Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
corrección
2 diciembre, 2012 | Suelos
La carencia o exceso de un elemento puede expresarse de una forma muy distinta según el cultivo, incluso
en especies del mismo género, por eso nos vamos a centrar específicamente en el tomate.
Sabiendo esto, vamos a hacer una primera distinción según la edad de la hoja, distinguindo entre hojas
viejas y hojas jóvenes. Los síntomas en las primeras son a consecuencia de la falta de nutrientes móviles:
N, P, K, y Mg, que van a desplazarse a la zona de crecimiento, mientras que cuando los síntomas se
observen inicialmente en hojas jóvenes, estaremos ante deficiencias de elementos inmóviles: Fe, Mn, Ca,
B, o de escasa movilidad: Zn, Cu, S.
Tras estas consideraciones previas vamos a enumerar los síntomas de las deficiencias y fitotoxicidades
por exceso de los principales elementos.
NITRÓGENO (N)
Deficiencia
Las hojas viejas son las primeras en amarillear, de forma uniforme, incluidos los nervios. Las nuevas
palidecen y son más pequeñas. La planta manifiesta falta de vigor, aumenta la abscisión de flores, da frutos
de menor calibre, y hay fallos en el cuajado.
Interpretación de análisis foliar: Niveles en hoja por debajo del 2% se consideran bajos.
Exceso
Estimula el crecimiento vegetativo, provoca la caída de flores, una maduración irregular y se resiente la
producción. Además puede producir deficiencia de K o Mg.
Corrección
Abonado nitrogenado en forma de nitratos (nitrato amónico, nitrato calcico, nitrato potásico),
urea, soluciones N-P-K,…y a largo plazo, matera orgánica, que asegura un aporte continuado de N.
FÓSFORO (P)
Deficiencia
Con una deficiencia importante de este elemento, se observa en hojas viejas unas tonalidades púrpuras
intervenales y también sobre el envés. La planta toma un aspecto raquítico, crece lentamente y se produce
un retraso en la fase de maduración.
Exceso
Normalmente se aplica un abonado de fondo con algún fertilizante fosforado: superfosfato de cal, fosfato
monoamónico (MAP), fosfato monopotásico (MKP), ácido fosfórico, fosfatos naturales, etc.
POTASIO (K)
Deficiencia
Deficiencia común durante la fase de cuajado del fruto, cuando la demanda de potasio es más elevada. El
síntoma es el amarilleamiento del borde de las hoja, primero las viejas, que más tarde sufren una necrosis
marginal curvándose hacia arriba. Paralelamente los nervios pueden tomar una coloración parduzca.
En el fruto se producen varias fisiopatías que se caracterizan por producir una maduración irregular a lo
largo de la superficie del fruto, por la aparición de una mancha amarillenta en forma de estrella
en el ápice del fruto, etc. Las más conocidas son el abanderado o tomato
irregular rippening (TIR) y el blotchy ripenning. El origen de estas fisiopatías no son únicamente
nutricionales (carencia de potasio o exceso de nitrógeno), ya que ciertos virus, como el del bronceado del
tomate (TSWV), o la misma picadura de mosca blanca, pueden ser la causa de las mismas.
Con la carencia de potasio se resiente la floración, a la vez que disminuye la calidad del fruto, ya que este
elemento tiene influencia directa sobre la calidad del fruto.
Exceso
De igual modo que el elemento anterior, bloquea elementos tales como el hierro, zinc magnesio o
manganeso.
Corrección
Deficiencia
Clorosis intervenal en hojas, permaneciendo los nervios verdes, pudiendo adquirir estos un tono marrón.
Las primeras hojas afectadas son las adultas situadas en el centro de la planta y rápidamente se puede
extender el síntoma a hojas jóvenes.
Exceso
Corrección
Via foliar, aplicados al suelo o en fertirrigación: nitrato magnésico, sulfato de magnesio, dolomita,
magnesio quelatado,o cualquier corrector de microelementos con Mg en su composición.
CALCIO (Ca)
Deficiencia
La carencia de calcio es bastante común y las plantas afectadas reducen su vigor, los bordes de hojas
jóvenes se necrosan y se curvan en forma de cuchara. No obstante, el síntoma más característico es la
pudrición apical de frutos.
