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La ética no excluye a ningún grupo social, ella está presente en todo pero hoy

hablare de la ética profesional, la que a través de las normas o principios que tiene
una persona en el ámbito laboral se le da un enjuiciamiento ya que en cada
profesión existen cogidos de moral profesional para mantener un prestigio social
mediante un servicio que prestan con calidad y que para garantizar este a los
profesionales se les exige juramento en el momento en que toman grado, donde
se declara al estudiante idóneo para son los enfrentarse a la vida laboral.

En algunas profesiones se establecen “consejos profesionales” que son los


encargados de velar por la conducta profesional de sus asociados con autoridad
para sancionar definida o indefinidamente a estos si no cumplen con los
parámetros, también en algunos casos se exige carnet profesional como en los
programas de Derecho, medicina, contaduría pública, entre otros.

Estos códigos tienen aspectos positivos como lo son la responsabilidad que


adquiere el profesional al cumplir con lo que requiere el solicitante y el sentido de
solidaridad y pertenencia con sus compañeros al no perjudicarlos y al cuidar su
puesto de trabajo y no perjudicarlo, respectivamente. Pero como todo lado bueno
tiene su oscuridad veamos lo no grato de estos códigos… El sentido de
superioridad o grandeza de ciertas profesionales consagradas como recias
(sacerdocio, medicina y abogacía) quienes al llevar tiempo escalando en esta
profesión no dejan que nadie se entrometa queriendo fijar “normas, métodos, y
parámetros” de instituciones diferentes a las suyas solo para no rendir cuentas de
sus acciones, por último, los monopolios que se imponen como las tarifas del
servicio prestado, la manera de enmascarar las faltas de sus acciones para
mantener una posición social intachable; Es donde el carácter ético debe hacerse
presente puesto que viviendo en un país tan desigual, lleno de miseria, muchas
personas no tienen los suficientes recursos para gestear los servicios que
necesitan y gratuito no se los hacen porque los gremios necesitan mantener sus
ingresos y la competencia entre sus colegas, otro ejemplo no desconocido es la
falsa información que nos brindan nuestros medios apoyados por altos mandos
buscando cubrir sus fallas y dejando al pueblo o los grupos sociales como
diabólicos es ahí donde se ve que estos códigos no regulan completamente, por lo
tanto, estaríamos hablando de una

“moral profesional limitada”; Ahora bien, la perspectiva axiológica nos muestra otro
punto desde el marco de la profesionalidad.

La profesión hoy en día es concebida no solo a quien se le otorga un título


universitario sino también a cualquier trabajo bien hecho o como una virtud, con el
sistema capitalista se impuso el libre comercio, la competencia va en aumento y
las empresas para no perder necesitar llevar un equilibrio en su productividad y es
donde el empleado entra, ya que este debe someterse a la rapidez de esto, a las
demandas de la empresa, necesitando de este eficiencia y calidad sino lo
reemplaza aun cuando la tecnología está tomando el puesto de la mano de obra y
le exige a los profesionales a capacitarse mucho más en los diferentes niveles
académicos , entonces, esta virtud no es más que unas competencias adquiridas
cada vez más por la práctica de algún oficio.

La axiología de la profesionalidad tiene sus pros y sus contras como los valores
adquiridos, productividad que encierra tres significados, el primero sería la
capacidad de producir alimentos, ingresos para su subsistencia, en segundo lugar
la creación de bienes o servicios y por último, el nivel de eficiencia alcanzado en
una organización; La creatividad, el ser humano desarrolla cada vez más
invenciones y este lo introduce a otras aventuras aparte que el libre mercado le
exige esta competencia ; La superación es el sentido de trascendencia que tiene
la persona de no imponerse limitaciones y buscar potencializar su capacidad y
lograr muchos otros objetivos. Los fenómenos más notorios en el desequilibrio de
estos valores son, la fetichización de la economía a la cual debemos rendimos
sino traerá consigo la pobreza, inseguridad, violencia, luego le sigue la
deshumanización de las relaciones sociales donde el ser humano es un recurso
en el que su valor económico radica en su productividad, si esta decae se busca el
reemplazo y pasa a ser una carga para la sociedad, carga que convendría
deshacerse para el desarrollo del país y finalmente el olvido de que la vida es el
valor supremo para convertirse en el sustento de las regímenes y altos mandos.
Una loca carrera para producir más, generar más y consumir más, sacrificándose
unos cuantos para la satisfacción de otros y luego quedando en el olvido.

