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19 de Enero de 2022

1. Generalidades

Concepto de historia del Derecho mexicano

El nombre de nuestra asignatura está compuesto de tres vocablos: histo -


ria, Derecho y mexicano; en consecuencia, analizaremos por separado
cada uno de ellos a fin de obtener luego, al unirlos, un concepto razona -
do de historia del Derecho mexicano, lo cual es conveniente por las carac-
terísticas peculiares de la materia.
Antes de proceder de la manera indicada, recordemos que de acuer-
do con Aristóteles, padre de la Lógica, para proporcionar una definición
es necesario señalar dos aspectos básicos: el género próximo y la diferen-
cia específica. Se denomina género próximo a la parte del universo a la que
pertenece el objeto por definir; por ejemplo, la Tierra no es una persona,
ni una religión, ni un país, sino un planeta. En cuanto al género próximo, es
el conjunto de notas características que distinguen al objeto por definir
respecto a otros que comparten su lugar dentro del género próximo; por
ejemplo, la Tierra es el tercer planeta del sistema solar, en él se desarrolla
la vida humana, tiene un satélite lunar, etcétera.
De acuerdo con lo anterior, procederemos a definir los vocablos que
forman el nombre de nuestra asignatura.

Concepto de historia

Es la ciencia que estudia los hechos humanos, pretéritos y trascendentes.


Según Raúl Bolaños Martínez, la historia "es la ciencia que estudia y
sistematiza los hechos más importantes del pasado humano, analizados en
2 Historia del Derecho mexicano

función de sus antecedentes, causas y consecuencias...". 1 M. Bloch, historia-


dor francés, la considera "la ciencia de los hombres en el tiempo" .2
Mucho se ha discutido por los especialistas si la historia debe ser
considerada una disciplina, es decir, simple narración o descripción evo-
lutiva del desarrollo de la humanidad o si, por el contrario, estamos ante
una verdadera ciencia, lo cual implicaría advertir la relación de causa-efec-
to y las consecuencias de los hechos que analiza la historia, de la misma
manera que aceptar su vinculación y posibilidad de postular leyes que
expliquen los cambios históricos presentados por la humanidad. Así, el
tratadista César Cantú afirma: "Para que la historia se convierta en ciencia
no basta que contenga tradiciones vagas e inconexas, sino que requiere
hechos averiguados, observados, clasificados y bien descritos". 3
Este afán de entender a la historia como ciencia lo encontramos ya en
autores del siglo xvIII influidos por la corriente enciclopedista, como es el
caso de Bossuet, Voltaire, Condorcet, Vico y Montesquieu, preocupados
todos ellos por la causalidad histórica y siempre con la inquietud de que los
estudios históricos sirvan de ejemplo para evitar errores cometidos por
generaciones pasadas. De ahí surgió la idea de que la historia es "la gran
maestra de la vida".
En el siglo xix se dieron los pasos necesarios para considerar la historia
como una ciencia, a lo que contribuyó muchísimo el trabajo realizado por
especialistas como Mommsen, Thierry, Fustel de Coulanges y particular-
mente Hegel, quien distinguió entre las ciencias del hombre y las ciencias de
la naturaleza, lo que luego dio pie para que Wilhem Dilthey manifestara que la
historia implica evolución, libertad, mientras que la naturaleza implica orde-
nación mecánica, necesidad.4 A su vez, Karl Marx con su materialismo his-
tórico y dialéctico, que entiende la historia como el resultado de la lucha de
clases, dio origen a un mayor rigor en el manejo de las fuentes de la historia.
Hoy es evidente que el historiador se esfuerza por ser menos anecdótico y
más cuidadoso en comprobar los hechos que manifiesta. Precisamente gra-
cias a ese cuidado en el manejo de sus fuentes, de ese apego a lo comproba-
ble y de esa necesidad de buscar la causalidad de los hechos, no tanto de
describirlos, la historia va adquiriendo rango de ciencia. En este sentido se
postulan, entre otros, Thomas Hobbes, que la define como la "ciencia del
saber de hechos"; Schopenhauer, que la llama "ciencia empírica o a posterior!

1
Edward H. Carr, La Historia, Salvat, Barcelona, 1973, pág. 30.
-'Juan Brom, Para comprender la Historia, Nuestro Tiempo, México, 1987, pág. 17.
3
César Cantú, Historia universal, Gassó Hermanos Editores, Barcelona, s/f, tomo I, pág. 88.
' H. Carr, op. cit., pág. 53.
1. Generalidades 3

fundada en la teoría de los motivos", y Wuntd, para quien la historia es


"ciencia real del espíritu sistemático".5
La historia se considera una ciencia porque presenta los elementos bási-
cos de la misma, es decir, tiene un objeto de estudio, un método y un sistema:

• Objeto de estudio. Los hechos humanos pretéritos y trascendentes.


