Está en la página 1de 32

UNIVERSIDAD TECNICA DE BABAHOYO

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD


CARRERA DE FISIOTERAPIA

GRUPO 8
TEMA: LA FAMILIA ANTE LA DISCAPACIDAD. PROCESO DE
ATENCION EMOCIONAL A LA FAMILIA DEL NIÑO CON
DISCAPACIDAD DESDE UN ENFOQUE GESTALT

INTEGRANTES:
CINDY CHOEZ NEGRETE
ANDREA ESPINOZA LOACHAMIN
ZAIDA GUEVARA GOMEZ
XIMENA RODRIGUEZ ALAJO
EVELYN ABAD

ASIGNATURA:
DEFICIENCIAS Y PSICOREHABILITACION EN DISCAPACITADOS

DOCENTE:
LCDA. ANA MORA MORA

CURSO:
NOVENO A

PERIODO:
MAYO – SEPTIEMBRE 2023
¿QUÉ ES LA FAMILIA?

La
familia responde a la naturaleza social, más que individual, del ser humano.

Es la unidad básica de desarrollo y experiencia, de realización o fracaso, de


enfermedad o salud. Como dijo algún autor “Nuestra familia es lo mejor y lo peor
que nos pudo suceder”. Afirma Andolfi que “la familia es una instancia en
constante evolución pues se transforma y se acomoda a las condiciones de vida
de un lugar o de un tiempo. En ella no hay nada fijo o inmutable. Cada generación
en su turno, tiene que amoldarse a vivir en ella”. (Andolfi, M. 1985.)

Los vínculos familiares son de cuatro tipos y se forman a través de una


combinación de factores:

- Biológicos: En la familia se dan las ligaduras biológicas hombre mujer y


madre-hijo y así se perpetúa la especie.
- Psicológicos: Hay interdependencia mutua de los miembros de la familia
para la satisfacción de las necesidades afectivas.
- Económicos: La familia provee lo necesario para la satisfacción de las
necesidades materiales de sus miembros
- Sociales: La familia forma parte de una organización social más amplia y
es modificada por los cambios sociales y culturales.

Esencialmente, la familia sirve para dos cosas: para asegurar la supervivencia


física y para construir lo humano del hombre, a partir de la experiencia de “estar
juntos”. Los fines sociales que cumple la familia son:

1. Provee de alimento abrigo y de otras necesidades materiales.


2. Provee de unión social en la que se gestan los lazos afectivos.
3. Provee de la oportunidad de desplegar una identidad personal, ligada a la
identidad familiar, que da fuerza para enfrentar experiencias nuevas
4. Ofrece un modelaje de los roles sexuales, que permiten después desplegar
los propios.
5. Ofrece ejercitación para integrarse a roles sociales y responsabilidades.
6. Fomenta el aprendizaje y el despliegue de la creatividad e iniciativa
individual. (Leñero, L. 1994. pág. 18 )

Estudio de la familia

El interés por analizar el funcionamiento de las familias comenzó cuando los


terapeutas que atendían a personas de manera individual, se dieron cuenta que
las personas que rodeaban a su paciente tenían gran influencia en su
comportamiento, no se trataba de personas aisladas sino de gente que vivía en un
contexto familiar y que por ende mantenía una relación recíproca.

Fue la psiquiatría, a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, la


primera rama de la ciencia que dedicó su estudio al funcionamiento familiar. Sin
embargo, según Bowen (1989b), el estudio de la familia evolucionó mucho antes
cuando la teoría psicoanalítica se puso en práctica hacia principios del siglo XX,
como ejemplo cita el trabajo de Freud con los padres de un niño llamado Hans en
1909, cuya labor coincide con las técnicas que más tarde desarrolló la terapia
familiar. No obstante, el tema de interés en otros trabajos psiquiátricos de ese
tiempo no tenía como foco de interés a la familia en contexto sino sólo al
miembroque era atendido y que era considerado como “enfermo”.
La primera y segunda guerras mundiales permitieron al psicoanálisis convertirse
en una de las teorías psicológicas más aceptadas que atendían problemas de tipo
emocional. El boom que mantuvo el trabajo psicoanalítico al terminar la segunda
guerra mundial, dio pauta para que los psiquiatras hicieran extensivo su estudio y
decidieran analizar el contexto familiar, pero su trabajo no salió a la luz debido en
gran parte, según Bowen (1989b), a que se debía mantener el secreto profesional
entre el paciente y el terapeuta y así “prevenir de la contaminación de la
transferencia por el contacto con los familiares del paciente”, lo cual constituía en
ese tiempo la base de una psicoterapia adecuada. De esta manera los científicos
que iniciaron sus investigaciones con familias con un miembro esquizofrénico
destacaron como impulsores del movimiento familiar, relacionándose así la terapia
familiar con la esquizofrenia y fue hasta los años 60’ que los psicólogos lograron
que ambas fueran entendidas como dos campos diferentes.

Los primeros trabajos que se hicieron públicos posteriores a 1960 continuaban


dándose en el área de la psiquiatría con una atención más centrada en la familia,
se puede citar por ejemplo el trabajo de Nathan Ackerman, quien es considerado
como uno de los precursores en el tratamiento a familias, Ackerman creó un
modelo de tratamiento donde adoptó formulaciones psicoanalíticas de
psicopatología a un método de tratamiento de sistemas familiares (Ackerman,
1958; en Johnson, Rasbury y Siegel, 1992); también podemos mencionar a
Virginia Satir que en 1964 desarrolló el trabajo de una perspectiva familiar en un
hospital psiquiátrico.
EFECTOS DE LA DISCAPACIDAD SOBRE LA FAMILIA

La familia quien abastece de los cuidados necesarios a los hijos y dentro de ella se
producen todo tipo de cambios, mismos que pueden evitarse o fomentarse, pues
definitivamente éstos siempre existirán. Todas las familias son muy diferentes unas de
otras y cada una se adapta de manera distinta a eventos iguales, por ejemplo, una
mudanza, una pérdida, una muerte, la discapacidad de un integrante, etc., por eso es muy
importante conocer su estructura cuando se va a trabajar con ella. Cuando hablamos de
discapacidad en uno de los hijos, el proceso de adaptación y reorganización es más
complicado que cuando las condiciones son “normales”.

Al trabajar con una persona con discapacidad se tiene como principal objetivo su
rehabilitación o habilitación para que logre incorporarse, en la medida de lo posible, a una
vida “normal”. Se pretende que alcance un buen nivel de autocuidado en principio o que
adquiera conductas que le permitan socializar con los otros. Quienes hemos trabajado,
por lo menos en prácticas escolares, con niños o adultos discapacitados consideramos
necesario crear un programa para que el niño sea autosuficiente para comer, vestirse,
bañarse o para que desarrolle su aparato motor fino y grueso, para que adquiera
habilidades para socializar o con ejercicios pueda mejorar su aparato fonoarticulador.

Nuestra atención está totalmente centrada en éstas personas y desafortunadamente no


nos damos cuenta que paralelamente a lograr su habilitación también es muy importante,
incluso imprescindible, atender a su familia, a sus padres y a sus hermanos.

