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El documento resume las ideas de Michel Foucault sobre las técnicas de sí y la subjetivación. Explica que las técnicas de sí han sido usadas históricamente para establecer sistemas de dominación pero también permiten a los individuos conocerse a sí mismos y ejercer autonomía. Si bien las prácticas de subjetivación a menudo imponen restricciones, también pueden usarse como técnicas de libertad al cuestionar los regímenes de verdad imperantes. El cuidado de sí mismo puede ser una forma de desafiar
El documento resume las ideas de Michel Foucault sobre las técnicas de sí y la subjetivación. Explica que las técnicas de sí han sido usadas históricamente para establecer sistemas de dominación pero también permiten a los individuos conocerse a sí mismos y ejercer autonomía. Si bien las prácticas de subjetivación a menudo imponen restricciones, también pueden usarse como técnicas de libertad al cuestionar los regímenes de verdad imperantes. El cuidado de sí mismo puede ser una forma de desafiar
El documento resume las ideas de Michel Foucault sobre las técnicas de sí y la subjetivación. Explica que las técnicas de sí han sido usadas históricamente para establecer sistemas de dominación pero también permiten a los individuos conocerse a sí mismos y ejercer autonomía. Si bien las prácticas de subjetivación a menudo imponen restricciones, también pueden usarse como técnicas de libertad al cuestionar los regímenes de verdad imperantes. El cuidado de sí mismo puede ser una forma de desafiar
Estudiante: Estefanía Díaz (423850) 5 de junio de 2013
Partiendo de los fragmentos leídos en “Ética, estética y hermenéutica” de Michel Foucault:
“La ética del cuidado de sí como práctica de libertad” y “Las técnicas de sí”, es posible evidenciar el intento de hermenéutica de las técnicas de sí que pretende hacer el autor, a fin de encontrar cómo dentro de éstas históricamente han tomado protagonismo los juegos de verdad y junto a estos, las técnicas de dominación. La hermeneutica de las técnicas de sí guarda estrecha relación con la construcción del sujeto y con la subjetivación, pues, por un lado es por medio de ellas que muchos de los sistemas de gobierno empiezan a adquirir fuerza y validez y a ampliar su espectro en la población; y por otro, es a partir de ellas que los seres humanos tienen la oportunidad de conocerse a sí mísmos y realizar un trabajo de sí y sobre sí, ejerciendo un poder autónomo y deliberado sobre sí mismos, para proponer de esta manera nuevas dinámicas de poder y prácticas liberadoras. Entiendo que para las prácticas de subjetivación los sujetos entran en una relacion de saber-poder que muchas veces impone prohibiciones para hablar y al mismo tiempo obligaciones para confesar, y a su vez determina ciertas practicas de autoformacion de carcarter coercitivo que llevan a los individuos a una serie de renuncias para alcanzar objetivos preestablecidos tales como la salvación, la purificación o la perfección. Estas dinámicas subjetivantes, como se mencionó anteriormente, presentan unas técnicas de dominación determinadas que someten al sujeto en un universo de significados y conductas, y lo gobiernan de tal manera que la conducción -al ingresar al campo individual- transgreda los espacios intitucionales de vigilancia, regulación o disiplinamiento. El sujeto entonces se autogobierna creyendo que su comportamiento responde a una autonomía (ilusoria), pero siguiendo las disposiciones establecidas por los diferentes dispositivos que constantemente están condicionando las subjetividades por medio de las diversas instituciones y regimenes de verdad, que buscan construir sujetos funcionales a los dictámenes del sistema. El sujeto actua de manera deliberada sobre sí mismo y no cuestiona aquellas lineas de fuerza que lo construyen y lo determinan para llegar a un modo de ser que no fue creado con el animo de reproducir experiencias que vayan más alla de un poder delimitador y opresivo; su constante sensación de libertad y autodeterminación no atravieza nunca una etapa reflexiva sobre los principios y verdades en los que se cree feacientemente. Sin embargo, desde otra perspectiva, es válido evidenciar cómo ciertas prácticas de los sujetos sobre sí mismos devienen en unas prácticas de libertad que parten de un profundo cuestionamiento acerca de aquello que construye el “ethos” propicio para un determinado régimen de verdad. Dentro de estas prácticas se encuentran preocupaciones frente al cuidado de sí (principalmente desde la concepción de la Grecia Antigua) como técnica objetivadora de sujetos que busca una construcción individual que cuestione y modifique en cierta medida las dinámicas de saber-poder imperantes sobre los sujetos. El individuo actua sobre sí desde el ambito privado y busca transpasar las delimitaciones del sistema de dominación para descubrirse como ser capaz de objetivar aquello que supone un “modus vivendi” preestablecido, y a su vez ejercer un nuevo poder creador que reconfigure a los sujetos en pro de la satisfacción del alma y el auto-conocimiento. Ahora bien, vale la pena aclarar que esta técnica de sí que propende por una serie de prácticas liberadoras, se encuentra también inmersa en los juegos de verdad pues, como afirmó Foucault en la entrevista que le realizaron, por un lado el conocimiento y cuidado de sí implican también conocer las reglas de conducta, de principios y de verdades que rigen el dispositivo en el cual el sujeto se encuentre inmerso; y por otro lado, en algunas ocaciones necesitan también un guia que “diga la verdad” e indique en gran medida al sujeto la manera de actuar para conseguir efectuar de manera contundente una practica de carácter liberador. Por otra parte, a pesar de lo afirmado anteriormente, éstas tecnicas de sí, aunque se encuentren en la esfera individual de cada sujeto que decide efectuarlas, no solo dan cuenta de una actitud egoista; sino que muchas veces tienen dentro de sus pilares la configuración individual en busca del beneficio del “otro”. Esto me lleva a cuestionarme sobre cómo una busqueda meramente individual, al responder o atacar a un régimen de verdad imperante y condicionante propio de una época determinada, logra modificar o reafirmar este régimen de manera contundente; si cada sujeto en su individualidad, sigue estando determinado por las disposiciones y configuraciones colectivas.