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UNIVERSIDAD DE CHILE
FACULTAD DE MEDICINA
UNIVERSIDAD DE CHILE
Santiago
Chile
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adorr@med.uchile.cl
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cbanzl@vtr.net
I. Introducción
Los trabajos sobre institucionalización del niño, realizados por Bowlby destacan
el carácter anómalo de las condiciones ambientales en las grandes
instituciones que se caracterizan por la masificación, lo que conlleva a una
despersonalización en el trato y a la deprivación de estímulos verbales y
emocionales. El autor llegó a la conclusión que la pérdida de la figura materna,
puede producir reacciones y procesos psicopatológicos como, por ejemplo,
desarrollo de personalidades incapaces de afecto y psicopáticas. (Bolwby, 1998,
pp. 22). En general, el concepto de deprivación materna suele referirse a tres
circunstancias:
El retraso cognitivo y del lenguaje son más intensos cuanto mayor es el grado
de deprivación sensorial y verbal que el niño ha sufrido. El retraso en el
lenguaje adquiere relevancia, ya que constituye un mal pronóstico respecto al
éxito escolar futuro. El trastorno de la empatía y de la socialización constituyen
un mal pronóstico para la posterior adaptación social en la adolescencia y la
adultez. La apatía y la inadecuada discriminación social, pueden ser síntomas
precursores de impulsividad, falta de sentimientos adecuados de empatía y
culpabilidad, conductas agresivas y dificultad para establecer relaciones
interpersonales profundas en la vida adulta. (Mardomingo, 1994).
acumulado. (Winnicott, 1995). Hay una carencia de una figura significativa, que
sea para él, accesible, sensible y continua en el tiempo, por lo tanto, no
configura vínculos, o si estos existían previamente, se rompen. Esta experiencia
temprana es de especial importancia para determinar cierto ajuste y seguridad
en sus relaciones futuras. (op.cit).
En un estudio realizado en el 2006 con niños institucionalizados por el Centro
Psicológico de la Universidad Santo Tomás, se demostró como el hecho de
recorrer la infancia con carencias afectivas por la falta de un vínculo estable y
duradero, trae consecuencias psicosociales importantes que se ven reflejadas,
no sólo en las dinámicas vinculares a lo largo de la vida, sino que también en su
nivel intelectual. (Polanco, 2006). Este estudio concluye que mientras mayor es
la rotación de personal que viven los niños en los hogares, más sentimientos de
frustración y pérdida se les producen, siendo prácticamente imposible que
establezcan relaciones afectivas estables y duraderas.
Un niño salvaje es una persona que ha vivido apartada del contacto humano
desde muy temprana edad, y que no ha tenido experiencia de cuidado, amor o
conducta social humana, pero sobre todo no ha tenido contacto con el lenguaje
humano. (http://www.absoluteastronomy.com/topics/Feral_child)
A lo largo de la historia, se ha conocido una gran cantidad de casos que fueron
estudiados por su interés sociológico, médico y lingüístico, y que según las
características en las que estos niños han estado aislados de la sociedad, se
clasifican en tres categorías:
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las charcas con la lengua, sin nunca usar las manos y tampoco reconocía su
imagen reflejada en un espejo. No había tenido ninguna estimulación intelectual
ni social humana, el único apoyo para su crianza había provenido de los perros
con los que convivía. Obviamente, no había estado expuesta a la estimulación
verbal, por lo que se le hizo muy difícil adquirir el lenguaje. La niña se
comunicaba a través de ladridos, como muestra la foto. Oxana fue llevada a vivir
a una clínica para discapacitados mentales, donde le enseñaron a caminar
verticalmente, y a comportarse como un ser humano, es decir, comer con las
manos y comunicarse, sin embargo, ella seguía mostrando su extraño
comportamiento
canino.(http://www.feralchildren.com/en/showchild.php?ch=oxana)
En una primera etapa, Oxana tenía un lenguaje sólo comprensivo, respondiendo
con monosílabos o ladridos. Evitaba el contacto con otros niños y con quienes
se sentía realmente feliz era con perros, con quienes jugaba, ladraba y corría en
cuatro pies. Oxana ha aprendido a hablar, lo cual se considera posible puesto
que ya tenía lenguaje al momento de empezar a ser criada por perros (tres
años). Sin embargo, los científicos que han estudiado su comportamiento
consideran que aún conserva ciertos rasgos caninos que se encuentran muy
arraigados en su psiquis. Cuando se estresa, vuelve a dormir acurrucada como
perro y cuando está sola, le gusta corretear con perros en “cuatro patas”.
