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3.

HUMANISMO EXISTENCIALISTA

El fenomenológico debe entenderse en el sentido de que para Sartre la


conciencia no es un hecho neutral, sino un torbellino. La conciencia deja de ser
una substancia para descubrirse como una “relación” por hablar en términos
clásicos. O en otras palabras: el conocimiento objetivo es posible si se renuncia al
idealismo, que niega la cosa para verla como un contenido de conciencia, y si
renuncia también al materialismo que identifica la conciencia con la cosa. Con
Sartre la conciencia se reinstala en el mundo rechazando ambos extremos; se
vuelve, pues, problemática y, por lo tanto, se abre a la experiencia de la libertad y
la angustia.

Sartre ya había establecido que para que una conciencia pueda imaginar, es
necesario que escape al mundo por su misma naturaleza. En otras palabras: que
sea libre. Para poder imaginar, basta que la conciencia pueda ir más allá lo real
constituyéndolo como mundo, en la medida que la conversión en nada de lo real
está siempre implicada por su constitución en mundo. Esa libertad, que no es
arbitraria en la medida en que no basta con negar el mundo para imaginarlo, sino
que se da siempre en una determinada “situación”, es el dato fundamental de la
conciencia.

Definir al ser de la conciencia como libertad, equivale a definir el ser como


“existencia”, concepto central en la filosofía sartriana que, por tal motivo pronto se
caracterizó como existencialismo.

El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque


empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. El
hombre es el único que no sólo es tal como él se concibe, sino tal como él se
quiere.

En palabras de Sartre: No hay otro universo que este universo humano, el


universo de la subjetividad humana. Esta unión de la trascendencia como
constitutiva del hombre (no en el sentido en que Dios es transcendente, sino en el
sentido de rebasamiento) y de la subjetividad en el sentido de que el hombre no
está encerrado en sí mismo, sino presente siempre en un universo humano, es lo
que llamamos humanismo existencialista.

¿El hombre es libre?

Dado que la existencia precede a la esencia:

 Se descarta por completo la existencia de una naturaleza humana que pueda


determinar al hombre.
 No existe una escala de valores determinados a priori, sin
ningún fundamento, que permita guiar sus acciones.
El ser humano debe interpretar por sí mismo todos los signos y decidir hacia dónde
encaminar su proyecto de vida, con plena conciencia de que no puede (o no debe) tomar
decisiones basándose en excusas.

Es cada hombre quien decide como interpretar los signos, circunstancias y vicisitudes del
mundo.

Libertad implica responsabilidad

Si la existencia precede a la esencia y el hombre es el proyecto de lo que elige ser,


entonces debe asumir también su propia responsabilidad por lo que hace de sí mismo.

No hay un orden superior que lo determine, coarte o ate de ninguna manera. El hombre
debe asumir responsabilidad de su propia conciencia, escoger sus valores y tomar sus
propias decisiones. El existencialismo busca:

(...) poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él


la responsabilidad total de su existencia (Sartre).

Pero esto implica también que el hombre toma sus decisiones de manera responsable
respecto a toda la humanidad.

Por ello, Sartre invita a tomar decisiones ejemplares: elijo qué tipo de persona quiero ser,
y, al hacerlo, debo elegir de manera responsable respecto al resto de la humanidad.

De manera muy práctica, Sartre invita a preguntarnos ¿qué pasaría si todos hicieran lo
mismo que yo? Por lo tanto:

no hay ninguno de nuestros actos que, al crear al hombre que queremos


ser, no cree al mismo tiempo una imagen del hombre tal como
consideramos que debe ser (Sartre).

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