La pudrición apical o blossom end rot (BER) se asocia a un déficit hídrico y/o a una excesiva
evapotranspiración, a consecuencia de humedades bajas y temperaturas altas, hecho que produce una
mayor velocidad de crecimiento, demandando la planta más nutrientes. El calcio al ser un elemento
escasamente móvil, no es capaz de satisfacer la rápida demanda en todo el vegetal, por lo que los extremos
de los frutos en crecimiento se pudren.
Debemos asegurar una buena dotación de calcio en nuestro plan de abonado, especialmente en hidroponía.
Corrección
Pulverización foliar o aplicación al suelo con nitrato cálcico, o bien calcio quelatado, durante el
crecimiento vegetativo rápido, cuajado del fruto y hasta la recolección. Se puede incorporar caliza en
los suelos donde sea posible.
AZUFRE (S)
Deficiencia
Su carencia no es muy común ya que el agua de riego, los fertilizantes y el propio suelo suelen contener
cantidades más que necesarias para el desarrollo del cultivo. Las hojas amarillean de forma generalizada,
al igual que en nitrógeno, aunque de forma más pronunciada en hojas jóvenes. Los peciolos se vuelven
rosados.
Exceso
Puede provocar fitotoxicidad en hojas, sobre las que aparecen unas manchas amarillas que posteriormente
se necrosan. La planta evidencia una falta de crecimiento.
Corrección
De darse esta carencia, se puede corregir aplicando azufre al suelo o cualquier fertilizante que contega
sulfato. Hay fertilizantes líquidos expresamente fabricados para solventar esta deficiencia a base de azufre,
solo o en combinación de otros elementos para aplicación foliar o fertirrigación.
HIERRO (Fe)
Deficiencia
Clorosis férrica; amarilleamiento de hojas, quedando los nervios verdes. Aparece inicialmente en hojas
jóvenes. También se produce un aborto de flores y un escaso desarrollo vegetal.
Corrección
ZINC (Zn)
Deficiencia
Aparecen manchas intervenales amarillas, con necrosis final aunque los nervios permanecen verdes. Las
hojas son más pequeñas, síntoma que sirve para diferenciar esta carencia de la de hierro
Corrección
Como en casos anteriores, se emplea un corrector de carencias a base de zinc, aunque son muy comunes
las mezclas de Mn + Zn, Bo + Mn + Zn, etc., aplicando de una vez varios microelementos.
MANGANESO (Mn)
Deficiencia
Un suministro deficiente de este elemento produce manchas amarillas internerviales que posteriormente
se necrosan. Aparece inicialmente en hojas jóvenes. También se observa una reducción de la floración.
Exceso
Corrección
Deficiencia
En hojas los síntomas comienzan por una ligera clorosis generalizada con tonos púrpura y posterior
necrosis apical. Los meristemos de crecimiento se marchitan y mueren. En floración provoca caída de
flores y falta de cuaje. En fruto pueden aparecer surcos, acorchados, y maduración irregular tal como
ocurría con el calcio, ya que ambos forman parte de la pared de las células.
Corrección
MOLIBDENO (Mo)
Deficiencia
Su carencia es muy poco común, tan solo en suelos por debajo de pH 5, y viene asociada a la de N, ya que
el Mo interfiere transformando el nitrógeno mineral absorbido por la planta en nitrógeno orgánico para
formar proteinas, por lo que una deficiencia de Molibdeno acarrea de forma indirecta una carencia de
nitrógeno. Los síntomas son similares; clorosis general con posibles zonas necrosadas en hojas y bordes
curvados hacia arriba, primero en las adultas.
Corrección
CLORO (Cl)
Más que por su carencia, que es muy poco común, es importante por exceso, el cual produce
quemaduras en las hojas comenzando por su ápice, pudiendo llegar a caer.
Cuando encontramos en el cultivo un desorden fisiológico, debemos saber que existen otros tantos factores
que pueden producir dichos síntomas. Ante una deficiencia o exceso de un elemento, si los síntomas no
son muy evidentes, fácilmente pueden ser confundidos con otros factores como estrés, virus, plagas,
desarreglos climáticos (luz, humedad, temperatura), toxicidad por agroquímicos, incluso carencia de
varios elementos al mismo tiempo, quedando enmascarados los síntomas que cada uno de ellos tendría
por separado.