En opinión de los expertos, los monos vervet que lo criaron son de los pocos
que tienen la capacidad de realizar una adopción como ésta. La altura de éstos
no sobrepasa los 80 cms. y pesan alrededor de cinco kilos. Estos monos viven
en bandas que suelen formar grupos que oscilan entre seis y 50 miembros, a los
que unen vínculos familiares. Incluso se los describe como animales altamente
sociales, que establecen profundos vínculos entre los componentes de la
manada. Su sistema de comunicación es bastante complejo e incluye voces,
gruñidos, gritos, gestos, posturas y actitudes, pudiendo indicar al resto del grupo
sobre peligros incipientes de manera discriminativa (diferentes sonidos para
serpientes, leopardos o águilas). (Audesirk, 1996).
John podía recordar cosas propias de un niño de cinco años, la edad que tenía
al perderse, como por ejemplo: "al principio no podía correr como los monos,
pero luego ya sí". O bien: "Jugábamos todo el tiempo". (Ferrer, 1999).
Fue adoptado por un matrimonio que dirigía un orfanato, quienes se hicieron
cargo de su crianza, poniéndole en la escuela. Lo llamativo de John ha sido su
voz privilegiada, razón por la cual forma parte de un coro. Los expertos que le
han analizado, dicen que el joven tiene ciertas limitaciones mentales, se
muestra tímido y reservado con los humanos, tiene problemas para aprender.
Sin embargo, ha podido entablar comunicación con diversos investigadores a
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quienes les ha confirmado que los monos lo cuidaban y protegían. (Vera, 2008).
Conclusiones:
El retraso cognitivo y del lenguaje se produce siempre que vemos deprivación
materna, ya sea en niños institucionalizados como también en los niños criados
por animales.
La literatura e investigación al respecto, nos muestra que el retraso cognitivo y
del lenguaje se produce siempre que vemos deprivación materna, ya sea en
niños institucionalizados como también en los niños ferales.
Sin embargo, en el caso de los niños institucionalizados, no se debe a la
ausencia de cuidado humano, sino más bien al carácter anómalo de la
estimulación y a las condiciones ambientales que se caracterizan por
masificación y despersonalización en la atención y cuidado que recibe el niño.
Esto lleva a que también su capacidad de socialización y empatía se vean
afectados, lo cual repercute en el desarrollo de su personalidad, y por ende en
su conducta futura.
En el caso de los niños criados por animales las funciones cognitivas pueden
verse mucho mas afectadas que en el caso de los niños institucionalizados, ya
que éstos ni siquiera han estado expuestos a la estimulación humana
lingüística. Sin embargo, observamos que en algunos casos (Cau Cau, John
Ssabunnya, Kamala) se conserva la capacidad para dar y recibir afecto como
también el aprendizaje de la conducta social, aún cuando persista el retraso
cognitivo, algo que puede ser imposible para algunos niños institucionalizados.
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La capacidad de vínculo puede ser estimulado por animales de mejor modo que
por instituciones despersonalizadas. Respecto de la capacidad de afecto y
empatía, tan necesarios para la convivencia social y desarrollo de la humanidad
e incompatibles con las conductas y sentir antisocial o psicopático, creemos que
la descripción que se realiza en la literatura, nos aporta los siguientes
elementos: en el caso de los niños institucionalizados, la capacidad de
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Es por ello que creemos que estos hechos nos muestran como la capacidad de
afecto y empatía, que son actitudes incompatibles con las conductas y sentir
antisocial o psicopática, y que además son tan necesarios para la convivencia
social y desarrollo de la humanidad, son mas posibles que se desarrollen siendo
cuidado por ciertos animales antes que por humanos incapaces de brindar el
calor y afecto personalizado que requiere la crianza de un niño para un
desarrollo óptimo y sano de la persona.
Bibliografía
3) Bascuñán, M.L. Infancia (. 2009) Desarrollo del recién nacido hasta los
dos años de edad (cap 7). En: Psicología General y Evolutiva. Chile. Ed.
Mediterráneo. Pp. 229-160.
8) Ferrer, I. (1999) Reportaje: “John, el último niño salvaje del siglo”. Diario
El País.
1) http://www.absoluteastronomy.com/topics/Feral_child)
2) www.feralchildren.com/en/showchild.php?...oxana
3) http://leenfantsauvage1d.wordpress.com/
4) contacto.canal13.cl/.../Itplqcontacto2005_reportaje_galeria_tpl.ht