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SEMINARIO BÍBLICO PENTECOSTAL DE GUATEMALA

BACHILLERATO EN MINISTERIO PASTORAL URBANO


MODALIDAD RESIDENCIAL

CRISTOLOGÍA COMPARADA: UN ANÁLISIS DE LAS PERSPECTIVAS DE PABLO Y


JUAN

PRESENTADO A LA DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN Y PRODUCCIÓN


TEOLÓGICA EN CUMPLIMIENTO PARCIAL PREVIO A OPTAR AL TÍTULO DE
BACHILLER EN MINISTERIO PASTORAL URBANO

ARIEL ANTONIO MARTÍNEZ MALDONADO

El FISCAL, PALENCIA, GUATEMALA, 30 DE OCTUBRE DE 2020


INTRODUCCIÓN

El presente artículo de investigación busca explorar la cristología desde un abordaje

existencial. Es un intento por comprender una experiencia personal a través del planteamiento

de la interrogante: ¿cuál es el resultado teológico que se obtiene del análisis comparativo entre

las cristologías de Pablo y Juan?

Para ello, se analiza la perspectiva antropológica de Pablo, y la perspectiva metafísica de

Juan. Además, se realiza una síntesis que compara las similitudes y disimilitudes de ambas

cristologías, con la finalidad de interpretar la experiencia personal y la naturaleza de Cristo como

un concepto cristológico.

El desarrollo del presente artículo tiene como campo el área teológica. Por consiguiente, se

tomarán en cuenta dos líneas de pensamiento que abordan la cristología: el punto de vista

teológico, apoyado en concepciones filosóficas. Desde la línea teológica se aborda a Rudolf

Bultmann con su propuesta de desmitologización y a Leonardo Boff quien dialoga con

Bultmann desde su propuesta cristológica de interpelación para el hombre de hoy. Asimismo,

se valoran las concepciones filosóficas de Alain Badiou y Franz Hinkelammert acerca de la

cristología de Pablo. Por otro lado, Raymond Brown, con su estudio de La comunidad del

discípulo amado y Jaques Guillet, con su especial énfasis en la encarnación del Verbo,

contribuyen al abordaje de la cristología de Juan.

2
CRISTOLOGÍA COMPARADA: UN ANÁLISIS DE LAS PERSPECTIVAS DE PABLO Y

JUAN

La cristología es el estudio sobre la persona y obra de Cristo. Posteriormente se distingue

entre soteriología como doctrina de la obra salvífica de Cristo y cristología como doctrina de la

persona y las naturalezas de Cristo.1 Se busca explorar dichas doctrinas desde otras perspectivas;

con base en el análisis del pensamiento de Pablo y Juan.

I. CRISTOLOGÍA DE PABLO

Pablo es uno de los personajes más emblemáticos de la historia. Antes del camino a Damasco

se identificaba como Saulo, la forma helenizada del hebreo Saúl. Nació entre los años 5 y 10

d.C. en una ciudad turca llamada Tarso, capital de Cilicia. Se sabe que Pablo tenía alguna

deformación corporal y se supone que era el enanismo. “El enano vestido a la turca”2 era hijo

de un ciudadano romano, fabricante de tiendas de campaña.

La provincia de Cilicia se caracterizaba por su alta calidad intelectual y sus escuelas de

filosofía que rivalizaban con Atenas y Alejandría. Pablo nació en Tarso, pero fue criado en

Jerusalén,3 por lo que recibió una formación intelectual de alto nivel bajo dos corrientes: la

formación griega y la educación religiosa judía; fue uno de los discípulos más fervientes del rabí

Gamaliel, un prestigioso erudito de la época. 4

1
Christian Duquoc, Cristología: ensayo dogmático sobre Jesús de Nazaret el Mesías, segunda edición
(Salamanca: Ediciones Sígueme, 1974), 12.
2
Franz Hinkelammert, La maldición que pesa sobre la ley (Costa Rica: Editorial Arlekín, 2010), 15.
3
Wilfredo Calderón, Pablo el apóstol (Miami: Senda de Vida Publishers, 2011), 14.
4
Josef Holzner, San Pablo heraldo de Cristo (Barcelona: Herder, 1986), 29.