En caso de deficiencia, una vez localizada, y antes de comenzar a gastar caldo, conviene reflexionar sobre
la posibilidad de que el elemento deficitario se encuentre en cantidades suficientes en el suelo pero no sea
asimilable para la planta por motivos varios (algunos de los cuales ya se han expuesto): pH, humedad del
suelo, textura, temperatura o antagonismos entre elementos químicos. En caso de duda
tenemos formidables herramientas, como son los de análisis de suelo, que servirán para conocer el estado
del mismo, así como los análisis foliares, que nos permitirán comprobar como se refleja la fertilidad del
suelo en la planta.
Índice
1Clasificación de la fruta
2Composición de la fruta
3Consumo
o 3.1Proceso de maduración y evolución
o 3.2Proceso de conservación
o 3.3Preparación
4Producción
5Véase también
6Referencias
7Bibliografía
8Enlaces externos
Clasificación de la fruta[editar]
Hay diferentes formas de clasificar la fruta, según sea su tipo, la forma de recolección o el
proceso de maduración.
Las uvas, fruta mediterránea obtenida de la vid. Se trata de una típica fruta no climatérica.
Composición de la fruta
Las hortalizas son un conjunto de plantas cultivadas generalmente en huertas o regadíos,
que se consumen como alimento, ya sea de forma cruda o preparadas culinariamente, y que
incluye las verduras y las legumbres (las habas, los guisantes, etc.). Las hortalizas no incluyen
a las frutas ni a los cereales.
Sin embargo, esta distinción es arbitraria y no se basa en ningún fundamento botánico. La
Real Academia Española no reconoce esta taxonomía, y circunscribe esta acepción a los
cultivos realizados en un huerto.
Índice
1Composición
2Conservación y almacenamiento
3Valor nutritivo
4Limpieza
5Cocción
6Enlaces externos
Composición[editar]
Conservación y almacenamiento[editar]
Las hortalizas frescas deben conservarse adecuadamente hasta el momento del consumo.
Las condiciones y duración del almacenamiento influyen mucho en el aspecto y valor nutritivo.
La mayoría de las hortalizas deben conservarse a temperaturas bajas con una alta humedad
ambiental, por lo que el verdulero del refrigerador es el lugar más recomendable. Se aconseja
ponerlas en bolsas agujereadas o con láminas de aluminio, y evitar que el envase sea
hermético. En el frigorífico se pueden conservar algunos días, según la clase de hortaliza. Por
ejemplo, las espinacas, la lechuga, etc, no conviene tenerlas más de 3 días; sin embargo, las
zanahorias, los nabos y la remolacha son menos sensibles, y se conservan durante más
tiempo. Algunas hortalizas, como las cebollas y los ajos secos, no precisan ser conservadas
en el refrigerador, sino que es más adecuado un lugar seco y aireado.
Valor nutritivo[editar]
Las verduras son partes de las plantas herbáceas que son idóneas para el consumo humano.
Estos componentes comestibles de la planta pueden ser tallos, hojas, raíces, flores y frutos. El
valor nutritivo de las verduras define la presencia de esas sustancias esenciales que son
importantes para mantener la vida. Los científicos categorizan las verduras como
nutracéuticos, porque son una mezcla de nutrición y farmacéutica: ciertas sustancias químicas
presentes en los vegetales tienen un gran valor medicinal.
Limpieza[editar]
Las hortalizas se han de lavar o cepillar cuidadosamente antes de ser consumidas, según se
trate de hojas, raíces o tubérculos. Cuando no se puedan pelar, hay que limpiarlas mucho,
sobre todo si tienen la piel rugosa o peluda. Las hortalizas que se coman crudas deberían
sumergirse en agua con unas gotas de lejía diluida durante unos cinco minutos, y después
limpiarlas con agua corriente. Se debe hacer esto porque las hortalizas se riegan a veces con
aguas no potables que pueden contener numerosas bacterias, y el agua de riego entra en
contacto con la hortaliza, que suele estar a ras de suelo.
