Está en la página 1de 15

Kael'thas Caminante del Sol

Para la estrategía de los encuentros en el Castillo de la Tempestad y en el Bancal del


Magister, véase Kael'thas Caminante del Sol (tácticas) y Kael'thas Caminante del Sol
(tácticas del Bancal del Magister).

Kael'thas Caminante del Sol

Título El Rey del Sol, Señor de los elfos de

sangre, Príncipe heredero de Quel'Thalas

Género Masculino

Raza Desdichado

Clase Mago sangriento, Archimago, Abisálico, Brujo

Afiliación(es) Legión Ardiente (Él mismo)

Antiguas Alianza de Lordaeron, Quel'Thalas, Kirin

afiliaciones Tor, Nueva Alianza, Fuerzas de Illidan

Ocupación Señor de los elfos de sangre, Amo del Castillo de

la Tempestad, Rey no coronado de Quel'Thalas,

Sirviente de Kil'jaeden

Localización Enterrado en Quel'Danas (historia)[1]

Puente de la Tempestad, Castillo de la

Tempestad; o Asilo del Gran Magister, Bancal del

Magister (online)

Estado Fallecido (historia); Matable (WoW)

Allegado(s) Anasterian (padre), Dath'Remarω (ancestro)
Mentor(es) Kil'jaeden, Illidan Tempestira, Anasterian

Compañero(s) Al'ar (fénix)
"Quizás no te importen tus súbditos, pero me preocupo por los míos. He perdido
demasiado al tratar con los humanos. Ahora sólo me quedo por los elfos - por los
sin'dorei. Los hijos de la sangre."
El Príncipe Kael'thas Caminante del Sol (Kael'thas Sunstrider en Warcraft III) fue un alto
miembro del Kirin Tor y el Príncipe de Quel'Thalas, el último de la dinastía Caminante
del Sol. Tras la caída de Quel'Thalas, Kael'thas lideró a lo que quedaba de su
pueblo al servicio de la Alianza. Tratando de aplacar la adicción de su pueblo a la
magia, secretamente se alió con Illidan Tempestira y la Legión Ardiente. Fue tildado
de traidor después de que su alianza con la Legión fuese revelada. Kael'thas conspiró
para convocar a Kil'jaeden el Embaucador a través de la Fuente del Sol, pero sus
planes fueron frustrados por la Ofensiva Sol Devastado y el sacrificio de Anveena
Teague. Fue derrotado en el Bancal del Magister.

Sumario

 1Biografía
o 1.1Dalaran
o 1.2Tercera Guerra
o 1.3La caza de Illidan
o 1.4El alzamiento de los elfos de sangre
o 1.5El asalto al Trono Helado
o 1.6De vuelta a Terrallende
o 1.7Una alianza impura
o 1.8La Clave de Condenación
o 1.9Derrota
o 1.10El Rey del Sol vuelve a casa
o 1.11Legado
 1.11.1La lealtad de Dalaran
o 1.12Shadowlands
 2Personalidad
 3En el RPG
 4Citas
o 4.1The Frozen Throne
o 4.2Cinemática de El Templo Oscuro
o 4.3Cinemática de Furia de La Fuente del Sol
o 4.4Bancal del Magister
 5Trivialidades
 6Vídeos
 7Últimos cambios
 8Referencias