• Método. La historia puede estudiarse con diversos métodos propios,
sin que éstos sean contradictorios entre sí; antes bien, son comple-
mentarios.
• Sistema. Hoy los amplios conocimientos conseguidos por la historia
son complejos y jerarquizados, es decir, parten de los aspectos más
generales y simples hasta alcanzar los más elevados y especializados.

Lo anterior implica la necesidad de contar con medios didácticos cada


vez más acordes con la realidad del hombre actual y su necesidad de abar-
car, en el menor tiempo posible, la mayor información en todas las áreas.
En cuanto hace a la formulación de leyes científicas, último requisito
básico para que la historia sea unánimemente aceptada como ciencia, cabe
destacar que al precisar su objeto de estudio no debemos limitarnos a
suponer que basta describir de manera real y concisa los hechos humanos
pretéritos y trascendentes, sino que resulta indispensable comprender las
causas que los motivaron y prever consecuencias, hasta donde lo permi -
ten las ciencias sociales, tomando en cuenta la variable del albedrío y que,
dadas las mismas causas y necesidades, se obtendrán resultados similares.
Según Luis Recaséns Siches,6 el albedrío se manifiesta en la libertad
de elección entre opciones reales que tienen los sujetos y las sociedades;
en consecuencia, al ser el albedrío el fruto de la más amplia libertad del
individuo puede, sin embargo, preverse en sus posibilidades y consecuen-
cias. En otras palabras, el hombre no hace lo que quiere, sino lo que pue-
de, y su albedrío se ejerce solamente en cuanto a la elección que haga entre
las opciones que se le presentan en cada caso concreto.
Por eso podemos concluir con José Fortuna 7 afirmando que el obje-
tivo de la historia "no es satisfacer nuestras curiosidades, ni enriquecer -
nos eventualmente, sino averiguar cómo funcionaron las sociedades en el
pasado, para que podamos entender cómo lo hacen hoy, ayudar a la gente
a comprender su situación, haciéndoles inteligible el pasado".
3
Juan Brom, op. cit., págs. 16 y siguientes.
6
Luis Recaséns Siches, Introducción al estudio del Derecho, 9a. ed., Ponúa, México, 1991, págs. 20 y
siguientes.
7
H. Can-, op. cit., pág. 10.
4 Historia del Derecho mexicano

Con base en los planteamientos expuestos, sostenemos que la histo-


ria es una ciencia y que en ella no cabe el refrán popular de que "la historia
la hacen los vencedores". Esto será válido en el fraude histórico, en la
llamada historia oficial, pero no en la verdadera ciencia histórica que bus-
ca, con apego irrestricto a un método, los hechos del hombre, ocurridos
en el pasado, debidamente relacionados y analizados en sus causas, con-
texto, desarrollo y consecuencias.
Es de advertirse que, como ocurre en muchos casos, el sustantivo his-
toria desempeña un doble papel: por un lado denomina al conjunto de
hechos humanos, pasados y trascendentes, y por otro a la ciencia que los
investiga, analiza y divulga. Ello significa que se define como historia a la
vez su objeto y la ciencia misma. Por último, etimológicamente historia sig-
nifica "indagación", en este caso de los hechos pretéritos de la humanidad.
Actualmente se pretende elaborar una historia integral que abarque
no sólo los aspectos políticos y anecdóticos más destacados, sino la activi-
dad total de los hombres en los ámbitos económico, jurídico, religioso,
sociológico, etc., para buscar en el pasado la explicación del presente y
crear así las condiciones que permitan prever el futuro.
Además, no debemos olvidar que los hechos estudiados por la histo-
ria, como todo lo que el hombre hace, son fenómenos plurifactoriales, es
decir, son producidos por varios factores que inciden a la vez para gene-
rarlos, aunque en proporciones diferentes.
Por otra parte, la historia, como ciencia muy amplia, ha ido especializán-
dose en varias áreas, por ejemplo, historia de la Medicina, de la Economía, del
Derecho, etc., cada una de las cuales ha de combinar sus temas y métodos de
estudio específicos con los que son propios de su tronco común: la historia.

Concepto de Derecho

Según Eduardo García Máynez, 8 el Derecho puede considerarse desde


tres puntos de vista:
a) Como conjunto de normas impero-atributivas; así, el Derecho es, en
última instancia, normatividad, y éste sería el sentido objetivo de la
definición de Derecho.
b) Como una facultad derivada de la norma, como cuando decimos
"mi derecho de libre tránsito", o "mis derechos políticos", lo que
equivale al sentido subjetivo del Derecho.
' Eduardo García Máynez, Introducción al estudio del Derecho, 42a. ed., Porrúa, México, 1991, págs. 36 y
siguientes.
1. Generalidades 5

c) Como el estudio metódico y sistematizado de la normatividad. Así,


hablamos del Derecho como profesión, como ciencia e incluso de
sus especialidades académicas, como el Derecho agrario, el Derecho
penal, etcétera.