Cocción[editar]
Las vitaminas de las hortalizas se destruyen con la exposición a la luz, el aire y el calor. Las
sales minerales se disuelven en el agua al cocer las hortalizas. Para poder beneficiarse de las
vitaminas, de los minerales y del sabor, es preciso cocinar las hortalizas con poca agua (o,
mejor, con vapor) y de una forma muy rápida, sumergiéndolas directamente en agua
hirviendo. El recipiente de cocción debe mantenerse tapado y evitar moverlo (o moverlo lo
menos posible). El agua de cocción debería aprovecharse para hacer sopas, consomés y otro
tipo de caldos, porque en el agua de cocción es donde se concentran los minerales. Las
hortalizas cocidas que no se vayan a consumir en el momento deben enfriarse y guardarse en
el refrigerador. Después se pueden volver a calentar, pero durante poco tiempo.
INTRODUCCION A LA PAPAYA
La papaya es un fruto maravilloso, es una fruta distinguida por su agradable sabor,
propiedades curativas, valor nutricional, versatilidad en consumo, accesibilidad en precio y
adquisición, y de más. La papaya es una fruta que es parte de la familia de las Caricacéaes,
y su origen es de América tropical. La papaya es un fruto de talla mediana, mide en
promedio entre 10 y 30cm de longitud y pesa entre 1 y 1.5kg. La papaya posee una cascara
suave, delgada y brillosa, con múltiples semillas en su interior, pulpa muy dulce, jugosa y
con un aroma inconfundible. La planta donde crecen y se producen las papayas son palmas
pequeñas y medianas, pueden medir hasta 3 metros de altura dependiendo de la variedad
sembrada.
INFORMACIÓN TAXONÓMICA DE LA PAPAYA
REINO : Plantae
DIVISIÓN : Magnoliophyta
CLASE : Magnoliopsida
ORDEN : Violales
FAMILIA : Caricaceae
GÉNERO : Carica L.
ESPECIE : papaya L
La papaya es una fruta con una gran cantidad de nutrientes y vitaminas tales como:
Vitamina A, Vitamina B1, Vitamina B12, Vitamina B2, Vitamina B3, Vitamina B5, Vitamina
B6, Vitamina B7, Vitamina B9, Vitamina C, Vitamina D, Vitamina E, Vitamina K,
minerales tales como Bromo, Calcio, Zinc, Cloro, Cobre, Fósforo, Hierro, Yodo, Magnesio,
Manganeso, Potasio, Selenio, entre otros . A grandes rasgos, el consumo de papaya deja un
impacto positivo en cuanto a nutrición.
La papaya está consolidada como una fruta con gran cantidad de propiedades medicinales
y/o curativas. Entre las más comunes, nos encontramos con que la papaya cura el
estreñimiento, trata problemas contra la gastritis, mejora el sistema digestivo, aligera y
trata problemas en el hígado, trata problemas contra el acné, trata problemas con manchas
en la piel, quemaduras solares, mejora la vista, cicatriza heridas que supuran, mejora la
función del oído, mejora el aparato respiratorio, ayuda al crecimiento del cabello
mejorando la función capilar, cura el asma, la diabetes, controla problemas estomacales
como diarrea, regula el sistema nervioso, controla la fiebre, tos, aumenta la fertilidad
masculina, sólo por mencionar algunas.
Los países líderes en producción de papaya son: India, Brasil, Indonesia, México, Nigeria,
Etiopía, Congo, Tailandia y Guatemala. Brasil produce cerca del 50% del total de la
producción total en el mundo. Simplemente es avasallante e imponente en el mercado. La
papaya es consumida y solicitada por diversas áreas del mercado. La demanda en el medio
industrial es considerable, pues el 30% del total mundial de papaya es sometido a
procesamiento para elaborar distintos productos comestibles, cosméticos o de limpieza.
Algunos de los productos que se elaboran a base de papaya, pueden ser bebidas,
mermeladas, polvos saborizantes, gelatinas, en lo comestible. En lo cosmético se elaboran
a base de papaya, cremas corporales hidratantes, jabones corporales, shampo, protector
solar. Y en cuanto a productos para limpieza, a base de papaya se elaboran productos tales
como aromatizantes, detergentes, desengrasantes, etcétera.
MÉXICO Y LA PAPAYA
México es actualmente el cuarto productor más importante de papaya en el mundo. En
México se producen alrededor de 190 mil toneladas. Esa producción se reparte en los
estados de Veracruz con el 29%, Colima con el 23%, Michoacán con el 20%, Chiapas con el
10%, Oaxaca con el 8%, Yucatán con el 6%, Jalisco con el 3% y Puebla con el 1%.
