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El concepto de poder

Entre todos los filósofos que Foucault conocía uno de los que más le ha
influido, sobre visión de poder, ha sido Nietzsche: “Nietzsche es quien ha puesto
el poder como objetivo esencial del discurso, digamos, filosófico” 1. Antes de
pasar a lo que Foucault entendía sobre el poder, veamos cual es su definición en
una visión más clásica.

En una definición más clásica de poder lo definiríamos como la capacidad


o la facultad de un individuo o entidad para influir, controlar o dirigir el
comportamiento, las acciones o las decisiones de otros individuos o entidades. 2
Claro está que está es una visión más social del poder, y de consecuencia las
formas de poder también se dan de en varias formas, o sea:

 Poder coercitivo: Se busca la obediencia por medio de la


privación.
 Poder persuasivo: Se busca la obediencia por medio de la
unificación de los bienes.
 Poder retributivo: Se busca la obediencia por el intercambio de
favores.3

Podemos ver que una definición como esta implica unos presupuestos que
podrían ser, la jerarquía, pues el poder viene de dado desde arriba hacia abajo;
implica que alguien posee este poder, que en este caso es la clase de arriba, y que
se trasmite el poder por medio de estructuras y leyes. Foucault llevará el poder
hasta sus últimas consecuencias, lo que torna su visión realmente innovadora,
pues verá el poder como relación.

1
E. CASTRO, El vocabulario de Michel Foucault: un recorrido alfabético por sus temas, conceptos
y autores, Universidad nacional de Quilmes : Prometeo, Buenos Aires 2006. 370
2
Cfr.:«Poder (social y político)», in Wikipedia, la enciclopedia libre, Page Version ID:
158209842, in https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Poder_(social_y_pol
%C3%ADtico)&oldid=158209842 [20-2-2024].
3
Cfr.: L. BOUZA-BREY, «UNA TEORÍA DEL PODER Y DE LOS SISTEMAS POLÍTICOS»,
Estudios Políticos 73, 122.
Se vamos a los textos de Foucault buscando una definición de lo qué es el
poder, será una empresa perdida, porque para Foucault el poder es múltiple:

¿Qué es el poder? O más bien —porque la pregunta ― ¿qué es el poder?


sería justamente una cuestión teórica que coronaría el conjunto, cosa que
yo no quiero—, la apuesta consiste en determinar cuáles son, en sus
mecanismos, sus efectos, sus relaciones, esos diferentes dispositivos de
poder que se ejercen, en niveles diferentes de la sociedad, en ámbitos y
con extensiones tan variadas4

Por lo tanto, en lugar de buscar una definición, se exploran las


"condiciones de posibilidad" que se manifiestan de manera casi inevitable en los
discursos. Si bien es un hecho que, para Foucault, el poder es el objetivo de todo
discurso, surge la pregunta: ¿cómo se manifiesta este poder?

Al abordar el concepto de poder, es crucial recordar que no se limita a


estructuras, especialmente a las estructuras de gobierno con sus diversos
dispositivos legales y disciplinarios. Para entender el poder, es fundamental
comenzar por sus efectos prácticos. En lugar de preguntar quién ejerce el poder y
cuáles son sus objetivos, Foucault sugiere analizar cómo se materializa el poder a
través de prácticas reales de dominación, sumisión y control sobre los cuerpos,
gestos y comportamientos de las personas.

Segunda precaución de método: se trataba de no analizar el poder en el


plano de la intención o la decisión, no procurar tomarlo por el lado interno,
no plantear la cuestión (que yo creo laberíntica y sin salida) que consiste
en decir: ¿quién tiene, entonces, el poder?, ¿qué tiene en la cabeza?, ¿qué
busca quien tiene el poder? Había que estudiar el poder, al contrario, por el
lado en que su intención —si la hay— se inviste por completo dentro de
prácticas reales y efectivas: estudiarlo, en cierto modo, por el lado de su
cara externa, donde está en relación directa e inmediata con lo que
podemos llamar, de manera muy provisoria, su objeto, su blanco, su
campo de aplicación; en otras palabras, donde se implanta y produce sus
efectos reales.5

4
M. FOUCAULT ET AL., Defender la sociedad: curso en el Collège de France (1975-1976), Fondo
de Cultura Económica, Buenos Aires 2000Primera edición en español 2000, sexta reimpresión. 26
5
M. FOUCAULT, Microfísica del poder, Las Ediciones de La Piqueta, Madrid 19792 ̇ed. 141
Para Foucault, el poder se revela en una compleja red de relaciones y
mecanismos que atraviesan la sociedad, dando lugar a discursos de verdad que
están inherentemente vinculados al ejercicio del poder.