Si se descuida a la familia, se corre el riesgo de que el avance en la habilitación de la


persona con discapacidad sea lento o nulo. Pensemos que el tiempo que un niño pasa en
la clínica trabajando en su habilitación es mínimo comparado con el que pasa con sus
padres, moviéndose en su espacio, en su casa y conviviendo con sus hermanos, con
otros familiares, con vecinos, etc. Su campo perceptual es muy amplio y es por eso que
no podemos reducirlo a un trabajo meramente individual.

La presencia de un niño con discapacidad o con alguna enfermedad crónica puede


desencadenar en sus padres sentimientos de angustia, pena, dolor, conmoción, culpa,
cólera, depresión, vergüenza, disminución de la autoestima, rechazo del niño,
sobreprotección, miedo, frustración, negación, resentimiento, hostilidad hacia el entorno,
trato inconstante con el niño, inestabilidad emocional, deterioro del niño y de los padres,
trastornos en los hijos y problemas maritales (Heward, 2003; Gafo y Amor, 1998;
Leonhardt, 1992).

Las reacciones van a variar de unos padres a otros y van a depender de dos aspectos
principalmente: por un lado, debemos considerar las características particulares de cada
padre, su madurez psicológica y la orientación recibida sobre la discapacidad de su hijo.
Habrá quienes tomen la discapacidad como un gran problema, como una situación que
les desagrada y que tratan de evitar; otros padres aceptarán la deficiencia y verán con
realidad la situación. Según Castanedo (1999), los padres que aceptan el padecimiento
de su hijo generalmente cuentan con los recursos personales para afrontar los
sentimientos que les genera. Lo aceptan tal como es sin tratar de crear una imagen de
fantasía de él. Nos referimos a “fantasía” cuando los padres quieren pensar que el niño va
a superar con el tiempo sus limitaciones o esperan que los médicos se equivoquen en el
diagnóstico y dejen de colocar a su hijo dentro de una “categoría especial”.

De esta manera disfrazan la realidad y no quieren darse cuenta de ella, buscan muchas
opiniones médicas con la esperanza de encontrar alguna que les haga sentirse bien o al
menos que les diga lo que quieran escuchar. Por otro lado, aceptar la situación de un hijo
con deficiencias no implica que los padres van a dejar de presentar cierto grado de
ansiedad, pero las situaciones que les ocasionan dificultades son conocidas por ellos, a
diferencia de las personas que tienen miedo o angustia ante una situación no conocida,
por ejemplo, el preocuparse porque su hijo no podrá ser autosuficiente sin conocer
realmente sus limitaciones y aptitudes.

El segundo aspecto a considerar y del cual depende el grado de ajuste de la familia, es


todo lo relacionado con la propia discapacidad del niño, podemos mencionar entre los
factores: su grado de impedimento, su lugar ocupado en la familia, si es el primero o el
último, las condiciones del anuncio de la discapacidad, mediado por los conocimientos del
personal médico, que en ocasiones no posee la sensibilidad para dar la noticia y lo hacen
de manera torpe, toda la información recibida sobre el impedimento del niño, el grado de
aceptación o rechazo que le brinde su comunidad, el nivel socioeconómico de la familia, y
algo muy importante, el ajuste familiar que exista antes del nacimiento del niño (Lambert,
1981).
Esta ambivalencia que experimentan los padres de personas discapacitadas de amar-
odiar, proteger-descuidar, aceptar-rechazar, son consecuencia de algunos aspectos
psicológicos que veremos a detalle:

1. Sentimiento de culpa.

“El sentimiento de culpa y el sentimiento de vergüenza que lo acompaña, es la sensación


que se experimenta cuando se ha hecho algo mal” (Ingalls, 1982, pág. 292). Los padres
intentan explicarse el por qué concibieron un hijo con discapacidad, en su intento por
buscar una razón, pueden llegar a atribuir la discapacidad a un castigo de Dios, o como
una consecuencia de su mala conducta sexual en el pasado. El sentimiento de culpa
también es experimentado por las reacciones negativas que sienten hacia su hijo, hacia
un niño indefenso y ante el cual no “debe” haber dichos sentimientos. En realidad,
probablemente los padres sientan cierto disgusto por sus hijos en un momento u otro, y lo
mejor sería que, todos reconocieran que ésta es una reacción normal y no algo por lo que
deban sentir vergüenza. La vergüenza también se ve acentuada cuando, por ejemplo, los
padres evitan hablar, o rara vez lo hacen, de la discapacidad, ya sea con vecinos o con
familiares.

2. Negación.

En un esfuerzo por negarse a aceptar la discapacidad de su hijo, hay padres que


prefieren buscar muchas opiniones médicas con la esperanza de encontrar un diagnóstico
más alentador o encontrar una “cura mágica”. Otra manera de negar la discapacidad es
“cerrarse” y no querer entender que su hijo no podrá ir al mismo ritmo que los otros niños
de su edad o que no le va a ser posible realizar actividades como los demás. De acuerdo
con Castanedo (1999), las reacciones de rechazo hacia el hijo son inconcientes, o desde
el punto de vista Gestalt, no se dan cuenta de ellas y por lo tanto viven conflictos internos,
cabe aclarar que no puede generalizarse, como ya vimos, depende mucho de las
características personales de los padres.

3. Narcisismo de los padres.

Un hijo puede significar, y quienes son padres lo constatarán, el reflejo del padre o de la
madre, un espejo que le refleja lo mejor que tenga; en un hijo se planean metas,
expectativas, logros, ideas o fantasías que cada padre tenga, sea porque él mismo no
pudo tenerlas o porque quiera “lo mejor” para su hijo, y hablamos de padres que quieren
brindar esto al niño, para quienes por motivos económicos o personales no desearon la
paternidad, quizá la idea de concebir un hijo no sea una de sus prioridades.

Cuando un padre ve frustrado el plan de vida para su hijo, por las características físicas o
psicológicas que presente, puede llegar a experimentar disgusto o enojo consigo mismo,
con su pareja o con su familia y llegar a percibir como propia la discapacidad.

4. Protección Excesiva.

Frecuentemente es en la madre en quien recae la responsabilidad de poner más atención


a la educación y cuidado de su hijo con discapacidad, es ella quien lo tiene que llevar a su
habilitación, es ella quien lo cambia, lo alimenta y le brinda una ayuda general (Bowley y
Gardner, 1998; Gafo y Amor, 1998 e Ingalls, 1982).

