónica definitiva a este aspecto,
como veremos enseguida.

241- A partir del célebre sermón de montesinos en La Española en 1511 (§ 36), y durante las cuatro
décadas siguientes, se ensayaron en el nuevo Mundo distintos métodos para obtener la pacífica y
libre conversión de los naturales al cristianismo, aun para llegar a formar una comunidad ideal
cristiana entre españoles e indios o para que los indios se gobernaran a sí mismos siguiendo
los principios de la civilización dominadora. Si ninguno de los experimentos alcanzó un
verdadero éxito, con todo, pusieron en evidencia lo que Lewis Hamke ha llamado "la lucha
española por la justicia en la conquista de América".

Como testimonio más destacado de esta lucha se puede mencionar la reunión de una junta de
teólogos, juristas y miembros de los consejos reales en Valladolid (i 550» 1551), especialmente
convocada por el rey para que dictaminase acerca del régimen a establecer para la sujeción y la
cristianización de los indígenas. Los elementos de juicio sometidos a la consideración de esta
junta estaban contenidos en los vehementes y extensos alegatos que presentaron Fray Bartolomé de las
Casas y Juan gimes de Sepúlveda, donde se analizaban detenidamente los argumentos de cada una de las
posiciones opuestas.

Sostenía Sepúlveda, retomando el concepto aristotélico de esclavitud, que, a causa de su rudeza natural
y limitado entendimiento, los indios debían estar sometidos a servir a los españoles, y que sólo
en esas condiciones era posible la predicación religiosa.

Para obtener tales fines era lícito y necesario hacerles la guerra. Todo ello se justificaba
también por las costumbres y los pecados de los naturales, especialmente la idolatría, el
canibalismo y otras prácticas contrarias a la naturaleza y a la civilización europea.

La posición de las casas era radicalmente distinta. Sostenía que los indios eran virtuosos y debían
ser tratados como seres humanos libres. Agregaba que la predicación evangélica solamente
podía efectuarse por medios pacíficos. Sus juicios se fundaban en su propia experiencia, pues las
casas había llevado a cabo durante las décadas anteriores varios intentos de predicación
pacífica en las Indias, aunque sin alcanzar resultados satisfactorios por factores circunstanciales,
que, por lo visto, no lo desalentaron en su enérgica lucha.

No resultó fácil para los miembros de la junta inclinarse por alguna de estas
argumentaciones, pues nunca tomaron una decisión colectiva al respecto, aunque ambos rivales
se creyeron después vencedores en la contienda.

242- Es interesante consignar que en 1557 el Papa Paulo III expidió un breve en el que
manifestaba, con carácter general, que los indígenas, como las demás gentes que conocieran
los cristianos, "no están privados, ni deben serlo de su libertad, ni de! dominio de sus bienes, y
que no deben ser reducidos a servidumbre, declarando, que los dichos y las demás gentes han de
ser atraídos y convidados a la dicha fe de cristo, con la predicación de la palabra divina y con el
ejemplo de la buena vida.

243- La Corona, por su parte, luego de algunas vacilaciones iniciales, se inclinó a declarar, en
reiteradas disposiciones dictadas durante todo el siglo XVI y aun durante el siguiente, que los
indios eran libres, prohibiéndose terminantemente su venta, donación, préstamo, etc. Se
recomendó en especial su buen tratamiento y amparo, condenando severamente a quienes

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infringieran estas prescripciones, y ordenando a los altos funcionarios y órganos indianos el
cumplimiento estricto de lo mandado.

El primer conjunto de disposiciones orgánicas acerca de esta cuestión fueron las Ordenanzas
dictadas en 1512 y 1515, que se conocen como Leyes de Burgos. En este documento se
establecían los principios de la conversión religiosa y el buen tratamiento de los aborígenes, con
especiales obligaciones a cargo de los encomenderos y funcionarios reales. Se prescribían la
forma de la enseñanza, las prácticas religiosas, la celebración de bautismos y matrimonios, la
vestimenta, el alimento y el descanso de los nativos. Además, se prohibían los castigos sin orden
de la autoridad correspondiente y las cargas inmoderadas. La protección de las mujeres y los
niños fue también contemplada en esas Ordenanzas.

En la Recopilación de 1680 se dedicó todo el libro VI a regular la cuestión del indígena. Así, en
el tít. X, ley 5, se recomendaba a los virreyes y audiencias que "procuren que sean instruidos en
nuestra Santa Fe Católica, muy bien tratados, amparados, defendidos y mantenidos en justicia y
libertad, como súbditos y vasallos nuestros, para que estando con esto la materia dispuesta,
puedan los Ministros del Evangelio conseguir más copioso fruto en beneficio de los naturales". Esta
política de la Corona, afianzada a través de un siglo, se fundaba sin duda, no sólo en la
observación de la realidad indiana, sino en las influencias que produjeron las opiniones de
teólogos juristas, especialmente las ideas expuestas por las Casas.

Además, es importante tener en cuenta que dentro de cada organización o pueblo indígenas
existían distintos grupos sociales. La política de la Corona fue la de conservar esa jerarquía,
dando especial rango a la nobleza indígena, equiparándola ala española y manteniendo sus
derechos, privilegios y preeminencias, aunque sometiéndola al rey. A su vez, los indios nobles,
deslumbrados por la conquista, procuraron asemejarse a la nobleza peninsular, sin perder su
orgullo por el propio pasado.

244- Sin embargo, la libertad jurídica de los indígenas americanos tuvo sus excepciones. Así se
consideraron esclavos los indios belicosos y rebeldes tomados en guerra justa. Pero este principio,
aplicado en los primeros tiempos, fue restringiéndose paulatinamente en la legislación, aunque
algunas categorías de indios —los naborías, por ejemplo— siempre tuvieron una situación
inferior a los demás. Se prolongó, sin embargo, aquella esclavitud hasta fines del siglo XVII en
Chile con los araucanos, que evidenciaron una pertinaz rebeldía. Al proclamarse la libertad del
indígena no se ignoraba la necesidad de imponerles un tutelaje, a fin de reducirlos a los
principios de la civilización cristiana.

Esta libertad reconoció, además, otras restricciones inspiradas en una adecuada protección al
indígena, a quien se consideró persona necesitada de ayuda y amparo, al igual que los
huérfanos y viudas. Así, el ejercicio del derecho de propiedad y, en general, de disposición de
bienes tuvo sus limitaciones. Ello obligó a establecer un funcionario con la denominación de
protector de indios, y a disponer la intervención de los gobernadores y audiencias en los pleitos
suscitados por el incumplimiento de las leyes protectoras (§ 108), por encomiendas (§ 114) y por
los bienes de las cajas de comunidad (§ 254).

245- La realidad americana no se ajustó, empero, a los altruistas preceptos contenidos en la


legislación; a lo largo de la dominación hispánica en América se percibe, por las constantes
protestas y el clima de tensión que siempre suscitaron estos problemas, que ni las condiciones de
los indígenas ni el comportamiento de los colonizadores españoles respondieron a la paternal
estructura consagrada por la ley.

246- La población indígena disminuyó durante la dominación española. El descenso fue abrupto
al principio, y menos pronunciado desde fines del siglo XVI hasta mediados del XVÍI. No fue
igual en todas partes. En las Antillas fue fulminante, con tendencias más moderadas en la fase
de expansión continental. Esta somera apreciación proviene de cálculos que aun hoy están en
discusión.

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La causa principal de esta catástrofe demográfica fueron las enfermedades europeas (tifus,
viruela, etc.), que produjeron estragos entre los nativos que carecían de anticuerpos. También
incidió el desajuste socioeconómico producido por la conquista en la organización aborigen. El
régimen de trabajo impuesto y las guerras influyeron asimismo, pero como factores menores.
Desde luego que al tratarse esta cuestión es preciso tener en cuenta el proceso paralelo de fusión
del indígena con otras razas.

247- Las encomiendas. Las encomiendas constituyeron una institución básica reguladora de
las relaciones entre españoles e indígenas. Eran al mismo tiempo una manera de organizar el
trabajo de los indios, de obtener su conversión religiosa y de proporcionar mano de obra a los
colonizadores. Por último, representaban una recompensa estimulante —y muy estimada— para
"los descendientes de primeros descubridores, pacificadores, pobladores y vecinos más antiguos".
Esta recompensa, que se acercaba al ideal señorial en la mentalidad de los conquistadores, se daba
plenamente en las regiones de gran población indígena y de riqueza metalífera, como el Perú y
Nueva España. En cambio, en otras zonas, las encomiendas eran a veces demasiado pobres para
mantener a sus beneficiarios.

La institución se había originado en una comprobación experimental: los indios, según los
españoles, eran incapaces de trabajar libremente, siendo necesario ejercer control sobre ellos,
organizándolos en pueblos y grupos regenteados por los principales españoles. A la idea inicial
se agregaron luego las otras circunstancias que dieron a las encomiendas gran arraigo, contra
las cuales lucharon denodadamente apostólicos defensores de los indígenas, como Fray Bartolomé de
las casas.

De esta manera cada encomienda, integrada por un número variable de indígenas, se concedía al
conquistador español a fin de que utilizara sus servicios o percibiera para sí los tributos que
debían abonar los indígenas a la Corona en señal de vasallaje, asumiendo a su vez aquél la
obligación de brindarles protección, adoctrinarlos y defender con las armas el territorio.

248- Las encomiendas se otorgaban por toda la vida del beneficiario, transmitiéndose por
sucesión durante dos, tres y aun cuatro vidas. Aquellas que por el transcurso del tiempo u otra
circunstancia quedaban vacantes se reincorporaban ala Corona y podían ser nuevamente
adjudicadas. Eran otorgadas en principio por el rey, pero solía delegarse esa atribución en los
conquistadores y más tarde, en los altos funcionarios indianos, los que muchas veces las
concedieron sin estar debidamente facultados. En todos los casos se necesitaba la
confirmación real.

El beneficiado de la encomienda debía reunir ciertos requisitos. Se estableció que serían


preferidos "los descendientes de primeros descubridores, pacificadores, pobladores y vecinos
más antiguos", como una verdadera recompensa a los servicios prestados o a los méritos
alegados. Se exigía, además, la residencia del agraciado, con casa y familia, dentro del reino o
la provincia donde tuviese la encomienda, y que ni él ni su mujer fueran titulares de otra
encomienda, pues estaba prohibida su acumulación, aunque fuera por vía sucesoria. A partir de
1542 quedaron excluidos de este beneficio los funcionarios reales en general, los prelados, las
comunidades religiosas y benéficas, los mulatos y mestizos nacidos ilegítimamente, y los
extranjeros.

Las encomiendas eran inalienables, indivisibles, irrenunciables y no podían arrendarse ni ser


objeto de transacción, permuta o cesión en pago de deudas. Podían, en cambio, aportarse al
matrimonio como dote. Es decir que el sistema no significaba la transmisión del derecho de
propiedad, sino tan sólo la concesión de los beneficios y cargas establecidos.

249- Las encomiendas presentaban rasgos distintivos de acuerdo con la clase de los indígenas
comprendidos en las mismas. Los grupos nativos que habían conservado su propia
organización y continuaban agrupados en pueblos eran los llamados mitayos. Su denominación
provenía del vocablo mita, que significaba el turno para trabajar. No se innovó la antigua
costumbre, y de esta manera la rotación al servicio de los españoles y en el trabajo de sus
propias tierras permitía a los indígenas mantener sus pueblos. Sin duda, la situación del
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trabajador mitayo se hizo más penosa en la explotación minera, a cuyo fin se dictaron
numerosas disposiciones destinadas a protegerlos en esta peligrosa tarea.

La mita comprendió al principio la prestación del servicio personal por parte de! indígena a!
español, pero luego se dispuso, aunque frecuentemente no se cumplió, que debía pagársele el
salario o jornal. Esa retribución a veces se abonaba en especie y era, en general y según
parece, inferior que la que percibía entonces un trabajador europeo en tareas análogas.

Los indígenas que no habían conservado su organización originaria o habían sido sometidos por
la fuerza recibían el nombre de yanaconas, y vivían en las tierras o casas de los encomenderos
en un estado de subordinación más efectivo.

250- Los abusos cometidos por los encomenderos distorsionaron el orden legislativo; en
vez de satisfacer los fines enunciados, la encomienda sirvió a menudo sólo para saciar el
egoísmo y la sed de riquezas y placeres de muchos conquistadores. Ello dio lugar a insistentes
y enérgicas peticiones a leí Corona para modificar el sistema. Fray Bartolomé de las Casas fue uno de
los más vehementes detractores del régimen, y se supone que tuvo mucha influencia en la
Ordenanza del 20 de noviembre de 1542 —-que formaba parte de las llamadas Leyes nuevas
de 1542-1543—, en la que se prohibía la concesión de nuevas encomiendas, disponiéndose
que las existentes se extinguirían con la muerte de sus titulares, incorporándose los indios a la
Corona. La medida provocó gran revuelo en México y en Lima especialmente, y tres años
después fue dejada sin efecto.

En 1601 se dispuso la supresión del servicio personal de los indígenas, debiéndose contratar a.
éstos por un salario o jornal justo. La nueva disposición fue resistida, y aunque esta vez no
hubo revocatoria, es evidente que no fue cumplida en toda su extensión.

251- Las encomiendas decayeron a medida que distintas circunstancias obraron en la


transformación del régimen de trabajo. La inmigración de negros esclavos (§§ 262-265), el
aumento de los hombres de raza blanca y el crecido número de mestizos (§ 258) fueron
reemplazando paulatinamente la mano de obra indígena, que en algunas regiones disminuyó en
forma alarmante.

Fundándose en necesidades fiscales, la Corona decretó en 1718 la extinción general de las


encomiendas, disponiendo que las mismas se incorporaran definitivamente en la real hacienda
a medida que fallecieran sus actuales poseedores. Sin embargo, hubo excepciones a este
régimen, por lo que subsistieron numerosas encomiendas, aunque bajo una constante amenaza
de supresión.

252- En nuestro actual territorio, las principales encomiendas existieron en el Tucumán,


siendo de menor importancia las del Río de la Plata y Cuyo, y quedando muy poco de todas ellas
a fines del siglo XVIII. Debe destacarse en este aspecto la importancia de las ordenanzas dictadas
por el visitador francisco de Alfaro para las gobernaciones del Río de la Plata (1611) y del Tucumán
(1612), que trataron de poner en práctica la supresión de los servicios personales. Las citadas
ordenanzas no sólo ofrecen interés por el espíritu de protección al indígena que
domina su texto, sino porque sus preceptos, aprobados por el rey, fueron luego incorporados en
la Recopilación de 1680, convirtiéndose en leyes generales para las indias, como lo ha señalado
Zorraquin Becu.

El mestizaje (4)

256- La forma en que se realizaron la conquista y la colonización del Nuevo Mundo condujo a una
mezcla entre las razas blanca e indígena. Posteriormente, la llegada de negros esclavos,
procedentes de África, originó un nuevo entrecruzamiento racial, conformándose así, durante la
época colonial, una extensa variedad de tipos humanos. Aunque existen numerosos estudios
sobre el tema, es tanta la vastedad del mismo que aun hoy es poco lo que se puede decir
definitivamente sobre esta cuestión. Por otra parte, esta inseguridad científica se debe también a

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las apasionadas controversias que ha despertado el análisis del tema en aquellas regiones del
continente donde se han dejado sentir con más fuerza las consecuencias de ese cruce racial.

Vamos a exponer tan sólo los lineamientos generales de este asunto, refiriéndolos especialmente
al cruzamiento entre blancos e indígenas, dando cuenta de las principales conclusiones
alcanzadas por los especialistas que han abordado la cuestión.

257- La unión sexual entre los conquistadores y las mujeres indígenas en el momento inicial
de la conquista podría explicarse como una necesidad biológica en atención al escaso número de
mujeres españolas residentes en el Nuevo Mundo. Pero luego, al aumentar considerablemente
el número de éstas, la mencionada causa no basta para explicar la persistencia del mestizaje.

De distintas formas los españoles se procuraban el contacto sexual con las indias. Al principio fue
bastante común el procedimiento violento, raptando Individual o colectivamente a las mujeres
nativas. También las obtenían como prisioneras por derecho de guerra o las adquirían por
compra. Asimismo, las relaciones cordiales con algunos caciques hicieron que éstos ofrecieran
sus hijas a los principales conquistadores. Pero también fue frecuente la atracción física que
sobre las indias ejercía el hombre blanco y extraño, que aparecía revestido de valor y superioridad.

No existía, por lo general, una repugnancia sexual de razas. En numerosas descripciones de la


época, los españoles hacen alusión a la belleza de la mujer indígena o, al menos, al agrado con
que la contemplaban. La diferencia de color, que a veces no era muy pronunciada, no significó
tampoco obstáculo para estas relaciones. Por otra parte, los indígenas —en especial, las
mujeres— cuidaban extremadamente su aseo personal. Las diferencias más notables entre
españoles e indios se evidenciaban en el modo de vivir, vestirse, alimentarse, en los conceptos
sociales y morales, y en el desarrollo cultural.

Con todo, este esquema no puede aplicarse a la totalidad de los pueblos y tribus indígenas, pues
las características de cada uno eran muy distintas. Así, mientras en los imperios de los aztecas y
de los incas fue posible encontrar verdaderas muestras culturales, que despertaron la
admiración de los conquistadores, hubo también tribus que vivían en un nivel muy inferior. Lo
mismo puede decirse con respecto a los diversos estratos sociales de las mismas razas
aborígenes.

258- La importancia y la cantidad de estas uniones sexuales entre españoles e indias quedaron
demostradas con la proliferación de mestizos nacidos de esas relaciones, que vinieron a
intervenir en las sucesivas generaciones en este proceso pro creativo. Muchas de esas uniones
fueron ocasionales, otras se prolongaron en el tiempo y en el afecto bajo la forma de concubinato o
amancebamiento, y algunas se cristalizaron en la celebración del matrimonio religioso. El
concubinato o el amancebamiento —también conocido como barraganía— fueron prohibidos y
perseguidos por la Corona, pero, con todo, se difundieron fácilmente porque las diferencias
sociales u otras trabas impedían a los españoles casarse con las indias, Y estas preferían mantener
una situación irregular antes que desposarse con uno de su categoría.

La Corona no fomentó expresamente, salvo en circunstancias especiales, la fusión de razas, pero


desde el principio autorizó el matrimonio entre españoles e indias, con tai de que existiera la
libre voluntad de los contrayentes, siguiendo los preceptos de la iglesia. El prejuicio social
influyó especialmente para que no abundaran matrimonios mixtos. Los que los celebraron
pertenecían generalmente a capas inferiores de la población blanca. Sin embargo, hubo también
principales conquistadores e indias de noble estirpe que se unieron en matrimonio.

De esta manera, el color de la piel constituía un factor importante para determinar el rango o
categoría dentro de la sociedad, que se tuvo especialmente en cuenta en la concesión de
mercedes regias y en el nombramiento para cargos civiles y dignidades eclesiásticas, dando
motivo a las consabidas informaciones acerca de la limpieza de sangre.

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Al principio, muchos mestizos —así se llamaba especialmente a los hijos de españoles e indios
— alcanzaron notoriedad y figuración expectable, obteniendo algunos importantes cargos
públicos y aun, títulos honoríficos. Tales los casos de diego de almagro, Juan de zarate, el inca. Garcilaso
de la vega y tantos otros. La. Dinámica generación de mestizos de la primera época desempeñó, en
general, una importante labor en la conquista y la colonización, y obtuvo diversa, ubicación en la
escala social, llegando muchos de ellos a borrar los vestigios de su sangre india,

Pero ya en el mismo siglo XVI aparecieron medidas restrictivas que disminuyeron la condición
social y la capacidad jurídica de los mestizos. Muchos de estos impedimentos no se derivaban
exclusivamente de su ascendencia racial, sino que se referían a los mestizos nacidos de uniones
ilegítimas, por lo que el vocablo mestizo alcanzó paulatinamente un sentido casi despectivo,
usándose para designar a los nacidos de uniones entre personas de razas diferentes que se
encontraban en un lugar muy bajo en la escala social. Sin embargo, al mestizo nacido de un
matrimonio entre español e india noble, descendiente de reyes o caciques antiguos, no lo
alcanzaron las indicadas dificultades sociales y jurídicas.

A su vez, los hijos de españoles y negras, denominados mulatos, tuvieron asimismo severas
restricciones en su condición legal y social-. Sin embargo, algunos de ellos llegaron a
destacarse como predicadores, teólogos, literatos, etcétera.

259- El mestizaje en el actual territorio argentino tuvo gran importancia durante la conquista y la
colonización. Sostiene el profesor Rosenblat—cuyas conclusiones recogemos aquí— que tanto en el
Río de la Fíate, como en Asunción, Tucumán y Cuyo el entrecruzamiento de los conquistadores
con los indígenas existió desde el primer momento. De las expediciones colonizadoras que
ingresaron en nuestro suelo (§§ 154-156), las que procedían del Perú y de Chile ya traían
considerable aporte de mestizos. La única que no los traía fue la dirigida por don pedro de Mendoza, que
fracasó en su intento de establecerse en la margen occidental del Río de la Plata. La radicación
posterior de esta corriente en Asunción produjo la pacífica unión racial de los españoles con
los guaraníes, surgiendo una generación de mestizos, a quien correspondió no sólo ejercer el
gobierno local, sino participar activamente en la siguiente etapa fundadora de ciudades litorales,
inclusive la de Buenos Aires en 1580. A tanto alcanzó su importancia cuantitativa que, según
estima Rosehblat, el número de mestizos era superior al de españoles blancos, incluidos los
criollos, en proporción de 20 a 1.

En cuanto a los grupos pobladores de Tucumán y Cuyo, el medio local fue distinto. Mientras en esta
última región los entrecruzamientos se realizaron con indias de la pacífica tribu de los Huarpes, en
cambio, en la gobernación de Tucumán, la unión biológica encontró cierta resistencia entre las
tribus indígenas existentes en su vasto territorio (diaguitas, calchaquíes, lules, comechingones,
entre otros), por lo que el mestizo, nacido de esa- unión, quedó más asimilado a la tribu que a
la estructura social española. No obstante, en todas partes estuvo presente la idea de fusión racial,
al punto de que se le atribuye al gobernador francisco de Aguirre —casado con mujer española y padre
de más de 50 hijos varones mestizos, además de los legítimos— esta expresiva frase:

"Que se hacía más servicio a Dios en crear mestizos que el pecado que en ello se cometía."

Aunque fueron perseguidos los desbordes personales y sociales que este entrecruzamiento
provocó, el proceso de mestizaje continuó durante los siglos XVII y XVIII, Tanto en las
ciudades como en la campaña, los blancos y mestizos aumentaron rápidamente, mientras la
población indígena fue disminuyendo. I considerable aumento de la raza blanca, en buena parte
proveniente de una nueva corriente inmigratoria peninsular, se produjo con el auge económico
virreinal, en el último cuarto del siglo XVII. A su vez, por entonces, en Buenos Aires y en el litoral
empezaron a formarse importantes núcleos rurales de mestizos, a los que desde fines del siglo se
designó con el nombre de gauchos, vocablo que adquirió luego gran repercusión.

La esclavitud: la trata de negros (5)

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260- La escasez de brazos al servicio de los españoles para explotar las riquezas del Nuevo Mundo
fue uno de los problemas planteados en el comienzo mismo de la conquista. La utilización del
indígena no pudo satisfacer plenamente esta necesidad, no sólo por sus discretas aptitudes
laborales, sino también porque la legislación protectora dictada por la Corona trabó su libre
aprovechamiento. Desechada la idea, practicada en los primeros años, de someter a los
indígenas a la esclavitud, apareció como solución laboral la importación de esclavos de raza
negra.

Mientras la Corona evidenció una especial preocupación en la protección de los indios (§ 243),
en cambio, la indiferencia legislativa fue casi total en referencia al esclavo negro. Las
intervenciones de la Corona en este sentido se limitaron a regular el desarrollo del comercio
negrero, con mayor interés de percibir derechos y participaciones en el negocio que en mejorar la
suerte o aliviar el trato del infeliz siervo. De esta manera, la prohibición de introducir esclavos
en Indias sin autorización del monarca tuvo principalmente objetivos fiscales y políticos.

261- Durante el siglo XVI, autorizados publicistas españoles atacaron el régimen de la


esclavitud, por considerar 'que tanto esta condición como el comercio negrero eran injustos e inicuos.
Fray domingo de soto, fray Bartolomé de albornoz y también fray Bartolomé de las casas se pronunciaron
durante el siglo XVI en tal sentido. En la centuria siguiente, el padre Luis de Molina y especialmente el
padre alonso de Sandoval—considerado un verdadero apóstol de los negros—Junto con el padre
pedro Claver, lucharon en la misma senda.

Frente a ellos, otros autores, siguiendo principios que a veces provenían del derecho romano,
justificaron la esclavitud por necesidad, por intereses o por considerar que era lícito ejercer la
servidumbre sobre razas inferiores. No faltaron quienes, sin un examen sustancioso del asunto,
se limitaron a aceptar el hecho en sí aduciendo que el régimen esclavista existente en Indias
provenía de títulos jurídicos legítimos, ya sea por compraventa o por nacimiento.

La antigua doctrina española antiesclavista fue reavivada por la corriente abolicionista difundida
durante el siglo XVIII en Europa occidental y aun en los Estados Unidos, que culminó
lentamente con la gradual extinción del comercio negrero y de la esclavitud durante el siglo
siguiente (§§ 621-622).

262- Nuestro enfoque se reduce a un tipo de esclavitud, la llamada trata de negros, que era el acto
de comercio realizado por europeos para proveer de mano de obra, en este caso, a las Indias.
Esta actividad se inició en el siglo XV y sólo tiene una vinculación indirecta con los otros
tipos de esclavitud conocidos desde muy antiguo, referidos especialmente a los pueblos
vencidos en la guerra. Sin embargo, el antiguo concepto jurídico de la esclavitud iba a ser
aplicado a estos seres humanos, caídos en tan deprimente situación.

263- diego Luis Molinari distingue tres períodos en este comercio negrero, y si bien, como el mismo
autor lo confiesa, no se puede dar valor absoluto a estas periodizaciones, resultan ilustrativas
para advertir los distintos sistemas utilizados.

En el primer periodo, que se extiende hasta 1595, la Introducción de los esclavos en América se
efectuó especialmente mediante el régimen de las licencias. Estas eran permisos concedidos por el
rey a particulares, en los que se señalaban el plazo y el número de negros a Ingresar, con la
particularidad de que, satisfecha la prestación pecuniaria a favor de la Corona, las licencias
eran negociables y no había obligación de introducir la cantidad de esclavos autorizada.

Desde 1595 hasta 1789 predominó el sistema de los asientos, Estos eran verdaderos
contratos de derecho público, en los cuales el particular o una compañía se comprometían
durante determinado lapso a introducir una cantidad cierta de esclavos en los puertos americanos,
abonando los derechos estipulados. Durante el siglo XVII, los asientos fueron concedidos por
plazos variables entre cinco y nueve años, siendo los portugueses, holandeses, franceses e
ingleses los que se ocuparon especialmente de este tráfico. El asiento constituyó el punto de

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partida para una verdadera expansión comercial de esas naciones y sirvió generalmente para
facilitar el contrabando.

264- En el siglo XVIII, el comercio negrero creció notablemente, y su regulación entró en la


órbita diplomática, siendo objeto de tratados y acuerdos con las coronas de Portugal —ya a
fines del siglo anterior—, Francia y Gran Bretaña, concediéndose sucesivamente a compañías
de esas nacionalidades el monopolio de este comercio en las indias. El más importante fue el
celebrado con Gran Bretaña en 1715, no sólo por la intervención de los respectivos monarcas,
sino también por la duración del asiento —30 años— y por la cantidad de negros a introducir
--444.000-.

Las razones que dieron a este comercio el alto nivel internacional fueron varias. Además de los
Intereses políticos en juego, se padecía en Indias la falta de mano de obra, la que era difícil
conseguir otorgando asientos a los propios súbditos, reacios en general a ejercer este tráfico.
Pero estaba muy presente, asimismo, el interés pecuniario de la Corona, interesada no sólo en
la percepción de los derechos por la introducción de los negros, sino en el anticipo de dinero
que los asentistas efectuaban para remediar las urgencias fiscales, y también en la indecorosa
participación que, como verdaderos socios de la empresa, tuvieron los propios monarcas.

Los intereses insaciables de los asentistas, los incumplimientos contractuales, el fraude que
frecuentemente se cometía, el intenso contrabando disimulado bajo esos contratos y las magras
compensaciones recibidas por la Corona desacreditaron el experimento de los grandes asientos
internacionales, volviéndose al sistema de pequeños asientos otorgados a españoles. En la segunda
mitad del siglo XVIII, el comercio negrero fue objeto de reformas, siguiendo la misma orientación
dada al régimen comercial. Así se inició el tercer período en 1789, en que españoles y extranjeros
tenían libertad de tranco para esta, actividad. La razón fundamental conocida para adoptar esta
medida fue la creciente necesidad de mano de obra para el fomento agrícola-industrial en
América. La medida fue aplicada, en la fecha indicada, para Antillas y Caracas; dos años después
se extendió a Nueva Granada y al Río de la Plata; en 1795, al virreinato del Perú, y en 1804, a
Panamá, Guayaquil y Valparaíso (§ 187).

265- Los negros esclavos provenían de África; se preferían los de Angola y del Congo por ser
más robustos, más dóciles y mejores trabajadores. Durante la segunda mitad del siglo XVIII,
muchos de los introducidos en el Río de la Plata procedían del Brasil. Este comercio formó una
organizada red de traficantes, que empezaba con el reclutamiento de los esclavos en el continente
africano mediante compra a jefes o caciques locales, o directamente, cazándolos. Los negros
eran conducidos a través del océano en buques especiales y en deficientes condiciones por el
hacinamiento, la falta de higiene y la mala alimentación, lo que producía a
menudo una gran mortandad. Llegados a los puertos de destino, eran clasificados según sus
aptitudes físicas, marcados, y luego vendidos en el mismo puerto o conducidos a ciudades del
interior.

266- El régimen legal del esclavo estaba instituido principalmente por lo dispuesto en las Partidas
(4ta, tít. V y XXI, entre otros) acerca de la servidumbre, y por algunas disposiciones aisladas de la
legislación indiana. Un ordenamiento moderno de la cuestión sólo se efectuó en la real cédula
del 31 de mayo de 1789, que estableció un estatuto de la esclavatura, en el que se aprecia la
preocupación de la Corona por aliviar la condición social de los negros y garantizar un mejor
trato personal, Sin embargo, las protestas provocaron que en 1794 se suspendiera su aplicación.

El esclavo era jurídicamente una cosa, pero su dueño estaba limitado en el dominio, pues no
podía matarlo, mutilarlo ni herirlo. Podía el esclavo, empero, ser objeto de compraventa,
donación, arrendamiento, cesión en uso y usufructo, embargo, etc. Es decir que era un dominio
sui géneris, diferente del que se podía ejercer sobre otra cosa.

El esclavo tenía, pues, derecho a la vida, a la integridad física, al matrimonio y a la adquisición


de su libertad. Por disposición legislativa debía ser instruido en la fe católica (Recopilación, Iib.
I, tít. I, ley 13).

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La esclavitud era de por vida y hereditaria, y comprendía a todos los negros sometidos a !a
trata, Esta condición se transmitía a los descendientes por vía materna, de manera que era la
madre quien determinaba la condición del hijo, que pertenecía al amo de aquélla. Constituía así,
como dice Petit Muñoz, "un estigma jurídico de base racial exclusivo de la raza negra". No había
limitación alguna para adquirir esclavos. Podían hacerlo todas las personas libres —blancos,
indios y libertos—, tanto nativos como extranjeros, así como la real hacienda, los cabildos, las
corporaciones religiosas, las cofradías, los hospitales, las sociedades comerciales y civiles, etcétera.

El trato dispensado al esclavo varió en las distintas regiones del imperio. En general se ha
considerado que el régimen de trabajo fue más severo y hasta inhumano en las explotaciones
mineras de Nueva España y del Perú, y en algunas industrias antillanas. En cambio, en el Río de
la Plata, el trato fue más benévolo. Muchos de los esclavos fueron destinados al servicio
doméstico para mejorar el confort de la población urbana. Otros se desempeñaron en tareas
agrícolas; hubo también jornaleros u otros dedicados a algún oficio (zapateros, sastres,
barberos, carpinteros, pulperos y tenderos). levaqqi, luego de sus investigaciones sobre el tema,
concluye afirmando que los esclavos negros existentes en el Río de la Plata tuvieron, dentro de
su deprimente situación, "una amplia esfera de derechos y una efectiva protección judicial".

La mencionada real cédula de 1789 intentó mejorar la condición del negro. Se dispusieron el
adoctrinamiento cristiano, la alimentación, el vestido, el descanso y las diversiones adecuadas,
la asistencia en caso de enfermedad o invalidez, la adecuación de las labores a la edad y el
sexo del esclavo, etcétera.

267- El esclavo podía alcanzar la libertad de diversas formas; entre ellas pueden citarse:

a) por manumisión, que era la liberación espontánea concedida por el amo, ya en forma expresa
o ya tácitamente, consintiendo, a sabiendas, ciertos actos impropios del esclavo, como contraer
matrimonio con mujer libre, instituirlo heredero o dejarlo como tutor de sus hijos;
b) por compra de su libertad o rescate, abonando a su dueño el mismo importe que se
había pagado al adquirirlo;
c) por abuso deshonesto del amo a la esclava;
d) por habérselo abandonado en su infancia, vejez o enfermedad, ya que en estos casos el amo
debía proveerle lo necesario para su manutención durante el tiempo que durase su incapacidad
laboral;
e) por acto meritorio en beneficio del rey o del reino declarado expresamente, y siempre que el
rey reintegrara su precio al dueño. Las dos primeras formas se dieron con frecuencia en el Río de
la Plata, y aun también en la práctica se admitió la libertad de vientres, que era una liberación
parcial de la esclava que daba a luz y que permitía la libertad del hijo.

268- Quienes alcanzaban la libertad recibían el nombre de libertos, y su condición jurídica y


social conservaba aún fuertes resabios de su pasado. Gozaban de una libertad sui géneris, sujeta
a limitaciones, y no se hallaban en un mismo plano que los blancos y los indios. Debían pagar un
tributo y vivir con "amos conocidos", y si no tenían oficio, trabajar en las minas, si se hallaban en
las regiones donde éstas se explotaban. Su libertad matrimonial estaba restringida, no podían
ocupar cargos civiles y eclesiásticos, ni podían acceder a grados académicos y universitarios, ni
al sacerdocio. Tampoco podían usar armas ni incorporarse en el ejército, aunque en los últimos
años de la dominación española se los admitió en las plazas inferiores (§ 341). Con todo, éstas y
otras restricciones no eran exclusivas del liberto, pues algunas de ellas incluían a mestizos y
mulatos. En el caso de manumisión, las relaciones entre el liberto y su ex amo adquirían, en
cierta manera, analogía con las de padres e hijos, y daban a aquéllos ciertos derechos
reverenciales y pecuniarios. La condición de liberto se transmitía tanto por vía paterna como
materna —a diferencia de lo que ocurría con el esclavo—, y continuaba por generaciones hasta
el desvanecimiento del color en la piel. A partir de 1795 se estableció que algunos libertos (los
pardos y los quinterones) podían ser dispensados de tal condición mediante el pago a la Corona
de una suma determinada (gracias al sacar).

Situación de los extranjeros.

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276- Bajo la denominación de extranjeros excluidos los negros esclavos es posible distinguir dos
categorías distintas de personas:
a) Los que no eran castellanos ni vasallos de los monarcas españoles;
b) Los vasallos de esos monarcas, pero que no eran naturales de Castilla.

Mientras que para los primeros la aplicación del vocablo "extranjero" no ofreció duda alguna, en
cambio, para los segundos, el criterio varió de acuerdo con las épocas.

Como es sabido, los reyes de Castilla e Indias eran al mismo tiempo monarcas de otros reinos
europeos (§ 19), de manera que fue preciso determinar si los súbditos de esos otros territorios de
la Corona estaban comprendidos en la denominación de extranjeros. En los primeros años se
consideraban como tales a los que no fuesen naturales de Castilla; poco después, los
aragoneses dejaron de ser tratados como extranjeros, y más tarde Carlos V adoptó un criterio
amplio, permitiendo a todos los súbditos y naturales del imperio el ejercicio de los
derechos restringidos hasta entonces. Sin embargo, a partir de 1596 fueron considerados
extranjeros en las Indias los que no eran naturales de Castilla, León, Aragón, Valencia, Cataluña,
Navarra e islas de Mallorca y Menorca (Recopilación, Lib./IV, tít. XXVII, ley 28).

Esta distinción tenía una importancia práctica, pues la condición del extranjero era muy inferior a
la del natural, siguiendo el criterio restrictivo que regía en Europa, donde existían trabas legales
que dificultaban la permanencia de los extranjeros e impedían muchas veces la libre
disposición de sus bienes.

277- El principio general era que los extranjeros no podían pasar a Indias, tratar ni contratar en
estas regiones, aunque fuera por interpósita persona, bajo pena de perder las mercaderías en
cuestión y los bienes que tuviesen. Sin embargo existieron diversos modos legales para
subsanar esta incapacidad. Podían peticionar la naturalización, para lo cual se requería una
residencia "en estos Reinos o en las Indias" de veinte años continuos, diez de ellos con casa,
importantes bienes raíces y matrimonio con persona nacida en los reinos peninsulares e indianos.
Todo ello debía ser acreditado con una información ante las autoridades locales, elevada luego
al Consejo de Indias, que resolvía en definitiva (Recopilación, Lib. IX, tít XXVII, leyes 31 y 32).

Según ots capdequi, la necesidad de desarrollar en el Nuevo Mundo algunos oficios y profesiones
mecánicos obligó a la Corona a conceder licencias a operarios extranjeros para pasar a Indias,
debiendo prestar fianza en la Casa de Contratación de que continuarían desempeñando esos mismos
oficios en el lugar de radicación,

Por último, en algunas oportunidades, y especialmente cuando las necesidades del tesoro real eran
apremiantes, se admitió que los extranjeros residentes clandestinamente en Indias legalizaran su
situación mediante el pago de una contribución, que se establecía "en atención al beneficio que han
recibido", precediéndose "con toda templanza y moderación posible, conforme a la posibilidad de
cada uno1 (Recopilación, Lib. IX, tít. XXVII, leyes 11 y 14). Esa forma de excepción al principio
general recibió el nombre de composición, y sólo podían acogerse a sus beneficios en los lugares de
residencia cuando existía una expresa disposición del rey, Sin embargo, algunas normas legales
limitaron en Indias la actividad de estos extranjeros. Así, los que tuviesen licencia para
comerciar no podían internarse en el territorio, debiendo permanecer en los puertos, y tampoco
se les permitía rescatar oro, plata ni cochinilla. Los extranjeros "compuestos", a su vez, sólo
podían comerciar con sus propios caudales en las provincias donde residiesen, y no podían
permanecer en lugares y puertos marítimos.

Para los extranjeros, y especialmente los comerciantes, no comprendidos en las excepciones


aludidas, la legislación era categórica: debían ser expulsados de las Indias. Se daban razones de
defensa de la religión católica y también de índole política, pero no parece que estas
disposiciones se hayan cumplido estrictamente, si nos atenemos a las frecuentes reiteraciones
de la Corona sobre este punto.

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Pese a las estrictas prohibiciones legales, muchos extranjeros (portugueses, genoveses,
franceses, ingleses, etc.), desafiando las sanciones prescritas, ingresaban, residían y comerciaban
clandestinamente en las Indias. Ello surge no sólo de las investigaciones históricas efectuadas,
sino de la propia legislación que admitía al extranjero legalizar su situación mediante la
composición. De tal manera, es posible advertir su existencia en nuestro actual territorio
desde el siglo XVI. La mayoría eran portugueses. A fines del siglo XVIII existía en Buenos Aires
un crecido número de extranjeros de distintas nacionalidades, principalmente portugueses,
dedicados al ejercicio del comercio y a otros oficios. En menor número también los había en el
litoral, Tucumán y Cuyo.

Punto3) LA IGLESIA. ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICA. LA PREDICACIÓN RELIGIOSA.


LA INFLUENCIA SOCIAL DEL CLERO.

La lglesiaí1)

279- La organización eclesiástica. La organización eclesiástica indiana reconocía, al igual que el


ordenamiento político, diversas divisiones territoriales y diferentes categorías de autoridades y
órganos. Se distinguían así tres grandes jurisdicciones territoriales: las parroquias, que eran los
pequeños distritos de población española asignados a una iglesia, a cargo del cura párroco; los
obispados o las diócesis, que comprendían un vasto territorio, a cuya cabeza se hallaba e!
obispo; los arzobispados., que reunían generalmente varias diócesis, a cuyo frente se hallaba
el arzobispo, quien atendía también su propia diócesis.

Las órdenes religiosas, en cuanto tales, no estaban sujetas a este régimen, sino que tenían su
propia organización, según las particularidades de cada una, aunque fue general el sistema de
dividirse; en provincias, con un superior provincial a la cabeza, el que dependía del general de
la orden o de comisarios residentes en la península. Sin embargo, esta forma de organización de
las órdenes religiosas no impedía que en algunos casos sus miembros debieran estar sometidos
a la jurisdicción del obispo.

La denominación de doctrinas, en cambio, fue reservada para designar la organización


parroquial de los pueblos indígenas (§ 255) que habían asimilado los principios religiosos.

280- Las órdenes religiosas constituyeron la base de la empresa misional y a su cargo estuvo
la tarea inicial. Las cinco grandes órdenes del. Siglo XVI fueron: los dominicos, franciscanos,
agustinos, mercedarios y jesuitas, Se caracterizaban estas organizaciones por una rígida vida en
comunidad, sus miembros no podían poseer bienes particulares, tratar ni contratar y estaban,
sujetos a una severa disciplina. Aunque los fines y medios utilizados por las diferentes
órdenes religiosas eran distintos, unían a estos religiosos los votos de obediencia, pobreza y
castidad consagrados por regla de su comunidad. De ahí la denominación de clero regular con
que se distingue este tipo de comunidades religiosas,

El clero regular sólo afrontó con gran espíritu y sorprendente preparación la tarea de
cristianizar a los indios, sino que durante las primeras épocas atendió las necesidades
espirituales de los españoles, sirviendo en las parroquias y doctrinas (§ 279). Paulatinamente
fueron llegando a Indias otros sacerdotes que no pertenecían a órdenes religiosas y a los
cuales el derecho canónico les otorgaba preferencia en la provisión de parroquias y curatos.
Estos religiosos, que integraban el llamado clero secular y estaban directamente subordinados
a los obispos, tuvieron muy escasa actividad misionera. A fin de contribuir a la preparación de
los sacerdotes se crearon colegios seminarios, formándose así un clero que incluía a fines del
siglo XVIII españoles, criollos, mestizos y aun indígenas.

Hubo algunos choques entre el clero secular y el regular, especialmente cuando los primeros
pretendieron desplazar por completo a los segundos de las parroquias y doctrinas. Finalmente,
una real cédula de 1755 dispuso que todas las parroquias se proveyeran con sacerdotes
seculares, aunque ello no Impidió que los regulares continuaran atendiendo algunas parroquias
y doctrinas indígenas.

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Los clérigos seculares no podían tratar, contratar ni explotar minas. Tampoco podían
desempeñarse como alcaldes, abogados ni escribanos. Podían, sin embargo, poseer bienes, con
libertad de testar. La Corona vigiló la calidad de estos sacerdotes, y dispuso que fuesen
expulsados los clérigos sediciosos y "de mala vida y ejemplo".

281- Desde principios del siglo XVl la Santa Sede, a pedido de la Corona, fue creando en
América diócesis dependientes del arzobispado de Sevilla. En 1546 se establecieron tres
arzobispados indianos: el de Santo Domingo, el de México y e! de Lima. A principios del siglo
XIX el número de arzobispados se había elevado a ocho, y el de obispados era de treinta y ocho.

Nuestro actual territorio, en su totalidad, integró a! principio la diócesis de Cuzco, hasta que
Paulo III, en 1547, creó un obispado con sede en Asunción, que comprendía los límites de la
primitiva gobernación del Río de la Plata. En 1570 se estableció otra diócesis con sede en
Santiago del Estero, cuya jurisdicción coincidía con los límites de la gobernación del Tucumán.
En 1699 la sede de este obispado se trasladó a Córdoba,

En 1620, al crearse la diócesis de Buenos Aires, se dividió la extensa jurisdicción rioplatense. El


nuevo obispado, con sede en Buenos Aires, comprendía las actuales provincias argentinas de
Santa Fe, Corrientes, Entre Ríos, Misiones,
Buenos Aires, la región patagónica, la Banda Oriental y e! actual territorio sur del Brasil mientras
que el resto formó otra división diocesana, cuya sede continuó en Asunción.

La diócesis del Tucumán fue dividida en 1806: una parte continuó con sede en Córdoba y fue
llamada Córdoba del Tucumán; la otra, establecida en Salta, fue conocida corno la de Salta del
Tucumán.

La región de Cuyo, a su vez, dependió del obispado de Santiago de Chile hasta 1807, en que
fue incorporada a la diócesis cíe Córdoba del Tucumán.

De esta manera, en nuestro actual territorio, al término de la dominación española había tres
diócesis: Buenos Aires, Córdoba del Tucumán y Salta del Tucumán.

Estas diócesis fueron sufragáneas del arzobispado de Urna hasta 1609, en que pasaron a
depender del arzobispado que entonces se estableció en Charcas, Quienes hayan observado las
modificaciones experimentadas en estas divisiones eclesiásticas de índole territorial advertirán
ciertas coincidencias con las jurisdicciones políticas,, En realidad, ello se debía a que
expresamente el rey había ordenado' al Consejo de indias que "la división para lo temporal se vaya
conformando y correspondiendo cuanto se compadeciere con lo espiritual: los arzobispados y
provincias de las religiones con los distritos de las audiencias; los obispados con las gobernaciones
y alcaldías mayores; y parroquias y curatos con los corregimientos y alcaldías ordinarias"

282- El arzobispo —también llamado metropolitano— era la más alta prelacía indiana y tenia,
en consecuencia, la suprema autoridad dentro de la provincia eclesiástica, que reunía varias
diócesis, ejerciendo su poder sobre los obispados sufragáneos.

El obispo —también llamado prelado, ordinario, diocesano— era quien presidía con propia
jurisdicción el gobierno de la diócesis. Todos los fieles, eclesiásticos y seglares le debían
respeto, veneración y obediencia, Tenía a su cargo la administración general de su distrito y
en tal función debía hacer cumplir las resoluciones de los concilios provinciales y de los
sínodos diocesanos, atenderla disciplina eclesiástica, administrar exclusivamente ciertos
sacramentos y otros servicios religiosos, etc. Su jurisdicción se extendía sobre el clero secular
y, en ciertos casos, también sobre el clero regular. El provisor y vicario general colaboraba
con el obispo en la propia sede diocesana.

Finalmente, el cura párroco presidía las parroquias, que agrupaban un conglomerado urbano
español. Estaba a su cargo la administración de los auxilios espirituales a los fieles parroquiales, y
también llevaba el registro de los bautismos, matrimonios y entierros.

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283- Los cabildos —o capítulos— eclesiásticos eran órganos colegiados establecidos en las sedes
episcopales y a los que correspondía velar por el cumplimiento de las disposiciones canónicas,
por la conservación de los derechos de la Iglesia y por el esplendor del culto. Colaboraban con el
obispo en el gobierno diocesano mediante el consentimiento o el consejo en los negocios graves
y asistiéndolo en las ceremonias solemnes. En caso de que el obispo se encontrase impedido
de ejercer sus funciones, o si el sillón episcopal quedase vacante, el cabildo asumía
interinamente el gobierno diocesano, debiendo nombrar de inmediato a un vicario capitular para
que continuase desempeñando esas funciones hasta la designación de un nuevo titular.

Los cabildos se integraban con varias categorías de funcionarios, siendo los principales: cinco
dignidades (deán, arcediano, chantre, maestre escuela y tesorero); diez canonjías, cuatro de las
cuales tenían anexo un oficio especial llamándose, respectivamente, canonjía teologal,
penitenciaria, magistral y doctoral, que se proveían por oposición entre juristas y teólogos;
doce prebendados (seis racioneros y seis medios racioneros). Los miembros de esta última
categoría no tenían derecho de asiento ni voz en los acuerdos capitulares. Fío siempre fueron
cubiertos todos los cargos de los cabildos, sino que ello ocurrió a medida que las rentas lo
permitieron.

Según Gómez hoyos, los cabildos representaron el elemento estable, apegado a las tradiciones,
mientras los obispos constituían el elemento transitorio, a veces desarraigado y reformador, lo
que provocaba una natural oposición entre ambos, originando frecuentes desavenencias y
luchas.

284- En las Indias se celebraron concilios particulares en los que se trataron y resolvieron
cuestiones relativas al culto, a la propagación y la enseñanza misional, a las costumbres y
disciplina eclesiástica.

Los concilios provinciales eran la reunión de los obispos de una provincia eclesiástica,
convocados y presididos por el arzobispo. Solían concurrir, además, los cabildos y los
provinciales de las órdenes religiosas, aunque sólo los obispos suscribían las resoluciones que se
adoptaban. Asistían los virreyes, los presidentes o los gobernadores, de acuerdo con el lugar de
celebración. Se consideraba que las resoluciones adoptadas por el concilio obligaban a todos en
la provincia, y aun se imponían al arzobispo y a los obispos en particular.

Estos concilios debían celebrarse en América cada cinco años, pero luego ese plazo se amplió
a siete y a doce años. Sin embargo, estos términos no fueron respetados, y durante la época
colonial sólo se reunieron seis concilios en Lima y cuatro en México. La actividad conciliar fue
mayor en el siglo XVI; especialmente los concilios celebrados en Lima en 1582-1583 y en
México en 1585 alcanzaron una considerable influencia, y sus resoluciones tuvieron larga
vigencia.

Bajo el nombre de sínodos diocesanos —también llamados concilios diocesanos o episcopales


— se conocía la reunión entre el obispo y el clero de su diócesis, a cuyo efecto aquél
convocaba al cabildo, a los párrocos, clérigos beneficiados y a los regulares a cargos de
curatos. En estas reuniones, los concurrentes sólo tenían carácter de consejeros, pues era el
obispo quien en última instancia decidía. Con todo, las resoluciones estaban sujetas a la
revisación y la aprobación de las autoridades reales (§ 293). Aunque debían celebrarse
anualmente, los sínodos indianos se reunieron con bastante irregularidad, debido a la escasez de
sacerdotes en algunas regiones y a las dificultades de comunicación que padecían los vastos
territorios diocesanos.

285- La predicación religiosa. La conversión de los indígenas al cristianismo ofrecía un


campo propicio al apostolado de los sacerdotes peninsulares. Las órdenes religiosas fueron las
que respondieron a este estímulo; así es como gran cantidad de frailes llegaron desde las
primeras épocas al Nuevo Mundo, ayudados por la Corona. En cambio, el clero secular no se
dedicó ni estuvo adiestrado para la acción misional, cumpliendo sus tareas más bien en las
parroquias de españoles.

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La predicación tropezó con serios problemas, entre otros, la peculiar mentalidad de los
indígenas, sus arraigadas prácticas idólatras y, en fin, el lenguaje y la cultura extraños. Con loable
paciencia y dedicación fueron superados estos obstáculos, aunque a veces no pudo cumplirse
cabalmente el adoctrinamiento. El entusiasmo de muchos misioneros inexpertos los llevó en un
primer momento a considerar definitivas las dudosas conversiones masivas de indígenas, y así
el sacramento cristiano del bautismo fue administrado, en algunas ocasiones, en forma
multitudinaria a indios sin ningún conocimiento sólido de la nueva religión que, casi sin
entenderla, habían aceptado. Superado ese primer momento idealista, se dispuso que los
bautismos apresurados eran inconvenientes.

La actividad misional se resintió también con la crueldad con que muchos conquistadores
trataron a los indígenas, ya sea persiguiéndolos, provocando guerras injustas, despojándolos o
explotándolos.

Después de exponerse doctrinas y opiniones controvertidas, se admitió, corno más aceptable, la


tesis que propugnaba la predicación pacífica, aunque sin desdeñar el empleo de la fuerza si ella
era necesaria para defender y posibilitar la enseñanza religiosa., Reconocidas la libertad del
indígena y su capacidad jurídica y mental, no se le podía imponer por la fuerza el cristianismo ni
bautizarlo compulsivamente, aunque cabía obligarlo a escuchar la predicación de! Evangelio.

Se admitió, sin embargo, como lícita la utilización de medios indirectos destinados a orientar a!
indígena hacia la nueva religión, Así, se persiguió la idolatría, se destruyeron los templos e
ídolos, se prohibieron los sacrificios humanos, se
persiguió a los magos y hechiceros, y se restringieron el consumo de bebidas y la
práctica de ciertos bailes indígenas.

Desde los primeros momentos de la conquista estuvo presente la idea de convertir al indio en un
verdadero apóstol seglar, para que sirviera como agente de la evangelización. De esta
manera, no sólo se lograba solucionar el problema que ocasionaba el escaso número de
misioneros para atender una población indígena numerosa, sino que además se estimaba que
la predicación podía alcanzar más eficacia al ser impartida por uno de los propios indígenas.
El elegido recibía el nombre de fiscal y tenía a su cargo un conjunto de deberes y
actividades, que consistían no sólo en catequizar; según los casos, atendía las demás
necesidades espirituales de los fieles indígenas, e incluso llevaba los registros de bautismos,
matrimonios y muertes. Se considera que la institución se extendió por todo el continente y
en algunas regiones, como en Chiloé, pervive en nuestros días.

286- La labor del misionero requería penetrar pacientemente en el alma de aquellos seres
humanos. Para ello era preciso conocer no sólo su lengua, sino la vida y las costumbres de esos
nativos. Hubo algunos religiosos que estudiaban concienzudamente estos aspectos, como una
manera de contribuir a la futura labor de evangelización, esfuerzo que, por cierto, recogieron
con provecho las nuevas generaciones. El conocimiento de las lenguas indígenas fue
también esencial para que la predicación llegara a los nativos con la eficacia y la facilidad con
que debían suministrárseles ideas de este tipo. Una buena parte del material impreso en
América, tanto en castellano corno en las lenguas indígenas, estuvo dirigida a satisfacer ese fin
misional (§ 319).

Pero sería peligroso intentar separar facetas de la obra misional que en su momento
marcharon unidas. La enseñanza de los misioneros no podía limitarse a adoctrinar en la religión
católica a los indígenas, sin inculcarles todas las demás formas de la vida hispánica. Era
imposible pensar en una pura propagación

religiosa sin enseñar al mismo tiempo a leer y escribir, la vida y las costum bres españolas, el
respeto y el vasallaje al rey, en fin, la base y la raíz del cristiano español de entonces,

Hubo también claudicaciones en el espíritu misional. La extraordinaria demanda de misioneros


en América sustrajo a muchos religiosos del retiro monacal en la península y los lanzó a una

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nueva vida sin la suficiente preparación humana y moral, por lo que, aparte de no cumplirse el
objeto religioso, se facilitó que algunos cayesen en un modo de vida impropio de su carácter»

También la necesidad de clérigos en América dio ocasión a que algunos, incómodos con sus
superiores o prelados, decidiesen tentar fortuna en el Nuevo Mundo, pero sin interés en la
empresa misional. La Corona, apercibida de esta circunstancia, dictó diversas medidas a fin de
que sólo pasasen a Indias aquellos religiosos que, debidamente examinados, se encontrasen en
condiciones intelectuales y morales de prestar servicios útiles a la causa misional.

Se dispuso también, a fin de evitar conflictos entre las órdenes religiosas e interferencias en la
labor evangelizadora, que en el distrito donde alguna congregación estuviera ya predicando no
ingresara con los mismos fines otra comunidad. Además, los religiosos no debían entrometerse
en los asuntos de gobierno ni los funcionarios reales en el gobierno y la administración de las
órdenes religiosas, encargándose a los virreyes y audiencias sólo la facultad de "ajustar las
discordias de los religiosos".

287- La influencia social del clero. La iglesia tuvo una activa injerencia en el proceso de la
conquista y la colonización indiana. Esa injerencia no fue llevada a cabo mediante la
utilización de elementos de presión sobre los distintos resortes administrativos del gobierno
indiano, sino por una compenetración de fines con el Estado, que llevaron a esta situación tan
singular; mientras el Estado se consideraba subordinado a los más elevados fines
sobrenaturales, ejercía, empero, sobre las cuestiones eclesiásticas, una cuidadosa vigilancia,
destinada a la preservación de esos objetivos (§§ 30; 34; 42; 56; 290).

En este medio, la influencia de la Iglesia y de sus sacerdotes era indudable, y se hacía notar en
todos los órdenes de la vida social. En lo político, los prelados ejercían un cierto control
sobre las autoridades reales, ya que sus opiniones e informes al rey eran bien considerados.
No tenían, empero, a su cargo, ningún recurso previsto en los resortes legales. Desde el punto
de vista del gobierno espiritual, no sólo tenía la Iglesia una ponderable gravitación, sino que
la regulación jurídica de algunos aspectos importantes en la vida social le estaba reservada
exclusivamente. Así, lo referido al matrimonio, su celebración, disensos y demás cuestiones
anexas.

288- Desde el punto de vista económico, la Iglesia gozaba de una posición privilegiada por la
gran cantidad de bienes muebles e inmuebles que poseía, y que se acrecentaban continuamente
por las donaciones y los legados que recibía de sus fieles. Ello le permitía disfrutar de una
riqueza considerable que, en gran parte, se destinaba a atender las obras de enseñanza y de
beneficencia que estaban a su cargo (escuelas, colegios, universidades, hospitales, hospicios,
casas de huérfanos, etc.).

289- Este cúmulo de funciones requería un clero numeroso, activo y selecto, otorgando a la
Iglesia un papel primordial en el proceso que estamos estudiando. Sin embargo, este concepto
tan amplio no puede ser aplicado a todo el período colonial, pues en el siglo XVIÍÍ las nuevas
ideas en boga restringieron de hecho e! poder eclesiástico (§ 171), consagrando una nueva
concepción del Estado y encomendando a éste algunas actividades que hasta entonces había
desempeñado libremente el clero. Ello no pudo impedir que persistiera en buena medida la
influencia política y cultural del clero, como lo prueba, por ejemplo, su participación en los días
de la emancipación americana.

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UNIDAD III - A) EPOCA HISPANICA (Continuación)

1) La Organización Política Indiana hasta fines del siglo XVII. Las Funciones del Estado.
Autoridades residentes en España: El Rey. Origen del Poder Político. La Casa de la Contratación.
El Concejo Real y Supremo de las Indias. Sus atribuciones. El Gobierno Local de las Indias.
Caracteres. Las Capitulaciones. Partes: a) La Licencia; b) Las Obligaciones y c) Las Mercedes.
Los Adelantados. División Territorial. Los Virreinatos. Gobernaciones. Corregimientos y
Alcaldías Mayores. Otros Funcionarios. Los Cabildos. Los Cónsules. La Visita. La Pesquisa. El
Juicio de Residencia. Los Derechos Personales.

2) El Derecho Indiano. Sus características y contenido. La Recopilación de Leyes de Indias de


1680: su elaboración y contenido. Fuentes Legislativas y Orden de Prelación.
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1) LA ORGANIZACIÓN POLÍTICA INDIANA HASTA FINES DEL SIGLO XVII.

Funciones del estado 56-57-

56- La organización política era bastante diferente de la de los modernos sistemas de gobierno, no
solo por el distinto concepto que se tenia de los fines del Estado y de los principios que
fundamentaban el poder político, sino también porque esas diferencias se extendían a la
estructuración del régimen administrativo.

A principios del siglo XVI no se conocía el sistema político de la división de poderes en el Estado.
Había, sí, en la organización indiana, una diferenciación de funciones que comprendía cuatro
grandes categorías: gobierno, justicia, guerra y hacienda. Las dos primeras eran fundamentales
y, en realidad, las últimas estaban involucradas dentro de la función de gobierno.

La función de gobierno comprendía dos aspectos que se distinguían con bastante precisión en
la época: el espiritual y el temporal, "la concepción dualista del gobierno de las Indias". El
gobierno espiritual era una consecuencia de la finalidad religiosa del Estado español y de las
atribuciones que le había delegado el papado para la propagación de la religión en el Nuevo
Mundo.

La función de justicia, a su vez, no estaba confiada a un poder u órgano en forma excluyente,


como acontece en nuestro tiempo.

Había sólo una distinción de fueros, de manera que el funcionario encargado de determinados
asuntos de gobierno era también quien intervenía como juez en la materia. Coincidía, pues, la
competencia de un determinado órgano o autoridad en sus funciones de gobierno y de
justicia.

La función de guerra comprendía la organización militar, la defensa contra los enemigos


externos, la protección armada del comercio ultramarino, las campañas contra los indígenas,
etcétera.

La función de hacienda, es decir, la administración financiera de la Corona, comprendía el


cobro de los impuestos, regalías y derechos que le pertenecían, y la organización del plantel
de funcionarios encargados de su percepción y administración.

57- La mayor parte de los órganos o autoridades indianas ejercían varias de las funciones
señaladas, como veremos al realizar el estudio particular de las mismas, reuniendo lo que
constituiría hoy los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Esa acumulación de funciones, dice
ZORRAQUIN BECU, "no se hacía incorporándolas a la competencia de cada autoridad, sino agregando
nuevos títulos indicativos de la función correspondiente", por lo que "cada función conservaba su
propia individualidad y sus características especiales, de tal manera que en el ejercicio de esas
atribuciones superpuestas, cada autoridad debía obrar de acuerdo con las normas que regulaban la

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función correspondiente". Por último, cabe apuntar que "en vez de señalar las atribuciones de un
funcionario —como lo hace el derecho moderno—, se daban varios títulos para significar las
diversas facultades que le eran concedidas". De esta manera, cuando se designaba a una persona
como virrey, capitán general y presidente de la audiencia, por ejemplo, se estaba indicando en cada
uno de esos títulos los distintos oficios que debía desempeñar.

Conviene insistir en una clásica distinción de las autoridades y los órganos de gobierno, teniendo
en cuenta no solamente la residencia territorial, sino también la jerarquía de los mismos. Los
residentes en España eran de superior jerarquía, en ellos se incubaban las grandes reformas y allí
morían los pleitos más notables. Los existentes en Indias, pese a la relativa libertad de acción que se
les reconocía, estaban en última instancia subordinados a lo que resolviesen los organismos
superiores. Pero en ciertas situaciones y épocas el grado de autonomía fue mayor que el que cabía
esperar.

AUTORIDADES RESIDENTES EN ESPAÑA:

58- La dirección suprema de los negocios indianos durante estos dos siglos residió principalmente
en el rey y sus consejeros de indias. En la imposibilidad de que aquel se ocupara personalmente de
todos los asuntos, la tarea fue delegada, al principio, en asesores y luego, ya más especialmente, en
el consejo, que tuvo durante este período una actuación cada vez más decisiva. Este poder, con
todo, siempre estuvo supeditado, en los delicados problemas de la administración indiana, a
consultas con el rey. Un papel importante al principio, secundario después, desempeñó la casa de
contratación.

EL REY. 59- El rey. Quien ocupaba el trono de Castilla era también el titular de los reinos de
Indias, en virtud de la incorporación de éstos a aquél (§ 55). Como señala ZORRAQUIN BECU, las
Indias no intervenían en el reconocimiento y la proclamación de sus reyes, y nunca fueron
consultadas al respecto, ni aun en los casos en que se admitió como tal a un príncipe extranjero o
cuando existieron conflictos en las pretensiones al trono. De esta manera, el rey reconocido y
proclamado solamente en Castilla quedaba de hecho también aceptado en Indias.

No corresponde que volvamos a considerar el alcance que por entonces tenía el poder real, ya
estudiado al ocuparnos de las instituciones castellanas (§§ 20-22), pero deseamos señalar una
limitación más que, contenida en el derecho castellano, tuvo bastante aplicación en Indias. En
efecto, por una disposición originada en el siglo XVI y reiterada en varias oportunidades, se
estableció que aquellas disposiciones reales contrarias al derecho vigente y que causaran algún
perjuicio debían ser tan sólo obedecidas y no cumplidas, hasta que, mejor informado el monarca,
resolviese definitivamente. De esta manera, como dice GARCIA-GALLO, se dejaba a salvo la
autoridad de la ley y, al mismo tiempo, se evitaba la injusticia que resultaría de su aplicación. El
precepto, pues, tenía un alto contenido jurídico y social. Debido a las enormes distancias y al
desconocimiento territorial, tuvo un campo propicio de aplicación en el Nuevo Mundo, aunque
muchas veces fueron también intereses egoístas los que se valieron de este recurso para dilatar la
aplicación de algunas disposiciones reales que les eran desfavorables.

60- A partir de la muerte de FERNANDO, ocurrida en 1516, y hasta fines de la centuria siguiente, la
Corona estuvo en poder de príncipes de la llamada CASA DE AUSTRIA, El primero de ellos, CARLOS
I de España y V de Alemania (1516-1556), era nieto de FERNANDO y también de MAXIMILIANO I, y
pertenecía a la dinastía austriaca de los HABSBURGO. Durante su reinado el imperio alcanzó gran
extensión geográfica, y consiguió dotarlo de una administración eficiente, que su sucesor, FELIPE II
(1556-1598), se encargó de mantener con una singular dedicación a todos los negocios
administrativos.

Los reyes del siglo siguiente, FELIPE III (1598-1621), FELIPE IV (1621-1665) y CARLOS II "el
hechizado" (1665-1700), abandonaron los problemas de la administración indiana —también los
propios peninsulares— a validos o primeros ministros, especialmente, durante el reinado de FELIPE
III, a don FRANCISCO GÓMEZ DE SANDOVAL Y ROJAS, duque de Lerma; bajo FELIPE IV, don
GASPAR DE GUZMAN, conde duque de Olivares, y don Luis MÉNDEZ DE HARO Y GUZMAN. El valido
era, al mismo tiempo, amigo íntimo del rey y ejercía directamente el gobierno de la Monarquía,
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debido a los poderes que, de hecho o de derecho, había delegado en él el propio rey. La figura del
valido evolucionó a través del siglo, y en buena parte sus características dependieron de la persona
que obtuvo el favor real. En la segunda mitad de la centuria apareció más perfilada su figura con la
denominación de primer ministro,

No se abandonaron, sin embargo, como apunta ZORRAQUIN BECU, los principios fundamentales de
la Monarquía ni los fines de la empresa indiana, aunque se advirtió "un mayor descuido
administrativo, un creciente abandono del espíritu imperial, la pobreza, el estancamiento de todas
las actividades y el auge de ciertas fallas en el gobierno, como el peculado y la venta de oficios".
Era una decadencia en todos los órdenes que, junto a la creciente pujanza de otras naciones, iba a
configurar ese estado de postración de la España de fines del siglo XVII.

ORIGEN DEL PODER POLÍTICO.

61- Origen del poder político. De acuerdo con las doctrinas desarrolladas en los siglos XVI y
XVII, el hombre, impulsado por sus necesidades sociales, establecía la comunidad, la que otorgaba
el uso del poder o potestad política al gobernante en determinadas condiciones y formas. El deber
primordial del gobernante o del príncipe era atender el bien de la comunidad, sin poder usar a su
capricho la autoridad conferida. En principio, el pueblo tampoco podía reasumir esa potestad,
salvo en casos muy graves, como, por ejemplo, cuando el gobernante se convertía en tirano o
cuando desaparecía el príncipe sin dejar legítimo sucesor.

Esta potestad o poder político era, pues, de derecho natural, en cuanto respondía a las inclinaciones
sociales del hombre y procedía de Dios, quien lo entregaba a la comunidad al constituirse ésta.

El rey, pues, recibía el poder de la comunidad, y cada sucesión de príncipes en el trono significaba
una verdadera renovación del pacto originario, formalizada mediante el juramento del nuevo rey
de guardar y respetar las leyes y los privilegios vigentes, a lo que el pueblo respondía jurándole
obediencia. De allí, dice GARCIA-QALLO, "el rey es un administrador de la comunidad, un
magistrado que ejerce el oficio o cargo de rey", que ha de gobernar conforme a las leyes y en
beneficio de la comunidad. En caso contrario, se convertía en un tirano, el vínculo con la
comunidad se rompía y cesaba el deber de obediencia.

Esta doctrina fue elaborada por los principales teólogos y juristas españoles, y aunque a través de
los diversos autores es posible notar diferencias —algunas de ellas importantes—, se puede
considerar la enunciada como doctrina generalmente admitida por la mayoría de los tratadistas
(FRANCISCO DE VITORIA, DOMINGO DE SOTO, Luis DE MOLINA, FRANCISCO SUAREZ, FERNANDO
VÁZQUEZ DE MENCHACA, MARTIN DE AZPILCUETA, DIEGO DE COVARRUBIAS, etc.) y, como tal,
aplicada en el derecho político de la época.

62- La doctrina, sin embargo, no resultó aplicable desde un primer momento a las Indias, pues el
dominio de los Reyes Católicos sobre estos territorios se había originado en otros títulos (§§ 34-
41), y no en la voluntaria concesión de la comunidad indígena. QARCIA-QALLO sostiene que sólo
hacia 1540, cuando el número de españoles en Indias era considerable y la conquista del territorio
se había efectuado con el esfuerzo de aquellos y a su costa, puede considerarse que también en
Indias el poder del rey sobre los españoles lo recibe mediante un pacto de la comunidad".
Asimismo, se intentó obtener el reconocimiento voluntario de los indígenas al rey (§41).

63- Sin embargo, esta idea acerca del origen del poder fue desplazada lentamente a medida que la
figura del Estado alcanzó a diferenciarse de la comunidad y que surgió una concepción
providencialista del monarca, en el sentido de que por una concesión de Dios ocupaba el trono.
Ello culminó en España en el siglo XVIII, con los resultados que veremos (§ 167).

LA CASA DE LA CONTRATACIÓN.

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La Casa de la Contratación de Indias. Al igual que el consejo de indias, es otro de los radicados en
España. Fue el organismo rector del comercio peninsular con las indias. Institución de gobierno
con atribuciones políticas. Fue creada por Real cédula del 20 de enero de 1503.

64- Establecida en Sevilla en 1503, la Casa de la Contratación fue el primer órgano de gobierno
indiano creado en la península. Al principio dependió directamente de los reyes, secretarios y
asesores, pero gozó de una cierta autonomía que subsistió hasta la creación del Consejo de Indias
en 1524 (§ 65). A partir de entonces quedó subordinada a la dirección suprema del Consejo, y
desde la segunda mitad del siglo también dependió, en algunos aspectos de la administración
financiera, del Consejo de Hacienda. Esta doble dependencia ocasionó permanentes conflictos;
especialmente el Consejo de Indias se sintió molesto por la injerencia de los funcionarios
hacendísticos.

En un primer momento, la Casa estuvo integrada sólo por tres oficiales —tesorero, contador y
factor—, pero a partir del reinado de FELIPE II el plantel burocrático aumentó notablemente. Desde
fines del siglo XVI fue posible ya advertir dos grupos de altos funcionarios: los administrativos
propiamente dichos y los jueces letrados que constituían el tribunal de justicia, denominado
Audiencia de la Casa de la Contratación.

En sus comienzos, la Casa era sólo una autoridad intermediaria y administrativa del comercio con
las Indias, y del apresto y el despacho de las flotas, pero paulatinamente a través del siglo XVI le
fueron encomendadas nuevas tareas a medida que surgían los problemas. Entre las principales
señalamos:

a) el control sobre el comercio con las Indias (§ 139) y sobre la organización de las expediciones
conquistadoras, por lo que le correspondía llevar registro de los barcos, licencia de pasajeros,
registro de mercaderías, etcétera;
b) el registro de los despachos que la Corona enviaba a las autoridades en las Indias;
c) la atención parcial de algunos intereses fiscales (§ 139), como llevar el asiento de las entradas
y las salidas de los bienes reales, evitar la importación clandestina del oro;
d) la administración de los bienes que dejaban los españoles que morían en Indias;
e) el ejercicio de funciones judiciales, civiles y criminales, especialmente las derivadas de la
contratación y la navegación con las Indias y de los pleitos fiscales;
f) el desarrollo de los estudios náuticos, habiéndose creado en 1508 el cargo de piloto mayor
con facultades para examinar aspirantes y formar las "cartas de marear" (mapas náuticos), y más
tarde, una cátedra de cosmografía. Tal cúmulo de tareas fue, empero, aligerado con la creación en
1543 del consulado en la misma ciudad de Sevilla (§ 145). Señala SCHÁFER que durante el siglo
XVIL al igual que el Consejo, la Casa experimentó un nuevo aumento de su personal, el
crecimiento de los salarios y de las deudas, así como el decaimiento de la fuerza y la importancia
de su labor. La decadencia se hizo evidente a fines de ese siglo, durante el cual ciertos cargos
habían sido distribuidos inescrupulosamente. Pese a que sólo se extinguió en 1790, a partir del
siglo XVIII —fue dispuesto su traslado a Cádiz en 1717—, perdió parte de sus atribuciones,
languideciendo paulatinamente (§ 168).

EL CONCEJO REAL Y SUPREMO DE LAS INDIAS. Tenía atribuciones legislativas,


judiciales, administrativas y propias del organismo, como proponer los candidatos para los cargos
públicos de América.

65- El Consejo Real y Supremo de Indias. Durante los primeros años, los reyes se ocuparon
personalmente de los asuntos indianos, prestando colaboración un miembro del Consejo Real de
Castilla, don JUAN RODRÍGUEZ DE FONSECA. Luego de la muerte del rey FERNANDO, en 1519 se
creó dentro del Consejo de Castilla una junta para los asuntos indianos, que empezó a conocerse
como "Consejo de las Indias", y se ocupaba sólo de los aspectos administrativos, pues en los de
justicia continuaba entendiendo aquél. El 4 de agosto de 1524 fue establecido en forma definitiva
el Consejo Real y Supremo de las Indias, otorgándosele la alta jerarquía e independencia propias
de estos cuerpos, con gran autoridad administrativa y judicial. El Consejo indiano alcanzó así un
plano de igualdad con el de Castilla, que no fue, sin embargo, absoluto. En este sentido puede
advertirse que la designación de los miembros del Consejo de Indias la efectuaba el rey en
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consulta con el Consejo de Castilla, y no se procedía en forma análoga en el caso inverso, y que
aquél no intervenía con su opinión en los problemas internacionales que afectaban todo el imperio.

En torno del Consejo se constituyó una burocracia que aumentó paulatinamente, a tal punto que en
la segunda mitad del siglo XVII el personal era tres veces mayor que el existente medio siglo
antes, pese a que el trabajo no había aumentado en la misma proporción y a que la situación
financiera era muy comprometida. Se integraba el Consejo, principalmente, con un presidente,
varios consejeros —en un principio, cinco, y luego se llegó hasta diecinueve—, un fiscal, dos
secretarios y un plantel de funcionarios de menor jerarquía. Unas ordenanzas—varias veces
reformadas—reglaban su actividad.

El amplio poder decisorio del Consejo siempre estuvo supeditado en los importantes problemas de
la administración indiana a consultas con el rey, y en cuanto a los negocios hacendísticos, a partir
de la segunda mitad del siglo XVI, a la aprobación del Consejo de Hacienda. Ello significó en
muchas ocasiones un considerable y perjudicial retardo en las decisiones. El entorpecimiento se
hizo más visible durante el reinado de FELIPE II, por la lentitud con que el rey despachaba las
consultas y el giro de sus respuestas, y en los siguientes reinados por la injerencia, a veces
inescrupulosa, de los ministros o secretarios favoritos.

En 1600 fue creada la Cámara de Indias, constituida por un reducido número de consejeros, a la
que se le encomendó lo relativo a los nombramientos civiles y eclesiásticos, y la concesión de
mercedes. Aunque se suprimió en 1609, fue restablecida en 1644, pese a la oposición del Consejo,
que consideraba disminuidas sus atribuciones, sin haberse dado una sólida razón para ello. En
realidad, el nuevo cuerpo resultaba útil a los ministros o secretarios reales para influir más
directamente en la designación de los nuevos funcionarios, con lo que a veces se satisfacían
apetencias personales, con omisión de los méritos de los candidatos. Estas influencias
contribuyeron a restar independencia y fuerza al Consejo de Indias durante el siglo XVII, y así
quedaron postergados proyectos y tentativas que partían de un conocimiento de la realidad indiana
muy superior al que poseían los ministros o secretarios del rey.

El Consejo de Indias residía en la corte del rey, y como ésta era ambulante no tuvo casa oficial
hasta 1561, en que se estableció en el Alcázar real de Madrid. En 1717, se trasladó, juntamente
con los otros consejos, a un nuevo palacio madrileño.

El Consejo de Indias —al igual que los demás consejos— se comunicaba con las autoridades
indianas y con los particulares a través de cédulas reales firmadas por el rey. Sólo con sus propios
funcionarios y en el servicio interior, el Consejo lo hacía en su propio nombre. A su vez, las
presentaciones que se hacían al Consejo llevaban por encabezamiento: "Al Rey Nuestro Señor, en
su Real Consejo de las Indias". Sólo en casos excepcionales, y especialmente en la
correspondencia de los virreyes, se alteraba esta fórmula, cuando se deseaba que la presentación
llegase directamente al rey, y así se decía: "Al Rey Nuestro Señor, en sus Reales Manos". Es decir,
desde el punto de vista de la organización política, el Consejo de Indias se subsumía dentro de la
figura del rey, en cuyo nombre actuaba.

En tal sentido su gobierno, pues, era supremo, y no sólo le estaban subordinadas las autoridades y
los órganos que ejercían el poder en el Nuevo Mundo, sino la propia Casa de la Contratación,
establecida en Sevilla. Aunque este gobierno fue esencialmente un "gobierno de relación", es decir
que las disposiciones se dictaban a través de memoriales, informes y presentaciones de las
autoridades indianas y de los particulares, sin conocimiento directo de la realidad, paulatinamente
se fueron buscando para las plazas del Consejo—sin lograrlo siempre— las personas que hubieran
tenido experiencia directa en el gobierno propiamente indiano.

66- SUS ATRIBUCIONES. Las atribuciones del Consejo eran:

a) Asesoramiento. Según ZORRAQUIN BECU, en el sistema de la monarquía hispánica los consejos


constituían "piezas esenciales", a quienes los reyes debían solicitar asesoramiento para los actos de
gobierno. A su vez, el Consejo ponía en conocimiento del monarca los informes precisos y las

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soluciones que estimaba necesarias para los asuntos indianos. De esta manera, las decisiones eran
conjuntas, adquirían mayor fuerza y eliminaban la sospecha de arbitrariedad. Sin embargo, el rey,
como autoridad suprema, era quien en última instancia podía imponer su voluntad. Pero los
consejos —también el de Indias— no fueron, sobre todo en el siglo XVI, sumisos y complacientes
a la opinión del monarca, sino que protestaron y reaccionaron vehementemente ante disposiciones
que estimaban erróneas. De ahí la importancia que alcanzó esta función de asesoramiento.

El sistema ofrecía también algunos inconvenientes por la larga tramitación de los asuntos que
ambas autoridades tenían en sus manos. Si algunos de los reyes fueron excesivamente lentos en el
despacho de los asuntos —el caso más saliente es el de FELIPE II—, no debe olvidarse que la
lentitud fue también característica del propio Consejo indiano, que no podía desprenderse de un
arraigado espíritu de rutina y de la natural carencia de responsabilidad individual en sus
decisiones.

b) Gobierno. La competencia del Consejo comprendía tanto los aspectos espirituales como los
temporales. Se ocupaba, así, del ejercicio del patronato en un sentido amplio, estando a su cargo
proponer al rey los candidatos para ocupar dignidades y prebendas eclesiásticas, como también las
divisiones territoriales eclesiásticas de las Indias, armonizándolas con las jurisdicciones
administrativas y la concesión del pase o exequátur a bulas y breves apostólicos que debían
cumplirse en Indias (§ 293).

En cuanto al denominado gobierno temporal, el Consejo preparaba las leyes y demás disposiciones
referidas a Indias, y las expedía en nombre del rey y con su aprobación. Determinaba las
divisiones territoriales y proponía el nombramiento de los funcionarios indianos. Atendía las
consultas que le elevaban los altos funcionarios de Indias, que no podían realizar ningún plan
importante de gobierno sin la previa aprobación de la Corona. El Consejo otorgaba también
aprobación y licencia para la publicación de obras referidas a las Indias, y autorizaba la
introducción de libros en el territorio encomendado a su jurisdicción.

Por expresas disposiciones reales, el Consejo debía archivar prolijamente la correspondencia que
desde Indias enviaban a la Corona los funcionarios y los particulares, con el objeto de que se
tuviera una "descripción y averiguación cumplida y cierta de todas las cosas del Estado de las
Indias", tanto las de orden administrativo como las de índole geográfica y las relativas a los
indígenas (Recopilación, lib. II, tít. II, ley 6). También se le había encomendado el buen
tratamiento de los indios y su conversión al cristianismo, ocupándose, asimismo, de los
repartimientos y encomiendas.

Pero donde la función legislativa alcanzó mayor notoriedad fue en los esforzados trabajos
destinados a la recopilación de las leyes dictadas para Indias, la que finalmente se sancionó en
1680 (§§ 98-99).

c) Justicia. Ejercía el Consejo el control sobre los tribunales judiciales de Indias y era
competente para entender en los pleitos originados por vía de apelación. Sin embargo, para evitar
un recargo de tareas que apartase a sus miembros de la actividad gubernamental, se limitó ese
recurso a aquellos asuntos que por su monto y naturaleza convenía llegaran a conocimiento del
alto organismo (§115).

d) Querrá. A partir del siglo XVII, los asuntos militares y navales, hasta entonces de
competencia del Consejo, fueron encomendados a la Junta de Querrá, no obstante, el Consejo
continuó encargándose de aspectos financieros de este ramo, según lo dispuesto en la
Recopilación, lib. II, tít II, ley 77.

e) Real Hacienda. Tuvo a su cargo la administración de los fondos reales, pero a partir de la
segunda mitad del siglo XVI el Consejo perdió esa facultad, que pasó al Consejo de Hacienda. Sin
embargo, continuó fiscalizando las cuentas de los oficiales reales, y estableciendo o modificando
los impuestos y demás contribuciones indianas.

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(Otro funcionario importante en el consejo fue el visitador. Si bien no integra permanentemente el
cuerpo, es este quien sugiere al rey su nombre para que visite las indias. Es así como el visitador,
investido de su alto rango, representa al monarca, se traslada a Virreinatos, Capitanías o
gobernaciones de América, no sólo con atribuciones de observación o inspección sino con plenas
facultades ejecutivas. Gran importancia tuvieron ya que gracias a ellos se pudieron corregir los
grandes abusos y procedimientos Americanos. (L. Rosas Pág. 10)

EL GOBIERNO LOCAL DE LAS INDIAS. CARACTERES.

68- Generalidades. El establecimiento de los órganos y autoridades en Indias no respondió a un


plan orgánico previamente trazado, sino que fue el resultado de las continuas necesidades que se
ponían en evidencia. De ahí que tardara mucho tiempo en establecerse un régimen organizado,
que, con todo, no fue definitivo. Esta misma libertad en la creación del sistema se trasmitía a los
gobernantes de cada región, pues al dictarse las leyes no siempre era posible tener en cuenta las
necesidades de cada distrito, por lo que aquéllos gozaron de la facultad de suspender la aplicación
de las órdenes reales que resultaran inadecuadas (§ 59) y ejercieron un relativo poder legislativo.

Esta relativa libertad de acción fue cercenada paulatinamente porque la aspiración de las
autoridades peninsulares era ejercer un mayor control sobre las actividades indianas. La política
centralista llegó en los últimos tiempos de la dominación española a que los gobernantes en Indias
fueran simples ejecutores de las órdenes superiores. La vigilancia minuciosa sobre los funcionarios
procuraba no sólo que se aplicasen los fines de la conquista, sino también que se evitase el mal
ejemplo de funcionarios deshonestos y despóticos.

El sistema de gobierno establecido en las Indias suponía un recíproco control de los órganos y
autoridades, al punto de que las atribuciones encomendadas a cada uno impedían que alguna
autoridad se constituyera en suprema, en detrimento de las restantes. Existía, sí, una minuciosa y a
veces imprecisa escala jerárquica de funcionarios, pero aun los que ostentaban más boato y
preeminencia aparente, como el virrey, encontraban serias limitaciones en el desempeño de su
cargo, originándose así una verdadera división de la autoridad y la responsabilidad gubernativa.
Debe señalarse también la gravitación que ejercieron sobre los gobernantes coloniales ciertas
fuerzas sociales. Estos grupos se nucleaban especialmente en torno de la Iglesia (§ 287) y de los
cabildos (§ 85). Tanto los prelados, los sacerdotes y las comunidades religiosas, por una parte,
como, por la otra, los vecinos más caracterizados, constituían, junto con la burocracia
gubernamental, la clase dirigente, con influencia y poder incuestionable sobre una mayoría que
aceptaba su liderazgo.

En suma, el régimen establecido era pesado, lento y trabado en virtud de esos mismos controles,
de las larcas distancias y las deficientes comunicaciones que separaban a las distintas autoridades
superiores residentes en América y en España.

Pío es posible realizar una clasificación estática de las autoridades residentes en Indias, aunque
conviene distinguir los orígenes de la administración territorial, que coinciden con la conquista
propiamente dicha, de la organización definitiva que se alcanzó una vez obtenido el asentamiento
de la empresa. Como se comprenderá, estas etapas no tuvieron la misma vigencia para las distintas
regiones del Nuevo Mundo, y de allí que preferimos no incurrir en comprometedoras
periodizaciones.

El gobierno de las Indias no estuvo, al menos durante mucho tiempo, sujeto a una planificación o
esquema político que dividiera el continente en jerárquicas divisiones territoriales y estableciera un
orden sistemático entre autoridades y órganos, distribuyendo entre ellos las distintas funciones. No
fue así, en primer lugar, porque el proceso mismo de la conquista desarrollado a lo largo del siglo
XVI obligó, antes que atender una planificación, a resolver casuísticamente los problemas creados
por la nueva realidad, y además porque el racionalismo como forma de una sociedad política
planificada no se conocía entonces.

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Sostiene el profesor GARCIA-GALLO que en un primer momento y como consecuencia de las
capitulaciones de Santa Fe del 17 de abril de 1492, celebradas entre la Corona y CRISTÓBAL
COLON, todo el nuevo Mundo formaba un solo virreinato y gobernación, sometido a la única
autoridad del descubridor. A partir de 1501, y más decididamente una década después, al
concederse nuevas capitulaciones, esta unidad fue desapareciendo, empezando a constituirse
numerosas provincias con adelantados o gobernadores a su frente, dependientes directamente del
rey, y no de COLON. Así afirma el mencionado autor que durante el primer tercio del siglo XVI las
provincias constituyen "las circunscripciones básicas del gobierno territorial de las Indias".

Poco después, una nueva organización se superpuso a la primitiva al desaparecer el virreinato


colombino y crearse los de Hueva España (1534) y del Perú (1542), en aquellos territorios,
considerados como reinos, donde existían fuertes comunidades indígenas organizadas
políticamente. La jurisdicción territorial inicial de los nuevos virreinatos se redujo a esos reinos y
no comprendía las restantes provincias indianas, que continuaron al margen de aquéllos.

Ya sea por la alta significación política de los virreyes, por el deficiente conocimien to de la
geografía, por la tentación de esquematizar la organización territorial, o por el intento de dar
ciertas bases unitarias al gobierno indiano, lo cierto es que paulatinamente fueron apareciendo los
virreinatos como los órganos políticos superiores, con una jurisdicción cada vez mayor. Esto se
evidencia a fines del siglo XVI, en que la autoridad del virrey llegaba a provincias que no habían
estado incorporadas en un principio a los virreinatos. Fue tal vez en la Recopilación de leyes de
1680 donde se alcanzó un mayor grado de generalización de las normas y de ordenación
esquemática del gobierno indiano, aunque, por supuesto, sin acercarse a los ordenamientos
metódicos racionalistas del siglo XIX.

Para conciliar la realidad casuística y evolutiva durante estos dos siglos, en las diferentes áreas
territoriales, con la necesidad de ofrecer un esquema pedagógico, luego de esta caracterización
general, hemos de estudiar las diferentes autoridades gubernativas, empezando por aquellas que
responden a un primer momento de la conquista. Así, luego de caracterizar las capitulaciones, nos
ocuparemos de los adelantados. El orden gubernativo ya consolidado nos ofrecerá la posibilidad de
estudiar a los virreyes, gobernadores, corregidores y alcaldes mayores, y a otros funcionarios de
menor jerarquía, así como la forma en que todos ellos eran controlados en su actuación. En gran
parte hemos utilizado la clara sistematización efectuada por el profesor ZORRAQUIN BECU, y
naturalmente nos limitaremos a señalar los aspectos más generales de esta organización sin aludir
a regímenes de excepción.

69- El ejercicio del poder real en el Nuevo Mundo tuvo una trabajosa etapa formativa que, según
ALFONSO GARCIA-GALLO, ha pasado inadvertida para la mayoría de los historiadores. En primer
lugar, se debió afrontar las consecuencias lógicas de una inexperiencia gubernativa, que provocó,
con frecuencia, tensiones, choques y reclamaciones a la Corona. Además mereció particular
atención el problema planteado a raíz de los extensos poderes otorgados a CRISTÓBAL COLON —
almirante, virrey y gobernador— en las capitulaciones de 1492, que desencadenó numerosos y
complejos pleitos promovidos por su hijo DIEGO COLON, que no se resignaba a perder, ni siquiera
parcialmente, tan amplias concesiones. De esta manera, la Corona, en parte aceptando sus
pretensiones y en parte desconociéndolas, no pudo imponer definitivamente un sistema de
gobierno propio y excluyente hasta mediados del siglo XVI.

LAS CAPITULACIONES. PARTES: A) LA LICENCIA; B) LAS OBLIGACIONES Y C) LAS


MERCEDES.

70- Las capitulaciones. La empresa conquistadora, según dijimos, fue dirigida y fiscalizada por la
Corona, pero costeada por los particulares sobre quienes recaían el riesgo y el trabajo de la misma,
pues la ayuda real fue muy escasa (§ 48). Esta peculiar característica dio origen a un régimen
especial de convenios, las llamadas capitulaciones.

La capitulación era una convención o contrato de carácter público, celebrada entre la Corona y el
empresario, por la cual aquélla concedía permiso o licencia para llevar a cabo una empresa o
establecer un servicio público, sujeto a determinadas condiciones. Este instrumento jurídico fue
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utilizado con anterioridad en Castilla, y en cuanto al Nuevo Mundo, estuvo especialmente referido
al descubrimiento y la ocupación de territorios, aunque no faltaron capitulaciones relativas a otro
tipo de servicios públicos.

Por su contenido, las capitulaciones revivían, en cierta medida, el sistema señorial desaparecido en
la península. Pero, en todo caso, la Corona no abandonó nunca la dominación política y el derecho
a dictar las normas para el cumplimiento de los fines del Estado. A tal efecto, solían expedirse las
instrucciones, que contenían en detalle las normas y previsiones necesarias para la buena marcha
de la expedición, ajustadas a la legislación imperante.

La Corona se reservaba la atribución de otorgar las capitulaciones, pero en el caso de


descubrimientos o concesiones menores, otros órganos y autoridades (Casa de Contratación,
audiencias, gobernadores y virreyes) fueron autorizados para celebrarlas en nombre del rey, y
sujetas a su confirmación.

Las capitulaciones, como es natural, siguieron en tiempo y lugar las formas territoriales de la
penetración española en el Nuevo Mundo (§ 44), y se extendieron durante todo el siglo XVI,
aunque la gran mayoría de las celebradas directamente con el rey se hicieron en la primera mitad.

Aunque el contenido de las distintas capitulaciones difiere, teniendo en cuenta no sólo la


importancia de cada una, sino también la época de su concesión, conviene fijar sus características.
Generalmente, comprendía tres partes:

La Licencia propiamente dicha, la enumeración de las obligaciones del caudillo y de las


mercedes concedidas, y, por último, los privilegios otorgados que se solían condicionar al éxito de
la empresa y a la conducta de su jefe.

-Eran obligaciones del caudillo o empresario:

a) cumplir no sólo con los fines específicos de su misión, sino también con los objetivos de la
Corona en cuanto al buen tratamiento de los indios, buscando su conversión al cristianismo;
b) asegurar la percepción de los bienes y derechos que correspondían a la Corona; y
c) llevar a cabo una política de población.

No bastaba descubrir; era necesario poblar, y para ello se le fijaban plazos y formas de hacerlo. A
cargo del jefe quedaban el reclutamiento de hombres, la formación y la dirección de la hueste (§§
330-331). Para colaborar en aquellas tareas, y también como un verdadero control, solían integrar
estas expediciones los oficiales reales de hacienda (§ 151) y los sacerdotes.

-Las mercedes regias, a su vez, consistían en:

a) la concesión de títulos o funciones públicas relevantes en los territorios que descubrieren y


poblaren (almirante, adelantado, virrey, gobernador, capitán general, alguacil mayor, etc.), las que
llegaron a concederse a perpetuidad o para trasmitirlas hereditariamente por varias vidas;

b) el repartimiento de tierras, que alcanzaba a veces grandes extensiones, tanto para el caudillo
como para los demás integrantes de la expedición, con el único requisito de la residencia;

c) el libre aprovechamiento de las minas que descubriese, reservándose la Corona la propiedad


de las mismas y una participación en los beneficios;

d) la participación en rentas y beneficios de la Corona en determinado territorio, por un cierto


tiempo y aun a perpetuidad, dentro de ciertos límites, o la concesión de una renta fija.

No se agota aquí la enumeración de estas mercedes, pues también comprendía, según los casos, la
tenencia de fortalezas, la facultad para encomendar indios, la propiedad sobre la mitad de los

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tesoros hallados, las exclusividades en determinadas explotaciones, ciertas exenciones impositivas,
etc., todo ello condicionado a la importancia de la capitulación celebrada.

LOS ADELANTADOS. DIVISIÓN TERRITORIAL.

Los adelantados: El origen de esta institución es netamente español, proviene de la época de la


lucha contra los Moros en la península por la necesidad del rey de extender sus fronteras, les daba
en mérito de de su campaña en el territorio ganado pleno poder civil y militar. Isabel de Castilla
establece la institución en el nuevo mundo, otorgando las mismas atribuciones.

71- Según ZORRAQUIN BECU —a quien seguimos en este tema—, los adelantados constituyeron la
figura más característica de la etapa inicial de la organización indiana. La forma en que se realizó
la conquista del Nuevo Mundo obligó a la Corona a conceder a los jefes de las expediciones
amplias facultades y privilegios para interesarlos en la empresa, darles una jerarquía suficiente
para reclutar la gente necesaria para integrar la expedición y dotarlos, en fin, de las atribuciones
necesarias para enfrentar los distintos problemas que solían presentárseles. Así nació la función y
el título de adelantado, que ya habían sido conferidos en la propia península.

El oficio —agrega ZORRAQUIN BECU— era de la más elevada jerarquía, sin alcanzar, sin embargo,
a tener carácter nobiliario. Era común conceder el título en forma vitalicia y aun con derecho a
trasmitirlo a un heredero. Reunía funciones gubernativas, militares y judiciales, pero no tenía a su
cargo la administración fiscal, que estaba reservada a los oficiales reales. Estos funcionarios,
designados por el rey, junto con los sacerdotes, ejercían en cierto modo un control, y sus informes
a la Corona servían para aquilatar la conducta de los adelantados. Como vemos, aun en el
momento inicial de la conquista, la libertad de acción de estos verdaderos caudillos tenía sus
limitaciones.

El adelantado en Indias fue nombrado durante la primera mitad del siglo XVI para ejercer sus
atribuciones en territorios aún no descubiertos o sin poblar. Es decir que para aquellas comarcas
que en esa época ya habían superado la etapa inicial, se nombraron otros funcionarios, y no
adelantados. En muchas capitulaciones se concedían, además de este oficio, otros cargos políticos.
ZORRAQUIN BECU interpreta esas dobles concesiones como un intento de someter al adelantado a la
jerarquía administrativa y reducirlo a la categoría de un funcionario rentado y obediente a las
órdenes reales.

Desde mediados del siglo XVI, aunque con diferencias entre las comarcas indianas, ya asentada en
su mayor parte la conquista española, desapareció la necesidad del adelantado, y sus atribuciones
pasaron a ser ejercidas por los órganos y las autoridades que conformarían definitivamente el
sistema indiano, no se extinguió, sin embargo, el título de adelantado, que desde entonces fue
simplemente una dignidad otorgada por la Corona en premio de servicios cumplidos o a cumplir
por el beneficiado.

(Transcurrido el primer siglo de la conquista, la institución decayó totalmente, pues sus funciones
pasaron a manos de los gobernadores, Virreyes o capitanes generales. El Río de la Plata tiene su
primer adelantado en el año 1534, dos años antes de la fundación de Buenos Aires. (L. Rosas Pág.
12)

LOS VIRREINATOS.

(Cristóbal Colón fue el primer Virrey de América. En las capitulaciones firmadas en Santa Fe de la
vega de Granada el 17 de abril de 1492 entre los Reyes católicos y el descubridor, le otorgan a este
el título de Almirante. Si bien en virtud de estas capitulaciones Colón fue el primer virrey de estas
tierras, la institución no tuvo vida hasta 1535 en que se organiza como gobierno en América. El
origen de la institución es anterior al descubrimiento. La Corona de Aragón creó para los dominios
que fue anexando el título de virrey, era necesario dar la más alta dignidad y poderes amplios para
los que gobernaban lejos de la sede real. Los hubo en Aragón mismo, porque cuando el monarca
se encontraba fuera de este reino designaba un virrey que gobernara en su ausencia. Carlos V es

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quien institucionaliza este cargo en el nuevo mundo. Resuelve crear los virreinatos del Perú en
1544, y Nueva España 1535. En el siglo XVIII habrían de instalarse los de Nueva Granada y Río
de la Plata. Estos funcionarios de indias ejercieron facultades sumamente amplias, políticas,
judiciales de hacienda o religiosas. El virrey presidía la audiencia radicada en la capital del
virreinato, asistía a todos los juicios de residencia, fijaba los límites jurisdiccionales de las
audiencias, determinaba los días de reunión, nombraba jueces para causas especiales,
inspeccionaba cárceles etc. En suma era supremo juez. Toda la administración colonial estaba en
sus manos. Repartía tierras y solares, y autorizaba la venta en pública subasta de las tierras de
realengo. En el orden de gobierno proveía todos los cargos que no se hubiese reservado
especialmente al rey. Las autoridades superiores, gobernadores o miembros de cabildos, debían
consultarle cualquier decisión de importancia. Promulgaba instrucciones para gobernadores y altos
funcionarios de la administración. Fueron superintendentes de la real hacienda estando entre sus
obligaciones aumentar el tesoro real, mediante toda clase de medidas, impuestos, multas etc.
Reprimían el comercio y el contrabando. En materia religiosa el principal poder residió en el
ejercicio del regio Patronato indiano, su actuación estuvo vinculada a la organización y
funcionamiento de las órdenes religiosas, colaborar con obras de beneficencia o de educación. En
las funciones militares era el jefe de las fuerzas de mar y tierra, reclutar tropas, víveres etc. (L.
Rosas Pág. 13) Con esto se puede reemplazar lo de abajo.

72- Los virreyes. El oficio de virrey para las Indias fue inicialmente otorgado a CRISTÓBAL COLON
(PRIMER VIRREY EN AMÉRICA) en las capitulaciones de Santa Fe (1492). La concesión era amplia,
no demasiado clara con respecto a sus atribuciones, y luego se convirtió en hereditaria. Ello
provocó largos y numerosos conflictos, especialmente con el hijo del descubridor, don DIEQO
COLON, y sólo al cabo de enojosos pleitos, que concluyeron en 1535, se dio término a este singular
virreinato. A partir de entonces la Corona consideró el oficio como la más alta magistratura, pero
dentro de la administración territorial, sujeta directamente al rey y desligada de toda capitulación.
En tal carácter fueron designados los primeros virreyes para Nueva España y Perú. El del Perú se
destacó pronto como el más importante, no sólo por su extensión territorial, sino también por su
repercusión económica, de manera que los virreyes trasladados de Nueva España al Perú
estimaban el cambio como un significativo ascenso en su carrera administrativa. A mediados del
siglo XVIII, las necesidades obligaron a la creación de otros dos virreinatos: los de Nueva Granada
y del Río de la Plata (§ 169).

Si bien los primeros virreyes fueron —según OTS CAPDEQUI— "como encarnación suprema del
Estado español en las Indias, altos funcionarios que gozaron de un complejo de atribuciones hasta
entonces nunca igualadas y de la máxima confianza de la Corona", sus poderes, paulatinamente,
quedaron limitados no sólo por el deber de informar al rey, sino también por las órdenes
minuciosas provenientes de España que debían cumplir. Conservaron, sin embargo, un alto rango
jerárquico, que se ponía de manifiesto en la pompa y el brillo que los acompañaba, como en la
misma recomendación en el sentido de que se les tuviera "mucho respeto y reverencia, pues
representan nuestra persona real" (Recopilación, lib. III, tít III, leyes 34 y 2).

Al principio, los virreyes se designaban sin plazo fijo, a voluntad del rey, pero desde 1629, el
nombramiento era trienal (3 años), aunque podía prorrogarse. Se procuraba elegir a personas
desarraigadas del lugar donde ejercían sus funciones, prohibiéndoseles terminantemente
trasladarse al mismo con sus hijos y aun con sus hijos políticos. También se les prohibía toda
vinculación con intereses económicos y comerciales en la región, y para compensar esas
privaciones se les dotaba de una excelente remuneración, aun cuando se admite que sus gastos
debieron ser también elevados, para mantener el decoro de su investidura. Para asegurar la
continuidad de la obra de gobierno e informar a su sucesor, el virrey saliente debía redactar una
memoria, en la que se consignaba no sólo la actividad desarrollada, sino también los principales
problemas cuya solución requería el concurso del nuevo funcionario.

Era asistido en sus funciones por una secretaría, cuyo número de miembros creció al desarrollarse
la burocracia, llegando a dividir su trabajo en departamentos.

El virrey encontraba también ciertas limitaciones en el desempeño de su cargo. En primer lugar, su


deber de informar a la Corona en forma detallada sobre la marcha del gobierno, así como sobre
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"las personas beneméritas" para ser ocupadas en cargos públicos. Luego por el sistema de visitas
(§ 80) y juicios de residencia (§ 82), y por el control de la audiencia. Precisamente, se aconsejaba a
los virreyes que las materias más arduas e importantes fueran consultadas en acuerdo con los
oidores, aunque siempre reservándose aquéllos la decisión final (Recopilación, lib. III, tít. III, ley
45).

Muchos de los virreyes pertenecían a familias nobles y distinguidas de la península. Los hubo
también nacidos en suelo americano. En la larga lista de los virreyes coloniales hubo quienes se
entregaron al servicio del progreso material, espiritual e intelectual de la región. Otros, en cambio,
indiferentes a la obra de gobierno, se dedicaron tan sólo a gozar de los beneficios y las honras
burocráticas.

Retirado de su magistratura debía someterse al juicio de residencia ante un juez designado por el
consejo de indias, podían declarar todos los vecinos del virreinato, haciendo cargos al funcionario,
aportando pruebas o bien rehabilitar su nombre.

GOBERNACIONES. 75 y 76

Estos funcionarios existen en América desde los primeros tiempos del descubrimiento y corren a
todo lo largo del proceso colonial. Su nombramiento emana del rey a propuesta del consejo de
indias, por tiempo indeterminado, y luego se establece por tres años si se trataba de personas
establecidas en América y de cinco si residían en España. En algunos casos hubo nombramientos
populares, es decir, directamente por el pueblo, fueron las excepciones. Como gobernadores se los
conoce en el Río de la Plata y algunas regiones centroamericanas; en el Perú como corregidores y
en nueva España, como alcaldes mayores. Las directivas de su gobierno se hallaban generalmente
en instrucciones que recibían del virrey o directamente de la corona. Su actuación era
particularmente política y administrativa, presidían entre otras funciones el cabildo. Las funciones
del gobernador eran numerosas, tenían jurisdicción civil y criminal, participaban en el gobierno
municipal, presidiendo el ayuntamiento, administraba la justicia etc. Su preeminencia duró hasta la
implantación de las intendencias en que fue suplantado por estos funcionarios.

75- Los gobernadores. A la cabeza de las denominadas provincias mayores y menores se


encontraba un gobernador. Conviene establecer desde ya una característica que es fundamental
para explicar la diferencia entre unas y otras. Las provincias mayores eran aquellas en las que
funcionaba una audiencia, por lo que el gobernador era, además, presidente de la misma, a lo que
debía agregarse su función de capitán general. De ahí que en la legislación indiana se
acostumbraba, frecuentemente, denominarlo —para diferenciarlo acaso de los otros funcionarios
del mismo nombre— presidente gobernador y capitán general a veces tan sólo presidente. En
cambio, las provincias menores, de extensión más reducida o ubicación menos estratégica, no
tenían audiencias, y su más alto funcionario era simplemente gobernador y capitán general, sin
perjuicio de que tuviera también atribuciones judiciales. Debe mencionarse, asimismo, otra
categoría de gobernadores, que estaban subordinados a los indicados precedentemente. Ejercían
sus funciones en un territorio de menor importancia aun, y la aparición de esta categoría se
produjo en 1607 al dividirse la isla de Cuba en dos distritos, el de La Habana y el de Santiago, con
sendos gobernadores, estando el último subordinado al primero, que era, por otra parte, capitán
general de toda la isla.
Además, el origen del nombramiento influía en la extensión de su mandato y poderes, según
fuesen por capitulación, por designación real, por nombramiento o elección local, o por compra
del oficio.
Como se advierte, era apreciable la diferencia de jerarquía y atribuciones que separaban las
distintas categorías o clases de gobernadores. Todas estas provincias estaban sujetas al mando
superior del virrey, a quien debían consultarle los principales asuntos de cada uno de los distritos,
obedecer y cumplir sus órdenes.
Pero a veces, por prescripción legal, algunos gobernadores gozaron de una relativa independencia.
Así, por ejemplo, se ordenó al virrey del Perú que no se entrometiera en el gobierno del presidente
gobernador de Chile, dependiente de aquél, salvo en casos graves y de mucha importancia. En
otras oportunidades fue la enorme distancia lo que obró de separación natural con el jefe del
virreinato. Tal el caso de Buenos Aires, cuyos gobernadores mantuvieron escaso contacto y
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dependencia con el mismo virrey del Perú, y se atuvieron a los resultados de la comunicación directa
con las autoridades residentes en la península (§ 158).

76- Por regla general, los gobernadores eran nombrados por el rey por un período de tres a cinco
años, aunque frecuentemente no se cumplió con este plazo. Al igual que los virreyes y otros
funcionarios, se les imponían ciertas restricciones durante el ejercicio de su cargo. No podían casarse
sin licencia real y les estaba prohibido designar a parientes suyos en cargos administrativos.
Asimismo, se les vedaba intervenir en todo tipo de negocios particulares. Al ser designados debían
presentar un inventario de sus bienes y otorgar fianza.

En cuanto a las atribuciones, diferían de acuerdo con la categoría de cada uno de los gobernadores.
Así, los denominados presidentes gobernadores tenían, por lo general, las mismas funciones que
hemos señalado para el virrey en su carácter de gobernador, presidente de la audiencia y capitán
general, aunque reducidas por su dependencia de éste. Los gobernadores y capitanes generales de las
provincias menores, a su vez, tenían análogas atribuciones, con la lógica reducción de poder que
correspondía a su categoría. En materia hacendística, sus decisiones quedaban supeditadas al virrey
o el presidente gobernador respectivo. Desde luego, al no existir audiencias en su distrito, sus
funciones judiciales eran de menor jerarquía y generalmente se les daba, en este orden, el título de
justicia mayor. No faltaron algunos gobernadores que tuvieron solamente este título, sin las anexas
funciones militares y judiciales.

CORREGIMIENTOS Y ALCALDÍAS MAYORES.

77- Los corregidores y alcaldes mayores. Se nombraban para "el gobierno de las ciudades y sus
partidos" donde no hubiera gobernador, y "lo mismo se ha observado respecto de los pueblos
principales de indios, que son cabeceras de otros" (Recopilación, lib. V, tít. I, ley 1).

Es decir que ambas clases de autoridades eran designadas tanto para poblaciones formadas por
españoles —de las que aquí nos ocupamos— como para los pueblos indígenas (§ 253). Se ha
sostenido que no existió distinción alguna entre corregidores y alcaldes mayores, pues la diferencia
de nomenclatura era sólo circunstancial de cada región (en el Perú, corregidores, y en Nueva
España, alcaldes mayores), sin afectar el contenido funcional del oficio. Recientemente, QARCIA-
QALLO ha planteado la distinción entre ambos oficios, afirmando que mientras la función de los
corregidores era esencialmente de tipo gubernativo, la de los alcaldes mayores era judicial, aunque
de hecho se les encomendaban a éstos actividades de gobierno. Pese a esta distinción funcional,
varias circunstancias llevaron en la época a confundirlos y a considerarlos un solo oficio con
distinto nombre. Los cargos que le seguían en importancia al gobernador eran los de alcalde
de primer y segundo voto. El oficio de Alcalde fue el único que jamás se vendió quizá por
aquello que si el juez compraba su título sería natural que después lo vendiera. La función de
alcalde era esencialmente judicial, entendiendo en primera instancia de los asuntos civiles y
criminales, y algunas funciones administrativas. El alcalde de segundo voto sustituía al
primero.

El cargo de corregidor, de origen castellano, estaba regido en cuanto a nombramiento, término,


requisitos y prohibiciones por las mismas normas que el de gobernador. Sus atribuciones eran
análogas a las de los gobernadores de la categoría que le precedía, con una mayor dependencia de
las autoridades superiores del distrito donde se desempeñaba. Agregaba a su título el de justicia
mayor, que implicaba funciones judiciales, y a veces también los de lugarteniente de capitán
general o capitán a guerra, que significaban atribuciones militares de orden secundario. Se había
dispuesto especialmente que los pueblos de indios encomendados fueran puestos bajo la
jurisdicción de los corregimientos y alcaldías mayores más cercanos, debiendo estos funcionarios
vigilar el trabajo de los indígenas.

Por último, debe señalarse que se nombraron también funcionarios, con la denominación de
corregidores, para administrar algunos pueblos de indios, con el fin de que se constituyeran en
protectores de ellos, pero en la práctica pocas veces se cumplió con este objetivo.

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La figura del corregidor fue objeto de juicios contradictorios en su época, postulándose su
abolición en determinadas oportunidades, pero llegada la hora de decidir el asunto, las autoridades
siempre dieron la razón a los que, no conformes con la conducta de muchos de ellos, veían que al
fin constituían el instrumento más apto para regir la comunidad indígena, sirviendo de control y
contrapeso a la autoridad que, cada uno en su órbita, ejercían el curaca o cacique y el doctrinero.

En las reducciones indígenas y en las misiones, la denominación de corregidor se adjudicó


también al cargo, pero no era ocupado por españoles, sino por un indio principal (§ 255).

Los alcaldes mayores y los corregidores fueron suprimidos a fines del siglo XVIII, al establecerse
las intendencias (§ 204).

OTROS FUNCIONARIOS. 78 y 79

78- Otros funcionarios. Tanto en las gobernaciones como en los corregimientos se solía nombrar
funcionarios menores, que recibían la denominación de tenientes. Los gobernadores designaban a
los tenientes generales, que cumplían las funciones que aquéllos les encomendaban,
desempeñándose en la propia sede de la gobernación. Cuando el teniente era letrado, dice
ZORRAQUIN BECU, directamente desempeñaba las funciones judiciales encomendadas al
gobernador y asesoraba a éste en otros asuntos gubernativos. Cuando no lo era, se le otorgaban
indistintamente algunas de las múltiples atribuciones que debía ejercer el superior. Reemplazaba
temporariamente al gobernador en caso de muerte o ausencia.

Los tenientes de gobernador, a su vez, eran designados por el gobernador para ejercer funciones en
las ciudades subalternas de la comarca. Se les delegaban, además, atribuciones militares y de
justicia, por las que recibían los títulos de capitán a guerra y de justicia mayor, respectivamente.
De manera análoga, los corregidores designaban tenientes de corregidor.

Las atribuciones de estos funcionarios dependieron de las que, en cada caso, les delegaban sus
superiores, los que en cualquier momento podían ampliarlas o revocarlas. En la práctica, la
distancia y el celo administrativo fueron factores importantes que determinaron el alcance de los
poderes de estos funcionarios menores.

79- El control de los funcionarios indianos. Si bien existía un control recíproco de carácter
funcional entre las autoridades y los órganos del gobierno indiano, la legislación estableció
también otros procedimientos para evitar los abusos y excesos de los gobernantes. Entre ellos,
merecen señalarse, por la importancia institucional alcanzada, los sistemas de las visitas, las
pesquisas y las residencias.

LOS CABILDOS. Organismo más popular de América. 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92.

Los cabildos y el gobierno de las ciudades ( 4). Si comparamos los cabildos de aquella época con
las municipalidades actuales, podemos decir que los cabildos ejercían una jurisdicción y
competencia notablemente más amplia. No pocas actas, hablan de las peticiones de vecinos ante el
cabildo, a fin de resolver todo asunto vinculado a sus intereses. Todo ello nos demuestra que los
decretos, ordenanzas y providencias de esta institución dados en consecuencia con estas peticiones
y necesidades, eran resultado de la opinión popular; y que estos gobiernos locales, eran en cierta
manera representativos de los intereses de la comunidad. Si sumamos a esto que para casos de
mayor trascendencia y gravedad que hacían a la existencia de la ciudad, se convocaba a todos los
funcionarios y afincados a cabildo abierto, y así cabildo y vecindario decidían, se debe concluir en
que esta institución era el organismo apéndice del pueblo, descartando por supuesto que se
practicara una democracia representativa. Se cree que como antecedente del federalismo argentino
concretado en la época independiente, esta institución es una de sus fuentes más legítimas.
Diversas corrientes pueblan el territorio Argentino en lo que va desde el siglo XVI al XVII.
Fundada una ciudad, organiza su cabildo, traza calles, levanta empalizadas, otorga solares,
convoca sus milicias, y se somete a un ordenamiento jurídico político. Cada Cabildo a cientos de
leguas del pueblo más cercano tendrá que improvisar su vida, asegurar su defensa, arraigar sus

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instituciones, en no pocas circunstancias crear su derecho y lucharon por su propia autonomía
política. Llegado los Borbones tratarán de desmembrar su estructura, con la creación del
Virreinato en el Plata y la ordenanza de intendencias, que si bien estas restringen los derechos
comunales, va a servir de positivo antecedente a la posterior organización federativa de las
provincias argentinas. Llegado el período independiente, los cabildos reclaman la parte de
soberanía que les corresponde. Cada ciudad cada pueblo lucha por los derechos que les
corresponde, por sus fueros. Solamente los cabildos pasarán a la época revolucionaria sin cambiar
sus estructuras. (López Rosas Pág. 37)

85- Al fundar una ciudad (§47), los conquistadores españoles procedían a la constitución del
cabildo, dando así una base jurídica al núcleo humano. Según HARIMG, este órgano era "la unidad
local de gobierno político", y su jurisdicción comprendía no sólo el recinto urbano, sino también la
zona rural circunvecina.

Todas las Ciudades indianas tenían su cabildo, y también éstos existían en las denominadas villas,
que eran centros urbanos de menor importancia y jerarquía, pero con vecindad y jurisdicción
separadas de la ciudad. No había un cuerpo orgánico de leyes destinado a regir la existencia de
estos órganos, sino normas aisladas, a veces sin alcance general, por lo que la organización
municipal se basó en la costumbre y en las ordenanzas sancionadas para cada cabildo. Según
afirma ZORRAQUIN BECÜ —a quien utilizamos frecuentemente en este tema—, los cabildos
indianos, en general, no tuvieron carácter popular, como lo habían tenido sus antecesores, los
ayuntamientos castellanos (§ 23), en su período de esplendor. Representaron, en realidad, un grupo
o clase social, la de los vecinos de mayor prestigio, que eran los conquistadores y sus
descendientes. Esta tendencia aristocrática se mantuvo hasta principios del siglo XVII, en que, al
implantarse el sistema de venta de los oficios concejiles, se incorporó a los cabildos un nuevo
grupo de vecinos, ansiosos por su afán de figuración y progreso social, no exentos de fines
lucrativos.

Tanto en una época como en la otra, los cargos en los cabildos quedaron en poder de una clase
dirigente que no siempre evidenció aptitudes para el gobierno de la ciudad. No obstante, cabe
reconocer que, como defensores de la producción y del comercio, contribuyeron a mejorar el nivel
económico de la población, cuya representación ejercían, aunque de una manera indirecta.

Los cabildos perdieron paulatinamente el goce de la autonomía que tuvieron al inicio,


produciéndose esta transformación no sólo por la menor resistencia que opusieron a las
autoridades reales los nuevos grupos sociales que predominaron en su composición a partir de
principios del siglo XVII, sino también por la política cada vez más centralista impuesta por la
Corona. Con todo, mantuvieron algunas prerrogativas, como la comunicación directa con el rey,
que les permitieron reaccionar contra abusos de algunos funcionarios reales.

86- Según ZORRAQUIN BECU, tres categorías de personas integraban el cabildo, las que,
enumeradas siguiendo el orden de precedencia en las ceremonias y votaciones, eran: los alcaldes
ordinarios, los funcionarios especiales y los regidores.

Los alcaldes ordinarios, de primero y segundo voto, eran cargos anuales y electivos. En la mayoría
de los cabildos había dos; en los de menor importancia, uno solo. Su función más relevante era la
de presidir el cabildo cuando no asistían el gobernador o su teniente, no pudiendo reunirse el
cuerpo si faltaban los dos alcaldes. En caso de ausencia o muerte del gobernador y su teniente sin
dejar reemplazantes, asumían en forma interina el mando político de la provincia. Individualmente
ejercían funciones judiciales en materia civil y criminal (§ 106).

Existían ciertos funcionarios especiales que participaban de las actividades capitulares con voz y
voto, ocupando lugares prominentes después de los alcaldes y cuyo nombramiento lo efectuaban
—según los cargos, las épocas y las costumbres locales— el rey, el gobernador o el propio
cabildo, y aun se adquirían en pública subasta. Esos funcionarios eran, en orden jerárquico: el
alférez real de alta categoría social, encargado de portar el estandarte real en las ceremonias civiles
y religiosas, y en las campañas militares; el alguacil mayor, que debía ejecutar las decisiones
judiciales, dirigir la cárcel y mantener el orden en la ciudad; el provincial de la hermandad, que
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tenía a su cargo la vigilancia de la campaña, así como el conocimiento de los delitos que allí se
cometían, en funciones análogas a las de los alcaldes de hermandad, que continuaron siendo
elegidos; el depositario general, encargado de los depósitos judiciales; el fiel ejecutor, que debía
verificar la exactitud de los pesos y medidas empleados en el comercio, atender el abasto urbano y
controlar el cumplimiento de las disposiciones que en este orden había expedido el cabildo; y el
receptor de penas de cámara, que estaba comisionado para recibir las "penas de cámara" (condenas
pecuniarias aplicadas judicialmente a los autores de determinados delitos), pero cuando este cargo
no era cubierto, la percepción la efectuaban directamente los oficiales reales.

Los regidores, a su vez, eran los miembros natos del cabildo, y su número variaba entre cuatro y
doce, de acuerdo con la categoría de la ciudad donde aquél funcionaba. No era frecuente que los
cabildos tuvieran todos los funcionarios especiales que hemos enumerado, por lo que algunos de
los oficios fueron habitualmente desempeñados por los propios regidores, como ocurría en los
cuerpos capitulares existentes en nuestro territorio.

Hasta principios del siglo XVII también concurrían al cabildo, con derecho a voto y con un rango
superior a los propios regidores, los oficiales reales (§ 151).

87- El fundador de la ciudad tenía, por lo general, la facultad para designar a los alcaldes y
regidores del flamante cabildo. Si bien se ordenó que, a falta de esa autorización, fuesen los
vecinos de la ciudad quienes eligieran anualmente a los regidores, pocas veces se practicó este tipo
de elección popular. En su reemplazo se utilizaron otros procedimientos, ya sea mediante el
nombramiento directo por el rey —los que algunas veces fueron a perpetuidad— o por el
gobernador sobre la base de una nómina elevada por el cabildo, o ya mediante la elección que
practicaban los regidores salientes, la que debía ser confirmada por el virrey o el gobernador,
según el caso.

Durante el reinado de FELIPE II se introdujo el sistema de vender ciertos cargos, entre ellos los
concejiles, al mejor postor, a fin de obtener recursos financieros para el exhausto tesoro. Se había
establecido que debía darse preferencia a los hombres aptos para la función y a los primeros
conquistadores y sus descendientes, pero HARING sostiene que esta precaución no fue siempre
observada.

La venta del cargo, que se efectuaba en subasta pública y sujeta a la confirmación real, era
perpetua, pudiendo el beneficiado revenderlo, donarlo o transmitirlo a sus sucesores, bajo ciertas
condiciones.

El nuevo sistema perturbó la organización de los cabildos no sólo por la escasa capacidad de
quienes adquirían estos oficios, sino también porque los sometió a un indecoroso y
contraproducente mercado de precios, que alcanzó elevadas cifras en las ciudades importantes del
imperio, pero que no encontró postor alguno en otras secundarias, como Buenos Aires, en el siglo
XVII y aun después, lo que obligó, en este último caso, a disponer que las designaciones
efectuadas no pudiesen ser rechazadas por los interesados. En algunos cabildos —el de Santiago
de Chile, por ejemplo— se practicó también un régimen mixto, siendo algunos cargos electivos y
otros, vendibles.

Sin embargo, en ningún caso el sistema de la venta se extendió a los cargos de alcaldes, cuya
elección efectuaban los mismos regidores, sin poder reelegírselos, salvo que lo fueran por
unanimidad, hasta dos años después de haber terminado su período y siempre que se hubieran
sometido al juicio de residencia (§§ 82-83).

88- Los cargos concejiles debían ser ocupados por vecinos, que eran los españoles (§ 238) que
habitaban en el lugar y tenían casa propia y familia. Esta calidad de vecino debía acreditarse
mediante la pertinente información sumaria, inscribiéndose luego en un registro que llevaba el
mismo cabildo. Muchos de esos cargos fueron ocupados por criollos, y en algunos cabildos se
solían repartir entre peninsulares y criollos para evitar recelos.

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Los aludidos requisitos impedían que aspirasen a estos cargos los sacerdotes, los militares en
servicio activo fuera de su habitual residencia, los/hijos de familia y los dependientes. Tampoco
podían ser elegidos los oficiales reales, los deudores del fisco, los procesados, los extranjeros, los
parientes del gobernador o de los propios cabildantes y los que tuviesen tiendas o negocios al
menudeo u "oficios viles'. En cuanto a los alcaldes, las exigencias de la legislación eran mayores, y
se indicaba que con preferencia debía elegirse a los descendientes de descubridores y primeros
pobladores.

89- El plantel de funcionarios no se agotaba con los que se han enumerado. El cabildo nombraba
otros, que no tenían voto y en general tampoco podían intervenir en sus deliberaciones, a saber: el
procurador general (que después se denominó síndico procurador general), que servía de portavoz
de los intereses colectivos de la ciudad y debía formular sus peticiones ante el cabildo o ante otras
autoridades locales; los procuradores, que representaban al cabildo ante las autoridades residentes
fuera de la ciudad; el mayordomo de la ciudad; los alcaldes de hermandad; los pedáneos; los
alcaldes de barrios; los defensores de pobres y de menores; el escribano de cabildo, etcétera.

90- Los cabildos debían reunirse necesariamente en las llamadas casas capitulares y tenían las
siguientes funciones:

a) Registro de títulos. A fin de controlar la legalidad del documento, fijar la fecha de posesión de
los cargos y dar cierta publicidad al acto administrativo, todos los funcionarios —a excepción de
los virreyes y oidores— debían presentar sus títulos ante el cabildo local, donde prestaban
juramento y ofrecían la fianza exigida. También era el cabildo quien autorizaba el ejercicio de
ciertas profesiones, a veces incluso mediante examen de competencia (§§ 298-316).

b) Gobierno comunal. Estaban a su cargo la distribución de tierras, el cuidado edilicio y sanitario


de la ciudad, la conservación e inspección de cárceles y hospitales, el control del abasto, la
regulación del comercio, la fijación de precios y salarios, la protección de los pobres, la atención
de la enseñanza primaria, la organización de fiestas laicas y religiosas, el mantenimiento del orden
público, etc., es decir, lo que configuraba el gobierno "por menor" de la ciudad.

c) Asesoramiento y control político. A menudo las autoridades superiores consultaban a los


cabildos sobre problemas gubernativos de la comarca. También podían formular peticiones e
interponer recursos ante la audiencia o el Consejo de Indias por medidas gubernativas que estima-
ban inconvenientes, dándole así a este cuerpo un verdadero control político.

d) Administración de justicia. Como veremos al estudiar la organización judicial, tanto el cabildo


como tal, como individualmente algunos de sus integrantes, tenían funciones judiciales civiles y
criminales (§ 106).

91- Para hacer frente a las erogaciones que implicaba este cúmulo de atribuciones, los cabildos
disponían de los denominados propios y arbitrios, aunque su poder financiero era muy limitado.
En principio, los propios eran los bienes de la ciudad (casas y tierras comunales), y los arbitrios
eran los recursos que se obtenían por la percepción de ciertos derechos e impuestos (multas;
introducción de vino y ganado en la ciudad, tránsito de puentes, ventas en pública subasta,
despacho de bebidas, juegos y esparcimientos públicos, etc.). Era frecuente que la recaudación de
estos ramos se arrendase anualmente al mejor postor.

92- Aunque no se encontrara expresamente legislado, en ciertas ocasiones, y con el consentimiento


de la autoridad política, los cabildos convocaban a los vecinos, altos funcionarios, prelados
religiosos y jefes militares a fin de considerar asuntos excepcionales, en los cuales se buscaba el
apoyo de la opinión pública para las resoluciones proyectadas por el cabildo, a quien correspondía
la decisión final. Estas reuniones recibían el nombre de cabildos abiertos.

LOS CÓNSULES. LA VISITA. 80

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Los consulados. El intenso tráfico comercial con las Indias determinó la creación de consulados en
las ciudades de Sevilla (1543), México (1592) y Lima (1613). Estos dos últimos fueron los únicos
que funcionaron en la América española hasta fines del siglo XVIII, en que la nueva política
económica los estableció en otros puertos indianos, incluso Buenos Aires (§ 206).

Integraban el consulado un prior, dos cónsules, dos consejeros (que eran el prior y un cónsul
saliente) y varios diputados (seis en Lima y cinco en México). El prior y los cónsules eran elegidos
anualmente por los comerciantes de la ciudad. Para intervenir en estas elecciones, los mercaderes
debían reunir determinados requisitos. Los cargos consulares eran públicos, remunerados y de
aceptación obligatoria.

El consulado tenía a su cargo la defensa de los intereses económicos de la clase que representaba,
constituyendo una verdadera corporación gremial. De ahí su intervención en todos los problemas
relativos a tráfico comercial, marítimo y terrestre, operaciones y documentos mercantiles, seguros,
préstamos, tarifas, sin descuidar los deberes de asistencia a sus miembros necesitados y de
contribuir con prestaciones y donativos a la Corona en momentos de apremio.

Los consulados ejercían también una relativa facultad reglamentaria en cuestiones vinculadas al
comercio, aunque tales disposiciones debían obtener la confirmación del monarca. Por último
desempeñaban funciones judiciales en los pleitos y diferencias que se suscitaban en la materia, en
la forma que vimos al estudiar la organización judicial indiana (§ 117).

A fin de requerir la opinión de los miembros de la corporación en asuntos graves, los consulados
convocaban juntas, donde se debatían con intervención de aquéllos esos problemas de interés
gremial y surgían a menudo soluciones, que se elevaban a consideración del virrey.

El consulado en Lima tuvo bajo su jurisdicción hasta fines del siglo XVIH todo el territorio
comprendido en el virreinato del Perú. Para ejercer sus poderes en tan extenso territorio se
nombraron diputados en las principales ciudades, que desempeñaban las atribuciones delegadas
por el organismo consular. En general, fue el propio consulado quien designó a los diputados,
aunque en algunas ciudades la elección se practicaba entre los mercaderes del lugar.

LA VISITA.

80- La visita era una inspección ordenada por las autoridades superiores y destinadas a controlar el
funcionamiento de los organismos públicos, con cierta amplitud en cuanto a los lugares donde se
realizaba y sin que los funcionarios afectados dejasen de ejercer su cargo. Según GUILLERMO
CÉSPEDES, el tipo más interesante de visita era la general que abarcaba todo un virreinato o
capitanía general y que se ordenaba sólo en circunstancias excepcionales. Al promediar el siglo
XVII se abandonó esta modalidad por considerarla inconveniente e infructuosa, prefiriéndose las
visitas específicas. Sin embargo, durante el reinado de CARLOS III se la restableció con éxito.

LA PESQUISA.

81- La pesquisa consistía en el envío del llamado juez pesquisador o de comisión, con el objeto de
investigar e informar sobre alguna grave irregularidad (abusos de funcionarios, alteración del
orden público, comisión de algún gravísimo delito, etc.). Su función se limitaba a reunir la
información, haciendo las veces de un moderno juez instructor, para remitir lo actuado a la
audiencia, que debía fallar en el proceso.

EL JUICIO DE RESIDENCIA.

82- El juicio de residencia consistía en un procedimiento destinado a determinar la conducta del


funcionario en el desempeño de su oficio. El objeto del juicio no era solamente el castigo de los
abusos o arbitrariedades, sino que a través del mismo se exaltaba, si correspondía, la buena
conducta del residenciado, lo que significaba un valioso antecedente para aspirar a ascensos
burocráticos u otras mercedes.
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En principio, todos los funcionarios indianos estaban obligados a someterse a residencia al
terminar de desempeñar un oficio, pero, según sostiene MARILUZ URQUUO, podía ser promovida en
cualquier momento y aun fue establecida periódicamente para los oficios perpetuos o permanentes.
Se prohibía ocupar un nuevo cargo sin haberse sometido al juicio por el anterior empleo.

Para sustanciar el juicio se designaba un juez especial, siendo frecuente que tal designación
recayera en el sucesor del residenciado en el cargo. Aunque durante casi dos siglos en los
despachos de residencia era común designar un solo juez, con posterioridad se introdujo la
costumbre de nombrar tres personas para suplir en orden sucesivo al que no aceptase el cargo.
Como principio general, el juez residenciado era designado por el presidente del Consejo de
Indias, cuando el oficio era de provisión real, y por los virreyes, presidentes y gobernadores,
respectivamente, cuando el empleo era provisto por estos funcionarios.

El juicio se tramitaba en el lugar donde el residenciado había desempeñado su oficio y, en general,


se exigía la presencia de aquél, aunque se autorizó ocasionalmente a algunos altos funcionarios,
que debían trasladarse a otras regiones, a designar un procurador para que los representase durante
la residencia, El juicio comprendía no sólo al residenciado principal, sino también a otros
funcionarios que hubiesen desempeñado cargos durante el gobierno de aquél.