Después de establecer que comprender la dinámica del poder implica


examinar sus consecuencias, nuestro objetivo con este apartado no es exhaustivo
en cuanto a las diversas repercusiones que Foucault analiza sobre el poder. De
hecho, Foucault no nos legó, y probablemente no era su intención, un análisis
sistemático de lo que él entiende por poder, ya que realmente percibía el poder
como una intrincada red de relaciones y mecanismos que atraviesan la sociedad,
generando discursos de verdad que están intrínsecamente ligados al ejercicio del
poder.

Quiero decir esto: en una sociedad como la nuestra —aunque también,


después de todo, en cualquier otra—, múltiples relaciones de poder
atraviesan, caracterizan, constituyen el cuerpo social; no pueden
disociarse, ni establecerse, ni funcionar sin una producción, una
acumulación, una circulación, un funcionamiento del discurso verdadero.
No hay ejercicio del poder sin cierta economía de los discursos de verdad
que funcionan en, a partir y a través de ese poder. El poder nos somete a la
producción de la verdad y sólo podemos ejercer el poder por la producción
de la verdad. Eso es válido en cualquier sociedad, pero creo que en la
nuestra esa relación entre poder, derecho y verdad se organiza de una
manera muy particular6

El poder no solo implica la imposición de reglas y normas desde arriba,


sino también la producción y circulación de discursos que legitiman y refuerzan
dichas relaciones de poder “En efecto el saber y el poder se apoyan y refuerzan
mutuamente”7.

Para ser más objetivos en nuestro análisis vamos a tomar algunas


definiciones y aportaciones que Foucault nos ha dejado sobre poder en la Historia
de la sexualidad. La principal manifestación del poder en este libro corresponde a
la represión.

6
Ibid. 367
7
E. CASTRO, El vocabulario de Michel Foucault: un recorrido alfabético por sus temas, conceptos
y autores, Universidad nacional de Quilmes: Prometeo, Buenos Aires 2006. 409
El poder como represión

Se me dirá que, si hay tantas personas actualmente que señalan esa


represión, ocurre así porque es históricamente evidente. Y que, si hablan
de ella con tanta abundancia y desde hace tanto tiempo, se debe a que la
represión está profundamente anclada, que posee raíces y razones sólidas,
que pesa sobre el sexo de manera tan rigurosa que [17] una única denuncia
no podría liberarnos; el trabajo sólo puede ser largo. Tanto más largo sin
duda cuanto que lo propio del poder —y especialmente de un poder como
el que funciona en nuestra sociedad— es ser represivo y reprimir con
particular atención las energías inútiles, la intensidad de los placeres y las
conductas irregulares. 8

Entre los muchos abordajes que se puede tener al poder en Foucault, uno
que se destaca de manera especial en este texto, es el del poder como represión, o
sea, como un agente represor y prohibitivo. Evidentemente la afirmación no está
priva de fundamento. El argumento de Foucault se basa en el análisis histórico. En
el discurrir de la historia de la humanidad siempre se ha visto el látigo de la
represión. Creo que la pregunta no es cómo se da la represión, pero por qué la
represión se volteado siempre sobre la sexualidad. ¿Qué es lo que molesta tanto
con la sexualidad que ha sido objeto durante la historia de la represión del poder?

De modo concreto el poder aquí lleva una connotación represiva en el


campo sexual, o sea, es una represión sexual. Este poder no solo se manifiesta a
través de instituciones formales como el gobierno o la religión, sino también en
prácticas sociales cotidianas y en las normas culturales imperantes. El poder, en su
forma más insidiosa, opera mediante la regulación de las energías, los placeres y
las conductas que se consideran fuera de lo establecido como "normal" o
aceptable.