En cuanto a la historia del Derecho mexicano, estudia al Derecho en


sus tres opciones posibles. Así, se estudian normas que estuvieron vigen-
tes en el pasado, como las Leyes de Indias o el Código Civil de 1870; de la
misma manera, facultades que se tuvieron o no en otros tiempos, como el
derecho de huelga, y finalmente, también se estudia la evolución que ha
sufrido la ciencia jurídica, por ejemplo, el Derecho administrativo que se
derivó del Derecho constitucional o la relativamente reciente creación del
área de los llamados derechos sociales. En consecuencia, más que hablar de
Derecho deberíamos considerar como objeto de estudio el sistema jurídi-
co mexicano, debido a que con el término sistema jurídico abarcamos el
Derecho en sus tres formas de manifestarse, independientemente de que
también comprenderíamos sus subsistemas de aplicación como son el
ámbito federal, el local y el municipal. En este sentido se presenta la obra
de José Luis Soberanes Fernández, titulada precisamente Historia del siste-
ma jurídico mexicano.

Concepto de mexicano

Normalmente entenderíamos como mexicano lo relativo a nacionalidad, es


decir, lo perteneciente a México como país, y así tendríamos que buscar
en el Derecho constitucional y en el Derecho internacional público y pri-
vado un concepto adecuado, que incluso encontraríamos en la Sociolo-
gía si lo consideramos vinculado al concepto de nación. De esta manera,
el art. 30 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece
quiénes son mexicanos por nacimiento o por naturalización, y los arts. 42
y 43 del mismo ordenamiento señalan las partes integrantes del territorio
nacional y de la federación. Sin embargo, en la historia del Derecho mexi-
cano se deben estudiar épocas en las que el país no tenía los límites actua-
les y tampoco existía éste como tal y, en consecuencia, menos se contaba
con un concepto o con un sentimiento de mexicanidad; tal sería el caso
de la época prehispánica o de la colonial. Por ello, proponemos que lo
mexicano sea entendido como el conjunto de elementos culturales que
contribuyeron a formar la nacionalidad mexicana actual.
Esta idea, de orden netamente cultural, permite abarcar una temática rica
y amplia, y justifica estudiar en esta obra aspectos generales del Derecho árabe,
6 Historia del Derecho mexicano

visigótico o carolingio, ya que contribuyeron, así sea de manera indirecta


y limitada, a la formación del sistema jurídico mexicano actual.
Por consiguiente, la historia del Derecho mexicano es la ciencia que estu-
dia el origen, los elementos formativos y el desarrollo del sistema jurídico na-
cional. Esta definición coincide en términos generales con la que de la historia
del Derecho nos da Jorge Basabe: "estudio de la naturaleza, elementos, caracte-
rísticas y variaciones sufridas por un sistema jurídico del pasado".'1
José Luis Soberanes Fernández considera que es la "disciplina que
estudia de manera sistemática, crítica e interpretativa los fenómenos jurí-
dicos del pasado que han tenido verdadera importancia y trascendencia
en la sociedad mexicana".10

El hecho histórico-jurídico
El objeto mismo de la historia es el hecho histórico, es decir, el actuar del
hombre en otras épocas. Alberto Malet señala: "El conjunto de los hechos
históricos ocurridos desde la más remota antigüedad hasta nuestros días
constituye la historia... Sin embargo, no todos los hechos del pasado en-
tran en la historia; sólo son hechos históricos los que han influido de
algún modo en los acontecimientos posteriores." 11
Ahora bien, nuestro objeto de estudio se limita al campo del Dere-
cho; así, puede hablarse del hecho histórico-jurídico como un aconteci-
miento humano pretérito con contenido normativo, por ejemplo, la ex-
pedición y vigencia de las Siete Partidas, el procedimiento inquisitorial, el
juicio militar incoado a Maximiliano de Habsburgo o los debates del Con-
greso Constituyente de 1916-1917.

Características
De este modo, el hecho histórico y específicamente el hecho histórico-
jurídico presenta las características siguientes:

1. Es humano. En virtud del albedrío, facultad única del ser humano, a


éste es a quien corresponde ser actor de la historia, tomando decisio-
nes y emprendiendo afanes que nacen de su libertad de elección en-
'■' Marco Antonio Pérez De los Reyes, Historia del Derecho mexicano. Paquete Didáctico de la Dirección
de la Universidad Abierta de la Facultad de Derecho de la UNAM, México, 1983, pág. 13.
'"José Luis Soberanes Fernández, Una aproximación a la historia del sistema mexicano, Fondo de
Cultura Económica, México, 1992, pág. 10.
" Alberto Isaac J. Malet, Historia del Derecho, Editora Universal, México, 1968, pág. 4,
1. Generalidades 7