El juez, una vez llegado al lugar, anunciaba la residencia por edictos en la capital o en todo el
territorio sometido a la jurisdicción del funcionario enjuiciado, invitando a españoles e indios a
presentar sus demandas contra aquél y sus auxiliares dentro de un plazo determinado.

83- El juicio constaba de dos partes: una secreta, en la que el juez averiguaba de oficio la conducta
del funcionario, y otra pública, en la que el particular agraviado podía promover demandas y
querellas para obtener satisfacción de los agravios inferidos por el residenciado, pero debía prestar
fianza de pagar una indemnización si no lograba probar sus acusaciones.

En la parte secreta, el juez solicitaba informes a organismos oficiales, revisaba papeles y


documentos públicos, recibía denuncias anónimas, examinaba testigos, etc. La prueba testimonial
era muy importante y el juez debía elegir testigos probos y desapasionados para someterlos a un
interrogatorio, que preparaba siguiendo los modelos tradicionales y las órdenes reales al respecto.
Cuando la jurisdicción era muy extensa, el juez enviaba comisionados a las ciudades y villas para
que obtuviesen la información correspondiente. De acuerdo con las comprobaciones obtenidas, el
juez formulaba los cargos concretos contra el residenciado, a quien daba traslado para que
produjese su defensa.

La sentencia debía absolver de los cargos o condenar al residenciado. En este último caso se
imponían diversas penas de acuerdo con la falta cometida y el criterio del juzgador (multa,
inhabilitación temporal o perpetua, destierro y traslado). En esta oportunidad se solía analizar no
sólo el desempeño del enjuiciado en el oficio, sino también su vida privada, moralidad y
costumbres, consignándose, cuando los había, los actos meritorios.

Aunque el régimen no fue uniforme ni respetado en todos los casos, en la segunda instancia de este
juicio intervenía el Consejo de Indias cuando el residenciado ocupaba oficio de provisión real, y la
audiencia, en los demás casos. En cambio, en los juicios instaurados por los particulares contra el
residenciado, la apelación era sustanciada ante la audiencia.

La sentencia definitiva cerraba el caso, y no se podía volver sobre los actos del funcionario
comprendidos en ese período, ni aun en un posterior juicio de residencia. -

84- Esta institución, juzgada por algunos como inútil, corrompida y perniciosa, ha sido valorada
por otros no sólo por el control que significaba, sino, además, porque permitía entrever y subsanar
los defectos del gobierno indiano y servía también como adecuado freno a la conducta de los
funcionarios. En el siglo XVIII decayó visiblemente y fue objeto de una reforma importante (§
170).

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LOS DERECHOS PERSONALES.

278- Los derechos personales no fueron objeto de una formulación precisa y sistemática hasta
fines del siglo XVIII. Sin embargo, se reconocieron como tales los enunciados por el pensamiento
de los teólogos, proveniente del derecho natural. Estos derechos, que no podían ser avasallados ni
restringidos abusivamente por la autoridad, dependían de la condición de las personas, pues
estando formada la estructura social por varios estamentos (§ 237), cada uno de éstos tenía sus
libertades peculiares. De esta manera no se podía hablar de una igualdad general, pero sí de una
igualdad de las personas en razón de su estado.

El concepto de libertad tendía a generalizarse, aunque aún había serias limitaciones en la situación
de los sometidos al régimen señorial en la península, en la de los extranjeros (§ 277) y en la de los
indígenas americanos (§ 244).

La libertad de residencia y de circulación, aunque reconocida en general experimentó algunas


restricciones por motivos políticos y religiosos. En lo que respecta a Indias, cabe señalar la
situación especial de los extranjeros, de los indígenas y aun de los propios castellanos, pues se les
exigía licencia real para pasar a América, estando también restringido e! traslado de uno a otro
continente a los hombres casados que viajaban sin sus mujeres (§ 271).

Se admitía la libertad de expresión siempre que no atacara los principios de la religión católica ni
los derechos del rey. La impresión y la circulación de libros estaban sometidas a la licencia previa
de las autoridades reales y eclesiásticas, quienes la negaban en caso de infracción a esos principios
(§§ 320-

321). La regulación de las ideas religiosas adquirió peculiar relieve en España e Indias por la
conocida inclinación de la Corona a defender el catolicismo, duramente puesto a. prueba en esa
época por la reforma protestante. De esta manera, la herejía, considerada un desvío erróneo del
dogma católico, fue severamente perseguida y castigada. Siguiendo el pensamiento teológico
predominante, se admitió la posibilidad de otras creencias, pues no cabía imponer
obligatoriamente determinada religión, pero, en cumplimiento del idea! político, se presionó en
España a los moros y judíos para que voluntariamente se convirtieran, bajo amenaza de expulsión.
También fue objeto de especial controversia la libertad religiosa de los aborígenes (§§ 240-243;
285).

La igualdad, por otra parte, y especialmente en el siglo XVI, no se fundaba tanto en


exteriorizaciones políticas o económicas, como en la igualdad esencial del hombre, que descubría
la muerte. Esta idea había sido insuflada por el pensamiento cristiano medieval.

Cabe señalar que, a pesar de estar restringida la expresión de las ideas políticas, se desarrolló un
sistema de comunicación entre los súbditos y el rey por medio de cartas, memoriales, escritos, en
los que se denunciaban abusos, se proponían remedios, etc.; éste fue estimulado por la Corona
como un medio de obtener una preciosa información sobre los múltiples aspectos de la vida en el
imperio.

Los derechos políticos de los naturales para intervenir en el gobierno de los reinos peninsulares
estaban limitados a la alta nobleza, al alto clero y a los vecinos, por medio de su participación en el
régimen municipal. Estos estamentos tenían su expresión política en las cortes, y cuando éstas
decayeron, aquellos derechos quedaron notoriamente cercenados. Los cargos civiles o eclesiásticos
se reservaban para los naturales o extranjeros naturalizados. En cuanto a los españoles
peninsulares residentes en Indias y los españoles americanos, no tenían una directa intervención en
el gobierno de sus reinos, salvo su participación en los cabildos.

Aunque con algunas restricciones políticas y económicas, el derecho de propiedad era reconocido
como necesario y fundado en el derecho natural, pudiendo las personas disponer de sus bienes y
comerciar. Había limitaciones de acuerdo con la condición de las personas. Así, los indígenas, por
su presunta incapacidad (§ 244), los extranjeros, por el recelo que despertaban {§ 277), etcétera.

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Los derechos personales encontraban su protección por distintos medios: la inviolabilidad del
domicilio y de la correspondencia; la observancia del derecho, que se imponía al propio rey; las
súplicas o protestas Individuales o de todo el reino por violaciones cometidas; el control político
que significaban las visitas y el juicio de residencia; en fin, por los remedios procesales admitidos
en casos de privación de la libertad.

2) EL DERECHO INDIANO. SUS CARACTERÍSTICAS Y CONTENIDO.

93- El derecho castellano no pudo ser transplantado íntegramente al Nuevo Mundo por cuanto las
características geográficas del territorio y las peculiaridades humanas de la empresa obligaron,
desde el momento inicial de la conquista, a dictar normas especiales, que se conocen bajo el
común denominación de derecho indiano, y comprenden todas las disposiciones emanadas de las
autoridades y los órganos de gobierno, tanto los residentes en España como los que se hallan en
América, incluyendo no sólo a los que tenían un alcance general, sino también a los particulares de
cada región.

Las normas contenidas en el derecho indiano estaban especialmente referidas a la organización


política, con sus diferentes clases de autoridades y órganos; al gobierno espiritual, que debía
armonizarse con los fines de la conquista, al tratamiento del indígena, al régimen de los
descubrimientos y poblaciones; al sistema de las armadas y flotas, al comercio y la navegación
marítima; al sistema rentístico. Es decir, materias no previstas en la legislación castellana en la
forma que necesitaban los nuevos territorios.

En cambio, otros aspectos legislativos castellanos no requerían, salvo casos especiales,


modificaciones sustanciales para su aplicación en indias. Así lo referido a la organización de la
familia, al matrimonio y al sistema sucesorio, al régimen de obligaciones y contratos, a los delitos
y penas, al procedimiento en los juicios civiles y criminales, etc.

En consecuencia, al no constituir el derecho indiano propiamente dicho un ordenamiento jurídico


completo, en los casos en que no se encontraba allí la norma buscada, debía recurrirse al derecho
castellano, que era así supletorio o subsidiario de aquel. Los historiadores se han inclinado
últimamente a usar la denominación de derecho indiano en sentido amplio para designar todo el
ordenamiento jurídico vigente en las indias.

LA RECOPILACIÓN DE LEYES DE INDIAS DE 1680: SU ELABORACIÓN.

98- El consejo de indias era quien se encontraba en mejores condiciones para elaborar una
recopilación de alcance general, sobre la base de sus registros, que parecían ofrecer mayores
garantías de fidelidad. La obra fue ordenada por Felipe II en 1570 y sólo quedó concluida un siglo
después. Juan Ovando, presidente del consejo, fue quien primero redactó un proyecto de
recopilación, tarea que se interrumpió por su fallecimiento. Contemporáneamente, Alonzo de
Zorita, oidor de Nueva España, preparó otra compilación, considerada inferior a la de Ovando que
tampoco alcanzó a publicarse.

Años después, el consejo encargó a uno de sus funcionarios, Diego de Encimas, la recopilación de
todas las cédulas asentadas en los libros del organismo. El trabajo se publicó en 1596 en cuatro
volúmenes y se conoce como el cedulario de Encimas. Aunque no tuvo sanción real, se lo estimó
un útil instrumento de consulta que también aprovecharon los que continuaron en esta tarea. Es
considerado actualmente una de las fuentes más importantes para conocer el proceso legislativo
del siglo XVI.
A principios del siglo XVII se reanudaron los intentos recopiladores, que el consejo encomendó
esta vez a Diego de Zorrilla. La tarea fue continuada por Rodrigo de Aguilar y Acuña, con la
ayuda de Antonio de León Pinillo, quien pronto quedó exclusivamente al frente de la empresa, que
concluyó en 1635.
Sin embargo, nuevas dilaciones, censuras, correcciones y compilaciones postergaron hasta 1680,
durante el reinado de Carlos II, la sanción de la llamada Recopilación de leyes de los Reinos de las
indias.

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CONTENIDO:

99- La tarea de recopilación consistió en reunir las leyes sancionadas para indias por los diferentes
reyes, agrupándolos por materia en un texto ordenado. La recopilación, siguiendo el método
romanista, se dividió en nueve libros, divididos en cuatro volúmenes, que contienen 6.385 leyes
agrupadas en 218 títulos. De esta manera cada disposición recopilada se individualiza con la
mención de su número, dentro del título y el libro correspondiente. Cada una de las normas consta
de tres elementos; el sumario que es un resumen de su contenido; la data o procedencia, que indica
fecha y monarca que la sancionó; el texto o norma propiamente dicha, que contiene la parte
dispositiva, suprimiéndose en general las motivaciones existentes en la sanción original.

Las principales materias contenidas en la recopilación son:


Libro I: Se ocupa de la organización de la iglesia, el real patronato, las universidades y los
colegios, y la circulación de libros.
Libro II: versa especialmente sobre el consejo de indias y las audiencias.
Libro III: Trata sobre virreyes y presidentes gobernadores, se ocupa de la guerra, de aspectos de
organización militar, de los informes y relaciones de servicios, y del ceremonial vigente.
Libro IV: Se inicia legislando sobre los descubrimientos y poblaciones, y luego acerca de
ciudades, cabildos, obras públicas, régimen minero y otras regalías.
Libro V: Incluye disposiciones sobre gobernadores, corregidores, alcaldes y otros funcionarios
menores, y aspectos del procedimiento judicial.
Libro VI: Está íntimamente dedicado a regular el régimen de los indios.
Libro VII: Contiene numerosas normas de orden moral acerca del juego, los vagabundos, los
casados que han dejado sus mujeres en España y las cárceles.
Libro VIII: Trata sobre el régimen hacendístico.
Libro IX: versa sobre la casa de contratación, los consulados y en general lo referido a comercio y
navegación marítima.
Sin embargo, no todo el material legislativo se encontraba en esta voluminosa obra, pues sólo se
incluyeron en ella las disposiciones dictadas por el rey y el consejo de indias, pero reconociendo la
legislación emanada de las demás autoridades indianas, siempre que no estuvieran en oposición a
aquellas.
Se ha observado además que no se consiguió reunir todo el derecho real vigente a la época de su
sanción, por lo que de inmediato se sintió la necesidad de actualizar la compilación. Pese a ello y a
algunos importantes trabajos realizados en tal sentido durante el siglo XVIII, la recopilación
mantuvo su vigencia adicionada y modificada por las leyes dictadas posteriormente.

FUENTES LEGISLATIVAS:
100- La insuficiencia legislativa en algunas materias de la recopilación obligó a recurrir a otros
cuerpos de leyes. Así aconteció con la minería, cuya explotación fue regida por ordenanzas locales
de los virreinatos de Nueva España y Perú.
Fueron célebres las dictadas por el virrey del Perú, Francisco de Toledo, en 1574, con aprobación
real, y que rigieron en esa jurisdicción, con algunas modificaciones, hasta fines del siglo XVIII,
según la compilación de Thomás de Ballesteros, de 1683.
Fueron reemplazadas por las ordenanzas dictadas en 1783 para Nueva España que, extendidas
también al Río de la Plata y Chile, adquirieron así vigencia continental, aunque su observancia no
fue unánime. Con respecto a la jurisdicción mercantil, la recopilación misma indicaba como
fuentes supletorias las ordenanzas de los consulados de Burgos y Sevilla. Tiempo después, las
ordenanzas de Bilbao (1737) fueron aplicables en la materia.

ORDEN DE PRELACIÓN.

101- De acuerdo con lo expuesto, desde fines del siglo XVII las fuentes legislativas del derecho
indiano tenían el siguiente orden de prelación:

1- Las leyes y disposiciones dictadas con posterioridad a la recopilación.


2- Las leyes contenidas en la recopilación.
3- Las disposiciones dictadas por las autoridades residentes en indias.
4- El orden legislativo vigente en Castilla (27-28), y principalmente las partidas.
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UNIDAD IV - A) EPOCA HISPANICA (Continuación)

1) La Organización Judicial. Caracteres. Clases de jueces: a) Capitulares; b) Reales; c)


Eclesiásticos. Sus competencias. El Santo Oficio de la Inquisición. Las Audiencias: Caracteres.
Clases y Facultades. Jueces Mercantiles. El Protomedicato. El Fuero Universitario.

2) La Real Hacienda. Concepto y Caracteres. Rentas Fiscales: Las regalías, los monopolios o
estancos y los impuestos. Clases. La Recaudación: su caracterización. El Mercantilismo. El
Comercio. El Contrabando.
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Punto1) La organización Judicial. 104 y 105

104- La justicia era uno de los fines fundamentales del Estado indiano y se aplicaba tanto en el
nombramiento de un funcionario como en la concesión de una merced, en la sanción de una norma
general o en la decisión de una causa judicial. Sin embargo, esta concepción se fue desdibujando
en los siglos siguientes, hasta quedar encasillada como atribución del poder judicial
exclusivamente, desligando los demás poderes de la obligación moral de hacer justicia en sus actos
legislativos y administrativos.

La función de justicia propiamente dicha consistía, en cambio, en el ejercicio de las atribuciones


judiciales destinadas a dirimir las cuestiones planteadas entre los particulares, y también por éstos
con el Estado, a las que se ponían punto final mediante la decisión o sentencia. En todos los casos,
la justicia se administraba en nombre del rey.

En esta función se desconoció el principio de la especialización judicial y no existieron


magistrados autónomos, como acontece en nuestro tiempo. Las atribuciones judiciales se
encontraban dispersas entre los distintos funcionarios que tenían a su cargo los asuntos
gubernativos, militares y hacendísticos. De esta manera, quienes administraban justicia no eran, en
principio, letrados y, naturalmente, carecían de los conocimientos técnicos que hoy se exigen, por
ejemplo, a los jueces. Pero ello no representaba mayor dificultad si tenemos en cuenta que las
decisiones judiciales no debían fundarse necesariamente en el texto legal como ocurre en la
actualidad, y que antes que el saber jurídico interesaba la rectitud de conciencia del juzgador. Sólo
la audiencia constituyó una excepción a este principio, por cuanto sus integrantes debían ser
letrados. Sin embargo, cada vez con mayor frecuencia —especialmente en el siglo XVII!—, los
jueces legos recurrieron al asesoramiento letrado en la sustanciación de las causas.

105- ZORRAQUIM BECU, en un esfuerzo por sistematizar este tema tan complejo, clasifica la
magistratura indiana en cuatro categorías principales: jueces capitulares, jueces reales, jueces
eclesiásticos y jueces que integraban el sistema de la audiencia.

Seguimos esta esclarecedora clasificación sin dejar de tener en cuenta que en la magistratura
indiana—como afirma ABELARDO LEVAQQI en reciente estudio—, al lado de la jurisdicción
ordinaria, existía una amplia variedad de tribunales especiales que administraban justicia a las
personas que pertenecían a determinados estamentos sociales o profesionales. A este conjunto de
excepciones a la jurisdicción ordinaria se le conoce con el nombre de fueros especiales. Cada uno
de ellos ofrecía su propia peculiaridad, debido a que se habían originado en distintas circunstancias
históricas. Algunos de esos fueros eran estrictamente personales —como el eclesiástico (§ 111) y
el militar (§ 109) —, y otros eran de marcada índole profesional—como el mercantil (§ 117), el
protomedicato (§ 118), el universitario (§ 119) y el minero (§ 120) —. La característica más
saliente que los diferenciaba era que mientras los primeros abarcaban todos los asuntos judiciales
de la persona sometida al fuero, los segundos se limitaban a los actos litigiosos vinculados con el
oficio o la actividad respectivos.

La idea de una justicia administrada por pares reposaba sobre la concepción estamental de la
sociedad. Pero los problemas que ocasionaba a menudo este complejo ordenamiento, unidos a la

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expansión de la jurisdicción real y al ataque dirigido al orden estamental, provocaron en el siglo
XVIII la reducción de este privilegio, y más tarde, ya en la época independiente, su total abolición.

Caracteres: 93, 94, 95, 96, 97- (Pág. 67. Tau)

93- El derecho castellano no pudo ser transplantado íntegramente al Nuevo Mundo por cuanto las
características geográficas del territorio y las peculiaridades humanas de la empresa obligaron,
desde el momento inicial de la conquista, a dictar normas especiales, que se conocen bajo el
común denominación de derecho indiano, y comprenden todas las disposiciones emanadas de las
autoridades y los órganos de gobierno, tanto los residentes en España como los que se hallan en
América, incluyendo no sólo a los que tenían un alcance general, sino también a los particulares de
cada región.

Las normas contenidas en el derecho indiano estaban especialmente referidas a la organización


política, con sus diferentes clases de autoridades y órganos; al gobierno espiritual, que debía
armonizarse con los fines de la conquista, al tratamiento del indígena, al régimen de los
descubrimientos y poblaciones; al sistema de las armadas y flotas, al comercio y la navegación
marítima; al sistema rentístico. Es decir, materias no previstas en la legislación castellana en la
forma que necesitaban los nuevos territorios.

En cambio, otros aspectos legislativos castellanos no requerían, salvo casos especiales,


modificaciones sustanciales para su aplicación en indias. Así lo referido a la organización de la
familia, al matrimonio y al sistema sucesorio, al régimen de obligaciones y contratos, a los delitos
y penas, al procedimiento en los juicios civiles y criminales, etc.

En consecuencia, al no constituir el derecho indiano propiamente dicho un ordenamiento jurídico


completo, en los casos en que no se encontraba allí la norma buscada, debía recurrirse al derecho
castellano, que era así supletorio o subsidiario de aquel. Los historiadores se han inclinado
últimamente a usar la denominación de derecho indiano en sentido amplio para designar todo el
ordenamiento jurídico vigente en las indias.

Clases de jueces:

106- Jueces capitulares. Bajo esta denominación se agrupan aquellos funcionarios que integraban
el cabildo o recibían su nombramiento de este cuerpo y desempeñaban funciones judiciales.

Los alcaldes ordinarios de primero y segundo voto entendían por turno y en primera instancia en
los asuntos civiles y criminales ocurridos en la jurisdicción de la ciudad y su distrito, siempre que
dicho asunto no correspondiera a la competencia de un fuero especial. Sobre los litigantes recaía la
obligación de retribuir a los alcaldes los servicios prestados de acuerdo con el arancel establecido.

La jurisdicción de los alcaldes era acumulativa a la de la justicia mayor (§ 108), de manera que
quien primero conocía en el pleito excluía al otro. En algunas ciudades, y a fines del siglo XVIII,
la función de los alcaldes fue privativa en esta materia. Los alcaldes de la santa hermandad
conocían en los delitos que se cometían en la zona rural circunvecina a las ciudades. Su
jurisdicción era acumulativa a la de los alcaldes ordinarios, y la causa se sustanciaba de manera
sencilla, sin forma de juicio.

Estos alcaldes de la santa hermandad eran elegidos anualmente por el cabildo y, además de las
atribuciones señaladas, desempeñaban tareas policiales y administrativas, y actuaban como jueces
delegados en diversos procedimientos judiciales. En algunas ciudades también se les permitió
intervenir en juicios civiles de escasa monta.

Los fallos de los alcaldes ordinarios y de la santa hermandad eran apelables ante el cabildo si el
monto en litigio era inferior a los sesenta mil maravedíes, o ante la audiencia si superaba esa cifra.
Pero fue práctica generalizada durante los siglos XVI y XVII que el gobernador —en su carácter
de justicia mayor—o su teniente entendieran en esas apelaciones, especialmente cuando la
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audiencia se hallaba en ciudades alejadas. Además de estos funcionarios capitulares, había otros
con funciones judiciales muy limitadas. Tales eran los alcaldes de aguas, los fieles ejecutores y los
alcaldes de barrio.

107- Jueces reales. Dentro de esa categoría se incluyen los distintos funcionarios gubernativos,
militares y hacendísticos de nombramiento real, que tenían las atribuciones judiciales propias
darlos oficios que desempeñaban. En este sentido debe recordarse la distinción que efectuamos al
ocuparnos de la organización política, en cuanto a que en un mismo funcionario se acumulaban
dos o más oficios (§ (57). De esta manera, las funciones militares que ejercía la persona del virrey
c/del gobernador, por ejemplo, no dependían de ese cargo, sino de su oficio 1 anexo; de capitán
general.

El virrey (§§ 72-74), en cuanto tal, carecía, en principio, de las facultades judiciales concedidas a
funcionarios de menor categoría, con el propósito de que dedicara sus esfuerzos a las graves
materias que se le tenían asignadas. Sin embargo, algunas leyes le dieron facultades especiales.
Así, podía conocer en primera instancia en pleitos en los cuales interviniesen indios, con apelación
ante la audiencia. Según ZORRAQUIN BECU, esta facultad fue "escasamente ejercida". También
podía intervenir en los procesos criminales contra los oidores, alcaldes y fiscales de las audiencias,
y en las causas judiciales sobre interpretación y aplicación del Real Patronato, con apelación ante
la audiencia y el Consejo de Indias.

Le estaba encomendado al virrey, además, el ejercicio de una vigilancia superior sobre la


administración de justicia, y, aunque sin facultades de intervención en los acuerdos, era el
presidente de la audiencia que funcionaba en la capital virreinal.

Los virreyes del Río de la Plata, a fines del siglo XVIII, tuvieron una más amplia intervención en
materia judicial, dada la modalidad especial con que se estableció ese virreinato. También
ejercieron la jurisdicción en los fueros de correos y de hacienda (§ 197).

IO8- El gobernador, como tal, entendía en las llamadas "causas de gobierno", que, según
ZORRAQUIH BECU, eran 'Tas de orden contencioso-administrativo, regidas por el derecho público
de la época, así como los pleitos entre particulares, originados por esa legislación". Las principales
causas de ese tipo eran:

a) las relativas al cumplimiento de las leyes protectoras de los indígenas;


b) las derivadas del intercambio marítimo (contrabando de mercaderías, delitos a bordo,
pleitos entre tripulantes, entrada y salida de buques);
c) las vinculadas con el comercio de esclavos.

En estas causas, el gobernador, al principio, intervenía personalmente, pero luego se hizo frecuente
la delegación de funciones en otro magistrado, variando esta competencia a través de las distintas
épocas y regiones. En materia de contrabando, por ejemplo, aunque intervenían al principio
privativamente los oficiales reales, se admitió más tarde en algunas ciudades que conociera
también el gobernador, junto con aquéllos. A su vez, el presidente gobernador, en un rango
superior al anterior, agregó a las funciones detalladas la de presidir la audiencia establecida en la
capital de su distrito.

El justicia mayor —casi siempre anexado a las funciones de gobernadores y corregidores— era, en
cambio, por su mismo origen terminológico, quien específicamente estaba encargado de
administrar justicia, siendo competente para intervenir en los pleitos civiles o causas criminales, en
un mismo grado, con los alcaldes ordinarios, correspondiendo el conocimiento del asunto a quien
primero se abocara al mismo (§ 106).

111- Jueces eclesiásticos. La Iglesia tenía en la época que estudiamos una activa injerencia en la
vida social y política (§ 287), que llevaba a sus más altos dignatarios a controlar la actuación y la
conducta de los funcionarios públicos. De esta manera, los jueces eclesiásticos no solamente
intervenían en aquellas cuestiones de orden exclusivamente religioso, sino que, además, estaban a

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su cargo los juicios en que debían aplicarse normas canónicas o que directamente interesaban a la
Iglesia o a sus bienes, salvo determinadas excepciones.

Competía a estos jueces todo lo referido al matrimonio (licencias en caso de impedimento, causas
de disenso, oposiciones, esponsales, nulidad, divorcio, alimentos, litis-expensas, dote, tenencia de
hijos). En cuanto a adulterio, concubinato e incesto, se consideró como de "fuero mixto", es decir,
que competía al juez ordinario o eclesiástico que primero conociera en la causa. En esta misma
situación se consideraban los procesos motivados por ataques cometidos contra los religiosos,
robos de cosas sagradas, exhumación de cadáveres, blasfemias, duelos, sacrilegios, etc. Las causas
sobre diezmos (§ 149) originaron numerosas controversias a fin de determinar los jueces
competentes, hasta que en el siglo XVIÜ se constituyeron tribunales especiales.

También se atribuyeron a este fuero las causas civiles y criminales en que fueran parte sacerdotes,
tanto seculares como pertenecientes a órdenes religiosas, y las sucesiones de los religiosos que
hubieran legado bienes a la iglesia u otras obras piadosas. A fines del siglo XVIII se restringió
sensiblemente este fuero, eliminándose de su conocimiento los asuntos relativos a disensos,
alimentos, litis-expensas, dote, concubinato y sucesiones.

Los religiosos no podían renunciar al privilegio que significaba el fuero, y los jueces competentes
eran, según los casos, los arzobispos u obispos, los provisores o vicarios generales, los vicarios
foráneos y los curas párrocos. Había hasta tres instancias, y desde el siglo XVII los pleitos
terminaban indefectiblemente en Indias, sin apelación ante la Santa Sede. Para reprimir el eventual
abuso que podían cometer estos jueces se estableció el llamado recurso de fuerza, consistente en
una queja que el agraviado presentaba ante la audiencia, destinado a corregir vicios o
arbitrariedades del procedimiento seguido.

Santo oficio de la Inquisición:

Dentro de esta justicia eclesiástica cabe ubicar también los tribunales del Santo Oficio de la
Inquisición, establecidos en México y en Lima durante el siglo XVI con el propósito de conservar
la ortodoxia religiosa. Entendían estos tribunales, en forma privativa y con exclusión de otros
jueces, en todas aquellas cuestiones que afectaran el dogma de la religión católica, como herejía,
apostasía, hechicería, blasfemias heréticas, supersticiones, idolatría, adivinación, etc. De sus fallos
se podía apelar solamente ante el Consejo de la Santa y General Inquisición, en España. La
actividad de estos tribunales, que tenían delegados en otras ciudades, fue mayor durante los siglos
XVI y XVII, decayendo visiblemente en la siguiente centuria.

Las audiencias: A fin de colaborar con el Consejo Supremo de indias, que tenía la ardua tarea de
recibir y resolver en grado de segunda apelación las causas sentenciadas en América, los reyes
resolvieron crear tribunales de Justicia que conocieran en segunda instancia, y que estuvieran
instalados en el mismo territorio donde tenían origen los pleitos. Así nacieron las audiencias
Americanas. Según el grado de importancia de estas podemos clasificarlas en: Audiencias
pretoriales o audiencias autónomas y subordinadas. La primera institución de esta naturaleza fue
creada en 1511. En Bs. As fue erigida en 1611. Presididas por el gobernador o el virrey, constaba
de 5 oidores, 1 fiscal, 1 alguacil mayor y varios tenientes. Todos ellos eran designados por el
monarca a propuesta del Consejo de Indias. Las atribuciones de la audiencia eran numerosas
entendía como tribunal de segunda instancia en las causas falladas por alcaldes, gobernadores o
virreyes, y de sus sentencias se podía apelar ante el Consejo de Indias cuando el monto de la causa
era superior a 6000 pesos fuertes.

112- Caracteres: Dentro de la organización indiana, las audiencias ocuparon un lugar de jerarquía
no menor al de los virreyes. Es imposible establecer cuál de ellos era superior, en razón de que la
propia legislación indiana procuró imponer en el más alto nivel un singular sistema de control
recíproco.

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Según Ruiz GUIÑAZU, las audiencias constituyeron la base de la división territorial del imperio y
de las demarcaciones políticas de los Estados que sucedieron a aquél restando de esa manera la
importancia que en tal sentido se ha reconocido a los virreinatos.

No todas las audiencias indianas tuvieron la misma jerarquía. Ello dependía de la ciudad donde se
establecían y de las atribuciones otorgadas. Ruiz GUIÑAZU distingue tres categorías: audiencias
pretoriales virreinales, las que funcionaban en la capital de los virreinatos, eran presididas por el
virrey y tenían, como veremos, las más importantes atribuciones gubernativas y judiciales (Lima y
México); audiencias pretoriales, las que, establecidas en la ciudad cabeza de una gobernación, eran
presididas por el gobernador, proviniendo de allí la denominación de presidente gobernador (Santo
Domingo y Bogotá, entre otras); y audiencias subordinadas (por ejemplo, Charcas), las que
estaban presididas por un miembro del mismo cuerpo y cuyas atribuciones en materia gubernativa
eran sensiblemente inferiores a las anteriores.

Las audiencias eran organismos colegiados que tenían, al igual que el virrey, la representación
directa del monarca en cuyo nombre actuaban. Se establecieron en las principales ciudades del
imperio, y a mediados del siglo XVII, su número alcanzaba a once, llegando a trece a fines de la
siguiente centuria. La primera funcionó en Santo Domingo a partir de 1526.

Los miembros de las audiencias recibían el nombre de oidores, y su número varió entre tres y diez,
de acuerdo con la jerarquía de cada una y la época. La designación era vitalicia, efectuándola
directamente el rey. El oidor tenía sueldo fijo y debía ser graduado en derecho.

Clases: Las audiencias indianas fueron creadas no sólo para el ejercicio de altas atribuciones
judiciales —como las que funcionaban en la península, sino también con objetivos políticos, de
manera que sus funciones, siguiendo a ZORRAQUIN BECU, podían ser consultivas, gubernativas y
judiciales.

En su primer carácter expedían informes y evacuaban consultas. Se había encomendado


específicamente a estos órganos que informaran al monarca sobre todos los importantes problemas
existentes en su distrito —especialmente los relativos al trato de los indígenas—, como, asimismo,
que expresaran las quejas que tuvieran contra el virrey o el presidente del propio cuerpo.
Respondían también a las consultas que el rey les formulara.

Esta función correspondió igualmente a las audiencias de menor categoría, aunque se limitó casi
siempre a informar y asesorar al virrey, y no al monarca.

113. Las facultades: 113, 114, 115. Gubernativas de las audiencias fueron lo suficientemente
importantes para permitirles intervenir en el mecanismo político con frecuencia y autoridad. Así
—dice ZORRAQUÍH BECU—, conocían "en los recursos acordados contra las resoluciones tomadas
por los mandatarios políticos en materia de gobierno, en la resolución de los conflictos que se
suscitaban entre diversas autoridades menores, y en la revisión de los actos políticos si no eran
realizados con arreglo a las leyes".

En ciertos actos de gobierno era necesaria la acción conjunta de la audiencia y del virrey. En los
casos de jueces pesquisadores, de comisión y de residencia, el nombramiento era privativo de los
virreyes y presidentes gobernadores, pero antes debía la audiencia autorizar el envío del
comisionado, salvo que por la índole del asunto fuera menester guardar secreto. También se
requería el acuerdo con la audiencia y los oficiales reales para realizar gastos extraordinarios en
circunstancias urgentes.

El rey delegaba a veces en las audiencias algunas funciones ejecutivas, y lo propio hacía el virrey
con las audiencias de menor categoría. También se había dispuesto —se aplicó hasta 1806— que,
en ausencia o imposibilidad del virrey o del presidente gobernador, las audiencias asumieran
interinamente las funciones de aquéllos. Además, se les había encomendado, junto con los
virreyes, presidentes gobernadores y gobernadores, la guarda y la defensa de los derechos y
preeminencias del Real Patronato (§§ 290-295).

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114. Las facultades judiciales atribuidas a las audiencias las convertían en el tribunal superior de
Indias, donde terminaban indefectiblemente muchos de los pleitos provenientes de instancias
inferiores (competencia por vía de apelación) y donde se resolvían directamente otras causas
especiales (competencia originaria). En el primer caso, intervenían en segunda o en tercera
instancia en los juicios criminales y civiles de determinada monta y en los del fuero de hacienda.

La audiencia estudiaba y resolvía los pleitos sometidos a su consideración en dos instancias


procesales: vista y revista. Producido el primer fallo (vista), las partes podían solicitar un nuevo
pronunciamiento (revista), que constituía la sentencia definitiva y contra la cual sólo era posible
interponer los recursos excepcionales ante el rey (§ 115). Pero si en las distintas instancias del
proceso se habían producido tres fallos conformes, no cabían más recursos ni súplicas.

Por competencia originaria las audiencias conocían:

a) en los llamados "casos de corte" (los pleitos en que eran parte los cabildos, los alcaldes
ordinarios, corregidores, oficiales reales y los procesos por delitos gravísimos, como la
falsificación de moneda);
b) en las causas criminales ocurridas dentro de las cinco leguas de la sede del tribunal, no
habiendo lugar a recurso alguno contra la sentencia;
c) en los pleitos sobre encomiendas de indios, de valor o renta inferior a mil ducados, siendo los
superiores de competencia del Consejo de Indias;
d) en las demandas promovidas contra bienes de los obispos fallecidos.

Por último, la audiencia resolvía los diversos y frecuentes conflictos de competencia que se
suscitaban entre los funcionarios encargados de administrar justicia.

Cabe señalar, además, que individualmente los oidores desempeñaban diversas magistraturas
especiales, entre las que debemos señalar el juzgado de bienes de difuntos, encargado de la
conservación, la administración y la liquidación de los bienes de los difuntos que no dejaban
herederos en América. También formaban parte de otros tribunales especiales, como el que
conocía los recursos deducidos en los juicios mercantiles contra los fallos del consulado (§ 117) y
como el tribunal del protomedicato (§ 118).

115. Aunque ordinariamente los juicios concluían en América, la legislación había previsto la
interposición de un último recurso ante el rey para que, por intermedio del Consejo de Indias,
conociera en la causa. Este recurso se denominaba de segunda suplicación y estaba restringido a
los pleitos iniciados ante la audiencia y cuando la causa fuera "ardua y difícil". Quien interponía el
recurso debía dar una fianza de pagar mil ducados en carácter de pena, en caso de que se
confirmase la sentencia apelada. También podía interponerse con el anterior el recurso de nulidad.

En el siglo XVIII se estableció un nuevo recurso: el de injusticia notoria, destinado a remediar la


comisión de graves y manifiestas injusticias o de irregularidades procesales. También en 1776 se
emprendió una profunda reforma judicial dirigida a agilizar la administración de justicia, destruir
vicios y corruptelas, e independizarla de la tutela de gobernadores y virreyes. Se aumentó el
número de oidores, se elevaron sus sueldos y se introdujo un nuevo funcionario en las audiencias
indianas —el regente— (§ 195), que recortaba las atribuciones de los presidentes y supervisaba la
marcha de las audiencias, velando porque se concedieran las apelaciones, se guardara la
competencia de los tribunales y se realizara una más pronta y acertada dilucidación de los pleitos.
Asimismo se erigieron nuevas audiencias en toda América.

117. Jueces mercantiles. Una de las funciones más importantes atribuidas a los consulados (§
145) era la de administrar justicia. A tal fin, el tribunal se integraba con el prior y los dos cónsules,
y debía conocer en "las diferencias y pleitos" que se suscitaren entre los mercaderes acerca de
cuestiones atinentes al comercio, comprendiendo en esa jurisdicción los contratos mercantiles, el
transporte marítimo, los fletes y demás cuestiones conexas, algunas de las cuales habían sido, en
un principio, de conocimiento de la Casa de Contratación (§ 64).

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El establecimiento de una jurisdicción especial para esta clase de asuntos respondía a una antigua
aspiración de los comerciantes, que de esta manera podían resolver con sencillez, en la misma
corporación que los agrupaba, sus disputas profesionales. A tal fin existía un breve y sumario
procedimiento judicial, sin intervención de letrados. El fallo del tribunal era apelable ante el
llamado juez de apelaciones, que era un oidor de la audiencia, y debía designar a dos comerciantes
del consulado para que lo acompañasen en el conocimiento del recurso. Si estos magistrados
confirmaban el fallo de primera instancia, la causa quedaba concluida; pero si, en cambio,
revocaban la sentencia recurrida, la parte afectada podía suplicar ante el mismo juez de
apelaciones para que reviese la causa, acompañada de otros dos comerciantes. El nuevo fallo
clausuraba definitivamente el proceso.

En las ciudades indianas donde no funcionaban consulados y existía una actividad comercial que
lo requiriera, la jurisdicción mercantil era desempeñada por un diputado, que solía enviar aquel
organismo, o por los jueces especiales que se designaban por los comerciantes del lugar. Sin
embargo, en algunas ciudades, durante ciertos períodos, esta jurisdicción fue ejercida por los
jueces ordinarios.

118. El protomedicato. Este organismo, que estudiaremos más adelante (§§ 315-317), tenía a su
cargo lo relativo al arte de curar, habiéndosele conferido determinadas facultades judiciales para
que conociera, en los crímenes y excesos que en el ejercicio de sus profesiones cometieran los
médicos cirujanos, boticarios y demás personas dedicadas al arte de curar. También intervenía en
los juicios criminales y civiles que se suscitaran entre los profesionales en relación con sus oficios.
Se exigía en tales casos que los protomédicos fueran acompañados en la resolución del caso por un
oidor, siendo los fallos apelables ante la audiencia.

119. El fuero universitario. Se concedió a los rectores de las universidades de Lima y México —
se extendió luego a otras, aprobadas por el rey— el ejercicio de un poder disciplinario
jurisdiccional en asuntos criminales cometidos dentro o fuera del recinto universitario, pero
siempre que fueran concernientes a los estudios.

Quedaron excluidos aquellos delitos en que "haya de haber pena de efusión de sangre o mutilación
de miembros, u otra corporal", y también todos los juicios civiles y comerciales.

Punto 2) La Real Hacienda concepto y caracteres: (2)

146. La Corona necesitaba recursos financieros para atender no sólo los gastos de la
administración indiana, sino además los compromisos pecuniarios derivados de su intervención en
la política europea. Este complejo mecanismo de ingresos y erogaciones constituía lo que se
llamaba Real Hacienda, cuyo sistema procuraremos esbozar en estas páginas.

La Corona evidenció casi constantemente un gran interés por incrementar sus recursos indianos, en
consonancia con las doctrinas económicas de la época, que daban primacía a los metales preciosos.
La avidez demostrada por el trono español estuvo determinada en muchos casos por sus
apremiantes necesidades para costearlas guerras que le imponía su posición en Europa, en defensa
principalmente de la fe católica.

Las rentas o los ingresos que la Corona recibía de indias por todo concepto fueron paulatinamente
en aumento durante los tres siglos, si nos atenemos a las cifras conocidas. Pero junto a ese
incremento también se modificó el rubro de los gastos administrativos indianos. De manera que,
según HARING, la burocracia indiana consumió en el siglo XVÍ aproximadamente la mitad de los
ingresos hacendísticos, y a fines del siglo XVII, el ochenta por ciento.

Además, y pese a las continuas y severas órdenes reales, el complejo mecanismo hacendístico no
impidió la evasión fiscal en que incurrían con frecuencia los residentes en Indias, los que a veces
contaban con la ayuda de funcionarios venales.

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El sistema impositivo aplicado era, especialmente en algunos rubros, bastante gravoso, pero se
admite, en general, que era más moderado que el vigente en la península, concediéndose en
algunos casos exenciones o considerables rebajas, destinadas a fomentar ciertas explotaciones o a
contemplar circunstancias particulares.

Las rentas fiscales en Indias, excluidas las que recaudaban y administraban los cabildos (§ 91),
pueden ser agrupadas en tres categorías principales: las regalías propiamente dichas, los
monopolios o estancos, y los impuestos.

147. Rentas fiscales: Las regalías. Constituyeron la primera fuente de recursos; consistían en la
participación que recibía la Corona por los beneficios obtenidos en diversas explotaciones o
descubrimientos realizados con licencia real. Considerábanse comprendidos dentro de ese rubro
los derechos percibidos por el aprovechamiento de las minas de todo tipo, el oro hallado en los ríos
o vertientes, las perlas, esmeraldas y demás piedras preciosas. Se suele comprender también dentro
de esta categoría las minas que retenía la Corona, la participación en los tesoros descubiertos, el
producido por la venta de tierras y de ciertos cargos públicos, los bienes vacantes o de propietarios
desconocidos, y los que se hubiesen perdido en naufragio.

No resulta fácil referirse, en términos generales, al alcance de la participación real en estas


actividades, pues la misma fue distinta de acuerdo con la época y el rubro en cuestión. En general,
se estableció el porcentaje de un quinto de los beneficios obtenidos, de donde surgió la conocida
expresión fiscal "quinto real". Sin embargo, el cambio experimentado en esta materia a través de
tres siglos fue sensible, pues osciló entre los dos tercios y el décimo de los beneficios.

148. Los monopolios o estancos. Se denominaban así ciertas producciones y actividades cuyo
ejercicio y administración se reservaba la Corona, con fines exclusivamente fiscales. Con
frecuencia, solía conceder a los particulares el libre aprovechamiento de esas fuentes mediante una
licencia, que significaba para la Corona la percepción de un derecho y para el concesionario, la
exclusividad en su trabajo. Se hallaban incluidas dentro de este régimen las explotaciones de
azogue, pólvora, sal, pimienta, la venta de papel sellado y juegos de naipes, y, ya en el siglo
XVIII, las riñas de gallos y la manufactura y venta de tabaco. Este último, según HARIMG, fue el
más lucrativo de los monopolios.

149. Los impuestos. Clases: Eran, a su vez, contribuciones que abonaban los habitantes de Indias,
directa o indirectamente, en relación con las actividades desarrolladas y las operaciones
efectuadas. Algunos aparecieron o se incrementaron a lo largo del siglo XVI, respondiendo a las
necesidades de la Corona. Casi todos, salvo el tributo, reconocían su origen en el régimen fiscal
castellano. Los principales eran:

a) El tributo se exigía anualmente a los indígenas como reconocimiento de vasallaje. Consistía


en una suma fija por persona, que se abonaba en moneda o en especie. Generalmente, estaba
limitando a los varones adultos, y si bien la legislación recomendaba que su monto fuera
moderado, los encargados de su recaudación cometieron excesos, b) El almojarifazgo era un
derecho o impuesto sobre las mercaderías que ingresaban en o salían de los puertos, y se
determinó primero teniendo en cuenta el valor declarado de las mercaderías, y luego, según
volumen, peso o cantidad de los artículos. Como resultado de la aplicación de estos métodos, las
mercaderías europeas —no solamente las españolas— pagaban menores derechos en su tránsito a
Indias que los productos americanos en su envío a la península. En general, el porcentaje aplicado
no excedió el quince por ciento sobre el valor de las mercaderías.

c) La alcabala gravaba tanto la primera como las sucesivas ventas de efectos. Al principio fue del
dos por ciento sobre el valor del objeto, llegando a incrementarse hasta el seis por ciento en los
siglos XVII y XVIII con tasas adicionales. Muchos artículos, empero, se hallaban exentos de este
impuesto (pan, libros, caballos, armas, pinturas, etc.).

d) El diezmo consistía en la décima parte sobre todos los frutos agrícola-ganaderos. Era un
impuesto eclesiástico, cuya percepción el papado delegó en la Corona española a condición de que

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se difundiera la religión cristiana entre los indígenas, y se ayudara y mantuviera la Iglesia en
Indias. Los indios estaban exentos de este gravamen.

e) El proveniente de las bulas de la santa cruzada era originariamente un derecho eclesiástico


asignado en España para la lucha contra los musulmanes. Ingresó en las arcas reales por concesión
especial del Papa, y consistía en un monto que variaba de acuerdo con la indulgencia contenida en
la bula y la capacidad económica del beneficiado.

f) La mesada eclesiástica era un gravamen que debían abonar las personas designadas para
ciertos cargos y oficios eclesiásticos. Consistía en una duodécima parte de las retribuciones
percibidas en el año y se abonaba por única vez después de los cuatro meses de haber tomado
posesión del cargo. La suma gravada se obtenía promediando lo que por todo concepto habían
percibido sus antecesores en el cargo en los últimos cinco años.

g) La media annata, en cambio, consistía en la mitad de la renta del primer año de todas las
mercedes, los títulos y oficios que no fuesen eclesiásticos, concedidos por las autoridades indianas.
También comprendía los ascensos en los cargos. En el siglo XVIII se extendió a los altos
dignatarios del clero, pero no quedaron obligados los que abonaban la mesada.

151. La recaudación: Su caracterización: de los recursos de la Corona estaba confiada en su


mayor parte a los llamados oficiales reales, que eran designados directamente por el rey y debían
dedicarse exclusivamente a la atención de los asuntos hacendísticos. Sin embargo, para algunos
ingresos se habían previsto formas especiales de percepción, y en otros casos se recurrió al
procedimiento de arrendar al mejor postor el cobro de un gravamen o los derechos de un
monopolio.

Los oficiales reales ya aparecieron en las primeras expediciones conquistadoras, cuando aun no
estaba delineada la organización administrativa. Gozaban de sueldos reducidos y eran, al principio,
cuatro en cada ciudad importante: un tesorero, un contador, un factor y un veedor, más tarde estos
dos últimos cargos tendieron a desaparecer. Debían actuar en conjunto y su responsabilidad era
solidaria. Debido a la orientación centralista con que fue organizada la hacienda, separándola de
las demás funciones del Estado, los oficiales reales gozaron hasta el siglo XVIII (§§ 198, 201-203)
de una relativa independencia. No obstante, los virreyes y gobernadores tuvieron cierta injerencia
en este ramo (§§ 74-76), y las audiencias controlaron el desempeño de dichos oficiales (§ 113).

En numerosos casos los funcionarios hacendísticos no respondieron a la confianza que la


naturaleza del cargo implicaba, enredándose en grandes desfalcos y escándalos administrativos, y
cometiendo otros excesos que afectaron pecuniariamente el tesoro real y desacreditaron el sistema.
"Con todos sus defectos —afirma SÁNCHEZ BELLA—, los oficiales reales de la hacienda
constituyeron sin duda alguna un elemento de orden en la etapa, siempre algo anárquica, de la
conquista de las Indias, y fueron los más celosos defensores de los intereses de los monarcas que,
con su ayuda, consiguieron afianzar su dominio en el Nuevo Mundo y obtener allí los caudales
necesarios para su política de amplios vuelos y cargada de altos y nobles ideales en el Viejo."

Además de sus atribuciones específicas, los oficiales reales recibieron funciones judiciales para
resolver los juicios de este ramo (§ 110).

La recaudación obtenida se depositaba en la denominada caja real, y su custodia estaba a cargo de


los mismos oficiales reales. A fines del siglo XVII se calculaba que en todo el imperio indiano
existían unas cincuenta cajas reales.

152. Los oficiales reales debían registrar cuidadosamente los ingresos obtenidos y también los
pagos autorizados que habían efectuado. Las cuentas así confeccionadas eran sometidas al control
de las autoridades superiores. Al principio este rol lo desempeñó exclusivamente la contaduría del
Consejo de Indias. Durante la segunda mitad del siglo XVI se estableció que la tarea estaría a
cargo del presidente y dos oidores de la audiencia local, y no existiendo ésta, del gobernador y dos
regidores, todo ello sin perjuicio de la revisión final a cargo del Consejo de Indias. A partir de

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1605 se crearon tres tribunales de cuentas en México, Lima y Santa Fe de Bogotá, integrado cada
uno por tres contadores con jurisdicción para revisar las rendiciones de cuentas que anualmente
debían remitir los oficiales reales y demás administradores de las rentas de la Corona. El nuevo
régimen mantuvo en vigencia el control final reservado al Consejo de Indias, aunque a fines del
siglo XVIII se transfirió a esos tribunales—al menos, al establecido en Buenos Aires— la facultad
de extender finiquitos de las cuentas. También este tribunal tenía función de asesoramiento en
materia fiscal.

El régimen de control esbozado fue defectuoso desde varios puntos de vista; ello favoreció la
deshonestidad evidenciada por muchos de los funcionarios de la hacienda, que manejaban casi
siempre cuantiosos intereses. Durante el siglo XVI ni el Consejo de Indias, por el agobiante
trabajo que significaba el prolijo examen de tantas cuentas, ni los oidores, por su falta de
conocimientos contables, fueron remedios eficaces a los excesos cometidos. El establecimiento de
los tribunales de cuentas mejoró sensiblemente este aspecto de la administración fiscal, aunque
muchas veces no cumplieron sus tareas con el debido celo.

EL MERCANTILISMO. Puntos 122 al 138

122- Cuando Castilla se lanzo a la conquista y la colonización de las Indias. Europa se transforma
rápidamente, sacudiendo una sociedad estructurada sobre bases que parecían inmutables. El
fortalecimiento de las monarquías nacionales se había logrado a expensas del poder feudal. La
aparición de la reforma protestante, a su vez, quebraba la unidad religiosa de Europa, separando de
la autoridad espiritual cíe Roma vastas zonas del continente.

El espíritu del renacimiento individualista terminaba por dividir profundamente la sociedad feudal
de la que le sucedía. Las nuevas naciones inauguraron una época de duro egoísmo, en la que la
preeminencia y el éxito sólo podían lograrse a costa de la sujeción o la ruina de los otros países.
Surgió así un intrincado y tortuoso equilibrio internacional, que debía mantenerse a costa de
cualquier sacrificio. Los descubrimientos geográficos y el consecuente fenómeno del colonialismo
complicaron aun más la lucha por ese equilibrio.

Acuciados por la necesidad de dotar los flamantes Estados del máximo de poder, los estadistas de
esa época consideraron imprescindible que la economía sirviese a tales fines, y estructuraron en
consecuencia una serie de principios económicos, cuyo conjunto se conoce con el nombre de
mercantilismo. Las características esenciales de este conjunto de normas económicas eran las
siguientes: permanente intervención del Estado en todas las manifestaciones de la vida económica
nacional; especial cuidado en reglar el tráfico internacional, a efectos de lograr una balanza de
pagos favorable; fomento de las industrias y de toda forma de producción nacional, a fin de
obtener abundante cantidad de manufacturas para surtir el comercio exterior; restricción de las
importaciones y fomento de las exportaciones, protegiendo tan sólo la introducción de materias
primas que no se obtuviesen en el territorio del Estado. Una nota más completaba el conjunto: la
permanente identificación de dinero y riqueza. Esta sobrevaloración del dinero, considerado causa
y fuente de toda riqueza, estuvo siempre presente en el pensamiento mercantilista, y a pesar de no
haber sido invención suya, pues fue recibido como herencia del mundo medieval, y aun del
grecorromano, constituyó una de sus características más señaladas.

Todas las naciones rindieron culto incondicional a esta forma económica, pero cada país dotó de
tonalidades especiales su política, y es así que podemos hablar de un mercantilismo francés o
colbertismo, que acentuó los aspectos industriales y manufactureros del sistema; de un
mercantilismo inglés, que procuró dar grandeza y preeminencia al comercio; o bien de un
mercantilismo español, que se limitó a observar cómo su balanza de pagos se mantenía favorable,
aun a pesar de la permanente evasión de moneda, debido al enorme caudal de metales preciosos
que llegaban de América. Estos metales cubrían y superaban los saldos negativos que arrojaba el
intercambio.

España se convirtió pronto en la tierra de paso que unía las zonas productoras extranjeras con los
centros consumidores americanos, y hasta su mismo mercado interior cayó en manos del
extranjero.
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123. Para apreciar la política económica de los AUSTRIAS en las Indias, debemos conocer—aunque
sea someramente— la evolución económica castellana durante los siglos XVI y XVÍL Siguiendo
para ello al historiador español JOSÉ LARRAZ, distinguirnos tres etapas:

a) Durante la primera, enmarcada entre 1500 y 1550, el descubrimiento de las indias constituyó
un poderoso impulso para la producción castellana, que hizo pensar en un "siglo de oro" para el
reino, que contaba con una posición estratégico-geográfica excelente, un potencial colonial
enorme y una inmensa reserva de metales preciosos americanos.

Las enormes cantidades de metálico que recibía Castilla de América engendraron una próspera
coyuntura en la industria y en la agricultura metropolitana. A este inusitado caudal de plata y oro
(más plata que oro) se atribuyó la pronunciada alza de precios que se registró por esos años en la
península y en toda Europa. Esta revolución de ¡os precios, nombre con que se conoce el
fenómeno, abarcó especialmente el siglo XVI y parte del XVII, fue estudiada cuidadosamente por
EARL J. HAMILTOH, quien realizó un importante trabajo sobre el nivel de precios castellanos y
concluyó afirmando, en 1934, que las abundantes minas americanas fueron la principal causa del
fenómeno alcista. Posteriormente esta tesis fue sometida a revisión, afirmándose que si bien la
masa metálica americana pudo contribuir a la elevación de los precios, existieron otros motivos
importantes que, junto a aquélla, la habrían causado. Así, por ejemplo, el aumento de población,
las inversiones producidas por las constantes guerras y, en general, el fuerte impulso capitalista de
esa época.

Lo cierto es que los nuevos mercados americanos significaron para Castilla una época de apogeo
económico que puede circunscribirse a los primeros cincuenta años del siglo XVI.

b) La segunda etapa de la evolución castellana comprende los años 1550 a 1600. Los beneficios
obtenidos del trato con Indias y la capacidad de consumo del Huevo Mundo determinaron la
participación de la producción extranjera a través de Castilla. Como dice LARRAZ, "la coyuntura de
prosperidad castellana bajo ia presión de la competencia exterior hace punto final y entra en
liquidación",

La Corona creyó que la fuerte alza de precios que se observó entonces podía ser contenida
impidiendo la salida de manufactura y protegiendo incluso la introducción de artículos extranjeros.
Esta posición de la Corona fue hábilmente aprovechada por los industriales y comerciantes
foráneos, quienes introdujeron cómodamente sus mercaderías en España y desde allí, en Indias.

c) La última etapa abarca todo el siglo XVIÍ. En ella, Castilla, exhausta, cedió a los extranjeros
la tarea de satisfacer las necesidades del tráfico con indias. Sus fuentes productivas se paralizaron
y hasta su propio mercado interno cayó en manos de aquéllos. Las potencias extranjeras entraron
en tratos directos con América y abastecieron casi por completo sus necesidades por medio del
contrabando (§ 144). El comercio legal a través de Sevilla y Cádiz también pasó a manos
extranjeras, que utilizaron a los españoles como simples "prestanombres".

124. En cuanto a las causas de esa evolución, siguiendo siempre a LARRAZ, podemos encontrar
cuatro fundamentales:

1. La superioridad industrial de los antiguos Países Bajos, Inglaterra, Florencia y Francia sobre
Castilla. Flamencos, florentinos e ingleses establecieron en la Baja Edad Media una industria
pañera que invadió el mundo conocido con productos de excelente calidad. Castilla no había
tenido esta experiencia industrial, pues durante aquella época se había limitado a exportar hacia
esos centros industriales su lana en vellón, circunscribiendo su actividad en este ramo a una
rudimentaria manufactura doméstica. En cuanto a Francia, sí bien su actividad industrial no
alcanzó a proyectarse hacia el exterior, surtió un importante y exigente mercado interno, del que
careció la península ibérica.

2. El elevado precio de las mercaderías castellanas en relación con ¡as del resto de Europa, Este
desnivel de precios constituyó en un comienzo un incentivo para la producción de la península,

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pero pronto se transformó en una de las principales causas del desastre económico de Castilla. El
menor precio de las manufacturas extranjeras hizo una competencia ruinosa a las españolas,
invadiendo su mercado colonial e interno. Al mayor precio de Sos artículos castellanos se agregó
una exagerada elevación de los impuestos, hasta exceder éstos el índice de aumento de los precios.

3. El escaso espíritu capitalista de Castilla. La energía necesaria para oponerse a la penetración


industrial extranjera sólo podía provenir de hombres prácticos y emprendedores en el campo de la
industria, de! comercio o de la banca. Estos personajes, que fueron los rectores de la vida
económica y muchas veces de la misma política europea, estuvieron ausentes en Castilla. La
sociedad castellana, formada por hidalgos y caballeros, no veía con buenos ojos ni el comercio ni
la industria, por eso, los pocos industriales y comerciantes, no bien alcanzaban algún dinero,
trataban de hacerse hidalgos, abandonando esos tratos y dedicándose;; a! hueco lujo, a imitar la
vida de los viejos rentistas, a quienes a veces superaban en boato y ostentación. Como señala
SÁNCHEZ DE TOCA, el español, "tan indolente y apático para las artes de la paz, como activo y
enérgico en la guerra, miraba con altivez y desprecio y corno impropio de caballeros los trabajos
de los campos y las especulaciones del comercio y de la industria".

4. Los enormes gastos ocasionados por ¡a constante intervención armada de ¡os reyes castellanos
en Europa. Una periódica evasión de dinero fue ocasionada por los gastos provenientes de los
permanentes ejércitos mercenarios que mantuvieron los HABSBURQOS en toda Europa para
conservar sus posesiones, para conquistar nuevas o para restablecer y preservar la fe. Esta
exportación de metálico y una cada vez más acentuada política impositiva fueron causas
importantes de la decadencia económica castellana.

125- Dentro de este marco se desarrolló la política económica de la CASA DE AUSTRIA en las
indias, la que estuvo determinada por la naturaleza de las regiones conquistadas, la organización
político-social del pueblo conquistador y las urgencias financieras de la Corona española.
Especialmente debe tenerse en cuenta que los castellanos que se dirigían a indias no iban a la
búsqueda de nuevos mercados ni a extender la actividad mercantil, que despreciaban, sino que
ansiaban la gloria militar, la obtención de conversiones religiosas o la adquisición de títulos,
preeminencias sociales y, sobre todo, riquezas, que podían obtenerse rápidamente como botín de
guerra revestía grandes proporciones y en general sólo satisfacía un mercado modesto, del que
formaba parte importante la vestimenta del indígena. También existían ingenios en que se lograba
azúcar de caña.

Un producto americano que fue apreciado con bastante interés en España fue la lana de vicuña,
que se enviaba por vía legal o de contrabando y sirvió para fabricar sombreros ingleses y
franceses, e incluso para confeccionar en Inglaterra un tipo especial de paño.

En general, con excepción de las industrias americanas que podían perjudicarlas peninsulares, la
política de los AUSTRIAS en la materia permitió el florecimiento de las manufacturas indianas, y si
la industria no alcanzó niveles más importantes, se debió —como señala IÍARIHG— a que en el
Nuevo Mundo "las condiciones naturales eran favorables a la producción y exportación de
materias primas de modo casi exclusivo".

Faltan 126, 127, 128, 129, 130, 131, 132, 133, 134, 135, 136, 137. (De tau)

138. América conoció también las asociaciones corporativas, al estilo de la vieja agremiación
medieval. Los artesanos de un mismo oficio se congregaban en corporaciones o cofradías
religiosas—en general, éstas fueron el antecedente de aquéllas— con el objeto de mutua
protección, fomento y vigilancia. La calidad, la cantidad y el precio de los productos, así como las
condiciones en que se trabajaba, eran celosamente controlados por los veedores que destacaban los
mismos gremios. En México hubo más de un centenar de estas corporaciones, siendo de gran
importancia la de los plateros, igual que en Lima.

81
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Se regían por ordenanzas, que dictaban los cabildos y eran aprobadas por el virrey o, a veces, por
el mismo monarca, que trataban de establecer, usando palabras de HARIHG, un equilibrio entre las
condiciones de trabajo, los intereses del consumidor y las necesidades del tesoro real.

EL COMERCIO. 139 al 143.

139- El comercio. La corona castellana inspiró sus disposiciones referidas al comercio con las
indias en la doctrina mercantilista en boga, según la cual puerto único y monopolio eran reglas
esenciales.

En un principio la corona se mostró inusitadamente liberal, limitándose a fines del siglo XV a


exigir a los españoles que quisieran comerciar con las indias tan sólo el pago del quinto de los
metales y del décimo de las demás mercaderías importadas. Pronto se dejó de lado esa liberalidad,
para someter el tráfico indiano a las características permanentes que analizaremos.

La creación de la casa de contratación en 1503 señaló la iniciación de la nueva etapa. Esta


institución fue fundada con el objeto de lograr un absoluto monopolio de los productos indianos,
pero los artículos que se importaron en indias no facilitaron ese tipo de organización y por lo tanto,
las operaciones mercantiles realizadas por la casa fueron mínimas. Guillermo Céspedes dice que
sólo subsistió respecto del comercio como órgano de inspección y centralización persiguiendo
principalmente objetivos fiscales.

Estos objetivos se traducían en el cobro de los impuestos con que pronto fue gravado el comercio
con América, en la percepción de los "quintos reales" que se cobraban sobre los productos mineros
y en la recaudación de las rentas de los bienes pertenecientes a la Corona. También le tocó
recolectar la tasa de averías. Asimismo, llevó a cabo irritantes incautaciones de metales preciosos,
que la Corona embargaba por razones de necesidad impostergable.

Hasta la creación de la Casa de Contratación (1503), las expediciones para Indias salían de Cádiz,
aunque se otorgaron también franquicias a otros puertos. Desde la instalación de la Casa de
Contratación en Sevilla, pasaron a ser este puerto y su rada de Sanlúcar de Barrameda el sitio
obligado de partida y llegada de las embarcaciones que se dirigían a o retornaban de Indias. Este
monopolio sevillano despertó muchas protestas y creó en Sevilla una compleja red de poderosos
intereses que sería difícil romper en adelante.

CARLOS V trató de modificar, aunque parcialmente, el monopolio detentado por Sevilla. En 1524
creó una Casa de Contratación en La Coruña, para atender el comercio de especiería, en atención a
que los buques de gran calado, utilizados para este tráfico, tenían serías dificultades para llegar por
Sanlúcar a Sevilla. Más tarde, en 1529, amplió a otros puertos españoles la facultad de comerciar
con Indias: Bayona, La Coruña, Aviles, Laredo, Bilbao, San Sebastián, Málaga, Cartagena y
Cádiz. Esta franquicia parece haber sido poco utilizada, y FELIPE II la revocó expresamente en
1573.

140- El comercio estaba reservado a los españoles, si bien CARLOS V, "con una visión más
imperial en sus alcances o probablemente obligado para con sus banqueros extranjeros en Italia y
Alemania —dice HARIMG—, abrió en 1526 el comercio y los puertos americanos a todos sus
súbditos dentro de los dominios de los HABSBURQOS". Los célebres banqueros alemanes WESLER,
al amparo de esta franquicia, establecieron una factoría en Santo Domingo y explotaron minas de
plata en Nueva España, llegando en 1528 a colonizar y explotar Venezuela. Junto con la Casa
Fugger costearon en gran parte los viajes de GARCÍA DE LOAYSA y SEBASTIAN CABOTO a Las
Molucas, y ayudaron económicamente a la expedición de PEDRO DE MENDOZA al Río de la Plata.
Pero ya al término del reinado de CARLOS V, y más especialmente desde que su hijo FELIPE II llegó
al trono, el comercio con Indias quedó reservado a los españoles. Fue necesario desde entonces
que los comerciantes fuesen españoles de nacimiento o por naturalización, radicados en la
península, y que los barcos que transportaran las mercaderías fuesen también de propiedad de
españoles. Ya se ha visto cómo, en definitiva, los españoles pasaron a ser tan sólo "prestanombres"
de los poderosos intereses extranjeros (§§ 122-123).

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141- FELIPE II regló el tráfico por medio del régimen de flotas y galeones, que tenía por objeto
vigilar cuidadosamente el sistema de monopolio español sobre el comercio de Indias y proteger las
embarcaciones mercantes de los ataques de los piratas, que eran cada vez más frecuentes. Ya
desde antes se había previsto la navegación en conserva de flotas debidamente pertrechadas, según
las normas dictadas por la Casa de Contratación (1526), pero fue a partir de 1564 cuando la
navegación a Indias se estructuró en forma definitiva. Las flotas salían dos veces al año desde
Sevilla, una hacia Mueva España y otra hacia Tierra Firme. La primera partía en primavera y se
dirigía al golfo de México, llegando a Honduras y las Antillas. La otra flota partía en agosto con
rumbo al golfo de Panamá, llegando a Cartagena, Santa Marta y algunos otros puntos de la costa
norte de América del Sur. Ambas flotas se reunían en marzo siguiente en La Habana y emprendían
juntas el viaje de retorno. Las flotas no salieron siempre en las fechas indicadas, ni siquiera
pudieron ser aseguradas flotas anuales. Desde 1580 se omitía generalmente una de las dos flotas, y
luego de la segunda mitad del siglo XVII, ya en franca declinación de España, las salidas se
hicieron sumamente irregulares.

Las flotas que se dirigían a Tierra Firme eran portadoras, de regreso, de los importantes
cargamentos de plata peruana, y por eso estuvieron más resguardadas que las otras; lo importante
de la custodia hizo conocer a estas flotas con el nombre de galeones, debido al tipo de barcos que
las protegían. En cambio, a las mexicanas se las denominó tan sólo /Jotas, pues sus custodias
consistían en dos barcos de guerra, la nave capitana y la nave almirante. El número de embarcacio-
nes mercantes que iban en cada flota osciló de 14 a 25 durante el siglo XVIÍ, y entre 30 y 90, a
fines de ese mismo siglo, para declinar notablemente luego.

Conviene recordar que el puerto único privilegiado reconoció dos importantes excepciones: la de
Cádiz y la de Canarias. La excepción de Cádiz parece haber comenzado en 1509 y ha sido
reconocida en una real cédula del 23 de setiembre de 1531. Estuvo limitada a sus frutos, vino y
cera principalmente, y sometida a adversas alternativas de continuidad. En 1680, entendiendo la
Corona que la cercanía de Cádiz con Sevilla hacía de ambas un mismo puerto, dispuso que desde y
hacia allí partiera y arribase el comercio americano, trasladándose a Cádiz la Casa de Contratación
en 1717.

En cuanto a Canarias, su ubicación entre los dos mundos fue aprovechada por España, primero
como escala y refugio en la travesía del Atlántico y luego como puerto de embarque de
mercaderías; es la excepción más antigua. Dice PERAZA DE AVALA que la primera licencia debió
darse en 1506, o antes, para la isla La Palma. Desde 1508, los comerciantes españoles fueron
autorizados a cargar en Canarias cualquier clase de mercaderías para Indias, siempre que no
estuviesen prohibidas con carácter general por la Corona, debiendo remitir la Casa de Contratación
de Sevilla un agente para registrar esos envíos. La concesión del privilegio se extendió luego a las
demás islas, con la sola exigencia del registro previo ante el escribano del puerto. Estas
excepciones de carácter temporario se hicieron permanentes, hasta que luego de 1610 se redujo el
volumen de la importación, restringiéndose el privilegio.

142- No todo el comercio se realizó por medio de grandes flotas, ya que de tiempo en tiempo se
permitía la partida de algún barco solo con destino a Caracas, pagando un impuesto especial. Era
el "registro" de Caracas; seguía la ruta de los galeones y volvía con ellos desde La Habana. En
iguales condiciones se despacharon "registros" a Maracaibo, Puerto Rico, Santo Domingo, La
Habana, Matanzas, Trujillo y Campeche. Con Buenos Aires siempre hubo un tráfico especial ya
que no llegaban hasta aquí las flotas y los galeones. Desde el siglo XVI hubo navíos "de registro"
que partieron para el Río de la Plata (§ 162). También hubo concesiones especiales a las colonias
para comerciar entre sí, ya que, en general, ese tráfico estaba prohibido.

143- Es interesante señalar las condiciones bajo las cuales se hacía el transporte de mercaderías
hacia y desde las Indias. Las flotas y los galeones circulaban bajo la custodia de naves
pertrechadas que constituían la escolta. El financiamiento de los gastos que demandaba este
sistema de protección era realizado a prorrata entre los mismos cargadores en proporción al valor
de las mercaderías transportadas. Consistía en una tasa llamada de avería, cuyo monto variaba de
acuerdo con el costo de cada armada y la importancia de las mercaderías en viaje. En alguna rara
ocasión, la custodia estuvo a cargo de naves reales. Desde 1521 la Casa de Contratación comenzó
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a recolectar este gravamen en colaboración con el consulado de Sevilla. No había excepciones, y
aun las mercaderías de propiedad regia debían pagar la tasa. El sistema fue solicitado por los
mismos comerciantes sevillanos para proteger sus cargamentos marítimos, comprometiéndose a
sostenerlo a prorrata con sus propios fondos. Se aplicó regular y exitosamente a partir de 1548.

Tanto los barcos que componían la escolta como los que transportaban los cargamentos se
hallaban en deficientes condiciones de navegabilidad. En Sevilla había barcos de ocasión que se
adquirían para uno o dos viajes de ida o vuelta, o bien sólo de ida, abandonándose el barco en
América. Aunque los barcos de la armada eran a veces de mejor calidad, sin embargo, siempre
eran alquilados a bajo precio, de manera que sus condiciones nunca llegaron a ser óptimas. Por
otra parte, el armamento con que se los pertrechaba era pésimo, dándosele poca importancia a la
artillería, única arma verdaderamente efectiva contra el pirata. La tripulación dejaba mucho que
desear, pues, reclutada a bajos salarios, resultaba inexperta e indisciplinada. Era causa principal de
este sistema el monto reducido de la tasa de avería, fijada por los mismos comerciantes sevillanos,
que preferían correr los riesgos que importaban semejantes condiciones de navegación antes que
aumentar los gastos que posibilitaran una bien organizada flota ultramarina. A ello cabe agregar la
corrupción de los funcionarios que autorizaban la partida de estas naves en tan deficientes
condiciones.

Un nuevo inconveniente era la enorme carga a que se sometían las maltrechas naves, haciéndolas
correr serios peligros, no ya frente a los piratas, sino ante los vientos y las olas del océano. No sólo
los barcos mercantes estaban cargados en exceso, sino que los de la escolta también llevaban
mercaderías, a pesar de estar prohibido hacerlo. A partir del siglo XVII empezó a permitirse el
envío de mercaderías en las naves de guerra, debiendo abonarse por este flete una suma mayor, ya
que —se argumentaba— los cargamentos iban mejor protegidos. Tanto se exageró la carga en los
barcos de guerra, que en 1615 uno de ellos naufragó por exceso de cargamento.

144- El contrabando. Adquirió un volumen inmenso, a despecho de la minuciosa reglamentación


del tráfico con Indias. Floreció tanto en Se villa y Cádiz como en los puertos americanos del mar
Caribe y del Río de la Plata, muchas veces con la connivencia de los propios funcionarios reales,
que consentían las maniobras ilícitas e incluso las favorecían, prestándose a introducir como de su
uso personal mercaderías que luego vendían en América con pingües ganancias. Los barcos, en sus
viajes de retorno, tocaban puertos franceses, portugueses e incluso españoles no autorizados,
alegando circunstancias de fuerza mayor, pero en realidad descargaban en ellos sus ricas
mercaderías, eludiendo impuestos y tasas. Además, existió también el tráfico que realizaban desde
España los comerciantes extranjeros, despachando sus naves a Indias bajo nombres españoles
supuestos o usando testaferros.

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UNIDAD V - A) EPOCA HISPANICA (Continuación)

1) El Despotismo Ilustrado: Origen y Sus manifestaciones en: a) Lo Político. Exaltación del Poder
Real. El Centralismo. Reformas en la Organización territorial americana. La Real Ordenanza de
intendente de 1782, b) Lo religioso. El Regalismo, c) Lo Militar y d) Lo económico-social.

2) El Libre Comercio. La Situación Económica en el Río de la Plata durante el siglo XVIII. El


“auto de libre internación” de 1777. El reglamento y aranceles reales para el comercio libre de
España a indias del 12/10/1978. El Consulado de Buenos Aires. Belgrano. La Representación de
los Hacendados. “El Reglamento del 6-11-1809”. (Libre comercio).

3) La crisis del régimen indiano. La conducción gubernativa. Tensiones, ideas e intentos de


independencia.
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El despotismo ilustrado. Origen y Sus manifestaciones en lo político. 165, 166

La profunda revolución política, económica, social y religiosa que significó el Renacimiento abrió
las puertas al mundo de la modernidad. Un nuevo orden de vida, principios reformadores y
revolucionarios. Se proyectaría una sociedad inspirada en las doctrinas filosóficas del
racionalismo. Renacimiento y reforma, vuelco hacia el individualismo que condujo al predominio
de la razón sobre la verdad revelada, el desarrollo de las ciencias empíricas en reemplazo de la
especulación filosófica, todos los problemas encontrarán una solución derivada de la naturaleza
racional del hombre. Aparecen los derechos innatos del hombre, anteriores a cualquier vínculo
comunitario, de carácter subjetivo que tiene el hombre por el hecho de haber nacido y cuya
salvaguarda constituye el primer objetivo del pacto social. Toda esta transformación del mundo
occidental, se origina en los últimos tiempos de la edad Media toma cuerpo en el siglo XVI,
culmina su proceso en el siglo XVIII bajo las formas del liberalismo. Nacen las ciencias positivas
que no es ya mero conocimiento contemplativo, sino el instrumento para la dominación del
Universo.

-De la Doctrina del liberalismo se nutre la filosofía de la Revolución Francesa, que proclama los
derechos del hombre y del ciudadano, y también de ella surgirá el despotismo ilustrado. La
primera: doctrina del liberalismo, terminará con los vestigios del antiguo régimen para reconstruir,
según los principios racionales, un estado ideal. La segunda doctrina sostendrá los derechos del
hombre, fomentará la riqueza y propenderá a la cultura y al progreso, respetando la existencia de la
Iglesia y de la monarquía. Todo ello bajo la más absoluta autoridad del poder real y con el lema
de “todo para el pueblo” nada por el pueblo. El advenimiento de los Borbones al trono de España
se dio históricamente en el mismo siglo de la revolución liberal. Llegados de Francia a la luz de
una nueva concepción de estado y con la conciencia de que sólo una profunda transformación
podía salvar a España de su decadencia, se dieron a la tarea de iniciar una nueva política de
acuerdo con los tiempos que corrían. Así surgió la política del despotismo ilustrado, entronizando
los derechos naturales, el ideal de progreso, el fomento de las artes, las letras y la educación, la
restauración de las fuentes de riqueza, el incremento de la población, de la agricultura, del
comercio, de la industria y de las ciencias en general. Para llevar a cabo las reformas proyectadas,
era necesario robustecer el poder real, comenzó a la par la limitación de los derechos de la nobleza
y el clero y el cambio total en la estructura monárquica, a fin de poder ejercer la dominación del
estado mediante una política centralista. América no estuvo ausente de este movimiento
transformador, a ella llegaron las reformas borbónicas. Desde la ascensión al trono de Felipe V
que sucedió al enfermizo Carlos el hechizado, España se vio envuelta en numerosas guerras y
conflictos internacionales, ya que tanto Inglaterra como Austria u Holanda ambicionaban el trono
Español, no podían tolerar el inevitable predominio de la Nación, que recibiera como legado todo
el inmenso Imperio de los Austrias. España aliada con Francia en ese entonces mantuvo sin
embargo su hegemonía. La consecuencia histórica del Despotismo ilustrado español fue la
sustitución de una continuidad tradicional por un orden racionalmente dispuesto por voluntad del
legislador. (López Rosas, 43)

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165- Durante el siglo XVIII, y en especial en su segunda mitad, se advirtió en España un afán
renovador que produjo importantes cambios en la vida institucional del imperio, procurando borrar
los rastros de una profunda decadencia. Las nuevas ideas, provenientes de Francia, llegaron en
compañía de la CASA DE Borbón, que sucedió a la de AUSTRIA en el gobierno imperial. Conviene
recordar que CARLOS II "el hechizado", último monarca HABSBURQO, murió en 1700 sin
descendencia, habiendo dejado testamento, por el que llamaba al trono español al duque de Anjou,
nieto de Luis XIV, poderoso rey de Francia, quien llegó a España en 1701 como FELIPE V. La
monarquía se vio a poco envuelta en una dolorosa guerra, ya que CARLOS, archiduque de Austria,
se sentía con derechos a la Corona española y era apoyado por varios reinos peninsulares y
europeos. La guerra terminó en 1713 con el tratado de Utrecht, y FELIPE fue reconocido como
soberano de España, pero debió resignar sus derechos sobre la Corona francesa. Además, España
perdió Gibraltar, Italia y los Países Bajos.

FELIPE V (1701-1746) no demostró condiciones sobresalientes. Sometido a la influencia de sus


favoritos, sólo en los últimos años de su reinado, por obra de los ministros JOSÉ PATINO y el
marqués de la Ensenada, comenzaron a dictarse medidas tendientes a reorganizar el imperio.
FERNANDO VI (1746-1759), hijo del anterior, melancólico y retraído, abandonó los asuntos de
Estado en manos del marqués de la Ensenada y de JOSÉ DE CARVAJAL, quienes continuaron la obra
iniciada durante el reinado de FELIPE. CARLOS III (1759-1788), hermano de FERNANDO VI, rey de
las dos Sicilias, llegó al trono ante la ausencia de descendencia directa y fue el monarca más
brillante de la nueva dinastía. Genuino representante del despotismo ilustrado (§ 166), se rodeó de
ministros de la talla de ARANDA, FLORIDABLANCA, CAMPOMANES y JOVELLANOS, miembros
conspicuos de la Ilustración, decididos a emprender la gran reforma que España necesitaba.

166- Tanto en Europa como en España, en las postrimerías del siglo XVII y los comienzos del
XVIII, existía el convencimiento de una decadencia española muy profunda. De ahí que los
hombres del siglo XVIII emprendieran una denodada lucha por revitalizar la nación paralizada, y
así un notable grupo de pensadores intentó la adopción en la península de principios ya aplicados y
difundidos exitosamente en otros países del continente. Este conjunto de hombres innovadores,
que rodeó a los monarcas, constituyó la llamada minoría ilustrada. Su pensamiento y su obra se
conocen como despotismo ilustrado, en razón de que para ellos el poder real, "nervio principal de
la reforma", debía ser robustecido hasta el extremo de posibilitar la aplicación de las sustanciales
reformas proyectadas. Según SÁNCHEZ AGESTA, la consecuencia histórica más duradera del
despotismo ilustrado español fue la sustitución de una perimida continuidad tradicional por una
cuidadosa ordenación racional, es decir, por un orden racionalmente dispuesto por voluntad del
legislador.

167- La exaltación del poder real fue tema corriente de toda la literatura política de este siglo.
Contra una tradición española que había fijado límites a la autoridad (§ 61), se defendieron a
ultranza las prerrogativas regias. De manera que no puede extrañar que haya sido aceptada la
concepción de una monarquía de derecho divino, que consideraba que la autoridad de los reyes
provenía directamente de Dios, a quien sólo debían dar cuenta de su cometido, con independencia
de la comunidad. El obispo francés JACOBO BENIGNO BOSSUET desarrolló esta tesis en la obra
Política deducida de las propias palabras de la Sagrada Escritura (1709), traducida al español en
1743. Decía que la persona de los reyes era sagrada, como representantes de la Majestad Divina
para la ejecución de sus designios y, por lo tanto, debía servírseles "con buena voluntad, con
temor, respeto y sinceridad de corazón, como a JESUCRISTO". Aunque la tesis no se expuso en
España con prolijidad doctrinal, fue dominante en el concepto de las generaciones ilustradas. Por
eso se condenaron las doctrinas de VITORIA, SUAREZ, MARIANA y todos aquellos que trataron de
señalar limitaciones a la autoridad regia.

Como ejemplo de cuanto decimos, véanse estas preguntas y respuestas contenidas en un catecismo
de carácter político, redactado por el obispo de Córdoba del Tucumán, Fray JOSÉ Antonio DE SAPÍ
ALBERTO, impreso en 1783 para la enseñanza de los niños:

— "¿Quién, pues, es el origen de los Reyes?


— Dios mismo, de quien se deriva toda potestad.
— ¿Por qué los Reyes se llamaron Dioses?
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— Porque en su Reino son unas imágenes visibles de Dios.
— ¿Quién es superior al Rey?
— Sólo Dios en lo civil y temporal de su Reino.
— El Rey ¿está sujeto al pueblo?
— No, que esto sería estar sujeta la cabeza a los pies.

168- El centralismo. El cambio postulado por el despotismo ilustrado se tradujo también en un


acentuado centralismo. Los organismos que representaban alguna autoridad al margen del rey
fueron suprimidos o relegados de la vida política del reino. Las cortes (§21) dejaron de ser
convocadas. Tan sólo se reunieron seis veces a todo lo largo del siglo. Los consejos regionales
(Aragón, Flandes e Italia) desaparecieron en 1715, para pasar a incrementar las atribuciones del de
Castilla, que se convirtió en el órgano esencial de la vida política de España.

Este consejo quedó estructurado en tres corporaciones: cámara, consejo propiamente dicho y sala
de alcaldes, además de una escribanía de cámara y de gobierno. Sus funciones eran múltiples y de
singular importancia. Tenía competencia administrativa y jurisdiccional, además de funciones
legislativas. Preparaba y redactaba órdenes, decretos y reglamentos. Sus "autos acordados",
llamados así por emitirse previo acuerdo del cuerpo, como sus consultas y demás provisiones,
tenían fuerza de ley. Le correspondía, además, el registro de todas las disposiciones reales. Su
presidente era el funcionario de mayor jerarquía en el reino, inmediatamente después del rey, a
quien reemplazaba en caso de ausencia.

En 1714, FELIPE V (Borbón) creó cuatro secretarías de despacho que formaron el consejo de
gabinete: eran las de Estado, de asuntos eclesiásticos, de guerra, y de Indias y marina, además de
una intendencia universal de hacienda, que luego se transformó en secretaría. Posteriormente, estas
secretarías se redujeron a tres.

En 1717 se delinearon las atribuciones de la secretaría de Indias con gran mengua para el Consejo
de Indias, ya que la nueva secretaría quedó encargada de los asuntos de hacienda, guerra,
comercio, navegación y provisión de empleos para todos esos ramos. Esta facultad se amplió en
1754, cuando se la autorizó para proponer al rey los nombramientos de algunos miembros del
Consejo de Indias y de la Casa de Contratación y de otros funcionarios políticos, militares y de
hacienda. Debía además presentar las propuestas para llenar las vacantes eclesiásticas. El Consejo
de Indias vio así notoriamente restringidas sus funciones (§ 66) y debió limitarse a proponer los
nombramientos de personas eclesiásticas para integrar su propio cuerpo y los demás empleos
letrados, promulgar las leyes que le comunicaba el monarca y evacuar las consultas que se le
formularan, además de las funciones judiciales que de antiguo ejercía.

En cuanto a la Casa de Contratación (§ 64), su suerte quedó echada con la creación de esta
secretaría y la apertura gradual del comercio. En 1717 se dispuso su traslado a Cádiz, donde
quedó, pese a las protestas de Sevilla, hasta su definitiva supresión en 1790.

La secretaría de Indias fue dividida provisionalmente por CARLOS III en 1787: una, de gracia y
justicia, y materias eclesiásticas, y otra, de guerra, hacienda, comercio y navegación, hasta que en
1790 se suprimieron ambas, encomendándose los asuntos de Indias a las demás secretarías de
Estado. "La desaparición de la secretaría especial para Indias —sostiene ZORRAQUIM BECU—
respondía al propósito, ya manifestado varias veces con anterioridad, de unificar los diversos
dominios de la Corona, dándoles una misma organización y gobierno. Era a la vez el centralismo y
el deseo de equiparar a las Indias con España, colocando a aquéllas en un plano de perfecta
igualdad."

En 1783 CARLOS III, a instancias de FLORIDABLANCA, creó la Junta de Estado, de organización


similar a la de un consejo de ministros. Sus funciones tendían a coordinar los distintos
departamentos de gobierno, secretarías y tribunales superiores, a fin de prevenir resoluciones
contradictorias, obligando a los funcionarios a tomar decisiones debidamente razonadas.

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CARLOS IV reestableció en 1792 el consejo de gabinete, con el nombre de consejo de Estado, que
presidía el mismo rey.

Reformas en la organización territorial americana.

169- El propósito de una mejor y más ordenada administración, y un afán de centralización


administrativa cada vez más acentuado, unido a razones estratégicas provocadas por las apetencias
británicas y portuguesas, determinaron también importantes reformas en la organización de los
territorios americanos.

En 1717 se creó el virreinato de Nueva Granada, que, disuelto seis años después, fue reestablecido
definitivamente en 1739, y en 1776 se estableció el del Río de la Plata (§ 191). Además de estos
dos nuevos virreinatos, en 1731 se organizó la capitanía general de las provincias de Venezuela,
que en 1777 se emancipó definitivamente de Nueva Granada. Cuba se convirtió en capitanía
general en 1764, y la capitanía general de Guatemala alcanzó autonomía del virreinato de Nueva
España. En 1776 surgieron las Provincias Interiores de Mueva España, con virtual independencia
del virrey de México.

Por último, se implantó en América el régimen de las intendencias, y en virtud del reglamento de
libre comercio de 1778 realizó numerosas medidas tendientes al fomento del intercambio
comercial y el régimen de intendencias (§§ 198-205), con el que se buscó gobernar en forma más
directa y efectiva los dominios ultramarinos.

-Entre otros, Vertíz, Loreto, Melo, Sobremonte, Liniers y Cisneros continuaron la labor en forma
similar. El despotismo ilustrado ejerció su obra. La creación del Virreinato dio el verdadero
impulso a estas regiones, olvidadas en la política regia durante mucho tiempo. Trascendencia
geográfica, política, económica, importó el estado virreinal. La conformación territorial nacida en
1776 y consolidada en 1782 con la creación de las Intendencias, estructuró la fisonomía física de
las futuras Pcias. Unidas, en lo espiritual durante el período Virreinal habrá de gestarse el proceso
ideológico que culminará en Mayo.

La Real ordenanza de Intendencias de 1782.

-Los acontecimientos del Río de la Plata, es decir, los azares de la guerra con Portugal, hicieron
que la experiencia sobre en nuevo régimen se llevara a cabo en estas Pcias. Y así es como por
Real cédula del 21 de marzo de 1778 es nombrado intendente de ejército y de la real hacienda del
Virreinato y subdelegado del ministerio de indias don Manuel Fernández. Pero la organización
intendencial se efectúa positivamente e integralmente recién en 1782, al darse la Real Ordenanza
para el establecimiento e instrucción de Intendentes de Ejército y provincia en el Virreinato de Bs.
As. 276 artículos integran la ordenanza, donde la corona expone sus deseos de uniformar el
gobierno mediante el nuevo sistema, fortaleciendo así la política centralista de los borbones que a
la par que creaba nuevos organismos con cierta autonomía, consolidaba todo el poder en manos
del monarca. Con estos cambios y reformas administrativas, el territorio del Río de la Plata por
real cédula del 5 de agosto de 1783 quedaba dividido en las intendencia; 1-Buenos Aires que no
fue modificada continuó integrándose por Santa fe, Entre Ríos y Corrientes, dependiendo también
de ella la Banda Oriental y el territorio que se extendía hacia el sur hasta Tierra del fuego; 2-
Paraguay; 3- Córdoba del Tucumán, 4- Salta del Tucumán, 5- La Plata, 6- La Paz, 7- Potosí, 8-
Cochabamba; y además gobiernos militares. Los intendentes eran nombrados directamente por el
rey.

203- La Ordenanza otorgaba a los intendentes las siguientes atribuciones, por medio de las cuatro
funciones o causas, como aquélla las denominaba: Las funciones esenciales de los intendentes eran
4; policía, hacienda, justicia y guerra.

1) Causa de policía: A través de ella se procuraba el fomento económico y el progreso material.


Los intendentes debían impulsar la agricultura y la ganadería, proteger la industria, la minería y el
comercio; construir y conservar caminos y puentes, y facilitar su tránsito con medidas de

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89
seguridad, transportes adecuados y buena asistencia de "los caminantes"; alentar el mejoramiento
edilicio, perseguir a los vagos, etc. Se les prescribía las visitas periódicas a los partidos de su
jurisdicción, y debían informar sobre las tierras y los medios para adelantar su producción. Aunque
muchas de estas funciones pueden hallarse también dispersas a través de la antigua legislación
indiana, se resumía aquí el ímpetu de progreso material que animaba a los ilustrados peninsulares
como base necesaria para la revitalización del imperio. Respecto de la población en general debían
saber las inclinaciones, vida y costumbres de los vecinos y moradores sujetos a su gobierno, para
corregir y castigar a los ociosos y malentretenidos. También se les concedía a los intendentes el
ejercicio del vicepatronato real en sus respectivas provincias (§ 295).

2) Causa de hacienda: En forma minuciosa, la Ordenanza se ocupaba de esta materia —Art. 71 a


219—.El Art. 72 colocaba bajo "privativa inspección y conocimiento" de los intendentes la
administración de las rentas reales, encomendándoles, asimismo, la jurisdicción contenciosa en la
materia, ejercida hasta entonces por los oficiales reales (§§ 110-151), analiza las fuentes de riqueza
de la corona y expone los inconvenientes de su recaudación. Se mantenía a estos funcionarios,
pero subordinados a los intendentes.
- Los cabildos que habían sido limitados en sus atribuciones, respondían de sus actos en este
aspecto ante la Junta superior de hacienda, organismo creado para colaborar con el
superintendente. La vida financiera de los cabildos, desde la creación intendencial de 1782, estuvo
controlada por esta organización jerárquica, perdiendo así el manejo de los propios y arbitrios que
desde la época del descubrimiento, era el recurso económico de los pueblos y de la corona.

3) Causa de justicia: En la capital de cada intendencia, la administración de justicia civil y criminal


era ejercida —aparte de los alcaldes— por un teniente letrado, nombrado por el rey, quien además
era el asesor "en todos los negocios de la intendencia". Las apelaciones de aquellos fallos se
sustanciaban ante la audiencia. Correspondía a los intendentes vigilar la forma de administrar
justicia en su jurisdicción y el cumplimiento de las leyes correspondientes, vigilar el trámite de los
juicios de residencia, agilizar el despacho de las causas. Los intendentes no sólo debían cuidar de
la marcha de los procesos, sino velar por la conducta de los jueces inferiores, evitando los
procedimientos viciosos, las venganzas y sobre todo debían dar cuenta de los actos de los
magistrados.

4) Causa de guerra: Se les encomendaba a los intendentes "que cuiden de todo lo correspondiente a
guerra que tenga conexión con mi Real Hacienda". De esta manera se buscaba la unificación
financiera, pero sin otorgar a los intendentes mando militar alguno, porque quien ejerce tales
funciones es el virrey. Los intendentes debían atender la subsistencia de la tropa y los demás
gastos militares, el aspecto administrativo de estas actividades, mantenimiento de tropas, sus
víveres, vestuario, transporte, armas, etc. {§ 339).

Lo religioso. El regalismo.

171- En materia religiosa se advirtió un pronunciado desarrollo del regalismo, es decir, un afán
desmedido del rey por controlar la Iglesia, por hacerla servir a sus intenciones, por colocarla bajo
el solio regio y usarla en beneficio de su poder absoluto.

La religión era considerada instrumento político, y, por tanto, la Iglesia fue adecuada a los
intereses de esa política. Esta forma de utilización del poder religioso se avenía muy bien con los
propósitos de los hombres del siglo, que necesitaban fortalecer al máximo la autoridad del rey para
hacer de ella el instrumento de las grandes reformas.

Los BORDONES encontraron en España una corriente secular en favor del regalismo, a la que
pronto dieron nuevas energías.

Baste recordar que los AUSTRIAS ejercían el patronato (§ 290) sobre las iglesias de América y del
reino de Granada. Pero este regalismo, en su tesis genuina —dice SÁNCHEZ AGESTA—, "no supone
animadversión a la Iglesia ni impiedad, sino entrometimiento abusivo", que pretendía convertir al

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rey en "protector de la Iglesia", y por otra parte defender a sus vasallos de todo perjuicio y de toda
fuerza, aunque esto último proviniera de la propia Iglesia.

En cuanto al espíritu religioso en sí, el despotismo ilustrado significó un proceso de honda crisis.
Dice SÁNCHEZ AGESTA:

"La fe en la razón, en la ciencia, en la técnica aplicada a las artes útiles, en una palabra, el dominio
de la naturaleza por el esfuerzo humano, orientado hacia la utilidad, sugería un posible dilema
entre una fe en la Providencia y una fe en el progreso, cumplido por la razón y el esfuerzo del
hombre."

La comprensión del universo en un orden de causas y efectos naturales creaba una seria
desconfianza hacia toda afirmación sustentada en la revelación providencial, En esta línea estaba
la crítica impía de VOLTAIRE, pero también existió dentro del despotismo ilustrado un movimiento
cristiano, inspirado por quienes, sin separarse de la ortodoxia, sufrieron la influencia avasalladora
del siglo XVIII. Este movimiento ha sido denominado por PAUL HAZARD "cristianismo ilustrado",
y definido como "un movimiento cristiano que tiende a despojar la religión de las estratificaciones
que se habían formado alrededor de ella, a ofrecer una creencia tan liberal en su doctrina que nadie
podría ya acusarla de oscurantismo; tan pura en su moral que nadie podría ya negar su eficacia
práctica. No un compromiso, sino la firme seguridad de que los mismos valores que durante los
diez y ocho siglos habían fundado la civilización, valían aún y valdrían siempre". Figura central
del movimiento fue el padre BENITO JERÓNIMO FEIJOO, quien luchó denodadamente contra la
superstición, los falsos milagros y los sacerdotes ignorantes, crédulos e indiscretos.

Lo Militar.

172- El ejército (§§ 334-341) fue reorganizado por los BORBONES sobre el modelo prusiano
impuesto por FEDERICO DE PRUSIA. Fueron dos los contingentes básicos del nuevo ejército: la
guardia real creada por FELIPE V en 1704, y las llamados milicias provincianas, organizadas en
1734. CARLOS III dictó las ordenanzas militares en 1768, que reglaban el gobierno, la disciplina y
los demás servicios del ejército, dándole una estructura más coherente y eficaz. La marina no fue
olvidada por el afán reformador del siglo, pero no alcanzó a notarse su adelanto.

Lo Económico-social.

173- En lo económico y social, el despotismo ilustrado se multiplicó en disposiciones tendientes a


fomentar las artes útiles, los oficios, las ciencias. El propósito de los hombres del siglo era
reemplazar una enseñanza basada en la tradición inmutable, que pasa de padres a hijos, por una
instrucción moderna y racional

La agricultura y la industria fueron los dos pilares sobre los cuales se habría de reconstruir la
decadente España. En contradicción con el abandono en que hasta entonces se la tenía, la
agricultura fue considerada madre de todas las ciencias y por ello, objeto de especial cuidado. La
doctrina de los fisiócratas franceses prendió fácilmente en un país que tenía desmantelados sus
campos, arruinados sus sembrados y atrasada la técnica de sus cultivos. Surgieron en toda España
las famosas sociedades de amigos del país, que se dedicaron a enseñar las nuevas técnicas y a
difundir los conocimientos agrícolas necesarios para revitalizar el campo, considerado la única
fuente verdadera de riqueza y bienestar. Repoblaciones y colonizaciones interiores, desecación de
pantanos, repartos de tierras baldías y disminución de los excesivos privilegios de la Mesta no eran
más que algunas de las constantes medidas con que la Corona trató de atender las necesidades
agrarias.

2) EL LIBRE COMERCIO. LA SITUACIÓN ECONÓMICA EN EL RÍO DE LA PLATA


DURANTE EL SIGLO XVIII. EL “AUTO DE LIBRE INTERNACIÓN” DE 1777. El reglamento
y aranceles reales para el libre comercio de España a Indias del 12/10/1978. EL CONSULADO
DE BUENOS AIRES. BELGRANO. LA REPRESENTACIÓN DE LOS HACENDADOS. “EL
REGLAMENTO DEL 6-11-1809”. (LIBRE COMERCIO)

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El libre comercio (2)

179- La postración del Comercio americano había preocupado a las autoridades españolas aun
antes del siglo XVIII, pero fue necesario el cambio de dinastía y la aparición de nuevas ideas en el
campo socioeconómico (§§ 173, 175-177) para que los dominios ultramarinos alcanzaran el
volumen comercial que merecían.

Las consecuencias de la llegada al trono de FELIPE V se hicieron sentir de inmediato. La guerra de


sucesión (1702-1713) que debió emprender España por el mantenimiento del rey Borbón en el
poder, obligó a la Corona a recurrir al auxilio de su poderoso aliado el rey de Francia para atender
el comercio con las colonias. De esta manera, los barcos franceses frecuentaron las costas
americanas, emprendiendo un comercio activo y sumamente beneficioso, ya que la benevolencia
regia llegó —en algún caso— a exceptuarlos de toda clase de derechos. En Buenos Aires, la
compañía de Guinea, con asiento en Francia, se benefició con la trata de negros (1702) (§ 264),
que le proporcionó notables privilegios comerciales, y de esta manera, al margen de un tráfico
legal altamente productivo, se sentaron las bases de un no menos provechoso contrabando.

15 días antes de la firma de la Paz de Utrecht, Inglaterra firmaba con España el célebre tratado del
asiento de negros, luego ratificado en 2 convenios más. Este tratado hizo que Felipe V se
entendiera directamente con Inglaterra y dejara de lado momentáneamente a Francia. Se inicia un
considerable tráfico negrero con el Río de la Plata. Inglaterra en atención a los conflictos europeos
y para asegurar su predominio comercial, comprendió que en especial en el Río de la plata estaba
el centro principal de su futura acción, y en virtud del tratado solicitó a Inglaterra permiso para
enviar cada año toneladas de sus productos, La corona accede por convenio firmado el 9 de
diciembre de 1713, establecía que los súbditos de gran bretaña podían comerciar con España, y
sus dominios, tanto introduciendo como extrayendo mercaderías. (Este tratado no llegó a
cumplirse). Más adelante Inglaterra solicita instalarse en el Río de la Plata a fin de realizar en
forma más efectiva su comercio de negros, que luego de varias cavilaciones se le concede un
terreno en el actual parque Lezama. Accediendo España a otro petitorio se le concede franquicia
de hacer entradas a la Pampa y traer el ganado orejano que encontrase con la única condición de
entregar el cuero. La carne se destinaba para alimentar a los negros del asiento. Luego Inglaterra
por real cédula del 5 de agosto de 1725 consigue que se le permita introducir negros al interior, y
de esta manera comenzó un verdadero contrabando ya que en las mismas carretas que conducían a
los esclavos se cargaba toda clase de mercaderías saturando en poco tiempo todo el mercado del
interior produciendo su declinación.

La situación Económica en el Río de la Plata durante el siglo XVIII. 179 al 184.

180- Las mercaderías francesas abarrotaron los mercados americanos, trastornando profundamente
su economía, a tal punto que no sólo arruinaron a los comerciantes y a las industrias locales, sino
hasta a los mismos traficantes extranjeros, que encontraron serias dificultades para colocar sus
envíos. Las mercaderías que entraban ilegalmente por los puertos chilenos del Pacífico y por la
zona del Río de la Plata superaban las necesidades locales y eran remitidas hacia el Perú,
invirtiendo de esta manera la tradicional ruta comercial Panamá-Lima, que controlaban los
comerciantes peruanos. Era el primer paso destinado a sacudir ese tutelaje. La abundancia de
mercaderías en América, que arribaban por la vía ilegal, atentó contra el sistema de las flotas (§
141), que se vieron paralizadas ante la imposibilidad de vender sus cargamentos en Lima.

Lograda la paz de Utrecht, que puso fin a la guerra de sucesión en 1713, las actividades francesas
tocaron a su término, dando paso a un activo tráfico ilegal por parte de los comerciantes ingleses.
Ello se debió a que Gran Bretaña recibió, como consecuencia de las negociaciones de paz,
importantes concesiones negreras. El 26 de marzo de 1713 se concluyó el tratado de asiento de
negros, que otorgaba a esa nación el privilegio de la trata de negros con las colonias españolas (§
264). Además se le concedió permiso para que un navio inglés concurriese a vender sus
mercaderías en Porto Bello y Veracruz, libres de todo impuesto. La compañía del Mar del Sur, que
se hizo cargo del privilegio, despachó sus factores a América, y si bien el negocio negrero no fue
todo lo brillante que se esperaba, significó para Inglaterra la fuente de un importante contrabando.
El asiento de la compañía en Buenos Aires sirvió de centro activo al comercio británico ilegal. Los
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barcos ingleses traían negros, telas, bebidas, armas, zapatos, herramientas, etc., y llevaban, en
cambio, cueros, grasa y sebo, aunque no estaban ausentes la plata y el oro. Desde Buenos Aires se
despachaban negros hacia Chile y Perú, según se autorizó por real cédula de 1725, y estas
expediciones eran el conducto normal del contrabando con aquellas regiones.

181- El contrabando francés e inglés fue tanto, y la evasión fiscal tan importante, que la Corona
trató de remediar la situación impulsando nuevamente el viejo sistema de flotas y galeones. El 5 de
abril de 1720 se dictó la célebre ordenanza conocida como Proyecto para galeones y flotas, con la
que se procuró restablecer el orden en el comercio, asegurar la periodicidad de los cargamentos,
afianzar la vigilancia de los convoyes y mantener una permanente comunicación con todos los
dominios de ultramar mediante el envío regular de avisos o correos. También se reglamentó el
envío de las naves sueltas de registro. Se fijó la época de salida de las flotas con-toda precisión,
procurando observarla aun a costa de que zarparan incompletas, fijándose también el tiempo que
debían detenerse en los puertos americanos, a fin de lograr una verdadera regularidad en los viajes.
Con estas prevenciones se trataba de robustecer el comercio legítimo, a la par que favorecer la
producción metropolitana. Sin embargo, el sistema de flotas y galeones no pudo alcanzar el éxito
de antaño, ya que lo obstaculizaban la cantidad de mercaderías introducidas en las Indias por la vía
del contrabando y de los barcos sueltos de registro. Desde 1715 hasta 1736, sólo cinco flotas se
despacharon a Tierra Firme; a Nueva España, en igual período, llegaba una pequeña flota cada dos
o tres años, pero desde 1738 se suprimieron los galeones a Tierra Firme y se paralizó el envío de la
flota a Hueva España. Luego de un intento de restablecerlas, en 1754, se abandonó definitivamente
el sistema en 1789.

Pero si el Proyecto para galeones y flotas de 1720 no logró revitalizar el comercio tradicional,
significó el triunfo de la navegación de los buques de registro y la aparición de los avisos que
suplieron en buena medida la engorrosa navegación de flotas y galeones. Buenos Aires se
benefició grandemente con estos navíos de registro, los que muchas veces llegaban con permiso de
"internación", es decir, con autorización para hacer llegar las mercaderías hasta Perú y Chile. La
guerra con Inglaterra y la caída de Porto Bello en manos enemigas significaron la adopción
definitiva de la ruta a través del Cabo de Hornos por medio de navíos de registro (1740), única
manera de atender el tráfico de los puertos ubicados sobre el Océano Pacífico.

182- También en España los intereses monopolistas de Cádiz y Sevilla se sintieron en peligro con
las concesiones que la Corona otorgó a algunas compañías privilegiadas para comerciar con
América. La Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, fundada en 1728, obtuvo el monopolio para
comerciar con Venezuela; la Compañía de Galicia quedó autorizada en 1734 a enviar dos barcos
anuales a Campeche; la Compañía de La Habana (1740) y la Compañía Catalana o Barcelonesa
(1755) obtuvieron privilegios para traficar con La Española, Puerto Rico y Margarita.

183- A pesar de estas concesiones y de la proliferación de los navíos de registro, la mayor parte
del comercio se encontraba concentrado en Cádiz, en perjuicio de otras regiones españolas, y en
América seguían beneficiándose con él sólo algunos puertos de importancia. A su vez, el
contrabando continuaba en aumento y la evasión fiscal alcanzaba cifras alarmantes. "Ni las
compañías comerciales particulares —dice HARIMG— ni los pequeños remiendos en el antiguo
sistema comercial habían tenido éxito en la tarea de extirpar este mal o en mejorar
apreciablemente el comercio o los ingresos españoles." Estas circunstancias, unidas a la prédica
por una nueva concepción económica que significara la liberación de trabas y barreras para la
circulación de los bienes (§ 174), convencieron a las autoridades de que tan solo el libre comercio
entre españoles sería el medio de mejorar la aflictiva situación del erario y de competir con los
traficantes foráneos.

La reforma comenzó con la creación en 1764 de un servicio regular de correos entre España y
América, constituido por el envío de un aviso mensual hacia La Habana, que pronto (1767) se
extendió hasta Buenos Aires. Esta ciudad recibía cuatro avisos anuales. En la misma época se
organizó el correo en Chile, que unía Buenos Aires, Mendoza, Santiago y Valparaíso. Los navíos
de correo estaban autorizados, a pesar de su pequeño tamaño, a transportar mercaderías, y ello
contribuyó, junto con la rapidez con que se recibían las noticias y los informes comerciales, a
impulsar la actividad mercantil.
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184- En 1765 se dio el paso decisivo que habría de concluir con la instauración del libre comercio
entre España y sus dominios. Se abrieron al comercio de las Antillas (Cuba, Santo Domingo,
Puerto Rico, Margarita y Trinidad) los puertos españoles de Cádiz, Sevilla, Alicante, Cartagena,
Málaga, Barcelona, Santander, La Coruña y Gijón. Al mismo tiempo, se suprimieron los antiguos
gravámenes sobre muchos de los artículos transportados, para suplantarlos por un solo impuesto,
pagadero en España, de alrededor del 6 o el 7 % ad valorem. Se permitía además la libre
circulación de mercaderías entre los puertos americanos señalados. En años sucesivos, la misma
concesión fue extendida a Luisiana (1768), Yucatán y Campeche (1770), Santa Marta y Río de la
Hacha, en Hueva Granada (1776-1777). La prohibición de comerciar productos americanos entre
las distintas colonias fue suprimida en 1774 para Perú, Hueva España, Nueva Granada, Guatemala,
y en 1776 también para el Río de la Plata. Tan sólo se mantuvo la prohibición sobre ciertos
productos, en beneficio de la industria metropolitana.

184 Continúa en el párrafo siguiente.

El “auto de libre internación” de 1777. 185-

En 1776, al crearse el virreinato del Río de la Plata (§ 191), su primer virrey, don PEDRO DE
CEVALLOS, debió afrontar el problema que presentaban las barreras económicas con que se
separaban los territorios confiados a su gobierno (Río de la Plata, Paraguay, Charcas, Tucumán y
Cuyo). En efecto, los antiguos territorios de Chile y Perú no podían comerciar con Buenos Aires,
según la tradicional prohibición. CEVALLOS, en atención a éstos problemas, dictó el 6 de
noviembre de 1777 el "auto de libre internación" qué declaró libre y facultativa la entrada de
mercaderías por Buenos Aires hacia las provincias del Alto Perú y de Cuyo, que habían pasado a
integrar el nuevo virreinato del Río de la Plata, lo mismo que por los puertos de Chile. Los
comerciantes y autoridades chilenos y peruanos lo entendieron como una autorización general para
remitir mercaderías a Chile y Perú, y llevar desde allí plata y oro. Cabe recordar al respecto que el
virrey del Perú, don MANUEL DE QUIRIOR, mandó publicar un bando por el que rechazaba el
decreto de CEVALLOS y ordenaba la fiel observancia de las leyes prohibitivas.

Los intereses limeños ya se habían visto perjudicados por el decreto de CEVALLOS de julio de ese
mismo año, según el cual se prohibía el envío de oro y plata a Lima, cerrando de esa forma el
comercio entre la zona altoperuana y el centro del virreinato del Perú. "El predominio del Perú
había pasado para siempre —dice VILLALOBOS—, la revancha de Buenos Aires, basada en una
realidad geográfica indiscutible, se concretaría en un fuerte desarrollo y en una importancia
creciente dentro de los dominios australes."

El reglamento y aranceles reales para el libre comercio de España a Indias del 12/10/1978.

-Una de las reformas más importantes llevada a cabo en América fue la implantación del
reglamento y aranceles reales para el comercio libre de España a Indias, dado el 12 de octubre de
1778, su práctica que desvirtuó la letra del reglamento y las posteriores modificaciones,
conformaron una verdadera revolución económica. Las relaciones comerciales entre España y
América estaban totalmente restringidas, régimen absolutista que exageraba el proteccionismo,
donde sólo contados puertos americanos podían comerciar con los de la península, puertos
habilitados exclusivamente por la corona, por el sistema de Flotas y galeones, primeramente
ampliando el número de puertos españoles y americanos, para comerciar entre sí.

185- Un nuevo paso significó la real cédula del 2 de febrero de 1778, por la que se extendió el
sistema de comercio libre de 1765 a Buenos Aires, Chile y Perú. Estas disposiciones fueron unidas
a las demás normas sobre comercio indiano y se promulgaron bajo el nombre de Reglamento y
aranceles reales para el comercio libre de España a Indias con fecha 12 de octubre de 1778. Con
este Reglamento quedaron abiertos al comercio indiano los puertos españoles de Sevilla, Cádiz,
Málaga, Almería, Cartagena, Alicante, Alfaques de Tortosa, Barcelona, Santander, Gijón y La
Coruña, y Palma y Santa Cruz de Tenerife, en las islas de Mallorca y Canarias. En Indias se
habilitaron los puertos de San Juan de Puerto Rico, Santo Domingo, Monte Cristi, Santiago de
Cuba, Trinidad (Cuba), Batabanó, La Habana, islas de Margarita y Trinidad, Campeche, golfo de

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Santo Tomás de Castilla y Omoa (Guatemala), Cartagena, Santa Marta, Río de la Hacha, Porto
Bello, Chagre, Montevideo, Buenos Aires, Valparaíso, Concepción, Arica, Callao y Guayaquil.

El nuevo Reglamento eliminó numerosos impuestos que pesaban sobre el comercio indiano,
conservando tan sólo los de almojarifazgo y alcabala (§ 149), que eran los de mayor importancia.
Algunos productos fueron liberados por completo y otros vieron reducir notablemente sus
derechos aduaneros, tanto para llegar a España como para hacerlo a Indias, sobre todo las
manufacturas textiles de la metrópoli y las materias primas americanas (algodón, cáñamo, lana de
vicuña y alpaca, lino, pieles, madera, etc.). También fueron rebajados los derechos sobre los
metales preciosos.

El comercio quedaba limitado a los españoles, a quienes debían pertenecer las naves, las que
también debían ser tripuladas por españoles, admitiendo tan sólo que una tercera parte de la
tripulación estuviera formada por extranjeros naturalizados.

También se procuraba alentar la construcción de barcos en España, proporcionando la Corona las


maderas necesarias. Las embarcaciones mayores de trescientas toneladas gozarían en su primer
viaje de una rebaja del 50 % sobre los derechos y aranceles. De esta manera, se trataba de
estimular el desarrollo comercial en sus distintas fases, estructurando un concepto de comercio
libre que se refería solamente a las operaciones mercantiles dentro del imperio, quedando excluido
de este sistema el comercio con el extranjero.

186- Los efectos del Reglamento se hicieron sentir profundamente en todo el comercio americano,
excepto durante el período de la guerra con Inglaterra (1779-1783). Una fuerte corriente mercantil
revitalizó los puertos españoles e indianos. El volumen del comercio se elevó prodigiosamente,
pudiendo hablarse —según MARINO— de setecientos por ciento de aumento.

Señala LÉVEME que el valor del movimiento general del comercio de exportación e importación
entre la península y sus dominios americanos, que en 1753 alcanzaba alrededor de ciento setenta y
dos millones de francos, descendió por efectos de la guerra, en 1778, a unos noventa y ocho
millones, pero finalizada la contienda se registró un ingreso de 430 millones de francos en 1784 y
más de 630 en 1800. La aduana de Buenos Aires, que había recaudado en 1779 la suma de
134.974 pesos fuertes, alcanzó a percibir en 1795 alrededor de 850.000. Estas cifras son harto
elocuentes para demostrar la importancia de la nueva reglamentación. Tan sólo los territorios de
Nueva Granada y Venezuela continuaron sujetos a las restricciones anteriores, pero en 1789 se
incorporaron definitivamente en el sistema de libre comercio imperante para el resto de las Indias.

Dice HARING que "la creciente libertad del movimiento comercial dentro del imperio, en la
segunda mitad del siglo XVIII, no sólo trajo aparejada un aumento de los negocios, sino que
consiguió reducir los precios en las colonias, desanimó el contrabando y probablemente
contribuyó a una mejor distribución de la riqueza". Sin embargo, la gran cantidad de mercaderías
abarrotó los mercados americanos y produjo la desazón de los comerciantes, que encontraron cada
vez más difícil colocar sus remesas. Tanto en Buenos Aires como en Perú y en Chile se hicieron
corrientes las protestas, y los negocios se paralizaron por un exceso tal de mercaderías que
imposibilitaba todo intercambio razonable.

A las mercaderías que arribaban desde Europa había que agregar las que llegaban a América desde
Asia a través de la Compañía de Filipinas, que surtía los mercados indianos de efectos
provenientes de la China.

187- El comercio negrero también fue liberado de las restricciones tradicionales. Una real orden
del 28 de febrero de 1789 otorgó el libre comercio de esclavos para las Antillas y Caracas. La
importación de esclavos quedaba libre de todo impuesto y gozaba, por el contrario, de un premio
de cuatro pesos por pieza. Los negros podían ser adquiridos por españoles o criollos en cualquier
puerto, y pagados con productos cuya exportación se permitía con ese objeto. Estas concesiones se
extendieron a otros puertos del continente (§ 264).

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Los resultados beneficiosos de esta política fueron importantes, pues a la vez que aumentaba el
ingreso de mano de obra esclava, se incrementaba también la exportación de productos
americanos, especialmente cueros, lo que significó un notable estímulo para los ganaderos en
zonas como el Río de la Plata.

188- La política comercial española, orientada hacia un régimen de mayor libertad, fue completada
con nuevas concesiones. El 4 de marzo de 1795 la Corona autorizó a sus súbditos y residentes en
América a comerciar con las colonias extranjeras.

Motivaba esta resolución la paralización del comercio de España con sus dominios a causa de la
guerra que sostenía con la Francia republicana. De esta manera, se procuraba dar salida a los
productos americanos y traer otros frutos de las colonias portuguesas. Sólo estaba prohibido
importar por esa vía mercaderías europeas. El 17 de noviembre de 1797 la Corona dio un paso más
y permitió a sus súbditos que utilizaran en sus viajes comerciales a América barcos neutrales. Esta
vez era la guerra con Inglaterra la que motivaba la nueva concesión. Los barcos podían salir de
puertos españoles o de puertos extranjeros neutrales y debían llegar a cualquiera de los puertos
abiertos en Indias. Sólo se exigía que el viaje de regreso concluyese en puertos hispanos. Este
último requisito fue suprimido en 1801. La concesión estuvo suspendida casi dos años (1799-
1801) ante los abusos que se cometieron y la creciente participación de portugueses en el tráfico
indiano, pero aun durante ese lapso se otorgaron permisos especiales de iguales alcances.

Estas disposiciones alentaron la introducción de mercancías extranjeras y dieron motivo a toda


clase de tratos fraudulentos, que arrojaban sobre los atestados mercados americanos enormes
cantidades de productos brasileños y mercaderías europeas. Tal proliferación de efectos
extranjeros desalentaba las incipientes industrias nativas y perjudicaba a los comerciantes, que
veían descender el precio de sus mercaderías en forma alarmante. De esta manera, así como en
otros años se habían hecho oír las voces defensoras del libre comercio, ahora empezó a solicitarse
una reducción en la liberalidad y aun la supresión del sistema.

-Entre otras de las interesantes medidas, se aconseja la instalación de consulados en todos los
puertos, de aquí surgirá el de Bs. As. Supeditado hasta fines del siglo XVIII al Consulado de Lima.

Es talla afluencia de navíos, que cambiaban las banderas y falsificaban las documentaciones, que
la corona resuelve suprimir la franquicia debido a los abusos cometidos, y al ser las naciones en
guerra con España las más beneficiadas del asunto (1799). A todo esto Bs. As. Había comenzado a
valorar los beneficios de tal intercambio, los barcos siguen llegando al Río de la Plata burlando las
reglamentaciones, el tráfico se realiza por el contrabando.

Los consulados: (Pág. 58 L.R) Para entender en todos los problemas relacionados con el comercio
se crean en América los consulados. Estos cuerpos actúan como juntas económicas en todo lo
concerniente al tráfico comercial marítimo y resuelven, a su vez como tribunal de justicia, los
pleitos derivados de actos de comercio, tienen una función similar a la del Consejo de indias.

206- El consulado de Buenos Aires. En el Reglamento de libre comercio de 1778 se había


previsto la creación de consulados en los nuevos puertos abiertos en España. Sobre la base de esta
disposición, que se consideraba aplicable a América por analogía, los comerciantes porteños
iniciaron las gestiones para lograr la creación de ese cuerpo en Buenos Aires. La importancia cada
vez mayor de la ciudad-puerto, que ya contaba con audiencia (§ 194) y era cabeza de un enorme
virreinato, y el desenvolvimiento del comercio autorizaban a los vecinos de Buenos Aires a
dirigirse al virrey, pidiéndole que intercediera ante el rey para obtener la erección del tribunal
consular. Así lo hicieron, previa junta general de comerciantes, en setiembre de 1785. Se inició
con esta petición un largo y trabajoso expediente, en el que intervinieron los principales órganos y
autoridades rioplatenses antes de elevar el mismo a consideración de las autoridades superiores.

Finalmente, Bs. As. Por real cédula del 30 de enero de 1794 obtiene su consulado, es decir, nueve
años después de la petición, el rey, dictó la cédula ereccional del consulado de Buenos Aires, su
jurisdicción se extiende a todo el Río de la Plata. La cédula contenía las disposiciones generales a

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que debía ajustar su acción el nuevo cuerpo hasta tanto no dictara sus propios estatutos,
alcanzando su jurisdicción a todo el virreinato del Río de la Plata. El cuerpo estaba compuesto por
un prior, dos cónsules, nueve conciliarios y un síndico, todos con sus respectivos tenientes, un
secretario, un contador y un tesorero. En su carácter de junta protectora del comercio, este cuerpo
además, se preveía el establecimiento de diputaciones consulares en todo el territorio del
virreinato, para facilitar la atención de los pleitos mercantiles. Los diputados, que duraban dos
años en el cargo, debían actuar junto con dos comerciantes, elegidos por ellos mismos, y con la
asistencia del escribano del cabildo del lugar. Los fondos del tribunal provendrían del derecho de
avería (§ 143), y de multas y penas pecuniarias.

El 2 de junio de 1794 el consulado inició sus labores, debiendo recordarse la brillante gestión que
cumplió su primer secretario, MANUEL BELGRAHO, en favor del progreso de la agricultura y las
ciencias y artes útiles, así como también para obtenerla libertad del comercio (§§ 224-227).

El consulado funcionaba como tribunal judicial en asuntos mercantiles (§ 117) y como junta de
fomento económico (§ 145). En cuanto a este último carácter debía procurar el progreso de la
agricultura y la industria, la introducción de herramientas y el aumento del comercio. También se
ocupaba de la construcción de obras públicas y de conservar las existentes que estuviesen
vinculadas con su ramo. Debido a la importancia que en Buenos Aires tenían los hacendados que
(sostenían las nuevas ideas económicas propagadas en Europa por los liberales) en permanente
lucha con los comerciantes que (sostenían los principios del más absoluto monopolio, espíritu
conservador fiel a la corona), decidió la Corona poner fin a la disputa entre ambas profesiones que
contribuyen igualmente a la prosperidad del estado, dispone, el 31 de marzo de 1797, que el
consulado se compusiese de igual número de comerciantes y hacendados, a fin de que "el
comercio y la agricultura consigan el mismo fomento".

Belgrano. 222 al 225- Fue una de las figuras más destacadas del consulado, a cuyo frente realizó
importantes obras de bien público, encauzando los intereses agropecuarios y fomentando la cultura
(escuela de náutica y de dibujo)

222- Las nuevas ideas económicas. Las ideas fisiocráticas imperantes en Europa Llegaron también
hasta América y en el Río de la Plata prendieron fácilmente, al amparo de la decidida protección
que les prestaba el despotismo ilustrado español. La necesidad del fomento de la agricultura y las
artes útiles, así también la exigencia de la libre circulación de los bienes fueron temas corrientes en
las tertulias de los espíritus selectos del virreinato.

Belgrano desde el correo de Comercio (327) y con sus memorias presentadas al consulado de Bs.
As. Y Vieytes, a través del semanario de agricultura industria y comercio, fueron principales
difusores de las nuevas ideas económicas, que habían recibido de las lecturas de “La
Encyclopedie” dirigida por D`Alambert y Diderot, donde publicó sus primeros artículos el padre
de la fisiocracia, Francisco Quesnay. También los autores españoles trasmitieron las máximas de
esta nueva concepción económica a los americanos rioplatenses, que conocían asimismo los
escritos de los italianos Genovesi, y del Inglés Adam Smith.

223- En 1801, FRANCISCO A. CABELLO Y MESA fundó en Buenos Aires la Sociedad Patriótica
Literaria y Económica, cuyo objeto era "la ilustración de este País, en todas las Ciencias y ramos
de Literatura, extendiendo su atención, con particularidad, sobre adelantar el conocimiento de las
cosas naturales y de las Artes útiles por experiencia, antigüedades de esta América Meridional
como también sobre las producciones de su delicioso suelo.,. Reflexionará sobre la Agricultura y
su economía; cría de ganados; plantío de árboles; pesquería, adelantamiento de Manufacturas y
Fábricas; sobre el tráfico y comercio interior y exterior de estas Provincias", usando como órgano
de la sociedad el periódico Telégrafo Mercantil {§ 327), primero en su género aparecido en el
Plata.

Los artículos del Telégrafo fueron muy desparejos, pero en general evidenciaron el interés de la
sociedad por hacer conocer las nuevas ideas en el Río de la Plata.

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224- Fue MANUEL BELGRANO quien más hizo por difundir la moderna ideología. Su gestión como
secretario del consulado es bien conocida. Desde allí difundió la concepción fisiocrática que estaba
en boga en Europa, bregando por la jerarquización de las labores manuales y la agricultura. Fue
ésa la razón que lo movió a aceptar el cargo que desempeñó en la corporación porteña mercantil,
"...ya que por las obligaciones de mi empleo podía hablar y escribir sobre tan útiles materias, me
propuse, al menos, echar las semillas que algún día fuesen capaces de dar frutos, ya porque
algunos estimulados del mismo espíritu se dedicasen a su cultivo, ya porque el orden mismo de las
cosas las hiciese germinar".

Desde su primera memoria, leída en 1796, BELGRANO lanzó un plan general para "fomentar la
agricultura, animar la industria y proteger el comercio", porque eran los tres importantes objetos
que deben ocupar la atención y cuidado" del consulado. Era la agricultura, a quien BELGRAHO
conceptuaba como "la madre fecunda que proporciona todas las materias primas que dan
movimiento a las artes y al comercio", la que ocupaba primordialmente al secretario. Propugnaba
que, a fin de obtener su adelantamiento, se estableciera una escuela agrícola, se liberase el
comercio de granos, se fomentaran la diversificación de cultivos, la aplicación cíe nuevos abonos,
la selección de semillas, la forestación de algunas zonas, la instalación de un fondo para beneficio
de los labradores. Urgía también por la protección a la industria nativa, la instalación de escuelas
de dibujo, arquitectura, primeras le tras gratuitas para niños y niñas, instrucción técnica, comercio,
náutica, etcétera.

A esta prédica, desarrollada desde la tribuna consular, unía BELGRANO sus artículos del Correo de
Comercio, donde continuó su obra de difusión de las nuevas ideas económicas. Ningún tópico
escapaba a la pluma ágil y entusiasta de su autor: la agricultura, el comercio, la propiedad del
suelo, la cría de ganado, los seguros, el crédito, los bancos. Cuanto tema económico fuera
necesario exponer, el Correo Comercio lo analizaba con detalle, tratando de ilustrar al público
sobre las nuevas soluciones que brindaba Europa.

225- El antecedente de este periódico fue el Semanario de Agricultura, Industria y Comercio de


HIPÓLITO VIEYTES, quien realizó una prédica similar a la de BELGRANO en favor de las nuevas
ideas. También VIEYTES estaba profundamente convencido de la necesidad de difundir en el Río
de la Plata la fisiocracia europea, y como BELGRADO, participaba de las lecturas de los máximos
cultores de esa nueva concepción económica. JOVELLANOS, FORONDA, WARD, GALIANI,
MIRABEAU, ADAM SMÍTH eran citas corrientes de sus escritos. Su Semanario, dice FÉLIX
WEINBERG, "constituye la divulgación sistemática más intensa que de la economía política se haya
realizado hasta esa fecha en el Río de la Plata 8.

En el prospecto con que se inició la publicación, señalaba VIEYTES las máximas absolutas de su
formación fisiocrática:

"...desde que dejó la espada de ocupar el brazo que hoy se ejercita en el arado, ya no vemos con
horror aquellos campos que en lugar de espigas parecía brotaran hombres destructores destinados
sólo a aniquilar su propia especie: a la sangre del guerrero ha sucedido el sudor del labrador, y al
espantoso sonido de la trompeta militar, la flauta pastoril." (...) "La agricultura es la primera, la
más noble y la más indispensable ocupación del hombre, que es la base de las sociedades, la que
alimenta al Estado y la que hace a los hombres sencillos, fíeles y honrados."

A lo largo de la publicación del periódico, su autor se ocupó de los más diversos temas, a fin de
ilustrar a los hombres americanos, difundiendo las nuevas teorías económicas. Además de los
tópicos obligados sobre el progreso de la agricultura, la industria y la liberación del comercio,
aparecían en las páginas del Semanario estudios sobre educación, navegación, ganadería, caminos,
economía doméstica, sociedades de fomento, jornales, salud y beneficencia pública, química,
presidios, vacunas,, etcétera.

La representación de los hacendados. 233-

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233- El 30 de setiembre fue presentada en los autos la célebre Representación de los labradores y
hacendados de la banda oriental y occidental del Río de la Plata, suscripta por JOSÉ DE LA ROSA,
apoderado de los recurrentes. En ella quedó señalada, con la pluma ágil y combativa de MARIANO
MORENO, la posición de quienes bregaban por la libertad de comercio. Argumentaban éstos que la
apertura del puerto a las mercaderías inglesas no perjudicaría las fábricas de la metrópoli, aunque,
debido a la guerra con Francia, ninguna manufactura llegaba desde los puertos españoles. En
cuanto a las industrias locales, tampoco se verían dañadas, ya que las tiendas estaban llenas de
artículos extranjeros, a pesar de no haberse abierto el puerto; por otra parte, el ejemplo de la
calidad foránea incitaría a los productores locales a mejorar su manufactura para poder competir
con aquélla, sin dejar de recordar que había industrias nacionales cuya baratura Impedía que se las
perjudicara con la libre introducción. Manteniendo el monopolio, tan sólo se beneficiarían los
comerciantes contrabandistas, ya que la libertad mercantil atacaría las bases del contrabando.

“El Reglamento del 6-11-1809”.

234- Luego del dictamen dubitativo del fiscal VÍLLOTA y del escrito de don JULIÁN DE LEYVA, que
se inclinaba por conceder el permiso, el virrey convocó una junta, general consultiva, compuesta
por las autoridades de mayor importancia de Buenos Aires Y los representantes de los grupos
interesados. Luego de algunas deliberaciones, en su sesión, del 6 de noviembre de 1809, dictó el
decreto de libre comercio, por e<* cual admitía en el puerto de Buenos Aires "a cualquier buque
amigo, neutral, o nacional procedente de puertos extranjeros con cargamentos y frutos de igual
Procedencia", bajo determinadas regías. Es decir, la licencia fue otorgada más allá del pedido
originario y abarcó no sólo los buques ingleses, sino los de toda otra nación amiga o neutral. Claro
que los verdaderos beneficiarios del nuevo régimen los comerciantes ingleses que rondaban el
puerto de Buenos Aires.

Comerciantes extranjeros debían ajustarse a varias reglas. Los permisos ser solicitados para cada
caso particular por consignatarios españoles notoriamente conocidos en la plaza; los barcos estaban
sujetos a todas las s vigentes para los nacionales, "admitiendo el resguardo, visitas y fondeos"; los
derechos de importación podían abonarse en cuatro veces, dentro de un plazo máximo de tres
meses y medio; los de exportación, indefectiblemente al contado. Podía introducirse cualquier
clase de efectos, con excepción de los que constituían estancos de la Corona (tabacos, naipes,
azogue, etc.), y aceites, vinos, vinagres y aguardientes, salvo el de caña. Los "artefactos y efectos
groseros" que perjudicaran la industria local se recargaban con un 12,5 % sobre los derechos
comunes. Todos los artículos que se importasen debían pagar los derechos de círculo, que
representaban el monto total de impuestos y tasas que hubiesen tenido que pagar las mercaderías
llegadas a España y exportadas desde allí hacia Buenos Aires, que equivalían a algo así como el 52
% de su valor. Como los productos nacionales no pagaban los derechos de círculo, se establecían
diversos recargos aduaneros para reemplazarlos. Quedaba prohibida la extracción de oro y plata,
amonedados o no, es decir que las diferencias entre el intercambio sólo podían ser cubiertas con
frutos, no con dinero.

(Libre comercio). 234 a 236.