Biografía[editar | editar código]
Dalaran[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de novelas e historias cortas.
El príncipe Kael'thas fue un poderoso mago miembro de los Seis, la organización
secreta que formaban los más altos cargos del Kirin Tor. Antes de la Segunda Guerra,
él y los demás miembros del Consejo cuestionaron a Khadgar acerca de los orcos y
los acontecimientos en Karazhan que condujo a la muerte de Medivh[2]. Durante este
tiempo, su padre, el rey Anasterian mostró preocupación por la lealtad de su hijo - o
hacia el Kirin Tor o hacia Quel'Thalas.[3] Kael'thas, junto a Krasus y a Antonidas, luchó
contra los caballeros de la muerte que robaron el Ojo de Dalaran. Sin embargo, los
caballeros escaparon con la ayuda del Vuelo Negro.
A pesar de su condición de príncipe real de Quel'Thalas tanto de su (presunta)
posición en el Consejo de los Seis, Kael'thas demostró ser una persona accesible, y
rápidamente enamoró a Lady Jaina Valiente. Su encanto y su "perfecto" rostro
impresionó a la joven hechicera, aunque su anhelo por el príncipe Arthas
Menethil de Lordaeron la habían reprendido a avanzar - como viajar para visitar la
hermosa patria de los elfos, Quel'Thalas, donde la magia era aún más común que en
Dalaran. Arthas, a su vez, llegó a ver a Kael'thas con celos, sabiendo que si la
situación aprietase, Kael'thas terminaría victorioso. Más tarde, el propio Arthas fue a
visitó Dalaran para estudiar, y Jaina comenzó una relación con él. Kael'thas no vio con
buenos ojos esto.
Kael'thas decidió no mantener los campos de internamiento, teniendo en cuenta que
el fracaso de los orcos para controlar su adicción a la sangre de demonio que ya eran
una raza débil y sin valor. Esta opinión le puso en conflicto directo con Antonidas,
Jaina y Arthas, que creían que todos los seres sensibles, letárgicos o no, tenían
derecho a ser tratados con dignidad. Según ellos, todavía había esperanza para la
redención de los orcos.
Por desgracia para el príncipe, esto pronto se convertiría en lo último de sus
preocupaciones.
Kael'thas tuvó un problema con Nathanos Marris, y envió una carta a Quel'Thalas
exigiendo a Sylvanas echarle del cuerpo de forestales. A pesar de esta oposición,
Sylvanas insistió, y su respuesta fue simplemente que Nathanos sería un aliado leal.
Tercera Guerra[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de novelas e historias cortas.
Como miembro del Consejo de los Seis, Kael'thas estuvo presente
cuando Kel'Thuzad fue expulsado de Dalaran.
Tras un giro dramático de los acontecimientos, el príncipe traidor Arthas asoló su
propia patria y lideró un ataque a Quel'Thalas. Su brutal conquista del reino elfo dio
como resultado la destrucción total de la Ciudad de Lunargenta, la profanación de una
gran parte de los bosques, la destrucción de la legendaria Fuente del Sol, la masacre
total de aproximadamente el 90% de los elfos nobles y el asesinato del padre de
Kael'thas, el Gran Rey Anasterian Caminante del Sol.
Kael'thas se enteró de esto mientras estaba en Dalaran y Jaina intentó consolarlo.
Kael'thas arremetió contra ella, reprendiendola por su relación con tal carnicería, e
hizo una alusión final al hecho de que había elegido un monstruo antes que a él.
Maldijo a los humanos y afirmó que sólo habían traído miseria a su pueblo. Con la
muerte de su padre, Kael'thas sabía que ahora era su deber de guiar a su pueblo. [4]
Kael'thas abandonó Dalaran a su suerte, y se apresuró a ayudar a su pueblo. Una vez
allí, se reunió con los sobrevivientes y evacuó a tantos como pudo, y llegó a quemar
varios de los bosques contaminados. Kael'thas se observó la mismísima Fuente del
Sol contaminada, y fue testigo de sus oscuras y retorcidas energías. Ante el temor de
una catástrofe mayor, Kael'thas la destruyó. Este acto, caro pero necesario, salvo a
los elfos de un sombrío destino. Sin embargo, la destrucción de la Fuente significó
también la pérdida de su fuente de poder, y los quel'dorei se hundieron en una apatía
provocada por la falta de la magia.[5]
Kael'thas renombró a su pueblo como "elfos de sangre" en honor a sus hermanos
caídos, y se comprometió a restaurar la gloria del reino.
Aunque su padre se retiró de la Alianza antes del ataque de los no-muertoss, Kael'has
decidió unirse a las filas de lo que entonces se llamó la "Nueva Alianza", que luchaba
contra la Plaga en Lordaeron. Esta cooperación dio a los elfos de sangre una
excelente oportunidad para reclamar su venganza contra los no-muertos, pero
también para su mayor desgracia los puso bajo las miradas indiscretas del Gran
mariscal Garithos.
Antes de partir hacia Lordaeron, Kael'thas eligió un destacamento de sus mejores
soldados para que lo acompañesen. También recuperó el cráneo de su padre
Anasterian, así como los fragmentos de su hojarruna   [Felo'melorn], que reforjaría
más tarde. La mayoría de los sobrevivientes de Quel'Thalas se quedaron atrás, bajo
la responsabilidad del gran forestal Lor'themar Theron, que le confió la tarea de
proteger lo que quedaba de su pueblo y de su reino.
Kael'thas oficialmente decretó que sería su padre el último rey de Quel'Thalas, y fue
titulado como "príncipe", "Señor de los elfos de sangre" o "Rey del Sol" a partir de
entonces.[6]
La caza de Illidan[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de Warcraft III.

