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Jaume Aurell (2005)

LA ESCRITURA DE LA MEMORIA. DE LOS POSITIVISMOS A LOS POSMODERNISMOS

III. LA DICTADURA DEL PARADIGMA DE POSGUERRA

La Segunda Guerra Mundial supuso una ruptura intelectual de amplias resonancias. La nueva situación política llevó a la
búsqueda de un nuevo paradigma que se acomodara y fuera el sustento ideológico de los grandes modelos. El lenguaje histórico
se volvió esquemático y se acudió por encima de todo a las grandes estructuras interpretativas, que ahogaron cualquier exposición
narrativa de la realidad histórica. El trabajo histórico quedaba reducido a una cuestión de estructuras más que de personas, de
colectividades más que de individuos, de motivaciones económicas más que de psicológicas, de cuantificación más que de
narración. Se desarrollaron tres modelos que, en el fondo, respondían a un mismo paradigma historiográfico. Se trataba del
modelo económico marxista, del modelo ecológico-demográfico francés y de la cliometría norteamericana.

EL ESTRUCTURALISMO HISTÓRICO FRANCÉS

El estructuralismo se divulgó a partir de la Segunda Guerra Mundial, afectando a las más diversas ciencias sociales. En historia,
se identificó con la obra de Fernand Braudel (1902-1985), el líder de la segunda generación de los Annales. En la organización
del plan de la primera gran obra de Braudel (su tesis sobre el Mediterráneo de Felipe II) está inscrita su misma concepción de la
historia y del devenir del tiempo histórico. En la tercera parte, se refleja la historia del rápido movimiento de los acontecimientos,
aquellos que los historiadores de Annales llamaban despectivamente el ámbito de la historia événementielle. En algún momento
Braudel se dio cuenta de que los sucesos no son lo más importante, entonces, en la segunda parte del libro trata de describir el
lento devenir de las estructuras económicas, sociales y políticas. Se llega así a una historia de las estructuras, al tiempo de la
media duración, sistemas económicos, estados, sociedades, civilizaciones y cambiantes formas de guerra. La primera parte del
libro es la que intenta reflejar las estructuras más profundas, las más duraderas, las de larga duración. Es la relación que se
establece entre el hombre y el medio, entre la historia y la geografía, entre la sociedad y su ambiente. Para Braudel, el tiempo se
mueve a diferentes velocidades. Hay un tiempo geográfico, un tiempo social y un tiempo individual, que se relacionan
concomitantemente con un tiempo de larga, media y corta duración. Ahí es precisamente donde el planteamiento de Braudel se
muestra más vulnerable: la crítica más importante que se hizo al estructuralismo es su determinismo, donde el hombre queda
aprisionado en su contexto físico y en su estructura mental.
El influjo del estructuralismo braudeliano se concretó también en la publicación de una serie de monografías, fruto de unas
ingentes y pacientes investigaciones que duraban años, por parte de algunos historiadores franceses que después serían los
principales exponentes de la tercera generación de los Annales, como Georges Duby, Pierre Goubert, Emmanuel Le Roy Ladurie.
Estos constituyeron lo que se ha denominado el modelo histórico-demográfico, porque basaban su eficacia en un análisis del
equilibrio entre recursos físicos y consecuciones humanas. La obra de Braudel, junto a la construcción de grandes monografías al
más puro estilo annalitico, es la que predomina en el ámbito de la historiografía francesa durante los años de posguerra.

LA ESCUELA MARXISTA BRITÁNICA

El materialismo histórico había influido en Inglaterra desde muchos años atrás. Sin embargo, hasta 1945 esa tendencia nunca
había cuajado en una escuela verdaderamente historiográfica. Ésa fue la función que ejercieron el grupo de historiadores del
Partido Comunista Británico. Fundado en 1946, contó con figuras como Christopher Hill, Rodney Hilton, Eric Hobsbawm,
Raymond Williams, E. P. Thompson, etc., etc. Algunos de estos fundaron una de las revistas de mayor trascendencia en el
panorama historiográfico del siglo XX: Past and Present (1952). Los historiadores marxistas británicos se propusieron afrontar el
análisis de temas históricos de gran alcance, como el paso de la antigüedad al feudalismo (Perry Anderson), la transición del
feudalismo al capitalismo(Maurice Dobb, Rodney Hilton, E. Hobsbawm) y el desarrollo de la revolución industrial. En 1956, el
grupo dio un importante giro metodológico y vivencial. Sus trabajos pivotaron a partir de entonces hacia una historia más cultural
e intelectual que propiamente socioeconómica. A Raymond Williams correspondió la labor de mayor alcance teórico. Él fue
quien aplicó con mayor precisión la epistemología marxista. Desarrolló el uso de algunos términos del marxismo ortodoxo, como
infraestructura y superestructura, en la disciplina histórica. Hobsbawm contribuyó a la renovación teórica de la historiografía
marxista, no sólo a través de su participación en el debate sobre la transición del feudalismo al capitalismo, sino con
publicaciones de marcado carácter metodológico. Más duradera y profunda fue la influencia de E. P. Thompson (1924-1993). Su
estudio sobre la clase obrera en Inglaterra supuso un auténtico “giro cultural” para el marxismo historiográfico. Rechazó
explícitamente la dicotomía “estructura/superestructura” y se centró en lo que él mismo dio en llamar “las mediaciones morales y
culturales” y en el modo como las experiencias materiales son aprehendidas de un modo cultural. La divulgación de su obra
supuso la confirmación de la vía culturalista del marxismo historiográfico, que presta mayor atención a los aspectos intelectuales
(Thompson, Hobsbawm, Ginzburg, Levi), en oposición a la estructuralista, más preocupada por los estados de transición de las
grandes etapas históricas (Dobb, Sweezy, Wallerstein) Thompson introdujo la noción de cultura en el estudio de las concepciones
del trabajo y transformó radicalmente el punto de vista del análisis materialista. El “giro cultural” del marxismo en los años
sesenta tendría su continuidad en el “giro lingüístico” que afectó a esta corriente a partir de los años ochenta.