La actividad específica de cada profesión gira en torno a una serie de bienes de


interés social, por ejemplo, el medico trabaja para la salud de las personas; el
ingeniero civil por el diseño y construcción de obras. Estos bienes son realidades
que necesita el ser humano para vivir. Estos se llaman bienes porque reportan un
beneficio, por eso toda actividad profesional posee un significado moral de
acuerdo a como impacte la vida de las personas.

Esas actividades las realizan muchas veces de forma independiente. Sin embargo,
desde la revolución industrial, se ha venido generalizando un sistema de trabajo
colectivo: la empresa. Hoy en día las personas desarrollan su actividad laboral en
una empresa. El número de trabajadores es cada vez más reducido.

De ahí el interés de contar con un cuadro referencial de principios éticos que


ilumine el comportamiento de todos los integrantes de la empresa, en especial el
de los profesionales. Los “puntos de tensión” en una empresa son los siguientes:
capital, trabajadores, mercado-sociedad, colectivo profesional, naturaleza e ideal
de vida de la persona.

En el sistema de vida capitalista la base de la empresa la constituye el capital. Una


empresa se fundamenta por su capital. De ahí es común que los interese de la
empresa se confunda con los del capital.

La fuerza del capital y la rigidez de sus leyes llegan a imponerse sobre la voluntad
de sus propietarios y termina por dominar los destinos de la empresa. Cualquier
profesional que se vincula a una empresa debe tener clara esta ley fundamental
de toda empresa capitalista. La identificación del “buen” profesional con su
empresa es una identificación con los intereses del capital en la empresa.

La empresa no puede ser considerada como una institución del capital en función
del capital. La empresa es una institución “social”. Su misión no es “ganar dinero”,
sino prestar servicio.
A los intereses del capital pueden oponerse los intereses del trabajo. Esta ha sido
en los últimos siglos la causa de los conflictos laborales, que a su vez han
generado grandes conflictos sociales. El conflicto se da entre los dueños del
capital y los dueños de trabajo, los trabajadores. Sus intereses son opuestos:
aquellos buscan la utilidad; estos, el salario digno. El salario es la remuneración
del trabajo aportado, cuando dicha remuneración no alcanza para cubrir las
necesidades básicas del trabajador y su familia, se habla de un salario indigno.

Otro de los ámbitos de exigencia ética para el profesional lo constituye la


sociedad, como beneficiaria de los servicios o productos. En nuestro sistema
capitalista, toda empresa se justifica y subsiste por los servicios o productos que
aporta el mercado. En la perspectiva capitalista el conglomerado social es un
siempre medio para el logro de su objetivo: incremento de las utilidades. El
empresario capitalista ve en la sociedad un gran mercado que debe invadir con su
producto.

Otra de las obligaciones éticas y morales que deberían tener los empresarios son
las mencionadas en el artículo 95 de la Constitución Política de Colombia y la Ley
60 de la ética del administrador de empresas. Estas leyes son tan fáciles de
comprender, lo difícil es llevarlo a la realidad y practicarlo de la mejor manera ya
que nuestro país está envuelto en la corrupción, y no hablo de todos. La mayoría
de la corrupción viene de arriba de nuestros máximos dirigentes, desde nuestro
Honorable Presidente hasta nuestras instituciones (Fiscalía, Educativas, Servicio
de Salubridad, etc.), por el hambre de poder, de no conformarse con lo “poco” que
tienen que en realidad es mucho. Este mal seguirá igual si cada persona no toma
conciencia, conciencia del mal que hace lucrándose más y dejando a muchos en
miserias, conciencia de no seguir apoyando a los mismos mediante los
mecanismos de participación que tenemos como ciudadanos, conciencia del mal
que le causamos a nuestra naturaleza. El cambio viene primero de ti.
DECRETA

CAPITULO I

DEL CAMPO DE APLICACIÓN

ARTÍCULO 1.- Para todos los efectos legales se entiende que la profesión de
Administrador de Empresas, reconocida y regulada por la Ley 60 de 1981, es la
que académicamente exige estudios regulares en un programa de la modalidad de
formación universitaria y cuyo título de Administrador de Empresas habilita para su
ejercicio legal, en los términos del artículo 31 del Decreto Ley 80 de 1980.

