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La pornografía gratificante en el ser humano

La sexualidad es una extensión más del ser humano, forma


parte del buen desarrollo y la calidad de vida de las personas.
Es por esto que la industria del cine ha encontrado el nicho de
mercado perfecto para poder enriquecerse a su costa.
La Real Academia Española define la pornografía como “la
presentación abierta y cruda del sexo que busca producir
excitación”. Resulta para sus consumidores una herramienta
erógena más para experimentar placer y ampliar la vida sexual
de forma individual o en pareja. El problema surge cuando el
contenido de estas presentaciones no se ajusta con la práctica
real del acto, afectando seriamente en el desarrollo sexual y
afectivo de niños y adolescentes, y produciendo numerosas
patologías y disfunciones sexuales en adultos.
Aunque existen diversos tipos de pornografía así como
diferentes categorías a gusto del consumidor, la mayoría de la
pornografía heterosexual que se oferta tiene que ver con la
exhibición de contenidos sexuales obscenos, explícitos,
agresivos y genitalizados que desvirtúan la realidad; en estos el
rol que adquiere el hombre suele ser dominante y la mujer
sumiso, haciendo de esta un mero objeto sexual, acatadora y
complaciente de todos los deseos del compañero, aunque no
disfrute con ello. De esta manera se normalizan escenas que
promueven el sadomasoquismo, la pedofilia, la zoofilia, el
maltrato, la denigración y la violación tanto de forma individual
como en grupo.

ducar a los hijos en sexualidad: muchos padres aún sienten


cierto reparo a la hora de hablar con sus hijos al respecto. Una
buena educación sexual impartida por personas de confianza es
clave para un adecuado desarrollo sexual de niños y
adolescentes. Aportarles información acerca las diferencias
anatómicas y funcionales de los órganos sexuales masculinos y
femeninos, como estos funcionan de forma distinta y a distinto
ritmo, la normalización y la naturalidad del acto, el
consentimiento por ambas partes de la pareja a la hora de
realizar cualquier tipo de práctica sexual, la adopción de
actitudes basadas en el respeto y la igualdad, así como la
importancia del uso de métodos anticonceptivos para prevenir
embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual.
A este respecto, resulta muy importante crear en el hogar un
ambiente de confianza para poder resolver cualquier duda
respecto a la sexualidad, ya que los padres van a ser sin duda la
fuente más fiable de información.
Impartir talleres de sexualidad en los colegios por psicólogos y/o
otros profesionales expertos en el campo como prevención de
posibles problemas en salud sexual y mental: cada vez más
colegios ven necesario impartir educación sexual en sus aulas y
se suman a la propuesta aunque aún quedan muchos muros y
tabúes por derribar.
Supervisar todo aquello que los menores visualizan en internet
y restringir la aparición en cualquier dispositivo de publicidad
con contenido sexual.
Desmitificar el contenido de la pornografía y el poco paralelismo
que existe entre esta y la realidad.
Acudir al psicólogo en caso de notar cualquier problema de
conducta sexual.

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