Kael'thas en Warcraft III

Tras la destrucción de Lunargenta, Kael'thas y sus compañeros comenzaron a sentir


un gran vacío en su interior, como un hambre insaciable, un desequilibrio
preocupante. Pero no tenían tiempo para preocuparse de ellos, sus misiones les
dejaba respirar.
Los elfos de sangre estaban de guardia en el Bosque de Argénteos, cuando algo
pareció sacudir a los no-muertos que infestaban Dalaran y sus alrededores.
Comenzaron a atacar a los puestos de avanzada de Kael'thas, lo que obligó al
príncipe a reunir a sus tropas y buscar refugio en el otro lado del río Arevass.
Mientras cargaban los carros de suministros,, aparecieron dos elfas de la noche. Se
presentaron como el Maiev Cantosombrío y Tyrande Susurravientos y afirmaron haber
cruzado el mar en busca de Illidan Tempestira. Cuando Kael'thas especuló que la
agitación en Dalaran fuese tal vez causada por Illidan, Tyrande inmediatamente
ofreció su ayuda con la esperanza de que pudiese ayudar a encontrar al traidor. Maiev
aceptó de mala gana, diciendo que era una pérdida de tiempo. Juntos, tomaron el
camino hacia la Aldea Piroleña, donde los elfos de sangre esperaban recuperar los
suministros que habían enterrado. Los refuerzos se unieron a ellos en el camino, y
cuando Maiev preguntó a Kael'thas dónde estaban el resto de su pueblo, les contó la
caída de Quel'Thalas. Tyrande simpatizó con él, pero le advirtió que la venganza y la
ira eran muy malos consejeros.
Cuando llegaron a Piroleña, cayeron en una emboscada de no-muertos. Después de
rechazar la primera oleada, se dieron cuenta de que la caravana no podría sobrevivir
a un segundo ataque. Maiev y Kael'thas cruzaron el puente a toda prisa, mientras que
Tyrande luchó sola en el otro lado para darles el tiempo suficiente. Abrumada, apeló al
poder de Elune para destruir a sus enemigos. El poder derrumbó el puente bajo sus
pies, y la sacerdotisa fue arrastrada por el río. Kael'thas quiso ir en su ayuda, pero
Maiev le detuvo, diciendo que Tyrande era una guerrera y sabía los riesgos. Entonces
pidió al príncipe que honrase su promesa y la ayudarse a capturar a Illidan.
Siguiendo su rastro, Kael'thas y Maiev descubrieron que Illidan estaba en las ruinas
de Dalaran y llevaba un extraño ritual con un misterioso artefacto. Fue entonces
cuando Malfurion se unió a ellos e informó que Illidan había tomado el Ojo de
Sargeras, y estaba utilizando su poder para destruir Rasganorte. Sin perder un
instante, los elfos de la noche se abrieron camino al sitio del ritual, mientras que
Kael'thas y sus hombres protegieron las bases de los no-muertos. Se las arreglaron
para detener el hechizo, tras ello, Malfurion se enfrentó a su hermano y le reprochó
haber causado indirectamente la muerte de Tyrande. Al oír estas palabras, Kael'thas
intervino y sugirió que había una posibilidad de que aún estuviese viva. Maiev, que
habría preferido que esa posibilidad nunca se mencionase, le ordenó secamente que
se callara.
Al darse cuenta del engaño de Maiev, Malfurion liberó a Illidan y fueron a rescatar a su
amada. La guardiana salió en su persecución, dejando a Kael'thas y sus hombres
atrás.
El alzamiento de los elfos de sangre[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de Warcraft III.
Ver también: Fragmentos de la Alianza, Nueva Alianza

Kael'thas en las Mazmorras de Dalaran.

