Está en la página 1de 23

EL AUTOR

1.- La vida

Nacido hacia el comienzo de la era cristiana, en 35 a. C aproximadamente se convierte y pasa a formar parte de
los seguidores de Cristo. Muere mártir bajo el imperio de Nerón. La inscripción de Delfos es el punto de
referencia más seguro para su biografía.

Hay dos esquemas cronológicos de su vida: el tradicional clásico que se basa en los Hechos de los
Apóstoles, y el crítico que se basa en las Cartas.

Tradicional clásico Esquema crítico


49-50 Concilio de Jerusalén (después de 50-51 Concilio de Jerusalén (después de 2°
1er viaje) viaje)
58-60 Encarcelación en Cesarea 52-55 Permanencia en Éfeso
56 Arresto en Jerusalén y encarcelamiento
60-62 Encarcelación en Roma en Cesarea
57/58 Viaje a Roma
64 o 67 Segundo arresto y muerte en Roma 58/60 Arresto domiciliario en Roma
60 martirio

La conversión: el autor de los Hechos presenta este evento tres veces: en el capítulo 9 narrado en tercera
persona; en el capítulo 22 donde Pablo se refiere a él en modo autobiográfico y en el capítulo 26. Las tres
narraciones dan testimonio de la cristofanía en el camino a Damasco. En las Cartas aparece este hecho pero en
tono apologético.

Hombre de tres culturas: Ha sido definido como un “cosmopolita”, es hebreo de nacimiento y de


religión, se expresa con el idioma y modos del helenismo, y es un ciudadano romano. En las Cartas se presenta
con el nombre latino de “Pablo”, que seguramente llevaba desde nacimiento junto al apelativo Saulo para
recordar al primer rey de la tribu de Benjamín.

Pablo vive en un clima espiritual hebreo, también se le debe a esta tradición el haber aprendido el oficio
de “fabricante de carpas”. Por la cultura helenista sabe usar el griego con desenvoltura, maneja la diatriba y la
retórica, además de que emplea nuevos vocablos para expresar su contenido teológico.

El más grande misionero cristiano: el libro de los Hechos ofrece una narración ordenada de la obra
misionera de Pablo. Esta obra se realiza principalmente en la parte costera oriental del Mediterráneo donde toca
las ciudades de Damasco, Tarso, Antioquía de Siria, Chipre y la Anatolia Suroriental.

Pablo tiene la conciencia de ser llamado a evangelizar a los gentiles (Gal 1,16), vocación confirmada por
Pedro y los apóstoles (Gal 2,9-10). Su método de evangelización se compendia en la palabra, el ejemplo y el
amor. El contenido esencial de su mensaje es el de la tradición (paradosis) apostólica: Jesús de Nazaret muerto
y resucitado para la salvación de todos los hombres (1Cor 15, 1-5).

Los rivales de Pablo: se considera dentro de sus enemigos a judeocristianos integristas que le reprochan
el haber renegado de la herencia hebraica, el que no haya impuesto los dictámenes de la ley mosaica. Pablo se
bate ante todo por “la verdad del Evangelio”, es decir que la salvación ha sido dada gratuitamente por Dios a
todos simplemente por la fe en Jesucristo muerto y resucitado.

2.- La figura de Pablo en el Nuevo Testamento

La figura de Pablo la podemos encontrar en tres zonas: en el Corpus Paulinum, en el libro de los Hechos de los
apóstoles y una mención en 2 Pedro 3, 14-17.

Las cartas se dividen en:

1.- Auténticas- Protopaulinas (escritas o dictadas por Pablo):

Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, 1 Tesalonicenses y Filipenses.

2.- Deuteropaulinas

Colosenses, Efesios, 2 Tesalonicenses.

1 y 2 Timoteo y Tito (P. Vanni las clasifica como tritopaulinas)

LAS ENSEÑANZAS

1. El “proyecto” de Dios
El término “proyecto” deriva de protíthemi (poner antes); en Pablo aparece el término prótesis (proyecto),
utilizado seis veces; lo hayamos en Rom 8, 28. 9,11; Ef 1, 11. 3,11; 2 Tim 1,9. 3,10; solamente en los primeros
cinco casos se refiere al proyecto de Dios; una sola vez Pablo lo usa para sí mismo. Con respecto a protíthemi,
aparece en Rom 1, 13. 3,25; Ef 1,9; cuando Pablo piensa en este “proyecto-proyectar” dos veces lo refiere a sí y
otra vez a Dios. Dos aspectos personales de Pablo convergen para formular la idea de que Dios tiene un
“proyecto”

a. Pablo presenta un sentido agudo de Dios, por una experiencia personal dentro del ambiente judío de
tendencia farisea, que trata de actualizar al máximo la Ley, para hacer las cosas religiosas con mayor
profundidad
b. es muy sensible a los problemas humanos ya que vivió en un ambiente hebreo pero no ajeno a la
cultura helenista de su ciudad.
Pablo es absorbido por el sentido agudo de Dios, pero también es atraído por todo lo que tiene que ver con
el hombre; sabe que el hombre fue creado por Dios y que entre ambos debe haber una relación. Experimenta
una tensión entre el elemento más vertical de Dios y el elemento horizontal de la experiencia del hombre, y
queriendo ponerlos juntos, surge la idea del proyecto de Dios: todo lo que hace el hombre entra en un proyecto
que parte de la trascendencia de Dios; “poner antes” no se entiende en el tiempo, sino que equivale a “por
encima” de todo.

Todo lo que Dios hace, tiene que ver tanto con el hombre como con el cosmos; ese proyecto lo abarca todo,
pero tiene al hombre en el centro, es elaborado por Dios que está por encima de todo; Pablo expresa con
protíthemi esta realidad que incluye la trascendencia de Dios.

Este proyecto también se refiere a Cristo, como inicio y como conclusión: toda la realidad humana y
cósmica de algún modo parte de Cristo y concluye en él. Esta es una gran intuición de la teología paulina. Todo
converge en Cristo.
2. El Evangelio
La terminología aparece de la siguiente manera: como Euangelion (Evangelio) y como
Euangelízesthai/Euangelizein (Evangelizar). Hay dos teoría sobre el origen del término: O bien Pablo es quien
ha acuñado el término griego euangélion, retomándolo del Antiguo Testamento, o bien, Pablo ha tomado el
término euangélion en Antioquía, en el período que va entre su vocación (36 d.C.) y su primer viaje misionero
(46 d. C.). A fin de cuentas, Para Pablo, “evangelio” es la síntesis de todo lo que ha observado sobre el anuncio
apostólico; No es simplemente una buena (eu-) noticia (angélion), tal como lo dice la etimología, sino que
consiste en cuatro puntos:

a. Anuncio de Cristo muerto y resucitado “para”, es decir no solo como evento sino como
acontecimiento que libera y salva de los pecados; comunican la vida divina del hombre.
b. Cuestiona al hombre allí donde está; lo interpreta personalmente.
c. El hombre debe elegir sí acepta o rechaza la fe.
d. De la respuesta humana depende su situación escatológica: salvación o perdición.

3. La Fe
Es la respuesta al anuncio del Evangelio, la apertura total al proyecto de Dios contenido en él. Aparece como
Pistis (fe) y como Pistéuo. Sobre todo Pablo utiliza Pistis en cuatro niveles:

a. Adhesión inicial-bautismo; comprensión y aceptación de Cristo y su misterio pascual; el bautismo


produce la justificación.
b. Asimilación progresiva durante toda la vida; aplicación de la muerte y de la resurrección de Cristo
que involucra todos los detalles de la vida Gal 2, 20.
c. Expresión comunitaria; es la fe propia de la asamblea litúrgica, es la fe de la comunidad y no solo de
la persona individual.
d. Empuje misionero hacia el anuncio y el compartirla con todos; se anuncia un contenido de fe que ya
se posee; el empuje para la misión es un empuje de amor que surge del deseo de compartir,
La fe para Pablo es una apertura radical a recibir el contenido del Evangelio; debe ser plena y total, que
se reciba completamente todo el Cristo que es presentado por el Evangelio y no solo una parte. La fe es
aceptación total, porque es ausencia de límites en la aceptación, y plena, porque este contenido tiende a
penetrar todos los aspectos de la vida.

4. La Justificación
Aparece como Dikaiosune-justicia o justificación; Dikaiosis-justificación en sentido activo; Dikaioma-acto
justo; Dikaioo-justificar. Viene de un término hebreo equivalente, sedaka, que se traduce como justificación,
indicando una igualdad entre una medida y una realidad concreta que corresponde a esa medida. Hay una
sedaka en sentido físico, si una medida de grano corresponde con un contenido de grano; una sedaka a nivel
legal, si la conducta corresponde a la Ley; sedaka en sentido religioso, si un hombre observa una norma
religiosa como el sema Israel; sedaka a nivel humano general, si el hombre realiza lo que le corresponde a su
humanidad, a su fórmula.

Dios también es justo, en el sentido de su coherencia suprema; la fidelidad de Dios en la historia de la


salvación es lo que Pablo llama la justicia de Dios. En Rom 3,26 Pablo habla de Dios como justo y justificante;
es decir, el hombre tiene una formula propia, entonces Dios interviene y le da el Evangelio, pidiendo a apertura
a la fe, si el hombre acepta el Evangelio por medio de la fe entonces se le da la justificación.

La fórmula del hombre está en Gn 1, 26: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra
semejanza. El hombre a imagen de Dios es el hombre proyectado por Dios, así, la fórmula del hombre es ser
imagen de Dios, cuyas características vemos concretadas en el hombre Cristo, visto como la realización
plena a nivel humano, Cristo que es la imagen viva del Padre.

El hombre, entonces, para realizarse como tal debe expresar las características típicas de Cristo mismo,
sus actitudes. La línea hombre empieza con Adán pero no termina con Adán sino con Cristo: Cristo, entrando en
la línea antropológica de Adán lleva en el hombre la posibilidad de poder realizarse a imagen y semejanza de
Dios.

En Rom 3,23-24 dice: Todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero son justificados
gratuitamente por su gracia, en virtud de la redención cumplida en Cristo Jesús. Dios quiere justificar al
hombre, y lo primero que hace es liberarlo de su pecaminosidad, de sus opciones equivocadas mediante la
aplicación del misterio pascual de Cristo; el hombre se vuelve hijo de Dios gracias a la vitalidad comunicada
por Cristo resucitado; y si es hijo posee el Espíritu.