tre opciones dadas para un caso concreto. De esta manera, la historia


siempre describe y explica hechos realizados por los hombres, y si en
sus páginas aparecen descritos algunos seres irracionales, como Bu-
céfalo, el caballo de Alejandro, o eventos naturales, como la destruc-
ción de Pompeya y Herculano por la erupción del Vesubio, es por la
vinculación que tuvieron con un personaje histórico o una sociedad
antigua o por la influencia que ejercieron en ellos. Es pretérito. La
historia siempre trata de acontecimientos ocurridos con anterioridad,
ya sea lejanos o cercanos. Si describiera el presente o las
posibilidades futuras estaría invadiendo los terrenos de otras
disciplinas como la Sociología, el Derecho, la Demografía, la Econo-
mía, etc. No obstante, la historia, como ciencia que es, puede mani-
festar posibilidades para el futuro, ya que la ciencia no sólo se propo-
ne conocer y comprender sino que, y ésta es su finalidad más noble,
aplica sus logros al mejoramiento humano. También esta finalidad
se cumple en el caso de la historia, puesto que su conocimiento per -
mite al hombre intervenir con creciente libertad y conciencia en su
propio desarrollo.
Sin embargo, el objeto de estudio de la historia y de la historia
del Derecho se limita a analizar los hechos ya ocurridos.
Es de naturaleza normativa. Independientemente de su contenido eco-
nómico, político, militar, social, religioso, etc., la historia debe guar-
dar vinculación con el Derecho. De esta manera, cuando examinamos
por ejemplo el Derecho prehispánico, estudiaremos sus normas, orga-
nización política, sistema agrario y de propiedad, familia, la estructura
y el desempeño de sus tribunales, temas todos que nos dan cuenta de
su sistema normativo, sin que penetre en otros aspectos muy impor-
tantes pero ajenos al Derecho, como sería el caso de sus concepciones
religiosas o conocimientos médicos, astronómicos o matemáticos. Es
trascendente. Esto implica que sus consecuencias influyeron en ge-
neraciones incluso posteriores; por ejemplo en 1943, el Presidente
Manuel Ávila Camacho abrió al servicio de la clase trabajadora el
Instituto Mexicano del Seguro Social, institución que sigue siendo
de importancia básica en el contexto nacional.
Es único. Los hechos históricos en general son irrepetibles, lo cual des-
carta otro refrán popular que afirma que "la historia vuelve a repetir-
se", esto independientemente de las teorías cíclicas, que tratan de estu-
diar el desarrollo de la historia como una vuelta a los orígenes. Así, se
ha hablado de morfologías, es decir, grandes regularidades que se repi-
ten en ciclos, lo que de ser cierto no sólo nos permitiría comprender el
8 Historia del Derecho mexicano

pasado, sino incluso profetizar con mucha aproximación el porvenir.


En este sentido se han pronunciado historiadores como Oswald
Spengler y Arnold J. Toynbee, este último con la concepción de que la
historia es obra de individuos y de reducidas minorías elegidas.
No obstante, no debemos confundir hechos históricos de carac-
terísticas semejantes que, sin embargo, son en esencia únicos en su
propia manifestación. De lo contrario, se podría decir de los hom -
bres que son semejantes entre sí como cualquier ser irracional por -
que nacen, se desarrollan, se reproducen, envejecen y mueren, sin
tomar en cuenta la individualidad biográfica de cada uno de ellos.
6. Es inmodificable. Por virtud de la característica anterior, si el hecho ya
no ha de volver a vivirse, no puede modificarse, aunque podemos
evitar sus consecuencias posteriores, por ejemplo, derogando una
norma, reformando la Constitución, indemnizando al afectado, etc.
Pero lo ocurrido ya no puede alterarse y cualquier intento por hacer
lo originaría un fraude histórico, una pérdida de la objetividad que
debe perseguir no sólo la ciencia, sino cualquier disciplina académica.
7. Es testimonial. Si bien el hecho histórico-jurídico no se repite, quedan
huellas de su existencia, que constituyen las fuentes del Derecho; por
ejemplo, la tradición oral, los documentos, testigos, descripciones,
reportajes, grabaciones, archivos, etcétera.

Origen de la asignatura
El Derecho es una creación cultural tan antigua como puede serlo la vida
humana comunitaria; sin embargo, dentro de la ciencia jurídica la especia-
lidad encargada de historiarlo es relativamente nueva.