Para el cultivo de papaya, la humedad y el calor son los puntos importantes para el buen
desarrollo de la papaya. Es un cultivo que demanda zonas de una pluviometría media de
1800 mm anuales y una temperatura media anual entre 20-22 ºC; aunque puede resistir
fríos ligeros, si no tiene la cantidad suficiente de calor, la papaya se desarrolla con
deficiencias y los frutos no llegan a madurar. La papaya no se debe cultivar en áreas
propensas a heladas o a temperaturas por debajo de la de congelación ya que éstas
provocarían la muerte de la fruta. Las noches frescas y húmedas ocasionan que la papaya
madure lentamente y resulte con una mala calidad.
La plantación o cultivo de papaya requiere demasiada luz y calor para obtener buenas
papayas. Entre más tiempo pase el papayo a la exposición de los rayos del sol, es mejor.
Digamos que la papaya sin luz solar se muere. De hecho la papaya necesita más calor y luz
que agua.
El cultivo de papaya se desarrolla con éxito en cualquier tipo de suelo, con la condición de
que sean suelos ligeros, fértiles (ricos en humus), blandos, profundos y permeables.
La planta de papaya, al poseer tallos y raíces blandos - esponjosos, no deben cultivarse en
suelos demasiado húmedos, compactos y con mal drenaje, ya que se corre el riego de que
las raíces se pudran. Los valores de ph recomendados para el cultivo de papaya son entre
5.5 y 7.5, siendo óptimo 6.5.
La papaya es un cultivo exigente en agua, al igual que cualquier otro producto que nace de
la tierra. En la planta y en el fruto está presente en un porcentaje cercano al 90%, por lo
tanto se le debe dotar de un constante suministro para su normal crecimiento y
producción. Se estima que la papaya se produce bien en condiciones de altas lluvias. Se ha
estimado que precipitaciones entre 1500 y 3000 mm al año son suficientes para un
desarrollo normal del cultivo. Sin embargo, más importante que la cantidad es su
distribución durante el período de crecimiento y producción del cultivo. Desde el punto de
vista técnico, el riego es necesario para cualquier cultivo o zona cuando el requerimiento de
agua del cultivo no es llenado por el suministro hídrico natural. En términos generales,
cuando la humedad almacenada en el suelo se agota por tasas altas de evapotranspiración
debidas a condiciones aeroenergélicas favorables y al estado de desarrollo del cultivo.
La parte superior del área de tallo que produce los frutos es muy susceptible a infecciones
en periodos lluviosos, lo que propicia que se formen áreas hundidas o cancros en esta área
y ocurra caída prematura de hojas y frutos dejando el árbol susceptible a daño por el
viento. Las partes más viejas del tallo desarrollan lesiones acuosas a lo largo de las heridas
que dejan las hojas al caerse. Estas lesiones se agrandan y debilitan los tallos, los cuales se
parten al darle el viento.
Este hongo puede ser introducido en plántulas infectadas, en el agua de riego o por esporas
que trae el viento de otras siembras enfermas. La lluvia y el viento son los que llevan las
esporas de un lugar a otro y diseminan la enfermedad. El hongo sobrevive en forma de
estructuras llamadas clamidosporas que llegan al suelo en los frutos infectados que se caen
e infectan nuevas siembras.
La cera en la papaya también se usa con el propósito de dar brillo y mejor apariencia para
el cliente o consumidor. A pesar de que existen en el mercado muchos tipos de ceras, todas
tienen las mismas características, pues intentan extender la vida de anaquel y evitan la
pérdida de peso y oxidación, con lo cual se supone que extienden la vida de anaquel de la
papaya en unos días más.
Sin embargo, muchas ceras tienen base química o provienen de recursos minerales como el
petróleo. La tendencia actual tiende a restringir el uso de ceras de origen químico y buscar
alternativas para crear ceras naturales u orgánicas.
La gran mayoría de las ceras contienen antioxidantes naturales y las ceras a base de
vegetales contienen más sustancias antioxidantes. Definitivamente el uso de ceras
combinadas con otros manejos agrícolas influye en mejores resultados en el proceso de pos
cosecha brindando producciones verdaderamente rentables.
