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Tema 10.

La concepción del ser humano en el


existencialismo de Sartre.

Punto 1. Introducción. Sentido general de su filosofía.

En el existencialismo la reflexión filosófica se centra en la existencia


humana, en lo particular. Así, la esencia del ser humano es su existir.
Esta corriente se distribuye en existencialismo cristiano y en existencialismo
ateo. Kierkegaard es uno de los máximos representantes del existencialismo
cristiano. Sartre se enmarca en el existencialismo ateo.
Influencias de Sartre: Kierkegaard, quien presenta el conflicto entre la razón
y la fe para ubicar el verdadero conocimiento en la fe. Nietzsche y Husserl
con su fenomenología son también influencias existencialistas.
La obra más destacada de Sartre es El ser y la nada (1943).
El punto de partida de la filosofía de Sartre es su ateísmo. Es uno de los dos
filósofos que han tratado de demostrar la no existencia de Dios. El otro es el
estadounidense Hanson.
Sartre afirma que todos los seres o bien son en-sí o para-sí. El ser en-sí es la
cosa o el objeto. El ser para-sí es consciente de sí mismo; su atributo
fundamental es la conciencia, el yo.
Para Sartre, Dios es concebido como una conciencia infinita. Esto es
contradictorio, pues una conciencia es para sí misma, limitada; por lo tanto,
no puede existir. Eliminando a Dios, quedaría sin sentido la propia
existencia. Por ello, la existencia carece de sentido. Igualmente,
desaparecen los valores, la vida es absurda.
Sartre afirma que los seres humanos están arrojados en la existencia, una
existencia que no entienden; están abandonados. Son personajes de una
obra dramática en un escenario que no saben qué ocurre, pero actúan.
El único agarradero es la propia libertad. Sartre enarbola una libertad casi
absoluta e ilimitada. Será el único fundamento de un posible valor. Cada ser
humano podrá elegir sus valores, pero serán absurdos y arbitrarios.

Punto 2. La concepción del ser humano.

Todo lo expuesto anteriormente implica que no hay naturaleza humana. El


ser humano es pura disponibilidad, no tiene esencia porque existe y la
existencia será la única esencia. Se da una unidad de la existencia humana.
Mientras se viva, se es libre.
Sartre desarrolla una serie de tesis sobre la condición humana:
La primera es la propia libertad. Afirma: “estamos condenados a ser libres”,
pues se vive se quiera o no y, una vez se existe, ya se es libre. No tiene
sentido elegir la vida: si se elige, ya se está viviendo. Una vez se vive se es

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libre para elegir siempre, al menos, dos posibilidades. De lo único de lo que
no se es libre es de dejar de ser libre. Ese es el único límite para la libertad.
La segunda tesis es la consciencia. El ser humano es consciente de sí
mismo. Es para sí mismo. La consciencia tiene necesariamente un objeto y
también es consciente de sí misma.
La tercera tesis es la nada. La nada es el horizonte de la propia existencia.
Se es algo para nada. Su papel crucial consiste en establecer una relación
conceptual entre la consciencia y la libertad.
Sartre afirma que el ser humano es consciencia desgraciada. Según Pascal,
una pasión inútil.
La libertad es el atributo de la consciencia. Si se es libre, se es consciente.
Sartre señala que hasta las propias emociones son elegidas. Se elige querer,
temer, estar triste, etc. Las emociones son elegidas con alguna intención. La
libertad llega hasta el extremo de no tener por qué sentir una u otra
emoción.
El concepto de angustia:
La angustia ha de contraponerse al miedo. El miedo es la amenaza de un
mal que puede sobrevenir. La angustia no tiene que ver con ningún mal, no
es por nada en concreto, es porque sí, va con la condición humana. Para
Sartre, la angustia nace de la propia libertad: se es libre, se tiene que elegir
sin pauta, meta o valor; se produce un sentimiento de angustia.
La angustia nace de la conciencia de la posibilidad (el ejemplo del
precipicio), de la conciencia de la propia libertad: una libertad para nada.
La angustia es dolorosa y se trata de evitar creyendo que no se es libre, lo
cual tranquiliza. Se inhibe así la responsabilidad de tener que elegir. La
angustia es la necesidad de tener que elegir.
Sartre califica el creer no ser libre como la mala fe, como lo inmoral. La
mala fe es la única puerta a la moral sartreana.

Punto 3. Consecuencias morales.

No hay un modo de vida recomendable en general porque no hay valores


objetivos. Lo único que se puede hacer es condenar cualquier mala fe. Se
debe aceptar la propia responsabilidad.
Se es responsable del argumento que vaya tomando la vida. Un argumento
que es absurdo. Se es absolutamente responsable de lo que se hace. El
único valor sería la propia sinceridad. Esta es una ética puramente formal.
La vida puede tomar sentido en cuanto proyecto que se va construyendo
mediante las elecciones mientras se vive. No obstante, no hay una meta.
Hay trayectoria en la que se pueden adoptar unos valores y ser consecuente
y sincero con ellos, pero no hay meta a la que lleven los valores; solo el
vivir; es absurdo.

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Sartre niega estados mentales ocultos. Todo lo que está en la mente es
conocido. Así, el autoconocimiento humano es total.

Punto 4. Valoración crítica.

Toda la teoría sartreana depende de la negación de la existencia de Dios.


Su idea de libertad apunta a algo que es cierto: en última instancia, la
libertad es absoluta. Pero se ha de tener en cuenta el condicionamiento
social y la coacción para determinar la libertad.
Hay poderosas razones para cumplir con las condiciones que se impongan,
pero se sabe que se puede ser libre de ellas.
Con respecto a su idea acerca de las emociones, es cierto que se puede
elegir mostrar ciertas emociones, incluso tenerlas; no obstante, hay casos
en los que las emociones parecen incontrolables.
Concepto de la mala fe: conduce a una moral de la pura transparencia
cueste lo que cueste. La mentira no podría encajar bien en una teoría como
la de Sartre, pues entraña mala fe.

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