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“MI DERECHO TERMINA DONDE EMPIEZA EL DEL OTRO”

EMANUEL ANDRES TORRES VILLAMIZAR


CONSTITUCIONALISMO COLOMBIANO

Antes de hablar de cómo entiendo esta frase quiero hacer enfoque primeramente
a que todos como personas tenemos y nacemos con algo inherente llamado
derechos y libertades, de las cuales podemos gozar al transcurrir nuestro paso por
este mundo; el derecho a la vida, a la dignidad humana, a la igualdad, intimidad,
etc.
Ahora sí, cuando hablamos que el derecho de una persona termina donde
empieza el de la otra, quiere decir que yo tengo la libertad de hacer conmigo lo
que sea, pero la cuestión crucial seria, ¿Hasta qué punto puedo ejercer esa
libertad? ya que muchas veces cuando creemos tener el dominio de poder hacer
lo que quiera con X o Y cosa, no nos fijamos que muchas veces ocasionamos
daño a alguien o faltamos a su integridad humana.
Siendo así, pongo en ejemplo algo que está pasando a nivel mundial y es el tema
del aborto; esta frase puede verse o usarse de las dos partes. Algunas personas
argumentan que el derecho termina donde empieza el del otro, por tanto, todo el
mundo no puede decidir sobre el cuerpo de una persona de querer o no querer
concebir un hijo. Y viéndolo así, es válido lo que quieren dar a entender, pero, por
otro lado, movimientos próvida, iglesias tanto católicas como cristianas usan la
frase de forma que al haber un feto en el vientre ya hay vida, por tanto, la madre
no puede decidir por su hijo que ya vive, entonces el derecho de la madre termina
donde empieza el del bebe.
En cuanto al principio y al derecho de Igualdad, en mi opinión moral todos somos
iguales, todos somos humanos, todos nacemos de un vientre que nos da el mismo
alimento y nos protege de la misma manera, cuando crecemos y llegamos a
nuestra niñez y juventud soñamos de la misma manera. El crecer no nos debe
transformar en personas buenas o malas, el crecer es algo natural y el madurar en
valores es creer que somos capaces de mejorar lo que nuestros padres hicieron;
un día nosotros seremos los padres y ese es el momento apropiado para educar a
nuestros hijos y niños en los valores del respeto, la solidaridad y en que mi
derecho y mi libertad terminan donde empieza el del otro; que su color de piel,
religión, condición o capacidad no los hace diferentes a mí, sino que ellos son uno
más de la sociedad.
Para terminar, debemos aprender que, así como nuestros derechos, los de los
demás no son por un rato o tienen un tiempo limitado, sino que son para toda la
vida, y que, si logramos que el mundo y nuestras próximas generaciones
entiendan eso, hoy y mañana podremos mirar a nuestro prójimo a la cara sin ver

Universidad Cooperativa de Colombia – Facultad de Derecho – 3er Semestre


Constitucional Colombiano - 2019
las diferencias entre los unos y los otros, sino todo lo que nos une como individuos
que conforman la sociedad.

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