Kael encontró a su superior, el Gran mariscal Garithos, e le informó sobre la razón


de su tardanza en Dalaran. Garithos, que apenas ocultaba su desprecio por las
razas no humanas, lo calificó como la historia de los elfos de la noche como una
excusa fantástica y le dijo estaba a punto de irse a luchar contra el avance de una
tropa de no-muertos en pie de las montañas. Kael'thas se apresuró a ofrecer su
ayuda, pero Garithos tenía otra cosa en mente. El mariscal tenía buenas razones
para creer que otro batallón se acercaba, y ordenó a los elfos de sangre restaurar
los observatorios arcanos, con el fin de anticipar la llegada de las fuerzas
enemigas. Kael'thas obedeció sus órdenes, pero cuando llegó a la orilla del lago
Lordamere, se encontró que los astilleros fueron destruidos. Cuando se
preguntaba cómo podría cruzar el agua, una bruja naga llamada Lady
Vashj apareció y le ofreció su ayuda. Como a Kael'thas le parecía sospechosa tal
ofrenda, le dijo que las dos razas compartían los mismos ancestros (los Altonatos)
y el mismo enemigo (la Plaga). Con los barcos que les dieron, los observatorios
no tardaron en repararse.
Cuando Garithos volvió del frente, culpó a Kael'thas por confraternizar con los
naga. El príncipe se esforzó para convencerlo de que no representaban ninguna
amenaza, pero el mariscal interrumpió su explicación y le advirtió de que la
traición no sería tolerada. Antes de partir otra vez hacia el frente, dejó al elfo a
cargo de la defensa de la ciudad. Al día siguiente, un emisario de Garithos llegó
para prevenir que un ejército de no-muertos se reunían en el oeste, y que
dependía de Kael para derrotarles. Para disgusto del príncipe, el mensajero
requisó la infantería, la caballería y las unidades de apoyo. Los elfos de sangre se
quedaron solos, y los puestos de avanzada pronto cayeron en manos de la Plaga.
Una vez más, Lady Vashj se reunió con ellos. Kael dudó en colaborar de nuevo
con ellos, pero pronto se dio cuenta de que sus hermanos no lo lograrían solos.
Aceptó su ayuda, y las fuerzas combinadas de los sin'dorei y de los naga
prevalecieron ante los no-muertos.
Tras la batalla, Kael'thas describió a Vashj el vacío que se había apoderado de su
pueblo desde la destrucción de Quel'Thalas. La bruja le explicó que, al igual que
los naga, los elfos de sangre habían desarrollado una adicción a las energías
arcanas, y si no podían encontrar un sustituto a la Fuente del Sol, finalmente la
falta de magia resultaría fatal. De repente, Kael'thas oyó acercarse a Garithos y
recomedó Vashj encarecidamente huir, pero los humanos tuvieronn tiempo para
ver a los naga en la lejanía. Garithos le declaró que tenía suficientes como para
deshacerse de los elfos de sangre y los encerró en las Mazmorras de Dalaran.
Vashj entró en las mazmorras a través de las alcantarillas de la ciudad y liberó a
Kael'thas, después ayudó al príncipe a rescatar a sus hermanos. A continuación,
les habló del portal interdimensional de Kel'Thuzad, a través del cual los elfos de
sangre podrían escapar de la opresión humana y unirse a su maestro Illidan, que
estaba esperando al otro lado del portal. Avanzaron hasta la salida luchando
contra todos aquellos que estuviesen en su camino y Kael'thas no tuvo más
remedio que matar a uno de sus antiguos compañeros, el Carcelero Kassan, con
el fin de escapar. Después de salir de las mazmorras, los elfos y los naga
atravesaron el portal a través del cual entró Archimonde en Azeroth.
Kael se encontró en medio de las devastadas llanuras de la Península del Fuego
Infernal y Vashj le reveló que este mundo fraccionado, ahora conocido
como Terrallende, fue una vez Draenor, el hogar de los orcos. Durante días,
buscaron el rastro de Illidan. Se encontraron con que el el maestro había sido
capturado por Maiev y estaba a punto de regresar a su base en una jaula. Los
elfos de sangre y los naga se precipitaron a atacar y derrotaron a las fuerzas de
Maiev. LLevaron a Illidan a su propia base, donde pudieron abrir las cerraduras
mágicas de la jaula.
Kael'thas se convirtió en un mago sangriento, armado con sus esferas
glaucas características.