3
Los Hechos narra que, Pablo fue un fariseo, defensor de la ley y miembro del Sanedrín;

estuvo involucrado en la persecución y muerte de cristianos. Camino a Damasco, Pablo

experimentó un encuentro transformador con el Cristo resucitado y perdió la vista por tres días.

Entonces, llegó a él un hombre llamado Ananías, quién lo incorporó a la comunidad cristiana;

Saulo el perseguidor se transformó en el referente más importante de la misión del Nuevo

Testamento; evangelizó a miles de judíos y gentíles.5

Por lo tanto, la cristología de Pablo no pretende explicar la escencia metafísica de Cristo; se

enfoca en la experiencia personal del hombre. Pablo entiende a Cristo como Aquél por quien

Dios obra la salvación del hombre. Así, toda frase sobre Cristo es una frase sobre el hombre y

viceversa; la cristología paulina es al mismo tiempo antropología y soteriología.6

A. LA PERSONA DE JESÚS

Pablo no conoció personalmente a Jesús, pero su encuentro con el Jesús crucificado,

resucitado y personal, origina un pensamiento conceptual.7 Pablo presenta a Cristo desde la

experiencia, por la obra salvífica y en cuanto tiene un significado para el individuo.8 A diferencia

de los evangelios, Pablo no describe hechos de la vida de Jesús, aunque posiblemente en sus

catequesis contaba más de cuanto escribía en sus cartas.9 Pero, ¿quién es Jesús para Pablo?

5
Stanley Horton, El libro de los Hechos (Miami: Vida, 1987), 102.
6
Rudolf Bultmann, Teología del Nuevo Testamento (España: Ediciones Sígueme, 1980), 245.
7
Hinkelammert, La maldición que pesa sobre la ley, 21.

8
Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, 248.
9
Leonardo Boff, Jesucristo el Liberador (Buenos Aires: Libros SRL, 1975), 137.

4
Los estudios del criticismo del siglo XVIII revelaron que las fuentes de la tradición eran

interpretaciones de carácter mitológico, provenientes de ideologías dominantes. Según Rudolf

Bultmann, “la predicación de Jesús pertenece a los supuestos de la teología del NT y no es parte

de este”.10 Se trata de una suposición como los gnósticos y los estoicos; mitología pura.

Por ello, Bultmann propone una urgente desmitologización, que consiste en distinguir

entre Jesús y Cristo. El Jesús histórico existe a partir de los hechos del pasado que pueden ser

demostrados por los evangelios. El Cristo de la fe es la significación de un acontecimiento para

un periodo o persona. Para Bultmann, el valor cristológico de la humanidad histórica de Jesús

es irrelevante. “De la vida de Jesús, el kerygma precisa solamente en que Jesús vivió y murió

en la cruz. No hay necesidad de ir más allá, lo demuestra el mensaje de Pablo”.11 A Pablo sólo

le interesa que Jesús existió. No parece atribuirle más que el contexto histórico de referencia

para su concepto de Cristo. “Pablo no se refiere a una manera posible de conocer a Jesús, sino

a una perspectiva, un punto de vista y una actitud hacia él”.12

Los textos de Pablo ignoran las narraciones de milagros y enseñanzas del Jesús de los

evangelios,13 porque mira todo su camino desde la obediencia (Flp 2:8). De modo que se

convierte en la contra imagen de la desobediencia de Adán (Rom 5:19). El resto de los hechos

10
Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, 112.

11
Rudolf Bultmann, Creer y comprender I (Madrid: Stvdivm, 1974), 260.

12
Millard Erickson, Teología sistemática (Barcelona: Editorial Clie, 2008), 722.

13
Walter Kasper, Jesús el Cristo (Salamanca: Ediciones Sígueme, 1976), 248.

5
de Jesús no es el centro de su convicción.14 Pablo hace presente el mensaje de Jesús en la propia

vida. La fe en Jesús es un acceso al mundo en el cuál vive,15 su concepto de Cristo.

