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DIPLOMADO EN TANATOLOGÍA
Profesora
Alumno
INTRODUCCIÓN 2
JUSTIFICACIÓN 3
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN 4
OBJETIVOS 5
APEGO 6
TIPOS DE APEGO 6
TEORÍA DEL APEGO 8
SISTEMAS CONDUCTUALES Y MOTIVACIÓN 9
ESTRUCTURACIÓN DE LOS VÍNCULOS DE APEGO 9
PARTICIPACIÓN DEL NIÑO/A EN EL PROCESO DE APEGO 10
FASES DE CONTRUCCIÓN DEL APEGO 10
DUELO 11
MANIFESTACIONES DEL DUELO 11
FASES DEL DUELO 12
FORMAS DIFERENTES DE DUELO 14
FACTORES QUE DETERMINAN LA RESPUESTA A LA PÉRDIDA O DUELO 16
ELABORACIÓN DEL DUELO 18
RECOMENDACIONES PARA EL MANEJO DEL DUELO 22
CONCLUSIÓN 23
BIBLIOGRAFÍA 24
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INTRODUCCIÓN
Deacuerdo a Ainsworth, Main y Solomon, Galán, Bowly, entre otros nos refieren la
construcción y/o participación del niño en el apego y del impacto que puede existir en la
vida adulta, esto según al tipo de apego, los cuales presentan variaciones según él autor
referido. Por lo que el apego es un punto clave en todo proceso de duelo, ya que si no
existiera ningún apego hacia una persona, animal, cosa, objeto o ideal, realmente el duelo
no existiría, pero debemos entender que el hombre cuenta con características que lo
determinan como un ente social y que no es un sujeto que deba vivir en solitario.
Otro aspecto importante es que superar un duelo requiere tiempo y un gran esfuerzo
personal, además de entender que cada duelo es único y personal y que El esfuerzo que
debe hacer el doliente para superar la pérdida de forma “normal” es lo que varios autores
han denominado “trabajo de duelo” y el trabajo de duelo incluye: estar activo, expresar
los sentimientos, construirse una nueva identidad y rehacer la vida.
Por lo que en este trabajo se abordan aspecto desde la teoría del apego, estructuración
de vínculos de apego, tipos de apego, el duelo y demás, con el fin de brindar un
panorama amplio e informado del tema y poder generar un conocimiento del duelo y la
influencia e importancia de los apego, los cuales pueden determinar a ayudar una
resolución optima de los duelos presentados.
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JUSTIFICACIÓN
En las vida diaria el hombre se enfrenta a un sin fin de pérdidas a lo largo de su existencia
y normalmente no se educa en casa cómo afrontar estas pérdidas, por lo cual en este
trabajo se busca explicar la influencia de los vínculos de apego sobre el proceso de duelo
en la vida del hombre mediante la identificación de los tipos de apego y una propuesta de
recomendaciones y/o alternativas para el manejo de las pérdidas y los duelos desde la
perspectiva tanatología.
El proceso de duelo no afecta únicamente a las pérdidas por fallecimiento, sino también a
pérdidas vitales como la pérdida de empleo y sueldo, de una casa, una ruptura de pareja
o cualquier otro proceso que suponga un cambio evolutivo importante.
De acuerdo a estudios realizados en España, cada año mueren 9 personas por cada
1.000 habitantes y hay un promedio de 6 personas afectadas por muerte. Alrededor de un
10% de las personas en duelo desarrollan un duelo complicado o patológico.
A esto se une que las personas con sintomatología por duelo patológico presentan un
mayor índice de hospitalizaciones y un número más elevado de bajas laborales. El duelo
puede también aumentar el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca y suicidio, así
como ser el causante de una gran variedad de enfermedades psicosomáticas y trastornos
psiquiátricos. Entre éstos últimos, los más habituales son las depresiones reactivas o
neuróticas y los trastornos por ansiedad generalizada o las crisis de ansiedad.
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PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
¿Cuál es la influencia que tienen los vínculos de apego en los adultos ante el proceso de
duelo y la pérdida?