El Derecho como constante histórica

A través de los tiempos encontramos instituciones o creaciones humanas


que siempre han existido, aunque con distintos grados de evolución. Tal
es el caso de la familia, la religión o la educación, instituciones de presen-
cia permanente y universal a las que llamamos constantes históricas. El Dere-
cho es igualmente una constante histórica, porque ya en las sociedades
primitivas hallamos rudimentos normativos, si bien mezclados con nor-
mas de tipo religioso y social. Así, podemos concluir que no hay socie -
dad, por elemental que sea, que no cuente con un sistema normativo de
imposición coercible, es decir, con un sistema de Derecho, razón por la
cual muchos hablan de éste como una constante histórica y social.
1. Generalidades 9

La escuela histórica del Derecho

Esta escuela interpretativa del Derecho, surgida a principios del siglo xix
en Alemania, se basa en la concepción de que el Derecho no es un pro-
ducto de la razón sino del espíritu del pueblo. Por tanto, nace de la entra -
ña misma de cada pueblo y de su historia. Es, además, parte orgánica de la
vida nacional y, por ende, emanación de su sentir ético-espiritual, que
cambia cuando cambia ese sentir.12
Por lo mismo, esta escuela considera necesario que los juristas al inter-
pretar una norma lo hagan dentro del contexto de otros conocimientos con-
temporáneos de economía, sociología o política. Esto era de aplicación indis-
pensable, sostenían los historicistas, cuando se trataba del estudio del Derecho
romano, cuyas características e instituciones no serían entendidas más que a
la luz del marco cultural de la propia civilización romana, de ahí que fue en el
campo de esta especialidad donde nació y se desarrolló la escuela histórica.
En la Universidad de Gottingen, en 1788, un maestro de Derecho ro-
mano escribió la obra titulada Manual de Derecho natural, que otro ilustre
alemán, Karl Marx, denominó el antiguo testamento de la escuela histórica. En
ese libro se considera al Derecho como un producto histórico, ya que sus
normas son reflejo de cada sociedad en un contexto temporal determina -
do y, por ello, sólo pueden ser interpretadas y entendidas dentro del mismo
marco de referencia. Con estas ideas, su autor Gustav Hugo se convirtió en
el "padre de la historia del Derecho", disciplina que entonces se hizo necesa-
ria para establecer una auténtica interpretación normativa.
Entre los discípulos de Hugo sobresale Friedrich Karl von Savigny, quien
destacó como un importante tratadista de Derecho romano y cuya obra e in-
fluencia intelectual aún persisten. Él manifestaba que el Derecho es un produc-
to histórico y social, puesto que cada sociedad genera su propio sistema nor-
mativo; además, sostenía que el Derecho alemán se derivaba directamente del
Derecho romano, por lo cual se le tiene como uno de los fundadores de la
escuela romanista del Derecho. Otro discípulo famoso fue Friedrich Eichhorn,
quien escribió Historia del Estado y del Derecho, prácticamente el primer libro
de historia del Derecho. Este autor postulaba que el Derecho alemán encuen-
tra sus raíces en el sistema jurídico de los pueblos autóctonos de esa nación,
por lo que se le considera uno de los fundadores de la escuela germanista.
Como puede observarse, en una o en otra escuela se está atendiendo a los
antecedentes histórico-jurídicos, en este caso del Derecho alemán.
Seguidores de la escuela histórica del Derecho en general fueron
Mommsen y Jhering, entre otros. La escuela histórica del Derecho distin-
12
Sabinúm Ventura Silva, Derecho romano, 6a. ed., Porrúa, México, 1982, pág. 53.
10 Historia del Derecho mexicano

guió entre historia política, especialmente constitucional, e historia del


Derecho, que apareció entonces como una disciplina autónoma, e inclu -
so se intentó establecer las leyes generales de la evolución del Derecho,
más allá de la individualidad de los ordenamientos nacionales.

Evolución de la historia del Derecho


A partir del siglo xix se multiplicaron los autores y las obras que estudiaban
la evolución histórica de sus respectivos sistemas jurídicos, como se mues-
tra en el cuadro 1.1.
Cuadro 1.1. Estudiosos de la evolución histórica del Derecho
País Autores
Alemania Theodoro Mommsen, Ludwig Mittels, Heinrich Brunner y Richard Scroder, entre
otros
Francia Fustel de Coulanges, Gustave Gloze, Adhemar Esmein, Paul Viollet, Jubainville,
Brissaud, Emile Chinon, Declarevil, etcétera
Inglaterra Ernest Glasson y Edward Henks
Italia Salvioli y Solmi, entre otros
España Francisco Martínez Marina, Rafael Altamira, Eduardo de Hinojosa, Minguijón,
Torres López y Alfonso García Gallo, entre otros
Perú Román Alzamora, Eleodoro Romero, Toribio Pacheco, Fuentes, Jorge
Basabe, etcétera
Cuba F. Carrera y Justiz
Chile Valentín Letelier, Carlos Hamilton, Aníbal Bascuñón, Maquilet Quesada, Urrutia
Salas, etcétera
Argentina Daniel Antokoletz, Ricardo Levene y Donato L Frías, entre otros
Brasil Isidoro Marins
Bolivia Medrano Ossio
Colombia Martínez Sarmiento
Costa Rica Alberto Brenes Córdova