El hombre justificado es el hombre cristificado, que empieza a hacer en su vida las mismas opciones
fundamentales de Cristo. Pero es un desarrollo, no somos personas ya justificadas, sino en proceso de
justificación.

5. La Iglesia

El término ekklesia aparece en las fuentes paulinas un total de 62 ocasiones, sobre las 114 veces que aparece en
el N.T.
La Iglesia para Pablo es ante todo el conjunto de los resucitados. Un grupo que está unido porque
participa de la vitalidad de Cristo como Kyrios.
Varias personas que se dedican totalmente a los demás.
Pablo toma de los LXX la utilización del concepto Kyrios que casi siempre se utilizaba cuando se hacía
referencia al YHWH del AT “Yo soy el que soy”. El contexto sobre todo de Ex 3,14, es la creación del pueblo;
Dios es quien hace que el Pueblo sea. De igual manera el Kyrios de Pablo, hace referencia a Cristo muerto y
resucitado que da vida a la asamblea.
La iglesia es pues un conjunto estructurado que se reúne, que tiene su consistencia y punto de referencia
en Cristo como Kyrios del cual recibe su vitalidad.
Pablo ve a la Iglesia, dentro de tres niveles (concepciones de la Iglesia en Pablo)
1º Nivel
La Iglesia alrededor de la Eucaristía 1 Cor. 10, 16-17
Cristo se presenta como Señor que hace vivir a su comunidad y dinamiza la iglesia
alrededor de la Eucaristía.
2º Nivel
La Iglesia es como un cuerpo 1 Cor 12,14
Cristo, como Señor, infunde su Espíritu en la comunidad eclesial a través de los carismas.
3º Nivel
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo Ef 1, 23.
La Iglesia es el Cuerpo de Cristo como capacidad concreta de relacionarse. Él es la
cabeza, de la que depende la vitalidad del cuerpo.
Del griego el término “soma” que significa la capacidad de relacionarse, por eso la iglesia
se entiende como la capacidad de Cristo para relacionarse.

6. La dimensión escatológica

Pablo da gran importancia al desarrollo de los hechos en el tiempo expresado de dos maneras diversas:
Kronos—como tiempo en general, que parece no terminar nunca
Kairós—como tiempo determinado, un segmento del tiempo bien identificado
Para Pablo también cobra gran relevancia el tiempo como “nun” que significa “ahora”, es decir el presente y el
“nuní” que significa “justamente ahora”.
Pablo invita asumir un compromiso con el Evangelio y los valores de vida cristiana, en el “nuní”. Pero
para él el presente se ilumina con el pasado y tendiendo hacia el futuro, dos faros que iluminan el presente.
El pasado es la historia de salvación, y el futuro será individual (el que comienza con la muerte y el
juicio individual, seguido de un estado intermedio, después de la muerte mejor que la vida presente, pero menos
que la plenitud final.) y otro colectivo (que será el definitivo después de la resurrección final) donde se dará la
parusía (venida) y el Reino cumpliendo así la plenitud.
Para Pablo la iglesia se convierte en el Reino en la fase escatológica.

CAP. I.- LA CARTA DE IDENTIDAD DE SAN PABLO

La búsqueda de datos: Pablo no es extraño a su mundo, su persona es polifacética, por las corrientes culturales
y riqueza de su vida (judaísmo, helenismo, roma). Los rasgos que van conformando su personalidad son: la
capacidad comunicativa, sus impulsos incontrolados, la grandeza de su alma, apasionamiento por Cristo y por la
salvación de los hombres, gran bagaje cultural, policromía psicológica; además se le entiende como misionero
apóstol, fundador de comunidades, hombre de iglesia, revolucionario que triunfa, pastor de almas, teólogo,
escritor. O. Kuss lo tiene como segundo fundador del Cristianismo por su actividad.

Las fuentes de información: Las cartas de san Pablo y los Hechos de los Apóstoles son las fuentes principales
para investigar su personalidad, las comunidades también nos hablan de su persona; hay otras fuentes
secundarias como las historia profana que nos muestra el ambiente sociocultural y religioso, las corrientes
filosóficas y el helenismo; los padres apostólicos también ofrecen información, Ignacio, Policarpo, Justino y
Clemente hablan del apóstol.

a) Las cartas de san Pablo: Pablo da a conocer a CRISTO de palabra y por escrito, en las cartas aclara
dudas, exhorta, tiene también elementos autobiográficos; las cartas son parte de su misión y revelación de su
vida interior, sabe armonizar la dureza y la ternura, al exigencia y la condescendencia según lo pida la pureza de
la fe y la perfección cristiana. Las cartas auténticas: 1ª Tesalonicenses, 1ª y 2ª Corintios, Gálatas, Filipenses,
Romanos, Filemón. Se niega la autenticidad de Colosenses y Efesios fundándose en la falta de expresiones
concretas del lenguaje de Pablo, la 2ª Tesalonicenses es aún más difícil de probar. Las cartas a Timoteo y tito,
llamadas pastorales, desde el s. XVII son sometidas a critica. Algunos niegan su autenticidad por el estilo
literario monótono con formulaciones abstractas, falto de imágenes y metáforas. La carta a los hebreos se
escribe años después de la muerte del apóstol, su estilo y contenido corresponde a la iglesia primitiva. Aun así
todo el cuerpo paulino es considerado inspirado por Dios. Muchos autores admiten cuatro cartas a los Corintios,
de las que sólo se conservan dos; de la carta a los Filipenses hasta el s. XIX se considera escrita en la prisión de
Roma, ahora se piensa pudo ser escrita en la prisión de Éfeso. La carta a los Colosenses (4,16) habla de una
epístola escrita a los de Laodicea.

La estructura de las cartas paulinas: se inicia con una introducción que consta de la presentación, su
nombre y el de alguno de sus colaboradores, y los destinatarios a quienes saluda, después está el cuerpo de la
carta con una parte dogmática y una moral, con tinte apologético en ocasiones, y finalmente esta la despedida
con recomendaciones, exhortaciones y afecto común.

Su pensamiento está influenciado por la biblia, cita noventa veces la LXX; se resalta su comunicación
constante con Santiago, Pedro y Juan; en Pablo hay gran huella del helenismo y la filosofía, su entorno
sociocultural; por ser apóstol está en continua comunicación con Dios y con el mundo. Tiene conocimiento de
las comunidades y sus problemáticas, además de expresar su gran seguridad personal en la misión, para corregir
los defectos y enderezar conductas torcidas. Las imágenes que usa, las metáforas y símbolos nos hablan de su
cultura urbana y su pertenencia al judaísmo de la diáspora. Pablo siempre es movido por el amor a Cristo.

b) Hechos de los apóstoles: se presenta a Pedro en los primeros 12 capítulos y a partir de ahí sobresale
la actividad misionera de Pablo. La tradición cristianan considera a san Lucas como autor del tercer evangelio y
de los Hechos de los apóstoles, se puede ver una gran semejanza de estilo literario en las obras. Los hechos
fueron escritos después del tercer Evangelio y antes del año 70, aprox. 62-63, en este tiempo Pablo estuvo preso
en Roma por primera vez. Lucas presenta al vivo la realidad con abundancia de pormenores, por ello podemos
ver que narra al conversión de Pablo en tres ocasiones. “Sus expediciones misionales por lo general parten de
Jerusalén, pasan por las provincias de Asia menor y llegan hasta Grecia.” En sus misiones pretende llegar hasta
los confines del imperio romano y evangelizar España. La inteligencia de Pablo aparece en sus discursos ya que
sabe presentar el plan de salvación de Dios. Con su predicación no busca recompensas humanas; el amor a
Cristo y a las almas es el motor de sus actividades y trabajos.

Fariseo: De familia observante de la ley, circuncidado al octavo día, se le pone por nombre Saúl
(Saulo), de segundo nombre, Pablo, para las relaciones con los no semitas. Él mismo se dice hebreo, se fija la
fecha de nacimiento al comienzo de la era cristiana, en torno a los 20 años sube a Jerusalén para instruirse en el
conocimiento de la ley, ya siendo apto para el título de rabino vuelve a Tarso, de tres a cuatro años se
necesitaban para poder adquirirlo. Para el año 36 Pablo se encuentra en Jerusalén y presencia el martirio de
Esteban; aproximadamente en esta fecha también se va a dar su conversión, camino a Damasco. En el 39 sube a
Jerusalén para visitar a Pedro, retirándose después a Tarso y Antioquía. Entre los años 45 al 58 realiza sus tres
viajes misionales. En el 58 arrestado en Jerusalén y llevado a la cárcel a Cesárea, en el 63 declarado inocente.
En el 66 es arrestado nuevamente y conducido a Roma, donde fue el martirio en la vía Ostia, en tiempos de
Nerón. Pablo cuenta con una formación cultural y religiosa por lo que su mirada se abre a lo universal. Tarso es
la línea divisora de dos civilizaciones: la grecorromana de occidente y la semítico babilónica de oriente, por ello
integra muy bien la fe religiosa y la cultura helenista. Pablo habla correctamente griego, además de impregnar
sus discursos de conceptos de filosofía griega, y de usar el método de diatriba. La estancia de su familia en
Tarso es testimonio del movimiento judío de la diáspora, ya que Alejandro Magno permitió la dispersión de los
judíos por todo su dominio, los cuales se asentaban en ciudades de gran importancia socioeconómica y cultural.
Pablo es fiel cumplidor de la ley y aprende el oficio de su padre, fabricante de lonas, esto se ve cuando se une
en el trabajo a Aquila y Priscila. En Jerusalén hay dos escuelas para el estudio de la Biblia y las tradiciones:
Shammai, de interpretación rígida, y Hillet, más benigna y abierta. Pablo tiene gran conocimiento de la haggadá
y de la halaká. Uno de los fines de su vida es reconciliar a las dos facciones de la humanidad, al mundo judío y
al mundo pagano, derribando el mundo que los separa.
Ciudadano romano: Título que nos lleva a considerar la dimensión social de Pablo, hombre que vive
en el espacio y en el tiempo. El imperio romano es el marco sociopolítico en el que se desenvuelve Pablo, lo
marcará personalmente y tendrá grandes repercusiones en su actividad apostólica. En Jerusalén él hace valer su
condición de ciudadano romano, diciendo que lo tiene por nacimiento, el título lo pudo haber adquirido si padre
o su abuelo, pero no es claro el momento de su adquisición. Antíoco IV concedió el título a los judíos agrupados
en una tribu particular; esto ayudó a Pablo porque podía evangelizar libremente por todo el imperio. Las
autoridades romanas van a respetar los derechos de la ciudadanía de Pablo. Hay algunos otros momentos en los
que choca con las costumbres romanas y es azotado por ser judío, no haciendo valer su condición de ciudadano
romano. Cumple con su misión evangelizadora recibiendo a los judíos y a los cristianos y escribiendo cartas a
las comunidades.

Apóstol de Jesucristo: La dignidad de ser apóstol de Jesucristo es el título que más apreció san Pablo,
incluso dará su vida por ser fiel a esa misión. El espíritu de Pablo tiene siempre a la consecución de grandes
metas.

En un primer momento Pablo expresa su fidelidad a la ley y a la tradición de los mayores y la hostilidad
hacia los cristianos. Recibió poderes para las sinagogas de Damasco, siendo ya maestro, los cuales se daba solo
a personas cualificadas; estando ya cerca de la ciudad Dios sale a su encuentro, tras tal encuentro se verá
interiormente transformado y dará a su vida un nuevo rumbo, de perseguidor de los cristianos se convertirá en
apóstol de Jesucristo ante los judíos y gentiles. Tenemos dos aspectos importantes: una conversión y un
llamamiento. La iluminación que recibe le ayudará a discernir los proyectos de salvación de Dios que culmina
en Cristo, luego se dio a predicar; la claridad con la que conoce a Cristo lo lleva a su seguimiento. Las cartas
tendrán como encabezado este título. Es por ello que podemos hablar de las facetas de su misión: ser apóstol de
Cristo, llamado por Dios y anunciador del Evangelio. Pablo parece que no conoció en la vida a Jesús, pero se
considera apóstol de igual categoría que aquellos a quienes se les apareció el Señor.

CAPÍTULO II. “LA CLARIDAD DE SUS IDEAS”.

1. La luz de su pensamiento.

Hay que fijarnos en la relación existente entre el conocimiento humano de la realidad y el comportamiento que
lo acompaña. El conocimiento es como una visión de lo que son las cosas. Cuando más clara sea esta visión,
mayor garantía hay de que la actuación se acomode a la realidad. La idea en su sentido original significa visión,
porque es la intuición del ser. El conocimiento del ser nos hace vislumbrar sus operaciones, en que se
manifiestan las propiedades de su naturaleza. El ser y el operar se implican y se explican mutuamente.

El Apóstol se considera dichoso por la visión que tiene de Dios y de sus obras y conforma su actividad
con este conocimiento. Así, creyendo que los cristianos atentan contra los planes de salvación de Dios, los
persigue a muerte. El encuentro que tiene con Cristo le da una nueva visión de Dios y de su obra redentora. Al
resplandor de esta luz surgen los propósitos de santidad, que se van logrando con los pequeños quehaceres
cotidianos y las grandes obras que reclaman el amor a Dios y al prójimo.

El Apóstol pide luz para que los cristianos vean el destino de su vocación y a la vez motiva la voluntad
con los bienes que les aguardan y el poder de Dios para conseguirlos. El conocimiento y la acción
correspondiente caminan juntos. La salvación de Dios y los gentiles, la justificación por la Ley y por la fe, la
omnipotencia de Dios y la muerte de Cristo en la Cruz causaron en el alma del Apóstol un contraste de ideas
que en principio nubló su mente. La iluminación divina y el correr del tiempo le ayudaron a conocer el plan
salvífico de Dios.

Pablo hace un gran esfuerzo para conformar la luz de sus ideas con su vida afectiva, pero tardará en armonizar
estas dos dimensiones de su ser. Algunas de las ideas son:

2. La visión del mundo.

Pablo como fariseo ejemplar, es consecuente con la fe de Israel. En sus predicaciones anuncia que Dios es el
Creador de todas las cosas. Sigue el principio pedagógico de hablar a sus oyentes en el lenguaje que puedan
entenderle. A los judíos les predica esta verdad (Dios Creador) desde la fe, y a los gentiles les habla desde la luz
de la razón para que ellos también descubran al verdadero Dios.

El hecho de la Creación es una verdad fundamental en las predicaciones paulinas. A su luz va


desgranando los atributos divinos, reflejados en las obras creadas. Pablo descubre también la acción de Dios a
través de los acontecimientos históricos, conduciendo la obra de la creación a su etapa final. La creación, que
salió buena y hermosa de las manos del Creador, se vio moralmente manchada por la acción depravada del
hombre, que sometió a las criaturas bajo la esclavitud del pecado.

3. La situación del hombre.

Algunas veces usa palabras griegas, que resultan familiares a sus oyentes, pero que a la vez encierran un
contenido semítico. Las palabras que usa Pablo para designar a la naturaleza humana son: 1) Espíritu, (griego
pneuma, hebreo ruah) En la cultura hebrea el espíritu era atribuible a Dios y al hombre distinguiéndolo de las
demás criaturas. En el hombre el espíritu aparece como animación, impulso que lo mueve a ejecutar grandes
acciones. El espíritu de Dios actúa en el hombre y le capacita para realizar actos que por sí mismo no podría. El
espíritu es también el ideal de la conciencia y de la inteligencia, así lo presenta a los corintios. 2) Alma (griego
psyche, hebreo nefés) Es un principio de vida. El alma vivifica al cuerpo humano y lo convierte en persona. El
alma es la sede de los apetitos, emociones y pasiones. Es un elemento fijo e inalterable del hombre; a diferencia
del espíritu, que es una magnitud fluctuante y variable. 3) Carne (griego sarx, hebreo basar) cuerpo (griego
soma, hebreo significaciones difusas) La significación de carne es más general y la de cuerpo más particular.
Pablo toma la palabra carne para designar el conjunto de la persona, otras veces la emplea como fuerza o
inclinación que se opone al bien obrar. El fruto del pecado es la muerte, que se extiende a todos los hombres;
pide un Redentor, clamando por su liberación, que le redima de esta situación, ponga en paz su interior y le
ayude a conseguir la plenitud de su existencia.

4. La primacía de Cristo.

La teología paulina es cristocéntrica. Pablo guiado por el Espíritu, procurará acercarse al misterio de Cristo y
descubrir todos sus tesoros de sabiduría y ciencia que en él se encierran. Su actividad apostólica irá encaminada
a anunciar a las gentes el misterio de Cristo para que conociéndolo entren en comunicación con él. En las cartas
Cristo aparece como el Hijo de Dios. El Apóstol ha contemplado el misterio de Cristo en sí mismo y en su
manifestación en la obra de la Creación y Redención. A través de la tipología Adán-Cristo expone la relación
que hay entre pecado-muerte y vida-gracia.

Dios ha intervenido en la historia de la salvación a través de Jesucristo, que sigue vivo y actuando en el
mundo, hasta llevar su Plenitud la obra que su Padre le encomendó. La justificación del Cristo que llega a todos
los hombres, e incluso a la creación, liberándola del dominio pecaminoso en que está sometida, se apoya en la
Palabra de Dios. El hombre redimido y justificado por Cristo es una criatura nueva, germen de la nueva
humanidad. Esta novedad de vida le exige despojarse de su antigua servidumbre de pecado y de cuanto no sirva
para colaborar con la gracia divina.

5. El misterio de la Iglesia.

La Iglesia continúa la acción salvadora de Cristo que se entregó por ella para santificarla (Ef. 5,25-32). Guiada
por el Espíritu, se irá purificando y santificando en cada uno de sus miembros y aparecerá el rostro de Cristo sin
fisuras, manchas o arrugas y así se mostrará su imagen perfecta.

Pablo presenta la realidad misteriosa de la Iglesia a través de la imagen del cuerpo humano. El Espíritu
es quien impulsa a los miembros a cumplir su función, uniéndolos entre sí y con la cabeza. La imagen del
cuerpo humano, a la vez que manifiesta la diversidad de miembros con su propia función dentro de la Iglesia,
expresa también la necesidad de esta variedad y la unidad que guardan entre sí y con la cabeza. La Iglesia como
cuerpo místico de Cristo y animada de su mismo Espíritu, continua su obra Evangelizadora. La comunión con
Cristo la impulsa a realizar su misión redentora. La Iglesia se convierte así en piedra firme de un mensaje de
esperanza por la llegada del Reino de Dios en cada hombre y en el mundo entero. La celebración Eucarística es
donde se toma conciencia de la comunión con Cristo y de los cristianos entre sí.

Por Cristo nos llega la filiación divina, cuyo espíritu nos mueve a dirigirnos a Dios con el nombre de
Padre. Con Cristo aprendemos la misión de nuestra vocación cristiana y la entrega de nuestras vidas por la
salvación de las almas. En Cristo, expresión más querida del Apóstol, expresa el cuerpo místico de Cristo, toda
la Iglesia cumpliendo todos juntos la voluntad del Padre, hasta instaurar el Reino de Dios en la tierra.

Capítulo III

LA FIRMEZA DE SUS DECISIONES

1. El temple de su voluntad

Cada acontecimiento y cada actuación de Pablo manifiestan el temple fuerte de su voluntad. Desgranemos
algunos de estos hechos que confirman nuestro aserto.

Sobre la muerte de Esteban, Pablo presencia y no se contenta con aprobar su muerte; sino que
«respirando odio y amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se llegó al sumo sacerdote, pidiéndole
poderes para que quienes siguieran este camino, hombres o mujeres, los llevase a todos a Jerusalén» (Hch 9,1-
2). Esta reacción delata el temple fuerte de su voluntad.