B. EL CONCEPTO DE CRISTO

Para Pablo, Cristo está vivo y es concreto en él (Gál 2:20). Es esa persona que ama, con

quien se puede hablar, que escucha, responde, y vive en él. “Es realmente el principio para

entender al mundo y encontrar el camino en la historia”.16

Hinkelammert define el camino a Damasco como el centro de la cristología paulina. Más

que una conversión, es una metanoía que revela una nueva identidad: la relación entre el Jesús

crucificado y el Cristo resucitado que dice a Pablo: ¿Por qué me persigues? (Hch 9:4). Pablo

entendió que perseguía a Cristo en la Iglesia y que la cruz representaba el sacrificio para la

redención de la humanidad.

Para explicar esa metanoía, Hinkelammert dice que, antes de la experiencia, Pablo era

alguien que ve (porque cumplía la ley), pero que es ciego al ver. En el momento de la

experiencia, Pablo se hace ciego, pero al encontrar lugar en la comunidad cristiana, él vuelve a

ver.17 Bultmann añade que, la experiencia de Pablo es un acontecimiento salvífico que

comprende la muerte y la resurrección de Jesús como un acto de la gracia de Dios.18 El

acontecimiento-Cristo es metanoía y un contacto con lo místico. Es una obra de gracia que

transforma el pensamiento a partir de que se cree en la muerte y la resurrección de Cristo.

14
Alain Badiou, San Pablo: la fundación del universalismo (Barcelona: Anthropos, 1999), 36.
15
Hinkelammert, La maldición que pesa sobre la ley, 21.
16
Boff, Jesucristo el liberador, 116.
17
Hinkelammert, La maldición que pesa sobre la ley, 87.
18
Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, 352.

6
Pablo propone una nueva línea universal que no es ley ni sabiduría, es independiente del

logos griego y la profecía judía; parte del principio que Dios envió a su Hijo y esto implica una

irrupción en la historia y una ruptura de la ley.19 El acontecimiento marca un nuevo horizonte;

el filósofo conoce las verdades eternas y el profeta las señales de lo que vendrá, pero el apóstol

proclama una posibilidad inaudita dependiente de la gracia.20 La sabiduría y la fuerza no pueden

ser agentes de transformación universal, pero el acontecimiento-Cristo lo hace desde la

debilidad. Por eso, Pablo dice: pues la locura de Dios es mas sabia que la sabiduría humana y

la debilidad de Dios es más fuerte que la fuerza humana (1 Cor 1:25).

Por lo tanto, Cristo es una figura mediadora para acabar con el desamparo y la

ignorancia. Cristo es una irrupción en la vida del hombre, que lo libera de la ley y lo hace un

hijo universal; un nuevo ser que encuentra la verdad por la fe y la fuerza en su debilidad, que

lleva este valioso tesoro en vasija frágil, siendo esa vasija uno mismo, el portador de la verdad,

quien también se rompe.21

C. LA MUERTE DE JESÚS

Ante la fragilidad del hombre, Pablo describe la salvación del creyente por la muerte de

Jesús como: perdón de los pecados, liberación, justificación, santificación y purificación.

Además, como superación de los poderes cósmicos, como la muerte.22 Para describir ese

elemento salvífico, Pablo utiliza elementos de distintas concepciones; parte de la concepción

cultual de los judíos para hablar del sacrificio expiatorio por el cual se efectúa el perdón de

19
Badiou, San Pablo: la fundación del universalismo, 46.
20
Ibíd., 49.

21
Ibíd.,58.
22
Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, 586.

7
pecados.23 También ve la muerte de Jesús como un acontecimiento cósmico, en el sentido de la

concepción vicaria que puede significar: todos están muertos (Rom 6:3-5). Es decir que, la

muerte de Jesús exime de la condición de muerte al hombre y es el medio porque son rescatados

de la maldición de la ley (Gál 3:13).

