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La ecografía es el método más efectivo para detectar cálculos biliares. Los cálculos aparecen como estructuras móviles y ecogénicas que generan sombra acústica, cuya detección depende del tamaño del cálculo. Los principales diagnósticos diferenciales son los pólipos y acúmulos de barro biliar, que no son móviles ni producen sombra. La colecistitis aguda se caracteriza por la presencia de cálculos, engrosamiento de la pared vesicular, aumento del
La ecografía es el método más efectivo para detectar cálculos biliares. Los cálculos aparecen como estructuras móviles y ecogénicas que generan sombra acústica, cuya detección depende del tamaño del cálculo. Los principales diagnósticos diferenciales son los pólipos y acúmulos de barro biliar, que no son móviles ni producen sombra. La colecistitis aguda se caracteriza por la presencia de cálculos, engrosamiento de la pared vesicular, aumento del
La ecografía es el método más efectivo para detectar cálculos biliares. Los cálculos aparecen como estructuras móviles y ecogénicas que generan sombra acústica, cuya detección depende del tamaño del cálculo. Los principales diagnósticos diferenciales son los pólipos y acúmulos de barro biliar, que no son móviles ni producen sombra. La colecistitis aguda se caracteriza por la presencia de cálculos, engrosamiento de la pared vesicular, aumento del
Los cálculos biliares se encuentran hasta en el 10% de la población.
La mayoría de las colelitiasis son asintomáticas (silentes).
El síntoma más frecuente de la colelitiasis es el cólico bIliar, que se manifiesta como un dolor agudo en el hipocondrio derecho o en epigastrio que se prolonga durante 6 horas y que finaliza cuando el cálculo se desimpacta del cuello de la vesícula o pasa completamente a través del conducto cístico. La colelitiasis puede causar, también, síntomas dispépticos inespecíficos. La ecografía ha adquirido un papel importante en la evaluación de la vesícula biliar porque es el método más sensible para detectar los cálculos biliares. Se ha documentado en múltiples estudios una sensibilidad superior al 95%, y valores predictivos positivos y negativos cercanos al 100%. Incluso en pacientes obesos, la ecografía es el mejor método para detectar los cálculos biliares. Los cálculos biliares aparecen como estructuras móviles, ecogénicas, intraluminales, que generan sombra acústica. Las sombras se deben a la absorción del haz de ultrasonidos por el cálculo. La demostración de la sombra es importante para distinguir los cálculos de otras anomalías intraluminales. La sombra depende fundamentalmente del tamaño del cálculo. Los cálculos menores de 3 mm pueden no causar sombra acústica detectable. Por el contrario, la sombra es independiente de la composición del cálculo. En particular, no es precisa la calcificación para la producción de sombra acústica. En gran parte, todos los cálculos resultan iguales en la ecografía. Han de optimizarse los factores técnicos para demostrar la sombra acústica generada por los cálculos de pequeño tamaño. La absorción de los ultrasonidos aumenta con frecuencias altas por lo que los cálculos sin sombra pueden transformarse en cálculos con sombra optando por un transductor de mayor frecuencia. Otro factor importante es la zona focal. El perfil del haz es más estrecho en la zona focal, por lo que debería valorarse en la profundidad del cálculo, de modo que éste absorba el mayor porcentaje del haz de ultrasonidos. Si existe colelitiasis múltiple puede valorarse colocando al paciente de forma que los cálculos se sitúen juntos. Los principales diagnósticos diferenciales son los pólipos de vesícula biliar y acúmulos de barro biliar. Los pólipos son estructuras de partes blandas adheridas a la pared de la vesícula biliar. No se movilizan ni producen sombra acústica. Los acúmulos de barro biliar (barro tumefacto) casi siempre son móviles, pero no causan sombra. Además, los acúmulos de barro biliar, generalmente, son de tamaño algo mayor que los cálculos sin sombra. Es más difícil reconocer