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CONTROL N° 2

Variaciones sobre cuerpo, poder y sociedad: Michel Foucault

Profesora: María Emilia Tijoux


Profesor: Gonzalo Díaz Letelier
Nombre: Thiare Barrera Miranda
Fecha: 30 de Julio del 2016
1. Resulta difícil definir de buenas a primeras qué es un dispositivo en el pensamiento de Michel
Foucault, pero me atrevería a afirmar que podríamos entenderle como una red, la cual se establece entre
las tecnologías de poder, encontrándose siempre inscrito en un juego de poder, pero también estando
ligado a un saber, siguiendo esta línea, se podría afirmar que un dispositivo corresponde al entramado
entre poder-saber el cual tiene como producto la sujeción, una subjetivación, es decir, la producción de
un/a sujeto/a.

Foucault con este concepto se refiere a un conjunto muy amplio y heterogéneo, que incluye desde
discursos, leyes, morales, decisiones administrativas, etc. Incluyendo tanto lo dicho, como lo no-dicho,
comportándose como una red que interconecta dichos elementos. Frente a esto asegurará Agamben
(2007) que los dispositivos son todo aquello que posee la capacidad de orientar, interceptar, influir,
determinar y moldear las conductas, opiniones y discursos de los seres vivientes. Es decir, como se
afirmaba anteriormente un dispositivo tiene la capacidad de producir subjetividades.

En otras palabras; con este entramado poder-saber, nace una cierta moral, una cierta forma de vida, una
subjetividad, la cual no es azarosa, sino que es producida por los dispositivos existentes en el contexto
en que el cuerpo se encuentra situado. Y es por esto que los dispositivos cobraran tal importancia en el
pensamiento del autor cuando este comienza a estudiar lo que llamó como gubernamentabilidad.

Por otra parte, Michel Foucault nos presenta dos estrategias metodológicas que utilizará a lo largo de sus
trabajos; la arqueología y la genealogía.

La arqueología se caracteriza por ser un procedimiento más bien descriptivo, busca describir los
regímenes de saber en un determinado campo en un cierto tiempo histórico, este método devela los
regímenes de saber en el que son inscritos/as los/as sujetos/as, inscripción realizada mediante
operaciones prácticas, es decir, no-discursivas, fija su vista en ellas, dejándoles expuestas al describirles.
Pero no logra explicar cómo se pasa de una cierta episteme a otra, dejando un vacío que este método no
es capaz de explicar.

La genealogía por su parte se centra en exponer las relaciones de poder, el proceso de su emergencia,
buscando explicar lo que la arqueología solamente lograba describir. Centrándose en el paso de una
episteme a otra, dejando de manifiesto que este proceso no se desarrolla siguiendo una racionalidad
teleológica que gobierna el curso de la historia, sino que al contrario, estos cambios son un producto de
la utilización de la fuerza, son un producto de los conflictos, las guerras, del derramamiento de sangre,
en donde no se ha desarrollado una carrera progresista hacia un pacífico porvenir, sino que, al contrario;
“La humanidad no progresa lentamente, de combate en combate, hasta una reciprocidad universal en
la que las reglas sustituirán para siempre a la guerra; instala cada una de estas violencias en un
sistema de reglas y va así de dominación en dominación” (Foucault, 1997)

Ambas metodologías son complementarias, se apoyan la una en la otra, este doble análisis logra exponer
las instancias de poder-saber que nos construyen, exponer el proceso mediante el cual nos convertimos
en sujetas/os, en donde las estructuras sociales, las ideas dominantes, las formas se encarna en
nosotras/os, entendiendo que estos procesos siempre responden a un contexto y momento histórico
específico, ya que los dispositivos no son estáticos, han sufrido modificaciones, reestructuraciones,
nacimientos y muertes a lo largo de la historia, la forma en cómo se desarrolla la sujeción en la
actualidad no es la misma que se utilizó en el pasado. La forma del poder ha sufrido modificaciones
-pastoral, gubernamental, soberano- y con ello también han sido modificadas las formas-de-vida
(re)producidas por los regímenes.

Es en este proceso de develamiento arqueo-genealógico se logra dejar en evidencia los procesos que se
encuentran ocultos tras el gobierno de las/os vivientes y la producción de subjetividades desarrollada por
los dispositivos, aquí cobra importancia la actitud crítica, el negarse a ser gobernado de una cierta
manera y resistir, el cuestionar y con ello buscar lo que se oculta tras nuestra propia sujeción, el utilizar
de forma estratégico-política el método propuesto por el autor, hacer visibles los dispositivos que nos
construyen y constriñen, para así buscar la forma de neutralizarles o desactivarles.

2. El poder se desarrolla en la medida que es ejercido, es un modo en el que unas acciones modifican
otras, este no puede poseerse, no puede tomarse entre las manos ni de forma concentrada ni difusa, sino
que este solamente existe cuando es puesto en acción, cuando es ejercido con relación a un/a otro/a. En
sí mismo el poder no sería una función simple de consentimiento, no es una simple renuncia a la
libertad, en su naturaleza, aunque en algunas relaciones si podría serlo. Lo central aquí es que el poder
focaliza su acción en las acciones de otras/os, siendo una acción sobre otra acción, lo cual puede ser
tanto en el presente como a futuro, lo que se busca es conducir, encauzar, influir una conducta, en
consecuencia, con esto; “Básicamente el poder es más una cuestión de gobierno que una confrontación
entre dos adversarios o la unión de uno a otro” (Foucault, El sujeto y el poder). Más que un combate
evidente, el poder se desarrolla en la medida en que conduce, convence, encauza las acciones, es errado
el simplificarlo como una mera servidumbre voluntaria, es un proceso muy complejo, y que se encuentra
ligado al proceso de producción de subjetividades.