Finalmente se atribuye a la muerte de Jesús el sentido para librarnos de este perverso

mundo (Gál 1:4). La frase habéis sido bien comprados (1 Cor 6:20), significa la libertad de los

hombres del castigo y la culpa, las medidas que rigen al que cayó en pecado.24 La muerte de

Jesús fue propiciatoria (Rom 3:25) y vicaria (1 Tim 2:6). Remueve la ira de Dios contra la

creación; un concepto esencial de la universalidad paulina, que no se basa en la vida, sino en la

muerte de Jesús. Por ese sacrificio el hombre se vuelve a Dios en la misma posición de Adán al

principio.

D. LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

La resurrección valida la muerte de Jesús (1 Cor 15:3-4). Cristo resucitó con un cuerpo

glorificado que conservaba sus cicatrices; sus discípulos no le reconocieron inicialmente. Pablo

ha preservado la tradición más antigua sobre las apariciones de Jesús en su resurrección. Aún

más que la tradición oral de los evangelios. En Pablo, la resurrección está ligada al

acontecimiento; él describe la aparición de Cristo como revelación de su hijo en mi (Gal 1:16).

De esta declaración algunos afirman que, lo que Pablo recibió es una revelación totalmente

interna y subjetiva. Sin embargo, estas especulaciones carecen de base filológica. La preposición

23
Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, 354.
24
Ibíd.

8
griega en puede usarse para el dativo a mi. Esa aparición del Cristo resucitado a Pablo lo faculta

como apóstol.25

Por lo tanto, en Pablo la resurrección de Jesús no tiene su interés como un hecho

milagroso. La resurrección es la apertura de una época y el cambio de las relaciones entre lo

posible y lo imposible. Contrariamente al hecho, el acontecimiento no es medible sino según la

multiplicidad universal de la cual prescribe la posibilidad. En ese sentido es gracia y no

historia.26 Su sentido verdadero es que testifica la posible victoria sobre la muerte. De ahí que

sea necesario atar la resurrección a nuestra resurrección, ir de la singularidad a la universalidad,

e inversamente: Porque si los muertos no resucitan, tampoco Cristo ha resucitado (1 Cor

15:16). Para Pablo, el acontecimiento ha sucedido pura y simplemente en el anonimato de un

camino; un signo subjetivo de la resurrección de Cristo. Es en Pablo mismo la resurrección del

sujeto.27

E. EXPERIENCIA

Bultmann expone que, “toda frase sobre Dios, es al mismo tiempo una frase sobre el

hombre y viceversa. Por consiguiente, la teología paulina es al mismo tiempo antropología”.28

El concepto paulino de Cristo es lo que Él ha realizado para la salvación de los hombres. La

redención a través de su muerte y resurrección marca un punto de inflexión en el hombre y en

su relación con Dios. En este sentido, la clave para entender la cristología paulina es el concepto

25
George Ladd, Creo en la Resurrección de Jesús (Miami: Caribe, 1977), 146.
26
Badiou, San Pablo: la fundación del universalismo, 48.
27
Ibíd., 19.

28
Rudolf Bultmann, Teología del Nuevo Testamento, 248.

9
de metanoía como una experiencia que marca el paso de la Ley de Moisés a la ley de Cristo; del

pecado a la gracia.

De ese modo, Pablo plantea la resurrección como un símbolo de que lo imposible es

posible en Cristo. La metanoía también produjo una transformación exterior manifestada en ese

cambio de nombre, de Saulo a Pablo; una experiencia personal de encuentro entre el hombre y

la verdad, apartarse de lo corruptible para acercarse a lo divino.29

Pablo enfatiza en sus escritos que está fundamentado para hablar por su experiencia en

el camino a Damasco. Pablo es testigo de los sucesos porque han llegado a acontecer en él. Por

la gracia de Dios soy lo que soy (1 Cor 15:10). Es el yo soy como quien es convocado en el

camino por una intervención del azar.30 Cristo habita en él y ha llegado a serlo por gracia.