CAPITULO II

DE LOS REQUISITOS PARA EJERCER LA PROFESION

Algunos son:

ARTÍCULO 2.- Sólo podrán ejercer la profesión de Administradores de Empresas


quienes cumplan los siguientes requisitos:

1.- Haber obtenido título profesional en Administración de Empresas, otorgado por


la institución de educación superior debidamente aprobada por el Gobierno
Nacional.

2.- Tener el registro de título profesional, en la forma legalmente prevista; y

3.- Haber obtenido la matricula profesional expedida por el Consejo Profesional de


Administración de Empresas.

ARTÍCULO 3.- Sin perjuicio de lo establecido en los convenios internacionales


vigentes, el título profesional de Administrador de Empresas o su equivalente
obtenido en el extranjero, para tener validez y aceptación legal requiere de la
previa convalidación por parte del Instituto Colombiano para el Fomento de la
Educación Superior ICFES y su posterior registro.
CAPITULO III

DEL CONSEJO PROFESIONAL DE ADMINISTRADOR DE EMPRESAS

Algunos son:

ARTÍCULO 4.- El Consejo Profesional de Administración de Empresas, creado por


la Ley 60 de 1981, estará integrado de conformidad con lo dispuesto en el Artículo
8º de la Ley y ejercerá las funciones de que trata el artículo 9º de la misma Ley.
Sus miembros no recibirán remuneración alguna.

ARTÍCULO 5.- Los actos que dicte el Consejo Profesional de Administración de


Empresas en ejercicio de sus funciones, se denominarán Acuerdos y llevarán las
firmas del respectivo presidente y secretario. Los acuerdos requieren para su
validez la aprobación posterior del Ministerio de Desarrollo Económico.

CAPITULO IV

DE LAS SANCIONES

Algunos son:

ARTÍCULO 22.- El Consejo Profesional de Administración de Empresas, en


cumplimiento de la función atribuida por el artículo 9º, literal e) de la Ley 60 de
1981, podrá de oficio o a solicitud de terceros, conocer de la denuncia y sancionar,
con la suspensión temporal o la cancelación definitiva de la matricula profesional a
quien encuentre responsable de falta grave contra la ética profesional en el
ejercicio de la profesión de Administrador de Empresas, de conformidad con el
Código de Ética de la profesión que se dicte de acuerdo con el artículo 6º del
presente decreto.

ARTÍCULO 23.- Cuando el Consejo Profesional de Administración de Empresas,


tenga conocimiento de que un Administrador de Empresas ha incurrido en falta
contra la ética profesional, iniciará de oficio o a solicitud de parte la
correspondiente investigación. Dentro de los quince (15) días hábiles siguientes
contados desde la apertura de la investigación, se notificará personalmente al
investigado el auto por medio del cual se inició la investigación para que en el
término de un mes rinda los descargos, aporte pruebas y solicite la práctica de las
pertinentes. Si vencido el término de quince (15) días hábiles no se hubiere
efectuado la notificación personal, se fijará un edicto en la secretaría del Consejo,
por cinco (5) días hábiles, vencidos los cuales empezará a contarse el plazo para
los descargos. Agotada esta etapa, el Consejo Profesional dispone de un mes
para adoptar la decisión correspondiente mediante resolución motivada, la cual
deberá notificarse personalmente al investigado dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes a su expedición. Si no fuere posible la notificación personal se
notificará por edicto que permanecerá fijado en la secretaría del Consejo por cinco
(5) días hábiles.

CAPITULO V

DISPOSICIONES VARIAS

ARTÍCULO 29.- De conformidad con el parágrafo del artículo 11 de la Ley 60 de


1981, se entiende por firma u organización de Administradores de Empresas
Asociados, la persona jurídica que se dedica a la prestación de servicios propios
de la Administración de Empresas, bajo la dirección y responsabilidad de estos previa
autorización de funcionamiento del Consejo Profesional de Administración de Empresas.

ARTÍCULO 30.- El Gobierno Nacional teniendo en cuenta el carácter de contenido


social y humanístico de la Administración de Empresas, reglamentará la
prestación del servicio social obligatorio para profesionales de Administración de
Empresas, en los términos de la Ley 60 de 1981, para lo cual podrá considerar la
propuesta que le presente el Consejo Nacional Coordinador del Servicio Social
Obligatorio.

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