Empieza a surgir tal interrelación entre ambos, y sobre todo cuando lo cree más
incapacitado de lo realmente está, que se puede olvidar de sus otros hijos, cuando los
hay, de su esposo, de su vida social y de su propia vida para dedicar a su hijo todo su
tiempo. Este hecho puede significar el abandono a las necesidades propias y a un
deterioro en su salud física y mental. Gafo y Amor (1998) afirman, de acuerdo a estudios
consultados, que las madres que ponen demasiado cuidado al hijo y descuidan lo demás
“van a tener una menor atención al cuidado de la propia salud, una peor autopercepción
de la salud, sobrecarga física y estrés, limitaciones en las posibilidades de desarrollo
personal y profesional y otros efectos, lo cual a su vez repercute sobra la calidad de
cuidados impartidos a su hijo” (pág. 97)

5. Aceptación.

Es importante llegado a este punto, reconocer que la mayoría de la literatura sólose


enfoca en los procesos “negativos” de las reacciones de los padres, empero, cabe
destacar que debemos considerar que todos somos diferentes y reaccionamos de
maneras distintas. Es por eso que es muy cierto que nos podemos encontrar con padres
que rechazan totalmente a su hijo discapacitado y que pueden o no llegar a aceptarlo,
pero también es cierto que existen padres que, quizá después del choque inicial que
causa la noticia, sabrán adaptarse a la nueva situación que representa la discapacidad y
percibir las limitaciones y potencial de su hijo.
TERAPIA GESTALT

En terapia Gestalt se trabaja en el presente, en “el aquí y el ahora”, lo que la


persona está viviendo en ese momento de su vida, el prestar atención al presente
se ha observado en diversas culturas y disciplinas (Naranjo, 1989).

En la terapia Gestalt se concibe a la persona, al organismo, como un todo en


interacción consigo mismo, con los demás y con el medio en el cual se
desenvuelve.

El contacto entre el organismo y su medio es flexible, permitiendo la asimilación y


adaptación de la persona, es nutritivo y facilita el crecimiento y desarrollo.

En la terapia Gestalt se concibe a la persona, al organismo, como un todo en


interacción consigo mismo, con los demás y con el medio en el cual se
desenvuelve.

Una persona bien integrada está en condiciones de adaptarse a nuevas


situaciones, de identificar alternativas de respuestas, tiene la capacidad de saber
lo que necesita, vive el presente y se acepta como es, tanto con él mismo como
con los demás. La persona es capaz de transitar entre la individualidad y la
interacción con los otros de manera flexible y evita aferrarse a esquemas que no
funcionan.

Puede diferenciar claramente entre el yo y la realidad, la persona vive en el


presente trayendo a éste sus experiencias pasadas y sus temores del futuro y los
asume en el aquí y ahora. Al no identificar y aceptar sus necesidades reales y no
establecer un contacto adecuado con el ambiente la persona ve interrumpido su
proceso de adaptación y maduración surgiendo la neurosis. La persona se
enfrenta al contexto desempeñando diversos roles lo cual le hace perder energía,
desgastarse, desarrollando mecanismos neuróticos especiales que le ayudan a
disminuir la tensión y protegerse de los conflictos.

El Ciclo Gestalt se constituye una herramienta valiosa para ser utilizada en el


proceso terapéutico, tanto para que el terapeuta tenga visión clara de dónde se
interrumpe el ciclo de energía y se requiere comenzar el trabajo, como para que el
paciente identifique sus propios bloqueos y logre tener conciencia de ellos, se
responsabilice del proceso de cambio que se inicia con el trabajo terapéutico y
desarrolle habilidades para enfrentar de manera saludable las situaciones
adversas.

LA PSICOTERAPIA GESTALT: ORÍGENES Y METODOLOGÍA

La Psicoterapia Gestalt es un enfoque


dentro de la Psicología que tiene interés
en trabajar con los procesos físicos,
psicológicos, corporales y espirituales del
ser humano. No pretende seguir
parámetros o estándares para su trabajo,
como otros enfoques que intentan
“medir” a las personas a través de
instrumentos psicometricos para
cuantificar su nivel de desajuste o adaptación a su medio, esto sería tanto como
negar la individualidad que nos caracteriza a cada uno.
Desafortunadamente cuando pretendemos seguir un parámetro que nos indique
lo “normal” que debiera ser una persona, lo “normal” que “debiera” ser su
comportamiento ó lo “normal” que debería hacer con su vida, olvidamos que todos
somos seres diferentes y que eso nos hace merecedores de un respeto a esa
singularidad. Cuando nos encontramos frente a otra persona que solicita
psicoterapia nos encontramos con una historia de vida particular muy diferente a
las varias historias que quizá hayamos escuchado, pero sobre todo nos
encontramos con otro ser humano que necesita ayuda, y a verlo como otro ser
humano es lo que enseña la Psicoterapia Gestalt, para que la asistencia que
brindemos al paciente le sea útil. Enseña también a respetarlo y verlo sin
prejuicios, así como abandonar esa postura jerárquica que hace creer al terapeuta
que él es quien posee los conocimientos y por lo tanto “sabe” más que la persona
que tiene enfrente, empero, no olvidemos que quien más sabe sobre nosotros,
somos nosotros mismos, así que quien más sabe de él es el propio paciente. Lo
que hacemos como terapeutas es sólo guiarlo en aquellos aspectos que le son
complicados.

Estas son algunas de las razones por las que optamos por este enfoque para
trabajar con los padres de personas con discapacidad, la metodología de trabajo
que propone la Gestalt permite explorar los procesos corporales y psicológicos
que incrementen el “darse cuenta” de los pacientes, concepto básico en
Psicoterapia Gestalt y que ayuda a hacer evidente lo que permanece “oculto”.

Como ya mencionamos, es muy importante conocer las bases teóricas y


metodológicas que nos permitan tener un conocimiento más profundo acerca de
lo que propone este enfoque teórico, iniciaremos con los orígenes y más adelante
nos adentraremos en la metodología.

Orígenes de la Terapia Gestalt.

La Psicoterapia Gestalt forma parte de un movimiento que se dió en Psicología


conocido como la “Tercera Fuerza”, este movimiento fue el Humanismo, la
primera y segunda fuerza fueron el psicoanálisis y el conductismo,
respectivamente. El Humanismo surge como una nueva manera de ver al ser
humano, reducido en ese entonces por el psicoanálisis y el conductismo a una
condición de objeto de estudio que podía ser manipulado de acuerdo a las
circunstancias experimentales expuestas. El Humanismo pretendía hacer visible
la esencia del ser humano al considerarlo como una persona que necesita
satisfacer sus necesidades y expresar sus sentimientos, como un ser diferente
que necesita llegar a la autorrealización.

La palabra “gestalt” es de origen alemán y posee varios significados:


configuración, estructura, modelo, figura, forma, totalidad y, según Salama (2001),
también puede considerarse como una necesidad a ser satisfecha. Cuando surgió
la Gestalt se encontraban en boga el conductismo y el estructuralismo, el primero,
como ya dijimos, negaba la existencia de elementos subjetivos y avalaba sólo la
relación estímulo-respuesta. Por su parte el estructuralismo “dividía el consciente
en elementos independientes y desligados de valores… para el estructuralismo la
conducta era una simple suma de partes” (Sinay y Blasberg, 2002, pág. 9). En
oposición a la segmentación de la conducta, la Gestalt considera que no puede
analizarse “algo tan complejo como la conducta en forma de elementos… porque
se estaría destruyendo la unidad de los fenómenos que están siendo estudiados”
(Castanedo, 1997).

La Gestalt propone un estilo de psicoterapia que contempleal ser humano como


una totalidad.