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OBJETIVOS
General
Específicos
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Apego
El apego es el punto clave de todo proceso de duelo. En afecto, si no existe ningún apego
hacia una persona, un animal, una cosa, un objeto o un ideal, realmente, el duelo no
existe. El término apego fue introducido por Bowly (1998, citado en Repetur y Quezada,
2005), posteriormente fue estudiado por Ainsworth (1979, citado en Repetur y Quezada,
2005) y es actualmente utilizado por los teóricos del desarrollo y del vínculo (Repetur y
Quezada, 2005). El vínculo del apego proviene de la necesidad que los humanos tenemos
de protección y seguridad; se desarrolla a una edad temprana, siendo el primer vínculo el
que establece un niño con su madre; se dirige a unas pocas personas, aunque el vínculo
con éstas puede ir variando a lo largo de la vida, así como vamos estableciendo nuevos
vínculos a medida que crecemos, a la vez que vamos dejando otros atrás.
Tipos de apego
Ainsworth (1979, citado en Repetur y Quezada, 2005) desarrolló los principales tipos de
apego a raíz de sus estudios sobre los tipos de relaciones de numerosas familias y, por
tanto, el grado de apego entre los bebés y las madres de dichos núcleos familiares. Con
base a sus observaciones estableció los siguientes tipos:
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estimulación positiva en el menor. Las personas criadas según este tipo de apego
suelen mostrarse distantes ante los demás y tienden al alejamiento físico.
Los tres tipos de apego descritos por Ainsworth han sido considerados en la mayoría de
investigaciones sobre el apego.
Main y Solomon (1986, citado en Escudero, 2013) señalan la existencia de un cuarto tipo:
Con el fin de establecer una relación entre el tipo de apego del menor respecto al tipo de
apego que experimentaron sus progenitores, George, Kaplan y Main (1985, citado en
Oliva, 2004) diseñaron un cuestionario en el que se preguntaba a los sujetos por el
recuerdo de sus experiencias de apego durante su infancia, teniendo en cuenta,
principalmente, la interpretación y elaboración que hacían de las mismas. Obtuvieron las
siguientes categorías:
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Padres preocupados: viven sus recuerdos infantiles con mucha intensidad y
suelen expresar rabia acumulada hacia sus padres. En la relación con sus hijos
tienden a un comportamiento ambiguo y un tanto caótico, con cierta represión
hacia la conducta exploratoria del menor.
Algunos estudios encuentran una cuarta categoría: padres no resueltos, que serían el
equivalente del apego inseguro desorganizado/desorientado. Se trata de sujetos que
presentan características de los tres grupos anteriores.
Respecto a los diferentes tipos de apego Galán (2010) advierte que no se debe caer en el
error de esperar una reproducción literal de las respuestas de comportamiento ni
considerarlo como una clasificación de la personalidad. Se trata más bien de una guía que
nos puede ayudar a entender ciertas tendencias de vinculación en las relaciones afectivas
y como éstas se van trasmitiendo de padres a hijos. Este autor destaca que si
descubrimos los elementos que permiten la transmisión de formas problemáticas de
apego podremos orientar con mayor eficacia las intervenciones.
Diversos estudios e investigaciones, como los realizados por Soares y Dias (2005),
señalan que la aparición de los trastornos de apego asociados a experiencias traumáticas
en la infancia puede producir consecuencias negativas que se prolongan con el tiempo si
no son debidamente tratadas en su momento, como la dificultad de poder establecer
relaciones afectivas maduras y equilibradas en el futuro. El tipo de apego que una
persona ha vivido en su infancia puede generar un círculo vicioso al revivirse de forma
continua en las relaciones con los demás, ya que establecen un patrón de respuesta y
expectativas respecto a las relaciones más cercanas.