235- El auto virreinal no satisfizo a los criollos de ideas avanzadas, que lo consideraron
"mezquino", ya que los pesados derechos de círculo encarecían notablemente las mercaderías, la
exportación se veía recargada con importantes impuestos aduaneros y los extranjeros, si bien
podían llegar con sus barcos hasta Buenos Aires, dependían para la colocación de las mercaderías
de los comerciantes locales. Tan pesadas eran las condiciones impuestas a los traficantes extran-
jeros —señalaba VILLALOBOS— que los ingleses reclamaron meses después ante la Primera Junta,
la que redujo los derechos de exportación y permitió la saudade plata y oro amonedados. Pero, en
definitiva, como indica MARILUZ URQUUO, el decreto de 1809 "no hizo sino consolidar una
vinculación comercial anudada desde las invasiones y mantenida a través del contrabando o por
medio de ocasionales permisos otorgados por las autoridades locales de Buenos Aires y
Montevideo", ya que desde que los ingleses llegaron a nuestras playas, en 1806, surtieron
totalmente los mercados rioplatenses, desalojando de ellos toda manufactura local.
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236- Pronto se hicieron oír las voces de los que se perjudicaban con la legalización del comercio
extranjero: los comerciantes contrabandistas, los que se encontraban ligados al tráfico monopolista
y los artesanos e industriales del Río de la Plata, El primer grupo, formado por contrabandistas y
funcionarios deshonestos, no pudo enfrentarse abiertamente contra el nuevo estado de cosas. En
cambio, los comerciantes vinculados al comercio gaditano multiplicaron sus voces en demanda de
la restitución de las antiguas restricciones. Los industriales rioplatenses, que veían aniquilarse sus
fábricas y perderse sus fortunas ante la competencia inglesa, se opusieron tenazmente al libre
comercio, pero nada pudieron hacer por entonces ante el consenso general en favor de la libre
introducción de mercaderías extranjeras. Más adelante, el abarrotamiento de los mercados con
efectos ingleses habría de aunar voluntades, ensayándose tímidas reacciones para protegerlos
intereses locales (§§ 541-543).

3) LA CRISIS DEL RÉGIMEN INDIANO. LA CONDUCCIÓN GUBERNATIVA.


TENSIONES, IDEAS E INTENTOS DE INDEPENDENCIA.

LA CRISIS DEL RÉGIMEN INDIANO. 343-

343- La crisis del régimen indiano. En la segunda mitad del siglo XVIII empezaron a incubarse los
factores que producirían la fragmentación de la monarquía hispánica. Las causas concomitantes
que suelen enunciarse son numerosas, y aunque ninguna acaso haya alcanzado por si sola la fuerza
necesaria para impulsar o producir los hechos que analizamos, en cambio, todas juntas
contribuyeron a conformar el clima para producir la gran revolución que conmovió a toda la
Monarquía provocando la desmembración, No deben, pues, confundirse simples reclamos y
protestas contra el mal gobierno con tentativas de emancipación, ni aun proyectos radicales de
reformas con decisiones separatistas. Tuvieron, eso sí, valor de factores que acomodados en ciertas
circunstanciaos, provocaron estímulos, reacciones, con las consecuencias conocidas.

Tampoco debe olvidarse que la crisis fue general, comenzando por los antiguos reinos
peninsulares, aunque los factores de segregación, naturalmente, sólo Obraron sobre los reinos de
Indias.

La conducción gubernativa.

344- El absolutismo monárquico (§ 167), vigorizado a partir del reinado de CARLOS 111, la
posterior ineficacia y la debilidad de poder efectivo durante la época de CARLOS IV fueron factores
que contribuyeron a aflojar el vínculo entre gobernantes y gobernados.

Una de las más sonadas medidas de la primera época fue la expulsión de la Compañía de Jesús
(1767). Aunque aparentemente rutinaria, la drástica resolución se constituyó en un permanente
motivo de critica contra el absolutismo, no sólo por la eficaz labor apostólica y educativa
reconocida a los jesuitas, sino también por e! ascendiente que ellos ejercían sobre buena parte de la
sociedad indiana, debido especialmente a su refinada cultura intelectual. Aunque no parezcan
simples las causas que determinaron esa expulsión, es probable que la medida haya obedecido en
gran parte —si no exclusivamente, como dice el P. FURLONG— al deseo de desterrar, junto con los
sacerdotes, las doctrinas contrarias al absolutismo rea!, que la Orden enseñaba en los principales
centros de estudios americanos.

Se ha sostenido también que las intrigas de la Corte portuguesa no fueron ajenas a esta expulsión.
Las misiones jesuíticas (§ 255), estratégicamente ubicadas en las zonas limítrofes entre los
dominios españoles y portugueses, se habían constituido en activas defensoras de la frontera,
impidiendo el avance lusitano. Portugal buscó y logró la eliminación de este obstáculo para su
expansión territorial. Muchos de los jesuitas desterrados —había varios nacidos en América—
siguieron vivamente interesados en la suerte de estos territorios, y no faltaron los que se enrolaron
abiertamente en la lucha emancipadora. Tales son los casos de JUAH José GODOY y de JUAN PABLO
VIZCARDO, a quienes el mismo P, FURLONG, en consideración la actividad desplegada, considera
como precursor y promotor, respectivamente de la emancipación hispanoamericana. El P.
VIZCARDO fue el autor de la Carta dirigida a los españoles americanos por uno de sus compatriotas,

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publicada por primera vez en inglés en Filadelfia (1799) e impresa en español dos años después
Londres. En este difundido documento se estimulaba a los criollos para luchar P la independencia,
dándoseles las razones que tenían para ello.

345- También mereció severas críticas La deficiente conducción gubernativa interna y externa que
se exteriorizaba después de la muerte de CARLOS III (1788). En este caso, el absolutismo y el
centralismo, llaves reguladoras que los anteriores monarcas y sus ideólogos habían deseado para
llevar a cabo un vasto pían reformador, sólo sirvieron para que los negocios fueran confiados por
CARLOS IV al favorito MANUEL GODOY, el más tarde Príncipe de la Paz, carente de todo escrúpulo.
En general, se admite que la excesiva centralización fue perjudicial, especialmente con respecto a
indias, pues fue visible la despreocupación de la Corona en relación con los problemas indianos,
que ya no estaban en manos de autoridades y órganos especializados, sino que dependían
directamente de los ministros del imperio unificado (§ 168). Por otra parte, y como natural
resultado de las formas políticas imperantes, las autoridades residentes en Indias habían perdido la
antigua libertad de acción, convirtiéndose en simples y obedientes ejecutoras de las órdenes
emanadas de la península. Al faltar, pues, la conducción gubernativa de la Corona y al carecerías
autoridades indianas de poder decisorio, los territorios ultramarinos aparecieron abandonados
cuando, tal vez, más necesaria, era la existencia de un poder efectivo.

Las críticas contra GODOY no se reducían a su inmoralidad e ineficacia interna. La vacilante e


inhábil política diplomática perjudicó seriamente el prestigio y la fuerza de la Monarquía,
colocándola en una posición de inferioridad frente a poderosos enemigos y a infieles aliados. De
esta manera, Inglaterra, Francia y Portugal obtuvieron jugosos resultados de sus vínculos con el
decaído imperio, aprovechando la debilidad que parecía aumentar constantemente.

TENSIONES, IDEAS E INTENTOS DE INDEPENDENCIA. 346 a 360.

346- Tensiones, ideas e intentos de independencia. La experiencia negativa que vivían, pues,
españoles y americanos ante un gobierno despótico e inepto, les permitía recoger con insaciable
curiosidad las prédicas reformistas del siglo, que desde un mejoramiento al estilo "ilustrado",
aceptado y estimulado por la propia Corona, llegaban incluso al cambio radical de forma de
gobierno, pasando también Por la moderada monarquía constitucional.

Esta necesidad no fue sólo sentida en el pensamiento íntimo de españoles Peninsulares y


americanos ni exclusivamente confiada a las tertulias privadas, sino que la expresaron
significativamente durante la segunda mitad de la centuria garios personajes del régimen. La
necesidad de una reforma y, especialmente, el temor de que se desmembrase la Monarquía
española con la pérdida de América Constituían un secreto a voces. Esta era la preocupación del
conde de ARAMDA, EXPRESADA en numerosos documentos del último cuarto de siglo, y que lo
había llevado a proponer a CARLOS III, en 1783, la formación en el Nuevo Mundo de tres reinos
independientes, unidos por un pacto de familia. El proyecto de una reforma análoga reapareció en
los últimos años del reinado de CARLOS IV, entre 1 804 y 1807, sin alcanzar a concretarse. Era
también la predicción del americano VICTORAN DE VILLAVA, fiscal de la audiencia de Charcas,
quien en 1797 escribió los Apuntamientos para la reforma del reino, donde se propugnaban
medidas tendientes a restaurar el concepto de que el rey desempeñaba un oficio y no un mero
empleo de honor. Debía también moderarse el régimen monárquico con órganos representativos en
los cuales intervendrían los americanos. Proponía también reformas políticas en América, y a
través de ellas aparecía la intención de valorar a los criollos, colocándolos en una verdadera y real
igualdad con los peninsulares.

347- Las ideas del siglo XVIII habían prendido también en América, por influencias recibidas de
los mismos pensadores peninsulares o por conocimiento directo de los libros más notables de ese
tiempo (§ 323). Estas ideas penetraron especialmente en aquellas ciudades favorecidas por su
ubicación estratégica o por su actividad comercial. En el Río de la Plata, ello ocurrió
particularmente con Buenos Aires y Montevideo, donde era dable advertir a comienzos del siglo
XIX la influencia que ejercían los nuevos valores económicos y sociales (§§ 222-228).

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348- Junto a estas ideas empezaron a divulgarse también las nuevas ideologías políticas,
respaldadas por el éxito alcanzado en dos movimientos de extraordinaria repercusión: la
emancipación de las colonias inglesas de América del Norte y la Revolución Francesa.

La independencia de las colonias inglesas de América del Norte (4 de julio de 1776) y la sanción
de una Constitución para regir los destinos de las mismas (17 de setiembre de 1787) permitieron
que por primera vez se estableciera un régimen de gobierno republicano y representativo, en
consonancia con las ideas de MONTESQUIEU y de ROUSSEAU. Estos movimientos estaban
destinados a ejercer una honda influencia en las colonias españolas del sur, pues, aparte de la
analogía que se desprendía de la situación colonial de ambas, el nuevo régimen político permitía
abrigar la esperanza de modificar sustancialmente el gobierno al que se atacaba por ineficaz y
corrompido.

La revolución estallada en Francia en 1789 contra el régimen monárquico asumió también una
orientación republicana y proclamó "los derechos del hombre y del ciudadano" (§ 405). Pero desde
el primer momento, la violencia y el terror que caracterizaron buena parte de su realización, así
corno la persecución religiosa, le retrajeron adhesiones, y aunque significó un poderoso llamado
de atención para los tronos europeos, no contó en España y en América con la simpatía que
inspiraban en sí algunos de los principios sustentados. Sin embargo, éstos, ya sea en forma directa
o a través de otros textos legales, en especial., por medio de los autores franceses que habían
esbozado doctrinariamente el gran cambio, ejercieron notoria influencia en España y América, y
fueron preparando el clima adverso al régimen imperante, al punto que un espía portugués en
Montevideo decía hacia 1808 que "las ideas francesas eran una peste que habían infectado el Río
de la Plata en forma inconcebible. En esta nutrida literatura, los americanos empezaron encontrar
también elementos que permitieran, al amparo de la deteriora situación, elaborar planes de
emancipación. Fueron atraídos por las ideas francesas figuras de tanta gravitación posterior como
MANUEL BELGRADO, JUAN MARTÍN DE PUEYRREDON, GREGORIO FUMES y MARIANO
MORENO.

Simultáneamente con esta corriente francesa —señala MARILUZ UKQUIJO—, operaba una corriente
hispánica, que se integraba con aquella en el espíritu de los hombres de la época, más interesados
en hallar los puntos de contacto que en señalar las oposiciones. Mientras principios coincidentes
los acercaban, como el igualitarismo y los límites al poder absoluto, las manifiestas disidencias en
el campo religioso procuraban ser zanjadas, ya sea conciliándolas con la doctrina cristiana o
suprimiéndolas cuando ello no era posible. Agrega MARILUZ URQUUO que merced al fermento
francés cobraron nueva vida las antiguas concepciones españolas sobre limitaciones al poder real,
advirtiéndose una parcial revaloración de instituciones medievales, como las Cortes (§§ 21 y 357).
Los hombres de la época —continúa el autor citado—, más que concebir al Antiguo Régimen y a
la Revolución como mundos opuestos, "tenían conciencia de asistir a un proceso en el que lo
revolucionario se enlazaba frecuentemente con el pensamiento anterior, con las ideas que ya
circulaban durante el Antiguo Régimen".

349- Además, se exteriorizó un verdadero activismo revolucionario por parte de algunas potencias
interesadas en provocar conflictos entre España y América. Los intereses británicos estuvieron
dirigidos en este sentido. No sólo estaba presente el viejo resquemor de que España había apoyado
la independencia de las colonias en América del Norte, sino que, sobre todo, se tenían en cuenta
las necesidades de la expansión comercial, que exigían imperiosamente la obtención de nuevos
mercados. En el siglo XVÍ1I y muy especialmente a partir de la paz de Utrecht (§§ 165, 180 y
264), Gran Bretaña alcanzó un primer plano en la política mundial. Apoyada con el incremento de
su poder marítimo, estimuló el desarrollo del comercio ultramarino, fundamentalmente en la
América española. Los planes británicos con respecto a este continente se fundaban en una
información nutrida y prolija, aunque no siempre realista, y variaban entre la conquista territorial y
la emancipación, admitiendo incluso las más diversas combinaciones. La prédica revolucionaria
inglesa—oficialmente reprobada por cuanto los cambios diplomáticos de esos años la ubicaron a
veces en alianza con la Corona de España— se incrementó después del fracaso de las tentativas de
apoderarse de las colonias rioplatenses (1806 y 1807) y ante la evidencia de que se hacía
impracticable un nuevo intento, en razón de la férrea resistencia del español americano a admitir la
dominación extranjera. Desde entonces los esfuerzos se concentraron en e! dominio comercial de
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esos mercados (§§ 230-236), y para ello era preferible el camino de la independencia, aun cuando
se mostraron dispuestos a otras soluciones si con ellas se complacían sus designios.

Un estado de inquietud, un presagio revolucionario, envolvieron a todo el imperio desde fines del
siglo XVÍII, sin limitarse a las ciudades-puerto por donde, junto con el comercio cada vez más
abierto, ingresaban las ideas avanzadas, que fácilmente se difundían en un ambiente propicio.

350- Las antiguas tensiones entre criollos y españoles peninsulares se reavivaron con una fuerza
desconocida hasta entonces. Había motivos para ello, pues mientras para mantener la integridad de
la Monarquía se enunciaba la necesidad de otorgar una auténtica representatividad a los criollos en
la conducción de los negocios comunes y se afirmaban los deseos de éstos en ese sentido, la
política efectivamente aplicada fue de modo radical opuesta a esa sensata sugerencia. Los criollos
fueron así tratados en forma desconsiderada al vedarles en la práctica el acceso a los altos cargos
de la burocracia indiana, con lo que ni siquiera alcanzaban a intervenir en los negocios peculiares
de sus territorios. Sólo a partir de 1809 se dictaron algunas medidas (§§ 354, 356 y 357) destinadas
a corregir esa desafortunada política, pero la cortedad con que se legisló al principio y lo tardío de
las posteriores disposiciones hicieron que las mismas no tuvieran oportunidad de aplicarse en la
mayoría de los pueblos americanos.

Desde fines del siglo XVI1L y particularmente en la agitada década inicial de la siguiente centuria,
se promovieron algunos intentos calificados como tentativas de independencia, bajo la protección
inglesa, buscando algún príncipe para el reino, o estimulando una reforma que permitiese el
ejercicio del gobierno propio a los criollos o a los españoles peninsulares arraigados en América.

351- Desde fines del siglo XVIII, y muy especialmente a partir de la batalla de Trafalgar (21 de
octubre de 1805), la integridad de la Monarquía fue seriamente amenazada al interrumpirse el
intercambio comercial y las comunicaciones, debido a la destrucción de la marina española y al
excluyente dominio marítimo que a partir de entonces ejerció Inglaterra, su vencedora. Como
luego veremos (§ 353), la invasión de NAPOLEÓN agravó la ya difícil posición de la península, por
lo que esta última etapa se caracterizó por el aislamiento casi total entre las dos partes del imperio.
España, preocupada por su suerte, apenas pudo atender a los negocios indianos, a la integridad
territorial y a las continuas y apremiantes necesidades de la defensa militar. Los territorios
americanos, a su vez, debieron enfrentar, sin la dirección y el auxilio peninsulares, los graves
problemas políticos y militares, y, sobre todo, la defensa del territorio. Ello los llevó bruscamente
a resucitar una autonomía de hecho en sus decisiones y a buscar por sí mismos los recursos
financieros adecuados, dentro todo ello de una modalidad que no encajaba en el centralismo
absolutista de los BORBOTES y que, por lo tanto, contribuyó a desarrollar una personalidad propia e
independiente de la Corona, Como dice HARINQ, progresivamente los americanos advertían que la
dependencia de la Corona, en vez de constituir una seguridad, se había transformado en una carga,
pues la ayuda y el auxilio eran ahora invariablemente solicitados por la península y no
proporcionados por ésta a sus dominios.

352- La Corona de España había perdido, pues, tanto el sentido corno el poder imperial. La
pérdida de esa aspiración había provocado la destrucción del antiguo sistema de los reinos y, en
consecuencia, la negación de los rasgos particulares que la unían con Indias. Todo ello, en aras de
una tendencia unificadora y centralista que los criollos no alcanzaron a apreciar como beneficiosa,
pues el nuevo sistema, en vez de concederles una mayor participación política, les cercenaba su
intervención en el gobierno local. La pérdida de la fuerza imperial aflojó peligrosamente los
resortes gubernamentales, provocó el fracaso del centralismo reformador y permitió la
exteriorización de las protestas que aquella actitud implicaba. En estas condiciones se produjo el
aislamiento material entre España y América, que condujo, en la forma en que se verá, a la
separación definitiva.

353- Los acontecimientos desencadenantes, A partir de marzo de 1808 se produjeron los hechos
desencadenantes que sellaron la suerte de la Monarquía. Esta verdadera crisis de poder debe, pues,
ser analizada para advertir a través de ella no sólo el desmembramiento territorial, sino también la
sustancia que nutría a los movimientos emancipadores.

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Los últimos años del reinado de CARLOS IV habían despertado una viva resistencia, especialmente
por la ineptitud del despótico favorito MANUEL QODOY, constituido en el árbitro de los destinos de
la Monarquía. La razón de ese descontento quedó evidenciada cuando, después de autorizar el rey
a NAPOLEÓN para cruzar el territorio español con destino a Portugal, la propia Corona fue víctima
de los ambiciosos planes del victorioso general francés, quien no tardó en aprovecharlas
debilidades existentes y en ocupar España con poderosas fuerzas.

Al estallar un motín en Aranjuez, donde residía la Corte, el 19 de marzo de 1808, en un escrito


carente de formalidad, CARLOS IV abdicó la Corona en favor de su hijo FERMANDO, quien fue
proclamado rey días después. Pero corno las intenciones de NAPOLEÓN eran apoderarse de la
Corona española, aprovechó con habilidad y astucia las desinteligencias entre padre e hijo para
convertirse en el arbitro de la disputa y conseguir en Bayona, en mayo de 1808, que CARLOS IV
declarase nula su abdicación, que FERNANDO renunciara a sus derechos al trono en favor de su
padre, que el primero, a su vez, cediese al propio NAPOLEÓN sus derechos a la Corona española y
que FERNANDO hiciera también renuncia a todos sus derechos como príncipe de Asturias. Allanado
el camino de esta manera, NAPOLEÓN, en poder del trono, lo cedió el 6 de junio a su hermano JOSÉ
BONAPARTE, hasta entonces rey de Nápoles. El reinado de JOSÉ en España se prolongó hasta el 28
de junio de 1813, pero fue precario, pues estuvo limitado a las regiones dominadas por las tropas
francesas y fue resistido aun por los propios generales invasores, más dispuestos a seguir las
órdenes de NAPOLEÓN que las de este rey títere.

354- Los pactos de Bayona plantearon nuevamente el problema del origen del poder de los reyes.
Los que habían intervenido en estas negociaciones aparecían consustanciados con las doctrinas
absolutistas del siglo XVIII y consideraban a los reyes como dueños exclusivos de la Corona, y a
los reinos, corno elementos pasivos que debían sujetarse a la autoridad y a las determinaciones de
aquéllos (§ 167). De ahí que la cesión de poder señalada fuera para ellos válida, y que debieran
respetarse esos acuerdos; en consecuencia, NAPOLEÓN, o la persona a quien éste transfiriese el
poder, debía ser considerado corno legítimo monarca español. Así lo entendían algunos altos
funcionarios, por lo que los órganos políticos superiores quedaron sometidos a la nueva autoridad
extranjera.

Pero, en cambio, la mayoría de los españoles, por convicción o por circunstancias, prefirió
revitalizar las viejas concepciones del poder político, adormecidas durante el siglo XVIII,
sosteniendo que el rey no podía disponer de la Corona a su antojo sin consentimiento de la Nación,
y mucho menos cederla a un extranjero (§61). Por ello, consideraban que la renuncia de
FERNANDO VII era nula, por existir vicios en el consentimiento, debido a haber sido arrancada con
violencia y coacción en el extranjero, y por carecer de capacidad para disponer así de su autoridad.
FERNANDO, pues —para éstos—, continuaba siendo el rey legítimo de España y América;
NAPOLEÓN era considerado como un tirano y su hermano JOSÉ, como rey intruso.

Algunos otros principios, que DEMETRIO RAMOS PÉREZ ha señalado, completaban este movimiento
popular que desembocó en una cerrada defensa de lo español contra la invasión foránea. Se había
esperado que eliminado el gobierno despótico atribuido a QODOY, el reinado de FERNANDO
significara una rectificación y una vuelta a la tradición, cuyo punto más brillante era la
plurimonarquía, es decir, la plenitud gubernativa de los antiguos reinos. Ello se completaba con la
proclamación del derecho de los pueblos a aceptar y reconocer a sus príncipes, así como también
el deber de éstos de respetar las leyes del reino. Finalmente, el redescubrimiento de antiguas tesis,
algunas casi olvidadas, llevó al pueblo a reasumir la autoridad al considerar que la Monarquía se
encontraba en orfandad.

355- Con estas bases doctrinarias se produjeron a fines de mayo de 1808 los levantamientos
populares contra NAPOLEÓN, apenas se conocieron en España las tratativas realizadas en Bayona.
Mientras algunos altos funcionarios, respetuosos e incondicionales, aceptaron el nuevo orden
impuesto por la fuerza, las rebeliones populares, espontáneas y tumultuosas, con o sin apoyo de las
autoridades locales, se canalizaron luego en la constitución de juntas supremas o soberanas en
cada ciudad o provincia, capaces de ejercer el gobierno vacante, adoptando una modalidad
desconocida hasta entonces en el derecho español.

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La dispersión de estos órganos obligó luego a reunir en una sola a las juntas de una misma
provincia o reino, pero la aspiración mayor era la de establecer un órgano representativo de la
Nación. Se presentaron algunas dificultades para ello, pues era necesario determinar antes si cada
comunidad había de resolver individualmente la organización de su gobierno o si todas debían
concurrir a formar una autoridad general, y en este caso, cuales debían ser la naturaleza y las
atribuciones del nuevo órgano. Por fin, se aceptó el criterio de establecer en Aranjuez la junta
central suprema y gubernativa de España e Indias (25 de septiembre de 1808), integrada por
treinta y cinco miembros con representación de los antiguos reinos y también de Madrid,
invitándose poco después a las autoridades indianas a enviar representantes. De esta manera quedó
predominante la idea de que en esos momentos todas las provincias o los reinos bajo una misma
monarquía constituían una sola comunidad, y de que todos aquellos que la integraban debían
reunirse para adoptar en conjunto las decisiones políticas convenientes para la conducción de la
misma.

Si bien el "juntismo" no iba dirigido contra el rey, sino en su apoyo, lo cierto es que —como
señala MARILUZ URQUIJO— implicaba "una novedad política fundamental", desarrollada al margen
de la monarquía, y estimulaba la búsqueda de nuevas soluciones políticas.

El agitado año de 1808 no se agotó en un simple proceso restaurador. Según DEMETRIO RAMOS
PÉREZ, a partir de la constitución de la Junta Central, se exteriorizó un cambio ideológico
destinado a promover un profundo mejoramiento institucional, alcanzando hasta la propia
estructura del Estado. Se trataba de una situación nueva, excepcional, a la cual no era posible
aplicar las viejas leyes. Se debía crear, en suma, como se decía, una nueva patria.

La Junta Central fue reconocida en España y en casi toda América —donde también se
establecieron algunas juntas locales— como el órgano supremo y legítimo de gobierno, aunque
subsistieron las juntas provinciales, que pasaron a denominarse superiores, y no supremas, como
antes, aunque algunas actuaron con cierta autonomía.

Ante el avance de las tropas francesas, la Junta Central debió trasladarse de Aranjuez a Sevilla
(diciembre de 1808), y de ésta a Cádiz (enero de 1810), acordando finalmente disolverse y
constituir en su lugar, el 29 de enero de 1810, un Consejo de Regencia, al que transmitió sus
poderes, aunque sin tener facultades para ello. La Regencia, integrada de acuerdo con lo prescripto
en las Partidas por cinco miembros —uno en representación de América—, fue discutida por su
origen y por su escasa representatividad, pero en general se la aceptó, debido a la delicada
situación imperante, como único órgano gubernamental hasta la reunión en ese mismo año de las
Cortes en la isla de León.

356- Las nuevas Cortes (24 de setiembre de 1810) —que luego se trasladaron de la isla de León a
Cádiz— abandonaron su antigua estructura. La representación no se efectuaba por estamentos,
sino que ahora eran los representantes de las ciudades, las juntas y el pueblo en general quienes
integraban las cortes. Las provincias ocupadas por los franceses y las provincias americanas eran
representadas por diputados suplentes designados en la misma Cádiz, por sorteo, entre los
naturales de aquellas provincias que se encontraban en la ciudad.

En la composición de las Cortes predominaban los burgueses ilustrados que introdujeron ideas
innovadoras. Eran los liberales, en contraposición a los realistas, que deseaban mantener las
estructuras del sistema hasta entonces vigente, conservando en el rey la totalidad de poderes.

Las Cortes "reconocen, proclaman y juran de nuevo" a FERNANDO como rey, pero expresando que
la nación "es la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios", que no es patrimonio de
familia ni de persona alguna, y que la "soberanía reside esencialmente en la Nación" y pertenece a
ésta el derecho de establecer sus leyes fundamentales. Las Cortes se consideraron representantes
de la nación, depositarías de la soberanía nacional y, en consecuencia, se atribuyeron todos los
poderes. Subordinada a éstas, como un órgano ejecutivo delegado con notables limitaciones, se
estableció una nueva Regencia.

104
105
El predominio de los liberales llevó a las Cortes —a veces se utilizaba el vocablo "congreso"— a
disponer la libertad de imprenta, a abolir ciertos privilegios señoriales y nobiliarios, a suprimir el
Tribunal de la Inquisición y a sancionar finalmente la Constitución Política de la Monarquía
española, publicada el 19 de marzo de 1812 y conocida como Constitución de Cádiz. Esta fue
considerada la tarea principal y suponía, corno dice QARCIA-QALLO, "el hecho absolutamente
nuevo en España de fijar por escrito y en forma, precisa y sistemática en una ley fundamental los
principios y preceptos básicos de la estructura y organización del Estado y de delimitar las
atribuciones del rey y de las Cortes".

357- La situación de América constituyó una grave y permanente preocupación para las distintas
autoridades que, en la península, se sucedieron en el período durante el cual el trono estuvo
vacante, entre 1808 y 1814 (Junta Central Consejo de Regencia y Cortes). No sólo se trataba de
conservar la integridad territorial de la Monarquía, de la que las provincias ultramarinas
constituían una significativa porción, sino de contar con el apoyo efectivo de América en las
críticas circunstancias en que la península se debatía ante la invasión francesa. De ahí que la
prensa y la opinión pública dedicaran constante atención al tema, sobre todo cuando empezaron a
advertir los brotes revolucionarios, especialmente a partir de los de Caracas y Buenos Aires. Todo
ello se reflejó finalmente a través de los Sargos debates de las Cortes de Cádiz durante los tres
años de funcionamiento» Este importante tema ha sido estudiado por DARDO PÉREZ QUILHOU, y a
sus conclusiones nos atenernos, principalmente en los párrafos siguientes.

Con motivo de la situación planteada, se fue perfilando un nuevo concepto que paulatinamente
tendió a aceptar la participación de las provincias americanas en el gobierno general de la
Monarquía y a consagrar la igualdad jurídica de los habitantes de uno y otro origen, junto con la
concesión de otros beneficios. Al mismo tiempo, se difundía la idea sobre la necesidad de
enmendar los errores y abusos de anteriores gobiernos.

Esta política liberal, sin embargo, no pudo avanzar en dos cuestiones clave. La primera se refería
al carácter y al alcance que tendría la participación de los americanos en el gobierno común, pues
ésta no podía hacerse de la misma manera en que se practicaba en las provincias peninsulares,
dadas la heterogénea composición social de las Indias y la duda acerca de la capacidad, de los
indios y de las castas para actuar en igualdad con los demás habitantes de la Monarquía. Por otra
parte, de aplicarse un criterio de representación, proporcional excesivamente amplio, la
conducción política de la Monarquía hubiera pasado a manos de los americanos, lo que
naturalmente no estaba dispuesto a conceder los dirigentes peninsulares. De ese modo, corno
veremos enseguida, la amplia declaración de igualdad encontraría sus naturales escolios en la
aplicación, que tendería a limitar la representación americana para evitar que superase, en número,
a la europea,

La segunda cuestión aludida era la amplia libertad de comercio que reclamaban los americanos.
De accederse a tal solicitud, el comercio peninsular se vería arruinado frente a la competencia
inglesa, y ello recaería principalmente sobre el fuerte comercio gaditano, que constituía el
principal sostén económico de las autoridades españolas en esos difíciles años. De ahí que en este
aspecto tampoco se pudieran hacer significativas concesiones.

358- El primer avance de las cuestiones que venimos considerando lo encontramos en e! decreto
del 22 de enero de 1809, dictado por la Junta Central. Se declaraba en el mismo que "los vastos y
preciosos dominios que España posee en las Indias no son propiamente colonias o factorías... sino
una parte esencial e integrante de la monarquía española"; deseando estrechar los vínculos y
corresponder a la lealtad y al patriotismo de que daban muestras, se dispuso que "los reinos,
provincias e islas que forman los referidos dominios deben tener representación nacional e
inmediata a su real persona y constituir parte de la Junta Central Gubernativa de! reino, por medio
de sus correspondientes diputados".

De esta manera, los virreinatos de Nueva España, Perú, Nueva Granada y Buenos Aires, las
capitanías generales independientes de Cuba, Puerto Rico, Guatemala y Chile, y las provincias de
Venezuela y Filipinas debían designar cada una un diputado que representase su respectivo
distrito. El sistema electoral basado en los cabildos era complicado, combinando elecciones, ternas
105
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y sorteos, y fue completado por la Real Orden del 6 de octubre de 1809. Sin embargo, no alcanzó a
hacerse efectiva esta representación antes de que ocurriera la disolución de la Junta Central (§
355).

Al convocarse las Cortes, dada la urgencia en reunirías, tampoco fue posible contar con la
auténtica representación americana. Se recurrió así a los diputados suplentes, elegidos entre los
americanos residentes en Cádiz, y se estableció un número fijo de veintiséis diputados para cubrir
la representación de América, isla de Barlovento y Filipinas. Esta escasa representación indiana
fue en parte incrementada por el Consejo de Regencia (§ 355), al disponer en el decreto del 14 de
febrero de 1810 que cada ciudad cabeza de partido en América eligiese un diputado, siempre sobre
la base de la elección capitular. Aun cuando algunas regiones enviaron sus representantes a la
Península, la mayoría —incluso el Río de la Plata— no alcanzó a hacerlo por los acontecimientos
ocurridos en ese mismo año,

Prosiguiendo con esa política, las Cortes declararon el 15 de octubre de 1810 que los dominios
españoles en ambos hemisferios forman una misma y sola Monarquía" y que sus naturales
gozaban de los mismos derechos. A su vez, el 9 de febrero de 1811 establecieron que la
representación nacional de las Cortes se hiciera sobre las bases de la "perfecta igualdad",
disponiendo la libertad de cultivo y de industria y la igualdad de opción para cualquier clase de
empleos y destinos. Otras medidas, como la abolición del tributo indígena, completaron estas
concesiones, pero, como hemos dicho, la petición sobre la libertad de comercio quedó postergada.

Muchos confiaban por entonces que la sanción de la tan esperada Constitución, en la cual se
contemplasen y ratificasen los derechos de los americanos, sería un instrumento adecuado para
sofocar la rebelión en el Nuevo Mundo y, al mismo tiempo, conciliaría a los españoles de ambos
hemisferios. Bajo esa esperanza se llevaron a cabo los debates que condujeron a la sanción de la
Constitución de 1812, en la que se consagró la igualdad jurídica entre las provincias peninsulares y
ultramarinas, estableciéndose la misma base para la representación nacional, aunque con
limitaciones en la adquisición de la ciudadanía.

Por la diferente perspectiva con que desde América se enfocaba la situación (§ 359), por lo tardío
de su sanción o porque las concesiones no resultaban enteramente satisfactorias, lo cierto es que la
Constitución fracasó como prenda de paz y conciliación entre peninsulares y americanos. Se abrió
así como único camino el de la represión armada. Desde comienzos de 1811, en los periódi cos
peninsulares se afirmó la necesidad de llevar a cabo una represión contra los focos americanos
insurgentes, criterio que paulatinamente influyó en la opinión pública y en las decisiones que
empezaron a adoptar las Cortes. A fines de 1813 y comienzos del año siguiente, ante la evidencia
del fracaso constitucional, se consideraba ya, casi sin excepción, que la única solución era la
acción armada. Esta era, pues, la situación al momento de producirse el retorno de FERIANDO VII
(§ 360).

359. Desde América la situación era apreciada de una manera diferente. Sin considerar a los que
desde años atrás esperaban la adecuada oportunidad para llevar a la práctica sus planes
separatistas, era evidente que el alejamiento del teatro de la guerra permitía enfocar a los sucesos
de la península bajo otro aspecto. En efecto, no existía en América presión efectiva de las tropas
invasoras, y ello permitía una mayor libertad para analizar, discutir y finalmente rechazar la
apresurada Constitución del Consejo de Regencia, considerada como ilegítima. Por otra parte,
continuaban desempeñando sus cargos las autoridades nombradas o confirmadas por la Junta
Central, y cabía juzgar, una vez disuelta ésta, si esas autoridades podían o no continuar en
funciones. Por último, debía evitarse que, perdida definitivamente España, como se suponía,
América cayese ingenuamente, sin luchar, en poder de los franceses, siguiendo igual suerte que la
península, o que fuese objeto de alguna transferencia territorial, producto de la desesperación de
las autoridades españolas, aunque ello estuviera expresamente prohibido por el pacto de
incorporación de las Indias a Castilla (§ 55).

A todo ello cabe agregar la actitud permanentemente intrigante de los británicos (§ 349), que
aparecían como aliados de España en la lucha contra NAPOLEÓN, y al mismo tiempo estimulaban o
protegían los planes separatistas en Hispanoamérica con el propósito de incrementar su comercio.
106
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360. La vuelta de FERNANDO VII a España en 1814, una vez retiradas las tropas invasoras, provocó
una delicada situación política. Mientras algunos sostenían que los órganos constituidos para
ejercer el gobierno durante su ausencia debían cesar, recabando el rey la plenitud de los poderes, la
mayoría de las Cortes se resistía a renunciar a la soberanía, y decidieron no prestarle obediencia ni
reconocerlo como rey hasta que éste se presentase ante las Cortes y jurase la Constitución.

FERNANDO, que contaba con la adhesión popular y el apoyo de un numeroso grupo de diputados a
las Cortes, rechazó esta pretensión, y aprovechando las críticas formuladas a las innovaciones
aprobadas y a la escasa representatividad atribuida a la composición de las Cortes liberales,
declaró el 4 de mayo de 1814 "nulos y de ningún valor y efectos" la Constitución y los decretos de
las Cortes, las que fueron clausuradas, desapareciendo de hecho la Regencia.

La supresión del régimen constitucional significó la restauración del absolutismo, y aunque se


prometieron reformas y libertades, no llegaron a concretarse. Las Cortes no fueron convocadas
nuevamente ni siquiera al estilo antiguo, y el gobierno personalista de FERNANDO provocó
reacciones que fueron duramente reprimidas, cayendo en esta campaña aun quienes, siendo
revolucionarios o reformistas, se habían empeñado en conservar los derechos del rey cautivo. Esta
lucha entre el monarca y los liberales se prolongó hasta la muerte de FERNANDO Vil en 1833, pese
a que en el período 1820-1823 se restableció temporariamente el régimen constitucional de 1812,
con el rey a la cabeza.

Las consecuencias del nuevo brote absolutista repercutieron también en América, y si al principio
el retorno de FERNANDO a España significó un notable progreso para la represión realista en el
Nuevo Mundo, en cambio, su escasa flexibilidad y tacto político para conducir la compleja
situación del imperio precipitaron su desmembración, convenciendo a los remisos y conservadores
criollos de la imposibilidad de continuar dependiendo de la Corona. Durante el largo reinado de
FERNANDO VII la casi totalidad de los territorios americanos alcanzó su independencia.

UNIDAD VI - B) EPOCA PATRIA

1) La Revolución de Mayo. Sus antecedentes. Acontecimientos ocurridos en el orden externo e


interno. Las revoluciones Liberales y las rebeliones en América. Las relaciones entre Inglaterra,
Francia, Portugal y España y sus repercusiones en el Río de la Plata. Las Invasiones Inglesas y la
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rebelión popular en Buenos Aires. Las corrientes doctrinarias francesas, españolas y anglosajonas
que influyen en los revolucionarios de mayo. La Semana de Mayo - Cabildo Abierto del 22-V-
1810. Primer Gobierno Patrio.

2) Los Principios Políticos de la gesta revolucionaria. La comuna; La Soberanía; la


Representación; la República; sus caracteres: elección popular, división de poderes, periodicidad
de las funciones, publicidad de los actos de gobierno; y Régimen Federal.

3) Consolidación de la revolución. Circular del 27 de Mayo de 1810. Reglamento de la Junta.


Decreto de Supresión de honores. Mariano Moreno: su pensamiento político y económico.
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LA REVOLUCION DE MAYO. SUS ANTECEDENTES ACONTECIMIENTOS OCURRIDOS


EN EL ORDEN EXTERNO E INTERNO.

Revolución de mayo. Se puso en marcha la independencia de Argentina.


No fue casual, sino resultante de otros acontecimientos europeos, americanos y también locales
dado que forman parte de una corriente de rebelión generalizada en América y otros dominios
españoles.

Antecedentes en el orden Externo: Independencia de las colonias norteamericanas, Revolución


francesa. La revolución Norteamericana se da antes que la Revolución francesa.

El reino de Inglaterra había conquistado la costa este del norte de América, llegaron últimos a la
conquista, y se tuvieron que conformar con estas costas prácticamente sin cultura y poco pobladas,
pueblos nativos. Los Ingleses Conformaron 13 colonias (agrícolas ganadera), estas colonias tenían
ciertas peculiaridades que cabe destacar. Inglaterra dentro del contexto general de Europa era el
reino que más había evolucionado en los derechos, ya habían vivido la revolución Inglesa, venía
con el devenir de la carta Magna, y demás instituciones que le daban un sesgo liberal y un avance
en los derechos totalmente diferente a la Europa Continental. En Inglaterra no se daba un
absolutismo de los reyes, la revolución ya le había quitado el poder absoluto a los reyes. Había 2
poderes perfectamente diferenciados, y un tercer poder: En Inglaterra había un rey que
administraba y reinaba, un parlamento, que era independiente de la voluntad del rey que legislaba,
y un alta corte de justicia y tribunales inferiores que tenían a su cargo la administración de la
justicia, en la cual el rey no podía interferir en los procesos. En forma evolutiva habían logrado
llegar a conformar una división de funciones del poder. Tenían grandes instituciones establecidas
como: el debido proceso, juicio por jurado, habeas corpus.

Los colonos ingleses en América ya habían desarrollado instituciones, además de las Instituciones
de la metrópoli, acentuaron la libertad de cultos. Inglaterra ante problemas económicos debido a
las guerras intentó imponerles impuestos como a los demás súbditos ingleses. Los colonos
Americanos no se negaron a pagar los impuestos, pero en Inglaterra desde la carta Magna existía
un principio político fundamental que establecía (no impuestos sin representación), el rey para
poner impuestos requería el consentimiento popular que únicamente se podía otorgar a través de la
representación del pueblo que la cumplía en el parlamento. Allí se suscitó el problema de la
revolución Norteamericana, cuando los colonos solicitaron al parlamento y al rey, que les
otorgasen representación en el parlamento y entonces ellos pagarían sus impuestos. Tanto el
parlamento como el Rey les negaron la representación, fundamentando que eran colonos y no
súbditos del nivel de los súbditos ingleses. Fue el motivo por el cual los colonos resolvieron
separarse de Inglaterra. Ellos Fundamentan su rebelión y su proceso de independencia en el
derecho natural de resistencia a la opresión, y declaran como derechos sagrados y naturales, El
derecho a la Vida, la libertad, la igualdad, la propiedad, la seguridad, y el procurar la felicidad.
Todos estos principios son los que ilustran el proceso revolucionario Norteamericano. Las colonias
inglesas en América del norte habían tenido un desarrollo político eficaz, tenían una estructura
política distinta a las colonias españolas, las 13 colonias inglesas eran autónomas, ninguna tenía
supremacía sobre la otra todas dependían del rey. El rey le otorgaba una autonomía que permitía
que las colonias legislasen en lo local.
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Autores sostienen que la influencia de ella fue casi nula en el Río de La Plata. España ayudó a los
revolucionarios americanos del norte en contra de Inglaterra sin medir consecuencias de ello: La
corona reconocía legítimas aspiraciones de los pueblos rebeldes del norte, sin reparar que podían
ser imitadas, en los dominios españoles, por los hermanos del Sur.

La revolución Norteamericana aporta los siguientes elementos:

El Principio Republicano: Crean la primera república liberal, División de poderes, periodicidad de


funciones, sufragio Universal, soberanía popular, principios democráticos, responsabilidad de los
actos de gobierno, todos estos principios van a tener influencia sobre Europa, sobre todo sobre
Francia, a nosotros las influencias de la Revolución Norteamericana nos vienen en forma indirecta,
por vía de Francia, la Revolución Francesa, porque nosotros no teníamos una relación directa con
los EE.UU.

En Francia ya en el siglo XVIII, se venía gestando un proceso importante de libertades y derechos


que tenían que concluir con un proceso revolucionario como, que se llevó a cabo mientras
gobernaba Luis XVI, un problema económico que fue el detonante de la Revolución Francesa, la
cual hace importantísimos aportes a la revolución de Mayo, y donde aparece en escena política la
figura de Napoleón Bonaparte un militar brillante, que logra ascender hasta ser nombrado por la
asamblea del senado Emperador, fue gran propagador de la Revolución Francesa el ciclo de esta
revolución se cierra con Napoleón Bonaparte y restituye la monarquía. La posición política de
Napoleón Bonaparte choca con el reino de Inglaterra entra en un conflicto y los pone en guerra.
Francia y España siempre han sido aliados tradicionales, aliados por familia, en las dinastías
reinantes de Francia y de España, antes de la Revolución francesa, tenían una misma raíz de sangre
eran ambas borbonas una sola familia con dos representantes que gobernaban en los reinos, y sus
vinculaciones entre Francia y España ha sido permanente. Cuando Napoleón Bonaparte se
enfrenta a Inglaterra, Inglaterra produce el bloqueo continental, es decir sitia a Francia por mar,
impidiendo que esta pueda comerciar, le impide el comercio marítimo, Francia acude a España
solicitando ayuda, para conseguir burlar este bloqueo. En España en ese momento gobernaba un
rey Borbón, un rey incapaz un hombre que sin voluntad está sometido a los caprichos de su
esposa, y fundamentalmente al favorito de su mujer, un hombre ambicioso, Manuel Godoy que ha
logrado llegar a los puntos más destacados del reino de España, es declarado príncipe de la paz.
Manuel Godoy es quien gobierna España ante la incapacidad del rey legítimo. Godoy ambicioso al
igual que Napoleón pretende conseguir logros políticos importantes sin escrúpulos, así logra
acordar con el Emperador de Francia un pacto un tratado que se firma en (Frontambrus) por el
cual España permite a Francia que esta introduzca sus ejércitos cruce por territorio Español, para
tomar Portugal. Portugal es aliado europeo de Inglaterra, Francia y España aliadas toman Portugal
conquistan el territorio se lo dividen en dos una parte para cada uno. En ese proceso los ejércitos
Franceses aliados con los ejércitos Españoles van a liberar el Peñón de Gibraltar y le devuelven la
soberanía a España, además toman las colonias Portuguesas y se las reparten, le crean un pequeño
reino a Manuel Godoy. En todo este proceso Napoleón Bonaparte logra entrar en la península, y
toma España en forma totalmente pacífica. En Portugal no lograron cautivar A la casa Real
Portuguesa porque los ingleses trasladaron a toda la familia Real de Portugal hacia la colonia de
Brasil, se encontraron con un país políticamente desierto, y tampoco lograron tomar el Peñón. El
pueblo español reacciona a la toma de los Franceses y se produce el Motín de Aranjuez por el cual
el pueblo Español solicita la destitución de Manuel Godoy y el rey se ve obligado a hacerlo, pero
el pueblo no se conforma con esto y requiere la abdicación del rey y este abdica, renuncia a favor
de su hijo mayor Fernando que asume como rey con el nombre de Fernando VII.

En el pueblo Español, había grupos de Españoles intelectuales que estaban de acuerdo con la
política napoleónica y aceptan la irrupción francesa, (Los Afrancesados) con los principios de la
Revolución Francesa que pretende introducir Napoleón, para subvertir el orden de los distintos
reinos que el va tomando. Con todo esto se presenta un conflicto entre el rey abdicado y el rey
consagrado, es decir entre padre e hijo, situación que es agravada por Napoleón. Este conflicto trae
como consecuencia que Napoleón actúe como mediador entre los reyes enfrentados y los invita a
dirimir sus diferencias en territorio Francés. Los reyes se trasladan con sus respectivas familias a
Francia. Allí, Napoleón consigue que Fernando VII abdique nuevamente a favor de su padre
Carlos IV, y una vez hecho esto consigue que Carlos IV abdique el trono de España a su favor.
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Carlos IV le entrega el trono de España a napoleón Bonaparte, mediatamente pone preso a padre e
hijo y a toda la familia real. Resuelve no gobernar España y designa rey a su hermano José
Bonaparte, que era rey de Nápoles quien es a partir de entonces rey de España. Termina el ciclo de
los reyes tradicionales de España, los reyes legítimos están cautivos por Napoleón.

Esto trae como consecuencia la rebelión del pueblo español que se revela y va luchando contra el
ejército de ocupación francés, a medida que libera territorios del dominio Francés crea Juntas de
gobierno provisionales, las llamadas juntas provinciales, que actúan a nombre de Fernando VII.
Una Vez que estas juntas logran consolidarse se crea una Junta Central coordinadora, Presidida
por Floridablanca, el ex ministro de Carlos IV, crea la (Junta Central), bajo cuyo gobierno quedan
las Juntas provinciales, que es la que coordina todas las juntas y prácticamente ejerce la potestad
real de los territorios que no están bajo el dominio de José Bonaparte. Una actitud de los franceses
que inician una contra ofensiva trae como consecuencia el dominio de los franceses de la ciudad
de Sevilla, se disuelve la Junta Central y también el Consejo de Regencia que actuaba
representando al rey cautivo Fernando VII, situación determinante para los sucesos del Río de la
Palta.

La junta central de Sevilla es la que a partir del cautiverio del rey frenando VII en el año 1808,
toma a su cargo la tutoría y el resguardo del rey cautivo, y es quien designa a don Baltasar Hidalgo
de Cisneros como virrey del Río de la Plata quien gobierna en el año 1810 designado por la Junta
central de Sevilla. Al disolverse dicha Junta y el Consejo de regencia ya no queda en España
ninguna institución que represente al rey cautivo. Llegan las noticias a Bs. As. De la disolución de
la Junta aunque el virrey Cisneros trata de evitar que ello ocurra, porque advierte que en el Río de
la Plata se está gestando un movimiento revolucionario. Los revolucionarios del río de la Plata es
un grupo de jóvenes intelectuales que se habían ilustrado en la Universidad de Chuquisaca, donde
adquirieron fuentes francesas y estaban en pleno conocimiento de los principios políticos de la
Revolución francesa, esperando expectantes el momento político oportuno para llevar adelante
este proceso de acentuar en el Río de la Plata los principios, libertarios, republicanos que irrogó la
Rev. Francesa. Este momento oportuno se va a dar cuando este grupo también se entera de la caída
de la junta Central de Sevilla y que en España no hay nadie que gobierne a nombre del rey cautivo.
Es así que un grupo de estos revolucionarios solicita al virrey Cisneros que convoque a cabildo
abierto para analizar la situación de los acontecimientos producidos en España. El virrey Cisneros
teniendo como antecedente los sucesos ocurridos en los cabildos anteriores, que le quitaron poder
al virrey trata de eludir la situación pero ante los reclamos consecutivos solicita apoyo
pretendiendo respaldarse en el poder militar del virreinato, al mando y a cargo de Cornelio
Saavedra, como jefe del regimiento de Patricios. Cisneros no cuenta con el apoyo de la fuerza
militar, Saavedra se niega a reprimir al pueblo, y Cisneros se ve obligado a dar cabildo abierto.
(Esto es en el orden interno Español).

Los antecedentes por los cuales fueron los acontecimientos que prepararon el estallido de la
revolución fueron: En el orden interno, producido en el Río de la plata, Las Invasiones
Inglesas y la caída de la Junta Central de Sevilla.

1) LAS INVASIONES INGLESAS Y LA REBELION POPULAR EN BUENOS AIRES.

Inglaterra se hallaba en guerra con Francia y España desde 1804; necesitaba, por lo tanto,
conquistar nuevas colonias que le proveyeran de la materia prima que sus industrias necesitaban y
le compraran los productos manufacturados que los europeos se negaban a adquirir. Para esto,
ocupó el Cabo de Buena Esperanza (en el sur de África). Desde allí salió una expedición con el
objeto de invadir al Río de la Plata.

La primera invasión comandada por Beresford llegó en 1806. La armada inglesa decide invadir y
desembarcar en el Río de la Plata, para tomar este con la intención de hacer cesar el poder real
Español en América. Ataca por el lado más débil y desprotegido que tenía la colonia Española,
América del sur. En el Río de la Plata no había grandes ejércitos deciden toman este con el
objetivo de trasladarse por tierra a chile de allí trasladarse a Perú y así voltear el poder Real, y con
ello caería el poder español. Cuando se producen las invasiones Inglesas gobernaba en el Río de la
Plata el virrey Sobremonte. Ante la irresponsabilidad del virrey Sobremonte para enfrentar la
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situación, que escapa con su familia y el tesoro real, rumbo al interior Córdoba, sin dejar ningún
instructivo, el pueblo de buenos Aires más la banda Oriental, gestan el proceso de reconquista que
se lleva a cabo por el propio esfuerzo de los habitantes. Bersford proclama dos principios para
allanar la voluntad del río de la plata, declara la libertad de comercio, por el cual podían comerciar
con todo el mundo, y declara la libertad de culto lo cual no es aceptada porque estos eran fieles
creyentes católicos. Así es que los ingleses no contaron con adhesión, y todo el pueblo sin
distinción de clases se abocó a la lucha logrando la reconquista del poder Español. En
consecuencia se convoca a un Cabildo abierto para analizar la situación planteada y tratar el
desempeño del virrey Sobremonte. Este cabildo se llevó a cabo en agosto de 1806, en el que se
resuelve quitar el mando militar al virrey destituyendo una función de este, otorgando tal
atribución al héroe de la reconquista santiago de Liniers. Por primera vez, el cabildo toma una
actitud revolucionaria considerada tal por tomarse atribuciones que sólo correspondían al rey, por
eso este cabildo se consideró revolucionario, muchos autores sostienen que con este hecho se
inicia el proceso de la revolución del Río de la Plata, porque los sucesivos cabildos toman cada vez
más medida revolucionaria.

Además, se tomó la decisión de formar las primeras milicias, que tan importante actuación
tuvieron en la Revolución de Mayo.

Al año siguiente, los ingleses intentaron una nueva e importante invasión al mando de John
Whitelocke. Llegaron a tomar Montevideo. Nuevamente el Virrey Sobremonte huyó, abandonando
las tropas que tenía a su cargo. Como consecuencia de ello fue destituido y enviado prisionero a
España. Los ingleses marcharon hacia Buenos Aires. Liniers, que había sido nombrado Virrey, los
enfrentó en los Corrales de Miserere, donde fueron derrotados.

Lo verdaderamente importante es que en consecuencia se convoca nuevamente a cabildo abierto


en febrero de 1807, para analizar como asegurar el dominio Español, así es que este cabildo toma
decisiones más trascendentes, decide destituir al virrey sobremonte medida revolucionaria
gravísima donde los ciudadanos aconsejan destituir definitivamente al Virrey, designar a santiago
de Liniers como Virrey del Río de la Plata, y solicita a las autoridades de España (al rey) que lo
confirme a Liniers como Virrey del Río de la Plata. Como consecuencia en España de este proceso
del pueblo se subleva.

Consecuencias de las Invasiones Inglesas:

-El pueblo supo, a partir de entonces que era capaz de defenderse.


-La huida de Sobremonte quitó prestigio a las autoridades españolas.
-En los criollos surgió la idea de liberarse de España.
-Se formaron cuerpos militares integrados en la mayoría por criollos.

Situación en el Río de la Plata

-Desde hacía tiempo, el antagonismo entre criollos y españoles se iba haciendo cada vez más
marcado. Numerosos factores influían:
-Los cargos públicos eran ejercidos de manera predominante por los españoles. El monopolio
comercial impuesto por España perjudicaba a la mayoría de la población.
-Los criollos más cultos habían conocido las obras de los filósofos y economistas franceses y
defendían las ideas de igualdad y libertad. La conducta del Virrey Sobremonte desprestigió a las
autoridades españolas.
-Los criollos vieron con desagrado el reemplazo de Liniers por el Virrey Cisneros que llegó desde
España en 1909.
-Los ingleses, en su corta estadía en Buenos Aires, habían fomentado en los habitantes ideas de
independencia.

LAS REVOLUCIONES LIBERALES Y LAS REBELIONES EN AMERICA


Las Corrientes Ideológicas en el Río de la Plata: Corrientes doctrinarias Francesas,
españolas y Anglosajonas.

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INFLUENCIAS DE LAS REVOLUCIONES FRANCESA Y NORTEAMERICANA. Con el
impulso del Renacimiento, el mundo occidental cambia fundamentalmente su fisonomía. Nuevas
concepciones filosóficas, políticas, económicas o religiosas revolucionan a los pueblos,
produciendo profundas reformas que echan por tierra seculares instituciones, al mismo tiempo que
consagran radicales principios. Entre los siglos XVII y especialmente XVIII, a merced de las ideas
y dogmas proclamados, en el ideal mágico del progreso, se logra sepultar definitivamente la
antigua concepción del mundo.

El principio de autoridad inicia su declinación. Los derechos absolutos del hombre nacidos al
amparo del liberalismo, dan nueva fisonomía al campo político y filosófico. El industrialismo y el
capitalismo revolucionan el mundo de la economía y producen el surgimiento de una nueva clase:
la burguesa.

La ciencia se convierte en un ídolo, en un mito. Se tiende a confundir ciencia y felicidad, progreso


material y progreso moral. Se cree que la ciencia reemplazará a la filosofía, a la religión, y que
bastará a todas las exigencias del espíritu humano”.

Toda una generación de pensadores, proclama renovadoras doctrinas, que fundamentan sus
ideales. A través del Emilio, del Discurso sobre la desigualdad y en especial de su Contrato social,
Juan Jacobo Rousseau expone su pensamiento político y social; Montesquieu, lanza su Espíritu de
las leyes; Buffon, su Historia natural; Voltaire, su Diccionario filosófico, entre otras que
revolucionan su tiempo; Condillac, su Tratado de las sensaciones; y así, Condorcet, Mably, Bayle,
Fénelon, Locke, Diderot, etc., precursores, unos, enciclopedistas, otros, y contemporáneos los
demás al estallido de la Revolución Francesa, conforman todo ese panorama de un mundo que
surge al amparo de nuevas ideas, sustentando la libertad del hombre frente a la estructura
anterior, reafirmando los poderes de la burguesía, quebrantando el principio de autoridad
de los absolutismos reinantes y reclamando para el pueblo los atributos de la soberanía.

El industrialismo, sobre todo inglés, que desde la mitad del siglo XVIII cobra un extraordinario
auge, da origen al surgimiento de escuelas que proclaman nuevos sistemas mercantiles. El proceso
que arrastra desde el siglo anterior, va preparando el camino para la reforma sustancial. Quesnay,
Turgot, Herbert, Morellet, y sus discípulos, fundamentan la llamada "escuela fisiocrática". En
torno a la tierra como elemento esencial de productividad, cimentan la nueva doctrina que da
nuevo contenido al principio de la propiedad, del trabajo y del capital. Frente a estos pensadores
franceses, Adam Smith da origen a la escuela liberal, en su célebre obra " Sobre la naturaleza y
causa de la riqueza de las naciones".
Toda esta profunda transformación del mundo europeo tuvo, indudablemente, sus repercusiones en
América. En el Río de la Plata se introducen, por vía de los Borbones, una serie de reformas
políticas y económicas totalmente en consonancia con el nuevo estado de cosas.
Con suma habilidad, los Borbones introdujeron su Ilustración, apuntalaron el progreso y dieron
concesiones en el orden económico, pero mantuvieron su estructura política, es decir, los
principios que conformaban su dogmática absolutista.
No debemos olvidar el hondo espíritu religioso de nuestro pueblo que, si bien comenzaba a
socavar los pilares de la monarquía buscando su libertad política, no por eso abjuraba ni pretendía
hacerlo de su fe.

¿Hasta qué punto influyeron las nuevas doctrinas políticas de Europa en nuestro medio?
Algunos autores han sostenido que el movimiento revolucionario del Río de la Plata tuvo una
filiación netamente liberal, imbuido de los ideales racionalistas, enciclopedistas y de la Revolución
Francesa; sitúan nuestra revolución bajo el influjo del constitucionalismo norteamericano. Es
evidente que todas estas corrientes ideológicas tuvieron su influencia en el proceso tanto colonial
como independiente.

Aún así, nuestra opinión permite afirmar que las ideas de la Revolución Francesa, si bien fueron
conocidas por un sector ilustrado, no se hicieron carne en el pueblo como para manejarlas como
suyas, sino hasta más avanzado nuestro movimiento de independencia.

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Entendemos que el Río de la Plata no pudo escapar al movimiento ideológico del siglo XVIII; su
historia constitucional es prueba de ello, se volcó en las instituciones que corren desde 1810 en
adelante. "La Revolución de Mayo enraiza en su propio pasado y se nutre en fuentes ideológicas
hispánicas e indianas. Se ha formado durante la dominación española y bajo su influencia, aunque
va contra ella, y sólo periféricamente tienen resonancia los hechos y las ideas del mundo exterior.
Sería absurdo filosóficamente, además de serlo históricamente, concebir la revolución
hispanoamericana como un acto de imitación de la Revolución Francesa o de la norteamericana".

¿Quiénes conocían la ideología revolucionaria, la que había trastocado el mundo europeo?


Quien la conoció, fue una pequeña élite gobernante y el grupo de la burguesía intelectual
rioplatense, formada en Chuquisaca, Córdoba o en el Convictorio Carolino.

Moreno, Belgrano, Paso, Castelli y los demás jóvenes que integrarían el núcleo revolucionario de
Mayo manejaron estos principios liberales. Su liberalismo fue trascendente, identificado con el
pensamiento español en boga.

Todo esto significa que ya, desde lejos, venían gestándose las ideas liberales y antimonárquicas,
opuestas al absolutismo reinante. Especialmente queremos destacar la figura de Francisco Suárez,
cuyo pensamiento filosófico y jurídico, y su doctrina del contrato y de la soberanía, fueron
los sostenidos por los hombres de Mayo en las jornadas del año 10. (Su doctrina del contrato
fue el verdadero fundamento jurídico-político de la Revolución Argentina).

Con respecto a la influencia de la revolución norteamericana en los sucesos del Río de la Plata
podemos afirmar que fue casi nula.

Desde la época preliminar a la declaración de la independencia, surge en los Estados Unidos, una
generación de pensadores imbuidos de las ideas en boga, quienes, si bien conocen a franceses y
alemanes como Montesquieu, Rousseau, Vattel o Pufendorf, siguen con fidelidad la línea de los
ingleses, Hobbes, Locke, etc.. Las ideas de todos estos filósofos, políticos y economistas habrán de
conformar la base del movimiento emancipador norteamericano.

La obra más conocida es la de los propios norteamericanos, como Jefferson, Hamilton, Jay,
Madison, Paine, Guverneur Morris, Franklin, Lee, Adams y todos aquellos pensadores que
contribuyeron a la emancipación y organización de los Estados Unidos. Sin embargo, cabe señalar
que es recién desde 1810 en adelante, cuando la literatura del Norte penetra en nuestro estuario. Y
va a ser, en la Asamblea del año XIII, cuando podamos comprobar la influencia norteamericana en
nuestras instituciones. Antes, en muy poca escala.

Lo que sí gravitó en la Revolución de Mayo, fue el acontecimiento histórico de su independencia,


que sirvió de contagio al resto de las colonias hispanoamericanas.

EL LIBERALISMO DE MAYO. La Revolución de Mayo fue una auténtica revolución nacional


que encontró en las constantes de su propio pasado, los principios para determinarse libremente.
El reflejo de las ideas del liberalismo no pudo cambiar instantáneamente toda la estructura
espiritual, elaborada a través de los siglos.

“El liberalismo francés -se ha dicho- actúa como elemento catalizador, pero deja inalterables
las líneas maestras de la arquitectura mental de las generaciones de la época de la
emancipación”.

El liberalismo argentino ha sido una realidad, pero no podemos hablar igualmente de aquel, que es
sólo una vaga idea en 1810 y del otro, que en 1880 sacude las instituciones. Se rompió con el
absolutismo de los monarcas, con el poder despótico que desplazaba a los hijos de la tierra, con la
política que nos había convertido en colonias; y así se pasó de una monarquía a un gobierno
democrático, basado en la soberanía popular y en la afirmación de la personalidad humana. Se
rompió políticamente con la Madre Patria con el legítimo fin de asentar un gobierno
independiente, estructurado, eso sí, en las nuevas concepciones jurídicas, políticas y filosóficas

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que conformaban al mundo espiritual de entonces. Para fundamentar los derechos del hombre se
proclamaron en nuestros estatutos, aquellos principios de libertad, de seguridad y de propiedad que
tanto habían entusiasmado a Belgrano y a los hombres de Mayo; y para organizarnos
constitucionalmente bebimos en las fuentes norteamericanas. Pero al darle el espíritu a nuestras
instituciones no nos apartamos de aquellas constantes que hacían a la realidad de nuestro ser
nacional. No se pensó jamás romper con todo el pasado espiritual que envolvía el idioma, las
costumbres, la religión, el estilo de vida, la herencia de la bien entendida hispanidad.

Por otra parte, cabe agregar, que el liberalismo que informó a los hombres de 1810 no era otra cosa
que el reflejo del liberalismo español, que si bien reconocía su origen en Francia, era cosa muy
distinta. En efecto, a raíz de los acontecimientos peninsulares de principios del siglo XIX, en
España se produce una verdadera revolución en las ideas, incubada desde años atrás. Y así, del
régimen absoluto se pasa a la monarquía constitucional, se desplaza a la nobleza del gobierno, se
seculariza la enseñanza y el liberalismo sienta plaza, proliferando las nuevas ideas. Comienza a
surgir la clase media que habría de dar un nuevo sentido a la vida española y con ella, la influencia
de las sociedades económicas.

Sintetizando, sobre el liberalismo criollo se puede afirmar que fue un liberalismo


individualista, pero no antirreligioso, ni materialista.

Doctrina revolucionaria:

El proceso de la revolución se venía gestando en todos los órdenes de la vida, en el campo político,
económico, social desde el mismo siglo XVIII, necesitaba un hecho concreto para producir el
estallido que perfecciona toda revolución. Faltaba un motivo eficiente que diera origen al
rompimiento que en el campo de las ideas se venía madurando desde años atrás.

Los acontecimientos de España fueron el motivo esperado.

Sostiene Mitre que al jurar los pueblos de América fidelidad y obediencia a Fernando VII en
agosto de 1808, los americanos “consagran una teoría nueva, teoría que, permitió defender y
fundamentar que América “no dependía de España sino del monarca a quien habían jurado
obediencia y que en ausencia de él caducaban todas sus delegaciones en la metrópoli, Y que al
haber sido usurpada por Napoleón, no le debían obediencia a éste, sino que estaban atados al rey
ausente, que al faltar el monarca legítimo que constituía el único vínculo legal entre la Madre
Patria y sus colonias, América no debía seguir la suerte de España. De esta manera el juramento de
obediencia al rey desvinculó a estos pueblos de la nación española, sujetándola solamente a la
persona del soberano. Esta teoría manejada con total habilidad por los criollos en la jornada del 22
de mayo fue la que fundamentó la verdadera doctrina revolucionaria. América no se incorporó,
desde un principio, a la nación española sino que se sometió a la persona del monarca, por un
pacto esencial que está consignado en la real cédula dada por Carlos V en el año 1520. Por eso se
sostendrá “que el argumento jurídico les fue dado por el derecho emergente del pacto de Vasallaje
y unión a la Corona Castellana de 1520, pacto renovado en 1808, por el cual el pueblo de
virreinato asume su soberanía. Por todo esto cabe decir que la revolución argentina “no fue un acto
de imitación o un epifenómeno de la Revolución Francesa o Americana”, su doctrina
revolucionaria está enraizada en lo más profundo del pasado colonial. El derecho invocado es el
derecho Español Indiano, y la fundamentación ideológica, aunque reconozca puntos comunes con
el movimiento filosófico y político de Europa, tiene su propia originalidad. Los hechos
demostraron cabalmente el ideal emancipador de los argentinos, netamente separatista.

Francisco Suárez y Juan Jacobo Rosseau: Dos corrientes disputan sobre la paternidad de la
doctrina que fundamentó la tesis emancipadora. Una, la liberal (Rosseau) la otra la tradicional
(Suárez).

(Corriente liberal) La liberal, (Rosseau) afirma que el pacto o contrato no es otra cosa que la del
contrato social de Juan J. Rosseau, a la par de esta fundamentación sostienen que las ideas
políticas proclamadas en mayo son de filiación Francesa, lo cual no es posible porque además de

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otras cuestiones, el contrato de Rosseau se realiza entre los miembros de la comunidad y no entre
pueblo y monarca. Para este la soberanía es intransferible y sólo la posee el soberano o el pueblo.
Desde el momento que hay un amo (rey) ya no hay soberano y desde entonces está destruído el
cuerpo político.

La corriente tradicional (Suárez), da por sentado que la doctrina de la retroversión de la


soberanía tiene por único fundamento el pacto o contrato atribuido a Francisco Suárez, y
contrariamente a la posición liberal niega la influencia de las ideas liberales, y en especial de la
Revolución Francesa, en el movimiento Patrio. Las ideas de este filósofo jesuita fueron conocidas
en toda América desde el siglo XVII y en especial durante todo el siglo XVIII. Sus teorías se
difunden en todos los establecimientos de enseñanza superior, las ideas de Suárez eran conocidas y
estudiadas en chuquisaca, Córdoba, Buenos Aires, Salta etc. La doctrina de Suárez sostenía que la
potestad política de un príncipe dimana del poder que “Sólo Dios confiere La potestad suprema a
la comunidad, al pueblo” Y que dicha potestad el pueblo la transfiere al príncipe, no pudiendo
restringirla ni abrogarla sino en casos muy graves. Al gobernante le viene la autoridad, mediante el
pueblo, que lo transmite por su libre consentimiento derivándose de allí los títulos legítimos de
gobierno. Al hacer esta donación o traspaso, hay limitaciones no pudiendo el príncipe usar este
poder a su antojo y si hay violación de contrato por parte de este por violación o despotismo dicho
contrato queda disuelto, y retrovierte la soberanía al pueblo cuyo poder le es originario. Una vez
producido el contrato entre el siervo y el rey, el siervo está obligado a obedecer por derecho divino
y natural, por la misma razón el rey no puede ser privado de su potestad a no ser que se incline a la
tiranía, por la cual pueda el reino hacer guerra justa a él. Con todo esto se ve perfectamente las
ideas revolucionarias de Suárez que sirvieron perfectamente para denunciar el Pacto de Vasallaje
realizado entre el monarca español y los pueblos americanos. La teoría Suarista se amolda
adecuadamente a la tesis de Castelli y al voto de Saavedra, cuando expresa que no quede duda
“que es el pueblo quien confiere la autoridad o mando”.

LOS MOVIMIENTOS PRECURSORES EN AMERICA. Esta situación de desigualdad entre


españoles y criollos, esta política de privilegios y la mala administración de los funcionarios
residentes en América, produjeron durante los siglos de la colonia, no pocas insurrecciones.

Provocados por españoles contra su propia patria:


Debemos mencionar entre ellas el movimiento insurreccional de Gonzalo Pizarro en el Virreinato
del Perú, durante el gobierno de Blasco Núñez de Vela (1544).
Otro movimiento similar al anterior, se produjo en Nicaragua, provincia del reino de Guatemala,
en el año 1549 encabezado por Rodrigo de Contreras, quien al frente de sus partidarios se apoderó
de Nicaragua y posteriormente de Panamá, desalojando a las autoridades españolas. Otro es
producido por Martín Cortés, hijo del conquistador (1564), movimiento que, como los anteriores,
fue sofocado, siendo decapitados sus cabecillas, con excepción de Cortés.
A estos alzamientos separatistas, provocados por españoles contra su propia patria, cabe añadir

Los que acaudillaron los criollos:


Así, debemos mencionar (entre otros), el intento de Alonso Ibáñez en Potosí en el siglo XVII; la
revuelta de los artesanos producida en el año 1730 en Cochabamba, insurreccionados por el
maestro platero Alejo Calatayud.
Es verdad que estos focos revolucionarios, producidos durante los siglos XVI y XVII, estaban
lejos de poseer el espíritu que alentó a la emancipación americana del siglo XIX.

Las insurrecciones del sector indígena no fueron menos importantes:


Entre los mayas se produjeron numerosos levantamientos contra los españoles.
La rebelión de José Gabriel Condorcanqui, Tupac Amaru, ha pasado a la historia por emprender la
más formidable restauración del imperio de los incas que se haya realizado.
Acaudillando a millares de sus hermanos indios, sometió a pueblos y ciudades, a guarniciones y a
fuertes ejércitos españoles, proclamando la liberación del pueblo sometido.
La revolución que ha pasado a la historia como la de Los Comuneros, en Nueva Granada (1780),
tiene la importancia de que, debido al triunfo momentáneo de los rebeldes, las autoridades
españolas accedieron a sus peticiones firmando un pacto de compromiso.

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LA ACTITUD PRE-REVOLUCIONARIA EN EL RIO DE LA PLATA. Durante el siglo
XVIII y principios del XIX, fueron numerosos los acontecimientos revolucionarios, donde el
fermento de libertad e independencia, comenzaba a insinuarse. Actos, estos que demuestran
claramente, que el ideal revolucionario, contrariamente a lo que sostienen algunos historiadores,
no se concretó solamente al ser proclamado por un grupo porteño, sino que estaba en toda la
población virreinal.

En la ciudad de Mendoza, la rebelión santafecina que originó la intervención armada del virrey y
los documentos que corrieron por todo el pueblo demuestran que la revolución no estaba
solamente en Buenos Aires.

Entre Ríos, por su parte, está también preparada para recibir la rebelión. En Corrientes, en
Córdoba se amenazó con cárcel al que levantase " especies contra la felicidad de las legítimas
autoridades y contra los Gobiernos Supremos".

En todos los pueblos del Virreinato proliferan los grupos revolucionarios, surgen los caudillos
populares, los que difunden las nuevas ideas, los que agrupan a los criollos. En Santiago del
Estero, en Tucumán, con don Nicolás Laguna; en Salta, en La Paz, en Cochabamba. No se deben
olvidar, además, las sublevaciones de Chuquisaca y La Paz, y la enorme influencia que ejercieron,
especialmente, en las poblaciones del norte.

El 25 de mayo de 1809 se produjo la revolución en Chuquisaca, deponiendo el pueblo a su


presidente o gobernador. Bernardo de Monteagudo y el entonces comandante de armas Juan
Antonio de Álvarez de Arenales se contaban entre los cabecillas del movimiento. A su vez, en la
ciudad de La Paz el pueblo criollo a cuyo frente se encontraban Pedro Domingo Murillo y Juan
Pedro Indaburu, depuso también a las autoridades españolas.

A toda esta situación se suman las invasiones inglesas, que produjeron una verdadera revolución
en el pueblo de Buenos Aires, y posteriormente en el interior.

Respecto a las clases sociales, el rey, la Iglesia y la nobleza, fueron durante los Borbones, a pesar
de la política regalista, las fuerzas dominantes y tradicionales en España. Estas tres fuerzas
sociales asoman a principios del siglo XIX con toda una larga trayectoria a sus espaldas,
dominando a la incipiente comunidad rioplatense.

Dos fuerzas más, habrían de sumarse a las tradicionales. Por un lado, surge la "burguesía
intelectual", promocionada por sus propios méritos. Sus integrantes son hombres del pueblo, con
formación universitaria, educados en Charcas, Córdoba o Buenos Aires, que reciben la influencia
directa de la ideología liberal.

La otra nueva fuerza, surge a consecuencia de las invasiones inglesas. Triunfantes, los jefes
criollos de la defensa y la reconquista de Buenos Aires, comprenden el inmenso poder que tienen
en sus manos. Y así, jefes y tropa de los regimientos patricios asoman al proceso histórico,
conformando la nueva fuerza de la "milicia criolla".

LA REBELION POPULAR EN BUENOS AIRES.

Los ideales de libertad que estaban presentes en muchos criollos fueron el motor que impulsó la
destitución de las autoridades españolas. El amado rey Fernando VII, El hijo de Carlos IV
aprovechó la apatía de su padre para coronarse rey, pero Napoleón acabó con sus planes. El
emperador le cedió algunos castillos, y pasó allí sus días mientras los españoles luchaban en su
nombre por la libertad.

Horas de angustia se vivían en Buenos Aires a comienzos de 1808. La euforia provocada por el
rechazo a las dos invasiones inglesas se fue apagando lentamente cuando se recibió una intimación
de la corona portuguesa para que el Río de la Plata se someta a su control. Para colmo de males, se
hacía cada vez más fuerte el rumor de que los ingleses estaban preparando un tercer ataque. Los
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días de júbilo vividos menos de un año atrás parecían haber quedado sepultados muy lejos en el
tiempo. Porque Portugal por ser aliado de Inglaterra estaba indirectamente en guerra con España,
la que a su vez era aliada de Francia. La amenaza portuguesa surgió en forma inmediata a la
mudanza de su corona a Brasil, luego de que las tropas napoleónicas invadieran su territorio el 29
de noviembre de 1807. Los porteños tenían ahora un nuevo enemigo en sus fronteras.

El tercer asalto inglés a Buenos Aires, finalmente, no se produjo, porque la invasión napoleónica
a España hizo cambiar las alianzas: los invadidos pidieron ayuda a Inglaterra para luchar contra
Napoleón, a lo que Londres accedió gustoso y de paso suspendió el ataque al Río de la Plata.
Inglaterra también hizo desistir a Portugal de esas ambiciones. En España, en tanto, todo era caos:
invadida por Napoleón, se quedó sin rey luego de una curiosa sucesión de hechos. Carlos IV había
cedido su corona bajo presión a su hijo Fernando, ya con los franceses dentro de su territorio. Pero
poco le duró a Fernando VII la diadema: Napoleón citó a padre e hijo en la ciudad de Bayona, en
los Pirineos. Convenció a Fernando de que debía devolver la corona a su padre, y a éste de que
debía cedérsela al emperador. Con la corona en sus manos, Napoleón se la otorgó a su hermano,
José. Este episodio se conoce como “la farsa de Bayona”.

Buenos Aires era un polvorín, los sucesos ocurridos en España tuvieron gran repercusión en todo
el Virreinato, y terminaron favoreciendo los propósitos emancipadores de un numeroso grupo de
criollos. Asimismo, Buenos Aires era escenario de frecuentes enfrentamientos entre el virrey
Liniers y el jefe del Cabildo, Martín de Álzaga. La lucha de poderes entre ambos tuvo su punto
culminante en una asonada militar encabezada por este último, el 1o de enero de 1809, que estuvo
cerca de terminar con el gobierno de Liniers. La oportuna intervención de Cornelio Saavedra al
frente de los Patricios hizo fracasar el golpe y puso de manifiesto la importancia que habían
adquirido los regimientos nativos.

El jefe del regimiento de Patricios, Don Cornelio Saavedra, hizo pesar el poder de las armas para
actuar en favor de los criollos cuando el Virreinato platense se encontraba más debilitado. Caída la
monarquía española, se formaron sucesivas Juntas de gobierno clandestinas a nombre de Fernando
VII. Estas Juntas, que cambiaban varias veces de sede en cuanto eran descubiertas por los
franceses, sancionaban leyes con la pretensión de ser obedecidas en todo el inmenso imperio
español, incluyendo a las colonias. El virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros, que se hizo cargo de la
jefatura del Río de la Plata el 30 de junio de 1809, fue nombrado por una de esas Juntas
clandestinas.

No todos los porteños estaban de acuerdo en obedecer a una Junta española, por considerar que su
poder no era legítimo. Para ellos, las colonias americanas eran propiedad de la corona y no de los
españoles en general: éste fue uno de los argumentos principales que se esgrimieron en contra de
la continuidad del dominio español en el Río de la Plata. Cisneros llegó a Buenos Aires en medio
de un clima de efervescencia. Un mes antes de su arribo –el 25 de mayo de 1809– se produjo una
rebelión en Chuquisaca (en la actual Bolivia), en contra del gobernador Pizarro. Entre los
insurrectos estaba Bernardo de Monteagudo. Otro levantamiento contra los españoles se produjo
en julio en La Paz, el cual fue ferozmente aplastado despertando indignación en todo el Virreinato.
La falta de una cabeza reinante en España, la acechanza portuguesa y la importancia que habían
adquirido las milicias criollas después de las invasiones inglesas (los regimientos españoles de
catalanes, vizcaínos y gallegos fueron disueltos tras la asonada de Álzaga), no hicieron más que
preparar el terreno para la formación de un gobierno propio.

El Cabildo Abierto era una asamblea extraordinaria en la que se convocaba a los vecinos para
tratar temas de suma gravedad. El del 22 de mayo fue de tanta importancia que sus asistentes
estuvieron debatiendo por más de cuatro horas.

LA SEMANA DE MAYO: La semana decisiva

La noticia de la caída de la Junta de Cádiz aceleró el momento del cambio en Buenos Aires, Ya
que la caída de la misma, significó la caída de toda autoridad en España. Los pueblos de América
habían jurado fidelidad al monarca. A pesar del cautiverio de Fernando VII ordenado por
Napoleón, siguen reconociendo su autoridad y soberanía en las juntas creadas en el territorio
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Español. Pero disuelta la Junta central, último baluarte del gobierno y la Monarquía, los pueblos
americanos, en este caso el del Río de la Plata, comprenden, que ha llegado el momento oportuno
para reasumir el poder soberano. En cautiverio el rey y disuelto su último representante legítimo,
valoran que el pacto de vasallaje acordado con el monarca ha quedado deshecho.
-Para dar el 1er paso: denuncian el nombramiento del Virrey, Ya que había sido disuelta la Junta
Central, que lo había nombrado en febrero de 1809, queda también por lógica consecuencia, sin
efecto el nombramiento de Cisneros.
Los criollos, mientras se reunían en forma secreta, planteaban sus exigencias al virrey Cisneros.
El 18- de mayo de 1810 el virrey no tuvo más remedio que comunicar al pueblo la noticia de la
caída de la Junta de Cádiz en manos de los franceses. La información había llegado cinco días
antes el (13 de Mayo) a bordo de una fragata inglesa que recaló en el puerto de Montevideo.
Cisneros pidió calma y orden, pero los dirigentes criollos intuían que había llegado el momento tan
esperado.

El 19- Cornelio Saavedra, jefe de los Patricios, y el secretario del Consulado, Manuel Belgrano,
comenzaron a hacer gestiones para organizar un Cabildo Abierto. Este debía determinar si
Cisneros seguía siendo virrey.
El 20- Saavedra concurre con Belgrano a entrevistar al síndico procurador y pese a su negativa
inicial, se presenta la solicitud. El virrey Cisneros expresó que antes de tomar cualquier
determinación quería consultar con los jefes y comandantes de las tropas, el mismo día Cisneros
reunió los jefes de las fuerzas, solicitando si estaban resueltos a sostenerlo en el mando como lo
hicieron en 1809 con Liniers o no. Ante el silencio Saavedra le contesta al Virrey, que eran muy
distintas las épocas, en 1809 existía España, y alegando que América no quería seguir la suerte de
España ni ser dominada por los Franceses, hemos decidido reasumir nuestros derechos y
conservarnos por nosotros mismos, así que no cuente con mis fuerzas para sostenerse en ellas.
Cisneros no dio una respuesta definitiva sobre la convocatoria a cabildo abierto, y pone en marcha
el plan Contrarrevolucionario. Ante la falta de respuesta sobre el pedido del cabido abierto Martín
Rodríguez y Juan José Castelli se entrevistaron con el Virrey, y lo intimaron a cesar en el mando
del Virreinato, en nombre del pueblo, el virrey no tuvo más remedio que acceder a la demanda.
Soldados del virrey leen el bando por el cual se anuncia la convocatoria al Cabildo del 22 de
mayo.

En la reunión del cabildo del 21, En virtud de la agitación popular el cabildo resuelve enviar un
oficio al virrey, comunicando que los vecinos solicitaban cabildo abierto o Congreso general.
Cisneros accede al la rogatoria. Comenzó a organizarse la Asamblea. En la ciudad no se hablaba
de otra cosa que de este acontecimiento, que ocurría muy de vez en cuando. Los regidores del
Cabildo ordenaron entonces la impresión urgente de las invitaciones, que estaban reservadas a los
vecinos más importantes. Se remiten 450 esquelas a los vecinos de distinción.

El Cabildo del 22 (Principio Comuna)

251 vecinos participaron de la asamblea que debía decidir sobre la continuidad del virrey en el
cargo, votaron 224 de los representantes. Terminó imponiéndose su remoción por amplia mayoría.
La moción de Castelli contó con muchos votos de los criollos.

-Lo más interesante que ocurrió en el Cabildo Abierto fue el debate entre sus asistentes, si bien los
discursos y el nombre de los oradores no figuran en el acta del cabildo y lo único verdaderamente
documentado son los diferentes votos que se emitieron en esa oportunidad, la trascripción del
discurso del actuario y las notas que remitió el cabildo al virrey y la contestación de este. Mitre y
López han reconstruido todo el desarrollo de la Asamblea.

-Los españoles defendieron la continuidad del virrey Cisneros en el cargo y le quitaron derechos a
Buenos Aires para decidir por todo el virreinato. Inclusive se llegó a decir que mientras hubiera un
español en estas tierras, éste tenía derecho a gobernar a los nativos (el obispo) Los más firmes
defensores de esta posición fueron el obispo de Buenos Aires, Benito de Lué y Riega, y el fiscal
Manuel Villota.

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-Del lado patriota, las posturas tras las cuales se alinearon el resto de los criollos fueron expresadas
por los abogados Juan José Castelli y Juan José Paso. El debate en el Cabildo fue tenso y duró
horas. Hubo fuertes discusiones entre sus participantes.

Paso, por su parte, defendió el derecho de Buenos Aires a decidir por el resto de las ciudades del
virreinato debido a su condición de sede del gobierno.

El cabildo se reúne con todas las instituciones españolas presentes, Las fuerzas armadas, la real
audiencia, el cabildo ordinario, funcionarios de la real Aduana y otros. El acto se abre con un
discurso del síndico procurador Leiva que insta a todos a expresarse con la mayor libertad y
tratando de aunar voluntades para mantener el país en calma y evitar convulsiones. En Lo que
todavía se insiste es en la falta de popularidad de dicha asamblea, ya que sólo se convocó a la parte
principal y más sana de la población. Era más bien un concilio o Asamblea de tipo Español.

De gran importancia fue el discurso que da el obispo Lué de Bs. As. a favor de la corona. Una
persona de gran peso y de respeto y que en aquella época, no cualquiera lo enfrentaría por temor
reverencial. El obispo hace una locución diciendo que no advierte ningún elemento de juicio que
sea suficiente para modificar el estado, la situación estable, que hay que mantener obediencia al
Virrey porque el representa al rey cautivo, que en este caso lo que todos debían hacer todos como
deber de conciencia, deber político, de lealtad y función es preservar los intereses del rey cautivo
Fernando VII, insta a todo el mundo someterse al dominio del Rey de España y fundamentalmente
a su representante natural Cisneros, que los americanos tenían la obligación natural y canónica de
obedecerlo. Según algunos autores comentan que el obispo excede sus atribuciones y comienza a
formular especulaciones políticas lo cual desembocó en las distintas réplicas. El obispo dice que
de todos modos el pueblo del Río de la Plata le debe obediencia al Virrey porque este representa al
rey, pero agrega que de todos modos aún cuando el rey de España no existiese, hubiese muerto y
no existiese autoridad real en España el pueblo de América le debe obediencia y sumisión a
España, porque América es pertenencia de España, pero también agrega que: “ de todos modos
aún cuando no hubiesen autoridades Españolas, mientras aya un Español en el mundo, ese español
va a tener dominio sobre América, porque esta pertenece a España. Esto exaltó el ánimo y que
costó mocho a Castelli rebatir al obispo.

Castelli, le contestó al obispo, con argumentos exclusivamente jurídicos basados en el “pacto de


obediencia jurado al monarca español”, diciendo: que primero se equivocaba en cuanto a los
orígenes del poder, diciendo que los escolásticos enseñaban que el poder viene de dios hacia la
comunidad, y como esta no puede ejercer el poder político en conjunto lo sede al gobernante, ese
poder no es incondicionado, sino condicionado a: que no caiga en tiranía o por acefalía o
cautiverio, en cuyo caso el rey pierde el poder. Por cualquiera de estas causales, el poder se
retrovierte y vuelve al pueblo, caso por el cual con el rey Fernando VII en cautiverio el poder
retrovierte al pueblo que es originario y este tiene aptitud para depositarlo en otros. (Doctrina del
contrato social de F. Suárez) También dice que el obispo se equivoca al decir que América
pertenece a España, porque España es posterior a América. América fue descubierta y conquistada
no por España sino por el reino de Castilla y León, por decisión personal de la reina Isabel y le
pertenece como patrimonio propio. Al momento del descubrimiento de América, España no existía
como entidad política, sino que existían reinos, la unidad llega luego de la muerte de la reina
Isabel con su hija Juana La Loca. Quienes tienen el dominio en América son los reyes de Castilla y
sus descendientes legítimos en este caso el rey Fernando VII, pero como patrimonio personal y al
encontrarse este cautivo el poder retrovierte a la soberanía. (Teoría de la retroversión de la
soberanía).

El doctor Genaro de Villota (fiscal de la Real audiencia), trata de rebatir a Castelli, aceptando las
razones por éste expuestas, lo que le cuestiona es la potestad, la competencia del cabildo de Bs.
As. Como órgano municipal para decidir una cuestión que ataña a todo el Virreinato del Río de la
Plata, y propone que se convoque a los representantes de todas las provincias del Virreinato del
Río de la plata, y una ves que estén representadas todas las comunas con sus diputados reunidos en
congreso, recién ese congreso podrá decidir los destinos del Río de la Plata, que mientras tanto el
cabildo de Bs. As. No tiene potestad más allá de lo municipal. (Este también fue un planteo
jurídico irrefutable). Esta doctrina histórica entraña el parlamentarismo comunal, una ciudad por
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sí sola no podía atribuirse todos los derechos de todo un vasto virreinato. La decisión tenía que ser
unánime. (Principio de representación y comuna)

Juan José Paso: aceptando que el cabildo de Bs. As. No tiene competencia para resolver
cuestiones que atañen a todo el virreinato, aduce que también Bs. As. Se vio obligado a tomar
decisiones por todo el virreinato cuando se producen las invasiones inglesas donde hubo
cuestiones de necesidad y urgencia que obligaron a Bs. As. Y al cabildo abierto a tomar
decisiones que atañan a todo el virreinato, pero que eran tomadas por los cabildos. Esto lo
fundamenta en una figura jurídica que surge del Derecho Romano (Gestión de negocios ajenos),
que habilita a cualquier persona a actuar en nombre de un ausente cuando los bienes o intereses de
este corren peligro, comunica a la persona la decisión que adopta y si el ausente ratifica la decisión
queda firme y si no se rectificará, pero que en caso de necesidad y urgencia hay que tomar una
decisión. En consecuencia de la caída de la Junta central de Sevilla, a caído, ha cesado la autoridad
del virrey, y en su caso, nadie puede negar el derecho a Bs. As. De obrar por sí en representación
de sus hermanas menores las provincias, invocando la “necesidad y Urgencia” ¿A quien
corresponde o en quien corresponde depositar esa autoridad?

Cornelio Saavedra: Fue fundamental el voto del jefe del poder militar, fue su voto
verdaderamente relevante, aduce que como consecuencia de los acontecimientos que ha cesado la
autoridad que detentaba el virrey y que se debe encomendar al cabildo la formación de una Junta y
culmina diciendo: y “que no quepa duda que el pueblo es quien otorga autoridad o mando”
(doctrina del contrato Social de F. Suárez), con esto pone de manifiesto el principio de soberanía
popular, esto permite que los tímidos vuelquen su voto con el de Saavedra adhiriéndose a ello lo
que trae como consecuencia el triunfo de la postura de los revolucionarios en cuanto que la
mayoría decide la destitución del virrey Cisneros y la sustitución de su autoridad por una junta de
gobierno. Llegada las doce de la noche se resuelve realizar el recuento de votos al día siguiente.
Resuelve computar los votos, Hecho el recuento, ganó la postura alentada por los patriotas: 224
votos totales de los cuales 115 votos contra 69.

El cabildo el día 23, El virrey debía cesar en su mando y recaer este en el excelentísimo Cabildo
hasta la erección de una Junta que ha de formar el Excmo. Cabildo, en la manera que estime
conveniente, la cual, ha de encargarse del mando, mientras se congregan los diputados que se han
de convocar de las provincias del interior, para establecer la forma de gobierno que corresponda.
En esta regulación fraudulenta, que no reflejaba la realidad de los votos, comenzaba la
contrarrevolución planeada por los españoles adeptos a Cisneros. Se quiso sacar provecho de la
votación efectuada el 22, ya que la fórmula más votada fue: que “Cisneros debía cesar en el
mando, y que el cabildo debía asumir interinamente el poder”, lo que obtuvo mayoría de votos,
pero la pluralidad de sufragios no se había pronunciado para “facultar al cabildo” a elegir una junta
a la manera que estime conveniente, ni tampoco para convocar a las pcias. Interiores, lo que eran
nulas las dos relaciones que se atribuían al Congreso general del 22 de Mayo. Intentan una nueva
maniobra se recurrió a la artimaña de que si bien había pluralidad de votos para que cesara el
virrey Cisneros, no sea separado absolutamente, sino incluirlo entre los miembros de la junta que
se formaría hasta la congregación de los diputados del virreinato, en la que deberá presidir
Cisneros en calidad de vocal. La Contrarrevolución estaba en marcha, los criollos habían triunfado
en el cabildo del 22, pero los españoles no cejarían de su intento de conservar el poder. En el
anochecer del 23 se publica el bando. Cisneros nuevamente en el poder, en su carácter de miembro
de la junta, intentaría su última maniobra.

El reglamento del 24- Se procede a dar conocimiento de la formación de la junta el día 24, y se
expone el reglamento de 13 artículos cuyo objetivo principal era el de regular la existencia de la
nueva junta, limitando sus poderes y estableciendo la órbita de su competencia, pero a la vez, al
margen de esa intención se consagran algunos principios republicanos. La hábil maniobra
sorprendió a los porteños, pues la nueva junta formada por 5 miembros tenía como presidente a
Cisneros, tardaron algunas horas en reaccionar tras la sorpresa, por lo tanto se revela en forma
franca y decidida. Los oficiales de patricios encabezada por el coronel Rodríguez y muchos otros
militares se presentaron en el fuerte esa misma noche y declararon al coronel Saavedra que no
acatarían las ordenes del virrey ni otras que se les diesen permaneciendo éste en la presidencia de

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la junta, a no ser que el Señor Cisneros renuncie públicamente al mando de las fuerzas militares y
que éste mando se trasmita a Saavedra.

-El día 25 el cabildo se reúne para considerar la renuncia de los miembros de la junta, lo que no
fue aceptado, comunicándosele que debía sostener su autoridad, pero la multitud reunida en la
plaza no cejaba en su intento de terminar con la junta del 24, los mas exaltados advertían desde
afuera que el pueblo no tolerará que se burle su voluntad. Algunos individuos de la clase de
diputados se apersonaron a la sala exponiendo que el pueblo se hallaba disgustado y en
conmoción; que de ninguna manera se conformaba con la elección de Cisneros como presidente
vocal de la junta y mucho menos que estuviese a su cargo el mando de las armas, Que el Cabildo
en la erección de la junta se había excedido de las facultades que a pluralidad de votos se le
confirieron en el Congreso general, y que para evitar desastres, era necesario variar la resolución
comunicada al público por bando. Realizada la reunión con los comandantes de las fuerzas en
cabildo, estos expusieron que dado el malestar general del pueblo, no se prestaban a apoyar ni al
Cabildo ni a la junta. El Cabildo decidió ante tan apuradas circunstancias solicitar la renuncia a
Cisneros, a lo que éste accedió. Un nuevo gobierno nombrado por el cabildo fue otra junta
formada por 9 miembros. A continuación dieron los nombres de los que integrarían la nueva Junta,
el primer gobierno patrio de los Argentinos presidida por Cornelio Saavedra. Con 409 firmas de
los hombres más representativos de aquella hora, es presentado el histórico documento, donde el
pueblo, haciendo uso de sus facultades soberanas, elige la Primera Junta de Gobierno, y queda así
instalada la Junta Gubernativa.

PRIMER GOBIERNO PATRIO ( LA PRIMERA JUNTA)

Siete criollos y dos españoles formaron parte del primer gobierno de nuestra historia. Les tocó un
tiempo difícil, pero cumplieron con creces el desafío de la hora.
El 25 juraron obediencia al rey Fernando VII (cautivo de Napoleón) estos nueve hombres:
Es el primer gobierno patrio de nuestra historia:
1-Cornelio Saavedra, Presidente Militar
2-Jun José Paso, Secretario, Abogado
3-Mariano Moreno, Secretario, Doctor en derecho y Teología
4-Domingo Matheu, Vocal, Comerciante
5-Juan Larrea, Vocal, Comerciante
6-Juan José Castelli, Vocal, Orador
7-Manuel Belgrano, Vocal, Abogado
8-Miguel de Azcuenaga, Vocal, Militar
9-Manuel Alberti, Vocal, Sacerdote
Gobernaron desde el Fuerte, donde hoy está la Casa Rosada y tomaron importantes decisiones. La
primera fue comunicar al resto del virreinato su llegada al poder a través de una Circular (27 de
mayo). Otras medidas políticas importantes fueron el reemplazo de los miembros del Cabildo y de
la Audiencia, que seguían intrigando en su contra. Y la concesión de igualdad de derechos a los
indios. También se ocuparon de la economía: se castigó el contrabando y se promovió el comercio
exterior con la redacción de un nuevo reglamento.
Se fundó un periódico (la Gaceta de Buenos Aires), se creó una Biblioteca Pública y se alentaron
los estudios primarios.
Moreno y Saavedra
El secretario y el presidente de la Junta encabezaron dos grupos antagónicos. Moreno era
partidario de tomar medidas enérgicas contra los conspiradores y no estaba de acuerdo con la
incorporación de los diputados del Interior. Saavedra, más formal, no quería perder poder. La
disidencia los enfrentó hasta que Moreno dejó la Junta a fines de 1810. La Junta, nombrada el 25
de mayo de 1810 fue el primer gobierno patrio. Marcó la iniciación del proceso de emancipación,
que culminó con la Declaración de la independencia, el 9 de julio de 1816. Los gobiernos que le
sucedieron en ese lapso ejercían el poder en nombre de Fernando VII, pero, en realidad, las
medidas que tomaron implicaban una progresiva separación del gobierno español.
Obras de la Primera Junta
Cultural y social Fundó el periódico " La Gazeta de Buenos Aires".
Creó la Biblioteca Pública.
Fomento la Educación primaria.
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Concedió derechos políticos y mejoró la situación social de los indios.
Decretó la obligatoriedad de la vacuna antivariólica.
Militar Reorganizó el ejército.
Creó la primera escuadrilla naval.
Abrió la escuela Militar de Matemática, destinada a la instrucción de los oficiales.
Económica Fomentó la exportación de productos del país.
Habilitó nuevos puertos para el comercio con el exterior.
Promovió la venta de tierras para poblar las zonas fronterizas.

2) LOS PRINCIPIOS POLÍTICOS DE LA GESTA REVOLUCIONARIA. LA COMUNA; LA


SOBERANÍA; LA REPRESENTACIÓN; LA REPÚBLICA; SUS CARACTERES: ELECCIÓN
POPULAR, DIVISIÓN DE PODERES, PERIODICIDAD DE LAS FUNCIONES, PUBLICIDAD
DE LOS ACTOS DE GOBIERNO; Y RÉGIMEN FEDERAL.

LOS PRINCIPIOS POLITICOS DE LA GESTA REVOLUCIONARIA:

Principios republicanos: representativo, responsabilidad, publicidad, periodicidad, división de


poderes.
Principio federal: (Asamblea del año XIII)

Reglamento constitucional del 24 de mayo: Es verdad que el Reglamento del 24 de mayo dado
por el Cabildo, lleva como principal objetivo "el regular la existencia de la nueva Junta", limitando
sus poderes y estableciendo la órbita de su competencia, pero, es indudable también que, al
margen de esa intención, se consagran algunos principios republicanos.

Primeramente, surge el principio de representativo, donde se invitaba a los pueblos del interior
para que "los respectivos Cabildos convoquen por medio de esquelas, la parte principal y más
sana".

-Los principios republicanos de responsabilidad, publicidad, periodicidad y fundamentalmente


de división de los poderes de gobierno, se consagran también en estas reglamentaciones.

-Surge aunque no expresamente la periodicidad de los funcionarios, al establecerse su carácter


provisional y el derecho del Cabildo de reemplazarlos; la división de los poderes determina que
los miembros de la Junta "quedaban excluidos de ejercer el poder judiciario", el cual se refundía en
la Real Audiencia, a quien se le pasaban todas las causas contenciosas que no fueran de gobierno.

Periodicidad de las funciones: Este principio se admitía implícitamente, porque el gobierno


elegido al 25 de Mayo era provisional y sus componentes debían durar en sus funciones hasta que
el Congreso formado con los diputados del interior, estableciera la forma de gobierno que
considerara más conveniente.- La Junta aparece especificada en la cláusula 5ª del Reglamento del
día 25 que expresa que "aunque se halla explícitamente satisfecho de la honrosa conducta y buen
procedimiento de los SS mencionados ( los integrantes de la Primera Junta), sin embargo, para
satisfacción del Pueblo, se reserva también (el Cabildo)estar muy a la mira de sus operaciones, y
caso no esperado que faltasen a sus deberes, proceder a la deposición con causa bastante y
justificada, reasumiendo el Excelentísimo Cabildo para este solo caso la autoridad que le ha
conferido el Pueblo". Es decir que se otorgaba al cabildo, que era órgano de carácter Popular,
facultades de contralor.
-Principio de división de poderes: quedó instituido en el Reglamento del día 24 y en el del 25
cuándo se estableció la incompatibilidad de las funciones judiciales que quedaban reservadas a la
Audiencia. Al Cabildo se le conferían las facultades legislativas y las tributarias por la disposición
que decía que "no pueden imponer" (los miembros de la Junta) contribuciones ni gravámenes al
Pueblo o sus vecinos sin previa consulta y conformidad de este Excelentísimo Cabildo. (La
competencia judicial recae en la Real Audiencia).
-Publicidad de los Actos de Gobierno: Estaba previsto en la cláusula 8º del acta del día 25: que
esta misma Junta ha de publicar todos los días primeros del mes un estado en que se dé razón de la
administración de la Real Hacienda Así mismo, el Gobierno Patrio dispuso la publicidad de un

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periódico semanal, la "Gazeta de Buenos Aires" con la finalidad de difundir los principios
revolucionarios y la actuación de la Junta.

El principio de la soberanía ya había sido sostenido en el Cabildo abierto del 22 de mayo, en las
teorías de la retroversión de la soberanía al pueblo que se proclamaron, en los votos emitidos. El
nombramiento eminentemente popular de los miembros de la Junta, el 25, consagró
definitivamente el precepto.

Sólo nos resta analizar el "principio federativo". Al respecto, han surgido discrepancias sobre la
existencia o no, del ideal federal en esas primeras horas de la Revolución argentina. Es evidente
que los principios del federalismo eran casi desconocidos, no sólo por el pueblo, sino por el mismo
grupo intelectual, que con raras excepciones estaba alejado de la escasa literatura sobre la materia.
Será a partir de 1810 cuando la influencia del constitucionalismo norteamericano comience a
hacerse sentir. Será recién en la Asamblea del año XIII cuando veremos aparecer los principios de
federación y confederación, y será desde ahí, que comience la estructuración doctrinaria de nuestro
federalismo.

Mariano Moreno fue quizás el único que conoció en la hora de la revolución todo el ordenamiento
federal. “consistía esencialmente -afirma- en la reunión de muchos pueblos o provincias
independientes unas con otras; pero sujetas al mismo tiempo a una dieta o consejo general de todas
ellas, que decide soberanamente sobre las materias del Estado , que tocan al cuerpo de la Nación,
pero sostenía que difícilmente podrá aplicarse en América, por los pueblos distantes, y culmina
diciendo Yo desearía que las provincias, reduciéndose a los límites que hasta ahora han tenido,
formasen separadamente la constitución conveniente a la felicidad de cada una, pero que dada las
circunstancias no era aplicable porque hasta podría ser perjudicial. De las palabras de Moreno
publicadas en la Gaceta, surge claramente el pensamiento del prócer sobre el sistema federal de
gobierno. Lo conoce pero no cree en su aplicación en esta parte de América. Pero que se
desconozcan a la hora preliminar la estructura del gobierno federativo, no significa por ello que en
las jornadas de mayo no estén perfectamente delineadas las bases del federalismo argentino. Al
hablar de los cabildos, ya notamos la importancia de estos gobiernos propios, de estos organismos
comunales como base del federalismo independiente. Al producirse la revolución queda asentada
definitivamente la estructura federal. Al momento de la revolución cada pueblo es titular legítimo
de la porción de soberanía que le corresponde en igualdad de derechos.

La ciudad fue el elemento fundamental del organismo político en América y significaba la


existencia de centros poblados con gobiernos propios. La Revolución de Mayo se ausentó en las
ciudades-cabildos para pedirles su adhesión. Tanto los Criollos como los realistas fueron
sostenedores del régimen federal aunque con distinta finalidad. Los realistas al oponerse a la
cesación en el mando del virrey, argumentaron la necesidad de consultar con el interior; los
criollos al reconocer la obligación de esa consulta, sin perjuicio del derecho de Buenos Aires, por
razones de urgencia, de nombrar provisoriamente a las autoridades.

Además, el reglamento del 24 y el acta del día 25 confirman este pensamiento al establecer que la
Junta de Gobierno debía despachar circulares convocando a los pueblos del interior para que
eligiesen sus representantes, los que se reunirían en la Capital a fin de determinar la forma de
gobierno que se considerara más conveniente.

La comuna:
Fernando Saravia Toledo.-En virtud de los numerosos requerimientos realizados por los alumnos
de la materia respecto al punto 2 de la unidad VI del programa, en lo que se refiere “a la
COMUNA”
“...a) Carácter comunal. La colonización española se asentó en las poblaciones que se iban
fundando y desde ella se expandió. En cada centro de población creado, se instalaba de inmediato
el cabildo, que fue el órgano del régimen colonial más importante en la protección y defensa de los
intereses locales y en la representación de las opiniones de los vecinos.
Por eso, no puede sorprender el trascendente papel que jugaron en la historia los cabildos abiertos,
francamente rebeldes, que se celebraron en Buenos Aires durante los últimos años de la
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dominación española (1806-1809) y los que iniciaron y concretaron la Revolución de Mayo.
Sin pretender agotar la cita, la participación del cabildo en la Revolución de Mayo se concreta en:
1) El cabildo de 22 de Mayo, donde se resuelve que el virrey debe cesar en el mando y recaer en
éste, provisionalmente, en aquel organismo.
2) El 23 de Mayo el cabildo realizó el escrutinio de votos del día anterior y el 24 designó una junta
presidida por el virrey declarado cesante, y compuesta por Castelli, Saavedra, Inchaurregui y Sola.
3) El reglamento del 24 de Mayo prevé invitar a los cabildos del interior, a fin de que procedan a
hacer elegir representantes del vecindario para que se reúnan en Buenos Aires. El reglamento de la
Junta del 25 de Mayo contiene cláusula análoga.
4) En virtud de la agitación popular y militar y de la petición que llega hasta la sala capitular, el 25
de Mayo de 1810 se forma en el cabildo de Buenos Aires la Primera Junta de Gobierno Patrio
integrada por Saavedra como presidente, Moreno y Paso como secretarios, Belgrano, Azcuénaga,
Castelli, Alberti, Matheu y Larrea como vocales.
5) La circular del 27 de Mayo. Como veremos en este mismo capítulo por ella se recomendaba la
observancia del art. 10 del reglamento del 25 de Mayo, según el cual los cabildos de los pueblos
del interior debían convocar "la parte principal, y más sana del vecindario", para que eligiera sus
representantes...".
Lo trascripto contiene la descripción y el análisis suficiente para conocer, comprender y exponer el
tema del Carácter Comunal de la Gesta Revolucionaria.- Fernando Saravia Toledo.-

3) CONSOLIDACIÓN DE LA REVOLUCIÓN. CIRCULAR DEL 27 DE MAYO DE 1810.


REGLAMENTO DE LA JUNTA. DECRETO DE SUPRESIÓN DE HONORES. MARIANO
MORENO: SU PENSAMIENTO POLÍTICO Y ECONÓMICO.

CONSOLIDACION DE LA REVOLUCION.

La revolución se respiraba en todos los órdenes de la actividad pública, la colonia tocaba a su fin,
en todos los niveles se actuaba para lograr el objetivo de los patriotas, a veces planificadamente y
la mayor de las veces desordenadamente.

En ocasiones se ha querido mostrar los sucesos de Mayo como un simple golpe de estado, en
donde la participación popular estaba ausente, los documentos y testimonios de participantes en
los hechos, demostraron que buena parte de la sociedad participó en la gesta.

Hubo hombres como French y Berutti que actuaron en los barrios, otros como Francisco Planes
que subieron a una mesa de una fonda para arengar a los concurrentes con encendidos discursos,
fueron estos casos la cabal demostración que estamos ante un suceso histórico que contó con la
adhesión de la población de la ciudad.

El 20 al mediodía los alcaldes del Cabildo se entrevistaron con Cisneros al que transmitieron las
exigencias del comando revolucionario, el virrey en aras de ganar tiempo y de doblegar la
voluntad de sus enemigos, decidió consultar a los jefes militares antes de adoptar cualquier
decisión, creía que podrían convencerlos para que actuaran de igual forma que un año y medio
antes, cuando salvaron a Liniers de ser derrocado por una rebelión. Pero ahora la situación era
diferente, los patriotas habían aprendido de la experiencia anterior.

En la reunión con Cisneros, Saavedra le manifestó lo siguiente:”No queremos seguir la suerte de


España, ni ser dominados por los franceses, hemos resuelto reasumir nuestro derecho y
conservarnos por nosotros mismos. El que a V.E. dio autoridad para mandarnos, ya no existe por
consiguiente V.E. tampoco la tiene, así, que no cuente con las fuerzas a mi mando para sostenerse
en ellas”.

Al virrey no le quedaba otra posibilidad que acceder a la petición de convocar al Cabildo Abierto.
Martín Rodríguez, Rodríguez Peña y Belgrano habían propuesto que si para el 21 no se convocaba
al plenario, se debía reunir a la tropa y al pueblo en la plaza para solicitar la renuncia de Cisneros.
Así ocurrió y esta presión obligó al Cabildo a enviar al virrey una formal nota, solicitando la
inmediata convocatoria.

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El primer paso estaba dado, desorganizadamente, pero con una firme voluntad, los patriotas
arrancaron al Cabildo y al virrey, el permiso para reunirse en un congreso que decidiría sobre el
futuro del gobierno. Pero aún no estaba dicha la última palabra, los reaccionarios por un lado, y
los dubitativos por otro, permitieron que la colonia durara unos días más, sin embargo, su
certificado de defunción podía ser extendido.

CIRCULAR DEL 27 DE MAYO. LA CONVOCATORIA DE DIPUTADOS A LA JUNTA.


Revolución debía trascender a una esfera nacional. El Art. 10 del Reglamento del 25 de mayo
disponía que la Junta despachara "ordenes circulares" a los jefes del interior para que eligieran sus
representantes y éstos hayan de reunirse a la mayor brevedad en esta Capital, para establecer la
forma de gobierno que se considere más conveniente.-"

Dos días después, en la circular del 27 de mayo se especificaba, en cambio que los diputados han
de irse incorporando en esta Junta conforme y por el orden de su llegada a la capital... "Es decir
que expresamente la Primera Junta disponía que los representantes del interior se incorporasen
directamente a ella, con facultades ejecutivas.

Por un inequívoco acto de soberanía popular, se instala en Buenos Aires la "Junta Provisional
Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, a nombre del señor don Fernando VII". Aunque
del mandato del pueblo no surgía la consulta ni la convocatoria de las provincias, era evidente que
para consolidar posiciones, debía hacerse trascender a la revolución. Con suma habilidad el
cabildo repite la norma en el reglamento que se impuso a la Junta Patriota el día 25.

En virtud de ello, y en mérito a la labor revolucionaria del interior, que no escapaba a la Junta, sus
miembros deciden por circular del día 27 de mayo, comunicar a los pueblos del interior y ordenar
se nombren y vengan a la capital los diputados, estableciendo que ellos han de irse incorporando a
la Junta “conforme y por el orden de su llegada a la capital, para que así, se hagan de la parte de
confianza pública que conviene al mejor servicio del rey y gobierno de los pueblos". Pero el
panorama que se les presentó a los hombres de la revolución era sumamente difícil, si se invitaba a
los diputados del interior a formar solamente un congreso, este “al instalarse a decidir sobre la
forma de gobierno que se estimase más conveniente”, podía muy bien, como era lógico, declararse
“Soberano” y determinar, entre otras cosas; la disolución de esa junta Provisional, nacida el 25 de
Mayo con carácter precario. De ahí que con extrema habilidad se decide incorporar a los
representantes de las provincias.

La Junta Provisional Gubernativa al convocar a los pueblos del interior para que se incorporaran a
ella, daba un habilidoso golpe de estado. Incorporándose a la Junta, las provincias reconocían a ese
nuevo gobierno surgido de un movimiento local, es decir, con carácter municipal para pasar a ser
nacional. Y la Junta, al recibir la adhesión de gran parte del Virreinato, consolidaba su poder,
abandonando su carácter provisional “municipal” para pasa a ser permanente y adquirir rango
Nacional.

Pero, detrás de todo esto se ocultaba la política morenista. La circular del 27 invitaba para la
incorporación al nuevo gobierno; pero también desarrollaba una diplomática política para tratar de
que en los hechos, esta incorporación no se llevase a cabo. Moreno y los suyos comprendieron
todo el peligro que encerraba una invitación formulada a hombres del interior, donde los principios
revolucionarios podían no haber llegado, y donde por lógica predominaban los godos o partidarios,
leales a la corona. De ahí que no se los incorpora y se les entretiene. Una circunstancia fortuita
más tarde para que se hiciera necesaria la presencia del interior en la junta a fin de contrarrestar la
influencia de Moreno.

El llamamiento a las provincias, fuera a incorporarse a la Junta o a la formación de un Congreso,


fue una determinación saludable y justa que respondía al principio sostenido por los hombres de
Mayo, de que la soberanía había retrovertido a todos y a cada uno de los pueblos del Virreinato.
Tanto Cisneros y el cabildo remiten sendas circulares a los pueblos del interior para que se envíen
sus diputados, es decir que por iguales caminos se desea lo contrario:

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La Junta: la unidad del virreinato, la trascendencia a un plano nacional de la revolución. Por su
parte
Los realistas: en connivencia con la Audiencia creyendo conocer el espíritu del interior, desean el
envío de representantes, que adictos a la corona, echen por tierra al gobierno, o al menos detengan
la marcha del movimiento.

Los acontecimientos inmediatos, es decir, el choque entre Cisneros y los miembros de la Junta, el
conocimiento de focos revolucionarios en el interior y las primeras desavenencias con la
Audiencia, hicieron que la Junta modificara un tanto sus planes de la primera hora, y rectificara la
circular del 27 de mayo. A tal efecto, el 16 de julio de ese año se comunica a las villas, que no
eran cabeza de partido que no enviaran sus diputados. Por tal motivo se modifican las normas para
la invitación a los cabildos abiertos, ya que la parte más sana y principal del vecindario se daba
una poderosa arma al elemento realista, descartándose de esta manera el elemento popular, criollo,
adicto a la causa emancipadora. Ante la consulta por el cabildo de santa fe por las normas que
debía adoptarse para realizar las invitaciones, Mariano Moreno contesta “que debe citarse a todos
los vecinos existentes en la ciudad, sin distinción”, era la táctica política que atraía al estamento
inferior hacia el cauce revolucionario.

Hasta aquí, entendemos la política de la Junta. Pero los acontecimientos posteriores y el temor de
que los hombres de provincia no le respondieran conforme a sus designios, hicieron que el
patriótico espíritu que había animado a la circular del 27 se desvirtuara fundamentalmente. Se
pretendía convertir a los diputados en simples informantes de las necesidades de sus provincias,
sin incorporarlos al gobierno ni reunirlos en Congreso.

Producida la reunión el 18 de diciembre, se trató de impugnar su ingreso, invocando que la política


que había inspirado la redacción de la circular del día 27 de mayo había cambiado, que la cláusula
donde se mandaba a incorporarse, había sido un rasgo de inexperiencia, y que era impracticable.

Lo cierto es que los diputados del interior deambulaban por Buenos Aires sin poder participar del
gobierno. Una enconada disputa en la Junta, el planteamiento de dos políticas opuestas y un hecho
circunstancial, llevaron a estos representantes al seno de la entidad gubernativa. En efecto: la
política de Mariano Moreno había dividido a los hombres de la Junta y al grupo dirigente de la
Revolución. Sus medidas drásticas, y a veces sangrientas, chocaron con el espíritu conservador de
muchos de aquellos hombres que preferían adoptar temperamentos de mayor equilibrio.

En sus fogosos treinta y dos años, arrastraba toda su pasión. Fue quizá de los pocos que tuvo la
clara visión de la pronta independencia y el exacto sentido de la Revolución; pero sus
determinaciones intransigentes y punitivas se enfrentaron con el espíritu contemporizador del
grupo presidido por Saavedra. Un hecho intrascendente: el banquete festejando la victoria de la
batalla de Suipacha y el brindis de Duarte, da origen al decreto sobre Supresión de Honores del 6
de diciembre de 1810. Dicho documento, redactado por Moreno, es una pieza saturada de
principios libertarios y republicanos, que remata en un reglamento de 16 artículos, donde se
establece la igualdad entre los miembros de la Junta, y se prohíben honores a las esposas de los
funcionarios públicos, se destierra a duarte y se modifican ciertas formalidades del protocolo. Esto
decreto ahondó aún más la rivalidad entre Saavedra y Moreno.

Resultado de todas estas desavenencias, fue la incorporación de los diputados del interior. A los
fines de neutralizar la obra de Moreno y de disminuir su influencia en el seno de la Junta, así como
también de aplazar la reunión del Congreso, se resolvió luego de una larga discusión en la que
Saavedra votó favorablemente aunque señaló que la incorporación no era según derecho, por su
parte Moreno consideró contraria a derecho la incorporación y al bien general del estado, pero que
decidida la pluralidad de tal medidas se conformaba a ella. Moreno da un discurso breve
renunciando a su empleo sin arrepentirse del acto del 6 de diciembre, que le ha producido el
descrédito.

La reunión se llevó a cabo el 18 de diciembre. El deán Gregorio Funes fue el que habló en nombre
de sus colegas. Estableció primeramente que: “los diputados se hallaban precisados de

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incorporarse a la Junta provisional y tomar una activa participación en el mando de las provincias,
hasta la celebración del Congreso que estaba convocado”.

Integrada la Junta con sus nuevos miembros, comenzará la nueva obra de la Revolución. Porteños
y provincianos emprenderían la labor revolucionaria del gobierno, posturas espirituales opuestas,
ambiciones personales comenzarían a provocar el divorcio entre Buenos Aires y el interior, entre
el centralismo y las autonomías locales.

DECRETO DE SUPRECION DE HONORES

El día 6 de diciembre de 1810 la Junta Patria aprobó el decreto de supresión de honores, proyecto
de Moreno, el decreto es una norma de vocación republicana que procura mantener la igualdad
entre Presidente y demás miembros de la junta.
Las internas de la Primera Junta
El conflicto entre el presidente de la Primera Junta, Cornelio Saavedra, y uno de los secretarios,
Mariano Moreno, anticipó las luchas históricas entre unitarios y federales. Fue un tenso
contrapunto de ideas y de personalidades.

La historia de la Primera Junta y de sus conflictos internos entre los moderados saavedristas y los
más radicalizados morenistas prenuncia las luchas civiles entre unitarios y federales. Así leen hoy
la cuestión muchos historiadores, en una visión que va más allá de los enfrentamientos personales.

Una vez constituida la Junta surgieron dos facciones lideradas por Mariano Moreno y Cornelio
Saavedra respectivamente. El antagonismo residía en la forma de resolver los problemas de
gobierno. Los saavedristas no compartían las nuevas teorías liberales y contaban con la adhesión
de las tropas y la gente del interior. Los morenistas eran partidarios de las ideas de la ilustración,
querían establecer un gobierno democrático y republicano. No contaban con el apoyo de las
provincias y demostraron un acentuado porteñismo. Su política revolucionario se plasmó en el
proyecto que Mariano Moreno presentó a consideración de la Junta y que trascendió como Plan
Revolucionario de Operaciones.

Un episodio aumentó la desconfianza entre ambos bandos: durante un banquete en el cuartel de los
Patricios donde se festejaba la victoria de Suipacha, un oficial elogió en forma exagerada a
Saavedra e incluso lo llamó emperador. La noche en que se festeja la victoria de Suipacha por los
patriotas, le niegan la entrada a Moreno. En aquella fiesta un oficial entrega una corona de azúcar
a la mujer de Saavedra y ella se la da a su esposo: los morenistas creen que Saavedra quiere
proclamarse rey.

Enterado, Moreno redactó el Decreto de Supresión de Honores que disponía la igualdad de todos
los miembros de la junta y le quita a Saavedra el mando de las acciones militares y se lo devuelve
a la Primera Junta. Moreno escribió su célebre frase: "Ningún ciudadano, ni ebrio, ni dormido,
debe tener impresiones contra la libertad de su país".

Ese decreto suprimía todo tipo de privilegios a favor de las autoridades revolucionarias. El art. 1
establecía la absoluta igualdad en el trato entre el Presidente y los demás miembros de la Primera
Junta; la única diferencia sería el orden en que ocupaban sus asientos. El art. 4 suprimía toda
escolta, comitiva o aparato que los distinguiera de los demás ciudadanos. El 5 prohibía todo
brindis o aclamación a individuos particulares. El 12 prohibía que los guardias o centinelas
impidieran el libre acceso a las reparticiones públicas a cualquier ciudadano. El art. 13 establecía
que las esposas de los funcionarios no gozaban de honores ni prerrogativas especiales. El Art. 14
establecía que los miembros de la Junta que concurrieran a los espectáculos públicos debían
comprar la entrada como cualquier ciudadano. El 15 establecía que los miembros de la Junta que
concurrieran a ceremonias en la Iglesia, no tendrían ningún lugar ni ubicación especial.

En los fundamentos del decreto de la Supresión de Honores, decía Moreno "¿Si me considero
igual a mis ciudadanos, por qué me he de presentar de un modo que les enseñe que son menos que
yo? Mi superioridad sólo existe en el acto de ejercer la Magistratura que se me ha confiado"; -y

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agregaba- en las demás funciones de la sociedad soy un ciudadano sin derecho a otras
consideraciones que las que merezca por mis virtudes. En otra parte señalaba que "el pueblo no
debe contentarse con que seamos justos, sino que debe tratar que lo seamos forzosamente".

El decreto de Supresión de Honores fundaba el principio de igualdad republicana como base de la


convivencia en la naciente nación. Moreno nos decía que se acababan los privilegios. Que
autoridades y ciudadanos eran iguales. Que el orden monárquico de jerarquías, privilegios y castas,
tocaba a su fin. Sobre estos principios, luminosamente enunciados, se comenzó a construir la
República Argentina. A 193 años del decreto de Supresión de Honores, el Banex discrimina a los
ciudadanos concediendo privilegios contrarios a nuestras instituciones. Resulta incomprensible.

Los jefes militares amigos de Saavedra se inquietan, pero es la aceptación de los diputados del
interior en la Junta Grande lo que derriba a Moreno, ese mismo diciembre. Moreno y los vocales
de la Junta creen que los diputados del interior —aliados de Saavedra— deben integrar un
Congreso Constituyente, pero no gobernar. "Considero la incorporación de los diputados contraria
al derecho y al bien general del Estado". El enfrentamiento se agudizó con la llegada a Buenos
Aires de los diputados electos por los Cabildos del Interior. Los saavedristas querían incorporar los
diputados a la Junta en carácter de vocales. Esta opinión era compartida por el Deán Gregorio
Funes representante de Córdoba. Los morenistas, en cambio, eran partidarios de que los diputados
formaran un cuerpo separado encargado de dictar una Constitución.

La disputa culminó con el alejamiento de Moreno al frente de una misión diplomática en Inglaterra
y muere en marzo de 1811

MARIANO MORENO SU PENSAMIENTO POLITICO Y ECONOMICO.

Moreno es otro que tiene a su cargo la representación popular, para algunos historiadores es
considerado el motor de la Revolución de Mayo, sus ideas están asociadas al pensamiento de Jean
Jacques Rousseau (1712-1778). Todas abordadas en la Gazeta de Buenos Aires, en su propósito de
utilizar la prensa como medio a la vez de propaganda revolucionaria y de difusión doctrinaria con
vistas a la organización política de los pueblos rioplatenses. La soberanía la define como
indivisible e inalienable, remitida a la "Voluntad general de un pueblo". La Soberanía y la
Representación no las refieren nunca a la Nación, sino siempre a los pueblos. Moreno adopta un
postura distinta a la Rousseau, en relación al contractualismo, expone la existencia de dos pacto, el
de sujeción (rechazado explícitamente por Rousseau) y el de sociedad como anterior a él y
condicionante del mismo.

El problema central en el pensamiento de Moreno es el de las modalidades que debería asumir la


organización constitucional de un nuevo Estado. Concibe que la autoridad del Monarca retrovertió
a los pueblos por el cautiverio del Rey, pueden pues aquellos modificarla o sujetarla a la forma que
más le agrade.

Moreno se propone discutir que conviene más en ese momento para la organización política de los
pueblos americanos, si un congreso de todos ellos o solo de los más relacionados entre sí. Expresa
un critica del gobierno federaticio, dado que los define como la reunión de muchos pueblos o
provincias independientes unas de otras; pero sujetas al mismo tiempo a un dieta o consejo general
de todas ellas, que decide soberanamente sobre la materias de estado, que tocan al cuerpo de
nación. Comenta además es quizá el mejor sistema, pero que es difícil de aplicar en la América,
por las dificultades que las distancias supone para reunir esa gran dieta y comunicar y aplicar sus
decisiones. Al respecto dice "sería...una quimera pretender que toda la América española formen
un solo estado", pues sería imposible entenderse y conciliar intereses con las Filipinas o México.
La realidad que tiene frente a si Moreno es la de la existencia de múltiples entidades soberanas.

Su sistema económico reposaba esencialmente en la actividad de los comerciantes monopolistas


españoles, en los criollos e ingleses ligados al contrabando y en los ganaderos que deseaban
vender a Europa sus excedentes, para este entonces el puerto de Buenos Aires se había convertido

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en la cabeza del movimiento comercial del Virreinato. Moreno proyectaba compensar la debilidad
de las fuerzas económicas nacionales con el fortalecimiento del Estado.

La caída de Moreno por obra de la tendencia Saavedrista, cuya ideología liberal conservadora se
adaptara perfectamente a las necesidades de la burguesía comercial porteña cierra el capítulo
auténticamente revolucionario de Mayo.

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UNIDAD VII - B) EPOCA PATRIA (Continuación)

1) Proceso de emancipación Iberoamericana: Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Chile, Perú,


México, Brasil, Uruguay y Paraguay.

2) La Iglesia y la Revolución de Mayo. El Patronato Nacional: orígenes y evolución hasta 1994.

3) Propuestas políticas y jurídicas hasta 1815. Las Juntas Provinciales. Reglamento del 22 de
octubre de 1811. Conflicto entre la Junta Conservadora y el Triunvirato. Estatuto Provisional de
1811. Reglamento y Decreto sobre la Libertad de Imprenta. Decreto sobre la Seguridad Individual.
Revolución de 1812. Asamblea de 1813: motivos de su convocatoria y su labor en lo político y
jurídico.

4) El Régimen Directorial. El Estatuto Provisional de 1815. Su contenido.


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1) PROCESO DE EMANCIPACIÓN IBEROAMERICANA: VENEZUELA, COLOMBIA,
ECUADOR, BOLIVIA, CHILE, PERÚ, MÉXICO, BRASIL, URUGUAY Y
PARAGUAY.

El carácter continental de la lucha por la Emancipación.

Emancipación de América Latina, proceso político y militar que, desde 1808 hasta 1826, afectó a


la casi totalidad de los territorios americanos gobernados por España, cuyo resultado fue la
separación respecto de ésta de la inmensa mayoría de las divisiones administrativas de carácter
colonial que habían estado bajo el dominio de los monarcas españoles desde finales del siglo XV y
el acceso a la independencia de gran parte de los estados de Latinoamérica.

391- La revolución de Mayo no puede ser comprendida cabalmente si se estudia solamente


referida a lo ocurrido en Buenos Aires en los días 22 a 25 de mayo de 1810. Debe también
entendérsela como una parte del proceso de la Revolución por la emancipación sudamericana, que
se prolongó hasta la definitiva derrota de las armas realistas en el suelo americano (1824). Esta
revolución constituyó la fase final de la desintegración del imperio hispánico en América y fue la
base formativa de numerosos estados. No debemos cercenar nuestra visión y encerrar la revolución
de Mayo en los límites del Virreinato, sin advertir su proyección continental en la conexión con
movimientos análogos ocurridos en las otras divisiones administrativas del imperio, especialmente
Caracas, Bogotá, México y Santiago de Chile. Estos movimientos al igual que el de Bs. As.
Desconocieron al Consejo de Regencia, reasumiendo la soberanía, destituyendo a las autoridades
existentes y constituyeron juntas, destinadas a preservar los derechos de Fernando VII, a quien
juraron fidelidad. Estas juntas asumieron provisionalmente el poder supremo en sus respectivas
jurisdicciones. La actitud adoptada despertó resistencias en las autoridades españolas en razón de
apartarse de la Tónica imperante en la península y desencadenó poco después la represión militar.

No prosperó en América la tesis predominante en España de que todas las provincias y reinos de la
Monarquía constituían una comunidad, y en cambio, se impuso en la práctica la división en tantas
unidades como grandes divisiones administrativas había en el vasto continente. Ello, sin perjuicio
de que las vicisitudes de la época las vincularan estrechamente y de que se proyectase luego algún
tipo de unión entre ellas. La guerra por la emancipación se planteó en proyección continental, de la
misma manera que se esbozaba la represión militar realista. No era posible ni para unos ni para
otros conformarse con un triunfo parcial, ni detener la marcha de los ejércitos en alguno de los
límites administrativos del convulsionado imperio. Cada región rebelde sabía positivamente que la
suerte de su vecino era la suya propia.

En el Río de la Plata, esta visión continental de la Revolución fue desarrollada por la Logia
Lautaro y tuvo su más eficiente realizador en José De San Martín, cuya llegada al país dio nuevo
impulso a la idea separatista, especialmente proyectada en el objetivo militar.

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Los planes operativos militares mostraban dos puntos clave en el poder de los realistas:
Montevideo y el Perú. Este último era el más importante foco, donde no había estallado
movimiento alguno, y sólo se inclinaría a la causa patriota con la entrada de las fuerzas Argentinas
y chilenas. De esta manera, el frente Bélico en el norte del territorio virreinal se constituyó en
constante preocupación para ambos bandos, y la ruta del desaguadero fue escenario de triunfos y
derrotas para los ejércitos. Mientras unos pretendían avanzar por ella hacia el sur para unir el foco
peruano con Montevideo, los patriotas, a su vez, intentaban marchar victoriosos hacia Lima. Por
fin convencidos los americanos de las dificultades insalvables que ofrecía esta peligrosa ruta,
cambiaron de estrategia en la zona fortificaron Tucumán y se limitaron a mantener las fronteras,
impidiendo y desalentando el avance rival con la implacable guerra de guerrillas, tarea cumplida
eficazmente por los gauchos de Martín Guemes.

Desechada la ruta del desaguadero, fue preciso elegir otra más adecuada para llegar al Perú,
optando por un plan combinado por mar y tierra vía Chile. El proyecto sufrió un duro contraste en
1814, cuando la causa americana sucumbió en Rancagua (chile) y obligó a los jefes del
movimiento trasandino a refugiarse en Mendoza. El afán de san Martín cuya designación como
gobernador intendente de Cuyo estuvo dirigida a modelar en esa región el ejército capaz de
efectivizar el plan aceptado.

393- Mientras tanto los realistas habían elaborado su estrategia de de represión, también sobre
bases continentales. La victoria en Chile abría la posibilidad de un ataque conjunto sobre el Río de
la Plata por tres diferentes frentes: El cruce de la Cordillera, el avance por la ruta norteña y el
apoyo de un poderoso ejército, al mando del general Pablo Morillo, que se aprestaba a partir de la
península con destino al Río de la Plata. Este inmejorable panorama para los realistas se desdibujó
con la pérdida de Montevideo, que originó el cambio de destino del ejército de Morillo, por
carecer de Zonas adictas que apoyasen su ofensiva, y luego con la preparación del ejército patriota
en Mendoza, con fines defensivos al principio, pero después de varios años de adiestramiento, listo
para emprender la ofensiva.