una vesícula completamente ocupada por cálculos que con bilis. Todo lo que se observa es una estructura ecogénica con sombra en el hipocondrio derecho que podría confundirse con un asa intestinal con gas. Si se identifica la vesícula biliar perfectamente reconocible en cualquier otra localización, el problema está resuelto. Si no, las características de la sombra son importantes. En la mayoría de los casos, los cálculos producen una sombra clara y el gas causa una sombra borrosa o sucia. En ocasiones, existen excepciones para esta regla y, probablemente, son el resultado de diferencias en las características de la superficie de los cálculos. Otro signo que podría ayudar a diferenciar una vesícula repleta de cálculos de un asa intestinal con gas es el complejo pared-eco-sombra (WES). Consta de tres líneas arqueadas seguidas de una sombra. La primera es ecogénica. y corresponde a la grasa pericolecística y la interfase entre la pared vesicular y el hígado. La segunda línea es hipoecogénica, y representa a la propia pared de la vesícula. La tercera es ecogénica, y procede de los cálculos. Aunque el complejo WES es un signo muy fiable de vesícula biliar ocupada por cálculos, no es posible demostrarlo en todos los casos. Por lo tanto, es un hallazgo útil cuando aparece, pero no es útil cuando está ausente. Como se ha mencionado previamente, la gran mayoría de los cálculos se depositan en las zonas declives de la vesícula biliar. Cuando varios cálculos se disponen en una capa a lo largo de la pared declive de la vesícula biliar, pueden confundirse con la propia pared vesicular. En este caso, la identificación de los cálculos y la detección de la sombra acústica generalmente resulta más fácil en los cortes transversales. Cuando la densidad de la bilis es inusualmente alta, los cálculos pueden flotar. Esto sucede cuando la gravedad específica de la bilis es superior a la gravedad específica de los cálculos, e indica que los cálculos flotantes están compuestos de colesterol. Una de las situaciones más frecuentes en que la gravedad específica de la bilis aumenta, es la administración de un contraste intravenoso con cierto grado de excreción por la bilis.
El barro biliar consiste en granulos de bilirrubinato cálcico y cristales de colesterol, a
menudo en el seno de una bilis espesa y viscosa. Aparece como reflejos de bajo o alto nivel, sin sombra, en la vesícula biliar. Característicamente, el barro biliar se localiza en la porción declive de la vesícula y forma un nivel barro-bilis, aunque puede ocupar la totalidad de la luz de la vesícula biliar. El barro puede formar agregados en forma de mass, denominadas acúmulos de barro o barro tumefacto. Los cálculos pueden coexistir con el barro, en cuyo caso se observará sombra acústica. En algunos casos, los componentes cristalinos del barro flotan en la porción no declive de la luz de la vesícula biliar. Esto no debería confundirse con cálculos. Aunque el barro es característicamente homogéneo, puede ser de aspecto muy inhomogéneo, con regiones significativamente hipoecoicas. También puede formar bandas ecogénicas. que pueden confundirse con membranas desprendidas. La ausencia de sombra distingue las diferentes formas de barro de los cálculos, y la movilidad distingue el barro de los pólipos y los tumores. En algunos casos, no es posible demostrar la movilidad del barro. En este caso, a menudo resulta útil realizar, varias semanas después, una exploración exhaustiva para mostrar la movilidad o algún cambio en la apariencia y, de este modo, descartar una neoplasia de la vesícula biliar. La imagen Doppler color también es potencialmente útil en casos aislados porque la detección de flujo sanguíneo excluye el barro tumefacto del diagnóstico diferencial. La ausencia de flujo detectable no resulta útil porque puede suceder en caso de tumores hipovasculares además de en caso de barro tumefacto. La sangre y el pus intraluminales también pueden imitar todas las características del barro. El significado clínico del barro no está completamente aclarado pero, en la mayoría de los pacientes, probablemente sea la consecuencia de un equilibrio dinámico asintomático entre el desarrollo y eliminación de cristal. Sin embargo, en una minoría de pacientes probablemente corresponde al estadio precoz de la formación de cálculos biliares. También se cree que los cristales biliares pueden causar pancreatitis, y esto puede hacer importante la detección de barro en los pacientes con pancreatitis de causa no filiada. En la mayoría de los casos, la colecistitis aguda se debe a la obstrucción persistente del conducto cístico o del cuello de la vesícula biliar por la impactación de un cálculo. Si el cálculo no se desimpacta de forma espontánea o se inicia algún tipo de tratamiento, la vesícula puede necrosarse y perforarse. La cirugía es el tratamiento de elección y se practica, característicamente, en el momento de presentación si la duración de los síntomas es inferior a 48 o 72 horas. Por otro lado, los antibióticos y las medidas de soporte pueden controlar el proceso inflamatorio y los síntomas de) paciente, permitiendo que la colecistectomía se lleve a cabo de manera electiva. Existe cierto número de hallazgos ecográficos que contribuyen al diagnóstico de colecistitis aguda y al diagnóstico de colecistitis aguda avanzada (Cuadros 2-1 y 2-2). Incluyen (I) colelitiasis, (2) engrosamiento de la pared de la vesícula biliar), (3) aumento del tamaño de la vesícula biliar. (4) líquido pericolecístico, (5) un cálculo impactado en el cuello de la vesícula o en el conducto cístico, y (6) dolor focal a la palpación directa sobre la vesícula. Por sí mismos, ninguno de estos hallazgos es patognomónico de colecistitis aguda, pero la combinación de varios hallazgos, en el seno clínico apropiado, es muy sugestiva. El valor prcdictivo positivo de la colelitiasis y el signo eco-Murphy positivo corresponde al 92%, mientras que el valor prcdictivo negativo es del 95%. La mayoría de los pacientes con colecistitis aguda muestran engrosamiento de la pared de la vesicula biliar, igual o superior a 3 mm. Desafortunadamente, existen muchas otras causas de engrosamiento de la pared vesicular, y la imagen ecográfica del engrosamiento de la pared de la vesícula biliar no permite distinguir la colecistitis de otras etiologías. Sin embargo, imágenes hipoecogénicas irregulares y estriadas en una pared engrosada pueden contribuir al diagnóstico de colecistitis más avanzada. El aumento de tamaño de la vesícula es un signo importante de colecistitis y el ancho de la vesícula es más importante que la longitud. Como se ha mencionado previamente, la colelitiasis se observa aproximadamente en el 95% de los casos de colecistitis. En algunos casos, es posible identificar el cálculo impactado causante de la obstrucción en el cuello de colecciones líquidas pericolecísticas aparecen en menos del 20% de los pacientes con colecistitis aguda. Se observan característicamente como colecciones bien definidas en la cavidad peritoneal, en la mayoría de los casos cerca del fundus. El líquido pericolecístico es importante porque, habitual mente, indica colecistitis más avanzadas y la necesidad de una intervención quirúrgica más urgente. Por otro lado, son frecuentes los derrames reactivos, pero carecen de las mismas implicaciones. Las colecciones entre la vesícula y el hígado también son frecuentes y, probablemente, representan edemas en el tejido blando areolar más que líquido pericolecístico. Además de las colecciones de líquido pericolecístico y el engrosamiento irregular y estriado de la pared de la vesícula biliar, otros signos de colecistitis avanzada y necrosis de la pared son la ulceración focal de la mucosa, membranas mucosas desprendidas, abombamientos focales de la pared de la vesícula, y abscesos intramurales (Fig. 2-14). Todas estas alteraciones son raras; y, como se mencionó previamente, el barro membranoso puede simular membranas mucosas desprendidas. El diagnóstico ecográfico de colecistitis aguda resulta dudoso en algunos pacientes. En estos casos, la gammagrafía
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