“Lo que por motivos de conveniencia denominó teoría del apego es una forma de
conceptualizar la tendencia de los seres humanos a crear fuertes lazos afectivos con
determinadas personas en particular y un intento de explicar la amplia variedad de formas
de dolor emocional y trastornos de la personalidad, tales como la ansiedad, la ira, la
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depresión y el alejamiento emocional, que se producen como consecuencia de la
separación indeseada y de la pérdida afectiva”. (John Bowlby, 1977)
“Es una forma de conceptualizar la propensión de los seres humanos a formar vínculos
afectivos fuertes con los demás y de extender las diversas maneras de expresar
emociones de angustia, depresión, enfado cuando son abandonados o viven una
separación o pérdida”. (John Bowlby, 1998)
“Un lazo afectivo entre el niño y quienes le cuidan y un sistema conductual que opera
flexiblemente en términos de conjunto de objetivos, mediatizado por sentimientos y en
interacción con otros sistemas de conducta". (Sroufe y Waters. 1977)
“El apego es el lazo afectivo que se establece entre el niño y una figura específica, que
une a ambos en el espacio, perdura en el tiempo, se expresa en la tendencia estable a
mantener la proximidad y cuya vertiente subjetiva es la sensación de seguridad". (Ortiz
Barón y Yarnoz Yaben, 1993)
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Los vínculos que genera el apego se establecerían en base a tres elementos:
Conductas de apego
Sentimientos de apego
Representación mental
Se caracteriza por la búsqueda de proximidad con las personas con las que está
vinculado y los contactos sensoriales privilegiados que se establecen entre el niño/a y
cuidadores principales.
La presencia de a figura de apego aporta una seguridad (base segura) que favorece la
exploración por parte del niño.
Ante la separación, el niño experimenta ansiedad, que se manifiesta por una activación
de los esfuerzos para atraer a la figura de apego, seguidos de sentimientos de protesta,
desolación y abandono frente a su pérdida.
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Al final del 1º año se produce la internalización de la relación de apego; se
produce la estabilidad no sólo en el niño-a sino también dentro de la familia.
Duelo
El duelo, del latín dolus: dolor, puede ser definido como el proceso por el que atraviesa
una persona ante la muerte de un ser querido. Hay muchas y variadas definiciones sobre
el duelo y no siempre van unidas, o están relacionadas, con la muerte. Payás (2010)
define el proceso de duelo como la pérdida de relación, la pérdida del contacto con el otro,
que rompe el contacto con uno mismo. Podemos atravesar distintos procesos de duelo a
lo largo de toda nuestra vida: desde la muerte de un ser querido, la ruptura con nuestra
pareja o de aquel amigo de la infancia que de pronto se convierte en un desconocido, una
mudanza, un cambio de trabajo o el niño que de pronto se da cuenta de que no es tan
niño y que aquellos juegos que antaño le divertían ya no colman su alegría.
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persona (conducción temeraria), retirada social, suspiros, hiperactividad y
llorar, frecuentar los mismos lugares del fallecido.
De acuerdo a Elisabeth Kübler Ross describe cinco etapas, siendo las siguientes:
Kübler Ross expresa que aunque generalmente estas etapas son dadas en el
orden identificado y son comunes en todos los seres humanos cuando nos vemos
obligados a ajustarnos a los cambios en nuestras vidas sean positivos o negativos, no
podemos perder de vista que las personas somos seres únicos, no todas pasan por estas
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etapas en la misma forma ni con la misma duración, quizá nos encontremos en una
etapa y regresemos constantemente a otra.
Del mismo modo Bowlby ha sido un estudioso del tema del apego y la pérdida, él realiza
una clasificación que ordena el proceso del duelo, distinguiendo cuatro fases:
No hay un tiempo estipulado para cada etapa pues todo ello depende de cada persona y
de las circunstancias que le rodean en el momento de la pérdida. El dolor tiene sus
tiempos, sus ritmos, las etapas de la vida se van sucediendo unas a otras sin apenas
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darnos cuenta de ello, vamos dejando atrás situaciones, personas, vivencias, y cada una
de ellas va dejando una impronta, un sello que va forjando nuestra identidad.
Parece que las personas que en su niñez más temprana no han sido estimuladas y
ayudadas a ser personas individuales, con su identidad separada, posteriormente tienen
dificultades para desprenderse, tienden a aferrarse, y por eso les resulta tan difícil
elaborar el duelo. Algunas formas de duelo más comunes:
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persona es incapaz de rehacer su vida, se muestra absorbida por constantes
recuerdos y toda su vida gira en torno a la persona fallecida, considerando como
una ofensa hacia el difunto restablecer cierta normalidad.