Si bien las perspectivas favorables inmediatas en el Río de la Plata se perdieron para los realistas,
en cambio, el éxito acompañó a la expedición de Morillo en Caracas, con lo que sucumbieron
todos los levantamientos rebeldes, a excepción del rioplatense, que asumió entonces un papel
decisivo en la lucha emancipadora.

394- En este momento crucial, san Martín, desde Cuyo, donde continuaba preparando su ejército,
incitaba a los congresistas de Tucumán para que declarasen la independencia, la que efectivamente
se hizo en nombre de las Provincias en Sudamérica, lo que ha permitido a algunos autores señalar
la concomitancia entre este acto y el plan Sanmartiniano. Lo cierto es que este fue, tal vez, el
momento culminante en que el espíritu americanista impregnó el movimiento rioplatense.

A principios de 1817 se inició una nueva y definitiva acción militar, encabezada por San Martín,
destinada a aniquilar el dominio realista. Restablecida la causa americana en Chile con el concurso
de las fuerzas aliadas, la empresa culminó en 1821 con la toma del foco realista en el Perú, que
sólo cedió ante la presión Militar ejercida por poderosas fuerzas armadas. De esta manera se
aseguró la independencia del sur del continente. Simultáneamente, Simón Bolívar derrotó a los
realistas en la región del Norte del continente, disipando los temores que aún restaban.

395- Este exitoso operativo militar no se extendió a la organización política. No se pudo mantener
la continuidad de una política continental, la que naufragó ante brotes localistas aparecidos o
reavivados cuando la causa emancipadora se encontraba militarmente triunfante. En el Río de la
Plata, ese plan empezó a ser desgastado apenas el peligro realista inmediato fue despejado con los
triunfos patriotas en chile, a punto de las luchas internas entre centralistas y federalistas, y los
problemas de la frontera Lusitana, obligaron a desatender el operativo militar continental. Es decir
que, superado el momento crítico, que fue el de más estrecha conexión entre el plan militar y el
político, se disiparon las posibilidades reales de una unión americana, al menos con la
participación rioplatense. Las tentativas persistieron, pero, un tiempo más, en otras regiones del
continente.

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La idea de la unión sudamericana tuvo diversas expresiones. Mientras algunos la limitaban a una
alianza militar destinada a la defensa contra en enemigo común, otros se apresuraron a hablar de
una organización política continental, ya mediante la adopción de un mismo monarca, ya con la
constitución de un solo estado, o con el establecimiento de una confederación que las agrupara. Lo
cierto es que la idea de unidad Sudamericana, esbozada y practicada por cada uno a su manera,
buscó infructuosamente su realización desde 1810, en que Juan Martínez de Rosas y Juan Egaña le
dieron impulso en Chile, hasta los últimos esfuerzos de Bolívar al reunir en 1826 el Congreso de
Panamá.

Pese al fracaso de estas tentativas, el movimiento de solidaridad y confraternidad sudamericano


estuvo presente no sólo en la guerra emancipadora, sino también en la organización de cada uno de
los estados, y en la formación de una sociedad política internacional de comunes raíces y
aspiraciones.

Realizado por una compañera


1.- PROCESO DE EMANCIPACION IBEROAMERICANA: VENEZUELA, COLOMBIA,
ECUADOR, BOLIVIA, CHILE, PERU, MEXICO, BRASIL, URUGUAY, Y PARAGUAY.-

La necesidad de ser independientes fue la primera idea q impulso a lograr la libertad junto a la
independencia de los EE. UU. Y la revolución Francesa causas políticas, económicas, culturales y
sociales simples y complejas, superficiales y profundas dieron fundamentos sólidos a la
emancipación, con el siglo XVIII comienza el descontento q se ira agravando poco a poco de un
extremo a otro de Hispanoamérica, hasta desembocar en la revolución por la Independencia.
VENEZUELA 1811, COLOMBIA 1810 Y ECUADOR 1810: El primer intento serio de
separarse de la metrópoli fue obra de Francisco de Miranda, tras el debilitamiento de la corona
Española como consecuencia de la invasión Napoleónica, los latifundistas criollos derrocaron al
capitán general y formaron una Junta Suprema, encargada de promover la autonomía y de
acercarse a Gran Bretaña y EE. UU, los patriotas mas radicales forzaron al congreso a declarar la
Independencia en 1811, la formación de un ejercito realista dejo a esta sin efecto en 1812, pero
nuevos intentos se sucedieron a partir de 1813, dando lugar a una guerra q termino inclinándose a
favor de los republicanos independistas tras la victoria Boyacá (1819) el congreso proclamo la
Republica de Gran Colombia, con la unión de Venezuela a Nueva Granada que englobaba las
actuales Colombia, Ecuador y Paraná.
BOLIVIA: La Independencia tuvo su origen en un movimiento insurreccional de Chuquisaza
1809 q fue seguido por la designación de Murillo como Presidente de una Junta de Gobierno, pero
dicha acción fue sofocada por las autoridades coloniales frente al triunfo de los revolucionarios en
el Río de la Plata y la campaña q emprendieron para imponer la Independencia en el Alto Perú, las
autoridades coloniales, desde Lima, llevaron a cabo una acción cuyo resultado fue la
reincorporación del territorio al Virreinato del Perú, las acciones emprendidas por las autoridades
coloniales y las realizadas por los insurrectos Rioplatenses dieron poco después como resultado la
división territorial, quedando una parte de este territorio bajo la jurisdicción de la Junta de Bs. As.
Con la batalla de Ayacucho 1824, el alto Perú rompió los lazos con la Metrópoli Española
alcanzando así su independencia.
MEXICO: Después de varios intentos de independencia el establecimiento de la constitución
liberal de 1812 perjudico los intereses de la aristocracia criolla, mantenida hasta entonces alejada
del movimiento insurreccional se produjo entonces una alianza entre la oligarquía criolla, los
caudillos supervivientes y parte del ejercito virreinal mandado por Agustín de Iturbide, la nueva
campaña insurreccional se desato en 1821 y consiguió deshacer el poder establecido en pocos
meses, en Agosto del mismo año, el virrey O Donoju, reconocía por el tratado de Córdoba la
Independencia de México.
BRASIL: El rey Juan VI en 1821, dejo la regencia de la colonia a su hijo Pedro, pero el país no
estaba dispuesto a volver al estatuto de colonia después de la importancia adquirida durante el
exilio de la familia real y Pedro, a instancias de los grandes propietarios declaro unilateralmente la
Independencia en 1822, Portugal acepto los hechos consumados y las tropas Portuguesas
acuarteladas en Brasil no opusieron a la coronación de Pedro I como emperador del nuevo Estado.
PERU Y CHILE: La necesidad de controlar el Alto Perú se fundamenta en la importancia
económica y estratégica de la zona, poseía minerales y estaba cerca de Lima, principal centro de
las tropas españolas, en esta región los problemas fueron mas graves, allí estaban las tropas
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españolas preparadas para resistir a la Revolución, la campaña revolucionaria llego a su fin con la
derrota de los criollos revolucionarios en la Batalla de Sipe-Sipe.
Desde 1814 San Martín había señalado la inutilidad de los intentos de quebrar la resistencia
realista en Perú desde las Provincias del Norte, por eso su plan de reforzar la revolución Chilena,
amenazada por los realistas y desde allí unir fuerzas para atacar el poder Español, en Perú San
Martín pudo continuar con sus planes y luego de una heroica travesía de los Andes derroto en
1818, a los realistas asentados en Chile, en 1821 derroto a los realistas en Perú y declaro la
independencia en ese país.
URUGUAY: La llegada a Montevideo de Francisco de Elio con el titulo de virrey del Río de la
Plata, y la presencia de la flota española en la región, crearon en la banda Oriental un foco de
resistencia realista sumamente peligroso para la revolución de Bs. As. Frente a esta situación la
población rural se revelo contra las nuevas autoridades españolas y dio su apoyo al gobierno
revolucionario, el conductor de este movimiento fue José Gervasio de Artigas en 1814.
Montevideo se rindió y la banda Oriental dejo de ser una amenaza realista. Mal
PARAGUAY: En la región del litoral Rioplatense la Junta de Bs. As; no tuvo mayores
dificultades y obtuvo un rápido acatamiento de las autoridades locales pero fue así en la
intendencia del Paraguay, allí el 24 de Julio de 1810 se decidió no aceptar la autoridad del
gobierno revolucionario de Bs. As. Manuel Belgrano fue enviado como general al frente de un
pequeño ejército, pero al poco tiempo fue derrotado por los realistas el fracaso en el plano militar
no dejo una frontera peligrosa para la Revolución, ya que de inmediato el Paraguay se declaro
Independiente, En 1811.

Punto2) La Iglesia y la Revolución de Mayo. El Patronato Nacional: orígenes y evolución hasta


1994.

LA IGLESIA Y LA REVOLUCIÓN DE MAYO.


Con la revolución de mayo entre la iglesia Católica Americana y Santa sede en Roma entra en
conflicto ya que el nexo era España, recién en 1858, ya se había sancionado la constitución
Argentina, (1853). Se restablecen las relaciones entre Argentina y el Vaticano. En 1810 las
ordenes religiosas que existían en el Río de la Plata (Franciscanos, dominicos, etc.) dependían de
España, en cambio el clero secular dependían de los obispos (diócesis dentro del Río de La Plata),
en general fueron opositores a la Primera Junta Patria, por eso quedaron vacantes las tres diócesis
en el Río de la Plata, como no había comunicación con (derecho canónico), Roma ni con España la
solución fue que el cabildo o Eclesiástico asumiera interinamente y nombrara un vicario capitular,
esto duró casi 20 años. La asamblea constituyente de 1813 decretó la independencia eclesiástica
dentro de todo el territorio de las provincias Unidas del Río de la Plata, desconociendo toda
autoridad fuera de este territorio, además suprimió el tribunal de la inquisición. El clero criollo
adhirió a la revolución de mayo, La Santa Sede no tenía (Papa Pío IV) comunicación con
ninguna de las nuevas Juntas Patria que no creían en América, además condenó la falta de
obediencia al rey Fernando VII (aunque estuviera preso), pero el Papa Lean XII en 1826 designa
nuevos obispos para las diócesis Americanas, tratando de llegar a un acercamiento, esta actitud fue
rechazada por la corona Española, por considerar que de alguna manera reconocían a los nuevos
gobiernos. Con la llegada de Gregorio XVI en 1831 preconizó obispos residentes para algunos
países de la Antigua América Española.

Los sucesos que condujeron a la emancipación de la América española, obraron fuertemente


sobre la Iglesia indiana y repercutieron en una sociedad de arraigadas convicciones religiosas. La
causa principal que signó esta época fue la incomunicación de la Iglesia americana con respecto a
la Santa Sede, al haberse interrumpido el obligado nexo que pasaba por España. Al quedar en un
comienzo de hecho y luego de derecho, separada la América española de la Península, los vínculos
religiosos y eclesiásticos que unían el Nuevo Mundo con la Silla Apostólica a través de España,
quedaron rotos durante varias décadas. Sólo en 1858 se establecieron oficialmente las relaciones
entre el gobierno argentino y la Santa Sede. En 1810, las órdenes religiosas existentes en el Río de
la Plata (dominicos, franciscanos, mercedarios, agustinos, bethlemitas y los hermanos hospitalarios
de San Juan de Dios), dependían de sus superiores generales residentes en España. El clero
secular, en cambio, estaba sometido a los obispos que gobernaban las tres diócesis en que se
dividía nuestro actual territorio: la de Buenos Aires, que comprendía Buenos Aires, Santa Fe,
Entre Ríos, Corrientes, Misiones y la Banda Oriental; la de Córdoba, que incluía a Córdoba, La
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134
Rioja, Mendoza, San Juan y San Luis; y la de Salta, que abarcaba Salta, Tucumán, Catamarca,
Santigo del Estero y Tarija. Los tres obispos que presidían esas diócesis simpatizaron desde un
primer momento, con los adversarios de la Junta patria, después de la Revolución, quedaron
vacantes las tres diócesis rioplatenses. Se planteó el problema de reemplazar a esas autoridades.
No era posible apelar al régimen vigente en la materia, dada la incomunicación con España y con
Roma. No siendo posible obtener la designación e institución canónica de nuevos obispos, en
reemplazo de los que por las razones apuntadas, dejaron vacantes las diócesis, el cabildo
eclesiástico asumía interinamente el gobierno de la diócesis, designando de inmediato a un
"vicario capitular" en sede vacante. Durante casi dos décadas se prolongó este régimen de
excepción, suscitándose en Buenos Aires numerosos conflictos entre el vicario, el cabildo y los
distintos gobiernos, con respecto a los nombramientos y atribuciones de aquel funcionario. La
Asamblea General Constituyente, decretó el 4 de junio de 1813 la independencia de las Provincias
Unidas de “toda autoridad eclesiástica que exista fuera del territorio, bien sea de nombramiento o
de presentación real”. El 16 de junio, dispuso que todas las órdenes o comunidades religiosas
existentes en el país quedaban, “por ahora”, en absoluta independencia de todos los prelados
generales existentes fuera del territorio del Estado. La Asamblea dispuso también, el 23 de marzo
de 1813, la supresión del tribunal de la Inquisición, declarando que se devolvía, a “los ordinarios
eclesiásticos, su primitiva facultad de velar sobre la pureza de la creencia”. La tensión social
existente en el Río de la Plata entre españoles y criollos tuvo también exteriorización dentro del
clero. El clero criollo adhirió con entusiasmo a la causa revolucionaria, y ello quedó evidenciado
en el cabildo abierto del 22 de mayo, con la predicación desde los púlpitos, con la colaboración
espiritual en los ejércitos libertadores y con una activa y eficiente participación en las tareas
gubernativas (especialmente en las asambleas y congresos constituyentes). Así, por ejemplo, en
Tucumán en 1816, una buena parte de los congresistas fueron sacerdotes.

LA POSICIÓN DE LA SANTA SEDE. Aunque los nuevos Estados acudieron directamente a


Roma en busca de auxilio, su condición de colonias rebeldes hacía imposible trato oficial alguno.
La América española, atomizada en muchas repúblicas, aparecía ante los ojos del Viejo Mundo, en
estado de agitación política e ideológica y en algunos países, existía el peligro de un cisma
religioso. Frente a esta situación, la comunicación con Roma aparecía cerrada no sólo porque el
uso tradicional había sido hacerla a través de Madrid, sino por la situación política del Viejo
Mundo en esos momentos. Fue, precisamente, la actividad y firme diplomacia peninsular, la que
obtuvo que el Papa condenara a los revolucionarios americanos, conduciéndolos a la obediencia
absoluta a Fernando VII. Se expidió el breve del 30 de enero de 1816, dirigido a “los Venerables
Hermanos Arzobispos y Obispos y a los queridos hijos del Clero de la América sujeta al Rey
Católico de las Españas”. No obstante, el 24 de setiembre de 1824 el Papa León XII, sucesor de
Pío VII, expidió un nuevo breve, dirigido a los prelados americanos, en el que, luego de señalar “la
deplorable situación en que tanto al Estado como a la Iglesia ha venido a reducir en esas regiones
la cizaña, de la rebelión que ha sembrado en ellas el hombre enemigo”, exhortaba a los arzobispos
y obispos para que trabajaran en favor de la paz y tranquilidad deseadas. No contenía una expresa
condena al movimiento de independencia ni se incitaba concretamente a guardar fidelidad a
Fernando VII, pero, se insinuaba la conveniencia de que los prelados esclarecieran ante los fieles
“las augustas y distinguidas cualidades que caracterizan a nuestro muy amado hijo Fernando, Rey
Católico de las Españas, cuya sublime y sólida virtud le hace anteponer al esplendor de su
grandeza, el de la religión y la felicidad de sus súbditos”. Deseando conciliar la rígida posición
española que negaba todo reconocimiento a la independencia americana y las necesidades
espirituales de los pueblos del Nuevo Mundo, el Papa instituyó por fin en América obispos in
partibus infidelium, designando a esos mismos prelados como vicarios apostólicos de las diócesis
americanas. Este cambio de actitud se hizo evidente a partir de 1826 y bien pronto fueron
designados nuevos obispos para las diócesis americanas. La solución de la Santa Sede provocó
protestas de la Corona Española, por cuanto significaba un entendimiento directo con las que aún,
consideraba colonias rebeldes. Fue también cuestionada en América por quienes sostenían que no
cabía designar obispos in partibus en países donde existían arraigadas comunidades cristianas.
Pero, cabe señalarlo, constituyó una solución transaccional en momentos en que era difícil
conciliar tan encontrados intereses. Apenas elevado al solio pontificio el nuevo Papa Gregorio
XVI, a partir de 1831, preconizó obispos residenciales para diversos países de la antigua América
española normalizando así, la situación de la jerarquía episcopal y dando término a la etapa
transaccional de los obispos in partibus.
134
135
EL PATRONATO NACIONAL: ORÍGENES Y EVOLUCIÓN HASTA 1994.

Orígenes.

938- Entre 1810 y 1852 había arraigado la tesis de que el patronato pertenecía a la soberanía y que
su ejercicio correspondía a las autoridades nacionales. Ello quedó definitivamente consagrado en
la constitución de 1853, al establecerse como atribución del congreso Nacional la de arreglar el
ejercicio del patronato en toda la Nación art, 67. y como función del poder ejecutivo la de ejercer
los derechos del patronato Nacional en la presentación de obispos para las iglesias catedrales a
propuesta en terna del senado y la de conceder el pase o retener los decretos de los concilios, bulas
breves y rescriptos papales con acuerdo de la corte suprema, requiriéndose una ley del congreso
Nacional cuando contuviesen disposiciones generales y permanentes art. 86. De esta manera el
derecho del patronato y su ejercicio aparecían distribuidos armónicamente entre los tres poderes
del estado. Aunque no fuera materia tan discutida como las otras cuestiones religiosas, no faltaron
los constituyentes que expresaron su disidencia con el proyecto, en virtud de que entendían que la
cuestión del patronato debía someterse a un acuerdo con la santa sede y no ser resuelta de manera
unilateral por la Nación.

Evolución hasta 1994.

939 al 944. De acuerdo con la doctrina constitucional expuesta la práctica se adecuó al siguiente
procedimiento: Al producirse la vacante en una diócesis, el poder ejecutivo la comunicaba al
senado, que formaba la terna de candidatos, de los que el presidente elegía uno para presentarlo a
la Santa sede. Casi siempre el pontífice nombraba al candidato propuesto, pero lo hacía motu
propio, sin mencionar la presentación ni aceptar el Patronato. La bula de nombramiento era
sometida por el poder Ejecutivo a la consideración de la corte Suprema de justicia, la que prestaba
su conformidad, haciendo reserva de los derechos del Patronato. Finalmente, el obispo así electo
prestaba juramento de respetar la Constitución Nacional, dejando a salvo las leyes de dios y de la
Iglesia. De esta manera se llegó a un modus vivendi, que orillo la espinosa cuestión planteada y
que perduró gracias a la buena voluntad de ambas partes.

En 1923 se planteó una grave cuestión a raíz de que el candidato presentado por el poder Ejecutivo
para el arzobispado de Buenos Aire, Monseñor Miguel de Andrea, no fue aceptado por la Santa
sede, pese a la insistencia del gobierno. Finalmente, la renuncia reiterada del candidato zanjó el
entredicho, sin impedir que se suscitaran algunas incidencias con la elección de un administrador
apostólico designado directamente por la Santa sede mientras se solucionaba el problema
planteado. En 1926 se eligió a un arzobispo de acuerdo con las reglas tradicionales.

940- La intervención que la Constitución confería a la Corte Suprema de Justicia en esta materia se
ha entendido circunscripta a los documentos pontificios enunciados (decretos de los concilios,
bulas, breves y rescriptos), y no a otros: La corte sólo debía verificar si en los mismos de hallaban
disposiciones que pudieran tener implicancias políticas o afectar la soberanía de la Nación.

941- En cuanto a la atribución del poder Legislativo en esta materia, sostiene Cassiello que el
Congreso no podía reglamentar el derecho de Patronato, sino conformarse a la letra del texto
Constitucional, arreglar, es decir, ajustar, concertar avenir las partes. Además, el mismo inc.19 del
Art.67 incluye como atribución del Congreso la de aprobar o desechar los concordatos con la silla
Apostólica.

942- Los gobernadores de las pcias. Eran según un decreto del poder ejecutivo del 1º de mayo de
1855, “vicepatronos de las Iglesias fundadas en el territorio de su mando y en calidad de tales,
ejercen en delegación del gobierno nacional el Patronato para la presentación y remoción de curas,
beneficios menores de las iglesias catedrales, habilitación de capillas, creación y división de
curatos y demás relativo al ejercicio de este derecho como vicepatronos dentro del territorio de su
provincia. Todo ello hasta que el Congreso nacional arreglase lo relativo al Patronato. Algunas de
las Constituciones provinciales dictadas en 1855 y 1856 incluían el ejercicio de este derecho entre
las atribuciones del Poder Ejecutivo. El Vicepatronato provenía ya de la época anterior a 1852.

135
136
Esta atribución de las provincias ha sido considerada como inconstitucional y en realidad, no
parece que haya sido activamente ejercida.

943- Relaciones con la santa sede. Luego de la larga incomunicación oficial con Roma, en 1858 se
reanudaron oficialmente las relaciones diplomáticas entre la santa sede y la confederación
Argentina, enviando aquella como primer delegado apostólico a monseñor Marino Marini quien se
radicó en Paraná, capital Provisional de la confederación. La medida formaba parte de un basto
programa de política religiosa trazada por el gobierno del general Urquiza. Las relaciones fueron
cordiales, aunque la influencia del liberalismo descreído y de la masonería obraron siempre como
factores adversos a esos vínculos. Esta tensión tuvo sus momentos más críticos en la década del
80, donde se libraron verdaderas batallas ideológicas y políticas entre católicos y liberales, en las
cuales se pusieron en juego cuestiones vitales que interesaban a ambas tendencias: la enseñanza
laica, el matrimonio civil, el divorcio, y la separación de la Iglesia y el Estado. Todo ello
precedido de un clima muchas veces violento y preparado con la formación de asociaciones,
publicación de periódicos y realización de congresos, conferencias etc.

La sanción en 1884 de la ley 1420, de educación común, produjo una conmoción entre los
católicos, quienes se aprestaron a defender su posición, culminando todo ello con un decreto del
gobierno nacional, del 6 de junio de 1884, que separó del obispado de córdoba al vicario capitular,
jerónimo Clara; además se emitió, otro decreto de destitución del obispo de salta, (3 de septiembre
de 1884), se propició la separación de sus cargos de numerosos católicos que se habían adherido a
la actitud de los prelados, y se entregaron los pasaportes al delegado apostólico, monseñor Luis
matera (13 de octubre de 1884), interrumpiendo así las relaciones amistosas con la Santa Sede. El
principal agente de esta política oficial fue el ministro de Justicia e instrucción pública, Dr. Wilde,
que junto a otros fue uno de los principales jefes de la tendencia liberal laicizante.

944- Aunque casi de inmediato el mismo el mismo presidente Roca y luego su sucesor Juárez
Celman trataron de dar una solución amistosa al entredicho con Roma, fue sólo durante la
presidencia del Dr. Luis Sáenz peña que se reanudaron las relaciones, restableciéndose de manera
regular en 1900- durante el nuevo período presidencial del general Roca – cuando la santa sede
acreditó un nuevo enviado. Durante las tres primeras décadas de este siglo, aún con alguna grave
cuestión de por medio (939) no se alteraron las relaciones diplomáticas con el vaticano. En la
reforma de 1994 se derogaron las normas referentes al Patronato. Quedando establecido en el Art.
67 ins. 22 (hoy Art. 75) Determina como atribución del congreso “aprobar o desechar tratados
concluidos con las demás naciones y organizaciones Internacionales y los concordatos con la
Santa Sede, Los tratados y concordatos tienen jerarquía superior a las leyes.

Punto 3) Propuestas políticas y jurídicas hasta 1815. Las Juntas Provinciales. Reglamento del 22
de octubre de 1811. Conflicto entre la Junta Conservadora y el Triunvirato. Estatuto Provisional de
1811. Reglamento y Decreto sobre la Libertad de Imprenta. Decreto sobre la Seguridad Individual.
Revolución de 1812. Asamblea de 1813: motivos de su convocatoria y su labor en lo político y
jurídico.

Las juntas provinciales: del módulo: hechos que Continúa de la unidad VI: punto 3.
-(Esto ocurre una vez que los diputados del interior se incorporan a la Junta el 18 de diciembre de
1810, y en Bs. As. Con fecha 10 de febrero de 1811 se sancionaba el reglamento para las juntas
principales y subordinadas de las provincias).

Reunido el cabildo de Córdoba en acuerdo extraordinario resuelve el 30 de enero de 1811 dirigirse


a la junta gubernamental de Buenos aires para solicitarle que el gobierno de esa provincia quedara
a cargo de una Junta, para que esto no ocurriera en Bs. As. Con fecha
El 10 de febrero de 1811, se sancionaba el reglamento para las juntas principales y subordinadas
de las provincias. Este reglamento que creaba las dos clases de juntas constaba de 24 artículos.

1)- Las Juntas principales: funcionaban en la ciudad capital de la intendencia respectiva


compuestas por 5 miembros, presididas por el gobernador intendente, en caso de renuncia o
muerte de éste, la junta grande le nombraría el sucesor. Dependían de la junta de Buenos Aires. La
elección de los 4 vocales era popular. El decreto decía que las principales residirán in solidum.
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2)- Juntas subordinadas: Residían en ciudades o villas que tenían derecho a nombrar diputado en
Buenos Aires. Se componían de 3 miembros, presididas por el comandante de armas o teniente
gobernador, los dos vocales eran elegidos por el pueblo, las juntas subordinadas dependían de las
principales y éstas de la junta de Bs. As. (Centralista), ya que en la mayoría de las juntas
principales los gobernadores intendentes eran nombrados desde Bs. As., desde el interior piden la
igualdad de derecho de los pueblos.
Gorriti (diputado Salteño) es el primero en defender el federalismo. Las juntas provinciales se
disuelven a fines de 1811 cuando se crea el triunvirato. Mariano Moreno muere en un viaje en el
mar “hacía falta tanta agua para apagar tanto fuego”, fundador de la sociedad Patriótica y opositor
de Saavedra, cuando quisiera echar a españoles solteros, Moreno solía salir en defensa de estos.
Líder de la juventud porteña, opositor a los diputados del interior, (centralista).

Su autor, el doctor Gregorio Funes, manifiesta la exposición de motivos, que la misma situación
que obligó “a sustituir una autoridad colectiva a la individual de los virreyes”, debió también,
“introducir una nueva forma en los gobiernos subalternos”, y que cree que los integrantes de esas
juntas Gubernativas deben ser elegidos por los pueblos.

Lo que se necesita destacar es que, contrariamente a lo que han sostenido algunos autores, este
decreto no significó de ninguna manera una aspiración federalista. La subordinación que se
establecía entre las ciudades menores y las capitales, y entre estas y Buenos Aires, no innovaba en
nada, respecto del régimen intendencial de la colonia, que durante años, había sojuzgado a los
pueblos y ciudades del interior. El gobierno propio o la intención autonómica que podía surgir,
quedaban desvirtuados, por la sujeción debida a la Junta de Bs. As. Que de esta manera acentuó el
marcado centralismo, que ya venía ejerciendo.
Los pueblos habían luchado y adherido a la causa de Mayo, por romper con el pasado colonial que
había cercenado las funciones de los Cabildos, (genuina expresión del gobierno propio),
instaurando una irritante centralización, favorable a Virreyes e intendentes, y propia del
absolutismo ilustrado de los Borbones. Llegada la hora de la revolución y titulares de su soberanía,
no podían aceptar pacíficamente el continuar subordinados como en la época anterior.
La reacción no se hizo esperar. Las ciudades del interior se rebelaron contra el decreto de la junta
de Buenos Aires.
El 4 de mayo el ilustre canónico (diputado de Jujuy) Juan Ignacio Gorriti, presenta el primero de
sus escritos, extraordinario alegato donde “proclama el principio de la igualdad de derechos de
todos lo pueblos”. Proclama el principio autonómico de cada ciudad, no encontrando ningún
reparo en que cada una de ellas se entienda directamente con los demás. Reitera; “que cada ciudad
se gobierne por sí sola”, y que todas las juntas, sin distinción de principales y subalternas, “se
llamen territoriales y ejerza cada una en su territorio, toda la plenitud de facultades que en el día,
ejerce el gobierno en toda la provincia”.
-En el llamamiento que la Junta de Mayo realizó a todos los pueblos sin distinción ni privilegios,
en el espíritu de la circular del 27 de mayo, en el principio jurídico de la retroversión de la
soberanía en cada uno de los pueblos del virreinato, fundamentó Gorriti su brillante alegato. Los
escritos de Gorriti sientan la igualdad de derechos de todos los pueblos y los principios jurídicos
de la Revolución de Mayo, y al combatir al régimen intendencial, se adelanta su autor a la obra
que en 1820 realizarían los caudillos del litoral a luchar por tierra al hegemónico sistema de la
colonia. A fines de 1811 el triunvirato disolvió las juntas Provinciales. Los históricos escritos de
Gorriti, quedan en la historia como importantes documentos de nuestro federalismo,
contrariamente a quienes piensan que el federalismo se refleja en el reglamento de la junta, o en el
espíritu y la intención de la misma.
Revolución del 5 y 6 de abril de 1811: (No entra, la puse para entender).
A pesar del alejamiento de Mariano Moreno de la Junta gubernativa y de su muerte misma, nada
“apagó su fuego”, recogido por todos aquellos que participaron de sus ideas. Desde el seno de la
sociedad patriótica, del café de Marco o del mismo regimiento Estrella, surgen los primeros
ataques contra el presidente de la Junta, don Cornelio Saavedra, considerado el principal enemigo
de Moreno. Con motivo del decreto del 21 de marzo de ese año, sobre expulsión de los españoles
solteros, los morenistas organizaron una serie de resistencia al gobierno en connivencia con el
mismo cabildo. La sociedad patriótica preparó un acto en el café de marco, donde su presidente
pronunció un discurso contra el presidente de la Junta y los hombres que lo rodeaban: los
diputados del interior. Por otra parte jóvenes caudillos como French y Berutti, comenzaron a

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convulsionar al pueblo de Buenos Aires indisponiéndolo en contra del gobierno. Era evidente que
la influencia de moreno en el seno de la junta se había apagado sobre todo si tenemos en cuenta
que su mayoría estaba integrada por los representantes de las provincias, a cuya incorporación se
había opuesto combativo secretario Moreno. Pero sus partidarios abundaban en la juventud
porteña. La lucha concreta de los Morenistas no se concreta solo contra Saavedra, se trata de restar
influencia a los hombres del interior que han podido forzar las cerradas puertas del gobierno
nacional. Los Morenistas pretenden desalojar al hobre fuerte de la revolución, los Saavedristas
borrar para siempre el influjo de Moreno que desbordaba en las calles.
En la noche tumultuosa grupos de personas, provenientes de las quintas y arrabales, se congregan
en los corrales de Miserere para desde allí dirigirse a la Plaza mayor. Presentando las
reclamaciones de ese pueblo. Permanecieron los grupos revolucionarios hasta el día siguiente el
día el 6 de abril solicitaban 25 peticiones, luego de esto Saavedra presenta la renuncia como
presidente de la junta, fue obligado a retirarla.
A través de los sucesos del 5 y 6 de abril, de los hombres que participaban y del carácter de las
peticiones, surge con toda evidencia que dicha asonada estaba dirigida a contrarrestar el clima
revolucionario creado por los adictos de Moreno, desde el mismo día de su renuncia. Lo más
importante de la asonada es la aparición en primer plano del estamento social menor, ajeno hasta
ese instante al manejo de la cosa pública, surge retomando la conducción política de la revolución.
El pueblo quiere expresará-“Que no se practique elección de algún representante suyo ni se ejecute
variación sustancial en la forma de su gobierno, sin que ocurra con su voto” En todas las
peticiones, está presente “La voluntad Popular”. Pueblos de Los arrabales de Bs. As., pueblos de
provincias unen sus esfuerzos ante la poderosa oligarquía porteña, que afirma hora tras hora su
poderío. El triunfo de la Junta, del 5 y 6 de abril es pasajero.

La oposición a la Junta grande: Desde la asonada de abril de 1811 la junta comenzó su labor en
clima poco promisorio. Todo esto hubiera podido afrontarse de no mediar la terrible noticia del
desastre de Huaqui, conocida el 20 de julio de ese año, el bombardeo que sobre Buenos Aires hizo
por entonces la escuadrilla española, y la inoperancia en el sitio de Montevideo, originó una seria
disputa entre el cabildo y la junta. La noticia fue aprovechada por Morenistas para desacreditar al
gobierno. El primer triunvirato políticamente es una reacción contra el 5 y 6 de abril.

-El día 17 otra pueblada exigió cabildo abierto para designar diputados por la Capital al congreso y
tomar otras medidas para la “seguridad y defensa de la Patria”. Derrotada moralmente, la junta
accedió al Cabildo abierto, digitado por el grupo porteñista que se realizó el 19 de septiembre, a la
que fue invitada la parte más sana y principal del vecindario. Como resultado, fueron elegidos
diputados por Bs. As. Chiclana y Paso, igualmente, se designaron por sufragio a los integrantes de
una junta consultiva, cuerpo cuya instalación se había también exigido al gobierno. Entre los 16
miembros de esta nueva institución figuraban los más acérrimos opositores de la junta.
-El resultado del cabildo abierto fue el golpe de muerte del gobierno.
El final era previsto la conducción política tenía que cambiar indudablemente de mano. Como
exigencia y presión, la Junta da un bando haciendo conocer el decreto de creación del triunvirato.
De todo esto surge la creación del primer triunvirato. El único fin, fue dar un golpe decisivo a esa
fuerza popular que tenía sus representantes en la junta y que se oponía a la política centralista del
sector Patricio. Los derrotados del 5 y 6 de abril retornaban con todos los laureles. (Morenistas).
Constituido el triunvirato por Chiclana, Sarratea y Paso como vocales, Secretarios Bernardino
Rivadavia, Pérez y Vicente López, dio comienzo a su labor de gobierno.

Al igual que la Junta, el Triunvirato se desprestigió debido a una serie de medidas desacertadas,
como el Tratado de paz con Elio y la reafirmación de fidelidad y vasallaje a Fernando VII,
prometiendo remitir a España contribuciones pecuniarias para ayudarla en la guerra.

El fondo de la cuestión, reside en el proceso institucional. En efecto: en el bando del 25 de


setiembre, donde la Junta daba cuenta de la creación del nuevo tipo de gobierno, expresaba que "el
Triunvirato tomará el gobierno bajo las reglas o modificaciones que deberá establecer la
Corporación o Junta Conservadora que formarán los señores diputados de los pueblos y
provincias; debiendo entenderse -agregaba más adelante- que los miembros que componen el
Poder Ejecutivo (Triunvirato) son responsables de sus acciones ante la Junta Conservadora".

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Debido a esta disposición, el propio Triunvirato exigió de la Junta que dictase el reglamento por el
que habría de regir su existencia.

Accediendo a ello, la Junta conservadora dictó el 22 de octubre de 1811 el documento


constitucional que pasamos a analizar.

-EL REGLAMENTO ORGANICO DEL 22 DE OCTUBRE DE 1811. Este reglamento,


considerado “como la primera Constitución del pueblo argentino”, tiene singular importancia por
los principios que consagra y la organización de poderes que presenta. Si bien no establece forma
de gobierno, de sus cláusulas surge que está dado para una República. Es una reglamentación de
los poderes del Estado, adecuado a las necesidades de la época.

En el prólogo de este estatuto constitucional se consagran valiosos preceptos que definen el


proceso revolucionario argentino. El problema de la retroversión de la soberanía queda ratificado
cuando se expresa que después de la prisión de Fernando VII "quedó el Estado en una orfandad
política por lo que reasumieron los pueblos el poder soberano". A continuación se consagran los
principios en boga de los derechos naturales del hombre, establecidos en los movimientos
norteamericano y francés, al determinar que "los hombres tienen ciertos derechos que no les es
permitido abandonar".

El preámbulo fija el derecho de las provincias para concurrir a la formación del Estado, dejando
asentado de esta manera un claro principio federativo.

-La parte dispositiva de este cuerpo legal se divide en tres secciones. La primera, dedicada al
Poder Legislativo (diputados del interior); la segunda al Poder Ejecutivo (triunvirato), y la tercera,
al Poder Judicial.

-Primera parte dedicada al poder Legislativo, "Los diputados de las provincias -acuerda el Art.
1º- componen una Junta con el título de Conservadora, de la soberanía de Fernando VII y de las
leyes nacionales". (Conformada por los diputados del interior, que conforman la junta
conservadora) faculta a este cuerpo para declarar la guerra, la paz, tratados de límites, de
comercio, nuevos impuestos, nombrar miembros del poder ejecutivo, en caso de renuncia o muerte
de alguno de ellos. Determina la inviolabilidad de los diputados de la Junta y fija que cesarán en
sus cargos una vez inaugurado el Congreso.
-En la Segunda parte de este reglamento Se estable la independencia del Poder Ejecutivo
(Primer triunvirato), de los demás poderes. Son Facultades de esta rama del gobierno: la defensa
del estado, organización de los ejércitos, proteger la libertad civil, la recaudación e inversión de los
fondos del estado, el cumplimiento de las leyes, conferir empleos civiles y militares, nombrar y
remover sus secretarios, y conocer las causas del contrabando. Se establece que la presidencia del
triunvirato se turnará cada 4 meses, y que dicha autoridad es provisional, durará por el término de
un año y que será responsable a la junta Conservadora de su conducta pública. Esto último ha dado
origen a las más confusas interpretaciones, aduciéndose el poder dictatorial de la Junta, sobre los
otros poderes, Algunos como Aristóbulo Del Valle, al analizar el reglamento, expresa que “La
Junta procedía con el propósito de perpetuarse en el poder”, los diputados (del interior) reconocían
que no tenían sino una representación imperfecta de la soberanía, y sin embargo se colocaban en la
cúspide del gobierno, dejando en estricta subordinación a los otros poderes.
-Tercera parte dedicada al Poder Judicial: Reza su Art. 1º sólo toca juzgar a los ciudadanos, se
establece que las leyes generales, las municipales y bandos de buen gobierno serán las reglas de
sus resoluciones, cuidar que se cumplan las leyes, ordenanzas, etc. Se responsabiliza a este poder
del menor atentado que cometa en la sustancia o en el modo, contra la libertad y seguridad de los
súbditos.

Una vez que la junta conservadora hubo sancionado este reglamento, fue remitido al ejecutivo para
su promulgación, dicho poder acuerda enviarlo a consulta al cabildo. Esta aberración institucional
que el poder ejecutivo nacional pase en consulta una ley o Constitución a un organismo municipal,
como lo era el cabildo de y para Bs. As. Provocó un serio estupor en los miembros de la junta. El
triunvirato se justifica diciendo que: viendo inconvenientes en el Reglamento, quiso oír el informe
del ayuntamiento de esta capital el (cabildo).
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El cuerpo consultivo, (el cabildo) manifiesta que ha sido vitupeado el superior gobierno, y que los
diputados de provincias debían reducir su autoridad a la que tenían antes del 18 de diciembre,
fecha de su incorporación.
-La junta consultiva y el cabildo estudian este reglamento orgánico por pedido del triunvirato y
resuelven en Asamblea aconsejar el rechazo del reglamento entendiendo que la protesta echa por
la junta conservadora al triunvirato esta fuera de toda ética, y es una afrenta a la dignidad de ese
cuerpo ejecutivo. El triunvirato, luego de conocer la resolución de esta asamblea local, resolvió
rechazar el reglamento del 22/10/1811 y la existencia de una autoridad suprema, que envolvería a
la Patria en todos los honores de una furiosa aristocracia. No satisfecho con el rechazo, El
triunvirato en una de las más arbitrarias medidas de nuestra historia, disuelve la junta conservadora
a quien le debía obediencia el (7 de noviembre de 1811), esto es tomado por la historia como el
primer golpe de estado planeado por el centralista secretario del primer triunvirato, Bernardino
Rivadavia. Seguidamente expulsan a los diputados del interior por considerar inútil y gravosa a los
pueblos, la permanencia de sus representantes en la Capital (Bs. As), los diputados se vuelven a
sus provincias y, se profundiza la lucha entre porteños y provincianos, entre Bs. As. Y el interior.

Es obvio destacar la importancia de este Reglamento, no sólo como primer antecedente


constitucional, sino por la bondad de sus disposiciones que, pese a no ser completas en su aspecto
organizativo, llenaban perfectamente las funciones a que estaban destinadas.

Ricardo Rojas dice: Rivadavia creó, en 1811, la prepotencia armada del Ejecutivo sobre el
Congreso, de la fuerza sobre la deliberación, del depotismo sobre la libertad; y al expulsar
violentamente a los diputados que el pueblo de Moreno llamó en 1810 para fundar la república,
hizo languidecer en las provincias su fe en la generosa capital de mayo y su fe en los
constituyentes que el propio Rivadavia habría de ofrecerles varios años después.
El diputado Gorriti dice en nota a su cabildo: “Bs. As. Dictará leyes a su arbitrio a todas las
provincias”.
Consumada la obra, El triunvirato proseguirá su plan sin obstáculo alguno.

El triunvirato dicta su propio estatuto: consta de 9 Art.


ESTATUTO PROVISIONAL DEL 22 NOVIEMBRE DE 1811.

Disuelta la Junta Conservadora y no aceptando el Reglamento que aquélla había presentado, el


Triunvirato se dio a la tarea de redactar su propio código. Con tal propósito sancionó el 22 de
noviembre de 1811 el llamado Estatuto provisional para el gobierno superior de las Provincias
Unidas del Río de la Plata, a nombre del señor don Fernando VII.

En un extenso preámbulo, a cuyo contenido nos hemos referido, el Triunvirato expone los
males que aquejan a la Patria, y las medidas salvadoras que han tenido que tomar, di solviendo la
Junta Conservadora, cuyos miembros deseaban "perpetuarse en el mando" implantando una "feroz
aristocracia".

Los Art. más importantes:

El Art.1º- Los vocales del gobierno se removerán alternativamente cada 6 meses, empezando
por el menos antiguo en el orden a la nominación, (no los secretarios Rivadavia); debiendo turnar
la presidencia en igual período, por orden inverso. Para la elección del candidato que debe sustituir
al vocal saliente se creará una Asamblea General compuesta del ayuntamiento, de las
representaciones que nombren los pueblos, y de un número considerable de ciudadanos elegidos
por el vecindario de esta capital, según el orden, modo y forma que prescribirá el gobierno, en un
reglamento que se publicará a la posible brevedad: en las ausencias temporales, suplirán los
secretarios.

-Se incorporan a este estatuto en el Art. 4º el decreto sobre la seguridad individual y libertad de
imprenta, y Art. 6 que corresponde al gobierno velar sobre el cumplimiento de las leyes tomar
todas las medidas para defensa de la Patria, (medida totalmente autoritaria y dictatorial).

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-En 9 artículos condensa el gobierno su organización provisional.
–Art. 1º establece que siendo la amovilidad de los que gobiernan el obstáculo más poderoso
contra las tentativas de la tiranía los vocales se renovarán alternativamente cada seis meses.
Rivadavia, autor de este Estatuto, no dice nada respecto de la remoción de los secretarios, a
quienes convierte en inamovibles. -Seguidamente establece una asamblea encargada de sustituir al
vocal saliente, en "forma monstruosa y oligárquica", como afirma González Calderón. En efecto,
ella estaría formada por el Ayuntamiento, por las representaciones que nombren los pueblos y de
un considerable número de ciudadanos elegidos por el vecindario de esta capital, según el orden,
modo y forma que prescribirá el gobierno".
-En su Art. 3° se obliga a convocar a un Congreso cuando lo permitan las circunstancias.
-En el Art. 4º, hace parte del Reglamento a los respectivos decretos sobre seguridad individual y
libertad de imprenta.
-Pero donde se muestra más claramente el alto espíritu dictatorial del cuerpo es en su -Art. 6°
cuando determina que corresponde al gobierno velar sobre el cumplimiento de las leyes y adoptar
cuantas medidas crea necesarias para la defensa y salvación de la Patria, según lo exija el imperio
de la necesidad y las circunstancias del momento. Este tipo de cláusula discrecional, propia de los
totalitarismos que pone en manos de los gobiernos "la vida, el honor o la fortuna" de los
ciudadanos no es otra que, la que condena nuestro Art. 29 de la Const. Nacional, al referirse a las
facultades extraordinarias. Inmediatamente veremos el uso de esta facultad por parte de Rivadavia.
Las restantes cláusulas del Estatuto carecen de significación.

REGLAMENTO Y DECRETO SOBRE LA LIBERTAD DE IMPRENTA.


Es importante destacar las disposiciones de los decretos que sobre libertad de imprenta dieron,
respectivamente, la junta Grande y el Triunvirato.

1)- El primero; Reglamento sobre libertad de Imprenta del 20 de abril de 1811, consta de 20 Art. Y
fue dado por la Junta Grande. (NO la Junta Conservadora)
2)- El segundo; decreto sobre libertad de Imprenta del 26 de octubre de 1811, consta de 10 Art. Y
fue dado por El primer triunvirato.

-Con respecto al primero; El Reglamento sobre la Libertad de Imprenta dado por la Junta
Grande el 20 de abril de 1811, Consta de 20 Artículos, podemos afirmar con Longhi que "dicho
decreto representa en la historia constitucional argentina cualesquiera sean sus limitaciones el
antecedente más remoto y precioso sobre un régimen de libertades públicas". Este mismo autor,
así como también Julio V. González, aclara documentadamente el error mantenido hasta nuestros
días de que el redactor e inspirador del mencionado decreto era el deán Funes. De sus conclusiones
surge que el ilustre cordobés no fue el autor del decreto de abril, como tampoco Rivadavia ni
Nicolás Herrera lo fueron del promulgado el 26 de octubre de 1811.
El decreto sobre libertad de imprenta, dado en abril por la Junta y que sirvió de modelo al decreto
del Triunvirato, es la copia textual del decreto que sobre la misma materia habían sancionado el 5
de noviembre de 1810 las Cortes españolas de Cádiz".
-Entre las principales disposiciones del primer reglamento cabe destacar su enunciación general,
donde prescribe: "Todos los cuerpos y personas particulares, de cualquier condición y estado que
sean, tienen libertad de escribir, de imprimir y de publicar sus ideas políticas, sin necesidad de
licencia, revisión y aprobación alguna, anteriores a la publicación". De aquí surgirán los principios
que informan a Ios Arts. 14 y 32 de nuestra Ley Fundamental. Seguidamente se suprimen los
llamados Juzgados de Imprenta y se establece la directa responsabilidad de autores e impresores.
Merece destacarse el Art. 6°, índice de la hermética tesitura espiritual de la época, donde se es-
tablece que todos los escritos en materia de religión quedan sujetos a la previa censura de los
ordinarios eclesiásticos, según lo establecido en el Concilio de Trento. A los fines de asegurar esta
libertad se establece una Junta Suprema de Censura, compuesta de 5 miembros, y otra en la capital
de cada provincia, compuesta de 3. Su misión es examinar las obras que se hayan denunciado al
Poder Ejecutivo o justicias respectivas. En los artículos siguientes se determina la forma de
sustanciación de estos procesos, originados en el abuso de esta libertad.
-Con respecto al segundo: El decreto sobre libertad de Imprenta dado por el Triunvirato del 26 de
octubre de 1811 que consta de 10 Artículos, no innova fundamentalmente sobre el reglamento
anterior. El del 20 de abril fue publicado en La Gaceta, con un discurso sobre la libertad de

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imprenta del deán Gregorio Funes, de donde proviene el error de señalarlo como autor de dicho
decreto.
-El del 26 de octubre de 1811 va precedido de un breve preámbulo que comienza diciendo que tan
"natural como el pensamiento, le es al hombre la facultad de comunicar sus ideas". En su Art. 1°
establece que todo hombre puede publicar sus ideas libremente y sin previa censura. Como
novedad crea una Junta Protectora de la Libertad de Imprenta. Para su formación -expresa-
presentará el Excmo. Cabildo una lista de 50 ciudadanos honrados que no estén empleados en la
administración del gobierno.
Estos dos decretos, al margen de sus limitaciones, o del incumplimiento que se hizo de ellos
en determinadas épocas de convulsión, significan el arraigo en nuestro proceso institucional de una
de las libertades más preclaras y de mayor resonancia en el ámbito constitucional.
-El Estatuto de 1815, el Reglamento de 1817 y la Constitución de 1819 la incluyen en capítulo
aparte.

-DECRETO SOBRE LA SEGURIDAD INDIVIDUAL.


Este decreto que consta de 9 Art. fue dado el 23 de noviembre por El Triunvirato.
“Todo ciudadano tiene un derecho sagrado a la protección de su vida, de su honor, de su libertad y
de sus propiedades. La posesión de este derecho, centro de la libertad civil y principio de todas las
instituciones sociales, es lo que se llama seguridad individual’.
Con estas hermosas palabras, luego de otras consideraciones, se abre el prólogo del ponderado
decreto del primer Triunvirato.

A través de todo su articulado podemos apreciar la consagración de los más elementales derechos
del hombre, proclamados por todo el movimiento liberal del siglo XVIII y ratificado en los
documentos constitucionales de la época. La mayoría de los derechos consagrados en el Art. 18 de
la Const. Nacional, el juicio previo, la defensa contra el arresto ilegítimo, la inviolabilidad del
domicilio y aun aquel de que las cárceles deberán ser "para seguridad y no para castigo", se
encuentran en este decreto que condensa todo un decálogo de libertades, recogido en las
Declaraciones, Derechos y Garantías de nuestra Constitución Nacional.

Igualmente podemos apreciar en su Art. 9° un lejano antecedente de nuestro estado de sitio,


cuando establece que sólo en el remoto y extraordinario caso de comprometerse la tranquilidad
pública o la seguridad de la patria podrá el gobierno suspender este decreto mientras dure la
necesidad, dando cuenta inmediatamente a la Asamblea General con justificación de los motivos,
y quedando responsables en todo tiempo de esta medida. La libertad de tránsito queda también
asegurada cuando se declara que todo hombre tiene libertad para permanecer en el territorio del
Estado o abandonar cuando guste su residencia (Art. 14, Constitución de 1853).

Este decreto sobre seguridad individual fue también adicionado como el de libertad de
imprenta al Estatuto provisional de 1811. Lástima que las medidas de fuerza tomadas por el
Triunvirato hayan desvirtuado las nobles cláusulas de los decretos que hemos comentado.

Prosiguiendo el gobierno su labor institucional, luego de superados los primeros contratiempos


que impedían su política, suprime el 23 de enero de 1812 la Audiencia de Buenos Aires, cuyos
miembros, fueron fieles siempre al gobierno español. Con tal motivo se da el Reglamento de
institución y administración de justicia, que consta de cincuenta y seis artículos, en donde se
organiza la jurisdicción inferior, al par que se entremezclan numerosas reglas de carácter procesal.
En lugar de la Real Audiencia, indudablemente la reforma más importante, se crea la Cámara de
Apelaciones, organismo superior de alzada sobre cuyo eje habrá de girar desde entonces la
administración de justicia.

LAS ASAMBLEAS DE 1812. (No entra pero la puse para entender)

En cumplimiento del Art. 1º del Estatuto provisional, el Triunvirato dirigió una circular a todos los
Cabildos para que eligiesen sus diputados para la Asamblea que habría de constituirse. Y a los
efectos de reglamentar la actividad de dicho cuerpo dictó el 19 de febrero de 1812 el reglamento
de la Asamblea provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata que consta de 20 Art.

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- La composición del futuro organismo no podía ser más arbitraria. Se componía de los miembros
del Ayuntamiento de Buenos Aires, los apoderados de las ciudades interiores y de 100 ciudadanos.
Pero el Art. 2º del estatuto provisional establecía que los 100 ciudadanos se elegirían entre los de
la capital y de los pueblos de las provincias que se hallaran aquí, aunque sea de paso, y al elegirse
solo de la ciudad era evidente la desproporción entre porteños y provincianos. El cabildo peticiona
el 30 de marzo para que se reduzca el número de ciudadanos, para hacer desaparecer toda notable
desigualdad. A raíz de la solicitud, el número de cien ciudadanos había quedado reducido a treinta
y tres. Las provincias estaban representadas por tan sólo 11 miembros. El reglamento del 19 de
febrero de era una verdadera farsa, ya que daba visos de legalidad a una asamblea que nacía para
estar sometida enteramente al triunvirato. Expresaba el Art. 7 sólo el gobierno puede convocar la
asamblea, y deberá hacerlo una vez cada 6 meses. La asamblea no es una corporación permanente.
En ella no se tratarán otros negocios diferentes de aquellos para que ha sido convocada.

Luego de numerosos cabildeos la asamblea queda instalada solemnemente el 4 de Abril de ese


año, 1812. El día 5 se inicia las sesiones abocándose a practicar el nombramiento de vocal del
triunvirato que estaba vacante. Rivadavia era el candidato obligado. Todos estos planes fueron
echados por tierra por la asamblea, que designo a Juan Martín de Pueyrredon conforme estaba en
el ánimo de todos. Esta decisión provoco la inmediata reacción del triunvirato que amenazó con
disolver a la corporación, pero aquellos resolvieron mantener su actitud.
-Al día siguiente la asamblea proclamo su autoridad suprema sobre toda otra, constituida en las
provincias unidas en el Rio de la Plata. El mismo día el triunvirato contestó a la asamblea: “siendo
nula, ilegal y atentatoria contra los derechos soberanos de los pueblos- expresaba el decreto-,
contra la autoridad de este gobierno y contra el estatuto constitucional jurado…éste gobierno en
virtud de sus altas facultades y para evitar consecuencias de tan extraño atentado disuelve la
asamblea.
-Al promediar el año 12 la situación del Triunvirato era muy comprometida; sus desaciertos le
habían restado confianza en los grupos dirigentes y sus medidas absolutistas le habían despojado
de la poca popularidad que pudo poseer.
La Logia Lautaro organizada en el Río de la Plata, socavaba día a día la obra del gobierno,
mientras la Sociedad Patriótica soliviantaba al pueblo en los clubes revolucionarios.

Pese a los desaciertos de carácter político, propio de todo gobierno, el triunvirato realizó una obra
constructiva en materia de educación, comercio, industria y agricultura.

REVOLUCION DE 1812.

Ante el insistente reclamo, San Martín al frente del regimiento de Patricios lidera la oposición a
esta asamblea dirigida por el primer triunvirato que además prohíbe festejar la victoria de Belgrano
en el norte. San Martín y sus aliados, exigen la renuncia de esta asamblea completa del primer
triunvirato, y que el nuevo triunvirato llame a una nueva Asamblea Constituyente.

El 8 de octubre se produce la revolución esperada desde hacía meses y que los acontecimientos
habían impedido. La conducta de la Asamblea, netamente facciosa, precipitó el estallido así como
también, la noticia del triunfo de Belgrano en Tucumán que ya no hacía menester apoyar al
gobierno. Movimientos de tropas toman posiciones en la Plaza junto al cabildo, a su frente se
hallan san Martín y Alvear, Ocampo, Pinto, jefes militares del alzamiento.

-Se exige la suspensión de la Asamblea, la cesación del Triunvirato y la creación de un Poder


Ejecutivo integrado por ciudadanos que consulten la voluntad del pueblo. Por último, se pide la
convocatoria de una nueva Asamblea que resuelva en forma definitiva los graves problemas de la
Nación.
En forma conjunta, el Cabildo y el gobernador intendente, nombran a los miembros del nuevo
Triunvirato, designación esta que queda sometida a la ratificación popular. Del acto eleccionario
quedan consagrados para integrar el nuevo gobierno: Juan José Paso, Rodríguez Peña y Álvarez
Jonte, y así Surge el nuevo Ejecutivo. Los hombres de la Logia y de la Sociedad Patriótica han
agitado al pueblo y hecho llegar las representaciones, pero detrás de todos ellos, la figura consular
de San Martín y sus adictos se han movido, respaldando a la revolución con su influencia y sus
tropas. Instalado el triunvirato y superadas las primeras dificultades, dará en 24 de octubre un
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decreto convocando a la nueva Asamblea exigida por el pueblo. Bajo la advocación de
"Independencia y Constitución", habrá de llamarse a los representantes de los Cabildos para
decidir sobre los destinos de la Patria.

Instalado El segundo triunvirato dará un decreto el 24 de octubre convocando a la nueva Asamblea


exigida por el pueblo, llama a una Asamblea Constituyente bajo el precepto de Independencia y
constitución. Se llama a los cabildos que manden representantes, para decidir sobre los destinos de
la Patria.

ASAMBLEA DE 1813: motivos de su convocatoria y su labor en lo Político y Jurídico.

Motivos de su Convocatoria: Fue Convocada para solucionar nuestro destino independiente y para
darnos una Ley fundamental.

El viejo anhelo de los hombres de mayo de reunir un congreso general que organizara el gobierno
y diera sistema constitucional a las provincias Unidas, parecía concretarse en la firme decisión del
triunvirato surgido de la revolución del 8 de octubre de 1812 convocando a elecciones de
diputados para una Asamblea general por decreto el (24 de octubre de 1812). Monteagudo Alma
de nervio de la Sociedad Patriótica, expresaba en la circular del 5 de noviembre de ese año “lo
único capaz de fijar el destino de los pueblos es la declaración de la independencia en la
Asamblea general”. El decreto del 24 de octubre de 1812, Concretamente, el triunvirato fijaba las
normas fundamentales para la convocatoria, elección de los diputados y poderes de estos.
Respecto de los últimos expresaba en el Art. 8º “Como el motivo poderoso que induce a la
celebración de la Asamblea, tiene por objetos principales la elevación de los pueblos a la
existencia y dignidad que no han tenido, y la organización general del estado, los poderes de los
diputados serán concebidos sin limitación alguna, y sus instrucciones no conocerán otro límite que
la voluntad de los poderdantes…. Bajo este principio- agrega la disposición- todo ciudadano podrá
legítimamente indicar a los electores, que extiendan los poderes e instrucciones de los diputados,
lo que crea conducente al interés general y al bien y la felicidad común y territorial.

-La Asamblea, fue inaugurada el 31 de enero de 1813, solemnemente, en el tribunal del


Consulado. En el primer decreto que da la Asamblea, a penas instalada proclama que en ella
“reside la representación y ejercicio de la soberanía de las Provincias Unidas del Río de la Plata”.
A su vez establece que los diputados de las provincias unidas eran diputados de la Nación.

En el Art. 4º de dicho decreto, consagra la inviolabilidad de los diputados, no pudiendo ser


aprendidos, ni juzgados sino en los casos y términos que la misma soberana corporación
determinará. (Primer antecedente nacional en esta materia) (Fuente de los Art. 60, 61 y 62, de la
Constitución de 1853)

Se aprueban los símbolos Nacionales, el escudo y la escarapela Nacional, y se adopta como himno
Nacional la marcha patriótica de Blas Parera y Vicente López y Planes, y como reafirmación de
nuestra soberanía e independencia se borra para siempre la efigie de Fernando VII de nuestra
moneda, con una nueva inscripción de las Pcias. Unidas del Río de la Plata.

Dentro del proceso constitucional argentino, la Asamblea General Constituyente del año XIII,
significa uno de los actos más trascendentales de nuestra vida histórica. Nace en un momento
crucial de nuestra nacionalidad, cuando la inestabilidad de los gobiernos patrios y la
desorientación en los planteos de la independencia, parecen encaminados a hacer naufragar la nave
del Estado. Convocada para solucionar nuestro destino independiente y para darnos una Ley
fundamental, no realizó ni lo uno ni lo otro, por lo que su labor fracasó, pero su labor legislativa
fue tan intensa, las ideas que en ella se debatió y las leyes que de su seno surgieron otorgaron justa
perpetuidad a su obra. Hizo un extraordinario aporte, creando instituciones y realizando reformas
sustanciales en la caduca organización virreinal. Tanto en el orden político, religioso, económico o
en el social, introdujo profundos cambios que dieron un vuelco a la marcha de la revolución. Con
respecto a la independencia del poder español, si bien no la declaró formalmente, sus actos y
decisiones conformaron legítimas expresiones de soberanía. Su error fundamental estribó en no

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tratar los proyectos constitucionales, debatirlos, reformarlos si era necesario y de esta manera
haber dado una constitución orgánica. Si bien no llegaron a sancionarse, ni siquiera a tratarse,
dejaron su valioso aporte al proceso constitucional. Las instrucciones de los diversos pueblos
marcaron quizás el rumbo definitivo de nuestro sistema federal de gobierno o al menos el
pensamiento político dominante en la época.
“Constituyó el primer ITO donde el país muestra su vocación de organizarse a través de una ley
fundamental. Fue un hito histórico que no cumplió con las metas que se había propuesto porque su
meta fue, declarar la independencia y dictar una Constitución, No hizo ni lo uno ni lo otro,
pero sin embargo pudo a través de normas que dictó esta asamblea que duró hasta el año 1815, fijó
pautas normativas muy importantes. Se suprimen viejos derechos de la nobleza y la monarquía
para proclamar la igualdad de los hombres ante la ley, así es como se suprimen los títulos
nobiliarios y los emblemas y símbolos de esta clase privilegiada, se prohíben los tormentos y se
destierra el mayorazgo. Se proclama la libertad de vientres y consecuentemente con este decreto se
prohíbe el tráfico de esclavos. Y al consagrar los derechos del indio se prohíben las mitas,
encomiendas y yanaconazgos y todo servicio personal de aquél. De esta manera reafirmaba los
derechos del hombre en sociedad, suprimiendo instituciones españolas que durante la colonia,
produjeron la supresión de elementos derechos humanos.
-Apenas instalada la Asamblea se sanciona “El Estatuto del Supremo Poder Ejecutivo”: El 27 de
febrero de 1813, en cumplimiento al Art.5º del primer decreto de la Asamblea donde se establecía
que el Poder Ejecutivo debía continuar ejerciéndose por el Triunvirato, pero en carácter precario,
De acuerdo con tal estipulación nació el Estatuto del Supremo Poder Ejecutivo, el cual comienza
delegando en los triunviratos las facultades del Ejecutivo hasta la sanción de la Constitución del
Estado. Hacer ejecutar puntualmente las leyes y decretos soberanos y gobernar el Estado; mandar
el ejército, armada y milicias nacionales; administrar las rentas del estado; mantener las relaciones
exteriores; Ejercer el patronato nacional y formar los reglamentos y ordenanzas que creyera
conveniente.
- El 6 de septiembre se sanciona el “Reglamento de Administración de Justicia, organizando las
diversas instancias.
-Se crea el Poder Ejecutivo Unipersonal y para su gobierno se reforma, “El Estatuto del Supremo
Poder Ejecutivo” el 26 de enero de 1814 con la creación del gobierno unipersonal que habría de
regir como sistema, hasta 1820.
-Otra medida de gran trascendencia fue que otorgó “Facultades extraordinarias” a la Comisión
permanente de la Asamblea, el 18 de noviembre de 1813, esta institución fue muy repudiada,
ejercida posteriormente por otros gobiernos sin ninguna discriminación.

-Las numerosas leyes que aprobó la asamblea del Año XIII, instauraron de hecho la verdadera
independencia de las pcias. Unidas del Río de la Plata. La política facciosa del régimen anterior en
el seno del congreso, encaminaba a fortalecer interese mezquinos o el triunfo de determinadas
posiciones partidarias entorpeciendo la labor constitucional, sin embargo los principios que
llegaron hasta ella, las ideas que se debatieron y los sistemas que se propugnaron tomaron vida
desde entonces a lo largo de nuestras luchas civiles, para rematar a través de más de cuarenta años
en la Carta del 53.
-También tiene origen en ella la política Directorial, de centralismo desmedido, avasallamiento de
las autonomías provinciales, negando el legítimo derecho de los pueblos de regirse y gobernarse
por sus propias Instituciones.

LOS PROYECTOS CONSTITUCIONALES. (En el programa nuevo no entran)

Si bien los proyectos constitucionales presentados a la Asamblea o los que se elaboraron para su
tratamiento, no llegaron a concretarse por las circunstancias históricas conocidas, no por eso han
dejado de realizar su valioso aporte a nuestra vida institucional. Cuatro proyectos que se conocen
hasta nuestros días fueron preparados para ser presentados a la Asamblea Constituyente. Los dos
primeros: el de la Comisión oficial y el de la Sociedad Patriótica, parece ser que fueron tratados en
el seno del Congreso, según se desprende de cierta documentación donde se da cuenta de que no se
puede proceder a la creación de ninguna provincia hasta la formación de la Constitución en que
está trabajando aquella soberana corporación. El tercer proyecto fechado el 27 de enero de 1813
se cree fue redactado por una Comisión interna de la Asamblea, en sus deliberaciones
preparatorias. El cuarto proyecto, de neto corte federal.
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1)- PROYECTO DE LA SOCIEDAD PATRIOTICA: Presidida por (Bernardo de Monteagudo)
acepta la invitación que le formula el triunvirato en fecha 3 de noviembre de 1812, para redactar
un proyecto de Constitución. Es sin duda el más importante, de todos los textos constitucionales
que giraron en torno a la asamblea, sus autores tomaron principios de la constitución Francesa, y
de EE.UU., y de la Española de 1812. Como antecedente recogieron los derechos absolutos del
hombre, Recogieron los principios del decreto de seguridad individual del 23/de noviembre/1811,
dado por el (primer triunvirato) no respeta el federalismo, este proyecto no respondía a la realidad
histórica, ni consultaba el derecho legítimo de los pueblos.

2)- PROYECTO DE LA COMISION OFICIAL: El triunvirato nombra, a su vez el 4 de


noviembre de 1812, una comisión para que redacte igualmente otro proyecto de Constitución para
ser presentado al seno de la Asamblea. Este proyecto consta de 273 artículos, es más claro y
preciso que el de la sociedad patriótica al tratar el problema de la independencia, estableciendo
que: Las provincias del Río de La Plata forman una República libre e independiente, no habla
sobre la forma de gobierno, pero si se nota principios republicanos. Este proyecto al igual que el
de la Sociedad Patriótica, a pesar de establecer cierta descentralización administrativa, desconoce,
igualmente los derechos de las provincias por lo que su planteamiento fundamental es una
negación del sistema federal de gobierno. No toma determinación en el tema Federal, ya que no le
da poder a las provincias.
3)- PROYECTO DE LA COMISION INTERNA: El tercer proyecto fechado en 27 de enero de
1813, se cree que fue redactado por una comisión interna de la Asamblea. Se desconocen sus
autores, pero no cabe dudas que se hallan vinculados a los nombres de los que redactaron el
proyecto de la comisión oficial, no sólo por la influencia que este ejerció, sino porque los hombres
letrados de la Asamblea, capaces de estos logros constitucionales, eran muy pocos. Recogió 13
artículos del proyecto de la sociedad patriótica y modificó casi 80 artículos del de la comisión
oficial, y creó treinta y cinco artículos originales. Consagra la independencia Nacional, proclama
los principios básicos de la república (soberanía popular representativa, división de poderes). Pese
a las diferencias que salva o a la integración que hace de otras constituciones, este proyecto padece
del mismo centralismo que sus similares.
4)-PROYECTO FEDERAL: Se cree que su autor fue Felipe santiago Cardozo. No deja de ser
interesante a pesar de su falta de originalidad y de la copia servil de textos Americanos. En su
portada lleva la inscripción “Plan de una constitución liberal federativa para las provincias Unidas
de la América del sur, más conocido como “Proyecto de confederación y perpetua entre provincias
de Bs. As., Santa fe, Corrientes, Paraguay, Banda oriental del Uruguay y Tucumán, que en
realidad es el subtítulo del trabajo. Lo más probable es que no haya sido presentado a raíz de los
acontecimientos políticos contrarios a la posición asumida por Artigas.
Sus primeros artículos fueron tomados del acta de confederación de 1777, está inspirado en la
constitución federal de 1787 de los Estados Unidos
Ningún saldo positivo dejó este proyecto, sus autores desearon instaurar en el río de la Plata la
corriente constitucionalista norteamericana.

-La confusión en el sistema a adoptar, estriba en la falta de formación jurídica y en la


inexperiencia que estos pueblos recién nacidos a la libertad, tenían para el manejo del gobierno.

EL PRONUNCIAMIENTO FEDERAL (No va) Resumen sobre el principio Federal Argentino.

EL PRONUNCIAMIENTO DE LOS PUEBLOS. Precisar en qué momento, en qué institución o


acontecimiento determinado nace el federalismo argentino como hecho histórico, es
indudablemente uno de los más arduos problemas de nuestra disciplina. Es evidente que el origen
de nuestro federalismo, en sus primeros antecedentes, se remonta a la organización de la Colonia
en sus aspectos sociales, en sus instituciones políticas y en su estructuración económica. Tal es la
diversidad de los factores, que torna ridícula la pretensión de encontrar en una sola causa al
federalismo. Nacida de la entraña del pueblo argentino, constituye un fenómeno tan complejo
como la vida misma.
-En torno de 1815 ubicamos el pronunciamiento federal, ya que en ese año, los pueblos litorales
empezarán su lucha autonómica y las ideas de Artigas (Jefe De la liga del litoral) comenzarán a
tomar arraigo por todos los caminos de la mesopotamia, para luego extenderse al interior. Dejamos
establecido que en la organización colonial se encuentran los gérmenes del federalismo argentino.
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Cada región realiza el ejercicio de su vida comunal, adviene a sus necesidades y conforma un
estilo de vida propio. En el cabildo el pueblo halla un medio de expresión y un organismo activo
para realizar su gobierno. La creación del virreinato en el Plata, y la ordenanza de intendencias,
cercenaban aún más las facultades de los cabildos, implantando un centralismo que responde
plenamente a la despótica ilustración de la casa reinante (Los Borbones). En el actual territorio
Argentino todas las ciudades quedan supeditadas a Buenos Aires, Córdoba y salta, bajo un
régimen intendencial que quiebra las aspiraciones autonómicas de los municipios. De allí surgen
las rivalidades entre las distintas ciudades y regiones, la lucha por el predominio y por el
establecimiento de sus fueros. Producida la revolución de Mayo en la que estaban comprometidos
muchos pueblos del interior, nace en cada uno de ellos la esperanza en el nuevo gobierno y en el
sistema a implantarse, la invitación por intermedio de la circular del 27 de mayo de participar en el
gobierno patrio, los adhiere plenamente a la causa revolucionaria. A todo esto, a la legítima
solicitud de los pueblos de elegir sus propios gobernantes se les contesta en la mayoría de los
casos, negativamente; y comprende así que la odiada estructura intendencial es usada por el
gobierno de Buenos Aires para mantener determinadas supremacías. La posición facciosa de la
Asamblea del año XIII, el rechazo de los diputados orientales, las tentativas monárquicas y la
errónea política dictatorial, combatiendo las aspiraciones autonómicas van a producir el estallido
de los pueblos en defensa de sus intereses. Súmele a ello las alternativas del proceso económico,
Producida la revolución de Mayo y establecida la libertad de comercio iniciada en 1809, Buenos
Aires, su puerto y su aduana, sus comerciantes y la zona de influencia de la capital, reciben los
inmediatos beneficios de esta nueva política mercantil, pero el interior, que no puede competir con
la industria manufacturada de Europa en pleno auge fabril, ve sucumbir su pobre economía rural y
su industria doméstica.

-Cabe aclarar que los proyectos constitucionales y el conjunto de instrucciones dadas por los
pueblos a sus diputados, como por ejemplo: instrucciones de Artigas a los diputados de la Banda
Oriental, Las instrucciones de Jujuy, Potosí, etc. para asistir a la asamblea, hubieran conformado
un todo orgánico que llevado al seno de la Asamblea, podría haber dado equilibradas soluciones a
los problemas institucionales que se debatían. La política facciosa, dirigida por los grupos
centralistas y los hombres de la Logia, echó por tierra todos estos proyectos y no se cumplió el
mandato que los asambleístas llevaban en sus respectivas instrucciones. El ejemplo más claro del
dirigismo político en el seno del Congreso lo tenemos en el rechazo de varias diputaciones en
especial, a la de la banda Oriental. Si bien los hombres de la Banda oriental, no acataron la circular
del 24 de octubre de 1812, donde se establecía la forma de elección y demás formalidades para
elegir a los diputados, la realidad es que la actitud de Artigas no era bien vista, especialmente por
el grupo dirigido por Alvear, con quien había chocado. La incorporación de los diputados
Orientales restaría fuerza a los hombres que respondían al futuro director. Además, los principales
principios que consagraban las instrucciones de Alvear ponían en peligro la política centralista y
absorbente de Bs. As. Porque sustentaba un sistema que proclamaba el derecho de los pueblos de
decidir su propio destino y regirse por sus propias instituciones. Dirá Artigas que la soberanía
particular de los pueblos debe ser ostentada y proclamada como el único objeto de la revolución.
Los pueblos habrán de combatir por sus soberanías particulares sin olvidar un instante a la Nación,
como ideal supremo de un destino común.
-Es evidente que el rechazo de los orientales divorció en forma absoluta a los pueblos del litoral
con el gobierno nacional. Desde entonces Artigas convertido en protector de los pueblos libres,
forma su famosa liga litoral, integrada por: Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Pueblos Misioneros,
Córdoba y la misma Banda oriental. En el seno de esos pueblos habrá de formarse el ideario
federal, bandera de caudillos, que habrá de mantenerse, hasta concretarse en la “Constitución
Nacional del 53” después de casi 40 años de lucha. -Este federalismo es la mayor fuerza opositora
del régimen dictatorial.
(Para entender) El vocablo provincia conforme a la acepción plenamente autonómica, de
gobierno propio, como persona de derecho público, va a surgir recién en el proceso independiente,
en la controversia de las luchas civiles, y así partiendo de la autonomía meramente comunal o de
cada ciudad, se irá formando en torno de ellas la zona territorial de influencia que más tarde será el
ámbito de cada provincia. En 1853 ellas conformarán la Nación como verdaderas entidades del
derecho público, con sus gobiernos propios, sus constituciones, sus leyes, su territorio. Por ello es
que al comienzo de la Revolución argentina no podemos hablar de provincias, sino de ciudades o
pueblos.

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Punto4) El Régimen Directorial. El Estatuto Provisional de 1815. Su contenido.

EL RÉGIMEN DIRECTORIAL:
¿Cómo surge El Directorio? Apenas instalada la Asamblea del año XIII se sanciona “El Estatuto
del Supremo Poder Ejecutivo”, El 27 de febrero de 1813, primer decreto de la Asamblea donde se
establecía que el Poder Ejecutivo debía continuar ejerciéndose por el Triunvirato, pero en carácter
precario, (provisorio), este Estatuto provisorio, comienza delegando en los triunviratos las
facultades del Ejecutivo hasta la sanción de la Constitución del Estado. Posteriormente se reforma
este Estatuto provisorio, el 26 de enero de 1814, creando el gobierno unipersonal que habría de
regir como sistema, hasta 1820. Así crea el Directorio (Poder Ejecutivo Unipersonal), Gervasio
Posadas primer Director Supremo.

-Desde el comienzo de su mandato, El primer Director Gervasio Antonio Posadas, (primer


Director Supremo) carente de condiciones de gobernador, el débil gobierno, la lucha contra
Artigas, el evidente fracaso del Congreso, las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma, determinaron a
los miembros de la Asamblea a buscar el apoyo de Inglaterra y el acercamiento a España con toda
Urgencia. No pudo desarrollar una política eficaz, que solucionara los graves problemas que
aquejaban a las Provincias Unidas, Durante su mandato cambia el panorama Europeo; Napoleón
se aleja definitivamente de escenario político, y con el retorno de Fernando VII, se cierne sobre el
río de la Plata la amenaza de una poderosa invasión. Las tentativas monárquicas de la época y que
por otra parte continuaron en el Congreso de 1816 y se prolongan hasta la caída del Directorio,
fracasadas totalmente desprestigian totalmente su gestión y la de sus sucesores.
El problema fundamental del Directorio se desarrolla en torno a los sucesos de la Banda Oriental.
Posadas da un enérgico decreto el 11 de febrero de 1814 donde declara a Artigas fuera de la ley,
enemigo de la Nación: ordenando que fuera perseguido y muerto en caso de resistencia, por traidor
a la patria, también se lo privaba de todos sus empleos y honores. Artigas realizó peticiones al
directorio exigiendo que se reestablezca su honor y que se reconozca la independencia de los
pueblos de Entre Ríos y de La banda Orienta, esto fue rechazado por Posadas.
-Al iniciarse el año 1815, la situación se torna harto difícil para el gobierno, debido al descontento
general por la política facciosa que lleva el alvearismo. Ante la anarquía del ejército, que no
respondía al Directorio y la falta de apoyo en la mayoría de las provincias, Posadas presenta su
renuncia que es aceptada el 9 de enero de 1815. En su reemplazo se designa al general Alvear,
(sobrino de Posadas) prestando juramento el 10 de enero de 1815. Falto del equilibrio necesario
para el buen gobierno, ensoberbecido por sus triunfos y ambicioso de poder, comenzó Alvear su
gestión con innumerables desaciertos que inmediatamente lo desacreditaron, socavando su
prestigio.
- En la Banda oriental Artigas, derrota el 15 de enero de 1815 al ejército dictatorial al mando de
Dorrego. Desde ese momento Montevideo y toda la pcia. Oriental, quedaban bajo el absoluto
dominio del caudillo y llevaría la bandera de su proctetorado hacia las pcias. Amigas.
-Con fecha 28 de marzo de 1815, Alvear dictó un decreto dictatorial donde se castigaba con pena
de muerte a todos aquellos que de una u otra forma atacaran al gobierno, divulgaran falsas
noticias, provocaran la deserción o seducción de las tropas o conspiraran contra las autoridades, el
terror cundió por todo Bs. As. Y aún en las pcias. Situación esta que fue aprovechada por sus
opositores para desprestigiar su obra.
La liga Federal: Retirado del sitio de Montevideo Artigas comienza su campaña libertadora, y su
lucha contra el gobierno porteño, el 22 de febrero de 1814 asegura su predominio en Entre Ríos,
La provincia de Corrientes ya había sido declarada independiente y se había proclamado a Artigas
como su protector.
Bs. As. Ofrece la independencia absoluta a la Banda Oriental, solamente a Santa Fe, le niega toda
aspiración a vivir autonómicamente, mandando hasta 1815 tenientes gobernadores que no sólo
eran extranjeros a la localidad sino que sólo recaudaban contribuciones.
-Triunfante Artigas sobre las fuerzas de Dorrego e iniciados los movimientos independientes en
Entre Río y Corrientes, el fermento revolucionario comienza a actuar en Santa Fe.
Santa Fe, ayudada también por el caudillo, el 24 de marzo de 1815 unido con un ejército
santafecino depone a Días Vélez gobernador enviado por Bs. As. Y se proclama independiente, y
posteriormente elige su primer gobernador y logra su aspiración autonómica.

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-El 28 de marzo de 1815 Córdoba solicita su ayuda para deponer a los gobernantes porteños. Para
esto el caudillo oficia al Cabildo de Córdoba, comunicando que ha triunfado en Santa Fe, y que
marcha sobre Córdoba, pidiendo el retiro de las tropas directoriales, y que se le restituya a
Córdoba en el pleno goce de sus derechos. Esto provoca, que el 29 de marzo de 1815 se celebra en
Córdoba un cabildo abierto y Ocampo presenta su renuncia. Se elige al Coronel Díaz que
responde a la corriente federalista.
Frente a la política del Directorio, y a los tanteos del gobierno, protectorados o monarquías, la liga
artiguista significó la voluntad irrevocable de los pueblos litorales de sostener los principios de la
federación, que subsistió hasta 1820.

-La noticia del alzamiento Santafecino produjo en Buenos Aires un gran desconcierto. El director
convocó a sus fuerzas y organizó un poderoso ejército al mando del coronel Viena con el fin de
llevar la guerra contra Artigas, a quien sabía en el litoral y someter a Santa fe.
En vanguardia se destacó Álvarez Thomas que a poco de marchar de la capital, Thomas que
integraba un grupo de revolucionarios que desde hacía tiempo pensaba derrocar a Alvear, entró en
contacto rumbo a san Nicolás, con elementos Artiguistas que le prometieron ayuda, según carta de
Álvarez Thomas a Sarratea, escrita el 10 de julio “Artigas debía entrar triunfante en Buenos
Aires”.
Desde su campamento Thomas remite un oficio a Alvear conminándolo a que abandone el
gobierno, y deje al pueblo de Buenos Aires elegir libremente su gobierno. Al enterarse Alvear no
decide abandonar el cargo y moviliza las fuerzas, pero ante la imposibilidad de salir airoso decide
aceptar consejo de sus amigos y presenta su renuncia como director, quedando con la dirección del
ejército.
-Se reúne la asamblea extraordinaria El 14 de abril de 1815 a los efectos de considerar la
renuncia de Alvear, resolviendo aceptarla y nombra a un triunvirato formado por Rodríguez Peña,
San Martín y Matías Irigoyen para que ejerza las funciones de gobierno interinamente. Esta
medida nada pudo hacer ante la rebelión del Pueblo de Buenos Aires, Soler se presentó ante el
Cabildo con los comandantes de regimientos Porteños, solicitando se le quitara a Alvear el mando
del ejército y se declarara nulo todo lo actuado por la Asamblea, a cuyos miembros les negaba
facultades para actuar en representación del pueblo.
-Ante esto el cabildo asumió de hecho el gobierno nombrando una comisión de 4 miembros, y
envía a Alvear una intimación pidiéndole la renuncia a la jefatura de las fuerzas. Alvear no aceptó,
siendo su contrapuesta rechazada por el cabildo. Le remiten oficio a Álvarez Thomas para que
avanzara sobre la ciudad haciéndole saber que el pueblo lo apoyaría. Alvear le comunica que
atacaría a Buenos Aires y que permanecía en su actitud. El cabildo le envía un ultimátum ya
amenazando su aniquilación pero si en término de un cuarto de hora recibida la intimación
presentaba la renuncia, se le garantizaba para salir fuera del territorio de las provincias Unidas con
su familia. No pudiendo resistir decide Alvear renunciar al mando.
Hecho esto, el Cabildo anuncia la dimisión de aquel y la disolución de la memorable
Asamblea del año XIII.

Calmada la situación en Bs. As., el cabildo procede el 18 de abril de 1815 a convocar a elecciones
para elegir un gobierno provisional. El 19 de abril, los electores consagrados por el voto del pueblo
en unión con un representante del cabildo, eligen en carácter de director al general Rondeau y por
ausencia de este nombran sustituto a Ignacio Álvarez Thomas. El 6 de mayo de 1815 Thomas se
recibe oficialmente en su cargo, aceptando el Estatuto que la Junta de Observación ha redactado
para el nuevo gobierno.

EL ESTATUTO PROVISIONAL DE 1815. SU CONTENIDO.

- En el Bando que el Cabildo da el 18 de abril, previo a la culminación de todos los sucesos que
terminarían con el alejamiento definitivo de Alvear, expresaba que una Junta de observación daría
al nuevo gobierno "un Estatuto provisional, capaz de contener los grandes abusos que hemos
experimentado". El 5 de Mayo la junta da el nuevo Código, que es aprobado por Álvarez Thomas.
Sus cláusulas carecen de mayor importancia, de una u otra forma, la mayoría de sus preceptos
están contenidos en los proyectos del año XIII.
Se ha dicho que el Estatuto del 5 de mayo de 1815 “era de tendencia federalista porque, por
primera vez en la historia constitucional del país, otorga a las provincias el derecho de elegir sus
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propios gobernadores”. Estamos en desacuerdo con esto. Una vez más, como en los anteriores
proyectos, se reconocía o se invocaba el “término provincias”, como entidades administrativas o
meras dependencias del gobierno central, pero no se les reconocía como verdaderas personas del
derecho público, en posesión de su autonomía y con facultades para regirse independientemente,
dándose sus constituciones y leyes. Si el Estatuto hubiera sido federal, como se ha dicho, tendría
que dedicar más de un capítulo a la organización de los Estados particulares, estableciendo sus
derechos y obligaciones, ya que ellos son los entes fundamentales de la estructura constitucional.
Por otra parte en el capítulo V, Art. 5º, se establece que “los tenientes gobernadores serán
nombrados por el director a propuesta en terna del cabildo de su residencia”. De esta manera, gran
parte de los gobernadores de provincias serían nombrados desde Bs. As., por el Director, y elegiría
a aquellos que más se inclinaran a su política. Este ensayo transitorio no es sino una mala copia del
proyecto de Constitución de la Sociedad Patriótica. Aparece a raíz de una agitación federal, pero
su contenido es netamente unitario.
La única cláusula que ha hecho trascender a este Estatuto es la del artículo 30 de la sección
dedicada al Ejecutivo, donde se establece que, luego que el Directorio “se posesione del mando,
invitará, con particular esmero y eficacia, a todas las ciudades y villas de las provincias interiores
para el pronto nombramiento de diputados que haya de formar la Constitución, los cuales deberán
reunirse en la ciudad de Tucumán.”
Al margen del Art. 30, El Estatuto carece de interés no sólo constitucionalmente sino en la
práctica, ya que el Director interino traicionó la causa de los pueblos libres.

-La repulsa de este estatuto, al margen de los acontecimientos, se debió igualmente a que a pesar
de los 5 años de revolución y el anhelo esencial de los pueblos de quebrar la estructura política de
la colonia, en este “Estatuto” se mantenía el combativo régimen intendencial que conspiraba
contra el sentimiento autonomista de las provincia.

Para acordarme -Directores supremos:

La asamblea del Año XIII Dicta el 27 de febrero de 1813 “El Estatuto del Supremo Poder
Ejecutivo” en cumplimiento al Art.5º de este primer decreto, se establecía que el Poder Ejecutivo
debía continuar ejerciéndose por el Triunvirato, pero en carácter precario.

-Se crea el Poder Ejecutivo Unipersonal y para su gobierno se reforma, “El Estatuto del Supremo
Poder Ejecutivo” el 26 de enero de 1814 con la creación del gobierno unipersonal que habría de
regir como sistema, hasta 1820.
-Gervasio Posadas: 1er. Director Supremo, 26 de enero de 1814.
Presenta la renuncia el 9 de enero de 1815. En su reemplazo se designa a
-El general Alvear: 2do. Director Supremo, jurando el 10 de enero de 1815.
Presenta la renuncia el 14 de abril de 1815. Eligen en su Reemplazo por votos del pueblo a
-El general Rondeau, por su ausencia nombran sustituto a Ignacio Álvarez Thomas el 6 de mayo
de 1815, aceptando el Estatuto que la junta de observación ha redactado para el nuevo gobierno
“El estatuto provisional de 1815” fue dado el 5 de mayo de 1815. Renuncia el 16 de abril de 1816
a consecuencia del Pacto de Santo Tomé firmado el 9 de abril de 1816, entre Díaz Vélez
dependiente de las tropas de Bs. As. Y Cosme Maciel comandante de las fuerzas de Mar por Santa
Fe. Quedan en paz y Unión las tropas. Santa Fe pide el derecho a elegir a su gobernante. Pacto que
debía ser ratificado cuando la circunstancia lo permita por, El gobierno de Bs. As., El gobierno de
Santa Fe y Don José Artigas. Posteriormente firman el 28 de mayo de 1816, 2 tratados uno público
y otro privado, ambos tratados fueron Ratificados al día siguiente por Santa Fe pero Bs. As. No
cumplió. En su reemplazo es nombrado:
-Antonio González Balcarce, 3er. Director Supremo.

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UNIDAD VIII - B) EPOCA PATRIA (Continuación)

1) La Emancipación Política. El Congreso de Tucumán y la Declaración de la Independencia. La


Forma de Gobierno: Debates y propuestas.
2) El Reglamento Provisorio de 1817. Su contenido.
3) Las Primeras Constituciones. La Constitución de 1819 y el proyecto de gobierno monárquico.
Congreso Constituyente de 1824. La llamada “Ley Fundamental”. “La Ley de Presidencia” y “La
Ley de Capitalización”. Unitarismo y Federalismo. La Constitución de 1826. Contenido y
caracterización.
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Punto1)- LA EMANCIPACIÓN POLÍTICA. EL CONGRESO DE TUCUMÁN Y LA


DECLARACIÓN DE LA INDEPENDENCIA. LA FORMA DE GOBIERNO: DEBATES Y
PROPUESTAS.

EL CONGRESO DE TUCUMÁN. Si bien el llamado movimiento federal, producido en torno de


1815 en Buenos Aires (cambio de director, Junta de observación, políticas con la provincias y el
Estatuto provisional) no dio mayores frutos en el orden institucional, En el estatuto provisional de
1815 en su Art. 30, establecía que una vez que el director asumiera el mando, invitara "con
particular esmero y eficacia a todas las ciudades y villas de las provincias interiores para el pronto
nombramiento de diputados que hayan de formar la Constitución, los cuales deberán reunirse en la
ciudad de Tucumán", para allí acordar el lugar en que hayan de continuar sus secciones. Este Art.
30 Tuvo singular trascendencia histórica.
A pesar del fracaso del Estatuto provisional y de su rechazo por casi todas las provincias, las
ciudades y villas, anhelosas de convertir en realidad el sueño de Constitución e independencia
aceptaron aquella convocatoria y fueron enviando sus diputados.
-Es verdad que la situación no podía ser más crítica. El grave problema de la lucha de Buenos
Aires con el litoral, por no ratificar Bs. As. Los tratados con Santa fe del 28 de mayo de 1816, las
disidencias internas de los grupos directoriales, la derrota del ejército patriota del Norte en Sipe-
Sipe, la posterior controversia de Rondeau y Güemes, así como también la poco favorable
situación internacional, con el afianzamiento de las monarquías y la lucha de España por
reconquistar sus perdidas colonias de América, presagiaban lógicamente el fracaso del Congreso
convocado en la ciudad de Tucumán.
Ante la actitud del Directorio y el congreso de no ratificar los tratados del 28 de mayo de 1816,
Artigas, Santa Fe y los demás pueblos del litoral deciden no concurrir al soberano Congreso de
Tucumán, con excepción de éstas, todas las demás provincias concurren a la Asamblea que
inaugura solemnemente sus sesiones el 24 de marzo de 1816.
-Una vez instalada la Asamblea, al igual que la del año XIII, se declara soberana, redactando un
manifiesto para todas las provincias que lleva la firma de los congresales asistentes. Desde
entonces comienza la ardua labor de la Asamblea que asumía sus funciones constituyentes-
legislativas abrogándose además, otras facultades y poderes de gobierno en uno de los momentos
más críticos de la historia. Todos los fundamentales problemas que agitan a las Provincias Unidas
son sometidos a examen de la magna asamblea. Se trata de consolidar la paz en el orden interior y
asegurarse del ataque externo. Atento la renuncia de González Balcarce, la asamblea se ve en la
necesidad de nombrar un nuevo director supremo, recayendo tal designación en la persona del
coronel mayor, don Juan Martín de Pueyrredón quien surge electo en la sesión del 3 de mayo de
1816. Inmediatamente se aprueba un plan de trabajo, referente a aquellas materias que debían
merecer especial y preferente atención, de parte del Congreso, para las discusiones y
deliberaciones,
“Notas de materias”, Se destacan entre ellas:

-Un manifiesto que exponga a la consideración de las provincias los espantosos males que han
causado las divisiones de los pueblos y las revoluciones.
-Declaración o deslinde de las facultades del actual soberano Congreso Nacional Constituyente y
tiempo de su duración.
-Discusiones sobre la declaración solemne de nuestra independencia política: el manifiesto de
dicha declaración. Iniciativa del poder ejecutivo para el envío de diputados a las Cortes que se
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crean convenientes a tratar sobre el reconocimiento de aquella, como también a la de Roma para el
arreglo de materias eclesiásticas y de religión.
-Pactos generales de las provincias y pueblos de la Unión, preliminares a la Constitución, y que en
las circunstancias se estiman necesarios para consolidar dicha Unión.
-Qué forma de gobierno sea más adaptable a nuestro actual estado, y más conveniente para hacer
prosperar las Provincias Unidas.
-Decretada la forma, un proyecto de Constitución.
-Nombramiento de una comisión compuesta de los mejores oficiales del Estado para el arreglo de
nuestro sistema militar.
-Arreglo de la Marina.
Todo un verdadero plan de gobierno, presentado al Congreso. Aprobado, luego de no pocas
discusiones, se acordó unánimemente y se propuso a deliberación la libertadad e independencia del
país.

LA DECLARACION DE LA INDEPENDENCIA.
En la sesión del 9 de julio, una vez que se acordó tratar y deliberar sobre la libertad e
independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, “los señores representantes” puestos
en pie, los señores diputados en sala plena, aclamaron la independencia de las Provincias Unidas
de la América del Sud de la dominación de los reyes de España y su metrópoli. Se recogieron
después, uno por uno, los sufragios de los diputados, resultaron unánimes y se pasa a labrar el acta,
luego aclamaron: “Nos los representantes de la provincias unidas de Sud América, reunidos en
Congreso General, invocando al Eterno que preside el Universo, en el nombre y por autoridad de
los pueblos que representamos, declaramos solemnemente a la faz de la tierra, que es voluntad
unánime de estas provincias romper los violentos vínculos que las ligaban a los reyes de España,
recuperar los derechos de que fueron despojados e investirse del alto carácter de nación libre e
independiente del Rey Fernando VII, sus sucesores y metrópoli. De esta manera, por irrevocable
acto de las Provincias Unidas del Río de la Plata declaraban su independencia, ratificando así la
obra de la Revolución de Mayo.
Faltaba encarar el problema constitucional: adoptar una forma definitiva de gobierno y dar una
Ley Fundamental que organizara integralmente a la Nación.

LA FORMA DE GOBIERNO: DEBATES Y PROPUESTAS.


Declarada formalmente la independencia, los diputados, sin respetar el orden establecido en las
notas de materias, se entregaron plenamente a la labor de solucionar el grave problema de la forma
de gobierno que habría de adoptarse para la nueva nación. Principios republicanos y monárquicos,
sistema federal o de unidad, jugaban en el orden de ideas de la época, sostenidos algunos, por
calificadas élites, o proclamados un tanto instintivamente por amplios sectores sociales.
Los acontecimientos Europeos habrían de gravitar en forma decisiva sobre los hombres de
Tucumán. El triunfo de las Monarquías en auge de plena restauración, la política de la Santa
Alianza y el abatimiento definitivo de Napoleón, promoverían una fuerte corriente en el Río de la
Palta en pro de las coronas reinantes y su sistema de gobierno. Las Repúblicas, por otro lado,
desacreditadas por sus mismos enemigos, no encontraban cabida en la vorágine del viejo mundo
que volvía por sus antiguos fueros, por otro lado los hombres de Tucumán no ignoraban el ideal
del sistema federal, que sostenían las provincias argentinas y sus luchas que sobrevendrían por
mantenerlo.
Sabedores los congresales que Manuel Belgrano en su viaje por Europa había podido apreciar
directamente los problemas políticos que aquejaban al continente, y para valorar las diversas
opiniones que sobre nuestra revolución circulaban en las cortes, a tal efecto lo invitaron para que
informara a la Asamblea, (sesión secreta del 6 de julio de 1816). En esta sesión Belgrano expresó
que como el espíritu general de las naciones en años anteriores era “Republicarlo” todo, en el día,
se trataba de “Monarquizarlo” todo. Expresa: que la Nación Inglesa con el grandor y majestad a
que se ha elevado, no por sus armas y riquezas, sino por una Constitución de monarquía
temperada, había estimulado a las demás a seguir su ejemplo, que Francia la había adoptado, El
Rey de Prusia y otras Naciones. Expuesto el problema Europeo, Belgrano propuso en breves
palabras la solución al conflicto nacional y manifestó a los diputados que “la forma de gobierno
más conveniente para estas provincias, sería la de una monarquía temperada, insiste sobre la
conveniencia de coronar un inca, analizó la situación de España y la precariedad de sus fuerzas

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después de la invasión Napoleónica, así como también, la llegada de tropas portuguesas al brasil,
luego de su exposición, terminó la sesión.
-Sesión Pública del 12 de julio de 1816, en las distintas propuestas sobre la forma de gobierno a
adoptarse, varios diputados habiendo escuchado las propuestas del general Belgrano consideraban:
El diputado Acevedo, expresa por su parte que la forma de gobierno a adoptarse fuese la
“monarquía temperada en la dinastía de los Incas y sus legítimos sucesores”, y que se eligiese a
Cuzco para sede del gobierno. Esta moción fue apoyada.
-Sesión del 15 de julio: Santa María de Oro expresó que: “para proceder a declarar la forma de
gobierno, era preciso consultar previamente a los pueblos, que no era conveniente por ahora otra
cosa que dar un reglamento provisional; y que si se procedía sin ese requisito a adoptar el sistema
monárquico constitucional, al cual se inclinaban los votos de los representantes, se le permitiese
retirarse del Congreso”.
-Sesión del 19 de julio: El diputado Serrano expuso “las ventajas e inconvenientes de un gobierno
federal”, asegurando que lo habría deseado a este sistema para todas las provincias, pero haciendo
una seria reflexión sobre la circunstancias del país, la necesidad del orden y la unión, etc. Creía
conveniente adoptar la monarquía temperada.
-Sesión del 20 de julio: por parte de algunos diputados se hacen exposiciones, sobre reparos y
problemas que suscita la adopción de una monarquía temperada, otros en cambio,”opinaron por su
positiva conveniencia, atendiendo el estado y circunstancias del país, no pudiendo ponerse de
acuerdo se levantó la sesión.
-Sesión del 25 de julio: al adoptar la bandera celeste y blanca como emblema nacional, se expresa
en el decreto respectivo, que dicha enseña se usará como bandera menor, “ínterin”, decretada al
término de estas discusiones la forma de gobierno más conveniente al territorio.
Renovada la discusión del tema, El diputado Castro se mostró partidario de la monarquía
Constitucional, por ser este el sistema “el que dio el Señor a su antiguo pueblo, el que Jesucristo
instituyó en su iglesia, el más favorable a la conservación y progreso de la religión católica, y el
menos sujeto a los males políticos que afectan a los otros. Expuso luego las ventajas del sistema
hereditario sobre el electivo y abundó en razones políticas para sostener que se debía “llamar a los
incas al trono de sus mayores, despojados de él por los reyes de España”. Numerosos diputados lo
apoyaron, insistiendo otros sobre Cuzco como capital del nuevo Imperio, en oposición a estos
otros diputados especialmente Gascón reputó de extemporánea de designar a Cuzco como sede de
la nueva Dinastía. No logrando ponerse de acuerdo se levanta la sesión.
-Sesión del 5 de agosto: el diputado Serrano a pesar de su posición monarquista, expuso los
inconvenientes que acarrearía la implantación de una dinastía incaica, las divisiones internas, los
peligros de la regencia interina y la formación de una nueva nobleza, cuerpo intermediario entre el
pueblo y el trono, males que no llevarían a la integración nacional. Al día siguiente el diputado
Tomás Manuel Anchorena, expuso a su vez las dificultades de instaurar un gobierno monárquico
de cualquier naturaleza “haciendo observar las diferencias entre los llanos y los altos del territorio,
y el genio hábitos y costumbres de unos y otros habitantes” explicando la “mayor resistencia de los
llanos a la forma monárquica”, concluyó el único medio de conciliar las dificultades “era, en su
concepto, el de Federación de Provincias”.
Vanas fueron las discusiones de los congresales en aquellos meses de 1816 por llegar a una forma
conciliatoria sobre la forma de gobierno que habría de adoptarse.

-El arduo problema de la forma de gobierno se vio directamente complicado con la invasión
portuguesa a la Banda Oriental, pues se temió un ataque sobre el resto de las provincias argentinas,
en especial las mesopotámicas.
Con el objeto de sondear los propósitos de la corte portuguesa y de detener una posible invasión, el
congreso resuelve realizar una política de acercamiento para ello designa a Miguel Irigoyen en
carácter de comisionado público y a Florencio Terrada en carácter privado, entregándole a Terrada
instrucciones reservadas para que presente al jefe de la expedición Federico Lecor, expresando que
“la parte sana e ilustrada del Congreso están dispuestos a un sistema monárquico Constitucional o
moderado, bajo las bases de la constitución inglesa, acomodadas al estado y circunstancias de
estos pueblos”. Procura persuadirles del interés y conveniencia que de estas ideas resulta al
gabinete del Brasil en declararse protector de la libertad e independencia de estas provincias.
Temeroso el congreso de la aceptación de esta fórmula, le indica a su comisionado que si después
de proponerles esto lo rechazaran se propondrá la coronación de un infante del Brasil en estas
provincias, o cualquier infante extranjero con tal que no sea España.

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-Los diputados no satisfechos con estas formulaciones que ponían en peligro la independencia
nacional, encarecían a su comisionado Irigoyen, en instrucciones reservadísimas que si se exigía
“que estas provincias se incorporen a Brasil, se opondrán abiertamente” pero que si agotados los
recursos políticos, insistiesen en el empeñoles indicará: (como una cosa que sale del comisionado,
y que es a lo más que tal vez podrán prestarse estas provincias) que formando un estado distinto
del Brasil, “reconocerán como su monarca al de aquel”, mientras mantenga su corte en este
continente, pero bajo una constitución que le presentará el congreso.
-Enterado el Directo supremo Pueyrredón, de las instrucciones dadas a Irigoyen, envía una nota al
Congreso oponiéndose a tales negociaciones y enjuiciando la conducta de sus miembros al
entregar la soberanía de manera tan escandalosa. Y aclara que: “Cualquier otro rumbo que se le dé
a este negocio lo considero impolítico, contrario a nuestros intereses, a la voluntad del pueblo”.
Entendía el director, que el Rey de Portugal, antes de entrar en ninguna negociación, debía
reconocer la independencia argentina.
Por resolución del Congreso (sesión secreta del 13 de junio de 1817) las relaciones diplomáticas y
negociaciones con la corte del Brasil, correrían a cargo exclusivo del director, asesorado por una
comisión de diputados.
Pueyrredón, aunque ataca la gestión diplomática anteriormente mencionada, poco hace para
contrarrestarla invasión llevada a cabo contra el pueblo oriental. Continuas desinteligencias con
Artigas llevan las cosas a su último término y el 20 de enero de 1817 entra en la ciudad de
Montevideo el jefe de los portugueses (Lecor), mientras una comisión marcha hacia Río de Janeiro
“para ofrecer al rey Juan VI la anexión de esa provincia al Reino Unido del Portugal, Brasil y
Algarbes”. Antes de la ocupación el directorio remite algunos refuerzos a la división de Frutos
Rivera, pero ya era tarde, días después Lecor enfurecido con los Orientales que luchan contra él,
dispone el embargo de sus bienes, y en caso de no ser aprendidos ordena represalias contra sus
familias. Como Pueyrredón adopta cierta posición Bélica por la ocupación Lusitana, su
comisionado García en Río de Janeiro le escribe: Que “de por supuesto que triunfamos de los
Portugueses y los obligamos a desalojar la Banda Oriental. Y agrega que el poder de Artigas
aparecerá con mayor ímpetu y será irresistible. Antes que los portugueses le preocupaba Artigas,
declarado enemigo del centralismo porteño y adherido a la causa federal.
El heroico caudillo se debatió ante el invasor, sus hombres fueron perseguidos y muertos, sus
pueblos desvastados, el honor de la nación ultrajado y se abrió el camino de su derrota.

LAS MISIONES DIPLOMATICAS. (No va, esta para entender).


Las misiones diplomáticas enviadas por el Directorio y el Congreso demuestran la equivocada
política del gobierno, insensible a los graves problemas nacionales. Ya a principios de 1817,
Manuel García firma un proyecto de tratado con artículos públicos y secretos con Portugal, donde
se establecía por parte del gobierno argentino, "la obligación de retirar tropas portuguesas y
municiones que se hubiese facilitado en socorro de Artigas" y a no admitirlo este último ni a sus
partidarios en el territorio de la Banda Occidental del Uruguay”. En caso que entrasen cooperarán
para expulsarlos tropas portuguesas. Se estipulaba, además, que el Río Uruguay sería la línea
divisoria entre Brasil y las provincias Unidas del Río de la Plata.
A cambio de esto, Portugal comprometíase a "no emprender nada contra las Provincias Unidas", y
en caso de un rompimiento entre España y Portugal, se estipulaba una alianza, la que sería
publicada juntamente con el reconocimiento de la independencia. Como consecuencia de estas
tratativas preliminares, el Directorio llevó la guerra a las cuatro provincias litorales, colaborando
así, en forma efectiva, con los portugueses instalados en la Banda Oriental.
La decisión de Pueyrredón de llevar la guerra a sus propias provincias, en alianza con el Rey de
Portugal, era a cambio de la coronación de un príncipe de Braganza, y el apoyo en caso de
atacarnos España.
Cuando Artigas se entera de las maquinaciones de Pueyrredón le escribe tratándolo de: V.E. es un
criminal e indigno, responsable ante las aras de la patria de su inacción contra los intereses
comunes. Por fortuna este tratado, firmado por García en abril de 1817 y aprobado por el
Congreso, no fue ratificado por Juan VI, por razones de alta política, que aconsejaban una postura
expectante.

Punto 2) EL REGLAMENTO PROVISORIO DE 1817. SU CONTENIDO.

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REGLAMENTO PROVISORIO DE 1817. (Fue sancionado definitivamente el 3 de diciembre de
1817).
Proclamada la independencia de las Provincias Unidas, al margen de los demás problemas cuya
solución atendía el congreso, faltaba, en verdad, resolver el grave asunto de dar una Constitución
que organizara en forma integral y definitiva a la Nación. Durante el año 1816 se redactaba un
Reglamento provisorio que obtiene la aprobación del Congreso, luego de no pocas deliberaciones,
que abarcan desde el 27 de septiembre de ese año hasta el 22 de noviembre del mismo, en que se
remite al director para su aprobación. Pueyrredón realiza algunas observaciones, y lo traslada a Bs.
As. Por no poder ser sancionado por la asamblea en Tucumán.
En Bs. As. El congreso inauguró solemnemente sus funciones el 12 de mayo, pero a pesar de las
diversas tentativas de dar definitivamente una constitución, los problemas que aquejaban a la
Nación impidieron que el cuerpo se diera de lleno al tratamiento de un nuevo proyecto. El 1º de
agosto se puso a votación si convenía o no dar una constitución. Hubo numerosos debates, donde
la mayoría de los diputados opinó favorablemente. Esta moción fue aprobada en la sesión del 11
de agosto, donde Se designó a los diputados Serrano, Bustamante, Zavaleta, Sáenz y Paso, para
que redactaran un proyecto de Constitución. Los debates en torno al reglamento presentado por
esta comisión comienzan desde los primeros días de septiembre de 1817, hasta el 3 de diciembre
del mismo año 1817 en que se sanciona definitivamente.
Contenido:
El Reglamento provisorio no innova mayormente sobre lo establecido en el Estatuto de 1815, Sus
redactores tuvieron como base de su proyecto a éste último, y con excepción de algunas reformas,
su espíritu y su ordenamiento son similares. Las pocas modificaciones son para darle un neto
carácter unitario, caso patente: la elección de gobernadores intendentes y tenientes gobernadores.
Por el Estatuto de 1815, los gobernadores intendentes se nombraban, por los respectivos electores
de la provincia y los tenientes gobernadores, por el director del Estado, a propuesta en terna del
Cabildo de su residencia, En el Reglamento del 1817, dichas designaciones quedaban al arbitrio
del supremo director del Estado, de las listas de personas elegibles de dentro o fuera de la
provincia. Y en cuanto a éstas las provincias, al igual que en la constitución anterior, no existían
como ente público, sino siendo tan sólo simples entidades administrativas, no como entes
autónomos y soberanos, dentro de un adecuado régimen federal. Los sueldos de los gobernadores,
que por Estatuto de 1815 eran solventados por cada provincia, en la nueva ley eran pagados por los
fondos del estado. Donde más se destaca el tinte unitario de este reglamento es en el Poder
Ejecutivo, que si bien reside en el director supremo, como en el anterior ensayo, asume un mayor
número de prerrogativas y facultades al suprimirse la Junta de observación nacida en 1815, y por
ende, escapa a su fiscalización. De esta manera, sin las trabas que obstaculizaban su acción y con
el absoluto control de las provincias, la nueva Constitución acentuó el exagerado centralismo que
venían ejerciendo los gobiernos de Buenos Aires. Esta serie de disposiciones, predispuso en contra
de la voluntad de los pueblos del interior que, como el reglamento anterior, se opusieron a su
acatamiento. Este reglamento de carácter esencialmente unitario, rigió provisoriamente hasta la
sanción definitiva de la Constitución de 1819.
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Punto 3) Las Primeras Constituciones. La Constitución de 1819 y el proyecto de gobierno


monárquico. Congreso Constituyente de 1824. La llamada “Ley Fundamental”. “La Ley de
Presidencia” y “La Ley de Capitalización”. Unitarismo y Federalismo. La Constitución de 1826.
Contenido y caracterización.

LA CONSTITUCION DE 1819. Luego de varios meses de labor, el proyecto de Constitución


definitiva fue presentado al director supremo, y el 31 de julio de 1818 comenzó su tratamiento.
El 20 de abril de 1819 se dieron por terminados los debates, quedando sancionada la constitución
al día siguiente.
-Para hacer el análisis de la Constitución de 1819 es necesario distinguir su aspecto doctrinario del
histórico: de esta manera se podrá realizar una justa valoración crítica de su importancia jurídica y
de su trascendencia como hecho histórico.
La Constitución contiene en sí los requisitos esenciales que exige la técnica constitucional,
significando muchas de sus instituciones un verdadero progreso y un valioso antecedente, en ese

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entonces para las futuras labores constituyentes. Hasta su sanción, los ensayos que le precedieron
sólo fueron un esquema, un esbozo de la ley Fundamental, carentes de todo aquello que hace a la
estructura integral de una Nación. En este sentido merece destacarse esta constitución, que encara
los problemas institucionales. Los hombres del 53 trabajaron, sobre la base de muchos de sus
artículos que pasaron a la de 1826 sin ser reformados.
Si bien esta Constitución puede aceptarse en algunos de sus aspectos doctrinarios, su sanción,
como hecho histórico, en las circunstancias en que nace, mueve a la más dura crítica. Su
aprobación por el cuerpo más alto y representativo de la época, como era el Congreso de
Tucumán, significaba el punto final de toda una política negativa, contraria a los principios de la
Revolución de Mayo; proceso éste, que habría de culminar con la implantación de una Monarquía
y el dominio de una casa real extranjera en nuestra patria.
-Discrepamos, entre otros puntos, en el carácter dado al Ejecutivo, con la subestimación de las
provincias como verdaderas entidades autónomas, con la constitución del senado nacional, y en
general, con el olvido de aquellos que hacen a la esencia del régimen federal.
La Constitución del 19 significaba la muerte de las autonomías provinciales, del gobierno propio,
del federalismo histórico, de las aspiraciones democráticas y republicanas por las que había
luchado sin desmayo el pueblo argentino.
Referente a su aspecto doctrinario, “La constitución de 1819 es la primera de las tres
constituciones que se ha dictado en el país y es indudable que se inicia con ella la era de las
constituciones argentinas, elaboradas sobre la base de principios extraídos de la filosofía y la
ciencia jurídica y del derecho político comparado”.
El repudio de las provincias cuando les fue presentada, muestra palpablemente que otros valores,
más constantes y profundos, movían a los pueblos.
Contenido: Consagra la Religión Católica apostólica Romana como religión del Estado.
Seguidamente establece en otra sección que el Poder legislativo “se expedirá por su Congreso
Nacional compuesto de dos cámaras, una, de representantes y otra de senadores”.
Los diputados son elegidos en proporción de 1 por cada 25.000 habitantes, y duran 4 años en su
representación, renovándose la cámara por mitad cada bienio. La crítica fundamental a esta
Constitución se encuentra en la integración de su Senado.
Efectivamente, dicho cuerpo está formado por "los senadores de provincias, cuyo número será
igual al de las provincias; tres senadores militares, un obispo y tres eclesiásticos, un senador por
cada Universidad y el director del Estado". Como se puede apreciar, la constitución del Senado era
una nueva negación de los principios de Mayo. Era la restauración de los superados fueros
coloniales. Era la nueva lucha de la élite, nacidas de la oligarquía porteña. Esta composición
netamente aristocrática produjo incontenible reacción en las provincias que, después de casi diez
años de libertad, creían estar liberadas de los resabios de la época anterior. El Poder Ejecutivo
reúne, dada la naturaleza de la Constitución, la suma de los poderes, conformando un neto sistema
de unidad. Es elegido por ambas cámaras.
-Un acierto en esta constitución lo encontramos en la organización del Poder Judicial, donde, por
primera vez en nuestros antecedentes, se habla de una Alta Corte de Justicia, compuesta de 7
jueces y 2 fiscales, similar a nuestra Corte Suprema de Justicia. Sus miembros son designados por
el director, con acuerdo del senado.
-En cuanto a sistema o forma de gobierno, concretamente no adopta ninguno, con el visible
propósito de poder adaptar la Ley Fundamental sancionada, a una monarquía constitucional.
No dedica ninguna sección al tratamiento de las provincias, sus derechos, organización, ni las
reconoce como verdaderos estados particulares y entidades de derecho público.

RECHAZO DE LA CONSTITUCION UNITARIA Y CAUSAS DEL ALZAMIENTO


NACIONAL. Conocidos los principios de la nueva Constitución que acababa de sancionarse, las
provincias argentinas, especialmente las del litoral, viendo menoscabados sus derechos y violadas
sus soberanías particulares, se levantan contra las autoridades nacionales. No significa esto que la
sanción de la Constitución del 19 es la única causa de la rebelión. El proceso que habría de
culminar en los hechos del año 1820, arranca desde los primeros días de mayo.
Es la consecuencia directa de una errónea política, dirigida por los grupos centralistas porteños en
torno a regímenes o sistemas de unidad, a un menosprecio por los derechos de los pueblos del
interior y a un desconocimiento de la realidad histórica, que por aquel entonces obedecía a un
federalismo de hecho y derecho que las provincias sostenían como bandera. Una de las causas
directas de la revolución del XX son los proyectos de instauración de una monarquía, el

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coronamiento de un descendiente de las familias reales europeas en nuestro país. Las primeras
tentativas monárquicas fueron ante los borbones, en la misión de Rivadavia, Sarratea y Belgrano.
Luego los proyectos monárquicos del congreso de 1816, y sus intenciones de coronar a un
descendiente de los Incas o de la casa Portuguesa. Dicha asamblea, no satisfecha con los fracasos
anteriores, y a pesar de conocer la repulsa que había provocado en los pueblos, decide realizar una
nueva tentativa. A tal fin el director supremo encarga a Valentín Gómez una misión reservada ante
el gobierno de Francia. La noticia de esto llegó con todos sus pormenores a manos de los caudillos
del interior, quienes alzaron sus protestas, al igual que los diarios de Bs. As. Opositores al régimen
directorial, que iniciaron desde mediados de 1819 una terrible campaña contra el gobierno. A dios
gracia esta negociación no pudo realizarse. Frente a la Constitución unitaria de 1819, los manejos
políticos del Director, el avasallamiento de las autonomías provinciales, la Invasión Portuguesa
(consentida y apoyada por el gobierno de Bs. As.), y la noticia de los planes monárquicos, los
pueblos del litoral se levantan en armas contra el gobierno nacional.
-Rondeau, director supremo que había suplantado a Pueyrredón, desde junio de 1819, decide
arrasar definitivamente a las provincias rebeldes. Pide auxilio al ejército auxiliar del Perú y
requiere del Gral. San Martín que baje de Cuyo con el ejército libertador para invadir el litoral
quien lleva a cabo la desobediencia y no concurre al llamado del directo. Su desobediencia hizo
posible la libertad de Perú, y en nuestra nación, el triunfo definitivo de las ideas republicanas y el
aplastamiento de los planes monarquistas.
La insurrección comenzada en el litoral cunde por todo el país, descontento contra la política
centralista dominante, el pueblo de Tucumán se subleva a fines de 1819, deponiendo al gobernador
Mota Botello, quien es puesto preso, asume el gobierno Bernabé Aráoz con el título de “supremo
director de la Republica independiente de Tucumán”. Entran inmediatamente bajo su égida las
pcias. De Catamarca y santiago del Estero.
Al comenzar el año 1820 la efervescencia de los pueblos litorales cunde por todo el territorio. A
las sublevaciones de Tucumán, La Rioja y de las provincias limítrofes, y al estado de guerra de
Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes, se le suma la desobediencia Sanmartiniana y la sublevación en 9
de enero de ese año del Regimiento de Cazadores en San Juan.
Sólo quedaba el ejército auxiliar en quien el director pone sus esperanzas, pero camino a recibir
órdenes la tropa es sublevada. Córdoba el 19 de enero hace proclamar gobernador de dicha pcia. A
José Javier Días. De esta manera, la provincia mediterránea volvía a reintegrarse al movimiento
federal.
La sublevación de Arequito cierra el cuadro que habría de precipitar a la nación a los graves
acontecimientos del año XX. La nación entera estaba convulsionada.

EL ESTATUTO PROVISIONAL DE SANTA FE. (No entra)


Después de firmado a principios de 1819 el armisticio de San Lorenzo entre Buenos Aires y Santa
Fe, la provincia entró temporariamente en una época de paz. Estanislao López aprovecha la
ocasión para organizar la provincia institucionalmente. Este pensamiento, que había orientado al
gobierno de López, cesada la guerra se convierte en realidad, y así, en julio de 1819 encarga a la
Junta electoral la redacción de un Estatuto constitucional.
-El Cabildo aprueba el 26 de agosto de 1819 el Estatuto provisional de Santa Fe, siendo así esta
provincia, la primera en darse su Constitución. Es la primera constitución que se da a una
provincia argentina desde la revolución de Mayo. Ello significa el ideal autonómico de un estado
argentino en darse sus propias instituciones, en darse su ley fundamental, organizando sus poderes.
Es decir, convertir a este federalismo de hecho, practicado y vivido en el azar de la guerra, en un
federalismo de derecho, concretado en la norma. Gobierno propio, Constitución propia, leyes
propias, conforman la autonomía particular de los Estados siendo la base de todo sistema federal,
sobre todo, si tenemos en cuenta que se aspiraba a la formación de un gobierno general,
organizado constitucionalmente. Nación y provincia, nacían así en la aspiración de estos caudillos,
y esta estructura, estos elementos, serían los que en 1853 entrarían a organizar definitivamente al
país.
La Constitución de Santa Fe significó una réplica contundente a la Constitución Nacional. Por eso,
a pesar de su endeblez, a pesar de sus enormidades jurídicas, es la espontánea manifestación de un
pueblo por concretar su vida dentro de la ley. Fue la más rotunda afirmación de fe republicana y
federal que se había oído desde 1810.

LA CRISIS ANTERIOR A 1820. (No entra)

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Singular importancia reviste, no sólo para la historia constitucional, sino para la vida política,
económica y social del pueblo argentino, la revolución de 1820. Diez años largos de funesta
política centralista van a rematar en este significativo movimiento nacional, que derrumba un
orden de cosas establecido, proclama los principios esenciales con que habrá de comenzar la nueva
estructuración argentina.
La misión de Valentín Gómez, la invasión de la banda Oriental (fomentada por el gobierno
argentino), la constitución unitaria y aristocratizante de 1819, la concentración de los ejércitos de
los Andes y del Perú para aniquilar a las provincias litorales y el ahogo de todo intento
autonómico, llevó por una lógica gravitación a la mal llamada anarquía del año XX. No fue un
solo acontecimiento aislado lo que llevó al rompimiento de 1820. Desde el grito de mayo parte el
proceso que habrá de culminar en los campos de Cepeda. Veamos las consecuencias
fundamentales de esta crisis y el aporte de los hombres que la produjeron, significó un aporte
positivo en nuestras instituciones, contribuyendo a afianzar los principios proclamados en mayo.
Veamos ahora las características fundamentales de esta crisis.
a) Participación del pueblo. Es recién en 1820 cuando el pueblo vuelve a retomar el pulso de la
Revolución de Mayo y decidir los destinos superiores.
b) Ruptura definitiva de la estructura colonial. En 1820, y de ahí su importancia, se quiebra la
estructura colonial y cada pueblo, cada provincia, pasa a ejercer sus legítimos derechos, a gozar
abiertamente y sin dependencias extrañas, su propia autonomía.
c) Triunfo del federalismo. En 1820 se produce el legítimo triunfo del federalismo que, a pesar
de todas las vicisitudes que tiene que afrontar en las décadas venideras, concretará su ideario en la
Constitución del 53. En 1820 las estructuras provinciales, base del sistema federal, cobran
vigencia, al par que se consolida y juega en el trasfondo de los estados autónomos la idea de
nacionalidad.
d) Derrumbe de los organismos. Es consecuencia inmediata de los hechos ocurridos a principios
del año XX, la caída del Congreso y del Directorio, y el surgimiento de la provincia de Buenos
Aires y su primera Junta de representantes. La caída de los dos organismos nombrados es de
capital importancia, ya que con ella termina toda una política encaminada a desvirtuar, pese a las
mejores intenciones, la orientación de Mayo. Es recién en los sucesos de 1820 cuando caídas las
autoridades nacionales, el cabildo asume la autoridad de la ciudad y provincia. No reconocido el
cabildo por parte de los caudillos, es un cabildo abierto el que crea la nueva institución: la junta de
representantes. De ahí en adelante el cabildo empieza su declinación hasta desaparecer en 1821,
consolidando, en cambio, su estructura la nueva junta de representativa, órgano legislativo que de
manera estable consagra el tercer poder del Estado provincial.
e) Anhelo de autonomía económica. Producido el movimiento revolucionario se inicia el proceso
independiente bajo la égida del librecambio. La lucha que comienza en 1810 lleva aparejada el
ideal de autonomía política, con el anhelo de autonomía económica.
f) La “anarquía federal”. Según algunos historiadores destacados, el año XX es el signo de la
disolución y el atropello a las instituciones fundamentales. Se les ha inculcado a nuestras
generaciones una falsa apreciación de los caudillos federales que lucharon por la organización,
llamando mal al proceso, anarquía del año XX cuando no fue sólo avance de los caudillos sobre
Bs. As. Lo que produjo los acontecimientos.

-Librada la batalla de Cepeda el 1 de febrero de 1820, con el triunfo de las fuerzas federales,
Ramírez envía una nota al Cabildo de la ciudad de Buenos Aires manifestándole que “no activará
las operaciones del ejército dentro del término de ocho días”, los suficientes como para que
deliberen sobre su suerte y comuniquen sus decisiones. Transcurridos los ocho días que habían
otorgado de plazo para que se destituyera a las autoridades y se convocara a Cabildo abierto, los
caudillos federales deciden avanzar sobre la ciudad de Buenos Aires.
Al iniciar la marcha sobre la capital los caudillos dan una proclama a la provincia de Bs. As., en la
persona de sus ciudadanos, donde les hacen saber que no van en tren de conquista sino a
salvaguardar sus instituciones, dejándoles en plena libertad para que elijan el gobierno provisorio
que les convenga. Sólo desean el anuncio de que los porteños se gobiernen libremente, para
abandonar entonces el territorio de la nueva provincia hermana, las autoridades de Buenos Aires
no tuvieron otra determinación que tener que resignar sus cargos. Y así el 11 de febrero de 1820
presentaron sus renuncias el director Rondeau y los miembros del Congreso reasumiendo el
cabildo el mando de la ciudad y provincia de Buenos Aires, interinamente. El cabildo debía, elegir
interinamente los cargos de gobernador y comandante general de las fuerzas de mar y tierra, hasta

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tanto se eligiesen a los propietarios, decide e 13 de febrero realizar tales designaciones. Nombra,
en carácter de gobernador a Miguel de Irigoyen, siendo su asesor Juan José Paso, y el general
Estanislao Soler, como comandante de las fuerzas. Antes de entregar el mando, el cabildo oficia a
todas las ciudades y pueblos de las demás provincias, comunicándoles haber reasumido el mando
de la provincia hasta tanto que la voluntad general de todos los pueblos decida la forma de
gobierno que haya de establecerse. “En otro oficio el cabildo expresa: que las provincias de la
Unión están en estado de hacer por sí mismas lo que más convenga a sus intereses y régimen
interior. Y en efecto, a partir de 1820, cada provincia librada a su propia suerte empieza a realizar
en forma efectiva el ejercicio del gobierno propio, eligiendo sus instituciones, nombrando
libremente sus gobernantes y dándose sus constituciones y leyes, como verdaderas entidades del
derecho público o estados particulares, todo sin olvidar la idea y el espíritu de nación.

TRATADO DEL PILAR. (No Va)


El 23 de febrero de 1820, en la capilla del Pilar queda “hecha y concluida”, la convención entre los
gobernadores don Manuel Sarratea, de la provincia de Buenos Aires, don Francisco Ramírez, de la
de Entre Ríos y Don Estanislao López, de la de Santa Fe, con el fin de: “...terminar la guerra
suscitada entre dichas provincias, proveer a la seguridad ulterior de ellas y de concentrar sus
fuerzas y recursos en un gobierno federal”. En uno de sus artículos establecían que: respecto del
sistema de gobierno, sería el de Federación, era el rompimiento de toda política centralista y
monárquica. Otro Art. “que debiendo declararse el sistema federal” por diputados nombrados por
la libre elección de los pueblos se someten a sus deliberaciones. Elegido que sea por cada
provincia popularmente su representante, deberán las tres reunirse en el Convento de San Lorenzo,
de la pcia. De Santa Fe, a los 60 días contados desde la ratificación de esta convención. Por obras
ambiciosas de la política Porteña desgraciadamente, fracasó este sano intento de organizar a la
Nación.
Es la obra institucional de los pueblos litorales, asentando los principios básicos sobre los que
habrá de organizarse políticamente la nación, es el pacto de unión sobre el que habrán de
consolidarse las autonomías provinciales, y del cual surgirán de una manera absoluta y definitiva
los principios de federalismo y nacionalidad. Sobre estos dos pilares, a través de toda una dolorosa
etapa de lucha civil, habrá de organizarse la patria en 1853.

EL TRATADO CUADRILATERO. (No va)


Muerto Ramírez, después de su frustrada campaña contra Buenos Aires, y fracasado el congreso
de Córdoba el panorama político del país cambiaba fundamentalmente su fisonomía. En Entre
Ríos, López Jordán, sustituto del “supremo”, había sido depuesto por Lucio Mansilla, quien se
había hecho proclamar gobernador de la Provincia por la Sala de representantes. Por su parte
Corrientes y Misiones quedaban en el "pleno goce de su libertad" luego de estos sucesos.
Rivadavia, atento al proceso político, manejado hábilmente desde Buenos Aires, ve así más
próximos sus anhelos de organizar el país bajo el sistema de unidad, en un Congreso cuya sede sea
la vieja capital. Y así, desviando la corriente promovida por Bustos desde Córdoba, inspira la
reunión de las provincias litorales bajo las formas de un tratado, que prepare el futuro Congreso
nacional. Fueron convocados los representantes de las cuatro provincias litorales (Santa Fe,
Buenos Aires, Entre Ríos y Corrientes), en la ciudad capital de la provincia de Santa Fe.
El Tratado Cuadrilátero, haciendo una breve síntesis, es el sustituto legal del Congreso de
Córdoba, desviado por Rivadavia hacia Buenos Aires, con el único propósito de debilitar la
influencia de Bustos, apagar el anhelo ferviente de federalismo que ostentaban las provincias y
preparar el camino hacia el Congreso, que en 1824 comenzaría su labor en la ciudad capital.

CONGRESO CONSTITUYENTE DE 1824.


La realización de una de las más importantes asambleas argentinas, iniciada el 6 de diciembre de
1824 y disuelta el 18 de agosto de 1827, es el resultado de un largo proceso histórico donde se
conjugan poderosas fuerzas en pugna. Desde el Tratado del Pilar, pasando por el Pacto de
Benegas, el Congreso de Córdoba, el Tratado Cuadrilátero y todos aquellos pactos menores,
celebrados entre las provincias, dos corrientes que hacen a la vertebral de la nación, se disputan la
hegemonía política. Por un lado, el pensamiento federal, sostenido por la casi mayoría de los
Estados particulares, y por el otro, el pensamiento centralista, propugnado por los núcleos porteños
que luchan por mantener la preponderancia de un gobierno central, instalado en la capital histórica.
El aislamiento iniciado después de los acontecimientos del año XX fortalece las autonomías

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provinciales y da solidez a sus instituciones, creando así verdaderos entes del derecho público que
conforman las bases esenciales de de un sistema federal de gobierno.
La poderosa influencia de Rivadavia hace que en las postrimerías del año 1821, la provincia de
Mendoza, movida por legítimos anhelos de organización, solicitara al gobierno de Buenos Aires la
reunión de un Congreso Nacional.
-A principios de 1823, el gobierno de Bs. As. Entiende que era propicio el momento para
convocar un Congreso, pero desea primero oír el pensamiento de las provincias. “Gobierno
Nacional bajo el sistema representativo es la base sobre la que habrá de constituirse la futura
Asamblea, teniendo en cuenta, en forma especial el respeto a las instituciones provinciales.
Motivos de carácter internacional hacen necesaria en forma urgente la convocatoria.
Por un lado: el conflicto cada vez más grave con Brasil, y por otro, la necesidad de asegurar el
reconocimiento de nuestra independencia por los países europeos, para lo cual se precisa presentar
a los Estados extranjeros, una república organizada constitucionalmente, en todos sus poderes.
Consecuentemente con este pensamiento la legislatura de la provincia de Buenos Aires, sanciona
la ley del 27 de febrero de 1824. Por intermedio de ella el gobierno de Buenos Aires quedaba
plenamente facultado para invitar a los pueblos de la Unión a fin de reunir lo más pronto posible la
representación nacional. Se propicia la elección de los diputados al congreso (conforme a la ley del
14 de agosto de 1821 de la provincia de Bs. As., y en cuanto a la proporcionalidad, se establece
que se hará de acuerdo con la población de cada provincia. Con este sistema Buenos Aires se
aseguró, así, 9 diputados, conforme a su población. Designaron a Bs. As. Como sede del
Congreso.
A todo esto, ya en el poder como gobernador de la provincia de Buenos Aires, el general Gregorio
Las Heras, desde mayo de 1824, acentúan en sus decisiones de gobierno, una marcada tendencia
autonómica, acorde con el espíritu federal reinante en las demás provincias.

Apertura del Congreso. A principios de diciembre de 1824, la mayoría de los diputados se


encontraban en Bs. As., con excepción de los representantes de Santa Fe y San Luis.
En la 2da. Sesión preparatoria que se realizó el 9 de diciembre de 1824 se aprobaron los poderes
de los diputados.
Luego de las sesiones preparatorias el 13 de diciembre última sesión preparatoria, fue fijada la
solemne inauguración de la Asamblea para el 16 del mismo mes.
Se procede a la instalación del cuerpo, señalando los graves problemas que tendrían que afrontar
los representantes en el feliz cumplimiento de su misión. Se da cuenta a la asamblea de
comunicaciones remitidas por el gobernador de la provincia, Las Heras, dando la bienvenida a la
representación nacional, manifiesta el agradecimiento hacia los Estados Unidos de América por
haber reconocido solemnemente la independencia Argentina, contrariamente se hace resaltar la
conducta del Brasil en el conflicto de la Banda Orienta, “por la apariencia de legalidad en que se
pretende esconder la usurpación”.

LA LLAMADA “LEY FUNDAMENTAL”.


LA LEY FUNDAMENTAL. La primera medida de singular trascendencia aprobada por el
Congreso fue la sanción de la llamada "Ley Fundamental". La hondura de sus principios ajustados
a la realidad nacional daban las bases para un verdadero pacto de provincias, de donde debería
partirse para todo intento de organización nacional. Sus claros lineamientos hacían a lo vertebral
de la Nación, dando solidez al Congreso que proyectaba la instalación de una autoridad nacional y
la sanción de una Constitución, que estructurara definitivamente los poderes de la república. De su
lectura surge la esencia de un legítimo pacto de confederación, consolidando las soberanías
particulares y creando un gobierno central, con las facultades inherentes a esta clase de asociación
política. El proyecto original constaba de dieciocho artículos.
El diputado Acosta es quien funda este proyecto, base de una organización nacional cimentada en
el respeto por las autonomías provinciales, pasó a estudio de la comisión. Tuvo su fuente principal,
con excepción de ciertos artículos adaptados a la realidad nacional, en el Pacto de Confederación
de Los Estados unidos de América. Se comienza su discusión su reforma fue casi sustancial. En lo
práctico de la labor, el modelo norteamericano de pacto de Confederación fue desechado
convirtiendo a la Ley Fundamental en un Pacto sui generis, más acorde con la realidad
institucional de nuestras provincias. En los debates se puede advertir ya, la puja entre los hombres
del interior y el grupo centralista porteño, con la aclaración de que la facción provinciana que

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sostenía el gobierno de Las Heras, apoyaba al resto de las provincias. Este choque, también habría
de producirse entre los autonomistas porteños y los unitarios en breve tiempo.
Art. 1º- de la Ley Fundamental tiene gran significación: “Las Provincias del Río de la Plata
reunidas en Congreso reproducen por medio de sus diputados, y del modo más solemne el pacto
con que se ligaron desde el momento en que sacudiendo el yugo de la antigua dominación
española se constituyeron en Nación independiente y protestan de nuevo emplear todas sus fuerzas
y todos sus recursos para afianzar su independencia nacional”. En este Art. Las provincias
renuevan el pacto de unión.
Es importante el pacto de unión que se ratifica por medio de la Ley Fundamental, si se tenía en
cuenta que en el Congreso de Tucumán no estuvieron presentes todas las provincias. Las luchas
civiles durante más de una década habían hecho imposible un pacto general donde se reafirmaran
los principios de nacionalidad. Sesión del 18 de enero de 1825.
Art. 2º- “El Congreso general de las Provincias Unidas del Río de la Plata, es y se declara
Constituyente”.
Art.3º- de la Ley Fundamental fue el paso más importante dado por las provincias en salvaguarda
de su autonomía. “Por ahora y hasta la promulgación de la Constitución que ha de reorganizar el
Estado, las provincias se regirán interinamente por sus propias instituciones”. Cada Estado
particular mantendría en vigor su Constitución y sus leyes, creados en la dura época del
aislamiento provincial. (Triunfo del principio federal). Este Art. Fue muy discutido donde revela el
inquieto espíritu de los unitarios frente a la posición netamente federal de la mayoría de las
provincias.
En la sesión del 21 de enero, se discutió el Art. 6º, cuyas fuentes eran a no dudar, la ley del 13 de
noviembre de 1824 de la provincia de Bs. As., cuando establecía en su Art. 2º que la pcia. Se
reservaba”el derecho de aceptar o desechar, por su parte, la constitución que presente el congreso”.
El Art. 3º sancionado por el congreso quedó en la siguiente forma- “La constitución que
sancionare el Congreso será ofrecida oportunamente a la consideración de las provincias, y no será
promulgada ni establecida en ellas hasta que haya sido aceptada”.
Art.7º- de la ley Fundamental provocó protesta por los hombres de las provincias, porque
desvirtuaba el espíritu del Art. Primitivo del proyecto de Acosta, donde aconsejaba “Hasta tanto el
Congreso Nacional forme la Constitución bajo las formas que más convengan, se constituirá un
gobierno supremo o Poder Ejecutivo General” pero sin determinar en que gobierno o provincia
recaería tal autoridad. En cambio en el Art. Presentado por la comisión se establecía: “Por ahora y
hasta la elección del Poder Ejecutivo nacional, queda éste, provisionalmente encomendado al
gobierno de Bs. As. Y seguidamente fijaba sus atribuciones. 1- todo lo concerniente a los negocios
extranjeros, nombramiento y recepción de ministros. 2- Celebrar tratados, sin poder ratificar sin
aprobación del congreso. 3- Ejecutar y comunicar a los demás gobiernos todas las soluciones que
el congreso expida. 4- Elevar a la consideración del congreso las medidas que conceptúe
convenientes para la mejor expedición de los negocios del Estado. Luego de los debates, por
razones de orden práctico, por una parte y el anhelo de pacificación de los diputados del interior
por otra, llevaron a aceptar el Art. Conforme lo había redactado la comisión. En la sesión del 23,
de enero Art. 8º- “Esta ley se comunicará a los gobiernos de las Provincias Unidas por el
presidente del Congreso”.
Muy pronto los hechos se encargarían, desgraciadamente, de desvirtuar los sanos principios de la
ley sancionada.

108- E Poder Ejecutivo Nacional Permanente: “Ley de Presidencia”


El año 1825 es de ardua labor para el Congreso. Mientras el Congreso debatía sus graves
problemas institucionales, en la Banda Oriental, ocupada por los brasileños, se producía la
expedición de los 33 Orientales, derrotadas las fuerzas de ocupación, el pueblo Oriental
Convocado a un Congreso provisional, proclama el 25 de agosto de 1825 en el pueblo de la
Florida, su reincorporación a las provincias Unidas del Río de la Plata. Aceptada por nuestro
congreso el 25 de octubre del mismo año. Esto trajo entre otras consecuencias la guerra con Brasil.
Poco a poco, se fue concretando el viejo anhelo del grupo unitario de consolidar en forma
permanente el Ejecutivo nacional, ejercido provisionalmente por el de Bs. As.
En la sesión del 20 de octubre de 1825, el diputado Bedoya, considera “Indispensable que el
Congreso se ocupe de la creación del Ejecutivo nacional”, argumentando que era necesario un
gobierno con menos trabas. Sucesos posteriores, y sobre todo la declaración de la guerra con
Brasil trajeron nuevamente al seno del Congreso el Proyecto del Poder Ejecutivo Permanente.

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Nuevamente el diputado Bedoya presenta el proyecto de resolución con un único Art.
Manifestando que, debido a los Conflictos y dada la urgencia, se encargue a la comisión de
negocios constitucionales la presentación, a la brevedad, de un proyecto sobre la materia.
-En la sesión del 30 de enero de 1825 la comisión encargada de la ley de presidencia presenta a
consideración el proyecto. Puntos fundamentales:
Art.1º- Siendo urgente la Instalación del Poder ejecutivo nacional de un modo permanente, el
congreso procederá al nombramiento de la persona en quien deba hacerse tal alta confianza.
Art.2º- La persona electa será condecorada con el Título de presidente de las Provincias Unidas
del Río de la Plata.
Art. 5º- Durará en el Ejercicio de sus funciones, por el tiempo que establezca la Constitución, el
que se le computará desde el día que tome la posesión.
Art.6º- Las facultades del presidente serán las que se han transferido por leyes anteriores al
gobierno de Bs. As., como encargado provisionalmente.
-Manuel Moreno, defensor de los ideales federales, sostiene que el nombramiento del poder
Ejecutivo permanente no es oportuno ni urgente, y sostiene “no puede hacerse de un modo
permanente, porque eso pertenece a la Constitución…, Gorriti sumó su voz a la de Moreno para
afirmar que la creación del Poder Ejecutivo permanente “era variar leyes constitucionales”.
Afirmó- este proyecto es atentatorio a la Ley fundamental.
-Con la ausencia de la mayoría de los diputados del interior, se aprueba la “ley de Presidencia”,
sagazmente defendida por los hombres del unitarismo. La ruptura con el interior estaba declarada.
Antes de darse una constitución y organizar los poderes se constituía un poder en forma
permanente, violando los principios de la Ley Fundamental y el espíritu de la convocación de
aquella Asamblea.
-Luego de varias sesiones el 7 de febrero de 1826, se procede a la elección del presidente de la
República, conforme a la ley del Ejecutivo permanente votada por el congreso. Practicado el
escrutinio resulta electo Bernardino Rivadavia, quien asume el 8 de febrero de 1826.
-El derrumbe de Rivadavia comenzaba desde el primer día. “Era un plan perfectamente
concebido” pero, entre el problema capital y la sanción de la constitución se producirá el
movimiento federal.

LA LEY CAPITAL. En la sesión del 13 de febrero de 1826 tuvo entrada el proyecto remitido por
Rivadavia declarando a la ciudad de Buenos Aires capital de la República. El presidente encarga al
congreso que dicho proyecto sea considerado a la brevedad posible, porque entiende que mientras
ello no se produzca “le será imposible desempeñar, como desea, los altos deberes que se le han
encomendado”. El proyecto de ley pasa a estudio de comisión.
Art.1- La ciudad de Buenos Aires, es la capital es la capital del Estado.
Art.2º- En este artículo se detalla el territorio, y se establece que queda bajo la inmediata y
exclusiva dirección de la legislatura nacional y del presidente de la república.
Art.3º- Todos los establecimientos de la capital son Nacionales.
Art.5º- En el resto del territorio perteneciente a la provincia de Bs. As. Se organizará por ley
especial una Provincia.
Art.6º- Entre tanto, dicho territorio queda también bajo la inmediata dirección de las autoridades
nacionales.
-El diputado Castro es quien rebate en primer término Diciendo:- “El proyecto se presenta
desmembrando material y formalmente el territorio de la provincia, haciendo cesar muchas de sus
primeras instituciones. Queda por este proyecto violado el pacto y la condición con que Bs. As.
Entró a ser representada en el congreso; queda al mismo tiempo la provincia sin la garantía que
ella misma se dio en precaución, que le dio el mismo congreso, y de la que siguen gozando todas
las demás provincias”. Hacía referencia a la ley fundamental que aseguraba a las provincias el
goce de sus instituciones hasta que fuera sancionada la constitución Nacional.
A pesar de la oposición esta ley fue aprobada por 25 votos contra 14.
Desde ese momento el Congreso entraría en total declinación. En torno a la Buenos Aires
ultrajada, se alzarían otra vez las lanzas montoneras y se abriría, sin pensarlo, el penoso camino
hacia la dictadura.
-El 4 de marzo de 1826 quedó definitivamente sancionada la ley capital . La disolución nacional
estaba en marcha. 26 largos años habría que esperar para el logro de la ansiada organización
nacional.

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LA FORMA DE GOBIERNO. (No entra es un resumen)
En la sesión del 14 de abril de 1825, a raíz de de haberse solicitado a la Comisión de negocios
constitucionales, que presentara a la brevedad el proyecto de Constitución que se le había
encomendado, surge que había un problema previo a resolver. Y se entiende que antes de
comenzar la comisión su trabajo, debe darse por el Congreso la forma de Gobierno, que juzgue
más conveniente al país.
Se establece encargar a la comisión de negocios constitucionales un proyecto de “Ley
fundamental”.
-En la sesión del 28 de abril de 1825, la comisión entiende que debe hacerse “una declaración
anticipada, no por el Congreso sino por las mismas provincias”, debiendo ser la consulta sobre “La
forma Federal o la forma de Unidad Nacional”, ya que se suponía que todas las provincias estaban
de acuerdo en el régimen Representativo y Republicano”.
Según el Art.3º de la ley del 23 de enero, Las opiniones que indicaren las representaciones dejarán
expedida la autoridad consignada por los pueblos al Congreso para sancionar la constitución más
conforme a los intereses nacionales; y salvo el derecho de aquellos para aceptarla que les reservó
el Art.6º de la ley del 23 de enero. A pesar de los opositores se aprobó el Art. Y el resto de las
cláusulas con lo que quedó aprobado el proyecto.
El problema de la forma de gobierno no volvió a ocupar la atención del congreso durante todo el
año 1825. Mientras tanto al comenzar el año 1826 da comienzo la crisis institucional con la
sanción de la ley de Presidencia (5 de febrero) y de la ley capital (4 de mayo).
Córdoba por unánime decisión de su legislatura, las 2 leyes por estar en violación de la Ley
fundamental y del pacto de asociación, no reconoce el presidente estable como se ha nombrado, y
repudia la ley de capitalización, entendiendo que la provincia es Federal de hecho y de derecho.
La comisión de negocios constitucionales informa que su labor ha sido trabada por la demora en
contestar de las provincias sobre la forma de gobierno a adoptarse.
La comisión pudo presentar despacho en la sesión del 14 de julio, donde daba el resultado del
pronunciamiento.
-Se han pronunciado las juntas provinciales de: Córdoba, Mendoza, San Juan y santiago del Estero
por la forma de gobierno republicano representativo, federal.
-Las provincias de Salta, Tucumán y Rioja, por el mismo gobierno representativo, republicano,
de Unidad.
-Catamarca, San Luis y Corrientes han comprometido absolutamente su opinión en el voto del
Congreso;
- Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Misiones y la provincia Oriental no se han pronunciado
todavía. La comisión aclara, que si bien no se había recibido contestación de Santa Fe su diputado
tenía instrucciones expresas por la “Forma de gobierno federal”
5 provincias se inclinaban por el sistema Federal de gobierno y 3 por el de Unidad de Régimen,
dejando las otras la resolución definitiva en manos del Congreso.
Sin embargo la Comisión, en el proyecto de decreto presentado establecía que “la comisión de
negocios constitucionales redactará un proyecto de Constitución sobre la base de un gobierno
representativo republicano, consolidado en Unidad de Régimen”.
El diputado por Santa Fe, atacó el proyecto presentado expresó que; “Establecer la Unidad de
gobierno, era a su concepto, volver al mismo sistema colonial contra el se había luchado, y que por
el contrario creía que la organización federal era un sistema de hermandad verdadera”. Aunque se
propuso el sistema mixto “Unidad y federación”, se pasó a la votación, resultando aprobado el
Proyecto presentado por la comisión de negocios constitucionales.
-El proyecto de decreto presentado establecía que “la Comisión de negocios constitucionales
redactará un proyecto de Constitución sobre la base de un gobierno representativo republicano,
consolidado en unidad de régimen”.

Unitarismo y federalismo.
Unitarios y federales, eran dos estilos de vida, cuyas raíces se perdían en lo hondo de la historia
nacional, dos ideologías con planteamientos diferentes claros y definidos en materia económica,
política y Social. Dos mundos históricos, representativos de las dos corrientes Argentinas más
fundamentales dentro del proceso institucional, de tanta importancia y gravitación que, durante
más de un siglo, habrían de encauzar el pensamiento de los partidos políticos Nacionales. Por eso
las discusiones y debates del Congreso de 1824-27, no son el enfrentamiento de dos facciones en
pugna por conseguir el triunfo momentáneo de sus ideas. Es el choque brutal y definidor de dos

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fuerzas históricas que hicieron y hacen a la formación del ser nacional. Una, de formación
europeizante y doctrinaria, pretendía someter el problema a estrictas formulaciones jurídicas; la
otra, “tenía en cambio la fuerza de las convicciones seculares y el vigor de las reacciones
primigenias”.

La constitución de 1826: Contenido y caracterización.


Terminado el problema de la forma de gobierno, la comisión designada al efecto, se dio a la tarea
de redactar el proyecto de Constitución que se le había encomendado. Esta fue sancionada el 24 de
diciembre de 1826, bajo la presidencia de Bernardino Rivadavia y consta de ciento noventa y un
artículos.
Art.7º- “La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana,
consolidada en Unidad de Régimen” este artículo provocó grandes discusiones como meses atrás
al tratar la forma de gobierno, conmovió a toda la asamblea. Dos bandos que pujan por imponer
sus principios, divorciados desde la inauguración del Congreso. Unitarios y federales tienen frente
así la grave responsabilidad del momento histórico y del futuro de la Nación. Este Art. Pese a los
debates fue aprobado. La mayoría de los artículos fueron aprobados sin mayor discusión.
El Art. 74- La elección del presidente, la comisión sostiene que la elección de este sea de segundo
grado; luego de los debates triunfa la tesis de la comisión y fue aprobado.
El Art. 132- “El presidente nombra a los gobernadores a propuesta en terna de los Consejos de
Administración. (El principio de la Unidad queda firme).
Recién el 24 de diciembre de 1826 es sancionada en forma definitiva la Constitución. , consta de
191 artículos.
La sección 1ª: destinada a la Nación y su culto.
La sección 2ª: A la ciudadanía estableciendo en su primer artículo el modo de adquirirla, y en los
siguientes (Art. 5º y 6º).
La sección 3ª: la más importante, la forma de gobierno. “La Nación Argentina adopta para su
gobierno la forma Representativa, republicana, consolidado en unidad de régimen”. Art. 8º- se
establece la división de poderes”para el Ejercicio de la soberanía”.
La sección 4ta: El Poder legislativo: se compone de dos cámaras, una de senadores, y la otra de
Diputados.
-La cámara de Diputados: se compone de los representantes elegidos directamente por el pueblo, a
simple pluralidad de sufragios, proporcionalmente a la población, se establece la condición para
ser diputado, duración de éstos etc. Facultades del cuerpo.
-La cámara del senado: Formado por dos Representantes por cada provincia y la capital, elegidos
por elección indirecta, durando en sus funciones 9 años, renovándose por terceras partes cada
trienio. El capítulo 3ero. De esta sección está destinado a las atribuciones de ambas cámaras y el
4to. A las facultades del Congreso, con disposiciones similares a nuestro actual Art. 67. Termina
esta sección con un capítulo sobre la formación y sanción de leyes.
La sección 5ª: Establece el Poder Ejecutivo Unipersonal, bajo la denominación de presidente de
la República, elegido por elección indirecta. Sus atribuciones en el capítulo 3º, siendo fuente este
del Art. 86 de nuestra Constitución. 5 ministros secretarios: de gobierno, de negocios Extranjeros,
de guerra, de Marina y de Hacienda tienen a su cargo el “despacho de los negocios de la
República.
-El poder Judicial: Es ejercido por una Corte Suprema de Justicia, tribunales inferiores y demás
juzgados establecidos por la ley. La Corte compuesta por 9 miembros y dos fiscales; estableciendo
la competencia originaria y exclusiva de dicho cuerpo.
Luego de la forma de gobierno, el capítulo de mayor significación es el dedicado a la
administración provincial. Art.130 “En cada provincia habrá un gobernador que la rija bajo la
inmediata dependencia del presidente de la República”; deberá tener 30 años de edad al menos, y
las condiciones para ser senador. Los gobernadores de cada provincia son nombrados, de acuerdo
con el Art. 132, por el presidente de la república “a propuesta en terna de los Consejos de
Administración”; duran 3 años en sus funciones y no pueden ser reelegidos.
La sección 8ª: indudable su importancia, se establecen numerosas disposiciones que garantizan las
libertades individuales y es fuente, también, de la primera parte de nuestra constitución del 53
destinada a las declaraciones, derechos y Garantías.
La sección 9ª: Trata de la Reforma de la Constitución que a diferencia de nuestro actual Art. 30, no
requiere que las modificaciones a introducirse en la ley Fundamental se realicen por una
convención convocada al efecto, sino que se hacen dentro del mismo poder legislativo. Para

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presentar la moción de necesidad de reforma se exige que ella sea apoyada por la cuarta parte de
los miembros presentes, y para ser aprobada, las dos terceras partes de los votos en cada sala.
-La última sección: está destinada a la aceptación y observación de la Constitución. En ella se
establece que será presentada “al examen y libre aceptación de de las provincias” y de la capital;
entendiéndose que la aceptación de las dos terceras partes de las provincias “será suficiente para
que se ponga en práctica entre ellas”.
-Es indudable, que esta Constitución Nacional es, desde el punto de vista de la técnica
constitucional, juntamente con la Constitución de 1819, el documento más completo y elaborado,
y uno de los fundamentales antecedentes de la Constitución del 53 que tomó de su texto
numerosos artículos casi textualmente. Pero bien sabemos, que las leyes deben ser el producto de
la evolución del medio social en que se gestan, el resultado de los factores históricos y el logro
efectivo de las libertades, regulando la vida de las instituciones y de los hombres. Poco de esto
consultó la Constitución de 1826, ajena a la aspiración autonómica y federalista de las provincias,
demostrada elocuentemente en su violento rechazo, apenas fue sancionada.
-La sanción de la ley unitaria de 1826 significaba la muerte de las instituciones provinciales,
reducidas a simples entes de una administración delegada, quedando los gobernadores bajo
la inmediata dependencia del presidente de la República y sus nombramientos, a una
caprichosa decisión.-

El rechazo de la Constitución.
-Los comisionados por el Congreso, una vez sancionada la Constitución, marcharon hacia las
provincias donde se los había designado.
- La mayoría de las provincias rechazan la Constitución con el mismo argumento: Por no estar
redactada “Sobre la base de forma de gobierno representativo, republicano, federal” y por no estar
conforme al voto de las demás provincias. Solamente la Banda Oriental acepta la carta Magna el
31 de mayo de 1827.

La reacción Federal. Renuncia de Rivadavia. (No va)


El más poderoso rechazo de la Constitución sancionada por el Congreso, fue la culminación de
una penosa política de desaciertos sostenida por el gobierno nacional. La estructura unitaria
aflojaba vertiginosamente sus cimientos, sacudida por una violenta reacción de las provincias que,
una vez más, iban a reafirmar su fe en los principios del federalismo. La violación a la Ley
fundamental de 1825 través de numerosas medidas, especialmente con la sanción de las leyes de
Presidencia y de Capital, la desnaturalización de la forma de gobierno, contraria a la apetecida por
los pueblos, y el remate final sancionando una constitución que borrara las autonomías
provinciales, provocó la ruptura que desde meses atrás se preveía en la política nacional.
Si a eso se suman los fracasos de Rivadavia en su bien llamada " aventura presidencial",
comenzando por su reforma enfitéutica, el Banco Nacional, el empréstito con la Baring Brothers,
la explotación de las minas de Famatina, el triste fin de la Asociación Agrícola del Río de la Plata,
su fracasada política inmigratoria, y decapitación de la provincia más poderosa, desmembrada por
la ley de federalización, es evidente que su gobierno no podía seguir adelante. El problema con el
Brasil fue el golpe de gracia para el desventurado Rivadavia. Su renuncia cierra así, todo un
singular período histórico, que pudo ser el de la verdadera organización nacional.
A todo esto, repudiada por las provincias la Constitución, a instancias de Córdoba, diez de ellas se
unen en un pacto que en esa hora tiene singular trascendencia por los ideales que consagra y la
determinación que asume. Las provincias de Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Santiago
del Estero, La Rioja, Salta, Mendoza, San Juan y San Luis firman en mayo de 1827,
sucesivamente, un Tratado de alianza ofensivo-defensivo "por el que se comprometen a la
organización del país en un nuevo Congreso bajo la forma federal, y a invitar a las provincias de
Buenos Aires, Catamarca, Tucumán y Banda Oriental a adherirse a la Liga". Declaran que las
provincias contratantes “convienen en desechar la Constitución que ha sancionado el Congreso
Constituyente” por estar “formada sobre la base del sistema de unidad, que está en oposición a la
voluntad general de las provincias suscribientes”. Establecen luego (Art. 5º) que todos los Estados
en unión, “invitarán a todas las demás provincias que no estén en la Liga a formar un nuevo
Congreso, cuyo solo objeto sea constituir al país bajo la forma de gobierno federal”, y que
provisionalmente se reunirán en la ciudad de Santa Fe. En otra Cláusula del tratado las provincias
se obligaban a “sostener la integridad del territorio contra el imperio del Brasil”, ayudando a los
Orientales.

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Esta poderosa alianza de la mayoría de los Estados argentinos, sosteniendo los principios del
federalismo, dejó sin apoyo al gobierno de Rivadavia. El problema con el Brasil fue el golpe de
gracia para el desventurado Rivadavia. Por enviado extraordinario del presidente Manuel garcía
firma ante la corte de Río una convención,; el abandono de tropas argentinas del campo de batalla,
el pago de fuertes indemnizaciones, y sobre todo el reconocimiento de la incorporación de la
provincia Oriental al imperio del Brasil. Esto produjo indignación justificada contra la política
presidencial. El Congreso se reúne, se expide desaprobando la convención de Manuel garcía, que
había actuado en representación del gobierno Argentino.
Rivadavia redacta su renuncia siendo aprobada en la sesión del 30 de junio de 1827.
-El pacto nacional del 23 de enero de 1825 que nucleó a las provincias bajo un vínculo
confederacional, trajo la feliz circunstancia de estar todos los Estados argentinos representados en
un Congreso Constituyente, con paz interior pudieron haber dado al país la constitución que
esperaba y haberlo encaminado por la senda definitiva de su organización. Contrariamente a ello la
política de Rivadavia dividía una vez más a la familia Argentina, hacía fracasar una Asamblea
Constituyente, instaurando la disolución nacional.

LEY DEL 3 DE JULIO DE 1827.


Luego de aprobarse la renuncia de Rivadavia, en la sesión del 30 de junio de 1827, fueron
presentados diversos proyectos para solucionar la crisis institucional, provocada por la actitud del
presidente. Aunque la ley fue muy debatida, fue aprobada por amplia mayoría en la sesión del 3 de
julio de 1827. Esta tiene singular significación además de solucionar la crisis gubernativa,
representa la "partida de defunción" del Congreso y el nacimiento de la futura Convención
Nacional, pues se establece que aquel cuerpo quedará disuelto en el momento en que tenga
conocimiento oficial de estar instalada la Convención Nacional, creada por dicha ley. El articulado
de esta ley, encierra el punto de arranque de la nueva etapa federal.
Contenido de la “Ley del 3 de julio de 1827”: Se reestablecen las instituciones de la provincia de
Bs. As. Que bien pronto comenzará en el pleno ejercicio de su autonomía. Se procederá al
nombramiento del presidente de la República en calidad de provisorio hasta la reunión de la
convención nacional. Sus atribuciones se limitarán a lo que concierne a la paz, guerra, relaciones
exteriores y hacienda nacional. El Ejecutivo nacional provisorio invitará a las provincias a la más
pronta reunión de una Convención Nacional, que podrá componerse por ahora de 1 diputado por
cada una. El presente Congreso quedará disuelto en el momento que tenga conocimiento oficial de
estar instalada la Convención.
-En la sesión del 5 de Julio, de acuerdo con lo estipulado en la ley se procede a la elección del
presidente provisional de la República, surge electo Vicente López y Planes. Tres días después, en
conformidad con la ley del 3 de julio convoca al pueblo de la ciudad de Bs. As. Para que elija los
diputados que habrían de formar la junta de representantes de dicha provincia. Instalado este
cuerpo en el mismo local del Congreso, el 12 de agosto de 1827, proceden a elegir al gobernador
propietario siendo proclamado el coronel Manuel Dorrego. Con este acto, Buenos Aires vuelve a
ser capital de la provincia, restableciendo sus instituciones y gozando de plena autonomía.
En la sesión del 18 de agosto: “El Congreso y gobierno nacional quedan disueltos”, y así puso
fin a su agitada existencia el congreso iniciado en 1824.

Batalla de Sipe-Sipe, combate militar entre los ejércitos realistas y los independentistas
argentinos cerca de Cochabamba, el 29 de noviembre de 1815. El general José Rondeau, jefe en la
tercera campaña al Alto Perú. Rondeau comenzó su avance, siendo vencido en el combate de El
Tejar. Buscó guarecerse en Cochabamba, cerca de la pampa de Sipe-Sipe. Mientras tanto, el
ejército español avanzaba. El ataque de los realistas resultó incontenible, derrotando a los
patriotas. El victorioso Pezuela se convirtió en el nuevo virrey de Perú; España festejó el triunfo
como fin de la independencia hispanoamericana en Sudamérica. Sin embargo, menos de ocho
meses después, el 9 de julio de 1816, Argentina declaró su independencia.

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UNIDAD IX - B) EPOCA PATRIA (Continuación)

1) Los Pactos y Los Tratados Interprovinciales. Cuadrilátero. Cañuelas. Barracas y Federal.


Origen, Contenido e importancia institucional.

2) Rosas y la cuestión constitucional. Primero y segundo gobierno. Las facultades Extraordinarias


y la suma del poder político.

3) La Generación del ’37. La Asociación de Mayo. Sus principales representantes. Contenido y


trascendencia institucional de su obra.

4) Caracterización de la situación económica en las Provincias Unidas del Río de la Plata, desde
1810 a 1853.
1- LOS PACTOS Y LOS TRATADOS INTERPROVINCIALES.

GOBIERNO DE DORREGO.
Una vez en el gobierno de la provincia de Buenos Aires, Diose Dorrego a la solución de los dos
más graves problemas que enfrentaba la Nación: a) la guerra con el Brasil y b) la organización de
las provincias. a)- Para lo primero designó ante la Corte de Río de Janeiro, a Juan Ramón Balcarce
y a Tomás Guido, a fin de que iniciaran las tratativas pertinentes y pudieran llegar a una
negociación definitiva, por otra parte creó el ejército del Norte, al mismo tiempo, solicitaba la
cooperación del interior. b)- Para solucionar la momentánea disolución nacional, envía Dorrego
numerosas misiones a las provincias a fin de concertar tratados con ellas. Como resultado de las
misiones del gobierno de Bs. As., se firmaron numerosos tratados interprovinciales que, a la par
de asegurar la cooperación de los diversos Estados para sostener la guerra con el Brasil, los
ligaban bajo los principios del federalismo.
-El 21 de setiembre de 1827, Buenos Aires firma un tratado con Córdoba; el 2 de octubre con
Santa Fe, el 27 de octubre con Entre Ríos, formalizando el 11 de diciembre un convenio con la
provincia de Corrientes. Es interesante destacar el tratado firmado entre Buenos Aires y Córdoba.
En cumplimiento del Art. 7º de la ley de 3 de julio de 1827, que estipulaba que el gobierno
procedería a invitar a todas las provincias a la más pronta reunión de una Convención Nacional,
fueron concentrándose en la ciudad de Santa Fe, los diputados de los diversos estados argentinos.
A fines de 1828 se encuentran ya los representantes de Bs. As., Entre Ríos, Santiago del Estero,
Banda Oriental, La Rioja, San Luis y los de Santa Fe. Comienzan las sesiones preparatorias el 31
de julio de 1828.
-En la sesión del 19 de septiembre, se da lectura a una nota del gobierno, donde llegan las noticias
de los términos del tratado de paz con el Brasil, que ponía fin al grave conflicto de la guerra que
desangraba el país, como consecuencia de el tratado tanto Brasil como el gobierno argentino
reconocían la independencia de la Banda Oriental.
-El 26 de septiembre, Dorrego gobernador, autoriza la ratificación del tratado de paz, lo que trajo
una fuerte corriente de opinión contraria a la firma del convenio preliminar. Dicha oposición
procedía del sector unitario que consideraba tan oprobioso el tratado que se ratificaba, como el
que, en su oportunidad, había concertado Manuel José García.
Como consecuencia de la ratificación del Convenio preliminar de paz, los diputados de la Banda
Oriental, libre e independiente desde entonces, se retiran de la Convención Nacional.
El diputado por Bs. As., une su voz a la de los opositores, desconociendo el carácter nacional a la
representación reunida en Santa Fe y presenta un proyecto dando por disuelta la Convención;
moción esta que no prospera.
EL MOTIN DE LAVALLE. (no va) Los hombres del partido unitario, desalojados del poder
desde la disolución del Congreso de 1.824 y la renuncia de Bernardino Rivadavia, esperaban el
momento propicio para dar fin al gobierno del coronel Dorrego. El grupo unitarioo seduce a
Lavalle, presentándole un siniestro cuadro del gobierno, a su decir despótico, que ejerce Dorrego.
Dorrego, falto de fuerzas con que hacer frente a Lavalle, jefe de la insurrección, resuelve marchar
a la campaña para reunirse con Rosas. En su ausencia los dirigentes unitarios, consideraron
propicia la oportunidad para concertar la destitución del gobernador. Consideraron que “era
indispensable darle carácter político y popular al motín y que, por forma o por decencia debía
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convocarse al pueblo a elegir gobernador”. Al final, la mesa “consagró al general Lavalle
gobernador y capitán general de la provincia de Buenos Aires”. Fue proclamado gobernador el jefe
del alzamiento del 1 de diciembre de 1828. Mientras tanto, Dorrego, auxiliado con fuerzas de Juan
Manuel de Rosas, decide en los días posteriores, dirigirse hacia el norte buscando el apoyo. Hecho
prisionero por una columna al mando del comandante Escribano, es fusilado por orden de Lavalle
el 13 de diciembre. El motín de Lavalle, y en especial, la muerte de Manuel Dorrego, hicieron
estallar la guerra civil en toda la nación.
-El 10 de diciembre llega la noticia del motín al seno de la Convención reunida en Santa Fe, por
intermedio de una comunicación de Dorrego dirigida al gobierno de Santa Fe solicitando auxilios.
La Convención Nacional resuelve:
Art. 1º: Se declara anárquica, sediciosa y atentatoria contra la libertad, honor y tranquilidad de la
nación, la sublevación militar del 1 de diciembre del año pasado en Bs. As. Encabezada por el
general don Juan Lavalle, y los actos consecuentes.
Art. 4º: Debiendo obrar estas fuerzas bajo la dirección de un general, y mientras llega la
oportunidad de nombrar al jefe del Estado, queda nombrado el Excmo., señor gobernador de
Santa Fe, general don Estanislao López, general en jefe de las fuerzas que han de reestablecer el
orden en la provincia de Bs. As. Y encargado de negociar la concurrencia de las demás provincias
de la Unión a este objeto.

CUADRILÁTERO. Tratado del Cuadrilátero: firmado el 25 de enero de 1822 por Bs. As., Entre
Ríos, Sta. Fe y Corrientes, reiteraba los principios federales del tratado de Pilar y reconocía que el
Congreso General de todas las Provincias sería el soberano legítimo.

Murto Ramírez, después de su frustrada campaña contra Buenos Aires y fracasado el Congreso de
Córdoba, el panorama político del país cambiaba fundamentalmente su fisonomía. En Entre Ríos,
López Jordán, sustituto del “supremo”, había sido depuesto por Lucio Mansilla, quien se había
hecho proclamar gobernador de la provincia por la Sala de representantes. Por su parte Corrientes
y Misiones quedaban en el pleno goce de su libertad luego de estos sucesos, con lo que epilogaba
la efímera República entrerriana. Rivadavia, atento al proceso político, manejado hábilmente desde
Buenos Aires, ve así más próximos sus anhelos de organizar el país bajo el sistema de unidad en
un Congreso cuya sede sea la vieja capital. Y así, desviando definitivamente la corriente
promovida por Bustos desde Córdoba, inspira la reunión de las provincias litorales bajo las formas
de un tratado que prepare el futuro Congreso nacional. "Este paso -comenta José Luis Busaniche-
obedeció al propósito de cimentar la situación de las provincias litorales, después de la guerra con
Ramírez, y al deseo de eludir la influencia política del interior, representada por Bustos" 8.

Convocados los representantes de las cuatro provincias litorales (Santa Fe, Buenos Aires, Entre
Ríos y Corrientes) en la ciudad capital de la provincia de Santa Fe, concurren a dicha reunión el
coronel mayor don Francisco de la Cruz, ministro de Guerra de la provincia de Buenos Aires, en
representación de ella; el doctor Francisco Seguí, por la provincia de Santa Fe; don Casiano
Calderón, presidente del Congreso provincial entrerriano, en nombre de su provincia; y Juan
Nepomuceno Goytía, cura de Ensenada, en representación de la provincia de Corrientes.

"Por cuanto -expresa la Introducción al pacto- los solemnes tratados de paz y permanente armonía
sancionados por los representantes de las cuatro provincias, desde el 15 hasta el 25 de enero
(1822), han sido ratificados por los respectivos gobiernos con la mejor unanimidad de
sentimientos, aurora luminosa de días más alegres,' felices y venturosos que los de la amargura y el
llanto que precedieron, arrobando la más lisonjera y consoladora idea de que se aproximan ya los
dulces momentos de la dicha, engrandecimiento y prosperidad de la patria y nuestro nativo suelo...
y, en obsequio de su mejor economía se han acordado los artículos que subsiguen". En realidad
toda esta introducción no deja de ser un vano palabrerío, ya que la otra cara de la moneda estaba
en la diplomática conducción política de Bernardino Rivadavia.

Por el Art. 1° queda "sancionada una paz firme, verdadera amistad y unión permanente entre las
cuatro provincias contratantes, cuya recíproca libertad, independencia, representación y derecho se
reconocen y deben guardarse entre sí en igualdad de términos". Esto sí era positivo: la paz en el
litoral. La inteligente política de Estanislao López y Martín Rodríguez inicia una época de paz que
permite a ambos mandatarios realizar una eficiente labor de gobierno. En este artículo al estable -
168
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cerse la libertad e independencia se reconoce expresamente la autonomía de cada una de las
provincias signatarias. Es interesante la cláusula porque reconoce, sobre todo, la autonomía de
Corrientes, que vuelve a reiniciar su período independiente. "El Tratado del Cuadrilátero -expresa
Levene- ratificó una vez más los dos principios fundamentales contenidos en el Tratado del Pilar
celebrado en 1820, o sea, el del federalismo de hecho, porque las provincias signatarias se
reconocen autónomas, y el de la nacionalidad, porque se reconocen como parte integrante de una
misma nación". "Un serio inconveniente presentaba el tratado en el orden económico: Buenos
Aires se reservaba, como provincia, la Aduana del puerto único y el control de los ríos interiores;
con esto imponía a las demás la servidumbre económica que implicaba la subordinación política" 9.
¿Podía hablarse de federalismo mientras Buenos Aires conservara las rentas de aduana y se
enriqueciera fabulosamente en desmedro del hambre de las demás provincias? Todas las
expresiones de autonomía son por ello, en este y otros tratados similares, meras palabras,
principios líricos. En este convenio, Buenos Aires generosamente renuncia a toda indemnización y
reclamos por la guerra desatada por Ramírez. Lógicamente, poca falta le haría la magra
contribución de las provincias, mientras conservara las ingentes entradas de su aduana y siguiera
siendo la Capital, puerto único de las Provincias Unidas. Éste es el grave problema que va a
campear a lo largo de todo el proceso de nuestra historia nacional. Problema replanteado por Ferré
en las reuniones preliminares al Pacto Federal de 1831 y vuelto a resurgir en los años de la
organización.

El Art. 2° es harto interesante: "Si los españoles -se afirma-, portugueses o cualquier otro poder
extranjero invadiese y dividiese la integridad del territorio nacional, todas inmediatamente pondrán
en ejercicio su poder y recursos para arrojarlo de él, sin perjuicio de hacer oficialmente al gobierno
agresor las reclamaciones que estime justas y oportunas". Este artículo está directamente inspirado
por un sentimiento común de las provincias signatarias de luchar contra todo intento portugués o
brasileño contra la soberanía nacional, y en ayuda de los pueblos de la Banda Oriental, sometidos
al invasor. Como consecuencia de esta disposición, Santa Fe firma con los ex cabildantes de
Montevideo que llegan a principios de 1823 a solicitar ayuda, tratados de amistad y alianza (13 de
marzo) para combatir a los invasores. Los orientales aprovechan la independencia proclamada por
el Brasil el 7 de setiembre de 1822 y la división interna entre las fuerzas del general Lecor, barón
de la Laguna, fiel al emperador Don Pedro I y los ejércitos adictos al general Da Costa, defensor
de los derechos de Portugal. "La decisión de los santafesinos -expresa la nota que traen los
diputados de la Banda- fijará en la gratitud de los orientales un monumento indestructible con el
glorioso renombre de Libertadores. El bravo pueblo de Santa Fe no desatenderá nuestros clamores
y volando en nuestro auxilio nos dará en la guerra el ejemplo que nos da en la paz con sus
instituciones". Santa Fe cumplió con su palabra e inició la campaña libertadora buscando el apoyo
de las demás provincias, sobre todo, la poderosa Buenos Aires. Ésta, como en otras oportunidades,
desoyó el patriótico llamamiento de los orientales y aconsejó un compás de espera, hasta tanto
aclarara el panorama político.

El Art. 3° refiere a problemas de límites entre Corrientes y Entre Ríos. Los artículos siguientes
examinan los casos de ataque extraño o de invasión a alguna de las provincias contra tantes por
parte de otra. El 7° establece que la provincia de Buenos Aires "facilitará, en cuanto lo permite su
estado y recursos, el armamento, municiones y demás artículos de guerra a cualquiera de las otras
que lo necesite y pida..." y finalmente asegura la libertad de comercio entre los Estados pactantes.
Sobre la libertad del comercio marítimo refiere el Art. 8°, estableciéndola "en todas las
direcciones y destinos en buques nacionales, sin poder ser obligados a abonar derechos" por parte
de alguna de las provincias firmantes.

La muerte definitiva del Congreso de Córdoba queda consagrada en el Art. 13 de este tratado. "No
considerando útil al estado de indigencia y devastación -se expresa- en que están envueltas las
provincias de Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos por dilatadas guerras civiles que han soportado a
costa de sangre, desembolsos, ruinas y sacrificios de todo género, su concurrencia al diminuto
Congreso reunido en Córdoba, menos conveniente a las circunstancias presentes nacionales, y al
separarse la de Buenos Aires, única en regular aptitud respectiva para sostener los enormes gastos
de un Congreso, sus empresas marciales y en sostén de su naciente autoridad, quedan mutuamente
ligadas a seguir la marcha política adoptada por aquélla en el punto de no entrar en Congreso por
ahora, sin previamente arreglarse, debiendo, en consecuencia, la de Santa Fe retirar su diputado de
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Córdoba". Con esta disposición remataba así la habilidosa política Rivadaviana de hacer fracasar
el Congreso de Bustos. En verdad, el retiro de Buenos Aires con su poderío económico-político
fue el motivo preponderante para la disolución del Congreso mediterráneo.

Previendo la futura orientación de la política nacional, se establecía en el Art. 14 que "si alguna de
las provincias creyese ver llegada la oportunidad de instalarse en Congreso General, se harán entre
sí las invitaciones correspondientes". El ánimo estaba preparado para instalar un nuevo Congreso.
La piedra estaba lanzada. Lo demás, vendría por añadidura.

El Tratado Cuadrilátero, haciendo una breve síntesis, es el sustituto legal del Congreso de
Córdoba, desviado por Rivadavia hacia Buenos Aires con el único propósito de debilitar la in-
fluencia de Bustos, apagar el anhelo ferviente de federalismo que ostentaban las provincias y
preparar el camino hacia el Congreso que en 1824 comenzaría su labor en la ciudad capital. Selló,
es verdad, la paz entre las provincias litorales, pero no fue mayor expresión de federalismo en
virtud de no alterar el sistema rentístico que venía enriqueciendo a Buenos Aires con la posesión
de su puerto y aduana, en mengua de la economía del interior.

CAÑUELAS. BARRACAS Y FEDERAL. ORIGEN, CONTENIDO E IMPORTANCIA


INSTITUCIONAL.

CAÑUELAS Y BARRACAS. Nombrado general en jefe de las fuerzas armadas, Estanislao


López marcha al encuentro de las tropas de Lavalle, se enfrenta con el enemigo obteniendo un
decisivo triunfo sobre sus fuerzas, el 26 de abril de 1829, Lavalle se ve obligado a retirarse en
desbande hacia Barracas. Estanislao López envía ante Lavalle a don Domingo de Oro, para que
entable negociaciones de paz. Ante esta proposición formulada por el gobernador santafesino,
Lavalle, tal como si no fuera un general que tiene todas las de perder, contesta; que propone entrar
en negociaciones, bajo el carácter de jefe del Ejército de la Unión. López deja el campo de acción
en poder del hábil comandante de armas don Juan Manuel de Rosas.

-Todas las tramitaciones entre Rosas y Lavalle llevan a la celebración del “Pacto de Cañuelas”,
firmado el 24 de junio de 1829 entre ambos jefes. En dicho convenio se acordó que:

1º) Cesaban las hostilidades y se restablecían todas las relaciones entre la ciudad y la campaña.
2º) Se procedería a la mayor brevedad posible a la elección de los representantes de la provincia
con arreglo a las leyes.
3º) Quedaba de comandante general don Juan Manuel de Rosas.
Esta primera convención significa la derrota política de Lavalle y el Introito al gobierno de Rosas,
que habrá de venir a fines de año, luego del corto período de Viamonte. Lavalle juega en este
trance un oscuro papel. Su desaparición del escenario político estaba a punto de ser decretada. Los
intentos de Lavalle por mantenerse en el poder o al menos, colocar en el gobierno a alguien que
apoyara su política, habían fracasado ya en otra oportunidad.
Como consecuencia de negociaciones posteriores se firma en Santa Fe, un tratado de amistad y
buena inteligencia entre, (Santa Fe y Córdoba) y otra se realiza entre (Bs. As. y Córdoba). Con
esta alianza federal entre Paz y Rosas (gobernador de hecho de Bs. As.) termina la poca
gravitación que aún tenía Lavalle, quien tiene que emigrar a Montevideo, juntamente con los más
destacados del partido Unitario.
López, Rosas y Paz son ahora las tres únicas figuras que quedan en primer plano a fin de decidir el
futuro rumbo de la Nación. Detrás de López está el núcleo de provincias que sostienen aún la
Convención Nacional; Rosas, aunque todavía sin el gobierno en la mano, es el jefe de hecho de su
provincia y Paz, a quien sólo falta desalojar definitivamente a Quiroga, comienza ya a tener la
hegemonía del norte.
De acuerdo con lo convenido en Cañuelas, el 24 de junio de 1829 la elección de los representantes
de la ciudad y campaña de la provincia de Buenos Aires, debía hacerse por medio de una lista
confeccionada por Rosas y Lavalle, en la que el número de candidatos unitarios fuese igual al de
los federales. Practicada la elección de diputados resultó, sin embargo, triunfante una mayoría
unitaria. Lo cierto es que por orden de Lavalle fue anulada la elección, conviniendo éste con
Rosas, entrevistarse en una quinta cercana a Barracas (quinta de Piñeiro) donde firmaron un nuevo
acuerdo.
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-En el Convenio de Barracas, queda estipulado que el objeto del tratado del 24 de junio había
sido volver al país al logro de sus instituciones tradicionales, pero sin violencia ni sacudimientos.
Mientras tanto Rosas y Lavalle, a fin de asegurar el libre ejercicio de las instituciones,
corrompidas por las elecciones de julio, deciden de común acuerdo designar como gobernador
provisional "a un ciudadano escogido entre los más distinguidos del país", con el fin de que trabaje
en consolidar la paz, inspirar confianza y preparar el restablecimiento de nuestras instituciones. El
ciudadano elegido resulta el general Juan José Viamonte, quien el 26 de agosto de 1829, dos días
después de firmado el convenio de Barracas, asume el gobierno provisional de la Provincia de Bs.
As. En virtud también de una de las cláusulas del Convenio de Barracas, el nuevo gobernador
provisional fue secundado en su tarea de gobierno, por un Senado consultivo formado por
veinticuatro miembros.

2) ROSAS Y LA CUESTIÓN CONSTITUCIONAL. PRIMERO Y SEGUNDO GOBIERNO.


LAS FACULTADES EXTRAORDINARIAS Y LA SUMA DEL PODER PÚBLICO.

-GOBIERNOS DE ROSAS. Luego del breve gobierno de Viamonte, todas las fuerzas que obran
dentro del proceso político parecieran aunarse para desembocar en la persona de Juan Manuel de
Rosas.
Rosas fue la expresión superlativa del autoritarismo y su aparición en la escena política argentina
no fue obra de la casualidad, sino el resultado de todo un proceso histórico anarquizado, que
inevitablemente debía desembocar en la dictadura. De la figura de Rosas, analizamos exageradas
las dos posiciones antagónicas. Este no llega al poder por el voto de un sector determinado del
partido federal o por la gravitación preponderante de una clase determinada; no asume el gobierno
por un acto militar o por algún factor meramente circunstancial. Rosas cuenta con el apoyo del
partido Federal, en el militan los hombres que lucharon en el congreso de 1824-1827 contra el
centralismo. Está con el también la masa popular. Los hombres de las estancias, sus colorados y
los gauchos de la provincia. Demagógica habrá de ser la política del nuevo mandatario. Se puede
afirmar que Rosas sube al poder en 1829 acompañado de todas las clases sociales, marchó a la
deriva, a golpes de intuición, sin más órdenes que las de su instinto ni más autoridad que la de su
caudillo.
Es indudable que Rosas fue la expresión superlativa del autoritarismo, y que su aparición en la
escena política argentina no fue la obra de la causalidad sino el resultado de todo un proceso
anarquizado que inevitablemente debía desembocar en la dictadura.

Creemos que a don Juan Manuel, como a cualquier otro gobernante, hay que juzgarlo con la menor
vehemencia posible. Aplaudimos al altivo caudillo que se planta frente a Francia e Inglaterra, al
gobernante de la Vuelta de Obligado, al que se acerca al pueblo y le habla en su lenguaje, al que
brega por la ley de aduanas de 1836, al gobernador que da sentido hispánico y criollo a su
mandato, al que se opone a las ambiciones brasileñas. Pero atacamos al Rosas que gobernó la
provincia de Buenos Aires como una estancia, al que se perpetúa en el poder, al que exige la suma
del poder público o las facultades extraordinarias, al que destierra la libertad de prensa durante sus
veinte años de gobierno, al que hace fracasar el Pacto federal de 1831 que disponía la organización
federal de la República, al que persigue y hace asesinar a sus enemigos políticos, al que retrasa la
vida universitaria y cultural de Buenos Aires. Don Juan Manuel de Rosas, como tantos otros
gobernantes argentinos, fue un producto de su tiempo, con numerosos aciertos y errores a lo largo
de su vida pública. Y así debe juzgárselo; al margen de ideologías, doctrinas o sectarismos
políticos. Llegado a su término el gobierno provisional de Viamonte, la sala de representantes se
aboca al problema de la sucesión gubernamental, Y en la sesión del 5 de diciembre de 1829, se
presenta un proyecto donde se conceden facultades Extraordinarias al gobernante que habrá de
elegirse en esos días. El proyecto se aprueba al día siguiente. Inmediatamente convocada la
asamblea horas después, es elegido gobernador propietario de la provincia de Bs. As.

Primer gobierno; Don Juan Manuel de Rosas. Luego asume, el cargo el día 8 de diciembre de
1829. Comenzado el período de gobierno, son presentados a la Junta de representantes dos
proyectos.

El primer proyecto: (que era un ataque al principio de libertada de prensa), se consideraban líbelos
difamatorios y ofensivos de la moral y decencia pública a todos aquellos que de una forma u otra
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hubiesen atacado a Borrego o a Rosas desde el 1 de diciembre de1828 hasta la firma del Pacto de
Barracas. Se atacó este proyecto por considerarse que era un verdadero atentado contra la libertad
de pensamiento, y por ende contra la libertad de prensa.

El segundo proyecto: Se acordaban honores al nuevo gobernador, a quien se declaraba restaurador


de las leyes e instituciones de la provincia de Bs. As. y se aprobaba su conducta militar desde el 1
de diciembre de 1828 hasta el 8 de diciembre de 1829, fecha en que asumió el mando gubernativo.
Este proyecto, Rosas lo rechaza, y vuelto a tratar el 13 de enero de 1830, pese a la oposición fue
aprobado, daba al nuevo mandatario el título de Restaurador.

En el orden interno: su período se caracteriza por una enconada lucha entre la asamblea y el
Restaurador. La asamblea, por sostener los principios republicanos y representativos, dentro de las
líneas esenciales de una democracia; Rosas, por subordinar hombres e instituciones a su única
voluntad. Sin embargo su gobierno es constructivo en este primer período.

Cuando Rosas tiene que dar cuenta a la Legislatura del uso de las facultades extraordinarias,
presenta en mayo un mensaje, donde, devuelve las facultades de que ha sido investido.

En octubre de 1831, se requiere un informe detallado del uso que ha hecho de los poderes
extraordinarios, y como este pleito agitaba a Bs. As. y a su opinión pública se entabla una
enconada lucha entre los periódicos oficialistas y los de la oposición, Resultado de ello fueron
suspendidos por orden de Rosas, el 29 de enero de 1832, “El cometa” y “El Nuevo Tribuno o
Clasificador”, dando el ejecutivo un decreto reglamentando la actividad de la prensa (el 1 de
febrero de 1832). En mayo de 1832 devuelve nuevamente. La comisión luego de varios meses
redacta un proyecto, no sólo ratificatorio, sino ampliatorio de dichas facultades, el que fue
rechazado.

El final de su primer gobierno sorprende a Rosas en Plena lucha contra las provincias que tratan de
llegar a la organización nacional.

-ANTECEDENTES DEL PACTO FEDERAL DEL 4 DE ENERO DE 1.831,

Los Tratados Federales del Año 30.

Al comenzar el año 1830 el panorama de la República era innegablemente incierto. Desaparecido


Lavalle y fenecido el gobierno provisional de Viamonte en Bs. As. Ejercía ahora la primera
magistratura Juan Manuel de Rosas. A fin de contrarrestar el poderío unitario, el 28 de febrero de
1830, Santa Fe y Corrientes firman un Tratado de alianza y amistad, donde se comprometen a
formar una futura Convención con la ayuda de Buenos Aires y Entre Ríos. Esta unión de las cuatro
provincias proyectada en el tratado firmado en la ciudad de Santa Fe, tiene singular importancia
por ser el primero de los convenios litorales que servirán de antecedente al Pacto federal del 4 de
enero de 1.831, y por consignarse en sus cláusulas, que la convención estaría integrada por
provincias federales, pudiendo adherirse todas aquellas que sostuvieran el mismo principio
político. El 23 de marzo, siguiendo el programa de pactos Bs. As. Firma un tratado similar con
Corrientes. Dentro de los principios que habían inspirado a los tratados anteriores, se convoca una
reunión en San Nicolás, donde concurren Estanislao López, Juan Manuel de Rosas y Pedro Ferré,
tratándose en ella los problemas de la organización, y sobre todo, la grave situación creada con el
reciente triunfo del general Paz, que acababa de vencer a Quiroga el (25 de febrero de 1830).

Resueltos a celebrar un tratado cuadrilátero entre las provincias litorales, comunican tal decisión a
Paz. Los cuatro gobiernos litorales resuelven reunirse en Santa Fe, a fin de concertar la Paz
definitiva. El 20 de julio comienzan las deliberaciones. Queremos destacar que de haberse firmado
el tratado cuadrilátero en esa oportunidad, hubiera tenido quizá mayor significación que el que
tuvo el Pacto federal de 1.831, pues en la reunión de Santa Fe, no sólo se abordó el problema
político, sino que en los proyectos presentados, tuvo singular preferencia el problema económico
de la Nación y el planteamiento de un verdadero federalismo, analizados sobre la urgente realidad
de las provincias. El 20 de julio, se resolvió designar una comisión para que redacte el proyecto de

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tratado, siendo nombrados Ferré, Rojas y Patrón. El 26 de julio se reúnen los delegados para
considerar el proyecto de Rojas y Patrón. Desde ese instante se perfilan y aún más, se enfrentan,
las dos tendencias antagónicas, destinadas a constituir la Nación. Por un lado el mandato de Rosas,
sostenedor de los interese portuarios de Bs. As. Y de la política del librecambio; por otro, el
planteamiento proteccionista de las provincias del interior. Además la posición de Bs. As. Se
define ya por una sorda guerra a todo intento de organización Nacional inmediata, ejerciendo toda
su influencia para que no se designe una comisión permanente de las provincias contratantes. Las
palabras en el informe de Rojas y Patrón no podían ser más realistas, definen y fijan la posición
Porteña, diciendo que Bs. As. Paga la deuda nacional, contraída en la guerra de la independencia y
con la de Brasil, mantiene la seguridad de las costas y guarda los Ríos, etc. y luego dan las
cuantiosas cifras. Pero la realidad enseñaba que con esa política Bs. As., crecía más en detrimento
de las provincias que cada día retrocedían económicamente. Bs. As., pagaba cuantiosas deudas,
pero el fruto de las rentas de su aduana y puerto no era percibido por el resto de las provincias.
Mientras tanto una mala política librecambista mataba la poca industria doméstica argentina, que
no podía competir ni en calidad ni en precio, con la poderosa industria Europea. Bs. As., con su
puerto y su riqueza agropecuaria no sufría el impacto. Por el contrario, la libertad en el tráfico
enriquecía su comercio.

El proyecto de Ferré: El proyecto de tratado de Ferre tiene incuestionable importancia, dado los
problemas que encara y los principios que sostiene. Comienza diciendo que: “que es un derecho
incuestionable el que tienen las provincias al tesoro que se recauda de impuestos al comercio
extranjero, en proporción al consumo y productos de cada una de ellas”, y que dar ese “tesoro a
una sola provincia es sancionar la ruina de las demás”. Gran parte de los artículos del proyecto del
delegado correntino pasaron al Pacto federal del 4 de enero de 1831, sirviendo de directa fuente,
como los Art. 7º, antecedente del Art. 15 del pacto federal. Por la cláusula 8ª, que sirvió de
fundamento al Art. 16 del Pacto federal. Una de las cláusulas más interesantes es la 13, donde
establece que “los gobiernos contratantes a nombre de las provincias que presiden declaran
habilitados para el comercio extranjero, a más del puerto de Bs. As., el de la capital de Santa Fe. A
esto, se agrega (Art. 14) que “el tesoro que en ambas provincias se recaude de impuesto al
comercio extranjero, se declara nacional”. Este proyecto fue rechazado por el representante de Bs.
As. Atento a este rechazo, y a fin de conciliar opiniones, los diputados por Santa Fe, Entre Ríos y
Corrientes resuelven reformar el proyecto desde el Art. 7 en adelante hasta el 17, se encarga dicha
tarea al diputado Domingo Cullen. El diputado Santafesino redacta tres artículos donde establece
la creación de una comisión representativa, como la que presentara Ferré, siendo de sus
atribuciones “invitar a todas las provincias de la República a la convocación y reunión de un
Congreso Nacional que la organice y constituya”. Descarta Cullen en su proyecto toda alusión al
problema económico, habilitación de puertos, rentas nacionales etc. Sometido a aprobación, Rojas
y Patrón se opusieron nuevamente aduciendo “estar privado por sus instrucciones para tratar nada
sobre el contenido del mismo”, y que se le permitiese consultar a su gobierno sobre el particular.
Pero bien sabía el hábil diputado por Bs. As., cuales eran las ideas que sostenía su mandante Don
Juan Manuel de Rosas, quien al enterarse, exclamó: ¡hasta cuando tendrán lugar ciertos hombres
que no han pensado sino en esclavizarnos!, agrega- será nulo para el bien, todo aquello que no se
haga pacíficamente por tratados amistosos en que obre la buena Fe, deseo sincero de la unión, y
atento a los intereses generales. Debido a la intransigencia del representante de Bs. As., fiel
ejecutor de las ideas de Rosas, el pacto quedó en la nada. Mientras tanto en el interior, general
José María Paz celebraba en 30 de agosto de 1830 un fuerte pacto de unión entre 9 provincias
argentinas, destinadas a contrarrestar la obra de los gobiernos litorales, donde se designaba a Paz
en carácter de jefe del supremo poder militar creado por los Estados signatarios. La poderosa liga
del interior comenzaba a ejercer su predominio en la zona más vasta del país. Faltaba minar el
litoral.

EL PACTO FEDERAL DEL 4 DE ENERO DE 1831: Luego de celebrado el pacto de unión


entre las provincias del interior, el general Paz, investido con el supremo poder militar, hace llegar
al gobernador de la provincia de Bs. As. Y al de Santa Fe una copia del tratado, para que se
adhieran a él, si bien les pareciese bajo las alteraciones o modificaciones que ambos gobernantes
juzgasen convenientes. Rechazada fue la invitación por ambos caudillos, a todo esto los
preparativos bélicos de la liga unitaria eran cada vez mayores.

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Antes de entrar en guerra era necesario concluir el pacto de unión que desde principios de 1830
venían gestando las provincias litorales. Se reúnen López, Rosas a celebrar el tratado pesar de la
ausencia de corrientes, se reúnen los diputados en santa Fe a principios de 1831. Don José María
Rojas y Patrón representan a Bs. As.; Antonio Crespo a Entre Ríos; Cullen, a la provincia de Santa
Fe. El 4 de enero de 1831 se firma solemnemente el Pacto federal entre las provincias nombradas.
Y así, en virtud de los tratados litorales celebrados el año anterior, y considerando que “la mayor
parte de los pueblos de la República ha proclamado del modo más libre y espontáneo la forma de
gobierno federal...” convienen las provincias signatarias los artículos que forman el pacto.
Contenido: Art. Más importantes. Los gobiernos contratantes “ratifican todos los tratados
anteriores celebrados entre ellos”, paz unión y amistad permanente, reconociendo recíprocamente
su libertad, independencia, representación y derechos”. Las tres provincias se comprometen a
“resistir cualquier invasión extranjera” contra alguna de las provincias argentinas. Constituyen una
alianza ofensiva- defensiva” contra toda agresión de las demás provincias, obligándose a no
celebrar tratados por sí sola ninguna provincia sin previo consentimiento de las signatarias de este
pacto, si aquel tratado no perjudicase a los intereses generales de ella o de toda la república, se
obligan las firmantes a dar su consentimiento. En el Art. 8º, se consagra la libertad de los
habitantes de las tres provincias de entrar y transitar con sus buques y cargas en todos los puertos,
ríos y territorios de cada una. En caso de ser atacada una de ellas las otras dos deben prestar
auxilio. La verdadera importancia del Pacto federal del 31 reside en los Art. 15 y 16, donde se
define el estado de confederación y se establecen las bases fundamentales de la organización
nacional.
Art.15: mientras no se establezca la paz pública, residirá en la capital de Santa Fe una comisión
compuesta de un diputado por cada una de las tres provincias litorales, cuya denominación será
“Comisión representativa de los gobiernos de las provincias litorales de la república”, cuyos
diputados podrán ser removidos al arbitrio de sus respectivos gobiernos, cuando juzguen
conveniente, nombrando otros en su lugar.
Art. 16: Las atribuciones de la comisión serán: 1- celebrar tratados de paz a nombre de las tres
provincias, conforme a las instrucciones que cada uno de los diputados tenga de su respectivo
gobierno, sometiendo dichos tratados a la ratificación de cada una de las tres provincias. 2- Hacer
declaración de guerra contra cualquier otro poder, a nombre de las tres provincias litorales,
siempre que estén de acuerdo las tres. 3- Ordenar se levante el ejército en caso de guerra ofensivo
o defensiva, y nombrar el general que deba mandarla. 4- Determinar el contingente de tropas con
que cada una de las tres deba contribuir. 5- Invitar a todas las demás provincias de la república,
cuando estén en plena libertad y tranquilidad a reunirse en federación con las tres litorales; y a que
por medio de un Congreso general Federativo se arregle la administración general del país bajo el
sistema federal, su comercio interior y exterior, su navegación, el cobro y distribución de las rentas
generales, y el pago de la deuda de la república, su crédito interior y exterior, y la soberanía,
libertad e independencia de cada una de las provincias.
Obvio resulta destacar la importancia de este pacto, piedra angular de nuestra organización
nacional. En él, se dan las bases definitivas sobre las que habrá de constituirse el país bajo los
principios del federalismo. Su valor radica, no sólo en el contenido de sus cláusulas, sino, en que
no fue la actitud aislada de una o dos provincias, sino la expresión unánime de todas, que
posteriormente a su sanción, se fueron paulatinamente adhiriendo. Se consagra la aspiración
legítima del pueblo argentino a abandonar la anarquía y organizarse constitucionalmente bajo los
principios de un sistema político por el cual, habían luchado desde los primeros años de la
revolución. El Pacto federal del 31 es un verdadero pacto de confederación, dado como única
solución, hasta tanto las provincias pudieran constituirse federalmente bajo una constitución
general. Por medio de el cada provincia conserva íntegramente el uso y ejercicio de su soberanía,
delegando ciertas facultades en un gobierno central, es decir en la Comisión representativa de los
gobiernos litorales. Los estados argentinos vivieron durante 20 años en estado de Confederación,
pues si bien la comisión representativa tuvo muy poca vigencia (hasta 1832), no debemos olvidar
que el gobierno de Bs. As. Mantuvo el manejo de las relaciones exteriores, y que cada provincia
argentina ejerció plenamente sus facultades soberanas hasta 1852. Por eso aún bajo la dictadura de
Rosas, tuvo vigencia de hecho la confederación creada por el pacto federal de 1831. Por su Art.
16, después de caseros es que se llega al Acuerdo de san Nicolás de los Arroyos, en dicha reunión
se proclama “Ley fundamental de la República al Pacto Federal y se declara “que estando todas las
provincias de la república en paz y tranquilidad, ha llegado el caso previsto en el Art. 16 del Pacto
del 31, de arreglar por medio de un Congreso General federativo la administración general del país

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bajo el sistema federal”. A su vez, es en virtud de este Acuerdo de San Nicolás que se convoca al
Congreso Constitucional de Santa Fe que habría de darnos la carta Fundamental. Los pactos
preexistentes de que habla el preámbulo de la constitución Nacional del 53, en cumplimiento de
los cuales se constituyen la Nación argentina y se da dicha ley, no son otros que el pacto federal
del 31 y el Acuerdo de San Nicolás. Es en razón de sus mandatos que surge la constitución,
consagrando el régimen federal, exigido en ambos documentos, los demás pactos Pilar,
cuadrilátero etc. Son antecedentes de la constitución pero no son a los que se refiere el preámbulo.

-Después de firmado el pacto la situación nacional se agrava día a día. Ambas fuerzas, unitarios
como federales, aprestan sus ejércitos para el choque definitivo.
El 10 de mayo de 1831, un soldado de las fuerzas federales, hace que caiga prisionero el General
Paz, este acontecimiento fortuito dio fin prácticamente a la guerra empeñada entre ligas unitarias y
federales.
Encarado el problema de la organización nacional, es decir el cumplimiento del pacto del 31,
sobrevienen las dificultades.
-La disposición del Art. 16 de invitar a las provincias a un Congreso general federativo, había
sido resueltas en disconformidad con el pensamiento de rosas, quien accedió momentáneamente,
por las urgencias de las circunstancias a estar unido a los federales, frente al poder de Paz, y por no
discutir con Santa Fe y Entre Ríos, que no habían quedado conformes después del rechazo del
proyecto de Ferré. El gobernador había ganado la batalla al rechazar la imposición de las medidas
de carácter económico que se había tratado de incluir en el tratado. Faltaba ahora ganar la segunda
Batalla.
-Durante todo el año 1831 Rosas se opone a todo intento de organización, de Congreso o de
Constitución, y pone trabas al funcionamiento de la Comisión representativa.
El 3 de noviembre de ese año Rosas se reúne con López en Rosario a fin de tratar la suerte del
general Paz, preso en Santa Fe, y para solucionar el grave problema de la Comisión representativa.
Rosas le dice que: no es tiempo de constituir el país, y que es preciso prescindir de la Comisión
Representativa de los gobiernos litorales, que ya no tenía objeto en las circunstancias. El general
López no accedió a la disolución de la Comisión quedando convenido que dicho cuerpo
continuaría hasta que las pcias. Estuviesen en paz y tranquilidad, momento ese en que cesaría en
sus funciones de gobierno.
Juan Manuel de Rosas, cada vez más fuerte en el poder, trata de conseguir disolver la comisión
representativa y con ello todo intento de organización que lleve a la constitución de un gobierno
nacional al que, lógicamente tendría que acatar, y con ello desaparecería sus sueños de
dominación.
En 1832 Estanislao López, ante el evidente fracaso del pacto federal por la incansable guerra
desatada por Bs. AS. Incrimina a Rosas su proceder, por medio de cartas, donde le dice que ya es
hora de llamar a las provincias, y Rosas impide todo tipo de organización. Se desarrolla una
tremenda puja entre los gobernadores de santa Fe y Bs. As.
A Rosas le faltaba solo un pretexto para desprestigiar a la comisión, y logra su objetivo, a raíz de
una circular remitida por la comisión a las provincias que aún no se habían adherido al Pacto
federal, donde se invitaba a firmar el convenio, a los representantes de Corrientes y Córdoba, y
cartas enviadas a personas amigas a fin de que influyan en sus gobiernos para que firmaran el
pacto, algunas de estas cartas fueron interceptadas por Quiroga quien se las remite a Rosas, esto
provocó que Rosas diera la orden al diputado por Bs. As., para que se retirara del seno de la
Comisión Representativa. Rosas remite cartas al gobernador de Corrientes, manifestándole que a
través de los vergonzosos documentos se podían apreciar las ideas anárquicas propagadas desde el
seno de una comisión, llamada por su naturaleza y por sus deberes a estrechar la unión de las
provincias. Desenmascarando la política de Rosas, expresa Manuel Leiva en una carta fechada en
Santa Fe, el 9 de marzo de 1832, que Bs. As. “es quien únicamente resistirá a la formación del
Congreso, porque en la organización y arreglos que se meditan, pierde el manejo de nuestro tesoro,
y se cortará el comercio de extranjería que es el que más le produce”, Las provincias comenzaron a
ver el peligro de proseguir con la política emprendida por Rosas. Pese a los esfuerzos de
Estanislao López por mantener la Comisión representativa, fueron en vano porque a raíz de los
acontecimientos de 1832 mencionados Rosas retira su diputado, fundamentando los propósitos
anarquizantes de los diputados de Corrientes y Córdoba, pide el cese de la comisión representativa.
La falta de apoyo de Bs. As., y la falta de apoyo de hombres como Quiroga y el grupo federal
porteño, hacen que la Comisión representativa se disuelva el 13 de julio de 1832, mueren con ella

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los sueños de organización Nacional. Rosas posterga así por 20 años la organización anhelada, no
desea someterse a un gobierno nacional y aspira a mantener la hegemonía de Bs. As., con su
puerto y aduana, sobre todas las demás provincias. Más adelante obtendrá la suma del poder
Público.

Gobiernos de Balcarce, Viamonte y Maza. (No va)


Luego de las repetidas renuncias de Rosas al cargo de gobernador de Bs. As., la sala de
representantes decide nombrar a Juan Ramón Balcarce, el día 17 de diciembre debía prestar
juramento, Rosas hace entrega ese día a Balcarce del poder. Todo el elenco de Balcarce era
Federal. Los primeros que aprovechan el cambio de gobierno son los hombres del litoral, alejado
Rosas, Estanislao López en carta a Balcarce, le renueva el viejo problema. Esto disgustó
lógicamente a Rosas, pero sin inquietarse emprendió el 22 de marzo de 1833 su expedición al
desierto. Esta misión contra los indios fortalecería su prestigio ante el gobierno de Bs. As.
Mientras tanto los sectores de la población se enfrentaban en torno a la nueva política de Balcarce.
Por su parte, los federales, divididos ya desde el primer gobierno de Rosas acentuaban sus
diferencias ante la proximidad de las elecciones para representantes. Rosas no conforme con los
“sucesos y circunstancias” presenta su renuncia para al cargo para el que ha sido elegido. Con esta
renuncia prepara el clima de insurrección que habría de derrocar a Balcarce. Se dice que Balcarce
se ha unido a los unitarios más exaltados a fin de dar por tierra el poder de Rosas. La insurrección
cunde por todo Bs. As., La sala contesta a Balcarce que debe presentar la renuncia el 1 de
noviembre. Así terminó sin pena ni gloria el efímero gobierno de Balcarce, derrotado por la
doméstica Revolución de los Restauradores.
El 4 de noviembre de 1833 la legislatura porteña nombra gobernador de la provincia al general
Juan José Viamonte. A pesar de que Rosas se muestra partidario del gobierno, bien pronto
comienza a hacerle la lucha a través de sus secuaces, de su propia esposa y de la Sociedad Popular
Restauradora”. En todo este clima de insurrección llega Rosas triunfante de la campaña al desierto,
todos concurren a recibirlo.
El 5 de junio de 1834, Viamonte presenta la renuncia, y en la sesión del 30 de junio la sala elige
gobernador a Juan Manuel De Rosas, quien renuncia hasta 4 veces. La razón era que no se le
habían otorgado las facultades extraordinarias, y el sabía que en breve se las ofrecerían
ciegamente. La sala acuerda poner en posesión del provisional del gobierno hasta tanto se reciba el
gobernador propietario, a el Doctor Manuel Vicente Maza el 1 de octubre de 1834. Durante el
interinato de Maza, Facundo Quiroga, había sido enviado a las provincias del norte para mediar, ha
pedido del gobierno de Bs. As. (Salta y Tucumán), terminada su misión emprende su regreso,
siendo asesinado en Barranca Yaco el 16 de febrero de 1835. Como Rosas había advertido siempre
de la existencia de un plan tendiente a terminar con los federales de Ley, la noticia exhortó los
ánimos del pueblo, que vio en este crimen, la mano de aquellos que se oponían a la política del
Restaurador. Ante estos hechos el doctor Maza presenta la Renuncia el 7 de Marzo de 1835.
Faltaba en el gobierno la mano fuerte que pudiera conjurar los peligros, un solo hombre podía
realizar esa obra “Rosas”. El mismo día de la renuncia de Maza se nombra gobernador a Rosas (el
7 de marzo de 1835). En la historia de la República comenzaba una nueva etapa.

Segundo Gobierno de Rosas:


LA DICTADURA. Por ley del 7 de marzo de 1835, la legislatura de Buenos Aires establece:
Art. 1º. "Queda nombrado gobernador y capitán general de la provincia por el término de cinco
años, el brigadier general don Juan Manuel de Rosas".
Art. 2º. "Se deposita toda la suma del poder público de esta provincia en la persona del brigadier
general don Juan Manuel de Rosas, sin más restricciones que las siguientes:
-1º) que deberá conservar, defender y proteger la religión católica apostólica romana;
-2º) que deberá defender y sostener la causa nacional de la federación que han proclamado los
pueblos de la República".
Art. 3º. "El ejercicio de este poder extraordinario durará todo el tiempo que a juicio del
gobernador electo fuese necesario".
Ante esta obsecuente ley, que pone en manos de Juan Manuel de Rosas la suma del poder público,
nace, como bien lo proclama Vicente Fidel López, la "dictadura vitalicia" del nuevo gobernador.
No eran ya las facultades extraordinarias, quizá necesarias en el primer gobierno de Rosas cuando
Bs. As., se encontraba en la inminencia de la guerra con el general Paz, la suma del poder público
se le entregaba cuando el la provincia estaba en paz. Con suma habilidad el Restaurador no aceptó

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el poder que se le otorgaba, solicitando, en cambio, a la asamblea que convocara al pueblo de Bs.
As., para que, por medio de un plebiscito, ratificara expresamente las facultades que se le
acababan de otorgar. La consulta plebiscitaria llevada a cabo los días 26 a 28 de marzo dio por
resultado una abrumadora mayoría favorable a Rosas. El 13 de abril tuvo lugar la ceremonia. Una
vez en el poder, Rosas da, un manifiesto a su pueblo, donde pone en evidencia sus futuros
designios. Decreta el 16 de abril, que sean borrados de la lista militar, tenientes, tenientes
coroneles, mayores, ayudantes etc., persigue igual a miembros del clero y de la justicia, saneando
así las filas de la oposición, por no ser adictos a la “causa nacional de la federación”. Creemos que
en el orden internacional Rosas hizo respetar la soberanía de la Nació, sean cuales fuesen sus
intereses particulares. Lo hispánico que había sido desplazado en el orden cultural, retornó en el
período de Rosas.
-En noviembre de 1836, Rosas hace estudiar el proyecto de Ley de Aduanas para que entre a regir
en el año siguiente. Esta ley, aprobada, lógicamente por la magistratura, es un ataque al sistema de
librecambio que arrastraba desde principios de nuestra revolución en detrimento de la economía de
las provincias del interior. Lo raro es que apenas unos años atrás, Rosas se había manifestado
abiertamente contrario a toda política de proteccionismo. Cambiando la política pues, ahora le
convenía, el restaurador da empuje a la nueva ley de aduanas.
-La ley prohibía la introducción de una serie de productos de manufactura extranjera que se podían
producir en el país, (tejidos de lana y de algodón, manufacturas rehierro y hojalata, velas de cobo
etc.) Por otra parte gravaba con fuertes impuestos a otras mercaderías, que podían sustituirse con
las nacionales. Esta ley fue beneficiosa para el país, especialmente para el litoral, zona agrícola-
ganadera. Bs. As., no perdió por ella su hegemonía ni sufrió quebrando su aduana. Los hombres
del puerto, los porteños, seguían firmes en su política dominadora y su crecimiento económico.
-Muerto Estanislao López en 1838, la figura de Rosas adquiere contornos singulares,
convirtiéndose en el máximo caudillo. Desde 1838 hasta 1847, varios fueron los intentos de los
opositores a Rosas por destruir el poder de Rosas, numerosas campañas que culminaron con
hechos sangrientos, como la muerte de Maza y su hijo, Pedro Castelli y otros. El último intento
estuvo a cargo de Madariaga, en Corrientes 27 de noviembre de 1847, donde fueron derrotados por
el general Urquiza.
1) LA GENERACIÓN DEL ’37. Al margen de la generación unitaria que había
desarrollado su política desde el comienzo de la Revolución, aunque no en forma orgánica de
partido, cristalizando su actuación en el período Rivadaviano y los sucesos posteriores, y de la
generación de federales que, igualmente, había venido luchando desde el comienzo de la era
independiente por implantar sus ideas y su sistema de gobierno, surge en la época que nos ocupa,
lo que se ha dado en llamar "generación romántica de 1.837". Se le distingue de los anteriores
movimientos o de cualquier otra expresión de la vida argentina, por adoptar una nueva postura
frente al proceso histórico de la República y fijar un distinto planteamiento filosófico,
político y económico de los fenómenos sociales de la época. Aparecen en Buenos Aires
pequeños círculos literarios, integrados por los hombres jóvenes de entonces que fundan, la
Asociación de estudios históricos y sociales como culminación de todas esas inquietudes.
Posteriormente, Marcos Sastre, secundado por un selecto grupo de la juventud porteña, funda en
su librería, el Salón literario, institución nacida en pleno gobierno de Juan Manuel de Rosas.
Disuelto éste tiene lugar la aparición de la " Joven Argentina", asociación que más tarde, al
referirse a su fundación, el propio Echeverría la llama "Asociación de Mayo".

El credo de la nueva generación: asociación, progreso, fraternidad, igualdad, libertad, Dios


(centro y periferia de nuestra creencia religiosa), el honor y el sacrificio (móvil y norma de
nuestra conducta social), menosprecio de toda refutación usurpadora o ilegítima,
continuación de todas las tradiciones progresivas de la Revolución de Mayo, independencia
de las tradiciones retrógradas que nos subordinan al antiguo régimen, emancipación del
espíritu americano, organización de la patria sobre la base democrática, confraternidad de
principios.

Integraron esta generación, entre otros: Esteban Echeverría, Juan Bautista Alberdi, Juan María
Gutiérrez, Marcos Sastre, Carlos Lamarca, Vicente Fidel López, José Mármol, Bartolomé Mitre,
José Barros Pazos, Carlos Tejedor, Jacinto Rodríguez Peña, Miguel Cané, Manuel Quiroga Rosas,
Enrique Lafuente, José Rivera Indarte, Benito Carrás, Luis Domínguez, Avelino Ferreyra,
Benjamín Villafañe, Juan Thompson, etc.
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Las ideas de Echeverría plasmadas en el "Dogma socialista" son innegablemente la obra
fundamental de este nuevo pensamiento. Alberdi, por su parte, comenzando con el "Fragmento
preliminar al estudio del derecho" y culminando, en este período de transición, con sus "Bases y
Puntos de partida para la organización política de la República Argentina", complementa la labor
de aquél. Domingo Fautismo Sarmiento, hombre que cronológica y espiritualmente, pertenece
también a esta generación, realiza un valioso aporte a través de "Facundo", "Argirópolis" y de sus
escritos periodísticos producidos en esa época.

La generación del 37 surge entre las dos tendencias que agrupaban el pensamiento argentino. Ven
en la tendencia federal el origen de la anarquía, del aislamiento de los pueblos, del desorden
institucional, y por sobre todo, la cuna del autoritarismo engendrado en los caudillos. Por otra
parte, en la tendencia unitaria, ven el fracaso de todos los gobiernos hegemónicos que en vano
intentaron gobernar al país después de la Revolución. Este pensamiento de la generación
romántica del 37, al que, acertadamente, se lo ha llamado "el pensamiento conciliador", ubicado
entre las dos tendencias históricas, dio sus frutos de óptima manera al concretar sus principios en
la Constitución Nacional de 1853.

Su espíritu informó a los hombres que redactaron la Carta Fundamental, y fue su eclecticismo
federo-unitario la fórmula realista, que pudo unificar el pensamiento argentino, logrando así la
organización nacional. Llevados, pues, de la doctrina de que estaban informados, los hombres del
37 comenzaron su prédica y su acción partiendo de la premisa inconmovible de que "era necesario
transformar la realidad nacional". Para ello era imprescindible negar la tradición heredada. “El
gran pensamiento de la Revolución -expresa Echeverría - no se ha realizado”. Proclamando las
leyes del progreso, propugnaron así una nueva sociedad, distinta de la hispano-criolla producto del
entrecruzamiento de razas, con una nueva fisonomía política, económica y social. El mismo
Alberdi, llevado por el deslumbramiento de las nuevas ideas, proclama: “En América todo lo que
no es europeo, es bárbaro”. Hemos realizado estas citas para demostrar, cómo el ideal de progreso
y de civilización cegó un tanto a los hombres de la generación del 37.

¿Dónde estuvo el error de apreciación? Se equivocaron en desconocer y eludir una realidad tan
tangible como la que ellos mismos proclamaban. La antinomia de civilización y barbarie está dada
con toda claridad por Sarmiento. En su obra cumbre, "Facundo", expresa: "El hombre de la ciudad
viste el traje europeo, vive la vida civilizada tal como la conocemos en todas partes; allí están las
leyes, las ideas de progreso, los medios de instrucción. El hombre de la campaña, lejos de aspirar a
semejarse al de la ciudad rechaza con desdén su lujo y sus modales corteses".

LA ASOCIACIÓN DE MAYO. SUS PRINCIPALES REPRESENTANTES. CONTENIDO


Y TRASCENDENCIA INSTITUCIONAL DE SU OBRA.

Echeverría — La Asociación de Mayo: Durante el gobierno de Balcarce, la juventud culta de la


época que había estudiado en la Universidad creada por Rivadavia o en Europa, donde habían
tomado contacto con las ideas liberales de 1830 5 se reunía en casa de Miguel Gané, constituyendo
la Asociación de Estudios Históricos y Sociales. Allí los integrantes leían obras extranjeras y
propias y luego polemizaban sobre ellas.

Más tarde se congregaron en la trastienda de la famosa "Librería Argentina" de Marcos Sastre, en


la que pensaban formar su propia biblioteca teniendo los asociados derechos a leer los libros y
periódicos extranjeros y leer trabajos propios.

Así nació el Salón Literario que fue inaugurado en 1837 con una fiesta en la que hablaron Sastre,
Alberdi, Gutiérrez y Vicente López y Planes a quien Maza advirtió que no debió haberse mezclado
con esos muchachos "reformistas y regeneradores".

Pertenecían al Salón Vicente Fidel López, Esteban Echeverría, Juan B. Alberdi, Juan María
Gutiérrez (que leyó algunos cantos de 'La Cautiva" de Echeverría), Juan Thompson, Pedro de
Angelis (que en realidad iba para informar al gobierno), etc.

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En setiembre de 1837 los jóvenes advirtieron que sus actividades no eran gratas a Rosas y por eso
dejaron de reunirse, siendo cerrado definitivamente el Salón y la Librería en mayo de 1838,
cuando se terminaron de rematar todas las existencias. A partir de noviembre de 1837, cuando ya
estaban interrumpidas las reuniones, Alberdi publicó "La Moda", gaceta semanal que trataba sobre
modas, artes y letras extranjeras y argentinas.

Echeverría pensó entonces en la necesidad de reunir a la juventud culta en una sociedad secreta
semejante a las que estaban en boga en Europa. La primera reunión se celebró el 23 de junio de
1838 y en ella Echeverría explicó su posición, que era intermedia entre los ideales unita rios y
federales y que podía sintetizarse en 15 palabras simbólicas: 1. Asociación, 2, Progreso, 3.
Fraternidad, 4. Igualdad, 5. Libertad, 6. Dios: centro y periferia de la creencia religiosa, 7. El
honor y el sacrificio, norma y móvil de nuestra conducta social, 8. Adopción de todas las glorias
legítimas, tanto individuales como colectivas, de la Revolución, 9. Continuación de las tradiciones
progresistas de la Revolución de. Mayo, 10. Independencia de las tradiciones retrógradas que nos
subordinan al antiguo régimen, 11. Emancipación del espíritu americano, 12. Organización de la
patria sobre la base democrática, 13. Confraternidad de principios, 14. Fusión de todas las
doctrinas progresistas" en un centro único, 15. Abnegación de las simpatías que puedan ligarnos a
las dos grandes facciones que se han disputado el poderío durante la Revolución (redactado por
Alberdi).

Los asociados presentaron juramento el 8 de julio de 1838, adoptando para ello la fórmula que
usaban los integrantes de la Joven Europa*, y al día siguiente celebraron un banquete. Se
constituyó así la "Joven Argentina" que proyectaba imponer sus ideales no por medio de la fuerza
sino utilizando el intelecto para lograr así la comprensión de los hacendados, militares, etc.
Echeverría fue elegido presidente de la Asociación.

Los jóvenes consideraron necesario explicar sus ideales en una obra y encargaron su redacción a
Gutiérrez Alberdi y Echeverría, que fue quien la compuso para que mantuviera unidad.

La Asociación llamó a su seno a todos los argentinos, unitarios o federales, invitándolos a deponer
sus odios pero pronto tuvo que disolverse porque el gobierno empezó a considerarla peligrosa.

Sus integrantes emigraron a Montevideo, Echeverría quedó en su estancia 'Las Talas" y más tarde,
cuando Lavalle fracasó en su campaña contra Buenos Aires, debió pasar a la Banda Oriental.

Los menos comprometidos: Jacinto Rodríguez Peña, Rafael Corvalán, Carlos Tejedor, Santiago
Albarracín y Enrique de la Fuente quedaron en la Capital y fundaron el Club de los Cinco, de
carácter secreto. Los que fueron al interior fundaron filiales de la Joven Argentina en Tucumán,
San Juan y Córdoba.

En Montevideo Juan Bautista Alberdi, que había llevado el texto de la obra manuscrita de
Echeverría la publicó en "El Iniciador" (I 9 de enero de 1839) con el título de "Código o declaración
de los principios que constituyen la creencia social de la República Argentina".

Los emigrados constituyeron en Montevideo una filial de la Joven Argentina, que fue la
Asociación de Mayo, promovida por Alberdi.

En 1846 Echeverría publicó en "El Nacional" de Montevideo el "Dogma Socialista39 con el título
de "Código o Declaración de los Principios de la Nueva Generación", acompañado por una
'Hojeada retrospectiva sobre el movimiento intelectual en el Plata desde 1837".

Las 15 palabras simbólicas explican el Dogma, cuyos tres conceptos fundamentales son: Mayo,
Progreso, y Democracia. Con un agudizado sentido histórico y político Echeverría consideraba que
el centralismo y el autonomismo eran factores esenciales para la constitución de la República.

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La joven Europa fue fundada en Marsella por José Mazzíni, patriota italiano contemporáneo de
Echeverría que bregó por lograr la independencia de Italia. Se tlifereneia de Echeverría en que su
plan es más acción que pensamiento.

Echeverría abogó en el Dogma por el predominio de la sociedad sobre el individuo, es decir se


manifestó contra la concentración del poder en pocas manos; quería por el contrario la
intervención de todos los hombres/ pero siempre que fueran cultos y de probada moral.

Proclamó la necesidad de volver a los ideales de Mayo, otorgando al pueblo la libertad y el


ejercicio del derecho. Para ello era necesario fomentar el progreso, no aislando al país,
promoviendo la cultura mediante las prácticas democráticas.

También consideraba que si bien era necesario inspirarse en la cultura europea, era malo copiarla
porque nuestras costumbres y tendencias particulares exigían instituciones especialmente
adaptadas.

4) CARACTERIZACIÓN DE LA SITUACIÓN ECONÓMICA EN LAS PROVINCIAS UNIDAS


DEL RÍO DE LA PLATA, DESDE 1810 A 1853.

Falta agregar de 1829 hasta 1853.


La Economía: LIBRE CAMBIO Y PROTECCIONISMO (1810-1829). La decidida política
liberal emprendida por la Corona española en sus dominios, durante el último tercio del siglo
XVIII y las disposiciones librecambistas adoptadas antes y después de las invasiones inglesas por
los gobernantes indianos, señalaron con trazo firme el rumbo a nuestros primeros gobiernos
patrios.
La legislación liberal impuesta por Buenos Aires perjudicaba los intereses del interior, cuyas
industrias decaían notablemente. Pero los perjudicados por el régimen de libertad aduanera, no
fueron sólo los industriales; también los comerciantes del país se vieron suplantados por los
ingleses, a cuyas manos pasó la dirección del comercio en el Río de la Plata. Cuando
en 1812 el Triunvirato, acentuando aún más la política liberal, eliminó esta exigencia, suprimió el
estanco del tabaco y proclamó la libertad de cultivo, manufactura y comercio, el comercio
nacional, quedó prácticamente liquidado.
Las voces de protesta fueron tantas que la asamblea general constituyente resolvió, en marzo de
1813, restablecer la exigencia de que las mercaderías llegasen consignadas a comerciantes
nacionales, para obligar a los ingleses a hacer participar en su negocio al comercio local, sin
embargo, estas medidas no dieron resultado.
La plaza de Buenos Aires y el mismo comercio interior habían caído, así, en manos de
comerciantes ingleses, quienes desde 1811 se agrupaban en cámaras de comercio británicas, de las
que quedaban excluidos españoles y criollos. En estas corporaciones, los ingleses fijaban los
precios y determinaban las condiciones de oferta y demanda. Como decía Juan José Cristóbal de
Anchorena -un acaudalado comerciante porteño de la época-, “el comercio se halla destruido y
poco menos que aniquilado, que la importación de todos los efectos ultramarinos y la exportación
de frutos del país se hallan monopolizados por los extranjeros y que por consiguiente los
comerciantes nacionales, se ven con las manos atadas, la mayor parte de los artesanos sin
ocupación y reducidos a la miseria, destruida la industria del país, la cría de ganados sin todo aquel
adelantamiento de que ha sido capaz y que la época de esta fatalidad ha sido la misma del
comercio libre con los extranjeros, es tan manifiesto que no deja lugar a la menor duda”.
-Durante el directorio de Pueyrredón, fue cuando la tendencia proteccionista encontró eco en el
gobierno. El decreto de 23 de noviembre de 1816, que reservaba (carga y descarga de los buques
de ultramar en los puertos de Buenos Aires y Ensenada) a los naturales del país, y el arancel para
1817, que gravaba con pesados derechos a la importación manufacturera,
Fueron las medidas con que Pueyrredón demostró el cambio de política económica. Pero los
intereses ingleses se movilizaron rápidamente.
Pueyrredón, por decreto de 1º de junio de 1818 redujo notablemente las tarifas, a la vez que
disminuyó el 4 % la rebaja concedida a los nacionales.
Los prolegómenos del pacto federal del 4 de enero de 1831 acentuaron la tendencia liberal, ya que
Buenos Aires trató de defender los recursos de su aduana contra los intentos de protección
industrial sostenidos por Corrientes.
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-En noviembre de 1836, Rosas hace estudiar el proyecto de Ley de Aduanas para que entre a regir
en el año siguiente. Esta ley, aprobada, lógicamente por la magistratura, es un ataque al sistema de
librecambio que arrastraba desde principios de nuestra revolución en detrimento de la economía de
las provincias del interior.
-La ley prohibía la introducción de una serie de productos de manufactura extranjera que se podían
producir en el país, (tejidos de lana y de algodón, manufacturas rehierro y hojalata, velas de cobo
etc.) Por otra parte gravaba con fuertes impuestos a otras mercaderías, que podían sustituirse con
las nacionales. Esta ley fue beneficiosa para el país, especialmente para el litoral, zona agrícola-
ganadera.
Bs. As., no perdió por ella su hegemonía ni sufrió quebrando su aduana. Los hombres del puerto,
los porteños, seguían firmes en su política dominadora y su crecimiento económico.

UNIDAD X - C) EPOCA CONSTITUCIONAL

1) Acuerdo de San Nicolás. Antecedentes: Circular del 5-4-1951. Pronunciamiento de Urquiza,


Caseros, Protocolo de Palermo, Misión Irigoyen. Contenido del Acuerdo. Consideración y análisis
por Buenos Aires.

2) La Constitución de 1853. Génesis. Fuentes e Influencias Ideológicas de la Constitución:


enumeración y análisis de las mismas. Congreso Constituyente de Santa Fe. Debate del Proyecto
de Constitución. Análisis. Promulgación y Jura de la Constitución. Rechazo de la Constitución por
Buenos Aires.
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CIRCULAR DEL 5-4-1951. PRONUNCIAMIENTO DE URQUIZA.

El histórico pronunciamiento del general Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos,
formulado contra Juan Manuel de Rosas el 1 de mayo de 1.851, trajo como consecuencia la caída
del gobernador de Buenos Aires al año siguiente, ha sido interpretada de diversas maneras.

1) Revisionismo sostiene la traición de Urquiza a la causa argentina, aliándose con el


extranjero para llevar la guerra a su propia Nación. Entendimientos previos entre Urquiza
y los Brasileños y la entrega a los interese internacionales de nuestro comercio, con la
declaración de la libre navegación de los ríos ocurrida después de Caseros.
2) Otra tendencia: dicen que el pronunciamiento de Urquiza se debió a que el modelo
económico de Rosas, atentaba contra intereses de la provincia de Entre Ríos y en
particular con intereses propios de Urquiza quien poseía numerosos bienes, estancias,
saladeros, barracas, etc. Que lo habían convertido en el hombre más fuerte y poderoso de
la Provincia.
3) Corriente más adherida a la política de Urquiza ve en el pronunciamiento, un
desinteresado acto de patriotismo del gobernante Entrerriano para derribar a Rosas y así
librar a la Nación de la dictadura vitalicia. Sostienen que sólo el ánimo de organizar
políticamente al país y darle una constitución llevó al caudillo Urquiza a revelarse en
contra de su antiguo jefe.
4) Otra tendencia afirma: el motivo de la pronunciación de Urquiza no fue por intereses
económicos ni por patriota sino por vengarse de Rosas por la humillación sufrida por
Urquiza, cuando Rosas no ratificó el tratado de Alcaraz (1846), y Urquiza debió seguir la
guerra contra los Madariaga, esta ofensa en que Rosa colocó a Urquiza hizo que fueran
enemigos a pesar de militar en la misma causa.
Diversos factores se aglutinan y conjuran para determinar el pronunciamiento de Entre Ríos,
asumiendo su soberanía en el año 1851. La guerra entre la confederación y Brasil, trabas
económicas impuestas al comercio entrerriano por orden de Rosas. Urquiza protestó a Rosas
contra esta medida sin ser oído lo que aumentó la agresión.
Brasil desde que se independizo trato de apoderarse de Uruguay y Rosas defendía el gobierno de
Oribe (Uruguay).
Una documentada corriente histográfica sostiene que al margen de los problemas personales,
económicos, o cualquier otra índole el general Urquiza, buscó en su pronunciamiento el camino
hacia la definitiva organización constitucional del país. La firme actitud de urquiza de no aceptar
las imposiciones del gobernador de buenos Aires y su anhelo de ver constituido al país, se revela
de una manera más manifiesta en la concertación del tratado de Alcaráz llevado a cabo el 14 de
agosto de 1846 entre los gobiernos de Entre Ríos y de Corrientes. Lo remitió a la aprobación de
Rosas al cual no fue de su agrado. La firma del tratado secreto de Alcaraz pone en evidencia las
intenciones de Urquiza de formar una alianza con Corrientes y tratar de llegar a la organización
Nacional restaurando la comisión representativa a los gobiernos litorales estipulada en los Art. 15
y 16 del tratado del 4 de enero de 1831. la firme resolución de Urquiza de sostener los principios
proclamados en el pacto federal y poner en vigencia las cláusulas donde se creaba un gobierno
general y se invitaba a las provincias a un congreso federativo para constituir al país bajo el
sistema político que propugnaba ya una década antes de su pronunciamiento, un ideal permanente
de su vida. Rosas demoró el tratado de Alcaraz sin darle una respuesta definitiva, esterilizando el
esfuerzo del gobernador entrerriano y desautorizando su conducta.

Al promediar el año 50, Entre Ríos era un campamento de guerra e ideas revolucionarias, en torno
a Urquiza se encuentran ya los hombres que lo secundarán el la campaña libertadora, a fin de
convertir en realidad el sueño de toda su vida. Luchan hasta desde el periodismo entrerriano y
muchos prestan apoyo al libertador. Comienza Urquiza a reunir tropas y adhesiones de otros
gobernadores, Corrientes, Santa Fe, escritores, hombres de la cultura, gauchos, estancieros se unen
a Urquiza. Al comenzar el año 51 se produce un acontecimiento significativo, sobre todo por las
consecuencias que produce. El 5 de enero de ese año el periódico “La Regeneración”, de Entre
Ríos estampa un artículo titulado “El año 51” Que entre otras cosas dice: Este año 51 se llamará en
esta parte de América, “La Organización “Obra de una admirable combinación de ciencia,
patriotismo y firmeza, habrá paz general y gloria en la República y con la República” “El gran
principio del sistema federal, consagrado por la victoria quedará consolidado en una Asamblea de
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delegados de los pueblos. De su seno saldrá un mandato de fraternidad, y abrazándose todos los
hermanos, victorearán reconocidos un nombre glorioso que designa a un hombre grande” cerrando
su autor afirmaba: “Para nosotros, la única faz del 51 es la organización”. Ante este valiente
artículo que declaraba el triunfo del sistema federal, y donde se establecía la reunión de un
congreso de los pueblos, se presagiaba que todos vitorearían un nombre glorioso, que no era otro
que el de Urquiza, todo el país quedó conmovido. El gobernador a pesar de su furia, hizo contestar
el desafío, a fin de contrarrestar las funestas consecuencias. Obedeciendo las órdenes del
restaurador Elizalde le remite una carta a Urquiza donde le dice que después de haber leído el
artículo se ve obligado a llamarle la atención, y que adopte medidas que su ilustración y
patriotismo le aconsejen, para impedir en adelante la repetición de hechos de esta naturaleza que
sólo tienden a producir desorden y la anarquía. Entre otras cosas le dice que los que quieren hacer
el mal suponen que el general urquiza se hace atribuir a sí sólo el triunfo de la república,
publicándolo por los diarios de su provincia. Atento a la carta de Elizalde, el propio gobernador de
Entre Ríos, urquiza se hace cargo de la contestación en nombre suyo y de su hijo Diógenes.
“Luego de hacer al gobierno de buenos Aires recriminaciones por sus ataques al pueblo de Entre
Ríos y en especial a su gobernador, y por adjudicarse glorias militares en forma indebida, y
advirtiendo que incurre en gravísimo error al decirlo debo añadir que en la confederación no existe
gobierno supremo, y que los gobiernos, que como el de Entre Ríos tengan conciencia del rol que
representan, en vez de reconocer supremo y obedecer a lo que se les ordene, entienden ser
respetados, acatados y consultados debidamente”. Ultimados los preparativos, Urquiza da los
últimos toques a la circular que habrá de cursar a las demás provincias de la Confederación.
Circular del 5 de abril de 1851.
El 5 de abril de 1851 se envía la histórica circular a las provincias Argentinas en la que aconseja
Urquiza que cada provincia retire las facultades que han delegado en el gobernador de la provincia
de Buenos Aires Juan Manuel de Rosas (facultades extraordinarias) Para el manejo de las
relaciones exteriores firmar la paz, declarar la guerra, etc. Es decir que se acepte la renuncia que de
dichas facultades ha hecho el ilustre restaurador, ante la legislatura de su provincia y los demás
gobiernos. Después de mandar esta circular, Urquiza hizo el documento por el cual Entre ríos
acepta la renuncia del gobernador Juan Manuel de Rosas al manejo de las relaciones exteriores, y
asuma todas las facultades inherentes a su soberanía.
Por medio de esta circular Urquiza pide al resto de las provincias, apoyo moral para la tarea que
iba a emprender, la campaña libertadora y también les pedía que rompieran vínculos con Rosas
que pretendía quedar indefinidamente como un dictador.
Pronunciamiento de Urquiza: El 1º de Mayo de 1851 : Suenan las campanas del Palacio san
José, las tropas se preparan para la jornada. Urquiza comienza la marcha, rodeado de sus tropas,
cuenta con la ayuda de Corrientes, el general Lamadrid (enemigo de Rosas), francisco Seguí,
centenares de soldados, y otros, emprenden la marcha hacia Concepción del Uruguay, lleva el
documento que habrá de leerse esa mañana. En el centro de la plaza en medio de la multitud, todo
el pueblo se reúne a escuchar al general, lo reciben con entusiasmo, se canta el himno nacional, y
en medio de la expectativa alguien, que se cree que fue su autor francisco Seguí, lee el bando del
pronunciamiento, que es una determinación perfectamente encuadrada dentro del orden jurídico.
Nadie ni el mismo Rosas, pudo hacer objeción legal a la decisión del pueblo Entrerriano de asumir
la responsabilidad de su soberanía y ejercer sus relaciones exteriores con los demás países del
mundo. Urquiza Por medio de este pronunciamiento en contra de Rosas, determina que el gobierno
de Entre Ríos reasumía la soberanía que había delegado en el gobierno central, y que a partir de
esto se iba a manejar directamente en las relaciones con los otros pueblos del mundo hasta que
hubiera una organización definitiva. (Se manejaría en forma independiente, sin prestar anuencia al
gobierno central).
Presentada la renuncia por el gobernador de Buenos Aires, el gobierno de Entre Ríos denuncia el
pacto y se hace cargo de la dirección de los negocios, de la paz y guerra y de las relaciones
exteriores hasta tanto como lo expresa el documento “sea definitivamente constituida la
República”. Urquiza sostuvo que las facultades otorgadas a Rosas habían sido con el objeto de
constituir la Nación, y ello no se había cumplido, por lo que debía aplicarse un “Ejemplar castigo”.
El pronunciamiento de Urquiza sólo encontró adhesión en la provincia de Corrientes, la que
reasumió los poderes nacionales delegados a Rosas. Las demás provincias lo consideraban traidor
de la Patria, y reiteraron su adhesión al dictador Porteño.

CASEROS.
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A fin de preparar la campaña militar, Urquiza luego del pronunciamiento, celebró en 1851 un
tratado de alianza militar múltiple, entre la provincia de Entre Ríos, Brasil y la Banda Oriental para
marchar juntos contra Rosas. Más tarde se celebró una nueva convención entre las mismas partes a
la que se unió Corrientes, que leal a la su política de entendimiento con el caudillo entrerriano
acepta también la renuncia de Rosas a las relaciones exteriores y a los negocios de guerra y paz.
Estos acuerdos constituían una infracción al pacto Federal, pero el propósito del pronunciamiento
era obtener la aplicación integral de aquel pacto en cuanto atendía a la organización
Constitucional.
Urquiza volvió a Entre Ríos, desde allí cruzó el Paraná y pudo avanzar fácilmente sobre Buenos
Aires aprovechando la pasividad del ejército Rosista, que prefirió esperar al enemigo cerca del
campamento militar de Santos Lugares, donde proyectaba librar la Batalla de Caseros, también
conocida como batalla de Monte Caseros, combate librado en Caseros (actual estación de El
Palomar, Argentina), significó la derrota de Juan Manuel de Rosas, después de un extenso periodo
de gobierno e influencia nacional, a manos del denominado Ejército Grande, a cuyo mando se
encontraba Justo José de Urquiza. En 1851, el general y gobernador de la provincia de Buenos
Aires, Juan Manuel de Rosas, había declarado la guerra a Brasil lo que propició acciones en su
contra, que llevaron a la firma del tratado el 21 de noviembre de 1851 entre los gobiernos en su
contra (arriba mencionados). Por este tratado, el general Justo José de Urquiza se comprometía a
pasar a Paraná para combatir a Rosas. Se constituyó entonces el denominado Ejército Grande,
integrado por entrerrianos, correntinos, brasileños, uruguayos y por algunos habitantes de la
provincia de Buenos Aires. El día 3 de febrero de 1852, el Ejército Grande de Urquiza atravesó el
Arroyo Morón y se situó frente a las tropas de Rosas, que se hallaban a la altura de Caseros. Ante
la derrota, Rosas tiene que huir del campo de batalla, buscando refugio en la casa del ministro
Ingles. Con esta batalla termina así la dictadura de Juan Manuel de Rosas. Y quedaba por parte de
Urquiza la tarea tan deseada, de organización. Concluyen así 20 años de tiranía. Caído Rosas el
problema no era ya de unitarios o federales, fue de porteños.

La Misión Irigoyen. Protocolo de Palermo. Dejados a un lado los problemas de orden interno de
la provincia de Buenos Aires, el general Urquiza, fiel a su pensamiento de organizar la Nación
sabe que es necesario contar con el apoyo y la participación de todas las provincias; es menester
que todas y cada una de ellas den su consentimiento para que lo dispuesto en el Pacto federal del
31, pueda cumplirse. Rosas estaba vencido, pero quedaba el interior en poder de los caudillos que
habían obedecido sus órdenes. Tratar de cambiar violentamente esa situación era continuar la
anarquía y la lucha civil. Urquiza lo comprendió y con clarividencia genial contemporizó con los
caudillos. Era necesario antes que nada obtener la firme adhesión de esos caudillos, díscolos y
soberbios, algunos; otros, desengañados de toda tentativa constitucional. Para afrontar las
relaciones con el interior, Urquiza elige a Bernardo de Irigoyen. Su misión consiste
fundamentalmente en hacer conocer el plan de gobierno proclamado por el Libertador, las bases
legales de la futura organización nacional y, realizado esto, buscar la adhesión de las provincias. El
mismo general Urquiza lo despide, dejando expuesto en sus palabras el programa a cumplir:
“Evitar la guerra civil, promover la paz y unión, es una suprema necesidad de las
circunstancias, a cuya realización debemos consagrar los argentinos toda clase de esfuerzos y
de sacrificios”. Deseoso de organizar la autoridad suprema, que provisionalmente se encargue del
manejo de las relaciones exteriores, convoca a una reunión en su residencia de San Benito de
Palermo. Concurren a ella, los gobernadores de Buenos Aires y de Corrientes, Manuel Leiva, en
nombre y representación del gobernador de Santa Fe, don Domingo Crespo y el propio General
Urquiza, como gobernador de Entre Ríos.

En el Protocolo de Palermo del 6 de abril de 1852 está dado el fundamento jurídico de la


organización nacional. La reconstrucción de la república no será hecha al capricho del vencedor,
ni a resultas de una ley circunstancial. La organización se hará cumpliéndose la voluntad de los
pueblos, trazada en los pactos y leyes fundamentales; será cumpliendo el Pacto federal del 31, al
cual se adhirieron todas las provincias argentinas. En las palabras preliminares del protocolo se
establece en forma clara, el objeto de la convención o acuerdo. Expresa que se reúnen: “...Para
considerar la situación presente de la República, ocurrir a la necesidad más urgente de organizar la
autoridad que, en conformidad a los pactos y leyes fundamentales de la Confederación, la
represente en sus relaciones externas”.

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Al poner en acción en esta conferencia el Art.16 del mencionado tratado, que establece la
organización del país bajo el sistema federal, comienza en verdad, el programa de
constitucionalidad tan esperado por los pueblos. A partir del protocolo de Palermo, el mandato
histórico-jurídico de las provincias Argentinas empieza a cumplirse. Surge un poder Nacional para
el manejo de las relaciones exteriores, y muy pronto habrán de echarse las bases para la instalación
del Congreso General.

Luego de otras consideraciones se resuelve que el general Justo José de Urquiza, gobernador y
capitán general de la provincia de Entre Ríos y general en jefe del ejército libertador, quede
autorizado para dirigir las relaciones exteriores de la República, “hasta tanto que, reunido el
Congreso Nacional, se establezca definitivamente el poder a quien compete el ejercicio de este
cargo”.

Seguidamente, cumpliendo también el viejo sueño de Urquiza de restablecer y hacer cumplir en


toda su extensión el Pacto federal de 1831, se acuerda: “...que cada uno de los gobiernos
signatarios” proceda inmediatamente “al nombramiento del plenipotenciario que deba concurrir a
formar la Comisión representativa de los gobiernos, para que, reunida en la capital de la provincia
de Santa Fe, entre en el ejercicio de las atribuciones que le corresponden según el Art. 16 del
mismo tratado”.

-En el Protocolo del 6 de abril consolidaba el poder nacional ejercido por Urquiza, otorgándole en
forma provisoria, el manejo de las relaciones exteriores, poderes plenipotenciarios, dirección de
los negocios, los tratados, el nombramientos de ministros, tenía la atribución de formar una
comisión representativa a la que hace alusión el pacto federal del 31. Todo esto por supuesto
quedaba sujeto a ratificación por el Congreso. También se le otorgó para que disponga de los
recursos de la aduana de Bs. As. Todo esto provocó recelos en Bs. As., porque se hizo antes que se
reúna la sala de representantes.

Pero Urquiza comprende, que es necesario que el Congreso Constituyente surja de un acto
solemne y fundamental, donde estén representadas las soberanías provinciales. ¿Qué mejor para
ello que realizar un acuerdo previo al acto constituyente, cuyos miembros natos sean los propios
gobernadores de provincias? Para ello, el general Urquiza se dirige el 8 de abril a todos los
gobernadores por intermedio de su ministro, invitándolos a una reunión en la ciudad de San
Nicolás de los Arroyos el día 20 de mayo de ese año.

Días preparatorios para el acuerdo. (No va)

-La reunión de los gobernadores estaba concertada para el día 20 de mayo en la ciudad de San
Nicolás de los Arroyos. Numerosos serían los proyectos y asuntos que tan magna Asamblea debía
tratar como paso previo a la instalación del Congreso que habría de sancionar la Constitución
Nacional. Derqui y Pujol elaboraron por esos días un proyecto de federalización de la ciudad de
Buenos Aires, intento semejante al llevado a cabo en 1826. Como dicha medida está corroborada
por no pocas opiniones provincianas que tratan ahora de someter a Buenos Aires, Urquiza, a quien
se le presenta dicho proyecto, se ve en la necesidad de tratarlo previamente en rueda de consejeros
y amigos. A tal efecto invita a una reunión íntima en Palermo la noche del 5 de mayo. Concurren a
ella Valentín Alsina, Dalmacio Vélez Sársfield, Vicente Fidel López, Benjamín Gorostiaga, el
general Guido, Pujol y Pico. El proyecto, de puño y letra de Pujol, que fue leído a la concurrencia,
declaraba a Buenos Aires capital de la República, dividía el territorio de esta provincia en dos
partes y convocaba para la reunión de un Congreso Constituyente. Mientras tanto, organizaba un
gobierno nacional provisional. Uno a uno fueron consultados por el general Urquiza para que
dieran su opinión sobre el proyecto. El general Guido, López, Pico, Gorostiaga y Alsina se
manifestaron abiertamente en contra del proyecto. Este último expresó que los gobernadores a
reunirse en San Nicolás "debían resolver, cómo, dónde y cuándo había de reunirse el Congreso
Constituyente, dejando para más adelante la cuestión de la capital". Por su parte Vélez atacó
también el proyecto, pues entendía que los gobernadores no podían resolver sobre asuntos exclusi-
vamente legislativos, pues carecían de la suficiente potestad. El general Urquiza estuvo de acuerdo
con las opiniones vertidas, llegando a acoger con aplauso las palabras de Alsina.

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En vista de ello se resolvió encargar a los doctores Pico y Vélez Sársfield la redacción de un
proyecto a fin de ser presentado en la reunión de los gobernadores. Vicente Fidel López, testigo
del hecho, relata que al retirarse juntos, Vélez pidió a Pico que hiciese el borrador del proyecto y
se lo pasase, conviniendo con Alsina y el mismo López los puntos que debía abarcar. Al día
siguiente la obra estaba terminada. Una vez leído el proyecto por Vélez se lo devolvió a su autor
con una tarjeta que decía: "Amigo. Usted ha sido inspirado para redactar lo que podemos llamar la
organización interina. La encuentro muy buena y no tengo adición alguna para hacerle" 10.

Aprobado este proyecto, se resolvió presentarlo como fórmula previa a toda otra resolución en el
acuerdo de *gobernadores que se llevaría a cabo ese mes en San Nicolás.

Conforme a la circular del 8 de abril, fueron llegando los gobernadores de las distintas provincias,
invitados a sentar las bases preliminares de la organización nacional. San Nicolás de los Arroyos,
diminuta ciudad, cobraba por aquellos días un inusitado movimiento ante la llegada de tan
extrañas comitivas, venidas desde los más lejanos rincones de la patria. 11 provincias están
presentes, aunque todas adhieren a la firma del Acuerdo, con la excepción de Buenos Aires. El
general Urquiza representa a su provincia y a la de Catamarca, por encargo de don Pedro José
Segura. Están también: el general Nazario Benavídez, gobernador de San Juan; Pedro Pascual
Segura, de Mendoza; Manuel V. Bustos, de La Rioja; el general Pablo Lucero, de San Luis; don
Domingo Crespo, de Santa Fe; Manuel Taboada, de Santiago del Estero; el general Celedonio
Gutiérrez, de Tucumán; el general Benjamín Virasoro, de Corrientes; y don Vicente López y
Planes, en su carácter de gobernador de la provincia de Buenos Aires. Los gobernadores de Salta,
Jujuy y Córdoba no llegaron a tiempo, pero adhirieron y firmaron, igualmente, el Acuerdo.

En la primera reunión formal y plenaria del cuerpo, celebrada el día 29 de mayo comienza la
discusión sobre el grave problema de cuáles habrían de ser las bases para comenzar a discutir los
preliminares de la organización.

Resuelto el nombrar una comisión compuesta por los ministros de los gobernadores asistentes, la
misma quedó integrada. La misión de este cuerpo era redactar un proyecto, dando las líneas
fundamentales sobre la organización, a fin de ser presentado a la discusión de los gobernadores.

En esta oportunidad, Pujol insistió en su proyecto de declarar a Buenos Aires capital de la


República, y en demás aspectos institucionales. Por su parte Pico presentó también el proyecto que
había redactado con Vélez Sársfield. Estos dos esbozos trajeron una interminable discusión entre
los ministros provinciales, no pudiéndose llegar a ningún acuerdo, en vista de ello se resolvió
disminuir el número de sus miembros, designando solamente a los autores de los proyectos en
cuestión, Pujol y Pico, y al doctor Vicente Fidel López para que redactaran el proyecto definitivo.

Como tampoco pudieran éstos llegar a un acuerdo, y ante la urgencia de Urquiza de apresurar las
deliberaciones, se acordó nombrar a don Manuel Leiva para que, asociado con los tres miembros
de la comisión procediera con ellos a dar término al asunto. Del seno de esta comisión surgió el
proyecto definitivo que, luego de ser aprobado por el cuerpo de ministros, pasó directamente a la
reunión de los gobernadores, donde fue aprobado sin ninguna observación ni reforma.

Se estima que el proyecto definitivo, aprobado por la Asamblea de gobernadores fue redactado por
Manuel Leiva12.

En cambio, Vélez Sársfield y Valentín Alsina sostuvieron en la polémica de 1858 que el Acuerdo
de San Nicolás fue el mismo proyecto de Juan Pujol, suprimida la primera parte so bre la
federalización de Buenos Aires. Por su parte, Francisco Pico y Vicente Fidel López mantuvieron
que el proyecto redactado por el primero de ellos y aprobado por Vélez, fue el que sancionaron los
gobernadores.

Analicemos ahora las cláusulas del memorable convenio. Sabemos que el 31 de mayo de 1852
quedó solemnemente aprobado el Acuerdo de San Nicolás de los Arroyos, celebrado entre los
gobernadores de las catorce provincias argentinas.

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187
EL ACUERDO DE SAN NICOLÁS. (Reunidos en Santa Fe el 1 de Mayo de 1852), va a sentar las
bases de la futura Constitución. Este acuerdo comprende tres partes fundamentales, 1- La
organización del gobierno provisorio, 2- Los fundamentos que iba a tener la futura Constitución,
3- Organización del Congreso Constituyente en Santa Fe. Sobre esto giran los 19 artículos del
acuerdo.

Contenido del Acuerdo: (Resumido en el video).

1- La organización del gobierno provisorio, se iba a instituir el director de la Confederación


Argentina, que sería el encargado de las relaciones exteriores, encargado de llevar el gobierno
provisorio adelante, y para ello las medidas serían las siguientes: Por medio del acuerdo de San
Nicolás, a)- Fueron abolidos todos los derechos de tránsito de mercaderías que circulaban entre la
provincias, Poner en vigencia las cláusulas del pacto federal del 31 a efectos de realizar el
Congreso constituyente, iba a abrir las sesiones del futuro congreso a realizarse en Santa Fe, tenía
que tomar todas las medidas necesarias para reestablecer la paz, la amistad y concordia entre todas
las provincias, iba a representar la soberanía, Asegurar las fronteras y defender la república de las
agresiones extranjeras, el director provisorio era a partir de este momento era el general en jefe de
todos los ejércitos de la Confederación. Reglamentar la navegación de los Ríos interiores de la
República, El director tenía la potestad de intervenir las provincias cuando hubiera hostilidades
entre ellas para lo cual los gobernadores debían prestar colaboración. Un consejo de estado muy
sui generis porque no tenía un número establecido de miembros los nombraba el propio director de
la Confederación, los cuales solo prestaban asesoramiento y consultas pero nada más, (carácter
consultivo).

2- Los fundamentos que iba a tener la futura Constitución a dictarse: Organización general del país
bajo el sistema Federal, la nueva Constitución debía reglamentar el comercio interior y exterior,
regular la Navegación, regular el cobro y la distribución de las rentas generales problema que
siempre estuvo en puja entre la Confederación y Bs. As. , por recaudación por ejemplo de la
aduana de Bs. As., fundamentalmente que era la que producía enormes recursos económicos para
poder gobernar. El pago de la deuda externa que debía ser consultando el mejor modo para no
entorpecer el engrandecimiento del país, en esto el acuerdo fue muy previsor. El reglamento de
crédito interno y exterior y garantizar la soberanía, independencia y libertad de cada provincia,
estas eran las bases sobre la cual se debía dictar la futura constitución del 53.

3- Organización del Congreso Constituyente en Santa Fe: El acuerdo establecía que debía ser en la
ciudad de Santa Fe, en agosto del 53, las provincias debían tener 2 representantes cada una sin
importar su carácter geográfico ni cantidad de habitantes, debían predominar los intereses
nacionales por sobre los particulares, los representantes podían ser elegidos en las provincias de
procedencia por el sistema electoral que tuvieran, los representantes no llevarían poderes
especiales o limitados y detallados sino que llevarían poderes amplios, esto porque cuando fueran
a Santa Fe debían ir ya con todo el poder necesario para poder votar la Constitución. La votación
sería a simple mayoría y las minorías no debían reclamar ni protestar, inviolabilidad de los
diputados, los diputados podían ser retirados y reemplazados por sus provincias pero debían ser
sustituidos inmediatamente, los gobernadores firmantes iban a ser garantías del cumplimiento de
este pacto en concordia, en paz, amistad, y en orden, y se establecía que una vez sancionada la
constitución esta se comunicaba inmediatamente al director provisorio de la Confederación
argentina quien la debía promulgar y ponerla en funcionamiento de inmediato, a su vez se
establecía que también el director tendría a su cargo el cierre del Congreso, lo que luego así
aconteció cuando lo cerró el 7 de marzo de 1854.

Firman el Acuerdo en San Nicolás de los Arroyos, a 31 de mayo de 1852: Justo José de Urquiza,
Vicente López y Planes, Benjamín Virasoro, Pablo Lucero, Nazario Benavídez, Celedonio
Gutiérrez, Pedro P. Segura, Manuel Taboada, Manuel Vicente Bustos y Domingo Crespo.

El 1 de julio de 1852, en San Benito de Palermo, adhieren al Acuerdo los gobernadores de Salta,
Jujuy y Córdoba.

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Consideración y análisis por Buenos Aires. Una vez firmado el Acuerdo de San Nicolás, las
perspectivas no podían ser más halagadoras. El acuerdo fue ratificado o aprobado en los meses
siguientes por todas las provincias, a excepción de Buenos Aires, en donde se produjo un grave
conflicto, donde los Alsinistas se habían soliviantado contra el Acuerdo que se acababa de firmar,
protagonizan una fuerte oposición en las llamadas jornadas de Junio. Buenos Aires miraba con
desconfianza a Urquiza, aunque injustificados, temiendo a la sucesión de Rosas, quien había
gozado de análogos poderes. Fue entonces una de las razones de la oposición pero no la única.
Cuando regresa el gobernador Vicente López y Planes de San Nicolás el 15 de junio envía
inmediatamente el Acuerdo a la Asamblea Legislativa, juntamente con un mensaje, solicitando el
apoyo a tan Patriótico tratado.
El pensamiento de rechazar el Acuerdo estaba latente en el ánimo de todos.
(Cuando el acuerdo de San Nicolás es llevado a Bs. As. y comienza su tratamiento, las primeras
objeciones que se le hacen al tratado son fundamentalmente 3), 1- Se la colocaba a Bs. As.
Jurídicamente igual a las demás provincias, 2- A partir de ahora iba a compartir el poder político y
económico con los demás, 3- El acuerdo le daba menos privilegios a Bs. As. -Con estos tres
argumentos se pasó a discutir el acuerdo de San Nicolás.
No estaban de acuerdo con el acuerdo, varios juristas como Dalmacio Vélez Sardfield, Mitre, y
otros porque decían que afectaba aspectos de Bs. As., que no podían dejarse de tener en cuenta;
Las rentas de la provincia de Bs. As., los intereses generales de la provincia y la navegación y
aparte se estaba en contra de los poderes otorgados a Urquiza, era como que se desdecía todo lo
que había ocurrido anteriormente al acuerdo donde se decía que no debía otorgarse la suma del
poder público a persona alguna como había ocurrido con Rosas, y ahora se volvía a repetir con
Urquiza. Esto no convenció a Bs. As., por lo que lo rechazó en junio de 1852.

-El día 21 de junio comienzan los debates sobre el acuerdo y las principales opiniones fueron:
Comienza a exponer atacando el acuerdo Bartolomé Mitre, aclarando que su ataque es en contra de
los poderes otorgados al general Urquiza pero no a su persona, y diciendo que se le a otorgado
semejante poder que el lo ve dictatorial. Otras entre tantas de las opiniones es la esperada de
Dalmacio Vélez Sarsfield, y expone que los gobernadores reunidos en San Nicolás, han dejado su
puesto para crearse otro más alto, pues se han dado poder público, superiores a ellos mismos, se
han hecho legisladores y han legislado, se han convertido en poder electoral, en poder
Constituyente, olvidando los poderes que investían, siendo limitados a los intereses
exclusivamente de cada una de las provincias. Ellos debieron limitarse a los poderes primitivos,
derivados del pueblo que gobernaban. Termina afirmando que ni los gobernadores ni los cuerpos
legislativos provinciales podían crear el “poder público Nacional” ni elegir al que la nación
invistiera con esas facultades, sostiene que ni Rosas tuvo tantas atribuciones. Muy conflictivo y
desconcertante el discurso de Vélez parecía olvidar varias cosas como el Congreso de 1824-1827,
del cual participó, que había nacido del acuerdo expreso de los gobernadores provinciales, también
en su participación en la elaboración del proyecto para ser presentado en el Acuerdo de San
Nicolás.
Mientras esto ocurría las calles adyacentes a la pequeña casa legislativa estaban colmadas, criollos,
los porteños desde los más representativos hasta los de más bajo fondo. Debido a los
acontecimientos, y la convulsión de la ciudad, Urquiza en uso de las facultades conferidas por el
Acuerdo, envió una nota a la Asamblea Legislativa declarándola disuelta, se hizo cargo
provisoriamente del mando de la provincia, delegándolo al día siguiente en manos de Don Vicente
López y Planes, quien en un clima de tanta oposición, a duras penas pudo mantenerse en el
gobierno, hasta que el 24 de julio presentó su renuncia indeclinable ante el Director Provisorio,
asumiendo este nuevamente el mando de la provincia, expatrió los principales diputados
opositores, clausuró la legislatura. Urquiza pese a las desfavorables condiciones en que le tocó
gobernar, desarrollo una beneficiosa obra en pro de la provincia de Buenos Aires. Si el jefe
triunfante no tomaba esa decisión el gobierno legal aparecía desautorizado por la Asamblea, la
provincia de Buenos Aires se convertía en un foco de rebelión y anarquía, y los proyectos de
Congreso y Constitución rodaban por el suelo, condenado al fracaso, aunque bastó con su ausencia
física para que esto estalle dando lugar a la revolución del 11 de septiembre. Esta política de
oposición habría de influir en la formación del Congreso general Constituyente.

2-LA CONSTITUCIÓN DE 1853. GÉNESIS. FUENTES E INFLUENCIAS IDEOLÓGICAS DE


LA CONSTITUCIÓN: ENUMERACIÓN Y ANÁLISIS DE LAS MISMAS. CONGRESO
188
189
CONSTITUYENTE DE SANTA FE. DEBATE DEL PROYECTO DE CONSTITUCIÓN.
ANÁLISIS. PROMULGACIÓN Y JURA DE LA CONSTITUCIÓN. RECHAZO DE LA
CONSTITUCIÓN POR BUENOS AIRES.

A pesar de todos los intentos de Buenos Aires de obstaculizar la obra Constitucional del General
Urquiza, concretados después de la revolución del 11 de septiembre, en positivos actos de fuerza
el 8 de noviembre, en su carácter de director provisorio de la confederación, emite un decreto
donde declara que el Congreso General constituyente será instalado en la ciudad de Santa fe el día
20 de noviembre.

La Constitución nacional de 1853. El congreso general constituyente, convocado por el Acuerdo


de San Nicolás (§ 690), se instaló solemnemente en la ciudad de Santa Fe el 20 de noviembre de
1852, con la representación de todas las provincias, a excepción de Buenos Aires. A fin de
redactar el proyecto de Constitución se designó una comisión integrada por los diputados pedro
Díaz Colodrero, Martín Zapata, Juan del Campillo, Manuel Leiva, Pedro Ferré, Juan María
Gutiérrez y José benjamín Gorostiaqa, quienes en la sesión del 18 de abril de 1853 presentaron el
proyecto a la consideración del Congreso. Al día siguiente se procede a la lectura de otros
proyectos presentados a consideración de la Asamblea.

El proyecto de la comisión de negocios constitucionales fue puesto a discusión en general y en


particular. Los congresistas aprobaron la mayoría de los artículos sin discusión, introduciéndose en
otros algunas modificaciones. Hubo también varios puntos especialmente controvertidos, como los
referentes a la religión (§ 950), la libertad de cultos (§ 932), la cuestión capital, el juicio político a
los gobernadores y algunos aspectos impositivos. Las discusiones finalizaron el 30 de abril, con la
intención de que se firmase la Constitución el 1- de mayo, en celebración del segundo aniversario
del pronunciamiento contra rosas (§ 686). Fue promulgada por el director provisorio el 25 de mayo
de 1853, disponiéndose que fuese jurada en todo el país el 9 de julio siguiente.

694. El proyecto de Constitución, decía la comisión redactora, no era obra exclusiva suya, "es la
obra del pensamiento actual argentino, manifestado por sus publicistas y recogido en el trato diario
que los miembros de la Comisión mantienen con sus dignos colegas".

De acuerdo con ello, alberto Q. padilla señala tres fuentes principales: la Constitución de los
Estados Unidos, como lo demuestran las palabras de josé benjamín Gorostiaqa, el principal
redactor del texto, al decir que el proyecto estaba "vaciado en el molde de la Constitución de los
Estados Unidos, único modelo de verdadera federación que existe en el mundo"; la Constitución
argentina de 1826, especialmente en lo relativo a la organización de los poderes Legislativo y
Ejecutivo; y la obra Bases y puntos de partida para la organización política de la República
Argentina, de juan bautista alberdi, que se publicó por primera vez en Valparaíso en 1852, pero
que alcanzó rápida difusión y sobre todo especial gravitación en el trabajo de la comisión de
negocios constitucionales.

Cabe, además, reconocer particular influencia a la experiencia política del país, recogida en más de
cuatro décadas y revelada principalmente a través de la formación del Estado federal, del régimen
de las autonomías locales, de los pactos interprovinciales, de las delegaciones provinciales, y muy
especialmente derivada del pacto de 1831 y del Acuerdo de San Nicolás. Eso mismo lo
comprendía ALBERDI, y así decía que en Bases "no hay nada mío sino el trabajo de expresar
debidamente lo que pertenece al buen sentido general de esta época y a la experiencia de nuestro
país... La historia, señor, los precedentes del país, los hechos normales son la base granítica en que
descansan las constituciones durables" (carta a URQUIZA, 30 de mayo de 1852).

695. Formación del Estado de Buenos Aires. El recelo personal a URQUIZA, las amplias
atribuciones que se le concedieron a éste en el Acuerdo, la pérdida inminente de las rentas
aduaneras (§ 690) y del mando militar, unido todo ello a la intervención violenta de URQUIZA
contra los poderes públicos porteños (§ 692) y el fracaso de los planes expansivos de los
revolucionarios de setiembre, constituyeron las principales causas determinantes de la separación
absoluta de Buenos Aires.

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Ya en 1852 se habían oído voces en Buenos Aires reclamando la sanción de una Constitución. Al
quedar al margen de la Constitución Nacional (§ 693), pareció aun más apremiante la necesidad de
dictar aquélla. La misma legislatura, considerándose órgano constituyente, sancionó el 11 de abril
de 1854 la primera Constitución que tuvo la provincia.

Según el Art. I2, "Buenos Aires es un Estado con el libre ejercicio de su soberanía interior y
exterior, mientras no la delegue expresamente en un gobierno general". Se declaraba que su
territorio se extendía "desde el Arroyo del Medio hasta la entrada de la Cordillera en el mar;
lindando, por una línea nordeste y éste con los ríos Paraná y Plata y con el Atlántico,
comprendiendo la isla de Martín García y las adyacentes a sus costas fluviales y marítimas". Todo
ello "sin perjuicio de las cesiones que puedan hacerse en Congreso General" (Art. 2 2).

Las futuras relaciones con la Confederación estaban dadas por el Art. 171: "El Estado de Buenos
Aires no se reunirá al Congreso General sino bajo la base de la forma federal, y con la reserva de
revisar y aceptar libremente la Constitución general que se diere".

