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CIEN AÑOS DE SOLEDAD

Autor: Gabriel García Márquez.

Género: Literatura Latinoamericana.

Idioma: español

PERSONAJES:

Úrsula Iguarán.

Melquiades.

José Arcadio Buendía.

Aldeanos.

Gitanos.

ESCENA 1:

(Aldea de Macondo)

Entra Úrsula a la aldea de macondo que se encuentra con todos los aldeanos presentes.

URSULA: Pronto volverán los Gitanos llenos de cachivaches y baratijas intentando quítales sus
pocos centavos, debemos pasar de ellos con firmeza.

(Se retira Úrsula)

ALDEANOS: discuten entre sí, la mayoría afirmando que están de acuerdo con Úrsula.

ESCENA 2:

(Aldea de macondo)

NARRADOR: Cuando volvieron los gitanos, Úrsula había predispuesto contra ellos a toda la
población. Pero la curiosidad pudo más que el temor, porque aquella vez los gitanos recorrieron la
aldea haciendo un ruido ensordecedor con toda clase de instrumentos músicos, mientras el
pregonero anunciaba la exhibición del más fabuloso hallazgo de los naciancenos.
ALDEANOS: Increíble miren todos (señalan a los gitanos sorprendidos)

GITANOS: (van tocando música haciendo ruido) En primicia por solo un centavo vengan y vean
nuestros más recientes hallazgos.

ALDEANOS: Vamos todos, (me mata la curiosidad exclama uno entre la multitud y se forman para
comprar las entradas).

NARRADOR: De modo que todo el mundo se fue a la carpa, y mediante el pago de un centavo
vieron un Melquíades juvenil, repuesto, desarrugado, con una dentadura nueva y radiante.
Quienes recordaban sus encías destruidas por el escorbuto, sus mejillas fláccidas y sus labios
marchitos, se estremecieron de pavor ante aquella prueba terminante de los poderes
sobrenaturales del gitano.

MELQUIADES: Sean todos bienvenidos observen todos, (se saca los dientes, los enseña y
rápidamente vuelve a colocárselos)

ALDEANOS: (Reaccionan eufóricamente asustados y algunos con asco) Gritan se tapan los ojos y
hacen caras de asco.

JOSE ARCADIO BUENDÍA: esto es intolerable ya ha pasado los limites.

GITANO: Disculpe señor José Arcadio podría acompañarme un minuto.

(Se marchan lejos del tumulto de personas)

GITANO: Explica cómo funciona el mecanismo dental que tiene Melquiades.

JOSE ARCADIO BUENDÍA: Fantástico, no puedo creer que cosas tan maravillosas pasen fuera de la
aldea.

(Se retiran todos)

ESCENA 3:

(Casa de José Arcadio Buendía.)

NARRADOR: Para José Arcadio aquello le pareció a la vez tan sencillo y prodigioso, que de la noche
a la mañana perdió todo interés en las investigaciones de alquimia; sufrió una nueva crisis de mal
humor, no volvió a comer en forma regular y se pasaba el día dando vueltas por la casa.

JOSE ARCADIO BUENDÍA: En el mundo están ocurriendo cosas increíbles. Ahí mismo, al otro lado
del río, hay toda clase de aparatos mágicos, mientras nosotros seguimos viviendo como los burros.
(LE DICE A URSULA)

(José Arcadio sale de escena y queda Úrsula sola)


URSULA: Ya ni yo lo conozco, después de la última vez que se vio con Melquiades y esos gitanos no
deja de pensar en otra cosa que lo que ocurrió ese día. (Exclama y suspira mientras se toma la
cabeza).

NARRADOR: Al principio, José Arcadio Buendía daba instrucciones para la siembra y consejos para
la crianza de niños y animales, y colaboraba con todos, aun en el trabajo físico, para la buena
marcha de la comunidad. Puesto que su casa fue desde el primer momento la mejor de la aldea,
las otras fueron arregladas a su imagen y semejanza. La laboriosidad de Úrsula andaba a la par con
la de su marido. Aquella mujer de nervios inquebrantables parecía estar en todas partes desde el
amanecer hasta muy entrada la noche. Gracias a ella, las cosas en su hogar estaban siempre
limpias, José Arcadio Buendía, que era el hombre más emprendedor que se vería jamás en la
aldea, había dispuesto de tal modo la posición de las casas, que desde todas podía llegarse al río y
abastecerse de agua, y trazó las calles con tan buen sentido que ninguna casa recibía más sol que
otra. En pocos años, Macondo fue en verdad una aldea feliz.

ESCENA 4:

(JOSE ARCADIO se reúne con los hombres)

JOSE ARCADIO BUENDÍA: Quiero trasladar a Macondo a un lugar más propicio, los invito a que
caminemos hacia el nuevo Macondo.

(Úrsula se reúne en secreto con las mujeres)

URSULA: Quiero que no se alarmen la aldea de macondo no se moverá.

NARRADOR: No nos iremos dijo Úrsula. Aquí nos quedamos, porque aquí hemos tenido un hijo.
Todavía no tenemos un muerto dijo José Arcadio uno no es de ninguna parte mientras no tenga un
muerto bajo la tierra.
Úrsula replicó, con una suave firmeza Si es necesario que yo me muera para que se queden aquí,
me muero.

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