República Gustavo A. Mejía y D. Báez


Dominicana
Venezuela Jesús Vásquez Gayoso
El Salvador N. Rodríguez Ruiz
Paraguay Juan José Soler13

13
Para conocer los títulos de las obras de estos autores, las fechas de sus ediciones y sus características
más relevantes, véase Marco Antonio Pérez De los Reyes, Historia del Derecho mexicano. Antología,
División de Universidad Abierta, Facultad de Derecho, UNAM, México, 1994, tomo I, págs. 34 a 43.
1. Generalidades 11

Para el caso de México, en 1833 el entonces Vicepresidente de la Re-


pública, Valentín Gómez Farías, en funciones de Presidente sustituyendo
al general Antonio López de Santa Anna, suprimió la Universidad de Méxi-
co, a la vez que creó la Dirección General de Instrucción Pública para el
Distrito y Territorios Federales, en la cual se fundó la Escuela de Ciencias
Jurídicas, que se instaló en el edificio que antes ocupaba el Colegio de San
Ildefonso.
La mencionada institución contemplaba en su plan de estudios dos
cursos de Derecho patrio, materia que en términos generales puede equi -
pararse a la historia del Derecho mexicano, si bien destacando únicamen te
los orígenes españoles. Diez meses más tarde, en julio de 1834, el Presi-
dente Santa Anna restableció la Universidad y dispuso que el estudio de la
jurisprudencia se llevara a cabo en los colegios de San Juan de Letrán y de
San Gregorio, en cuyas cátedras se incluía la Historia del Derecho civil,
romano, canónico, patrio y natural, en lo que constituía una verdadera
enciclopedia de estudios histórico-jurídicos. A partir de entonces los co-
nocimientos propios de la historia del Derecho mexicano quedaron, a
través de las diversas reformas académicas a los planes de estudios, en el
área del Derecho civil, romano, canónico o constitucional. Es interesante
destacar que en 1858, durante la presidencia del general Félix Zuloaga, se
estableció una cátedra de Derecho romano comparado con Derecho pa -
trio y que a partir de 1867, a la caída del Segundo Imperio, quedó asenta-
da la existencia de dos cursos de Derecho patrio, que se impartían en el
segundo y tercer años de la carrera.
En 1914 el director de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, José
Natividad Macías, manifestaba:

La historia interna y externa del Derecho no consiste en una simple relación de


antecedentes, sino en la exposición sistemática de sus tendencias y de su desarrollo
evolutivo en cada época y en cada raza, es decir, en sus diferenciaciones o adaptaciones
a las necesidades sociales en los diversos pueblos a medida que éstos han avanzado en
la senda del progreso hasta el momento de la civilización actual.14

En 1929 se fundaron dos cursos de historia del Derecho mexicano,


que posteriormente se redujeron a uno que quedó en calidad de materia
optativa, para cursarse en el quinto año de la licenciatura en la Escuela
Nacional de Jurisprudencia. A partir de entonces esta asignatura se ha
incorporado prácticamente a todos los planes de estudio de la licenciatu -
ra en Derecho, en escuelas y facultades públicas o privadas, y en casi todos

Marco Antonio Pérez De los Reyes, Historia del Derecho mexicano, op. cit., pág. 25.
12 Historia del Derecho mexicano

ellos aparece como materia obligatoria, incluso en la Facultad de Derecho


de la UNAM, a raíz de la reforma realizada hace algún tiempo.
Paralelamente, aunque con dificultad, se ha desarrollado la historio-
grafía del Derecho mexicano, es decir, el conjunto de autores nacionales o
extranjeros que han cultivado esta disciplina. No haremos mención de los
tratadistas de épocas específicas, como es el caso del Derecho indiano o del
prehispánico, en virtud de que se tratarán en detalle en su oportunidad.
Más bien queremos mencionar a los tratadistas que de alguna manera han
abarcado el panorama general de la asignatura, entre ellos Jacinto Pallares
con su Curso completo de Derecho mexicano o exposición filosófica, histórica y
doctrinal de toda la legislación mexicana, en dos tomos, de los cuales el segun-
do se dedica a temas de nuestra asignatura; José Miranda, autor español,
con su obra Las ideas y las instituciones políticas mexicanas; Toribio Esquivel
Obregón, con sus clásicos Apuntes para la historia del Derecho en México;
Javier Cervantes y su Tradición jurídica de Occidente; Guillermo Floris
Margadant y su obra precursora Introducción a la historia del Derecho mexica-
no; José Luis Soberanes Fernández, con dos textos básicos para nuestro
tema: Una aproximación a la historia del sistema jurídico mexicano e Historia del
Derecho mexicano. Cabe mencionar que en forma monográfica, es decir, de
desarrollo de temas específicos, como la encomienda indiana, el calpulli
azteca o las Leyes de Reforma, la bibliografía suele ser abundante, pero la
panorámica general de la materia es aún terreno en el que han incursiona-
do pocos tratadistas.15

Método

Aun cuando hemos insistido en el carácter científico de la disciplina que


nos ocupa, es necesario que hagamos algunas anotaciones en torno al
método al que debe apegarse nuestra investigación y exposición temática.
En el conocimiento científico se da una trilogía de elementos: a) sujeto,
quién conoce; b) objeto, qué conoce, y c) método, cómo conoce. En las
Ciencias Naturales es más difícil que se plantee el problema de la objetivi-
dad del investigador, ya que los fenómenos que estudia son, en términos
generales, ajenos a sus convicciones y posturas ideológicas o morales. Así
es posible estudiar, sin problemas de conciencia, el movimiento de los
astros, las corrientes marinas o la migración de las aves, mientras que el

15
Para ahondar en la historiografía del Derecho mexicano recomendamos consultar la magnífica
síntesis elaborada por José Luis Soberanes Fernández, Una aproximación a la historia del sistema
jurídico mexicano, op. cit., págs. 13 a 26.
1. Generalidades 13

problema de respetar la objetividad que merece la investigación científica


se presenta con mayor dificultad en el caso de las Ciencias Sociales, pues-
to que puede vulnerarse la identidad moral, filosófica, religiosa o política
del investigador al estudiar su objeto y al obtener sus conclusiones. De
esta suerte, resulta más difícil ser objetivos cuando se trata del análisis del
aborto, de la economía neoliberal o de las relaciones Iglesia-Estado. Por
eso, al estudiar los temas histórico-jurídicos debemos ser muy estrictos en
la aplicación del método apropiado, a fin de no caer en la tentación de
hacer de cada tema un motivo de interminables discusiones, la mayor parte
de las veces con resultados académicos muy pobres.

Concepto de método

La palabra método proviene del griego methos, que significa "camino, di-
rección", y se puede definir como el conjunto de procedimientos y técni-
cas aplicables para obtener un conocimiento. En cada área de conocimiento
deben aplicarse métodos específicos que serán determinados por la natu-
raleza del objeto de estudio; por eso el maestro español Alfonso García
Gallo señala: "El modo de concebir y elaborar la ciencia de la historia del
Derecho no puede quedar al arbitrio del estudioso, sino que le viene im -
puesto por el objeto de que se ocupa." 11'

Métodos generales

Se llaman métodos generales los que son aplicables en cualquier área del
conocimiento, incluso en los conocimientos vulgares que carecen de siste-
matización; están basados en los principios elementales de la lógica y, por
lo mismo, se utilizan en todo razonamiento, por sencillo que éste sea.
Esos métodos son los siguientes:

a) Inducción. Partiendo de la frecuencia de casos particulares reiterati


vos en un mismo sentido, se abre la posibilidad de formular un crite
rio general; en otras palabras, consiste en ir de lo particular a lo gene
ral. Este método en Derecho positivo es adecuado para la formación
de la jurisprudencia.
b) Deducción. Exactamente opuesto al anterior, en el que de una regla
general se desprende el caso particular, es el método propio de la
aplicación de la ley, cuando el juzgador determina lo conducente al
|1J
Marco Antonio Pérez De los Reyes, Historia del Derecho mexicano, op. cit., pág. 36.
14 Historia del Derecho mexicano

caso concreto que le toca resolver, gracias a la identidad que se da


entre lo previsto por la norma y lo sucedido en la realidad que ahora
conoce.
c) Análisis. Consiste en la descomposición de un todo en sus elementos
integrantes para conocer sus alcances e interrelaciones; es un méto
do de constante aplicación para el jurista cuando estudia un caso
puesto a su consideración.
d) Síntesis. Es la conformación de un todo a partir de sus elementos
constitutivos, método usual en la redacción de sentencias y resolu
ciones, en donde se deben dar los antecedentes, los puntos contro-
versiales, los aspectos debidamente probados, los fundamentos lega
les y por último los puntos resolutivos de la autoridad en ese caso
concreto.

Métodos particulares

Son métodos utilizados frecuentemente en nuestra asignatura, los cuales


no se excluyen entre sí; antes bien, se complementan y nos dan, si aplicamos
varios de ellos para estudiar un hecho histórico-jurídico concreto, la opor-
tunidad de obtener mayor información y contar con una base para su ade-
cuada comprensión. Estos métodos son principalmente los siguientes:

1. Método histórico o evolutivo. Consiste en estudiar una misma institu


ción o una sociedad a lo largo de sus etapas de desarrollo; por ejem
plo, estudiar la historia de la Ciudad de México a partir de su pasado
prehispánico, novohispánico, durante el siglo xix y en las distintas
décadas del siglo xx hasta nuestros días. Este método es el común en
cualquier obra histórica nacional o universal.
2. Método cronológico. Presenta dos aspectos, el primero de los cuales con
siste en ubicar el acontecimiento por estudiar, con la mayor precisión,
dentro de una escala temporal determinada, es decir, fechar el hecho.
Esto no siempre resulta fácil, sobre todo si pensamos en acontecimien
tos ocurridos en la época prehispánica. El segundo aspecto consiste
en relacionar acontecimientos anteriores, contemporáneos o posterio
res con los que guarda relación el fenómeno histórico que queremos
analizar. Debemos recordar que ningún acontecimiento humano está
aislado, sino que mantiene estrecha vinculación con otros de tipo po
lítico, económico, ideológico, religioso, militar, etcétera.
3. Método comparativo. Pretende confrontar dos o más hechos históri
cos para observar entre ellos semejanzas y diferencias, a fin de encon-
1. Generalidades 15

trar fundamentos similares de causalidad y evolución; por ejemplo,


comparar la conquista de México con la de Perú o comparar la Gue-
rra de Independencia surgida a principios del siglo xix en casi todos
los países de América.
4. Método dialéctico. Sostiene que la historia es el resultado del enfrenta-
miento de grupos de poder y de fuerzas sociopolíticas contradicto
rias. Se parte de la tesis, confrontada con una antítesis y se llega a una
conclusión: la síntesis. Se elimina todo lo anecdótico o particular
para destacar el enfrentamiento de grupos que produce un hecho
histórico determinado. Este método es de gran utilidad al estudiar,
por ejemplo, la causalidad y los efectos de las revoluciones que de
tiempo en tiempo se manifiestan en la historia.
5. Método sociológico. Rechaza la idea de que la historia debe ser sólo la
narración de las grandes biografías, es decir, el estudio de la vida y
obra de las personalidades que tuvieron la facultad de tomar las deci
siones fundamentales en una sociedad. Por el contrario, en este mé
todo se pretende poner de relieve las costumbres, el desempeño y la
manera de ser de los pueblos y las civilizaciones. Así, es cada vez más
marcada la tendencia a estudiar a los aztecas, a los romanos o a los
vikingos, independientemente de sus líderes políticos, religiosos o
militares, atentos sólo a su forma de vida cotidiana.
6. Método descriptivo. Pone énfasis en narrar con la mayor precisión y
detalle posibles los hechos ocurridos. Este método, proclive a la anéc
dota y a la anotación de aspectos muy poco divulgados, presenta el
inconveniente de ampliar exageradamente los volúmenes de la obra
histórica, pero a la vez aporta tal cantidad de información, que resul
ta básica para apoyar la aplicación de otros métodos históricos.
7. Método comprensivo. Pretende buscar siempre la causalidad y las con
secuencias de los hechos de la historia. Así, no basta conocer que
Hernán Cortés ordenó desmantelar y hundir sus naves en las costas
de Veracruz, sino explicarnos el porqué de esta determinación, ya
que al respondernos respecto a sus razones estaremos desentrañan
do la motivación de la conquista española y los intereses políticos en
juego en su época, a la vez que podremos entender otras determina
ciones básicas de nuestra historia jurídica; por ejemplo, saber a qué
se debió la fundación de la Villa Rica y la integración del primer Ayun
tamiento indiano.
8. Método integral e historia externa del Derecho. Estudia el sistema jurídi
co en forma panorámica, abarcando sus principales áreas e institu
ciones. Por ejemplo, cuando estudiamos el sistema jurídico azteca o
16 Historia del Derecho mexicano

el novohispano se dice que estamos analizando la historia jurídica externa basada en


lo que fueron sus fuentes formales, leyes, costumbres, doctrina y jurisprudencia.
9. Método sistemático e historia interna del Derecho. Estudia una a una las instituciones
jurídicas a lo largo de su desarrollo histórico; por ejemplo, la historia del matrimonio
desde los pueblos prehispánicos hasta nuestros días, o la historia del delito de
violación, o de los títulos de crédito, o del derecho de huelga. En este caso se dice que
estamos haciendo historia interna del Derecho, puesto que se estudia una institución
jurídica en particular tratando de desentrañar sus antecedentes desde la antigüedad
más remota. Este método es propio de monografías, tesis, tesinas y demás estudios
particularizados de las diversas disciplinas jurídicas.
En realidad, si observamos los dos últimos enfoques de la historia jurídica podemos
afirmar que la historia externa es sólo un instrumento para desarrollar dentro de él la
historia interna. La distinción entre ambos tipos de historia jurídica fue señalada por
primera vez por Leibniz, al tratar el tema de la que llamó jurisprudencia histórica. En todo
caso, no se debe perder de vista que el Derecho es un fenómeno evolutivo y que la
aplicación de estos métodos particulares nos ayuda a comprender las diferentes etapas de
desarrollo y las tendencias de cambio que se presentan entre las instituciones y los sistemas
jurídicos, lo que finalmente representa la razón de ser y la importancia de nuestra materia
para el trabajo práctico del jurista actual.

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