Dentro de Buenos Aires existían divergencias en cuanto a la conducción política. Si bien luego del
fracaso de la expansión de la revolución de setiembre hacia las demás provincias (§ 692) parecía
prevalecer la idea de fortalecer a Buenos Aires como Estado independiente (autonomistas o
localistas), no obstante, redoblaban sus esfuerzos los que luchaban por una organización nacional
bajo la rectoría porteña (nacionalistas).

ORGANIZACION DE LA CONSTITUCION: ENUMERACION Y ANALISIS DE LAS


MISMAS.

La Constitución fue sancionada el primero de mayo de 1853 y las provincias, con excepción de
Buenos Aires, la juraron el 9 de julio de 1853. Esta Constitución es la que nos rige, con las
reformas de 1860, 1866, 1898, 1957 y 1994. Está basada en el modelo estadounidense, en el
proyecto alberdiano y en las constituciones argentinas que la preceden. Los derechos y garantías
que consagra son los establecidos en la constitución 1819. Garantizaba el sistema federal. El poder
ejecutivo se basa en el modelo norteamericano y en la tradición nacional. La organización del
parlamento tiene su precedente en la Constitución de 1826.
La Constitución esta separada en las siguientes partes:
Preámbulo
Declaraciones, derechos y garantías
Autoridades de la Nación (gobierno federal y gobiernos de provincia)

Antecedentes como Aportes: (vides)

-Constitucionalismo Ingles: aporte fundamental, uno de los primeros que empezaron con una
tendencia de protección de los derechos del hombre. Carta Magna de 1215, Habeas corpus, que
luego lo incorporaron los textos constitucionales del mundo. Entonces de Inglaterra tomamos esto,
en sentido histórico, la independencia de los jueces, el juicio por jurados, libertad de cultos,
libertad de palabra e imprenta, el derecho de propiedad, la libertad civil, aparecen figuras como el
parlamento.

-Constitucionalismo Francés: también tenemos una enorme influencia porque el predominio de


los derechos individuales nos viene de Francia, el principio de individualidad e indivisibilidad del
estado francés que lo tomamos nosotros, indestructibilidad de la unión de los argentinos Art. 13 de
la constitución futura, los ideales racionalistas de la Revolución Francesa; la ilustración, el
predominio del Principio de soberanía Nacional, la formulación del Estado de Derecho como un
sistema de garantía.

-Constitucionalismo Norteamericano: que es el que comúnmente tomamos como que fue el más
directo, y no es así, sino que tomamos cosas de ellos pero no como un plagio; como la forma de
estado federal que se tomó de la que tenía Estados Unidos, la democracia no solo como sistema
político sino como estilo de vida, Las elecciones periódicas y libres, las declaraciones de derechos,

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191
el control de constitucionalidad a partir del célebre caso de Madison de 1803, o sea controlar que
las normas se adecuen a las leyes. La influencia del federalista, posibilidad de portar armas para
los ciudadanos, la prohibición de reglamentar la o restringir la libertad de reunión de petición de
imprenta, libertad de religión, la constitución de Filadelfia 1787, todo este aporte lo tomamos y
plasmamos en la constitución de 1853.

-Constitucionalismo Sudamericano: Se adelantó a nosotros dictando sus propias constituciones:


Bolivia 1826, Colombia 1819, Costa Rica 1824, Uruguay 1829, Venezuela 1830.

Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina, de J. Bautista


Alberdi. Plantea la disyuntiva entre una Constitución unitaria o federal. Señala además que los
constituyentes deben tener en cuenta los antecedentes históricos de ambos pensamientos y
producir una Constitución que contemple un sistema mixto de unidad y federación. También fue
importante el proyecto constitucional del mismo autor.
- Dogma Socialista, de Esteban Echeverría. Señala la necesidad de volver al proyecto de unidad e
indivisibilidad de mayo pero con una organización social adecuada.
- Pactos preexistentes: estatutos, constituciones, ensayos constitucionales, pactos interprovinciales
y reglamentos de nuestro país.
-Ideario de Mayo: Principios de soberanía popular, elección popular de sus autoridades, el
concepto representativo, responsabilidad, juridicidad de los actos que nos viene del ideario de
mayo con Belgrano, Moreno Castelli, Saavedra, ideario federal; con Artigas, Estanislao López,
Leiva, Ferré. El ideario Unitario; con Bernardino Rivadavia, Florencio Varela etc. Todo esto
conforma los antecedentes de la Constitución de 1853.
- Acuerdo de San Nicolás.
-Influencias ideológicas de la Constitución: enumeración y análisis de las mismas. (Pág. 470)
video: Constitucionalismo significa: limitación del poder, es decir encuadramiento del poder
político jurisdisado a través del derecho, y la vigencia plena de las libertades y derechos de las
personas en orden al logro de el valor máximo de la dignidad de la persona humana. Esto era lo
que quería el país, una constitución con estas características, esta es la base de porque queríamos
una constitución. La influencia fue racional normativo, es decir aquel tipo de constitución que no
se fija mucho en la realidad, esto contradice a algunos que dicen que es tradicional normativa y no
histórico tradicional, en realidad se cree que tiene matices histórico tradicional, pero posiblemente
por la corriente de aquel tiempo se hizo racional normativa, basada en una razón a priori abstracta
no demostrada pero que nos postula una pretensión de deber ser, y a veces se olvida del ser “de lo
que es”. Lo que produce un antagonismo. Fue Basada en el principio iusnaturalista; la persona
humana valor supremo, Buscar normas permanentes que nos dieran una sociedad estable que hasta
ese momento no habíamos tenido, súper legalidad de la Constitución era el punto máximo de la
norma jurídica que iba a regular la legalidad del estado, la ley de leyes, y el estado de derecho
como principio para imperio de la ley, división del poder, sufragio y dignidad de la persona etc. La
constitución es el producto de todo lo mencionado.

-Dos tendencias, dos teoría, pugnaban en torno de la sanción de la ley suprema. En la mayoría de
las discusiones dos grupos evidenciaron su ideología, dos sectores arraigados en el pasado
histórico argentino, que defendían una posición espiritual acorde con las corrientes políticas del
momento.
Por un lado, la corriente liberal, con Gorostiaga y otros, por el otro lado, una línea conservadora
con el doctor Suviría a la cabeza. Había también diferencias con respecto a la segregación de
Buenos Aires: enconados antiporteñistas y decididos partidarios de la política de pacificación de
Urquiza; hombres que todavía no se habían desapegado de la tradición colonial, y fervientes
admiradores de las ideas sostenidas por la generación del 37 a través de Alberdi y Echeverría;
unitarios de doctrina y federales de intuición; hombres del pueblo y genuinos representantes de la
élite intelectual; unos y otros en una pugna, pero empeñados en la reconstrucción Nacional.
Ciertos principios dejados por Rosas seguían aún dominando ciertas mentes, sus ideas sobre el
momento en que debía organizarse una Nación estaban latentes. Los viejos unitarios, no todos,
añoraban el sistema consolidado en unidad de régimen. Y frente a los que deseaban cuanto antes la
sanción de una Constitución que disipara males y congregara a la familia dispersa, había un
reducido grupo que, patrióticamente, como lo demostraron, entendían que en esas circunstancias

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de guerra civil, con un estado, el más poderoso, ausente, era temerario e inoportuno sancionar una
constitución general.
Fuentes. (Del módulo Pág. 136).
Se ha repetido que nuestra Ley fundamental es, una simple imitación de la constitución
norteamericana, otros han sostenido la influencia del pacto federal del 31 y de las ideas
Echeverrianas, y hay quienes argumentan dando su filiación a través de las Constituciones de 1819
y 1826.
Lógicamente la Constitución sancionada en 1853 no fu producto de casualidad. La ley
fundamental del 53 fue mucho más que eso. Constituciones, reglamentos, pactos y proyectos,
tendientes a llevar al país hacia la organización definitiva, jalonan estos 40 años de lucha
institucional.
Juan Alberdi decía: “Los partidos, las luchas, los intereses, las doctrinas de los pueblos
argentinos…. Es la verdadera fuente y explicación de la Constitución actual Argentina”. Lo
expuesto anteriormente no significa que los hombres del 53 no hayan tenido en cuenta numerosas
obras de derecho, Constituciones nacionales y extranjeras y diversos proyectos que facilitan su
obra. El mérito singular de los constituyentes, consistió en adaptar todo ese cúmulo un tanto
abstracto de conocimientos y fuentes, a la realidad histórica del país, superando los modelos y
creando, una auténtica doctrina nacional.
Por lo tanto entendemos que son fuentes nacionales:
1- El pensamiento de Mayo.
2- El pensamiento Federal (doctrinario y del hecho)
3- Pensamiento unitario.
4- El pensamiento del 37 y el pensamiento Porteño de la Organización. Es el pensamiento
conciliador, entre las dos corrientes históricas argentinas que se disputaban el predominio
político al comenzar la dictadura de Rosas.
A su vez integran esas fuentes las constituciones, reglamentos y decretos nacionales y
provinciales, desde 1810 hasta la época que estudiamos.
- Los proyectos Constitucionales del mismo período, y en especial, el de Alberdi.
- Los pactos provinciales o confederaciones del período independiente.
- La doctrina nacional y extranjera y las constituciones de otros países, en especial, la de los
Estados Unidos de América.
- También merece ser mencionado el tratamiento de las “bases y puntos de partida para la
organización política de la República Argentina, de Juan Bautista Alberdi, obra de fundamental
importancia para el estudio de nuestra organización y ligada de una manera indisoluble a nuestra
ley suprema. La obra, inspiró a los hombres del 53 y fijó la política de progreso que habría de
decidir el destino de la Nación.

CONGRESO CONSTITUYENTE DE SANTA FE

El Congreso Constituyente de Santa Fe y la sanción de la Constitución de 1853. Debates del


proyecto.

De acuerdo con el tratado de San Nicolás, se establecía una representación igualitaria para todos
los miembros de la Confederación, debiendo enviar cada provincia dos diputados. Este fue uno de
los motivos que se adujeron en la Legislatura de Buenos Aires para no aceptar el acuerdo.

De aplicarse el criterio contrario, es decir la representación proporcional a la población, Buenos


Aires habría tenido como mínimo 18 diputados constituyentes y habría obtenido con sólo el apoyo
de dos provincias más la mayoría absoluta en la asamblea. Este problema reflejaba dos realidades:
por un lado una provincia con elevada población en relación a las demás que no encontraba justo
una representación de dos diputados, y por el otro, otras jurisdicciones provinciales que exigían ser
oídas en igualdad de condiciones con sus pares más poblados. Los gobernadores reunidos en San
Nicolás habían optado por la última solución, lo que produjo junto con otros motivos, como ya
vimos, el rechazo del acuerdo por parte de Buenos Aires.

Consecuentemente la provincia de Buenos Aires estuvo ausente de las deliberaciones de la


Convención Constituyente. Los dos diputados que habían sido elegidos al efecto durante el breve
gobierno personal de Urquiza en Buenos Aires, Salvador María del Carril y Eduardo Lahitte,
192
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fueron retirados por una decisión de la Legislatura porteña inmediatamente de producida la
revolución septembrina.

Los hombres que participaron del Congreso eran de distinto origen. Algunos diputados venían
de la vieja generación de Mayo, otros pertenecían a la primera generación de unitarios y otros a la
generación del 37; algunos habían vivido en el país, en tanto otros se habían exiliado y habían
regresado después del triunfo de Urquiza. Entre ellos había hombres de letras, juristas y militares;
sacerdotes y civiles. Si bien muchos divergían en sus ideas económicas, religiosas y políticas, se
logró una amplia tolerancia que permitió el surgimiento de la anhelada constitución.

El 20 de noviembre de 1852 se realizó la reunión oficial de la Convención Constituyente.


Domingo Crespo, gobernador de Santa Fe, llevó a cabo la instalación oficial en nombre del
director provisorio, quien se hallaba ausente debido a la invasión que había sufrido Entre Ríos.
Facundo de Zuviría, representante de Salta, fue nombrado presidente. Este, en el primer discurso
que pronunció llegó a proponer la suspensión de las deliberaciones en razón de la situación por la
que atravesaban las provincias, algunas de las cuales habían sufrido la invasión de las fuerzas
porteñas.

Mencionó además como un obstáculo importante la falta de antecedentes constitucionales y la


necesidad de reunir material y preparar hombres para la elaboración de la constitución. Su discurso
produjo gran efecto y algunas dudas, pero éstos fueron rápidamente aventados por el discurso
siguiente de Manuel Leiva, quien intentó demostrar que las condiciones para redactar una
constitución estaban dadas.

Pocos días después de iniciadas las deliberaciones se eligió la comisión que debía redactar el
proyecto preliminar. Esta estuvo integrada originalmente por Manuel Leiva, Juan María Gutiérrez,
José Benjamín Gorostiaga, Pedro Díaz Colodrero y Pedro Ferré. El 25 de febrero de 1853 se
agregaron Santiago Derqui y Martín Zapata. Salustiano Zavalía ocupó el lugar de Ferré cuando
éste debió ausentarse por las negociaciones con Buenos Aires en marzo, y más tarde Juan del
Campillo reemplazó a Derqui.

La constitución que resultaría de esta Convención Constituyente tuvo como modelos a las
constituciones de Estados Unidos (1787), de la monarquía española (1812), de Suiza (1832), de
Chile (1833), y de Francia (1783 y 1848). Además se tuvo muy en cuenta el libro Bases de Juan
Bautista Alberdi. Alberdi residía en Chile, y no regresó a su país inmediatamente después de
Caseros como hicieron la mayoría de los exiliados, aunque quedó vinculado epistolarmente con
algunos de éstos. Bastó que Juan María Gutiérrez le pidiera colaboración para que Alberdi
contestara con su libro.

La primera edición apareció en mayo de 1852 y tuvo una gran difusión. Pero ante el pedido de sus
amigos de que agregara a aquélla un proyecto de constitución, Alberdi entregó en julio para su
publicación una segunda edición con lo solicitado. Tanto su libro como el proyecto tuvieron
influencia decisiva en el documento que elaboraron los constituyentes de Santa Fe.

Debates: En la sesión del 21 de abril de 1853 comienza la discusión en particular del proyecto
Constitucional, habiéndose aprobado anteriormente el proyecto en general. Dicha obra constaba
de dos grandes partes; la primera, dedicada a las declaraciones, derechos y garantías; la segunda,
destinada al gobierno Federal y a los gobiernos de provincia, dividida a su ve, en varias secciones
y capítulos, destinados a los poderes legislativo, Ejecutivo y Judicial. Encabezaba el proyecto un
preámbulo.

El preámbulo es aprobado por unanimidad, así como el Art.1 sobre la forma de gobierno.

Dos cuestiones fueron las más discutidas en el seno de la convención: la cuestión de la capital y
la cuestión religiosa Art. 2. En cuanto a la primera, hubo dos posiciones: los intransigentes o
capitalizadores y los negociadores. Los primeros, que eran el grueso de los convencionales y
especialmente Gutiérrez y Gorostiaga, eran partidarios de una política enérgica contra Buenos

193
194
Aires. Para ellos la representación de la voluntad nacional se hallaba en los convencionales y no
debía negociarse nada. Sostenían que Buenos Aires debía ser impuesta como capital por la
Convención Constituyente y no mediante una ley al respecto.

A su vez, los negociadores, encabezados por Facundo de Zuviría y Roque Gondra, impulsaban una
política de conciliación con Buenos Aires y en consecuencia se oponían a que ésta fuera declarada
capital porque ello produciría la ruptura. Finalmente el artículo 3º quedó redactado de la siguiente
manera: "Las autoridades que ejercen el Gobierno federal residen en la ciudad de Buenos Aires,
que se declara Capital de la Confederación por ley especial". La mencionada ley fue presentada el
18 de abril en las deliberaciones del Congreso como ley complementaria a la Constitución
proyectada.

Esta ley se adoptó inmediatamente después de la sanción de la Constitución, pero también


estipulaba la designación de una capital temporaria para el caso de que los porteños se resistieran a
unirse a la Confederación, que fue lo que finalmente ocurrió.

El segundo enfrentamiento de los convencionales tuvo que ver con el problema religioso y
especialmente con el artículo 2º que establecería la libertad de culto. También aquí se dieron dos
posiciones.

Los que defendían la tolerancia religiosa y una amplia libertad se denominaron el "círculo" y
respondían a la influencia de Salvador María del Carril. A él pertenecían Zavalía, Derqui,
Delgado, Gorostiaga y Gutiérrez, entre otros. Sus ideas serían las sancionadas finalmente en la
constitución. Este grupo bautizó a la oposición con el nombre de "montoneros". Este era un grupo
reducido formado por el padre Centeno, Fray Manuel Pérez, el correntino Díaz Colodrero, el
santafesino Leiva, y el presidente salteño Zuviría. Estos eran conservadores y querían una
constitución inscripta en el catolicismo tradicional, como habían sido todos los anteriores estatutos
y ensayos constitucionales. El Art.9º consagra que en todo el territorio de la Confederación no
habrá mas aduanas que las nacionales, en las cuales regirán las tarifas que sancione el congreso.

En la sesión del día 24 de abril de 1853, la cláusula 14 de la constitución consagra, entre otros
derechos de los habitantes, el de profesar libremente su culto, luego de varias discusiones quedó
aprobado. El Art. 29, este surge propiamente de la historia es decir que no son racional
normativistas sino histórico tradicional en cuanto a su génesis, cuando se habla de la imposibilidad
de que el parlamento o el congreso otorgue la suma del poder público al poder ejecutivo. Esto es
netamente nacional debido a los acontecimientos ocurridos, es histórico tradicional no fue copiado
de ningún lado, igual que el artículo de libertad de culto.

La redacción de la Constitución finalizó en los últimos días del mes de abril de 1853 y el
proyecto fue aprobado el 1º de mayo. El 24 de mayo se constituyó una comisión integrada por del
Carril, Gorostiaga y Zapata- para visitar a Urquiza en su residencia de San José y entregarle el
primer original de la Constitución. Pero Urquiza no estaba allí pues había debido viajar a Buenos
Aires para observar la situación del coronel Lagos y las tropas que sitiaban esa ciudad. Hasta allí
se dirigió la mencionada comisión para cumplir con su misión, encontrando a Urquiza en el pueblo
de San José de Flores en las afueras de Buenos Aires.

Urquiza promulgó aquí la Constitución el 25 de mayo, e inmediatamente se enviaron chasques a


las provincias para que pudiera ser jurada el 9 de julio. Con excepción de Buenos Aires, todas las
provincias juraron esta Constitución. La Convención Constituyente continuó en funciones un
tiempo más ejerciendo una labor legislativa y sancionó las leyes de aduana, de libertad de los ríos,
electoral y de capitalización de Paraná. Una vez electas las nuevas autoridades, la Convención se
disolvió.

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La Constitución Nacional dictada el 1 de Mayo de 1853

(video) Se presentaron a la comisión de asuntos constitucionales que integraba Leiva, Gorostiaga,


Ferre, Días colodrero, Gutiérrez, 3 proyectos; El proyecto de Deangelis, El de Alberdi y el de
Gorostiaga que es el que se tomó como base para trabajar el 21 de abril.

El texto de la Constitución tuvo en cuenta todos los antecedentes de los pactos interprovinciales y
reglamentos que se habían redactado desde 1810 en adelante. Así también, el contenido de las dos
constituciones anteriores: las de 1819 y 1826. Además tomó como modelos las constituciones de
algunos países, fundamentalmente la de Estados Unidos. Y se inspiró para su redacción en el libro
Bases, escrito por el tucumano Juan Bautista Alberdi.
La Ley Fundamental sancionada en Santa Fe consta de un preámbulo y 107 artículos, divididos en
Declaraciones, Derechos y Garantías y Autoridades de la Nación. Establece la forma de gobierno
representativa, republicana y federal, y señala como asiento de las autoridades a Buenos Aires,
designada capital del país. Divide el gobierno en tres poderes: Legislativo (cámaras de diputados y
senadores), Ejecutivo (desempeñado por el Presidente de la Nación) y Judicial (Corte Suprema y
tribunales inferiores).

PROMULGACION Y JURA DE LA CONSTITUCION.


Se jura en Santa Fe la Constitución Nacional dictada el 1 de Mayo de 1853
El Congreso reunido en Santa Fe sancionó el 1º de mayo de 1853 la Ley Fundamental de la
Nación. Fue jurada el 9 de julio por todas las provincias, excepto por Buenos Aires.
El texto de la Constitución tuvo en cuenta todos los antecedentes de los pactos interprovinciales y
reglamentos que se habían redactado desde 1810 en adelante. Así también, el contenido de las dos
constituciones anteriores: las de 1819 y 1826. Además tomó como modelos las constituciones de
algunos países, fundamentalmente la de Estados Unidos. Y se inspiró para su redacción en el libro
Bases, escrito por el tucumano Juan Bautista Alberdi.

La Ley Fundamental sancionada en Santa Fe consta de un preámbulo y 107 artículos, divididos en


Declaraciones, Derechos y Garantías y Autoridades de la Nación. Establece la forma de gobierno
representativa, republicana y federal, y señala como asiento de las autoridades a Buenos Aires,
designada capital del país. Divide el gobierno en tres poderes: Legislativo (cámaras de diputados y
senadores), Ejecutivo (desempeñado por el Presidente de la Nación) y Judicial (Corte Suprema y
tribunales inferiores).
Juan Bautista Alberdi fue el inspirador del texto de la Constitución.
Buenos Aires rechazó la Constitución y pasó a vivir como un estado independiente. Nombró
gobernador a Pastor Obligado, a quien le tocó convivir en forma pacífica con la Confederación.

A partir de ese momento y conforme al acuerdo de San Nicolás, Urquiza se pone en movimiento,
va a ser electo presidente el 20 de febrero de 1854, y asume el 5 de marzo, como primer
presidente del estado constitucionalmente organizado. Por su lado Bs. As. que había quedado fuera
de la labor constitucional, rechazó la constitución se aparta y dicta su propia constitución el 18 de
abril de 1854, por lo cual queda escindida pero no separada o aislada o en una independencia sin
retorno.

Urquiza no pudo ocupar su cargo en la capital designada y debió asentar su gobierno en la ciudad
de Paraná. El nuevo presidente trató de fomentar la colonización y tomó muchas medidas para
impulsar el desarrollo del país. Pero la falta de recursos económicos –que en su mayoría seguían
en poder de Buenos Aires– impidió que tuvieran éxito. Esta situación se fue agravando con el paso
del tiempo y derivó en un nuevo enfrentamiento militar.
Los diputados reunidos en Santa Fe promulgaron la Constitución Nacional el 25 de mayo de 1853,
y la hicieron jurar por todas las provincias, en otra fecha patria: el 9 de julio del mismo año.
El 23 de octubre de 1859, cuando Valentín Alsina ocupaba la Gobernación de Buenos Aires, los
dos ejércitos se enfrentaron en Cepeda. El de la Confederación estaba al mando de Urquiza y el
porteño a las órdenes de Mitre. Se impuso el primero, y entre las condiciones impuestas por los
vencedores estuvo la firma de un nuevo acuerdo: el Pacto de San José de Flores (11 de

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noviembre). Este pacto estableció la reincorporación de Buenos Aires y la nacionalización de la
aduana. Cumplido el mandato de Urquiza, le sucedió como presidente Santiago Derqui.

RECHAZO DE LA CONSTITUCION POR BUENOS AIRES.

Buenos Aires rechazó la Constitución y pasó a vivir como un estado independiente. Nombró
gobernador a Pastor Obligado, a quien le tocó convivir en forma pacífica con la Confederación.
Urquiza no pudo ocupar su cargo en la capital designada y debió asentar su gobierno en la ciudad
de Paraná.
El nuevo presidente trató de fomentar la colonización y tomó muchas medidas para impulsar el
desarrollo del país. Pero la falta de recursos económicos –que en su mayoría seguían en poder de
Buenos Aires– impidió que tuvieran éxito. Esta situación se fue agravando con el paso del tiempo
y derivó en un nuevo enfrentamiento militar.

Rechazo de la Constitución por Buenos Aires.


Revolución del 11 de septiembre. Inmediatamente al golpe de estado de Urquiza, disolviendo la
legislatura porteña, Mitre, Alsina y el grupo que secundan el movimiento autonomista deciden
fraguar una revolución con el objeto de terminar con el poder ejercido por el caudillo.

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UNIDAD XI - C) EPOCA CONSTITUCIONAL (Continuación)

1) Época de secesión. La ruptura y relaciones entre Buenos Aires y la Confederación. Pacto de


Unión Nacional: antecedentes y análisis de su contenido. Convención porteña de 1860. Debates y
propuestas de enmiendas a la Constitución de 1853.

2) La Convención Nacional Reformadora. Contenido de la Reforma. Constitución de 1860.

3) La Unión Nacional. Los Grupos y los partidos políticos. La Política de Derqui. Mitre
presidente: Gobierno y Política. Reforma Constitucional de 1866. Sarmiento: su gobierno y
políticas. Muerte de Urquiza. La política educativa. Elecciones de 1874. Presidencia de
Avellaneda. Aspectos. Política exterior. Federalización de Buenos Aires. Sanción de los Códigos
Nacionales.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------
1) EPOCA DE SECESIÓN. LA RUPTURA Y RELACIONES ENTRE BUENOS AIRES Y
LA CONFEDERACIÓN. PACTO DE UNIÓN NACIONAL: ANTECEDENTES Y ANÁLISIS
DE SU CONTENIDO. CONVENCIÓN PORTEÑA DE 1860. DEBATES Y PROPUESTAS DE
ENMIENDAS A LA CONSTITUCIÓN.

En los primeros meses de 1854, el general Urquiza es proclamado presidente de la República el 20


de febrero por el soberano Congreso Constituyente; y en abril es sancionada la Constitución del
estado de Bs. As. (Constitución de la Provincia), es elegido gobernador constitucional de dicha
provincia Pastor Obligado (27 de mayo de 1854), mientras tanto el clima que vive la provincia es
totalmente revolucionario. Surge el conflicto que el gobierno Porteño imputa al de la
confederación el haber permitido a los emigrados organizar y realizar la invasión desde la
provincia de Santa Fe. Este desgraciado acontecimiento puso en verdadero estado de guerra al
gobierno nacional y a la provincia disidente. El 1 de diciembre de 1854, los comisionados de
Urquiza se entrevistaron con el gobernador Obligado, a fin de concertar las bases de un acuerdo.
El 10 fueron aceptadas las propuestas de la confederación, se deseaba implantar una paz firme y
durable y hacer efectivo el abandono de armas y todo preparativo de guerra. Aceptado por ambas
partes el tratado quedó formalizado el 20 de diciembre de 1854. Faltaba aún concertar
estipulaciones del acuerdo, sobre todo las de comercio, Bs. As., y la confederación nombraron
respectivas comisiones, para ultimar el tratado. El 8 de enero de 1855 se firmó el tratado
definitivo. Ambas partes se comprometían a no consentir la desmembración del territorio nacional,
luchar en común contra los indios, proclamándose el principio de que la secesión de Bs. As., no
alteraba las leyes de la Nación. Igualdad de banderas para el comercio; se aseguraba la libre
circulación de los productos naturales entre ambos estados, las mercaderías que partiesen de
puertos de la confederación hacia Bs. As., y viceversa, “no pagarían otos ni mayores derechos que
los que fueran impuestos a los que procediesen de otros mercados. Este tratado tuvo la importancia
de haber solucionado el conflicto económico creado entre ambas partes y el haber mantenido el
principio de la nacionalidad, pese a la desmembración existente. A pesar de la buena voluntad de
los hombres que inspiraron la formalización de los tratados de 1854 y 1855, los continuos
rozamientos, sobre todo en materia comercial, hicieron que pronto comenzaran las inculpaciones
por ambas partes. No debemos olvidar que La confederación tenía que solventar una angustiosa
situación económica; privada del puerto de Bs. As., y del incremento comercial que significaba el
intercambio con esa provincia. Por su parte Bs. As., Luchaba por mantener su hegemonía frente a
los estados confederados.

Posteriormente Bartolomé Mitre ministro de guerra invadió el sur de Santa Fe, violando el
territorio de la Confederación agravando el conflicto. Cuando Mitre desembarca en Zárate el 28 de
enero de 1856, Esta nueva invasión conmovió al gobierno de Bs. As., quien toma severas medidas
dando órdenes de fusilamientos. Como consecuencia de estos sucesos el gobierno de la
Confederación denunció los tratados de 20 de diciembre de 1854 y 8 de enero de 1856, declarando
que desde ese momento ellos quedaban sin fuerza alguna obligatoria para el gobierno de la
confederación. El decreto dado el 18 de marzo sostenía el gobierno de Paraná que la invasión
porteña no tenía por fin terminar la obra comenzada, y que el coronel Mitre con su provocación
violó las convenciones. Esto se agrava por la sanción de parte del gobierno de la Confederación de
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la “Ley de derechos Diferenciales”, consistía en gravar con derechos de importación las
mercaderías introducidas a los puertos nacionales, desde cabo adentro (Cabos de San Antonio y de
Santa María). De esta manera las mercaderías que llegaban directamente a la Confederación sin
hacer escala en Bs. As. Tenían una considerable ventaja. El puerto de Rosario acrecentaba así su
poderío, en desmedro del de Bs. As., que veía dividir sus ganancias con los puertos de la
Confederación. Esta ley provocó una violenta reacción entre los porteños y amplio sector de
comerciantes extranjeros radicados en Bs. As., quienes acudieron amistosamente ante Urquiza
para que quedara sin efecto su ejecución.

Entre tanto asume el mando de la provincia de Bs. As. Valentín Alsina el 3 de mayo de 1857,
elegido por asamblea general, y Urquiza deseoso de reiniciar las tratativas de unión nacional,
encargó entrevistas con el flamante gobernador, no pudiendo llegar a un acuerdo debido a las
ventajas pretendidas por Bs. As., en las negociaciones. Estos y otros acontecimientos ponen fin a
las tentativas de pacificación Nacional. La guerra era inevitable, inútiles eran los intentos
diplomáticos. Los meses que sucedieron a los acontecimientos fueron de una desenfrenada
organización Bélica. Los ministros plenipotenciarios de Brasil, Francia e Inglaterra intentaron un
avenimiento pero los esfuerzas conciliatorios eran ya imposibles. Todo esto desemboca en la
batalla de cepeda del 23 de octubre de 1859.

696. El conflicto entre la Confederación y Buenos Aires. La actitud de Buenos Aires al oponerse al
plan de organización constitucional esbozado por URQUIZA planteó serios problemas. No era, sin
duda, tan sólo la actitud rebelde de una de las catorce provincias argentinas, sino que era también
la oposición de la principal de todas ellas, fuente inagotable de dinero, hombres y capacidad
intelectual. Hasta sus amenazas de convertirse en un Estado independiente adquirían verosimilitud
al comprobar la extensión que podía dar a su territorio, según surge del Art. 2°- de la Constitución
de 1854 (§ 695). Su fuerza material y moral era tanta, que se oponía no en iguales condiciones, si
no en mejores, al resto de las provincias que integraban la Confederación. De allí que la unión
nacional sin Buenos Aires constituía un resultado insatisfactorio para quienes luchaban por ese
ideal. FACUNDO ZUVIRIA, presidente del Congreso General Constituyente de 1853, decía que
"intereses de todo género constituyen a Buenos Aires una especialidad en la familia argentina.
Antes de la revolución y después, se han ejercido allí y desde allí, el poder general de la colonia y
de la Nación. Buenos Aires es por esto la más alta expresión de nuestras necesidades, de nuestros
sentimientos, de nuestras pasiones, de nuestros caprichos, de nuestra política, de nuestra fuerza
intelectual, poder y genio" (3 de mayo de 1853). Acaso por todo ello los constituyentes fijaron la
capital de la Confederación en la ciudad de Buenos Aires, precisamente cuando ésta estaba al
margen de la organización nacional (§ 695).

En ambas partes, pues, había una conciencia de la nacionalidad común, pero fallaban los medios
para hacerla efectiva. El período siguiente, hasta 1859, reveló una tensión constante entre ambos
contendientes. Rozamientos, amenazas, acercamientos y rupturas, luchas por ganar posiciones y
por obtener el reconocimiento de las potencias extranjeras, invasiones en territorio enemigo,
guerra económica y financiera, etc., fueron facetas de un conflicto que impacientaba por su larga
duración. Ambos contendientes, como demostrando la paridad de fuerzas, mantenían relaciones de
igual a igual, como si fueran Estados independientes. Acaso por esto mismo, o porque no
olvidaban su condición de hermanos, lo cierto es que ambos bandos no parecían decididos a
recurrir a las armas para solucionar sus diferencias.

697. Finalmente, resuelta la Confederación a obtener la reincorporación de Buenos Aires, y luego


de fracasar nuevas mediaciones de diplomáticos extranjeros, los ejércitos, al mando de URQUIZA y
MITRE, respectivamente, se enfrentaron sobre la cañada de Cepeda. La lucha se limitó a un ataque
frontal de la caballería de URQUIZA sobre las posiciones defensivas adoptadas por MITRE (23 de
octubre de 1859) y, como resultado del encuentro, este último quedó en inferioridad de
condiciones, tanto desde el punto de vista estratégico como militar, por lo que optó por retirarse,
para salvar así la mayor parte de sus fuerzas y con ellas defender la ciudad de Buenos Aires.
Entretanto, el ejército de la Confederación continuó su avance sobre la ciudad. El héroe de la
jornada envía una patriótica proclama al pueblo de Bs. As.

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Salvado el obstáculo fundamental, el alejamiento y renuncia de Alsina y promovidas nuevas
gestiones de los diplomáticos extranjeros, luego de varias reuniones, se alcanzó finalmente el
acuerdo esperado, celebrándose, el 10 de noviembre de 1859, el Pacto de unión, en San José de
Flores —ratificado al día siguiente—, con la mediación oficial del representante paraguayo,
brigadier general FRAHCISCO SOLANO LÓPEZ.

698. Las principales cláusulas del pacto disponían: luego de algunos cambios de opiniones
queda ajustado definitivamente el histórico Pacto de San José: 1- Buenos Aires se declaraba parte
integrante de la Confederación Argentina y verificará su incorporación por la aceptación y jura
solemne de la Constitución Nacional. 2- Como tal, efectuaría un libre examen de la Constitución
Nacional de 1853 mediante la convocatoria de una convención provincial; si esta convención
proponía reformas al texto constitucional, las mismas debían ser sometidas a decisión final de una
convención nacional, con la participación de todas las provincias, incluso Buenos Aires. 3- El
territorio de la provincia de Buenos Aires no podía ser dividido sin el consentimiento de su
legislatura. 4- Buenos Aires se abstendría en adelante de mantener relaciones diplomáticas con
otras naciones (§ 692). 5- Continuarían bajo jurisdicción de Buenos Aires las propiedades y
establecimientos públicos de la provincia, con excepción de la aduana, por corresponder ésta a la
Nación. Sin embargo, para cubrir sus gastos se garantizaba a Buenos Aires su presupuesto de 1859
hasta cinco años después de la incorporación. 6- Se estipulaba "un perpetuo olvido" de todas las
causas que provocaron la desunión y, en consecuencia, ningún ciudadano argentino podía ser
molestado por hechos u opiniones políticas expresadas durante la mencionada época. 7- El ejército
de la Confederación se retiraría del territorio bonaerense, reduciendo ambas partes sus armamentos
"al estado de paz". 8- La República del Paraguay garantizaba el cumplimiento de lo estipulado.

Como se advierte, el pacto, más que un convenio entre vencedor y vencido, significaba el
cumplimiento de un ideal que, en buena medida, ambos bandos habían proclamado: la unión
nacional. Tampoco las bases de este entendimiento eran tan diferentes de las que tiempo atrás
habían servido para las negociaciones. Si la meta se había alcanzado, faltaba aún la ejecución de
los medios para su efectivo cumplimiento.

Un convenio celebrado el 6 de junio de 1860 complementó algunos aspectos de las estipulaciones


del pacto de San José de Flores. Entre las más importantes pueden señalarse las relativas a la
convocatoria de la convención provincial la elección de los convencionales nacionales, la
incorporación de los diputados y senadores bonaerenses en el Congreso Nacional, y la entrega al
gobierno de la Confederación, por parte del de Buenos Aires, de la suma de un millón y medio de
pesos mensuales para concurrir a los gastos nacionales (§715), modificándose en este sentido la
estipulación contenida en el pacto.

Convención porteña de 1860. Debates y propuestas de enmiendas a la Constitución.


Hacia la organización definitiva:
La convención provincial por imperio del Art. 2º del Pacto de familia, tenía que ser convocada a
los veinte días de firmado el convenio, se instaló con atraso el (5 de enero de 1860 y se extendió
sus sesiones hasta el 12 de mayo del mismo año). Esta demora llevaba un fin político, como
Urquiza en marzo de 1860 terminaba su mandato, ocupando la presidencia el Doctor Santiago
Derqui, pretendían que con tal retraso, la constitución definitiva de la República no llevara su
firma como presidente de la Confederación.
Antes de terminar su mandato provincial interino, LLavallol envía un mensaje a la convención
donde le urge el cumplimiento de su cometido.
En las sesiones de esta convención descollaron los hombres de Buenos Aires y los provincianos
que habían luchado junto a ella. Vélez Sásfield, Portela, Mitre, Anchorena, Sarmiento, Elizalde,
Mármol y todo un brillante grupo de porteños dieron realce a los debates citados en torno de la ley
fundamental.
En la sesión del 6 de febrero de 1860, y decidida la convención al estudio de la Constitución, se
originó una movida discusión sobre el sistema a seguir para el estudio y examen de la ley. Luego
de la discusión se diside por votación nombrar una comisión para el estudio previo.
Fueron nombrados entre otros Sarmiento, Mitre, Vélez Sarsfield.
Se habían originado dos bandos en el seno de la Asamblea:

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El primero integrado por los liberales y pandilleros que respondían a la política de Bartolomé
Mitre, sostenían la imperiosa necesidad de reformar la Constitución, para salvar el prestigio de la
soberanía provincial. (La tribuna y El Nacional eran los órganos de propaganda de esta facción).
El segundo integrado por los convencionales que no habían logrado mayoría en el seno de la
Asamblea, y que propiciaban la aceptación lisa y llana de la Constitución, a fin de abreviar, al
margen de toda cuestión doctrinaria y constitucional, la unión de la familia Argentina. Estaba
formado este sector por los Federales o Chupandinos, buscaban el pronto acercamiento de los
bandos nacionales en pugna. Para su lucha fundaron éstos la “Asociación de la Paz” y el periódico
“La Patria”.
Pavón demostró, después que la paz no había entrado en los espíritus porteños. Se acababa de
firmar el pacto de familia y ya Sarmiento y después Vélez y otros más trataban de destruir o al
menos menoscabar la obra del 53.
Bartolomé Mitre redacta un informe, que presenta un amplio panorama histórico y Constitucional,
necesario para fijar la posición de Buenos Aires frente a los problemas nacionales. Explica el
porqué de que se hubiera adoptado el criterio de la revisión Constitucional por parte de la
provincia que iba a reintegrarse, Mitre demuestra en contra de lo que muchos han afirmado, que la
Constitución de 1853 fue respetada en su espíritu, estructura y fines esenciales, reformándola en
cláusulas, que no hacen a los principios fundamentales ni desvirtúan la labor primera. Según el
informe “el método seguido por la asamblea ha sido esencialmente experimental y conservador,
haciendo sólo reformas necesarias y adaptando tan sólo las que tienen ya la sanción de la
experiencia”.
Vélez Sarsfield agregará más adelante que las reformas que proponían eran tres o cuatro artículos,
y a pesar de sus críticas a la obra del 53, expresará que él “la habría aceptado sin modificación”,
con excepción de una sola, en materia judicial.
Todo esto demuestra que existió y existe una Constitución de 1853 sancionada en Santa fe. Las
reformas de 1860, 1866, 1898 y 1957 significan sólo modificaciones circunstanciales que no han
desvirtuado los principios inmutables de la obra primigenia.
Para presentar sistemáticamente las reformas, la comisión las había dividido por materia;
primeramente, las “declaraciones, derechos y garantías”, luego, los tres poderes y sus respectivas
atribuciones; los artículos de índole económica, y finalmente, las reformas del pacto.
En la primera parte de la constitución proyectaban la reforma parcial de los Art. 5º, 15 y 18, y el
agregado de 2 cláusulas nuevas. Art.5, se suprimía la parte donde se establecía la instrucción
primaria gratuita; tenía un fundamento económico, y se sometían las constituciones provinciales al
examen y aprobación del Congreso; tendía a fortificar las soberanías provinciales. En el Art. 15, se
agregaba: todos los esclavos quedaban libres por el sólo hecho de pisar el territorio de la República
Argentina.
En el Art.18, se suprimía la expresión “Las ejecuciones a lanza y cuchillo”, por considerarse que
nunca fueron autorizadas dichas penas por la ley argentina.
Finalmente proponían la introducción de dos nuevos Art. En el texto constitucional, El primero
establecía “El congreso no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre
ella la jurisdicción federal”, destinada a solucionar un problema de jurisdicción. En cuanto al Art.
33 su inclusión también fue importante, como garantía integral de todos los derechos no
enumerados, derechos implícitos. En la sesión destinada a las atribuciones de los poderes, se
enmendaban los Art. 6, 41, 64 (inc. 11), 83 (inc. 23), 86 y 87 y se suprimían el Art. 51y el inc. 20
del art. 83.La reforma del Art.41 consistía en suprimir del juicio político la acusación contra los
gobernadores de provincia y miembros de ambas cámaras, así como también la enumeración
taxativa de los delitos, incluyendo la acusación por el mal desempeño de funciones. Art.83 inc.23
(hoy Art 86) respecto de las atribuciones del presidente de la república para llenar las vacantes de
los empleos para los cuales se precisaba el acuerdo del senado, estando en receso este cuerpo, se
modifica la cláusula primitiva, autorizando solamente al presidente, para realizar esos
nombramientos en comisión.
En el capítulo de dedicado a las reformas de índole económica la comisión producía enmiendas a
los Art. 9, 12 y 64. Al 9 que legislaba sobre aduanas, se le agregaba “que serán uniformes en toda
la confederación” a la cláusula 12 se le agregaba “sin que en ningún caso puedan concederse
preferencias a un puerto respecto de otro, por medio de leyes o reglamentos de comercio”. El Art.
64 derechos de importación y exportación agregado- “serán uniformes en toda la Confederación”.
En otro referente también a aduanas se le añadía in fine: “sin que puedan suprimirse las aduanas
exteriores en cada provincia al tiempo de su incorporación. La última sección la comisión

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examinadora la dedicaba a las reformas del pacto, proponiendo la enmienda de los Art. 3, 30 y 101
de la Constitución del 53. Con referencia a la capital había tres propuestas, a la cual la comisión se
inclinaba a que la capital no debía ser Bs. As., ni estar en su territorio, debiendo ser destinado para
ello un distrito por el congreso.
Otro Art. Reformado “Las autoridades que ejercen el gobierno federal, residen en la ciudad que se
declare capital de la República por una ley especial del congreso”, previa cesión hecha por una o
más legislaturas provinciales del territorio que haya de federalizarse. En la parte que establecía que
“la constitución puede reformarse en el todo o cualquiera de sus partes, pasado 10 años desde el
día que la juren los pueblos” se suprimía el término de 10 años para poder ser reformada. Al Art.
101 “las provincias conservan todo el poder no delegado por esta constitución al gobierno federal”
se le agrega “y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su
incorporación”.
-Una vez leído el extenso informe de la comisión examinadora hizo uso de la palabra Vélez
Sarsfield, atacando a los autores e inspiradores de la constitución de 1853. Afirmó: los legisladores
argentinos tomaron como modelo la Constitución de los Estados Unidos pero no respetaron ese
texto sagrado, y una mano ignorante hizo en ella supresiones y alteraciones de gran importancia,
pretendiendo mejorarla. La comisión agregó: No ha hecho sino restituir el derecho constitucional
de los Estados Unidos en la parte que se veía alterado, ¿pero que saben los europeos de derecho
federal?, Vélez, hizo algunas críticas al texto constitucional, atacando ciertas cláusulas de índole
económica y sobre todo al ejecutivo, quien a su parecer era una mezcla de principios monárquicos
y republicanos, alterando así la constitución que le servía de modelo. Rivarola , ante estos ataques
pregunta: ¿para que tanta crítica contra la constitución del 53; para que tan dura clasificación a sus
diferencias con la constitución del Norte, si después resulta que no era necesario, o por lo menos
urgente corregir tan grandes defectos?
Debates de la convención porteña de 1860: detallados sobre lo anterior. (leer acá)
Roque Pérez en nombre de la mayoría expuso que se oponía a las reformas porque consideraba
que estas implicarían el peligro de la espera de un año para que se realice la aceptación de la
constitución, y que se notaba que el gobierno nacional ponía dificultades a la reunión de la
convención ad hoc. Por ello manifestó que no participaban en los debates y que sus opiniones eran
manifestadas con un voto silencioso pero negativo, y que su oposición era tendiente a consolidar
prontamente la unión de los pueblos, dilacerados por la guerra civil. En la sesión del 27 de abril
Sarmiento replicó las palabras de Pérez sosteniendo que la no participación en los debates,
implicaba una falta de sus deberes. Privan expresó a la convención: que la libertad de discusión era
necesaria, y que no llenan el mandato que aceptaron, y que ello era destruir el sistema
parlamentario. También sostuvo que en la constitución del 53 todos los derechos se concentraban
en la mano del presidente de la Confederación, que tenía más poder que el mismo Napoleón, y que
admitiendo la abstención lo mejor era votar callados todos y se concluirían los 25 Art. En esa
noche.
Ugarte, Irigoyen y Frías rebatieron los conceptos del exaltado Sanjuanino, diciendo: “Nuestro
silencio ha sido dictado por un sentimiento patriótico”, para que el gran objeto que nos preocupa
se realice cuanto antes, y vaya la provincia de Bs. As., a unirse lo más pronto posible al resto de la
familia argentina.
Cuando se discute el Art.3, el diputado Saguí propuso la supresión de esa enmienda, recordando
los desgraciados sucesos de 1826 con motivo de la “Ley Capital” dijo estamos en el punto de la
Capital “manzana de la discordia”, afirmando luego que el tratamiento de dicho asunto dentro de
la ley fundamental de la república era inconstitucional, estableceríamos con ello una
inconsecuencia en el derecho público constitucional sancionando semejante cosa; y además de esto
sancionaríamos, tal vez, un mal para la república. Intervinieron en el debate Mitre, Mármol y
Vélez, que culminó con el problema de la representación de la capital ante la cámara. Finalmente
se aprobó el proyecto de la comisión. El Art. 5 se aprobó con las supresiones introducidas por la
comisión, respecto a la enseñanza gratuita y a la revisión de las constituciones provinciales por el
congreso. El Art. 6, referente al poder de intervención del gobierno federal en las provincias, fue
fundamentado por Sarmiento, quien propuso mantener un criterio restrictivo en la materia,
trayendo a colación los sucesos de San Juan del año 59. Se aprobó en su redacción originaria.
-El diputado Elizalde fundamenta que no podían declararse como nacionales los derechos de
importación, discusión del (Art.9), expresó: “La exportación es una contribución directa” y por tal
pertenece a los estados, con “excepción de aquellas que el congreso en determinados casos quiera
poner” y fundamentó que la nación debía atenerse a establecer solamente los derechos de

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202
importación. Este extenso debate en que participaron Sarmiento, Mitre y Vélez no pudo terminar
por no llegar a un acuerdo, pasando nuevamente a comisión.
El Art. 30 fue aprobado sin discusión., actual Art.32 Vélez manifestó que la reforma que se
proponía importaba que “la imprenta debía estar sujeta a las leyes del pueblo en que se use ella” y
que un abuso de la libertad de imprenta nunca puede ser un delito, agregó: El congreso dando
leyes de imprenta sujetaría el juicio a los tribunales federales, sacando el delito de su fuero natural.
Si en una provincia como en Bs. As., no hubiera leyes de imprenta, o los abusos de ella fueran sólo
castigados por el juez correccional, como otra cualquiera injuria, ¿Por qué daríamos facultad al
congreso para restringir la libertad de imprenta, dando otra pena a los delitos de imprenta? De
acuerdo la convención con el espíritu del nuevo artículo que se pretendía incorporar a la
constitución, lo aprobó.
El Art.33 sobre los derechos y garantías no enumerados fue fundamentado por Sarmiento quien
afirmó que “todas las constituciones habían repetido esa cláusula como indispensable, para
comprender en ellas todas las omisiones de los derechos naturales que se hubiesen podido hacer,
dado que el catálogo de derechos naturales es inmenso. Las declaraciones, derechos y garantías
son muchísimas, y no están todos expresados. Aprobadas las reformas presentadas, fueron tratadas
por último aquellas que habían pasado a comisión, para un nuevo estudio.
Elizalde: volvió a tratar sobre si era o no conveniente otorgarle a la nación los derechos de
exportación, evidentemente estatales, sostuvo que los derechos de exportación debían mantenerse
para las provincias. Elizalde manifestó luego de un intenso debate entre éste, Riestra y Vélez,
Elizalde manifestó que si la enmienda pasaba y le quitaban a la confederación la renta que le
producían los derechos de exportación, ¿Qué se le daría en reemplazo?, Sarmiento abogó en el
mismo sentido, en un entrechocar de ideas, Se aprobó el Art. 9 en su redacción original.
El Art. 64 inc.1, se aprobó con la enmienda quedando de la siguiente manera: “Legislar sobre
aduanas exteriores y establecer los derechos de importación, los cuales, así como las avaluaciones
sobre que recaigan, serán uniformes en toda la confederación, así como las demás contribuciones
nacionales, podrán ser satisfechas en la moneda que fuese corriente en las provincias respectivas
por su justo equivalente. Establecer igualmente, los derechos de exportación hasta 1866, en cuya
fecha cesarán como impuesto nacional. La convención nacional posteriormente modificó la parte
final agregándole: “no pudiendo serlo provincial”
En la sesión del 11 de mayo, el grupo antirreformista pone sobre el tapete el tema religioso, que
tanto había agitado los debates del 53. Frías proponía la reforma: “La religión católica apostólica
Romana es la religión de la república Argentina, cuyo gobierno costea el culto, el gobierno le debe
la más eficaz protección, y sus habitantes el mayor y la más profunda veneración. Sarmiento
contestó explicando a la asamblea el criterio sustentado por la comisión especial encargada de
redactar las reformas, de no innovar sobre materia religiosa. Sustentando que la libertad de
conciencia era la base de todas las otras libertades, la base de la sociedad y de la religión misma”.
Puesto a votación si se reformaba o no el Art.2 resultó negativa.
Así culminan las memorables sesiones, que han servido posteriormente para fijar el alcance y
determinar el espíritu de muchas cláusulas de nuestra ley fundamental, aprobadas en su primera
oportunidad sin discusión.
Como materia de interpretación constitucional ocupan estos debates un destacado lugar dentro de
las asambleas Constituyentes argentinas, tanto por la importancia de sus asuntos como por la
calidad de sus miembros, que así contribuyeron eficazmente a la obra de la reconstrucción
nacional.
La convención Porteña aprueba la enmienda a la Constitución por 32 votos a 17 y por lo tanto se le
propone a la Confederación Argentina revisar la Constitución.
Luego de esto comenzó la discusión sobre los artículos en particular.

Convenio del 6 de junio de 1860. (No va)


A fin de perfeccionar el pacto de familia celebrado entre Buenos Aires y la Confederación,
Urquiza y Mitre deciden: “arreglar amistosamente los desacuerdos”. Por otra parte la convención
porteña ha terminado su labor y es necesario resolver todo lo concerniente a la próxima instalación
de la Asamblea Nacional que habrá de abocarse al estudio de las reformas propuestas. A ese fin el
gobierno presidido por el general Mitre designa ante el gobierno de Paraná, al doctor Vélez
Sarsfield para que ajuste de común acuerdo con la Confederación, el pacto del 11 de noviembre y
solucione los conflictos aún latentes. Este documento titulado “convenio complementario del
Pacto San José de Flores”, fue firmado el 6 de junio de 1860, y consta de 19 artículos o

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estipulaciones. Se fija en ellos la necesidad de la convocatoria de la Convención ad hoc que habrá
de sancionar las reformas a la constitución vigente, declarando que luego que se expida el
Congreso Nacional, el gobierno de la Confederación llamará a elecciones de convencionales en
toda la República (Art.2).
Entre las estipulaciones más importantes se pueden mencionar:
Las relativas a la convocatoria de la convención provincial, la elección de los convencionales
nacionales, la incorporación de los diputados y senadores bonaerenses al congreso nacional, y la
entrega al gobierno de la Confederación, por parte del de Buenos Aires, de la suma de un millón y
medio de pesos mensuales para concurrir a los gastos nacionales, modificándose en este sentido la
estipulación contenida en el pacto, se asegura a Buenos Aires la continuación del régimen y
administración de todos los objetos comprendidos en el presupuesto de 1859, “aún cuando ellos
correspondan por su naturaleza a las autoridades nacionales”.
Ratificado el convenio del 6 de junio, el camino hacia la reforma constitucional estaba abierto.
Solucionados los problemas pendientes entre Buenos Aires y la Confederación, Mitre, en su
carácter de gobernador de la provincia y con el ánimo de pacificar los espíritus y preparar el
terreno para la futura convención Nacional, invita al presidente Derqui y al general Urquiza para
las celebraciones julias a realizarse en la ciudad de Buenos Aires.
En consonancia con esta idea, las principales reformas votadas por la convención provincial
fueron:
1. Supresión de la ciudad de Buenos Aires como capital de la Confederación y, en su reemplazo, la
indicación de que la residencia de las autoridades nacionales sería fijada por el Poder Legislativo,
previa cesión del territorio a federalizar por la respectiva legislatura local (Art. 3 º).
2. Modificación del régimen de las intervenciones federales (§ 764), procurando a través del nuevo
ordenamiento una mayor protección contra la amenaza latente de la intervención del gobierno
central (Art. 6º).
3. Supresión del requisito de revisión de las constituciones provinciales por el Congreso nacional
antes de su promulgación (Art. 5º y 64, ins. 28 y 103, respectivamente).
4. Supresión del juicio político a los gobernadores provinciales por parte del Congreso Nacional
(Art. 41).
5. Agregado en el texto de que el Congreso Nacional no dictaría leyes que restringieran la libertad
de imprenta o establecieran sobre ella la jurisdicción federal.
6. Supresión de la atribución concedida a la Corte Suprema de Justicia para conocer en los
conflictos entre los diferentes poderes públicos de una misma provincia (Art. 97).
7. Prohibición de que los jueces federales fueran al mismo tiempo magistrados provinciales.
8. Prohibición de suprimir las aduanas exteriores existentes en cada provincia al tiempo de su
incorporación, y de conceder preferencias a un puerto respecto de otro por medio de leyes o
reglamentos de comercio.
9. imposición a los senadores y diputados nacionales del requisito de residencia mínima en la
provincia que los eligiera.
10. Indicación de que la aplicación de los códigos nacionales (§§ 785-791) correspondía a las
jurisdicciones locales (Art. 64, ins. 11).
11. Un nuevo agregado, esta vez al Art. 101, aclarando que las provincias conservaban todo el
poder no delegado por la Constitución al gobierno federal y el que expresamente se hubieran
reservado al tiempo de su reincorporación.
Algunas otras reformas completaban el conjunto. Como se advierte a través de la precedente
enunciación, la orientación reformista estaba signada por el temor de Buenos Aires de ser
avasallada por un gobierno central que le fuera adverso.
La convención nacional, reunida en Santa Fe, aprobó el 24 de setiembre de 1860, sin
modificaciones sustanciales, las reformas propuestas, quedando así extendida a todo el país la
Constitución nacional.

2) LA CONVENCIÓN NACIONAL REFORMADORA. CONTENIDO DE LA REFORMA


CONSTITUCINAL DE 1860.

En cumplimiento del Art. 5° del Pacto de San José de Flores y del 1° del Convenio del 6 de junio
de 1860, se reúne en la ciudad de Santa Fe la Convención Nacional ad hoc, encargada de examinar
las reformas propuestas por la Convención de la provincia de Buenos Aires a la Constitución de
1853.
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El 14 de setiembre tiene lugar la primera sesión preparatoria, designándose presidente provisional
al doctor Mariano Fragueiro y secretarios a José María Gutiérrez y a Carlos Bou-quet.
Inmediatamente se procede a nombrar a los diputados Mármol, Frías y Posse (Justiniano) a fin de
que redacten un proyecto de reglamento; y a los diputados Paz, Pórtela, Posse (José), Cáceres y
Castro, como integrantes de la Comisión encargada del estudio de los poderes de los
convencionales. El señor presidente y los señores diputados prestan el juramento de ley,
nombrándose a Fragueiro como presidente efectivo de la Asamblea y vicepresidentes a los
diputados de las Carreras y Alsina (Valentín). Lucio V. Mansilla y Carlos Saravia son designados
secretarios.

Declarada la Convención Nacional ad hoc solemnemente instalada, el diputado Juan Francisco


Seguí, el mismo que en la sesión del 20 de abril de 1853 pronunciara su memorable dis curso para
oponerse a la postergación de la sanción constitucional, solicita la palabra. Viene a traer al seno de
la Convención el claro pensamiento de Urquiza sobre el grave problema de la organización
nacional.

Luego de algunas consideraciones agrega: "La organización definitiva de la República va a


realizarse así; y hoy asistimos al magnífico espectáculo de la unión de los pueblos, que cual rayo
de luz se juntan en un foco común, para producir el sol inextinguible de la nacionalidad argentina.
La provincia de Buenos Aires, con su gigantesco progreso material y moral se dirigía, sin
advertirlo, acaso, a la asociación federal; y sus hermanas, avanzando en el regular ejercicio de las
doctrinas democráticas y en la aplicación práctica de los principios liberales del gobierno
representativo, se preparaban para el día del encuentro feliz, para el día del grande abrazo que
debía repercutir en el continente y aun del otro lado de los mares".

Finalmente, invoca el mandato histórico: "Los pueblos -expresa- nos han mandado a realizar la
integridad de la patria, a dar luz a una obra digna de la posteridad, a radicar la paz y con ella el
imperio de las instituciones en que se apoya la libertad". Luego de un exordio a la unión nacional,
termina su elocuente discurso el prestigioso santafesino. Sarmiento hace moción para que dicho
discurso se incluya en el acta de instalación; lo que se aprueba. Las palabras de Seguí tienen
mucha importancia, pues, en verdad, fueron anunciadoras del espíritu que animaba a los hombres
de la Confederación frente al problema de las reformas.

Ese mismo día se realiza la primera sesión ordinaria. Constituida en comisión la Asamblea, "se
cambiaron ideas acerca de las reformas propuestas por Buenos Aires, y de la forma que se
adoptaría para examinarlas".

Luego de un breve debate, el diputado Bouquet mociona para que la Convención cese de estar en
"comisión", por lo que, una vez aprobado, el cuerpo se constituyó en sesión ordi naria. A solicitud
del mismo convencional, se nombra una comisión para que informe in voce sobre todas y cada una
de las reformas presentadas, siendo designados para constituirla los diputados Mármol, Seguí,
Elizalde, Gorostiaga, Vélez, Cáce-res y del Carril.

-El 23 de setiembre tiene lugar la segunda sesión ordinaria, dándose entrada al dictamen de la
comisión, elegida en la reunión anterior, para informar sobre las enmiendas constitucionales.
Dicho dictamen aconseja a la Convención:
Aceptar en vez del cambio del título de Confederación Argentina, este artículo: "Las
denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: 'Provincias Uni-
das del Río de la Plata, República Argentina, Confederación Argentina', serán en adelante nombres
oficiales, indistintamente para la designación del gobierno y territorio de las catorce provincias,
empleándose las palabras -Nación Argentina- en la formación y sanción de las leyes".

-Modificar la reforma propuesta al Art. 31, del modo siguiente: "Salvo para la provincia de Buenos
Aires los tratados ratificados después del pacto de 11 de noviembre de 1859".

-Modificar la reforma propuesta al Art. 64, inc. 1°, del siguiente modo: Suprimir estas palabras:
"En cuya fecha cesarán como impuesto nacional".

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-Modificar la reforma propuesta al Art. 91, del modo siguiente: "El Poder Judicial de la Nación
será ejercido por una Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales inferiores que el
Congreso estableciese en el territorio de la Nación".

-La Comisión ha creído, también deber proponer a la Convención la aclaración de la parte final del
art. 97, en estos términos: "Y entre una provincia o sus vecinos contra un Estado o ciudadanos
extranjeros".

A continuación, agrega la Comisión: "La publicidad de la discusión sobre las reformas propuestas
por Buenos Aires, y los importantes debates que se han tenido en aquella Convención y en la
prensa de la República, autorizan a la comisión a excusarse de fundar las razones de su dictamen" 8.
Firmado: Salvador María del Carril, Dalmacio Vélez Sársfield, José Mármol, Rufino de Elizalde,
Juan Francisco Seguí, Luis Cáceres y José B. Gorostiaga.

-Puesto en discusión el dictamen, se leen previamente el Pacto de San José de Flores, el Convenio
de 6 de junio de 1860 y demás antecedentes relacionados con la convocatoria de di cha
Convención. Se pasa a cuarto intermedio.

-Reanudada la sesión, el diputado Elizalde expresa que durante el cuarto intermedio, algunos
convencionales habían propuesto dos pequeñas modificaciones al dictamen cuya lectura se había
dado.

-En estos instantes del debate solicita la palabra Benjamín Victorica, quien expresa: "Que al
someterse el Pacto de 6 de junio al Congreso Nacional, un diputado dijo: Ia integridad de la
Nación Argentina no se discute entre argentinos: se hace; que él repetía esas mismas palabras para
pedir la aclamación del dictamen de la Comisión, que estaba en el corazón y en la conciencia de
todos los que se encontraban allí presentes. Que un solo voto debía dar la sanción de la unión
nacional, para que ella fuese recibida con el aplauso entusiasta y uniforme de todos los pueblos".
La patriótica moción de Victorica fue recibida con grandes aplausos y vítores, poniéndose de pie
los convencionales, aclamaciones éstas que "fueron secundadas -según el acta- con calor por el
pueblo asistente a la barra".

De esta manera quedaron aprobadas las reformas a la Constitución de 1853 propuestas por la
Convención Provincial de Buenos Aires.

En el mismo día, en la tercera sesión ordinaria, es presentado el texto completo del cuadro de
reformas, el que, salvadas algunas cuestiones meramente formales, es aprobado en su redacción
definitiva. En la misma sesión la Convención resuelve donar al gobierno de Santa Fe los muebles
y demás objetos que habían sido comprados especialmente para la instalación de la Asamblea.

El 25 de setiembre, leída la Constitución Nacional argentina, concordada de acuerdo con las


reformas introducidas en su texto quedó definitivamente sancionada. Luego de otras con-
sideraciones el presidente dirigió algunas palabras a los señores diputados "agradeciendo el honor
que le habían hecho, y haciendo votos por la felicidad de la patria, declaró terminadas las sesiones
de la Convención"9.

Las reformas sancionadas el 25 de setiembre de 1860 por la Convención Nacional ad hoc, reunida
en la ciudad de Santa Fe son las siguientes:

1) Al artículo 3°: "Las autoridades que ejercen el gobierno federal, residen en la ciudad que se
declare capital de la República por una ley especial del Congreso, previa sesión hecha por una o
más legislaturas provinciales del territorio que haya de federalizarse". Es decir Pasa a que tiene
participación en la designación de la capital el estado nacional y el estado provincial de que se
trate. Esto revaloriza el estado provincial local en la participación que habrá de tener.

2) Al Art. 4°: "suprimir 'de las aduanas', y agregar después de exportación 'hasta 1866, con arreglo
a lo estatuido en el inc. 1° del Art. 64'". Este Art. quedó reformado como lo pidió Bs. As. , en el
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Pacto de San José de Flores, que quería seguir manteniendo los derechos de exportación de la
aduana porque debía pagar los compromisos públicos, por un espacio de 5 años, lo había pedido en
el Acuerdo de San Nicolás que se le diera esta ventaja, un pacto especial, que perduró hasta 1866
que en esta reforma constitucional se dejaron sin efecto los derechos de exportación que no podían
ser aplicados por nadie. Mientras tanto se dejó en vigencia este Art.4.

3) Al Art. 5°: "Suprimir 'gratuita' y 'las Constituciones provinciales serán revisadas por el
Congreso antes de su promulgación'". Se suprime lo de enseñanza gratuita. Pero lo importante fue
que se excluyó la necesidad que había hasta ese momento de que las constituciones provinciales
antes de entrar en vigencia en cada una de las provincias debían ser revisadas como una especie de
control constitucional por parte del Congreso Nacional, este control se hacía para ver si la
constitución local se compadecía con la constitución nacional. Esta fue la única vez que hubo un
control de constitucionalidad de tipo político, siempre después fue a través del poder judicial.

4) Al Art. 6°: "El gobierno federal interviene en el territorio de las provincias para garantir la
forma republicana de gobierno o repeler invasiones exteriores, y a requisición de sus autoridades
constituidas, para sostenerlas o restablecerlas, si hubiesen sido depuestas por la sedición o por
invasión de otra provincia".

5) Al Art. 12: "Agregar al final”: sin que en ningún caso puedan concederse preferencias a un
puerto respecto de otro, por medio de leyes o reglamentos de comercio'".

6) Al Art. 15: "Agregar al final 'y los esclavos que de cualquier modo se introduzcan, quedan
libres por el solo hecho de pisar el territorio de la República'".

7) Al Art. 18: "Suprimir 'las ejecuciones a lanza y cuchillo' y colocar la partícula y después de la
palabra tormento".

8) Al Art. 30: "Suprimir 'pasados diez años desde el día en que la juren los pueblos'".

9) Al Art. 31: "Agregar al final: 'salvo para la provincia de Buenos Aires los tratados ratificados
después del pacto de 11 de noviembre de 1859'".

10) Agregar después del Art. 31 los artículos siguientes con el número que corresponda: "El
Congreso federal no dictará leyes que restrinjan la libertad de imprenta o establezcan sobre ella la
jurisdicción federal". "Las declaraciones, derechos y garantías que enumera la Constitución, no
serán entendidas como negación de otros derechos y garantías no enumerados, pero que nacen del
principio de la soberanía del pueblo y de la forma republicana de gobierno". "Los jueces de las
cortes federales no podrán serlo al mismo tiempo de los tribunales de provincia, ni el servicio
federal, tanto en lo civil como en lo militar, da residencia en la provincia en que se ejerza y que no
sea la del dominio actual del empleado, entendiéndose esto para los efectos de optar a empleos en
la provincia en que accidentalmente se encuentre". "Las denominaciones adoptadas sucesivamente
desde 1810 hasta el presente, a saber: 'Provincias Unidas del Río de la Plata -República Argentina-
Confederación Argentina', serán en adelante nombres oficiales indistintamente, para la designación
del gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras Nación Argentina en la
formación y sanción de las leyes".

“Muy importante fue el agregado del Art.33”, el de los derechos implícitos, aquellos que no están
escritos, pero que son reconocidos a la persona humana con anterioridad al estado, como venían
del derecho antecedente del constitucionalismo inglés. Surgen de la soberanía y la forma
republicana de gobierno, son reconocidos aunque no estén escritos.

11) Al Art. 34: "Suprimir 'por la Capital seis' y poner 'por la provincia de Buenos Aires, doce'".
12) Al Art. 36: "Agregar al final 'y ser natural de la provincia que lo elija o con dos años de
residencia inmediata en ella'". Consolidante del sistema federa, Requisitos y condiciones para ser
diputado, lo mismo establecía el Art. Pertinente para los senadores, porque ocurría que había

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gobernadores que no eran naturales o no tenían dos años de residencia y por lo tanto no estaban
embebidos de la problemática de la provincia a que representaban.
13) Al Art. 41: "Sustituirlo así: 'sólo ella ejerce el derecho de acusar ante el Senado al presidente,
vicepresidente, sus ministros, y a los miembros de la Corte Suprema y demás tribunales inferiores
de la Nación, en las causas de responsabilidad que se intenten contra ellos por mal desempeño de
sus funciones o por delito en el ejercicio de sus funciones; después de haber conocido de ellas y
declarado haber lugar a la formación de causa, por mayoría de dos terceras partes de sus miembros
presentes'".
14) Al Art. 43: "Agregar al final: 'y ser natural de la provincia que lo elige, o con dos años de
residencia inmediata en ella"'.
15) Al Art. 51: suprimirlo totalmente.
16) Al Art. 64: "Reemplazar el inc. 1° en estos términos: 'Legislar sobre aduanas exteriores y
establecer los derechos de importación, los cuales, así como las avaluaciones sobre que recaigan,
serán uniformes en toda la Nación; bien entendido que ésta, así como las demás contribuciones
nacionales, podrán ser satisfechas en la moneda que fuese corriente en las provincias respectivas,
por su justo equivalente. Establecer, igualmente, los derechos de exportación hasta 1866, en cuya
fecha cesarán como impuesto nacional, no pudiendo serlo provincial' ". "Al inc. 9° agregarle al
final: 'sin que puedan suprimirse las aduanas exteriores que existan en cada provincia al tiempo de
su incorporación'".
"Al inc, 11, agregar: 'sin que tales códigos alteren las jurisdicciones locales, correspondiendo su
aplicación a los tribunales federales o provinciales, según que las cosas o personas caye ren bajo
sus respectivas jurisdicciones'; y después de la palabra 'ciudadanía', agregar: 'con sujeción al
principio de la ciudadanía natural, y así como...'". "Al inc. 28 suprimir: 'examinar las
constituciones provinciales y reprobarlas si no estuviesen conformes con los principios y
disposiciones de esta Constitución' -y la partícula 'y' ".
17) Al Art. 83: "Suprimir el inc. 20 y poner en reemplazo del inc. 23, Lo siguiente: 'El presidente
tendrá facultad para llenar las vacantes de los empleos que requieran el acuerdo del Senado y que
ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión, que expirarán al final de la
próxima legislatura'".
18) Al Art. 86: "Suprimirle 'sin previo mandato o consentimiento del presidente de la
Confederación'".
19) Al Art. 91: "Sustituirlo por el siguiente: 'El Poder Judicial de la Nación será ejercido por una
Corte Suprema de Justicia, y por los demás tribunales inferiores que el Congreso estableciere en el
territorio de la Nación'".
20) Al Art. 97, ésta: "suprimir 'de los conflictos entre los diferentes poderes públicos de una
misma provincia, de los recursos de fuerza' y reemplazar la parte final del artículo desde donde
dice: 'entre una provincia y sus propios vecinos, y entre una provincia y un Estado o ciudadano
extranjero', por esto: 'y entre una provincia o sus vecinos contra un Estado o ciudadano extranjero',
y agregar además 'con la reserva hecha en el inc. 11 del Art. 64' después de la frase: 'que versen
sobre puntos regidos por la Constitución'".
21) Al artículo 101, ésta: "Agregar al final 'y el que expresamente se hayan reservado por pactos
especiales al tiempo de su incorporación'".
22) Al artículo 103, ésta: "Suprimir 'y antes de ponerla en ejercicio, la remite al Congreso para su
examen'". "Sala de Sesiones de la Convención Nacional ad hoc en Santa Fe, a 23 de setiembre de
1860".
Otro tema que fue consolidante del sistema federal, y que las provincias aceptaron, es que cuando
se hablaba de quienes iban a ser sujetos a juicio político por parte del congreso nacional, estaban
los gobernadores de provincia, es decir los gobernadores eran acusados y eventualmente
destituidos por el mismo procedimiento y juicio político que tiene el Congreso nacional para las
autoridades federales, es decir debían estar sometidos al gobierno nacional, donde si queremos un
país donde las provincias se dicten su propia constitución, eligen sus propias instituciones, eligen
sus propios gobernantes sin interferencia e ingerencia de nadie, no puede ser que luego apareciera,
el poder central dándole un golpe a la autonomía provincial mediante el juzgamiento a través del
juicio político de sus gobernadores, del poder ejecutivo es decir de la máxima autoridad
administrativa del gobierno local.

"Firman: Valentín Alsina - Domingo Faustino Sarmiento -Francisco de las Carreras - José
Benjamín Gorostiaga - Carlos Bouquet - Marcos Paz - Nicasio Oroño - José María Gutiérrez
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-Uladislao Frías - Antonio del Viso - Antonino Taboada - Lucas González - Plácido S. de
Bustamante - Emilio Castro - Ireneo Pórtela - José Posse - Juan Pujol - Luciano Gorostiaga - Luis
Cáceres - José María Rolón - Tiburcio Fonseca - Juan Francisco Seguí - Luciano Torrent - José
Mármol - Modestino Piza-rfo - Rufino de Elizalde - Dalmacio Vélez Sársfield - Marcelino Freiré -
Wenceslao Paúnero - Carlos Juan Rodríguez - Daniel Videla - Nicanor Albarellos - Francisco
Galíndez - Salvador María del Carril - Benjamín Victorica - Daniel Aráoz - Justi-niano Posse -
Pastor Obligado - Octaviano Navarro - Pedro J. Segura - Casiano J. Goitía - Adolfo Alsina -
Manuel Sola -Mateo Luque - Pascual Echagüe - Bernabé López - Indalecio Chenaut".

Presidente: Mariano Fragueiro, Secretarios: Lucio V. Mansilla y Carlos María Saravia.

Al poco tiempo de sancionadas las reformas los acontecimientos que vendrían harían imposible el
mantenimiento de la paz, hasta rematar en Pavón; pero, la integración nacional estaba ya realizada
bajo la Constitución del 53. La obra está realizada. Esos hechos fueron un accidente más del largo
y penoso proceso de la unión argentina. "El pronunciamiento, Caseros, el Acuerdo -dirá García
Victorica el Congreso Constituyente de Santa Fe, Cepeda, el Pacto de San José de Flores, el Pacto
del 6 de junio y la Convención Reformadora, fueron actos irreversibles de la historia. Si faltara una
prueba de esta afirmación, ahí está Pavón, porque Pavón pudo destruir la fortuna de Urquiza y aun
ser causa de su muerte pero no modificar los hechos. La Nación estaba constituida"10.

El 21 de octubre de 1860 el pueblo de la provincia de Buenos Aires juraba la Constitución de


1853, reformada; y el 10 de noviembre las tropas entrerrianas rendían honores al general Mitre que
llegaba al palacio San José, residencia de Urquiza en Concepción del Uruguay, a retribuir la visita
que el vencedor de Cepeda y el presidente Derqui habían hecho a Buenos Aires durante las fiestas
Julias. Al día siguiente, primer aniversario de la firma del Pacto de San José de Flores, el
gobernador porteño obsequió al general Urquiza su bastón de mando en cuya empuñadura se leía
Gobernador del Estado de Buenos Aires. Al hacerle entrega de tan preciado recuerdo, expresó Mi-
tre: "Ningún Gobernador volverá a usar este bastón que señala la época de la segregación de
Buenos Aires. Gracias a VE. -Dijo, dirigiéndose al caudillo entrerriano- la provincia es ahora parte
integrante de la Nación”.

3)-LA UNIÓN NACIONAL. LOS GRUPOS Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS. LA POLÍTICA


DE DERQUI. MITRE PRESIDENTE: GOBIERNO Y POLÍTICA. REFORMA DE LA
CONSTITUCIÓN DE 1866. SARMIENTO: SU GOBIERNO Y POLÍTICA. POLÍTICA
INTERIOR. MUERTE DE URQUIZA. LA POLÍTICA EDUCATIVA. ELECCIONES DE 1874.
PRESIDENCIA DE AVELLANEDA. ASPECTOS. POLÍTICA EXTERIOR.
FEDERALIZACIÓN DE BUENOS AIRES. SANCIÓN DE LOS CÓDIGOS NACIONALES.

LOS GRUPOS Y LOS PARTIDOS POLÍTICOS.

El origen de nuestros partidos políticos, lo debemos buscar en la lucha entre Unitarios y federales,
especialmente a partir del congreso de 1824 donde se enfrentan en las históricas deliberaciones
ambos partidos, sustentando opuestas ideas de gobierno, doctrinas filosóficas, políticas, sociales y
aún económicas, demostrando una íntima cohesión y un plan definido en el orden de la
organización constitucional del país.
-Durante toda la época de las guerras civiles hasta Caseros perduran estos partidos tradicionales.
Unitarios y Federales.
-Desde 1852 hasta 1862, prosigue el partido federal, que durará hasta 1870;
Y el partido unitario es absorbido por el partido liberal o porteño, Acaudillado por Bartolomé
Mitre.
En 1862, a raíz del grave problema suscitado con la Capital de la república, sufren cambios. Mitre
en su carácter de encargado del ejecutivo nacional, después de Pavón, envía un proyecto de ley al
congreso donde se federaliza por 3 años no sólo la ciudad de Bs. As., sino toda la provincia, esto

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trae la oposición de la legislatura y del pueblo de Bs. As., la llamada ley de compromiso no calma
los ánimos. En la misma ciudad van a convivir ambas autoridades: La nacional y la provincial.
Pero el partido liberal se dividirá como consecuencia de esto, quedando 2 partidos;
-Partido autonomista: sostienen como jefe a Alsina, proclamando los derechos inalienables de la
provincia de Bs. As., su autonomía y su libertad. Fundan el club libertad, Por otro lado,
-Partido liberal o nacionalista. Los adictos a Mitre, proseguirán defendiendo la bandera del partido
liberal. Fundan el club del pueblo.
Con motivo de la sucesión presidencial, próximo a expirar el período de Mitre, los tres partidos,
el federal, el autonomista y el liberal nacionalista, sostienen a sus diversos candidatos, que pugnan
para obtener la presidencia de la república.
-La muerte de Urquiza en 1870 provoca la disolución del partido federal que, hasta las últimas
elecciones, donde triunfó Sarmiento, había proclamado la candidatura de Urquiza para la
presidencia. La desaparición del caudillo deja sin cause y sin orientación a una gran masa electora,
ubicada al margen de toda política porteña. Esto dio origen a que Nicolás Avellaneda, ministro de
Sarmiento nucleando esas fuerzas dispersas, funda el partido Nacional, en miras a las próximas
elecciones para presidente donde fue postulado como candidato. Quedando entonces los siguientes
partidos;

- Partido liberal Nacionalista: Mitre. (Este es el que absorbió el unitarismo)

- Partido Autonomista: Alsina. Surge del acuerdo entre ambos el


- Partido Nacional: Nicolás Avellaneda. Partido Autonomista Nacional.

Las elecciones previas para diputados nacionales revelaron que Avellaneda, era el candidato más
firme para llegar a la primera magistratura del país; pero como el triunfo sobre los mitristas fue por
escaso margen, el hábil tucumano para asegurarse el triunfo en las elecciones presidenciales tenía
que buscar una unión o apoyo. Llegaron a un acuerdo Alsina y Avellaneda, fundando el Partido
Autonomista Nacional. Alsina retiró su candidatura y el nuevo partido obtuvo un resonante triunfo
en todo el país, proclamando la fórmula Avellaneda- Acosta. Los liberales no aceptaron el
resultado de los comicios por considerar que se había ejercido violencia y fraude y pretendieron
sostener sus derechos mediante las armas. La revolución fue sofocada. El clima de insurrección
prosiguió una vez que asumió Avellanada. (Para esta unidad leer hasta acá).
Por una serie de tratativas por llegar a una pacificación se convino en mayo de 1877 la famosa
conciliación aunque temporaria entre el partido autonomista nacional con el liberal o nacionalista.
Esto produjo una escisión dentro del autonomismo que trajo como consecuencia la aparición del
Partido Republicano, donde se alistaron los viejos federales de Bs. As., llevando como candidato
para gobernador de la provincia a Aristóbulo Del Valle.
- La muerte de Adolfo Alsina, en 1877 dio origen a la desunión de los partidos coaligados, pues
Mitre trató de reunir en torno a su persona a autonomistas y liberales, con miras a la futura
presidencia de la república. Próximos al fin de la presidencia de Avellaneda, los partidos
comenzaron a trabajar en pro de las candidaturas:
El gobernador de Bs. As., Carlos Tejedor, levantó la suya, llevando como vice a Saturnino
Laspiur. Frente a esta fórmula, fruto de los partidos aún coaligados y expresión del localismo
Porteño surgió la candidatura de Julio Argentino Roca, sostenida por las provincias del interior.
El triunfo correspondió a Roca,pero el congreso no pudo realizar el escrutinio porque los hombres
de Bs. As., que apoyaban a Tejedor se alzaron contra el gobierno Nacional presidido por
Avellaneda. Trasladado el Congreso y el ejecutivo nacional a Belgrano, comenzaron los combates
entre ambas fuerzas que, dieron como resultado el triunfo del gobierno federal. Superados los
momentos, el congreso solucionó definitivamente el problema de la capital y el 12 de octubre de
1880 fueron proclamados presidente de la república Roca y vice Francisco Madero.

700. La unión definitiva: La unión de todas las provincias bajo un solo texto constitucional no
podía, sin duda, suprimir las profundas diferencias ideológicas y de predominio político,
económico y financiero que se habían delineado durante la separación entre Buenos Aires y la
Confederación. El antiguo problema de poder político venía a replantearse bajo una misma
estructura constitucional. ¿Quién dominaría el gobierno nacional? ¿Las provincias seguirían a
URQUIZA o se volcarían por la conducción porteña? En torno de estos interrogantes se desenvuelve
uno de los capítulos más apasionantes de nuestra historia política.
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-.La elección del doctor SANTIAGO DERQUI como primer presidente de la Confederación
(1860), ya unida bajo una constitución, quien tuvo graves inconvenientes, tuvo que hacerse
cargo de los problemas de San Juan, asesinatos de gobernadores como Aberastin, Virasoro etc.
Complicó, sin duda, el panorama, y aunque no disponía de toda la autoridad efectiva, pues
continuaba aún URQUÍZA dominando muchos aspectos de la conducción política de la
Confederación, aquél bien pronto adoptó una posición de independencia con respecto a su
predecesor y de acercamiento con las autoridades porteñas, URQUIZA también buscó la amistad de
Buenos Aires, y, así, cada uno de los núcleos influyentes — DERQUI, URQUIZA y Buenos Aires—
trataron de obtener el predominio en las restantes provincias

Superada esta primera época de entendimientos entre DERQUI y URQUIZA con los porteños, bien
pronto afloraron nuevamente las divergencias, las disputas, los intereses encontrados, que, en
realidad, nunca habían desaparecido, sólo estaban disimulados. En este momento, la lucha quedó
circunscripta principalmente a Buenos Aires —cuya cabeza notable era ya BARTOLOMÉ MITRE— y
a la influyente personalidad de URQUIZA, en cuyo derredor giraba el partido federal del interior.
DERQUI, entretanto, no tenía la fuerza suficiente para oponerse a cualquiera de ellos.

(Pág. 539) Designa al general Urquiza jefe del ejército y a su yerno Victorica ministro de guerra,
(para frenar el poder de Urquiza) dentro de su gabinete pone gente de corte liberal a Mitre y por
último nombra al general Mitre brigadier de la Nación (era obvio que quería congraciarse con
Mitre), graves problemas empiezan con el asesinato en San Juan, el fusilamiento de Virasoro
y Aberastain (hombre del gabinete de Derqui).

701- Fueron varias las cuestiones que sirvieron de excusa para romper nuevamente la unidad. La
intervención a la provincia de San Juan y el asesinato de su gobernador fueron motivo para que se
lanzaran recíprocas inculpaciones. Pero la batalla principal se libró, tal vez, en torno del dominio
del Congreso Nacional que funcionaba en Paraná, capital de la Confederación desde 1852. Al
inaugurárselas sesiones del cuerpo en 1861, debían incorporarse en el mismo los senadores y
diputados elegidos por Buenos Aires de conformidad a la Constitución jurada el año anterior. Los
diputados bonaerenses habían sido elegidos mediante el sistema electoral vigente en la provincia y
no de acuerdo con la ley nacional. En esa forma también habían procedido las demás provincias
cuando eligieron sus primeros senadores y diputados al Congreso bajo los principios de la
Constitución de 1853, porque entonces no había una ley nacional en la materia. Luego de intensas
gestiones al respecto, la cámara de diputados rechazó a los representantes bonaerenses,
disponiendo que debían efectuarse nuevas elecciones de acuerdo con la ley nacional vigente. Si
bien los senadores porteños fueron aceptados por la cámara respectiva, aquéllos dispusieron no
incorporarse hasta que se resolviera definitivamente la situación de los diputados de Buenos Aires.
Jaquearon y perjudicaron el gobierno de Derqui, los acontecimientos bélicos y los acontecimientos
sangrientos de San Juan, sumado al rechazo de los diputados nacionales de Bs. As., por parte del
Congreso de la Nación, en lo que se refiere a la provincia de Bs. As. Esto ocurrió porque fueron
elegidos por una ley local de la provincia y no por la ley nacional. Esto provocó un choque, que
hizo que se dijera por parte del Congreso nacional a través de una ley, que Bs. As., Había roto el
pacto firmado de San José de Flores, por lo tanto perdía sus derechos otorgados por la
Constitución y que tenía una conducta sediciosa que debía ser reprimida.

El dominio del Congreso fue, pues, definido a favor de URQUIZA, pero a costa de un nuevo
conflicto con Buenos Aires, que quedó nuevamente separada de la Confederación. Como dice
SCOBIE, "el esfuerzo de formar una nación fracasó en el momento de la prueba fundamental: la
admisión de los representantes porteños al Congreso y la verdadera participación de Buenos Aires
en un gobierno nacional... El peligro de una influencia porteña dominante en el Congreso y, por
ende, en el Ejecutivo Nacional había sido evitado".

702. Volvieron otra vez a aglutinarse las fuerzas. El presidente DERQUI se acercó nuevamente a
URQUIZA, distanciándose de Buenos Aires. En esta provincia acentuóse la crítica al gobierno
nacional, ningún acuerdo cabía, pese a las negociaciones entabladas, porque estaba en juego el
control del poder político nacional. Ambos grupos habían tratado de crear situaciones favorables a
sus ideas en las demás provincias. Después del rechazo de los diputados porteños en el Congreso,
estos esfuerzos se redoblaron. La toma de algunos gobiernos provinciales constituyó, así, una
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211
operación necesaria para mantener el poder de la Confederación en las manos de URQUIZA o para
entregarlo a los porteños. En este sentido se advertía una situación diferente con respecto a lo
ocurrido en vísperas de Cepeda. Mientras entonces el apoyo de las provincias al gobierno de la
Confederación era total, en cambio, ahora las simpatías se hallaban divididas, habiéndose formado
en la mayoría de las provincias núcleos de liberales que apoyaban a los porteños, ya sea desde el
propio gobierno local o desde la oposición. Estos núcleos recibieron el constante estímulo e
incluso ayuda financiera de Buenos Aires.

Desde el punto de vista financiero tampoco se mantenía el cuadro de las vísperas de Cepeda. El
estado financiero de la Confederación se había agravado, no contaba con el crédito y las rentas
provinciales de Entre Ríos, y tampoco recibía de Buenos Aires la pactada subvención (§ 716). Esta
provincia, en cambio, se hallaba en condiciones de proveer a nuevos arreglos financieros para
movilizarse militarmente y aun ayudar a los gobiernos del interior que le eran adictos (§§719-720).

703. Pese a las nuevas disidencias entre DERQUI y URQUIZA, bien pronto la Confederación adoptó
la decisión de reincorporar a Buenos Aires por la fuerza si era preciso. Designado URQUIZA como
jefe del ejército, trató reiteradamente de acordar una solución pacífica, pero la intransigencia de
ambos bandos lo llevó, lo mismo que dos años antes, a enfrentar al ejército porteño, al mando de
MITRE. La batalla se libró en los campos de Pavón el 17 de setiembre de 1861, y esta vez fue
URQUIZA el que, ante el giro del combate, se retiró, manteniendo intactos los batallones
entrerrianos, que constituían la reserva del ejército, logrando el triunfo Mitre quien posteriormente,
asumirá como gobernante, ante la renuncia de Derqui por falta de apoyo militar, civil y político
por parte de Pedernera su vice.

Fue preciso completar el resultado de la batalla con negociaciones entre MITRE, el vencedor y jefe
del partido liberal porteño, y URQUIZA, como cabeza del partido federal. Luego de largas
tramitaciones, la situación se resolvió al declararse en receso el Ejecutivo nacional y quedar
reducido a Entre Ríos el poder de URQUIZA. De esta manera, MITRE pudo llevar a cabo sus planes
de reorganización nacional bajo la égida porteña.

Dicen, que hubo arreglo entre Urquiza y Mitre, todos los jefes de la Confederación le piden a
Urquiza que se vuelva a poner al frente del ejército pero Urquiza se mantiene aislado, hasta el
presidente Derqui, está desilusionado por la actuación de Urquiza. Derqui decide renunciar a la
presidencia de la Nación, ante esto las provincias van delegando en el gobernador de la pcia. De
Bs. As. (Mitre) facultades para que ejerza el poder ejecutivo de la Nación, aunque no estén de
acuerdo con la política de Mitre, es por eso que Mitre decide lograr la Unidad Nacional. Como sea
según algunos historiadores, Urquiza se echó atrás en Pavón, porque descubría que Derqui lo
traicionaba otra que tanto Mitre como Urquiza pertenecían a una misma Logia, La Gran Logia, lo
más probable es que la formación del gabinete de Derqui, no aceptado por Urquiza. (Orientación
liberal Nacional).
Buenos Aires demostró, en todo este proceso, una actitud contradictoria. En tanto pretendió
afirmar vehementemente su posición localista, reservando sus instituciones y sus fuentes de
recursos, que sólo por la fuerza entregó a la Confederación, no pudo ocultar, por otro lado, un
irrefrenable afán hegemónico, que la llevó a exigir una posición rectora frente a las demás
provincias. Buenos Aires disfrazó sus pretensiones de rectoría nacional bajo el manto de los
principios liberales en boga en Europa, que era imprescindible aplicar a nuestro país y que
únicamente sus hombres, cultos y refinados, podían lograr. Pero sancionada la Constitución de
1855 por los hombres del interior, sin el concurso de los porteños, no era posible ya —dice FERNS
— querellar sobre principios liberales; sólo quedaba una desnuda lucha por el poder. En esa lucha
terrible, Buenos Aires contó con una aliada poderosa, su aduana, fuente de inagotables recursos y
llave fundamental de la economía argentina, y su inmenso poder se impuso por fin en Pavón.
Cuando renuncia Santiago Derqui, en noviembre de 1861, asume el vice, Pedernera, por la
necesidad que existe, pero declara en receso el poder Ejecutivo, por falta de apoyo, militar, civil y
político. A todo esto Mitre se había hecho fuerte y toma de facto el poder debido a que Pedernera
no se hace cargo.

704. Gobierno de Mitre: Asunción por primera vez en la república, por un gobierno de Facto
como fue la primera participación de Bartolomé Mitre en el ejecutivo Nacional, posteriormente al
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dictado de la Constitución argentina. Comienza el primer rompimiento de la Constitución, en
cuanto a la continuidad que tiene que tener el gobierno elegido directamente por el pueblo.
Azuzado, quizás por algunos allegados acoitos que tenía en aquel tiempo Mitre, incluso le pidieron
que anexara parte del territorio de Santa Fe a Bs. As., y lo más serio que declarara caduca la
Constitución Nacional. Menos mal que Mitre no hizo esto. Otro tema importante es que cuando
Mitre asume el gobierno de Facto, hay un pronunciamiento de la Corte, en el caso Baldomero
Martínez versus Otero, donde la corte convalida el golpe de estado de ese año, la corte dice entre
otros argumentos: primero por el derecho de la revolución triunfante, segundo por el hecho
consumado y tercero por el consentimiento unánime que había tenido la sociedad lo cual
justificaba el gobierno de hecho. Por lo tanto primer golpe de estado o primera asunción de un
gobierno de facto convalidado por el poder judicial por una corte de justicia.
-Ya al mando del poder ejecutivo Nacional, el general Mitre convoca a elecciones Constituyentes,
el resultado, es elegido presidente en 1862, Bartolomé Mitre, ya elegido legalmente como
gobierno constitucional, y su objetivo lograr la Unidad Nacional, aunque tenga que usar
fuertemente su autoridad (militarmente) interviene provincias, en todas las provincias hay gente de
tendencia liberal, solamente respeta la provincia de Entre Ríos y a su gobernador Urquiza, (Mitre
amplio el trato).
El primer problema a solucionar: la cuestión Capital: por la posición geográfica, estratégica del
puerto de Bs. As. Era el único sitio lógico para ser la capital de la República pero el pueblo de la
provincia de Buenos Aires se oponía a que su ciudad sea declarada capital, querían que San
Nicolás y Pavón fueran los sitios elegidos para ser capital (U. Alsina) mientras se resuelva las
autoridades nacionales quedarían provisoriamente en Bs. As. (1862), quedando esta federalizada,
“ley de compromiso” esto era 5 años cada vez que se cumplía los 5 años se prorrogaba esto se
termina cuando 1880 (Roca) declaró a Bs. As. Capital de la república, mejor dicho al municipio de
la ciudad de Bs. As. Y dos años más tarde Dardo Rocha a la ciudad de La Plata como capital de la
provincia de Bs. As.

Logrado el triunfo, MITRE debió vencer una tendencia interna de su partido, que pretendía la
sustitución de la Constitución del 1853, reformada en 1860, o bien la separación radical de Buenos
Aires del resto de las provincias. En esta ocasión MITRE supo anteponer los intereses nacionales
sobre las pretensiones localistas, y de esta forma reorganizó la Nación, teniendo como centro a
Buenos Aires,

Para ello fue necesario destacar fuerzas militares a fin de volcar a favor del Mitrismo las
situaciones provinciales, o bien emprender negociaciones con algunos caudillos que, corno
URQUIZA, o los TABOADA, en Santiago del Estero, se avinieron a la organización nacional que
proyectaba el vencedor de Pavón.

Luego de esta tarea de consolidación del poder, las provincias, empezando por Córdoba,
reasumieron la soberanía interior y exterior, delegada en los poderes nacionales por haber estos
caducado "de hecho y de derecho", y autorizaron al general MITRE para convocar al nuevo
Congreso Nacional de conformidad a la Constitución, otorgándole mientras tanto algunas
provincias las facultades del Poder Ejecutivo Nacional, y otras, sólo las relaciones exteriores. Estas
nuevas delegaciones provinciales fueron otorgadas por las respectivas legislaturas entre fines de
1861 y los primeros meses de 1862. En mayo de este año se reunió finalmente el Congreso
nacional, y en octubre fue elegido MITRE como presidente de la Nación unificada. De esta manera,
luego del laborioso proceso que acabamos de estudiar, se alcanzó, al cabo de una década, la unión
efectiva de todas las provincias, bajo la vigencia de una Constitución general. Para llegar a ello
había sido preciso que el poder nacional volviese a Buenos Aires.
Presidencia de Mitre.- 1862
En vísperas de ser consagrado Presidente, Mitre presento el proyecto de Buenos Aires Capital de
la Republica, auspiciado por la federación de la provincia. La ley fue aprobada por el congreso
nacional, pero no por la legislatura bonaerense. Esto fue a causa de que la mayoría de los porteños
seguían en contra de la federalización de la provincia. La situación se calmo momentáneamente
con la ley de compromiso, por el cual las autoridades nacionales podía residir en buenos aires
hasta que se fijase la capital definitiva de la republica.
En torno a este asunto, se marcaron dos tendencias políticas: La nacionalista o Mitrista (llamados
“cocidos”), y la Autonomista con Alsina al frente (Llamados “Crudos”).
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Los nacionalistas aspiraban a continuar la política de Pavón, con una apertura nacional en cambio
la autonomista expresaba la supremacía de Buenos Aires.
Obra de Gobierno.-
Se estableció el poder judicial. Se inicio una nueva era codificada y el poder ejecutivo encargo
redactar los proyectos de código civil, penal y de minería. El Dr. Vélez Sarfield fue designado para
redactar el Código Civil, el cual entro en vigor el primero de enero de 1871.
El código de comercio redactado por Vélez Sarfield y Eduardo Acevedo por encargo de Buenos
Aires cuando estaba separado de la confederación fue nacionalizado.
Se dicto la ley de octubre de 1862 en la cual se declaraba que todos los territorios existentes fuera
de los límites de la provincia eran nacionales.
Mitre auspicio una política económica basada en la libertad y fomento del comercio y en la
supresión de las trabas a la introducción de las exportaciones.
Con respecto a las obras públicas se destaco la acción adoptada a favor de la instalación de líneas
ferroviarias, con el aporte de capitales ingleses.
En las relaciones exteriores, España reconoció la independencia argentina, considerando españoles
a los hijos de los residentes de esa nacionalidad.
Otro hecho importante fue la guerra con paraguay que estallo en 1865 y duro cinco años. El
tratado de la triple alianza celebrado entre argentina brasil y Uruguay, confió al general mitre el
mando del ejercito alineado y la presidencia fue asumida por el vicepresidente Marcos Paz.
En el interior del país la guerra era impopular y las provincias no solo no brindaron su apoyo, sino
además tuvieron movimiento de federales que se alzaron contra Mitre. La mayoría de estos
alzamientos fueron sometidos.
En 1862 se nacionalizo la aduana y un año después se sanciono la ley de aduanas, creada por
Vélez Sarfield, a través de la cual se advirtió un gran incremento de las rentas nacionales.
El banco de la provincia de Buenos Aires fue organizado sobre la emisión monetaria y se propicio
la creación de bancos en varias provincias. Con el nombre de Colegios Nacionales se crearon
establecimientos educacionales en varias provincias con un plan de estudio de 5 años.
Video: su gobierno se caracteriza por, lo más importante;
-la guerra con el Paraguay, mediante la firma del tratado de la triple Alianza, con Uruguay y
Brasil.
-la reforma de 1866, cuando se reforman los Art.4 y Art. 67 inc.1, que habían sido aceptados en
forma temporaria por la propuesta de Bs. As., en 1860.
-Integró la corte de Justicia del punto de vista institucional lo cual es muy importante, no la creó
como dicen algunos, sino que ya estaba en la constitución que iba a haber una corte lo que hace es
integrarla en 1863, organizando el poder judicial de la Nación.
- Sancionó leyes muy importantes como; la reglamentación Penal Federal ley 49, la famosa ley 48
que prevee toda la posibilidad de vía de llegar hasta la corte por el recurso extraordinario.
-comenzó la redacción de los códigos Civil con Vélez Sarsfield, encargando en 1863 un proyecto,
y el penal con Carlos Tejedor.

Mitre necesitaba solucionar en forma imperiosa el problema de la capitalización, pero no logró que
el Congreso Nacional resolviese la situación; en cambio, sí consiguió que se aprobase la llamada
Ley de Compromiso (1862), instrumento legal que le permitía a las autoridades' nacionales
establecer su poder en forma provisoria en la ciudad de Buenos Aires por el lapso de cinco años,
hasta que el Poder Legislativo pusiera término a la conflictiva situación, lo que recién sucedería en
1880.

En política exterior, se produjeron dos sucesos de gran importancia: por un lado, España reconoció
nuestra independencia; y, por otro, en 1865 se inició la impopular Guerra del Paraguay, en la
cual la Argentina, Uruguay y Brasil -la Triple Alianza- combatieron contra el Paraguay. La causa
del conflicto bélico fue la intromisión del presidente paraguayo, general Francisco Solano López,
en el conflicto que mantenía el Brasil con el Uruguay, debido a que los brasileños habían invadido
a este país en octubre de 1864. Solano López elevó su protesta ante taL avasallamiento; el Brasil
bombardeó y ocupó la localidad uruguaya de Paysandú y le declaró la guerra al Paraguay. Fue
entonces que Solano' López movilizó sus fuerzas, penetró en territorio argentino y desembarcó en
la ciudad de Corrientes, cuestión que terminó por involucrar a la Argentina en la guerra; tiempo
después, los paraguayos ocupaban las localidades de Uruguay ana (actual Brasil) y Paso de los
Libres (provincia de Corrientes). Pero pronto sobrevinieron los triunfos aliados (Tuyutí Curuzú,
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Humaitá y Avaí) y, por consiguiente, la retirada de las tropas paraguayas a su propio territorio. La
lucha fue desigual y, finalmente, se produjo el triunfo de la Triple Alianza. El 1º de mayo de 1870,
una avanzada brasileña mató a Francisco Solano López en Cerro-Corá. La guerra había terminado,
se había prolongado por casi cinco años consumiendo muchas vidas en ambos bandos, pero
particularmente en el paraguayo ya que, al final de la misma, el Paraguay había perdido tres
cuartas partes de su población. Mitre, que había tenido que ausentarse del país para conducir las
operaciones militares, dejando a cargo al vicepresidente Marcos Paz, tuvo que regresar a
principios de 1868 para solucionar algunos problemas que se le plantearon a su gobierno.

Reforma Constitucional de 1866. El congreso declaró en 1866 la convocación de una


Convención Nacional para reformar la constitución, se realiza en Santa Fe, con el objetivo de
reformar el artículo 4º y 67º de la Constitución Nacional. Reunidos los convencionales, por 22
votos contra 19 quedó aprobado el proyecto de la siguiente manera: Art. 4º en la parte que limita la
facultad de imponer derechos de exportación, el resultado es: se suprime y se modificó el Art. 4º y
ahora dice que el gobierno federal provee a los gastos de la Nación con los fondos del tesoro
nacional, formado por lo recaudado de los derechos de importación y exportación, ventas de tierras
de propiedad Nacional; de la renta de correos. En el Art. 67º suprímase la parte final del inciso 1º
quedando este como sigue: legislar sobre aduanas exteriores, establecer los derechos de
importación, siendo estas uniformes en toda la Nación.

Sarmiento y Avellaneda. Consolidación de la organización

En 1868, fue elegido presidente Domingo Faustino Sarmiento, quien trató de seguir la línea dura
de su antecesor para con el interior, buscando afianzar la autoridad nacional por sobre las
provinciales, teniendo que sofocar el levantamiento federal de Ricardo López Jordán en Entre
Ríos, suceso que se desató con el asesinato de Urquiza (11 de abril de 1870).
Como es de imaginar, la obra sobresaliente de Sarmiento se ubica en el campo educativo, afirmó
que había que "educar al Soberano", esto es, al pueblo, por lo que sentó las bases de la instrucción
pública, con dos o tres principios que eran los que para el debían guiar el desarrollo de la actividad
educacional: primero la instrucción para obtener las ventajas sociales, segundo enseñar lo mismo a
todos para que todos sean iguales, las escuelas son la democracia con lo cual era importante
generar la formación y fundación de escuelas, cuando asumió en 1868 había 30.000 alumnos en
las aulas y cuando se fue en 1874 había 100.000, logró que se sancionase la Ley de Bibliotecas
Populares (1870), fundó las primeras escuelas normales, de donde saldrían los primeros maestros,
construyó unas ochocientas escuelas primarias, triplicando el número de estudiantes, y llegó hasta
importar maestras norteamericanas para elevar el nivel educativo, decisión que fue duramente
criticada. Asimismo, fundó el Colegio Militar y la Escuela Naval para profesionalizar a nuestros
militares.
Sarmiento 1868-1872, tuvo la oposición tanto de Mitristas (partido liberal Nacionalista) como los
del partido de Alsina (autonomistas).
Sarmiento nombra como ministro de instrucción pública a Avellaneda, quien logra tener el apoyo
de fuerzas provinciales, que después del asesinato de Urquiza (partido federal) había quedado sin
líder, formado el partido Nacional Alsina adhirió a este plan y se formó el partido, Partido
autonomista Nacional (P.A.N) (1874), por acuerdo entre Alsina y Avellaneda.
En 1870 es asesinado el general Urquiza en palacio San José (Paraná) Entre Ríos, por sus mismos
colaboradores son los que lo matan porque no podían verlo arrodillado a pos pies de Buenos Aires,
“es preferible verlo muerto que humillado”. El vacío dejado por el caudillo Urquiza provocó la
ruptura del partido federal que el había sido el líder, queda una gran parte de la población sin
conducción política, alejada de los porteños, esto es aprovechado por Avellaneda, (ministro de
Sarmiento) hombre del interior que logra nuclear esta fuerza y funda el partido Autonomista
Nacional.
Política Educativa: Mitre en su presidencia comienza a dar impulso a la educación pero
Sarmiento (1868-1874) es quien realmente se ocupa de la educación se basó en la educación
popular, que consideró la base de la democracia, toma la idea pedagógica de Francia y EE.UU., las
dos prioridades: Instrucción primaria y la formación de maestros capacitados para impartir
educación. La mayor parte de las escuelas estaban en la Pcia. De Buenos Aires, por eso Sarmiento
creó escuelas en todas las provincias, había pcias. Como La Rioja que no tenía ninguna escuela, el
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analfabetismo era muy grande solamente el 20% de los niños iban a la escuela. Creó las escuelas
Normales en Paraná y Tucumán se iniciaron los estudios magisterios regular y perdurable en
nuestro país. Creó más colegios Nacionales en todo el país. El plan de estudio duraba alrededor de
5 años y el título de bachiller. Volvió a poner en marcha el departamento de ciencias exactas. La
instrucción secundaria y universitaria (la primaria ya estaba), era gratuita y accesible para todos
los habitantes. Se crearon 5 universidades o facultades. Suprimió los estudios teológicos. Se
amplió en la facultad de derecho se agregó derecho Constitucional.
Política Educativa de Sarmiento.-
-En seis años se crearon 800 escuelas.
-Con el fin de estimular la educación se otorgaron premios a las provincias que demostraran
mayores esfuerzos en este rubro.
-Cuando Sarmiento asumió, la 4ta., o 5ta., parte de la población argentina era analfabeta.
-Como el país carecía de maestros, sarmiento creo las escuelas normales para formarlas se trajeron
maestras norteamericanas para instruir por lo que la educación primaria paso a ser una
especialidad y la mujer se integro a esta labor.
-Se continúo con la creación de las escuelas nacionales y en san Juan y Catamarca se creo la
carrera de ingeniero en minas.
-Se fundo en 1870 el colegio militar de la nación y en 1872 la escuela naval militar.
-Se fundo el observatorio astronómico de Córdoba, la facultad de ciencias físicas y matemáticas, y
la academia de ciencias en la misma provincia.
-En 1870 se promulgo la ley de bibliotecas populares y 4 años mas tarde había 140 funcionando en
el país.
-Hizo el primer censo Nacional, aproximadamente 1.800.000 habitantes.
-Se preocupó por la poca cantidad de gente que participaba en las elecciones, sobre 200.000
habitantes votaban 5.000.
-Se dictaron los códigos militar y Civil, el 1º de enero de 1871.
Política Interior.-
Durante esta presidencia se dio un gran impulso a la red ferroviaria y a la red telegráfica nacional e
internacional ya que las líneas telegráficas intercomunicaron el país con Europa.
Se favoreció la inmigración y en 1869 se realizo el primer censo nacional. En 1871 se creo el
departamento de agricultura precursor del ministerio de agricultura.
En 1870 se puso en vigencia el código civil, se incremento el cultivo de trigo y en 1871 Sarmiento
inauguro la exposición nacional de Córdoba en la cual se exhibían muestras de la producción
agropecuaria e industrial de todo el país.
En el orden internacional, estuvo el problema de límites con chile, que había desconocido el
tratado de 1856, y la mala práctica que tuvo el gobierno de Sarmiento de afectar el federalismo,
porque sustituyó a gobernadores que no le eran adictos, subordinó a las provincias, y contradijo el
principio federal que el mismo había sostenido en la reforma de 1860, lo cual hubo una gran
contradicción entre lo que se dice y lo que se hace. En esta presidencia se concluyó la sangrienta
guerra contra el Paraguay, de la que saldría beneficiado el Brasil mediante la efectiva ocupación de
territorios, en tanto que nuestro país iría a un arbitraje internacional del presidente de los Estados
Unidos, Rutherford Hayes, quien fallaría en favor del Paraguay, fijando el límite en el río
Pilcomayo.
Muerte de Urquiza.-
Sarmiento y Urquiza se mostraron dispuestos a un acercamiento y en 1870 el presidente visito a
Urquiza en su estancia, el acuerdo de ellos despertó recelos en Entre Ríos y Urquiza recibió
amenazas.
Meses mas tarde una banda que respondía a Ricardo López Jordán asalto la residencia de Urquiza
y lo mataron junto a sus dos hijos.
A los tres días del asesinato, la legislatura entrerriana Eligio a López Jordán como gobernador.
Sarmiento indignado movilizo el ejercito Nacional que logro vencer la resistencia Entrerriana.
En 1873 y 1876 López Jordán intento nuevamente alzarse contra las autoridades nacionales pero
estos lo derrotaron completamente.

Elecciones de 1874. Sarmiento termina su período en 1874. Se enfrentaron por el partido


autonomista Nacional (P.A.N) a Avellaneda y por el partido Nacionalista Mitre, ganó Avellaneda
(1874-1880). Los seguidores de Mitre denunciaron fraude pero fueron derrotados por el general
Roca, fiel a Avellaneda, que junto con el llegó al poder la liga de gobernadores, formado por los

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de las provincias del interior que enfrentan al poder porteño, Avellaneda al hacer la alianza con
Alsina se aseguro el triunfo (P.A.N.).
Avellaneda quiso unificar y terminar con la operación de Mitre por eso, con la ayuda del gobierno
de Buenos Aires Carlos Casares realiza una política de CONCILIACION, así varios ministros son
de la línea de Mitre, al morir Alsina (autonomista) hace que parte de este sector se aleje del P.A.N.
y comience a formarse el partido Republicano con la integración de viejos federales que llevaron
como candidato para gobierno de la pcia. De Bs. As. A Aristóbulo Del valle. (Falta política
exterior con el Paraguay sigue al final Pág. 692.)

En 1874 asumió la presidencia el abogado Nicolás Avellaneda , Asume con enormes problemas,
para tratar de conciliar y consolidar la conciliación, y se encara la campaña del desierto siendo
ministro Roca, porque tenían algunos argumentos como que había que extender el territorio para
poblar, había que civilizar, había que integrar los territorios nacionales, y había que promover la
producción agrícola-ganadera.

Tuvo que solucionar una revolución encabezada por Mitre, ya que éste, que se había presentado
como candidato presidencial, desconoció el triunfo electoral de aquél. Vencida la revolución,
Avellaneda aplicó una política de conciliación: logró la sanción de una ley de amnistía y nombró
en funciones públicas a hombres provenientes de distintas corrientes políticas, incluso de la
oposición.

Avellaneda tuvo que enfrentar una dura crisis económica cuyas causas fueron de orden mundial,
dada la baja de precios de los productos agrícolas tradicionalmente producidos por la Argentina, y
de orden local, ya que se produjo un alza de precios en virtud de la enorme cantidad de moneda y
billetes que estaban circulando, la salida de oro por excesivas importaciones (ya que éstas se
pagaban en dicho metal), y todo esto en medio de la inestabilidad política. Pero Avellaneda tomó
una serie de medidas muy duras: redujo el gasto público (rebaja de sueldos, despidos en la
administración pública, reducción de importaciones) y suspendió la convertibilidad (en oro) del
papel moneda, medidas que juntamente con muy buenas cosechas y favorables exportaciones
condujeron a la estabilidad económica.

Por entonces, el gobierno, a través de su ministro de Guerra, Adolfo Alsina, impulsó una campaña
al desierto para avanzar la línea de frontera hacia el sur de la provincia de Buenos Aires (Puán,
Carhué, Guarnirá, Trenque Lauquen). Es importante señalar que ya en la presidencia de *
Sarmiento, el ejército de línea había iniciado su modernización mediante la j adquisición de
equipamiento militar adecuado a los tiempos que corrían, entre el que se encontraba la dotación
del fusil de retrocarga Remington y del revólver, en sustitución de los fusiles y carabinas de
chispa. *
La idea de Alsina era levantar poblados y fortines, tender una línea telegráfica y cavar un gran foso
que uniera las poblaciones con el fin de que los aborígenes no pudieran llevarse consigo el ganado
capturado. Lamentablemente, cuando este proyecto estaba en vías de ejecución, ya que entre 1876
y 1877 se había concretado la ocupación efectiva de la línea prefijada, se produjo la muerte de
Adolfo Alsina. Su reemplazante fue el joven general Julio Argentino Roca, quien aplicó su plan de
combatir a los aborígenes en sus propias bases y tolderías a través de una guerra ofensiva, continua
y sistemática. Entre 1878 y 1879 se llevaron a cabo dos campañas que hicieron muy popular a
Roca y que lograron el objetivo de ganar tierras, las que se aprovecharían para acentuar la
producción agrícolo-ganadera y la inserción de la Argentina en la economía mundial como país
exportador de productos primarios. Sin embargo, el precio pagado fue, quizás, muy alto: la
desaparición de miles de aborígenes, el extrañamiento de otros tantos y la pérdida de identidad
cultural.

Finalmente, otro hecho de importancia, y que cierra este ciclo histórico, se produjo al final de la
presidencia de Avellaneda, cuando éste envió al Congreso el proyecto de federalización de la
ciudad de Buenos Aires. En oposición al proyecto, el gobernador de Buenos Aires, Carlos
Tejedor, se alzó contra las autoridades nacionales en medio de las elecciones para presidente, las
que dieron como ganador a la fórmula Roca-Madero. Mientras tanto, por seguridad, el Congreso
se trasladó a Belgrano y el Ejército leal venció a la Guardia Nacional bonaerense en los combates
de Corrales y Puente Alsina, Roca dominó la situación y la ley que declaró a Buenos Aires capital
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federal fue finalmente sancionada el 20 de septiembre de 1880. Esta ley, además de establecer la
capitalización, dispuso que todos los establecimientos públicos pasaran a jurisdicción de la
Nación, en tanto que el Banco de la Provincia de Buenos Aires, el Banco Hipotecario y el Monte
de Piedad siguiesen bajo jurisdicción de la provincia. En cuanto al gobierno provincial, se acordó
que éste continuaría funcionando en la ciudad de Buenos Aires hasta tanto se produjese el traslado
a la nueva capital bonaerense, esto es, a la ciudad de La Plata, fundada en 1884.

Presidencia de Avellaneda.-
La presidencia de avellaneda cierra un ciclo histórico a través del cual se vislumbra la misma
tradición política y las mismas preocupaciones en lo económico y cultural.
Los problemas internos habrán determinado la economía nacional por lo que el presidente
comenzó a reducir considerablemente el presupuesto, los sueldos de la administración publica
bajaron un 15% y un alto numero de empleados fue dado de baja.
A pesar de que las erogaciones de la deuda externa constituían una carga casi imposible de
solventar, fue pagada puntualmente. La crisis cedió y el país empezó a recoger frutos del esfuerzo
nacional.
El incremento de la exportación cerealera produjo un excedente de trigo iniciándose la exportación
hacia Europa.
Otro acontecimiento más importante aun fue la exportación de carne con los primeros lotes de
carne enfriada. En 1876 llego a Buenos Aires un transporte con un sistema que mantenía la carne a
0° un año después arribo otro barco equipado según una nueva técnica que conservaba la carne a
30° c., lo cual aseguraba el mejor resultado de la conservación.
En materia ferroviaria se continúo el ritmo iniciado en las presidencias anteriores. Se creo el
departamento general de inmigraciones.
En 1884 como consecuencia de la conquista del desierto se promulgo una ley de premios militares
por el cual se repartía la tierra publica entre los soldados que actuaron en la lucha contra el indio.
Con respecto a la política interna, avellaneda se dispuso a conseguir la conciliación nacional, a tal
fin propuso la amnistía de los revolucionarios del 74, lo cual derivo en el acercamiento de los
Mitrista.
El presidente logro que tanto Alsina como Mitre, irreconciliables adversarios realizaran una
política de conciliación. Un sector del entorno mismo encabezado por Aristóbulo del Valle y
Leandro N. Alem no acepto la conciliación y fundo el partido republicano. El oficialismo por su
parte formó el partido autonomista nacional (PAN) y uno de sus miembros Carlos Tejedor ocupo
el gobierno de Buenos Aires.
Otro tema importante los problemas limítrofes, teníamos problemas con casi todos los países
vecinos, con Paraguay que lo sometimos al lado habitual del presidente de los Estados Unidos,
salió favorable al Paraguay, problemas con Chile y Bolivia, había desconocido el tratado de 1859
por el cual se nos reconocía los derechos sobre el territorios de lo que sería Tarija y Bolivia quería
tomar algunos otros territorios como Mojito, Chicha, chiquitos y demás.
Teníamos problemas con Uruguay por la jurisdicción del Río de la Plata, problemas con Brasil por
la frontera con Misiones, y con Chile se trataron de encausar las relaciones a través de los tratados
Sarratea Fierro, Gualmaceda Montes de oca, los que no fueron ratificados. Muy Importante fue en
esta época la doctrina de Irigoyen, que luego fue tomada y desarrollada por Carlos Calvo, cuando
Santa Fe, le aplicó una sanción a la sucursal Rosario del Banco de3 Londres. Motivo por el cual
los Ingleses se creían con derecho a hacer una especie de repudio a esto mediante el empleo de la
fuerza. La doctrina de Irigoyen estableció que no podía a hacer esto fundamentando que debía
regir por la ley de personas particulares, y solucionar por la corte. Con Avellaneda llega también
la federalización de la capital federal.
Federalización de Buenos Aires.-
La finalización de periodo presidencial y el surgimiento de candidatos revelo la fragilidad de la
conciliación, avellaneda se inclinaba por su ministro Julio Argentino Roca, en tanto que los
Mitristas y Alpinistas alzaron el Nombre de Carlos Tejedor.
Las discordias políticas llegaron a un punto crítico cuando nuevamente se agito el problema de la
capitalización de Buenos Aires, sostenido por el presidente y tenazmente combatida por los
porteños.
El gobierno bonaerense comenzó a realizar movilizaciones militares y el gobierno nacional
consiguió una ley que prohibió a las provincias la movilización de sus milicias. Buenos Aires no
tomo en cuenta esta ley y Avellaneda ordeno la concentración del ejército nacional que sitio a la
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ciudad de Buenos Aires. El desenlace fueron varios combates muy sangrientos que termino con la
derrota de los porteños.
Reunido el congreso nacional disolvió la legislatura bonaerense. Avellaneda presenta el proyecto
de ley por el cual se declaraba a la ciudad de Buenos Aires capital de la republica. Un mes después
el congreso aprobó la ley y la legislatura porteña lo ratificó después.
(Video)
-El tema de la Capital federal nos viene de 1827, con el intento de Rivadavia, de capitalizar a la
ciudad de Bs. As., como capital de los Argentinos, oposición del general Las Heras y por lo tanto
el fracaso de esta posibilidad.
-En 1852, Urquiza a través del acuerdo de San Nicolás intenta y fracasa por no tener el apoyo
Porteño.
-1853, la constitución establece que la capital de la república Argentina habrá de ser Bs. As., esto
provoca el rechazo total de Bs. As., y la necesidad de rever esta norma en la reforma de 1860.
-En 1853, las autoridades residieron en Paraná por todos estos conflictos, allí se federalizó la
provincia completa en 1853 y en 1858 solamente la ciudad capital de Paraná.
-En 1860 se reforma la constitución Nacional, y se establece que una ley del congreso habrá de
dictar y determinar la capital de los Argentinos.
-Antes de Mitre con la ley 19, ley de compromiso o residencia, donde decía que conviven durante
5 años las autoridades de la república Argentina
-En 1868 se propuso que fuera Rosario la capital, la vetó Mitre.
-En 1871, se propuso que fuera una Ciudad a las márgenes del Río Tercero, “Villa María”,
-En 1873, se intentó que fuera nuevamente Rosario, también intento para que fuera San Fernando,
un proyecto de Mitre para que Fuera San Nicolás y parte de Pavón. Desde Rivadavia Hasta que
llega el momento en 1880, había hecho gran cantidad de intentos, de los más variados, otro intento
fue en un pueblo Llamado Fraile Muerto.
En 1880 se llega a la definición de la capitalización de la capital Argentina con la ley 1029, que
establece la capital en la ciudad de Bs. As., previo a esto hubo problemas, en el mismo año que
determinaron que estuviera provisoriamente la capital en Belgrano, por graves disturbios en Plaza
Constitución, Olivera, Los Corrales, Puente Alsina y demás.
Sanción de los Códigos nacionales.
785. Al dictarse la Constitución de 1853 se encontraba aún vigente en nuestro país la antigua
legislación castellana, modificada por algunas leyes patrias (§ 533) 7 muchas de ellas sancionadas
por las provincias después de 1820. Se consideró entonces como una necesidad no sólo dictar
códigos modernos (§§ 534-535), sino también dar a éstos carácter nacional, pues, según ALBERDI,
"el país que tuviese tantos códigos civiles, comerciales y penales como provincias no sería un
Estado, ni federal ni unitario. Sería un caos".
La Constitución Nacional incluyó pues, entre las atribuciones del Poder Legislativo, la de "dictar
los códigos civil, comercial, penal y de minería", así como leyes generales sobre ciudadanía y
naturalización, bancarrota, falsificación de moneda y documentos públicos del Estado, y juicio por
jurados (Art. 67).
Pero ya se había adelantado a esta disposición el decreto del 24 de agosto de 1852, suscripto por el
director provisorio Urquiza, creando la comisión encargada de preparar los códigos civil, penal,
comercial y de procedimientos. Los acontecimientos subsiguientes, entre ellos, la revolución de
setiembre (§ 692), aplazaron el cumplimiento del decreto. Una ley del 30 de noviembre de 1854
encomendó al Poder Ejecutivo el nombramiento de una comisión para redactar los códigos, pero la
tentativa corrió igual suerte que la anterior.
786. Entretanto, en Buenos Aires, separada de la Confederación (§ 695), empezó a renovarse la
campaña en favor de la codificación. En 1856, los doctores Eduardo Acevedo y Dalmacio Velez
Sarsfield se dedicaron a la redacción de un proyecto de código de comercio, que fue presentado al
año siguiente al Poder Ejecutivo y que se convirtió en ley para el Estado de Buenos Aires, el 7 de
octubre de 1859. En 1857 también se había encomendado a los doctores Marcelo gamboa y
Marcelino Uqarte la redacción de un código civil pero no alcanzó a realizarse el trabajo, y sólo se
conoce una parte del proyecto escrito por Uqarte.
El código de comercio sancionado tenía 1.755 artículos, contenidos en cuatro libros divididos en
títulos y capítulos. Se ocupaba especialmente de las personas que ejercen el comercio; de los
contratos mercantiles (mandato, sociedades, compraventa, seguros, etc.), del régimen de la
navegación, y de las quiebras y los concordatos de los comerciantes.

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787. Producida la unión definitiva (§§ 700-704), nuevamente afloró la idea de dictar los códigos
nacionales. Así, el 10 de setiembre de 1862 una ley del congreso declaró nacional el código de
comercio vigente en Buenos Aires que ya habían adoptado algunas provincias.
Otra ley, del 6 de junio de 1865, autorizó al Poder Ejecutivo a nombrar las comisiones encargadas
de proyectar los códigos civil, penal y de minería, y las ordenanzas del ejército. El 20 de octubre
de 1864 el presidente MITRE nombró al doctor DALMACIO VELEZ SARSFIELD para la redacción del
código civil y el 5 de diciembre de 1864, al doctor CARLOS TEJEDOR para proyectar el código
penal.
788. Luego de cinco años de intenso trabajo, VELEZ SARSFIELD concluyó su proyecto, el que,
enviado por el Poder Ejecutivo al Congreso el 25 de agosto de 1869, fue convertido en ley el 25 de
setiembre de 1869, disponiéndose que empezaría a regir el 1 º de enero de 1871. Este código civil
tiene aún vigencia y, salvo en lo que respecta al matrimonio (§ 941), ha sufrido escasas reformas
fundamentales.
La magna obra constaba de 4.051 artículos, distribuidos en cuatro libros, secciones, partes y
títulos. Ha sido costumbre mantener en las ediciones del código las extensas notas aclaratorias
escritas por el misino VELEZ SARSFIELD, en las que se explican las razones o los fundamentos de
cada disposición, aclarando su contenido o citando las fuentes utilizadas.
Las principales materias contenidas en el código son: de las personas jurídicas y de existencia
visible; del matrimonio, de los hijos y la tutela y la cúratela; de las obligaciones; de los hechos y
actos jurídicos que crean, modifican o extinguen los derechos y obligaciones; de las obligaciones
nacidas de los distintos contratos (compraventa, locación, sociedad, etc.); de los derechos reales
(dominio, hipoteca, etc.); de las sucesiones; de la preferencia a los créditos y del derecho de
retención; de la prescripción de las cosas y de las acciones; de la aplicación de las leyes civiles.
Las fuentes principales utilizadas por el codificador fueron la legislación castellana vigente, con
las modificaciones introducidas por las leyes patrias y por la práctica de nuestros tribunales; el
código civil francés; el código civil de Chile; el Esbozo, del brasileño AUGUSTO TEIXEIRA DE
FREITAS; los proyectos de ACEVEDO para el Uruguay y los de una comisión presidida por GARCÍA
GOYENA para España; la doctrina francesa, la anglosajona, los romanistas y los antiguos
comentadores españoles.
Dice ZORRAQUIH BECU que este código fue uno de los "más perfectos del mundo por su método, el
acierto de sus disposiciones, la riqueza de su contenido y la novedad de algunas construcciones
jurídicas que hasta entonces no habían llegado a tener estado legislativo". Y CHATÍETON agrega
que el código "es la más estupenda hazaña intelectual realizada hasta hoy por un argentino". Todo
ello, pese a sus naturales errores y omisiones.
789. El proyecto de código penal encomendado al doctor TEJEDOR (§ 787) fue presentado al Poder
Ejecutivo en 1865 (la parte general) y en 1868 (la parte especial).
El Congreso Nacional por ley del 15 de noviembre de 1886, sancionó el primer código penal
nacional, elaborado sobre la base del proyecto Tejedor, aunque con importantes reformas
introducidas por las comisiones revisoras. Este código, objeto de numerosas críticas, fue sustituido
en 1921 por otro, cuyo autor principal fue el doctor RODOLFO MORENO.
Es interesante señalar que, como lo ha comprobado MOISÉS NILVE, el proyecto Tejedor fue
adoptado como ley local por casi todas las provincias argentinas antes de que recibiera sanción
nacional. Se procedió en esos casos de conformidad al Art. 108 de la Constitución Nacional, que
autorizaba a las provincias a dictar los códigos antes que los sancionara el Congreso.
El código de 1886 constaba de 299 artículos, distribuidos en dos libros con dos secciones cada uno
y veinticuatro títulos. El libro primero (disposiciones generales) se ocupaba de la voluntad
criminal, de la tentativa, de la culpa o la imprudencia, de los autores, cómplices y encubridores, y
de las penas en general. El libro segundo (de los delitos y sus penas) trataba de los delitos contra
las personas, contra la honestidad, el estado civil de las personas, las garantías individuales, la
propiedad particular, de las calumnias e injurias, de los delitos contra la seguridad interior y orden
público, de los peculiares a funcionarios y empleados públicos, de las falsedades y de los delitos
cometidos contra la salud pública.
Según NILVE, las fuentes principales del proyecto Tejedor fueron el código de Baviera, el de
Luisiana, el de España y la legislación romana.
790. El código de minería fue encargado por el Poder Ejecutivo, el 26 de febrero de 1876 , al
doctor ENRIQUE RODRÍGUEZ, y sancionado, con modificaciones, el 8 de diciembre de 1886,
disponiéndose que entraría en vigencia el 1 g de mayo de 1887. Constaba de 575 artículos,
distribuidos a través de 17 títulos. Se ocupaba de adquisición, enajenación, venta, prescripción y

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arrendamiento de las minas, y demás cuestiones vinculadas a la explotación y al ejercicio del
derecho sobre esas riquezas metalíferas,
791. En cuanto a los códigos de procedimientos, si a la Nación correspondía dictar los códigos
civil, penal comercial y de minería, en cambio, la aplicación de las normas contenidas en los
mismos correspondía a los jueces y tribunales de cada provincia, salvo las reservadas a la justicia
federal (Art. 67, inc. 11, Constitución nacional) (§§ 745 y 751), De esta manera, las provincias no
sólo debían establecer su propia organización judicial, sino también dictar las normas de
procedimiento a que se ajustarían las causas que tramitasen ante sus magistrados. Estas normas
formaron los llamados códigos de procedimientos, tanto en materia civil y comercial como en lo
penal. Aunque ya en las décadas anteriores se habían dictado algunas leyes de este tipo, la sanción
de los modernos códigos nacionales obligó a actualizar el sistema procesal; de ahí que, a partir de
1870, se acentuó la tendencia a sancionar los códigos respectivos. También, después de 1880, tuvo
su código de procedimientos la Capital Federal, el que, asimismo, se aplicaba en los territorios
nacionales.

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UNIDAD XII - C) EPOCA CONSTITUCIONAL (Continuación)

1) La época del 80. Las nuevas corrientes de opinión política. La generación del '80. La
Presidencia de Roca. Aspectos de su gobierno. Presidencia de Juárez Celman. La Política del
Unicato. Los problemas económicos y morales de la época. La Ley de matrimonio civil. Las
relaciones entre la Iglesia y el estado.

2) Crisis de 1889. La revolución de 1890. Presidencia de Carlos Pellegrini. Actuación de su


gobierno. Presidencia de Luis Sáenz Peña. Presidencia de Uriburu. Segunda Presidencia de Roca.
Los Partidos Políticos. El Ejército Nacional y la Marina de Guerra.
1) LA ÉPOCA DEL 80. LAS NUEVAS CORRIENTES DE OPINIÓN POLÍTICA. LA
GENERACIÓN DEL '80. LA PRESIDENCIA DE ROCA. ASPECTOS DE SU GOBIERNO.
PRESIDENCIA DE JUÁREZ CELMAN. LA POLÍTICA DEL UNICATO. LOS PROBLEMAS
ECONÓMICOS Y MORALES DE LA ÉPOCA. LA LEY DE MATRIMONIO CIVIL. LAS
RELACIONES ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO.

Una vez lograda la unión definitiva s sucedieron en la presidencia de la Nación Mitre (1862-1868),
Sarmiento (1868-1874), Avellaneda (1874-1880).

Al comenzar la década de 1880 se iniciaba una etapa en la cual se consolidarían tres rasgos
importantes de la sociedad argentina: a) La instauración de un orden político conocido como el
orden conservador, que aseguraba el control de la sucesión presidencial al grupo gobernante, en
un proceso cruzado por tensiones y conflictos diversos; b) Económicamente se afianzó una
modalidad de producción, circulación y acumulación de capital bajo el sistema capitalista. El país
se integró al orden económico mundial como productor de bienes primarios para la exportación; c)
Socialmente, se complejizó el cuadro social, caracterizado por un marcado cosmopolitismo
debido al impacto demográfico y cultural de la inmigración extranjera (Mapa n° 39).

La Nación Argentina extendió su poder y autoridad hacia zonas que antes estaban bajo el
dominio indígena, como los territorios patagónicos (Mapa n° 40) y la región chaqueña.

El período se inició con la subordinación de la provincia de Buenos Aires, cuya principal manifes-
tación fue la federalización de la ciudad porteña. El proceso inaugurado con la crisis del orden co-
lonial se cerraba con el reconocimiento por parte de todas las provincias de la autoridad del
Estado nacional.

El advenimiento del general Roca al poder se caracterizó por una etapa de tranquilidad y pros-
peridad hasta entonces desconocidas. Las luchas civiles quedaron en el pasado y las situaciones
provinciales controladas. Con el lema de Paz y Administración se continuó con el crecimiento
acelerado de la economía y la conformación institucional del país.

