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Los annales, la historia como suma de las experiencias humanas.

La historiografía en la lengua francesa se caracteriza por desconfiar de la


filosofía, la cual identificamos como la filosofía de estilo hegeliano, por otra
parte, la filosofía heredera de Dilthey y Max Weber nunca ha sido integrada
en la corriente principal de la historiografía francesa.

Paul Ricoer dice: en las obras más cuidadas de metodología no se encuentra


una reflexión similar a la de la escuela alemana de principios de siglo.
el vigor de la escuela francesa está en otro lugar, en la estricta conexión al
oficio del historiador y lo mejor que ofrece la historiografía francesa es la
metodología de hombres conocedores del contenido. el historiador no toma
recursos de la filosofía y niega el carácter narrativo de la historia tal como se
escribe hoy en día. el eclipse narrativo que procede es culpa de un
desplazamiento del objeto de estudio, el individuo ya dejo de ser el agente y el
sitio principal paso a ser ocupado por el hecho social en su totalidad. como
siguiente se puede ver, primero, como el historiador entiende su oficio.
segundo, dar seguimiento al objeto y a la duración histórica que desplaza
hacia las estructuras del tiempo largo. esta corriente de historiadores franceses
ha podido rebasar las fronteras del hexágono, para proyectarse no sólo en
Europa entera, sino en el mundo, como una de las más importantes corrientes
historiográficas del siglo XX. De este modo, los últimos veinte años han visto
multiplicarse las traducciones de las obras de los principales autores de esta
corriente, al mismo tiempo que han acrecentado el interés y la expectativa por
los nuevos desarrollos y resultados que se van produciendo dentro de las
diversas líneas de investigación que esta misma corriente impulsa
actualmente.
Comenzando la tercera década del presente siglo, la historiografía francesa se
convirtió en el eje de una manera diferente de hacer historia, los historiadores
comenzaron a alejarse de la filosofía, dejando atrás los paradigmas de la
historiografía positivista. En este intento se produjeron obras muy
significativas de un grupo de investigadores vinculados a una revista annales
de historia económica y social, fundada en 1929.

En su primera fase, este movimiento duro aproximada mente de 1929 hasta el


fin de la segunda guerra mundial. Terminada esta, los pioneros annalistas
fueron continuando por un segundo grupo, que a diferencia de sus maestros
Bloch y Febvre, los llamados rebeldes de su generación, lograron la
aceptación de los medios académicos franceses.

Ha pasado casi un siglo desde que la corriente de “Los Annales” nos plantea
una manera de ver la historia no sólo como un conjunto de acontecimientos y
fechas. Como dice Bloch, los historiadores pueden ser los abuelos, contando
sus propias vivencias y relatar con palabras simples los acontecimientos que
vivieron. Sean estas experiencias laborales, políticas, sociales, incluso
comentar sobre música y aspectos de la moda. Los temas para abordar son
infinitos cualquier edad tenga su interlocutor.

Mas cerca de las ciencias sociales

(Fernand Braudel)

Fernand Braudel nació el 24 de agosto de 1902 en Luméville-en-Ornois,


Francia. En su infancia y animado por su padre, matemático, estudió lenguas
clásicas y humanidades. En un primer momento quiso ser médico, pero su
padre se lo impidió y optó por la historia. Antes de la Segunda Guerra
Mundial impartió clases de historia en institutos de Argelia, desde 1923 a
1932, y en París desde 1932 a 1935, donde conoció a Lucien Febvre. También
impartió clases en la Universidad de Sao Paulo desde 1935 a 1938. Sus
continuos viajes por el mundo le permitieron tomar conciencia de la visión
global de la historia que luego plasmará en sus escritos.

Toda su concepción de la historia está muy influenciada por la escuela de los


Annales, iniciada a principios de siglo por Lucien Febvre y Marc Bloch. Él
mismo está considerado como figura preeminente de la segunda corriente de
esta escuela y en 1956 pasó a ser editor de la revista Annales.

A pesar de la enorme influencia que Braudel ejerció sobre la historiografía


contemporánea y sobre el resto de ciencias sociales, su bibliografía se reduce a
dos grandes obras y a una multitud de artículos y escritos. Sus dos obras clave
son El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe
II y Civilización material, economía y capitalismo, y ambas condensan toda su
mentalidad histórica. Una tercera obra, Historia de Francia, con la que
buscaba recorrer la trayectoria de la identidad francesa a lo largo de los
tiempos, fue su último gran proyecto que dejó inacabado pues falleció antes de
poder completarlo.

Su objetivo no se limita a captar un instante del entorno del Mediterráneo y


trata, por el contrario, de extender lo suficiente su estudio para comprender la
mecánica que opera en los movimientos de los fenómenos históricos
observables. Para lograr esta finalidad divide su obra en tres grandes estratos
superpuestos, cuyos impulsos se generan de abajo a arriba. El primero
corresponde al tiempo geográfico y a los fenómenos de larga duración. En
este nivel todo transcurre más lento, hecho de retornos insistentes, de ciclos
que recomienzan sin cesar y que definen equilibrios frágiles entre los hombres
y el medio. A este estrato pertenecen los movimientos de las montañas, la
trashumancia, la sedentarización de unas u otras cabañas ganaderas, el
barbecho, el clima y las soluciones fijadas en el marco de las civilizaciones.

Sebastian Carroll Sierra


Historia
Universidad del Atlántico
2020.

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