La presencia de Pablo en Jerusalén levanta un gran alboroto entre los judíos, que le tienden asechanzas
para quitarle la vida. En esta situación «se le apareció el Señor y le dijo: Ten ánimo, porque como has dado
testimonio de mí en Jerusalén, así también has de darlo en Roma» (Hch 23,11). A raíz de esto, Pablo es
trasladado a Cesarea y después de exponer su causa ante el procurador Festo, éste le propone ir a Jerusalén para
ser allí juzgado. Ante esta proposición Pablo apela al tribunal del Cesar (Hch 25,1-12). Con esta decisión se
cumple los designios de Dios sin reparar en los trabajos que haya que afrontar. Cuando se sabe coordinar la
acción de la gracia y la colaboración humana, el éxito sobrenatural es seguro.

Los trabajos y sufrimientos no amedrentan a san Pablo en el anuncio del Evangelio. Los fieles de
Cesarea le ruegan que no suba a Jerusalén por los peligros que le asechan y él responde: « ¿Qué hacéis con
llorar y quebrantar mi corazón? Pues pronto estoy, no solo a ser atado, sino a morir en Jerusalén por el nombre
del Señor Jesús» (Hch 21,13).

La fortaleza humana de Pablo tiene límites. El siente, «luchas por fuera, por dentro temores» (1Cor 7,5).
Reconoce la grandeza de su vocación y a la vez palpa sus debilidades. Estas dificultades acrecientan más su
personalidad; porque sintiendo, como todo hombre, las limitaciones humanas, no sucumbe ante ellas, sino que
pide a Cristo la fuerza que necesita. Él a su vez le responde: «Te basta mi gracia, que en la debilidad llega al
colmo la fuerza».

La firmeza de Pablo en las decisiones tomadas la hace patente en sus proyectos apostólicos. Cuando no
ha podido cumplir la promesa de visitar a las comunidades, añade la causa que se lo impidieron: «quisimos
ardientemente volver a veros cuanto antes, pretendimos ir, al menos yo, Pablo, una y otra vez; pero Satanás nos
lo estorbó» (1Tes 2,17-18).

| San Pablo desea que los seguidores de Cristo tengan este fuerte temple de voluntad, porque sólo así
podrán ser apóstoles del Evangelio. A Timoteo, en su timidez y en su miedo, le dice: «Por eso te amonesto que
hagas revivir la gracias de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos» (2Tim 1, 6-8; 2,1-2).

2. La Coherencia entre su pensamiento y su acción

Conocimiento, amor y acción entretejen toda la existencia del Apóstol, que se esfuerza por que no haya
estridencias entre estas tendencias de su ser. La coherencia entre el conocimiento de Pablo y su acción aparece
ya antes de su conversión; se instruye en las Escrituras santas y las tradiciones de sus mayores. El encuentro con
Cristo ilumina la fe de Pablo para ver que las Promesas del Padre se cumplen en su Hijo.

San Pablo es el hombre coherente con su fe. En él no caben contradicciones, ni desmentidos; porque la
verdad de su vida se cimienta en Dios que siempre es fiel a sí mismo y cumple sus promesas.

3. Las intransigencias de Pablo

La personalidad de Pablo tiende a ser unitaria y armónica en sí misma, aunque en su interior siente el
enfrentamiento de fuerzas ocultas. Esta integración de tendencias, para que no haya enfrentamientos y
dispersiones, reclama unos fundamentos, que sirvan de pilares para la edificación del proyecto de su vida
cristiana.

La coherencia que se da entre el pensamiento y la acción de Pablo lo lleva a ser exigente consigo mismo
y con los demás. A pesar de no ser una persona intolerante y cerrada en sí misma, se muestra intransigente
defendiendo siempre ciertas verdades de la vida cristiana. El Apóstol se muestra intransigente cuando se rompe
la unidad de la Iglesia o se busca un entronque vital con quien no puede dar la vida.

Las enseñanzas de Pablo, a través de los textos citados, muestran las exigencias del Evangelio. Si las
presenta con firmeza e intransigencia lo hace por ser fiel a la misión encomendada y al bien de las almas.
Ocultar la verdad revelada o desfigurarla es quitarle su fuerza de salvación.

4. Sus condescendencias

Cristo es el punto de mira a donde se dirigen los ojos del Apóstol, Dios lo llamó para ser apóstol de los gentiles.
Los milagros que Dios realiza en su predicación confirman la validez de su elección y refrendan su actuación.
Pablo y Bernabé no se aferran a sus juicios, dan ejemplo a los cristianos de cómo se han de solucionar
los conflictos de las comunidades. La firmeza con que predica Pablo, rayana a veces en intransigencia, se apoya
en que su Evangelio viene de Jesucristo y es confirmado por la autoridad de la Iglesia.

Pablo tenía razones para reaccionar violentamente por la ofensa recibida con las persecuciones que
pudiera tener en su actividad apostólica. Pero lejos de caer en la indignación se humilla hasta deshacerse en
lágrimas, pidiendo el perdón para quien le ha ofendido. Este mismo espíritu de reconciliación y de amor lo
muestra Pablo en muchas ocasiones durante su actividad apostólica.

Las condescendencias de Pablo se fundan siempre en el amor, la paz y la edificación entre los hermanos,
para lograr el mayor provecho espiritual. «Ayudaos mutuamente a llevar nuestras cargas, y así cumpliréis la ley
de Cristo» (Gal 6,1-2). La pedagogía de Pablo presenta con claridad la vocación cristiana con todas sus
exigencias, los comportamientos que lleva consigo ser discípulo de Cristo.

5. La amplitud de su espíritu

La originalidad y la fidelidad serían las características más destacadas de la amplitud de su espíritu. Pablo es un
hombre original, como persona que intuye una realidad con toda su complejidad y le da la respuesta adecuada.

La fidelidad es otro rasgo que acompaña a la grandeza del espíritu de Pablo. Él ha recibido
comunicaciones de Dios y su predicación ha sido confirmada por el Espíritu con signos y prodigios. El Apóstol
no identifica la fidelidad con la pasividad o neutralidad; porque sería traicionar la llamada de Cristo. Él sabe
sugerir, plantear problemas y ofrecer soluciones, permanece a la escucha de aquellos que pasan por ser
columnas de la Iglesia.

La originalidad y fidelidad de Pablo brotan de su vida interior. La comunicación con Dios, a través de sus
trabajos apostólicos y más todavía en la oración, despierta su conciencia para escuchar y entender el lenguaje
con que le habla el Señor. Pablo penetra en su contenido y descubre lo sustancial del mensaje. «El Señor le
capacita como miembro de la Nueva Alianza, no de la letra, sino del espíritu, que la letra mata, pero el espíritu
da vida» (2Cor 3,6).

La vida interior de Pablo le da alas para que su espíritu vuele en libertad. Él se siente libre con la libertad
que Cristo le mereció. Su vocación de Apóstol le pide estar en libertad para predicar el Evangelio. El estado de
libertad interior a que ha llegado Pablo y que él predica a los cristianos, es fruto de una madurez espiritual, de
una invasión de Dios en su alma.

El Apóstol presenta la llamada del cristiano al amor; pero no se la impone a nadie, porque mataría el
germen del amor que es la libertad del corazón. Pablo quiere encaminar a los cristianos a una vivencia pacífica
y amorosa para que no se dejen atrapar por las etiquetas sociales. La mirada de Pablo tiende siempre a lo
trascendente. Contesta con firmeza a preguntas, ilumina sus conciencias con la verdead y les recomienda que en
la práctica impere la caridad.

Capitulo IV

EL IMPULSO DE SU ACTIVIDAD.

1. La actividad interior y su proyección externa.


La vida interior de un apóstol se sustenta en el conocimiento del misterio de Dios, revelado en su hijo
Jesucristo, se convierte en fuerza de acción para anunciar el mensaje de salvación a todas las gentes y para que
así puedan entrar en comunicación con la vida divina. Percibiendo esta necesidad exclama San Pablo: “¡Ay de
mí si no evangelizara!” (1 Cor. 9, 16). El encuentro que Pablo tuvo con Cristo camino a Damasco lo derriba de
sus antiguos fundamentos.

La nueva experiencia que tiene de Dios le da entender que la justificación y la verdad de la salvación no
la obtiene el que quiere y corre sino aquel de quien Dios tiene misericordia. Él va en busca de esta misericordia
de Dios en la oración. La actividad apostólica de Pablo, está trenzada en la oración y la acción. La oración le va
proporcionando cada día un conocimiento más profundo del misterio de Dios. La disposición de Pablo tras la
caída del caballo es de humildad y súplica para conocer la verdad. Ora de rodillas para recobrar la vista y recibir
el Espíritu Santo. Esta forma de oración aparecerá muchas veces en su actividad apostólica. El desierto fue el
símbolo de austeridad de vida, de oración y preparación para entender las grandes obras de Dios. La fuerza
interior que anima a Pablo lo lleva a Jerusalén para predicar a Cristo.

Pablo va experimentado día tras día la caridad de los cristianos. Cuando lo conocen de verdad lo acogen
y lo tratan como hermano y lo libran de las acechanzas que le tienden los judíos. Esas experiencias quedarán
grabadas en la memoria y más tarde presentará en sus cartas como la fuerza del amor. El Señor sigue
instruyendo a Pablo acerca de su misión.

El mensaje que Pablo transmite en sus predicaciones y cartas, da entender que no solo lo ha aprendido
en libros sino que lo adquirió por revelación en Cristo. Algunos conceptos importantes de su vida interior y que
pide para sus fieles son: el Espíritu de sabiduría, de revelación e iluminación. Pablo habla de una sabiduría que
orienta la vida del hombre hacia su salvación y la iluminación interior que Pablo ha recibido le lleva a santificar
todo, incluso la misma vida. El apóstol tiene vocación contemplativa, invoca la ayuda divina cuando camina por
desfiladeros peligrosos o se ve sumergido por las olas en medio del mar. La vocación contemplativa de Pablo se
refleja en la densidad de sus expresiones, en la presentación que hace de Jesucristo. En el lenguaje paulino la
imagen no la sustitución o evocación de otra cosa sino la misma realidad, que, antes oculta y lejana a la
inteligencia, se hace perceptible a los sentidos para ser mejor conocida. Jesucristo es la imagen viva del Padre.
La elección de Pablo como apóstol del Evangelio le asegura una asistencia de Dios en la comunicación del
mensaje que ha de anunciar y en la ayuda para llevarlo a cabo. Pablo tiene una personalidad fuerte y recia es
guiado y ayudado por la gracia de Dios.

Encontramos ahora algunos acontecimientos de la predicación de Pablo donde se refleja el impulso de su vida:

• Pablo se dirige a Chipre y siente la fuerza del Espíritu Santo para deshacer las argucias del mago y falso
profeta Barjesús.

• Llegados a Antioquia predican en la sinagoga, aceptando su palabra muchos judíos.

• Curó un cojo de nacimiento y la muchedumbre asombrada lo tomó como un dios, más tarde lo
apedrearon y lo dejaron medio muerto.

• Los deseos de predicar a Cristo, mueven a Pablo y Silas a emprender nuevas carreras apostólicas, en la
ciudad de filipos reciben la palabra de Dios y algunos se hacen cristianos.

• Por liberar a un hombre de un espíritu inmundo es encarcelado, pero liberado misteriosamente.

2. Formando al hombre cristiano.


La actividad de Pablo se dirige preferentemente al hombre, busca entrar en diálogo con él en un lenguaje
conocido para transmitir el mensaje de salvación. El apóstol forma a los cristianos para que la filiación divina,
que se acepta por la fe, se manifieste también por las obras que confirman la verdadera vocación cristiana. El
bautismo nos proporciona el nacimiento a la vida divina y el que lo recibe queda transformado en una creatura
nueva.

La relación del misterio de Cristo en el hombre le proporciona una ciencia muy sabrosa, pide a los
filipenses que tengan los mismos sentimientos de Jesús y estén dispuestos a tomar actitudes de siervos de Dios y
ser fieles hasta la muerte, desde la cárcel los adoctrina con su palabra los fortalece con su ejemplo y les anticipa
el gozo de padecer algo por el nombre de Dios, educa a los cristianos para que en su vida sean reflejo de la vida
de Cristo. El cristiano debe hacer brillar la luz de Cristo entre los hombres para que oriente sus vidas. La
pedagogía de Pablo va ilustrando la acción del cristiano en el mundo través de las imágenes de la luz y de las
tinieblas.

3. La actividad pastoral en la fundación de las comunidades cristianas

Cuando Pablo y Bernabé entienden que el Espíritu Santo les llama a evangelizar regiones más extensas, ellos se
entregan en cuerpo y alma a esta llamada, de aquí parte la actividad pastoral de Pablo que comenzando con una
planificación elemental cristalizada es puesta en comunidades organizadas. Formará cristianos que entreguen su
vida por amor a los demás, como las comunidades entre sí y con la iglesia universal. En el ambiente que Pablo
vivió se descubre que el hombre solo perece, necesita la compañía de los demás para organizarse e identificarse
culturalmente con el grupo al que pertenece, por ejemplo:

- La incorporación de Pablo en el cristianismo tiene lugar en un ambiente comunitario en Damasco,


Ananías le impone las manos para que recobre la vista y se bautice.

- Los mismos hermanos lo libran de las acechanzas del enarca del rey Aretas.

- Pablo sentirá su acogida pues en las comunidades recibirá la fuerza de la oración y su cercanía en las
penas y alegrías,

- El apóstol forma comunidades para apoyarse mutuamente y para que se mantengan firmes en la fe y
anuncien el evangelio de la salvación.

El diálogo que Pablo mantiene con las comunidades nos da a conocer su capacidad comunicativa,
percibe los signos del entorno socio cultural y la transmisión del mensaje evangélico se hace comprensible
porque Pablo usa una pedagogía adecuada. La pedagogía paulina aviva lo bueno y lo noble que hay en el
hombre para animarlo a la acción, comprende la necesidad que tienen los discípulos de confiar en su maestro;
por eso defiende la autoridad de su ministerio y la validez de su doctrina. El fondo del mensaje paulino es
Jesucristo resucitado. Trabaja para que la imagen de Cristo crezca y se perfeccione en los cristianos. Pablo
organiza sus trabajos apostólicos y elige a los compañeros de misión.

La incorporación de los nuevos cristianos a la fe era fruto de la oración y el apostolado de toda la


comunidad, los miembros de las comunidades paulinas tienen conciencia de pertenecer a la misma iglesia pero
no siempre se guarda esta unidad. La imagen del cuerpo humano sirve a Pablo para expresar de manera intuitiva
las relaciones entre los miembros de la comunidad y de ésta con la iglesia universal, todos los miembros son
necesarios y cada uno tiene una función que cumplir.
Las relaciones de Pablo con las comunidades son fluidas y prolongadas, van cargadas de preocupaciones
amorosas haciendo suyos los padecimientos y tribulaciones y participando de sus gozos y alegrías, las cartas
son las que mejor reflejan las relaciones del apóstol con las comunidades. Pablo lleva dentro de sí a todas las
comunidades y se goza con sus alegrías y sufre con sus tribulaciones. Las amonestaciones que Pablo hace a las
comunidades aparecen duras pero en el fondo encierran un amor de padre.

4. Abriendo caminos a la iglesia

La conciencia que Pablo tiene de ser apóstol de Jesucristo lo mueve a predicar el Evangelio a todas las gentes,
organiza viajes misionales, visita ciudades, predica en la sinagogas y lugares públicos, viviendo siempre en
continuo riesgo. Pablo siente dentro de sí el poder de Dios para realizar su ministerio y sabe que nadie podrá
separarle del amor de Cristo. Los caminos de la inteligencia son los primeros que recorrerá Pablo para presentar
este concepto de iglesia.

 Cuando habla a los judíos en el sanedrín en las sinagogas con resultado siempre opuestos. En algunas
ocasiones si comprenden sus mensajes y se incorporan a la iglesia, otros serán un frente de hostilidad.

 En su predicación, a los gentiles les habla en un lenguaje comprensible a su inteligencia, en el areópago


Pablo parece un filósofo griego, la imagen del Dios desconocido le da pie para buscar una conexión inmediata
en el auditorio.

Pablo sabe que la conversión de los hombres no se consigue con perceptivos discursos de sabiduría sino con la
manifestación del Espíritu y el poder para que la fe no se apoye en la sabiduría de los hombres. Pablo queriendo
motivar a los cristianos para que prediquen la caridad y así se cumplan los proyectos de Cristo les dice: “ahora
me alegro de mis padecimientos por ustedes y sufro en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo por
su cuerpo, que es la iglesia” (Col. 1, 24). La actividad apostólica que despliega san Pablo es fruto del Espíritu
Santo, Él ilumina la inteligencia del hombre para que descubra el camino que lo lleva conseguir la plenitud de
su existencia. La acción de Espíritu Santo ayuda a cada cristiano y a toda la iglesia para conseguir sus metas
propuestas y aviva nuestra conciencia. El Espíritu Santo nos proporciona ciencia muy sabrosa en los misterios
cristianos ya que penetra las profundidades de Dios. La acción del Espíritu Santo nos ayuda a caminar por la
vida con un estilo nuevo con la libertad de los hijos de Dios. La iglesia, como continuadora de la obra de Cristo,
ha de llegar hasta los últimos rincones de la tierra.

5. La actividad de la mujer en la iglesia.

Algunos textos de Pablo referentes a la actividad de la mujer en la iglesia han dado pie para que lo juzguen de
misógino o antifeminista: “Como en todas las iglesias de los Santos las mujeres cállense en las asambleas
porque no les toca hablar a ellas sino vivir sujetas como dice la ley si quieren aprender algo que pregunten a
sus maridos porque no es decoroso para la mujer hablar en las iglesias” (1 Cor. 14, 33-35). Encontramos que
Pablo daba a la mujer una importancia también dentro de las actividades en la iglesia:

 Entabla conversación con un grupo de mujeres entre las que se encontraba Lidia, el Señor le abrió el
corazón para entender las cosas que decía y se bautizó ella con toda su casa. (Hch 16, 6-15)

 Un grupo de mujeres son las primeras de Europa que oyen el Evangelio y Lidia con toda su casa son los
primeros cristianos. (Flp. 4, 1).

 Aquila y Priscila, su mujer, vieron a Pablo en Corinto y como era del mismo oficio que ellos se quedó en
su casa, trabajaban juntos y acompañaban a Pablo en muchas actividades apostólicas, Pablo menciona a Priscila
en seis ocasiones y en cuatro figura en primer lugar esto indica la importancia de su actividad apostólica y su
influencia en el cristianismo primitivo.

 Cloe mujer de una familia de prestigio social ve con dolor las divisiones y enfrentamientos que hay en
las ciudades de corinto. Siente cómo en carne propia los males que padece su iglesia y quiere remediarlos. (1
Cor. 1, 11-12).

 Parece ser que Febe fue a portadora de la carta a los cristianos de Roma, Pablo la presenta como ejemplo
de entrega a la iglesia. (Rom. 16, 1-3).

Estos pasajes de la vida de Pablo echan por tierra los calificativos de misógino y antifeminista con los
que se le etiqueta. Presentan más viene el gran aprecio que sentía por la actividad de la mujer en la iglesia en la
confianza que ponía en las gestiones que realizaba, la mención de la madre de rufo y a la abuela de Timoteo
delata en Pablo una fina sensibilidad y ternura de Espíritu.

Capítulo V

LA RIQUEZA AFECTIVA DE PABLO

1. La resonancia emotiva de los acontecimientos

Asomarnos al alma de Pablo para describir las repercusiones que el conocer, el hacer y el acontecer de cada día
han dejado en su interior y la trascendencia que han dejado en su vida, a la vez de examinar los hechos y los
dichos del apóstol que reflejan la resonancia emotiva y el grado de su capacidad afectiva. Un análisis
psicológico del lenguaje nos pone en la pista para conocer la contextura de la personalidad, el entorno
sociocultural en que está inserta, la profesión, la edad y otras facetas humanas. Las obras y comportamientos
son también una manifestación de lo que es el hombre; ya que estos proporcionan los criterios con que el
hombre juzga la realidad y el aprecio con que la valora. Según la grandeza de las obras y la perfección lograda
en la práctica de esta conducta, clasificamos a la persona en diversas categorías, dado que la santidad personal
se fundamenta en la práctica de las virtudes cristianas.