El elfo de la noche, satisfecho con la tenacidad de sus siervos, explicó las razones
de su presencia en aquellas devastadas tierras. Para escapar de la ira de su
maestro, Kil'jaeden, Illidan huyó a Terrallende. Sin embargo, para su sorpresa, se
la encontró invadida por el el señor del foso Magtheridon y su ejército de orcos
viles, jutno con los demonios que llegaban a través de las puertas dimensionales
de Ner'zhul. Kael'thas, con la esperanza de que Illidan pudiese curar a los elfos de
sangre de su adicción a la magia, le preguntó si podía ayudar a su pueblo. El
semidemonio respondió que, por degracia, no, que no había cura para su
malestar, pero prometió al príncipe que si los sin'dorei se unían a él, les
proporcionaría suficiente energía mágica para mantener siempre su hambre
saciada. Al oír estas palabras, Kael'thas juró lealtad a Illidan. El elfo de
sangre Rommath fue enviado de vuelta a Quel'Thalas para propagar el mensaje
de Illidan de una nueva patria.
Kael'thas, Vashj y su amo se comprometieron a cerrar uno por uno los portales
dimensionales para detener las oleadas de demonios que salían de ellos. Durante
su búsqueda, encontraron un campamento de draenei asaltado por los orcos, y
fueron en su ayuda. Akama, el anciano de la tribu, agradeció la ayuda y ofreció su
lealtad a Illidan. Juntos, lograron cerrar todas las puertas y se prepararon para
atacar el Templo Oscuro de Magtheridon. Illidan, Kael, Vashj, Akama y sus
fuerzas se infiltraron en la fortaleza y derrotaron al señor del foso en su sala del
trono.
El triunfo fue efímero. Una lluvia de fuego cayó sobre el templo,
y Kil'jaeden apareció. Lleno de rabia, el eredar castigó a Illidan por su fracaso y le
dio una última oportunidad para redimirse: destruir el Trono Helado.
Kael'thas, junto con Vashj y Akama, se convirtió en uno de los líderes de las Fuerzas
de Illidan.

El asalto al Trono Helado[editar | editar código]


  Esta sección aborda contenido exclusivo de Warcraft III.
Kael'thas y sus nuevos aliados regresaron a Rasganorte, donde conocieron
inmediatamente a Anub'arak y su problemática raza. A pesar de que se
mantuvieron en la bahía, las fuerzas de Illidan avanzaron lentamente hacia el
Glaciar de Corona de Hielo.
Cuando Arthas, corriendo en ayuda de su maestro, desembarcó en el continente
helado, los elfos de sangre, sedientos de venganza, le atacaron en masa
con dracohalcones. Con la ayuda de su aliado Anub'arak, Arthas consiguió su
retirada y se encontró con un viejo conocido: Kael'thas, blandiendo la reforjada
espada   [Felo'melorn]. Después de un intercambio de palabras envenenadas,
Arthas cargó contra el príncipe, pero éste se teletransportó en el último momento.
El caballero de la muerte se adentró entonces en las profundidades de Azjol-
Nerub, para alcanzar el Trono de Hielo ante sus enemigos. Cuando salió,
Kael'thas atacó de nuevo.
Los dos parecían estar bastante igualados; Felo'melorn demostró ser un digno
rival para la poderosa Agonía de Escarcha. Sin embargo, la balanza se
desequilibrió a favor de Arthas, a pesar del poderoso hechizo de Kael'thas
hechizo y la increíble habilidad para parar ataques de Felo'melorn. Al darse
cuenta de que no podía superar a su oponente, cuyos poderes fueron
potenciados por la proximidad al Rey Exánime y creyendo que tenía el tiempo
suficiente para que Illidan derrotase a su amo, el príncipe utilizó su magia para
desaparecer.[7]
Como tal, Arthas sólo le quedaba un obstáculo más - Illidan. As such, Arthas was
left with only one more obstacle - Illidan himself.
Tras una feroz batalla, el caballero de la muerte venció al cazador de demonios.
Kael'thas y Vashj observaron a su amo derrotado en la nieve y fueron testigo del
triunfo de Arthas. Recogieron el cuerpo inconsciente de Illidan y regresaron sin
demora a Terrallende.
De vuelta a Terrallende[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de The Burning Crusade.
Kael'thas en el Castillo de la Tempestad

De vuelta a Terrallende, Kael'thas comenzó a tramar un plan para satisfacer la


sed de magia de los elfos de sangre y conquistar las nuevas tierras para su
pueblo. Sin embargo, no olvidó a sus hermanos que se habían quedado en
Azeroth. De hecho, ordenó a uno de sus más fieles servidores, el Gran magister
Rommath volver a Quel'Thalas acompañado de un batallón de sus magistri más
poderosos. Rommath propagó las lecciones de Illidan sobre la absorción de
energía mágica, y decidió atribuir su autoría al propio príncipe. Kael'thas también
proclamó a Lor'themar Theron el Señor Regente de Quel'Thalas y le confió la
tarea de garantizar la integridad del reino hasta su regreso. Envalentonados por la
promesa de su príncipe y la recuperación de su patria, los elfos de sangre
comenzaron a trabajar para reunirse con su príncipe en el prometido paraíso de
Terrallende.[8]
Con este fin, los elfos de sangre de Azeroth forjaron una alianza con la Horda.
Kael'thas, con algunos de sus más poderosos sirvientes, reclamaron la
región Tormental Abisal, donde abundaba la magia, y la convirtieron en su base
de operaciones. De inmediato ordenó la destrucción del [[Poblado Kirin'Var y el
asesinato a sangre fría de sus habitantes, un acto que no dejó lugar a dudas de
su odio hacia el Kirin Tor. Luego lanzó un asalto a la ciudadela del Castillo de la
Tempestad, donde asistió en persona. Fue capaz de vencer a sus poderosos
defensores - incluyendo un naaru, llamado M'uru, quien Kael'thas envió de
a Lunargenta para servir como fuente de energía para su pueblo.
Los draenei que ocupaban la ciudadela se vieron obligados a huir a bordo de su
propio barco, el Exodar. Agentes del príncipe inmediatamente fueron en su busca,
que acabaron estrellándose en Azeroth. Kael'thas dio la orden a sus hombres de
seguir a los draenei y abrir un portal capaz de llevar refuerzos del Castillo de la
Tempestad para matar a los supervivientes.[9]
Más tarde, envió a Voren'thal el Vidente y a sus fuerzas a atacar la Ciudad de
Shattrath, la base de los Sha'tar. Sin embargo, para sorpresa de los defensores
de la ciudad, Voren'thal depuso las armas y desertó. Esta traición asestó un
terrible golpe a Kael'thas ya que entre los hombres de Voren'thal fueron algunos
de sus soldados y magistri más poderosos.
Tenía en su poder uno de los viales de la eternidad, que le fue otorga por Illidan,
al igual que Vashj.[10]
Una alianza impura[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de The Burning Crusade.

Kael'thas y sus tenientes en el Castillo de la Tempestad.