Cuando se produjeron los festejos de los Centenarios, de la Revolución de Mayo en 1910 y de la


Declaración de la Independencia en 1916, el país se había transformado y modernizado de tal
modo que era difícil reconocer algunos rasgos del pasado.

Pero la instauración de un poder legítimo y reconocido por las provincias así como el crecimiento
económico, tuvieron también su cuota de conflictos: en el plano político, la "oposición al régimen
" se hizo patente dentro de los grupos de la élite. La formación de agrupaciones políticas menos
sujetas a las alianzas de notables, que adoptan la forma de una estructuración partidaria
permanente, con normas y criterios de organización y funcionamiento, marcó la aparición de los
partidos políticos: Unión Cívica Radical, Partido Socialista y, hacia el final de este período, el
Partido Demócrata Progresista.

Las transformaciones económicas y sociales fueron acompañadas de nuevos problemas articulados


alrededor de la salud de la población, las dificultades habitacionales, la integración del aluvión
inmigratorio y los conflictos políticos y sociales que enfrentaban a nuevos actores como los
empresarios capitalistas y los trabajadores, en particular los localizados en las áreas urbanas. La

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cuestión social fue definida como un conjunto de problemas cuya solución exigía la activa
intervención del Estado nacional.

GENERACIÓN DEL '80.

Video- Esta generación del año 1880, entre la que se ubican hombres como Roca, Wilde, Juárez
Celman, Alberdi, Sarmiento, Roque Sáenz Peña, Indalecio Gómez, Lugones, José Ingenieros, Juan
B. Justo, fue una generación de hombres que vivió en una posición de liberalismo positivista, que
nos venía de la Revolución Francesa de 1789, sin demasiada base filosófica pero con un gran
poder de adaptación se ubicó rápidamente al momento que se vivía en estas tierras Americanas.
Este liberalismo positivista que por otra parte respondía a un fenómeno mundial, fue el que
iluminó, el que dio lugar a este pensamiento a este estilo de vida, y que se puede sintetizar en dos
principios: Principios políticos y principios económicos.
Entre los -principios políticos: teníamos en primer término el que respondían a un tipo de
constitución escrita que nos venía del constitucionalismo clásico, a un estado de derecho es decir
basado fundamentalmente en el cumplimiento y observancia del principio de legalidad y de la ley,
y a una división de poderes, pero a poderes contrapesados equilibrados, controlados entre sí, es
decir interrelacionados. La democracia era limitada, controlada, porque pensaban que no era una
democracia para todos, era una democracia para los ilustrados, para los notables, por lo tanto
democracia para una minoría, elite central que era la que había tomado todas las pautas culturales
y el conocimiento de los países más desarrollados. Estos demócratas liberales planteaban que el
sistema electoral no debía ser un sistema de sufragio universal, eran contrarios porque implicaba la
participación de la ignorancia, de los indigentes, he aquí su pensamiento de una filosofía liberal
basada fundamentalmente en una democracia limitada. Pero si aceptaban una variedad de partidos
políticos, variedad de ideas políticas y no estaban de acuerdo con el bipartidismo, esto los llevó a
ser un grupo de hombres absolutamente pragmáticos, oportunistas, muy utilitarios para la época
porque fue medianamente improvisada de gran poder de adaptación a la circunstancias que le
tocaba superar y por lo tanto apoyarse en lo que ocurría, la verdad que tuvieron bastante suerte,
porque en aquel tiempo la coyuntura favorable de la época, les permitió desarrollar todas las
pautas, todos los presupuestos de sus pensamientos, con una creatividad muy renovada si bien no
hubo renovación del modelo que ellos establecieron, y no hubo una renovación legítima en los
miembros que la integraban. Lograron una envidiable unidad ideológica, esto los fortalecía lo que
los hizo trascender posteriormente, a pesar de que globalmente, tenían una personalidad colectiva
pensaban en el,”todo” con algunas limitaciones como en el tema electoral.
-Principio económicos: principios como “dejar hacer”, “dejar pasar”, libre juego de oferta y
demanda, propiciaban la libertad de comercio, libertad de industria, con estas características se
había fortalecido, se había estimulado la política “agro-exportadora” de este país. Se exportaban
muchas materias primas, se exportaban muchos cereales, se comenzó e exportar carnes y por el
contrario se importaban productos industrializados, de allí, que esta política en la que se
exportaran cifras realmente notables para la época “política agro-exportadora”, nos llevó a que en
algún momento se iniciara en la Época de Roca, la denominación en nuestro país, de lo que se
llamó “El Granero del Mundo”, y también esta política de la generación del 80, nos llevó a que en
aquellos tiempos se consolidara el país como uno de los primeros países del mundo en cuanto a
desarrollo, evolución y demás. Se había estimulado la fe, una fe en la iniciativa privada, y la
mínima intervención estatal, que el estado intervenga lo menos posible en la actividad de los
ciudadanos. Esto trajo un gran progreso, magnifico y a raíz de tanta producción y la necesidad de
seguir exportando se aumentó notablemente las áreas sembradas. Se cuestiona que lo que no hubo
fue una reforma una modificación agraria acorde al cambio y por lo tanto la propiedad, no fue
considerada, tenida en cuenta, hubiese sido oportuno para que se tomaran algunas medidas en ese
sentido. También se dice que esta economía favorable en permanente aumento, lo que no hizo, fue
aprovechar para sanear la economía del país, hubiese sido oportuno, dado los enormes ingresos,
beneficios que nos provocaba la balanza comercial, de poder hacer frente a los servicios
económicos que nos procuraba alguna deuda externa que ya empezábamos a tener y sanear la
economía interna cosa que lamentablemente el país no hizo. Esto trajo como consecuencia el
fracaso de la convertibilidad del año 1885, generó una independencia económica como base de la
actividad política, entonces tener la economía como el instrumento para manejar la política era una
cosa que no se la consideró muy positiva para aquel tiempo, entonces esto influyó posteriormente.
Por otra parte se achacó a esta generación que fueron marcadamente tragerizantes, es decir que la
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economía no se manejó por las pautas más convenientes al país sino que por el contrario, era muy
apegado a lo que acontecía en el ámbito internacional y por ello teníamos poco manejo propio,
independiente, autónomo de la economía de aquel tiempo.
También tuvimos en aquel tiempo pérdidas de territorios que también se le cuestionó.
-En lo social: se decía que esta política del “dejar hacer” del “dejar pasar” era, tal cual las frases
“orden y progreso”, “orden y administración”, “Paz y progreso”, que expresaban los hombres del
80’ en lo social este orden progresivo llevaba a un progreso constante, este desarrollismo que
llevaba adelante el país, llevaba a un progreso constante a la ciudadanía y por lo tanto este
movimiento económico permitía un movimiento de las capas sociales, un cambio social y
económico para todos, esto parecía muy beneficioso, pero conforme a la realidad y al liberalismo
como se ha dado en el mundo, esto no se da siempre de la manera que la dogmática liberal lo ha
enseñado, y había que tener cuidado. Si bien ellos sostenían, que el capital era el producto de la
civilización, el tema es que si este grado de civilización alcanzaba a todos los estamentos sociales,
a la sociedad en su conjunto cosa que después se advirtió que no era así.

Argentina había alcanzado a estar entre las primeras potencias del mundo, atravesaba un tiempo
muy beneficioso, de allí que para poder seguir en este camino, necesitaba cantidad de habitantes,
población, era un país despoblado, carente de habitantes para tamaño desarrollo, de ahí que se
fomentó, ante tanta área despejada traer ciudadanos al país, de allí que la inmigración, la función
civilizadora de la inmigración, como decía la generación del 80 era muy importante, y la mano de
obra que traía el inmigrante era más capacitada, con mayor experiencia y eran necesarios para este
desarrollo que afrontaba el país. El tema de la inmigración fue una preocupación constante de esta
época y así es que en 1886 se dictó una ley de inmigración por el cual se fomentaba y se promovía
la inmigración hacia estos territorios e incluso, a través de esta ley el estado ponía la tierra para
que esta gente tuviera el elemento necesario para desarrollar sus tareas, era una forma de estimular
la inmigración, y cubrir la despoblación que teníamos. Esta generación, también planteo el tema de
la laicización, es decir su vocación anticlerical, antirreligiosa, su enfrentamiento con la iglesia
posteriormente que llevó a dictar leyes como la 1.420 en materia de educación y que le produjo
grandes enfrentamientos con la sociedad, que estaba muy arraigado lo católico, y por lo tanto esto
trae enormes problemas a la generación del 80. También fomentaba las comunicaciones porque a
partir del fenómeno de la comunicación especialmente el ferrocarril que empezaba a extenderse,
desarrollarse y construirse; se decía que, a través de su existencia, de vías de comunicación
teníamos lo que se daba en llamar “la unidad territorial”. Había que consolidar la unidad del
territorio argentino (1880), que todavía teníamos enormes problemas en el sur, también por el
Norte, Misiones para el lado de Bolivia y demás, lo cual era necesario que se consolidara mediante
la comunicación, la conexión que daba el Ferrocarril. (Esto le daba unidad a los pueblos, y
autoridad política).

Cuando en 1880, Roca fue proclamado presidente, los historiadores sostienen que llegó al poder
un grupo de hombres pujantes, disímiles entre sí, a quienes dieron en llamarles la Generación del
'80. Los hubo católicos y anticlericales, pero todos coincidieron en apoyar un proceso de
modernización en la Argentina para insertarla dentro del concierto de naciones de primer orden.
Así, apoyaron a la escuela laica como elemento básico para el cambio que esperaban v como
herramienta paro proporcionar una identidad cultural definida a un país al que abrieron a la
inmigración masiva; modernizaron la ciudad de Buenos Aires, tratando de darle un aire europeo,
afrancesado, y mejoraron las condiciones de higiene y salubridad. Su concepción de la vida
política era eminentemente elitista, en la que la república donde la Iglesia se subordinaba al
Estado- debía estar gobernada por notables (Política 1 del Acuerdo), quienes profesaban una fe
liberal, mas sólo en el campo económico, en el que, en líneas generales, se manifestaban
partidarios del libre comercio. No eran liberales al estilo romántico sino, por el contrario,
pragmáticos y, muchos de ellos, influenciados por el positivismo, teoría filosófica que se basaba
en las verdades extraídas de la observación y de la experiencia. Además de Roca, participaron de
esta generación, hombres como Carlos Pellegrini, Lucio V. Mansilla, Miguel Cañé, Eduardo
Wilde, Paul Groussac, Julián Martel, Pedro Goyena y José M. Estrada (ambos católicos).

1880-1886, (Primera) PRESIDENCIA DE JULIO ARGENTINO ROCA.

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Su vicepresidente fue Francisco B. Madero [1816-1893]. El gabinete estuvo integrado por
Antonio del Viso en el Ministerio del Interior, Bernardo de Irigoyen en Relaciones Exteriores,
Juan José Romero en Hacienda, Manuel D. Pizarro en Justicia e Instrucción Pública y Benjamín
Victorica en Guerra y Marina.
Julio A. Roca llegó a la presidencia luego de la derrota de Buenos Aires. Había forjado su carrera
como artillero de los ejércitos de la Confederación y en la guerra de la Triple Alianza, combatió a
Ricardo López Jordán y se destacó como jefe de las operaciones militares contra los indígenas.
Roca era un hombre pragmático y su base política fue el Partido Autonomista Nacional (PAN),
que se desempeñó también como canal de reclutamiento de los dirigentes notables y un medio de
comunicación política entre las figuras clave del interior. La Liga de Gobernadores fue el otro
sustento de su poder, que se apoyaba en la burocracia administrativa y en la incipiente burocracia
militar de las provincias.
Uno de los soportes del funcionamiento del sistema electoral era el establecimiento de una
representación basada en la denominada lista completa, que aseguraba al PAN tanto la
unanimidad en el Congreso como la exclusión de las minorías. El resorte constitucional de la
intervención federal permitía al presidente, como cabeza del Poder Ejecutivo, intervenir en las
provincias para mantener o reponer correligionarios en el gobierno y robustecer la Liga de
Gobernadores.

Aunque las normas constitucionales establecían los mecanismos de elección en los niveles
provincial y nacional con base en el "pueblo elector", y al colegio electoral como el espacio de la
negociación política para la elección del presidente, durante el gobierno de Roca se dio forma a un
complicado andamiaje donde el presidente, los gobernadores y los senadores eran los actores
más importantes que garantizaban la sucesión presidencial. En realidad, este complejo mecanismo
sirvió para la elección del presidente Juárez Celman pues en las sucesiones presidenciales
posteriores se hicieron visibles algunas fisuras importantes.

LA OBRA DE GOBIERNO. En este período se dictaron numerosas leyes, algunas de las cuales
dieron lugar a intensos debates. Se sancionaron la Ley Orgánica de los Tribunales de la Capital, la
Ley de Organización de los Territorios Federales y la Ley Orgánica de la Municipalidad de la
Capital, que estableció una forma de gobierno permanente para la comuna. Se creó el Consejo
Nacional de Educación Primaria con atribuciones autónomas y se sancionó la Ley de Educación
Común N° 1.420, que establecía la escolaridad primaria, obligatoria y laica.

En la ciudad de Buenos Aires prosiguieron las obras de salubridad, se celebró el contrato para la
construcción del puerto de Buenos Aires, se organizó la policía de la Capital y se fundó la ciudad
de La Plata como capital de la provincia de Buenos Aires.

En materia jurídica se dictaron los códigos de Justicia Militar, de Comercio y de Procedimientos


en Materia Civil y Comercial. El ordenamiento jurídico era fundamental para garantizar a los
individuos tanto el desenvolvimiento económico como la administración de justicia.

Dentro de las medidas de orden económico se llevó a cabo la fundación del Banco Hipotecario
Nacional, basándose en la emisión de cédulas hipotecarias.

Desde el punto de vista territorial, la disputa sobre límites se mantuvo latente en el sur, en la
región patagónica. Con la mediación de los embajadores norteamericanos se negoció la firma de
un acuerdo de límites con Chile que se perfeccionó en 1881. Se estableció que las cumbres más
elevadas de la cordillera de los Andes, que dividen las aguas, constituyen el límite fronterizo,
derivando a peritos el litigio.

La creación de la gobernación de Misiones en 1882 impulsó las negociaciones con Brasil para
definir los límites, mientras que con Bolivia hubo conversaciones sobre la frontera en el Chaco.

Proceso de secularización y conflicto con la Iglesia: se inició en 1880 y se hizo visible con la
sanción de la Ley de Educación Común. En ese proceso fueron importantes la oposición católica y
la ruptura de relaciones con el Vaticano. En este sentido podría decirse que una de las primeras

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manifestaciones opositoras tuvo lugar dentro de las filas del partido oficialista y la iniciaron los
católicos, alarmados por la tendencia liberal del presidente Roca y de su sucesor Juárez Celman.
La Asociación Católica de Buenos Aires se transformó en un agrupamiento político cuyos jefes
fueron José Manuel Estrada [1842-1894], Pedro Goyena [1843-1892] y Achával Rodríguez
[1845-1887].

En 1884 los católicos realizaron una activa campaña tendiente a restablecer en las escuelas
públicas la enseñanza religiosa que había sido sustituida por ley. El vicario capitular de Córdoba
intervino con una carta pastoral que fue apoyada por el nuncio de la Santa Sede, monseñor Luis
Mattera, ante el gobierno argentino. La representación papal se colocaba abiertamente fuera de las
prácticas diplomáticas y el gobierno nacional le devolvió los pasaportes, otorgándole un plazo de
24 horas para abandonar el territorio. A partir de este incidente las relaciones con el Vaticano
quedaron interrumpidas.

La sucesión a Roca: el PAN y su jefe, el presidente de la Nación, dominaban la República. Había


varios candidatos para suceder a Roca: Miguel Juárez Celman [1844-1909] era apoyado por el
presidente y la oposición a su candidatura se concentraba en la poderosa provincia de Buenos
Aires, donde el gobernador Dardo Rocha aparecía como su mayor oponente. Un grupo de
reformadores, como los autonomistas Del Valle y Alem, sostenía a Bernardo de Irigoyen y los
católicos, con José M. Estrada, fundaron el Comité de la Unión Católica y propiciaron la
candidatura de Benjamín Gorostiaga.

Como Roca estaba decidido a sostener la candidatura de Juárez Celman, que finalmente impuso,
los grupos opositores (mitristas, católicos, ex republicanos y bernardistas) formaron un frente
común que llamaron los "Partidos Unidos", con Manuel Ocampo como candidato.

1886-1890, PRESIDENCIA DE MIGUEL JUÁREZ CELMAN. Fue acompañado por Carlos


Pellegrini [1846-1906] como vicepresidente. El gabinete estuvo integrado por Eduardo Wilde en
el Ministerio del Interior, Norberto Quirno Costa en Relaciones Exteriores, Filemón Pose en Justi-
cia, Culto e Instrucción Pública, Wenceslao Pacheco en Hacienda y el general Eduardo Racedo en
Guerra y Marina.

-Juárez Celman era un hombre que tenía manejo político, había sido gobernador de Córdoba y
senador, se rodeó de representantes conspicuos del (PAN), y empezó una política conflictiva, se
comenzaron a enfrentar los (Roquistas y los Juarista) los que lo habían llevado al poder, Los
Roquistas y los Juaristas los propios partidarios de el. Es así que le generó una problemática
política donde iba a imbatir contra todo lo que fuera el poder de Roca, entonces el Juarismo, atacó
a las provincias de Mendoza, Tucumán, Córdoba, donde se decía que estaban los bastiones de
Roca. Debido a esto es que Roca se aleja, y se aleja Carlos Pellegrini su vicepresidente, entonces
Juárez Celman lleva a su máximo esplendor lo que se llama la política del “Unicato”

Juárez Celman inició su gobierno con el optimismo del orden, la paz y el progreso que siguió a las
tumultuosas décadas anteriores. Durante su gobierno se inauguró la primera sección del puerto de
Buenos Aires y poco después se abrían al servicio público los puertos de Rosario y La Plata. Se
realizaron importantes obras públicas en la Capital, como la construcción de la Casa de Gobierno,
el palacio de salubridad, el Departamento Central de Policía y la ciudad fue remodelada con la
apertura de la Avenida de Mayo.

La ola secularizadora continuó con el establecimiento de la Ley de Matrimonio Civil y del


Registro Civil de las Personas.

En las cuestiones limítrofes fue firmado, el 7 de septiembre de 1889, el tratado de arbitraje con el
Brasil para solucionar las diferencias existentes respecto de la frontera en Misiones, y se acordó
someter el diferendo al arbitraje del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

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Una vez que Juárez Celman se hubo convertido en presidente, asumió el liderazgo del PAN como
jefe único (Unicato). Con su presencia se produjo una mayor clausura en el régimen político, lo
que generó problemas con algunas provincias y en el seno de la coalición gobernante.

Desde el punto de vista económico, aunque el crecimiento se hizo visible, se dio paso a la
especulación y a los negociados. La crítica opositora al gobierno se concentró alrededor de la
política ferroviaria y de bancos garantidos, que estuvieron en el foco de la tormenta desatada con
el estallido de la crisis económica de 1890.

En 1889 se organizó la oposición a Juárez Celman, y en el amplio arco opositor se hablaba de


abdicación de las virtudes cívicas y de indiferencia y apatía. Aunque inicialmente fueron los
católicos quienes mostraron su disconformidad con las decisiones políticas de las autoridades,
pronto aparecieron otros sectores. La oposición se nutría con quienes fueron quedando marginados
de la toma de decisiones del gobierno. Ellos dieron forma a un polo opositor que dio origen a la
Unión Cívica y al movimiento político de 1890, que terminó con la renuncia del entonces
presidente Juárez Celman. Se abrió también un proceso que culminaría con la reforma de la ley
electoral en 1912.

Presidencia de Juárez Celman.-


Al plantearse la sucesión presidencial se perfilaron varios candidatos que terminaron dividiendo el
P.A.N. pero el presidente Roca apoyaba a su concuñado Miguel Juárez Celman, consagrado como
formula oficialista junto a Carlos Pellegrini.
Juárez Celman era un liberal aristócrata pero con gran personalidad. Se desprendió rápidamente de
la tutela de Roca y asumió no solamente la conducción del estado sino también la estructura del
P.A.N. así se instauro el “unicato” régimen por el cual el presidente ejerce el dominio de todos lo
resortes y factores de poder.

Política de unicato.-
(Video) La política del “Unicato”, puesta en práctica por Juárez Celman, es la concepción
absolutista del poder ejecutivo, el manejo en una sola mano en sus propias manos del poder en una
manera concentrada, una manera autónoma y por lo tanto una política de un poder casi absoluto,
sin ningún tipo de distribución de manejo, esto lo llevó a se llamara el esplendor de la política del
Unicato.
El unicato era un avasallamiento de toda autoridad, sea legislativa, administrativa o judicial,
perteneciese al orden nacional, provincia, o municipal, por el poder omnímodo del presidente de la
nación. Era el gobierno del cínico Juárez Celman.
Roca se aleja de su concuñado, al igual que el vicepresidente Pellegrini. Juárez Celman fue
convirtiéndose así en el único responsable de todos los errores.-

Problemas Económicos y Morales de la Época.-


(Video) Algunos dicen que esta época fue de política de avaricia, amor al dinero, donde el auge de
la riqueza generaba egoísmo, generaba un positivismo mundial pragmático, utilitario, se dejaba de
lado lo espiritual, se dejaba de lado la solidaridad, llevó a que algunos dijeran que llevó a una
época amoral, indiferencia religiosa, de mucho descreimiento cívico, interesaba más la riqueza que
lo político, y entonces el éxito material se había convertido en un ideal que superaba los valores
éticos. (El éxito se mide por lo que se tiene, y no se le da preponderancia a los valores éticos y
morales). Este desarrollo, sin visión equilibrada, propugnó el liberalismo positivista, de la época
del 80.
En época de Roca, se descuidaban los valores nacionales por tanta inmigración, se decía que
íbamos a ser extranjerizados porque no se lograba mantener o no se propugnaba mantener un tipo
nacional, un tipo propio de lo que era los usos, las costumbres las prácticas, los valores de estas
tierras.

-Cuando Roca asume el gobierno, al principio con muchos enconos y recelos, pero también
durante todo su gobierno va a ir generando algunas antipatías entre porteños, provincianos, se
empiezan a dividir, empiezan los roces los conflictos. De todo lo que planteó hay algo que fue lo
que realmente dividió a los argentinos y fue el tema religioso. Debido a grupos positivistas, que
pretendían que de la enseñanza pública se erradicara la enseñanza religiosa esto llevó a que el
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ministro de educación que reemplazó a Manuel Piñeiro, era católico, propugnara el cambio de la
ley de educación de 1866 que había comenzado como gratuita y obligatoria y en proyecto que fue
a la cámara de diputados de 1881, se decía que era, gratuita, obligatoria y fundamentalmente con
formación ética y religiosa, este proyecto fue cuestionado por un diputado Leguizamón, quien dijo
que este tipo de educación no iba a tener desarrollo, porque le parecía que si se estaba fomentando
la inmigración, se iba a frenar por ejemplo la venida de los europeos del norte, que tenían este
criterio religioso y por lo tanto esto iba a ser un impedimento. Esta postura de Leguizamón tuvo
recepción en el parlamento fue aprobada llevada para convertirse en ley, pero detrás de esto de
excluir la religión decían algunos que detrás de esto iba a venir el tema del divorcio, una cosa traía
a la otra lo que trajo como consecuencia que defendieran la posición los católicos en el parlamento
pero no pudieron frenar el dictado de la ley y se dictó la “Ley de Educación”, y a partir de julio de
1884 tuvimos una ley de educación obligatoria, gratuita y sin enseñanza de religión en los colegios
públicos. Este fue el planteo que dividió a los argentinos, entre educación con religión y la que
excluía la religión y la ética y que regía a partir de la ley 14020. Por todo ello se decía que se
estaba destruyendo el espíritu, que había una extinción moral religioso. El legislador Pedro Funes
que defendía la educación religiosa sostenía que detrás de este embate con la educación vendría un
embate más duro que era el querer establecer el divorcio vincular, lo que se pretendió sin
aceptación, no obteniendo sanción. Este embate sobre la religión está basado en el autoritarismo
que tenía el presidente Roca en la materia, después de esto comenzaron las persecuciones de
algunos hombres de la Iglesia, que llegó incluso a la expulsión del nuncio apostólico del Monseñor
Matera, que provocó que las relaciones con la Iglesia Católica estuviesen cortadas, las relaciones
diplomáticas cortadas por el espacio de 20 años, exoneración de profesores con fe católica, un
juicio por su versión a Monseñor en Córdoba, la expulsión de de los vicarios de Jujuy y santiago
del estero, la suspensión del Obispo de Salta etc. Todo esto hizo que a posteriori toda la
congregación católica se reuniera en el Congreso Argentino en agosto de 1884, para tratar la
temática enfrentada. Es así que Se fundó un partido político de orientación católica democrática
que fue la “Unión católica” que se basaba en principios como la libertad de enseñanza, la defensa
del federalismo, la necesidad de una reforma electoral, es decir que permita el acceso a los
comicios el respeto por el sufragio, cuestiones obreras, organización sindical, la retribución acorde
a las necesidades, asegurar un trabajo permanente, primeras cuestiones sociales, que se adelantó
por decir de alguna manera a la doctrina social de la Iglesia que va a venir fundamentalmente de la
mano de aquel célebre documento de 1891. Esto fue un gran problema para Roca. Contrató en
1888 la construcción del puerto de Bs. As., se incrementó el territorio para sembrar, se tomaron
empréstitos públicos por 6.000.000 de libras esterlinas, etc., Según Roca todo esto era para llevar
adelante el progreso y un proyecto Industrial, es decir “agro-industrial. Esta idea es luego tomada
por Juárez Celman.

-El gran afán especulativo provocado por una gran prosperidad fue preanunciando el desastre final.
Los sectores dirigentes solo se concentraban en hacerse ricos rápidamente y de cualquier manera.-
Todo este caos económico, político y social dio como fruto la agitación obrera y las primeras
huelgas provocadas por la depreciación de los salarios. Entre los factores desencadenantes de las
crisis cabe mencionar los empréstitos contratados en el exterior con vencimiento a plazo fijo, la
descontrolada emisión de papel moneda, la creciente inflación, el aumento del gasto público, etc.
el crecimiento de la deuda publica, el desequilibrio de la balanza comercial y el déficit permanente
de la administración publica, llevo a una inevitable crisis financiera que motivo la critica de los
opositores del “Unicato Juarista”.
En política ferroviaria se autorizaron ventas y concesiones garantidas por el gobierno en forma
indiscriminada, se impulso a la privatización de todos los servicios desencadenando grandes
negociados y corrupciones que motivaron aun mas a los opositores.-

La Ley del matrimonio Civil.-

Video: Durante el período de Juárez Celman, con aquella política que dividió a los argentinos, por
el tema de la religión, en aquellos que estaban a favor o en contra de la religión, en el período de
Juárez Celman tenemos también otro hito que marca esta difícil relación que fue la “La Ley de
matrimonio civil”.
En 1887 se elevó un proyecto al congreso, para establecer el matrimonio civil, porque hasta ese
momento el matrimonio era solo católico, religioso a través de los registros parroquiales, a partir
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de ahora se decía que como podía ser que aquellos que no tenían ministros del culto en la república
Argentina, no podían casarse porque no había un registro civil, para contraer matrimonio, y
¿Dónde quedaba la libertad de conciencia? Porque si bien todos debían casarse a través del
registro parroquial que tenía la Iglesia, no todos profesaban el culto católico apostólico romano,
algunos eran ateos o de otra religión, y por lo tanto no se podían casar. Entonces se produjo un
duro embate para poder obtener el matrimonio civil obligatorio, lo que generó otra puja en la lucha
religiosa, entre católicos y anticatólicos y fue así, que decía Eduardo Wilde, que atacó el
catolicismo porque esta había sido fatal por el mundo, y entonces no se podía casar el que no
sostenía el culto Católico apostólico Romano, lo que era algo delicado porque afectaba la libertad
de conciencia, la libertad de pensamiento, la libertad de la intimidad. Fue así que fue aprobada la
ley en el senado y en 1888 se aprueba, y entró en vigencia el 1 de diciembre de 1889. A partir de
este momento para que generara relaciones jurídicas entre las partes el matrimonio debía hacerse
en el registro civil, y el que quería lo hacía mediante las parroquias, pero el que producía efectos
jurídicos era el matrimonio ante el Registro Civil. Entonces los registros civiles, habían sido
sacados a la iglesia por una ley anterior de, (1884) “la ley 1565”, habían pasado a manos del
Estado como también la ley de Cementerios que de la iglesia pasa a manos del estado.
El régimen matrimonial regulado por el derecho canónico continuo aun después de la sanción del
código civil, pues este dispuso que el matrimonio entre católicos quedara sometido a la iglesia.
Los matrimonios mixtos se celebran separadamente ante los ministro de cada culto. Los
matrimonios contraídos entre cónyuges no católicos se celebraran conforme al culto respectivo y
producirán todos los efectos civiles del matrimonio valido.-
Las Relaciones entre Iglesia y Estado.-
Sumado a lo anteriormente mencionado, las tensiones con el tema del patrono nacional, la iglesia y
el Estado mantenían relaciones muy frágiles. Pero el momento mas critico de tensión fue en la
década del 80 donde se libraron verdaderas batallas ideológicas y políticas entre católicos y
liberales en las cuales se pusieron en juego cuestiones vitales que interesaban a ambos: la
enseñanza laica, el matrimonio civil, el divorcio y la separación de la iglesia y el estado.
Todo esto provoco la oposición de la Santa Sede, y aunque el presidente Roca y su sucesor Juárez
Celman trataron de dar una solución, fue solo en la presidencia de Luis Sáenz Peña que se
subsanaron las relaciones con Roma.

Toda esta política trajo como consecuencia la crisis de 1889.


2) CRISIS DE 1889. LA REVOLUCIÓN DE 1890. PRESIDENCIA DE CARLOS
PELLEGRINI. ACTUACIÓN DE SU GOBIERNO. PRESIDENCIA DE LUIS SÁENZ
PEÑA. PRESIDENCIA DE URIBURU. SEGUNDA PRESIDENCIA DE ROCA. LOS
PARTIDOS POLÍTICOS. EL EJÉRCITO NACIONAL Y LA MARINA DE GUERRA.

video: Crisis se 1889: Ante tanto desarrollo de producción de la época del 80, no había habido un
modelo de recambio acorde al desarrollo, por lo que este modelo generado, por la “Generación del
80”, a fines del 80, en 1889 empezó a manifestarse la crisis, de la mano de: -la contratación de
nuevos empréstitos por parte de Juárez Celman, -la nueva emisión de moneda que evidentemente
trae inflación, esto generó consecuencias en lo económico, en lo social y en lo político. En lo que
se refiere al funcionamiento del estado se comenzó a hablar de la inmoralidad, la corrupción, de la
venalidad en los funcionarios públicos, de la forma en que se enriquecía la gente de la noche a la
mañana, empezaron las reducciones de salarios, la carestía y escasez de productos, todo esto trajo
un gran malestar social y este trajo detrás las consecuencias políticas. El 80, fue un período que
por no haber sabido renovarse, modelar un cambio, adaptarse para poder desarrollar algo que tan
bien había comenzado, culminó en una gran crisis en todos los sentidos y la argentina estaba
prácticamente en quiebra.

Esto trajo como consecuencia que los sectores políticos, comenzaran a agruparse, formar círculos
para compatibilizar ideas a fin de ver que se hacía con el país. Una de estas agrupaciones políticas,
tuvo por 1889 en un mitin del Jardín Florida el inicio de lo que se llamó, la Unión Cívica de la
Juventud, que posteriormente en 1890 se transformó en “la Unión Cívica”, que fue conformada
por gente que venía de la Unión Cívica de la Juventud y que conformaron la base de la Unión
cívica como: Bernardo de Irigoyen, Dardo Rocha, Aristóbulo del Valle, Leandro Alen, con grupos
de católicos donde estaba Estrada, Goyena, Navarro Viola, Lamarca, este grupo formó la Unión
Cívica y sumó la oposición en contra del gobierno de Juárez Celman que se venía desboronando.
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Este es el resumen del libro que trata lo mismo que arriba.

-En 1889 se organizó la oposición a Juárez Celman, y en el amplio arco opositor se hablaba de
abdicación de las virtudes cívicas y de indiferencia y apatía. Aunque inicialmente fueron los
católicos quienes mostraron su disconformidad con las decisiones políticas de las autoridades,
pronto aparecieron otros sectores. La oposición se nutría con quienes fueron quedando marginados
de la toma de decisiones del gobierno. Ellos dieron forma a un polo opositor que dio origen a la
Unión Cívica y al movimiento político de 1890, que terminó con la renuncia del entonces
presidente Juárez Celman. Se abrió también un proceso que culminaría con la reforma de la ley
electoral en 1912.

LA REVOLUCIÓN DE 1890. Fue la otra cara de la crisis económica. Desde el punto de vista
político, la primera manifestación de oposición al presidente Juárez Celman la organizó el Comité
de la Unión Cívica de la Juventud con un acto público en el Jardín Florida, el 1° de septiembre
de 1889. El acto de la juventud recibió la adhesión de personalidades prestigiosas como Bartolomé
Mitre, Bernardo de Irigoyen, Vicente Fidel López y Leandro Alem. Un poco más tarde, el Comité
de la Juventud se transformó en Unión Cívica y buscó nuevas adhesiones con la apertura de los
comités en la ciudad. Como no había vía electoral posible para esta gente el 13 de julio de 1890,
en lo que fue el Frontón de Bs. As., hubo una reunión donde se gestó una insurrección un
movimiento en contra de Juárez Celman que el 26 de julio de 1890 llevó a que se produjera un
estallido insurreccional revolucionario y que se sublevó en lo que hoy es Plaza Lavalle, se dice que
se quedó sin posibilidad de combatir, sin municiones y demás.

La Unión Cívica era un movimiento heterogéneo donde se reunieron todos los excluidos del
"régimen”. Agrupaba a católicos, nacionalistas como Mitre, autonomistas, a seguidores de
Irigoyen, Del Valle y Alem, a militares y civiles.

El objetivo de la Unión Cívica era agitar a la opinión pública contra el gobierno y preparar una
revolución para derrocar al presidente. Los contactos con el Ejército existían a través del general
Manuel J. Campos, quien sería el jefe militar de la revolución, en tanto que Leandro Alem
[1844-1896] sería el jefe de los civiles. Demandaban también la libertad de sufragio, el respeto de
las autonomías provinciales y el restablecimiento de una moral administrativa.

Mientras los preparativos para la revolución continuaron, el presidente recibió varios avisos
sobre su existencia. Sin embargo, no reaccionó y parecía que la debilidad de sus reflejos residía en
la convicción de que los tiempos de los levantamientos armados contra la autoridad nacional
habían terminado.

No obstante, el general Campos fue arrestado junto con una cantidad importante de efectivos del
Ejército. A pesar de que su arresto implicaba la pérdida del jefe militar, la Revolución estalló el
26 de julio de 1890. El movimiento se extendió a Corrientes, sobre la base de los mitristas, a Salta
y Entre Ríos, pero fue la Capital el centro principal. Las calles de la ciudad fueron el escenario de
los enfrentamientos durante cuatro días, al cabo de los cuales los rebeldes fueron derrotados.
Fueron desarmados los insurrectos el 29 de julio.

Sin embargo, a pesar del triunfo del gobierno nacional, el 30 de julio de 1890, se convocó el
congreso de la Nación Argentina y Juárez Celman fue obligado a renunciar, el gobierno quedó
en manos de su vicepresidente, Carlos Pellegrini.

Consecuencias políticas de la revolución de 1890: el estallido de la revolución dejó al descubierto


la inadecuada disciplina del Ejército y la falta de tino del presidente para entender la naturaleza de
la oposición y sus planes. La revolución y la renuncia del primer mandatario abrieron un período
de incertidumbre en el panorama político pues el PAN no podía imponerse tan fácilmente como en
el pasado y la escena política se fragmentaba. En el PAN se manifestaba la imposibilidad de Roca
para restablecer su autoridad tanto dentro de la coalición política como en el interior del país.
Muchas provincias seguían en manos de los juaristas, con el agravante de que algunos
gobernadores se mostraban dispuestos a unirse a la UC. En la Unión Cívica se acentuaron las

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disputas internas, sobre todo cuando Pellegrini incorporó a algunos mitristas al gobierno. Poco
después comenzaría a organizarse también el Partido Socialista: el número de sus adherentes cre-
ció y la organización cobró forma en la definición de su programa.

1890-1892, PRESIDENCIA DE CARLOS PELLEGRINI. Asumió la primera magistratura


luego de la renuncia de Juárez Celman. Su gabinete estuvo integrado por Julio A. Roca en el
Ministerio del Interior, Vicente Fidel López en Hacienda, Eduardo Costa en Relaciones Exteriores,
José María Gutiérrez en Justicia e Instrucción Pública y el general Nicolás Levalle en Guerra y
Marina.

(Video) Carlos Pellegrini, realizó un gabinete mixturado, con fuerzas Autonomistas, Mitristas,
Cívicos y trató de sobrellevar la crisis del país. Pero la crisis ya había afectado a finanzas, sectores
económicos europeos como el banco de Inglaterra, entonces ya se hablaba de intervenir en la
economía del país y en sus finanzas para poder ver de cobrar las deudas que teníamos. Ya había
ejemplos lamentablemente en el país de cómo los acreedores por la vía de los hechos, por vía de
amenazas y fuerza, habían intentado cobrarse con los ingresos públicos de los países americanos la
deuda pública que se tenía. Entonces Carlos Pellegrini para poder sobrellevar esta situación emitió
un empréstito interno para cubrir servicios, creó la caja de conversión, creó impuestos internos,
creó un gravamen del 7% a las empresas cuyo directorio no estuviese en la República argentina a
excepción de lo que fueran los ferrocarriles y los frigoríficos. Pellegrini trató de restablecer el
orden en la administración y las finanzas, pues la revolución se produjo en los marcos de una
severa crisis económica. Tuvo que recurrir a dinero fresco del exterior para lo cual, encomendó a
Victorino de la Plaza para contratar empréstitos en el exterior, que dada la capacidad de este señor
pudo lograrse, lo que le dio oxígeno, sacando de la aficcia al gobierno lo que generó cierta
tranquilidad y estabilidad en la república argentina.
Justamente el dato más saliente de su gobierno fue el envío de Victorino de la Plaza a Londres
para negociar la deuda con los banqueros.

Video: En la cuestión política en la época de Pellegrini en (1891) se va a producir un hecho que da


lugar al nacimiento de un partido más que centenario en la república argentina, porque se reunió
en 1891, la Unión Cívica, que buscó reorganizarse luego del fracaso revolucionario. Sus oradores
fueron; Mitre, Alem, Del Valle, Navarro Viola, Goyena y Estrada. Reunió la Convención Nacional
en Rosario para ordenar la búsqueda de las candidaturas para competir en las próximas elecciones.
Todos los grupos opositores se unieron en esta nueva agrupación, que procuraba la plena vigencia
de las instituciones republicanas y el libre ejercicio de los derechos del ciudadano. Roca aprovecha
que Mitre había vuelto de Europa y le ofreció una candidatura acompañada con Bernardo de
Irigoyen. A raíz de este acuerdo Leandro Alem, muestra su enojo con esta postura y se escinde de
la Unión Cívica y el 26 de junio de 1891 nace y da a la luz el partido político “ la Unión Cívica
Radical” actual partido en el escenario político argentino.
-Quedando entonces “la Unión Cívica Radical” con Leandro N. Alén, y por otro lado la otra
fracción quedó como “la Unión Cívica Nacional” que si conformó la alianza con Roca para tratar
de llevar a la fórmula Mitre-Irigoyen al poder.
Pero por su lado los Juaristas, disidentes del partido de Roca formaron el partido que se llamó “El
Modernista”, y este partido como base fundamental propugnaba ensañamiento del sistema
electoral, este partido creció mucho y postuló la candidatura de Roque Sáenz Peña, un hombre de
recepción política que gestó el apoyo del gobernador de la Pcia. De Bs. As., de Córdoba,
Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe, esto preocupó a Roca y entonces en una hábil maniobra, intenta
neutralizar la candidatura de “Roque Sáenz Peña” cambió la fórmula (Mitre-Bernardo de Irigoyen)
y propuso como candidato por su partido a Luis Sáenz Peña, el padre de Roque Sáenz Peña, que
era el único candidato contra el cual Roque Sáenz Peña no iba a competir, entonces este último se
bajó de su candidatura y en un acuerdo de 1893 entre lo que sería el “Partido Autonomista
Nacional” (PAN), y La Unión Cívica Nacional (UCN), se proclamó la fórmula (Luis Sáenz Peña-
José Evaristo Uriburu). Esta fórmula era la que iba a reemplazar a la fórmula (Mitre-Bernardo
Irigoyen).
-La Unión Cívica Radical, por su lado entendió que todo esto que estaba gestando Roca era un
golpe insurreccional y bajo este pretexto de La UCR se trabó la concurrencia a la contienda
electoral y por lo tanto se abstuvo de participar en los comicios, la UCR.

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Entonces la elección de ese año para la candidatura política para 1892 fue la fórmula (Luis Sáenz
Peña- José E. Uriburu) y fueron los partidos políticos del acuerdo los únicos que participaron
dentro del acto eleccionario. (Termina video)

(Aclaraciones) La división de la Unión Cívica: se debió al acuerdo, y se formaron dos grupos: los
antiacuerdistas, pronto conocidos como Unión Cívica Radical, y los acuerdistas, que formaron la
Unión Cívica Nacional. Los radicales, liderados por Alem e Irigoyen, organizaron su propia
convención partidaria y eligieron su fórmula para las elecciones presidenciales. En las filas del
PAN la oposición al arreglo también se hizo sentir; Roca y Mitre abandonaron el acuerdo aunque
rápidamente lo retomaron ante la amenaza de los modernistas, que levantaron la candidatura de
(Roque Sáenz Peña y Manuel Pizarro).
Los modernistas contaban con el apoyo de Roque Sáenz Peña, Paul Groussac, Miguel Cañé y
Lucio V. López, y con la mayoría del Colegio Electoral pues eran sostenidos por las provincias de
Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos, Corrientes, Córdoba, Santiago del Estero, Catamarca, Jujuy y
Salta. Mitre y Roca reaccionaron restableciendo el acuerdo y jugaron una carta muy hábil para
neutralizar la candidatura de Roque Sáenz Peña pues levantaron la de su padre Luis Sáenz Peña.

Resuelto el problema de las candidaturas y contando con el apoyo de los cívicos nacionales y el
PAN, el presidente Pellegrini y el ministro del Interior Roca prepararon los comicios. Pero la
autoridad nacional estaba en crisis y ello era visible en los conflictos estallados en provincias
como Mendoza y Catamarca, que fueron intervenidas.

1892-1895, PRESIDENCIA DE LUIS SÁENZ PEÑA. Acompañado como vicepresidente por


José Evaristo Uriburu. El gabinete se integró con Aristóbulo del Valle en el Ministerio del Interior,
Tomás S. de Anchorena en Relaciones Exteriores, Juan José Romero en Hacienda, Calixto de la
Torre en Justicia e Instrucción Pública y el general Benjamín Victorica en el Ministerio de Guerra.
La presidencia de Luis Sáenz Peña estuvo marcada por una fuerte oposición que lo obligó a
cambiar en varias oportunidades sus ministros y finalmente a presentar su renuncia en enero de
1895.

(Video) Luis Sáenz Peña llega al poder en octubre de 1892 con el apoyo de los partidos del
acuerdo y los católicos, por el cual tuvo un amplio triunfo en el colegio electoral. Debemos tener
en cuenta que en aquel tiempo, el país tenía el sistema en la Constitución, el sistema en el colegio
electoral, no era de elección directa como tenemos actualmente, sino que teníamos una elección
indirecta para presidente de la Nación.
-A pesar del apoyo que tenía Luis Sáenz Peña, tenía muchos problemas políticos, era
permanentemente jaqueado por los radicales UCR, que no había participado en la contienda
electoral, el propio Roca, Los Cívicos y Los Mitristas, y que gestaron conflictos en diversos
lugares del país como: un alzamiento de Cívicos y Modernistas en Santiago del Estero depuso al
gobernador Rojas, y también los Cívicos y Modernistas se enfrentaron con los Roquistas y
radicales, que jaquearon constantemente a Luis Sáenz Peña. Hubo revueltas armadas en Corrientes
donde depusieron al gobernador, en Catamarca conflicto de poderes 1893, en Bs. As. 1893 donde
se produjo una insurrección y donde prácticamente quedó tomada toda la provincia por los
insurrectos tal es así que llegaron a designar un gobernador Carlos Belgrano, por lo cual Luis
Sáenz Peña tuvo que intervenir la provincia, también Santa fe, Tucumán, San Luis tuvieron que
ser intervenidas. Era un momento, donde Luis Sáenz Peña estaba prácticamente con todos los
partidos en oposición, y cansado de tanta oposición y sin nada de apoyo elevó la renuncia al
Congreso en enero de 1895. Allí terminó el gobierno de Luis Sáenz Peña y tuvo que tomar la
presidencia José Evaristo Uriburu en enero de 1895, y continuarla por renuncia del presidente.
(Termina video)

(Aclaraciones de lo anterior) detalle de las insurrecciones antes mencionadas.


Revolución radical de 1893. Estalló en la provincia de Buenos Aires en el mes de agosto. Se trató
de un movimiento armado que obligó al gobernador de Buenos Aires, Julio A. Costa, a presentar
su renuncia en el mes de agosto de 1893. La UCR eligió a Juan Carlos Belgrano como gobernador
provisional. El incidente hizo sospechar de la conducta del ministro Del Valle, quien fue obligado
a renunciar, siendo reemplazado por Manuel Quintana.

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En las provincias del interior también aparecieron grupos rebeldes vinculados con los radicales del
Litoral. En Tucumán se sublevaron los opositores pero la revolución fue abortada. Leandro N.
Alem se levantó en Santa Fe en septiembre y Lisandro de la Torre se amotinó en Rosario. El
levantamiento tuvo el apoyo de colonos armados en varias localidades santafesinas.

El levantamiento tenía que ser sofocado y se produjo entonces la intervención del Ejército de
línea a las órdenes de los generales Roca y Fotheringham. La revolución fue vencida y sus
cabecillas apresados, restableciéndose con ello la paz. La derrota del movimiento revolucionario
de 1893 dio paso a un proceso de divisiones dentro de las filas radicales y en las elecciones de
1896 el partido fue vencido.

Los radicales realizaron un nuevo intento revolucionario para vencer al PAN. Al mismo tiempo,
Barrotaveña se propuso organizar la UCR de Bernardo de Irigoyen y, con la UC Nacional de
Mitre, enfrentar la candidatura de Roca. El proyecto no se realizó pero la vinculación personal de
Mitre e Irigoyen produjo la política de las paralelas, que consistió en proclamar candidatos en
una lista común. Esta política fue aprobada por la Convención Nacional de la UCR, a pesar de la
oposición de Hipólito Irigoyen, que se separó en ese momento de Bernardo de Irigoyen. El
Comité radical de la provincia no acató la resolución de la Convención Nacional. Por mo ción de
Hipólito Irigoyen se resolvió la disolución del partido en la provincia, triunfando de esta forma la
política de la intransigencia.

Allí terminó el gobierno de Luis Sáenz Peña y tuvo que tomar la presidencia José Evaristo Uriburu
en enero de 1895, y continuarla por renuncia del presidente.

1895-1898, PRESIDENCIA DE JOSÉ EVARISTO URIBURU.

En enero de 1895 Luis Sáenz Peña presentó su renuncia y José E. Uriburu se hizo cargo de la
presidencia. Cuando asumió los ministerios estaban acéfalos, de modo que conformó un nuevo
gabinete: Benjamín Zorrilla en el Ministerio del Interior, Amancio Alcorta en Relaciones
Exteriores, Juan José Romero en Hacienda, Antonio Bermejo en Justicia e Instrucción Pública y el
coronel Eudoro Balsa en Guerra y Marina.

(Video) Asume en un período donde siguen los conflictos, a pesar de que arribó al poder con
mucho apoyo porque era hombre de Roca, volvió en una palabra el Roquismo al poder, y ese ser
llevado por Roca llevó a que tuviera que dictar una ley amplia de Amnistía a todos los que
intervinieron en las insurrecciones de 1893-1894, por lo tanto:
Una de sus primeras medidas estuvo relacionada con los revolucionarios de 1893: presentó
al Congreso un proyecto de ley de amnistía.
Movido por esta fuerza que Roca imponía desde atrás, llevó a que este gobierno fuera muy
dependiente de Roca que por otra parte buscaba volver a tomar las riendas de la Nación y volver al
poder, trató de buscar el modo de poder llegar a las próximas elecciones de 1898. (Fin de video)

Desde el punto de vista político, se restauró el predominio del acuerdo, esa combinación de
fuerzas que acaudillaban Bartolomé Mitre, Julio A. Roca y Carlos Pellegrini. Con la presencia de
todas estas figuras en el Senado, más la de Bernardo de Irigoyen, el presidente podía sortear el
obstáculo de la oposición parlamentaria, que había sido poderosa con Luis Sáenz Peña.

En el campo de las relaciones exteriores la vieja cuestión de límites con Chile estuvo rodeada de
un clima de enfrentamiento bélico. Mientras Chile realizaba preparativos ante la perspectiva de un
conflicto armado, el gobierno argentino reorganizó el Ejército y la armada para lo cual destinó
importantes sumas de dinero. Al mismo tiempo, encaró la cuestión en términos diplomáticos y en
octubre de 1896 se firmó un acuerdo por el cual los problemas limítrofes eran sometidos al fallo
del gobierno británico. También durante su presidencia se hizo conocer el fallo del presidente de
los Estados Unidos respecto del diferendo con Brasil, que estableció los límites entre ambas
repúblicas en los ríos Pepirí y San Antonio.

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Difícil y complicada fue su gestión económica, pues aún se sentían los coletazos de la crisis
económica del 90. La situación del crédito y el déficit del presupuesto fueron los dos elementos
centrales pero, hacia fines de 1898, ya sea por el régimen de orden y la economía en la percepción
e inversión de los recursos, o porque las inversiones realizadas previamente comenzaban a dar sus
frutos, las consecuencias de la crisis desaparecieron.

En mayo de 1895 se realizó el Segundo Censo Nacional, ordenado por ley del Congreso, que
mostró la modificación del mapa poblacional del país y la transformación de las actividades
económicas.

Desde los primeros meses de 1898 realizó su trabajo la Convención Reformadora de la


Constitución Nacional, que estableció una nueva proporción de habitantes para la elección de
diputados nacionales y aumentó a ocho el número de ministros del Poder Ejecutivo, creando los
ministerios de Obras Públicas, Agricultura y Marina.

El 12 de octubre de 1898 Uriburu entregó el gobierno de la Nación al general Julio A. Roca.

1898-1904, SEGUNDA PRESIDENCIA DE JULIO A. ROCA. Fue su vicepresidente Quirno


Costa. La candidatura de Roca fue sostenida por el PAN con el apoyo de Carlos Pellegrini, quien
encabezó la campaña proselitista. Su primer gabinete estuvo integrado por Felipe Yofré en el
Ministerio de Interior, Amánelo Alcorta en Relaciones Exteriores y Culto, José María Rosa en
Hacienda, Osvaldo Magnasco en Justicia e Instrucción Pública, Emilio Frers en Agricultura,
Emilio Civit en Obras Públicas, el general Luis María Campos en Guerra y el comodoro Martín
Rivadavia en Marina.

(Video) En 1898 asume por segunda vez la conducción del país el general Roca. Asume ya
terminando el siglo, y están dadas las circunstancias para que empiece a cambiar un poco lo que
venía ocurriendo, porque las cuestiones sociales, económicas, políticas y demás, estaban gestando
una transformación. Por eso Roca termina con una forma de gobierno, una forma de gobernar, con
un tiempo y va a comenzar a partir de Manuel Quintana y a partir de comienzo del siglo otro
período absolutamente diferente.
Con Roca estamos en una etapa donde tenemos serios conflictos como por ejemplo los limítrofes;
teníamos inconvenientes que arrastramos de antes con Chile, y que llevó a que se reuniera Roca
con los Chilenos para solucionar los problemas. Cuando ya parecía que se solucionaba casi vamos
a la guerra nuevamente porque tomo misión causa común con nosotros Bolivia y Perú, que
mantenían viejas rencillas con Chile estos 2 países por la guerra del pacífico. Por lo que hubo que
buscar por parte de Chile inmediatamente la forma de atemperar la tensión que se estaba gestando,
lo que llevó a que se celebraran los pactos de mayo de 1902. Estos eran 4, un acta preliminar, un
tratado de arbitraje, una convención de limitación de armamento naval, un acta pidiendo al árbitro
que fijara una comisión, a fin de que la sentencia estableciera el modo de resolver el diferendo por
los territorios que se cuestionaban mutuamente Chile y Argentina. Tal es así que el árbitro fue
Eduardo VII de Inglaterra y esgrimió el conflicto otorgándole (54.000 Km., a Chile) y 40.000
Km., Argentina. Este fue uno de los problemas que tuvo que solucionar Roca.
-Otro problema que pudo solucionar Roca, fue los conflictos con la Iglesia, que teníamos de
mucho tiempo atrás y que 20 años estuvimos prácticamente sin relación diplomática con la santa
Sede, y en época de Roca paradójicamente se volvieron a retomar las relaciones con la Iglesia.
-También en esta época se vio a la luz institucionalmente un tema muy importante, el tema
vinculado a la vía de hecho, a la amenaza, al bloqueo que pretendían utilizar las potencia
extranjeras para el cobro de deuda pública en países del continente americano. A raíz de los
acontecimientos que había gestado el cobro por vía de bloqueo, que hicieron potencias como
Alemania, Italia, Gran Bretaña, a la república de Venezuela fue que la república argentina vio a
través de un hombre muy inteligente y claro que era “Juan María Drago”
- la famosa doctrina Drago, que decía; “La deuda pública no da lugar a intervención armada
alguna, ni tampoco a ocupación material de suelo, territorio de un país americano por parte de una
Nación Europea” esta doctrina le ponía freno a toda esta vía de los hechos, amenazas, de bloqueos,
de la presión para el cobro de deuda pública, doctrina que luego también fuera expositor y
defensor de ella Carlos Calvo y luego, también en el mundo a través del americano Monrro.

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-Esta también, fue una época de muchas obras públicas, de reforma de la educación, de la justicia,
incremento del sistema ferroviario, creó un ejército moderno, se aseguró el dominio marítimo
sobre la América del sur, construyó las vías de comunicación fluvial mediante el balizamiento, etc.
-Otro tema muy importante fue el tema laboral: debido al incremento industrial y el crecimiento
del sector obrero, necesitaba una nueva legislación, las nuevas ideas que venían de la mano de los
inmigrantes habían provocado en los derechos grandes transformaciones que las normas debían en
algún modo receptar. Tal es así que en aquella época Roca le encargó a su ministro Joaquín Víctor
Gonzáles, la elaboración de un código laboral. Elaboró un proyecto de código de 406 artículos,
que para la época era muy avanzado, donde se establecían por ejemplo; la responsabilidad civil por
todos los acontecimientos derivados del trabajo, los seguros en materia laboral, la jornada limitada
de trabajo para el obrero adulto de 8 horas, la jornada limitada de trabajo o máxima de 7 horas para
los trabajadores de 16 a 18 años, la jornada limitada de trabajo a 12 horas para los trabajadores de
comercio con un descanso de 3 para comida y descanso. Condiciones de higiene y salubridad en el
lugar de trabajo, se podía trabajar días festivos como viernes santos, 25 de mayo etc., aunque no
obtuvo sanción legislativa pero muchos de los presupuestos que el había incorporado fueron
tomados a posteriori y transformados en leyes aunque sea en leyes individuales, leyes no
codificadas pero que hicieron que se reformularan en la legislación argentina y que se le diera este
tono más en boga con el constitucionalismo social que se venía en aquellos tiempos.

Partidos políticos: También en esta época es muy importante el tema del anarquismo, el
proletariado industrial que venía con el inmigrante de Europa, traía nuevas ideas y que hicieron
improntas en estos territorios como las ideas anarquistas, no debemos olvidar que en aquel tiempo
había enorme cantidad de inmigrantes, que conformaban pequeños talleres, llegó a haber cerca de
10.000 talleres con 50.000, 60.000 obreros incorporados en ellos, y donde las ideas anarquistas se
proliferaron y divulgaron. Algunos de los anarquistas llegados, divulgaban en periódicos sus ideas,
como Pietro Bori, Lafarga y que todas estas ideas hicieron que se formaran como asociaciones,
como clubes, círculos, donde empezamos a destacar la FOA (federación Obrera Argentina), donde
la FOA proponía como metodología de actuación la huelga por ejemplo y la acción directa, porque
estos anarquistas pretendían la destrucción del estado, la familia, de la propiedad, la religión. Pero
como esta anarquía tenía cercanos a socialistas, los socialistas pretendían otra vía. Los anarquistas
se enemistaron con los socialistas porque estos participaron en las elecciones, y ellos no querían,
entonces se dividió la FOA y los anarquistas se escindieron de los socialistas y apartados de la
política se declararon comunistas y anarquistas.
-Estos círculos que empezaron a aparecer, “como el club Borwars”, que era un club que se había
formado por 1882 donde influía mucho la democracia social alemana, después “los Fashi de
laboratori”, “la sección baria”, llamada así por la distinta naturaleza de quienes la conformaban,
luego todas ellas darían lugar a la aparición según dicen del primer “Partido Socialista” en
argentina. Decimos que dicen, porque También otros dicen que por 1892, cuando se produce en el
Café club Blanca, se resuelve disolver la sección Baria, y se creo una agrupación socialista de Bs.
As. Otros quieren ver a la creación del partido Socialista en 1894 con la aparición del célebre
diario “La Vanguardia”, entonces se dice con Juan B. Justo y algunos obreros como víctor
Fernández, Eduardo Gutiérrez y demás, dieron lugar a la conformación del partido Socialista, y
otros sostienen que fue más adelante cuando se dictó la Carta Orgánica, pero en definitiva este
partido socialista Obrero argentino era una renovación de las ideas que teníamos en boga en aquel
tiempo, una idea acornada a las nuevas tendencias que venían de Europa, y era un nuevo partido
político que proponía el sufragio Universal, el sistema proporcional en materia electoral, el jurado
popular, la supresión de un ejército permanente, el descanso semanal que llegara a las 36 horas, la
educación laica, obligatoria y gratuita, es decir traía consigo unas nuevas tendencias que
renovaban y que por supuesto chocaban con las ideas liberales de la época. Tal es así que esta
tendencia socialista en 1904, lleva al congreso en argentina a Alfredo Palacios que se dice fue el
primer diputado socialista de América.
- Aparte de estas ideas que formaban círculos con los obreros e inmigrantes que venían de Europa,
también había otros círculos que se formaban por parte de obreros pero que venían imbuidos,
empapados en la Fe Católica, y estos entre los cuales había alguien que los promovía como el
sacerdote redentorista Miguel Mogrote, que había sido asesor de José víctor Gonzáles, (había sido
ministro de Roca), quien había elaborado el proyecto de código laboral y del trabajo que luego no
se sancionó. Se difundían las ideas de los obreros católicos a través de diarios como “la defensa”
“el pueblo”, y que se adelantaron o fueron casi concomitantes a la divulgación en América y en la

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república Argentina, la doctrina Social de la Iglesia que nacieron o se consagraron en la “redun
Novarum”, como también tuvieron divulgación por esos tiempos semanarios como la Democracia
Cristiana y demás.
Finaliza el mandato Roca con cierta estabilidad, orden, con paz interna. Este período culmina en lo
institucional con una renovación del sistema electoral, y con el dictado de la ley 4161, que
estableció por primera vez, un sistema electoral que daba participación, consagración en las urnas
a la posibilidad de que fueran escuchadas, fueran hacia el parlamento Argentino las minorías.
-La Ley circunscripción sistema uninominal, que dividió el país en 120 circunscripciones que
elegía un solo candidato por cada una de esas circunscripciones, por lo que era más factible que un
solo partido no pudiere ganar en las 120 circunscripciones y por lo tanto si ganaban otros partidos,
triunfaban iba a haber al menos representante de las minorías en el parlamento argentino.
-Como habían comenzado a difundirse estas ideas anarquistas de manera violenta, en 1902 con la
ley 4144, se dictó una ley sobre seguridad nacional y también, sancionando a aquellos que
perturben el orden público con lo cual esta ley llamada de Residencia permitió que se expulsaran
del país aquellos ciudadanos que llegaban y tenían acusaciones o antecedentes de perturbar el
orden público de su país proveniente. Posteriormente en 1910 se dictó una ley de defensa Nacional
por la cual, incluso se aumentaron las penas por los serios incidentes anarquistas de ese año.
-A Roca lo sucedió Manuel Quintana en 1904. (Fin de video)

(Del libro)
Uno de los acontecimientos de la segunda presidencia de Roca estuvo vinculado con el proyecto
de unificación de la deuda. El proyecto contó con la colaboración de Pellegrini, quien se hallaba
en Europa y tuvo a su cargo las negociaciones. El objetivo era unificar en títulos públicos y a un
interés menor la deuda, que se dividía en casi treinta empréstitos con diferentes intereses y
amortizaciones. Para lograr el acuerdo con los acreedores se daba la garantía especial de una parte
de las entradas de Aduana, que se depositaría en el Banco de la Nación, y los títulos y cupones
vendidos serían recibidos en la Aduana como si fueran dinero constante.

El proyecto fue sancionado por el Senado y, al ser enviado a Diputados, la oposición hizo oír su
voz. Por un lado, la prensa inició una campaña opositora al considerar que la materialización del
proyecto deprimía el crédito y tornaba incierto el porvenir; se realizaron manifestaciones
opositoras y el presidente declaró el estado de sitio en la Capital. Debido a la presión, Roca retiró
el proyecto. Esta actitud implicó la ruptura de Roca con Pellegrini, quien inició una oposición
violenta contra el ala roquista y las malas prácticas institucionales, denunciando los "vicios del
régimen”. A esta división del PAN le seguirían otras, en particular cuando Roca decidió que no
intervendría en la designación de los candidatos que debían sucederle y propició la reunión de una
convención de notables.

En la convención surgieron varios candidatos: el ministro Marco Avellaneda era apoyado por
Bernardo de Irigoyen y su grupo. Los republicanos sostenían a Manuel Quintana. Los amigos del
presidente levantaban la candidatura de Felipe Yofre. Carlos Pellegrini se enfrentaba con la
tendencia roquista y era apoyado con entusiasmo por la juventud universitaria y el Partido
Autonomista. Pese a la declarada prescindencia de Roca, su intervención en la Convención fue
denunciada públicamente.

Pero si la ruptura entre Roca y Pellegrini fue un dato sustantivo de la política nacional con con-
secuencias para el futuro del PAN, en el plano social fueron los conflictos entre el capital y el
trabajo el elemento clave en el diseño de las políticas sociales del gobierno. En 1902 se sancionó la
Ley de Residencia, o ley de expulsión de extranjeros, que buscaba eliminar a quienes eran con-
siderados los agentes de la perturbación social: algunos extranjeros y los anarquistas. Claro que
junto con la política represiva se promovieron otras medidas que daban cuenta de la importancia
que adquiría la cuestión laboral como un aspecto de la cuestión social; en 1904 se envió a las
Cámaras un proyecto de legislación del trabajo que, aunque no fue sancionado, contenía un
conjunto de medidas, algunas de las cuales formaron parte de la incipiente legislación social de la
época.

En el plano de las cuestiones limítrofes con Chile se acordaron los llamados Pactos de Mayo en
1902, que deshacían los recelos de la Argentina sobre los propósitos expansionistas de Chile a
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expensas de Perú y Bolivia y las preocupaciones chilenas ante la posibilidad de que la Argentina
tuviera alguna injerencia en los pleitos pendientes entre esos tres países. Los pactos establecían
también la limitación de armamentos y ambos gobiernos suspendieron la adquisición de nuevos
buques de guerra y acordaron disminuir sus fuerzas navales. Otra cláusula establecía la obligación
de someter a juicio arbitral todas las controversias que surgieran. Ese mismo año dio su fallo la
corona británica, que adjudicaba a la Argentina aproximadamente 42.000 km2 de los 90.000 que
estaban en litigio, con lo que se formó la nueva gobernación de los Andes.

Asimismo en 1902 la Cancillería argentina protestó por la política de intervención de los gobiernos
europeos en Venezuela. Se sostenía que no podía haber expansión territorial europea en América,
ni opresión de los pueblos del continente por problemas financieros, que afectaran el cumplimiento
de los compromisos contraídos. En pocas palabras, esta postura, conocida como la doctrina Drago,
sostenía que la deuda pública no podía dar lugar a la intervención armada y menos a la ocupación del
territorio por una potencia europea. Los motivos de la declaración estaban relacionados con la
intervención de Inglaterra, Alemania e Italia en Venezuela. Entre las razones invocadas para tal actitud
figuraba el atraso en los servicios de la deuda contraída por esa nación para ejecutar algunas obras de
servicios públicos.

En cuanto a las relaciones con las provincias, Buenos Aires dio mucho que hacer al gobierno central.
Fue intervenida por decreto en 1899 a requerimiento de la Legislatura, que sostenía que el Poder
Ejecutivo provincial obstruía su trabajo; en 1903, los enfrentamientos entre el gobernador
Marcelino Ugarte [1855-1929] y la Legislatura motivaron otra intervención. En la provincia de
Catamarca se produjo un levantamiento popular en 1899, que terminó con el envío de la intervención
federal; del mismo modo concluyó el movimiento armado de 1900 en Entre Ríos, promovido por los
partidos opositores y el de 1904 en San Luis, donde una revolución despojó al gobernador de su
investidura.

La reforma electoral de 1902: el ministro del Interior Joaquín V. González [1863-1920] presentó un
proyecto de ley electoral, que fue sancionado el 19 de diciembre de 1902. La propuesta de González
buscaba dar racionalidad al registro de votantes, pues se consideraba que era una de las bases para el
fraude electoral y el control del sufragio; establecía el voto secreto porque era la única forma de asegurar la
independencia del sufragante; y propugnaba el sistema uninominal, pues de esa manera se aspiraba a una
mayor distribución del poder y la representación de las minorías, así como a la formación de centros
regionales de poder. La ley fue aprobada manteniendo el voto oral —lo que mutilaba uno de sus
propósitos más importantes— y reguló las elecciones de 1904, cuando fue elegido Alfredo Palacios
[1880-1965], el primer diputado del Partido Socialista.

Las consecuencias de este acontecimiento para el Partido Socialista, dirigido por Juan B. Justo
[1865-1928], fueron significativas. En 1906 el Comité Ejecutivo creó un Comité Electoral Central
para auxiliarlo en las campañas políticas, coordinar las actividades electorales y servir de enlace
entre las jerarquías del partido y las unidades locales. Entre sus actividades se incluían la
organización de conferencias, la edición de folletos, la distribución de boletas, etcétera. El
periódico La Vanguardia (aparecido en 1894) tuvo un rol importante en la difusión de las ideas y
propuestas del partido así como de los resultados electorales.

Cuando se acercaba el fin del segundo mandato de Roca, la Convención de Notables que se había
convocado para elegir a los candidatos a la presidencia, eligió la fórmula integrada por Manuel
Quintana [1834-1906] y José Figueroa Alcorta [1860-19

Los Partidos Políticos.-


Además de la UCR y el PAN surgió otro partido político alternativo El Partido Socialista, algunos
inmigrantes Europeos fueron los portadores iniciales del ideario socialista. En 1894 se publico la
vanguardia, periódico fundado por el medico Juan B. Justo cuya predica adopto la forma del
Partido Socialista creado dos años después. El socialismo se diferencio por igual de los
conservadores y de los radicales acentuando su predica de reforma social a favor de los obreros,
luego surge el anarquismo que dividió el campo obrero.-

El Ejército nacional y la Marina de Guerra.-


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Instalado Urquiza al frente de la Confederación, fue necesario rodearlo de una autoridad militar. El
acuerdo de San Nicolás le confirió el mando efectivo de todas las fuerzas militares de cada
provincia, las cuales serán consideradas desde ahora como parte del ejército nacional. Así se
creaba el ejército de la confederación, bajo las órdenes del director provisorio.
Luego de Pavón, Mitre formo un nuevo ejercito nacional, pero sobre la base de las tropas porteñas,
transfiriéndose a la nación el ministerio de guerra y marina, los grados militares eran de la
siguiente jerarquía: oficiales generales (brigadieres y coronel Mayor), Jefes (coronel, teniente
Coronel, y Sargento Mayor) y oficiales (Capitán, Teniente 1°, teniente 2°, sub.-teniente, alférez,
abanderado y portaestandarte), durante la presidencia de Sarmiento se creo la primera escuela
militar del Estado, el colegio militar y posteriormente se crearon las escuelas de cabos y Sargentos,
la de guerra y la oficina topográfica militar.
La aviación militar surgió de una iniciativa de un conjunto de ciudadanos presididos por Jorge
Newbery y en 1912 se fundo la escuela de aviación militar.
En 1894 se sancionaron el código militar y 8 años mas tarde se sanciono el servicio militar
obligatorio para los argentinos de 20 años cumplidos, durante la presidencia de Roca.
Desde fines del siglo XIX el ejército fue ocupando mas espacio en el campo político del estado. La
relación del ejército con el estado se enfrió durante la presidencia de Irigoyen, y si bien mejoro con
su sucesor, Alvear, cayó nuevamente en la 2da presidencia de Irigoyen. En esta época el ejército
intervino en la revolución de 1930 y desde entonces el ejército figuro en la política argentina en
gobiernos constitucionales y gobiernos de Facto.-

La Marina de Guerra.-
Los grados de los oficiales de la marina fueron el mismo que el del ejército, pero en 1882 tuvo
nuevas jerarquías: vicealmirante, contralmirante, Comodoro, Capital de Navío, Capital de Fragata,
Teniente de navío, Teniente de fragata, Alférez de Navío, Alférez de fragata, y Guardiamarina.
El reclutamiento de los marinos constituyo un problema, hasta que en 1872 Sarmiento promulgo la
Ley que creaba la escuela Náutica. A partir de allí todos los gobiernos nacionales procedieron a
equipar la escuadra para mantenerla eficiente.-

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UNIDAD XIII - C) EPOCA CONSTITUCIONAL (Continuación)

1) La elección presidencial de 1904. Presidencia de Quintana. Las cuestiones Obreras. El


desarrollo económico. Las Finanzas. La situación política. La Presidencia de Roque Sáenz Peña.
La Legislación electoral. Sus pautas. El gobierno de Victorino de la Plaza.

2) Hipólito Irigoyen: su primera presidencia. La actuación política. Reforma Universitaria. La


Problemática Social. Política Exterior. La Presidencia de Alvear. Su análisis. Segunda Presidencia
de Hipólito Irigoyen. Aspectos. Prolegómenos de la insurrección.
-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
--

1- LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 1904. PRESIDENCIA DE QUINTANA. LAS


CUESTIONES OBRERAS. EL DESARROLLO ECONÓMICO. LAS FINANZAS. LA
SITUACIÓN POLÍTICA. LA PRESIDENCIA DE ROQUE SÁENZ PEÑA. LA LEGISLACIÓN
ELECTORAL. SUS PAUTAS. EL GOBIERNO DE VICTORINO DE LA PLAZA.

Libro, (TAU Pág. 494)

779- La terminación del predominio roquista. Para elegir a su sucesor, Roca reunió una
convención de Notables, donde surgieron con fuerza las candidaturas de:
Pellegrini; por el (Autonomismo),
Marco Avellaneda; por (el Nacionalismo),
Manuel Quintana; auspiciado por lo opositores de Pellegrini.
El presidente Roca, volcó el peso de su autoridad hacia Quintana, y así fue éste, su viejo enemigo
político quien le sucedió. Roca no podía permitir que Pellegrini fuera presidente, pues se había
apartado de su lado. Para destruirlo no tuvo más remedio que recurrir a una figura que no era de su
círculo ni de su amistad. Lo cierto es que una vez asumida la presidencia por Manuel Quintana,
este se complació en señalar la distancia que lo separaba de Roca, y la firme decisión de gobernar
sin su consejo.

(video)- A Roca lo sucedió en 1904 Manuel Quintana, este se preocupó por los problemas
sociales, en corregir todo lo que era el régimen Fiscal, también quería modificar el sistema
electoral de la Ley 4161. No aceptó dar amnistía a los insurrectos, ni concesiones, ni violencia,
sino la ley y los tribunales para todos los que tuvieran problemas. Fallecido Quintana va al poder
Figueroa Alcorta. (Fin del video)

1904-1906, PRESIDENCIA DE MANUEL QUINTANA. El gabinete estuvo integrado por


Rafael Castillo en el Ministerio del Interior, José A. Terry en Hacienda, C. Rodríguez Larreta en
Relaciones Exteriores y Culto, Damián M. Torino en Agricultura, Adolfo F. Orma en Obras
Públicas, el general Enrique Godoy en Guerra y el capitán N. J. A. Martín en Marina.

Durante esta presidencia se hizo evidente la falta de cohesión del partido gobernante (PAN) y las
diferencias entre sus figuras más notables se profundizaron. Los trabajadores protagonizaron
numerosos conflictos para obtener mejoras en las condiciones de trabajo, en particular durante los
años de 1904 y 1905. En el Congreso Nacional se votó dejar sin efecto la ley electoral que había
introducido el sistema de elecciones por circunscripciones.

La revolución de 1905: en la madrugada del 4 de febrero de 1905 estalló la última de las


rebeliones radicales del período en la Capital Federal y en las provincias de Córdoba, Santa Fe y
Mendoza. Desde el final del mandato del presidente Roca se sabía de los preparativos
revolucionarios, pero su estallido recién se produjo a poco de asumir las nuevas autoridades. El
alzamiento fue sofocado rápidamente en la Capital pero en el interior pareció por un momento
exitoso. En Mendoza las fuerzas sublevadas derrocaron por breves horas a las autoridades locales;
en Rosario se luchaba entre los regimientos amotinados y las fuerzas que salieron a reducirlos; en
Córdoba los revolucionarios depusieron a las autoridades y tomaron como rehén al vicepresidente
de la República, Dr. Figueroa Alcorta. Pese a los combates iniciales, la revolución fue derrotada y
los rebeldes depusieron las armas.
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En materia económica, en 1905 las exportaciones registran el incremento más alto logrado hasta
entonces, el presupuesto de la nación daba superávit y la inmigración se encontraba en franco
aumento.-
A fines de 1905 el presidente delego el mando por razones de enfermedad muriendo al poco
tiempo. Asumiendo la presidencia Figueroa Alcorta. Esta presidencia estuvo signada por una gran
agitación de los núcleos anarquistas que solían recurrir a actos de violencia y a manifestaciones
tumultuosas bastantes sangrientas. El radicalismo por su parte no ocultaba su afán conspirativo.
Uno de los momentos más tensos de un país con gran agitación social, fue el asesinato del jefe de
policía por parte de un militante anarquista.
La obra de gobierno se caracterizo por:
- Se creo la administración de los ferrocarriles del Estado.
- Se reglamento el trabajo de mujeres y niños.
- Se promulgó una ley de defensa social.
- Se proyecto una red telefónica en todo el territorio de la nación.

Para las próximas elecciones el radicalismo mantuvo su política de abstención y el oficialismo


propuso a Roque Saenz Peña-Victorino De La Plaza formula que gano al no tener oposición.

1906-1910, PRESIDENCIA DE JOSÉ FIGUEROA ALCORTA.

(Video) Fallecido Manuel Quintana en 1906, Figueroa Alcorta sumió la presidencia.

Con Figueroa Alcorta nos encontramos en una época donde lo llevó Roca al poder, pero después el
Roquismo le trabó la Gestión de gobierno, tal es así que no le aprobaron los presupuestos, en 1907
no le votó la ley de presupuestos y tuvo que reconducir con el y a través de una ley de poner en
vigencia del año anterior porque el parlamento no le aprobó el presupuesto. Esto demuestra como
se jaqueaba al poder cuando éste, no condecía con las sugerencias e intenciones que tenían los que
estaban fuera del gobierno pero tenían el poder en realidad, y jaqueaban el gobierno propiamente
dicho. –También tuvo problemas de límites en política exterior, -se creo la caja de conversión, y
-tuvimos una enorme cantidad de talleres con casi 240.000 afiliados, -una prosperidad muy
marcada, por ejemplo; en el puerto de Bs. As., un obrero ganaba $1200, comparado con $570 que
ganaba en un puerto de Francia.

Esta etapa vivíamos a comienzos del siglo XX, este crecimiento y prosperidad llevó a que
tuviéramos un crecimiento enorme en la población a raíz de la inmigración, y estábamos en
6.400.000 habitantes.(fin de video)

Una de las primeras medidas del nuevo mandatario fue reorganizar el gabinete, que quedó
conformado por Norberto Quirno Costa en el Ministerio del Interior, Manuel A. Montes de Oca en
Relaciones Exteriores, Norberto Pinero en Hacienda, Federico Pinedo en Justicia, Culto e
Instrucción Pública, el general Luis María Campos en Guerra, el contralmirante O. Betbeder en
Marina, Ezequiel Ramos Mexía en Agricultura y el ingeniero Miguel Tedín en Obras Públicas. El
gabinete de Alcorta no fue un modelo de funcionamiento estable: al finalizar el año 1906 había
sido modificado en su totalidad y nuevos cambios se produjeron en 1907, 1908 y 1910. Las crisis
ministeriales eran un síntoma de la fragilidad en la que se movía la coalición que lo llevó al
gobierno.

Esos problemas estallaron también en el Congreso y uno de los actos políticos del gobierno de
Figueroa Alcorta fue la clausura de las sesiones extraordinarias del Congreso Nacional. El
presidente había convocado al Congreso a sesiones extraordinarias para tratar, entre otras cosas, el
presupuesto administrativo. Transcurridos aproximadamente tres meses sin que los legisladores
hubieran considerado el asunto y, como para el presidente la demora era una maniobra de la
oposición, procedió a clausurarlo.

Sin embargo, su gobierno estuvo signado por la prosperidad expresada en las cifras del comercio
exterior y el crecimiento paralelo de las rentas de la Nación. Pero los gastos también aumentaron
y, entre 1909 y 1910, se incrementaron notablemente tanto por los recursos destinados a reforzar la
marina como por las erogaciones para la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo.
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También las obras públicas tuvieron un auge importante: canales, caminos, obras de riego y
puertos se construyeron en las provincias y en los territorios nacionales. En esta época se inauguró
el Palacio del Congreso Nacional, en cuyo recinto se realizaron las sesiones legislativas del año
1906, y la red ferroviaria aumentó aproximadamente 7.000 km en cuatro años.

LAS CUESTIONES OBRERAS. EL CENTENARIO DE LA REVOLUCIÓN DE MAYO.


Fue motivo para celebrar fastuosamente lo que se imaginaba como la entrada definitiva de la
nación al grupo de los países prósperos del mundo. La presencia de visitantes considerados
ilustres, como el presidente de Chile o la infanta Isabel de España, se sumaba para dar brillo a los
festejos y agasajos de todo tipo.

Pero el Centenario fue motivo también para las protestas. Las agitaciones obreras, que a juicio de
los gobernantes sólo entorpecían y quitaban brillo a los acontecimientos, aumentaron como
síntoma de las desigualdades del nuevo orden capitalista. Entre los conflictos de la época cabe
recordar la huelga general de la primera semana de mayo de 1909, llamada la Semana Roja, que
fue severamente reprimida y cuya consecuencia más dramática fue el asesinato, poco tiempo
después, del jefe de la Policía, Ramón L. Falcón, por un joven anarquista. La actitud represiva del
Estado se hizo visible con la sanción de la Ley de Defensa Social en 1910, una complementación
de la Ley de Residencia, que implicó el alejamiento dentro del territorio de los "sujetos
peligrosos”. Tanto la Ley de Defensa Social como el estado de sitio fueron los mecanismos
represivos utilizados para contrarrestar la creciente conflictividad social.

En un plano más estrictamente político, el Centenario representó además un momento de ascenso


del pensamiento político, que erosionaba las viejas convicciones de la oligarquía tanto como
agudizaba los conflictos y las divisiones en su seno. Su optimismo corría peligro por una amenaza
hasta entonces inédita: el estallido de numerosas huelgas parciales y generales, que llevó a decretar
en cinco oportunidades el estado de sitio. En las visiones de la época, una nueva clase (la clase
obrera) se asomaba a través de las organizaciones sindicales y las sociedades de resistencia.
Paralelamente, se daba formas a ideologías contestatarias como el anarquismo, que impugnaba la
"farsa de la democracia ", el poder del Estado y el dominio capitalista, y el sindicalismo.

Los festejos del Centenario de la Revolución de Mayo fueron también una ocasión para la
reflexión crítica, que se hizo visible en el plano filosófico, en el pensamiento económico y
sociológico, en el ensayo histórico y literario. Las obras de José María Ramos Mejía, Carlos
Octavio Bunge, Ricardo Rojas, Adolfo Saldías, Ricardo Rojas y Juan B. Justo se destacan en ese
vasto campo del pensamiento crítico.

La sucesión presidencial: al finalizar la presidencia de Figueroa Alcorta surgieron dos


candidaturas: la de Roque Sáenz Peña [1851-1914], sostenida por la Unión Nacional, que
cobijaba a los restos del antiguo PAN y a la mayoría de los partidos provinciales, y la de
Guillermo Udaondo, sostenida por el Partido Republicano.

Sáenz Peña fue una de las cabezas del movimiento modernista y un opositor a la fracción
roquista. Desde Europa se puso de acuerdo con Indalecio Gómez [1850-1920] y ambos trazaron
los lineamientos de la reforma política de 1912. A su regreso, Sáenz Peña expuso públicamente su
programa pues aspiraba a terminar con los personalismos y fundar un "partido orgánico y
doctrinario". En abril de 1910 se desarrollaron las elecciones y el Colegio Electoral eligió la
fórmula Roque Sáenz Peña-Victorino de la Plaza [1840-1919]. En la contienda electoral participó
el Partido Socialista en la Capital Federal y los radicales proclamaron la abstención.

1910-1916, PRESIDENCIAS DE ROQUE SÁENZ PEÑA Y VICTORINO DE LA PLAZA.

(Video)- Con Roque Sáenz Peña sube al poder con el, alguien que buscaba la pureza del Sufragio,
es decir la reforma del sistema electoral, tan proclamada, tan manifestada pero no realizada, a
pesar de aquel intento de mejorar el sistema con Roca y la ley 4161, porque “si un pueblo no
puede votar ni puede darse su gobierno propio, es un pueblo que no tiene independencia”, esto
decía Sáenz Peña, entonces, eleva un proyecto de ley al parlamento, donde es defendido en la

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cámara de diputados, por su ministro del interior Indalecio Gómez, y otro gran conocedor de las
leyes como Joaquín Víctor González. Se aprueba la ley de reforma del sufragio y en enero de 1912
da a luz el congreso Nacional la sanción de la ley 8871 llamada más comúnmente “La ley de
Sufragio Sáenz Peña”.
-“La ley de Sufragio Sáenz Peña”. Esta Ley que en alguna medida hoy ha sido tomada por el
Art. 37 de la Constitución nacional al menos los principios que ella irradió, lo más importante es
que; es el cambio en el sistema electoral y la posibilidad de participación de las minorías en la
política argentina.
-Presupuestos más importantes:
-A partir de ahora, votaban los mayores de 18 años enrolados en un padrón electoral.
-Aquellos que tenían más de 70 años estaban eximidos de votar. (Pudiendo hacerlo si lo desean).
-El voto era y es hoy obligación votar.
-Se establecía el voto Universal, es decir sin discriminación, sin distinción, todos los que reunían
los requisitos, mayor de 18 y enrolados en el padrón, estaban autorizados a votar.
-Secreto, porque no olvidemos que vivíamos épocas de fraude, donde se obligaba a veces al voto
cantado, donde se intimidaba a la gente para que dijera a quien había votado, es decir épocas muy
difíciles para el sistema electoral argentino.
-Tipo igualitario: un ciudadano, un voto.
-sistema de lista incompleta o llamado de voto restringido, es decir se votaba por las dos terceras
partes de los candidatos. Ej. Si había 18 candidatos para elegir, el que ganaba, se llevaba
solamente 12 bancas es decir las dos terceras partes y la tercera parte restante 6 quedaba para el
que había resultado segundo, es decir el partido. (Se votaba el partido).
Por lo tanto a partir de ahora había representación de la minoría en el parlamento Argentino.
-Había multas y sanciones administrativas para aquellos que no votaban, y no podían justificar la
omisión al voto.
Este sistema se estrenó en la provincia de Santa Fe, con la renovación de autoridades
parlamentarias y la elección de gobernador de esa provincia.
A partir de allí ocurrió que apareció y se destrabó la participación del radicalismo que comenzó a
competir en los actos eleccionarios.
Roque Sáenz Peña dijo alguna vez: “Mi libro; La Constitución, Mi Partido; La Patria”, y antes de
morir dijo; He perdido a casi todos mis amigos pero he gobernado para La República”.
(Fin de video).

El gabinete de Sáenz Peña se integró con Indalecio Gómez en el Ministerio del interior, Ernesto
Bosch en Relaciones Exteriores, José María Rosa en Hacienda, Juan M. Garro en Justicia, Culto e
Instrucción Pública, Ezequiel Ramos Mexía en Obras Públicas, Eleodoro Lobos en Agricultura, el
general Gregorio Vélez en Guerra y el contralmirante J. P. S. Valiente en Marina.
La reforma electoral: la libertad de los comicios fue una consigna que se materializó con la
reforma electoral. Secundado por Indalecio Gómez, se presentó el proyecto de reforma de la ley
electoral por el que se establecía el voto universal masculino, secreto y obligatorio y la
representación de las minorías mediante el sistema de lista incompleta. Aunque el Partido
Socialista planteó la importancia de la extensión de la ciudadanía política a las mujeres, su
exclusión se mantuvo hasta las elecciones de 1951. Una vez sancionada la ley se aplicó por
primera vez en 1912 en la provincia de Santa Fe bajo la intervención nacional. La política de
Sáenz Peña tenía un punto de coincidencia con la de la UCR, que venía reclamando la "limpieza
del sufragio”.

La reforma de 1912 cerraba un ciclo y abría otro. Entre 1880 y 1912 la sociedad había cambiado
radicalmente en tamaño y complejidad, pero el orden político era poco flexible y muchos
ciudadanos permanecían al margen. De la contradicción entre la apertura de la sociedad y el
cerramiento existente en el plano político surgirían, para algunos miembros de la élite, la
necesidad de la reforma y, con ella, la posibilidad de crear un nuevo ciudadano, más racional y
menos sujeto a las presiones y las manipulaciones. También cobraba importancia el partido
político como actor organizado que superara las organizaciones personalistas.

Consecuencia de la reforma electoral de 1912: en abril de ese año se realizaron las primeras
elecciones legislativas en las que se aplicó la nueva ley y con la participación de tres partidos: la
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UCR, el Partido Socialista y la Liga del Sur. En esos comicios votaron los varones argentinos
mayores de 18 años. En la Capital Federal y Santa Fe triunfaron los radicales, en el resto de las
provincias se mantuvo el dominio de las fuerzas políticas tradicionales. Pero la presencia peligrosa
de radicales y socialistas se apreciaba en la Capital y los radicales presentaron batalla electoral en
provincias como Salta, Córdoba y Tucumán. Las elecciones de 1914 acentuaron esta tendencia: la
UCR y el Partido Socialista obtuvieron la mayoría y la minoría en la Capital; la UCR y la Liga del
Sur lo hicieron en Santa Fe; la UCR logró la mayoría en Entre Ríos y la minoría en Buenos Aires,
Córdoba, Corrientes y Mendoza.

La oposición comenzaba a desplegarse y algunos conservadores no ocultaban su preocupación. El


vicepresidente en ejercicio, Victorino de la Plaza, propuso entonces la formación de un partido
conservador, pero otros estaban confiados en el poder de las agrupaciones provinciales. Al poco
tiempo, se delinearon mejor dos posturas claramente definidas: los que querían construir un
partido nuevo, con programa y disciplina interna, que se encolumnaban detrás de la figura de
Lisandro de la Torre [1869-1939] y los que, como Marcelino ligarte, veían esa fuerza nacional
asociada a las posiciones de poder que habían afianzado en las provincias.

Hacia fines de 1914 se constituyó en Buenos Aires el Partido Demócrata Progresista, que
aspiraba a reunir las partes dispersas del PAN y orientarlo hacia un reformismo más organizado
institucionalmente. Algunos de sus hombres, como Lisandro de la Torre, no habían formado parte
de la clase gobernante tradicional; otros, como Indalecio Gómez y Joaquín V. González, provenían
de sus entrañas. Mediante el liderazgo de Lisandro de la Torre, una fuerza política local como la
Liga del Sur, que había surgido en el sur de la provincia de Santa Fe, tenía la posibilidad de
proyectarse a un espacio más amplio.

La Liga del Sur venía proponiendo en el nivel local reformas en el sistema institucional;
reclamaba la implantación de un régimen municipal autónomo y la elección del intendente
municipal, solicitaba la concesión del voto a los extranjeros, la calificación de los electores dentro
de la categoría de contribuyentes, la justicia de paz electiva y la organización de consejos escolares
electivos y autónomos en cada comuna. Lisandro de la Torre confiaba en la mediación del partido
político y aspiraba a proyectar el suyo a una escala nacional. Aunque tuvo el apoyo de no pocas
figuras del tronco tradicional, no pudo unificar al bloque conservador, que siguió atado a las
prácticas políticas del pasado.

En las elecciones de 1916 se enfrentaron en la contienda electoral el Partido Socialista, el Partido


Demócrata Progresista, los conservadores, que levantaron la candidatura de Marcelino Ugarte, y
los radicales, que proclamaron la fórmula Hipólito Irigoyen-Pelagio Luna; en las provincias las
agrupaciones conservadoras se fragmentaban y algunos caudillos comenzaban a buscar la
protección de los radicales. Los resultados dieron ganador al radicalismo en la Capital Federal,
Córdoba, Tucumán, Mendoza, Santiago del Estero y Entre Ríos, que obtuvo la minoría en Buenos
Aires, Corrientes, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy; en Santa Fe ganaron los radicales
disidentes y los socialistas controlaban los electores de la mi noria de la Capital Federal (Mapa n°
41). Las negociaciones fueron arduas en cada una de las fuerzas políticas representadas y la
balanza se inclinó por el candidato radical. El partido radical llegaba al gobierno, luego de dos
décadas de oposición y de utilizar métodos pacíficos y violentos para el logro de sus objetivos. La
reforma electoral de 1912 fue la llave que abrió la puerta a otro período político de la historia
argentina.

PRESIDENCIA DE VICTORINO DE LA PIAZA (1914-16)

(Video) Asume Victorino de la Plaza, por la muerte de Roque Sáenz Peña, en este momento, ya
estábamos en guerra Mundial, lo cual trajo consecuencias enormes económicas, políticas y
sociales, se declara la Neutralidad del país frente al conflicto Bélico mundial y en 1916 asume por
primera vez, uno de los hombres que más influencia han tenido en la política Argentina Hipólito
de Irigoyen. (Fin de video)

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En agosto de 1914, el doctor Victorino de la Plaza pasó a ejercer la primera magistratura —que
ocupaba interinamente desde octubre de 1913— para completar el período del doctor Roque Sáenz
Peña.

En esas circunstancias se había iniciado en Europa la Primera Guerra Mundial, dramático


acontecimiento que repercutió sin tardanza en la economía de nuestro país.

El gobierno procedió con celeridad para evitar el derrumbe financiero, a consecuencia del cierre
del comercio exterior agravado por las desfavorables cosechas de os dos últimos años.

En julio de 1916 se realizaron con gran apoyo popular los festejos en conmemoración del cente-
nario de la Independencia Nacional. Ese año fue necesario convocar a la ciudadanía para que
procediera a la renovación presidencial, en medio de la resistencia de aquellos políticos que se
consideraban afectados por las disposiciones de la Ley Sáenz Peña. El doctor de la Plaza no
accedió a ningún requerimiento y dispuso efectuar las elecciones dentro de la más estricta
legalidad.

Practicado el escrutinio, se impuso la fórmula Hipólito Irigoyen-Pelagio B. Luna, proclamada por


el partido Radical.

2) HIPÓLITO IRIGOYEN: SU PRIMERA PRESIDENCIA. LA ACTUACIÓN POLÍTICA.


REFORMA UNIVERSITARIA. LA PROBLEMÁTICA SOCIAL. POLÍTICA EXTERIOR. LA
PRESIDENCIA DE ALVEAR. SU ANÁLISIS. SEGUNDA PRESIDENCIA DE HIPÓLITO
IRIGOYEN. ASPECTOS. PROLEGÓMENOS DE LA INSURRECCIÓN.

(Video) HIPÓLITO IRIGOYEN, asume en 1916 y asumió el poder con poca simpatía por el
Congreso, solamente fue a jurar, nunca inauguró ninguno de los períodos parlamentarios, jamás
leyó su mensaje presidencial y en 1917, incluso llegó a no enviarlo al parlamento. Se dice que
atacó al federalismo porque realizó tantas intervenciones que en 6 años hubo 20 intervenciones, 15
de ellas por decreto única y exclusivamente, cuando sabemos bien que por imperio de la
Constitución Art. 75, inc.31 y Art. 99, inc. 20, las intervenciones federales son y deben ser dadas
por ley, lo cual habla a las claras de la problemática que hay, es más hubo provincias como San
Luis que estuvo casi 4 años intervenida.
Estamos en la etapa en donde en 1918 va a tener también problemas serios con el tema
Universitario ya que en Córdoba se va a dar lo que se llamó “la reforma universitaria”, hubo
modificación muy importante en el tema de los programas y también designación y cambio en los
profesores a raíz de conflictos en la época.
También en esta época apareció el primer partido comunista argentino, primero partido el partido
socialista internacional y luego partido comunista en 1920.
Hubo también temas muy conflictivos desde el punto de vista de la violencia, generado por
anarquistas como todos aquellos acontecimientos que sucedieron en la semana trágica, las tomas
de establecimientos en el Sur por los Rusos, andanzas de anarquistas como Soto y todo ello llevó a
que incluso en el sur en Piedra Buena se viene a instalar un régimen anarquista en ese pueblo, para
lo cual reaccionó Irigoyen y hubo fusilamientos.
-También se manifestó antidivorcista, ante una ley de divorcio vincular, mantuvo la neutralidad
por la guerra mundial, tuvo que protestar por el hundimiento que nos produjo de 2 buques Monte
Protegido y Toro Alemania, y también se da en su mandato el apartamiento de la argentina de la
sociedad de las Naciones que se había conformado después de terminada la guerra Mundial. (fin
del video)

146. PRESIDENCIA DE HIPÓLITO YRIGOYEN. La presidencia de Irigoyen abre un nuevo período en


la historia argentina. Por primera vez un partido surgido de la clase media, al margen de las élites
gobernantes va a dirigir los destinos de la Nación. Su jefe, un humilde ciudadano del barrio de
Balvanera, se asomará entre el mar de galeras de felpa, con su gesto adusto y reconcentrado, y
desde la Casa Rosada emprenderá la marcha hacia la meta fijada. La responsabilidad es grande y
los problemas que se avecinan son lo suficientemente graves como para amedrentar al más osado.
Sin embargo, el presidente afrontará resueltamente los intrincados problemas de la hora,

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solucionándolos con una rara sabiduría popular y picardía criolla, con las que supo captar el apoyo
del hombre común.

Surgido su gobierno en medio de la Primera Guerra Mundial, bien pronto tuvo que afrontar
conflictos internacionales, especialmente a raíz del hundimiento de un barco nacional, el "Monte
Protegido", por naves alemanas. En esa oportunidad proclamará su política de neutralidad,
afirmado que la "Argentina ajustará su conducta en todo momento a los principios y normas
fundamentales del derecho internacional". Las reparaciones por parte del gobierno alemán y las
correspondientes indemnizaciones llegaron de inmediato, decretándose que al término de la guerra
habría de rendirse honores a la bandera argentina.

Inicia, igualmente, una provechosa política de entendimiento y pacificación con las naciones
hermanas, especialmente con las de América, sosteniendo en un mensaje al presidente Hoover de
los Estados Unidos, que "los hombres deben ser sagrados para los hombres y los pueblos para los
pueblos, pues en común concierto se debe reconstruir la labor de los siglos, sobre la base de una
cultura y de una civilización más ideal, de más sólida confraternidad y más en armonía con los
mandatos de la Divina Providencia".

En su política interna, a pesar de la fuerte oposición de los gobiernos provinciales y del Senado,
cuerpo donde no tenía mayoría, logra realizar viejos proyectos amasados en los años en que
caminaba por el llano. Crea la flota mercante argentina, adquiriendo primeramente el "Bahía
Blanca" e impulsa la navegación fluvial y costera. Emprende una sincera política nacionalista y
merced a sus esfuerzos la industria del petróleo cobra notable incremento. Se construye el primer
oleoducto; se rebaja la nafta. Proclama así en su mensaje de 1919 que "las minas son bienes
nacionales que no pueden dejarse librados a la explotación de los grandes monopolios internacio-
nales". Liquidada la guerra -expresa un autor- los consorcios rivales se reparten la riqueza
petrolera del mundo. Pero la Argentina quedará dueña de sus recursos totales. En este orden de
ideas sostiene que los ferrocarriles deben ser nacionales, desechando las explotaciones mixtas en
las que -afirma- el Estado resulta siempre perjudicado. Buscando la comunicación internacional
apoya las obras del ferrocarril de Yacuiba y Huaytiquina, siempre con las miras puestas en un
futuro "ferrocarril intercontinental panamericano".

Aunque Irigoyen no concretó una política social a tono con el movimiento originado en las
naciones europeas o en nuestra América (Constitución de México de 1917), tuvo al res pecto ideas
claras sobre tan grave problema. En su mensaje al Congreso en 1920 expresa, entre otras cosas,
que tras grandes esfuerzos el país ha conseguido establecer su vía constitucional en todos los
órdenes de su actividad democrática, pero le falta -agrega- fijar las bases primordiales de su
constitución social. Corno consecuencia de este pensamiento proyecta la sanción de un Código de
Trabajo, el que remite al Congreso en 1922 para su discusión. Igualmente estaba en sus
intenciones proyectar un Código de Previsión Social.

Sin embargo, a pesar de su preocupación por la cuestión social, por las relaciones entre capital y
trabajo y de su natural inclinación hacia la clase obrera, los conflictos sobrevienen; y así es como
tiene que enfrentar grandes huelgas (más de trescientas en el año 1919), manifestaciones hostiles y
una intensa campaña periodística contra su política sindical. Todo ello lo llevará a los sangrientos
días de la Semana trágica, donde, desbordado el poder, tuvo el ejército que tomar riendas para
solucionar la conmoción. Criticando su política, orientada hacia la clase media, dentro de los
viejos principios liberales que ya empezaban a desmoronarse, Juan B. Justo sostiene por esos años
que "los principios del radicalismo eran insuficientes desde el punto de vista de las
reivindicaciones proletarias. Que el radicalismo trataba de solucionar vicios políticos, pero que
carecía de programa económico y social". Igual crítica le harían años más tarde al socialismo
tradicional que, navegando en las aguas de un liberalismo aburguesado, era inoperante para las
reivindicaciones proletarias.

En materia de política interna, se advierte ya el acentuado personalismo de Yrigoyen en la


conducción partidaria y en sus actos de gobierno. Llevado por este espíritu hegemónico y para
vencer la oposición interviene numerosas provincias, sometiéndolas a su régimen. Esta política

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habrá de traerle años más tarde la división de su propio partido, surgiendo así la fuerza
antipersonalista.

En materia religiosa, si bien no fue un creyente ni pertenecía a ninguna confesión, respetó la


religión católica, como creencia mayoritaria del pueblo argentino, oponiéndose a la sanción del
divorcio por simple iniciativa parlamentaria. Tan grave problema -así lo entendía- debía ser
resuelto por una Convención Constituyente, Mantuvo, a su vez, perfectas relaciones con la Iglesia;
y en oportunidad de la sanción de la Constitución de 1921 de Santa Fe, apoyó la decisión del
gobierno santafesino en contra de la Convención reformadora que, en la nueva ley fundamental
desterraba toda cláusula o principio vinculado con la religión católica. "Las leyes -expresó en-
tonces- no generan ni extinguen las creencias en las almas. Por eso: qué deben hacer los poderes
de la Nación en estos casos. Su misión -agregó- es de paz y armonía, y este resulta do sólo se
obtiene desenvolviendo una acción moral y positiva, y velando con prudencia para evitar todo
motivo de choque en el campo de las ideas y de los sentimientos, cuando ello no tiene por objeto
asegurar una mayor felicidad de los pueblos".

Entre los graves problemas que tuvo que afrontar debe mencionarse el estudiantil. Llevada por
ideales de renovación la juventud universitaria trató de imponer un vasto plan revolucionario a fin
de cambiar viejos enfoques de los claustros tradicionales. Iniciado el movimiento de la Reforma,
Yrigoyen no estuvo ajeno a las preocupaciones de esa juventud; y ante el estado de cosas y
perturbaciones originadas en Córdoba decretó la intervención a esa universidad, designando en
calidad de rector interino al doctor Nicolás Matienzo. Posteriormente nombró en carácter de
interventor a su propio ministro de Instrucción Pública, doctor José A. Salinas, bajo cuyo gobierno
se modificaron los planes de estudio, se designaron nuevos profesores y se admitió la participación
estudiantil en el gobierno de la universidad.

La reforma universitaria; en el último caso, la influencia de la reforma universitaria realizada por


el gobierno de Yrigoyen en 1918 fue fundamental. El movimiento de reforma se concentró en la
tradicional y conservadora Universidad de Córdoba; frente al autoritarismo y el dogmatismo
imperantes en la enseñanza, los estudiantes exigían participación en el gobierno y mayor libertad
de cátedra. La movilización estudiantil, que adquirió un ligero tono antiimperialista, coincidió
temporalmente en el ámbito local con la protesta sindical y el proceso de democratización política,
y en el internacional con la revolución soviética, que había causado un profundo impacto entre los
sectores progresistas y reformistas.

La reforma fue, además, una clara expresión de los cambios producidos en la sociedad argentina,
especialmente de la emergencia de los sectores medios. El gobierno radical apoyó a los
reformistas que, aunque de manera parcial, lograron algunos cambios importantes pues un
número de estudiantes se integró al gobierno universitario, los profesores más recalcitrantes fueron
removidos de sus cargos y se modificaron algunos contenidos así como aquellas prácticas
pedagógicas más autoritarias. El verdadero éxito de la reforma se halla en su proyección hacia el
futuro, en tanto con el pasar de los años habría de contribuir a democratizar la vida universitaria,
profundizar la libertad de expresión y enriquecer la actividad académica.

Estos cambios formaban parte de una honda transformación de la sociedad de entreguerras. Sin
restarles importancia a los conflictos de carácter sindical y social ocurridos entre 1917 y 1921, se
notó una tendencia hacia una mayor nivelación social, que implicó una relativa homogeneización
de la cultura debido, entre otros motivos, a la importancia adquirida por los medios de
comunicación masiva, que tuvieron un indudable peso sobre los valores y las formas de vida de
los lectores, tanto por el estilo de propagar las noticias como por los cambios introducidos en los
dispositivos publicitarios: la circulación de revistas con ediciones de decenas de miles de
ejemplares (Caras y Caretas, El Hogar, El Mundo Argentino) o de ediciones baratas de literatura
popular como la famosa Novela Semanal, destinada al público femenino; los diarios masivos como
Crítica (aparecido en 1913) llegaron a tiradas de 287.000 ejemplares en julio de 1929, o El Mundo,
que en el mismo año de su aparición (1928) llegó a tirar 127.000 unidades. En estas mutaciones no
fue menor la contribución de los cambios tecnológicos: la popularización del cinematógrafo, que
multiplicó sus salas y se extendió hacia los barrios, pero esencialmente la gran transformación

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electrónica permitió la aparición de la radio que, desde la mítica primera emisión en 1920 de la
ópera Parsifal, se convertiría en un medio de fundamental importancia.

Por supuesto, este fenómeno fue mucho más marcado en el litoral pampeano y, dentro de éste, en
las áreas urbanas como Rosario o Buenos Aires, mientras las ciudades del Noroeste sufrían un
proceso de retracción tanto en el crecimiento como en el bienestar general de su población. En el
caso de la educación, si bien es cierto que el analfabetismo descendió en todo el país, en
provincias como Catamarca, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Santiago del Estero o
Tucumán, el índice de población iletrada superaba el alarmante 35 por ciento de todos sus
habitantes.

147. NUEVAS FUERZAS SOCIALES. LA LEGISLACIÓN OBRERA. SIRVE PARA EL PUNTO I,


ANTERIOR LEGISLACIÓN OBRERA.

Como ya hemos destacado, el aluvión inmigratorio que llega al país, tras la política liberal
proclamada por los hombres del 53, abre nuevos rumbos a las perspectivas nacionales. Del cho que
de sangres, ideas e instituciones, va a salir la nueva Argentina, revitalizada al conjuro de esta
integración, dinámica y profunda. Nacerá aquí la Argentina del cambio, apuntando hacia el
progreso; pero, ya lo hemos señalado también, enfrentándose a graves problemas, como
consecuencia de ese cambio, de esa transformación.

Atraídos por la aventura de América llegan al país, juntamente con los colonizadores que habrán
de marchar a nuestros campos, fundando sus colonias a lo largo y a lo ancho del país, una gran
masa de obreros europeos, desalojados del Viejo Mundo a raíz de los graves conflictos sociales.
Toda esta legión, que en gran parte no va a la campaña sino que se queda en las ciudades,
especialmente Buenos Aires, trae a su nueva patria de adopción un tumultuoso hervidero de ideas
revolucionarias. Llegan así los proscriptos de la Asociación Internacional de Trabajadores, tanto
de España como de Italia, los socialdemócratas de Alemania, los seguidores de Carlos Marx desde
su Manifiesto de 1848; socialistas utópicos y revolucionarios, anarquistas y sindicalistas; todos,
con ansia de redención social, proclamando la guerra al capital, al liberalismo, a la burguesía o al
Estado.

La crisis económica, política y social que sufre el país en esa época es campo propicio para las
nuevas ideas. Comienzan las huelgas; sectores importantes de obreros se adhieren a la Primera
Internacional; se comienzan a organizar las primeras federaciones obreras; tipógrafos y
comerciantes emprenden una campaña en pro del descanso dominical. Y mientras los radicales
alzan su bandera en las jornadas del 90 o luchan contra el acuerdo, los trabajadores solicitan al
gobierno, luego de un mitin en el Prado Español, donde se habló en alemán, italiano y francés,
además del español, una serie de mejoras sociales. Siete mil obreros firman el petitorio, donde se
solicita la jornada de ocho horas; la prohibición del trabajo de menores de catorce años y
reducción de la jornada a seis horas para los menores de ambos sexos de catorce y quince años; la
abolición del trabajo nocturno; la prohibición del trabajo de la mujer en tareas que afecten su
salud; descanso no interrumpido para todos los trabajadores de treinta y seis horas semanales;
prohibición de trabajos insalubres; prohibición del trabajo a destajo por subasta; inspección
sanitaria a las fábricas; seguro obligatorio para los obreros contra accidentes, a cargo exclusi vo de
los empresarios y del Estado, y la creación de tribunales mixtos, integrados por la parte patronal y
obrera, para solucionar los diferendos surgidos a raíz del contrato de trabajo 3.

Se funda, más tarde el partido socialista; arraiga en el país el anarco-sindicalismo; proliferan los
periódicos ideológicos, sosteniendo las nuevas doctrinas: La Protesta, La Vanguardia, La Liberté,
La Revolución Social, La montaña (donde escribieron Lugones e Ingenieros), El Diario del Pueblo
(de Juan B. Justo), y así numerosas hojas, donde colabora la juventud revolucionaria de entonces.

Con todo este fermento hace su irrupción en el siglo XX el movimiento obrero argentino. Las
huelgas, los choques con el gobierno, los atentados terroristas, a la par de un clima de insurrección
política, determinan la declaración del estado de sitio en numerosas oportunidades durante el
primer decenio. Los obreros se agrupan en la Unión General de Trabajadores y en la Federación
Obrera Argentina. A su vez, por reflejo del gran movimiento sindicalista francés (con dos filiales
246
247
en el país) en julio de 1905 se concreta una corriente de opinión destinada a fusionar a los grupos
teóricos divergentes. En su manifiesto fijan la posición "del movimiento obrero en la lucha de
clases", exhortando a "demostrar teórica y prácticamente el papel revolucionario del sindicato";
ratificando el "concepto marxista sobre el significado de la acción del proletariado en su
fundamental expresión de la lucha de clases"; y entre otras declaraciones subversivas, negando
"que el Estado sea órgano social y universal" y atacando al régimen capitalista 4.

Con motivo de este tenso clima y de una huelga general decretada en el país el Poder Ejecutivo
nacional presidido por el general Roca remitió al Congreso un proyecto de ley que, en pocas horas,
fue sancionado. Éste fue el origen de la llamada ley de residencia, promulgada el 22 de noviembre
de 1902. En su parte dispositiva se establecía que el Poder Ejecutivo podía "ordenar la salida del
territorio de la Nación a todo extranjero que hubiese sido condenado o perseguido, por los tribuna-
les extranjeros por crímenes o delitos comunes". Pero la ley iba aun más allá al facultar al
gobierno la salida de todo extranjero cuya conducta comprometiera la seguridad nacional o per-
turbara el orden público. Se impedía, además, la entrada al país de toda persona con antecedentes,
dándole tres días al que hubiera entrado para dejar el territorio de la nación, pudiendo el Ejecutivo,
como medida de seguridad, ordenar su detención.

Dos días después de sancionada esta ley, que concitó una fuerte oposición en el sector obrero,
Roca decretó el estado de sitio, ordenándose la clausura de locales de sindicatos y periódicos.

En 1904 el doctor Joaquín V. González, ministro del Interior del gobierno del general Roca
presentó a las Cámaras un proyecto de ley nacional del trabajo. En el mensaje del Poder Ejecutivo
se hacía resaltar que dado el grado de evolución en que se hallaba el país y los graves conflictos
sociales que lo aquejaban habían alentado al gobierno a presentar un proyecto de ley del trabajo
"que tuviese por propósito eliminar en lo posible las causas de las agitaciones, que se notaban cada
día más crecientes en el seno de aquellos gremios, cuyo aumento y organización, paralelos con el
desarrollo de nuestras industrias, del tráfico comercial, interior e internacional", y el desarrollo de
los grandes centros urbanos y concentraciones fabriles, había llevado al país a un estado de crisis.

Son numerosos los casos -agregaba el mensaje- comprendidos en la moderna legislación del
trabajo, nacidos de la industria misma en sus formas actuales, que no hallan en la ley civil ni
comercial una sanción positiva, ni menos una garantía de ejecución. Superando así las
disposiciones del Código de Vélez, el nuevo Código regulaba de una manera completa las
modalidades y situaciones creadas como consecuencia del contrato de trabajo, más allá de la
simple locación de servicios.

Luego de las disposiciones generales la nueva ley dedicaba su primer título a los extranjeros,
reglamentando sus actividades, su entrada al país, aspectos sanitarios, juicio de deportación, su
ubicación y fuentes de trabajo. Seguidamente (título II) se legislaba sobre el contrato de trabajo, su
naturaleza; de las obligaciones de patrones y obreros y de los intermediarios en dicho contrato
(título III).

En otros capítulos se trataba sobre los "accidentes del trabajo, la responsabilidad civil y seguros".
Se reglamentaba la "duración y suspensión del trabajo" (jornadas, días festivos y descanso
hebdomadario); el "trabajo a domicilio e industrias domésticas"; el "trabajo de los menores y de
las mujeres"; "trabajo de los indios"; "contrato de aprendizaje", etcétera. En el título XI se
legislaba sobre las "condiciones de higiene seguridad en la ejecución del trabajo", destacando las
actividades insalubres y las condiciones de seguridad y salubridad que debían poseer ciertas
industrias. Reglamentaba, luego, a las asociaciones industriales y obreras y creaba la Junta
Nacional del Trabajo, como organismo central, dependiente del Ministerio del Interior, encargado
de coordinar y controlar todos los aspectos y relaciones de trabajo que se suscitaran con motivo de
la nueva ley. Finalmente, se dedicaba el último título (XIV) a los Tribunales de Conciliación y
Arbitraje.

Este Código, que llenaba una sentida necesidad, pues atendía a los problemas más fundamentales
surgidos como consecuencia del contrato laboral, fue, sin embargo, resistido por cuestiones
políticas y circunstanciales, por las mismas entidades obreras (la FORA y la Unión General de
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248
Trabajadores), aduciendo que la ley era una nueva trampa en contra de la clase obrera. La verdad
es que el pueblo creía poco en los gobiernos que respondían a la política del acuerdo, y en con-
secuencia gravitó para que esta ley no tuviera sanción en el Congreso.

La labor legislativa en materia social fue escasa durante las primeras décadas de este siglo. A pesar
de ello, se aprobaron algunas leyes de positivo valor, entre las que podemos mencionar la ley de
"descanso dominical" (1905); la ley sobre "trabajo de mujeres" n° 5291, del año 1907; la ley
11.317 sobre "trabajo de mujeres y menores" de 1924; la ley 9688 de "accidentes de trabajo" del
año 1915; la ley sobre "jornadas de trabajo", n° 11.544 del año 1929 (ocho horas diarias y cuarenta
y ocho semanales); la ley de "protección a la maternidad para empleadas y obreras de empresas
particulares" (n° 11.933 del año 1934); y así otras de menor importancia que fueron conformando
una legislación social, evidentemente retrasada con respecto a otros países.

Cabe recordar que después de la Primera Guerra Mundial la mayoría de las naciones entraron en la
etapa del llamado "constitucionalismo social", proclamando en sus leyes fundamentales los nuevos
principios sociales en boga.

La "Declaración de los derechos del trabajador explotado" dada en Rusia en 1918; la Constitución
alemana de Weimar de 1919; la de Estonia (1920); Polonia (1921) entre otras y en nuestra
América, la de México de 1917, fueron los modernos documentos constitucionales que sustentaron
las nuevas doctrinas sociales, tras el paso de los principios socialistas, del pensamiento marxista o
de la doctrina social de la Iglesia Católica expuesta especialmente en diversas encíclicas.

1922-1928, LA PRESIDENCIA DE ALVEAR.

(Video) Uno de los problemas en su gobierno, un serio conflicto dentro de la paz interna radical,
entre personalistas y antipersonalistas. Los personalistas jaqueándolo al gobierno como por
ejemplo a través de la creación de grupos de izquierda, la fuerza orientadora radical de la juventud
argentina, también haciéndole problemas en el manejo del presupuesto en el parlamento en 1926
no le aprobaron el presupuesto, y también hubo leyes importantes como la ley de los derechos
civiles de la mujer, el derecho de trabajo de las mujeres y los menores, la industria petroquímica
pegó un gran salto, el crecimiento de la industria petrolera. (FIN video)

Si bien es cierto que la presidencia de Alvear se caracterizó por un período de paz social debido a
la notable recuperación económica, su gobierno estuvo signado políticamente por el
distanciamiento de Irigoyen y por el fuerte conflicto entre personalistas y antipersonalistas. Desde
un primer momento el nuevo presidente decidió gobernar de manera independiente y esta decisión
se hizo evidente en la elección de su gabinete. Sólo Eufrasio Loza (Obras Públicas) respondía al
ex presidente, el resto de los ministros no tenían una filiación partidaria determinada: Rafael
Herrera Vegas en Hacienda, Tomás Le Bretón en Agricultura, José Nicolás Matienzo en
Interior, Celestino Marcó en Justicia, Ángel Gallardo en Relaciones Exteriores, Manuel Domeq
García en Marina y Agustín P. Justo en Guerra.

Alvear gobernó de manera diferente a su antecesor. Las intervenciones provinciales por decreto
fueron sensiblemente menores y colocó el gasto público bajo control del Parlamento, aunque sólo
consiguió limitarlo relativamente. De esta forma intentaba quitarle a Yrigoyen una de sus prin-
cipales herramientas de control partidario.

La lucha entre yrigoyenistas (personalistas) y alvearistas (antipersonalistas) se tornó


encarnizada. Se manifestaba tanto en los conflictos entre el presidente y el vice como en el
Congreso, donde cada tema presentado era motivo de arduas polémicas. Los antipersonalistas
pretendieron, desde el gobierno, controlar el aparato político del yrigoyenismo e intentaron atacar
uno de sus bastiones principales, al querer intervenir infructuosamente Buenos Aires. Desde el
diario yrigoyenista La Época se criticaba con dureza al gobierno. Vicente Gallo reemplazó a
Matienzo en el Ministerio del Interior e inició una dura ofensiva contra los yrigoyenistas, tratando
de controlar los comités partidarios. En 1924 marcharon separados a las elecciones municipales de

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249
la Capital, permitiendo de esta manera el triunfo del socialismo; los antipersonalistas se ubicaron
en el segundo lugar.

La división radical: las diferencias se fueron profundizando de tal forma que los personalistas
acusaron a sus rivales de integrar el "contubernio" con los enemigos de la "causa radical".
Finalmente, en 1924 se produjo la ruptura, y el alvearismo constituyó, con la dirección de
Leopoldo Meló, Segundo Gallo y José Tamborini, la Unión Cívica Radical Antipersonalista. El
nuevo agrupamiento recibió el apoyo de varios grupos conservadores provinciales e, incluso, del
cantonismo sanjuanino y el lencinismo mendocino, quienes a pesar de su extremada popularidad
se unieron al antipersonalismo, debido a su enfrentamiento con Yrigoyen. Sin embargo, el an-
tipersonalismo se encontró con enormes dificultades políticas ante la imposibilidad de controlar el
aparato partidario, especialmente después de la derrota electoral de 1926 ante el personalismo.

La división socialista: la lucha interna en el radicalismo tuvo efectos sobre el Partido Socialista.
Después de la importante elección realizada en 1924, comenzaron a manifestarse serias
discrepancias entre sus miembros, especialmente cuando el bloque de diputados comenzó a aliarse
sistemáticamente con los antipersonalistas. El disgusto de la dirección se hizo público en 1924,
cuando algunos diputados socialistas, en lugar de votar al bloque de mayoría para elegir presidente
de la Cámara como era costumbre, apoyaron al sector antipersonalista. Estas acciones estaban
vinculadas al hecho de que varios dirigentes partidarios estaban relacionados con grandes
empresas y coincidían políticamente más con algunos conservadores y, obviamente, con los
antipersonalistas que con el reformismo de Juan B. Justo. Este proceso culminó con la ruptura del
partido y la formación del Partido Socialista Independiente, encabezado por Antonio de Tomaso
y Federico Pinedo.

Las diferencias en el radicalismo no eran sólo una cuestión de mayor o menor personalismo. La
política de Alvear manifestó cambios en varios aspectos: en principio, no compartía la falta de
alineamiento internacional de Yrigoyen, postura ya demostrada cuando era embajador en Francia y
se había opuesto a la decisión presidencial de retirarse de la Sociedad de las Naciones. Además,
aparentemente, sostenía un criterio menos estatista respecto del problema del petróleo. Sin
embargo, el tema no es transparente: Yrigoyen no se opuso durante su gobierno a la participación
de las empresas privadas extranjeras en la industria petrolera; incluso, entre 1916 y 1922, la
participación de éstas en la producción total aumentó ininterrumpidamente del 3 al 20 por ciento.

En 1922, Yrigoyen había creado la Dirección Nacional de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales
(YPF) para supervisar y orientar la producción nacional. Si bien es cierto que la participación de
las empresas privadas, especialmente la norteamericana Standard Oil, siguió aumentado sig-
nificativamente, Alvear no modificó el rumbo anterior. Colocó al general Enrique Mosconi
[1877-1940] al frente de YPF y en 1925 abrió la refinería de La Plata. Ese mismo año comenzó
una sorda puja entre YPF y Standard Oil que motivó un ruidoso alineamiento del yrigoyenismo
con la empresa nacional y ataques a la Standard Oil que involucraban la política de Alvear.

Pero más allá de estas diferencias, el gobierno de Alvear está atravesado poruña imagen de buen
gobierno, manejo ordenado de las finanzas, respeto por las libertades individuales y cierta
preocupación social, expresada en varias leyes aprobadas durante su mandato. En efecto, en 1924
se aprobaron las leyes ll.317yll.318 sobre contrato del trabajo de los menores y la prohibición del
trabajo nocturno en las panaderías, respectivamente, así como la ley 11.312, que fijaba la
jubilación de los maestros primarios. Un año más tarde se sancionó una ley que regulaba la forma
de pago del salario y en 1929 la ley 11.544, que establecía la jornada laboral de ocho horas.

Hacia el fin del gobierno de Alvear los antipersonalistas, que habían elegido la fórmula
Leopoldo Melo-Vicente Gallo, se sentían muy seguros de obtener el triunfo en las elecciones
presidenciales de 1928. El clima político parecía favorable pues los grandes diarios como Crítica,
La Nación o La Prensa realizaban desde sus páginas una furibunda campaña contra la figura de
Yrigoyen.

A esta crítica se sumaban los despiadados ataques de una derecha antidemocrática cuyo único fin
era impedir el triunfo del viejo caudillo radical. Intelectuales nacionalistas, como Ernesto Palacio o
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los hermanos Julio y Rodolfo Irazusta y otros nucleados en el grupo Nueva República, se sumaban
a la apelación a ((la hora de la espada " hecha por Leopoldo Lugones [1874-1938] en 1924,
criticando abiertamente a la democracia liberal y al sufragio universal instaurado con la ley Sáenz
Peña y pensando, cada vez más, en el Ejército como una alternativa a la democracia. En estos años
aparecieron numerosas publicaciones de tendencia nacionalista (Re vista Nacional, La Nueva
República) cuyo nexo se hallaba en la exaltación del patriotismo, el militarismo, el catolicismo, el
nativismo y también la completa impugnación de la democracia.

Sin embargo, Yrigoyen gozaba de una enorme popularidad, tal vez mayor que durante su
presidencia. Acompañado en la fórmula por Francisco Beiró, que falleció poco después de las
elecciones y fue reemplazado por Enrique Martínez, triunfó ampliamente en comicios con un
gran nivel de participación popular. En efecto, el porcentaje de votantes fue del 80,85 por ciento
de los inscriptos, ampliamente superior al 55,25 por ciento de la elección de 1922.

1928-1930, LA SEGUNDA PRESIDENCIA DE YRIGOYEN.

A pesar del caudal de votos recibido, el nuevo gobierno fue débil y mostró un rumbo errático.
Yrigoyen sumaba al inconveniente de su avanzada edad 76 años, la elección de un gabinete cuyas
dotes políticas no parecían ser las mejores dada esa circunstancia: Elpidio González ocupó el
Ministerio del Interior, Tomás Zurueta el de Marina, Luis Dellepiane el de Guerra, José B.
Ábalos fue designado en Obras Públicas, José B. Fleitas en Agricultura, Enrique Pérez Colman
en Hacienda, Juan de la Campa en Justicia e Instrucción Pública y Horacio Oyhanarte en
Relaciones Exteriores.

(Video) Época de muchos conflictos, en el manejo de la cosa pública por enorme cantidad de
motivos: corrupción administrativa, por desorden y desacierto en las decisiones por no haber una
verdadera cabeza que actuara, el predominio de los políticos subalternos, los que estaban debajo y
manejaban, por los radicales por su propio personalismo, la crisis del 29 que había impactado en la
argentina, el descontento político, el mal manejo de las cuestiones o de las cosas militares,
organizaciones para militares como la liga republicana, el peculado, todo lo que hizo que bajaran
las exportaciones de cereales y de carnes por la crisis mundial, todo esto llevó a que se produjera
el 6 de septiembre de 1930 uno de los hechos más lamentables.
Es decir la insurrección que depuso al gobierno de Hipólito Irigoyen y trajo al poder al primer
presidente de facto de este siglo que fue José Uriburu. (Fin del video sigue en la otra unidad)

El partido no prestaba gran ayuda al presidente, pues por un lado estaba inmerso en una lucha de
facciones por la sucesión de Yrigoyen, encabezadas por Horacio Oyhanarte, Elpidio González y el
vicepresidente Martínez. Por otra parte, se encontró con una oposición aun más despiadada que la
anterior, desde la prensa hasta los partidos políticos rivales. Además, a pesar del gran triunfo
electoral de 1928, seguían sin controlar el Senado que, sistemáticamente, vetaba los proyectos
importantes del gobierno como, por ejemplo, la ley del petróleo. El gobierno volvió a apelar a las
intervenciones provinciales por decreto a Corrientes, Santa Fe, Mendoza y San Juan. El caso fue
más grave en las dos últimas provincias pues se anuló el triunfo electoral de los líderes populistas
antiyrigoyenistas Carlos W. Lencinas y Federico Cantoni, que contaban con un fuerte apoyo de
la población local. La cuestión adquirió dramatismo cuando Lencinas fue asesinado a fines de
1929.

Las agitaciones obreras continuaron y aunque Yrigoyen tomo personalmente interés en el


problema, pero las soluciones en medio de la crisis económica, no siempre llegan. El presidente
preocupado por la situación, sanciona importantes leyes sociales:
- La que fija la jornada legal de trabajo.
- Se realiza un curso ganadero.
- La ley que fija normas para la aplicación de las leyes laborales.
- La ley que aprueba el régimen de jubilaciones y pensiones para bancarios.

También se realizaron importantes trabajos en los ferrocarriles, los puertos fluviales, y se crearon
1700 escuelas primarias.-

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251
La política laboral tampoco manifestaba el dinamismo de la primera presidencia, aunque
Yrigoyen conservó una buena relación con los sindicatos ferroviarios y navales. La caída de
popularidad del radicalismo se evidenció más aún con la pérdida de caudal electoral en las
elecciones de diputados de 1930, cuando descendió del 57,6 por ciento obtenido en 1928 al 41,7.
Este porcentaje le alcanzó para triunfar en el total nacional con comodidad; además venció en
Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, San Juan, Santiago del
Estero y Tucumán. Sin embargo, el impacto mayor se produjo en la Capital, donde el radicalismo
obtuvo un resultado desastroso, casi 30 puntos debajo de la elección anterior. Era evidente que los
primeros efectos de la crisis económica desatada el año anterior (reducción del gasto públi co,
inflación, atraso en el pago de sueldos, aumento del desempleo) habían contribuido a deteriorar la
base de sustentación de Yrigoyen.

La Crisis se Precipita.-
En 1929 se quiebra la bolsa de Nueva Cork, lo que produce un desequilibrio económico financiero
a nivel mundial y en nuestro país provoca la huida de capitales extranjeros a sus países de origen.
El gobierno deberá enfrentar los problemas derivados de la crisis: la recuperación de empleos, La
inflación, Caída de las exportaciones y aumento de la deuda estatal, el descontento crece, los
apoyos políticos disminuyen, y la clase media también se suma a la crítica, al igual que los
partidos opositores. A todo esto se suma la agitación estudiantil, y la influencia de sectores
antidemocráticos vinculados al fascismo italiano, que presionan sobre los militares. El 5 de
setiembre de 1930, Yrigoyen abandono su cargo por razones de salud y el vicepresidente decreto
el estado de sitio, pero ya era tarde, un movimiento civil y militar encabezado por el general
Uriburu estallo el 6 de setiembre y derroco a las autoridades constitucionales.-

La conspiración militar: otro factor de inestabilidad provenía del Ejército. Ya en 1927 el general
Justo había manifestado su oposición al retorno de Yrigoyen al gobierno. Una vez en el poder el
viejo caudillo, el Ejército comenzó a conspirar abiertamente, no sólo contra el gobierno sino
también contra la democracia. El estilo "plebeyo " de los nuevos gobernantes, la intensificación de
los conflictos sociales y la política mediadora y conciliadora del gobierno en ellos o el neutralismo
en política exterior eran todos aspectos revulsivos para el Ejército.

La tendencia golpista era liderada por José F. Uriburu [1868-1932], un general de tendencia
nacionalista y corporativista, apoyado por un grupo de intelectuales como Juan Garulla, Carlos
Ibarguren, José María Rosa y los ya mencionados hermanos Irazusta, Lugones y Palacio, que
repartían sus simpatías entre el fascismo italiano y el falangismo hispano, se manifestaban
fervientes defensores de la jerarquía y el orden y hacían gala abiertamente de una retórica
impugnatoria de una supuesta "bolchevización " de la sociedad, a la que vinculaban con el sufragio
universal y, por supuesto, con Yrigoyen y el radicalismo.

Otra línea de apoyo al golpe estaba encabezada por militares liberales como Agustín P. Justo y
José M. Sarobe y recibía el apoyo de varios partidos (radicales antipersonalistas, socialistas
independientes y conservadores). Este sector no impugnaba, en teoría, el sistema democrático sino
el personalismo y el populismo de Yrigoyen. De una u otra forma, el cruce de estas dos tendencias
(nacionalista una, liberal la otra) con la evidente pérdida de consenso del gobierno legítimo
permitieron el 6 de septiembre de 1930 que los militares derrocaran al presidente Hipólito
Yrigoyen, dando comienzo a una larga etapa de interrupciones institucionales y de gobiernos de
facto antidemocráticos.

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UNIDAD XIV - C) EPOCA CONSTITUCIONAL (Continuación)

1) La ruptura institucional. Crisis del año ’30. Presidencia de J.F Uriburu. Acordada de la Suprema
corte de justicia del 11/09/1930. Análisis de su contenido y sus consecuencias institucionales.
Presidencia de Agustín P. Justo. Presidencia de Roberto M. Ortiz. Presidencia de Ramón S.
Castillo. Revolución de 1943. El 17 de Octubre de 1945. Primera Presidencia de Juan D. Perón.
Segunda Presidencia de Juan D. Perón. Su Gobierno. La Constitución de 1949.

2) La Revolución de 1955. La Reforma constitucional de 1957. Los años de transición. Presidencia


de A. Frondizi. El gobierno de Arturo Illia. La revolución Argentina. Sus aspectos. Gobiernos
Justicialistas. El Proceso de Reorganización Nacional.

3) La vuelta a la democracia. Presidencia de Raúl Alfonsín. Aspectos. Las Provincias y sus


reformas constitucionales. Primer Gobierno de Carlos S. Menem. Aspectos. La reelección
presidencial. La Reforma Constitucional de 1994. Sus antecedentes y caracterización de su
contenido.
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1) La ruptura institucional. Crisis del año ’30. Presidencia de J.F Uriburu. Acordada de la Suprema
corte de justicia del 11/09/1930. Análisis de su contenido y sus consecuencias institucionales.
Presidencia de Agustín P. Justo. Presidencia de Roberto M. Ortiz. Presidencia de Ramón S.
Castillo. Revolución de 1943. El 17 de Octubre de 1945. Primera Presidencia de Juan D. Perón.
Segunda Presidencia de Juan D. Perón. Su Gobierno. La Constitución de 1949.