La persona por sus sentidos está abierta a su entorno, se convierte en fuente de mensajes, que llegan a las
facultades receptoras en forma de estimulaciones, que son transmitidas al cerebro, que las interpreta y da la
respuesta adecuada. Entablando un dialogo entre el mundo exterior y el hombre, en esta comunicación aparece
la afectividad humana. La riqueza afectiva de una persona está en la capacidad de percibir estimulaciones,
interpretar su contenido y vivenciarlo interiormente. Comprende sentimientos que encierra diversidad de
significados, también lo usa como capacidad cognoscitiva; y las emociones.

Pablo es un torrente de vida afectiva, que unas veces corre tranquilo y sosegado y otras se torna
impetuoso y arrollador; pero nunca se detiene y se estanca. Se recrea en sus sentimientos de pertenecer al
pueblo elegido y se goza de ser fariseo y cumplidor de la Ley como primero. La pasión más fuerte de Pablo es
el amor a Dios y a las almas. El amor de Dios le ha liberado de la esclavitud de sus pecados, la ha descubierto
los proyectos que Dios tiene para salvar a los hombres y lo ha llamado a tomar parte en su ejecución. El amor
de Pablo a los hombres corre parejo con el amor a Dios, este amor lo mueve a procurarles los bienes en la fe y
se derramará en grandes sacrificios y pequeñas atenciones, que acreditan su sensibilidad humana. Será azotado,
apedreado hasta dejarlo medio muerto y se verá preso y cargado de cadenas por anunciar el evangelio; pero esto
no apagará su amor por la salvación de las almas. La consecución de este proyecto está tejida de penas y
alegrías, miedos y temores cuyos ecos resuenan en el alma de Pablo.

La conciencia que Pablo tiene de ser apóstol de Jesucristo y la responsabilidad que conlleva esta misión
le hace temblar. Lo manifiesta a los corintios “Yo me presenté a vosotros en debilidad, temor y mucho temblor”;
reacciona ante estas limitaciones humanas y pone su confianza en Dios y en la manifestación del Espíritu y del
poder. Pablo sabe que la tristeza según Dios es causa de penitencia saludable, mientras que la tristeza según el
mundo produce la muerte (2 Cor 7, 10). Él educa a los cristianos para que vivan su fe con alegría. En sus cartas
abundan las exhortaciones a llevar este estilo de vida “Vivid alegres en la esperanza” (Rom 12, 12). Dios es la
causa de la alegría de los cristianos, por eso cuando se trabaja por anunciar el evangelio, los sufrimientos se
convierten en gozo. Esta es la riqueza afectiva de Pablo.

2. La dureza de sus expresiones

El dolor que algunos acontecimientos causan en el alma de Pablo se refleja en sus expresiones, que a veces
resultan duras e hirientes. La finalidad de sus cartas es entablar una comunicación con los cristianos para
instruirlos en la fe, corriendo sus defectos y alentándolos en sus pruebas hasta que Cristo habite plenamente en
sus corazones. El Apóstol quiere presentar el misterio de Cristo con toda su fuerza y toda su pureza, porque
sólo así puede ser redentor y salvador del hombre. El amor a los cristianos le exige hablarles con claridad y
nobleza de corazón buscando siempre su bien. Pablo intenta demostrar a los corintios que no actúa con sentido
mundano, sino con el Espíritu de Dios, capaz de derribar fortalezas y destruir sofismas.

Los cristianos judaizantes forman un frente de hostilidad contra Pablo, que pacientemente soporta
palizas, apedreamientos, cárceles y hasta se goza de sufrir algo por Cristo. A los filipenses los alerta contra los
judaizantes con esta expresión: “Ojo a los perros, guardaos de los malos obreros, cuidado con la mutilación;
porque la circuncisión somos nosotros, los que servimos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús
y no ponemos nuestra confianza en la carne” (Flp 3,2-3). La defensa que hace Pablo de su actividad apostólica
toma a veces un tinte irónico; la evangelización de la comunidad de Corinto le ha costado muchas lágrimas y
sufrimientos y todavía le hacen llorar. La figura del deportista que corre en el estadio fascina la imaginación y
los sentimientos de Pablo. Ve en ella un recurso pedagógico para presentar a los cristianos su vocación a la
santidad, de manera que corran hasta alcanzar la corona que no se marchita. La palabra esclavitud suena fuerte
para quien ha experimentado la tiranía del pecado. Usa la palabra esclavitud para dar a entender la postración
moral de los corintios cuando se someten a las adulaciones de los judaizantes. El Apóstol busca el bien
espiritual de los corintios y les habla con claridad, aunque sus palabras causen escozor. Pablo es un hombre
apasionado por el amor de Dios y de las almas y de todo cuanto se oponga a su plan de salvación hiere lo más
profundo de su personalidad.

3. La solicitud de su amor

El torrente de vida afectiva que brota de las entrañas de Pablo se manifiesta principalmente en el amor. La
fuerza de este amor lo mueve a enfrentar trabajos y peligros sin fin; pero sobre todo se consume internamente
por la solicitud de todas las iglesias (2 Cor 11,23-28). La conciencia que tiene Pablo de sí mismo nos dice quién
es y lo que ha sido su vida. La misericordia de Dios le liberó de sus esclavitudes y su amor llegó a tal extremo
que estando muerto por sus pecados le dio la vida por su Hijo Jesucristo, que le amó y se entregó por él (Ef 2,4;
Gál 2,20). Movido por esta experiencia hace un alto en su camino y se pregunta: ¿Quién nos separará del amor
de Cristo? Va pasando revista a todos los acontecimientos más duros y dolorosos por los que pueda pasar el
hombre y encuentra una respuesta que le dice: “Más en todas estas cosas vencemos por aquel que nos amó”
“ninguna creatura nos puede separarnos del amor de Dios (manifestado) en Cristo Jesús, nuestro Señor”.

Las predicaciones de Pablo son un mensaje de vida que transmite a cuantos le escuchan para que
participen del gozo que inunda su alma y así la felicidad de todos sea completa. Su vida está al servicio del
evangelio. El corazón de Pablo se abre en actitud de servicio a todos los hombres. La solicitud amorosa del
apóstol se hace gratuidad de servicio en la predicación del Evangelio: “No he codiciado plata, oro o vestido de
nadie… (Rom 1,14). A los trabajos por la evangelización para que ésta sea más fecunda añade la oración: “por
eso doblo mis rodillas ante el Padre… para que, según la riqueza de su gloria, os conceda ser poderosamente
fortalecidos en el hombre interior por su Espíritu” (Ef 3,14-16). La vida de Pablo esta enriquecida por la
experiencia del amor de Dios en su alma y también en el alma de los cristianos. Este amor de los cristianos entre
sí y extendido a todos los hombres comenzaba ya a ser el distintivo de los seguidores de Cristo y el asombro de
los paganos. A la luz de esta experiencia el Apóstol compuso el himno de la caridad. Pablo resalta en esta
experiencia el poder de la caridad y pone de manifiesto que la vocación del cristiano es el amor; lo fomenta con
obras concretas, que van desde compartir los bienes materiales hasta la oración y la solicitud por los dones
espirituales. La atención de Pablo por los cristianos se desgrana en abundancia de pormenores. Él no puede
consentir que vivan consumidos por la tristeza. Si han de padecer por su fe, estos sufrimientos han de
transformarlos por el amor de Dios en gozo sobrenatural. Padece en su propia carne las grandes pruebas por las
que pasan los tesalonicenses. Pablo sabe por experiencia propia que la tristeza no ayuda a vivir con entusiasmo
la vocación cristiana y a propagar la fe. Por eso perdona a quien le ofendió. Las expresiones de gratuidad saltan
en todas las cartas paulinas. Este es el corazón de Pablo, que si alguna vez habla con dureza a los cristianos para
que se corrijan de sus defectos, son más las expresiones amables y alentadoras, impregnadas siempre por su
solicitud y desvelos paternales.

4. El desafío de sus enemigos

La identificación de Pablo con el anuncio del Evangelio llega a ser ten estrecha que la pone como una de las
características de su personalidad. Ante este proyecto de vida salen al encuentro de Pablo una legión de
enemigos, que entablan con él una lucha a vida o muerte. El hambre, el frío, las palizas, las cárceles, etc., son
algunos de los enemigos físicos. Las falsas concepciones de la vida también se enfrentan a la predicación del
Evangelio. El enemigo más fuerte se encuentra entre sus hermanos.

Las dificultades agigantan su personalidad, que se ven potenciadas por la gracia de Dios. Palpa sus
limitaciones y se presenta ante los corintios en debilidad, temor y mucho temblor. Predica con firmeza y
claridad su mensaje de salvación, pero no busca la provocación. Las grandes distancias que Pablo tiene que
recorrer para anunciar el evangelio son el primer enemigo físico, a veces los hace en cabalgadura, la mayoría de
las veces iría a pie, porque eran caminos intransitables y sembrados de peligro, por los ríos y ladrones.
Soportando el cansancio del camino, el hambre, el frío y la desnudez. Llegados a la ciudad comenzaba el
trabajo de la predicación, que algunos aceptaban gustosamente. Otros se volvían contra Pablo, o apedreaban y
lo arrastraban fuera de la ciudad dejándolo por muerto.

La predicación de Pablo se encamina a liberar al hombre de toda esclavitud para que goce de la dignidad
de los hijos de Dios. El enfrentamiento parte algunas veces de personas concretas, que al ver lesionados sus
interés materiales soliviantan a la gente, que reacciona violentamente, como es el caso del abandono al culto de
los ídolos que lesiona las ganancias de los fabricantes de estatuas de la diosa Artemisa. La concepción
materialista de la vida lleva a muchos a caer en la esclavitud de las depravaciones más vergonzosas. Pablo en la
carta a los Romanos describe la corrupción moral de la gentilidad y su estado de muerte espiritual, él no se
detiene ante estas dificultades.