Los Arúspides no tardaron en descubrir que Kael'thas le había dado la espalda a


Illidan y abrazado las ideasω de la Legión
Kael'thas, alertado sobre la locura de Illidan (provacada por su derrota ante Arthas
Menethil en Corona de Hielo, cuatro años antes), "cambió de amos por unos que
pagaban mejor", según cuenta el magister Theledorn. La decisión de Kael'thas de
aliarse con la Legión no solo fue una traición a Illidan, sino también a la Horda y a
su propio pueblo - la mayoría de elfos de sangre que había peregrinado desde
Azeroth. En La Forja de Maná: Ara, los agentes de la Legión usan a los criados de
Kael'thas, los Furia del Sol, para despachar sus órdenes.
Los Arúspides, dándose cuenta de que la apuesta de poder de Kael'thas llevaría a
la raza de elfos de sangre a la perdición, se mostraron dispuestos a continuar
luchando contra él y sus fanáticos seguidores, con la esperanza de poder salvar a
su gente.
La Clave de Condenación[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo de The Burning Crusade.
A través de sus espías en la orden de chamanes del Anillo de la Tierra durante
sus incursiones en el Valle Sombraluna, Kael'thas supo de la existencia de un
artefacto llamado Clave de la Condenación. Era un pergamino que contenía las
palabras pronunciadas por Gul'dan para romper la conexión de los orcos con los
espíritus de su tierra y podría tener unos efectos parecidos al hechizo que
los Thaurissan invocaron por error para traer a Ragnaros a Azeroth para
destruirlo.
Se las arreglaron para obtener la fórmula en el tiempo y se les dio la tarea de
invertir la Tempestad para detener las acciones del príncipe.
Khadgar y A'dal descubrieron los planes de Kael'thas, y solicitaron la ayuda de
cualquier aventurero que quisiera tratar de impedirlo. [11] A través de sus esfuerzos
se recuperó la clave, privando a Kael'thas de la poderosa arma. Se concedió a
estos valientes aventureros la llave de la tempestad, y fueron enviados a
desàchar al mismísimo Kael'thas.
Derrota[editar | editar código]

Kael'thas tras su derrota en el Castillo de la Tempestad

El príncipe Kael'thas fue finalmente acorralado en el corazón de la fortaleza, El


Ojo. Fue derrotado, aunque la llegada a tiempo de la Sacerdotisa Delrissa evitó su
muerte. Proyectó una imagen de sí mismo en la Ciudad de Shattrath y se burló
de A'dal por no haberlo matado, alegando que él mismo había sido más eficaz en
su conquista del buque naaru.
El silencio desciende sobre Shattrath.
Los pensamientos de A'dal invaden tu mente.
Kael'thas Caminante del Sol ha sido derrotado por <nombre> y sus aliados.
Es hora de acabar con los elfos de sangre que quedan en el Castillo de la Tempestad.
Coged vuestras armas y dejad que el Canto de batalla de A'dal te envuelva!
Un fénix de fuego, símbolo de Furia del Sol, aparece ante A'dal, seguido de una
imagen de Kael'thas Caminante del Sol.
Kael'thas Caminante del Sol grita:¡Tus monos fallaron al acabar el trabajo naaru!
Derrotado pero vivo... Nosotros no cometimos el mismo error cuando tomamos el
control de tus barcos voladores.
Kael'thas Caminante del Sol grita: ¿Y todo ¿para qué? ¿abalorios? Llegáis
demasiado tarde. Los preparativos ya han comenzado. Pronto el maestro estará
preparado para su regreso.
Kael'thas Caminante del Sol grita: ¡Y ni vosotros ni ese tonto de Illidan podréis
detenerme! Ambos me habéis servido sin saberlo para lograr mis propósitos.
Kael'thas Caminante del Sol grita:¡Bajad vuestras armas y sucumbid ante el poder
de Kil'jaeden!
El Rey del Sol vuelve a
casa[editar | editar código]
Kael'thas en el Bancal del Magister.

A pesar de su derrota, Kael'thas sobrevivió


con la ayuda de la Sacerdotisa Delrissa y
sus planes continuaron según lo previsto. Su
apariencia física cambió: su piel palideció, un
cristal de energía vil quedó atravesado en su
pecho como consecuencia de la caída al
abismo en el Castillo de la Tempestad, y una
de sus esferas glaucas desapareció.
Habiendo reunido la suficiente energía de las
forjas de maná de Tormenta Abisal,
Kael'thas volvió a Quel'Thalas para activar la
Fuente del Sol - no como la fuente mágica
que conoció su pueblo sino como un portal
que le permitirá invocar a su nuevo maestro,
Kil'jaeden, de la misma forma que el Pozo de
la Eternidad fue usado para invocar a
Sargeras diez mil años antes.[12]
Kael'thas hizo su regreso a Quel'Thalas y
asaltó personalmente la Ciudad de
Lunargenta junto con sus elfos
sangrevil para secuestrar a M'uru. El
matriarca de los caballeros de sangre, Lady
Liadrin, fue testigo de esto y viajó a Shattrath
- renunciando a su lealtad a la Casa
Caminante del Sol y ofreciendose a luchar
junto a los Sha'tar por el bien de Lunargenta.
[13]