Es importante, como lo señala la Gestalt, no perder de vista que el ser humano es


parte de un campo total y que forma parte de todo lo que existe a su alrededor; si
descuidamos este aspecto podemos caer en el error de reducirlo a él mismo o a
su grupo social y menospreciar el amplio entorno que lo rodea. Es por ello muy
importante que quien trabaje con padres de una persona con discapacidad no
olvide el análisis del campo que rodea a la persona, su familia, su escuela, su
medio social, etc.
La Psicoterapia Gestalt basa gran parte de su contenido en tres métodos de
estudio: la filosofía existencial, la teoría de campo y la fenomenología, cuyos
principios teóricos le han dado dirección.

Filosofía Existencial

La Filosofía Existencial rechaza esquemas rígidos que pongan la razón sobre el


ser humano, dice que “la vida es para vivirse y no para analizarse”. Para esta
filosofía cada ser humano es un ser único e irrepetible, es un ser en proceso y en
continúo cambio, no se trata de un ser estático, siempre está en movimiento y por
lo tanto es un ser con polaridades que puede amar u odiar, estar feliz o triste, ser
egoísta o compartido, somos seres finitos, perfectibles y fiables. El existencialismo
rechaza reducir al hombre así mismo, prefiere verlo de una manera holística,
como un ser que es parte de un entorno, igualmente en constante cambio, pero
también es un ser individual y total.

Teoría de Campo

Por su parte, la Teoría de Campo nos habla de que cualquier fenómeno es parte
de un campo más amplio, se trate de fenómenos físicos, sociales, biológicos,
psicológicos o químicos. Yontef (2002) define el concepto de campo como “una
totalidad de fuerzas que se influencian recíprocamente y que en conjunto forman
un todo interactivo unificado”. Un fenómeno cualquiera forma parte de su campo y
todas las variables que haya en su campo van a repercutirlo de una manera u otra
y a su vez él repercutirá sobre ellas.

La Terapia Gestalt toma de la teoría de campo el concepto de la relación


organismo-ambiente y la utilización del análisis funcional, en vez del análisis
causal. Para ello omite la pregunta “¿por qué?”, el por qué explica muy poco del
paciente y además lo lleva a una serie de racionalizaciones o excusas que
justifiquen su conducta e implica que no se responsabilice de ella, en cambio, se
privilegia las preguntas “¿qué?” y “¿cómo?” de la experiencia. Es importante
añadir que en la sesión terapéutica, el terapeuta es parte del campo del paciente
y no puede sustraerse de él, de ahí la importancia de la relación dialogal yo-tú.
Fenomenología

Por otro lado, la Gestalt toma también aspectos muy interesantes de la


Fenomenología, método fundado por Edmund Husserl, cuya idea central fue la
dedescribir y no explicar los fenómenos (Sinay y Blasberg, 2002). Al igual que la
teoría de campo, la fenomenología utiliza un análisis funcional y la pregunta qué y
cómo.

La fenomenología da singular importancia al encuentro yo-tú en el aquí y el ahora,


considera que no podemos cambiar el pasado ni adivinar el futuro, pero sí
podemos actuar en el presente, en el aquí y ahora. El paciente puede traer
muchos problemas de su pasado, pero debido a que aún en su presente carga
con ellos, los consideramos del presente, pues como bien dice Perls (1976), si se
trataran de problemas del pasado, fueran eso, pasado, y no estarían en el
presente, sin embargo, esto no ocurre así. No podemos cambiar el pasado, pero
sí podemos actualizarlo.

La Terapia Gestalt es considerada como una terapia de contacto porque ve al otro


como un ser individual con límites propios y con necesidades a satisfacer. Cuando
no logra satisfacer estas necesidades es cuando la persona experimenta un
sentimiento de desolación y una crisis existencial como lo llama Perls (1976),
momento en el cual no cuenta con las herramientas propias para hacerle frente y
es cuando la persona acude a terapia. Estas necesidades insatisfechas se llaman
en Gestalt “gestalt no cerradas” o no concluidas y están representadas por un
círculo cuya rotación y cierre significan que se cierra un asunto o, si aún no se
completa, que esta abierto, se conoce como “ciclo de la experiencia”

El principal objetivo de la Terapia Gestalt es que el paciente se de cuenta de sí


mismo, de lo que hace y de lo que siente, la terapia será un ensayo que le permita
hacer esto y pueda llevarlo a su vida diaria, “como terapia vivencial, la técnica
gestáltica exige del paciente que se vivencie así mismo lo más posible y que se
vivencie tan plenamente como pueda en el aquí y el ahora. Le pedimos que se de
cuenta de sus gestos, de su respiración, de sus emociones, de su voz y de su
expresión facial, tanto como de sus pensamientos más apremiantes.

Sabemos que mientras más se de cuenta de sí mismo, más aprenderá acerca de


lo que es él mismo” (Perls, 1976; pág. 70). Este darse cuenta ocurre siempre en el
aquí y el ahora y el paciente se concentra en este momento inmediato,
“concentrándose en cada síntoma, en cada área del darse cuenta, el paciente
aprenderá muchas cosas de sí mismo y de su neurosis. En primer lugar
aprenderá lo que esta vivenciando. Y aprenderá cómo sus sentimientos y su
comportamiento en un área, se relacionan con sus sentimientos y con su
comportamiento en otras áreas” (Ibidem, pág. 73).

La ayuda que el terapeuta brinde para que el paciente puede “darse cuenta” de
sus procesos es primordial, el paciente muchas veces llega a terapia con varias
necesidades no cubiertas y con la creencia de que el simple hecho de asistir a
terapia ayudará a la resolución; la función del terapeuta no es “resolver” los
asuntos de alguien, su función es “guiar” a la persona para que se de cuenta de lo
que hace para solucionar sus problemas y lo que hace para evitarlos. La calidad
de la ayuda que el terapeuta brinde es resultado de la preparación que tenga
derivada de su asistencia a cursos, de la experiencia del trabajo terapéutico y la
experiencia personal, por lo que su atención debe estar puesta en estos tres
aspectos, en el siguiente apartado hablaremos con detenimiento de estos puntos
y de su importancia.

Actitud Profesional y Personal del terapeuta Gestalt.

Para Ginger y Ginger (1993), un terapeuta gestalt no es una persona que sólo se
dedica a escuchar al paciente sin que exista retroalimentación de por medio. Al
involucrarse realmente en la relación, de forma auténtica y comprometida, puede
brindarle la atención necesaria para lograr comprender su “sentir” y ayudarlo así a
reconocer sus cualidades que lo ayudarán a “darse cuenta” de las soluciones que
puede tener.
La actitud del terapeuta Gestalt hacia su paciente ha de ser de total respecto,
pues ni sus creencias ni sus ideas ni su manera de vivir van a coincidir con las de
él; cada paciente tiene su propia historia y debemos respetarlo por el hecho de
ser diferente, ahí es donde empieza el papel del terapeuta Gestalt, donde puede
reconocer a otro ser humano y respetarlo. No sería correcto que emitiera juicios
acerca del comportamiento del paciente, ni que sugiriera lo qué deba hacer ni de
expresar beneplácito ante su conducta. Ese no es el objetivo de la terapia, el
terapeuta ha de estar muy atento al discurso verbal y no verbal del paciente y
“guiarlo” para que se de cuenta de su propia conducta y de los sentimientos que
ésta le genera, no guiado por una necesidad del terapeuta sino por su propia
necesidad. Esta es una de las razones de por qué la importancia de que el
terapeuta esté sometido a su propio proceso terapéutico, en él podrá expresar sus
necesidades y las inquietudes que le puede generar su paciente, si las llegara a
haber.

