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El autocontrol es la capacidad que tiene cada persona para dominarse a sí mismo, lo que
implica controlar las propias emociones, comportamientos, deseos o simplemente
la capacidad de estar tranquilo. Esta habilidad nos permite afrontar cada momento de
la vida con mayor serenidad y eficacia, lo cual se encuentra relacionado con la calidad
de vida. Por lo que si logramos controlar nuestro comportamiento y emociones,
viviremos mejor.
Parte fundamental de que nuestros hijos desarrollen esta habilidad, es que nosotros como
padres seamos un ejemplo diario a seguir, ya que de nuestra forma de actuar y
comportarnos con los demás, ellos están aprendiendo qué acciones son correctas o
incorrectas. Por ejemplo: si cuando me enojo suelo romper cosas, alzar la voz e iniciar
discusiones o peleas con los demás, mi hijo observará este comportamiento y asimilará
que es la forma natural de actuar, lo que provocará que repita esta conducta con sus
compañeros, maestros, familiares, etc.
El nombre de las emociones básicas: alegría, enojo, tristeza, miedo, ansiedad. Si,
son capaces de ponerle nombre a lo que sienten será mas fácil para ellos
manejarlo.
A reconocer las reacciones que provocan las emociones en su cuerpo, y a
identificar cuáles son reacciones socialmente aceptadas y cuales no.
A identificar las reglas de convivencia básicas: pedir las cosas por favor, decir
gracias, esperar su turno, que busquen siempre el bienestar común y no sólo lo que
ellos necesitan.
El respeto a los mayores, en medida que ellos logren tratar con respeto a las
personas adultas, empezarán a reconocer la autoridad de sus maestros y sabrán
acatar sus indicaciones, lo cual mejorará su rendimiento en el aula.
NOTA: Para los alumnos que aún no han desarrollado el lenguaje oral, es
importante que busquen una manera de expresar sus emociones necesidades y
pensamientos, ya sea por medio de gestos, imágenes o señas.