La Ruptura Institucional – Crisis del 30.-


Al llegar el año 1930 la situación de país era difícil, la crisis económica mundial y la edad
avanzada del presidente Yrigoyen se sentían en la estructura económica de la republica y el
gobierno recibió duras críticas,
Los factores que confluyeron en esta revolución del 6 de setiembre (el golpe) fueron:
- Los conservadores que habían cambiado sus principios al fascismo italiano.
- La influencia de un ejército muy politizado y predispuesto a la conspiración.
- La predica de una prensa tenazmente opositora.
- La opción de los derechos petroleros internacionales a los que el presidente se opuso.

Los golpistas pertenecían a dos líneas políticas diferentes, el general Uriburu dispuesto a imponer
una dictadura inspirada en el fascismo italiano y por otro lado el general Justo que aspiraba
solamente a desplazar al presidente e implantar un gobierno apoyado en los grupos políticos
opuestos a Yrigoyen sin alterar el sistema político.-

Acordada de la Corte Suprema del 10/09/1930. Análisis de su contenido y sus consecuencias


institucionales
Esta Acordada avaló el golpe de Uriburu, lo apoyó. Su texto es el siguiente:
“En Buenos Aires, a los diez días de septiembre de 1930, reunidos en acuerdo extraordinario
los señores ministros de la Corte Suprema de Justicia, doctores don José Figueroa Alcorta, don
Roberto Repetto, don Ricardo Guido Lavalle y don Antonio Sagarna y el procurador general de la
Nación, doctor don Horacio Rodriguez Larreta, con el fin de tomar en consideración la
comunicación dirigida por el señor presidente del Poder Ejecutivo Provisional, teniente general
don José F. Uriburu, haciendo saber a esta Corte la constitución de un gobierno provisional para la
Nación, dijeron:
1º) Que la susodicha comunicación pone en conocimiento oficial de esta Corte Suprema la
constitución de un gobierno provisional emanado de la revolución triunfante en seis de septiembre
del corriente año.
2º) Que ese gobierno se encuentra en posesión de las fuerzas militares y policiales necesarias para
asegurar la paz y el orden de la Nación y, por consiguiente, para proteger la libertad, la vida y la
propiedad de las personas, y ha declarado, además, en actos públicos, que mantendrá la
supremacía de la constitución y de las leyes fundamentales del país, en el ejercicio del poder. Que
tales antecedentes caracterizan, sin duda, un gobierno de hecho, que la doctrina constitucional e

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internacional se uniforma en el sentido de dar validez a sus actos cualquiera que pueda ser el vicio
o deficiencia de sus nombramientos o de su elección en cuanto a su constitución y de cuya
naturaleza participan los funcionarios que lo integran actualmente o que se designen en lo
sucesivo, con todas las consecuencias de la doctrina de los gobiernos de facto, respecto de la
posibilidad de realizar válidamente los actos necesarios para el cumplimiento de los fines
perseguidos por él.
Que esta Corte ha declarado, respecto de los funcionarios de hecho que la doctrina constitucional e
internacional se uniforma en el sentido de dar validez a sus actos, cualquiera que pueda ser el vicio
o deficiencia de sus nombramientos o de su elección, fundándose en razones de policía o de
necesidad y con el fin de mantener protegido al público y a los individuos cuyos intereses puedan
ser afectados, ya que no sería posible a éstos últimos realizar investigaciones ni discutir la
legalidad de las designaciones de funcionarios que se hallan en aparente posesión de sus poderes y
funciones.
Que el gobierno provisional que acaba de constituirse en el país, es pues, un gobierno de facto,
cuyo título no puede ser judicialmente discutido con éxito por las personas en cuanto ejercita la
función administrativa y política derivada de su posesión de la fuerza como resorte de orden y de
seguridad social.
Que ello no obstante, si normalizada la situación, en el desenvolvimiento de la acción del gobierno
de facto, los funcionarios que lo integran desconocieran las garantías individuales o las de
propiedad u otras de las aseguradas por la Constitución, la administración de justicia encargada de
hacer cumplir éstas las restablecería en las mismas condiciones y con el mismo provecho que lo
habría hecho con el Poder Ejecutivo de derecho. Y esta última conclusión, impuesta por la propia
organización del Poder Judicial se halla confirmada, en el caso, por las declaraciones del gobierno
provisional que, al asumir el cargo, se han apresurado a prestar juramento de cumplir y hacer
cumplir la Constitución y las leyes fundamentales de la Nación, decisión que importa la
consecuencia de hallarse dispuesto a prestar el auxilio de la fuerza de que dispone para obtener el
cumplimiento de las sentencias judiciales.
En mérito de éstas consideraciones, el tribunal resolvió acusar recibo al gobierno provisional, en el
día, de la comunicación de referencia mediante el envío de la nota acordada, ordenando se
publicase y registrase en el libro correspondiente, firmado por ante mí que doy fe. Figueroa
Alcorta - Repetto - Guido Lavalle - Sagarna - Rodriguez Larreta.”

(Video) consecuencias institucionales: La insurrección que depuso al gobierno de Hipólito


Irigoyen y trajo al poder al primer presidente de facto de este siglo que fue José Uriburu, Una
acordada de 1930 de la corte suprema de justicia de la Nación, avaló y apoyó este movimiento
revolucionario, y el gobierno de facto de este tiempo. Este tipo de doctrina de facto es la que se va
a proyectar durante muchos años, hasta tener varias repeticiones de gobiernos surgidos de los
hechos, en distintas etapas con posterioridad a 1930 y hasta culminar con la reaparición y
renovación democrática de 1983 con e gobierno de Raúl Alfonsín.
La corte se basó en varios fundamentos para dar apoyo a este movimiento y primer gobierno de
facto de este siglo 1930 y que tantas consecuencias trajo para el país, desde el punto de vista
institucional y que por otra parte, llevó a pretender, querer modificar la Constitución porque se
quiso modificar el texto de la carta Magna por ejemplo para establecer que las intervenciones
federales iban a ser resueltas por la corte de justicia, redujo a dos las causales de intervención
federal, pretendía elevar el número de miembros de la corte suprema a 14 y un gobierno de
carácter corporativo es decir, tenía intenciones desde el punto de vista político e institucional de
reformular la carta Magna con esta tendencia y otras, lo que generó tantas consecuencias no
productivas para el país como el nuevo gobierno de facto y el rompimiento de la continuidad del
orden constitucional o sea del estado democrático de derecho. Después de este período vía a la
federación nacional democrática que obtuvo que hubiera elecciones va al pode Agustín P. Justo.
(Fin del video)

1930-32, EL BREVE GOBIERNO DEL GENERAL URIBURU. Duró desde el 6 de septiembre


de 1930 hasta el 20 de febrero de 1932. El golpe fue en realidad el producto de una conspiración
cívico-militar. Además de la participación específica del Ejército, se produjo un explícito apoyo de
personalidades civiles y de los partidos políticos como el socialismo independiente, la Unión
Cívica Radical Antipersonalista y el bloque de partidos conservadores. La conspiración contó a su

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254
favor con la actitud pasiva de la población, la activa campaña de los diarios, especialmente Crítica,
e incluso, en un primer momento, de la Federación Universitaria Argentina.

Sin embargo, a pesar del relativamente amplio consenso reunido por el primer golpe de la historia
argentina, el gobierno era débil pues el presidente de facto representaba a la tendencia minoritaria
de la conspiración que lo había llevado al poder.

A pesar de su aversión a los políticos, Uriburu conformó su gabinete con una mayoría de viejos
políticos conservadores: Horacio Béccar Várela en el Ministerio de Agricultura, Ernesto Bosch en
Relaciones Exteriores, Octavio Pico en Obras Públicas y Matías Sánchez Sorondo en Interior. El
resto del gabinete se componía con Enrique Pérez en Hacienda, Ernesto Padilla en Justicia, el
general Francisco Medina en Guerra y el contraalmirante Abel Renard en Marina.

Autoritarismo y represión: tanto Uriburu como el sector nacionalista que lo apoyaba no sólo eran
antiyrigoyenistas sino profundamente antidemocráticos. Desde una concepción antagónica al
liberalismo, pretendían instaurar una sociedad jerárquica e imponer un gobierno de tipo
corporativo orientado desde el Estado. Para ello, creían necesario reformar la Constitución
Nacional, derogar la ley Sáenz Peña e instituir un sistema de voto calificado. Su discurso ponía
énfasis en el combate al comunismo, al liberalismo y a la colectividad judía, aunque en la práctica
sólo llegó a manifestarse hacia los primeros. Un buen ejemplo de estas ideas estaba representado
por la Liga Patriótica Argentina, una agrupación xenófoba, nativista y antisemita surgida durante
la Semana Trágica de 1919. Influido por estas ideas, el gobierno de Uriburu dinamizó la Sección
Especial de la policía, que persiguió de manera implacable a los activistas anarquistas y comunis-
tas; aplicó la vieja Ley de Residencia con militantes extranjeros y, bajo los efectos de la ley
marcial, fusiló en un hecho inédito al obrero catalán Joaquín Penina cuatro días después de asumir
y a los anarquistas expropiado-res Severino di Giovanni y Paulino Scarfó en febrero de 1931.

La oposición: a los pocos meses comenzó la reorganización de la oposición. El radicalismo


estaba debilitado y tenía a algunos dirigentes en el exilio y a otros presos, como el propio
Yrigoyen, detenido en la isla de Martín García. A comienzos de 1931 el radicalismo se
reorganizaba y se convertía en el principal opositor al gobierno de facto. Desde el mes de mayo
contó con la dirección de Alvear, quien después de haber apoyado fugazmente el golpe se acercaba
a Yrigoyen.

Los partidos políticos y los diarios Crítica y La Nación, que habían apoyado la conspiración
militar, pronto se manifestaron en favor de las instituciones democráticas y de la Constitución
Nacional. Mientras los socialistas y los demócratas progresistas comenzaron a militar contra la
dictadura de Uriburu, los antipersonalistas y, particularmente, los conservadores manifestaron una
conducta ambivalente entre la oposición y la aceptación de algunas medidas del gobierno de facto,
y finalizaron nucleándose, junto con los socialistas independientes, detrás del general Justo.

Sin un rumbo fijo, el presidente aceptó la estrategia de su ministro del Interior, Sánchez Sorondo,
de llamar a elecciones provinciales sin recurrir a la proscripción del radicalismo. Esta táctica,
destinada a legitimar al gobierno surgido del golpe, se sustentaba en la creencia de la falta de
popularidad así como de la debilidad del radicalismo. Las autoridades tenían la plena seguridad de
que en Buenos Aires los conservadores conducidos por Manuel Fresco se impondrían sin
problemas. Sin embargo, los radicales unieron sus fuerzas y conformaron la fórmula Honorio
Pueyrredón (yrigoyenista)-Mario Guido (antipersonalista), que realizó una importante campaña de
propaganda electoral.

El 5 de abril de 1931 se llevaron a cabo las elecciones en Buenos Aires y triunfó la fórmula radical
con 218.000 sufragios sobre los conservadores, que obtuvieron 187.000, y el Partido Socialista,
con sólo 50.000. Sánchez Sorondo renunció y el resto de las elecciones fueron suspendidas. El
resultado de los comicios marcó el principio del fin del gobierno de Uriburu y, más importante
aún, el comienzo de una larga década marcada por el fraude electoral. Precisamente, la anulación
de las elecciones y el despojo del triunfo radical llevaron a algunos sectores de este partido a
reincidir en la vieja costumbre de la asonada militar. El 20 de julio el coronel Arturo Pomar se
sublevaba al frente de una guarnición militar en Corrientes aunque su intento fue sofocado
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rápidamente. Las consecuencias no podían haber sido peores para los radicales pues varios de sus
dirigentes fueron encarcelados y el mismo Alvear fue obligado a marchar al exilio.

Más allá de la retórica ultranacionalista y la utilización generalizada de la represión que lo llevaron


también a intervenir la universidad, Uriburu no encontraba el rumbo de un gobierno que se
quedaba sin apoyos. Era evidente que los principales soportes de la conspiración de septiembre de
1930 preferían al general Justo. Sin alternativas, Uriburu convocaba a elecciones generales para
el mes de noviembre.

Elección y proscripción: los grupos conservadores se unieron en el Partido Demócrata Nacional y


junto con el socialismo independiente y el radicalismo antipersonalista conformaron la
Concordancia. Esta coalición, que controlaría la vida política del país hasta 1943, eligió como
candidato presidencial al ex ministro de Guerra de Alvear, el general Agustín P. Justo [1876-
1943], acompañado en la fórmula por Julio A. Roca hijo [1873- 1942]. El general Justo, de 55
años, contaba además con el apoyo del Ejército, los grandes exportadores y los medios de prensa
más importantes.

Frente a la Concordancia se conformó la Alianza Civil que reunía a los partidos Socialista y
Demócrata Progresista, llevando como candidatos a presidente y vice a la fórmula integrada por
Lisandro de la Torre y Nicolás Repetto. El radicalismo había elegido como candidatos a Alvear-
Güemes pero el gobierno de Uriburu, con el aval explícito o implícito del resto de los partidos,
impidió la presentación de la fórmula. Ante este acto de proscripción, la Unión Cívica Radical
volvió a recurrir a la abstención electoral. Finalmente, el 8 de noviembre se realizaron los
comicios que inauguraron las prácticas fraudulentas que durarían más de una década. Como
correspondía triunfó la Concordancia con alrededor de 600.000 sufragios frente a los casi 500.000
de la Alianza Civil.

1932-38, LA PRESIDENCIA DE AGUSTÍN P. JUSTO.

(Video) Después de este período vía a la federación nacional democrática que obtuvo que hubiera
elecciones va al pode Agustín P. Justo, que es un producto de lo que se llamó la concordancia,
porque tenía el apoyo de los socialistas, de conservadores, de radicales antipersonalistas. Nos
encontramos en esta época con el pacto Roca Rusia y que motiva una serie de discusiones en el
parlamento argentino y defiende los intereses nacionales Lisandro de La Torre que en un
acontecimiento intentó ser asesinado, se opuso Enzo Bordabere y fue asesinado por el sicario
Valdés Cora, que fue un hecho lamentable en el parlamento argentino a raíz de este pacto.
Se creó la división de Vialidad, el fondo del Banco central, la junta nacional de carnes y demás.
(Fin de video).

El general Justo contó con el aval y el apoyo permanente del Ejército, que se convirtió, a partir de
ese momento, en un actor político central durante varias décadas. El nuevo gobierno guardaba las
formas institucionales en tanto mantenía en funcionamiento al Parlamento con bloques oficialistas
y opositores; incluso no controlaba a la Cámara de Diputados aunque mantuvo un férreo control
del Senado.

Justo armó su gabinete reflejando a la coalición que lo llevó al poder: Simón de Iriondo y
Leopoldo Meló, del antipersonalismo, ocuparon los ministerios de Justicia e Instrucción Pública y
del Interior respectivamente; Manuel Ramón Alvarado, del Partido Demócrata Nacional, ocupó
la cartera de Obras Públicas; Antonio de Tomaso, del socialismo independiente, fue nombrado
ministro de Agricultura; Horacio Hueyo, de Hacienda, y Carlos Saavedra Lamas, de Relaciones
Exteriores, eran conservadores independientes. Finalmente, Pedro Casal ocupó el Ministerio de
Marina y el coronel Manuel Rodríguez el Ministerio de Guerra, siendo este último una figura
central del gobierno no sólo por su contacto con el Ejército sino también por ser el hombre de
confianza de Justo.

Los apoyos de Justo: al margen de los factores de poder como la prensa, el Ejército y los grandes
exportadores, el nuevo gobierno contaba con el sólido respaldo de los partidos de la Concordancia.

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En el caso del Partido Demócrata Nacional, recibía el apoyo de la extensa trama de partidos
provinciales que lo componían: el autonomismo correntino, el Partido Conservador de la provincia
de Buenos Aires, Concentración Popular de Entre Ríos, los demócratas de Córdoba, los liberales
de Mendoza, San Luis, San Juan, Comentes y Tucumán y los grupos provinciales de Salta y Jujuy.
Por su lado, el socialista independiente, si bien era un partido pequeño y restringido a la Capital, le
aportó al gobierno dos hombres (Federico Pinedo y Antonio de Tomaso) que desempeñarían un rol
central en el mismo.

Al margen del funcionamiento institucional, el gobierno de Justo limitó la democracia dentro de


fronteras relativamente estrechas. Por un lado, intentó restringir la actividad de la izquierda con
una ley de represión al comunismo aprobada sólo en el Senado; por otro, utilizó sistemáticamente
la represión política a cargo de la Sección Especial de la Policía Federal. Así, hechos dignos de
atención y comunes eran el maltrato brindado a los presos y el frecuente uso de la tortura,
especialmente en la provincia de Buenos Aires. Como en el gobierno de Uriburu, se apeló a la Ley
de Residencia para expulsar en 1931 a militantes comunistas que habían participado en la larga
huelga de la construcción.

Pero el gran problema político de Justo se vinculaba a la corrupción reinante en algunos


estamentos del poder y, esencialmente, al fraude aplicado sistemáticamente durante su gobierno.
Antes de apelar al fraude, se utilizó frecuentemente la herramienta de la intervención a aquellas
provincias en manos opositoras. Es el caso, por ejemplo, de la intervención a la provincia de Santa
Fe que acabó con el gobierno del demócrata progresista Luciano Molinas. El fraude fue un hecho
habitual y sistemático desde la elección de noviembre de 1931, y sólo pocos distritos (Capital,
Córdoba, Santa Fe) lograban escapar al mismo.

Su exponente más conspicuo fue el líder conservador de la importante provincia de Buenos Aires,
Manuel Fresco, que combinó su estilo caudillista con el uso arbitrario del poder de la policía para
imponer a sus candidatos, especialmente desde 1935, cuando el radicalismo liderado por Alvear
abandonó el abstencionismo y retornó a la lucha electoral. Para justificar esta acción ilegal e
ilegítima, se denominó al dolo cometido "fraude patriótico " y no sólo fue defendido en forma
entusiasta por figuras como Federico Pinedo. También recibió una suerte de justificación teórica
de parte de Rodolfo Moreno, quien en La cuestión democrática impugnó el voto universal y
secreto y se expidió por un voto de tipo calificado.

La oposición democrática: a partir de 1935, con el retorno de los radicales a los comicios, el fraude
se profundizó y se volvió más escandaloso y comenzó a conformarse un fuerte clima de oposición.
Ese año, el general Molina exigía la restitución plena de la democracia electoral, actitud que le
valió, dos años más tarde, la salida del Ejército. La movilización sindical de 1935 a 1937,
especialmente la larga huelga de la construcción, contribuyó a incrementar ese clima de malestar
social, entre otras razones porque el Partido Comunista abandonaba la táctica de "lucha de clase
contra clase " por la cual todos los grupos burgueses eran enemigos, y siguiendo la orientación del
Comintern (la Tercera Internacional Comunista hegemonizada por Moscú), adhirió a la idea de
conformar un Frente Popular con las fuerzas antifascistas para reforzar y consolidar la democracia.

Más importante aún era la revitalización de la oposición política, cuyo símbolo había sido el
multitudinario entierro de Yrigoyen en 1933, sólo tres años después de su derrumbe político en
soledad. Después de la escandalosa maniobra fraudulenta de Fresco en Buenos Aires contra el
candidato Honorio Pueyrredón, calificada por el embajador norteamericano "como la más burlesca
y fraudulenta" de la historia, la Unión Cívica Radical triunfó en 1936 en los comicios para elegir
diputados en Capital, Mendoza y Córdoba, donde también se convirtió en gobernador el caudillo
radical Amadeo Sabattini. El bloque de diputados radicales, juntamente con el socialismo y los
demócratas progresistas, comienza a denominarse Frente Popular y goza del apoyo
extraparlamentario de los comunistas. El frente estaba inspirado en sus homónimos constituidos en
Francia y en España.

Precisamente, el estallido de la guerra civil española en 1936 separó aun más el campo político-
ideológico argentino. El amplio espectro de fuerzas contenidas informalmente en el Frente
(radicales, socialistas, comunistas, demoprogresistas, Federación Universitaria y la Confederación
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General del Trabajo) apoyaba a los republicanos y los sectores nacionalistas y los grupos
vinculados a la Iglesia al franquismo.

Los inconvenientes del gobierno de Justo no se limitaban al fraude. En 1935 se produjo el


escándalo de la comisión investigadora de la industria de la carne. Esta comisión fue creada en
el Senado para investigar las posibles irregularidades cometidas por las grandes empresas
exportadoras de carne (Swift, Armour, Anglo). La comisión absolvió a las compañías pero el
senador demoprogresista Lisandro de la Torre presentó ante sus pares un largo informe en
disidencia. Allí demostraba la constitución de monopolio así como la evasión impositiva de las
grandes empresas exportadoras; además acusaba al gobierno, especialmente a los ministros Luis
Duhau (Agricultura) y Federico Pinedo (Hacienda) de encubrir y proteger estas maniobras
delictivas. En medio del debate se produjo un atentado dirigido a De la Torre que hirió
mortalmente a su correligionario, el senador por Santa Fe Enzo Bordabehere. Este trágico suceso,
al que se agregaba la acusación al gobierno de favorecer a la compañía británica Anglo relegando
a las empresas nacionales de transporte, aumentó el descrédito del gobierno y el descontento de
amplios sectores del arco político-ideológico local.

La oposición nacionalista: esta insatisfacción no involucraba sólo a la oposición política y sindical


sino también a sectores militares e intelectuales que atacaban al gobierno, desde la derecha
nacionalista, por la corrupción pero también por la extremada dependencia de Gran Bretaña. El
integrismo católico, las ideas de Maurrás o del corporativismo fascista se filtraban en grupos y
sectores plenamente receptivos a las alternativas antidemocráticas. En 1936 el coronel Juan B.
Molina, un militar nacionalista corporativista, apoyado por Diego Luis Molinari, planeó un golpe
que finalmente no pasó de ser un proyecto pero indicaba ciertas grietas en el apoyo del ejército a
Justo.

Como se ha señalado, unos años antes habían aparecido las voces del revisionismo
historiográfíco de los hermanos Irazusta, quienes en su en sayo La Argentina y el Imperio
Británico (1933) manifestaban su crítica a las intromisiones imperialistas inglesas. En ese sentido,
se revisaba toda la historia del siglo XIX: las invasiones inglesas, la ocupación de las islas
Malvinas, la creación de Uruguay, la presión contra Rosas hasta desembocar en el pacto Roca-
Runciman. Los autores revisionistas se situaban fuera del campo político y practicaban un
nacionalismo antiimperialista guiado por una crítica cultural y filosófica al liberalismo, en la que
se percibía una fuerte decepción e incredulidad de las bondades de la democracia.

En 1931 Raúl Scalabrini Ortiz [1898-1959] ya manifestaba su descontento y una fuerte


insatisfacción por el rumbo asumido por la Argentina. Cuatro años más tarde, se conformó la
Fuerza Orientadora Radical de la Joven Argentina (FORJA), que nucleaba algunos intelectuales
como Arturo Jauretche, Gabriel del Mazo y Hornero Manzi, entre otros. El grupo se manifestaba
heredero de Yrigoyen y de los principios de intransigencia radical, totalmente en desacuerdo con
la política del radicalismo durante los años treinta. Acusaban, especialmente a Alvear, de haber
mantenido silencio ante una política gubernamental considerada contraria a los principios de la
Nación. En este sentido, FORJA desarrolló una tendencia nacionalista antiimperialista
británica, caracterizando a la Argentina como un país colonial que Justo había profundizado: el
pacto Roca-Runciman, el régimen de cambios, la política petrolera, la creación del Banco Central
y el crimen del Senado vinculado a la política exportadora de carnes. FORJA se proclamaba por
una nación libre y llamaba a luchar por la soberanía popular y nacional, inaugurando una acción
que confluiría, una década más tarde, con el peronismo.

Hacia mediados de 1937 Justo preparó su sucesión teniendo activa participación en la elección de
la fórmula de la Concordancia. Esta se conformó con Roberto M. Ortiz [1886-1942], un abogado
de empresas ferroviarias y ex ministro de Obras Públicas de Alvear y de Hacienda del gobierno de
Justo, y Ramón S. Castillo (1873-1944), ex ministro de Justicia del presidente saliente. El
radicalismo llevaba como candidatos a Alvear-Mosca y Nicolás Repetto encabezaba la fórmula del
socialismo. En una elección amañada triunfó la Concordancia por 1.100.000 sufragios frente a los
815.000 de la Unión Cívica Radical. Ésta pudo ganar, a pesar del fraude, en Capital Federal,
Córdoba, La Rioja y Tucumán.

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1938-1940, LA PRESIDENCIA DE Roberto M .ORTIZ.

(Video) Época del fraude patriótico, como se lo denominó, por la forma fraudulenta en que se
llegaba al poder, donde se impedía votar a los opositores, se exigía el voto cantado por grupos de
matones armados, escándalos en los comicios que llegaron incluso hasta muertes. Policía
militarizada. Época en que había estallado ya la segunda guerra mundial y nuestro país el 4 de
septiembre de 1939 había declarado su neutralidad. Debido a una enfermedad asume Castillo. (Fin
de Video).

El nuevo presidente estaba destinado a ser una mera continuación de su antecesor. Sin embargo, en
cierta forma se manejó con independencia de criterios, tanto de Justo como de aquellos
conservadores al estilo de Fresco. Su gabinete estuvo formado por: Jorge Coll en Justicia e
Instrucción Pública, Pedro Groppo en Hacienda, José María Cantilo en Relaciones Exteriores,
Diógenes Taborda en Interior, José Padilla en Agricultura, Manuel Alvarado en Obras Públicas, el
general Carlos Márquez en Guerra y el contraalmirante León Scasso en Marina.

Su mandato estuvo signado por el estallido de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y, a pesar de
sus conocidas simpatías por Gran Bretaña, siguiendo la tradición inaugurada por el radicalismo,
mantuvo la neutralidad argentina. Aunque esta postura no implicaba ninguna inclinación por el
nazismo, más bien lo contrario. Incluso se acusó a un grupo de simpatizantes de Alemania, entre
quienes se encontraban Manuel Fresco, Benjamín Villafañe y José Luis Torres, de planear un
golpe pro nazi contra Ortiz. Los nacionalistas atacaban duramente al presidente, quien se enajenó,
aun más, la voluntad de aquéllos cuando pasó a disponibilidad al general Molina por reivindicar el
golpe del treinta, así como también a otros militares nacionalistas.

La "independencia" de Ortiz: el nuevo mandatario se mostró más cerca de Alvear que de Justo e
intentó limpiar la imagen de corrupción y de fraude. Si en el segundo aspecto tuvo cierto éxito
aunque efímero, en el caso de la corrupción y el peculado reinantes poco pudo o quiso hacer, y
tanto el escándalo en torno a las tierras de El Palomar en 1940 que obligó a renun ciar al ministro
de Guerra Márquez, como el affaire de "los niños cantores " de la Lotería Nacional, son sólo dos
ejemplos del deterioro del sistema.

En cuanto a la corrupción electoral, apenas hubo asumido, se manifestó a favor de la restauración


plena de la democracia con comicios libres y limpios. Al respecto, intervino primero la provincia
de Cata-marca y luego, con la oposición de la Concordancia, la provincia de Buenos Aires en
febrero de 1940, anulando la elección fraudulenta en la que Fresco impuso a su sucesor Alberto
Barceló, un caudillo de Avellaneda de dudosa moral pública. Para garantizar elecciones limpias
puso éstas bajo el control militar y, finalmente, se impuso el radicalismo. Sin embargo, el impulso
democratizador finalizó pronto pues, debido a una grave enfermedad que provocaría su muerte en
julio de 1942, Ortiz debió renunciar a mediados de 1940. Su sucesor era el vicepresidente
Castillo y con él retornaría plenamente la venal maquinaria conservadora.

1940-43, LA PRESIDENCIA DE RAMÓN S. CASTILLO.

(Video) Castillo mantiene la neutralidad a la segunda guerra mundial, crea una flota mercante
porque estábamos aislados, no teníamos barcos, y con la flota mercante llegó a operar con 40
navíos y salimos del aislamiento.
En 1943 un golpe insurreccional, llevado adelante por un grupo de oficiales unidos, donde dicen
que estaba Perón, y cuando asume Rawson queda suspendida la vigencia de la Constitución.
Posteriormente Asume en 1944 Pedro Pablo Ramírez y en enero de 1944 se rompe relaciones con
el eje, los países que conformaban el eje en la segunda guerra mundial y a posteriori ya en marzo
1945 se declaró el estado de guerra a los países del eje. Pero en 1944 cuando asume un gobierno
de facto, ya había comenzado a aparecer por diciembre de 1943, asume el cargo de secretario de
trabajo y previsión, el coronel Juan Domingo Perón, posteriormente y en poco tiempo comienza a
asumir cargos, toma gran preponderancia, gran carisma, y entonces llegó un momento que había
concentrado cargos, era secretario de trabajo y previsión social, ministro de trabajo, ministro de
guerra y vicepresidente, lo que hace que se comience a desconfiar de él, se empieza a temer de su
poder, le piden la renuncia lo detienen y fue llevado a la Isla Martín García.
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Posteriormente se produce el célebre 17 de octubre, donde es pedida la libertad de Perón, gran
parte del pueblo Argentino sale a pedir por su liberación, y se produce el día de la lealtad el 17 de
octubre, un movimiento encabezado por sus seguidores, es así que en el próximo acto eleccionario
7 de junio asume la primera presidencia Juan Domingo Perón. (Fin del Video)

RAMÓN S. CASTILLO. El nuevo presidente asumió el cargo en septiembre de 1940 y formó un


gabinete potable para Alvear y Justo: el antipersonalista Miguel Colacciati ocupó la cartera de
Interior, Federico Pinedo fue a Hacienda, Julio A. Roca en Relaciones Exteriores, el general
justista Juan N. Tomazzi fue designado en el Ministerio de Guerra, el contraalmirante Fincari en
Marina, Guillermo Rothe en Justicia e Instrucción Pública, Amadeo Videla en Agricultura y
Salvador Oria en Obras Públicas.

Sin embargo, Castillo pronto reinstauró las prácticas electorales fraudulentas (Santa Fe, en
diciembre de 1940, y Mendoza, en enero de 1941) y las intervenciones provinciales, para facilitar
el acceso de los candidatos conservadores al poder y trabar el avance de los radicales. Se
profundizó la represión hacia los opositores: se clausuró el Concejo Deliberante de la ciudad de
Buenos Aires y se aplicó el estado de sitio, en vigencia entre el 16 de diciembre de 1941 y el 4 de
junio de 1943, que impedía la propaganda política de los partidos.

La neutralidad activa: si bien la presencia de Julio A. Roca y de Federico Pinedo hacía prever una
política favorable a los aliados, Castillo mantuvo la neutralidad argentina frente a la guerra. Con la
renuncia de estos ministros y el reemplazo por Enrique Ruiz Guiñazú, simpatizante del franquismo
español, y Carlos Acevedo, la neutralidad pasiva y vacilante se convirtió en activa a pesar de la
fuerte presión exterior en sentido contrario. La presión se incrementó con la entrada de los Estados
Unidos en la guerra en diciembre de 1941, que arrastró a la misma decisión a todos los países de
América Central. En la Reunión de Consulta de los ministros de Relaciones Exteriores de América
latina realizada en Río de Janeiro, los representantes de Colombia, México y Venezuela decidieron
la ruptura de relaciones diplomáticas con el Eje, y Brasil lo haría pronto. En septiembre de 1942 la
Cámara de Diputados recomendaba sin mayor éxito la ruptura de relaciones con el Eje.

Esta postura neutralista, reforzada con la reactivación de la flota mercante nacional y la


nacionalización del puerto de Rosario al finalizar la concesión privada, le brindó el apoyo de los
sectores nacionalistas a los que se sumaban, debido al fraude, los conservadores provinciales. La
divisoria política e ideológica que atravesaba la sociedad argentina se profundizaba y el arco de la
oposición también, conformando un difuso e inorgánico frente popular antifascista formado por
los partidos políticos (UCR, PDP, PS y PC), la CGT y la Federación Universitaria.

Cuando en marzo de 1942 murió Alvear, parecía quedar libre el camino para la reelección de
Justo a la presidencia. Convencido pro aliado, Justo era apoyado por los sectores liberales del
Ejército, la prensa tradicional y una parte de los partidos políticos, incluso algunos grupos del
radicalismo parecían aceptar esta alternativa. Pero al morir Justo en enero de 1943, el panorama
político se modificó abruptamente. Castillo comenzó a maniobrar para imponer a su sucesor como
candidato del conservadurismo. Ante la imposibilidad de elegir al neutralista Guillermo Rothe, se
inclinó por un aliadófilo de su confianza, el senador conservador y magnate azucarero salteño
Robustiano Patrón Costas. La convención conservadora lo eligió candidato a presidente pese a la
fuerte oposición de los representantes de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza. Este proceso se
truncó con el golpe militar del 4 de junio de 1943.

Un dato claro de la realidad indicaba la debilidad creciente del sistema político y la pérdida de
consenso ante la ciudadanía, debido tanto al sistema electoral fraudulento como a la corrupción
reinante. Esa endeblez se tornaba más dramática y peligrosa por cuanto tanto los oficialistas como
algunos sectores opositores comenzaron a mirar hacia el Ejército y a buscar aliados o salvadores.

El Ejército, mayoritariamente neutralista, albergaba bolsones de fuerte simpatía hacia los


regímenes fascistas, no aceptaba un futuro mandatario favorable a los aliados y con fuertes
contactos con Estados Unidos. Castillo no había tenido una relación conflictiva con los militares,
aunque se desvió de la línea impuesta por Justo que apuntaba a la profesionalización y
despolitización de los cuadros superiores del Ejército. Castillo favoreció el ascenso de los mandos
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más altos de militares nacionalistas. Además, la creación durante su gobierno del Instituto
Geográfico Militar y la Dirección de Fabricaciones Militares alentó al Ejército a expandir su
influencia fuera de las áreas específicas.

En este proceso que había empezado con la dictadura de Uriburu, los militares desarrollaron una
"conciencia nacionalista " que, con el estallido de la guerra y con la provisión de armamento
norteamericano a Brasil y Chile, desembocó en la idea de independencia económica tanto de
Inglaterra como de Estados Unidos; asimismo se mostraban favorables al desarrollo industrial (y
armamentista) autónomo. De esta forma, las inquietudes estratégicas del Ejército se vinculaban
con lo político a partir de la necesidad de alcanzar un Estado fuerte y eficaz.

La economía
En el período comprendido entre 1930 y 1943 se produjeron una serie de clivajes fundamentales
en la economía argentina que significaron cambios en la relación entre el agro y la industria, en el
rol del Estado y en el comercio exterior. En este sentido, la etapa comenzó y finalizó con dos
acontecimientos que contribuyeron en forma esencial a estimular esos clivajes: la crisis económica
desatada tras el crack de Wall Street en 1929 y la guerra mundial entre 1939 y 1945.

LA CRISIS DE 1929 Y EL REORDENAMIENTO DE LA ECONOMÍA MUNDIAL. (N va)

La crisis afectó relativamente rápido a nuestro país y abarcó la última etapa del gobierno de
Yrigoyen, la dictadura de Uriburu y la primera parte del gobierno del general Justo. En marzo de
1930 el gobierno de Yrigoyen comenzaba a vivir los primeros síntomas de la depresión. Al poco
tiempo, la administración radical entraba en cesación de pagos como consecuencia del desajuste
entre recursos y gastos del Estado; simultáneamente no sólo descendía el comercio mundial,
también se producía un deterioro de los términos de intercambio como consecuencia de la caída de
los precios de los productos agropecuarios exportables en relación con los productos importados.

La Argentina, como todos los países exportadores de bienes primarios, al depender su economía
precisamente de las exportaciones, demostró escasa capacidad para superar rápidamente la crisis.
Uno de los problemas radicaba en que durante los años de depresión el movimiento internacional
de capitales se había reducido de manera drástica. En cierta forma, esta reducción desembocó en la
quiebra del sistema multilateral y la adopción, por parte de las naciones industrializadas, de
políticas dirigistas y proteccionistas con un rol fundamental por parte del Estado en el diseño de
las nuevas estrategias. Esto significó centralmente: el reemplazo del multilateralismo por el
bilateralismo; el abandono del patrón oro, la devaluación de las monedas y los consecuentes
controles cambiados; el establecimiento de cuotas de importación y las múltiples trabas a las
exportaciones de los países periféricos a Europa y Estados Unidos.

Era obvio que en una circunstancia como ésta los efectos de la crisis habrían de repercutir
desfavorablemente en la economía argentina. Por un lado, porque cesó la llegada de capitales, y
por otro, debido a la decisión gubernamental de seguir pagando el servicio de la deuda externa en
un contexto de déficit estatal. Estos hechos derivaron en un profundo desequilibrio presupuestario
que afectó gravemente a todos los sectores de la economía. Entre 1929 y 1933 la producción
decayó un 14 por ciento, las exportaciones disminuyeron en torno al 5 por ciento y, como
consecuencia del descenso de los precios de exportación, las importaciones bajaron de casi 2.000
millones de pesos en 1929 a 897 en 1933. La depresión tuvo serias consecuencias en la sociedad
con su secuela de desocupación y miseria.

LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO. Tanto en el gobierno de Yrigo-yen, que casi no tuvo


tiempo de reaccionar ante la crisis, como en el de Uriburu y en el primer año del mandato de Justo,
se tomaron medidas ortodoxas sin lograr grandes resultados para superar la depresión económica.
Recién en 1933, con la conducción de Federico Pinedo y el apoyo de Raúl Prebisch, el gobierno
adoptó una serie de medidas que implicaban la participación directa del Estado en la resolución
de la crisis. En este sentido, se tomaban algunos lineamientos económicos del economista inglés
John May-nard Keynes [1883-1946], partidario de una economía dirigida en donde el Estado
debía desarrollar un papel central en la regulación y la búsqueda de equilibrio entre la oferta y la

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demanda. En este esquema, la plena ocupación y la generación de empleo desde el Estado eran una
tarea básica.

El presidente Justo y su ministro Pinedo tenían convicciones radicalmente opuestas a Keynes; sin
embargo, debieron hacer gala de pragmatismo, adecuarse a los nuevos tiempos y adoptar algunas
medidas dirigistas para sanear la economía. Y en ese contexto se tomaron del keynesianismo
aquellas ideas que ayudaran más a resolver los problemas relacionados con los grupos
exportadores que a buscar el bienestar general de los consumidores. Por supuesto, Justo pensaba
en esta política como algo transitorio a los efectos de superar la crisis, aunque el rumbo seguido
por el Estado interventor siguió un camino totalmente diferente. Se adoptaron dos tipos de
medidas: 1. Financieras: con el objeto central de estabilizar la moneda. Se estableció el control
de cambios a partir de la regulación estatal de la compra y venta de divisas. Hacia fines de 1933 el
gobierno determinó la ¿reacción de mercados cambiarios paralelos: en uno, el Estado asumía el
contrpl de las divisas derivadas de las exportaciones agropecuarias tradicionales; ^en otro, se
generaba un mercado libre como consecuencia de las exportaciones no tradicionales y los
préstamos bancarios. Como consecuencia de la devaluación mínima y la amplia diferencia de
precios de compra y venta de las divisas del mercado cambiario controlado por el Estado, los
gobiernos de Justo y Ortiz reunieron entre 1934 y 1940 una importante masa de divisas. Estos
capitales fueron destinados a resolver los problemas derivados de la deuda externa y a mantener el
sistema de precios de los productores rurales a través de las distintas juntas reguladoras.

Con la finalidad de controlar las fluctuaciones monetarias, en 1934 se crearon, bajo la


influencia del financista inglés Otto Niemeyer, el Banco Central de la República en reemplazo
de la Caja de Conversión, así como el Instituto Movilizador de Inversiones Bancadas, destinado
a controlar y regular las instituciones bancarias y financieras, especialmente una buena cantidad de
ellas que se hallaba al borde de la quiebra.

Se produjo también un importante cambio en materia fiscal. En 1931 se estableció el impuesto a


los réditos, que Yrigoyen había intentado imponer sin éxito debido a la oposición de los mismos
sectores que ahora lo aceptaban. Con la creación de la Dirección General Impositiva se perfec-
cionó el sistema fiscal y este tipo de ingresos reemplazó a los tradicionales derechos de aduana. A
partir de ese momento, la recaudación fiscal se convirtió en la principal fuente de ingreso del
Estado. A principios de 1934, el gobierno había saneado el presupuesto nacional.

2. Medidas de regulación económica: tendieron a controlar la producción y equilibrar la


oferta y la demanda. Con ese fin se creó una serie de juntas reguladoras, dirigidas a controlar el
flujo de exportaciones y el abastecimiento interno. Así, en dependencia directa del Ministerio de
Agricultura, funcionaron desde 1933 la Junta Reguladora de Granos, la Junta Nacional de
Carnes, la Junta Reguladora de Vinos, la Junta Nacional del Algodón, la Junta Reguladora
de la Industria Lechera y la Comisión Regional de la Producción y Comercialización de la
Yerba Mate. En términos generales, la mayoría de estos organismos tendió a favorecer a los
grandes productores vinculados con la exportación.

Una de las salidas al desempleo la brindaba la ocupación en obras públicas. En buena medida, la
creación de la Dirección Nacional de Vialidad, en 1932, respondía a esa necesidad. Siete años
más tarde ya estaban pavimentados cerca de 2.000 kilómetros de caminos. Así se podía transitar
por rutas pavimentadas de Buenos Aires a Rosario y Córdoba (ruta 9), de Rosario a Santa Fe y de
Buenos Aires a Mar del Plata. Además, se habían construido algunos pequeños tramos parciales de
ruta pavimentada en San Luis, Mendoza, San Juan y en la provincia de Buenos Aires (Azul,
Olavarría, Tandil, Juárez y Necochea) (Mapa n° 50).

POLÍTICA BILATERAL Y EL PACTO ROCA-RUNCIMAN. (No va) El principal problema de


la economía argentina ante la crisis y su resolución radicaba en la debilidad de la tradicional
estructura agroexportadora ante la tendencia proteccionista de los países industrializados y la
emergencia de las relaciones comerciales de tipo bilateral. Nuestro país mantenía fuertes lazos
comerciales con Estados Unidos y Gran Bretaña; como consecuencia de las políticas de resolución
de la crisis se privilegió la relación bilateral con este último. Estados Unidos no permitió en
ningún momento la entrada de granos y carnes argentinas. Ahora bien, la adopción de una política
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262
bilateral por parte de la Argentina fue más una necesidad que una elección. En efecto, en 1932 se
realizó en Ottawa la Conferencia de la Commonwealth, donde Gran Bretaña determinó dar
prioridad (Preferencia Imperial) al comercio de carnes con países de la comunidad británica como
Canadá y Australia. Esta decisión suponía reducir paulatinamente las compras de carnes
argentinas.

El gobierno de Justo envió una misión negociadora y en 1933 se firmó en Londres el pacto Roca-
Runciman con un alcance de tres años. El acuerdo fue ampliamente favorable a Inglaterra, que
sólo concedió mantener la cuota de 1932 y otorgar un cupo del 15 por ciento de esa cantidad a los
exportadores nacionales; el resto estaba destinado a los frigoríficos extranjeros. Aunque la
concesión de ese 15 por ciento era ilusoria pues no había en Buenos Aires frigoríficos nacionales
capaces de exportar. Por su parte, la Argentina debía comprometerse a no reducir las tarifas
ferroviarias, mantener libre de aranceles el carbón y reducir los de otros productos británicos, usar
las divisas derivadas de compras británicas en la Argentina para adquirir productos en Inglaterra y,
por último, otorgar un tratamiento prefe-rencial a las empresas inglesas de transporte. El pacto fue
renovado en 1936 a través del acuerdo Eden-Malbrán que no establecía cambios sustanciales.

En 1935, casi como una derivación del tratado Roca-Runciman y presionado por el posible cese de
compras británicas de carnes argentinas, el gobierno de Justo sancionó la ley 12.311 que dispuso la
creación de la Corporación de Transportes de la Ciudad de Buenos Aires. Ea iniciativa co-
rrespondió a la Anglo, la más importante compañía británica de tranvías, con objeto de conformar
un monopolio de transportes que frenara la competencia de las nuevas y prácticas empresas de
colectivos. Si bien la sanción de la ley que permitió la formación de la Corporación benefició a la
Anglo, sólo lo hizo de manera relativa ya que no pudieron subordinar a las compañías de
colectivos que siguieron un proceso de franco crecimiento.

1943-1946. RAWSON, RAMÍREZ Y FARRELL, LA ANTESALA DEL PERONISMO . Los


militares, aprovechando la apatía y el descontento de la ciudadanía así como el desprestigio del
gobierno de Castillo, protagonizaron el 4 de junio de 1943 el segundo golpe de Estado de la
historia argentina. Fue encabezado por el general Arturo Rawson [1885-1952], quien sólo fue
presidente tres días y no llegó a jurar al ser desplazado por el ex ministro de Guerra de Castillo,
general Pedro Ramírez [1884-1962]. A la vez, éste fue destituido en febrero de 1944 por el gene-
ral Edelmiro J. Farrell [1887-1980], que entregaría el gobierno a Perón en junio de 1946.
La fugacidad de la permanencia en el cargo estaba expresando las profundas diferencias y, en el
momento del golpe, la carencia de un proyecto definido para gobernar.
En realidad, quien tenía un plan era el Grupo de Oficiales Unidos (GOU), una logia militar
formada en mayo de 1943 por un grupo de capitanes, tenientes coroneles y coroneles, muchos de
los cuales habían participado del golpe de Uriburu y de otras conspiraciones militares fallidas. El
GOU estaba integrado por varias docenas de oficiales, entre quienes se destacaban Francisco
Filipi, Enrique P. González, D. Mercante, Juan D. Perón, Miguel Montes, Urbano de la Vega,
Emilio Ramírez, Aristóbulo Mittelbach y Arturo Saavedra. La logia se conformó para oponerse a
la candidatura de Robustiano Patrón Costas y neutralizar a los generales cercanos a Estados
Unidos; de este modo, evitarían la presión norteamericana para romper la neutralidad argentina
frente a la Segunda Guerra Mundial. Por otro lado, tenían el firme propósito de controlar las
actividades comunistas, acallar la protesta social e impedir la intromisión del poder político en el
Ejército.

Cuando el general Ramírez se hizo cargo del gobierno puso al frente de los ministerios de Guerra e
Interior a los generales Farrell y Gilbert, ambos cercanos al GOU. A la vez, varios oficiales de la
logia ocupaban cargos en distintas secretarías del gobierno, entre quienes se destacaba el coronel
Juan Domingo Perón [1895-1974] en la Secretaría de Guerra.

El gobierno de Ramírez estaba influido por el nacionalismo católico de derecha, el antiliberalismo


y una visión autoritaria de la sociedad que era equiparada a un cuartel militar. Se disolvieron los
partidos políticos, se implantó la enseñanza religiosa en las escuelas (1943) y se intervino la
Universidad. Casi automáticamente la oposición equiparó al gobierno con el fascismo. Y esta
asimilación se potenció ante la persistente y militante neutralidad gubernamental ante la guerra.
Estados Unidos consideraba esta posición como una tácita adhesión al eje Berlín-Roma-Tokio; su
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secretario de Estado Cordell Hull presionó por todos los medios al gobierno. En enero de 1944
Ramírez no tuvo más remedio y rompió relaciones diplomáticas con Alemania y Japón. Al mes
siguiente presentó la renuncia y el general Farrell se convertía en el tercer presidente en ocho
meses. Neutralista también, en marzo de 1945 debió avanzar en el camino contrario a sus convic-
ciones y declarar la guerra a Alemania como condición indispensable para ingresar en las
Naciones Unidas.

Perón en la Secretaría de Trabajo: durante el gobierno de Farrell se produjo el rápido ascenso de


Perón a las instancias más altas del poder. Se puso al frente de la vieja estructura del Departamento
Nacional del Trabajo, convertido ahora en Secretaría, desde donde dio un fuerte impulso al
moderno Estado interventor y arbitro de las relaciones obrero-patronales. Desde allí desarrolló una
agresiva y dinámica política social, área donde había mucho para construir. Se rodeó de algunos
oficiales amigos y convocó a los dirigentes sindicales no comunistas a colaborar. Si no todos, una
buena parte de ellos participó activamente de la nueva política laboral.

Perón impulsó una amplia cantidad de medidas sociales que significaron sustanciales mejoras
para los trabajadores: indemnización por accidentes laborales, sistema de vacaciones pagas,
jubilaciones y pensiones y, en una de sus medidas más novedosas, se sancionó el Estatuto del Peón
para regular las relaciones laborales entre los propietarios y trabajadores rurales. Esta política de
seguridad social requería el apoyo de los militares y los empresarios. Perón intentaba convencerlos
con el fantasma del comunismo y el malestar social. El pleno empleo, salarios dignos y protección
laboral eran condiciones indispensables para llevar adelante una política de este tipo.

Si una parte del Ejército veía con simpatía la empresa de Perón, los empresarios, aunque algunos
hayan colaborado activamente, no se mostraron seducidos debido a la estrecha identificación de
Perón con los trabajadores en la etapa de su ascenso. A mediados de 1945 las cámaras de
Industria y Comercio emitieron un manifiesto que atacaba duramente la política social.

Si la política social de Perón le generaba el apoyo de las masas trabajadoras, los partidos políticos
de la oposición (socialistas, radicales, comunistas, demócratas progresistas y algunos grupos
conservadores) exigían la vuelta de los militares a los cuarteles y la entrega del gobierno a la Corte
Suprema. Estos partidos plasmaron su unidad en la Unión Democrática que, en septiembre de
1945, realizó una imponente manifestación opositora: la Marcha por la Libertad y la
Constitución. Así, entre la presión política y los desencuentros militares, el 8 de octubre de ese
año Perón renunció y fue detenido y enviado a Martín García.

EL ASCENSO DE PERÓN. Sin embargo, el 17 de octubre la CGT convocó a una huelga general.
Ese día una multitud de obreros procedentes del Gran Buenos Aires, La Plata y sus alrededores,
confluyó en una gran concentración popular en Plaza de Mayo, los concurrentes no sólo
requerían su liberación sino la restitución en el cargo. Perón recuperó la libertad y aumentó su
poder político. A partir de aquí la clase obrera desempeñaría un rol de primordial importancia en la
política nacional.

Ante la inminencia de las elecciones (24 de febrero de 1946), los sectores políticos y sociales que
apoyaban a Perón conformaron una alianza integrada por el Partido Laborista, formado por
dirigentes sindicales como el telefónico Luis Gay y el gremialista de la carne Cipriano Reyes; la
Unión Cívica Radical-Junta Renovadora, una escisión del radicalismo, y el pequeño Partido
Patriótico, conservador y nacionalista. La coalición eligió obviamente a Juan D. Perón como
candidato a presidente, acompañado por Hortensio Quijano [1884-1952] de la UCR-JR como
candidato a vice.

En la oposición a Perón se levantaba la Unión Democrática, que sobre el fin de 1945 proclamó a
dos radicales alvearistas para integrar la fórmula: José P. Tamborini-Enrique Mosca. El apoyo de
la Unión Industrial y la Sociedad Rural a la Unión Democrática fue un síntoma evidente de que el
conflicto político se estaba convirtiendo en lucha social. Por otro lado, la intervención del
secretario adjunto de Estado norteamericano, Spruille Braden, en oposición al peronismo le
otorgaba a éste un fuerte cariz antiimperialista. Tanto la Unión Democrática como los sectores
sociales que la apoyaban descontaban el triunfo opositor.
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El 26 de febrero de 1946 la coalición peronista triunfó con 1.487.886 votos contra 1.207.080 de la
oposición. La diferencia no era abismal, pero la brecha entre los sectores opositores y el peronismo
se ampliaron durante el decenio que duró su gobierno. La Unión Democrática había triunfado en
Córdoba, Corrientes, San Juan y San Luis, mientras que el peronismo lo hizo en las provincias
restantes, incluida la Capital Federal.

A partir de esa fecha, Juan Domingo Perón gobernó durante dos períodos presidenciales
consecutivos, lo cual fue posible por la reforma consti tucional de 1949; y su gestión se vio
interrumpida por el golpe militar de 1955. Aunque las elecciones que dieron el triunfo al
peronismo en 1951 dividen ambos momentos, los cambios políticos y económicos están asociados
también a la crisis económica cuyas manifestaciones comenzaron a percibirse hacia 1950.

La novedad en este momento inicial del peronismo fue la conformación del Partido Laborista, en
cuya declaración de principios se establecía la división entre el "pueblo" (obreros, empleados,
campesinos, profesionales, artistas, pequeños comerciantes, industríales y agricultores) y la "mi-
noría " de hacendados, industriales, banqueros, rentistas y "todas las variedades del capitalismo
nacional y extranjero". Los laboristas consideraban que su soporte fundamental eran los sindicatos,
pero estaban abiertos a quienes sostuvieran sus principios. Apoyaban la democratización política y
económica, el sufragio femenino, la reforma agraria, el fomento del cooperativismo, la
participación obrera en las ganancias, la extensión del sistema jubilatorio a todos los trabajadores y
la nacionalización de los servicios públicos y de los recursos minerales.

La Carta Orgánica del partido establecía una estructura interna democrática y que todos los
funcionarios fueran elegidos por los afiliados. Sus órganos de gobierno eran el Congreso (bianual),
la Junta Electoral Nacional, como órgano deliberativo permanente, y el Comité Directivo Central,
que funcionaba como ejecutivo colegiado. El Partido Laborista fue una herramienta
importante en la movilización obrera y en la canalización del apoyo a Perón, pero su existencia
fue breve y poco después de las elecciones de 1946 fue disuelto por orden del presidente. Fue un
momento importante de las conflictivas relaciones establecidas por los antiguos dirigentes
sindicales con Perón, quienes aspiraban a mantener su autonomía. El enfrentamiento tuvo su
desenlace en el desplazamiento de Luis Gay como secretario general de la CGT en 1947, y ese
mismo año las fuerzas políticas y sociales que habían apoyado a Perón incluyeron en su
denominación al líder, convirtiéndose en Partido Peronista.

1946-52. EL PRIMER GOBIERNO PERONISTA.


(Video) Perón asume el 7 de Junio de 1946, con la fórmula Perón-Quijana.
-En lo Institucional comienza una etapa, donde se produce el juicio a la Corte Suprema de justicia
en 1947, se intervienen algunas provincias porque no pertenecían al peronismo, se dejan cesantes
numerosos jueces, se clausuran diarios como la prensa que luego fue confiscado.
-Obras de Gobierno, nacionalizó los ferrocarriles, el seguro, la aeronavegación, la navegación de
ultramar y cabotaje, la energía eléctrica, el gas, telecomunicaciones, se instituyó un mes como
aguinaldo, se eliminó la enseñanza religiosa de las escuelas, plan quinquenal de 1945 a 1951 para
desarrollo de industria energética y la agrícola, se ocupó de la previsión social, régimen
jubilatorio, régimen de vacaciones, asistencia médica, del estatuto del peón de campo, se promovió
la industria siderúrgica, la producción de energía eléctrica y los combustibles, etc. (Fin de video)

Una vez elegido por la mayoría del electorado masculino, Perón designó un gabinete que en cierta
forma reflejaba a los sectores que lo habían apoyado: Miguel Miranda, un industrial de la
alimentación, ocupó la cartera de Hacienda, desempeñando un rol crucial en las políticas del
Estado peronista durante los dos primeros años; el fabricante de sombreros Rodolfo Lagomarsino
fue designado en la importante Secretaría de Industria y Comercio; Ángel Borlenghi en el
Ministerio del Interior y Atilio Bramuglia en Relaciones Exteriores, que tenían fuertes conexiones
con los sindicalistas. Completaban el gabinete Juan Carlos Picazo Elordy en Agricultura, Belisario
Gaché Piran en Justicia e Instrucción Pública, el contraalmirante Fidel Anadón en Marina y los
generales Juan Pistarini y Humberto Sosa Molina en Obras Públicas y Guerra, respectivamente.

Desde el punto de vista político, Perón quería colocar al Estado por encima de los diversos
factores sociales de poder y transformarlo en un mediador. Su gobierno puede dividirse en varias
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etapas. Entre 1946 y 1949 se perfeccionaron las estructuras de la dominación política y se
resolvieron algunos de los problemas económicos y sociales que se venían arrastrando. El
gobierno fomentó la organización de sectores socioeconómicos que no contaban aún con un
organismo encargado de defender sus intereses y empujó sus demandas ante el Estado. También
procuró demostrar la responsabilidad estatal haciendo intervenir determinados organismos
públicos en los conflictos sociales, con una función coordinadora y moderadora.

A partir de la aplicación de una política redistributiva, los salarios se incrementaron entre 1947 y
1949 y se aplicó una política social que completó la protección al trabajador en caso de
enfermedad, accidente, embarazo o despido, se mejoró en forma permanente la asistencia a la
ancianidad, se crearon cada vez más organismos asistenciales y culturales destinados a los estratos
más bajos y se multiplicaron los centros de esparcimiento y descanso, lo mismo que el número de
sindicatos.

Las instituciones y grupos sociales que se oponían a sus planes fueron desplazados. Limitó las
competencias en el Congreso, privó a la Justicia de su autonomía, redujo en toda forma la
influencia de los partidos opositores, se apoderó de casi todas las radioemisoras y periódicos y
estableció un estricto control sobre las universidades.

El rol de Eva Perón: junto con la presencia del Líder creció la importancia y la influencia de Eva
Perón [1920-52], quien jugó un rol fundamental en el desplazamiento de figuras como Luis Gay o
Cipriano Reyes. Al comenzar 1947 el diario Democracia se convirtió en un órgano de propaganda
casi personal. Un área importante de su acción fue el trabajo articulado alrededor de la asistencia
social. Se creó la Fundación de Ayuda Social, más conocida como la Fundación Eva Perón.
Desde esta institución cuyos fondos se integraban con la ayuda estatal y las contribuciones de la
CGT, se impulsaba la construcción de hospitales, se subsidiaban medicamentos para los más
pobres, se organizaba la ayuda en alimentos, vestidos y otros elementos. El trabajo de Eva Perón
con los pobres la ayudó a transformarse en un símbolo de la época convirtiéndose en la "dama de
la esperanza" o la "abanderada de los humildes ", cuya contracara más difundida por sus opositores
fue la de la "mujer del látigo”.

En 1947 se produjo un acontecimiento fundamental en el plano del reconocimiento de los derechos


políticos: se sancionó la ley 13.010 (de voto femenino) por la cual se reconocía a las mujeres
argentinas los mismos derechos políticos que a los varones. Al poco tiempo el gobierno comenzó
las tareas de aplicación de la nueva ley y al año siguiente se divulgaron las "Instrucciones para el
empadronamiento general femenino ", donde figuraban los plazos de empadronamiento, los
organismos ejecutores, los lugares donde se empadronaba y los documentos necesarios para ha-
cerlo.

La movilización política de las mujeres dio sus frutos en las elecciones de noviembre de 1951,
cuando el Partido Peronista obtuvo el 63,9 por ciento de los sufragios femeninos. Las mujeres
cubrieron los cargos en las mesas receptoras de votos, fueron presidentas de mesas y auxiliares y
muchas militantes se desempeñaron como fiscales. En el Congreso de la Nación ingresaron
alrededor de 23 diputadas y 6 senadoras. No sólo eran partidarias del peronismo, la ola
participativa de las mujeres alcanzó a la Unión Cívica Radical, al Partido Socialista y al Partido
Comunista, estos últimos con una tradición de militancia política femenina previa a su incor -
poración política masiva por vía del sufragio.

La reforma de la Constitución Nacional de 1949 : fue otro aspecto fundamental de esta etapa. Al
finalizar el año 1948 se llamó a elecciones para convencionales constituyentes. En enero de 1949
se abrieron las sesiones de los convencionales, quienes revisaron la Constitución sancionada en
1853. Se efectuaron cambios profundos a la vieja Constitución liberal con la incorporación de los
derechos sociales, se estableció la reelección del presidente (uno de los aspectos más
controvertidos) y se suprimió el colegio electoral, permitiéndose así la elección directa de la
máxima autoridad de la Nación.
La Constitución de 1949 contenía también otros elementos claramente asociados con el
peronismo. El preámbulo reiteraba un lema de ese movimiento político: el establecimiento de una
"nación socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana". Se incorporó el
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Decálogo del Trabajador, que establecía la plena vigencia de los derechos fundamen tales de los
trabajadores e incluía la declaración de la propiedad inalienable de la Nación sobre los recursos
naturales, la nacionalización de los servicios públicos y la regulación del comercio externo. Se
reconocía también la propiedad privada como un derecho natural pero limitado por su función
social, reconocimiento que implicaba que el Estado podía expropiar negocios y tierras para
asegurar su uso productivo y, de ese modo, beneficiar a la comunidad.
(Video) La reforma de la Constitución Nacional de 1949 : fue otro aspecto fundamental de esta
etapa.
Por ley 13233, se declaró reformar la Constitución argentina, un vuelco muy importante en la
constitución, porque lo primero que impactó en ella es la introducción de lo que se ha dado en
denominar el “Constitucionalismo Social” es decir toda la preocupación por la cuestión social;
-seguridad social, previsión social, es decir por la persona, no ya considerada tanto
individualmente sino en su integración con los demás ciudadanos. Por ello este constitucionalismo
social impactó en los derechos del trabajador, con todo aquello que luego iba a ser tomado por la
reforma de 1957, entonces nos encontramos con el constitucionalismo social proyectado a los
derechos del trabajador, a los derechos de la ancianidad, en cuanto a los derechos de la seguridad
del trabajador, a sus vacaciones, sus sueldos, organización gremial, sindical etc.,
- Otra cosa que impactó que hasta entonces no teníamos, “La reelección del presidente de la
Nación” y reelección indefinida que fue incorporada en aquel tiempo, una modificación
trascendental para el sistema institucional argentino en cuanto a la organización del poder.
- La propiedad, por aquel impacto del constitucionalismo social se dice que tenía una función
social, dejaba de ser una propiedad exclusivamente individual para tener una proyección de
función social.
- La intervención y monopolio en ciertas actividades que se crían necesarias.
- Se modificó la competencia de la corte, su competencia originaria.
- Se estableció la posibilidad o potestad de poder decretar en la república el estado de prevención y
alarma cuando situaciones de cierta gravedad o crisis así lo hiciera necesario.
- También se autorizó por única vez y como excepción, a que las legislaturas provinciales,
actuaran como poder constituyente reformador de las constituciones de las provincias argentinas,
para adaptarlas a la reforma de 1949. (Excepción enorme, porque las constituciones provinciales
se dictan o modifican a través de un poder constituyente provincial en cada una de las provincias
argentinas, que son las encargadas de dictar o reformar la constitución cuando lo fuera necesario)
entonces en este momento se autorizó por la reforma a que las legislaturas pudieran hacerlo.
- Hubo modificaciones que se referían a las atribuciones del poder ejecutivo y del poder legislativo
en la actividad gubernamental que le corresponde a cada uno de ellos.
Esta enmienda de 1949 tuvo algunas contradicciones, que se encargaron de marcar aquellos que
dijeron que no era válida, porque se le achaca que:
- no fue declarada por las dos terceras partes de los miembros de la cámara de diputados,
- que no participó en el senado la representación de la provincia de Corrientes,
- que no votó la mujer en la elección de convencionales constituyentes, cuando ya desde años
anteriores ya por ley se había establecido el voto femenino.
- que no se establecía en las aclaraciones de necesidad de reforma los puntos que se debían
reformar, que la mayoría de la doctrina sostiene que debe estar la aclaratoria de –que se va a
reformar en la actividad de modificación.
Todos estos puntos hicieron que se cuestionara la reforma de 1943. (Fin del video)

-El segundo momento del gobierno se inicia a partir de 1949 cuando Perón introdujo
modificaciones en su estrategia. Por un lado, acentuó la presión del control político sobre los
factores sociopolíticos de poder y, al mismo tiempo, comenzó a darles más libertad de acción en
los aspectos social y económico. Las huelgas que se produjeron como consecuencia de la puja por
la redistribución del ingreso fueron reprimidas y, a medida que la prosperidad de la etapa 1946-49
se fue desvaneciendo, se montó también un culto político a la personalidad del líder y de su
esposa. Con la desaparición de la prosperidad económica, en particular hacia 1950, y con el ago-
tamiento de las reservas acumuladas durante la guerra, el gobierno se vio obligado a limitar en
forma drástica la actividad económica estatal y a suprimir parte de las subvenciones que se
otorgaban.

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Las elecciones nacionales de 1951 dieron lugar a importantes tensiones alrededor de las
candidaturas partidarias y la figura de Eva Perón estuvo en el centro de la tormenta. Apoyada
por la CGT, aspiraba a la vicepresidencia pero contaba con la oposición del Ejército
principalmente. Tras la renuncia de Eva Perón a su candidatura en un acto que ha quedado como
parte fundamental de la liturgia del peronismo (Cabildo Abierto de agosto de 1951), Perón fue
acompañado otra vez por Quijano.

Los comicios de ese año cambiaron el mapa electoral del país como consecuencia de las
novedades introducidas por el gobierno. Por una parte, el padrón electoral se incrementó
notablemente con la incorporación de las mujeres a la ciudadanía y la geografía electoral se amplió
con la provincialización de los antiguos territorios de Chaco, Formosa, Misiones, La Pampa,
Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.

En las elecciones presidenciales de 1951 el peronismo ganó en todas las provincias; lo que variaba
era el porcentaje de votos obtenidos. La provincia de Córdoba fue donde obtuvo el menor
porcentaje de votantes y en el Chaco superó el 80 por ciento de los sufragios emitidos. El Partido
Peronista obtuvo 4.745.168 votos (62,49 por ciento) y la Unión Cívica Radical 2.415.750, lo que
representaba el 31,81 por ciento de los sufragios.

1952-55. LA SEGUNDA PRESIDENCIA DE PERÓN.

(Video) En 1952, asume la segunda presidencia Juan Domingo Perón. Una época asignada por 2 o
3 aspectos que fueron muy trascendentes, - el 26 de julio de 1952 muere Eva Perón,
posteriormente se desencadenan conflictos con la iglesia, después para colmo desencadenó la “Ley
de divorcio vincular” 14.349, que llevó a establecer este tipo de divorcio en la república argentina,
luego se dejó sin efecto y años posteriores reapareció y hoy lo tenemos vigente, se intentó la
reforma constitucional para separar la iglesia del estado, se autorizó por ley a declarar estado de
guerra interno a raíz de movimientos insurreccionales que había habido y que habían fracasado,
también en una fiesta de Corpus Christi se quemaron banderas que algunos se lo achacaron al
partido del presidente y otros a la oposición, es decir, fueron generando conflictos que el 15 y 16
de julio llevó a que se quemaran y saquearan iglesias en este país como la de “Santo Domingo”, la
de “San Roque” y otras, en las cuales hubo heridos y padres fallecidos, también fueron quemadas
algunas iglesias en el interior del país, todo lo cual llevó a que la Iglesia Católica lo excomulgara
al general Perón, estos conflictos que se achacaban entre unos y otros agravó la situación y por
otra parte hicieron que se le fuera poniendo cada vez más difícil para gobernar al general Perón.
-También otro aspecto importante desde el punto de vista institucional fue que, votó por primera
vez la mujer en 1952.
-Algunos mencionan como desaciertos, las firmas de contratos, para California Argentina, donde
se daban grandes ventajas, y otros, que llevaron a que la cuestión económica no fuera lo más
próspera y querida posible, tal es así que se dice que: entre 1946-1956 el producto bruto interno
había crecido al 1.7% cuando estando solamente por encima nuestro país, de Bolivia que tenía solo
el 0,6%.
-Todo esto llevó a que este gobierno, fue tildado de, autoritario, lo que llevó a que se produjera el
16 de septiembre de 1955, lo que se llamó la “Revolución Libertadora” que desplazó del
gobierno a Perón se le pidió la renuncia, la que fue aceptada el 20 de septiembre de 1955, y a partir
de allí el otro golpe Milita y asumió la presidencia de la Nación Eduardo Leonardi y el 13 de
noviembre de ese mismo año lo sucedió el general Pedro Eugenio Aramburu. (Fin del Video)

Detalle de la presidencia del libro:


Integró el siguiente gabinete de Perón: Ángel Gabriel Borlenghi en el Ministerio del Interior,
Jerónimo Remorino en Relaciones Exteriores, Alfredo Gómez Morales en Asuntos Económicos,
Pedro José Bonanni en Hacienda, Natalio Carvajal Palacios en Justicia, Ramón Carrillo en Salud
Pública, José María Freiré en Trabajo, Armando Méndez de San Martín en Educación, Rafael
Amundarain en Industria y el general de división José Humberto Sosa Molina en Defensa. La
muerte de Quijano en 1952 obligó a realizar nuevas elecciones para designar vicepresidente,
resultando electo el contraalmirante Alberto Tessaire [1891-1963].

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El nuevo período presidencial comenzaba también con la muerte de Eva Perón, ocurrida el 26 de
julio de 1952. Para muchos, con ella destapa recia la figura que mejor encarnaba al peronismo y
con su muerte entraba definitivamente en la mitología política argentina.

Las dificultades económicas derivadas de las tendencias de los precios internacionales y del
comportamiento del sector agropecuario obligaron al gobierno a una mayor cautela frente a las
exigencias de los diversos sectores. Las demandas y las acciones de la oposición fueron
acompañadas de una mayor represión, que incluía el incendio de las sedes de algunos partidos así
como la detención de varios opositores. La escasez de artículos esenciales fue seguida de las
campañas de moralización, que incluían el encarcelamiento.

En 1953 se daba inicio a la última etapa del gobierno peronista, durante la cual la acumulación de
tensiones obligó a delinear una política conservadora con el objetivo de mantener las posiciones de
poder. Los últimos años estuvieron marcados por el conflicto con la Iglesia y las tensiones en el
Ejército.

Las conflictivas relaciones con la oposición política: durante los diez años que gobernó el Partido
Peronista el debate entre esta nueva fuerza política y la UCR, el principal partido opositor, se
articuló alrededor de la antinomia libertades públicas vs. Justicia social. Esta contraposición en-
tre las realizaciones sociales del peronismo y su política autoritaria estaba expresada en los
momentos iniciales de la presencia de Perón como factor fundamental de la política argentina. En
su discurso del 12 de febrero de 1946 había enfatizado el entonces candidato que el debate en la
Argentina no era entre "libertad" y "tiranía", entre "democracia" y "totalitarismo", sino entre la
"justicia" y la "injusticia social".

Las relaciones gobierno-oposición fueron tensas durante todo el período y la caja de resonancia
fue el Congreso, en particular la Cámara de Diputados. Aunque la oposición tenía más experiencia
en la confrontación parlamentaria, los representantes del partido mayoritario emplearon diversas
tácticas para obtener el control del Congreso. Entre los recursos utilizados pueden mencionarse el
establecimiento de obstáculos a los trámites legislativos (se declaraba la Cámara en comisión para
que los asuntos a tratar no siguieran su trámite normal y luego eran considerados sin el despacho
previo de las comisiones permanentes del cuerpo legislativo); se eliminó en la práctica el tiempo
de consulta; se declaraban fuera de la cuestión las iniciativas de los diputados opositores y se
formulaban mociones de cierre del debate; el oficialismo controlaba la distribución del uso de la
palabra y hasta eliminó los fundamentos de los proyectos de ley, declaración o resolución para que
no aparecieran en el Diario de Sesiones. Otro mecanismo utilizado con cierta frecuencia fueron los
desafueros.

La acción del peronismo motivaba las quejas del radicalismo mientras que el primero enfatizaba su
derecho a gobernar. La táctica oficialista en el Parlamento es un aspecto del marco contradictorio
en que se desarrollaba su propia práctica política, pues si por un lado se impulsaba la participa ción
y las tomas de decisiones democráticas, por otro se socavaban los principios de cualquier acción
práctica, plural y democrática.

De alguna manera todos los partidos políticos se vieron afectados por el proceso abierto con la
llegada de Perón al poder. Incluso el propio oficialismo sufrió su proceso de reorganización. Una
vez constituido el Partido Peronista se aprobó —en 1947— la primera carta orgánica nacional y
se establecieron los principios básicos de la organización partidaria. El partido era una "unidad
espiritual y doctrinaria ", la unidad era un principio fundamental y por eso no serían admitidas las
facciones. La fuente de inspiración era la doctrina formulada por Perón. La carta orgánica
establecía la organización de base del partido con el nombre de unidades básicas, las cuales
podían estar integradas por personas pertenecientes a la misma categoría ocupacional (unidades
básicas gremiales), o abiertas a la incorporación de los ciudadanos en general (unidades básicas
ordinarias). Las autoridades eran elegidas por el voto directo de los afiliados.

A nivel nacional el gobierno del partido residía en el Congreso general, un Consejo Superior
Ejecutivo, un Tribunal de Disciplina Partidaria y un Buró de Difusión Partidaria. Pero el aparato
partidario estaba fuertemente centralizado y el partido se gobernaba a partir de Perón. En la Carta
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Orgánica de 1954 se realizaron unos pocos cambios y el dato más saliente fue el establecimiento
del deber de los afiliados de conocer y divulgar la doctrina y las "Veinte Verdades del Peronismo".
Las organizaciones partidarias debían difundir las figuras de Perón y Evita como las únicas dentro
del movimiento.

En cuanto a las unidades básicas, fueron definidas como un "organismo primario, un centro
cultural, una pequeña comunidad" cuyo objetivo era fomentar los sentimientos de solidaridad y
hermandad entre los peronistas. De gran importancia para el Partido Peronista fue la organización
de la Rama Femenina, cuya primera asamblea se llevó a cabo en 1949; entre sus funciones
pueden destacarse la canalización del apoyo femenino, el establecimiento de centros educativos y
culturales orientados a la acción social, así como la contribución a la consolidación del peronismo
junto al Partido Peronista y la CGT.

La Unión Cívica Radical fue el principal partido opositor y durante todo este período estuvo
sumido en polémicas internas y divisiones. Esos problemas se arrastraban desde que la
Convención aprobó la Unión Democrática; ya en 1945 se conoció la Declaración de Avellaneda,
que mostraba a un grupo partidario que no sólo venía creciendo sino que también definía un
programa contrario a los pactos y alianzas electorales. Al conocerse la derrota de 1946, un grupo
parlamentario orientó la política del partido. Ricardo Balbín [1904-1981] y Arturo Frondizi [1908-
1995] fueron las caras visibles de los intransigentes opuestos a los grupos unionistas.

En 1947 se reunió el Primer Congreso Nacional del Movimiento de Intransigencia y


Renovación (MIR) en Avellaneda, donde se elaboraron dos documentos que constituyeron los
principios políticos oficiales de la UCR: por un lado, la "Profesión de fe doctrinaria ", donde se
presentaba al radicalismo como una "corriente orgánica y social de lo popular, del federalismo, de
la libertad"', y por otro, las "Bases de acción política", que reivindicaban las bases federales de la
República, planteaban la necesidad de provincializar los territorios, el apoyo al sufragio femenino,
el dictado de normas de organización de partidos que impulsaran la democratización interna de los
mismos, así como el respaldo a las medidas que tendían a democratizar la cultura y a re implantar
el laicismo. Se proponía además la nacionalización de los servicios públicos y los monopolios
capitalistas.

No sólo debe considerarse el enfrentamiento entre intransigentes y unionistas sino también las
diferencias dentro del MIR. En la provincia de Buenos Aires los doctrinarios encabezados por
Moisés Lebensohn tenían discrepancias con el grupo balbinista que controlaba a la UCR
provincial.

Las crisis y divisiones partidarias involucraban a otros grupos políticos. El Partido Demócrata
Conservador tenía dos líneas: abstencionistas y concurrencistas. Discutían también la posibilidad
de organizar la conjura contra el gobierno aunque algunos conservadores, como Vicente Solano
Lima, repensaron la situación en el exilio montevideano.

El Partido Socialista debatía también la relación con el peronismo. Algunos enfatizaban la ausen-
cia de libertades públicas, el despotismo y la falta de madurez de la clase obrera. Otros admitían
que el partido estaba "exhausto de ideas y de masas". Hacia 1953 comenzó un proceso de escisión
con la formación del Movimiento Socialista y el Partido Socialista de la Revolución Nacional,
aliado en los hechos del Partido Peronista. Otros jóvenes socialistas fundaron una agrupación de
estudios y editaron el periódico Acción Socialista.

El Partido Comunista, que en el período 1943-45 había perdido su influencia en la mayoría de los
sindicatos, recorrió varias etapas en su oposición al peronismo oscilando entre el antagonismo total
y el apoyo crítico. Muchos de sus militantes se pasaron a las filas peronistas.

Las relaciones con la Iglesia: éstas estuvieron marcadas por la complejidad. Si bien es cierto que
inicialmente rigió una ley que establecía la enseñanza religiosa en las escuelas y que buena parte
de la acción social del gobierno se hacía con el signo del catolicismo, pronto se harían visibles las
divergencias. Las tensiones con la Iglesia reconocían orígenes diversos y, a veces, no exactamente

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producto de la piedad religiosa de sus contendientes. La creciente politización del aparato
asistencial estaba en la raíz de las controversias tanto como el establecimiento del divorcio, la
equiparación de hijos legítimos e "ilegítimos ", la legalización de los prostíbulos, la supresión de la
enseñanza religiosa y la eliminación de las subvenciones a la enseñanza confesional, así como la
acción de la oposición que se escudaba detrás de la denuncia de la postura "anticristiana " del
régimen.

La transformación de la procesión de Corpus Christi en junio de 1955 en una manifestación de la


oposición, el bombardeo del 16 de junio de 1955 en pleno corazón de la ciudad, que mató a
numerosos ciudadanos, así como la concentración convocada por la CGT y el incendio de algunas
iglesias del centro de Buenos Aires son tanto una expresión de las tensiones políticas más amplias
como una muestra de los inestables y difíciles vínculos de Perón con la Iglesia. Perón decidió que
el gobierno se hiciera cargo de la restauración material de las iglesias y algunos funcionarios, los
ministros del Interior y de Educación así como el secretario de Prensa, debieron aban donar sus
cargos. El gesto reconciliatorio se extendió a la oposición, a quien ahora se le permitiría responder
públicamente por radio al oficialismo.

Las relaciones con el Ejército: los vínculos del gobierno con las Fuerzas Armadas se establecieron
de acuerdo con criterios institucionales y económicos. Desde el punto de vista institucional, las
Fuerzas Armadas apoyaban a Perón porque era su obligación frente a la autoridad legítima, pero
esa subordinación no implicaba que no tuvieran la posibilidad de influir en situaciones
consideradas límites (por ejemplo, con la candidatura de Eva Perón a la vicepresidencia de la
Nación). Recibieron también importantes beneficios económicos que mejoraron sensiblemente la
situación de los oficiales. El uso de incentivos económicos fue un medio para controlar al Ejército.

En 1951 el grueso del Ejército era todavía legalista y esto le permitió al gobierno sofocar el
levantamiento de septiembre de ese año encabezado por el general Benjamín Menéndez. El
presidente aprovechó la oportunidad para depurar los mandos militares de opositores y
sospechosos.

Pero ese control no era tan efectivo: cuando se profundizaron las tensiones con la Iglesia y la
oposición política encontró un espacio más amplio para actuar, las divergencias entre Perón y
algunos sectores del Ejército también se ensancharon.

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2-LA REVOLUCIÓN DE 1955. LA REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1957. LOS AÑOS DE


TRANSICIÓN. PRESIDENCIA DE A. FRONDIZI. EL GOBIERNO DE ARTURO ILLIA. LA
REVOLUCIÓN ARGENTINA. SUS ASPECTOS. GOBIERNOS JUSTICIALISTAS. EL
PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL.

(Video) LA REVOLUCIÓN DE 1955: Esta época signada por todo un enfrentamiento entre lo que
era lo la fuerza que traía la puerta política y traía el gobierno del partido peronista y las fuerzas del
gobierno revolucionario que teníamos de 1955 hubo choques muy importantes de todo punto de
vista, tal es así que se creó una comisión nacional de investigaciones, se creó un tribunal de honor
una Corte Militar para juzgar a Perón por todas las imputaciones que se le hacían, Se convocó a
una Convención Constituyente, tal es así que el 7 abril de 1957 se reestableció la constitución de
1953 la primera constitución argentina y luego se hizo sobre ella la reforma constitucional de
1957. (Fin del video)

En junio de 1955 se produjo un levantamiento de la marina que bombardeó y ametralló a la


población civil reunida en la Plaza de Mayo. El intento fracasó nuevamente, aunque fue seguido
por una actitud más conciliatoria por parte de Perón, que pronto reconocería su fracaso. El 16 de
septiembre de 1955 las Fuerzas Armadas iniciaban otro levantamiento militar, con epicentro en la
ciudad de Córdoba.

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El alzamiento militar encabezado por el general Eduardo Lonardi no pudo ser sofocado por las
fuerzas adictas al gobierno y la situación se complicó cuando se plegaron al alzamiento las tropas
cuy anas. La marina de guerra también se plegó a la rebelión, amenazando los puertos como Mar
del Plata, y a la misma Buenos Aires, si las fuerzas del gobierno no se rendían. El general Lucero
anunció en nombre de las tropas gubernamentales que cesaba la resistencia y leyó un documento
en el que Perón manifestaba su disposición al renunciamiento personal. Al día siguiente el presi-
dente se refugiaba en la embajada del Paraguay y las resistencias aisladas de los trabajadores,
violentamente reprimidas, fueron insuficientes para salvar la revolución peronista. El 23 de
septiembre de 1955 el general Lonardi asumía el mando presidencial iniciando una nueva etapa.

1955-58, LOS GOBIERNOS DE LONARDI Y ARAMBURU. (No van) El golpe militar del 16
de septiembre de 1955 fue encabezado por el general Eduardo Lonardi [1896-1956] y contó con el
apoyo de todos los sectores de la oposición. Sin embargo, su breve gobierno provisional sólo
concitaba la adhesión de los militares nacionalistas y de los grupos católicos, que no rechazaban
los objetivos generales del justicialismo sino el personalismo de Perón y la corrupción
generalizada en diversos estamentos del poder. En realidad, buscaban practicar un peronismo sin
Perón. Consecuentemente con sus ideas, Lonardi ubicó a nacionalistas católicos en áreas clave del
gobierno y estableció contacto con algunos peronistas como Atilio Bramuglia. A pesar del fracaso
de estas negociaciones se nombró a Luis Cerrutti Costa, ex funcionario peronista, como ministro
de Trabajo, buscando captar a los sindicatos.

Pero Lonardi representaba el ala minoritaria del golpe antiperonista y no tenía el apoyo suficiente
para llevar adelante un proyecto de corte populista. Tanto el Ejército como la Marina, orientada
por el contraalmirante Isaac F. Rojas, así como la mayoría de los partidos políticos opositores,
deseaban im pulsar una orientación liberal y de restitución de la actividad política, pero a costa de
desperonizar totalmente al país. A tal efecto, estos grupos crearon la Junta Consultiva Nacional,
conformada por representantes de todos los partidos no peronistas, dejando afuera a los
nacionalistas. Debilitado políticamente, Lonardi renunció el 13 de noviembre y fue reemplazado
por el general Pedro Eugenio Aramburu [1903-1970].

El nuevo presidente se deshizo rápidamente de los funcionarios nacionalistas y populistas. Se


adoptaron duras medidas contra el peronismo y sus partidarios, a quienes se persiguió al punto de
prohibir cualquier mención vinculada al régimen anterior. Si el peronismo en el gobierno había
contribuido a conformar una sociedad políticamente dual, los opositores devenidos en gobierno
profundizaban esta línea.

La proscripción del peronismo: el peronismo fue proscripto, condenado al ostracismo y a transitar


la ilegalidad y la clandestinidad. Se intervino la CGT y se encarceló a sus dirigentes, se prohibió
mencionar en la prensa a Evita o a Perón y se llegó a fusilar, en junio de 1956, a un grupo de
conspiradores encabezados por el general Valle. En diciembre de 1955 Perón decidió, desde el
exilio, llamar a "todos los peronistas " a resistir a la dictadura con todos los medios a su alcance.
De esta manera comenzaba formalmente la "resistencia peronista" que apelaría, ante la imposibi-
lidad de la práctica política formal, durante un tiempo a formas de autodefensa violenta.

Con los fusilamientos de junio y la ola de represión, la lucha clandestina sufrió un duro golpe que
obligó a sus defensores a un replanteo. Su acción fue casi espontánea al comienzo y más orgánica
desde marzo de 1956, cuando se creó el Comando Sindical Peronista con el fin de recuperar el
control de los sindicatos. Los sectores combativos se lanzaron a conquistar las comisiones internas
y, junto con delegados comunistas, formaron la Comisión Intersindical. En el congreso de la
CGT controlaban 62 gremios sobre los 94 asistentes; mientras los gremios pro gubernamentales se
retiraron, los que permanecieron se autodenominaron 62 Organizaciones. En marzo de 1957 los
comunistas se retiraron y las 62 se convirtieron en conducción político-gremial del peronismo.
Desde entonces la representación sindical se transformó en la "columna vertebral" del movimiento
peronista.

La división del radicalismo: el posicionamiento ante el peronismo teñía toda la escena política y
provocó una dura polémica en la Unión Cívica Radical. El sector denominado Movimiento de
Intransigencia Radical, que adhería al Programa de Avellaneda y era encabezado por Arturo
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Frondizi, se mostraba partidario de dialogar con el peronismo y asumía algunas de sus banderas,
especialmente aquellas vinculadas a la independencia económica. Eran mayoritarios dentro del
Comité Nacional y entablaron conversaciones con algunos dirigentes sindicales peronistas. En
sentido inverso, el unionismo y algunos radicales independientes se oponían frontalmente a
Frondizi y eran, junto con el Partido Socialista, los enemigos más encarnizados del peronismo. En
las elecciones internas de marzo de 1956 Frondizi derrotó a los unionistas y al sabatinismo
cordobés y fue reelegido al frente del Comité Nacional.

Sin embargo, el principal rival de Frondizi pertenecía al MIR y era Ricardo Balbín. Desde
mediados de ese año ambos dirigentes luchaban por el control del partido y por la candidatura
presidencial. En agosto los dos aceptaron someterse a un referéndum entre 500 dirigentes del MIR,
donde triunfó ampliamente Frondizi. Balbín renunció al Comité Nacional y, cambiando las reglas
del juego, exigió elecciones directas. Un mes más tarde la Convención Nacional proclamó la
fórmula presidencial Frondizi-Alejandro Gómez. Balbín, aliado con el dirigente Amadeo Sabatini
y los unionistas, comenzó un proceso de ruptura que se formalizó en febrero de 1957 al formar
la Junta Reorganizadora de la UCR. Pocos meses después fueron obligados por la justicia electoral
a diferenciarse: Frondizi encabezaba la Unión Cívica Radical Intransigente, y Balbín la Unión
Cívica Radical del Pueblo. Si el primero profundizaba el acercamiento al peronismo, el segundo lo
hacía con Aramburu.

La UCRI levantaba las banderas de la libertad sindical, del nacionalismo económico y de una
distribución más equitativa de la riqueza. La incorporación de Rogelio Frigerio, director de la
revista Qué, significó un viraje hacia posiciones eficientistas y desarrollistas. Desde el punto de
vista político, se aceleraron los contactos con el peronismo.

La reforma de la Constitución de 1957 : en 1957 se convocó a elecciones generales para elegir


convencionales en una Asamblea Constituyente cuyo objeto era reformar la Constitución de
1949. La UCRP venció a la UCRI por 2.100.000 votos contra 1.850.000. Pero el dato significativo
fue que por encima de ambas fuerzas se ubicó el voto en blanco alentado por Perón, evidente
protesta del electorado que lo apoyaba. La UCRI se oponía a reformar la Constitución y al estar en
minoría se retiró de la convención. Antes de fin de año la Constituyente se disolvió sin haber
conseguido la mayoría de sus objetivos, con la excepción de la derogación de la mayoría de las
reformas efectuadas en 1949.
(Video) La Reforma de 1957 tuvo 2 aspectos: Primero un Art. Se reformuló, que fue el Art. 67
inc. 12, (hoy sería Art. 75), donde se agregó entre las atribuciones del Congreso la potestad de
dictar entre otros “códigos el del Trabajo y la seguridad Social”, aquel código que se intentó
alguna vez dictar por el gobierno de Roca en época en que era ministro Joaquín Víctor González y
realizó aquel proyecto. Y También se incorporó como modificación al texto constitucional del 53
el Art. 14bis. Hoy vigente donde se incorporan los derechos del trabajador, la previsión social, la
seguridad social, etc., todo aquello que ya había establecido la constitución de 1949, ahora se
incorporaba por vía de la enmienda constitucional de 1957. (Fin de video)

El apoyo de Perón a Frondizi: en vista de las elecciones presidenciales del 21 de febrero de


1958, Frondizi estrechó sus contactos con Perón, a través de su delegado personal John William
Cooke [1919-1968], y logró su adhesión para la candidatura presidencial. Perón decidió apoyar a
Frondizi por varias razones: por un lado, desconfiaba de un triunfo del voto blanquismo pues el
discurso frondicista podría arrastrar votos peronistas; además, una victoria de Balbín obligaría al
peronismo a endurecer su postura. De esta forma, con los votos peronistas Frondizi logró un
amplio triunfo, impensado en otras circunstancias: en efecto, la UCRI consiguió 4 millones de
votos (49 por ciento) frente a 2.400.000 (29 por ciento) de los radicales del pueblo encabezados
por Ricardo Balbín.

1958-1962, EL GOBIERNO DE FRONDIZI.

(Video) EL GOBIERNO DE FRONDIZI, partir de 1958, tuvo problemas de gobierno porque se


dice que mantuvo una economía y política contradictoria, dictó leyes de amnistía para todos
aquellos que estuvieran incursos en problemas políticos y conexos, se le cuestionó la firma de
contratos peroleros por los beneficios que otorgaba a las empresas, se produjo la remoción de
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muchos jueces, también tuvo problemas por sus reuniones con el “Che Guevara” y los problemas
con Cuba que había sido apartada de la OEA, entonces fue tomado preso en la Isla Martín García,
y asumió José María Guido, quien declaró en receso el poder legislativo, el congreso de la nación
argentina, nos encontrábamos con un déficit de 500 millones de dólares en el presupuesto y ya la
deuda externa nos daba los 3 mil millones de dólares, con lo cual empezaba a tornarse en una
suma preocupante. (Fin del video)

El nuevo presidente Arturo Frondizi, contaba con una amplia mayoría parlamentaria (133 bancas
contra 55 de la UCRP) y controlaba la mayor parte de los gobiernos provinciales pues sólo habían
perdido en Santa Fe. Pero su base de poder era endeble: la mayoría de los votos eran peronistas y
los militares desconfiaban abiertamente de Frondizi, quien era apoyado por un espectro amplio que
abarcaba desde nacionalistas lonardistas hasta el Partido Comunista; además, la oposición
practicaba una política esencialmente antiperonista y no parecía demasiado preocupada por la
continuidad institucional. Por su parte los radicales del pueblo, que habían apoyado aspectos
sustanciales de la política de Aramburu, consideraban ilegítimo a un gobierno que había triunfado
con votos "prestados " y apelaban peligrosamente a la interpelación de sectores militares.

El gabinete del Dr. Frondizi se integró con Alfredo R. Vitólo en el Ministerio del Interior, Luis R.
Mac Kay en Educación, Emilio D. del Carril en Economía, Héctor Nobia en Asistencia Social,
Carlos A. Fiorit en Relaciones Exteriores, Justo Villar en Obras Públicas, Alfredo Allende en
Trabajo y Gabriel del Mazo en Defensa. Las áreas de Economía, Trabajo y Relaciones Exteriores
sufrieron constantes cambios de ministros debido a las modificaciones y variaciones de rumbo
impuestas por Frondizi.

El gobierno buscó cumplir alguna de las promesas efectuadas al electorado peronista: en mayo de
1958 amnistió a los presos políticos y a los perseguidos por el gobierno de Aramburu, aunque no
incluyó a Perón y a su partido y, paradójicamente, ascendió al almirante Rojas y al general
Aramburu; intentó volver a los acuerdos obrero-patronales impulsados por Perón; otorgó un
generoso aumento de salarios y sancionó, en agosto de ese mismo año, una nueva Ley de
Asociaciones Profesionales.

El viraje de Frondizi: influenciado por su asesor Rogelio Frigerio desde el punto de vista
económico, el presidente puso énfasis en la integración política de todos los argentinos y en el
desarrollo económico impulsado por el capital extranjero, aunque el discurso frondicista atacaba al
imperialismo inglés. Precisamente, hacia fines de 1958 se sancionó la ley de promoción a las
inversiones extranjeras. Esta nueva orientación implicaba un alejamiento del Programa de
Avellaneda, cuyo fundamento básico proponía la reforma agraria, la nacionalización de los
servicios públicos, la energía, el transporte y el combustible.

El exceso de confianza puesto en la eficiencia llevó a Frondizi a privile giar la negociación con las
grandes corporaciones sobre la búsqueda de consenso entre los partidos políticos. De esta forma,
por ejemplo, negociaba constantemente con los militares o permitió, en octubre de 1958, que la
Iglesia abriera universidades rompiendo el tradicional monopolio educativo del Estado sobre la
enseñanza superior. Este hecho polarizó a la sociedad argentina en torno a la opción entre la
enseñanza laica o libre.

A pesar de intentar una política social de concesiones a los trabajadores, los planes de es-
tabilización pronto enfrentaron al gobierno con los sindicatos. En enero de 1959 se produjo una
larga e impactante huelga en el frigorífico Lisandro de la Torre. A mediados de ese año, la llegada
de Alvaro Alsogaray [1913] al Ministerio de Economía y la adopción de una política económica
liberal ortodoxa agudizaron el enfrentamiento con el movimiento obrero. El gobierno adoptó una
política represiva que consistió en la intervención a los sindicatos y la puesta en marcha del plan
Conintes (Conmoción Interna del Estado). Este proceso desembocó en la derrota de los sectores
combativos del sindicalismo y el surgimiento de una dirección dialoguista y negociadora orientada
por el dirigente metalúrgico Augusto Timoteo Vandor.

La política internacional: la estrategia externa practicada por Frondizi también le acarreó


problemas. A la vez que manifestaba su entusiasta apoyo a la Alianza para el Progreso impulsada
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por John F. Kennedy, en mayo de 1959 se negó a condenar al gobierno revolucionario cubano de
Fidel Castro. La entrevista con el Che Guevara en Punta del Este, dos años más tarde, ratificaba
esta postura pero agudizaba la desconfianza de un Ejército cada vez más orientado hacia la lucha
anticomunista. En efecto, los militares argentinos reconocían en esos años a Estados Unidos como
el baluarte de la lucha contra el comunismo y la Unión Soviética. Se anteponía clara mente la
defensa del mundo occidental y cristiano a la defensa nacional; en todo caso, ésta dependía de
aquélla. Desde 1958 el Ejército asumió, cada vez más, la idea de la lucha antisubversiva.
Finalmente Frondizi cedió a las presiones militares y rompió relaciones diplomáticas con Cuba.

La política electoral: en 1960 los comicios de renovación parlamentaria se habían desarrollado


sin provocar demasiadas turbulencias, aunque en las elecciones de Mendoza del año anterior los
votos peronistas al Partido Comunista habían inquietado al Ejército. En 1962 la elección de gober-
nadores planteaba serios interrogantes y seguramente jugaba el destino del gobierno. En vista de
ello, Frondizi dio por finalizado el plan estabilizador conducido por Alsogaray y retomó las
políticas sociales del comienzo de su gestión.
Ante el insoluble problema de la proscripción electoral del peronismo, el gobierno optó por
permitir su participación a través de algunos partidos provinciales neoperonistas. El 18 de marzo
de 1962 se realizaron las elecciones y los peronistas se alzaron con la primera minoría al obtener
el 32 por ciento de los sufragios. Pero el dato más relevante fue su victoria en Buenos Aires, Jujuy,
Chaco, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán. La UCRI
obtenía un magro botín ganando en Capital, Entre Ríos, Corrientes, La Pampa y Santa Cruz; mien -
tras los radicales del pueblo sólo triunfaron en Córdoba.

La caída de Frondizi: frente al amplio triunfo del peronismo, Frondizi intentó dar marcha atrás
interviniendo algunas provincias para evitar el acceso de los ganadores al gobierno. El 19 de
marzo intervino las provincias de Buenos Aires, Chaco, Río Negro, Santiago del Estero y
Tucumán. Disolvió su elenco ministerial y propuso un gabinete de unión nacional sin éxito Los
partidos políticos no lo apoyaron y, yendo más lejos, la UCRP pidió la anulación de las
intervenciones provinciales y la renuncia de Frondizi a la presidencia. El 28 de marzo de 1962 los
comandantes en jefe del Ejército (Raúl Poggi de Ejército, Cayo Alsina de Aeronáutica y Agustín
Penas de Marina) pedían la renuncia del presidente. Ante la negativa de Frondizi a entregar el
mando, el general Poggi lo detuvo y lo envió detenido a la isla de Martín García. A lo largo de su
gobierno las Fuerzas Armadas habían realizado más de treinta planteos, institucionalizando las
crisis militares y afectando con ello al sistema político global.

PRESIDENCIA DE JOSÉ MARÍA GUIDO (1962-1963) (No va)

Dentro del Ejército existían dos sectores en pugna. Los «colorados», de tinte antiperonista
(contaban con la simpatía de Rojas), veían con preocupación el persistente apoyo popular al
peronismo, demostrado en los comicios, y no deseaban una apertura política. Los «azules», que se
definían como legalistas y entre los que figuraban el general Onganía y el coronel Alejandro A.
Lanusse, en cambio creían importante respetar la voluntad popular manifiestada en los comicios.
Los «colorados» presionaban a Guido y los «azules» le ofrecían su apoyo. Finalmente, en
septiembre de 1962, se enfrentaron los dos bandos triunfando los azules.
En enero de 1963, se anunció que el día 23 de junio se realizarían las elecciones presidenciales.
Estos comicios llevaron a Arturo Illia, de la Unión Cívica Radical del Pueblo, a la presidencia de
la Nación, con el 25% de los votos. El Partido Justicialista continuaba proscripto.

PRESIDENCIA DE ARTURO ILLIA (1963 - 1966)

(Video) Este gobierno surgió de una elección, donde no participaron los gobiernos proscriptos
como el peronismo y que subió solamente con el apoyo del 25% del cuerpo electoral.
Se le achacó un gobierno con poca iniciativa, la ineficacia que tenía, y la falta de tratamiento de
los asuntos militares como correspondía y la falta de motivación que tenía el gobierno para actuar.
Estábamos con escasez de reserva, una balanza comercial muy magra, teníamos una huelga
revolucionaria que alcanzaba a 11.000 talleres, y en 1966 se produce la caída de Illia y asume el
general Onganía. (Fin del video)

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La ciudadanía y los políticos tenían esperanzas en que se alcanzaría la estabilidad política y
económica y quedarían atrás las proscripciones, los planteos militares, los fusilamientos y exilios.
Pero la realidad marcaba que existían dos frentes de conflicto, la cantidad de votos en blanco, en
su mayoría justicialistas, y el poder que los militares aún ejercían.

Al mes de la asunción se cancelaron los contratos petroleros con empresas extranjeras firmados
por Frondizi, lo que motivó reclamos de Estados Unidos, que fueron desoídos. Esta medida
acarreó onerosas indemnizaciones y la pérdida del autoabastecimiento. En el plano económico, se
produjo un importante aumento de las exportaciones, las que sirvieron para disminuir la deuda
externa.

No hubo devaluaciones importantes, el salario de bolsillo mostró una mejoría respecto de los
niveles inflacionarios y el desempleo disminuyó, pero estos recursos sirvieron para salir de la
coyuntura, pero no alcanzaron para concretar una política a largo plazo.

El sindicalismo justicialista, por su parte, ofreció una constante resistencia a las medidas de
gobierno, según Félix Luna entre mayo y junio de 1964 se ocuparon más de once mil fábricas.
Este "Plan de Lucha" sindical fue uno de los factores que desestabilizaron la democracia.

La dirigencia política y sindical peronista ansiaba que volviera al país el exiliado caudillo. Por eso,
pergeñó el "Operativo Retorno", y se supo que Perón volvería al país en diciembre de 1964. El
avión que lo trajo de regreso hizo una escala técnica en Río de Janeiro y allí concluyó el viaje, las
autoridades brasileñas declararon a Perón persona no grata y lo obligaron a regresar a Madrid
donde estaba exiliado desde hacía varios años. El gobierno argentino, para contar con la
colaboración de las autoridades brasileñas, argumentó que el Ejército se preparaba para dar un
golpe de estado. Y no se equivocaba.

El 14 de marzo de 1965 se realizaron las elecciones para la renovación parcial de ambas cámaras
del Congreso. A pesar de los malos augurios, al gobierno no le fue tan mal, salió segundo a sólo
cincuenta mil votos de la Unión Popular (peronismo) y aumentó en más de cien mil sufragios su
caudal electoral respecto de elecciones anteriores. Frente al triunfo peronista, muchos esperaban
que el gobierno anulara los comicios, pero no lo hizo. Esto inquietó aún más a los cuadros
militares.

El fin del gobierno constitucional. Debido a desinteligencias dentro de la jerarquía militar, el


general Onganía, que se desempeñaba como comandante en Jefe, solicitó su retiro.

Según Alan Rouquié "con el alejamiento del hombre fuerte del Ejército el gobierno dio a los
golpistas una bandera, una causa y un candidato presidenciable". A ellos se sumaron vastos
sectores de la ciudadanía, en particular el sindicalismo, y varias publicaciones que constantemente
señalaban la lentitud e ineficiencia del gobierno de Illia.

El manipuleo de la opinión pública por los grupos de poder, hizo que se consideraba al golpe de
estado como un hecho natural y presentó a las Fuerzas Armadas en un acto de servicio: la ruptura
institucional. El 11 28 de junio de 1966, el país amaneció con nuevo presidente, Hl a pesar de la
honorable resistencia personal de Illia.

LA REVOLUCIÓN ARGENTINA (1966-1973)

(Video) El general Juan Carlos Onganía fue designado presidente de la denominada Revolución
Argentina. En este período se disuelven los partido políticos se prohíben los actos políticos, se
declaró vacante los bienes de los partidos políticos que pasaron a patrimonio nacional, se dictó un
estatuto de la Revolución para fijar las pautas normativas de como se iba a manejar este gobierno
de facto, y también del punto de vista institucional y constitucional se modifica la constitución en
lo que se refiere al Patronato, se modifica desde el punto de vista de una mutación constitucional
y no como si se introduce una reforma formal a la Constitución, una especie de mutación a raíz del
concordato con la Santa Sede de 1966 por ley 17032, esto modificó el Patronato que se venía

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rigiendo en la Argentina y pasó a llamarse “Concordato” porque ahora, por ejemplo la
designación de los Obispos era directamente por la Santa Sede, haciéndole conocer el nombre al
gobierno argentino que le podía hacer alguna proposición de carácter político pero nada más, sino
directamente designaba.
También en Mayo de 1966, tuvimos el célebre Cordobaza, que comenzó a manifestar la violencia
que se vendría en la República Argentina. Luego volvió a la actividad política en 1971 como Roy
y luego el gobierno de “1972 el estatuto Fundamental” y en “1976 el estatuto del proceso de
reorganización Nacional”, previo el gobierno entre ese ínterin de Perón “El tercer Gobierno de
Perón y Estela Martínez de Perón”.
Luego de 1976 24 de Marzo otro gobierno de facto y hasta 1983 una interrupción constitucional
que retorna al sistema democrático con Raúl Alfonsín. (Fin del video)

(No va) El corporativismo de Onganía. El general Juan Carlos Onganía fue designado presidente
de la denominada Revolución Argentina, cuyos ideólogos redactaron un estatuto que fue puesto
por encima de la Constitución Nacional. Según ellos, venían a socorrer a una Argentina hundida
en el descrédito, la inflación y la anarquía. Muchos civiles vieron con buenos ojos la llegada de
una "mano dura" pero fue una época de persecución de los líderes políticos y sindicales, de
encarcelamiento de estudiantes y profesores, de prohibición de libros y obras de teatro
consideradas antinacional e inmoral.

Onganía formó su gabinete con hombres de la derecha católica y anticomunistas. De entrada se


prohibió toda actividad política y se intervinieron las universidades. Las protestas estudiantiles
culminaron el 29 de julio, cuando se produjo la "noche de los bastones largos", esto es, la durísima
represión a docentes y alumnos por parte de la Policía, lo que consiguió la fuga de inteligencia de
nuestro país.

El presidente de facto consideraba que la política y la economía debían asociarse para sacar al país
adelante y que éste debía pasar por tres etapas: el tiempo económico, el tiempo social y recién se
podría arribar al tiempo político.

Para llevar adelante la primera etapa, nombró como ministro de economía a Adalbert Krieger
Vasena, que contó con un inusitado respaldo empresarial. Se produjo una devaluación del peso,
aumentaron las cargas sociales y los impuestos. Pero, la estabilidad económica lograda no se
correspondió con los indicadores sociales de ese trienio.

Frente a esta situación, los dos grupos sindicales liderados por Augusto T. Vandor y José Alonso
se unificaron en la CGT Azopardo y adoptaron una actitud dialoguista con el gobierno. Raimundo
Ongaro, que no deseaba dialogar con los militares, formó la CGT de los Argentinos.

El fin de Onganía y la breve presidencia de Levingston. A mediados de 1969, se conjugaron varios


sucesos que combinados fueron explosivos. A fines de mayo, en la provincia de Córdoba estalló
un movimiento obrero-estudiantil contrario a las autoridades provinciales y nacionales, que se dio
en llamar "El Cordonazo" (ver recuadro). Sumado a esto, varios grupos guerrilleros conmovieron a
la sociedad toda, y en una horrorosa seguidilla de atentados y asesinatos (Augusto Vandor y Pedro
E. Aramburu) hicieron trastabillar al gobierno militar que se mostró impotente ante los hechos.
Los buenos índices económicos logrados en años anteriores se desmoronaron en 1970 y las
devaluaciones hicieron desaparecer el peso moneda nacional por el peso Ley 18.188, cuya unidad
equivalía a 100 pesos de la anterior moneda. Ante la suma de hechos, los altos mandos militares le
retiraron el apoyo y el 8 de junio de 1970 destituyeron a Onganía. Días después, el general
Roberto Levingston asumía la presidencia de la Nación. Pronto se advirtieron discrepancias entre
el presidente y el comandante en jefe del Ejército, el general Lanusse.

Por su parte, los distintos partidos políticos se nuclearon e iniciaron urr movimiento de opinión
conocido como "La Hora del Pueblo"', cuyo principal objetivo era levantar la veda política y
convocar a comicios.

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Los problemas obreros continuaban, los salarios estaban atrasados con respecto a la espiral
inflacionaria y, nuevamente, fue Córdoba la que estalló, a mediados de marzo se produjo una
reedición del Cordobazo. El Viborazo, como se lo llamó, actuó como detonante de la caída de
Levingston. El 23 de marzo la Junta de Comandantes reasumía el poder político. Le había llegado
la hora a Lanusse, que debía conducir a la Nación hacia los comicios nacionales.

Lanusse, el último presidente de la Revolución Argentina (1971-1973). El pasado antiperonista de


Lanusse no le impidió encarrilar al país hacia la democracia. Eligió como ministro del Interior a
Arturo Mor Roig, un radical del pueblo que había tenido una lucida participación en La Hora del
Pueblo y que, además, mantenía un buen diálogo con el peronismo. Entre el presidente y su
ministro diseñaron un plan político, el Gran Acuerdo Nacional. Y el 17 de septiembre dieron a
conocer el calendario electoral; llamado de elecciones para el 11 de marzo de 1973 y entrega del
poder al presidente electo el 25 de mayo.

Mientras tanto, el justicialismo realizaba preparativos para que Juan D. Perón regresara al país,
arribando el 17 de noviembre de 1972, después de diecisiete años de exilio. Su retorno no fue
definitivo, pero dejó instrucciones para la próxima etapa electoral.

En el radicalismo se enfrentaron en elecciones internas Ricardo Balbín y Raúl Alfonsín, y ganó el


primero. Mientras tanto, los justicialistas formaron el Frente Justicialista de Liberación
(FREJULI), integrado también por el MID, el Partido Conservador Popular y algunos sectores de
la Democracia Cristiana, postulando la fórmula Héctor J. Cámpora-Vicente Solano Lima.

Las elecciones del 11 de marzo de 1973 mostraron un claro triunfo del FREJULI, que ganó con
5.907.464 votos; la UCR, segunda, obtuvo sólo 2.537.605 votos.

NUEVAS PRESIDENCIAS JUSTICIALISTAS (1973-1976)

Cámpora al gobierno, Perón al poder. El nuevo presidente, que contaba con el beneplácito de
Perón, recibió expresas instrucciones de él para guiar los primeros pasos del gobierno
constitucional. Pero la falta de capacidad de Cámpora para solucionar los conflictos que surgieron
en las distintas ramas del peronismo no tardó en hacerse evidente. Las contradicciones en el seno
del peronismo quedaron al descubierto ese año, en él se agrupaban el sector ortodoxo -liderado por
los sindicalistas José Rucci y Lorenzo Miguel-, la tendencia izquierdizante de la Juventud
Peronista, los Montoneros y la ultraderecha de José López Rega. Pero lo más alarmante era que
Perón no tenía ascendente sobre las distintas fuerzas para zanjar las diferencias entre unos y otros.
A eso se sumó un luctuoso suceso que se recuerda con el nombre de la "Masacre de Ezeiza". El
retorno definitivo de Perón a la Argentina se produjo un día 20 de junio. Esa mañana miles de
personas se instalaron en los bosques cercanos a Ezeiza para recibir al líder Justicialista. La
derecha peronista, con López Rega a la cabeza, se encargó de organizar el acto de bienvenida.
Haciendo ostentación de armas de fuego, se ubicó en el cruce de la Autopista Ricchieri y la Ruta
205 para impedir que las organizaciones de izquierda se acercaran al palco. En un momento, las
casi dos millones de personas allí reunidas se vieron en medio de un fuego cruzado que dio como
resultado un saldo de 13 muertos y 365 heridos. El avión que traía de regreso a Perón debió
aterrizar en el aeropuerto militar de Morón.
Las críticas arreciaron contra el presidente, y tanto él como el vicepresidente renunciaron para
permitir que Perón pudiese presentarse como candidato. El 13 de julio entró en vigencia la ley de
acefalía, llegando a la presidencia Raúl Lastiri, presidente de la Cámara de Diputados. Las
elecciones fueron convocadas para el 23 de septiembre de 1973.

La tercera presidencia de Perón. A nadie se le escapaba el delicado estado de salud y la


avanzada edad de Perón. Por eso, López Rega maniobró astutamente para que nombrara a la
esposa de aquél, María Estela Martínez de Perón, Isabelüa, compañera de fórmula, para tener
asegurado un espacio en el gobierno.
El triunfo del FREJULI fue contundente; obtuvo casi el 62% de los votos. Juntamente con Perón
accedió al poder el ala derecha del justicialismo, hecho que desencadenaría violentas
consecuencias en el futuro.

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En principio, la política económica logró algunos objetivos visibles. Se buscó un Pacto Social con
los otros partidos y los sectores empresariales y obreros, para desarrollar un Plan Trienal de
gobierno. A pesar de ciertas mejoras salariales y de una baja pronunciada en la inflación, el rígido
control de precios y salarios que se había establecido se resquebrajó en poco tiempo, debido a que
el gobierno cedía a las presiones sectoriales.
Mientras tanto, la salud del viejo caudillo seguía desmejorando y su dependencia de López Rega e
Isabel era cada vez más fuerte. A esa situación se sumaban los conflictos internos, donde la
izquierda y la ortodoxia partidaria buscaban imponer su criterio, lo que muchas veces se
concretaba por medio de la violencia, cobrando víctimas de ambos bandos.
En el acto del 1º de mayo de 1974, Perón, desde los balcones de la Casa Rosada, y en su discurso a
la multitud congregada dijo: "Estos imberbes que molestan, nos quieren enseñar lo que debemos
hacer después de veinte años de lucha, refiriéndose a la Juventud Peronista y a la organización
guerrillera Montoneros. La reacción no se hizo esperar y abandonaron la Plaza; el líder los había
expulsado.
La intensa actividad presidencial aceleró el deterioro físico de Perón que falleció el 1 Q de julio de
1974, sin dejar un heredero político que se hiciera cargo del destino del país en un momento crítico
de la historia. Sólo estaban su tercera esposa y su hombre de confianza, el ministro de Bienestar
Social, José López Rega.

Gobierno de María E. Martínez de Perón (1974-1976). Con la muerte de Perón, tanto el Pacto
Social como el Plan Trienal dejaron de tener sentido. Aunque el nuevo plan económico podía
favorecer a algunos grupos, el desprestigio del gobierno era tan grande que nadie lo apoyó. En
1975, la inflación trepó al 335%.
Los actos de violencia por parte de la guerrilla y de grupos parapoliciales (Triple A) que
respondían al gobierno, también aumentaron. El país miraba impávido cómo la Argentina se
hallaba en el desgobierno.
El 13 de septiembre Isabel pidió una licencia y delegó el mando en el presidente del Senado, el
doctor ítalo Lúder.
Quizá la medida más trascendente que tomó el presidente interino fue la de ordenar a las Fuerzas
Armadas el aniquilamiento de la subversión mediante un proyecto de Ley que el Congreso aprobó.
El 17 de noviembre, con el fin de descomprimir la tensa situación que vivía el país, el gobierno
anunció que se adelantarían las elecciones nacionales para fines de 1976.
El 23 de diciembre se sublevó parte de la Aeronáutica, pero el Ejército y la Marina no se plegaron.
Durante los siguientes meses las conspiraciones se sucedieron y el 24 de marzo se arribó a un final
preanunciado. Las Fuerzas Armadas destituyeron y pusieron presa a Isabel Perón cuando sólo le
faltaban seis meses para concluir su mandato.

EL PROCESO DE REORGANIZACIÓN NACIONAL (1976-1983)

Gobierno de facto de Jorge Rafael Videla (1976-1981). La Junta de Comandantes designó como
presidente al general Videla, quien asumió el cargo el 29 de marzo. Sus primeras acciones se
centraron en desarticular el andamiaje democrático; se cerró el Parlamento Nacional y los
Provinciales, se destituyeron a los gobernadores e intendentes, los integrantes de la Suprema Corte
de Justicia fueron cesanteados y se prohibió toda actividad política o sindical.
Otro objetivo prioritario fue la lucha contra la subversión. Se produjeron! muchas muertes inútiles
y desaparición de personas, lo que sumado a la falta de juicios legales, oscureció el accionar de las
Fuerzas Armadas sobre los grupos guerrilleros que fueron descabezados en su totalidad.
El ministro de Economía, José Alfredo Martínez de Hoz, llevó adelante un plan para encaminar la
economía argentina hacia la estabilidad, que fue apoyado por el sector empresarial y agropecuario.
Pero los problemas salariales subsistían y al estar intervenida la CGT y vedada toda actividad
política, los conflictos, emergían directamente en las empresas, provocando crisis sociales que
nadie sabía muy bien cómo dirimir. La política económica desmanteló el sistema productivo,
indujo a través de "La Tablita" (pautación anticipada de la devaluación, del peso) a un
endeudamiento en dólares de los sectores privado y público y abrió un espacio fértil para que
creciera la especulación financiera.

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Gobierno de facto de Roberto Eduardo Viola (1981). Los conflictos sociales y el malestar
político se incrementaron; por eso, Videla adelantó con seis meses de i anticipación el nombre de
su sucesor, el general retirado Roberto Viola, que asumió el 29 de marzo de 1981.
Eso provocó un desgaste prematuro al futuro mandatario, a lo que se sumó < que su nombramiento
no había contado con el apoyo de la Armada, elementos que dificultaron su gobierno.
El país no salía de su letargo y mostraba su descontento por la política ' económica y social que se
llevaba adelante. Los sindicalistas buscaron unificarse, los políticos impulsados por Balbín se
nuclearon en la "Multipartidaña " y la Iglesia rompió el silencio y emitió un documento crítico
hacia el gobierno militar. 'En las tres Armas había cada vez más divergencias y a la falta de apoyo
de la i Armada se sumó la Aeronáutica. En noviembre, Viola debió ser internado por un problema
cardíaco, por lo que fue removido por la Junta de Comandantes. El 22 de diciembre, asumió el
teniente general Galtieri.
Gobierno de facto de Leopoldo Galtieri (1981-1982). La inflación en 1981 había i llegado al
131,3%, lo que dificultaba la búsqueda de consenso nacional que ambicionaba el nuevo presidente
de facto.
La Multipartidaria seguía creciendo, la Iglesia manifestaba su descontento ante el evidente
deterioro económico-social, y el sindicalismo cerraba sus filas detrás de Saúl Ubaldini, que los
convocaba bajo el lema: "Paz, pan y trabajo". El gobierno pensó que la causa nacional de la
recuperación de las islas Malvinas (ver ' recuadro), le daría la oportunidad de perpetuar al Proceso.
Mas la derrota aceleró su derrumbe.
Gobierno de facto de Reynaldo Bignone. Las consecuencias directas de la derrota de Malvinas
fueron tres: renuncia de Galtieri, disolución de la Junta de Comandantes, búsqueda de una salida
electoral a corto plazo.
Lo único que le restaba hacer al nuevo presidente, el general Reynaldo Bignone, era enterrar lo
más rápido posible el Proceso de Reorganización Nacional sin muchos honores. Se abrió el
diálogo con la Multipartidaria y se fijó el calendario electoral. El 30 de octubre de 1983 se
llevarían a cabo las elecciones nacionales y se entregaría el gobierno el 10 de diciembre.
1) LA VUELTA A LA DEMOCRACIA. PRESIDENCIA DE RAÚL ALFONSÍN.
ASPECTOS. LAS PROVINCIAS Y SUS REFORMAS CONSTITUCIONALES. PRIMER
GOBIERNO DE CARLOS S. MENEM. ASPECTOS. LA REELECCIÓN PRESIDENCIAL. LA
REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994. SUS ANTECEDENTES Y CARACTERIZACIÓN
DE SU CONTENIDO.

PRESIDENCIA DE RAÚL RICARDO ALFONSÍN (1983-1989)

(Video) Luego de los gobiernos de facto, en 1983 una interrupción constitucional retorna el
sistema democrático con Ricardo Raúl Alfonsín. Vuelve la democracia y la constitución, y nos
encontramos con que este gobierno inicia una etapa que gracias a dios sigue hasta hoy y se
prolongaría luego en el gobierno de Carlos Menem en julio de1989 y que tiene que asumir
precipitadamente debido a que la cuestión económica, social y política se había deteriorado de tal
manera que Alfonsín no pudo mantener su mandato y asumió la presidencia Carlos Saúl Menem.
(Fin del video)

13 de octubre, la ciudadanía respaldó a Raúl Alfonsín de la UCR con el 51,75% de los votos,
contra el 40,16% del justicialista ítalo Luder. El 10 de diciembre, día de la asunción presidencial,
se convirtió en una fiesta popular. Las esperanzas eran muchas pero la realidad que había dejado el
Proceso era triste. Inflación, desaparecidos, Malvinas, deuda externa, etc. El nuevo gobierno debía
dar respuestas, y muchos las exigían en forma inmediata. Pronto surgieron los reclamos de la
CGT, la que resolvió llevar a cabo catorce huelgas generales por motivos varios, desde exigir
aumentos salariales hasta cuestionar la política económica. Las dificultades eran muchas y desde el
Ministerio de Economía se elaboró una estrategia para atacar la inflación y reactivar el aparato
productivo: el Plan Austral Lanzado el 14 de junio de 1985, consistió básicamente en un shock
antiinflacionario a través de una reforma monetaria (1 Austral = 0,80 dólares), congelamiento de
precios, salarios y tarifas públicas. Tuvo buena acogida y durante varios meses se consiguieron
resultados; sin embargo, dos años más tarde, el Plan no logró contener el alza de precios, se
sucedían las devaluaciones monetarias, los salarios se depreciaban rápidamente, las huelgas de la
CGT se sumaban y crecía el endeudamiento externo e interno. En 1987, el radicalismo perdió las
elecciones para gobernadores y diputados.
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Alfonsín encaró con decisión el restablecimiento de la ética republicana a través del juicio a las
Juntas Militares, situación que le trajo conflictos con las Fuerzas Armadas que se resistían a ser
juzgadas por la justicia civil. El Ejecutivo envió al Congreso la Ley de Punto Piñal (noviembre
1986) que imponía un plazo de 60 días para la extinción de la acción penal contra los militares.
Los repudios fueron múltiples pero igualmente fue sancionada. El 16 de abril de 1987, una parte
del Ejército se sublevó al mando del atte. Cnel. Aldo Rico, lo que se conoce como Crisis de
Semana Santa. Desde el gobierno se aseguró que no hubo acuerdo para sofocar el levantamiento,
pero en mayo envió al Congreso la Ley de Obediencia Debida, que discriminaba los grados de
responsabilidad en la lucha contra la subversión. En ese mes se conocieron las destituciones de
Videla, Viola, Massera, Lambruschini y Agosti, como así también la reclusión perpetua para el
montonero Firmenich. En enero de 1988 estalló un nuevo levantamiento parcial en el Ejército
protagonizado otra vez por Rico, quien se atrincheró en Monte Caseros. El Ejecutivo sofocó la
intentona. El 1Q de diciembre, dos unidades del Ejército volvieron a amotinarse, cuestión conocida
como la Crisis de Villa Martelli, encabezada por el cnel. Mohamed Seineldín. Las tropas leales
cercaron a los rebeldes y éstos depusieron su actitud. En todas las crisis, el pueblo se manifestó en
favor del sistema democrático.

En política exterior, la actividad desplegada fue importante, no sólo en lo que respecta a Malvinas
(ver Rec. Pág. 94), sino también en la solución del diferendo por el canal de Beagle, en el que la
Argentina y Chile se comprometieron a aceptar la propuesta del Papa Juan Pablo II que estableció
el principio bioceánico y, en este sentido, el 25 de noviembre de 1984 se realizó una consulta
popular en la que triunfó el apoyo al Tratado del Atlántico Sur con el 78% de los votos.

En el orden social, el gobierno tuvo dos importantes logros: la ley de divorcio vincular y la patria
potestad compartida por ambos padres.

En septiembre de 1988, el gobierno fracasó en frenar la inflación mediante el Plan Primavera y, a


mediados de 1989, se produjeron saqueos populares a varios supermercados en las provincias de
Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Había llegado la hiperinflación. El 23 de enero de 1989 se
produjo el ataque del izquierdista Movimiento Todos por la Patria (MTP) al Regimiento 3 de La
Tablada, en el que murieron militares, policías y guerrilleros.

El 14 de mayo de 1989 se llevaron a cabo las elecciones, triunfando el justicialista Carlos Menem
con más del 47% de los votos. La UCR salió segunda (32%). Ante la crítica situación económico-
social (saqueos a comercios), Alfonsín buscó adelantar la entrega del poder y, al no acordar con el
justicialismo, renunció el 30 de junio. El 8 de julio, Carlos Menem iniciaba su presidencia.

Carlos Saúl Menem


(Video) comienza una etapa de desarrollo político con factores favorables y desfavorables,
-crece mucho la desocupación del 7,1% al 14,5%.
- creció la deuda externa.
-se produjo la reforma de la constitución de 1994, con la ley 24309, y que produjo una reforma
enorme muy trascendente, donde se reincorpora la reelección presidencial que va permitir que en
julio de 1995 Carlos Saúl Menem pueda llegar al segundo mandato constitucional como presidente
de la Nación Argentina. (Fin del video)

Carlos Saúl Menem (1930), político argentino, presidente de la República (1989-1999), el primero


que, desde 1928, accedió a tan alto cargo en Argentina siguiendo los cauces constitucionales de
sucesión del anterior jefe de Estado.
En las elecciones de 1962 se presentó como candidato al cargo de gobernador adjunto de su
provincia natal de La Rioja, pero el golpe militar que derrocó ese mismo año al presidente Arturo
Frondizi malogró la aplicación práctica de los resultados de los comicios. Sin embargo, en 1963
fue elegido presidente provincial del Partido Justicialista.
En 1973, tras el regreso al poder de Perón, Menem venció en los comicios para elegir gobernador
de la provincia de La Rioja. Fue encarcelado en 1976, cuando la presidenta Isabelita Martínez de

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Perón, viuda y sucesora del dictador, resultó derrocada por un golpe militar que supuso el acceso
al poder de la Junta Militar presidida por Jorge Rafael Videla, y no salió en libertad hasta 1981.
Reelegido gobernador de La Rioja en 1983 y 1987, al año siguiente recibió la nominación
peronista para la candidatura presidencial. En mayo de 1989 fue elegido presidente de la
República tras vencer a E. C. Angeloz, el candidato de la Unión Cívica Radical. Sustituyó, por
tanto, a Raúl Alfonsín —el primer presidente elegido democráticamente después del lapso
dictatorial que había transcurrido desde 1976 hasta 1983—, con lo que se confirmaba el pleno
retorno a la democracia en Argentina, al producirse, en julio de 1989, la primera transición
plenamente constitucional desde hacía 71 años.
Figura hasta cierto punto extravagante, describió la corriente política a la que pertenecía desde su
irrupción en la vida pública, el peronismo, con los calificativos de: nacionalista, populista,
humanista, socialista y cristiana. Menem trabajó desde el principio de su mandato para reformar la
estructura del Estado, privatizar el sector público industrial, alcanzar una verdadera economía de
mercado libre, profundizar en el perdón a los militares implicados en la dictadura (en diciembre de
1990, su gobierno concedió el indulto a los miembros de las distintas juntas militares) y restablecer
relaciones con el Reino Unido tras la guerra de las Malvinas, que había tenido lugar en 1982.
El gobierno de Menem se unió en 1991 a los de Brasil, Paraguay y Uruguay para firmar el Tratado
de Asunción, que confirmó la intención de estos países de crear el Mercado Común del Sur
(Mercosur). En 1992, el mismo año en que se reanudaron las relaciones diplomáticas con el Reino
Unido, Menem ordenó que se hicieran públicos todos los expedientes secretos sobre las
actividades nazis en Argentina posteriores a la II Guerra Mundial. Dos años más tarde, Argentina
se adhirió al Tratado de Tlatelolco (cuyo acuerdo original databa de 1967) y entró, por tanto, a
formar parte del Organismo para la Proscripción de Armas Nucleares de América Latina
(OPANAL).
REFORMA DE 1994
(Video) Desde el punto de vista de la historia, la reforma de 1994 es el hecho más trascendente de
los últimos 10 años, dado que se producen grandes modificaciones:
-Le da nuevo mandato seguido, al presidente de la Nación,
-Se modifica la designación de los jueces de la república Argentina ha excepción de la corte, los
jueces federales de la República Argentina,
-Aparecen nuevas figuras dentro de la Constitución como figuras extra poderes, el caso de la
auditoria de la Nación, defensor del pueblo, el jefe de gabinete.
- se incorporan nuevas garantías como el amparo, Habeas Data, Habeas Corpus,
-Se establece la defensa del orden constitucional tan importante para el país, debido a todas las
violaciones que tubo de 1930 hasta la fecha, y que tanto mal le han hecho a la vigencia, el respeto
a la seguridad jurídica en vigencia de la ley, y en definitiva el respeto por la vigencia irreductible
del estado democrático de derecho, es decir la institucionalización. (Fin del video)

La Convención Reformadora, que desarrolló sus sesiones entre el 25 de mayo y el 22 de agosto de


1994, se estableció en dos sedes: la ciudad de Paraná y la de Santa Fe. El 23 de agosto, en el
palacio San José, los convencionales y los titulares de los tres poderes del gobierno nacional
juraron la Constitución Nacional reformada, integrada por 129 artículos y diecisiete disposiciones
transitorias. La Convención Reformadora agregó a la Primera Parte de la Constitución Nacional,
que constaba de un único capítulo (Declaraciones, derechos y garantías: del artículo 1 al 35), un
segundo capítulo titulado Nuevos derechos y garantías, que pasó a contener ocho artículos (del
artículo 36 al 43).

Respecto de la Segunda Parte de la Constitución Nacional (Autoridades de la Nación), la


Convención modificó algunos artículos y agregó otros. En consecuencia, el articulado de la
Segunda Parte fue numerado de nuevo. Se incluyó la participación de ciudadanos en partidos
políticos, la consulta popular y la reelección presidencial, modificación ésta que permitió acceder a
un nuevo mandato al presidente Carlos Saúl Menem.

REFORMA CONSTITUCIONAL DE 1994


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•Elección directa del presidente y v/ce.
•Reducción de sus mandatos a 4 años, con reelección.
•Creación del cargo de ministro coordinador o jefe de gabinete.
•Elección directa del intendente de la ciudad de Buenos Aires.
• Tres senadores por provincia y por Capital Federal.
•Elección directa y reducción del mandato de los senadores a 6 años.
•Creación del Consejo de la Magistratura para la elección de jueces federales.
•Inclusión de tratados internacionales con jerarquía constitucional.
•Inclusión de plebiscitos vinculante y no vinculante y derecho de iniciativa.
•Creación de la Defensorio del Pueblo.
•Creación del Ministerio Público (Fiscalía).
En mayo de 1995, tras lograr un año antes la reforma constitucional que le permitía renovar
mandato, resultó reelegido presidente de la República, y el Partido Justicialista obtuvo la mayoría
absoluta en la Cámara de Diputados; su victoria se basó en una estabilidad económica que
beneficiaba fundamentalmente a las clases altas, así como en el arraigo del peronismo en las clases
populares. En febrero de 1997, Menem se autodescartó para presentarse a un tercer mandato (lo
contrario habría provocado aparentemente una nueva reforma constitucional, ya que la última sólo
permitía dos mandatos consecutivos). En las elecciones de octubre de ese año, que, entre otros
cargos, renovaban parcialmente la Cámara de Diputados, el peronismo fue ampliamente derrotado
por la Alianza por el Trabajo, la Educación y la Justicia (formada por la Unión Cívica Radical y el
Frepaso), con lo que el gobierno de Menem vio complicados sus dos últimos años en el poder.
En diciembre de 1998 firmó con el presidente chileno Eduardo Frei Ruiz-Tagle un tratado que
resolvía el último conflicto fronterizo entre ambos países, el referido a la llamada zona de los
Campos de Hielo (también conocida como de los Hielos Continentales), un área situada en el sur
del continente americano. El 16 de marzo de 1999 abrió de nuevo la posibilidad de presentarse
para un tercer mandato, al anunciar la probable convocatoria de un referéndum vinculante que
debería dirimir si tenía derecho a competir en las elecciones presidenciales de octubre de ese año.
No obstante, no logró optar a la reelección presidencial, y el 10 de diciembre de 1999 fue sucedido
en la jefatura del Estado por el vencedor de los comicios de octubre de ese año, el candidato de la
Alianza por el Trabajo, la Educación y la Justicia y dirigente de la Unión Cívica Radical, Fernando
de la Rúa. El mismo día en que se había producido la elección de éste (el 24 de octubre), anunció
su intención de presentarse a las elecciones presidenciales de 2003.
En junio de 2001, Menem quedó en situación de arresto domiciliario tras ser acusado de haber
liderado desde el poder una asociación ilícita que en 1991 y 1995 desvió armas de forma ilegal a
Croacia y Ecuador. El mes siguiente se confirmó su prisión preventiva y se acordó su
procesamiento por los citados hechos.

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