En este sentido, el poder no solo reprime la expresión libre de la


sexualidad, sino que también moldea activamente las subjetividades y las
identidades sexuales de las personas. Se podemos decir de una manera más

8
M. FOUCAULT, Historia de la sexualidad, Siglo XXI Editores, México, D.F. 200731. ed. en español. 9
categórica podemos afirmar que el poder no nos oprime, el poder nos produce 9. A
esta relación poder y represión Foucault llamará de hipótesis represiva.10

A esta evidencia de una hipótesis represiva, Foucault nos invita a


cuestionar cuales son las premisas que subyacen a la concepción de la represión
sexual. Es así como propone tres interrogaciones claves de esta hipótesis represiva
que han sido ampliamente aceptados y difundidos en el análisis social y cultural:

1- La primera duda se refiere a si la represión del sexo es verdaderamente


una evidencia histórica. Aquí, Foucault nos reclama a examinar
críticamente las narrativas históricas que sostienen la idea de una
represión sexual generalizada a lo largo del tiempo. ¿Es la represión
del sexo un fenómeno universal y constante en todas las sociedades, o
es una construcción histórica y cultural específica?
2- La segunda duda se centra en la naturaleza misma del poder y su
relación con la represión. Foucault plantea si la mecánica del poder,
especialmente en sociedades como la nuestra, está esencialmente
ligada a la represión. ¿Son la prohibición, la censura y la denegación
las formas predominantes a través de las cuales el poder se manifiesta
en la sociedad? ¿O hay otras formas de ejercicio del poder que no
necesariamente implican represión?
3- La tercera duda se relaciona con el discurso crítico que se opone a la
represión sexual. Foucault sugiere que este discurso crítico puede no
ser necesariamente una oposición radical al poder establecido, sino que
podría formar parte de la misma red de poder que denuncia. ¿Es el
discurso crítico una herramienta efectiva para desafiar y transformar
las estructuras de poder, o simplemente contribuye a perpetuarlas bajo
una apariencia de resistencia?11

9
Esta afirmación en concreto la he tomado de unos apuntes del seminario de Michel Foucault que
hemos tenido sobre poder-saber-discurso en Michel Foucault.
10
M. FOUCAULT, Historia de la sexualidad.
11
Cfr.: Historia de la sexualidad, Pág.: 10
Buscaremos mostrar la visión de Foucault en el capítulo tres cuando
tratemos sobre la relación poder y sexualidad, concretizando también las distintas
formas que esta represión se revelan y cómo se han dado las reacciones a estas
distintas represiones.

El concepto de saber

Si queremos entender qué es el saber en Foucault tenemos que quitar la


idea de que el saber es algo natural, en el sentido aristotélico donde dice en la
Metafísica que “Todos los hombres naturalmente tienden al saber” 12. Para
Foucault no hay una verdad dada a la cual nosotros tendemos, y a la cual
buscamos. El saber y la verdad se dan siempre en la dinámica de poder, y este va a
ser el criterio, pues, así como el poder produce sujetos de la misma manera el
poder genera saber y verdad.

El concepto de saber se analiza de forma compleja. Foucault lo considera


no sólo como conocimiento, sino también como un conjunto de enunciados,
positividades y prácticas presentes en diversas disciplinas y contextos sociales. El
saber no es sólo lo que se conoce objetivamente, sino también cómo se produce,
regula y utiliza dentro de la sociedad.

Il sapere non è una somma di conoscenze — poiché si deve essere sempre


in grado di poter dire se esse sono false o vere, esatte o no, approssimate o
definite, contraddittorie o coerenti; nessuna di queste distinzioni è
pertinente per descrivere il sapere, il quale è l’insieme degli elementi
(oggetti, tipi di formulazione, concetti o scelte teoriche) formato a partire
da una sola e stessa positività nel campo di una formazione discorsiva
unitaria.13

Hay que aclarar que este conjunto de elementos que hace sí que el saber
sea saber, viene dado de un criterio, o sea, no basta que tenga muchísimos
enunciados para decir ya que esto es un conocimiento, este debe entrar al interno
de una lógica, una lógica, sin embargo, que no es solo la coherencia entre las

12
ARISTOTE - G. REALE - R. RADICE, Metafisica, Testo a fronte, Rusconi libri, Milano 1994. 980 a
13
MICHEL FOUCAULT, Il sapere e la storia, Cultura politica, Salvelli 1979. 61
frases. Es una lógica que se remonta a las estructuras dominantes, que determinan
qué es lógico y qué no es.

