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La cultura olmeca fue la primera en Mesoamérica que fundó las sociedades y

centro urbanos. Los olmecas comenzaron con las prácticas culturales y religiosas
que después se integrarían a los grupos mesoamericanos que les precedieron.

Ubicación

Durante el Periodo Preclásico Mesoamericano (2500 a.C – 200 d.C), los


olmecas (“habitantes de la región del hule”) habitaron fundamentalmente en
lo que hoy es parte del sureste del estado de Veracruz y el oeste de Tabasco.
Esta región olmeca de clima muy cálido y húmedo, y siempre irrigada, estuvo
cubierta desde entonces por una densa selva tropical, con suelos cíclicamente
inundados ricos en humus y petróleo que se encuentra aquí a flor del suelo entre
la vegetación.

RELIGION

Lo cierto es que las redes comerciales mesoamericanas hicieron que con el


tiempo muchos de estos rasgos culturales olmecas se extendieran más allá de sus
metrópolis originales, cuestiones como por ejemplo el culto a la Serpiente
Emplumada que adoptaron muchas de las culturas posteriores; de hecho,
Coatzacoalcos, zona eminentemente olmeca, quiere decir: “Lugar donde se
esconde la serpiente”, que fue por donde cuenta la leyenda que Quetzalcóatl huyó
hacia Centroamérica.
Es pues, un hecho incontrovertible, que la cultura olmeca tuvo una influencia
cultural y religiosa determinante en todo Mesoamérica, por lo menos hasta el
final del Periodo
CLIMA

Esta región olmeca de clima muy cálido y húmedo, y siempre irrigada, estuvo
cubierta desde entonces por una densa selva tropical, con suelos cíclicamente
inundados ricos en humus y petróleo que se encuentra aquí a flor del suelo entre
la vegetación.

ECONOMIA

La escritura olmeca es considerada la más antigua de América. Fueron ellos


entonces los más antiguos epígrafes del continente, y también ellos crearon
los primeros glifos y calendarios.

Sin embargo, son sus representaciones artísticas, es decir su maestría en la


talla de la piedra, por lo que la mayoría los reconoce y admira, y si no basta
decir que los olmecas fueron los creadores de las fantásticas y enigmáticas
cabezas colosales, sin duda la expresión artística y cultural que más los
representa, y quizá lo más extraordinario del asunto es que los yacimientos
pétreos más cercanos a sus asentamientos principales que fue donde fueron
halladas estas, se encuentra a más de 100 kilómetros de distancia.

ACTUALIDAD

En total han sido 17 las cabezas colosales halladas hasta el momento en los
principales asentamientos olmecas, esculturas que van desde las seis toneladas
hasta la 40 toneladas de peso aproximadamente. Se trata de representaciones de
gobernantes y guerreros, y todas ostenta tocados y características estéticas
distintas.

San Lorenzo Tenochtitlán, La Venta y Tres Zapotes

Son tres los asentamientos más importantes de la cultura olmeca que están
abiertos al público:

San Lorenzo Tenochtitlán es el más antiguo y se encuentra en el municipio


de Texistepec en la cuenca del río Coatzacoalcos en Veracruz. Aunque en la
zona se pueden observar varios montículos y basamentos originales de las
pirámides de lo que fuera una ciudad importante con varios miles de habitantes,
sus cabezas colosales y sus decenas de esculturas fueron trasladadas al Museo
de Antropología de Xalapa.

La Venta es la zona arqueológica olmeca más interesante para visitar; está


en el municipio de Huimanguillo en el estado de Tabasco y fue el centro
ceremonial y poblacional más importante de la cultura olmeca. Se encuentra
justo en los límites de los estados de Veracruz y Tabasco, en la zona
pantanosa del río Tonalá.

Tres Zapotes, en la llanura del Papaloapan, en el municipio de Santiago


Tuxtla en el estado de Veracruz, es otro de los centros urbanos más
desarrollados de la cultura olmeca, donde se encontraron dos cabezas colosales
que han sido reubicadas.

En fin, la cultura olmeca fue la primera en Mesoamérica que fundó las sociedades
y centro urbanos iniciales, con ella dieron inicio las primeras prácticas
culturales y religiosas que después se fueron integrando paulatinamente a
las culturas mesoamericanas que les precedieron, sociedades teocráticas y
con los mismos patrones urbanos de asentamiento, de comercio y de
intercambio. De ahí pues que se le considere la Cultura Madre de nuestro
país.

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