II. CRISTOLOGÍA DE JUAN

Para fines prácticos no se considera todo el corpus tradicionalmente atribuído a Juan, sino

únicamente el cuarto evangelio, escrito por el discipulo amado de Jesús (Jn 19:16). San Ireneo

identifica a este discipulo como Juan, que vivió en Éfeso hasta el tiempo de Trajano (98 d.C).

“Esta identificación del discípulo y evangelista como Juan, hijo de Zebedeo y uno de los doce;

con la variante menor según la cual él, tuvo ayudantes al escribir el Evangelio, gozó de una

aceptación casi universal por parte de la iglesia.”31

29
Nicholas Thomas Wright, La resurrección del Hijo de Dios (España: Editorial Verbo Divino, 2003),
344.
30
Badiou, San Pablo: la fundación del universalismo, 18.
31
Raymond Brown. El evangelio y las cartas de Juan (Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer, S.A,
2010), 16.

10
Según Raymond Brown, este evangelio debe ser leído desde dos niveles, porque cuenta la

historia de Jesús y de la comunidad que creía en él. Cuando Juan habla de la historia de Jesús se

enfoca en su esencia, principios y propiedades. Juan describe la naturaleza divina de Jesús como

el agente Creador de todo lo que existe, como el Verbo, el Logos divino. Por otro lado, se

entiende como comunidad juánica a la asociación de creyentes con cristología baja y alta. La

primera supone la aplicación de títulos derivados del AT, que no implican la divinidad (mesias,

profeta y siervo), Jesús es más un Maestro. La cristología alta implica una apreciación de Jesús

dentro de la esfera de la divinidad, expresada en el uso más sublime de Señor e Hijo de Dios,

así como la designación de Dios.32

Wellhausen y Bultmann fueron pioneros en afirmar que los evangelios hablan

primariamente de la comunidad en la que fueron escritos y secundariamente de Jesús. Brown

añade que, la presentación de Jesús y su mensaje es el interés primario. Los hechos y las palabras

de Jesús son incluidos en el evangelio porque el evangelista ve que son útiles para los miembros

de su comunidad.33 Desde esta perspectiva se analizan algunos criterios de la cristología de Juan.

Al decir que el evangelio fue escrito, se refiere al evangelista y al redactor.

A. LA PERSONA DE JESÚS

El prólogo del evangelio es un himno dirigido al Logos (Jn 1:1-18), a la Palabra de Dios,

Jesús. De esta Palabra se afirma su preexistencia (v 1-2), su papel mediador en la creación (v

3), como vida y luz de los hombres (v 3-4). Desde el principio se enfatiza la relación de la

32
Raymond Brown, La comunidad del discípulo amado (Salamanca: Ediciones Sígueme: 1991), 17.
33
Brown, La comunidad del discípulo amado, 16.

11
Palabra con el mundo, tal como se expresa en el rechazo (v10-11) o en la aceptación en la fe

(v12-13). Jesús es la Palabra hecha carne (v14) y se convierte en fuente de gracia para los

creyentes (v 16- 17). El misterio de Dios permanece, A Dios nadie lo ha visto jamás, pero se

revela por aquel que habita en el seno del Padre (v 18).34

En el periodo del 90 al 105 d.C. la comunidad juánica fue perseguida. El dualismo

gnóstico refutaba la encarnación del Logos. Los griegos consideraban la percepción directa del

tacto como el sentido más fiable. Entonces, Juan estableció la verdad de la naturaleza humana

de Jesús; Juan realmente escuchó, vio y tocó a Jesús. Por tanto, cuando Juan dice se hizo carne,

recalca la manifestación física de Jesús.35 La tradición juanina enfatiza la inseparable naturaleza

humana y divina de Jesús en un solo ser; por siempre será el Dios-hombre. 36

B. EL CONCEPTO DE CRISTO

El resto del evangelio amplía la idea central del prólogo: la preexistencia del Verbo.37