A este sistema de reglas y estructuras a los cuales son regulados los


conceptos y enunciados, Foucault llamará de positividad. En otras palabras, la
positividad representa el marco o conjunto de condiciones que determinan lo que
se considera válido, aceptable o legítimo dentro de un determinado campo de
conocimiento o práctica.

Lo más interesante de todo esto es que el saber no es una posesión o una


abstracción, el saber es una producción. No significa, en tanto que saber es
sinónimo de ciencia. La ciencia representa una forma específica de saber que se
distingue por la adopción de criterios formales y metodologías rigurosas para la
producción de conocimiento.

Ogni scienza (sia essa così gravata di empiricità come la psicologia, e così
lontana dalle norme richieste per la costituzione di una scienza) esiste nel
campo di un sapere che non prescrive soltanto la successione dei suoi
episodi, ma determina, secondo un sistema descrivibile, le sue leggi di
formazione14

Lo que hace que una ciencia sea ciencia son sus mismas condiciones de
posibilidad. La grande problemática que deja Foucault es justo esta, ¿quién define
cuales son las condiciones de posibilidad de una ciencia?

Essi (condizioni di possibilità) non possono mai rendere conto della sua
esistenza di fatto, vale a dire della sua comparsa storica, degli eventi, degli
episodi, degli ostacoli, dei dissensi, delle attese, dei ritardi, delle
facilitazioni che hanno contraddistinto il suo destino effettivo15

Foucault subraya que la ciencia no es la única forma válida de


conocimiento y que existen múltiples maneras de saber. Justo esta distinción entre
saber y ciencia es fundamental, pues pone de relieve la complejidad y diversidad
de las formas humanas de conocimiento.

14
Ibid., 67.
15
Ibid., 62.
Mientras que la ciencia se basa en normas y procedimientos específicos
para la verificación y validación de afirmaciones, el conocimiento en general
abarca una gama más amplia de elementos que van más allá de la mera
producción de conocimientos científicos.

Otra grande característica del saber es la historicidad. La historicidad del


conocimiento se refiere a la dimensión temporal y contextual del propio
conocimiento. El conocimiento no es estático ni universal, sino que está influido
por las condiciones históricas, sociales y culturales en las que se desarrolla.

Infatti, questi rapporti di riferimento e di distanza sono specifici per ogni


discorso scientifico, e la loro forma varia attraverso la storia. Essi stessi
sono infatti determinati dall’istanza specifica del sapere. Essa definisce le
leggi di formazione degli oggetti scientifici, e specifica pertanto i legami o
le opposizioni tra scienza ed esperienza16

La historia del conocimiento revela cómo las prácticas, teorías e


instituciones del conocimiento se han transformado a lo largo del tiempo,
poniendo de relieve las complejas relaciones entre conocimiento, poder y contexto
histórico. “Il sapere non è la scienza nello spostamento successivo delle sue
strutture interne, bensì il campo della sua storia effettiva.17”

Foucault subraya que el saber no está separado del poder, sino que está
estrechamente vinculado a él. El poder no es sólo coerción, sino que también se
manifiesta a través de la producción y regulación del conocimiento. Las
instituciones y prácticas sociales son instrumentos a través de los cuales se
expresa y mantiene el poder, influyendo en lo que se considera verdadero y
legítimo.

Una grande crítica que hace Foucault en el campo del saber es la reducción
del saber a disciplinas, ocurrido sobre todo en el siglo XVIII, donde estas
disciplinas tienen criterios que hacen sí que se pueda elegir qué es saber y que no
es. La consecuencia de esto es que antes del siglo XVIII no existía una jerarquía
16
Ibid., 71.
17
Ibid., 64.
de lo que es más científico o de lo que es más verdadero. Teníamos saberes que
no se reducían a pura ciencia, como aquella baconiana, o sea, aquella de un
sentido más matemático. Teníamos sólo saberes, sin embargo, con la ascensión de
la disciplinarización de los saberes, saberes como la filosofía perdieron su carácter
fundamental y fundador.

Por lo tanto, ordenamiento de cada saber como disciplina y, por otra parte,
exposición de esos saberes así disciplinados desde adentro, su puesta en
comunicación, su distribución, su jerarquización recíproca en una suerte de
campo o disciplina global que se denomina, precisamente, la ciencia18

Es muy interesante mostrar un punto clave que Foucault está atacando, o


sea, se crea un poder disciplinario que va a tener cuatro funciones según él la de:

- Selección: Se refiere a la capacidad de seleccionar y distinguir entre el


verdadero saber y el falso saber, permitiendo desechar lo que no es
válido.
- Normalización: Implica la homogeneización de los contenidos del
saber, estableciendo criterios y estándares comunes dentro de cada
disciplina.
- Jerarquización: Consiste en la organización jerárquica de los saberes,
estableciendo niveles de importancia y prioridad entre ellos.
- Centralización: Se refiere a la organización piramidal que permite el
control de los saberes, asegurando la transmisión de conocimientos
desde abajo hacia arriba y viceversa, así como la imposición de
direcciones y organizaciones generales

A estas cuatro operaciones él va a llamar de poder disciplinario.19

El valor de todo esto se encuentra en que vamos a tener así una policía
disciplinaria, por esta razón, tendremos un órgano que aplicará el poder
disciplinario sobre los saberes en manera tal de hacerlas disciplinas. Esto es

18
M. FOUCAULT ET AL., Defender la sociedad. 170
19
Cfr.: Ibid., 170.
realmente una crítica muy grande y que será muy importante luego para el análisis
de la sexualidad. La pregunta que nos pondremos es, quienes son los que norman
la forma de hablar, pensar y escribir sobre la sexualidad, o sea, cuales órganos dan
las normas para hablar de una forma correcta y verdadera de lo que es la
sexualidad.

Como deben saber, el siglo XVIII sólo tomó conciencia de ese cambio
considerable del disciplinamiento de los saberes y de la eliminación, por
consiguiente, del discurso filosófico actuante en la ciencia y del proyecto
de mathesis interno a las ciencias, en la forma de un progreso de la razón20

Toda esta disciplinarización de los saberes, como dice Foucault, no ha sido


más que un progreso de la razón, ahora la pregunta que él se hará es cuales son las
consecuencias que ha traído esta disciplina del saber. Foucault nos enseña dos
grandes consecuencias de esta disciplinización de los saberes:

1- La aparición de la universidad como el gran aparato uniforme de los


saberes, que selecciona los saberes y crea un monopolio de quien sabe
y quien puede enseñar y la creación de las distintas estructuras que
hacen posible la vida académica universitaria: títulos.

La aparición de algo como la universidad, con sus prolongaciones y sus


fronteras inciertas, se comprende entonces, a principios del siglo XIX, a
partir del momento en que se efectúa justamente esa disciplinarización de
los saberes, su disciplinamiento21

2- El dogma como enunciado ya no tiene valor, es así como ya no hay


una ortodoxia, o sea ahora la disciplina sustituye esta ortodoxia, ahora
hay “un control que no se ejerce sobre el contenido de los enunciados,
su conformidad o no a cierta verdad, sino sobre la regularidad de las
enunciaciones.22”. Como dice Foucault, pasamos de las censuras de los
enunciados a la disciplina de la manera en que se enuncian las
palabras.23
20
M. FOUCAULT ET AL., Defender la sociedad. 171
21
Ibid., 171.
22
Ibid., 172.
23
Cfr.: M. FOUCAULT ET AL., Defender la sociedad.
El concepto de discurso

Hablar de discurso en Foucault es cómo siempre complejo, pues no


implica solo una sucesión de enunciados, con sus conceptos y una lógica que me
lleva a un conocimiento. El discurso para Foucault es “una suerte de medio que
pone en movimiento diferentes cosas”24.

Foucault ve en los discursos el medio por el cual el saber se transmite y de


consecuencia, el modo por el cual se perpetúan las estructuras de poder. El
discurso, de cierta manera, es la materialización del poder y del saber, es un
intermedio para la acción en el sujeto. Es así como el discurso tiene un sentido de
producción, si pudiéramos usar una imagen seria la industria de coches, dónde
tenemos la estructura de la industria que es el poder, tenemos los dibujos de los
coches que son los saberes, pero quien plasma el dibujo en la materia es el
discurso, o sea, es al final quien produce el coche, y en nuestro caso es quien
produce realmente al sujeto.

Sin embargo, discurso no es solo la traducción de unos ideales a la


realidad, es también el campo de batalla para el cambio de las estructuras. No es
un proceso vertical, donde se empieza desde arriba y termina hacia abajo, es decir,
el discurso, al final, no es la última etapa de un proceso de manipulación, esta
dinámica es más bien un proceso cíclico, donde los discursos pueden e influyen en
las estructuras de poder, tanto que Foucault dice:

El discurso no es simplemente aquello que traduce las luchas o los


sistemas de dominación, sino aquello por lo que, y por medio de lo cual se
lucha, aquel poder del que quiere uno adueñarse25

Esto será fundamental para entender la dinámica del discurso al interno de


esta tríade de saber, poder, discurso, porque el discurso está íntimamente
vinculado al poder, es allí que hayan principios que hacen posible la divulgación o
no de un discurso, es lo que Foucault va a llamar de principio de exclusión26, este
24
M. C. CONFORTI ROJAS, «Discursos, instituciones y saber en el pensamiento de Michel
Foucault», Universitas Philosophica 34/69 (2017), 105–119.
25
M. FOUCAULT, El orden del discurso, Tusquets Edits, México 2009, 6.
26
Cfr.: M. FOUCAULT, El orden del discurso. 6
principio se refiere a los mecanismos y sistemas mediante los cuales se establecen
límites, se excluyen ciertas ideas o grupos, y se ejerce control sobre el discurso y
el conocimiento. Se determina quien puede producir discurso y cual tipo de
discurso.

Un ejemplo de principio de exclusión es la separación entre razón y locura,


donde el discurso de aquellos considerados "locos" es marginado y desvalorizado
en comparación con el discurso de los considerados "racionales"

Desde la más alejada Edad Media, el loco es aquél cuyo discurso no puede
circular como el de los otros: llega a suceder que su palabra es considerada
como nula y sin valor27

La pregunta que a este punto nos hacemos quien da la autoridad para que
el discurso de alguien sea verdadero o menos, cual es el criterio para decir esto es
verdad o no. Foucault mostrará que este criterio va a ser de un cuño institucional

Finalmente, creo que esta voluntad de verdad basada en un soporte y una


distribución institucional tiende a ejercer sobre los otros discursos—hablo
siempre de nuestra sociedad— una especie de presión y como un poder de
coacción28

Con esto Foucault destaca la influencia y el poder que tiene la voluntad de


verdad, respaldada por instituciones y estructuras de poder, sobre otros discursos
en la sociedad. Foucault señala que esta voluntad de verdad, que se basa en una
distribución institucional del conocimiento, ejerce una presión y un poder de
coacción sobre otros discursos.

Esta idea resalta cómo la verdad, en lugar de ser un concepto objetivo y


neutral, está intrínsecamente ligada al poder y a las estructuras de dominación en
la sociedad. Foucault sugiere que la verdad no es simplemente una representación
exacta de la realidad, sino que es moldeada y utilizada por ciertas instituciones y
discursos dominantes para mantener su autoridad y control sobre otros discursos.

27
Ibid., 6.
28
Ibid., 11.
Nos falta, sin embargo, aclarar qué es esta voluntad de verdad, pues es
esencial para entender los discursos con relación a esta voluntad. Podemos decir
que la voluntad de verdad se refiere a la tendencia histórica y cultural de la
sociedad occidental hacia la búsqueda y afirmación de la verdad como un
principio fundamental y dominante en la producción de conocimiento. Foucault
analiza cómo a lo largo de la historia, la sociedad ha estado marcada por una
voluntad de verdad que se manifiesta en la valoración y privilegio de ciertos
discursos, prácticas y formas de conocimiento, pero siempre apoyada por una
distribución institucional

Finalmente, creo que esta voluntad de verdad basada en un soporte y una


distribución institucional tiende a ejercer sobre los otros discursos —hablo
siempre de nuestra sociedad— una especie de presión y como un poder de
coacción29

Además de un principio de exclusión, Foucault nos da todavía otro


principio que no solo determina o excluye los discursos, sino que también los hace
difícil y escaso para el acceso, o sea, el principio de enrarecimiento. En otras
palabras, son los mecanismos y prácticas que contribuyen a restringir o limitar la
participación en ciertos discursos o ámbitos de conocimiento.

Estos mecanismos se dan en tres sujetos los cuales serían: el comentario,


“donde los discursos que «se dicen» en el curso de los días y de las
conversaciones, y que desaparecen con el acto mismo que los ha pronunciado” 30,
después tenemos el autor “El principio del autor limita ese mismo azar por el
juego de una identidad que tiene la forma de la individualidad y del yo” 31; y las
disciplinas

La disciplina es un principio de control de la producción del discurso. Ella


le fija sus límites por el juego de una identidad que tiene la forma de una
reactualización permanente de las reglas32

29
Ibid.
30
Ibid., 13.
31
Ibid., 22.
32
Ibid., 32.
Como podemos percibir el concepto del discurso en la obra de Michel
Foucault es fundamental para comprender cómo el poder, el conocimiento y la
verdad se entrelazan en la sociedad. Foucault nos invita a cuestionar las
estructuras de poder que operan a través del discurso, revelando cómo se
establecen y mantienen relaciones de dominación, exclusión y control a través de
la producción y circulación del conocimiento.

Para nuestros fines, se hace evidente la importancia crucial de los


discursos en la construcción y regulación de las normas, prácticas y
representaciones en torno a la sexualidad. Foucault nos muestra cómo los
discursos no solo reflejan las relaciones de poder existentes en la sociedad, sino
que también las constituyen y reproducen, moldeando nuestras percepciones,
identidades y experiencias en torno a la sexualidad.

Capítulo 3: La relación poder-saber-discurso en la historia de la sexualidad

El origen de los discursos represivos: la normalización de la sexualidad

Hablar de sexualidad en Foucault, ciertamente es tan complejo como lo fue


hablar del poder, discurso y del saber, sin embargo, parece que este tema es
fundamental, porque ya no estamos hablando de una realidad que está más allá, de
estructuras, de luchas de imposiciones, de discursos, que a lo mejor no tocan la
realidad de lo humano. Aquí, Foucault baja a una dimensión del hombre que toca
todo nuestro ser: la sexualidad.
Foucault no va a exponer un tratactus de biología o buscar definir
filosóficamente lo que sea la sexualidad, lo que quiere en realidad es partir de una
experiencia, de un sentimiento que, en el pudor de nuestro ser persona como que
todos hemos ya sentido, quien más y quien menos, es decir, que la sexualidad
tiene algo de prohibido, tiene algo pecaminoso. En otras palabras hay algo que
nos impide hablar de sexo. Por lo tanto, lo que aquí vamos a exponer es eso, los
discursos sobre la sexualidad.

Decir que el sexo no está reprimido o decir más bien que la relación del
sexo con el poder no es de represión corre el riesgo de no ser sino una
paradoja estéril. No consistiría únicamente en chocar con una tesis
aceptada. Consistiría en ir contra toda la economía, todos los "intereses"
discursivos que la subtienden33

El presupuesto del cual parte Foucault para el análisis de los discursos


sexuales es que los discursos sobre sexo son reprimidos, o sea que hay un orden
establecido que hace que al redor de este tema haya un secretismo, esta hipocresía
social que hace que haya una represión en el modo de hablar en público, pero
haya una depravación interna. Foucault no quiere solo analizar los discursos
sexuales, sino también los discursos que hacen posible que haya una represión y
cuáles son, quiere preguntar el por qué somos reprimidos, cómo él mismo dirá:

La pregunta que querría formular no es: ¿por qué somos reprimidos?, sino:
¿por qué decimos con tanta pasión, tanto rencor contra nuestro pasado más
próximo, contra nuestro presente y contra nosotros mismos que somos
reprimidos?34

Es así como vemos en la Historia de la sexualidad no un recorrido


histórico de cómo se dio la sexualidad en la historia sino más bien lo que va a
hacer es este análisis sobre los discursos de la sexualidad. Foucault ve una cierta
regularidad en los discursos represivos tanto que es a partir de allí que él va a
desarrollar su teoría de la hipótesis represiva. Esta regularidad de los discursos
represivos va a darse en tres grandes instancias que será aquella de la religión, de
la psiquiatría y la psicoanálisis.

33
M. FOUCAULT, Historia de la sexualidad, 8.
34
Ibid., 9.
Podemos decir que este es realmente nuestro punto de partida para el
análisis de los discursos, o sea, a partir de la hipótesis represiva. ¿Qué es lo que
vemos en la sociedad? Vemos, según Foucault, que aunque el discurso sexual ha
sido siempre algo de secreto, algo siempre relacionado al pecado, siempre hemos
tenidos discursos sobre el sexo, sobre todo en los últimos dos siglos se ha dado
una proliferación de los discursos sexuales

Lo propio de las sociedades modernas no es que hayan obligado al sexo a


permanecer en la sombra, sino que ellas se hayan destinado a hablar del
sexo siempre, haciéndolo valer, poniéndolo de relieve como el secreto35

Como dijimos una primera grande manifestación de la represión de los


discursos se da en el ámbito religioso, que se va a expresar en la tentativa de
quitar todo discurso sobre el sexo que no vaya dirigido a la procreación. Se va así
buscar negar los discursos que promuevan el puro placer genital, pues se reconoce
una sexualidad económicamente útil y políticamente conservadora.

Una forma muy concreta de la regularización de los discursos sexuales, de


parte de la religión para Foucault, hasta el siglo XVIII han sido el derecho
canónico, la pastoral cristiana y la ley civil. Claro que hay una lógica para que se
produjera estos discursos en estas instancias políticas y religiosas, al final para
religión hasta este entonces la visión de la sexualidad era de una procreación, y
del estado había un deseo de procreación para las finalidades económicas, al final
la ausencia de ciudadanos lleva a la decadencia de un estado.

Frente a todo esto Foucault da un punto que va a ser esencial para nuestro
análisis futuro en una parte construens, o sea, ve que estos discursos religiosos
políticos se basan en una naturaleza, y es desde allí que se da línea de lo licito y
lo ilícito, pues si un acto va contra la naturaleza, de consecuencia se veían en el
deber de proteger y condenar, por lo tanto “la naturaleza sobre la cual se solía
apoyarlas era todavía una especie de derecho36”.

35
Ibid., 23.
36
Ibid., 25.
No obstante, esto, Foucault apunta la grande problemática que surgía en
una concepción basada en la naturaleza, o sea, que todas las anomalías genitales,
como el hermafrodita, era considerado un crimen, pues era contra la naturaleza.

Dispositivo son condiciones para generar un efecto determinado, o sea, se


constituye un dispositivo para hacer entrar la sexualidad dentro de la iglesia, en
concreto la confesión sobre el pecado de la carne, y el punto que nos da Foucault
es que no es solo el pecado consumado, sino que también es el pecado pensado, y
la única manera de salvarse es por medio de la confesión, donde se dan los
criterios de como se debe confesar el pecado

Las histerias

(Histerización de la mujer/ Pedagogización del niño/socialización de las conductas


procreadoras/ la psiquiatrización del placer perverso) de esto salen dos
dispositivos el de la alianza (matrimonios/parentescos/herencias) y el de la
sexualidad (primado de los placeres)

Las instituciones de poder, métodos y dispositivos (religión/pecado;


psiquiatría/patología; psicoanálisis/terapía)

Primacía del discurso sexual sobre el acto sexual (control del acto sexual por
medio del discurso sexual y su interpretación)

La relación: fuente de la reproducción del poder por medio de los dispositivos


institucionales (médico-paciente)

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