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La escuela británica marxista de los años cincuenta y sesenta es muy heterogénea. Sin embargo, se puede considerar como la
aplicación más eficaz de los postulados del materialismo histórico en la historiografía.

LAS GRANDES MONOGRAFÍAS: LA TIERRA, LOS HOMBRES Y LAS ESTADÍSTICAS

La aplicación de los medios técnicos a la investigación, la facilidad con que se podrían construir grandes estadísticas, la tendencia
al discurso seriado por encima del narrativo, llevarían a la historia a procurarse un lenguaje estrictamente científico, que se
opondría a una tradición narrativa supuestamente a-científica. La historia cuantitativa es la utilización sistemática de fuentes y de
métodos estadísticos en la descripción y el análisis histórico. La llamada revolución cuantitativa se desarrolla en el campo de la
historiografía en los años cincuenta, sesenta y buena parte de los setenta, coincidiendo con la hegemonía del estructuralismo de la
segunda generación de los Annales y el materialismo histórico británico. La historia económica pasa a ser uno de los campos
estrella, especialmente centrada en la historia de los precios y de los ciclos de crecimiento y decadencia. El concepto de crisis
económica parece dar la clave de todos los principales acontecimientos históricos. La historia cuantitativa se presentó como la
panacea de la asimilación del lenguaje histórico al lenguaje propiamente científico. Todas estas ideas encontraron un campo de
aplicación natural en el campo de la demografía. Jean Meuvret puso de moda la expresión crisis de subsistencias. Las ideas
maltusianas volvieron a ponerse de moda, aplicándolas acríticamente a una realidad muy diferente respecto al período desde el
que fueron creadas. Se revitalizaron fuentes escasamente utilizadas hasta entonces, de las que se hacía un tratamiento estadístico
sistemático: los censos; los documentos parroquiales; los inventarios de propiedad, etc., etc. En Norteamérica, algunos
historiadores pretendieron llevar hasta sus últimas consecuencias las repercusiones de la aplicación del lenguaje de las ciencias
experimentales a la disciplina histórica. Se creó así la cliometría, que tuvo un escaso influjo más allá de las fronteras
norteamericanas, pero que ha quedado como muestra de la radicalidad de los ensayos cuantitativistas, serializados y
computarizados. Los estudios cuantitativos y demográficos implicaron también una disminución del alcance del campo analizado.
Abundaron estudios locales, de modo que la historia regional se consolidó como un verdadero y propio ámbito historiográfico. Se
aplicó la historia serial al análisis microscópico de los fenómenos sociales.

La historiografía sufre una transformación muy contundente durante los treinta años que transcurren desde el final de la Segunda
Guerra Mundial al desencadenamiento de las crisis intelectuales de finales de los sesenta y las crisis económicas de principios de
los años setenta. El estructuralismo braudeliano, el marxismo de cuño anglosajón y la historia cuantitativa son las corrientes
predominantes. Aunque muy diversas en sus postulados y en sus metodologías, estas corrientes coinciden en la búsqueda de un
lenguaje científico para la historia, que sustituya a la narración tradicional. Los métodos estadísticos se aplican abrumadoramente
en la investigación histórica. Donde no hay tratamiento estadístico, falta el rigor histórico. No se concibe una historia donde la
narración no vaya acompañada de prescriptiva demostración cuantitativa y estadística, legitimadora de sus resultados y
conclusiones. Sin embargo, ya a finales de los sesenta empezó a experimentarse en los diferentes ámbitos de las ciencias sociales
una apelación al retorno a un lenguaje comprensible y narrativo, alejado de los códigos esquemáticos y científicos del marxismo
el estructuralismo. Durante los años setenta, esa historia de carácter eminentemente económico y serial dejará paso
progresivamente a una historia social, cultural y mental.

[Jaume Aurell, La escritura de la memoria. De los positivismos a los postmodernismos, Universitat de Valencia, Valencia,
2005, pp. 67-85]

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