Duelo exagerado. También llamado eufórico. Este tipo de duelo puede adquirir
tres formas diferentes.
Caracterizado por una intensa reacción de duelo. En este caso habrá que estar
atentos a las manifestaciones culturales para no confundirlo con ellas.
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En el segundo tipo de pérdida ambigua, el deudo percibe a la persona como
presente físicamente pero ausente psicológicamente. Muy común en personas con
demencias muy avanzadas o que han sufrido daño cerebral y se encuentran en
estado vegetativo persistente.
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desaparecidas de las que se desconoce su paradero y que después de un
tiempo se dan por muertas; o si es una muerte estigmatizada.
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Elaboración del duelo
Nadie decide conscientemente cómo reaccionará ante una pérdida. En la elaboración del
duelo influyen determinados factores, tanto internos como externos. La respuesta del
individuo podrá estar determinada por el tipo de personalidad, la experiencia acumulada
durante la vida, y su actitud ante el mundo. También los compromisos cognitivos
mantenidos a nivel racional y ciertas decisiones infantiles inconscientes pueden contribuir
a la reacción del individuo (Rubin y Bloch, 2000).
Campos (2012) expone que la persona es como un sistema cuyo funcionamiento CASIC
incluye cinco subsistemas: Conductual, Afectivo, Somático, Interpersonal y Cognoscitivo.
Durante la elaboración de un proceso de duelo la evaluación debe hacerse en cada área y
determinar la respuesta única de las personas al suceso de crisis, sea la pérdida de un
ser querido, lesión física, o algún otro suceso. Sus manifestaciones pueden ser de 5 tipos
básicos:
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Villaumbrales (2012) expone que si las emociones que se experimentan durante el
duelo no son expresadas y acompañadas, de forma que a la persona se le permita
manifestar su dolor y se le validen sus sentimientos sin juzgarlos, éstas pueden
terminar convirtiéndose en defensas que con el tiempo terminarán resultando
incapacitantes y poco funcionales para adaptarse a la pérdida.
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en la que el doliente debe desarrollar una serie de tareas con las que resolver su
duelo. Este autor propone 4 tareas básicas:
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(2002) señala que existen tres tareas que se deben abordar tras sufrir una
pérdida:
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Recomendaciones para el manejo del duelo
Rituales
Decálogo
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Conclusión
Por ende debemos entender que la duración del duelo es siempre variable y depende
de distintos factores, aunque el dolor se ira mitigando con el paso del tiempo.
Podemos afirmar, en este sentido, que el tiempo es terapéutico porque da una
perspectiva, ayuda a recordar con serenidad los hechos, adaptarse al cambio y calmar los
sentimientos. si se toma el duelo como un trabajo, se afronta la pérdida sin negarla,
inhibirla o posponerla y se atraviesa por el dolor sin evitarlo.
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BIBLIOGRAFÍA
Bowlby, J. (1998). ”El apego”. Tomo 1 de la trilogía. . Barcelona,: Paidós. Obtenido de “El
apego y la pérdida”.
Mateu, M. P. (2015). Títol: Duelo y Apego: De la creación del vínculo a la pérdida del
mismo. Obtenido de UNIVERSITAT DE LES ILLES BALEARS:
https://dspace.uib.es/xmlui/bitstream/handle/11201/1508/Maura_Mateu_Marta_Patricia_T
FG.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Ortego, M. d., López, S., Álvarez, M. L., & Aparicio, M. d. (24 de 10 de 2011).
UNIVERSIDAD DE CANTARIA. Recuperado el 17 de 02 de 2020, de El Duelo:
https://ocw.unican.es/pluginfile.php/1575/course/section/2034/tema-11.pdf
24
https://seom.org/seomcms/images/stories/recursos/sociosyprofs/documentacion/manuales
/practicaclinica/cap17.pdf
https://www.planetadelibros.com/libros_contenido_extra/32/31277_Sobre_el_duelo_y_el_
dolor.pdf
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