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El dolor miofascial ocurre en áreas de los músculos, a menudo en la espalda, cuello y hombros.
Se asocia con áreas sensibles y duras llamadas puntos de trasmisión. Cuando los puntos de
trasmisión se presionan, puede sentir dolor que se mueve de estos puntos.
Causas:
La bursitis, la tendinitis y otros síndromes de los tejidos blandos generalmente como el dolor
miofascial son el resultado de uno o varios factores. Ellos se incluyen:
• Actividades recreativas o laborales que causan uso excesivo o daño en las coyunturas
• Mala postura
• Tensión de los tejidos blandos debido a una articulación o hueso posicionado
incorrecta o anormalmente (como diferencias en la longitud de las piernas o artritis en
una articulación)
• Otras enfermedades o condiciones (artritis reumática, gota, soriasis, enfermedades de
la tiroides o una reacción medicamentosa adversa).
• Infecciones.
Síntomas:
El dolor miofascial se caracteriza por un nudo firme o banda dentro del músculo afectado. El
dolor miofascial de la espalda es un dolor sordo, y contínuo del tejido conectivo (fascia) o en
los músculos de la espalda baja y glúteos. Las causas pueden ser lesiones pequeñas o tensión
en la espalda en ausencia de fractura o disco herniado. Esta condición puede asociarse con
la artritis degenerativa de la espalda.
Los síntomas incluyen dolorosas protuberancias musculares o fibrosas y con grasa que,
cuando se presionan, pueden producir dolor que viaja hacia los glúteos y los muslos.
Diagnóstico:
Reconocimiento físico y su historial clínico.
Tratamiento:
El tratamiento se basa en la reducción del dolor y la inflamación, en la preservación de la
movilidad, prevención de incapacidad y recurrencia. El tratamiento de muchas condiciones
de los tejidos blandos es similar. Las recomendaciones de su doctor pueden incluir la
combinación de descanso, aparatos ortopédicos, aplicación de calor y
frío, medicamentos, terapia física u ocupacional. Puede intentar diversos tratamientos antes
de encontrar el que mejor le siente.
Distrofias musculares
Las distrofias musculares son una serie de enfermedades de causa hereditaria caracterizadas
por debilidad muscular progresiva (miopatía) y atrofia (pérdida de masa muscular), con un
grado variable de distribución muscular y gravedad. La debilidad muscular afecta a los
músculos de miembros inferiores, músculos de la cara, etc., y de forma específica otros
músculos incluyendo: respiratorios, corazón, musculo liso, músculos que participan en la
deglución. En raras ocasiones también se pueden afectar otros órganos o tejidos como en el
cerebro, oído interno, ojos y piel. La manifestación clínica más común a todas las distrofias
musculares es la debilidad muscular que, dependiendo del tipo de distrofia, afecta más un
grupo muscular que a otro. Hay una gran variedad de distrofias musculares de causa
genética: enfermedad de Duchenne/Becker, distrofia de Emery-Dreifuss, distrofia miotónica,
distrofia facioescapulohumeral, distrofia oculofaríngea, distrofia de cinturas, etc. Las
distrofias musculares se han clasificado en seis formas clínicas en relación con la distribución
de la musculatura predominantemente afectada.
Distrofia muscular de Duchenne/Becker:
Edad de aparición: La distrofia de Duchenne suele comenzar a los 2 o 3 años de edad. Por lo
general, a los 12 años, los niños con Duchenne pierden la deambulación y van en sillas de
ruedas. La distrofia de Becker da los primeros síntomas en la adolescencia
Sexo: Afecta solo a los varones.
Músculos afectados: La debilidad comienza en los músculos del tronco, pero luego se extiende
a los de los brazos y de las piernas. Las piernas suelen debilitarse primero, lo que puede hacer
que correr, saltar o subir escaleras resulte difícil.
Otros síntomas: Miocardiopatía dilatada, síntomas respiratorios, escoliosis.
Miastenias
Miastenia Gravis es un padecimiento cuyo principal síntoma es debilidad muscular que fluctúa
durante el día. Los músculos de los párpados y ojos, brazos y piernas y los que ayudan a la
respiración son los más afectados por esta enfermedad.
Causas:
Se debe a una alteración del sistema inmunitario (sistema encargado de atacar las infecciones)
en el cual se producen unas proteínas (anticuerpos) que atacan al músculo, alterando su
función y provocando debilidad muscular en diversos grados.
Síntomas:
La debilidad muscular, característica de la Miastenia Gravis, es cíclica y fluctuante, es decir, es
peor por la tarde o después de un esfuerzo físico notable y mejora cuando se está en reposo.
Esta debilidad se puede presentar como párpados caídos (a menudo es peor en un párpado
que el otro), visión doble, problemas para hablar (muchas veces con voz "nasal"), masticar,
tragar y respirar, así como problemas para sostener la cabeza, levantar un brazo o una pierna.
Cuando la Miastenia Gravis se presenta con importante dificultad para respirar se puede
tratar de una Crisis Miasténica, la cual amerita atención urgente (ver apartado Crisis
Miasténica).
Diagnóstico:
El diagnóstico se lleva a cabo con los siguientes estudios:
• Historia clínica y exploración física por parte del médico.
• Medición de anticuerpos en sangre que atacan al músculo.
• Estudios de neurofisiología: Prueba de Jolly o de Estimulación Repetitiva (estudio que
evalúa el sistema eléctrico del músculo).
• Estudios de imagen, como tomografía o resonancia magnética del tórax, para
determinar alguna anormalidad en la glándula llamada Timo, que puede estar
relacionada con la enfermedad.
Tratamiento:
Podemos dividir el tratamiento de los pacientes con Miastenia Gravis en cuatro grandes
grupos: