Está en la página 1de 3

-Nombre: Kled.

-Apodo: El Jinete Cascarrabias.


-Edad: La misma que Irkor
-Raza: Vastaya antropomórfico
-Profesión: [La profesión como su nombre indica es un trabajo que realiza el personaje para conseguir
dinero y algunas ventajas] [Opcional]

El caballero cantankerous

El gran húsar

El Alto Sargento General Mariscal

El almirante de la montaña

Señor coronel mayor centurión

Trasero delantero brigadier almirante

Adelante almirante mayor

Sir Almirante Mayor

Teniente sargento comodoro

Sargento general coronel

Sargento Doble Almirante

Alto Mayor Comodoro de la Primera Legión Tercera Multiplicación Doble Almirante de la artillería de
vanguardia

Señor mayor almirante de la artillería de avanzada de la Segunda Legión - Multiplicación de caballería

-Poderes | Habilidades: [Nada Op]

Skaarl, la Lagartija Cobarde

Kled monta su fiel corcel, Skaarl, que recibe daño por él. Cuando la vida de Skaarl se agota, Kled se
desmonta.

Al estar desmontado, las habilidades de Kled cambian y este inflige menos daño a enemigos. Kled
puede restaurar el coraje de Skaarl al luchar contra los enemigos. Cuando se alcanza el coraje
máximo, Kled vuelve a montar a Skaarl, que vuelve con una porción de vida.

Trampa para Osos

Kled lanza una trampa para osos que inflige daño y engancha a un enemigo. Si permanece
encadenado durante un breve periodo, el objetivo recibe daño físico adicional y Kled tira de él para
atraerlo.

Desmontado, la habilidad se sustituye por Pistola de Bolsillo, un disparo que hace retroceder a Kled y
restaura coraje.

Tendencias Violentas
Kled recibe un aumento masivo de velocidad de ataque durante el tiempo que este desee o se cansa,
El ultimo de ellos es el que inflige más daño.

Justa

Kled realiza una embestida que inflige daño y avienta a los enemigos, le otorga un breve impulso de
velocidad. Luego, puede volver a activar esta habilidad para arremeter nuevamente contra su objetivo
inicial e infligirle mas daño o para salir de apuros

¡¡¡A la cargaaaaaaa!!!

Kled y Skaarl cargan hacia una ubicación, lo que hace que dejen tras de sí una huella que otorga
velocidad y generen un escudo. Skaarl fija el objetivo en el primer enemigo que encuentra y lo embiste.

-Debilidades: Perder a Skaarl

-Personalidad: Grosero, dominante, malhumorado, etc

-Gustos: Ganar mas tierras

-Disgustos: Que skaarl lo deje y que haya intrusos en sus tierras

-Historia: [Obligatoria | Más de 15 líneas]

Kled, un guerrero tan intrépido como malhumorado, es un héroe tradicional y popular en Irkor. Encarna
el más intenso coraje de su nación, y es un ícono muy querido y respetado por los soldados del
imperio. Los oficiales desconfían de él, y la nobleza lo aborrece. Relatos fantásticos como ‘‘El gran
Húsar’’, ‘‘El sargento mariscal supremo’’ y ‘‘El almirante de la montaña’’ se remontan a los inicios del
imperio. Muchos soldados alegan que Kled ha luchado en cada una de las campañas encaradas por
las legiones, ha ‘‘adquirido’’ todo título militar habido y por haber, y jamás se ha retirado de una batalla.
Aunque la veracidad de estos relatos sigue siendo cuestionable, una parte de su leyenda es innegable:
montado en su no muy fiable corcel, Skaarl, Kled carga a la batalla para proteger lo que es suyo... y
hacerse con todo lo que pueda.

La historia más antigua sobre Kled se remonta a los inicios del imperio, en la Batalla del bosque
drugne. En las colinas polvorientas de aquellas tierras baldías, la Primera Legión huía de una horda de
criaturas magicas. La moral de los hombres no estaba muy alta, pues habían perdido las dos batallas
anteriores, y en su retirada, el ejército había tenido que dejar atrás los suministros.

La Legión estaba comandada por una pandilla de nobles adinerados, todos protegidos por impecables
armaduras doradas. Mostraban más preocupación por su apariencia y por las habladurías de los de su
clase que por los hombres bajo su mando. Peor aún, aquellos comandantes, por muy diestros que
fueran en el asesinato o en los torneos, habían demostrado su ineptitud en el campo de batalla. Con lo
que quedaba del ejército rodeado por las fuerzas enemigas, los nobles ordenaron a la Legión que se
apostara en un círculo defensivo con la esperanza de negociar un rescate para ellos.

Entonces, justo cuando amanecía, la misteriosa figura de Kled apareció en la cima de una colina
cercana y contempló el campo de batalla desde esa posición de ventaja. Iba a lomos de Skaarl, un
dragarto inmortal del desierto. El reptil se posó sobre sus patas traseras; sus dos extremidades
delanteras brotaban de su cabeza con forma de grandes orejas, colgando con signo de
arrepentimiento, como un mozo al que se le cayera una bandeja de viandas al suelo.

El jinete solitario se puso de pie sobre la silla de su montura. Su arma estaba oxidada, su armadura,
raída y su ropa hecha jirones, pero su ojo bueno transmitía una furia implacable.

‘‘¡Les doy hasta tres para que se larguen de mis tierras!’’, dijo, pero en vez de esperar una respuesta o
contar hasta tres, espoleó a su montura y se lanzó a la carga con gritos frenéticos.

Desesperados, hambrientos y furiosos con los nobles, los soldados sintieron cómo los gritos de Skaarl
avivaban su cólera. El ejército siguió a Kled y Skaarl, y se abrieron paso hasta el centro de la formación
enemiga.

Aquella batalla fue la más sangrienta que la Legión había luchado hasta la fecha. El éxito inicial del
ataque sorpresa comenzó a extinguirse cuando las fuerzas de la legión fueron flanqueadas por el resto
de bárbaros. La batalla se volvía otra vez contra los irkorianos, y con tantos enemigos por todas partes,
Skaarl entró en pánico, lanzó a Kled al suelo y abandonó la pelea. Al igual que la lagartija, las fuerzas
irkorianas comenzaron a titubear y flaquear. Pero, en el centro de la trifulca, Kled siguió luchando,
cortando miembros, pateando traseros y mordiendo caras.

Alrededor de Kled había ya un montón de cuerpos amontonados, y sus ropas estaban empapadas de
sangre. A pesar de la gran cantidad de criaturas magicas de los que había dado cuenta con su larga
hacha, la marea tenaz lo empujó hacia atrás. Entonces se puso a proferir insultos cada vez más
groseros y a gritarlos con todas sus fuerzas. Estaba claro que el yordle prefería morir antes que
retroceder.

El coraje y la cobardía se contagian con la rapidez de una plaga. Cuando los Legionarios vieron la
determinación de Kled, se forzaron a continuar. Incluso Skaarl dejó de correr y se giró para contemplar
el último contraataque de la Legión.

Entonces, justo cuando la línea irkoriana se rompía y Kled caía al suelo debido a la gran cantidad de
atacantes, el dragarto volvió y se lanzó contra los bárbaros. Se abrió paso hasta su maestro a gruñidos
y a zarpazos. Tras haber recuperado a su montura, Kled se convirtió en un verdadero torbellino de la
muerte, y entonces fueron las criaturas mágicas quienes huyeron despavoridos.

En aquella victoria fueron muy pocos los supervivientes irkorianos, pero fue una victoria bien ganada.
Las tribus del bosque fueron derrotadas, y sus tierras se anexaron al imperio. Nunca se encontró ni
rastro de los nobles ni de sus armaduras.

Con el tiempo, la mayoría del resto de legiones del imperio fueron viviendo historias
similares con Kled, una prueba de que la derrota no es definitiva mientras haya un coraje demencial.
Se dice que cabalga a dondequiera que vayan las legiones y que reclama los botines de guerra y las
tierras para él y Skaarl.

Muchos irkorianos dudan de la veracidad de estas historias. Pero en cualquier lugar donde haya estado
la legión se pueden ver por doquier carteles de ‘‘Propiedad de Kled’’.

-Apariencia: [Puede ser tanto 3D como 2D]

También podría gustarte