El sistema radical de la papaya es blando y suculento, razón por la cual el suelo debe estar
bien mullido y suelto. En terrenos inclinados, se puede practicar la labranza mínima
preparando únicamente el sitio que ocupará la planta, haciendo hoyos de 30 x 30 x 30 que
garanticen el normal desarrollo de las raíces de la planta. En terrenos muy compactados
por el paso permanente de maquinaria o con presencia de capas duras, es indispensable
subsolar. Dos cortes profundos de arado y un pase de rastrillo son suficientes para suelos
con textura francos sin capas impermeables.
Si la topografía lo exige, hay que realizar las obras de conservación de suelo, captación de
sobrantes de riego y drenajes suficientes tanto de capacidad como en número. El manejo
de las aguas de lluvia y/o riego debe ser preciso, puesto que los hongos, habitantes
naturales del suelo, atacan las raíces de las plantas y producen elevadas pérdidas
económicas. En suelos pesados es necesario la construcción de caballones de 30 cm de
altura, como medida preventiva a las pudriciones radicales.
Una vez que las plántulas de papaya alcanzan una altura de 20cm aproximadamente y
existen hojas reales en un cuerpo, significa que ya la planta puede adaptarse al terreno
definitivo y soportar las rachas de viento así como las inclemencias del clima.
Después del ahoyado, es conveniente separar la tierra extraída del hueco, dejando para su
uso la más superficial. Dependiendo del contenido de materia orgánica del suelo se puede
mezclar la tierra con gallinaza bien descompuesta en proporción de dos partes de tierra por
una de gallinaza. Al realizar el trasplante se eliminan las bolsas. Todas las plantas de
papaya contenidas en una bolsa se siembran en un mismo hueco, de manera que el cuello
de las raíces quede más alto que el nivel del suelo, pues ésta es la parte más susceptible a
enfermedades favorecidas por la alta humedad. Se deben apartar algunas plantas para
reemplazar las muertas.
La cosecha de papaya es de manera manual y con mucha precaución ya que la piel es muy
delgada y tiene a magullarse con bastante facilidad. La papaya se corta cuando pesa entre 1
y 3 kilos. Cada operario deposita las papayas en un contenedor acolchonado por sus 5
lados (base y paredes). La papaya es transportada al área de empaque o procesamiento
dependiendo el caso. Una vez la papaya en el empaque, es seleccionada separando el fruto
de calidad y el deficiente, enseguida la papaya es lavada y desinfectada con el fin de matar
algunos hongos, la papaya es secada, y pasa al proceso de encerado. La papaya se empaca
en cajas pero aisladas unas de otras. La caja donde se empaca la papaya debe ser con
sistema de acolchonado con el fin de que la papaya mientras en transportada al mercado
final, no tenga mucho movimiento y se maltrate.
La papaya una vez empacada, se somete al proceso de pre enfriado, a 6 grados centígrados
en una cámara de frio por un lapso de 5 horas previo a ser cargada en el tráiler, avión o
barco (dependiendo el destino de mercado). Al cumplirse dicho tiempo, la papaya es
montada al transporte y finalmente comercializada.
La producción de papaya crece y baja año con año, como es el caso de cualquier fruta,
verdura o vegetal. Lo que viene cierto y puntual, es que los productores de papaya cada vez
invierten más y buscan alternativas innovadoras para satisfacer las necesidades tanto del
cliente como de ellos mismos.
Y aún en el caso que se utilicen, no contribuyen a extender la vida útil del mismo
ni tampoco brindan inocuidad, ya que no poseen funciones antibacteriales ni
tampoco funciones anti fúngicas.
- Provee una función anti envejecimiento pues crea un biofilm a cada papaya en forma
individual
- Reduce tasa de respiración y demora cambios fisiológicos en la papaya
IdiomaUndefined
Para conocer mayores detalles del cultivo de productos agrícolas, las soluciones
tecnológicas y los productos que ofrecemos para mejorar la performance y el rendimiento
de su negocio agrícola, ofrecemos informaciones específicas para cada producto según
cuatro grandes categorías.
Cereales
Oleaginosas
Frutas
Hortalizas
Tomate
Bell Pepper
Espárrago