Si se estudia el poder es justamente para comprender el proceso de subjetivación, para Michel Foucault
el sujeto no es algo que está dado, sino que es una producción, se construye de las relaciones en que nos
encontramos implicadas/os, por lo que no habría un determinismo estructural, ya que las relaciones de
poder son móviles, son una fuerza actuando sobre otra, con capacidad de desarrollar resistencias, son un
juego de fuerzas que pueden tender constantemente al conflicto, ya que estas no actúan directamente
sobre las/os otras/os, sino que sobre sus acciones. En el caso de que la apertura de posibilidades sea
capturada por una de las partes, desarrollando una apertura unilateral, en donde las relaciones serian
estáticas y difíciles de romper, estaríamos frente no simplemente a una relación de poder, sino que a un
estado de dominación.

Las relaciones de poder son múltiples y complejas por lo cual el proceso de producción de
subjetividades se encuentra desarrollado al interior de un enmarañamiento de distintas relaciones y bajo
la activación de variados dispositivos, en este juego existe una triada que desarrolla un rol fundamental
poder-saber-moral, en la que los dispositivos nacen del enmarañamiento entre poder y saber y donde el
sujeto de acción moral es el producto de este proceso de subjetivación desarrollado por los dispositivos.
Esta teoría toma distancia de las teorías tradicionales al utilizar dicha concepción del sujeto, ya que aquí
este no es algo dado, ni estático, sino que es producido por un proceso de subjetivación, es construido
por los poderes existentes, siendo fruto de las relaciones en que un cuerpo se ve inmiscuido, esta teoría
le entrega un componente dinámico al sujeto, ya que las relaciones de poder son móviles y pueden
cambiar en el tiempo, a la vez que también entrega lugar un lugar central resistencias. Alejándose así de
los determinismos en que muchas veces han caído las teorías a la hora de hablar de sujeto, en donde este
queda constreñido y estático, como ocurre en gran parte de la teoría marxista, en la que el determinismo
económico reduce la capacidad de acción, resistencia y cambio de los/as sujetos/as.

También toma distancia de teorías como las de la escuela de Frankfurt, con la que si bien tiene
afinidades y semejanzas, sobre todo en su sentido crítico, posee diferencias que los distancian
fuertemente, específicamente en el lugar que le otorgan a la razón al interior de su línea teórica, en
donde esta ocupa un rol central y fundamental, realizando una fuerte crítica a la utilización de la razón
instrumental por parte de quienes detentan el poder, por su parte Foucault afirma que juzgar a la razón
como buena o mala es un esfuerzo estéril, prefiriendo no tomar como un todo el proceso de
racionalización de la sociedad, sino que analizando las racionalizaciones específicas en los distintos
campos en que se desarrollan. Centrando como punto de partida de la teoría, las resistencias contra las
diversas formas de poder, “más que analizar el poder desde el punto de vista de su racionalidad
interna, consiste en analizar las relaciones de poder a través del antagonismo de estrategias”
(Foucault, el sujeto y el poder)

El entender los dispositivos como un aparato que contribuye a producir una disposición a una serie de
prácticas y mecanismos, de diversa índole, los cuales preparan a los/as vivientes a responder a ciertas
formas y estructuras. Puede realizársele una lectura paralela con la teoría del habitus de Pierre Bourdieu,
en donde este entiende este concepto como un “sistemas de disposiciones duraderas y transferibles,
estructuras estructuradas predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes” (Bourdieu, 2007).
Ya que, si bien se mantienen algunas diferencias, tanto el habitus como los dispositivos serían capaces
de producir disposiciones y encarnar las estructuras en los cuerpos, produciendo formas de vida,
subjetividades en una teoría y habitus en la otra, las cuales se encuentran ligadas a la historia y
trayectoria de los cuerpos y a las relaciones en las que se desarrolla.

En síntesis, la tarea que se propone Michel Foucault tanto con sus estrategias como con la teorización
que desarrolla entorno a los procesos de subjetivación, es develar las formas cómo somos construidas/os
como sujetas/os por los poderes, pero la cuestión no pasa simplemente por descubrir lo que somos, sino
cómo somos lo que somos, y rechazarlo, se nos hace necesario el promover nuevas formas de
subjetividad, distanciándonos y abandonando el tipo de individualidad que nos ha sido impuesto a lo
largo de la historia. El método propuesto deja expuesta la forma en que hemos sido y seguimos siendo
subjetivadas/os y por ende deja abierta la puerta a las posibles formas de rechazarles, resistirles, para así
poder crear otras, nuevas subjetividades, que nos potencien, que nos alejen de los malos afectos y
contribuyan a desarrollar una práctica exagerada de la libertad.
Bibliografía

Agamben, G. ¿Qué es un dispositivo? 2007, traducción de Roberto J. Fuentes Rionda, revista


Sociológica, año 26, número 73, pp. 249-264
Foucault, M. Nietzsche, la genealogía y la historia, Pre-textos, Valencia, 1997.
Foucault, M. Crítica y Aufklärung, en Revista de Filosofía ULA, nº 8, 1995.
Foucault, M. El sujeto y el poder, traducción inédita.
Foucault, M Vigilar y castigar, Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
Bourdieu, P El sentido práctico, Siglo XXI, Buenos Aires, 2007.

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