El mundo intelectual es otro campo de acción que aviva las ansias apostólicas de Pablo; contemplando
Atenas se consumía su espíritu viendo la ciudad llena de ídolos. Busca la comunicación con los filósofos, que
merodean por el ágora y lo invitan al Areópago para que exponga su doctrina; cuando oyeron lo de la
resurrección de los muertos, unos se echaron a reír, otros dijeron, te oiremos otra vez… algunos se adhirieron a
él y creyeron. El entorno sociocultural puede disponer para la aceptación o rechazo de una doctrina; pero son las
personas concretas las que toman las decisiones. Por eso Pablo predica en todos los ambientes. El reto es lanzar
a los interlocutores y las disposiciones que habían de tener para acercarse a Dios. El frente de mayor resistencia
al mensaje de Pablo surge de entre los judíos que, aferrados a la interpretación material de la Ley, cierran sus
oídos a la voz del Evangelio; y movidos por la envidia soliviantan al pueblo y denuncian a Pablo y a Silas ante
los politarcas, acusándolos de que iban contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, Jesús. Pablo
con mucha valentía hace historia de su vida ante el pueblo y ante el Sanedrín y al hablar de la resurrección de
los muertos enfrenta a saduceos y fariseos, que salen en su defensa. Los llamados judaizantes intentan por todos
los medios deshacerla obra del Apóstol, pero el saldrá a su encuentro y desbaratará sus argumentaciones; niegan
la verdad del ministerio de Pablo, pues no conoció a Jesús de Nazaret, ni fue elegido por Él. Pablo rebate estas
acusaciones, afirmando su condición de Apóstol, no de hombres ni por hombres, sino por Jesucristo y por Dios
Padre. Además añade la prueba de sus obras, que testifican su condición de apóstol y son avaladas por la gracia
de Dios. Trasmite lo que ha recibido y solamente siendo fiel a este evangelio puede salvarse y si alguno predica
otro evangelio sea maldito. Pablo es un teólogo que hace progresar la teología, calando profundamente en la
palabra revelada, y dando respuesta a las situaciones por las que pasan los hombres.

5. ¿Pablo zarandeado por la depresión?

Pablo estuvo enfermo por los años cincuenta y recuerda más tarde esta enfermedad, de una dolencia corporal. El
mismo refiere que fue una dolencia corporal, pero externamente pudiera presentar algún efecto repugnante, ya
que no lo tuvieron en cuenta, ni les dio asco. Cabía la posibilidad de ser interpretado como efecto de algún
espíritu maligno; la enfermedad fue leve y pasajera. El Apóstol habla a través de sus cartas de las limitaciones y
flaquezas, agravadas por la dureza de vida, los trabajos y los sufrimientos, puede generar enfermedades
crónicas. Las interpretaciones más válidas y discutidas sobre las enfermedades de Pablo se centran en esta frase:
“Por lo cual, para que no me engría, fueme dado un aguijón de carne, un ángel de Satanás, que me abofetea para
que no me engría”. Las hipótesis se formulan como: enfermedad crónica, reumatismo, malaria, histeria, mal de
piedra, otros piensan que se trata de un fenómeno místico. Otros consideran a Pablo como epiléptico pero esto
no concuerda pues si hubiera padecido ataques no lo hubieran dejado solo. Pablo manifiesta de una manera muy
viva el hecho de su enfermedad y la expresa metafóricamente, lo juzga como un aguijón. Por tres veces a
pedido al Señor que le retirara este aguijón y tiene por respuesta que con la gracia de Dios todo lo supera (2 Cor
12,7-10). Teniendo en cuenta la información que los Hechos y las cartas nos ofrecen sobre la figura corporal de
Apóstol, sus obras y sus dichos, presentamos un estudio de la depresión como hipótesis aclaratoria de su
enfermedad; producida por causas externas, no por constitución endógena. La actividad desbordante de Pablo y
la obra realizada no favorecen la hipótesis de una depresión crónica.

La conciencia que Pablo tiene de ser Apóstol de Jesucristo lo mueve a anunciar el Evangelio oportuna e
inoportunamente, a tiempo y a destiempo (2 Tim 4,2). El ejercicio de este ministerio nos va desvelando los de
ánimo por los que pasa su alma. Pablo aparece unas veces con un tono vital y afectivo tan elevado, que es capaz
de enfrentar a todas las fuerzas del mal. En cambio en otras un pequeño percance le hunde en la depresión. La
desgana para evangelizar, la desolación de su alma y la querencia de las personas amigas, que alivian su
angustia, son síntomas de su estado depresivo. El espíritu de Pablo es sensible a los trabajos y dificultades
materiales, pero mayor preocupación es la vida de la comunidad. La depresión sube de tono cuando los peligros
físicos se mezclan con las deserciones de los cristianos y la ausencia de personas queridas. La desolación invade
el alma de Pablo, que, no pudiendo contenerla, se derrama al exterior suplicando la presencia de sus
colaboradores. Las acciones y el lenguaje en que las expresa nos abren más el camino para descubrir algunas
causas de su depresión. Ser judío de la diáspora, no haber conocido a Jesucristo, ni haber recibido de Él su
evangelio y haber perseguido a los cristianos a la Iglesia de Dios, son los reproches más duros que le hacen sus
enemigos. Él mismo dice: “no soy digno de ser llamado apóstol, pues perseguí a la Iglesia de Dios (1 Cor 15,9).
Si a esto añadimos la vivencia de la amenaza de muerte que los judíos ponen sobre su cabeza, comprendemos
mejor los estados depresivos de Pablo. Todo esto martillea su espíritu y aguijonea dolorosamente su ser.
Abundan las expresiones que reflejan esta situaciones depresivas: “pues aun llegados a Macedonia, no tuvo
nuestra carne ningún reposo, sino que en todo fuimos atribulados, luchas por fuera, por dentro temores” (2 Cor
7,5).

Capítulo VI.

La Integración de la Personalidad

1. Pablo seguro de sí mismo.


La personalidad de Pablo está sustentada por tres raíces principales:
 Por su religión, como miembro del pueblo elegido se siente hebreo, celoso de las tradiciones
paternas.
 Cuanto su formación profana, vive en ciudades helenizadas, impregnado de la cultura griega.
 En su condición política y administrativa es ciudadano romano.

Asumiendo de ello cuanto había de bueno, para sintonizar con su entorno, su fuerza asimiladora y la
singularidad de su personalidad. En el encuentro de Pablo con Jesucristo camino a Damasco, en Pablo ha
brillado una nueva luz que lo purificara de sus prejuicios e imperfecciones para que con mirada limpia pueda
contemplar el rostro del Señor. Este hecho confirma la seguridad que Pablo tiene en sí mismo y en las tareas
que emprende.

Anuncia primero a sus compatriotas, pero la rechazan y los juzga indignos de la vida eterna y se vuelve a
los gentiles. Él se siente orgulloso de ser judío, pero reconoce que todos los hombres son iguales y quiere
unirlos en una misma fe. Pablo en algunas ocasiones apela a su condición de ciudadano romano para que su
predicación no sufra desprestigio. No hace asco de la cultura helénica, sino que la pone al servicio del
evangelio; habla y escribe correctamente el griego de su tiempo. Por ello él pudo decir, me hago todo para
todos.

Su sentimiento de ser apóstol de Jesucristo y en la autenticidad de su evangelio, elegido por Jesús,


expresa su autoridad de apóstol, cortando las divisiones y enfrentamientos en la comunidad de Corinto.

2. El gozo de la contemplación
Pablo se siente un hombre nuevo y ve que Cristo es el destino de su existencia. Contempla

el misterio redentor de Cristo dentro de sí mismo y de toda la Iglesia. Guiado por los resplandores de esta
contemplación se lanza a anunciarlo a todas las gentes. Cuando se trata de transmitir al mundo gentil echa unos
lazos de conexión para ser mejor percibida. Como conocedor de la filosofía helénica, presenta esta verdad en el
Areópago de Atenas. La contemplación de las realidades le descubre que las cosas creadas las ha sometido el
hombre a la esclavitud del pecado y la opresión y gimen por su liberación. Todos los hombres pueden descubrir
que las cosas creadas evocan a su Creador. El misterio de la redención se reveló en primer lugar a Israel. Pablo
descubre en su contemplación una revelación universal para todos los hombres.

La contemplación de pablo mira al pasado, se detiene en el presente y se proyecta al futuro. Pablo ha


contemplado el misterio de la redención de Cristo en la amplitud del espacio y el tiempo y en la profundidad de
la santificación personal del cristiano y de toda la Iglesia.

3. La esperanza de la acción
Pablo es un hombre de esperanza, emplea 36 veces la palabra esperanza y 19 veces el verbo esperar. La
esperanza implica la visión de una meta que hay que alcanzar, el camino que se ha de recorrer y la intención de
ponerse a caminar. El amor de Dios y el amor a las almas golpea el corazón de Pablo y lo lanza a la acción. Él
ha sido elegido por Dios para anunciar la salvación de los gentiles. Ha quedado constituido ministro de la nueva
alianza y quiere cumplir con fidelidad esta misión. Ente este proyecto tan ambicioso él se apoya en Cristo Jesús
que es su esperanza, en ello se lanza a la acción de anunciar el Evangelio a todo el mundo conocido. Esta
Esperanza, es lo que lo mueve a dará conocer a Cristo, aun estando cargado de cadenas. También pone su
esperanza en que cada bautizado alcance la plenitud de su vida cristiana. La oración acompaña siempre a la
acción apostólica para que la gracia divina haga crecer la semilla de la predicación. En ocasiones alaba a
algunas comunidades por recibir la palabra con gozo en el Espíritu. Esto refleja el gozo de Pablo por ver
cumplida du esperanza. El cristiano forma parte de una comunidad de fe que la que nace y crece y madura en su
vida cristiana, en donde ha de vivirse la esperanza de la propagación de su fe y procurar que todos los hombres
se salven. La acción evangelizadora de Pablo nació en la esperanza y en ella realizó su ministerio apostólico.

4. La Armonía entre sus contrastes.


La personalidad de Pablo es polifacética, tanto por su riqueza cultural como por su formación religiosa. El
ministerio que él realiza presenta una novedad desconocida. Pasa de su condición de fariseo, celador de la Ley y
perseguidor de los discípulos de Jesús, hasta hacerse cristiano y ministro del Evangelio. Pablo siente dentro de
sí un torrente de vida que brota del fondo de su ser, y a la vez se le impone una meta a donde debe dirigir su
actividad. El Apóstol experimenta el enfrentamiento de fuerzas antagónicas, pero no quiere destruirlas, porque
perdería algo de su caudal humano.