Después de esto, las fuerzas combinadas de


los Arúspices y de los Aldor formaron
la Ofensiva Sol Devastado, dedicada a poner
fin a las oscuras ambiciones del príncipe.
Kael'thas se trasladó al Bancal de Magister,
fortaleció la isla con sus últimos servidores
leales y con ayuda de la Legión Ardiente, y
secuestró al avatar mortal de la Fuente del
Sol - Anveena, quien había sido puesta bajo
protección de los elfos de sangre en
Quel'Thalas.
Dentro del Bancal, los héroes, ayudados
por Kalecgos, lucharon hasta llegar el
santuario interior del demenciado príncipe.
Siendo una sombra de lo que fue, Kael'thas
fue derrotado y la Ofensiva Sol Devastado
cortó su cabeza. Esta vez, sus últimas
palabras no fueron un grito de amor por su
patria, sino el deseo que todo el mundo
tuviese una muerte rápida y violenta[14]
Legado[editar | editar código]
La traición de Kael'thas tuvo un efecto de
shock para el Reino de Quel'Thalas, y como
Kael'thas fue el último miembro conocido de
la dinastía Caminante del Sol, el Señor
Regente Lor'themar Theron se convirtió en el
único líder de los elfos de sangre. Los elfos
de sangre olvidaron rápidamente sus nobles
intenciones, ahora lo veían como un traidor
que vendió su alma a la Legión Ardiente y
trató de hacer lo mismo con su pueblo. Sin
embargo, todavía se pueden ver las estatuas
suyas en Quel'Thalas y en la Ciudad de
Lunargenta.
Irónicamente, las acciones que emprendió
después de haber caído en la locura
contribuyeron indirectamente a la redención
de los sin'dorei. En efecto, la eliminación
de M'uru fue el detonante de una serie de
acontecimientos que condujeron a su muerte
sin duda, pero también llevó a que el profeta
Velen revitalizase la Fuente del Sol con el
"corazón" de los naaru. Por lo tanto, si el
pueblo de Kael ahora disfruta de una nueva
fuente de magia, tanto sagrada como
arcana, es en parte gracias a él.
Rommath, que parece haber sido el más
afectado que nadie por la traición de su amo,
reveló que el príncipe fue enterrado en
Quel'Danas.[15]
Kael'thas Caminante del Sol con sus
camaradas.

La caída de Kael en desgracia sirve como un


recordatorio a los elfos de sangre de los
peligros que puede acarrear seguir a un líder
retorcido y cruel.
La lealtad de Dalaran[editar | editar
código]
  Esta sección aborda contenido exclusivo
de Mists of Pandaria.

Jaina Valiente conjuró una visión del pasado


del Kirin Tor, citando a Kael'thas como uno
de sus más grandes traidores. Aethas
Atracasol comparó el liderazgo cruel
de Garrosh Grito Infernal con el propio
Kael'thas, viendo sus métodos y su efecto en
los sin'dorei igualmente catastróficos.
Shadowlands[editar | editar código]
  Esta sección aborda contenido
exclusivo de Shadowlands.

Los aventureros se encuentran con Kael'thas


en las Tierras Sombrías que busca venganza
contra un enemigo de su pasado mientras
sufre encierro en Revendreth por los
crímenes que cometió en vida [16].

Personalidad[editar | editar código]
Su personalidad estaba dominada por sus
emociones y sentimientos extremos: el odio
a los no-muertos que asoló su país, la
aversión a la Alianza (a quien acusa de
haber abandonado a los elfos de sangre), la
desesperación por la adicción de su pueblo a
la magia y el dolor por la destrucción de su
reino. Sin embargo, fue un experto en la
manipulación de las energías mágicas de los
demonios para alimentar su adicción y
enseñó a sus hermanos a hacer lo mismo.
Muchos eran los que le calificaban de loco y
peligroso, y no iban por mal camino. Sin
embargo, fue principalmente un líder
dedicado a sus súbditos con la noble
intención de salvar a su pueblo, incluso si
eso significaba la masacre de sus antiguos
seguidores y aliados.

También podría gustarte