Juan se enfoca en la autopercepción de Jesús como Dios. Jesús nunca dijo explicitamente que

era Dios, pero si manifestó algunos indicios. Él afirmó tener una relación inusual con el Padre,

El padre y yo somos uno (Jn 10:30), quien le conoce a él y le ve, conoce y ve al Padre (Jn 14:7-

9), De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuera, yo soy (Jn 8:58). Observar que no

34
Horacio Lona, El evangelio de Juan (Argentina: Editorial Claretiana, 2000), 13.

35
Erickson, Teología sistemática, 720.

36
Catholic.net. “Jesucristo, una persona con dos naturalezas: verdadero Dios y verdadero hombre”.
Última modificación 5 de noviembre de 2018. Consultado el 21 de agosto de 2020.
https://es.catholic.net/op/articulos/71579/que-es-la-union-hipostatica.html#modal

37
Ernest Lohmeyer, Kyrios Jesus (Heidelberg: Carl Winter, 1961), 132.

12
dijo yo era sino yo soy. Leon Morris sugiere que implica un modo de ser que tiene un principio

definido y uno que es eterno. También es posible que Jesús se refiera a la fórmula Yo Soy con

la que Dios se autoidentifica en Éxodo 3:14-15. Porque en este caso, la fórmula Yo soy denota

existencia. El verbo no es copulativo (como en, yo soy el buen pastor; yo soy el camino, la

verdad y la vida). Otra alusión a la preexistencia está en la afirmación: Nadie subió al cielo sino

el que descendió del cielo, el Hijo del hombre, que está en el cielo (Jn 3:13).38

Para Juan, Jesús es Cristo por su acción creadora preexistente. La encarnación del Verbo

que estaba en el principio con Dios, es el medio por el cuál el hombre ve y conoce al Padre. De

acuerdo con Justo Gonzáles la encarnación es “un acto de Dios de tomar carne en Jesucristo. La

encarnación de Cristo es el centro de la fe cristiana”.39 Al igual que Cristo, la Palabra transmitida

a la comunidad juánica se hizo carne.

C. LA MUERTE DE JESÚS

El evangelio de Juan fue escrito por un testigo ocular que estuvo a los pies de la cruz (Jn

19:35).40 El relato de la pasión coincide con la tradición sinóptica, pero enfatiza el dominio

soberano de Jesús. Se trata del cumplimiento de una revelación que finaliza en el sufrimiento y

el silencio. Jesús no se mete en discusiones; deja a los hombres que sigan con lo suyo (Jn 13:27)

y al Padre que realice su obra ( Jn 18:11). En el relato hay tres momentos solemnes: Aquí tenéis

al hombre (Jn 19:5); Aquí tenéis a vuestro rey (Jn 19: 14) Jesús nazareno, el rey de los judíos

38
Erickson, Teología sistemática, 725.
39
Justo L. González, Diccionario manual teológico (España: Editorial CLIE, 2010), 96.
40
Raymond Brown. El evangelio y las cartas de Juan, 16.

13
(Jn 19: 19-20). Estos tres episodios explican la naturaleza de Jesús. Cuando Pilato quiso hacer

una parodia anunciando la llegada de un nuevo rey, estaba profetizando de parte de Dios y

concretando las palabras de Jesús. La hora en que se levanto la cruz se convierte en la revelación

anunciada: Cuando levantéis en alto al Hijo del Hombre, entonces comprenderéis que yo soy el

que soy y que no hago nada por mi (Jn 8:28).

