Se ha preguntado alguna vez, ¿cuál es el estado actual de su organización dentro de la
incertidumbre que genera el entorno y la competitividad?; para responder a esta pregunta, a continuación se analizará el artículo de Antonio Cruz Sánchez (2003), titulado: “La Evaluación de la Estrategia Empresarial”. En este sentido, el referido autor señala que es necesario realizar evaluaciones periódicas para detectar el comportamiento y la actividad de la empresa, y así poder diagnosticar su situación actual, identificando las amenazas, oportunidades; puntos fuertes y débiles que presenta la interrelación entre la organización y su entorno. En este contexto, el autor destaca que la evaluación de la estrategia empresarial implica la recolección de información, con la finalidad de juzgar acciones, tanto de la organización, como de las diversas partes que la componen; tales como: insumos, productos o servicios, recursos asignados; así como también, los indicadores, variables y criterios para la toma de decisiones; con la finalidad de mejorar cada proceso evaluado, y con ello la gestión propiamente dicha. Además, también señala que, evaluación de la organización persigue: 1) El aporte de los individuos y equipos al logro de los objetivos estratégicos. 2) Enjuiciar dichos objetivos propuestos. 3) Proyectar la tendencia de los resultados, según la meta propuesta, para un futuro inmediato. 4) Evaluar la efectividad del método empleado para obtener dicha meta. Por ello, es importante comprender que la evaluación de la estrategia organizacional se fundamenta en los siguientes aspectos: Entender el nivel de satisfacción de los clientes, de la organización y las características del entorno; así como también, comprobar el cumplimiento de los resultados reales con relación a las metas esperadas, apoyado en la toma de acciones correctivas que garanticen la correspondencia efectiva con lo planeado. Además, se debe comparar estos resultados, con relación a su comportamiento histórico, y al de la competencia. Por otra parte, para efectuar la evaluación estratégica, se debe tener en cuenta los siguientes aspectos: 1) Inicialmente, analizar los factores internos y externos que sustentan su formulación, conjuntamente con la disponibilidad de los recursos para ejecutar la planificación de la misma. 2) Usar los indicadores para medir el desempeño organizativo y del personal, durante el proceso; es decir, estos deben incluir: la cantidad mínima a medir, lo que se desea evaluar y el tiempo establecido para ello; y, dependiendo de estos resultados, replantear las estrategias, objetivos, metas, visión o hasta la misión de la empresa. 3) Ejecutar las acciones correctivas necesarias, tomando en cuenta las dos etapas anteriores; comparando los resultados obtenidos con sus históricos y los de la competencia. Finalmente, tomando en cuenta que los miembros de la organización son los encargados de poner en marcha y ejecutar los planes, la forma de guiarlos, capacitarlos y motivarlos, influirá en el éxito de la estrategia; por ello, su evaluación debe ser continua y enfocada en la reflexión de las metas y valores, generando alternativas y formulando los criterios necesarios para su cumplimiento. Además, se debe utilizar la retroalimentación oportuna para ajustar las desviaciones del plan estratégico, o cambiar la estrategia; además, recompensar a quienes logren superar su desempeño.
Referencias Bibliográficas:
Cruz, A. (2003). La Ejecución de la Estrategia Empresarial. Revista Asociación Cubana de
Producción Animal (ACPA) 1/2003. [Documento en línea]. Disponible: http://www.actaf.co.cu/revistas/Revista%20ACPA/2003/REVISTA%2001/17%20LA%20E VALUACION.pdf. [Descargado: 2019, noviembre, 11].