Durante el transcurso de la terapia y al ir explorando sus figuras, evidentemente


se suscitarán en el paciente varias emociones, el terapeuta ha de prestar especial
atención a ellas y sobre todo, según Satir y Baldwin (1995), ante los mecanismos
de defensa que algunas personas manifiestan para “ocultar” sus áreas de baja
autoestima ante sí y los demás” (pág. 186). El objetivo es que las emociones
manifestadas sean percibidas por el paciente y se de cuenta de ellas, no se
pretende eliminarlas, sino aceptarlas y aprender a manejarlas, para que el
paciente las experimente sin tener miedo a externarlas en vez de reprimirlas.

Cómo establecer una metodología de trabajo en Psicoterapia Gestalt.

Toda teoría que tenga aplicaciones a la terapia, persigue el mismo objetivo:


ayudar a su paciente a buscar alternativas de solución para aquellos aspectos de
su vida que considere problemáticos, a través de los métodos particulares que la
caracterizan. O más específicamente hablando de la Gestalt, el objetivo es que el
paciente se de cuenta de sus procesos psicológicos y pueda pasar del apoyo
ambiental que brinda el terapeuta al autoapoyo.
El valor que posee la relación terapéutica desde el enfoque Gestalt, reside
principalmente en que ambas personas, tanto terapeuta como el paciente, se
involucran en la misma. No se trata de que el terapeuta tenga una actitud pasiva y
solo de escucha para con su paciente, se trata de que también se involucre en la
relación y logre percibirse como parte de ella, todo con la finalidad de que el
paciente pueda expresar sus dificultades.

Para el manejo adecuado de una sesión terapéutica es necesario considerar


aspectos importantes a tomar en cuenta al momento que se efectúe.

1. Preparación del campo de trabajo.

El terapeuta busca que su paciente vaya expresando lo que quiera decir, dichos
sucesos servirán para que el terapeuta “tome” uno de ellos y vaya trabajando
sobre él. Es decir, de las figuras que traiga el paciente a terapia –recordemos que
las figuras serán los “problemas” o situaciones que le aquejan o interesan.

Pensemos por ejemplo que viene a terapia una madre de un niño con parálisis
cerebral, su queja que trae al inicio de la terapia será que su hijo le requiere gran
cantidad de atención y de tiempo, por lo que ha descuidado a sus otros hijos y
éstos se quejan por lo sucedido. Esta puede ser la figura de la madre, su
necesidad, aparentemente, es la de dedicar tiempo a todos sus hijos y no sólo al
que presente la discapacidad.

2. Negociación o consenso entre el terapeuta y el paciente.

Es importante que el terapeuta explique a su paciente que su participación en la


terapia implicara realizar “experimentos” que incrementen su darse cuenta; el
experimento consiste en que la persona se ponga en contacto con sus
sensaciones corporales a través de la técnica que el terapeuta considere
adecuada de acuerdo a lo que quiera explorar en el paciente.

3. Generación de autoapoyo tanto para el terapeuta como para el paciente.


Hemos mencionado que la relación terapéutica debe establecerse como yo-tú, es
decir, sin estatus ni jerarquías, el terapeuta se mostrará en la sesión tal como es
él e identificará sus propias sensaciones, cuando las haya, que le suscite el
momento en que escucha al paciente. Quizá, en nuestro ejemplo, el terapeuta
esté siendo absorbido por el trabajo y haya descuidado a su familia, al escuchar a
la madre e identificarse con su problema, puede caer en el error de proyectar en
la paciente su propia necesidad y descuidar o pasar por alto figuras de la paciente
que se deben trabajar. En cambio cuando toda su atención está centrada sólo en
la paciente y deja en ese momento sus propias necesidades a un lado, el trabajo
puede ser favorable para ambos.

4. Exploración del nivel de darse cuenta.

“Por lo general, al darse cuenta lo anteceden una serie de sensaciones distintas,


cuando el terapeuta puede atender a la conducta no verbal del paciente, y casi en
forma simultánea a sus propias sensaciones, tendrá una serie de observaciones
de él mismo y del otro en cada momento de la sesión; sólo entonces el terapeuta
será capaz de tener una figura clara de lo que está sucediendo con él y con el
paciente”.

5. Graduación y selección del experimento.

De acuerdo con la “figura” que el paciente traiga a la sesión, es importante que el


terapeuta vaya graduando “hacia arriba o hacia abajo, el nivel de dificultad de un
experimento, para alcanzar el nivel óptimo de ejecución para el paciente en ese
momento”. Es decir, si el terapeuta observa que al paciente le cuesta trabajo
“enfrentarse” a un aspecto de su vida, debe graduar hacia abajo el experimento.
Si por el contrario no le aporta nada nuevo, deberá graduarse hacia arriba.

6. Localizar y movilizar la energía congelada en el paciente.

Partiendo de la premisa de que en el organismo existe un flujo de energía que se


desliza en todas las direcciones, el terapeuta debe identificar mediante su
observación aquella o aquellas partes del cuerpo de la persona donde la energía
está bloqueada y comenzar el trabajo para hacerla fluir.

7. Focalización.

La atención del terapeuta se centrará en la figura que sea necesario trabajar, ésta
se puede ubicar cuando el paciente haga recurrente alusión a un tema o cuando
veamos que su cuerpo presenta algún movimiento repetido o exagerado; pueden
surgir diversas figuras, sin embargo, se debe trabajar con aquella que el paciente
necesite expresar y en la medida de lo posible con las otras que también son
importantes para él.

8. Activación.

Al ubicar la figura, el terapeuta utilizará el experimento que sea adecuado y


permita explorar el darse cuenta del paciente; esto puede implicar movilizar la
energía bloqueada. Como mencionamos en nuestro ejemplo, podemos utilizar la
relajación o la intensificación de su movimiento.

9. Relajación.

Esta se alcanza por medio de la enseñanza de ejercicios en zonas específicas del


cuerpo.

10. Asimilación de lo sucedido.

Es imprescindible que el terapeuta pregunte al paciente en cada sesión qué fue lo


que aprendió y de qué se dio cuenta, con el objeto de evitar hacer inferencias de
lo que “cree” se llevó el paciente, siempre es mejor que lo verbalice. Es el
momento en que se produce el insight de la paciente.

En nuestro ejemplo, quizá la señora se haya dado cuenta de que la que requiere
tiempo y se ha descuidado por la discapacidad de su hijo es ella misma y que
reconozca que sí está enojada con su hijo por absorberla tanto tiempo. El
reconocer los sentimientos es un gran paso dentro de este marco de trabajo y
permite que el paciente siga explorándose así mismo.

Reglas de la Gestalt

Algunas de estas reglas pueden ser aplicadas como pautas para la terapia
individual; sin embargo, su empleo principal se da en la terapia de grupo, en los
grupos de encuentro. Las principales reglas son las siguientes:

 La relación Yo-Tú: Con este principio procuramos expresar la idea de que


la verdadera comunicación incluye tanto al receptor como al emisor. Al
preguntar ¿A quién le estás diciendo eso? se le obliga al sujeto a enfrentar
su renuencia a enviar el mensaje directamente al receptor, al otro. De este
modo suele solicitársele al paciente que mencione el nombre de la otra
persona; que le haga preguntas directas ante cualquier duda o curiosidad;
que le exprese su estado de ánimo o sus desacuerdo, etc. Se busca que
tome conciencia de la diferencia que hay entre "hablarle a" su interlocutor y
"hablar" delante de él. ¿En qué medida estás evitando tocarlo con tus
palabras? ¿Cómo esta evitación fóbica para el contacto se expresa en tus
gestos, en el tono de tu voz, en el rehuir su mirada?
 Asumir la propiedad del lenguaje y la conducta, o sea,
responsabilizarse de lo que se dice y/o se hace. Esto se vincula
directamente con el lenguaje personal e impersonal. Es común que para
referirnos a nuestro cuerpo, a nuestras acciones o emociones, utilicemos la
2º ó 3º persona. "Me causas pena" en lugar de "Yo siento pena"; "Mi
cuerpo está tenso" en lugar de "Yo estoy tenso", etc. Merced al simple
recurso de convertir el lenguaje impersonal en personal aprendemos a
identificar mejor la conducta y a asumir la responsabilidad por ella. Como
consecuencia, es más probable que el individuo se vea más como un ser
activo, que "hace cosas", en lugar de creerse un sujeto pasivo, al que "le
suceden cosas". Las implicancias para la salud mental y para dejar atrás
nuestras “neurosis” son obvias.
 En Gestalt está prohibido decir "no puedo"; en su lugar se debe decir
"no quiero", esto es, ser asertivo. Ello debido a que muchas veces el
sujeto se niega a actuar, a experimentar, a entrar en contacto,
descalificándose antes de intentarlo siquiera. No se puede obligar a la
persona a hacer algo que no desea, pero sí se le puede exigir
responsabilidad, a asumir las consecuencias de su decisión evasiva, para
lo cual un honesto "no quiero" es lo más adecuado. Del mismo modo,
también deben evitarse o hacer que el paciente se de cuenta de sus
"peros", "por qués", "no sé", etc. Hay que recordar que en el ser humano el
lenguaje es uno de los medios de evitación por excelencia: se puede hablar
de todo y no entrar en contacto con nada, poner entre nosotros y la
realidad una muralla de palabras.
 El continuum del darse cuenta: El dejar libre paso a las experiencias
presentes, sin juzgarlas ni criticarlas, es algo imprescindible para integrar
las diversas partes de la personalidad. No buscar grandes descubrimientos
en uno mismo, no "empujar el río", sino dejarlo fluir solo, libremente.
 No murmurar: Toda comunicación, incluso las que se supone son
"privadas" o que "no interesan al grupo", debe ventilarse abiertamente en él
o en su defecto evitarse. Las murmuraciones, los cuchicheos sobre los
demás, las risitas cómplices, son evitaciones, formas de rehuir el contacto,
además de faltar el respeto al grupo e ir contra su cohesión al establecer
temas "que no le competen" en su presencia. Esta regla tiene por fin el
promover sentimientos e impedir la evitación de sentimientos.
 Traducir las preguntas en afirmaciones; salvo cuando se trata de datos
muy concretos. Preguntas como "¿Puedo ir al baño? ¿Me puedo cambiar
de sitio? ¿Me puedo ir?", etc., deben ser traducidas como "Quiero ir al
baño; Me quiero cambiar de sitio; Me quiero ir". Así, el preguntón asume su
responsabilidad y las consecuencias de lo que afirma, en lugar de adoptar
una postura pasiva y de proyectar su responsabilidad en el otro, a fin de
que él le dé la autorización.
 Prestar atención al modo en que se atiende a los demás. ¿A quién le
prestamos atención? ¿A quién ignoramos?, etc.
 No interpretar ni buscar "la causa real" de lo que el otro dice. Simplemente
escuchar y darse cuenta de lo que uno siente en función a dicho contacto.
 Prestar atención a la propia experiencia física, así como a los cambios de
postura y gesto de los demás. Compartir con el otro lo que se observa, lo
obvio, mediante la fórmula de "ahora me doy cuenta de ...".
 Aceptar el experimento de turno; correr riesgos al participar en la discusión.
Considerar, aunque no se haga explícito, que todo lo dicho y vivido en el
grupo es estrictamente confidencial.

El ciclo de la experiencia en Gestalt

Según las técnicas de la Gestalt, el llamado ciclo de la experiencia es el núcleo


básico de la vida humana, dado que ésta no es más que la sucesión interminable
de ciclos. También se le conoce como el "Ciclo de la autorregulación
organísmica", pues se considera que el organismo sabe lo que le conviene y
tiende a regularse por sí mismo. La conceptualización de este ciclo pretende
reproducir cómo los sujetos establecen contacto con su entorno y consigo
mismos. Explica también el proceso de formación figura/fondo: cómo surgen las
figuras de entre el fondo difuso, y cómo una vez satisfecha la necesidad dicha
figura vuelve a desaparecer.

El ciclo de la experiencia se inicia cuando el organismo, estando en reposo, siente


emerger en sí alguna necesidad; el sujeto toma conciencia de ella e identifica en
su espacio algún elemento u objeto que la satisface, vale decir, que dicho
elemento se convierte en figura, destacando sobre los demás que son el fondo.
Acto seguido, el organismo moviliza sus energías para alcanzar el objeto deseado
hasta que entra en contacto con él, satisface la necesidad y vuelve a entrar en
reposo nuevamente.

Etapas del ciclo Gestáltico

En el esquema clásico del ciclo se identifican seis etapas sucesivas:


1) Reposo;
2) Sensación;
3) Darse cuenta o formación de figura;
4) Energetización;
5) Acción ; y
6) Contacto.

1. En el reposo o retraimiento el sujeto ya ha resuelto una Gestalt o


necesidad anterior, y se encuentra en un estado de equilibrio, sin ninguna
necesidad apremiante. Su extremo patológico puede ser el autismo.
2. En la sensación el sujeto es sacado de su reposo porque siente "algo"
difuso, que todavía no puede definir. Como por ejemplo, puede sentir
movimientos peristálticos o sonidos en su estómago, o sino cierta
intranquilidad.
3. En el darse cuenta, la sensación se identifica como una necesidad
específica (en los ejemplos anteriores, como hambre o como preocupación,
respectivamente) y se identifica también aquello que la satisface: se
delimita cierta porción de la realidad que adquiere un sentido vital muy
importante para el sujeto, es decir, se forma una figura.
4. En la fase de energetización el sujeto reúne la fuerza o concentración
necesaria para llevar a cabo lo que la necesidad le demanda.
5. En la acción, fase más importante de todo el ciclo, el individuo moviliza su
cuerpo para satisfacer su necesidad, concentra su energía en sus
músculos y huesos y se encamina activamente al logro de lo desea.
6. En la etapa final, el contacto, se produce la conjunción del sujeto con el
objeto de la necesidad; y, en consecuencia, se satisface la misma.

La etapa culmina cuando el sujeto se siente satisfecho, puede despedirse de este


ciclo y comenzar otro. Así ad infinitum.

Entre los diversos eslabones que conforman el ciclo se pueden formar


autointerrupciones, dando lugar a diversos tipos de patologías. Allí también
actúan los mecanismos de defensa. En términos generales, se puede decir que el
ciclo de la experiencia, dado en un contaxto específico y significativo, constituye
en sí misma una Gestalt.

Un ciclo interrumpido es una Gestalt inconclusa; un ente que parasitará al


organismo consumiendo su energía hasta verse satisfecho.

El proceso de la psicoterapia Gestalt

En síntesis, la Psicoterapia Gestalt persigue:

Vivir en el ahora.
Vivir en el aquí.
Dejar de imaginar y fantasear en exceso sustituyendo al contacto real.
Dejar de pensar innecesariamente sustituyendo a la acción.
Dejar de aparentar o jugar al "como sí".
Expresarse o comunicar.
Sentir las cosas desagradables y el dolor.
No aceptar ningún "debería", más que los propios, impuestos por uno
mismo en base a nuestras necesidades y experiencias.
Tomar completa responsabilidad de las acciones, sentimientos, emociones
y pensamientos propios.
Sea lo que Ud. es... sin importar lo que Ud. sea.

INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA PARA PADRES DE PERSONAS


CON DISCAPACIDAD DESDE UN ENFOQUE GESTALT

Los padres de niños con discapacidad experimentan frecuentemente fatiga,


depresión, baja autoestima e insatisfacción interpersonal. Aunque dichos
trastornos guardan una relación directa con la clase de discapacidad que el niño
presenta y la gravedad de los trastornos de conducta presentes. En ello coincide
Cabezas (2001) al mencionar que se deben tener en cuenta factores como el
nivel cultural y económico, la presencia o no de más hijos y la severidad de la
discapacidad; a mayor grado de severidad de los problemas en los niños, mayor
es el nivel de estrés generado en los padres.

Entre los trastornos más asociados con discapacidad se encuentran la Parálisis


Cerebral Infantil (PCI), los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y el Síndrome de
Down, aunque se presentan otras discapacidades que no son menos importantes,
como los trastornos por Déficit de Atención y malformaciones congénitas.

Entre los aspectos que requieren trabajarse al interior de las familias de niños con
discapacidad, están, según Cabezas (2001):

 Actitudes hacia la discapacidad: en esta categoría se consideraron las


opiniones que los padres tienen acerca de la discapacidad de su hijo o hija.
Se investigan los sentimientos, pensamientos, emociones y conductas más
frecuentes en la familia, a partir del nacimiento del niño con discapacidad.
 Expectativas: el futuro de la familia es un aspecto que cambia a partir del
nacimiento de un hijo con discapacidad, puesto que esto rompe con una
serie de planes establecidos por la familia; es por eso que en esta
categoría se analizan las expectativas o sentimientos de esperanza que la
familia mantiene o modifica.
 Cambios en la estructura familiar: a partir del nacimiento del niño con
discapacidad, la estructura familiar se modificará y este cambio se
manifestará en las diferentes relaciones interpersonales dentro de la
familia.
Es por eso que el análisis de esta categoría se realiza a partir del modelo
estructural de la familia y retomando los cambios ocurridos principalmente
en los diferentes aspectos: individual, conyugal (entre pareja), parental
(entre padres e hijos) y fraterno (entre hermanos).
 Conflictos generados: se consideran conflictos aquellos enojos,
discusiones o peleas frecuentes entre los miembros de la familia, de tal
forma que un conflicto es todo aquel evento que produce una mala
interacción entre los miembros de la familia, teniendo consecuencias
negativas para uno o más de ellos.

EVALUACIÓN E INTERVENCIÓN EN FAMILIAS DE PERSONAS CON


DISCAPACIDAD

Verdugo (2004) menciona que el grado de afectación de la vida familiar,


profesional y social de las familias que cuentan con un integrante con
discapacidad debe ser evaluada ampliamente, para planificar acciones que
permitan una intervención integral.

La intervención con familias de personas con alguna discapacidad tiene en sí


misma un carácter interdisciplinar. La psicología cuenta con un cuerpo de
conocimientos que junto con instrumentos y técnicas psicológicas avaladas
experimental y científicamente capacita a sus profesionales para intervenir
eficazmente (Ortiz, 2007). De esta manera, se logrará que las familias sean
más eficaces y capaces de asumir durante un periodo prolongado de tiempo el
cuidado responsable de su familiar, facilitando su adaptación, reduciendo su
vulnerabilidad, potenciando sus recursos y detectando casos que requieran
atención especializada.

Así, apoyos familiares eficaces ayudarán a las familias a desempeñar sus


funciones de cuidado con menos malestar psicológico y más satisfacción de
como lo harían sin esos apoyos. Por lo tanto, se deben ofrecer no sólo
servicios a las personas con discapacidad sino también a las familias
cuidadoras.

También se debe considerar que la familia es parte esencial a la hora de


orientar y generar recursos y servicios para el bienestar de la persona con
discapacidad. Como cualquier otra persona, quien tiene discapacidad,
necesita de un entorno próximo equilibrado, cálido afectivamente, donde sus
cualidades y posibilidades sean tomadas en consideración y resulten
potenciadas
Demandas del niño al sistema familiar que provocan desgaste emocional

Con frecuencia se puede observar la frustración que los padres experimentan


ante la recepción del diagnóstico de un hijo con discapacidad, y esta puede ser
aún mayor si las demandas que el niño genera no son consideradas en su
totalidad. Sin embargo, cuando el sistema familiar apoya este evento, la carga
emocional en los padres suele ser menor. En una investigación sobre familias de
niños con síndrome de Down, relaciona tres fuentes de demandas en atención y
cuidados que los padres deben cumplir (Cunningham, 2000):

a) Demandas de cuidados. - hace referencia al nivel personal de


independencia en el niño (alimentación, vestimenta, aseo personal), salud
y movilidad. Estas necesidades se ven relacionadas con finanzas,
vivienda, transporte, ayuda en casa, apoyo en el cuidado del niño, dietas
especiales, etc.
En ciertos grupos familiares, estas demandas reflejarán los sistemas de
creencias, proporcional a favorecer la autosuficiencia en el niño y la
habilidad en la resolución de problemas cuando buscan ayuda y
orientación.

b) Demandas de supervisión. - el tiempo en que el niño pueda quedarse


sólo o en compañía de otras personas ajenas a los padres, está
relacionado con el comportamiento y la facilidad de manejo que tengan
sobre él, están asociadas frecuentemente con recursos psicológicos,
basados en valores de los padres acerca de comportamiento del niño y su
habilidad para aplicar procedimientos de manejos apropiados y
consistentes. A mayor necesidad de supervisión mayores impedimentos
sociales tiene la familia (Bedoya y Builes, 2013).

c) Demandas afectivas. - algunos padres experimentan pocos sentimientos


de realización en su papel paternal. Al inicio es difícil la demostración de
sentimientos positivos hacia el niño, y esto suele darse, en algunos casos
por la falta de conductas afectivas y respuestas por parte de su hijo, dichos
sentimientos son comunes después de la revelación del diagnóstico.

La familia, apoyo fundamental en la rehabilitación

En los procesos de rehabilitación, las personas con discapacidad no solo


necesitan recibir apoyo de especialistas del área de la salud mental, sino también
de su familia y del cuidador. Por este motivo, la doctora Catalina Gómez, fisiatra
de la Clínica Universidad de La Sabana, explica la importancia de este apoyo.

Las personas con discapacidad sufren un impacto emocional bastante grande,


porque las dinámicas personales y familiares cambian”, afirma la doctora Catalina.
La familia cumple un papel fundamental en la rehabilitación: “Un paciente con un
grupo familiar dispuesto a apoyarlo y acompañarlo tiene gran parte del proceso
ganado. La familia es un apoyo indiscutible en las partes emocional y física.
Cuando un paciente tiene dificultades en el entorno familiar, sus procesos y sus
resultados son mucho más lentos; además, la persona tiene mayor riesgo de
sufrir depresión y de sentirse triste.

La especialista recomienda a las familias motivar al paciente durante la


rehabilitación con expresiones como “tú puedes lograrlo”, “aquí estamos” o
“cuenta con nosotros”, con el fin de que tenga una exigencia proporcional a su
condición, puesto que se puede caer en el error de sobreprotegerlo, volverlo más
dependiente y aumentar su sentimiento de minusvalía.

Por otro lado, sin importar el grado de discapacidad o de dependencia, las


personas requieren el acompañamiento de un cuidador. “El cuidador es el pilar
fundamental del tratamiento: ayuda en los desplazamientos, supervisa qué debe
hacerse en casa, prepararse para los cuidados que vienen, apoya los ejercicios
en casa que permiten fortalecer el trabajo de las terapias, organiza los tiempos en
la casa, las salidas y el tiempo libre”, explica la doctora.

El amor familiar y la estimación por parte del grupo social son factores
motivadores para los pacientes y permiten obtener resultados satisfactorios.
INCLUSIÓN DE PERSONAS CON DISCAPACIDADES
Inclusión de personas con discapacidades: garantizar que todo el mundo tenga las
mismas oportunidades de participar en todos los aspectos de la vida al máximo de
sus capacidades y deseos.
Incluir a personas con discapacidades en las actividades cotidianas y animarlas a
que tengan roles similares a los de sus compañeros que no tienen una
discapacidad es lo que se conoce como inclusión de personas con
discapacidad. Esto implica más que simplemente animar a las personas; es
necesario garantizar que haya políticas y prácticas adecuadas vigentes en una
comunidad u organización.

La inclusión debería llevar a una mayor participación en roles y actividades de la


vida que son socialmente previstos, como ser estudiante, trabajador, amigo,
miembro de la comunidad, paciente, esposo, pareja o padre.

Las actividades socialmente previstas también pueden incluir participar en


actividades sociales, utilizar recursos públicos como transporte y bibliotecas,
desplazarse dentro de comunidades, recibir atención médica adecuada,
relacionarse con otras personas y disfrutar otras actividades del día a día.

Inclusión de las personas con discapacidades y la salud


La inclusión permite que las personas con discapacidades aprovechen los
beneficios de las mismas actividades de prevención y promoción relacionadas con
la salud en que participan quienes no tienen una discapacidad. Los ejemplos de
estas actividades incluyen:

 programas de educación y consejería que promuevan la actividad física,


mejoren la nutrición o reduzcan el consumo de tabaco, alcohol o drogas; y
 mediciones de la presión arterial y del colesterol durante exámenes
médicos anuales, y pruebas de detección de enfermedades como las
cardiacas, el cáncer y la diabetes.
La inclusión de personas con discapacidades en estas actividades comienza con
la identificación y eliminación de los obstáculos para su participación.

¿Por qué esto es importante?


De acuerdo con la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad de las Naciones Unidas, “las personas con discapacidades incluyen
a aquellas que tengan deficiencias físicas, mentales, intelectuales o sensoriales
(como de audición o visión) a largo plazo que, al interactuar con diversas barreras,
puedan impedir su participación plena y efectiva en la sociedad, en igualdad de
condiciones con los demás”. 1

Las personas con discapacidades enfrentan desventajas significativas con


respecto a la salud, como son:

 los adultos con discapacidades tienen más probabilidades de tener


enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes o cáncer
que los adultos sin discapacidades;
  los adultos con discapacidades tienen más probabilidades de ser
fumadores que los adultos sin discapacidades; y
 las mujeres con discapacidades tienen menos probabilidades de haberse
hecho una mamografía para detectar cáncer de mama que las mujeres sin
discapacidades.
Aunque la discapacidad se relaciona con afecciones (como la artritis, o afecciones
mentales o emocionales) o eventos (como las lesiones), el funcionamiento, la
salud, la independencia y la participación en la sociedad de las personas con
discapacidades pueden variar dependiendo de varios factores:

 Gravedad de la deficiencia subyacente


 Influencias y expectativas sociales, políticas y culturales
 Aspectos de entornos naturales y construidos
 Disponibilidad de tecnología y dispositivos de asistencia
 Apoyo y participación de la familia y la comunidad
La inclusión de personas con discapacidad significa entender la relación entre la
manera en que las personas funcionan y cómo participan en la sociedad, así como
garantizar que todas tengan las mismas oportunidades de participar en todos los
aspectos de la vida al máximo de sus capacidades y deseos.

Bibliografías

Salama, H. y Villarreal, P. (1981). El enfoque Gestalt. Una perspectiva curricular.


México: Manual Moderno. Satir,
V. y Baldwin, M. (1995). Terapia Familiar, paso a paso. México: Paz.
Sinay, S. y Blasberg, P. (2002). Gestalt para principiantes. Buenos Aires: Era
Naciente.
Verdugo, A. (1998). Personas con discapacidad. Perspectivas psicológicas y
rehabilitación. Madrid: Siglo XXI España.
Yontef, G. (2002). Proceso y diálogo en Psicoterapia Gestalt. Chile: Cuatro
Vientos.

Linkografias

https://www.psicologia-online.com/psicoterapia-gestalt-conceptos-
principios-y-tecnicas-2278.html#anchor_6
https://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/disabilityandhealth/disability-
inclusion.html
https://www.clinicaunisabana.edu.co/pacientes/educacionalpaciente/
educacion-articulos/rehabilitacion/la-familia-apoyo-fundamental-en-la-
rehabilitacion-de-las-personas-con-discapacidad/
file:///C:/Users/pc/Downloads/6267714.pdf
file:///C:/Users/pc/Downloads/la%20familia%20ante%20la
%20discapacidad..pdf
file:///C:/Users/pc/Downloads/
Guiaintervencionapoyofamiliaspersonascondiscapacidad.pdf
file:///C:/Users/pc/Downloads/0602889.pdf

También podría gustarte