El misterio más profundo de Jesús es que, la plenitud del yo soy coincide con la

obediencia y el desprendimiento que necesita la cruz. Cuando Jesús confesó en Getsemaní Yo

soy, se hizo visible la pérdida de iniciativa y libertad. Yo no busco mi prestigio, otro se encarga

de eso y es juez en el asunto (Jn 8:50) es mi Padre quien me glorifica (Jn 8:54).41 La muerte

obediente de Jesús es la concreción definitiva de toda su actividad. La significación salvífica de

Jesús no se limita a su muerte, pero tal significación experimenta en la muerte de Jesús su

claridad y definitividad última.42

D. LA RESURRECIÓN DE CRISTO

Los discípulos de Jesús entendieron su muerte como el fin de sus esperanzas. Volvieron

a sus familias y a su profesión. El mensaje de Jesús sobre el acercamiento del Reino de Dios

parecía haber sido desmentido por su final. Bultmann afirma que, Jesús resucitó el kerygma de

sus discípulos como acontecimiento escatológico: “Jesús está verdaderamente presente en el

kerygma, que es su Palabra, la que alcanza al oyente en el kerygma... La presencia de Cristo

41
Jacques Guillet, Jesucristo en el evangelio de Juan (Pamplona: Editorial Verbo Divino, 1982), 55.
42
Kasper, Jesús el Cristo, 142.

14
permanece en la historia a través del testimonio de la resurrección de la iglesia apostólica”.43

Sólo en y por este testimonio el Cristo resucitado es real por su espíritu en la historia, pues la

realidad histórica jamás es independiente. En este sentido se puede decir que Cristo ha

resucitado para el kerygma.

Por lo tanto, para Juan la resurrección es un acto supremo de amor del Padre (Jn 18:11;

19:28). Al entregar su Espíritu se convierte en un ser capaz de dar el Espíritu Santo a toda

criatura. Los relatos de apariciones enfatizan la identidad del Resucitado con el Jesús del

Calvario y una nueva experiencia: “el Padre de Jesús se ha convertido en Padre de todos ellos”.44

La resurrección es el cumplimiento de: mi Padre y yo..., yo y vosotros y como tú, Padre, estás

conmigo y yo contigo (Jn 17: 21), también los creyentes ahora son uno con el Hijo y el Padre.

E. EXPERIENCIA

Ante las dos grandes preguntas de la humanidad: ¿de dónde venimos? y ¿quién o qué es

Dios? Aristóteles dijo: venimos de una causa que es el efecto de una causa anterior, pero hay

una causa en sí misma, el principio de todas las causas; el motor inmóvil. Dicho motor inmóvil

fue denominado como Logos, una palabra griega que se deriva de legó que traducido es: verbo.45

Juan describe a Cristo desde el propio pensamiento griego, como el Verbo, el Logos divino.

El cuarto evangelio hace alarde de ser testigo ocular de la encarnación del Logos (Jn 19, 35;

21, 24).46 Juan y los que estaban cercanos a Jesús, le consideraban tan completamente humano

43
Kasper, Jesús el Cristo, 144.
44
Guillet, Jesucristo en el evangelio de Juan, 57.
45
Karol Wojtyla, Evangelización y el hombre interior (s/l: Universidad Navarrensis, s/a), 43.
46
Ibíd., 27.

15
como ellos mismos. El discípulo amado experimentó de primera mano al Logos encarnado.

Aunque esta información se ha querido desvirtuar, la historia la respalda. Ireneo escribe: “Juan,

el discípulo del Señor, el que reposó en su pecho, él mismo publicó el evangelio mientras vivía

en Éfeso de Asia”.47 Desde esa relación tan íntima con su Maestro, Juan es testigo y partícipe

de los milagros y enseñanzas de Jesucristo, el Verbo.

III. SÍNTESIS COMPARATIVA

La cristología de Pablo no especula sobre las naturalezas de Cristo, sino que habla de Él

como un acontecimiento salvífico que ocurre en la vida del hombre. La cristología paulina es

antropología y soteriología. La cristología de Juan se enfoca en la esencia y propiedades de

Cristo. Juan presenta a Cristo como el agente Creador, el logos divino. La cristología de Juan es

metafísica. El análisis comparativo de ambas cristologías se sintetiza en las similitudes y

disimilitudes de cada criterio.