Los contrastes que echan sus raíces en el interior de Pablo:

 Los referentes a las obras de la Ley y de la gracia: experimenta que las obras humanas por sí solas no
sirven para regenerar interiormente al hombre. Descubre que la fe en Dios es el medio por Él elegido
para salvar al mundo.
 LA esclavitud de la Ley y el ansia de Libertad: La gracia recibida ilumina su conciencia para
entender que la Ley es el pedagogo que lleva a Cristo. Muerto a la Ley
vive para Cristo, que lo libera de toda esclavitud. Se siente libre en Cristo; pero no para actuar
caprichosamente, sino para practicar el bien.
 El hombre nuevo y el hombre viejo: El Apóstol no quiere destruir parte de su ser, sino que se va
despojando de las obras pecaminosas del hombre viejo y se reviste de las obras de santidad del
hombre nuevo. La gracia encuentra aquí un campo de acción.
 Las tendencias de la carne y las tendencias del espíritu: el hombre para llevar acabo la armonización
de estas fuerzas y evitar el riesgo permanente de perderse clama por una ayuda, la del Espíritu.
 Sus ansias apostólicas chocan con sus limitaciones humanas. Pablo se ve preso entre el ansia de
morir y estar con Cristo y el deseo de permanecer entre sus fieles. Decide seguir viviendo entre junto
a las gentes, para que su gozo y provecho sea mucho mayor.
El Apóstol es un hombre que no soporta vivir en la penumbra de la duda y recurre a la luz de la inteligencia,
que, iluminada por la fe, aclara la situación.

5. Cristo, principio y fin de la vida de Pablo


La teología de Pablo es cristocéntrica, ocupando la muerte y la resurrección de Cristo un puesto muy destacado.

 El encuentro de Pablo con Jesucristo llena su alma de luz. Aclarada su vista, engarza su visión del
pasado con el momento presente y descubre en Jesús de Nazaret el cumplimiento de las promesas
mesiánicas.
 Pablo encuentra el fundamento de su incorporación a Cristo y el paradigma de su vida cristiana en el
sacramento del bautismo
 La identificación con Cristo de lleva a cabo entrando en comunicación con su vida.
 La comunión con Cristo para que sea completa ha de extenderse a su cuerpo místico, que es la Iglesia.
 La identificación de Pablo con la vida de Cristo se manifiesta en la participación de su Espíritu: La
fuerza del Espíritu lleva a testificar con obras la presencia de Cristo en su vida.
 Es Espíritu ilumina los ojos de Pablo para que vea la dimensión del cuerpo místico de Cristo y entienda
la existencia de su crecimiento.
 La voluntad de Pablo es una resonancia de la acción del Espíritu, que se abre en multitud de facetas.
Experimenta la fuerza de la caridad que Él ha derramado en su corazón y la necesidad de hacer todas las
cosas por amor; porque si no, de nada le servirán.
 La semejanza que Pablo quiere tener con Cristo le hace participar de sus mismos sentimientos. Pablo se
considera siervo de Cristo a quien sólo pretende agradar.

Capitulo VII

PABLO, HOMBRE UNIVERSAL

Todo su entorno socio cultural en el que desarrolla su vida desde la infancia, lo disponen para dirigir su mirada
a horizontes amplios, tienen un alma grande y abierto el corazón, capaz de abarcar los últimos rincones de la
tierra de su mundo, una sensibilidad para captar los gestos de las personas y las señales de los acontecimientos.
Tienen una destacada capacidad para interpretar estos mensajes y en cada momento dar la respuesta adecuada,
es un comunicador ideal para establecer relaciones sociales con los que le tratan. El anuncio del Evangelio a los
gentiles a veces encuentra resistencia y persecución, pero Pablo que nunca para inadvertido. Las relaciones de
Pablo con las autoridades romanas suelen ser desenvueltas y respetuosas. Pablo comparte con todos sus penas y
alegrías lo que hace que mantenga relaciones donde aparece como abierto a todos corriendo su misma suerte;
pero colaborando de manera eficaz en la solución de los problemas. El sentido apostólico le acompaña siempre,
fundiéndose estrechamente lo divino y lo humano en su misma persona. Los judíos presentan a Pablo otros
campos distintos de relaciones sociales. Los aferrados materialmente a la Ley ven en Pablo un traidor a la fe de
sus mayores. La respuesta inmediata de Pablo a estos ataques tan brutales es la marcha a otra ciudad para seguir
evangelizando. Cunado logra que le escuchen, resalta con mucho énfasis su condición de fariseo observante,
cuenta la historia de su conversión y prueba el cumplimiento de las promesas mesiánicas en Jesucristo. En
Jerusalén, con ambiente cargado de hostilidad, les habla en lengua hebrea y de momento logra apaciguar sus
ánimos. Las relaciones son más borrascosas, pero permanece firme su temple espiritual, su capacidad de diálogo
y su condición de apóstol de Jesucristo. El diálogo con las comunidades cristianas es fluido y amoroso. Es el
maestro que les enseña a caminar por la vida, alejándose del mal y apegándose a los bueno, pata que reine entre
ellos el amor y la paz. Los exhorta a que sean imitadores suyos como él, lo es de Jesucristo, compartiendo sus
padecimientos. En la variedad de facetas que presentan estas relaciones aparece la gran riqueza afectiva de
Pablo, cristaliza en la entrega generosa de su vida y en la fidelidad al ministerio que se ha encomendado. Las
personas con las que se relaciona Pablo, encontramos una gama muy variada. Cuida de sus colaboradores y
cuando los envía a visitar alguna comunidad, hace de ellos una presentación muy elogiosa. Se relaciona con
familias, como la de Filemón y la de Cloe, que con tanta solicitud se interesa por la comunidad de Corinto.
Guarda relación con los judíos cristianos y algunos colaboraran en la evangelización, como Aquila y Priscila.
Lidia con toda su familia son los primeros cristianos de Europa y convierten su casa en iglesia doméstica. Febe,
diaconisa de Cencres, lleva la carta de Pablo a los cristianos de Roma. La fidelidad al ministerio recibido
tampoco disminuye esta actitud, pues él mismo dice que en cosas accidentales no entra en discusión. La
apertura a todos los hombres, la seguridad personal y la riqueza y trascendencia de su doctrina hacen de Pablo
un hombre universal.

1. La universidad de su doctrina.

La figura de Pablo en sus relaciones sociales resultaba cercana y dialogante con las gentes que le
trataban, su doctrina despertaba interés en los que le escuchaban. El mensaje que presenta a los hombres de su
tiempo tiene también actualidad para nuestro mundo y los hombres que lo forman; para que su doctrina goce de
la universalidad del tiempo y del espacio. Su predicación en sus cartas dan solución a circunstancias concretas y
estos problemas se encuentran también en nuestros días, temas que se relacionan con el hombre, el mundo, el
mal, etc. Constituyendo así el tronco del árbol de la doctrina paulina, tienen hoy suma vigencia. Pablo es el
hombre creyente, el encuentro con Cristo ilumina su inteligencia y se da cuenta de que no está en la plena
verdad. El hombre actual siente necesidad de ser liberado de muchas esclavitudes que lo aprisionan. El mundo
en la literatura paulina tiene un significado cósmico, en cuanto que es una criatura salida de las manos del
creador. El Apóstol habla también de otro mundo, que es la sociedad en que vive el hombre. La doctrina paulina
confirma su universalidad explicando las raíces teológicas del pecado de los hombres y ofreciendo el remedio a
tanta indigencia. Pablo enviado en su actividad apostólica ha comprobado la eficacia redentora de Cristo. Los
hombres de buena voluntad claman por la paz, el amor y la solidaridad; más palpan su impotencia para alcanzar
estas metas. Necesitan una ayuda sobrenatural que convierta los corazones, estos deseos son gritos por la venida
de un Salvador. Los hombres de nuestros días perciben dentro de sí las ansias de vivir. Pablo, no sólo con su
doctrina, sino con su propia experiencia, es un testigo elocuente para los hombres de hoy y nos dice: Para mí la
vida es Cristo. La sociedad actual camina a una integración mundial de todos los hombres que pueblan la tierra,
formando una comunidad universal. A este reto responde la doctrina de Pablo reconociendo a todos los hombres
iguales, como hijos de Dios y hermanos entre sí. El apóstol resalta la dimensión espiritual del hombre que lo
libera de las esclavitudes localistas y le abre horizontes de universalidad. Pablo es el hombre que necesita
nuestra sociedad para que camine a la plenitud de su realización. Pablo, a la vez que presenta a la Iglesia como
prolongación del mismo Cristo, despierta en los cristianos el deber de colaborar en la salvación de todos los
hombres y no matar la acción del Espíritu que recibieron en el bautismo. Los exhorta a que sean imitadores
suyos, como él lo es de Cristo, y todos los hombres vengan al conocimiento de la verdad.

2. La actualidad del ejemplo de su vida.


Por eso su predicación tiene el poder de penetrar en las almas de los que lo escuchan. Su palabra no se ha
desgastado por el tiempo y todavía rezuma frescura y vitalidad. La fuerza persuasiva de su mensaje se ve
reforzada por el ejemplo de su vida. Procura que su lenguaje sea comprensible a unos y a otros y las imágenes
que emplea ilustran su mensaje, ayudan a su comprensión y mueven suavemente a vivirlo. A través de un
diálogo tan vivo con las comunidades Pablo ha logrado comunicarse con el mundo entero y es comunicador
universal. Armoniza tan bien la fidelidad al Espíritu y a la Iglesia, que abre nuevos caminos y elabora una
teología viva y actual. La acción apostólica de Pablo es un tejido perfecto de recursos humanos y divinos, por
eso su acción es tan fecunda. La fuerza del Espíritu convierte a Pablo en un servidor de todos los hombres. La
vida de Pablo, por la fuerza del amor que le anima y por la coherencia entre su fe y la práctica de su vida, goza
siempre de actualidad. Esta sinceridad y coherencia son un reflejo de su autenticidad; pero no alcanzarían toda
su fuerza persuasiva si no fueran contrastadas por la prueba del sufrimiento. Por la gracia de Dios soy lo que
soy, y la gracia que me confirió no resultó vana, antes me ha afanado más que todos ellos. Por eso el ejemplo de
la vida de Pablo gozará siempre de actualidad.

También podría gustarte