autorregulación emocional que consiste en tomar una postura independiente y neutral frente a un evento que nos causa sentimientos muy poderosos. De esta manera somos capaces de reducir su impacto en nosotros y es más sencillo escoger la respuesta que queremos dar.
Por ejemplo, cuando nos enfadamos con otra persona
podemos escoger parar durante un momento y reflexionar sobre lo que ha ocurrido de forma imparcial. Cuando hacemos esto lo más probable es que nos demos cuenta de que la situación no es tan extrema como pensábamos al principio, y seamos capaces de responder de manera más adecuada.
Actividades para desarrollar la
autorregulación emocional.
Desarrollar nuestra capacidad de autorregulación
emocional es algo fundamental a la hora de llevar una vida satisfactoria y que vaya de acuerdo a nuestros valores. Por suerte, existen muchas actividades que podemos llevar a cabo para conseguirlo, sin importar nuestra edad o nuestra experiencia previa en este sentido.
En niños: Reconocer y etiquetar emociones.
El primer paso para aprender a regular nuestras
emociones es darnos cuenta de qué estamos sintiendo en cada momento. Los niños generalmente tienen muchos problemas para ser conscientes de sus emociones, por lo que practicar de manera deliberada a darse cuenta de ello les ayudará mucho.
En el caso de los niños, esta actividad es más útil en
los momentos en los que están relajados. Para llevarla a cabo podemos hacerles pensar sobre momentos de su vida en los que han sentido emociones intensas: tristeza, enfado, miedo… La idea es llevarles a experimentar estos sentimientos de manera segura y controlada, para que más tarde les sea más fácil identificarlos.
Después de haberse dado cuenta de qué experimentan
con cada una de estas emociones, el siguiente paso es darles un nombre fácilmente reconocible. Muchos expertos recomiendan ponerles un nombre propio, de tal manera que cuando experimente sentimientos muy fuertes el niño pueda observarlos como si fueran otra persona. Esto le ayudará a gestionarlos mejor y no dejarse arrastrar tanto por ellos.
En Adolescente: Escribir un diario
Los adolescentes tienen una capacidad de
autoconocimiento mucho mayor que los niños. Sin embargo, durante esta época es habitual que las emociones se acaben desbordando y les sea muy difícil separar todos los sentimientos que les invaden en cada situación. En este sentido, llevar un diario donde apunten aquello que les va ocurriendo y la manera en la que reaccionan en cada situación puede ser de mucha ayuda. Hacerlo les permitirá tomar cierta distancia cognitiva de sus propias emociones, además de servirles para identificar patrones y darse cuenta de cuáles son sus respuestas más habituales. Al escribir un diario los adolescentes pueden elegir de manera más sencilla cómo quieren reaccionar frente a los retos y problemas que se encuentran en su vida cotidiana, teniendo así una mayor libertad y siendo capaces de reaccionar de formas más constructivas a sus propias emociones.
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