A. LA PERSONA DE JESÚS

Pablo no conoció personalmente a Jesús. El camino a Damasco origina un pensamiento

conceptual. A Pablo sólo interesa que Jesús existió y no se preocupa por describir su naturaleza

y sus hechos. La fe en Jesús es un acceso a su concepto de Cristo. Por otro lado, Juan convivió

personalmente con Jesús, la Palabra hecha carne, por ello enfatiza la inseparable naturaleza

divina y humana de Jesús.

47
Alday Carrillo, El Evangelio según San Juan (España: Editorial Verbo Divino, 2010), 50.

16
B. EL CONCEPTO DE CRISTO

Para Pablo, Cristo es una venida y una irrupción en la vida del hombre. Cristo es quien

libera al individuo de la ley y lo hace hijo universal. El acontecimiento-Cristo es metanoía y un

contacto con lo místico. Es una obra de gracia que transforma la manera de pensar por la fe en

la muerte y resurrección de Cristo. Para Juan, Jesús es Cristo por su acción creadora preexistente.

La encarnación del Verbo que estaba en el principio con Dios, es el medio por el cuál el hombre

ve y conoce al Padre.

C. LA MUERTE DE JESÚS

El enfoque universal de Pablo no se basa en la vida, sino en la muerte propiciatoria y

vicaria de Jesús; es el sacrificio que remueve la ira de Dios en contra de la creación y permite

que el hombre se vuelva nuevamente a Él. Para Juan, la muerte de Jesús es un momento en la

obra salvífica; en ella todos sus milagros y enseñanzas alcanzan claridad y es el culmen de toda

su actividad.

D. LA RESURRECCIÓN DE CRISTO

Para Pablo, la resurrección no tiene interés como hecho milagroso, sino que testifica la

posible victoria sobre la muerte. Su resurrección significa nuestra resurrección. Es un símbolo

que lo imposible es posible en Cristo. Para Juan, la resurrección es el acto supremo del amor del

Padre. Es el cumplimento de la revelación de Jesús y la motivación para el kerygma apostólico.

17
E. EXPERIENCIA

Para Pablo, Cristo es la obra para la salvación de los hombres. La redención a través de

su muerte y resurrección marca un punto de inflexión en la situación del individuo; una

experiencia que marca el paso de la ignorancia a la fe y del pecado a la gracia. Este

acontecimiento es manifestado en el interior y el exterior del hombre. Cristo habita en él y ha

llegado a serlo por gracia. Por otro lado, Juan el discípulo amado, experimentó de primera mano

la encarnación de Logos. Desde esa relación íntima con Jesús, Juan es testigo y partícipe de los

milagros y enseñanzas del Verbo encarnado.

18
CONCLUSIÓN

La cristología de Pablo explica la naturaleza de Cristo desde un enfoque en la experiencia

personal del hombre. La cristología de Juan describe la naturaleza divina de Cristo; se enfoca

en la encarnación del Verbo.

Se concluye que, la perspectiva antropológica de Pablo y la perspectiva metafísica de Juan

se relacionan entre sí, pues interpretan el acontecimiento-Cristo desde sus realidades. El

acontecimiento es factible por la encarnación del Verbo; el medio por el cuál el hombre ve y

conoce al Padre. Cristo ha resucitado en el hombre como un acto supremo de gracia y amor del

Padre; los creyentes son uno con el Hijo y con el Padre. Por lo tanto, la metanoía es posible por

la naturaleza divina de Jesucristo.

El objetivo de esta investigación fue alcanzado satisfactoriamente. El resultado teológico

que se obtiene del análisis comparativo entre las cristologías de Pablo y Juan es, la interpretación

de Jesús el Cristo como un acontecimiento de transformación personal mediante una

intervención divina. Esta investigación invita al lector a explorar sus experiencias personales de

encuentro con Cristo desde perspectivas que enriquezcan la fe y el servicio cristiano.

19
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Boff, Leonardo. Jesucristo el Liberador. Buenos Aires: Libros SRL, 1975.

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